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Claudio Gay y los inicios de la historia natural de Chile

Por Francisco Díaz Céspedes1

Santiago de Chile, 21 de octubre de 2017

Chileno, Magíster en Filosofía de las Ciencias. Universidad de Santiago de Chile.


I

Magíster en Ciencia Política. Universidad Tecnológica Metropolitana.


Diplomado en Participación y Gestión Municipal para el Desarrollo Local. Universidad Central.
Profesor de educación General Básica con Mención en Educación Tecnológica y Lenguaje y Comunicación.
Licenciado en Educación.
Universidad Tecnológica Metropolitana.
Contacto: investigacionespeip@gmail.com

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Resumen:

Estudiar el trabajo de Claudio Gay nos lleva a responder dos interrogantes para
comprender los inicios de la ciencia moderna en el Chile republicano: primero, en
qué consiste el sustrato, epistemológico, gnoseológico y metodológico en la
instauración de la historia natural chilensis; y de explicar de cómo se
estructuraron estos procesos mediante las actividades científicas a inicios del
siglo XIX

Palabras clave: Sociedad Nacional de Agricultura, Museo de Historia Natural e


Institucionalidad.

Abstract

Studying the work of Claudio Gay leads us to answer two questions to


understand the beginnings of modern science in republican Chile: first, what is
the substrate, epistemological, gnoseological and methodological in the
establishment of the natural history chilensis, and to explain how these processes
were structured through scientific activities at the beginning of the 19th century

Keywords: National Society of Agriculture, Museum of Natural History and


Institutionality.

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Introducción

La ciencia puede representar el paso entre el desarrollo espiritual del hombre y el


logro máximo y característico de una cultura determinada que refleja en nuestro
mundo moderno y más contemporáneo los delineamientos para que se constituya
el pensamiento científico. Este pensamiento crítico nos fija puntos estáticos, es
decir, la episteme, que conduce un proceso científico a un equilibrio armonioso y
de consolidación para analizar nuestras percepciones y creencias por medio de la
experiencia. Es sin duda alguna nuestro entendimiento, entre percepciones
sensibles y conceptos científicos, lo que establecemos como la unidad de un
objeto en que no puede ser otro ente que la unidad formal de la conciencia,
siendo una síntesis múltiple de nuestras representaciones; y por consiguiente,
toda objetividad del conocimiento se halla indisolublemente ligada al hecho de la
ciencia.

Es así como el científico actúa basándose en el principio de la sistematización y


metodología, lo que le permitirá describir sus observaciones en un lenguaje
universal, puesto que el movimiento de la filosofía ilustrada determinó la
instauración de la historia natural en el Chile decimonónico; por lo que pretendió
describir los fenómenos naturales mediante la observación, explicación y
experimentación entre el científico y los objetos de estudio, para dar cuenta de la
explicación del mundo natural; ya que a partir de ello, se logró articular un
constructo formal mediante el contexto socio-político administrativo de la
naciente independencia del país, materializándose en un proceso complejo entre
las decisiones políticas conservadoras de los gobiernos de turno y las influencias
ilustradas de los científicos europeos que están enmarcadas, primeramente, en
una concepción republicana y el deseo de reconocer las riquezas del territorio
nacional, tal cual como lo propuso el Ministro del Interior Diego Portales en 1830.
Es por ello, que este actuar se logra materializar con la inmigración de científicos
del Viejo Continente y, por supuesto, el despliegue institucional y jurídico del
país. Evidenciándose una noción fundamental de la libertad política para ejecutar
de forma extensiva el plano de la investigación científica, tal cual como lo propone
la Comisión Científica en una de las Cartas de Vicente Bustillos. De modo que la

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contratación de profesionales europeos fue eminente para el estudio de los
exponentes naturales del país.

Claudio Gay: El Hombre

Claudio Gay Mouret nació el 18 de marzo de 1800, en Draguignan, en la


región de Provenza, Francia; completó su primera educación, alrededor de
1820, y arribó a París para continuar con sus estudios superiores de
Medicina y Farmacia. Sin embargo, su curiosidad por el cultivo de las
ciencias pudo mucho más que la práctica profesional y comenzó a
concurrir a los cursos públicos de Ciencias Naturales del Museo de
Historia Natural y de La Sorbonne. Durante sus años en París, entre 1821
y 1828, cursó estudios de Botánica y Entomología y, sus aficiones
preferidas, también se adentró como autodidacta en el estudio de la Física
y la Química, para más tarde seguir con los cursos de Geología y de
Anatomía comparada. (1) En 1828 fue designado como Corresponsal del
Museo de París y contactado inmediatamente por el periodista francés
Pedro Chapuis (2) quien le ofreció un trabajo muy particular en Chile; tras
algunas negociaciones firmaron una promesa de contrato. El trabajo
consistió, primeramente, en formar un cuerpo docente destinado al
estudio de las Ciencias Naturales en un establecimiento educacional en la
capital.

La experiencia del científico francés como botánico no era muy amplia,


aunque era muy ilustrada en cuanto a su formación teórica, y entre otras
cosas ya había realizado algunas expediciones en Grecia, islas del
Mediterráneo y pequeñas partes del norte de Asia menor. Gay llegó a Chile
a fines de 1828, contratado para realizar clases de Física e Historia
Natural en el Colegio Santiago. (3) Luego, en 1830, firmó otro contrato por
el gobierno de la época con la finalidad de realizar una expedición en el

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territorio nacional, y dar cuenta de las especies de flora y fauna y otros
quehaceres. El convenio incluyó la implementación de un Gabinete de
Historia Natural. Este hecho, es el punto de inicio de sus dos grandes
obras: la fundación del Museo Nacional de Historia Natural (1830) y la
publicación de sus volúmenes referentes al cuerpo físico de Chile, en su
magna obra: “Historia Física y política de Chile” (1844-1871).

Por otra parte, Claudio Gay es considerado el primer historiador de la


naciente República de Chile, y comprendió que el contexto histórico y
bibliográfico del Chile reciente no presentaba una sistematización histórica
que diera un relato coherente de las transformaciones sociales que se
venían gestando desde el antiguo Reyno de Chile. (4) Por ende, Gay escribió
una historia con fuentes primarías debido a que aún permanecían con
vida algunos de los próceres de la independencia, (5) como el caso de
Bernardo O’Higgins Riquelme en Perú, con quien retomó los
acontecimientos que marcaron el proceso de emancipación patriota. De
hecho, Gay lo entrevistó personalmente en Lima en 1839, tal como lo
manifestó en la siguiente cita:

“Sobre esta hermosa época de la historia de Chile, he podido recojer


preciosos informes de boca del jeneral O’Higgins que, como todo el mundo lo
sabe, ha sido uno de los primeros en lanzar el grito de independencia, i que
con las armas en la mano la ha sostenido hasta la espulsion definitiva de
los realistas, Durante cerca de un mes he tenido la inapreciable felicidad de
trabajar cinco a seis horas por dia con este infatigable patriota; i confio que
estos informes, añadidos a tantos otros que he podido obtener, formen la
base de una buena historia de esa brillante época de la independencia.” (6)

La prosa histórica de Gay estuvo influenciada por los principios de la


Ilustración que corresponden principalmente a la mentalidad
enciclopedista de los intelectuales del periodo. Dicho razonamiento se

5
caracterizó por la pretensión de reunir y codificar información muy amplia
de la cultura local, con el propósito de difundir y aplicar estos
conocimientos en posteriores investigaciones. Así, la discusión permanente
para las visiones políticas de la época, Gay optó por el método de la
historia narrativa, ya que es más proclive a su formación docta,
privilegiando la corriente más bien empirista, (7) en especial las fuentes
documentadas y elaboradas por la observación científica in situ. (8)
Asimismo, el científico trataba de ser lo más objetivo en sus
interpretaciones. Convencido de su enfoque, recibió el apoyo de Andrés
Bello López quien impulsó de que la idea ciencias naturales:

“(…) se nos presenta un vasto campo, apenas esplorado hasta ahora.


Nuestras observaciones, nuestros esperimentos, suministrarán interesantes
contribuciones al caudal de las ciencias, que es el patrimonio comun del
jénero humano, en que cada país, cada individuo es llamado a poner su
cuota, a proporcion de sus medios i de sus fuerzas (…).” (9)

No sólo la visión del sabio venezolano-chileno (10) sino también del


gobierno, quienes se percataron de los beneficios que traería al país
invirtiendo en los científicos europeos para dar conocimiento de las
riquezas naturales que presentaba las tierras chilensis. Desde esta
perspectiva, en 1838 se creó La Sociedad Chilena de Agricultura y
Beneficencia (11) que estaba dedicada a abarcar nuevos negocios agrícolas,
establecer compañías productivas y al fomento de la ganadería en todo el
territorio nacional. A su vez, Gay prestó asesorías para esta entidad, e
incluso llegó a ser miembro de la directiva, asumiendo la responsabilidad
de seleccionar productos agrícolas y ganaderos para su pronta extracción,
producción y distribución.

El naturalista ya siendo miembro de La Sociedad Chilena de Agricultura,


le solicitaron que diseñe el plano para el futuro Jardín de Aclimatación de

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Plantas de Santiago, de modo que elaboró el trazado de los Jardines de la
Quinta Normal de Agricultura, (12) al poniente de la capital, destinado al
desarrollo de la investigación de las Ciencias Naturales en Chile. (13) Es de
interpretar, que los miembros de dicha sociedad visualizaban en un
sentido más pragmático la explotación y producción de las especies
nacionales. Por lo que, el naturalista galo sostuvo entre sus objetivos
recolectar la mayor cantidad de vernáculos desconocidos en las provincias
de Atacama, los valles de la Zona Central y su pre-cordillera, los bosques
húmedos de Valdivia y la isla de Chiloé.

La recolección de miles de especies de la flora y fauna chilena, Gay las


clasificó junto con la ayuda bibliográfica de la época, principalmente
siguiendo el método taxonómico de Carlos Linneo, (14) pero con algunas
innovaciones que recibió de la influencia de los años de su formación en el
Muséum d’ Histoire Naturelle, (15) bajo el alero de sus maestros como:
Antoine de Jussieu, René Louiche Desfontaines, Georges Cuvier, entre
otros. Así, la metodología de trabajo de Gay se evidencia un discurso
científico nunca antes visto en Chile, a pesar de la extensa documentación
que tenía la biblioteca de la Real Universidad de San Felipe por los escritos
jesuitas.

Gay desde 1830 hasta 1842, (16) independiente de las opiniones en torno
a las decisiones políticas-económicas y políticas-sociales de las
autoridades de la república, el naturalista recorrió gran parte el territorio
nacional e incorporó especies endógenas desconocidas del mundo orgánico
chileno a la ciencia europea. Su mirada contemporánea de ciencia en la
nación es prometedora, porque situó la construcción de una actividad
científica normativa al igual como ya lo realizaba el Viejo Continente desde
el siglo XVI. Aunque Chile carecía de comunidad científica e instrumentos
técnicos para las exploraciones, las acciones científicas por parte de Gay

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no se hicieron esperar, tal como lo expone el historiador Sergio Villalobos
en la siguiente cita:

“Al mismo tiempo que conquistaba el ambiente académico, Gay se ocupaba


de adquirir y mandar hacer los más modernos y finos instrumentos
científicos. El célebre astrónomo y físico Francisco Arago le recomendó al
técnico y sabio Enrique P. Gambay, que se encargó de fabricarles teodolitos,
barómetros, brújulas de inclinación, de intensidad y de variaciones diurnas,
que eran la admiración de los geógrafos.” (17)

Gay con los instrumentos en mano exploró por varios años en las diversas
zonas de Chile, y posteriormente vuelve a Francia, y realiza “un trabajo de
oficina”, específicamente revisando las especies con la taxonomía
imperante del periodo –junto con las bibliografías de Linneo y Abate de
Molina-,(18) dirigiendo un equipo designado a las ilustraciones y
redacciones, este último le permitió plasmar una “fotografía de la
naturaleza chilena.”

A Claudio Gay, por su metodología de trabajo, se le puede interpretar que


mediante sus publicaciones determinó un proceso de adquisición
cognoscitiva de las especies en estudio y entregó un relato descriptivo de
cada una de ellas. Este proceso de sistematización no tan sólo se vería
reflejado con Gay, sino también con los próximos investigadores
inmigrantes a lo largo del siglo XIX.

Como dijimos anteriormente, el botánico galo presentó una influencia


ilustrada ante lo observable en los objetos de estudio, puesto que dichas
sistematizaciones facilitaron un trabajo muy descriptivo, al igual que el
desempeño del alemán Humboldt en otras tierras sudamericanas; y no es
casual que ambos hayan contratado al artista Johann Moritz Rugendas
(19) para los cuadros de pintura. Este último punto, fue fundamental para

8
ir desarrollando una “fundante identidad científica y social”, cuya visión
particular de la naturaleza está expresada en un trabajo de campo, lo que
contribuye a una epísteme entre el ámbito cuantitativo de acopio y praxis
entre el sujeto y objeto, ya que se relaciona lo metodológico, historiográfico
y gnoseológico. Por ende, la obra de Gay logró evidenciar un proceso inicial
e intrínseco en la formación de Estado-Ciencia en Chile.

Finalmente, Claudio Gay muere en Flayosc, Francia, el 29 de noviembre de


1873, dejándonos su legado en el plano taxonómico de las ciencias de la
vida y de la historia política, económica, social y cultural en el desarrollo
del siglo XIX.

Claudio Gay y su contribución a la ciencia en Chile

La figura de Gay para Chile ha sido más bien reconocida como un


historiador de la ciencia que como un científico experimental, de modo que
es necesario revertir urgente los aportes del científico galo a la episteme
nacional por medio del estudio de su prosa; con la intención de pesquisar
su metodología y discurso científico, ya que en esencia la construcción de
su obra nos ha permitido comprender las primeras ideas de objetividad
científica en el país.

Los trabajos realizados por Gay, marcaron el principio de la


institucionalización de la ciencia en Chile, por lo que es una temática muy
compleja de analizar y de estudiar por sus innumerables hitos
correlacionados que se han ido desarrollando durante las décadas del siglo
decimonono. Los primeros atisbos positivos que tenemos de ello, son los
reconocimientos de las comunidades científicas internacionales,
principalmente, durante los años sesenta y setenta del siglo XIX, ya que la
organización de intelectuales y científicos tanto nacionales como

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internacionales han demarcado las condiciones mínimas para atribuir el
concepto de institucionalización de ciencia en Chile, mediante la creación
de organismos específicos de estudios y la difusión de éstos. Además,
también es necesario mencionar que Chile ha sido parte de un proceso
histórico en lo que respecta a la naturaleza chilensis, particularmente
desde el siglo XVII en adelante, estudios manifestados en crónicas y
ensayos, lo que formaría parte un vasto marco bibliográfico, todas
atribuidas a las expediciones científicas y la continuidad de la indagación
científica en las diversas disciplinas del saber.

Por otra parte, la ejecución de labores propiamente científicas corresponde


a la decisión externa de lo que conocemos como la comunidad científica
internacional, debido a que la institucionalización de la ciencia en Chile se
gestó al interior de la cúpula gubernativa del Chile Republicano. (20) En
este proceso, las decisiones políticas de contratar científicos europeos fue
el primer paso, cuyas tareas imprescindibles permitieron estudiar el
cuerpo físico del país, más aún, las autoridades visualizaron el desarrollo
pre-industrial y el progreso económico de la nación. Esta relación entre
Estado Ciencia concernió a un factor más interno que externo, porque la
voluntad política administrativa local subvencionó, mediante contratos,
investigaciones nunca antes realizadas. Así, las nuevas contrataciones se
insertaron en los ya iniciados estudios de otros intelectuales que los
precedieron, dado a que los resultados de sus labores abrieron la tan
posibilidad de tener una identidad científica. En este proceso, se
presentaron dos fases propias del marco epistémico interno: primero, se
estableció en agrupar los innumerables contenidos propios de la historia
natural, principalmente en la existencia y la aceptación de las
particularidades en torno a las teorías y categorías conceptuales de la
corriente filosófica ilustrada; y segundo, este movimiento conllevó a la
praxis mediante ciertos modelos explicativos que dieron auge al desarrollo
de la historia natural de la nación: el desarrollo teórico-práctico de la

10
agricultura nacional y la creación del Museo Nacional de Historia Natural
(MNHN).

El progreso teórico sistematizado de La Sociedad Nacional de Agricultura


(SND) (1838) (21) fue la que permitió el desarrollo de las regiones más
relevantes de la época a través de la formación técnica de sus
trabajadores, en las ciudades de La Serena, Santiago y Concepción, debido
a que los agricultores –en primera instancia- cuestionaban ya, la técnica
tradicional y colonial de producir sus tierras. La aristocracia criolla estaba
interesada en invertir tecnología científica para generar un superávit de la
producción agrícola; dado que la élite al mirar la revolución industrial-
agrícola en el Viejo Continente se interesaron en las ideas de la Ilustración
de la Corona Española (1704-1808), específicamente, en los llamados
escritos Jovellanos, (22) por Gaspar Melchor de Jovellanos, quien expuso
los avances técnicos de la agricultura española, en su gran obra Informe
sobre la Ley Agraria (1794), en la que explicaba sustancialmente que:

“(…) cualesquiera que sean las fuentes de “riqueza de las naciones,” —


agricultura, comercio y navegación, industria o su población—, a todas les
otorga en este razonamiento igual dignidad. Todas ellas se relacionan entre
sí mediante una red complejísima de acciones y reacciones directas e
indirectas. Ello requiere una política de fomento sincrónico de todas las
fuentes de riqueza. El descuido de una sola perjudicaría a las demás.” (23)

Además de los postulados de Jovellanos, se sumaron los conocimientos de


los fisiocráticos de la ilustración, como François Quesnay, Jacques
Claudio Marie Vicent de Gournay, André Morellet, Pierre Samuel du Pont
de Neumours y los principios librecambistas de Adam Smith, a partir de
su célebre obra “La Riquezas de las Naciones” (1776), sostenían que:

11
“(…) el funcionamiento del sistema económico, el tableau economique,
establece que la riqueza circula entre tres grupos sociales, la clase
productiva (los agricultores), la clase estéril (los artesanos y comerciantes) y
los propietarios (la nobleza, el clero y los funcionarios) (…). Además de
proponer que el Estado debe mantener este orden natural mediante tres
reglas: el derecho a la propiedad, la libertad económica el laissez faire,
laissez passer y la seguridad en el disfrute de esos derechos y libertades.”
(24)

En el caso de Chile, las nociones vinculadas al desarrollo del agro y de la


manufactura, principiaba el postulado de libertad económica debido a la
liberación de los dominios de la Corona Española a principios del siglo
XIX, de tal modo que los gobernantes de la clase política conservadora en
la treintena deciden reorganizar la estructura logística del país, creando
obras viales y de sistema de riego en distintas zonas productivas, en este
caso los planos cartográficos de Gay fueron más que fundamentales. Este
fenómeno socio-cultural y socio-político, lo podríamos interpretar como el
pie de inicio de un largo proceso que transcurrirá hasta a mediados del
siglo XX. Las pesquisas científicas ocuparon un rol fundamental, tanto
para recoger, analizar y aplicar el conocimiento adquirido; con el fin de
fortalecer el comercio y de propagar una formación consistente entre el
individuo y su acción laboral. En este sentido, se cumple la interpretación
del historiador mexicano, Gustavo Escobar Valenzuela:

“(…) emulando la corriente naturalista y social del pensamiento


enciclopédico europeo.” (25)

En el caso de la industria, Chile sostuvo la idea de progreso como una


esencia de “producción reproductiva”, es decir, focalizó de una menor a
una mayor escala de producción de lo que se acostumbraba a realizar, y a
su vez fortaleció ciertas estrategias económicas para sustentar el trabajo

12
de las personas en las regiones del Norte y del Sur del país y, por
supuesto, el de solucionar problemas laborales mediante una política de
seguridad social. (26) La SNA organizó y promovió efusivamente el
desarrollo técnico de sus trabajadores: se dieron a conocer las
descripciones de las especies para introducirla y reproducirla en la
agricultura chilena, tales como: el algodón y la yerba-mate, aunque éstas
no eran propicias para el territorio chileno, por el clima y la naturaleza
física del país. Es así como, la relación entre la formación técnica de los
obreros y el conocimiento de las especies conllevan a una actualización de
la educación en torno al currículum escolástico que aun persistía con
fuerza en la nación; y como consecuencia, los científicos inmigrantes,
como Gay, diseñaron y enseñaron nuevas modalidades de estudio en la
agricultura.

Desde el marco filosófico de Thomas Kuhn, el camino de la


institucionalización de la ciencia en Chile puede estar demarcado por la
comunidad científica del periodo, debido a que las tareas rutinarias están
arraigadas a un conjunto de normas, valoraciones, reglas y
procedimientos, (27) y con un marco teórico que posibilitó la elección de
problemas y la selección de estrategias y técnicas para construir el
concepto de institucionalización, tal como lo realizaba Francia e Inglaterra.
Aunque en estricto rigor, los paradigmas siempre vienen vinculados a una
revolución científica, e incluso en algunas ocasiones se le atribuye en un
sentido muy amplio, como una visión más general del mundo. Es por ello,
que el concepto de institucionalización puede ser estudiado como un
proceso que constituye una explicación más acabada, tanto de su historia
como de su filosofía.

Si analizamos los acontecimientos desde su pronta independencia: en


1813, por algunos patriotas aspiraban a una ideología del “bienestar del
pueblo”, (28) a través de la internalización de la filosofía ilustrada y del

13
progreso material del país, reflejarían éstos un modus operandi de
desarrollo moral de los ciudadanos de una consciencia colectiva muy
distinta al colonialismo. Entre los postulados modernos, hacemos
mención: fomentar la agricultura y la cría del ganado; educar a los jóvenes
en los principios de la agricultura; difundir la instrucción entre las
mujeres; promover la instrucción pública mediante cartillas y tratados
selectos de agricultura, y promover otras actividades económicas; tales
como la pesca, la navegación y la mineralogía. (29) Sin embargo, el proceso
de reconquista no dejó prosperar dicha organización, y más tarde entre
1821 y 1823 nuevamente se logró "primitivamente" reformular las
primeras fundaciones de sociedades económicas, como lo fue por ejemplo:
La Sociedad Filantrópica de Amantes de la Patria (1821-1826)(30).

Los intelectuales-políticos del periodo comenzaron a organizar todo un


movimiento ilustrado en tierras locales, un nuevo estilo de pensamiento,
que se expresa en 1838 por el fundador José Miguel de la Barra en
compañía de los ilustrados más radicales de la república de Chile, entre
ellos, Andrés Bello y López y Manuel de Salas. Posteriormente a mediados
del siglo XIX, la entidad filantrópica se refundó producto de la Revolución
de 1851 y 1859 (31) -entre conservadores y liberales-, pero fue en 1869 en
donde obtuvo su personalidad jurídica y consolidaría definitivamente su
existencia, expandiéndose rápidamente a las zonas del norte y del sur por
medio de sus delegados técnicos de agronomía; con la finalidad de verificar
ciertos de exportar innumerables especies a Francia, España, Estados
Unidos, Inglaterra y el Caribe.

La comercialización es parte de una constante transformación de


sociabilización intelectual; proposición que demuestra a los investigadores
científicos en establecer un avatar que le es desapercibido a ellos mismos,
cuando éstos visualizan retrospectivamente el camino a seguir en su
propio campo de estudio, (32) es decir, si las transformaciones son

14
favorables para que exista una indagación científica que encamine una
producción paulatina en los análisis de las especies, el objetivo ha de
perecer un camino recto que lleva directamente a la primera formulación
del problema hasta la solución provisional; y más aún, serán
intrínsecamente parte del contexto político-científico de los intereses que
reproducen y promueven este proceso de institucionalización. Argumento,
que responde de cómo el conocimiento y la gestión política-administrativa
actuó como un sendero de inicio a fin, debido a que los intelectuales
científicos deciden ir al campo mismo del objeto de estudio, y de
materializar y proyectar el devenir de la producción agrícola nacional y,
que, a su vez, logra institucionalizarla a través de una sociedad
filantrópica organizada junto a otras naciones de mayor potencia científica
y política. Dicho esto, la república de Chile se instauró en el vínculo
internacional por medio del ejercicio material del conocimiento en el área
de la agronomía, cuyo sector no estaba trabajado en complejidad en todo
el periodo colonial, puesto que la extracción brutal de los recursos
naturales sólo le era propicia y con autoridad del Imperio Español.

En términos generales, esta comunidad de investigadores postulaban con


claridad a los objetivos del desarrollo agronómico del país, tanto como un
vehículo generador de ganancias. Este enfoque corresponde a unos
lineamientos fisiocráticos, cuya obtención de la riqueza descansa en el
seno de una naturaleza “no apropiada”, es decir, que los ilustrados
determinan que la fuerza natural emerge y devela una belleza al admirarla,
y una fuerza oculta en explotarla a través de los resultados de la excesiva
reproducción de sus recursos. Este postulado filantrópico permite a
Claudio Gay expresar lo siguiente en la SNA:

“La agricultura es sin contradicción la fuente principal de la riqueza pública,


la que crea más grandes valores, y que independiente, en general, de los
caprichos de la suerte, no se agota jamás contribuyendo más que toda otra

15
á la ventura de la humanidad (…) vela por nuestras necesidades más
premiosas, nos procura todas esas materias primeras que la industria
modifica, combina y transforma para nuestros usos.” (33)

Las bases fundamentales de la SNA es una evolución progresiva de la


Sociedad Filantrópica de Amantes de la Patria, y en la década del cuarenta
reaparece una preocupación latente por el cuerpo físico del territorio
chileno, desde Copiapó hasta Chillán; por lo que Gay comenzó a informar
de los registros que se tenían de la producción nacional y la paga de los
jornaleros del periodo, tal como se presentan a continuación:

“La estadística de Chile, hablando del rendimiento de los sembrados, nos


da, a mi juicio, una prueba de esta dificultad, pues los resultados sentados
en el último Anuario de 1860 difieren sobremanera de los que conseguimos
en 1840 de los intendentes y gobernadores, como se ve en el cuadro
siguiente.

Agricultura chilena – Capítulo i de los cultivos

Anuario de 1859 Datos de 1840


Trigo 6,61 16
Cebada 6,76 21
Maíz 21,18 40
Frijoles 8,20 17
Lentejas 9,18 ”
Arvejas 4,80 ”
Garbanzos 2,83 ”
Papas 4,83 14 ½

No cabe duda de que ambos estados ofrecen errores, uno en menos y el otro
en más, y lo mejor entonces es tomar provisoriamente el término medio como
guarismo más cercano de la verdad.” (34)

De las Varas y Salarios

“Durante mucho tiempo se ha pagado a los segadores por jornales: esto se


practica todavía en muchos parajes, pero hoy se les da particularmente un
tanto por tarea, la que, cuando es de ley, consta de 2.100 varas, es decir, 35

16
brazadas (70 varas) de largo por 15 (30 varas) de ancho, y aun difieren
según las provincias, como lo señala el cuadro siguiente.

Varas Salario

Copiapó 1.800 60 de largo y 30 de ancho 1 peso


La Serena 909 30 varas cuadradas 2½ reales
Santiago 1.800 6 de largo y 30 de ancho 3 reales
(además de un pan y una libra de charqui)
Bucalemu 2.100 70 de largo y 30 de ancho 2½ reales
Chillán 3.500 70 de largo y 50 de ancho 2 a 3 reales
(con alimentos)

Hay otras tareas que se diferencian de éstas además por la extensión de su


área, entre otras la cuarentena, que es de ochenta varas de largo por 40 de
ancho, por la que se paga 4 reales (…).” (35)

Las especificaciones mencionadas por Gay, la institución tomó nuevas


políticas y medidas administrativas para continuar con el proceso de
producción, entre ellas se encuentran: estimular los estudios y los
métodos prácticos para mejorar el cultivo de la tierra y la cría de ganado;
encontrar mecanismos adecuados para la protección de los bosques;
establecer una policía rural para velar por la seguridad de campesinos y
agricultores; lograr una legislación agrícola; aumentar las remuneraciones
de los jornaleros; favorecer la inmigración de agrónomos, que introduzcan
nuevas técnicas de cultivo en el país; creación de bibliotecas y museos
para estimular el desarrollo agrícola y de las ciencias de la tierra; y
exposición de nuevas maquinarias agrícolas. (36) Todo esto, se plasmó en
el desarrollo de la difusión de los trabajos realizados por la SND, que no se
hizo esperar con la intención de abordar temáticas de interés para los
campestres y sus patrones de fundo; de modo que nace “El Agricultor”
(1838-1849), publicación que además expresaba la ideología de los
miembros y reafirmaba el sentido de pertinencia entre las prácticas
europeas con respecto a la producción y cosecha de los diferentes tipos de
gramíneas, sugerencias para prevenir el cólera, patologías médicas
observadas en el agro, temas referentes a la salubridad pública, técnicas

17
para eliminar el “polvillo negro” del trigo, procedimientos para exterminar
roedores y preñeces de las vacas, entre otras. (37)

Junto con la difusión científica “El Agricultor”, -como antecedente


fundamentalmente de las nuevas investigaciones realizadas en torno al
agro- en 1841, con fondos del Estado se logra constituir la primera
Escuela Elemental de Agronomía Nacional, (38) sustentándose
primordialmente en las bases teóricas de Gay, quien diseñó un “Jardín de
Climatización Modelo” destinado y orientado al cultivo de especies “útiles”
productivas. Por lo tanto, este acto contribuye a incrementar
considerablemente el estilo de pensamiento en la nación chilena, tal cual
como lo expone Fleck:

“La tradición, la formación y la costumbre” (…), son los factores que dan
origen a una disposición a percibir y actuar conforme a un estilo, es decir, de
forma dirigida y restringida.” (39)

Un estilo de pensamiento que se desarrolló a medida que el científico


francés introdujo las nociones del Jardín de Climatización Modelo en los
diferentes espacios de la Quinta Normal y logró estructurar las bases
teóricas de los dichos campos de estudio, según su especie, como, por
ejemplo: hortalizas, naranjos, arrayanes, entre otras. Conjuntamente,
solicitó importar semillas del extranjero y creó colecciones de plantas
exóticas -al igual que Mutis en el Reyno de Nueva Granada- que
circulaban en la región latinoamericana. En este contexto, la SNA también
importó las primeras maquinarias agrícolas, como por ejemplo la
Trilladora de Herrarte y la Trilladora Inglesa Portátil. (40) De esta forma, la
Quinta Normal fue considerada como un laboratorio de análisis teóricos y
prácticos, puesto que contaba con lo necesario para realizar
investigaciones de las plantas “útiles” y de cultivos exóticos. Esto llevó a

18
que se gestaran dos organizaciones en 1876, tal como lo explica el
historiador René Le Fevre:

“(…) primeramente el Instituto Agrícola representa la enseñanza superior


agrícola que se dedica específicamente a los hijos de los propietarios
agrícolas, que han de esplotar mas tarde sus fundos. También tiene por fin
formar agrónomos e ingenieros agrícolas.” (41)

El Instituto Agrícola proyectó un fin más bien utilitarista para la


producción agrícola a gran escala, incorporando un hospital veterinario en
dichas dependencias, para indagar sobre patologías del ganado, (42) y que
con los años se transformaría en el Instituto Bacteriológico (1930). Este
hito explicaría la vinculación de una institución con otra, como una
necesidad del objeto de estudio en una ciencia determinada, y de los
problemas generales que presenta al estudiarla; (43) empleándose métodos
y técnicas, que pueden ser, homologas y relevantes para comprender los
resultados de las indagaciones científicas y mejorar su productividad.

Si bien es cierto, las inversiones para la creación de instituciones agrícolas


no eran propias de los científicos y de sus estudiantes sino mejor dicho
eran inversiones del Estado. Éste necesitaba fomentar con urgencia la
industria nacional agronómica, y para ello, necesitaba de profesores,
técnicos y un amplio número de alumnos. En consecuencia, en 1881 trajo
consigo la creación de Escuelas Prácticas de Agricultura inspiradas en el
modelo de Claudio Gay que presentó en la creación del MNHN.

Entre los trabajos y postulados de la SNA y, paralelamente con el MNHN


constituyeron un hecho significativo para intercambiar ideas y colecciones
con otras instituciones europeas, sobre todo con el Museo de Historia
Natural de París, en donde Gay se desempeñaba como un colector
corresponsal. (44) La relación entre Chile y Francia, en el plano local, abrió

19
la puerta a que emergiera una institución con rasgos de académicos,
debido al intercambio permanente de colecciones científicas naturales.

Pasados los años, y teniendo presente dos instituciones que tomaron una
categoría científica de la naturaleza chilensis, entre 1856 y 1857, la
difusión fue sustancial para el avance técnico de lo que se estaba
realizando en el país. Por ejemplo, la revista “El Agricultor” fue
reemplazada por la revista “El mensajero de la Agricultura”, pero ésta tomó
una noción más bien política, ya que fue dirigida por Benjamín Vicuña
Mackenna. No obstante, la SND irrumpió con la editorial, porque el sentido
no era ya la investigación científica de las especies y sus aconteceres, sino
de su gestión política-administrativa. Así, en 1869, se publicó el “Boletín
de la Sociedad Nacional de Agricultura” que se caracterizó por su
información más actualizada sobre los progresos del agro chileno y del
extranjero, cuyas temáticas estaban concernidas al mercado y a la
productividad global.

Las corrientes filosóficas ilustradas que se originaban en tierras locales


eran prácticamente similares a las concepciones del Viejo Continente,
puesto que la materialización de las ideas -en cada tarea respectiva-
demostraban una eficacia coherente para que éstas sean aceptadas por la
comunidad científica internacional, considerándose como sucesos fijos,
permanentes, e independientes de la opinión subjetiva de los histriones
(45) y, a su vez, contra produciéndose una transitoriedad de las teorías
que arguyeron de cómo se está construyendo la idea de ciencia en Chile.

El MNHN logró tomar las características peritas, de igual manera a las


instituciones de mayor realce académico científico, como es el caso de las
haciendas europeas en el lineamiento del agro-científico, lo que exponía
una producción pre-industrial a gran escala y, por ende, permitía el
fomento del progreso de la nación en todos los estamentos sociales y

20
económicos. Por otra parte, los postulados epistemológicos que hubo entre
“el centro” y “la periferia” como se puede interpretar en el siglo XIX como
una concepción de Movilización de los Mundos. (46) Éste permitió que el
mejorar la movilidad y estabilidad posibilitó el dominio a distancia de la
burguesía europea. Un ejemplo de ello, fue la agricultura que ingresó con
gran efusividad en los estudios técnicos y superiores en las grandes
ciudades del Viejo Continente, y sus temáticas eran prácticamente
científicas dados los análisis de las especies. Además, los resultados en la
agricultura no se hicieron esperar; de hecho en Chile, alcanzó a
constituirse como una facultad en 1869 en la Universidad de Chile, siendo
muy semejante a las históricas escuelas de Derecho y Medicina. Este
acontecimiento abordó una educación diferente a lo que se conocía y
enfatizó su atención a la especialización técnica de sus súbditos.

Chile vislumbraba el desarrollo interdisciplinario, dada las actividades


locales y la importación de instrumentos y maquinarias para el estudio de
la química, botánica, física, mecánica, zootecnia, agronomía, economía e
ingeniería para dar origen a la agroindustria en una primera etapa. Este
argumento fue vital para el desarrollo de cualquier comunidad científica
que necesita reproducir la materialización de las ideas en un estilo de
pensamiento; dado que este aspecto, evidencia un estatuto específico de la
ciencia, es decir genera una especialización particular de los estudios
realizados en innumerables objetos de estudios. (47) El ejemplo más claro
en lo que respecta a la creación de instituciones científicas es el MNHN, tal
como lo señala el historiador Barros Arana:

“Desde los primeros días de la República, los gobernantes de Chile


manifestaron el más entusiasta empeño por dar a conocer nuestro país por
medio de estudios jeograficos i descriptivos. A juicio de ellos, estos estudios
que debian servir en el interior para facilitar los trabajos administrativos,

21
revelarían en el extranjero las riquezas de nuestro suelo y atraerían hacia él
la inmigración que tanto necesitaba la industria nacional.” (48)

El sistema económico influyó de manera significativa en la fundación del


MNHN, mediante una institución pública que diera origen a la historia
natural chilensis, incorporando a la comunidad científica a ser parte del
progreso utilitarista por parte de la clase política. A Claudio Gay se le
solicitó realizar una expedición al territorio nacional, además de conformar
un comité científico, entre sus miembros: José Alejo Besamilla, Francisco
García Huidobro y José Vicente Bustillos. (49) A continuación se presentan
los primeros artículos del contrato firmado entre Gay y el ministro
Portales:

“En virtud de la autorización conferida por S.E., el infrascrito Ministro de


estado en el departamento del interior, en nombre del Gobierno de la
República, y Don Claudio Gay, profesor que fue de las ciencias naturales del
Colegio de Santiago, han convenido en celebrar el contrato a que dicha
autorización se refiere, en los términos y bajo las condiciones siguientes:

Art. 1º Don Claudio Gay se obliga a hacer un viaje científico por todo el
territorio de la República, investigar la historia natural de Chile, su jeografia,
jeologia, estadística y cuanto contribuya a dar a conocer las producciones
naturales del país, su industria, comercio y administración, y a presentar al
gobierno en el término de cuatro años, por medio de una comisión que
inspeccione sus trabajos, un bosquejo de las obras siguientes:

1º La historia natural general de la República (…)


4º La estadística general y particular de la República en relación a la
agricultura, industria, comercio, población y administración de cada
provincia (…)

22
6º Se obliga a formar un catálogo de todas las aguas minerales del territorio,
con sus análisis químicos (…).” (50)

En posible inferir del contrato de trabajo que el propio Estado organizó la


asistencia pública para dar a conocer a cada ciudadano en lo que respecta
a los recursos naturales del país y en la historia natural del país mediante
las colecciones y los documentos elaborados por científicos ilustrados.
Todas estas labores se vieron reflejadas en una en el MNHN, que tiene por
misión:

“(...) esta institución sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y su


desarrollo, que adquiere, conserva, exhibe, investiga y divulga con fines de
educación, de estudio y de goce, colecciones de objetos de importancia
cultural y científica.” (51)

La misión de esta institución es generar un espacio más experimental y


reflexivo sobre nuestra historia natural, (52) acercando al individuo con el
"objeto real" (53) por medio de los reconocimientos efectuados de las
comunidades científica internacionales, es decir, que el objeto proyecta
una imagen que transfiere un conocimiento a la conciencia nacional que el
propio Estado necesitaba fomentar, y lo confirmó de acuerdo a las visitas
de un público más privado y selectivo, en otras palabras, concurría un
público más bien ilustrado en formación científica. (54)

Por otro lado, el contrato de trabajo no especifica una construcción del


MNHN, sino de un comité de investigación científica y de una biblioteca
personal que poseía Gay para realizar las exposiciones mediante la
recolección de material en las diversas zonas del territorio nacional. Recién
en 1838 tenía formado e instalado su museo en una sala de un edificio
ubicada en la calle Catedral, entre Bandera y Morandé. Una vez cumplido

23
el contrato, por decisión personal, el científico galo decide regresar a París,
escribiendo a las autoridades del gobierno de Chile:

“No dudo de sus buenos deseos para servirme, ni de todo el interés que US.
Toma por mis trabajos. Espero que no me faltaran ocasiones para dirigirme
a US. Con toda franqueza. Por ahora me limito a recomendarle
encarecidamente al Museo de Santiago, que miro como el resultado más
notable de mi feliz residencia en la República. (…) Creo que es un
establecimiento que hace grande honor al país, i que merece la atención del
gobierno i de US. Sin duda, lo aprecio demasiado por dejar de enviarle de
cuando en cuando algunos objetos de estudio; pero hay muchos otros, que
no podrían conseguir sin gastar algunos pesos.” (55)

Gay en su calidad de científico debió estar rindiendo cuentas


permanentemente al Ministerio del Interior y Relaciones Exteriores, tanto
por sus labores científicas como viajes que había realizado. Al finalizar su
labor en Chile, y antes de dejar la dirección del MNHN en 1841, Manuel
Montt le solicitó un informe para inspeccionar los trabajos de Gay. Según
Barros Arana, la comisión científica aprobó los trabajos porque:

“(...) había dotado al museo de muchos objetos de su propiedad que había


traído de Europa a su costa y que obsequió generosamente.” (56)

Cuando el naturalista dejó Chile, el MNHN pasó a manos de Francisco


García Huidobro, siendo nombrado por el comité científico, quien lo dirigió
hasta 1843 porque había sido trasladado a la dirección de la Biblioteca
Nacional, entregándolo a Andrés Antonio Gorbea. A su vez, la creación de
la Universidad de Chile en 1842 toma la administración del MNHN, ya que
anteriormente estaba precedida por el Ministerio de Instrucción Pública,
demarcándose un giro educacional, puesto que las cuentas anuales ahora
serían recibidas y administradas por el Rector de la Universidad de Chile,

24
Andrés Bello y López. Posteriormente, en 1852 le siguió a su cargo
Francisco de Borja Solar, y éste fue relevado por Filiberto Germain, quien
asumió el cargo de interino en 1853, y posteriormente Rodulfo Amando
Philippi quien ejerció un protagonismo similar al de Gay, fomentando y
consolidando las normas de institucionalidad del MNHN.

En síntesis a este apartado, la fundación del MNHN respondió al modelo


de los museos latinoamericanos del siglo XIX, creados a partir de la
disposición estatal que tenía como objetivo realizar la recopilación de datos
y especies, procedentes de diferentes partes del territorio chileno.

La primera etapa de la institución estuvo más bien focalizada en la


recolección realizadas por Gay, a lo que también se agregó las relaciones
entabladas dentro de la comunidad científica internacional a través de
intercambios de colecciones, las que dieron cuenta del rol de la academia
de ciencias que comenzó a desarrollar el MNHN; y que a su vez, cumplió el
papel de contribuir a la proyección de una nación política-cívica por medio
de la identidad histórica natural de Chile.

Es así como la contribución de Gay forjó una metodología de trabajo para


las próximas comunidades de investigadores, logrando dimensionar
innovadoras formas para emplear sistemáticamente las disciplinas de
estudio, como lo fue el caso del MNHN, lo que indudablemente marcó una
filantropía en la búsqueda del conocimiento científico. Así, desde la
incorporación científica de este ilustre naturalista, particularmente, entre
los años 1830-1844 (expediciones científicas) y 1844-1871
(documentación), construyó la historia natural de Chile, fundamentándose
como un estilo de pensamiento establecido por el Viejo Continente y las
aplicaciones temáticas en nuestra realidad local.

25
Hacia una Conclusión

A Claude Gay es posible considerarlo como un científico moderno, porque estuvo


inserto en una comunidad de especialistas y hubo vinculación entre las entidades
institucionales, como lo fue la Academia de Ciencias de París por ejemplo,
además de manifestar una aprehensión cognoscitiva e instaurando un estilo de
pensamiento mediante la transitoriedad de éste, siguiendo un modelo científico,
junto con sus reglas y métodos de acercamiento a un objeto de estudio para una
posterior descripción o explicación de los mismos; también porque logra fundar o
asentar algunas entidades que se interesan por la aprehensión científica como lo
fue el Museo Nacional de Historia Natural; y por cierto, cuando domina áreas del
saber con absoluta propiedad, como botánica, zoología, estadística, agricultura,
entre otras para ir presentando sus tomos entre 1844 y 1871; y por supuesto,
cuando es reconocido por sus pares y lo invitan a ser miembro de la Academia de
Ciencias de París, en donde analizan temáticas de la ciencia en general,
validándose por su labor científica en el plano nacional e internacional.
Delineándose la instauración de un Estilo de pensamiento, desde la mirada de
Fleck, ya que a partir de la década del 30´ del siglo decimonónico se logra
vislumbrar un carácter colectivo del trabajo científico como un proceso
acumulativo y progresivo de un conjunto de actividades científicas,
reformulándose particularmente en las observaciones de las especies.
Comprendiéndose a su vez que un estudio de caso ya no es algo que se dé de
manera independiente a la actividad científica, sino que se determina mediante
las metodologías empleadas por otros científicos del periodo, tales como:
Domeyko, Pissis y Philippi por ejemplo; quienes a finales del siglo XIX
determinarán la gesta de una identidad científica llevada a cabo por comunidades
de investigadores, que en especial fue elaborada individualmente, pero que en
cierta índole la correspondencia epistolar sostuvo la comunicación permanente
entre los investigadores para dar a conocer en rigurosidad las características
naturales de los objetos de estudio.

La visión de ciencia en el país es considerada como un proceso que ha


continuado hasta nuestros días. Puesto que la investigación de los recursos
naturales del país conlleva a estudios más complejo de análisis, tanto por los

26
científicos actuales de las ciencias naturales a partir de la base teórica moderna
de los registros objetivos de Claude Gay, por lo que, documentó las especies
patrimoniales provenientes de la república de Chile. Dicha información ha
perdurado como efecto de la actividad investigativa, que ha sido difundida en
numerosas publicaciones, pero, específicamente, su prosa ha sido desarrollada
detalladamente por los historiadores de la ciencia en Chile. En consecuencia, la
obra de Claude Gay nos ha llevado a preguntarnos si la historia de la naturaleza
local ha influido en los marcos sociales, culturales, económicos y políticos del
pensamiento Estado-Nación, y de cuestionarnos en cómo comprendemos
epistémicamente nuestro territorio en función a la realidad natural que
observamos y de considerar la relación que existe entre Gay y la instauración de
la Historia natural de Chile, lo que permitió a la comunidad científica nacional
acceder al conocimiento universal.

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Notas
1 Sagredo, R. (texto) y Donoso, M (fotografías) “La ruta de los naturalistas. Las huellas de Gay, Domeyko y
Philippi” LarrainVial. Patrimonio Cultural de Chile. p. 16.

2 Periodista del diario “El Verdadero Liberal” Chile. Enero de 1827.


Véase en http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0007593.pdf

3 Ibídem.: “Pedro Chapuis, quien llegó a Chile a mediados de 1825, tras permanecer por algún tiempo en
España, Portugal y Brasil. Se trataba de organizar una sociedad de profesores de alta calificación, con la
finalidad de abrir un nuevo colegio de enseñanza preparatoria y superior. Para este efecto Chapuis, con el
apoyo de Diego Portales y su grupo político, se trasladó a Francia en busca de las personas adecuadas.
Con la ayuda del miembro de la Universidad de París, Francisco Alejo del Río y la protección del gobierno
de Carlos X consiguió estructurar su equipo, el que fue completado con un par de contrataciones en Brasil.
Éste fue integrado por Juan Antonio Portes, Claudio Gay, José Coupelon, Teodoro Moriniére e Hipólito
Beauchemin, entre otros.” Véase en Fuentes Bibliográficas Capítulo II: Reorganización de la enseñanza
superior después de la Independencia. http://www.historia.uchile.cl

4 Nos referimos al Reyno de Chile, al periodo que se comprendía desde 1534 por el Emperador Carlos I
(1500-1558) a las llamadas gobernaciones de Nueva Andalucía y Nueva León, que ocupaban los territorios
Pacífico y el Atlántico aproximadamente entre los paralelos 26ºS y 37ºS y entre el 37ºS y el 47ºS,
respectivamente. Sin embargo, la arbitrariedad de estas divisiones pronto llevaron a su desaparición,
permaneciendo la denominación de “Chile”, que posteriormente sería explorado por Diego de Almagro
(1475-1538). Tras la expedición de Pedro de Valdivia (1500-1553) a Chile y la fundación de Santiago, se
creó la llamada gobernación de Nueva Extremadura, nombre otorgado por Pedro de Valdivia a la zona en
honor a su lugar de origen. Sin embargo, esta denominación se mantuvo por pocos años hasta la muerte
de Jerónimo de Alderete (1516-1556), ocurrida en1556. De allí en adelante, el nombre de “Chile”
predominó entre los hispanos para denominar a dichos territorios. Así, finalizó la denominación del Reyno
de Chile en 1798 a propósito de una disputa entre el virrey Ambrosio O'Higgins (1720-1801) y el
gobernador Gabriel Miguel de Avilés y del Fierro (1735-1810), el rey Carlos IV (1748-1819) resolvió en
una comunicación dirigida al virrey, el15 de marzo de aquél año, declarar a Chile "independiente de ese
virreinato, como siempre debió entenderse" Véase en Diego Barros Arana. “Historia de Chile” Tomo 7.
pp. 318 - 319. Y Recopilación de Leyes de Indias, Libro II De las Leyes, Provisiones, Cedvlas, y
Ordenanças Reales, Título XV «De las Audiencias, y Chancillerias Reales de las Indias», Ley XII
"Audiencia y Chancilleria Real de Santiago de Chile".

29
5 En este sentido hablaremos como independientes de la administración política y económica de la Corona
Española. Puesto que para algunos historiadores, este acontecimiento fue una guerra civil en tierras
chilenas. Véase en este punto, los postulados históricos en la narración de los historiadores: Gabriel Salazar,
Sergio Grez, Cesar Cerda, entre otros.

6 Vida I Obras de Gay. Estudios Históricos y Bibliográficos en el Archivo Nacional. Tomo XI. Pp. 23-24.

7 En lo que explica, que desde este enfoque, John Locke (1632-1704), principalmente en su “Ensayo sobre
el entendimiento humano” afirma que nuestros sentidos al percibir las constantes vicisitudes de las cosas no
pueden dejar de observar la relación causa-efecto, definiendo como causa: “aquello que hace cualquier otra
empresa a existir.” En Cf. Locke, J. “Ensayo sobre el entendimiento humano”. Editorial Aguilar. Buenos
Aires. 1970. P. 105.

8 En este sentido, el historiador Guillermo Feliú Cruz (1900-1973) manifiesta que Claudio Gay “aplicó a
las investigaciones el mismo método que a las ciencias naturales. Comenzó por juntar los materiales
históricos; los ordenó, los clasificó. Se sumió en archivos históricos públicos y privados” en Feliú Cruz, G.
“Claudio Gay. Historiador de Chile” Editorial del Pacífico. Santiago. 1965. P. 18.

9 Bello, A. Prospecto. Edición N°1 de la Revista de Ciencias y Letras. Santiago. 1857 en Biblioteca
Nacional.

10 Andrés Bello López obtuvo la nacionalidad chilena el 17 de octubre de 1832. Es considerado como un
destacado forjador de la institucionalidad chilena. Impulsó al Movimiento literario de 1842. Además de
ejercer como maestro en el Instituto Nacional, redactor de El Araucano y se desempeñó como rector de la
naciente Universidad de Chile desde 1842. También fue el principal redactor del Código Civil, (1855) y que
continúa vigente en el actual sistema jurídico. Véase en Cf. http://www.memoriachilena.cl

11 Cf. Apey, María Angélica. Historia de la Sociedad Nacional de Agricultura. Santiago de Chile:
Sociedad Nacional de Agricultura, 1988, p. 12. En Saldivia, Z. “La sociedad nacional de agricultura en el
siglo xix chileno: su rol social y su aporte al desarrollo científico-tecnológico” Revista Electrónica de
Geografía y Ciencias Sociales Universidad de Barcelona ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-
98 Vol. V, nº 100, 1 de noviembre de 2001, Véase en http://www.ub.edu/geocrit/sn-100.htm#5: “Sin
embargo, crear una sociedad acorde a los modelos ilustrados que se preocupe del progreso del país, del
bienestar de la población, y específicamente del desarrollo del agro, es una idea que se consolida
definitivamente en Chile sólo en 1838, por iniciativa de don José Miguel de la Barra y de algunos amigos a
quienes reunió en su casa. Entre estos figuraban Andrés Bello, Manuel de Salas, José Santiago Aldunate,
Pedro Palazuelos, Rafael Larraín, José Gabriel Palma y Domingo Arlegui.”

12 La construcción del Museo Nacional de Historia Natural, se remonta a la decisión política del Director
Supremo Bernardo O´Higgins Riquelme (1778-1842) en 1822, pero las arcas fiscales no alcanzaban para
subvencionar dicho proyecto; aunque posteriormente en 1823 el Director Supremo Ramón Freire Serrano
(1787-1851) encargó a Jean Josseph José Dauxion Lavaisse (1774-1829) explorar el territorio chileno, de
modo de tener un informe sobre las perspectivas de colonización y conectividad. Lamentablemente, su vida
tomó rumbos impensados y no pudo completar ninguna de las dos tareas que le encomendaron las
autoridades chilenas, ya que falleció en 1829. Luego, con el contrato de trabajo de Claudio Gay y más su
obra celebre, entre sus viajes y recorridos por el país, recolectó material suficiente para que fuera exhibido
en este primer museo y que quedó plasmado en su conocida obra "Atlas de la historia física y política de
Chile". Por ello, cuando el Museo abrió sus puertas en una Sala de la Biblioteca Nacional ubicada en calle
Catedral entre Bandera y Morandé tenía entre sus colecciones interesantes objetos animales, vegetales y
minerales. De este modo, por los vaivenes del destino, ese mismo Museo Nacional de Historia Natural
obtuvo un beneficio interesante del desarrollo de las ciencias y la incipiente tecnología en el país. Gracias a
la realización de la Primera Exposición Internacional de Chile en 1875, el museo pudo trasladarse -al año
siguiente- al edificio diseñado por el arquitecto francés Paul Lathoud, ubicado al interior del Parque Quinta
Normal. Cf. Véase en http://www.senado.cl

30
13 Es probable que la herencia de crear jardines botánicos se deba a la creación máxima de estas materias.
Por lo que la Corona Española contaba con el propio, en la ciudad de Madrid, desde el 17 de octubre de
1755, fundado por el monarca Fernando VI (1713-1759), ubicado en el Soto de Migas Calientes – a cuadras
del río Manzanares-. Posteriormente, con los años, el rey Carlos III en el año 1781 lo trasladó al “Paseo del
Prado”, junto al Museo de Ciencias Naturales –actual museo del Prado-. Este hito, se asentó en el
pensamiento real-criollista, tal cual, como lo fue en el Reyno de Nueva Granada, principalmente por las
labores y obras de José Celestino Mutis y Bosio (1732-1808). Cf. Véase en el “Real Jardín Botánico”
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. CSIC. Plaza de Murillo, 2. Madrid E-28014. ESPAÑA.
Consultado en http://www.rjb.csic.es/jardinbotanico

14 Carl Nilsson Linnæus, fue un científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco que estableció los
fundamentos para el esquema moderno de la nomenclatura binomial. Se le considera el fundador de la
moderna taxonomía, y también se le reconoce como uno de los padres de la ecología. Entre sus obras más
destacadas Præludia sponsaliarum plantarum (1729), Fundamenta botanica quae majorum operum
prodromi instar theoriam scientiae botanices per breves aphorismos tradunt (1732), Systema
naturae (1735-1770), Fundamenta botanica (1735), entre otras.

15 El Muséum d’ Histoire Naturelle fue creado mediante un edicto en 1635, con el nombre de Jardín Royal
des Plantes Medicinales; así los miembros fueron, principalmente, doctores en medicina. Posteriormente
con los años, la institución se perfeccionó aún más, en el siglo XVIII, por lo que, luego de la Revolución
Francesa, fue inagurado el 10 de Junio 1793 por Joseph Lakanal (1762-1845). Cf. Yves Laissus, “Les
voyageurs-naturalistes du Jardin du roi et du Muséum d'histoire naturelle” Revue d'histoire des sciences,
vol. 34. no 3-4. juillet-décembre 1981. pp.259-317.

16 Cf. Véase en www.memoriachilena.cl

17 Villalobos, S. “Claudio Gay y la renovación de la agricultura chilena” Instituto de Capacitación e


Investigación en Reforma Agraria (ICIRA). Santiago. 1973. P. 13.

18 “La preocupación por las imágenes de los observables taxonómicos es una característica de la ciencia
de la época, esto se comprende mejor si se tiene presente que Humboldt por su recorrido en América
Meridional también se ayudaba mucho con las imágenes; era una características de la ciencia romántica
que representa Humboldt. Justamente, Humboldt y Gay contaron con la cooperación del pintor Mauricio
Rugendas para ilustrar algunos especímenes y situaciones sociales.” En Saldivia, Z. “La Ciencia en el
Chile Decimonónico” Ediciones Universidad Tecnológica Metropolitana. Santiago de Chile. 2005. P. 147.

19 Johann Moritz Rugendas, fue un pintor y dibujante de origen alemán, conocido por sus registros de
paisajes latinoamericanos en la primera mitad del siglo XIX. Llegó a Chile el 1 de julio de 1834, residiendo
primeramente en la ciudad de Talca hasta 1845, en donde conoció, mediante tertulias, a Andrés Bello
López y Claudio Gay. Cf. Véase en http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rugendas.htm y
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=rugendas-johann-moritz

20 Cf. La Institucionalización de la ciencia en Chile. Por Zenobio Saldivia Maldonado en “Inter-American


Review of Bibliography” Vol. XLIX. No.1-2. Washington, D.C. 20006. U.S.A. 1999. pp. 141-155.

21 En 1838, por José Miguel de la Barra, Andrés Bello, Manuel de Salas, José Santiago Aldunate, Pedro
Palazuelos Astaburuaga, Rafael Larraín Moxó, José Gabriel Palma Villanueva, entre otros constituyeron las
bases de La Sociedad Chilena de Agricultura y Colonización, tales como fomentar la agricultura y la cría
del ganado, educar a los jóvenes en los principios de la agricultura, difundir la instrucción entre las mujeres,
promover la instrucción pública mediante cartillas y tratados selectos de agricultura y promover otras
actividades económicas; como la pesca, la navegación y la mineralogía. Cf. Salinas, M. El laicado católico
de la Sociedad Chilena de Agricultura y Beneficencia (1838-1849). Anales de la Facultad de Teología. Vol.
XXIX. Santiago de Chile: Universidad Católica de Chile. 1980. p. 100.

22 Gaspar Melchor de Jovellanos, era un intelectual, escritor, jurista y político ilustrado. Entre sus obras

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más selectas: Introducción a un discurso sobre el estudio de la Economía civil (1776); Elogio fúnebre del
marqués de los Llanos de Alguazas, Leído en la Sociedad Económica Matritense el 5 de agosto de (1780);
Discurso pronunciado la Sociedad de Amigos del País de Asturias, sobre la necesidad de cultivar en el
Principado el estudio de las ciencias naturales. Oviedo, 6 de mayo de 1782; Elogio de Carlos III. Leído en
Real Sociedad Económica de Madrid el 8 de noviembre de 1788; Traducción del Voyage dans l’Egypte
pour decouvrir les sources du Nil, de James Bruce (1795); Tratado de botánica mallorquina o Flora
medicinal de Valldemos (1801); Instrucción dada a un joven teólogo al salir de la Universidad, sobre el
método que debía observar para perfeccionarse en el estudio de esta ciencia. Castillo de Bellver (1805);
Origen e introducción de la agricultura en Asturias. Castillo de Bellver (1804); Regreso del destierro.
Mallorca, 5 de abril, 23 de junio de 1808¸ Memoria en defensa de la Junta Central. Santa Cruz de
Ribadulla, 2 de mayo de 1811; entre otras. Cabe destacar que este autor, enfatizó sus escritos en obras
literarias, Memorias, Pedagogía, Economía, Temas Asturianos, Arte, Derecho, Traducciones, Botánica y
Política. Cf. Galino, A. “Gaspar Melchor de Jovellanos” Revista trimestral de Educación Comparada.
París. UNESCO. Vólimen XXIII. N° 3-4. 1993. Pág. 808-821.

23 G. M. de Jovellanos, Elogio de Carlos III, en: Obras publicadas e inéditas, Vol. 87, págs. 7 y ss., Miguel
Artola. Madrid. Biblioteca de Autores Españoles. 1956.

24 Laguna, M. Pensamiento Económico y Social. Publicado en la Web el día miércoles 9 de marzo de 2011.
Véase en http://pensamientoeconmicoysocial.blogspot.cl/2011/03/la-fisiocracia-y-francois-quesnay.html
P.1.

25 Escobar, G. La ilustración en la filosofía latinoamericana. México D.F. Ediciones Trillas. 1980. p. 42.

26 En este sentido, las autoridades políticas -a inicios del siglo XX- discutieron efusivamente, las nuevas
políticas laborales que desempeñarían sus trabajadores, principalmente por el 1° gobierno del presidente
Arturo Alessandri Palma (1920-1925).

27 Óp. Cit. Kuhn, T. “La Estructura de las revoluciones científicas”… p. 51.

28 Gay, C. Agricultura chilena (Edición facsimilar de la Historia física y política de Chile. Introducción y
estudios de Sergio Villalobos R.). Icira. Santiago de Chile. 1973. p. 124.

29 Ibídem. P. 124.

30 “De una mocion del señor Araos, para que se decrete la fundacion de una sociedad filantrópica de
amantes de la Patria. (V. sesion del 12 bis de Marzo de 1821.) Véase en sesión de 31 de enero de 1825
Congreso nacional sesion 46, en 31 de enero de 1825 presidencia de don Francisco Ramón de Vicuña. En
Página: Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo X (1824-1825).djvu/354

31 Cf. Millar, W. “Historia Ilustrada de Chile” Ediciones Zig-Zag. Santiago de Chile. 1998. Pp. 251-255.

32 Cf. Óp. Cit. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico”… p. 25.

33 Gay, C. Historia física y política de Chile (Sección Agricultura). París. Imprenta E. Thunot y
Cia. 1862. Tomo I. p. 1.

34 Gay, C. “Historia Física y Política de Chile” Agricultura Tomo II. París en Casa del Autor. 1865. Pp. 6-
7.

35 Ibídem. P. 26.

36 Óp. Cit. Cf Saldivia, Z. “La sociedad nacional de agricultura en el siglo xix chileno: su rol social y su
aporte al desarrollo científico-tecnológico”…p. 4.

32
37 Ibídem. p. 4.

38 Cf. Arancibia, L., Yavar, M. y otros. “La agronomía en la agricultura chilena” Santiago de Chile.
Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile. 1989. P. 103.

39 Óp. Cit. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico”…p. 31.

40 Óp. Cit. Gay, C. Agricultura chilena. p. 222. En el caso de la Trilladora Inglesa Portátil, se adecuaba
más a la topografía de Chile.

41 Cf. Le Fevre, R. Breve reseña sobre la Quinta Normal de Agricultura. Santiago de Chile: Imprenta
Moderna. 1901. p. 7.

42 Cf. Ibídem. p. 36.

43 Cf. Briones, G. “Epistemología de la Investigación” Módulo I. Curso Educación a distancia: Métodos y


Técnicas Avanzadas de Investigación Aplicadas a la Educación y a las Cs. Sociales. Santiago. 1989.

44 Cf. Barros Arana, D. Don Claudio Gay: su vida y sus obras. Estudios históricos-bibliográficos. Tomo
XI. Publicado por Imprenta Cervantes, 1909-1911. P. 365.

45 Óp. Cit. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico”…p. 43.

46 Óp. Cit. Latour, B. “Ciencia en acción. Cómo seguir a los científicos e ingenieros a través de la
sociedad”… P. 213.

47 Cf. Óp. Cit. Crombie, A. “Estilos de pensamiento científico a comienzos de la Europa Moderna”… p.
32.

48 Barros Arana. Estudios histórico y bibliográfico. Don Claudio Gay. p. 246.

49 Archivo Nacional. Fondo ministerio de Justicia, Volumen 72. Foja 328. Santiago, Octubre 8 del 1830.

50 Ibídem.

51 Museo Nacional de Historia Natural. Colección Chile y su cultura. Dirección de bibliotecas, archivos y
museos. (Chile: Ministerio de Educación pública). p. 13.

52 Cf. Óp. Cit. Latour, B. Ciencia en acción. Cómo seguir a los científicos e ingenieros a través de la
sociedad” pp. 106-109.

53 Cf. Ibídem. p. 205.

54 Cf. Mary Roldán, Museo Nacional, fronteras de la identidad y el reto de la globalización Ministerio de
Cultura. Colombia. 2000. p. 50.
55 Archivo Nacional. Ministerio de Instrucción Pública. Volumen 14. Santiago 16 de Julio de
1842.

56 Óp. Cit. Diego Barros Arana. Don Claudio Gay. p. 247.

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