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CRUZ

Citas de la Sagrada Escritura

Quien no carga con su cruz no es digno de Cristo: Mt 10, 38.

Si alguno quiere venir en pos de Mi nieguese a si mismo, cargue con su cruz y sigame. Mt 16, 24.

Nuestro Señor fue crucificado <<en el tiempo señalado>>: Rom 5, 8; por obediencia al Padre: Rom 5, 19.

Nuestro <<hombre viejo>> esta crucificado con Cristo por el bautismo y por la conversion a la vida cristiana: Rom 6, 5-2; 7, 4.

Es necesario tomar parte en los sufrimientos de Nuestro Señor

para ser glorificado con El: Rom 7, 18.

El Evangelio debe ser siempre la doctrina de la cruz; acomodarlo a la sabiduria del mundo es hacer inutil la cruz de Cristo: I Cor I, 17.

La doctrina de la cruz es una fuerza divina para aquellos que se salvan, locura para aquellos que perecen, y un escandalo para los judios
endurecidos: I Cor 1, 18-24.

La unica ciencia de San Pablo: Jesucristo, y este crucificado: I Cor2, 2.

Relacion entre la Sagrada Comunion y la muerte de Nuestro Señor en la cruz: I Cor 11, 26.

San Pablo fue <<crucificado>>, es decir, que su voluntad propia murio y la voluntad divina ocupo su lugar: Ga/ 2, 19-20; 6, 14.

Jesucristo se anonado, se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz: Flp 2, 5-8.

Los enemigos de la cruz: Flp 3,

La sangre de la cruz ha reconciliado con Dios todas las cosas en el cielo y en la tierra: Col 1, 20.

Nuestra sentencia de condenacion ha sido rasgada y clavada en la cruz por el Sacrificio de Nuestro Sehor: Col 2, 14.

Nuestro Señor carga con la cruz para ir al Calvario: Jn 19, 17.

Simon Cirineo es obligado a llevar la cruz en pos de Jesus: Mt 27, 32; Mc 15, 21; Lc 23, 26.

Nuestro Señor es clavado en la cruz, donde muere: Mt 27, 35-50; Mc 15, 24-37; Lc 23, 33-45; Jn 19, 18-30.

Debemos crucificar nuestra propia carne con sus vicios y pasiones para ser verdaderos discipulos de Cristo: Cal 5, 24.

Los que se entregan a la gula y a las cosas terrenas son enemigos de la cruz de Cristo: Flp 3, 18-19.

Jesucristo, en vista de la gloria que le estaba preparada, sufrio la cruz; cuando sintamos desfallecimientos miremos a Jesus y abracemos la
cruz: Heb 12, 2-3.

SELECCION DE TEXTOS

El camino de la santidad <<pasa por la Cruz>>

1478 El camino de nuestra santificacion personal pasa, cotidianamente, por la Cruz: no es desgraciado ese camino, porque Cristo mismo
nos ayuda y con El no cabe la tristeza. In laetitia, nulla dies sine crucel, me gusta repetir; con el alma traspasada de alegria, ningun dia sin
Cruz (J. ESCRVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 176).

1479 No hay otro mas seguro camino que el padecer. Esta es la senda por donde fue Cristo y todos los suyos, que el llama estrecha (SAN
JUAN DE AVILA, Carta 58).
1480 El Salvador levanto la voz y, con voz incomparable, dijo: << ¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulacion. Sepan que sin el
peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al incremento de los trabajos, se aumenta juntamente
la medida de los carismas. No quieran errar ni engañarse; esta es la unica verdadera escala del paraiso, y fuera de la Cruz no hay camino
por donde pueda subirse al cielo!>> (SANTA ROSA DE LIMA, Escritos. Al medico Castillo, pp. 54-55).

1481 Oigan esto cuantos se averguenzan de la Pasion y de la Cruz de Cristo. Porque si el Principe de los Apostoles, aun antes de entender
claramente este misterio, fue llamado Satanas por haberse avergonzado de el, ¿que perdon pueden tener aquellos que, despues de tan
manifiesta demostracion, niegan la economia de la Cruz? Porque si el que asi fue proclamado bienaventurado, si el que tan gloriosa
confesion hizo, tal palabra hubo de oir, considerad lo que habran de sufrir los que, despues de todo eso, destruyen y anulan el misterio de
la Cruz (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre 5. Mateo, 54).

La Cruz cada dia

1482 Si alguno quiere venir en pos de mi, nieguese a si mismo, tome su cruz cada dia y sigame (Lc 9, 23). Nos lo dice Cristo otra vez a
nosotros, como al oido, intimamente: la Cruz cada dia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 58).

1483 Inmolemos cada dia nuestra persona y toda nuestra actividad, imitemos la pasion de Cristo Con nuestros propios padecimientos,
honremos su sangre con nuestra propia sangre, subamos con denuedo a la Cruz. Si quieres imitar a Simon de Cirene, toma la cruz y sigue
al Señor (SAN GREGORIO NACIANCENO, Disertacion 45).

1484 La Cruz viene de Dios; no hay que estar contemplando bobamente, sino adaptarse a ella, como hartamos con una persona que
hubiera de vivir siempre a nuestro lado; no hay que pararse en pensar, sino avanzar dulcemente, aceptar las cosas con sencillez, no
reflexionar demasiado sobre ellas y tomarlas como de la mano de Dios (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. l lO, l. c., p.
744).

1485 La cruz es libro vivo, del que aprendemos definitivamente quienes somos y como debemos actuar. Este libro siempre esta abierto
ante nosotros (JUAN PABLO II, Aloc. I-IV1980).

Todo apostolado se fundamenta en la Cruz

1486 De dos modos podemos llevar la cruz del Señor, o afligiendo a nuestro cuerpo con la abstinencia o, por compasion al projimo,
considerando como nuestras sus necesidades. El que se conduele de las necesidades ajenas lleva la cruz en su corazon (SAN GREGORIO
MAGNO, Hom. 37 sobre los Evang.).

1487 El mundo no puede salvarse sino con la Cruz de Cristo (SAN LEON MAGNO, Sermon 51).

1488 Quien no carga con su Cruz y me sigue no es digno de mi. Y el sentido de esta exhortacion es este: no es cosa comoda ni tranquila
confesar a Dios (SAN JERONIMO, Epistola 121).

La cruz en la vida del cristiano

1489 Que nadie se averguence de los simbolos sagrados de nuestra salvacion [...]; llevemos mas bien por todas partes, como una corona,
la Cruz de Cristo. Todo, en efecto, entra en nosotros por la Cruz. Cuando hemos de regenerarnos, alli esta presente la Cruz; cuando nos
alimentamos de la mistica comida; cuando se nos consagra ministros del altar; cuando se cumple cualquier otro misterio, alli esta siempre
este simbolo de victoria. De ahi el fervor con que lo inscribimos y dibujamos, en nuestras casas, sobre las paredes, sobre las ventanas,
sobre nuestra frente y en el corazon. Porque este es el signo de nuestra salvacion, el signo de la libertad del genero humano, el signo de la
bondad de Dios para con nosotros (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo, 54).

1490 Todos los suplicios parecen crueles, pero solo el de la cruz atrae maldicion: Maledictus a Deo est qui pendet in ligno (Deus 21, 23).
Pero he aqui que lo que era maldicion se ha convertido en objeto de amor y de deseo. No hay mejor joya en la corona imperial que la cruz
que la remata [...]. En las casas, en las calles, en el desierto, en los caminos, en los montes, en las cascadas, en las colinas, en el mar, en el
bosque, en las islas, en los lechos y en los vestidos, en las armas y en los talamos, en los convites y en los vasos religiosos, en las joyas y
en las paredes decoradas, en los cuerpos de los animales enfermos, en los cuerpos de los hombres posesos, en la guerra, en la paz, en el dia
y en la noche..., todos buscan su inefable gracia. Nadie se averguenza de este signo de la cruz (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre
S. Mateo, 54).

1491 Me presente a los que no preguntaban por mí , me hallaron los que no me buscaban (Is LXV, 1 ).
A veces la Cruz aparece sin buscarla: es Cristo que pregunta por nosotros. Y si acaso ante esa Cruz inesperada, y tal vez por eso mas
oscura, el corazon mostrara repugnancia... no le des consuelos. Y, lleno de una noble compasion, cuando los pida, dile despacio, como en
confidencia: corazon, ¡corazon en la Cruz!, ¡corazon en la Cruz! (J. ESCRIVA DE BALAGUER, V`a Crucis, p. 58).

1492 Dios, amador de los hombres, mezcla trabajos y dulzuras, estilo que El sigue con todos sus santos. Ni los peligros, ni los consuelos
nos los da continuos, sino que de unos y otros va El entretejiendo la vida de los justos. Tal hizo con Jose (SAN JUAN CRISOSTOMO,
Hom. sobre S. Mateo, 8).

1493 En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes (SANTO TOMAS, Sobre el Credo, 6,1.c., p. 66).

Jesucristo nos enseña el misterio salvador de la Cruz

1494 Observa que Cristo llego a la gloria a traves de su pasión: ¿No era menester que el Cristo padeciese todo esto, y entrase asi en su
gloria? (Lc 24, 26). De esta manera nos enseñaba el camino de la gloria a nosotros: Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones
para entrar en el reino de Dios (Hech 14, 21) (SANTO TOMAS, Sobre el Credo, 5, 1. c., p. 76).

1495 Caminaba hacia el lugar donde iba a ser sacrificado llevando su Cruz. Gran espectaculo; pero si lo mira la impiedad, gran burla; si lo
mira la piedad, gran misterio; si lo mira la impiedad, prueba de ignominia enorme; si lo mira la piedad, gran fundamento de nuestra fe; si
lo mira la impiedad, se reira viendo al Rey llevar un leño en lugar de un cetro; si lo mira la piedad, vera que el Rey lleva el madero donde
ha de ser clavado, el mismo madero que despues sera colocado en la frente de los reyes. Despreciado ante los ojos de los impios en lo
mismo que se glorian despues los corazones de los santos. Pablo habra de decir: Lejos de mí gloriarme como no sea en la Cruz de nuestro
Señor Jesucristo (Gal 6, 14). Cargaba sobre sus hombros la misma Cruz y llevaba en alto el candelero de esa antorcha que ha de arder sin
que se coloque debajo del celemin (SAN AGUSTiN, Trat. Evang. S. Juan, 117).

1496 El madero en que estan fijos los miembros del hombre que muere, es tambien la catedra del maestro que enseña (SAN AGUSTIN,
Trat. Evang. S. Juan, 119).

1497 Con estas palabras identifica su gloria con su elevacion en la cruz. La cruz de Cristo es, en efecto, su gloria y su exaltacion, ya que
dice: Yo, cuando sea levantado en alto, atraere a mi a todos los hombres (SAN ANDRES DE CRETA, Disertacion 9, en el Domingo
Ramos).

La fecundidad de la Cruz de Cristo

1498 ¡Oh admirable poder de la cruz! [...]. En ella se encuentra el tribunal del Señor, el juicio del mundo, el poder del crucificado.Atrajiste
a todos hacia ti, Señor, a fin de que el culto de todas las naciones del orbe celebrara, mediante un sacramento pleno y manifiesto, lo que se
realizaba en el templo de Judea como sombra y figura.

Ahora, en efecto, es mas ilustre el orden de los levitas, mas alta la dignidad de los ancianos, mas sagrada la uncion de los sacerdotes;
porque tu cruz es la fuente de toda bendicion, el origen de toda gracia; por ella, los creyentes reciben, de la debilidad, la fuerza, del
oprobio, la gloria y de la muerte, la vida (SAN LEON MAGNO, Sermon 8, sobre la Pasion).

1499 La cruz no encierra en si mezcla de bien y de mal, como el arbol del Eden, sino que toda ella es hermosa y agradable, tanto para la
vista como para el gusto. Se trata, en efecto, del leño que engendra la vida, no la muerte; que da luz, no tinieblas; que introduce en el
Eden, no que hace salir de el. La Cruz es el madero al cual subio Cristo, como un rey a su carro de combate, para, desde el, vencer al
demonio, que detentaba el poder de la muerte, y liberar al genero humano de la esclavitud del tirano (SAN TEODORO ESTUDITA,
Disertacion sobre la adoracion de la cruz).

1500 Si te sobreviene alguna contradiccion, bendice al Señor, que dispone las cosas del mejor de los modos; piensa que la has merecido,
que merecerlas mas todavia, y que eres indigno de todo consuelo; podras pedir con toda sencillez al Señor que te libre de ella, si asi le
place; pidele que te de fuerzas para sacar meritos de esa contrariedad. En las cruces no busques los consuelos exteriores, especialmente si
te das cuenta de que Dios te las manda para humillarte y para debilitar tu orgullo y presuncion. En medio de ellas debes decir con el Rey
Profeta: ¡Cuán bueno ha sido para mi, Señor, que me hayas humillado, porque asi he aprendido tus mandatos! (Ps l 15, 71) (J. PECC!—
Leon XIII—, Practica de la humildad, 23).

1501 Vale mucho a los ojos del Señor la vida de sus fieles, y ningun genero de crueldad puede destruir la religion fundada en el misterio
de la cruz de Cristo. Las persecuciones no son en detrimento, sino en provecho de la Iglesia, y el campo del Señor se viste siempre con
una cosecha mas rica al nacer multiplicados los granos que caen uno a uno (SAN LEON MAGNO, Sermon 82, en el natalicio de los
Apostoles Pedro y Pablo).
1502 En la cruz esta la salud y la vida. En la cruz, la defensa contra los enemigos. En la cruz, la infusion de la suavidad soberana. La cruz
es la fortaleza del corazon. En la cruz esta el gozo del espiritu. En la cruz esta la suma virtud. En la cruz esta la perfeccion de la santidad.
No esta la salud del alma ni la esperanza de la vida eterna en otro lugar, sino en la cruz (Imitacion de Cristo, II, 12, 2).

Cruz y amor

1503 Quien le amare mucho vera que puede padecer mucho por El; el que le amare poco, poco. Tengo yo para mi que la medida de poder
llevar gran cruz o pequeña es la del amor (SANTA TERESA, Camino de perfeccion, 32, 7).

1504 Ni plega a Dios que nuestra anima en otra parte descanse, ni otra vida en este mundo escoja, sino trabajar en la cruz del Señor.
Aunque no se si digo bien en llamar trabajos a los de la cruz, porque a mi me parece que son descansos en cama florida y llena de rosas
(SAN JUAN DE AVILA, Carta 58).

1505 Porque a los que Dios quiere mucho lleva por camino de trabajos, y mientras mas los ama, por mayores (SANTA TERESA, Camino
de perfeccion, 18, 1).

La alegria de la cruz

1506Simbolo de la fe, la cruz es tambien simbolo del sufrimiento que conduce a la gloria, de la pasion que conduce a la resurreccion.
<<Per crucem ad lucem>>, por la cruz, llegar a la luz: este proverbio, profundamente evangelico, nos dice que, vivida en su verdadero
significado, la cruz del cristiano es siempre una cruz pascual (JUAN PABLO II, Hom. Rio de Janeiro, 30-VI-1980).

1507 [...] no olvideis que estar con Jesus es, seguramente, toparse con su Cruz. Cuando nos abandonamos en las manos de Dios, es
frecuente que El permita que saboreemos el dolor, la soledad, las contradicciones, las calumnias, las difamaciones, las burlas, por dentro y
por fuera: porque quiere conformarnos a su imagen y semejanza, y tolera tambien que nos llamen locos y que nos tomen por necios.

Es la hora de amar la mortificacion pasiva, que viene —oculta o descarada e insolente—cuando no la esperamos (J. ESCRIVA DE
BAEAGUER, Amigos de Dios, 301).

Cruz.- "Haced la señal de la cruz al comer, al beber, cuando os sentáis y cuando os acostáis, y para decirlo en una palabra, en todos
tiempos y en todas ocaciones. (S. Cirilo de Jerusalén, Cath. 4, sent. 3, Tric. T. 2, p. 336.)"

"Armaos en todas vuestras acciones con la señal de la cruz como con un escudo; porque, pues nadie se atrevería a ofender al que lleva el
sello de un Rey de la tierra, ¿qué podemos tener de parte ninguna los que llevamos la insignia sagrada del Soberano Emperador del cielo?
(S. Efren., de Paroch., sent. 23, Tric. T. 3, p. 80 y 8 l.)"

Por la cruz se cumplen todos los misterios que contribuyen a nuestra salvación: si estamos reengendrados con las aguas sagradas del
Bautismo, usaron de la señal de la cruz; si comulgamos el sagrado cuerpo de Jesucristo, y nos imponen las manos para consagramos al
ministerio del Señor, también tiene la cruz su parte; por último, en cuanto se hace, en todo se usa de esta señal de nuestra victoria. La
tenemos en nuestras casas, la pintamos en nuestras paredes, la grabamos en nuestras puertas, la señalamos en la frente, y la imprimimos
más profundamente en nuestro corazón. Porque la cruz es una señal que nos trae a la memoria la obra de nuestra salud, la restitución de
nuestra antigua libertad, y la infinita misericordia de nuestro Salvador. (S. Juan Crisóst., Homl. 55, in e. 16, Math., sent. 63, Tric. T. 6, p
311.)"

"No nos avergonzamos de usar de las señales de nuestra salvación, las que debemos considerar como gloriosas y sublimes; todo cuanto se
hace en la Religión Cristiana, pertenece a nuestra salvación, y se obra con la señal de la cruz. Cuando renacemos de nuevo, cuando
tomamos el alimento místico, cuando se ordenan los Clérigos, y en todo acto de religión que ejecutamos, nos servimos de la señal de la
cruz y tenemos mucho cuidado de hacerlos pintar y grabar no sólo en la portada y paredes de nuestra casa, sino en lo interior, llevándola
también sobre la frente y mucho más profundo en el corazón, por ser la señal evidente y nada equívoca de nuestra salud, de nuestra común
libertad y de la bondad de nuestro Dios. (S. Juan Crisóst., de adorat., pret. Cr. sent. 152, Tric. T. 6, p. 328.)"

"Cuando hacéis la señal de la cruz, representaos toda la virtud que en la cruz se contiene, y este será un medio oportuno para sosegar la ira
y reprimir en vuestras almas todos los movimientos rebeldes a la razón. Cuando hagáis, pues, la señal de la cruz en la frente, en el pecho,
en los ojos y en todo el resto de vuestro cuerpo, ofreceos a Dios al mismo tiempo en espíritu. (S. Juan Crisóst., ¡bid., sent. 153, Trie. ibid.,
p. 329.)"

"En todas las cosas de nuestra religión nos valemos de la señal de la cruz. Por esto la cruz se llama signo, porque usamos de ella con el fin
de que no se acerque mal alguno que nos infeste. (S. Juan Crisóst., de adorat, pretiosae crucis, sent. 257, Tric. T. 6, p. 353.)"

"No se avergonzó Jesucristo de entregarse al infame suplicio de la cruz por vuestro amor, y vosotros os avergonzáis de hacer la noble
profesión de honrar y de agradecer un beneficio tan incomprensible. (S. Juan Crisóst., Tric. T. 6, p. 304.)"
"La cruz nos trae admirable utilidad: ella nos sirve de armas saludables y es un escudo impenetrable contra los tiros del demonio.
Armémonos con la cruz en la guerra que nos hace, no llevándola solamente como estandarte, sino sufriendo los trabajos que son el
verdadero aparato de la cruz. (S. Juan Crisóst., Homil. 13, Ep. ad Philip., sent. 355, Tric. T. 6, p. 377.)"

"Los fieles tienen la costumbre de armarse con la señal de la santa cruz, y nosotros nos hemos servido siempre de ella para destruir los
enredos y celadas del demonio y resistir a sus ataques, porque consideramos la cruz como un muro impenetrable; en ella ponemos toda
nuestra gloria, y creemos que nos procura la salud: por esto el grande Doctor, San Pablo, escribe: que sentiría gloriarse en otra cosa que no
fuese la cruz de Jesucristo. (S. Cirilo Alejandrino, in Isal. p. 294 Tom. 4, sent. 6, Trie. T. 8, p. 98.)"

"La cruz de Jesucristo es una especie de altar en donde fue sacrificado en la humana naturaleza, como una hostia saludable. Sobre aquel
altar borró la sangre del cordero sin mancha la culpa de la antigua prevaricación y quedó destruido el imperio tiránico del demonio; 1
humanidad triunfó de la soberbia; fue tan eficaz la virtud de la fe, que de los ladrones que fueron crucificados cuando el Señor, quedó
justificado a un instante el que creyó en él, y se halló digno de entrar en Paraíso. (S. León, Papa, Serm. 53, de Pas. Dom., sent. 43, Tric. T.
p. 392 y 393.)"

¡Oh maravilloso poder de la cruz! ¡Oh gloria inefable de la pasión! La cruz es como el tribunal de Dios, desde donde está juzgando al
mundo y ostentando su poder. (S. León, Papa, Serm. 57, sent. 4 Tric. T. 8, p. 393.)"

"Por débil que el hombre sea, siempre puede vencer con el auxilio de la cruz: ninguno hay que no pueda sentir la eficacia de la oración del
Salvador: si esta fue útil para los que le perseguían, ¿qué frutos no sacarán los que siguen su partido? (S. León, Papa, Serm. 62, sent. 5
Tric. T. 8, p. 394.)"

"La cruz de Jesucristo, instrumento de la redención del género humano, es justamente sacramento y modelo; es sacramento que nos
comunica la gracia, y es ejemplo que nos excita a la devoción: porque, libres ya de la cautividad, tenemos la ventaja de poder imitar
nuestro Redentor. Porque si la sabiduría humana tanto se lisonjea e sus errores, que sigue las costumbres, opiniones y modales del que ha
escogido por cabeza, ¿qué razón para que nosotros, cumpliendo con el carácter de cristianos, no sigamos inseparablemente a Jesucristo
que es el camino, la verdad y la vida? Es el camino de la san conversación, es la verdad de la doctrina divina, y es la vida de eterna
bienaventuranza. (S. León, Papa, Serm. 72, c. 1. sent. 59, Tri T. 8, p. 396.)"

"Debemos adorar la cruz, porque Jesucristo siempre se hallará e donde esté su representación; pero tengamos cuidado de no adorar jamás
el metal o madero de que está hecha la figura de la cruz.(S.Juan Damas., de fide ortodox., c. 11, sent. 4, Tric. T. 9, p. 292.)"

"La ignominia de la cruz es agradable para el que no es ingrato Crucificado. (S. Bem., Serm. 25, in Cant., n. 8, sent. 85, Tric. T. 1 p.327.)"

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