Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
JUNGBLUT, EBENAU - Historiografía. Act 3
JUNGBLUT, EBENAU - Historiografía. Act 3
Cecilia Braslavsky
Cátedra: Historiografía.
Curso: 3° Año
Año: 2020.
1
Índice
2
Introducción
3
“La Escuela de Annales”
4
Por otra parte, esta “revista” y los individuos relacionados con ella, ofrecen
el más sostenido ejemplo de fructífera interacción entre la historia y las ciencias
sociales de nuestro siglo.
Como sostiene Peter Burke, Lucien Febvre y Marc Bloch fueron los
directores de lo que podría llamarse la “revolución historiográfica francesa”.
¿Por qué? Para saldar este interrogante, tendríamos que remontarnos al antiguo
régimen que ellos deseaban derribar.
5
Sin embargo, en el momento en que los historiadores aspiraban a ser
profesionales, la historia no política quedó excluida de la nueva disciplina
académica. Las nuevas publicaciones profesionales fundadas a fines del siglo XIX,
tales como la Historische Zeitschrift (fundada en 1856), la Revue Historique (1876)
y la English Historical Review, (1886), se concentraban en la historia de los
acontecimientos políticos. A pesar de ello, podían oírse voces de disenso en el
siglo XIX. Michelet y Burckhardt, que escribieron sus historias del Renacimiento
más o menos en el mismo momento, tenían concepciones mucho más amplias
con respecto a la historia. Burckhardt abordaba la historia en función de la
interacción entre tres fuerzas (el Estado, la religión y la cultura), mientras que
Michelet se centraba en aquella historia de los “desamparados y olvidados”. Marx
también ofreció un paradigma histórico alternativo con respecto al de Ranke,
señalando que las causas fundamentales del cambio estaban en las tensiones
existentes en el seno de estructuras sociales y económicas.
6
ídolos de la tribu de los historiadores”. Según Simiand había tres ídolos que
era necesario derribar. Estaba el “ídolo político”, (esa preocupación perpetua por
los hechos políticos, por las guerras, etc.); el “ídolo individual” (el énfasis
excesivo puesto en los llamados grandes hombres); y el “ídolo cronológico” (la
costumbre de perderse uno en estudios sobre los orígenes). En realidad, el ataque
a los ídolos de la tribu de los historiadores se refería particularmente a uno de los
jefes tribales, Charles Seignebos. En realidad, Seignebos no era un historiador
exclusivamente político. Le interesaba la relación entre la historia y las ciencias
sociales aunque no concebía esa relación de la misma manera que Simiand o
Henri Berr, sus principales críticos.
Contexto de surgimiento.
Por otro lado, el autor también menciona que el gran impacto generado
por el crack bursátil de la bolsa de Nueva York de 1929 (el cual tuvo
7
consecuencias a nivel mundial) afectó también a Francia, país donde surge la
Escuela de Annales. Esto provocó que, al igual que otros países europeos,
tuviera que abandonar las políticas proteccionistas que habían puesto en marcha
para hacer frete a la grave crisis económica. Todo ello marcado por un ambiente
cultural en el que convivían pensadores, políticos, historiadores y escritores de
distintas tendencias e ideologías. En este contexto de crisis y de ambiente
cultural marcado por la diversidad surgió la revista “Annales de historia
económica y social” como antecedente inmediato de lo que después fue la
Escuela de Annales.
Fundadores.
8
Luego de la Primera Guerra Mundial, Estrasburgo contaba con una nueva
universidad, ya que la ciudad acababa de ser recuperada de Alemania. Ese medio
favorecía las innovaciones intelectuales y facilitaba el intercambio de ideas a
través de fronteras disciplinarias. Cuando Febvre y Bloch se conocieron en 1920,
poco después de haber sido nombrado uno profesor y el otro maitre de
conferences, su conocimiento se convirtió en amistad ya que sus despachos eran
adyacentes. En ocasiones compartían sus interminables discusiones con colegas,
tales como el psicólogo social Charles Blondel, cuyas ideas fueron importantes
para Febvre, y el sociólogo Maurice Halbwachs, cuyo estudio sobre la estructura
social de la memoria, publicado en 1925, produjo profunda impresión en Bloch.
La fundación de Annales.
9
El primer número se publicó el 15 de enero de 1929. Ese número llevaba
un mensaje de los directores en el que se explicaba que la publicación se había
proyectado hacía ya mucho tiempo, pero que había encontrado ciertas barreras
entre los historiadores y los que cultivaban otras disciplinas. El comité de
redacción incluía no sólo a historiadores de historia antigua y moderna, sino
también a un geógrafo (Albert Demangeon), a un sociólogo (Maurice
Halbwachs), a un economista (Charles Rist) y a un especialista de ciencia
política (André Siegfried)
10
nuevos criterios metodológicos que se apoyaban en el análisis de un
problema, es decir, pusieron en marcha la historia analítica y la instauración de
modelos explicativos, contando con el respaldo del resto de Ciencias Sociales,
destacando sobre todo la Sociología y la Geografía.
11
cuando tuvo que cambiar sus funciones de profesor universitario por las de capitán
de una compañía de artilleros. La obra se publicó en 1922.
12
recibió las enseñanzas de Meillet y de Lévy-Bruhl. Sin embargo, como lo
muestran sus últimas obras, recibió sobre todo la influencia del sociólogo Emile
Durkheim (Bloch reconocía la profunda deuda que tenía con la revista de
Durkheim, Année Sociologique).
A pesar del interés que sentía por la política contemporánea, Bloch decidió
especializarse en la Edad Media. También le interesaba la geografía histórica y
su especialidad fue la Ile-de-France, sobre la que publicó un estudio en 1913.
También como Febvre, Bloch concebía una historia orientada por un
problema. La atracción que sentía Bloch por la geografía era menor que la de
Febvre, en tanto que su interés por la sociología era mayor.
13
desde lo conocido a lo desconocido. Para él, la Historia no era una ciencia
encargada de estudiar el pasado, sino más bien una ciencia que nos ayuda a
comprender nuestro presente teniendo en cuenta lo acontecido en nuestro
pasado.
14
El periodo braudeliano. (2da Generación de Annales)
El “Mediterráneo” de Braudel.
15
para hacer resaltar la falta de significación de los hechos y la limitación de la
libertad en las acciones de los individuos; insistiendo, por ejemplo, en que la
lentitud de Felipe II para reaccionar ante los acontecimientos no se explica
solamente por su temperamento, sino que ha de considerarse en relación con el
agotamiento financiero de España y con los problemas de comunicación en un
imperio tan vasto. Resaltando la importancia de los factores externos, por sobre el
accionar del personaje central. La historia de los acontecimientos, decía
Braudel, si bien es “la más rica en cuanto a interés”, es también la más
superficial. De esta manera, describía a los sucesos como “perturbaciones en la
superficie, crestas de espuma que las oleadas de la historia llevan sobre sus
poderosos lomos”. Por tal razón, para comprender el pasado es necesario bucear
debajo de las ondas.
16
y eran empujados a dedicarse a la piratería y al bandolerismo. En cuanto a la
clase media, tendía a desaparecer frente a la nobleza, proceso que Braudel
describe como “la traición” o la “bancarrota” de la burguesía.
Cabe destacar también, algunas de las críticas que han recaído sobre este
volumen. Muchos de los argumentos de Braudel, citando (por ejemplo) su tesis
17
sobre la “quiebra de la burguesía”, fueron muy cuestionados, en este caso, por
parte de los historiadores de los Países Bajos, donde los mercaderes continuaban
floreciendo. Por otra parte, y a pesar de sus aspiraciones a lo que se complacía en
llamar una “historia total”, Braudel dice muy poco sobre las actitudes, los valores
y las mentalidades colectivas, aún en el capítulo dedicado a las civilizaciones. En
este sentido difiere mucho de Febvre a pesar de que Braudel elogiaba “El
problema de la incredulidad”. Además, prácticamente no hizo ningún comentario
sobre el honor y la masculinidad, un sistema de valores de gran importancia
para el mundo del Mediterráneo, tanto en el mundo cristiano como en el mundo
musulmán. Tampoco profundizó sobre las creencias religiosas, católicas y
musulmanas, que evidentemente tenían mucha importancia en el mundo
mediterráneo de la época de Felipe II.
18
extendiendo (como centro de análisis) un territorio tan basto como el
Mediterráneo, hacia el Atlántico y el Sahara (“Si no consideramos esta extendida
zona de influencia... sería a menudo difícil comprender la historia del mar”).
Todavía más significativo para los historiadores es la original manera que tiene
Braudel de tratar al tiempo, “dividiendo al tiempo histórico en tiempo
geográfico, tiempo social y tiempo individual” y de hacer hincapié en la
importancia de lo que ha llegado a conocerse como la larga duración. Además,
según Braudel, la especial contribución del historiador a las ciencias sociales
es la conciencia de que todas las “estructuras” están sujetas a cambios (por
más lentos que éstos sean); y por ello siempre deseaba ver las cosas en su
conjunto e integrar lo económico, lo social, lo político y lo cultural en una
historia “total”.
Tal y como lo menciona el autor Peter Burke, durante unos treinta años,
desde la muerte de Lucien Febvre (1956) hasta su propia muerte (1985),
Braudel fue, no sólo la figura rectora de los historiadores franceses, sino también
el más poderoso de ellos. Llegó a ser profesor en el Collège de France en 1949, el
año en que se publicó su tesis, y se unió a Febvre como director del Centro de
Investigaciones Históricas de la Ecole des Hautes Etudes.
19
importante, quizás como reacción a la crisis de Mayo 1968. Los acontecimientos
parecían desquitarse del historiador que los había menospreciado. En todo caso,
Braudel decidió recurrir a historiadores jóvenes, tales como Jacques Le Goff,
Emmanuel Le Roy Ladurie y Marc Ferro para renovar Annales.
20
renovada expansión en el siglo XVIII. Un fenómeno de dimensiones mundiales
evidentemente necesita una explicación en la misma escala. En este punto,
Braudel cruza las barreras de la historia económica convencional. Descarta las
tradicionales categorías de “agricultura”, “comercio” e “industria” y se pone a
considerar la “vida cotidiana”, “las personas y las cosas”, “todo cuanto la
humanidad hace o usa”: alimentos, vestidos, viviendas, herramientas, dinero,
ciudades, etc. Dos conceptos fundamentales están en la base de este primer
volumen: “vida cotidiana” y “civilización material”.
21
Europa a fines del siglo XVI y principios del siglo XVII. Luego llegaron en cuarto
lugar los holandeses o, más exactamente, Amsterdam, que Braudel considera
como la última de las ciudades económicamente dominadoras. Por fin, mediante
un vuelco característicamente hábil, Braudel vuelve patas arriba el problema y
trata la circunstancia de que otras partes del mundo (incluso Francia y la India) no
lograron alcanzar una posición dominante parecida y termina su relación
considerando el caso de Gran Bretaña y la Revolución Industrial.
22
Cultura. Con respecto a su estudio, abarcó temas hasta ese momento olvidados o
ignorados, como podía ser la muerte, el matrimonio, la vida cotidiana, la mujer, el
trabajo, los libros, los hábitos de lectura, la historia de la imprenta.
Por otro lado, cabe destacar que se produjo un cierto abandono de los
aspectos sociales y económicos (dominantes hasta este momento) para
centrarse en aspectos más simbólicos y mentales, poniendo en marcha la
conocida “Historia de las Mentalidades”: “término que define un amplio campo
de estudio, centrándose fundamentalmente en el análisis de aspectos tales como
los gestos de las personas, las emociones, las creencias populares, los
imaginarios sociales, el vocabulario empleado, la violencia y las formas de
convivencia entre otros aspectos”.
23
métodos reduccionistas. Más allá del éxito y difusión que tuvo la Historia de las
Mentalidades (ya que se rescataron temas olvidados y estableció una
colaboración con la Antropología), no se alcanzó el objetivo principal que era
conseguir que tanto la Historia social y económica integrasen en sus estudios los
aspectos mentales.
Otro rasgo distintivo de esta generación, es que consiguió dar una gran
divulgación a los libros de Historia, además de provocar que dicha disciplina
estuviera presente en los medios de comunicación (concretamente en la Radio
y en la Televisión), algo que fue posible gracias al empleo de un lenguaje más
claro y sencillo, es decir, emplearon una forma de expresarse más accesible a
todos los públicos.
24
Sin embargo, hay que destacar que más allá de abordar nuevos temas y
tener nuevos enfoques; en ciertos aspectos hubo una continuidad con los
planteamientos de la primera y de la segunda generación, como fue el estudio de
los hechos colectivos, rechazando la supremacía de los hechos políticos,
además de que consideraban que la Historia trabajaba a partir del análisis de
un problema para llegar a una serie de conclusiones.
25
Historia Cultural; metodología basada en la historia-problema, el método
comparativo y la Historia Interpretativa.
26
totalidad por textos, careciendo por ejemplo de mapas e ilustraciones. Los
ejercicios planteados por el docente, se contestaban directamente con la
información plasmada en los párrafos de los libros.
27
estudiado por Maravall. Al igual que Annales, Maravall eran un fiel defensor de la
relación necesaria entre presente y pasado, y viceversa.
28
c) El objetivo era el de alcanzar una síntesis global, o una Historia total, que
abarque todos los campos, rechazando de forma al Historicismo alemán,
que solo se centraban en cuestiones políticas y hechos aislados.
d) Se pretendía llegar a una Historia donde primase la colectividad,
valorando sobre todo los aspectos sociales y económicos.
e) Se estableció una amplitud en las fuentes documentales utilizadas,
rechazando la idea de que solo eran válidos los documentos que se
encontraban en los archivos, a la vez que se comenzó a considerar de gran
utilidad la información que llegaba de la tradición oral, los vestigios
arqueológicos, la iconografía, etc.
f) Se tomaron los elementos geográficos de espacio y tiempo como ejes
vertebradores de las nueva Historia.
g) La Historia era vista como una Ciencia tanto del presente como del pasado,
lo que permitió que el Historiador comprendiera mucho mejor los problemas
de su presente gracias al análisis del pasado.
29
Conclusión
Con ellos va a surgir una “nueva historia”, una historia analítica orientada
por un problema; una historia geográfica, social, económica, cultural, demográfica
y psicológica, que se expandirá por sobre el cúmulo total de las actividades
humanas, rompiendo, de esta forma, con esa antigua estructura que sometía a la
historia bajo el accionar de aquellas figuras -que para los poderosos- sobresalían
en ejemplo y grandeza; una historia que se va a nutrir de los aportes de otras
disciplinas (como la sociología, la geografía, la antropología, etc.), con la intención
de esclarecer, desde múltiples perspectivas, aquella investigación que sobre el
pasado se desea.
30
que se han sostenido u apoyado sobre los cimientos de aquella pequeña revista
de historia. Brindándonos, de esta manera, una nueva concepción historiográfica
que se ha plasmado, incluso, en nuestro propio sistema educativo, en nuestras
propias clases o manuales escolares, dejando de lado esa mera narración de los
acontecimientos, para convertir a la historia en una historia explicativa, basada y
centrada en la explicación de los procesos sociales y económicos. De esta forma,
el propio alumnado pasó de memorizar hechos y fechas, a desarrollar una
metodología basada en el análisis y comprensión de una serie de problemas que
han de ser abordados por su propia lógica.
31
Bibliografía
Bourde Guy Herve, Martin. Las escuelas históricas Madrid. AKAL 1992
PPT N° 1 HISTORIA DE LA HISTORIOGRAFÍA.
32
“Anexos”
33
Observación y Análisis del Material Audiovisual.
34
Primera generación (1929 – 1956): Sus líderes fueron Marc Bloch y
Lucien Febvre (sus fundadores). En esta etapa tratan de rehusar la historia
superficial y simplista que se detiene sobre la superficie de los
acontecimientos buscando una historia vinculada a las estructuras, a lo
social, a lo económico y que tomara como objetivo el estudio de la
sociedad en su conjunto. Como obras importantes encontramos “La
apología de la historia” y el “Oficio del historiador” de Bloch y “Combates
por la historia” de Febvre.
Segunda generación (1956 – 1968): Su líder fue Fernand Braudel
(discípulo de Febvre), que paso a dirigir la revista. En este período se
innovo en el campo de la Historia al introducir en la explicación de los
hechos históricos las duraciones, las cuales se podían dividir en tres:
larga, media y corta. Como obras importantes encontramos “Civilización,
material y capitalismo” de Braudel.
Tercera generación (1969 – 1989): Se destaca Jaques Lee Goff. Esta
nueva fase está orientada a un público más amplio donde se incrementa la
presencia académica y social y el interés por estudiar la cultura. Fruto de
esta generación surge la “Nueva Historia” con la intención de resaltar una
nueva perspectiva historiográfica basada en el análisis de las
mentalidades en tiempos largos, utilizando métodos de la
antropología.
Cuarta generación (1989 – actualidad): La figura principal es Roger
Chartier. Esta etapa surge a raíz de acontecimientos como la caída del
muro de Berlín y la disolución del telón de acero, que promovieron la
aparición de diferentes movimientos sociales; generando entre los
historiadores la necesidad de revisar los paradigmas historiográficos
vigentes. Entre los rasgos más destacados encontramos el abandono de
la historia de las mentalidades, la revisión de los planteamientos de
las primeras generaciones y la propuesta de una nueva historia
cultural y social.
35