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4 Comportamiento Mecanico de Los Tejidos
4 Comportamiento Mecanico de Los Tejidos
y Readaptación Deportiva
Módulo 1
Parte 4: Comportamiento mecánico
de los tejidos
COMPORTAMIENTO MECÁNICO DE LOS TEJIDOS
Objetivos
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COMPORTAMIENTO MECÁNICO DE LOS TEJIDOS
Tabla de contenidos:
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COMPORTAMIENTO MECÁNICO DE LOS TEJIDOS
A).- Viscoelasticidad
La palabra viscoelasticidad se compone de dos palabras, viscosidad, que es la capacidad de fluir y la elasticidad
es una propiedad de un material sólido. Por lo tanto, los materiales viscoelásticos poseen propiedades del tipo
sólido y del tipo fluido.
Esto quiere decir que frente a cargas o fuerzas estos tejidos dependiendo de su composición tienen diferentes
tasas de deformación y capacidad de volver a su forma original.
B).- Anisotropía
Esta propiedad nos indica que según el ángulo que se aplique la fuerza al tejido este se deformará. Según la
imagen que podemos ver a continuación nos podemos dar cuenta que hay una mayor deformación en cargas
longitudinales.
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A).- Compresión
Durante la carga compresiva, se aplican cargas iguales y opuestas hacia la superficie de la estructura,
la solicitación y deformación se produce en el interior. La solicitación compresiva se produce en un plano perpen-
dicular a la carga aplicada. Bajo carga compresiva, la estructura se acorta y se ensancha.
B).- Tensión
La solicitación tensil puede definirse como muchas pequeñas fuerzas alejándose de la superficie de la estruc-
tura. La máxima solicitación tensil se produce en un plano perpendicular a la carga aplicada. Bajo una carga
tensil, la estructura se alarga y se estrecha. Podemos encontrar este tipo de fuerza ejerciéndose sobre los
tendones que por la acción del estirar el músculo provoca como reacción el estiramiento del tendón. Cuando el
caso es extremo llega a estrecharse, acrecentamiento de longitud de la estructura e incluso la rotura.
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C).- Cizalla
Una estructura sometida a una carga de cizalla se deforma internamente de una manera angular.
La aplicación de fuerza a dos vectores en ejes distintos, pero paralelos y ambos miran hacia el centro de la
estructura. Se puede visualizar en la imagen (que sirve como ejemplo), las dos flechas amarillas sobre el cilindro
rojo. Es entendido que este tipo de fuerza es una combinación de compresión y tensión, por lo que las conse-
cuencias son la deformación asimétrica del tejido.
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Podemos encontrar distintos de elementos o materiales que se someten a cargas y se les puede calcular el
módulo de Young. En el gráfico de la izquierda se deja visualizar que el acero es el más rígido del grupo, seguido
por el aluminio, el hueso en último lugar. En la tabla de la derecha la madera muestra otro grado de interpretar
el grado de rigidez solo observando el valor que posee el coeficiente de elasticidad. Por ejemplo: dentro de la
misma tabla encontramos al tungsteno con el mayor grado de rigidez, estando el hueso al final con menor grado
de rigidez. Gracias a esto podemos tener una referencia al comparar nuestro cuerpo con otros materiales y de
esta forma saber dónde se encuentra el tejido más rígido al examinar el cuerpo humano.
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Podemos ver que entre A y B´ se encuentra la región elástica, que es donde el tejido comienza a deformarse y
puede volver a su forma original, luego en el punto B comienza la fase o región plástica donde el tejido comienza
a deformarse con una carga progresiva y no puede volver a su estado inicial, donde podemos inferir algún daño,
para llegar al punto C, que es la ruptura del tejido, debido a que este colapsó, ya que no pudo soportar la defor-
mación por más tiempo.
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El hueso cortical es más rígido que el hueso esponjoso, es por eso que está más expuesto a fracturas, el cual
soporta mayor solicitación, pero menos deformación antes del colapso.
Si visualizamos el gráfico podemos darnos cuenta que el hueso cortical puede soportar una solicitación de app
de 180 MPa, mientras que el hueso trabecular muchísimo menos. Pero podemos observar que a mayor solicit-
ación no soporta la % de deformación provocando una ruptura en el tejido. Esto podemos verlo en las diferentes
densidades. Cuando hablamos de la zona elástica de este tipo de hueso es más corta y menos pronunciada y al
estudiar la zona plástica sabemos que es la que se destaca con mucha amplitud.
Con respecto a la anisotropía del hueso, responde según la gráfica a la curva de solicitación deformación que al
aplicar tensión longitudinal de 60° y 30° de forma transversal, se puede observar que el mayor valor de solicit-
ación se encuentra en las tensiones longitudinales y que, por otro lado, las tensiones transversales poseen el
menor valor de solicitación.
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Finalmente, no podemos olvidar la Ley de Woolf, la cual nos explica que se puede aplicar a todos los tejidos, pero
en especial al hueso ya que hace más sentido, menciona que, en los lugares de mayor estrés mecánico del
hueso, serán las partes dónde se encuentre un mayor crecimiento y que el trabeculado óseo (que se encuentra
en la imagen izquierda) tiene cercana por no decir estrecha relación con las líneas de fuerza a las que es
sometido el tejido óseo. Esta ley es especialmente aplicable a las recuperaciones post fracturas porque si
necesitamos lograr restablecimiento del trabeculado del hueso cortical tiene que aplicarse estrés mecánico
especialmente de cargas compresivas.
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También debemos considerar la longitud de los sarcómeros, de los cuales, dependiendo de la longitud del mús-
culo, dependerá mayor o menor fuerza de estos. Para alcanzar la longitud óptima del sarcómero se debe llegar
a estar cerca de los dos milímetros y así alcanzar valores más bien cercanos al 100% de fuerza muscular. Al
observar en la gráfica longitudes de 1,5 o 2,6 milímetros sólo llegarán al 80% de producción de fuerza muscular.
Como último punto vemos la influencia que hace el tejido conectivo frente a la producción de fuerza del músculo.
Entendiendo que las capas del músculo o fascias ayudan a alcanzar su potencial máximo.
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Según la gráfica podemos observar que al aplicarle 20 minutos de elongación de 13 milímetros constantemente,
los tejidos reaccionan disminuyendo su viscosidad. Luego de la aplicación de la elongación, los tejidos demor-
arán entre 7 o más horas en volver a su viscosidad inicial, por lo que este experimento concluyó que, no provoca
ningún efecto sobre el tejido, ya que, al someter a un entorno a un ligamento a elongaciones intermitentes, de
segundos, no conseguía provocar mayor disminución de la viscosidad.
TENSIÓN- RELAJACIÓN
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Conclusiones
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