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Andrea Margarita Méndez Morales

Marjorie Stacy Pacheco Contreras

La partición

La partición se puede definir como, la causa normal de extinción de la comunidad


hereditaria, por medio de la división y adjudicación a los coherederos del activo de la
herencia, en nuestra legislación la partición de bienes, es regulada por el Código Civil en
los arts. 1196 al 1234, es decir que la partición de bienes supone la existencia de una
comunidad de dominio, de una copropiedad entre dos o más personas, las cuales tiene
dominio proindiviso sobre una misma cosa ya sea esta singular o universal, otra forma de
conceptualizar la partición de bienes es el de la división o reparto en dos o más partes, en
este caso con respecto a un patrimonio, singularmente la herencia con una masa de social
de bienes entre varias personas.

Es menester mencionar que la partición de herencia, es un proceso necesario para transmitir


los bienes y derechos del patrimonio del causante a los diversos sucesores, los coherederos
pueden retrasar esa división y hasta el testador demandarla por el tiempo que el legislador
le permita para no caer en vinculaciones de bienes de aceptarlos unos o disponer el otro en
una temporal subsistencia del condominio. Pero superadas estas restricciones todo heredero
tiene acción y es una de las imprescindibles para pedir la partición hereditaria, dicho de otra
forma, la partición de bienes es una fase mortis causa de un patrimonio que se coordina con
otros aspectos sucesorios con la capacidad para poder suceder la aceptación de herencia, la
formación de inventario y avalúo de patrimonio del cujus.

La partición de bienes de acuerdo con la doctrina da lugar a una serie de efectos entre los
cuales están: efecto declarativo, este se refiere a el reconocimiento de un derecho de
dominio que aunque ya existe no lo constituye, ya que para la ley cada asignatario se
entiende que al a ver sucedido de manera inmediata y exclusiva, cada uno ellos es dueño,
de los efectos que le en la partición se le adjudican desde el momento de la muerte del
causante, con dominio exclusivo, cuando realmente no es de esta forma ya que de acuerdo a
la teoría de la copropiedad que se ha aceptado, se entiende que ninguno de los herederos
tiene derecho exclusivo sobre algún bien de la herencia, si no que los únicos que son
dueños son los de parte ideal según ya se había dejado dicho. Es por esta razón que el
efecto declarativo de la partición de bienes cuando uno de los coasignatarios enajena una de
las cosas que en la misma se adjudica a otro de ellos, lo que se va entender es la venta de
una cosa ajena, dado que en ella el que la enajenó jamás habría tenido derecho alguno “por
ficción”.

Ahora bien, es importante establecer quiénes pueden llevar a cabo la partición, de acuerdo
con doctrina la pueden realizar el causante o los herederos si el causante no lo hizo, sin
embargo, disponen de dos formas para hacer la partición; el causante lo puede hacer por
acto entre vivos o por testamentos, y los herederos judicial y extrajudicialmente. En nuestra
legislación en el caso del causante que realiza la partición por acto entre vivos es regulada
por el art. 1197 C.C

En el caso de estas particiones (hechas por el causante) existen algunos inconvenientes


como por ejemplo que después de verificar las particiones, este obtenga nuevos bienes, y no
realiza la partición de estos, es en ese momento donde las particiones son realizadas por los
herederos.

Con relación a todo lo anterior es importante traer a colación la partición verificada por el
causante, como es el caso del artículo antes mencionado en el cual se establece: Si el
difunto ha hecho la partición por acto entre vivos o por testamento, se pasará por ella en
cuanto no fuere contraria a derecho ajeno, es decir que si el difunto ha hecho la partición
por acto entre vivos debe de respetarse siempre y cuando no sea contraria a derecho ajeno.

De acuerdo con el jurista Carlos solar, para que haya una partición por acto entre vivos
debe de haber u testamento previamente escrito al acto ya que en este es donde se entregan
las disposiciones de última voluntad del difunto, con la finalidad de que estas sean
cumplidas, es decir que el partidor realiza el testamento, pero no la partición, lo que se
entienden la determinación de los bienes para después de su muerte, cabe mencionar que la
partición hecha por medio del testamento es revocable contrario al caso de la donación.

En las particiones hechas por el causante existen dos principios los cuales son: el principio
de igualdad y el principio de garantía, con respecto al principio de igual se va entender que,
en la partición hecha por el causante, tanto por acto entre vivos como por testamento, lo
adjudicado a cada uno de los beneficiados debe ser igual en valor a lo adjudicado a los
otros, ya que si se adjudica en la partición una porción de bienes mayor que la de los otros,
ya no se está en presencia de una verdadera partición sin embargo, por otra parte, esa sería
la voluntad del donante o testador y debe de respetarse, aunque no constituya una verdadera
partición por no haberse respetado el principio de igualdad.

Partición verificada por los herederos, en el caso que le causante no haya hecho la partición
esta se lleva a cabo por los herederos sino son todos por algunos de ellos, no quieren
permanecer en, la indivisión, y pueden hacer partición judicial o extrajudicial, a la cual
también se le conoce como “amigable”.

Si se llega a dar la situación de que o toso los herederos están de acuerdo en poner fin a la
indivisión hereditaria, cualquiera de los que sí quieren salir d-e ella, puede acudir al juez
del lugar donde se haya abierto la sucesión, o del lugar donde se halla la mayor parte de los
bienes divisibles, pidiéndole que, con presencia del inventario y tasación, cuya facción en
este caso es necesaria, la mande practicar; esto se regula en el art Art. 1196.- Ninguno de
los coasignatarios de una cosa universal o singular será obligado a permanecer en la
indivisión; la partición del objeto asignado podrá siempre pedirse con tal que los
coasignatarios no hayan estipulado lo contrario.

No puede estipularse proindivisión por más de cinco años, pero cumplido este término
podrá renovarse el pacto. Las disposiciones precedentes no se extienden a los lagos de
dominio privado, ni a los derechos de servidumbre, ni a las cosas que la ley manda tener
indivisas.

Art. 1198.- Si alguno de los coasignatarios lo fuere bajo condición suspensiva, no tendrá
derecho para pedir la partición mientras penda la condición. Pero los otros coasignatarios
podrán proceder a ella, asegurando competentemente al coasignatario condicional lo que
cumplida la condición le corresponda.

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