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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO

GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA
HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Centro de Estudios
de Población y Desarrollo
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO
GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA
HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Oficina Nacional de Estadística e Información


Centro de Estudios de Población y Desarrollo
República de Cuba

Octubre de 2019

Centro de Estudios
de Población y Desarrollo
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Tabla de contenido

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 1

PARTE I: LOS ORÍGENES DE LA HABANA, EL CRECIMIENTO DE SU POBLACIÓN HASTA LA


OCUPACIÓN INGLESA Y LOS FACTORES DE SU DESARROLLO .................................................... 5

I.1 El paisaje natural, los pobladores originarios y el emplazamiento geográfico de San Cristóbal de
La Habana ......................................................................................................................................... 5

El paisaje natural, ¿recursos o resistencias? .................................................................................. 5

Los primeros pobladores y su rápida desaparición ......................................................................... 6

La operación de los colonizadores para poblar la Isla de Cuba y las fundaciones de las siete villas
....................................................................................................................................................... 7

Los orígenes y avances del emplazamiento de San Cristóbal de La Habana y de su


poblaciónhasta su ocupación por los ingleses ................................................................................ 9

I.2 Los factores del desarrollo y los ciclos económicos de La Habana ............................................. 15

La posición estratégica de La Habana, la Corriente del Golfo y el sistema de flotas. Los “situados”
..................................................................................................................................................... 15

Las concesiones de tierras y el otorgamiento de mercedes en La Habana .................................. 18

El ciclo del cuero y del cerdo ........................................................................................................ 20

El ciclo productivo del tabaco en La Habana ................................................................................ 20

La plantación esclavista de la caña de azúcar, la inmigración forzada de africanos y el cultivo del


cafeto en La Habana .................................................................................................................... 21

PARTE II: CRECIMIENTO Y DINÁMICA DEMOGRÁFICA DE LA HABANA, OCUPACIÓN DE SU


TERRITORIO Y EJES DEL POBLAMIENTO A PARTIR DE SUS CENSOS DEMOGRÁFICOS .......... 26

II.1 La ciudad de La Habana en las divisiones políticas administrativas de la isla a través del tiempo
......................................................................................................................................................... 26

II.2 El crecimiento demográfico y los componentes de su dinámica ................................................. 32

El monto y ritmo del crecimiento (1774-2018) ............................................................................... 32

La dinámica y rol de las variables demográficas, nacimientos, defunciones y migraciones según


períodos históricos........................................................................................................................ 37

II.3 Los ejes del poblamiento y la distribución de las densidades demográficas en la Ciudad de La
Habana. ........................................................................................................................................... 40
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Obstáculos, ejes de poblamiento e islas en la trama urbana:........................................................ 40

Evolución de las densidades demográficas a través de los censos .............................................. 44

PARTE III: LA COMPOSICIÓN DE LA POBLACION SEGÚN DIFERENTES ATRIBUTOS A PARTIR


DE LOS CENSOS ............................................................................................................................... 47

III.1. Las características de la población en La Habana y en sus territorios colindantes según censos
del período colonial .......................................................................................................................... 47

La composición de la población por sexos y el índice de masculinidad en la Jurisdicción de La


Habana y otras colindantes a través de diferentes censos coloniales ........................................... 48

La población según grupos de edades en la Jurisdicción de La Habana y las jurisdicciones


colindantes según censos seleccionados ..................................................................................... 50

Población residente por color de la piel en las Jurisdicciones de La Habana y colindantes según
los censos seleccionados ........................................................................................................... 511

Alfabetismo y analfabetismo durante la época colonial en la Jurisdicción de La Habana y las


jurisdicciones colindantes según censos disponibles .................................................................. 533

Las proporciones de población ocupada en sectores de la actividad económica en las


jurisdicciones de La Habana y colindantes según censos coloniales seleccionados................... 555

III.2. Las características de la población en el municipio de La Habana y en los municipios


colindantes según censos del periodo republicano (1899 a 1953).................................................... 58

Algunas características de los censos republicanos y sus aportes para estudiar el estado de la
población en La Habana ........................................................................................................... 5959

La composición de la población por sexos y el índice de masculinidad en los municipios de La


Habana y los colindantes a través de diferentes censos republicanos ........................................ 600

La distribución de la población por grupos de edades según censos republicanos ..................... 611

Distribución de la población por color de la piel según censos del período republicano. ............. 633

La condición de alfabetismo y analfabetismo como parte de las características educacionales de la


población .................................................................................................................................... 655

Las proporciones de población ocupada en sectores de la actividad económica en el municipio de


La Habana y colindantes según censos seleccionados del período republicano ........................ 677

III.3. Las características de la población en el período revolucionario a través de sus censos ....... 700

El fenómeno de las migraciones externas e internas durante el período analizado y sus


repercusiones en La Habana ...................................................................................................... 711

El índice de masculinidad a través de diferentes censos del período revolucionario................... 722


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La población según grupos de edades a través de los diferentes censos del período revolucionario
................................................................................................................................................... 744

Población según color de la piel en los censos seleccionados.................................................... 766

Población según la condición de actividad en los censos del 2002 y 2012 ................................. 777

Población según los sectores de la actividad económica en los censos del 2002 y 2012 ........... 799

PARTE IV: PERSPECTIVAS DEMOGRÁFICAS DE LA POBLACIÓN HABANERA........................... 811

IV.1 Breve introducción metodológica sobre el trabajo de proyecciones para Ciudad de La Habana
(2019-2050).................................................................................................................................... 811

IV.2 Tamaño y características demográficas más generales de la población habanera: un


acercamiento al momento de la conmemoración de los cinco siglos de su fundación. ................... 811

IV.3 Las proyecciones demográficas de la población de La Habana hasta el año 2050. ................ 822

CUATRO IDEAS CENTRALES EN UNA SUERTE DE CONCLUSIÓN ................................................ 87

BIBLIOGRAFIA ................................................................................................................................ 8888

ANEXOS.............................................................................................................................................. 93
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Dos características relevantes se han puesto de manifiesto en el desarrollo histórico de la Ciudad de La


Habana, una es su papel preponderante en el mundo de la España colonial debido a la importancia de su
puerto, su astillero y sus obras militares y civiles, mientras que la otra ha sido la celeridad con que los
adelantos tecnológicos de todo tipo se implantaron en ella.

Entre dichos adelantos se cuentan la Zanja Real (1592); el sistema de fortalezas (1779); la pavimentación
de las calles (1780); el ferrocarril primero que en la metrópoli (1837); el gas (1848); el telégrafo (1855); el
teléfono (1881); el alumbrado eléctrico (1890); el cinematógrafo (1897); el automóvil y el tranvía eléctrico
(1901); la radio (1922); la televisión en blanco y negro y en colores (1950 y 1958) más un rosario
interminable de valiosas obras de ingeniería y arquitectura que demuestran la capacidad y el sentido
innovador que caracterizan a sus habitantes.
Estrategia, Grupo para el Desarrollo Integral de la Capital, 1995.
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INTRODUCCIÓN
El aniversario de la fundación de La Habana también convoca a demógrafos y especialistas del Centro
de Estudio de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadística a saludar dicha celebración,
pero haciéndolo mediante el ejercicio de una investigación, que tiene como objetivo central el análisis
de la evolución y expansión del poblamiento capitalino y de las principales características sociales y
demográficas de su población durante los 500 años de existencia, especialmente a través de los
censos de población, así como de las perspectivas de su crecimiento demográfico hasta el año 2050,
empleando para ello las metodologías e instrumentos propios de la ciencia demográfica. Pero tal
propósito entraña no pocos desafíos.

La primera dificultad para llevar a cabo un análisis del desarrollo histórico de la población capitalina es
la búsqueda de la novedad, puesto que han sido varios los estudios de carácter histórico sobre la
ciudad, pero aquellos que le confieren un enfoque demográfico alcanzan tal vez al examen de su
población según los resultados de un censo de población determinado o a lo largo de un período de
tiempo limitado. El estudio que nos ocupa pretende analizar no solo el desarrollo histórico de la
población de La Habana y de sus características socio demográficas generales, sino también la
ocupación sucesiva de su territorio, en donde se pusieron de manifiesto factores naturales que
actuaron como recursos y resistencias al poblamiento, que aparecían y desaparecían según el avance
en el tiempo de las fuerzas productivas.

Pero también sobrevienen desafíos de orden metodológico que tienen que ver con la concepción y
alcance territorial del asiento físico del objeto de estudio, es decir del espacio geográfico que define los
límites de la capital del país, los que a través de los diferentes censos han variado1.

Habría que precisar que, en la generalidad de los censos del país, pocas veces se estableció el
concepto de capital del país y se acudía a los límites de la división político administrativa de La
Habana donde se iban perfilando por aproximación los límites de la ciudad capital. Así, para los
primeros años del período colonial se puede entender como capital el asiento que se reconoció como
Villa al momento de su fundación y más tarde, el concepto de jurisdicción de La Habana, la abarcaba.
En el censo de 1827, aparece, por ejemplo, que la jurisdicción de San Cristóbal de La Habana estaba
integrada por… “La siempre fidelísima ciudad de San Cristóbal, capital de la Isla, del gobierno de su
nombre /…/ de sus barrios extramuros y 43 partidos rurales; que comprende 1 ciudad 42 pueblos y 24
aldeas o caseríos” (CUBA, CENSO DE 1774), con una desagregación incompleta de la población de la
capital. En otros censos aparecen nominalizados los datos de población de los distritos del
asentamiento intramuros, y más tarde también los de los extramuros de la ciudad. Después, los
partidos pedáneos que conformaron la jurisdicción colonial de La Habana a partir del censo de 1861, y
ya entrado el último tercio del siglo XIX, en 1877, aparecería como capital el término municipal o
ayuntamiento de La Habana, adscrito a la provincia del mismo nombre dentro del Departamento
Occidental.

1Elpaís dispone de una rica tradición censal con 19 recuentos censales generales que según períodos considerados por los
autores para los análisis, son los siguientes: período colonial, que comprende no menos de nueve censos generales y otros
6 o 7 locales, estos son, los censos de 1774, 1792, 1817, 1827, 1848, 1846, 1861-62, 1877 y 1887; los censos del período
republicano que son seis: 1899, 1907, 1919, 1931, 1943 y 1953; mientras en el período revolucionario se han levantado
cuatro censos: 1970, 1981, 2002 y 2012. Existe documentación que demuestra que en al año 1846 se realizó un censo
general de población, pero por su bajo nivel de cobertura no es reconocido como parte de la historia censal del país

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Debe destacarse que en todos los censos coloniales y los levantados en el período de la república, los
límites de la capital del país estaban incluidos dentro de la división administrativa con igual nombre que
la contenía. Por primera vez en el censo del año 1953 (CUBA, Censo de 1953, T. 10, p. 20) aparece el
concepto de Área Económica Metropolitana, integrada por la población residente del Término
Municipal de La Habana y de las zonas urbanas de los municipios de Bauta, Guanabacoa, Marianao,
Regla, Santa María del Rosario y Santiago de Las Vegas, sin que se ofrezca adicionalmente alguna
otra información demográfica, salvo la cantidad de población de las zonas urbanas de dichos
municipios. Sin embargo, los censos posteriores al triunfo revolucionario reconocen todos los atributos
de la población residente en la ciudad capital y en todos los municipios que la integran.

Por otro lado, la ausencia de información en varios censos coloniales acerca de la extensión superficial
que servía de asiento primero a la Villa, o también a la ciudad cuando alcanzó esa categoría en 1592,
a sus distritos, sus partidos pedáneos, la jurisdicción colonial o al propio término municipal donde
estaba la capital, en ocasiones impidió que se pudiera calcular su densidad demográfica en cada
momento censal. Asimismo, no siempre en dichos censos se cuenta con los derroteros de los límites,
cuestión que facilitaría la labor de calcular la superficie por técnicas cartográficas propias de las
nuevas tecnologías.

Pero los cuadros, anexos, figuras y mapas que se exponen en el informe de la investigación hacen
alusión no solo a la división administrativa o territorio donde se asentaba la capital, sino también a los
terrenos de las jurisdicciones y más tarde de los términos municipales de Guanabacoa, Santa María
del Rosario, Santiago de las Vegas, Marianao, que, con el transcurso del tiempo hasta el momento
actual, fueron conformando, aproximadamente, lo que es hoy la capital del país. Es por ello que se
hace generalmente alusión a La Habana propiamente y sus divisiones colindantes, con el propósito de
ofrecer la imagen de como a lo largo de sus 500 años de historia, la población fue ocupando el espacio
geográfico de la ciudad o provincia actual de La Habana.

El informe de investigación cuenta con cuatro partes. En la primera se exponen fundamentalmente los
elementos históricos de las fundaciones de las siete villas y del origen de la villa de San Cristóbal de
La Habana, dedicando especial interés al balance de los elementos del paisaje natural original y de su
impronta para los conquistadores, a quienes se prefiere denominar como tal y no como descubridores.
En esta parte, luego de describir el desarrollo de la población habanera en los siglos XVI hasta finales
del XVIII donde no se contaba con censos demográficos que respaldarán los análisis, los autores
exponen los factores naturales y socioeconómicos, que también se identifican como ciclos económico-
productivos 2 del desarrollo de la ciudad y su población, algunos de los cuales influyen en el
comportamiento demográfico de los períodos históricos más recientes.

La segunda parte se refiere al análisis de la evolución histórica del monto o tamaño de la población
habanera a partir de los resultados censales desde 1774 a 2012 y cálculos oficiales de las poblaciones
posteriores hasta el año 2018. De igual manera en esta parte también se acude al análisis del peso de
la capitalinidad o proporción de población residente en la ciudad con respecto a la población total de
Cuba. Se hacen algunas consideraciones en este epígrafe a los componentes o variables
demográficas del crecimiento de la población, entiéndase como natalidad, o mejor fecundidad,
mortalidad y migraciones, que podrían explicar el peso de cada una de ellas en la magnitud de la

2
Se han empleado por los autores las consideraciones de los ciclos económicos o fases sucesivas de la actividad productiva
para toda la Cuba colonial, desarrolladas por Juan Pérez de la Riva en 1973 con el propósito de explicar la conquista del
espacio cubano. Estas consideraciones también pueden contribuir a interpretar su correspondencia con el desarrollo histórico
del poblamiento de la ciudad de La Habana.

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población habanera según los tres períodos históricos empleados, pero lamentable el análisis es
incompleto porque las estadísticas demográficas que registran los nacimientos, defunciones y saldos
migratorios no se llevaron a cabo a nivel del país en todos los períodos estudiados, ni mucho menos
para las provincias y ciudades. Finalmente, esta segunda parte tiene un último epígrafe dedicado a
caracterizar la evolución de la ocupación del poblamiento habanero sobre el territorio y el análisis de la
distribución de las densidades en los diferentes censos en que ello fue posible.

La tercera parte del informe de la investigación se reserva para analizar las características de la
población que forman parte del estado o composición de la población habanera y de sus territorios
colindantes a través de los censos de los tres períodos históricos analizados, es decir, colonial,
republicano y revolucionario. Las características o atributos de la población que se han seleccionados
para su análisis son aquellas que aparecen en la mayor parte de los censos que se corresponden con
los períodos analizados, así por ejemplo, la composición por sexos, por grupos de edades y el color de
la piel, que se cuentan entre los atributos demográficos más generales; mientras que también se
analizan la condición de la población alfabetizada o no alfabetizada y el desempeño de la población
según lleve a cabo actividades ocupacionales de carácter lucrativo, es decir, aquellas en que se
recibía un pago, salario o beneficio económico por su ejecución.

La cuarta y última parte del informe se enmarca en el ámbito de las proyecciones demográficas, por lo
que se pretende ofrecer de manera aproximada cual podría ser la magnitud y las características de la
población habanera en una perspectiva cercana a los 30 años, partiendo de las tendencias mostradas
por las variables del crecimiento demográfico en los últimos años, es decir, la fecundidad, la mortalidad
y las migraciones.

Se pretende además la aproximación a lo que estaría sucediendo con la población habanera en el


momento mismo de la conmemoración de los cinco siglos de su fundación, o sea en 2019, y
posteriormente como estaría evolucionando hasta el año 2050.

En las conclusiones se destacan aquellas ideas generales que han identificado el desarrollo de la
población de la ciudad de La Habana a lo largo de su evolución.

Trabajaron en este empeño investigativo, especialistas del Centro de Estudio de Población y


Desarrollo (CEPDE) de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), entre los cuales se
encuentran los siguientes, según las actividades llevadas a cabo atendiendo al orden de presentación
del contenido del informe: Blanca Morejón Seijas, que tuvo la responsabilidad de desarrollar el
contenido de las partes I y II del informe, con el acompañamiento de Edgar Figueroa Fernández, en lo
que se refiere a todo el trabajo cartográfico y elaboración de mapas del trabajo. Mayra Piloto Otero y
Masiel Toledo Montiel quienes participaron en la recopilación, registros, procesamientos, análisis y
redacción de los epígrafes III.1 y III.3, así como en sus cuadros, figuras y anexos correspondientes.
Helen Cano Rosas y Tatiana Rodríguez Trejo se desempeñaron con iguales alcances en todo lo
concerniente al epígrafe III.2. El director del CEPDE, Enrique González Galbán tuvo la responsabilidad
de desarrollar íntegramente la Parte IV de la investigación y finalmente los trabajos de edición y
ejecución de algunas tablas le correspondieron al licenciado Enrique Frómeta Sánchez. Se agradece
también el concurso de los estadísticos Mario Santiso Rodríguez, Reinaldo Betancourt Moya, Antonio
Hernández Rodríguez y Milae Rodríguez Vega, quienes apoyaron en la recopilación de datos.
Asimismo, el Vice Jefe de la ONEI, Juan Carlos Alfonso Fraga tuvo a su cargo la concepción e idea
inicial del proyecto de la investigación. En la revisión y aprobación final del trabajo estuvieron los
directivos del CEPDE Enrique González Galbán y María del Carmen Franco Suárez. Trabajaron en la
edición final Abel Bermejo Morejón, Anays Montequín Jiménez y Helen Cano Rosas.

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Los autores agradecen la colaboración de las entidades, que de una manera u otra han ofrecido
información importante para llevar a cabo esta empresa, principalmente a los especialistas del Plan
Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

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PARTE I: LOS ORÍGENES DE LA HABANA, EL CRECIMIENTO DE SU


POBLACIÓN HASTA LA OCUPACIÓN INGLESA Y LOS FACTORES DE SU
DESARROLLO
I.1 El paisaje natural, los pobladores originarios y el emplazamiento geográfico de San
Cristóbal de La Habana

La vista de La Habana a la entrada del puerto, es una de las más alegres y pintorescas: un campo
siempre verde y hermoseado por las copas de las gigantescas palmas de fondo, divisándose la ciudad
cubierta de arboladuras de todas dimensiones.
JACOBO DE LA PEZUELA, 1853.

El paisaje natural, ¿recursos o resistencias?

Según estudios publicados por Leo Waibel en 1943 los bosques de madera dura y pinares ocupaban
las dos terceras partes de la superficie del país al momento de la colonización española, parte de los
cuales, especialmente los de madera dura, estuvieron localizados en las hoy fértiles tierras de las
llanuras ferralíticas o rojas que se extienden por la parte central de las provincias de Pinar del Río,
Artemisa, Mayabeque, Matanzas, incluyendo la mitad meridional de La Habana. Mientras, el 27% de la
superficie de la Isla estuvo conformada por sabanas y el 9% restante era vegetación propia de
ciénagas y cayos (Waibel, L. 1943, 30).

Precisamente, sabanas3 en la porción septentrional de la actual provincia capitalina y bosques hacia el


sur, donde hoy se asienta parte de la llanura Habana-Matanzas, que fueron paulatinamente derribados
en el transcurso de los diferentes ciclos productivos del desarrollo histórico de la capital durante los
cuatro primeros siglos, constituyeron parte de los elementos más importantes del paisaje natural
original.

Otros accidentes naturales fueron también factores importantes para el desarrollo del poblamiento
habanero, así, la densa y rica red de cuencas fluviales, con extensos bosques de galerías, como las
del río que los aborígenes llamaban Casiguaguas, pero que los colonizadores denominaron primero
La Chorrera y más tarde Almendares4,con cerca de 59 km de longitud y más de 400 km2 de superficie,
seguidas por las cuencas de los ríos Guanabo, Bacuranao, Cojímar, Jústiz o Boca Ciega, Martín
Pérez, Quibú o Marianao, Jaimanitas, Luyanó (antes Uyanó) y Tarará, según orden decreciente por su
longitud, en cuyos nombres predominan los vocablos aborígenes (Rodríguez Díaz, Oscar, 2018, p.73).

A ese paisaje natural antes descrito a partir de su vegetación y su red hidrográfica, se une, un factor
físico-geográfico muy importante, su espléndida bahía, de bolsa por su configuración y origen, con sus
ensenadas de Marimelena, Atarés y Guasabacoa, nombradas según su posición geográfica desde el

3Elvocablo sabana de origen arahuaco no había sido conocido por los españoles antes de llegar a las tierras descubiertas
por ellos, y se refiere a “todos los terrenos sin árboles, pero con mucha hierba alta y baja”, así denominados por Guillermo
Fernández de Oviedo, uno de los conquistadores, a su vez citado por Leo Waibel, op.cit 2, p.6.
4Se cree que dicho nombre es una derivación del nombre de Fray Alonso Enríquez de Armendáriz, uno de los obispos de

Cuba entre 1610 a 1624.

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norte hasta el sureste. Esta bahía constituyó uno de los recursos naturales que explicaría no solo el
sitio actual5de la ciudad, sino también un factor decisivo del desarrollo histórico de su poblamiento.

Estos eran los elementos más trascendentes del paisaje, pero estaban también sus primeros
pobladores, los aborígenes. A la llegada del conquistador europeo a estas tierras, el tamaño y
distribución geográfica de sus primeros pobladores, la población aborigen, eran muy variados y han
sido difíciles de precisar, debido al escaso desarrollo y a las imprecisiones de las fuentes históricas,
fundamentalmente las proporcionadas por los cronistas y los propios conquistadores.

Los primeros pobladores y su rápida desaparición

Algunas estimaciones refieren que al comenzar la conquista de Cuba por los españoles en 1510, la
población indígena ascendía, según cálculo aproximado, a unos 300 mil habitantes, pero Juan Pérez
de la Riva en un ensayo publicado en 2004 (Pérez de la Riva, Juan, 2004, 23) propone la cifra de 112
mil habitantes para el archipiélago cubano en 1510, o sea, en vísperas de la conquista española,
basándose en los estudios arqueológicos de los científicos cubanos Ernesto Tabío y Estrella Rey6.

Según el citado autor, el 90% de esta población indocubana estaría compuesta por sub-taínos, con
nivel de desarrollo dedicado a la agricultura de subsistencia y ceramistas, mientras que el 10%
restante estuvo representado por siboneyes “aspecto Cayo Redondo” que se dedicaban a la
recolección y la caza, pero no eran ceramistas. La mayor parte de estos últimos, estarían asentados
en la región occidental del país para un 9%, o sea cerca de 10 mil aborígenes, viviendo cerca de las
costas y manglares en pequeñas comunidades muy alejadas unas de otras. Sin embargo, no existen
evidencias de asientos arqueológicos comprobados de civilización india precolombina en lo que era el
enclave original de La Habana, pero en 1961 se encontraron restos fúnebres en Guanabo y cerca de la
laguna de Ariguanabo (Departamento de Arqueología. Centro de Antropología, 2008, p. 199).

El nombre de San Cristóbal de La Habana, dado a la villa fundada por el Adelantado Diego Velázquez
de Cuéllar, fue tomado de uno de los muchos cacicazgos indios que algunos historiadores refieren que
presumiblemente existieron, tal como sucedió con otras fundaciones donde al nombre hispano le
siguió el vocablo aborigen ya acostumbrado.

Se puede presuponer que los elementos naturales del paisaje original que caracterizaron el sitio de La
Habana y su región, en donde primaban los bosques de madera dura al centro, y de galerías a lo largo
de sus ríos; la llanura septentrional y la vegetación costera, representaron recursos y resistencias al
poblamiento europeo y a los siboneyes, de manera diferenciada. Para los colonizadores, los bosques,
las sabanas, las aguas fluviales y la bahía protegida, constituyeron recursos naturales de gran valor a
diferencia de las costas al descubierto y los manglares que obstaculizaban su asentamiento; mientras
que para la exigua población aborigen que se asentaba en la zona, la vegetación costera y cercana a
la desembocadura de los ríos y lagos se erigieron en recursos indispensables de donde extraía su
sustento.

5Este es el tercer sitio del capital establecido por los conquistadores, pues la villa originaria fue fundada en la costa sur de la
provincia de Mayabeque el 25 de julio de 1515, recibiendo en aquel entonces el nombre de Villa de San Cristóbal en saludo al
día del santo patrón de los navegantes. Años más tarde se trasladaría a la costa norte cerca de la desembocadura del Rio
Casiguaguas o de La Chorrera, hoy Almendares.
6
Pérez de la Riva se refería al libro Prehistoria de Cuba publicado por esos reconocidos autores

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Es bien probable, según relatan participantes en la conquista, que hubiera en el territorio actual de La
Habana presencia aborigen a inicios de la colonización, puesto que el paisaje original era propicio, la
toponimia primitiva lo presupone y los testimonios de algunos cronistas refieren la convivencia de
alguno que otro soldado español con tribus aborígenes desde 1509, cuando una de las naves de
Sebastián de Ocampo carenó durante el bojeo de la isla. Sin embargo, la crueldad desenfrenada de
los conquistadores y colonizadores de la Isla, redujo, en menos de cuarenta años, o sea, hacia 15507,
a no más de 4,000 el número de los aborígenes que quedaban en la isla (Roig de Leuchesering, T. 1,
1963, 11).

Fueron varios los factores que explican el rápido exterminio de los indios que no sólo se debió a las
violentas persecuciones y el maltrato de que fueron víctimas, sino también a los rudísimos trabajos a
los que fueron sometidos por sus nuevos amos, los colonizadores, a quienes se les asignaban tierras y
se les encomendaban indios para trabajar fuera de su hábitat tradicional. A ello se unen la ruptura de
su precario equilibrio ecológico, las hambrunas debido a la pérdida de su base alimentaria, las nuevas
enfermedades importadas por los colonizadores, así como el hecho de que, según cuentan los propios
cronistas españoles, llevados a la desesperación por aquella vida de esclavitud y sufrimientos
incontables, apelaron frecuentemente al suicidio. (Pérez de la Riva, Juan, 2004, 38).

Se cuentan diversas reacciones contra aquellos maltratos. En 1510 sobrevino una primera reacción
por parte de Fray Antón Montesinos en La Española (Ibídem, 50), seguida por los empeños históricos
reconocidos de Fray Bartolomé de las Casas. No sería hasta el año de 1552 que esta lucha terminaría
cuando se pone en práctica tardíamente en la isla una ley promulgada por el rey Carlos V en Madrid
con fecha 2 de agosto de 1530. Algo menos de 18 mil indios que para entonces quedaban en toda
Cuba resultaron liberados, pero fueron reunidos en poblados como Guantánamo, Jiguaní, El Caney
(ibídem, 53). En La Habana, se reunieron en Guanabacoa y otros se establecieron en el barrio llamado
de Campeche, hoy al sur de La Habana Vieja cerca de la Iglesia de La Merced, y también en las
riberas del río Uyanó, hoy Luyanó, concediéndoles el Cabildo merced de tierras para sus viviendas y
cultivos hasta que terminaron por fundirse con la población (Roig de Leuchesering, T. 1, 1963, 13).

La operación de los colonizadores para poblar la Isla de Cuba y las fundaciones de las siete
villas

Diez y ocho años transcurrieron desde la llegada del navegante y almirante Cristóbal Colón a Cuba por
primera vez en 1492, hasta el comienzo de la conquista española de la isla por Diego Velázquez en
1510. Este último, que formara parte como soldado de varias expediciones de conquista y fuera
tripulante en el segundo viaje de Colón donde se había asentado en la isla de La Española y atesorado
tierras y gran fortuna, fue comisionado por Diego Colón, hijo del Almirante y Gobernador de las Indias,
para que llevara a cabo la ocupación de Cuba, cumpliendo con ello instrucciones reales formuladas
por Fernando de Aragón “para saber el secreto de Cuba”8. Dicha conquista, concebida como una
operación militar de reconocimiento e invasión tenía como propósitos declarados poblara aquellos
territorios y pacificar a sus pobladores convirtiéndoles a la fe cristiana, tal como se hizo en isla de La
Española, que reúne hoy los países de Haití y República Dominicana.

7 Se registran actas del cabildo habanero a partir de esa fecha, ya que las primeras registradas desde la fundación han
desaparecido debido a los ataques e incendios perpetrados por corsarios y piratas.
8
Tal secreto se refería a la sospecha de que en Cuba pudiera haber oro.

7
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Al término de dicha ocupación por toda la isla en 1514, se terminaron de fundar por el propio
Velázquez las primera siete villas, allí donde habían al menos poblados aborígenes cercanos, y en
este orden: La Asunción de Baracoa y San Salvador de Bayamo en 1511 y 1513, respectivamente; la
Santísima Trinidad, Santa María del Puerto del Príncipe, Sancti Spíritus y San Cristóbal 9 , en ese
mismo año de 1514 y en el verano de 1515 se fundaría Santiago de Cuba(Portuondo, Fernando, 1965,
68).Con excepción de Baracoa, todas las villas, serían trasladadas de sitio a partir de su primer
asiento. En el caso de la villa de San Cristóbal, dicho primer traslado obedeció a varios factores, entre
ellos intereses españoles de la conquista que ya por aquel entonces miraban a México y a La Florida,
además del clima insalubre y los insectos en la costa sur.

Fueron fundadas entonces las primeras 7 villas en algo más de 2 años de ocupación y con una
distancia promedio aproximada de 300 a 400 kilómetros entre una y otra. La fundación de cada villa
según el plan de Velázquez y su legión de conquistas venía acompañada con las consecuentes
determinaciones de vecinos 10 , moradores 11 y estantes 12 o transeúntes, teniendo los primeros la
facultad de elegir un cabildo o ayuntamiento que entre otras atribuciones registraba los hechos,
designaba el alcalde y llevaba a cabo el repartimiento de tierras y la encomienda de indios para
trabajar.

La operación militar que se había fraguado en 1510 para poblar resultó positiva y aparentemente
eficaz, hasta que comenzaron a extinguirse las exiguas cantidades de polvo de oro aluvial y los
aborígenes que serían sustituidos con pequeñas cantidades de indios procedentes de La Española,
yucatecos y los primeros pequeños contingentes de esclavos africanos traídos de España.

No puede olvidarse que los hombres que vinieron a conquistar la isla no fueron colonizadores como
sucedió en otros continentes, sino buscadores de fácil fortuna que en varias ocasiones abandonaron
las villas fundadas cuando se percataron que el poco oro aluvial se agotó, enrolándose después en
cuanta empresa y expedición hubiera, tal como sucedería con los primeros pobladores de La Habana
durante las faenas de la conquista de México y de La Florida después. Ello trajo aparejado, como más
tarde se demostrará, el lento crecimiento de la isla durante los dos primeros siglos.

9 Se trata del primer asiento de La Habana en la costa sur ya referido en nota anterior, sin que se documente el sitio y fecha

exactos de su fundación por Diego Velázquez ya que desaparecieron los Libros del Cabildo anteriores a 1550. No obstante,
hay historiadores que aluden al 25 de julio de 1514 como fecha de la fundación del primer asiento de la villa.
10
Los vecinos eran los residentes con carácter permanente y su condición quedaba acreditada en las Actas Capitulares
concediéndoseles el derecho del sufragio para elegir a los alcaldes y regidores que cada primero de enero se llevaba a cabo,
el disfrute de solar y tierra para edificar y labrar o criar ganado y otros derechos inherentes a su condición.
11
Los moradores vivían en la villa con mayor estabilidad, incluso que los vecinos, con la intención de que se les autorizara a
convertirse en vecinos.
12Los estantes o transeúntes constituían la población flotante, tripulaciones de barcos, funcionarios de la metrópoli, efectivos

de la guarnición militar, etc.

8
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Los orígenes y avances del emplazamiento de San Cristóbal de La Habana y de su población


hasta su ocupación por los ingleses
Luego del traslado de la villa fundada en algún momento del año 1514 en la costa sur hacia algún
lugar cercano a la desembocadura del río La Chorrera, hoy llamado Almendares, situado en la costa
norte del cacicazgo o provincia aborigen Havana o Habana, muy pocos años después, nuevamente se
produce otro traslado de la villa, esta vez a 8 kilómetros más hacia el este, en la orilla occidental de
una bahía amplia, de aguas profundas a diferencia de la desembocadura de La Chorrera, bien
protegida de las miradas de otros navíos extranjeros por bosques y por su estrecho canal de entrada,
puerto al que ya los conquistadores conocían con el nombre de Carenas, desde el año 1509cuando
Sebastián de Ocampo se detuvo mientras exploraba esa zona durante el bojeo de Cuba y donde
habitaban pequeños grupos de aborígenes diseminados (Roig De Leuchsering, Emilio, op.cit, 38).

El asentamiento anterior de La Chorrera conservó por algún tiempo el nombre de Pueblo Viejo. De
igual manera existieron también dos poblaciones, una en la costa Sur, a la cual llamaron
específicamente San Cristóbal, y la otra en la costa Norte, que denominaron primero Puerto de
Carenas, y que por las ventajas que ofrecía este último lugar sobre aquél, fue mudándose e
incorporándose la población de San Cristóbal y de La Chorrera a la de Carenas, hasta desaparecer
aquéllas por completo, sin que quedasen huellas físicas de esos primeros sitios (Ibídem, 34).

Dos motivos poderosos contribuyeron a que el nuevo lugar elegido para el nuevo establecimiento de
lavilla tuviese el carácter de permanente y definitivo: la grandiosidad del puerto que a diferencia de la
desembocadura del río Almendares daba cabida a cientos de navíos, como años más tarde sucedió;
puerto este que estaba dotado de admirables condiciones de seguridad, así como su estratégico sitio y
condiciones topográficas del terreno, llano en una gran extensión, y de clima benigno y saludable para
los extranjeros y con inmediato acceso a la boca del puerto. Tales ventajas explicaron entonces la
refundación de la villa con el nombre de San Cristóbal de La Habana el 16 de noviembre de 1519, que
heredara el nombre original del santo patrón de los navegantes, o quizás también del almirante Colón
y de la provincia o cacicazgo aborigen13. En el mismo año se celebró la primera misa y el primer
cabildo debajo de una hermosa ceiba cerca de donde hoy se halla El Templete.

El sitio inicial ocupado por la población estuvo entre los terrenos que hoy ocupan el Castillo de la
Fuerza, el Palacio de las Capitanes Generales y la Aduana. Pero durante las dos primeras décadas
después de su fundación, la entonces villa de La Habana no era más que un pobre caserío de bohíos
extendido —según apunta la historiadora Irene Wright — «a lo largo de la orilla de la bahía» (Ibídem,
38), desde el fondo del castillo de la Fuerza, hasta el lugar donde se alza el edificio de la antigua Lonja
del Comercio. El centro de la villa en aquel entonces era la plaza, situada precisamente donde se
empezaría a levantar en 1540 el Castillo de La Fuerza, como años después lo fuera la llamada plaza
de gobierno frente al Palacio de los Capitanes Generales.

Como la población de la Villa era muy escasa en sus primeros tiempos, no es posible acudir a datos
suministrados por reportes de censos de población, ya que el primero de estos se levantó a finales del
siglo XVIII. Las informaciones que sobre el monto o tamaño demográfico existen obedecen a
estimaciones de cronistas, viajeros, visitas pastorales o recuentos elaborados por los propios cabildos.

13
El topónimo Hauana, Habana, Havana, Abana, Vana, y otras variantes como Zabana o Sabana parecen significar lo mismo,
nombre Araguaco para designar tierras llanas. Lo cierto es que el nombre Havana se empieza a generalizar en 1798 hasta
que en 1818 se impone el definitivo de Habana. La ortografía de este topónimo ha sido muy variable en el tiempo (Núñez
Jiménez, Antonio, 2014, 251).

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

No obstante, ello, y debido a la importancia de su posición geográfica, factor importante en su


desarrollo, ya en 1532 la villa contaba con más habitantes que Santiago de Cuba, que era la capital
donde radicaba el Gobernador de la isla, que para entonces contaba tan solo con dos demarcaciones
independientes: Santiago de Cuba y La Habana.

En 1544 solamente había en la Villa 40 vecinos; y en 1553, 60, pero teniendo en cuenta que los
vecinos formaban parte de la minoría privilegiada, eran los “cabezas de familia”, parte de la población
real residente. En una de aquellas informaciones citadas se dice que en 1544 había en la villa 362
habitantes, es decir «40 vecinos casados y por casas; indios naborías naturales de la Isla, 120;
esclavos indios y negros, 200; un clérigo y un sacristán» según constaba en un recuento elaborado por
el obispo Diego Sarmiento en sus visitas pastorales recorriendo la isla (Friedlander, H., 1978, 36). En
1554 el total de habitantes era de 700(Roig de Leuchesering, op.cit., 98). Un año antes el Gobernador
de la isla se traslada definitivamente de Santiago de Cuba para San Cristóbal de La Habana con la
encomienda real de convertirla en capital de la isla en 1556.

El crecimiento de la villa era lento, no solo debido a los pobladores que se enrolaban en cualquier
expedición de conquista hacia otras tierras, sino también porque lo poco que pudieron construir sus
habitantes fue incendiado y destruido en 1537, 1538, 1543 y 1555 14 por corsarios y piratas. La
amenaza de los enemigos de España, que no eran pocos, condicionó que en San Cristóbal de La
Habana se comenzaran a construir fortificaciones desde mediados del siglo XVI como el Castillo de la
Real Fuerza (1540-1577), los castillos de Los Tres Reyes del Morro y de San Salvador de La Punta
(1589-1630).

En 1590, La Habana contaba con 800 vecinos y un total de 4 mil habitantes y dos años después, en
saludo al primer centenario del descubrimiento por Colón, el rey Felipe II le confiere a la villa capital, La
Habana, el título de Ciudad, construyéndose la presa del Husillo y la Zanja Real15 que partían del río
Almendares (Ibídem, 41). Tal decisión se justifica por la importancia que fue cobrando la Villa debido a
su situación geográfica y el paso de las flotas españolas.

La originaria villa, ya convertida en ciudad capital con un tamaño de población bien reducido, lograba
fácilmente autoabastecerse de los principales productos agrícolas y derivados de la ganadería,
cuestión que se realizaba en gran medida, desde el territorio dela actual Centro Habana, que, por esa
época, era el espacio territorial más aledaño (Ibídem, 34) a la ciudad, donde se encontraban sitios y
estancias que se especializaban en diversas producciones agrícolas.

Cuando ya estaba por finalizar el siglo XVI que vio nacer a La Habana, existe una narración escrita en
1598 que refiere que:

San Cristóbal va progresando no obstante los inconvenientes de piratas y el poco comercio. Esta población se
está construyendo con mucha irregularidad. La calle Real (hoy Muralla), la de las Redes (hoy Inquisidor), la del
Sumidero (O Reilly) y la del Basurero (Teniente Rey) es en donde se fabrican las habitaciones en línea, las
demás están planteadas al capricho del propietario, cercadas o defendidas, en sus frentes, fondos y costados,
con una muralla doble de tunas bravas. Todas las casas de esta villa son de paja y tablas de cedro, y en su
corral tienen sembrados árboles frutales, de que resulta una plaga insufrible de mosquitos, más feroces que los

14
El asedio y ataque a La Habana por Jacques de Soresdurante cerca de un mes, trajo la muerte y desolación a la villa por
medio del fuego a las embarcaciones, a las maltrechas casas, a las estancias vecinas y dando muerte a los esclavos que las
atendían y a quienes repelieron su ataque.
15
El cauce de la Zanja Real llegó en 1597 hasta el Callejón del Chorro en la hoy Plaza de La Catedral.

10
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
de Castilla. Me han asegurado que un mancebo de la Nao de Antón Ruiz fue víctima de estos venenosos
insectos. Después de cerrada la noche nadie sale a la calle: y el que tiene que hacerlo por urgencia, va
acompañado de muchos, armados y con luces; así lo exige el crecido número de perros jíbaros o sean monteses
que vagan por ellas y el atrevimiento de los cimarrones que vienen a buscar recursos en lo poblado” (Roig de
Leuchesering, T. 1, 1963, 52).

Durante el nuevo siglo XVII la población de la isla aumentaría rápidamente de 10 mil a 50 mil
habitantes. La información a propósito del tamaño de la población residente en Cuba y en la villa de
San Cristóbal seguirá siendo poco precisa y solo existen estimaciones de viajeros que la visitaron. Así
por ejemplo, Pérez de la Riva, estimaba a partir de esas fuentes, que para el inicio del siglo residía en
La Habana la mitad de los 10 mil pobladores que debía tener la isla, donde habría un habitante por 30
o 40 km2, mientras que en Bayamo y Santiago de Cuba, tendrían, en conjunto mil 500 habitantes;
Sancti Spíritus y Puerto Príncipe, menos de 800; en el resto de las villas, la población de cada una no
pasaba de unas docenas de habitantes y en los bosques y sabanas, de manera dispersa habrían
menos de 3 mil personas (Pérez de la Riva, op.cit. 2004, 87).

Según el mismo autor, la población de la isla crecería, no obstante, dos veces más aprisa que la
población de España en la misma época debido a la inmigración esclava, aún de poca magnitud, y
fundamentalmente de población libre, peninsulares, entre ellos aquellos que muy pobres procedían de
las Islas Canarias y Andalucía quienes se vincularon con la producción de tabaco, pero también de dos
a tres mil españoles procedentes de Jamaica después de la conquista de esa isla por los ingleses en
1655, hecho este último que se repetiría a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX cuando tuvieron lugar
las pérdidas de otras colonias españolas en el continente.

La población de la ciudad en 1666, ocho años después que comenzara la construcción de la muralla
de más de 2 kilómetros de extensión, contaría con 8 a 10 mil habitantes. Pero la atracción de la villa
para los enemigos de España continuaba aún después de la construcción de las murallas hasta su
completa terminación en 1740 16 . En 1668, Henry John Morgan, pirata de origen norteamericano,
después de varias depredaciones en Santiago de Cuba y otros puertos antillanos y centroamericanos,
se presentó a la vista de La Habana con el intento de asaltarla por la parte no fortificada,
desembarcando para ello en Matabanó, hoy Batabanó, setecientos hombres, que se disponían entrar
por Jesús del Monte; pero, conocedor el pirata de los serios preparativos de defensa llevados a cabo
por la jefatura del gobierno y guarnición de la ciudad, abandonó su propósito, atacando y saqueando
entonces impunemente a la villa de Puerto Príncipe, hoy Camagüey, donde muchos de sus pocos
habitantes emigraron hacia La Habana.

En 1725 se construye un astillero para fabricar y arbolar17buques de guerra en los terrenos de los
edificios de la actual Aduana, en el muelle de la Machina18(Pezuela, Jacobo de la, 1863, Tomo II, 25) y
que en 1754 amplía sus producciones trasladándose parte de su ubicación al llamado Arsenal de La
Habana en el espacio que hoy ocupan los terrenos del actual Muelle “la Coubre” y la Terminal de
Ferrocarriles. La producción de barcos de toda clase, que, en un número mayor de cien, se
construyeron en La Habana entre 1724 a 1759, constituyeron la prueba de la importancia que había

16 Las murallas se comenzaron a derribar a partir del año 1863 porque desde mucho antes había concluido el asedio de

piratas y corsarios y constituyeron entonces un obstáculo a la extensión del poblamiento citadino.


17Poner en una embarcación los palos que sujetan las velas.
18Los astilleros de la Machina estuvieron situados en lo que hoy se conocen por las edificaciones de la Aduana. En ese primer

astillero se construyeron navíos de guerra para la flota española hasta 1725 cuando comenzó a trabajar el Arsenal.

11
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

adquirido su puerto, que permitió que La Habana se distinguiera en aquel entonces por la fabricación
de buques de guerra (Pezuela, Jacobo de la, op.cit, 148).

Desde 1739 se hacían sentir en la ciudad los antagonismos existentes entre Inglaterra a España. Por
este motivo, a partir de 1740, los terrenos de extramuros en la parte norte, se prepararon para un
asalto enemigo con obstáculos, como fosos y estacadas, así como obras de carácter militar para la
defensa de la ciudad, convirtiéndose esta área en una zona de difícil asiento para la población, donde
quedó terminantemente prohibido todo tipo de construcción. Esta es una de las razones de la
urbanización tardía de los terrenos vedados para la población, en el área que hoy ocupa el Vedado.

En 1755 se lleva a cabo la visita pastoral del obispo Pedro Morell de Santa Cruz19 que duró dos años
recorriendo las parroquias por toda la isla. Los resultados de dicha visita arrojaron como conclusión
una estimación de la población total del país registrada en las parroquias de 149 mil 46 habitantes y el
51 por ciento de ella, es decir 77 mil 152 personas, se concentraban en la capital y en las tierras al
este y sur, pero no más allá de Guanabacoa y Bejucal, que representan aproximadamente algo menos
del espacio geográfico de la actual provincia de La Habana. La cantidad de población registrada dentro
del recinto amurallado era aproximadamente de 35 mil habitantes residentes o pobladores, pero si se
agregaban los pobladores de los terrenos extramuros aledaños, sumaban 53 mil 761 habitantes
residentes, que representaban el 36 por ciento de la población total de Cuba, en uno de los espacios
más densamente urbanizados de América que no sobrepasan las 138 hectáreas. Esto cobra mayor
significación cuando se tiene en cuenta que en ese espacio capitalino se podían añadir 50 mil
personas transeúntes. (Venegas Fornias, Carlos, 2002, 23). Estas cifras suponen una densidad
promedio de 389 habitantes por cada hectárea de la población habanera residente.

Entre 1700 a 1750 el crecimiento de la población del país aumentó 5 a 7 veces más rápido que en los
principales países europeos. Este ritmo se mantendrá durante todo el siglo XVIII y debido esta vez a la
introducción creciente, de esclavos africanos y también de población blanca. Cuba manifestaba por
aquel entonces una gran desigualdad de su poblamiento, tanto en las características étnicas de su
población como en la irregularidad de la distribución de sus asentamientos y en la densidad de su
ocupación.

Como más de la mitad de la población de la isla se concentraba en la región habanera, gran parte de
esa inmigración se asentaría en los alrededores de la ciudad, debido al papel que va representando la
actividad portuaria de ésta y la intensa acumulación de capitales y de atracción para los inmigrantes de
la metrópoli española.

Pero sobreviene entonces en 1762 la declaración de guerra de los ingleses a España y las acciones
bélicas se ponen de manifiesto en las colonias, especialmente en Cuba y también en Manila, Filipinas,
como parte de las acostumbradas contradicciones entre ambos imperios para lograr el predominio en
la navegación y el comercio marítimos.

Una poderosa agrupación naval inglesa con propósitos beligerantes, apareció el 6 de junio de1762
frente al Castillo del Morro de La Habana, integrada por 30 mil efectivos que se enfrentarían contra
menos de 4 mil soldados que formaban parte de la guarnición, los dos fuertes: la Punta y la Real
Fuerza, y unos pocos millares de residentes mal armados, fundamentalmente población antes esclava.

19
Pedro Morell de Santa Cruz y Lora fue Obispo de Cuba entre 1754 a 1768. Su visita a las parroquias y recuento de los
pobladores de la isla entre 1754 a 1757, es considerada como una especie de primer censo no oficial de Cuba

12
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

El asedio y lucha se prolongó durante casi dos meses. La ciudad era una plaza muy fortificada y
especialmente el Castillo de El Morro, ofreció gran resistencia al mando de un oficial de la guarnición,
Luis de Velasco, hasta que los ingleses desembarcaron por Cojímar y consiguieron vencer la
resistencia en El Morro. Sin embargo, las fuerzas armadas compuestas por vecinos de Guanabacoa y
de La Habana, principalmente campesinos de la zona, dirigidos por el héroe popular José Antonio
Gómez, Pepe Antonio, regidor del Ayuntamiento de Guanabacoa, se enfrentaron a las tropas
invasoras inglesas con tenaz decisión. La ciudad capitula el 13 de agosto y es ocupada. Los ingleses
cometerían excesos en sus incursiones por las localidades de Los Quemados, Puentes Grandes y
Santiago de la Vegas, incendiando el primero de estos asentamientos que radicaba en lo que es hoy
Marianao.

Las pérdidas totales de hombres ascendieron a dos mil 910 individuos, incluyendo tropas de tierra y
marina, tripulaciones de la propia escuadra inglesa, milicianos de todos los colores y gente de tierra
adentro, además cerca de 900 esclavos negros que sus propietarios habían cedido y que fallecieron
en las tareas de acondicionamiento de la defensa del Morro (Pezuela, Jacobo de la. 1865, T. 3, 51).

El proceso de capitulación que exigieron los ingleses al gobierno de La Habana fue muy severo: la
entrega de “los efectivos de la Real Compañía de Comercio que llegaba a cien mil pesos y además
una suma de 75 mil pesos en moneda que pagaron los comerciantes” (Friedlander, H., op.cit., 86).Los
ingleses ocuparon la ciudad durante once meses, pero la clase aristócrata habanera obtuvo, no
obstante, gran provecho de ello, porque en ese intervalo de tiempo se estableció un intenso
intercambio comercial y cerca de un millar de embarcaciones comerciales de varias banderas entraron
al puerto para descargar y cargar mercancías, se introdujeron cerca de 5 mil esclavos procedentes de
Jamaica que se distribuyeron entre los hacendados dueños de ingenios en la capital y la oligarquía
multiplicó su capital (Ibídem).

Luego de la devolución de La Habana a España por parte de los ingleses a cambio de La Florida y la
parte oriental de la Luisiana, que eran propiedad del imperio español, la monarquía consideró
conveniente llevar a cabo reformas y concesiones para retener sus posesiones en el hemisferio, como
fueron el replanteo del sistema defensivo, la captación de recursos financieros por vías fiscales para
enfrentar las urgencias, el establecimiento de servicios de correos periódicos entre la colonia y
España, el intercambio comercial entre esta isla con otras del Caribe y con varios puertos españoles.

Para 1762, La Habana que tomaron los ingleses era ya una rica y populosa ciudad de más de 50 mil
habitantes, contando sus áreas intramuros y sus arrabales más próximos en las áreas extramuros. Era
la tercera ciudad del continente americano, después de México y Lima, por su población y riqueza, y el
más importante de todos los puertos del hemisferio (Pérez de la Riva, Juan, 1975, 304).

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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Mapa 1. La Habana intramuros y extramuros en 1798

Fuente: Elaborado por los autores a partir de plano del siglo XVIII

El mapa que se acompaña, elaborado a partir de uno similar perteneciente al año de 1798, es decir
casi 30 años después de la toma de La Habana recoge las tres las fortificaciones que ya estaban
construidas a la llegada de los ingleses, con la salvedad de aquellas que se construyeron por el
gobierno español luego de la retirada de la fuerza invasora: la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña y
los castillos del Príncipe y Santo Domingo de Atarés. Aparecen además los principales caminos y la
Zanja Real.

En el epígrafe que sigue, se analizan con más nivel de detalle los factores que hicieron posible el
crecimiento de la población habanera y su territorio, desde sus inicios en el siglo XVI hasta la
expansión de la plantación esclavista azucarera a mediados del siglo XIX.

14
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I.2 Los factores del desarrollo y los ciclos económicos de La Habana

“La Habana es la llave del Nuevo Mundo y


antemural de las Indias Occidentales”.
REALES CÉDULAS DE 24 DE MAYO DE 1634
Y 10 DE MARZO DE 1717

Los elementos del paisaje natural que encontraron los conquistadores en las tierras del cacicazgo
aborigen de la Habana donde fundaron el asentamiento actual de la Villa de San Cristóbal de La
Habana, fueron bien aprovechados cuando concurrieron otras circunstancias de carácter económico
para potenciarlos y hacerlos funcionar como recurso natural.

Entre ellos están la posición estratégica y también sus llanuras septentrionales, y bosques más al sur
con sus suelos ferralíticos y su intensa red fluvial. Todos ellos desempeñaron un rol importante a lo
largo del desarrollo histórico de la población habanera.

Historiadores como Juan Pérez de la Riva se han referido a los ciclos económicos y a los factores del
desarrollo del poblamiento de Cuba (Pérez de la Riva, Juan, 2004, 67), cuyas características pueden
ser también válidas para interpretar el crecimiento de la población y el poblamiento de La Habana.

La posición estratégica de La Habana, la Corriente del Golfo y el sistema de flotas. Los


“situados”

La posición estratégica de La Habana en la costa norte de la isla frente al Estrecho de La Florida y


muy cerca de esta última y del Virreinato de Nueva España, hoy México, constituyó la ventaja principal
de los habitantes de La Habana. Frente a las costas de la Villa, circula la corriente marina del Golfo,
que se desplaza en la dirección este y luego noreste a razón de casi 2 metros por segundo y con una
anchura promedio de mil kilómetros hasta llegar a Europa (Rodríguez, Oscar, 2018, 8). Precisamente
esta fue la senda de regreso a España que utilizaron los navegantes españoles, apoyándose a la
altura de la península de Terranova en los vientos contralisios del hemisferio norte para llegar mucho
más rápidamente a la metrópoli, que si lo hubieran hecho atravesando el Océano Atlántico 20 .La
influencia de esa corriente convertiría a La Habana en el puerto escala del sistema de flotas.

La Casa Real de Madrid estuvo valorando desde 1543 un sistema de navegación para llevar a cabo el
intercambio de mercancías y bienes con sus colonias en Las Américas que consistía en navíos
mercantes debidamente custodiados por barcos de guerra. Este sistema se organizaría a partir de la
quinta década del siglo XVI, para llevarlo a cabo dos veces al año, en abril y agosto, hasta que se
estableciera de manera regular desde 1566 hasta 1778.

Las flotas que partían de Sevilla traerían al continente americano más de 20 navíos convoyados por
galeones de la Armada Naval del imperio español para la protección contra piratas, corsarios y buques
franceses e ingleses. La Habana sería escogida por su posición geográfica como punto de reunión de
todos los buques que navegarían meses después rumbo a España.

El sistema estaba integrado por dos flotas, una que partía rumbo a México, y en ocasiones cubría
tránsitos por Honduras, La Española y Puerto Rico y la otra lo hacía en agosto con barcos hacia
Cartagena y Portobello, que se encuentran en los actuales países de Colombia y Panamá. Ambas

20
Esta corriente la descubrió Juan Ponce de León en 1513 durante su expedición colonizadora a La Florida.

15
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flotas pasarían el invierno en los puertos americanos y en el verano estarían en La Habana para
emprender el retorno a España, con parte de los galeones de la Armada que allí quedaron en espera
del resto de la flota (Portuondo, Fernando, op.cit, 144).

Mapa 2. Cuba y las flotas en el mar Caribe (siglos XVI al XVIII)

Fuente: Portuondo, Fernando, Historia de Cuba, 1492 a 1898. Instituto Cubano del Libro, Editorial Pueblo y Educación, La
Habana, 1965.

Durante la estadía en La Habana de los navíos de la flota que quedaban en espera del último barco
para zarpar de regreso al imperio, la ciudad quedaba invadida de tripulantes y pasajeros en un número
que excedía con creces a la población residente, del orden de 6 mil a 9 mil hombres 21 , quienes
pasaban una estancia, a veces prolongada, hasta de uno a seis meses, lo cual ocasionaba grandes
dividendos a las familias que rentaban casas o habitaciones, y a quienes les proporcionaban la venta
de avituallamientos, pero también modos de disfrute del tiempo para matar el ocio, a través de fiestas,
juego y prostitución.

La población residente participaba comprando a crédito cuanto fuera posible y pensando en el día feliz
en que el vigía del Morro anunciase el arribo de la flota porque a partir de ese momento se podían
saldar las deudas: casas, solares, cueros, tabaco, azúcar y otras cosas de menor valía, que se
compraban a crédito para pagar cuando viniera la flota.

Los navíos venían no muy cargados desde España, con muebles, vinos, quesos, instrumentos de
trabajo, animales, entre otros, pero se llevaban el oro, la plata, las esmeraldas, las caobas y otras
maderas preciosas de los bosques centroamericanos y de Cuba, dinero como pago de impuestos y
tributos desde las colonias. En su retirada a su paso por La Habana, se acometía la última oportunidad
de cargar, y la oligarquía, que se fue gestando en La Habana, la aprovechó sobremanera, enviando

21 Según Juan Pérez de la Riva eran “gente de mar y de guerra, funcionarios, representantes del comercio de Cádiz,
pacotilleros, clérigos y aun simples viajeros” (Pérez de la Riva, Juan. La población habanera En: El barracón y otros
ensayos, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, Sociología, 1975, p. 303-315.

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maderas preciosas, cobre que venía por barco desde las minas de Santiago de Cuba hasta el puerto
de Matabanó, hoy Batabanó, producciones agrícolas como cueros indispensables para los amarres,
carnes saladas, casabe, azúcar y frutas procedentes de los pequeños trapiches, estancias y sitios de
labranzas situados alrededor de la villa, pescado salado, agua potable y demás avituallamientos para
la travesía oceánica.

La población habanera incorporó a su modo de vida una suerte de vocación terciaria, de trabajar
prestando servicios de avituallamiento y hospedajes para los extranjeros hace algo menos de 500
años, quienes dos veces por año llegaban a puerto; mientras los miembros del cabildo se enriquecían
acumulando capitales para financiar inversiones posteriores.

La corona española facilitó condiciones para que La Habana pudiera llevar a cabo la función de puerto
escala de la flota. Es por ello que el sistema defensivo de la Villa resultó fortalecido y se comenzó la
construcción de los Castillos del Morro y de La Punta que defendían la entrada de la bahía y les
cerraban a los enemigos el canal de acceso a través de una especie de pasarela o cadena que unía
las dos orillas de la entrada. Se construyeron no sólo la Zanja Real22 para garantizar el abasto de agua
de una cantidad mayor de población, un muelle donde pudieran atracar los navíos, que en número de
19 a 30 como promedio diariamente anclaban en el puerto y se crearon las condiciones para reparar
barcos en el astillero construido para ese fin.

Luego de terminadas dichas construcciones, la mano de obra y la tradición constructora se empleaban


en levantar mansiones de cal y canto para los grandes vecinos, sin desdeñar desde luego,
numerosísimas iglesias y conventos, cuyos campanarios y plazuelas serán el rasgo más sobresaliente
del paisaje urbano.

Pero muy pronto la metrópoli se percató que era necesario acudir a otra fuente de inversión para
garantizar todo el sistema defensivo de sus posesiones en el continente americano, y en especial la
salvaguarda de su mejor pieza, La Habana, debido a su posición estratégica. Era imprescindible
entonces que las restantes colonias contribuyeran a reducir los costos de tamaña empresa, por lo que
se planificó que cada una de ellas le “situaba” a La Habana una especie de presupuesto para financiar
no solo las obras militares necesarias para la seguridad de la flota cuando estaba anclada en el puerto,
sino también la manutención de la guarnición (Pérez de la Riva, 2004, 86).

Tan temprano como en el año 1540, el Virreinato de Nueva España, lo que es hoy México, aportaba su
primer situado anual a La Habana para la construcción del Castillo de la Real Fuerza, que según
Pezuela los fondos representaban 20 mil pesos por año en la segunda mitad del Siglo XVI; 6 millones
250 mil pesos serían expedidos por la Caja de la Tesorería de México durante el siglo XVII; 210 mil
pesos por año entre 1700 y 1760 y finalmente según la misma fuente de los estimados, estos
alcanzarían a 2 millones 500 mil pesos por año entre 1760 a 1800 cuando La Habana se convirtió en la
más grande base naval del Caribe a partir de las construcciones de barcos en el Arsenal (Pezuela,
Jacobo de la,op.cit.558).

El valor económico que representaron los beneficios aportados por la Flota y los “situados” cobra
sentido cuando se conoce que la población residente total en La Habana intramuros, en sus inicios,
era aproximadamente de 2 mil individuos, que las tropas en muchas ocasiones se alojaban en las
casas de los pobladores y que la mano de obra empleada en las fortificaciones estaba formada por

22
Una canal de 7 km de largo traía agua pura y fresca de la cascada del Husillo hasta la ribera del puerto

17
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DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

esclavos rentados por los vecinos con mayor poder económico. Una decena de vecinos cabezas de
familia que formaban parte del Cabildo habanero, se apoderaron de los mayores beneficios, los que
emplearon después en la adquisición de concesiones de tierra.

En el año 1814, tras casi tres siglos de enviar el situado a La Habana, termina México de enviar el
último, cuando estalla allí la época de la revolución para escapar del dominio español. Así fue el final
de la época de los situados, a partir del momento en que algunas de las colonias españolas se
liberaron del dominio español. Pero ya la isla estuvo en condiciones de sufragar sus gastos defensivos
y militares con el producto de sus propias rentas.

Las concesiones de tierras y el otorgamiento de mercedes en La Habana

El 31 de agosto de 1520, algo menos de un año después de fundada la villa de San Cristóbal de La
Habana en su sitio actual, se confieren los primeros repartimientos de tierras realizados por el
Gobernador de la Isla y los Consejos de los Cabildos de las villas fundadas a los primeros pobladores,
sobre la base de autorizaciones que los Reyes Católicos otorgaron a Cristóbal Colón en 1497 (Pérez
de la Riva, op.cit., 74). Diego Velázquez no tenía autoridad legal para repartir tierras pero los cabildos
disponían de esa prerrogativa y lo llevaron a cabo a través de la concesión de mercedes que tenían
una conformación en el terreno casi siempre circular23.

Desde finales del siglo XVI hasta la mitad del XVII se produjo en La Habana importante número de
mercedes concedidas para sitios de labranza y estancias con la finalidad de criar ganado,
principalmente de cerda. Esta avalancha de concesiones solicitadas estuvo motivada por la
concentración de capitales que la oligarquía habanera ya poseía y por las demandas de productos
derivados de la agricultura que la función puerto escala de la Flota conllevaba.

Hasta el año de 1729 los cabildos de toda la isla otorgaron desde el año 1509 un total de 858 Corrales
y 100 Hatos (Jiménez Verdejo, Juan Ramón y otros, 2018, 4). Pero fue hasta entonces que
conservaron esta facultad, pero no las repartían en propiedad como a los primeros pobladores, sino
sólo otorgaban el derecho a la posesión, puesto que ello era solo prerrogativa del soberano. Es en
1819 cuando se otorgaría la propiedad a quienes demostraran estar en posesión de dicha merced
durante los últimos 40 años (Mateo Domingo, Alfredo, 1977, 5).

Como los agraciados con la concesión de una merced estaban obligados a construir una casa de
pasajeros próxima a la de las haciendas, provista de agua y leña para hacer fuego a fin de que
pudieran pernoctar los transeúntes, dichas mercedes se convirtieron en el asiento futuro de la red de
asentamientos y villas que se fundaron a fines del siglo XVII y principios del XIX porque concentraron
servicios en el cruce de los caminos o en el centro donde estuvo originalmente la hacienda

Se acompaña un mapa que muestra cerca de treinta diferentes mercedes concedidas en el espacio
geográfico de La Habana actual durante los siglos XVI al XVIII. Se puede apreciar que las mismas en
su trazado respondían a corrales para criar ganado de cerda porque no hubo en la región habanera
capitalina crías extensivas de ganado vacuno. En el mapa 3 se exponen el nombre y localización
aproximada de algunas de ellas, informaciones estas recopiladas a partir de fuentes citadas en el

23
La merced se definía como una gracia o concesión que hacían los cabildos a los primeros pobladores de cierto terreno
yermo para la crianza de ganado, si era de cerda recibía el nombre de “corral” y poseía una legua de radio, es decir su área
era de 5 mil 600 has., pero si era vacuno, se trataba de un hato y contaba con 2 leguas de radio y su superficie era de 26 mil
has. El cabildo también concedía tierra para sitios de labranza y solares para edificaciones

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mapa y su correspondiente ubicación en los mapas topográficos actuales y en el de Esteban Pichardo


publicado en España. (Pichardo, Esteban, 1875).

Habría que señalar que la mención de una merced en las actas del Cabildo no sería prueba suficiente
de colonización, tan solo de apropiación del suelo. La riqueza de los topónimos aborígenes que existen
en el país y también en los terrenos de la antigua Habana, sugieren la imagen de un poblamiento, muy
precario y asentado mucho antes que el Cabildo se ocupara de conceder la tierra, tal como se puede
observar en el mapa (Bernardo y Estrada, Rodrigo, 1857).

Mapa 3. Corrales mercedados para la cría de ganado menor durante los siglos XVI al XVIII

Fuente: Elaborado por los autores a partir de Bernardo y Estrada, Rodrigo de, Prontuario de mercedes, o sea, Índice por
orden alfabético de las mercedes concedidas por el Ayuntamiento de La Habana según aparece en los protocolos originales,
La Habana, 1857 y por Pezuela, Jacobo de la, Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba, Imprenta del
establecimiento de Mellado, Madrid, España, 1863

En 1552 el cabildo habanero también concedió una porción de tierra que se consideraba una
propiedad colectiva mercedada por el Rey, o sea el ejido24 de la Villa donde estaban los terrenos
comunales para uso de todos los vecinos “donde los ganados de esta villa han de pastar e andar” y se

24Eran tierras comunales para cultivos de subsistencia alrededor de las villas y que estaban integradas por pequeñas
parcelas de 13 a 26 hectáreas (has.).

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ordena al vecino Juan Sánchez cerque una estancia que poseía “en el ejido”, pues por no tenerla
cercada se han recrecido o recrecen muchos inconvenientes. Indudablemente esta alusión en el
prontuario sirve para consignar que dicho terreno estaría situado en la prolongación actual de la calle
Monserrate o Avenida de Bélgica hacia la Estación Terminal de los ferrocarriles, que tiene por nombre
calle Egido (Roig de Leuchsering, op.cit, 41).

Al cabo de muchos años las mercedes fueron cayendo en desuso, fundamentalmente porque ya no
quedaron terrenos que mercedar y porque los favorecidos o sus descendientes llevaron a cabo
compra-ventas, hipotecas, y también por los litigios que sobrevinieron por los errores en la delimitación
de dichas propiedades a lo largo de dos siglos.

A partir de la apropiación de tierras y la acumulación originaria de capitales que las flotas y los situados
promovieron, la oligarquía habanera, participaría activamente, en el plazo de una a otra generación de
propietarios, en los diferentes ciclos económicos que en el espacio geográfico de la ciudad y su
entorno territorial de influencia, fueron sucediéndose en el decursar de los años: de fomento y
producción de ganado de cerda, cultivo en vegas de tabaco, desarrollo de cafetales y de la plantación
azucarera con la consiguiente inmigración forzada de esclavos.

El ciclo del cuero y del cerdo

El paisaje de sabana permitió la multiplicación en Cuba del ganado mayor que se trajo desde España.
Sin embargo, en La Habana, donde no hubo grandes sabanas como en otras partes de la isla, algunas
de las decenas de puercas traídas por Diego Velázquez se reprodujeron de una manera exponencial
(Pérez de la Riva, op.cit.,84). Como en las regiones de La Habana y Matanzas predominaban los
bosques tropicales húmedos y abundantes en palmas, ello resultó de hecho un hábitat privilegiado
para la cría de cerdos

La carne de cerdo y el casabe indígena fueron la base de la alimentación, aunque después predominó
en forma de jamón, tocino o manteca, además los puercos vivos o en cuartos de carne salada o
ahumada eran cargados en los navíos de la flota. Pero los cueros salados o semi-curtidos, de gran
utilidad en la producción de tapices para muebles, constituyeron un rubro importante de exportación
que se cargaba en los barcos de la flota. Durante un siglo y hasta fines del siglo XVII, el cuero sirvió de
moneda de cambio para obtener los artículos europeos (Ibídem, 86).

No obstante, ese rol del ganado de cerda en la economía de la época, el mismo no modificó el paisaje
natural ni promovió inmigración alguna y resultó muy en correspondencia con las bajas densidades del
poblamiento en los tiempos del llamado desierto cubano, aproximadamente en 1600, cuando la
densidad demográfica estaba en el orden de un habitante por cada 30 o 40 kilómetros cuadrados,
caracterizado por la inestabilidad de su poblamiento (Ibídem).

El ciclo productivo del tabaco en La Habana

El tabaco es oriundo de las Américas y los indios lo fumaban, pero fueron los piratas ingleses y
holandeses quienes introdujeron el hábito de aspirar y fumar tabaco en las Antillas españolas. En el
año 1614 se autorizó el cultivo del tabaco por parte del Consejo de Indias, pues se consideró que era
fuente de dinero, pero como ya no quedaban prácticamente indios que supieran cultivarlo, se promovió
la inmigración de pequeños contingentes de isleños de las Canarias que se revelaron como buenos
cultivadores (Ibídem, 94)

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Los canarios cosechadores de tabaco se establecieron como aparceros en el interior de las mercedes,
sin estatutos jurídicos que los amparasen, más no obstante la producción de tabaco devino en un
producto complementario para la venta de cueros. El paisaje que poco a poco construyeron se
extendió en el siglo XVII en un radio de 50 kilómetros alrededor de La Habana

Pero poco a poco se fueron generando conflictos entre los hacendados propietarios de las mercedes y
los vegueros que alcanzaron más de un siglo. En 1717 la monarquía española impuso el estanco o
monopolio del tabaco y los hacendados comenzaron a quejarse de esos huéspedes a quienes le
habían dado entrada, que pagaban poca renta, extendían sus parcelas y se molestaban cuando las
reses y el ganado menor afectaba sus cultivos.

En la región habanera los vegueros promovieron varias protestas para exigir la supresión del estanco,
entre ellas en agosto de 1717, fecha en que organizaron una resistencia armada en Jesús del Monte,
no lejos de la capital, que ya era un asentamiento con parroquia, en la que participaron cerca de 500
vegueros que procedían de ese lugar y de Santiago de las Vegas, Guanabacoa y San Miguel del
Padrón. Los sublevados, incitados por los propietarios hacendados, llegaron hasta la capital sin que
encontraran resistencia alguna, haciendo incluso que el Capitán General renunciase y marchara para
España y los vegueros se tranquilizaron esperando que finalmente se aboliera el estanco.

Estas luchas para exigir el levantamiento del estanco duraron hasta el año 1723 en que en una de
esas rebeliones entre vegueros y fuerzas de infantería y artillería cayó muerto un veguero y otros once
fueron hechos prisioneros; más tarde serían fusilados y sus cuerpos colgados en los arboles del
camino de Jesús del Monte para que sirvieran de escarmiento público (Historia de Diez de Octubre,
2004, 19).

Finalmente, el imperio español falló a favor de los hacendados propietarios de tierras mercedadas,
quienes se convirtieron en propietarios plenos y los vegueros terminaron por ser desalojados,
incorporándose a otras tierras al oeste de la región habanera, en Pinar del Río, y al este en Güines y
más tarde en Sancti Spíritus.

La plantación esclavista de la caña de azúcar, la inmigración forzada de africanos y el cultivo


del cafeto en La Habana

A diferencia del puerco, el tabaco, y en menor medida, el cafeto, la plantación cañera impuso la
modificación drástica del paisaje anterior, fundamentalmente por el desmonte de los bosques, la mayor
cantidad de instalaciones productivas y el mayor número de trabajadores que se requerían, además de
los servicios públicos que poco a poco se iban generando en los pequeños bateyes. Pero los
propietarios de los ingenios eran en su inmensa mayoría absentistas25, a diferencia de los dueños de
las vegas de tabaco y de los cafetales. Esto resume, de manera comparada la impronta de este ciclo
económico con respecto a los anteriores y sus consecuencias en el paisaje.

La introducción de la producción de azúcar se introdujo en 1535 procedente de Islas Canarias, pero el


inicio del ciclo productivo de la industria azucarera tardaría en llegar hasta finales de ese siglo porque
el volumen de las producciones era aún muy pobre, con la salvedad de que ya desde la tercera
década de ese mismo siglo se sembraba y se molía caña en región habanera, cerca de los ríos

25
Se emplea para referirse a propietarios que residen fuera del lugar en que se encuentran sus bienes inmuebles.

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mediante trapiches rudimentarios movidos por agua, que extraían sus jugos para elaborar algunas
confituras y barras con el propósito de endulzar los alimentos y hasta dar comida a los animales.

En 1575 el Cabildo había concedido licencia para un ingenio junto al río de La Chorrera y la Ciénaga
del Cerro y cinco años después ya había gran número de siembras de caña en las inmediaciones de la
ciudad (Pezuela, Jacobo, op.cit). Sin embargo, los primeros ingenios se establecieron en 1595, frente
al puente de Chávez26y también en los terrenos cercanos a Jesús del Monte, el Cerro, y del actual
Cementerio de Colón cerca de las faldas meridionales del Castillo del Príncipe, donde se encontraba el
ingenio San Antonio Chiquito.

Se inserta además el mapa 4 donde se localiza el sitio aproximado de más de 50 ingenios que fue
posible localizar en los terrenos de la actual provincia de La Habana durante los siglos XVI al XIX, así
como las tres vías férreas principales que se construyeron durante el siglo XIX a partir del ferrocarril de
La Habana-Bejucal (1835), Ciénaga-Rincón (1845) y Habana-Matanzas (1857) (Ibídem, Tomo
Segundo, 329 y ss.). La mayor parte de estos ingenios habaneros se localizaron casi todos en los
valles de la intensa red fluvial del territorio citadino por aquella época, en los caminos radiales que ya
existían y en los que la red de ingenios iba tejiendo.

Mapa 4. Algunos ingenios en los terrenos de la actual provincia de La Habana que existieron
durante los siglos XVI al XIX

Nota: Se han localizados e identificados en las cartas topográficas los siguientes ingenios dispuestos por orden alfabético:
Aguacate, Alberro, Almirante, Aranda, Barrera, Beatriz, Calvo, Carbonera, Carrillo, Castilla, Coca, La Chorrera, Doña. Felicia,
Doña Juana de Zayas, Doña Luisa de Zárate, Doña Josefa Santa Cruz, Doña María Santa Cruz, Duarte, Guadalupe, Ingenio,
Jesús María, Jesús, María y José, Jústiz, Las Vegas, Marrero, Nuestra Señora del Carmen, Ojo de agua, Pacheco, Paso
Seco, Pedroso, Puente de Chávez, Quiebra Hacha, Ramírez, Ricobal, Risel, El Rosario, El Retiro, Salazar, San Antonio
Chiquito, San Blas, San Francisco, San Hilario, San. Juan Nepomuceno de Veitía, San Nicolás, San Pedro, San Rafael, San
Agustín, Santa Catalina, Santa Cruz, Santa Teresa, Santo Domingo, Viejo y Zayas, entre otros.
Fuente: Elaborado por los autores a partir de: Jacobo de la Pezuela, Letra I, 1853

26Se trata del puente sobre la entrada de una de las lenguas de agua de la bahía que años después fue rellenada con tierra.
En la actualidad estaría aproximadamente cerca de las intersecciones de las calles Cristina y Manglar.

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La demanda y el valor del azúcar comenzaron a crecer y a competir con la disponibilidad de tierras y
de otras producciones. El ingenio como tal, dispuso siempre de menores extensiones de tierra, por lo
que los primitivos trapiches del siglo XVI surgieron dentro de las estancias mercedadas por los
cabildos para sitios de labranza que eran de menor dimensión que los corrales empleados en La
Habana para la cría de ganado de cerda o porcino.

También por estos años se declaran vedados o prohibidos en La Habana los cortes de madera diez
leguas al este y diez leguas al oeste del puerto con el propósito de proteger el desarrollo del astillero
que requería madera y las labores agrícolas en los ejidos. Esta prohibición limitó en ese período la
expansión cañera, pero algunos dueños de ingenios, animados por los precios del azúcar en el
mercado mundial, violaron estas medidas (García, Rodríguez, Mercedes, 2006, 46).

Es por todo lo anterior, que la superficie disponible para la producción azucarera se fue desarrollando
a partir de compras de las estancias colindantes. Sin embargo, esa decisión contó con fuerte oposición
dentro del Cabildo, ya que la caña desplazaba a otros cultivos prioritarios para la alimentación,
afectándose seriamente el abastecimiento de la ciudad y de las flotas.

Ya en 1750 en los alrededores de San Cristóbal de La Habana se localizaban 62 fábricas de azúcar y


21 estaban en construcción con una producción de 93 mil arrobas de azúcar de caña, pero cada
ingenio requería 10 a 25 esclavos. Ello demostró la necesidad de un mayor número de esclavos y es
debido a esto que se comienza a propiciar entonces la trata de esclavos (Torres Cuevas, Eduardo y
Loyola Vega, Oscar, 2001). A finales de esa década, en 1759, La Habana contaba con 88 ingenios
activos y unos diez en construcción, que producían el 75 por ciento del total de azucares elaborados
en toda la isla, pero el crecimiento continuó de forma súbita, pues ya entre 1770 y 1780 la cifra de
ingenios de la región habanera, se había duplicado, reportándose 180 ingenios produciendo azucares,
y en 1792, la cifra se había elevado a 228, es decir, se habían fundado en sólo doce años 48 nuevos
ingenios (Naranjo, C y González, M., s. f.).

La demanda de azúcar alcanzó niveles muy altos, tanto en Europa como en los Estados Unidos.
Cuando después de 1776 las colonias inglesas de América del Norte se lanzaron a luchar por su
independencia, se permitió la entrada en el puerto de La Habana de barcos procedentes de los
Estados Unidos para que compraran productos cubanos a cambio de harina de trigo, de equipos y
maquinarias, así como esclavos. Ya una vez independientes esas antiguas colonias inglesas,
empezaron a desarrollar el comercio entre Cuba y ese país, constituyéndose poco a poco en el
principal mercado de algunos productos cubanos, entre ellos el azúcar, hecho que duraría hasta los
inicios del período revolucionario.

Como se hizo necesario emplear más brazos en los ingenios, los propietarios en el año 1789 pidieron
autorización oficial al Gobierno colonial para traer todos los esclavos africanos que estimaran
conveniente (Le Riverend Brussone, Julio, 1999, 36). Pero muchos de ellos ya habían estado entrando
con dificultades desde mediados de la década de 1760.

Estudios de historiadores cubanos recogen estimaciones de la introducción de esclavos africanos, uno


de ellos (Pérez de la Riva, Juan, 1970, 314), pone de manifiesto que desde 1521 hasta 1763 habían
entrado a La Habana mil 700 esclavos africanos, con la salvedad de los 5 mil esclavos procedentes de
Jamaica que los ingleses habían traído durante los 11 meses que duró la ocupación de la ciudad en
agosto de 1762. Sin embargo, a raíz del desarrollo de la plantación esclavista, entraron,
fundamentalmente por el puerto La Habana, 24 mil 875 negros procedentes de África desde 1764 a
1789.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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Para el último tercio del siglo XVIII, cuando los habaneros adinerados se lanzan al apogeo de la
plantación azucarera en toda la antigua provincia de La Habana, un primer grupo de estos centrales
que alcanzaban la cifra de un centenar, se localizaban en las cercanías de la villa de Guanabacoa
donde molían 11 ingenios. Luego aparece un grupo más de ingenios que se dirige al este siguiendo el
curso del camino de Guanabo hasta Canasí, algunos de ellos fuera de los límites de la ciudad actual
de La Habana, en donde se localiza el ingenio de Peñas Altas, cerca del propio Guanabo, donde tuvo
lugar la más grande sublevación esclavista del siglo XVIII. La tercera línea de expansión también parte
de Guanabacoa, pero sigue el camino de Santa María del Rosario y Managua. Partiendo de Managua
hay un cerco de ingenios alrededor de la ciudad que recorre Santiago de las Vegas, Rincón, El Cano,
Guatao y Cangrejeras (Moreno Fraginals, T. 1, 2014, 166).

Los nombres de estos ingenios repitieron los toponímicos de la zona, pero en otros casos dieron lugar
a varios asentamientos con esos nombres, y en su mayor parte dejaron huellas en el paisaje.

La Habana ya no dependía tanto de los recursos que la flota dejaba, sobre todo para la clase
adinerada. Se colocaría a finales del siglo XVIII en la avanzada del crecimiento azucarero de Cuba y el
mundo, seguida a distancia por las regiones centro-orientales del país, dedicadas fundamentalmente a
la rama pecuaria de ganado mayor. La Habana comienza a ser en lo fundamental puerto de embarque
de una notable producción azucarera, y no ya exclusivamente puerto-escala. Pero la colonización
azucarera exige el fomento de nuevos pueblos, la descentralización del potencial humano y todo esto
va en detrimento del auge capitalino.

Sin embargo, la plantación azucarera esclavista se va expandiendo hacia el oeste, desde Guanajay
hasta Bahía Honda, pero también al este, desde Jaruco hasta Matanzas. El antiguo cinturón azucarero
que rodeaba La Habana diezmó los bosques que suministraban leña para los ingenios, y poco a poco,
a través de las quemas fue agotando también el suelo. Los ingenios se ven obligados a retirarse cada
vez más lejos de la ciudad, cuyo desarrollo demográfico en constante ascenso, reclama áreas cada
vez más extensas para el desarrollo urbanístico.

Los terrenos cercanos a la ciudad elevan mucho su valor y para no sucumbir los propietarios tienen
que concentrar ingenios o trasladarse, y las decisiones dependerán de la cuantía de los capitales
acumulados.

Pezuela en su Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba, publicado en 1859


refería que ya en ninguno de los cuatro Partidos Pedáneos de la Jurisdicción de La Habana (Arroyo
Naranjo, Calvario, Quemados y Puentes Grandes) existían ingenios, mientras que solo en las
jurisdicciones colindantes de Guanabacoa, Santa María del Rosario y Santiago de las Vegas, se
mantenían aún diez ingenios de vapor, y uno de ellos era un trapiche que trabajaba con leña Este fue
el escenario de la plantación azucarera habanera que quedaría 50 años después del apogeo

Pero por suerte entran en escena nuevos actores, propietarios e inversionistas con algunos capitales,
administradores y técnicos y agrónomos bien calificados de origen francés que emigran desde Haití,
después de las guerras civiles que se suscitan en ese país entre 1782 a 1800 y también colonos
franceses desplazados de La Luisiana cuando en 1804 Bonaparte vende este territorio a Estados
Unidos (Pérez de la Riva, op.cit, 103).

Sobrevino entonces el ciclo económico del cultivo del cafeto en Cuba con la llegada de más de cerca
de la mitad de los 30 mil refugiados que huyeron de las tierras de Haití y la oligarquía habanera se
aprovechó de ello, primero para tratar de modernizar la industria azucarera, para desarrollar el cultivo

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del cafeto en el Wajay y en mayor medida en la región suroeste de la antigua provincia de La Habana,
es decir en el triángulo formado por Guanajay, Artemisa y Soroa. Cuba se convirtió por aquel entonces
en el primer tercio del siglo XIX en el primer país productor del grano a nivel mundial (Ibídem, 105).

El cultivo del cafeto llegó tardíamente a Cuba, pero la región oriental sacó gran provecho del concurso
de los colonos franceses que allí se asentaron. Llegó cuando el tabaco y el azúcar ya se conocían
desde tiempos atrás “Si el tabaco fue nativo tesoro de América y el azúcar fue riqueza originaria del
continente euroasiático, el café ha sido un don del África negra” (Ortiz, Fernando, 1944).

25
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

PARTE II: CRECIMIENTO Y DINÁMICA DEMOGRÁFICA DE LA HABANA, OCUPACIÓN


DE SU TERRITORIO Y EJES DEL POBLAMIENTO A PARTIR DE SUS CENSOS
DEMOGRÁFICOS

II.1 La ciudad de La Habana en las divisiones políticas administrativas de la isla a través


del tiempo

“…conjugar de la manera mejor posible la centralización indispensable que nos garantice lo que
conviene a los intereses sociales en general del país, y, a la vez, la descentralización que garantice los
intereses particulares de las localidades y de la base, que desde un centro no se pueden atender
debidamente…”
RAÚL CASTRO, 1974

Durante casi tres siglos después de la conquista, permaneció la Isla de Cuba sin que contara con
límites internos precisos que delimitaran demarcaciones territoriales del área de acción de sus
poblaciones. La recuperación de La Habana después de la toma de ésta por los ingleses, conllevó a
que el imperio español sintiera la necesidad de modernizar la demarcación de los territorios como
punto de partida imprescindible para potenciarlos y preservarlos contra agresiones extranjeras futuras.
Es por ello que se hizo imprescindible la demarcación de unidades espaciales, como paso previo para
aplicar las reformas de carácter fiscal a fin de garantizar las inversiones necesarias en el campo de la
administración pública y mejoramiento de las obras defensivas, que debieron introducirse en la Isla
después de la recuperación por España de su capital en 1763.

Le correspondió esa tarea al Gobernador de la isla, Felipe Fondesviela Ondeano o Marqués de la


Torre (1771-1777), bajo cuyo gobierno se organizó el primer censo cubano de población (1774) luego
de haber organizado los trabajos preparatorios de la división administrativa de la isla, quedando esta
con 18 jurisdicciones. En el censo posterior de 1792 se mantienen las mismas jurisdicciones y en el de
1817 se aumentó la de San Antonio Abad de los Baños (Mateo Domingo, Alfredo, óp. cit. 43).

En el censo de 1827, catalogado por los especialistas en la materia, como el más ordenado y amplio
de los que hasta ese momento se hubieran levantado, aparece la isla dividida en tres departamentos,
occidental, central y oriental, cuyas capitales fueron La Habana, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba,
en el mismo orden, pero con 22 jurisdicciones. Estas divisiones de primer orden en tres departamentos
con unidades de segundo orden, las jurisdicciones y de tercer orden, los partidos pedáneos27, que iban
poco a poco aumentando en número, se mantuvieron hasta 1860, en que la isla se divide en dos
departamentos occidente y oriente, razón por lo que en el censo de 1861 aparece la isla dividida de
esta manera.

El cuadro II.1 que sigue recoge la evolución en el tiempo desde los censos de 1774 hasta 1861 de la
población residente en cada uno de los tres departamentos, su ritmo de crecimiento demográfico
expresado en tasas promedio anuales, la densidad en habitantes por kilómetro cuadrado, el por ciento
de población del departamento con respecto a la cantidad total de habitantes en la isla y además los
por cientos de población esclava y el índice de masculinidad. El propósito que se persiguió con este

27 Llevaban el nombre de partidos pedáneos porque en teoría podían caminarse a pie.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

cuadro estadístico estriba en poner de manifiesto las desigualdades demográficas en la isla, a favor
del departamento occidental donde está enclavada la jurisdicción de La Habana, y en ella la capital.

Cuadro II.1. Cuba: Población total, tasas de crecimiento demográfico intercensal, densidades
demográficas, composición de la población esclava y por sexos según departamentos, 1774 a
1861

Notas: (a) Los autores hicieron un ajuste en los censos de 1774, 1792, 1817 y 1861 a fin de dividir la isla en tres
departamentos tal como estuvo agrupada en los censos de 1827 y 1841 a fin de establecer comparaciones.
(b) Con respecto al total de la población de Cuba.
(c) Son tasas de crecimiento intercensal promedio anual en por ciento.
(d) Población entre la superficie de cada departamento, o sea habitantes por kilómetro cuadrado.
(e) Por ciento con respecto al total de población esclava en Cuba.
(f) Población masculina por cada 1000 individuos de la población femenina.
Fuente: Elaborado a partir de notas de Juan Pérez de la Riva y de Sagra, Ramón, Historia económica, política y estadística
de Cuba, 1831, pp. 21 a 25. (En formato digital) y de los censos de los años 1841 y 1862.

27
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Se advierte fácilmente que más de la mitad de la población cubana residía en el departamento


occidental, en donde las densidades demográficas también eran notablemente mayores, al igual que
los índices de masculinidad ´debido al predominio de la población masculina esclava. Los porcentajes
de población esclava en ese territorio excedieron a más del 60% del total de la población esclava del
país, y en 1841 llegaron a representar casi el 74%, cuestión que se redujo notablemente años
después, debido al impacto de las presiones inglesas 28 de prohibir la trata africana, de las
preocupaciones del gobierno español y la oligarquía para que no se repitiera en Cuba la experiencia
de la rebelión haitiana de principios del siglo, y en especial a causa de la introducción de los adelantos
tecnológicos, como las máquinas de vapor en los ingenios y el ferrocarril 29 para transportar los
productos de la industria azucarera al puerto.

Esta desigualdad demográfica de los indicadores de población entre los departamentos coloniales, que
tiene su razón de ser en factores históricos y económicos, se tradujo en lo que Juan Pérez de la Riva
en 1968 denominó la Cuba A y la Cuba B, cuyos límites pasaban por la sabana de Manacas, en la
porción occidental de la actual provincia de Villa Clara (Pérez de la Riva, Juan, 2004, 189-208). La
mayor parte de las causas de estas desproporciones demográficas territoriales heredadas hasta gran
parte del siglo XX, obedecen en gran medida a los factores del desarrollo que se explicaron cuando se
analizaba el devenir histórico de La Habana en páginas anteriores y en la estructura económica
capitalista que se fue gestando.

En el Anexo II.1 se muestra la inclusión de la Jurisdicción de La Habana, donde se asentaba la


población de la capital según censos seleccionados de 1774 a 1861 junto a la población de las demás
jurisdicciones según departamentos. Aparece también el peso relativo de la población de dicha
jurisdicción con respecto a la población total de la isla. En esos resultados censales se demuestra
cómo va perdiendo peso demográfico la Jurisdicción de La Habana entre los censos de 1774 a 1861,
cuando su población pasa de 44% en 1774 a 20% en 1861 con respecto a la de todo el país, debido a
la disminución de la trata africana, la expansión de la industria azucarera hacia las regiones de
Matanzas y Bahía Honda y a los esfuerzos de las juntas de fomento de población blanca que traerían
entre 1818 hasta 1820 más de 10 mil colonos. Nuevitas, Cienfuegos, Santo Domingo y Guantánamo
debieron su fomento a esos inmigrantes extranjeros (Portuondo, Fernando, op.cit, 317).

A partir del año 1878 se firma un Real Decreto que estipula la creación de seis provincias que
caracterizarían la división política administrativa durante el final del período colonial (1898), de toda la
república (1899-1958) y parte del período revolucionario. Las razones de esa decisión por parte de la
metrópoli española formarían parte de decisiones políticas que el gobierno colonial se vio precisado a
implementar, luego del fin de la Guerra de los Diez Años, relacionadas con una supuesta
representación en las Cortes del gobierno español en Madrid. El Real Decreto de 1878 se deroga el 19
de mayo de 1906 por la ley Orgánica de los Municipios. A tenor de estas legislaciones, en donde las
demarcaciones territoriales fueron siempre seis provincias, los municipios o ayuntamientos a nivel del
país variaron en función del crecimiento demográfico, desde 132 en 1887 a 74 en 1899, debido a las

28
Las presiones inglesas perseguían privar a las colonias españolas de la mano de obra abundante y barata que constituían
una fuerte competencia mercantil debido a los bajos precios de sus productos.
29 Estos adelantos demostraron que con 79 esclavos se podía producir la misma cantidad de azúcar que antes requería una

dotación de 300.

28
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

pérdidas humanas por la Guerra de Independencia (1895-1898) y la Reconcentración de Valeriano


Weyler30, para aumentar de nuevo a 126 municipios en el censo de 1953.

La antigua provincia de La Habana contenía lógicamente además del ayuntamiento o término


municipal de La Habana, que a todos luces se consideraba como la capital del país, los municipios o
ayuntamientos colindantes que estarían también contenidos en el espacio geográfico de la actual
provincia de La Habana, ellos son, en orden alfabético: los ayuntamientos de El Cano, Guanabacoa,
Managua, Marianao, Regla, Santa María del Rosario y Santiago de las Vegas, representando la
población de todos estos, el 57% del total de la población de la antigua provincia de La Habana, hasta
que en 1976 se aprobaría una nueva división política administrativa.31 .

Al interior de la ciudad, en lo que antes fuera la Jurisdicción de La Habana, se produjeron cambios en


los límites de las demarcaciones de segundo orden a lo largo del tiempo. Así, en la llamada Habana
Intramuros de 1765 se le daba el nombre de cuartel a los barrios que allí se dividían sin que estuviese
aún expandida la parte extramuros de manera notable.

El cuadro II.2 que sigue expone la población según divisiones o demarcaciones territoriales internas de
la ciudad según el censo de 1827. En el mismo se aprecia las proporciones de la población blanca y
esclava según barrios extramuros, que para ese entonces ya estaban bien delimitados. Además, se
incluye la parte intramuros atendiendo también al color de la piel y condición de la población esclava o
liberta.

Las cifras demuestran que para esa época ya la población de la parte intramuros, desbordaba las
murallas y la población de la parte extramuros era mayor en tamaño y representaba el 57%.

La población blanca residente en la Habana intramuros y extramuros estaba representada con algo
menos cantidad de sujetos que el resto del conjunto de la población mulata y negra, por lo que
posiblemente fue la población blanca la primera en desbordar las murallas. La proporción más baja de
ésta se asentaba en los barrios de La Salud y Jesús María, que eran a su vez los más poblados de los
barrios extramuros.

Las proporciones de población esclava eran más altas en la Habana intramuros a diferencia de la
población liberta que estaba proporcionalmente más representada en los barrios extramuros. Las
proporciones de población esclava en el barrio extramuros de El Cerro son más altas que el porcentaje
de población esclava en la Habana intramuros, lo que sugiere que sean esclavos domésticos de la
población blanca allí residente.

30
Penúltimo Gobernador español de la Isla quien llega en 1896 con la encomienda de enfrentar la última etapa de la Guerra
de Independencia iniciada en 1895. Entre sus decisiones lleva a cabo la reconcentración de la población residente en
poblados y medios rurales en las ciudades, con la finalidad de impedir con ello el apoyo a las tropas independentistas por
parte de los pobladores.
31En el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado en 1976, se crearía mediante la Ley 1304, la Cuidad de La

Habana y a partir de ese momento la capital adquiere el nombre original de La Habana, la cual se compone de 15 municipios
y más de 100 consejos populares. Los municipios son: La Habana Vieja, Centro Habana (municipio más pequeño y más
densamente poblado), Cerro, Plaza de la Revolución, Diez de Octubre (municipio con mayor cantidad de población), Arroyo
Naranjo, Boyeros, Guanabacoa, San Miguel del Padrón, La Habana del Este, Regla, Cotorro, Playa, Marianao y La Lisa. El
territorio de esta gran ciudad o provincia abarca un área aproximada de 727km² y se ubica en el centro norte de la región
occidental de la isla de Cuba. (Ayes Ametiler, Gilberto Norberto, 2017, 28). Pero será en al año 2010 cuando se lleve a cabo
la decisión de crear las provincias de Artemisa y Mayabeque a partir de la división de la antigua provincia de La Habana, y
entonces la capital recobre el nombre originario de La Habana.

29
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Llama la atención el hecho que la población liberta residente sea mayor en número y en términos
proporcionales en los barrios extramuros, especialmente en La Salud y Jesús María.

Cuadro II.2 Población en Habana intramuros y barrios extramuros por color de la piel y
condición. Censo 1827.

Fuente: Elaborado a partir de Humboldt, Alejandro de, Ensayo Político sobre la Isla de Cuba, París, 1829, p.207

Más adelante en el tiempo, la división territorial al interior de La Habana se expandió y para finales de
la década de 1850 la ciudad contaba con seis distritos que agruparon parte de los territorios intramuros
y extramuros más cercanos al centro. Asimismo, se empleaban los partidos pedáneos para referirse a
las partes periféricas de la jurisdicción habanera, por ejemplo, los partidos pedáneos de Arroyo
Naranjo, Calvario, Puentes Grandes y Los Quemados. Se remite al lector al Anexo II.2 donde se
relacionan las demarcaciones internas de La Habana y los tipos de asentamientos y población en la
década de 1850.

También se acompaña el siguiente mapa donde aparecen los períodos de fundación de los
asentamientos y tipos de estos, apreciándose que para ese entonces gran parte de la red de
asentamientos ya estaba conformada.

30
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Mapa 5: Red de asentamientos en el espacio geográfico de la provincia de La Habana en 1860

Fuente: Elaborado por los autores a partir de Jacobo de la Pezuela, 1853:

El mapa permite apreciar la expansión de los asentamientos a lo largo de los caminos en dirección
oeste y la coincidencia de muchos de ellos con los ingenios que se mostraron en el mapa 4. Los
colores amarillo y naranja sirven para denotar aquellos asentamientos que en número predominante se
crearon en los siglos XVIII y XIX, por lo que ya para 1850 la red de los principales asentamientos
cubría prácticamente todo el espacio geográfico de lo que actualmente es el territorio de la provincia
de La Habana.

31
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

II.2 El crecimiento demográfico y los componentes de su dinámica

“Las ciudades son la mente de las naciones; pero su corazón, donde se agolpa,
y de donde se reparte la sangre, está en los campos.
José Martí

El monto y ritmo del crecimiento (1774-2018)

Los censos del período colonial, republicano y revolucionario ofrecen de manera general información
aproximada que permite acercarse al monto o tamaño demográfico de la población de la capital, que,
según los períodos comentados, está referida en la mayoría de las ocasiones a los habitantes que
residían en la Jurisdicción de La Habana o también en el término municipal de igual nombre para los
censos del periodo colonial y republicano, respectivamente.

Las cifras sobre la población residente en la capital en los censos de 1970 y siguientes sí están
referidas al monto demográfico del espacio geográfico de lo que ya se había determinado como
provincia de La Habana.

Figura II.1 Población total de Cuba y de La Habana (1792 a 2018)

Fuente: Censos de los años respectivos y cálculos de población de ONEI desde 2013.

La figura que se adjunta recoge de forma sintética el crecimiento de la población residente en la


capital, señalada en color más oscuro, con respecto a la población total del país en cada año censal y
cálculo elaborado a partir de las estadísticas vitales. Llama la atención como se va expandiendo el
área que representa la población total de Cuba con respecto a la población total de La Habana.
Asimismo, se observa como decrece la barra que representa la población de Cuba en 1899 a
diferencia de la barra más oscura que señala la población habanera. en el mismo año.

32
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

El cuadro estadístico II.3 que se acompaña pretende poner de manifiesto los detalles del crecimiento
comparado de lo que se ha concebido como capital en función de la fuente estadística disponible con
respecto a Cuba, a la vez que recoge las tasas de crecimiento demográfico promedio anuales y
también la proporción o peso específico de la población capitalina en relación a la población total de la
isla, que se ha denominado como grado de capitalinidad.

Cuadro II.3 Población y tasa de crecimiento demográfico de ciudad de La Habana y Cuba según
censos y cálculos de población (1792-2018)

La Habana más municipios


(c)
Tasa de Tasa de Grado de colindantes
(a) La Universo (a) (b)
AÑO Cuba crecimiento crecimiento capitalinidad Tasa de
Habana geográfico
(%) (%) (%) Total (a)
crecimiento
(%)

1792 273 979 2,5 51 307 Ciudad -2,1 19


1817 553 033 2,8 84 075 Ciudad 0,4 15
1827 704 487 2,1 94 023 Ciudad 1,1 13
1841 1 007 624 2,5 162 508 Ciudad 3,8 16
1861 1 366 232 1,6 179 996 Ciudad 0,5 13
1877 1 509 291 0,5 198 721 Municipio 0,6 13
1887 1 609 075 0,6 205 972 Municipio 0,1 12 253 926
1899 1 572 797 -0,2 242 055 Municipio 1,6 15 295 107 1,9
1907 2 048 980 3,3 302 526 Municipio 2,8 19 362 623 1,7
1919 2 889 004 2,8 363 506 Municipio 1,5 13 466 188 2,1
1931 3 962 344 2,6 542 522 Municipio 3,3 14 720 739 3,6
1943 4 778 583 1,6 676 376 Municipio 1,8 14 935 670 2,2
1953 5 829 029 2,0 787 765 Municipio 1,5 14 1 210 920 2,6
1958 6 824 542 3,1 1 364 908 Ciudad 10,7 20
1970 8 529 121 2,2 1 786 522 Provincia 2,8 21
1981 9 723 605 1,2 1 929 432 Provincia 0,7 20
2002 11 177 743 0,7 2 201 610 Provincia 0,6 20
2012 11 163 934 0,0 2 106 146 Provincia -0,4 19
2013 11 210 064 0,4 2 117 343 Provincia 0,5 19
2014 11 238 317 0,3 2 121 871 Provincia 0,2 19
2015 11 239 004 0,0 2 125 320 Provincia 0,2 19
2016 11 239 224 0,0 2 130 081 Provincia 0,2 19
2017 11 221 060 -0,2 2 129 553 Provincia 0,0 19
2018 11 209 628 -0,1 2 131 480 Provincia 0,1 19
Notas: (a) Son tasas de crecimiento promedio anual por cada cien habitantes.
(b) Es el por ciento de la población de La Habana con respecto a la población total de Cuba.
(c) Es la suma de la población de La Habana más las sumas de las poblaciones de los municipios colindantes: Guanabacoa,
Marianao, Regla, Santa María del Rosario y Santiago de las Vegas.
Fuentes: Censos de los años respectivos y cálculos de la población según ONEI desde 2013.

Las tasas más altas de crecimiento demográfico habanero en los censos del periodo colonial se
alcanzan de 1827 a 1841 cuando está en pleno auge la plantación azucarera y son más elevadas las
cifras de entradas de población africana a la isla, y es por ello que aumenta el peso de la población
habanera con respecto al total de habitantes del país durante el siglo XIX, alcanzando el 16%. En la
medida que la plantación azucarera se extiende hacia otras jurisdicciones, más allá de las

33
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

jurisdicciones colindantes de Santiago de las Vegas, Guanabacoa y Santa María del Rosario,
disminuyen los ritmos de crecimiento demográfico y la capitalinidad, tal como se observa entre los
censos de 1841 a 1861, lo que evidencia que La Habana va perdiendo su tradición de puerto de
embarque azucarero que ahora se desplaza hacia el este, para Matanzas, y más hacia el oeste, en
Bahía Honda.

Durante los años que median entre 1840 a1850 y 1868 a 1871 tienen lugar importantes epidemias de
cólera que afectan a La Habana, que ocasionan cifras elevadas de fallecidos además del azote de la
fiebre amarilla en primera instancia (CUBA, Censo de 1907, 168). A estas pérdidas se unen también la
ocurrencia de grandes huracanes como la tormenta San Francisco de Asís con más de 158 barcos
desaparecidos en el puerto, además de 2 mil 500 casas derribadas y más de un centenar de muertos.
Dos años después pasaría al oeste de la capital la tormenta San Francisco de Borja dejándola en
ruinas y ocasionando más de centenar y medio de fallecidos, más de 50 mil damnificados y 235
embarcaciones destruidas en el puerto (Rodríguez Díaz, Oscar, 2018, 71)

Se aprecian tanto para Cuba como para La Habana las disminuciones de la tasa de crecimiento
demográfico que dejan la Guerra de los Diez Años y las dificultades en las entradas legales de
esclavos africanos que tienen lugar a partir de la mitad del siglo XIX. Cuando finalizó la guerra, el
Gobierno colonial se vio forzado a decretar la abolición oficial de la esclavitud en un plazo de seis años
(1880-1886). De este modo, se consagraba un proceso de transformación social, el más importante
que se produjo en los cuatro siglos de colonialismo según algunos historiadores (Le Riverend
Brussone, Julio, 1999, 61), cuando todos los que trabajaban se convirtieron en proletarios, marcando
el inicio de la clase obrera en el país.

Las pérdidas humanas de la guerra de independencia se hacen sentir, especialmente en Cuba,


cuando la tasa se vuelve negativa por efectos de la propia contienda y de la Reconcentración de
Weyler, precursor antillano de Hitler. Las pérdidas humanas totales de los tres últimos años de la
guerra (1896-1898) ascendieron a cerca de 400 mil vidas. Tan solo por efectos de la reconcentración,
el hambre y las epidemias se calcula que murieron cerca de trescientas mil personas en toda la isla.
Cuando Valeriano Weyler asume el cargo en febrero de 1896 con más de 200 mil hombres de su
ejército regular, sin contar los voluntarios y guerrilleros al servicio de España, llevó a cabo con ese
ejército la custodia de ciudades, pueblos, ingenios, cafetales y demás objetivos económicos, y con ello
la reconcentración de más de 300 mil pobladores en las principales ciudades para evitar el apoyo al
Ejército Libertador (Portuondo, Fernando, op.cit, 578).

Este pasaje en la historia del país trajo gran repercusión demográfica para Cuba y sus provincias con
respecto a la cantidad de defunciones y de nacimientos. En la provincia de La Habana, según la
división política administrativa de 1887, fallecieron entre 1895 a 1898, 58 mil 496 personas, a razón de
más de 14 mil fallecidos como promedio anual, cifra dos veces superior a la media de defunciones de
la provincia entre 1890 a 1894. Por otro lado, los nacimientos en el periodo 1895 a 1898 se redujeron a
23 mil menos, estando el término municipal de Guanabacoa entre los más afectados de la provincia
(Izquierdo Canosa, Raúl, 1997, 36).

Pero no puede dejar de mencionarse los probables efectos del bloqueo naval impuesto a Cuba por los
Estados Unidos en abril de 1898, casi dos meses después de la misteriosa explosión del acorazado
norteamericano Maine en la bahía de La Habana que fuera enviado para visitar Cuba. El bloqueo
agravó la situación difícil de la población, además del efecto de la reconcentración que ya sufría,
porque impidió la entrada a la isla de alimentos y medicamentos, incluso la asistencia de la Cruz Roja

34
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

de su propio país que no la dejaron desembarcar para prestar ayuda. Tan solo en 1898 murieron 109
mil 272 personas, que fue el 62% de las defunciones ocurridas entre 1896 a 1897. (Ibídem, 67).

En cumplimiento del Tratado de París, el primero de enero de 1899, las autoridades colonialistas
españolas entregaron el poder al general yanqui John Brooke, quien fuera designado Gobernador
Militar de Cuba. Aquellos, como el poeta Bonifacio Byrne, que habían luchado por muchos años por la
independencia de Cuba, tanto dentro como fuera de la isla, vieron con amargura al entrar al puerto de
La Habana, que la bandera norteamericana ondeaba en el castillo de El Morro.

La Habana tenía entonces 242 mil 055 habitantes lo que representaba el 15 % de la población total de
la isla, proporción algo más elevada que la del censo anterior. Al terminar la guerra, decenas de miles
de campesinos hambrientos, testigos sobrevivientes del crimen de Weyler, vagaban aún por las calles
de la urbe adolorida en busca de comida, como parte de los que decidieron no regresar a sus hogares
destruidos y “muchos prefieren buscar acomodo en una ciudad que renace y donde el nuevo poder
ocupante vierte a manos llenas sus recursos económicos en vano intento por congraciarse a los
cubanos” (Pérez de la Riva, 1975, 309). A partir de ese momento y luego de la aprobación de la
Enmienda Platt 32 el gobierno norteamericano se tomaría el "derecho" de intervenir en los asuntos
internos de la Isla, como hizo, por ejemplo durante los años 1906 a 1909, 1912, 1917 a 1920, 1933 a
1934, enviando tropas y barcos de guerra que entrarían al puerto de La Habana.

A partir del censo de 1899 las tasas de crecimiento demográfico se elevan y se suceden las nuevas
inmigraciones internacionales, antillanos y peninsulares. Estas tasas son mucho más altas si se toma
en cuenta el crecimiento demográfico de La Habana y sus municipios colindantes, aquellos que junto a
ella conforman, de manera aproximada, el espacio geográfico de la actual provincia de La Habana. En
1919 hay 363 mil 506 habitantes residentes en el municipio capitalino, el 13 % de la población
nacional, pero más de 488 mil residen en el espacio geográfico de lo que sería entonces la actual
provincia de La Habana. La población de la “gran Habana” crece a un ritmo más rápido que la
población del término municipal de La Habana, donde la superficie está cubierta totalmente de
edificaciones.

Entre 1907 a 1931 la población del país presenta tasas de crecimiento más altas que las de la
población que reside en el municipio de La Habana. El azúcar aleja a los cubanos de La Habana y se
traslada a las provincias del extremo oriental y nuevamente hay desmonte feroz de árboles, es la
nueva expansión azucarera, pero mucho más allá de La Habana. Es la danza de los millones porque el
precio del azúcar se elevó a 20 centavos la libra, “las vacas gordas”, pero más tarde sobrevendrán las
“vacas flacas” entre 1920 a 1921. Lamentablemente cinco años después de ese infortunio, el 26 de
octubre de 1926, la capital se estremecería con vientos de más de 225 kilómetros por hora al paso de
un huracán que ocasionó innumerables pérdidas y más de 600 fallecidos (Rodríguez Díaz, Oscar,
2018,72).

Entre 1929 a 1934 se manifiesta en Cuba la repercusión de la crisis general del capitalismo, cuando
cayó el precio del azúcar, irrumpió el crack bancario y la inmigración internacional da paso a la
emigración, primero de los antillanos, haitianos y jamaicanos, que el dictador Gerardo Machado
devuelve a la fuerza a sus países de origen, aunque muchos se esconden en las montañas orientales,

32Apéndice al proyecto de Ley de los Presupuestos del Ejército aprobado por el Congreso de Estados Unidos, e impuesto
como parte del texto de la primera constitución cubana después de 1899 que fuera aprobado por 16 votos contra 11 por la
Asamblea Constituyente de 1901, bajo la amenaza de que si no la aceptaba, Cuba seguiría ocupada militarmente.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

razón por la que el ritmo de las tasas de crecimiento demográfico promedio anual entre 1931 a 1943
desciende. A partir de la década de 1940 las tasas de saldo migratorio externo resultan negativas y
Cuba se convierte en un país de emigración.

En el intervalo 1943-1953 los ritmos de crecimiento demográfico aparentemente se estimulan a nivel


de todo el país, pero la situación se presenta bajo un aspecto diferente para La Habana. La gran urbe,
que no son solo los 787 mil 765 habitantes residentes en el municipio de La Habana que recoge el
cuadro en 1953, sino que, si le añadimos la población de los términos municipales de Marianao,
Santiago de las Vegas, Santa María del Rosario, Guanabacoa y Regla, que ya constituye un espacio
habitado prácticamente continuo, tendría entonces 1 millón 210mil 920, casi el 18 % del total de la
población nacional. Esta hipertrofia metropolitana se pone de manifiesto por vez primera en este siglo
y va a tener sus repercusiones en la trama urbana.

El cuadro recoge el 10% de tasa de crecimiento demográfico de la población residente en el municipio


capitalino en el período 1953 a 1958, pero ello obedece al hecho que el espacio de La Habana ha
variado. Los estimados demográficos de 1958 y posteriores a esa fecha se han elaborado a partir de
los límites actuales de la provincia de La Habana, capital del país, donde se recogen las poblaciones
de los actuales 15 municipios capitalinos. En realidad, la tasa de crecimiento demográfico del período
1953 a 1958 es menor que el 10% antes comentado, porque el espacio geográfico de La Habana,
tanto en 1953 como en 1958, se ha expandido.

En la ciudad aparecen entonces las oleadas de inmigrantes internos y en la trama urbana habanera se
multiplican los barrios llamados marginales en donde se vive en condiciones muy precarias (CEDEM,
1976, 115). Pero es también a finales de los 50 que sobreviene la guerra en las montañas orientales y
la resistencia en el llano. Aparecen cifras de residentes cubanos que emigran hacia el exterior, por
razones económicas y también políticas, que buscan en el extranjero empleo y en el exilio garantías
para sus vidas.

Las tasas de crecimiento demográfico que se registran entre 1958 y 1970 son positivas, especialmente
las de La Habana y recuerdan las de los años del boom azucarero de inicios de siglo. En los primeros
años de ese período se produjo una expansión de la fecundidad, la que estuvo contenida durante la
etapa de crisis política del último lustro de los años 50, pero ello duró hasta mediado de la década de
los 70 cuando la fecundidad retoma sus tendencias históricas, propias de países como Argentina,
Uruguay, Chile, con importante inmigración europea, medianamente urbanizado y con escasa
influencia de prácticas natalistas, donde el aborto era frecuente. No puede obviarse que en esos años
se implementaron un grupo importante de las reivindicaciones auguradas en el Programa del
Moncada, que se convirtieron en políticas públicas: pleno empleo, educación y salud gratuitos, entre
otras, que estimularon la fecundidad.

Las tasas de crecimiento de los años posteriores a los 80 se tornan bajas y en ocasiones negativas,
debido a las fuertes restricciones económicas que lastran el desarrollo cubano a partir de la agresión
continuada de Estados Unidos contra el país, y la aparición de crisis migratorias como las de
Camarioca, Mariel, Balseros, que han disparado los períodos de emigración desde Cuba hacia el
exterior.

En la estructura por edades y en la distribución por sectores de la población ocupada ha habido


también cambios que reflejan las profundas transformaciones que la construcción del socialismo ha
operado en una sociedad urbana. Pero eso es tema de la parte III de este informe de investigación.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

La dinámica y rol de las variables demográficas, nacimientos, defunciones y migraciones según


períodos históricos

La historia demográfica cubana atesora fuentes censales en gran número y bastante calidad desde el
período colonial hasta el revolucionario, pues se cuentan más de veinte censos entre generales y
locales, los que han permitido, no sin algunas dificultades metodológicas que dificultan las
comparaciones en el tiempo, disponer de buenas informaciones para conocer el estado de la población
a través de los años.

Sin embargo, en cuanto a la estadística demográfica de carácter continuo, aquella que se lleva a cabo
mediante registros de hechos vitales, tales como los nacimientos y las defunciones, no se dispone de
ella para todos los períodos históricos, lo que entorpece las posibilidades de evaluar la acción de los
componentes naturales, es decir, la mortalidad y la fecundidad, en el crecimiento demográfico entre
uno y otro momento en el tiempo.

En el período colonial muchos de estos hechos, sobre todo los nacimientos y defunciones, se
registraban en los libros de bautismos y de enterramientos de las parroquias. Salvando la distancia
que puede mediar entre un nacimiento y un bautismo o entre una defunción o un enterramiento, y el
hecho que no toda la población frecuentaba las parroquias, lo cierto es que resultaron poco
provechosos tales registros pues no se contabilizaban de manera íntegra, y en la mayoría de los casos
muchos de los registros parroquiales cubanos se deterioraron o resultaron quemados durante las
guerras. No obstante, ello, en esos años algunos censos coloniales, registran estadísticas de este tipo
para Cuba y para La Habana que pueden ser de alguna utilidad como marco de referencia para
comparaciones posteriores.

El Censo de 1827 refiere el número de bautismos y defunciones ocurridas ese año según los tres
departamentos de la isla. La estimación de las tasas de natalidad con respecto a mil personas de la
población al momento del censo de cada departamento reveló que las tasas brutas de natalidad más
altas la mostraban los departamentos occidental y oriental, con43 y 46 nacidos por cada mil habitantes
de la población de los departamentos respectivos, mientras que en el departamento central esta era de
36 por cada mil habitantes, cifras que resultan coherentes y en todos los casos los datos se refieren a
nacidos vivos33.

De manera similar se calcularon las tasas brutas de mortalidad de la población de cada departamento,
a partir de la cantidad de enterramientos, observándose que las mismas resultaron en 26, 15 y 21
defunciones por cada mil sujetos de la población residente al momento del censo en los
departamentos occidental, central y oriental, respectivamente. Cuando se restan las tasas de
mortalidad con respecto a las de natalidad para calcular el crecimiento natural, los resultados de tales
estimaciones ponen de manifiesto que el crecimiento natural era positivo, pero menor en el
departamento occidental, del orden de 7 almas o sujetos de ganancia neta por cada mil personas al
momento de ese censo.

En el periodo republicano también resultaron muy poco frecuentes los datos procedentes de los
registros de estadísticas continuas. El censo de 1907 realiza un pormenorizado examen de las
estadísticas demográficas hasta ese entonces. El subregistro de nacimientos y defunciones era

33
Estas estimaciones se llevaron a cabo a partir de los datos procedentes de la sección de movimiento natural que aparece
en las páginas 61 al 68. del censo de 1827.

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elevado, aunque siempre existieron mayores esfuerzos por mantener los estudios de las defunciones y
en especial el análisis de las causas de muertes debido a la ocurrencia de enfermedades infecto-
contagiosas como la tuberculosis, y sobre todo debido a las epidemias de cólera, fiebre amarilla
malaria, paludismo, poliomielitis que azotaban la isla. El censo del año 1907 dedica varias páginas al
análisis y descripción histórica de la herencia colonial que dejaron los españoles y los esfuerzos de
saneamiento que el gobierno interventor norteamericano hubo de realizar. De igual manera incluye un
epígrafe sobre las defunciones y los nacimientos en la capital, aunque estos últimos con menor
atención.

En dicho censo se adjuntan algunos datos de las defunciones registradas en La Habana a partir de
1820, fundamentalmente para la población blanca y se valora que las fluctuaciones que presentan las
tasas obedecen a la ocurrencia de epidemias, obteniéndose un promedio de tasa de mortalidad
durante el período español de 40 por mil, en tanto que desde la intervención republicana se redujo a
22 por mil. Era lógica la preocupación por la seguridad de la población residente en La Habana y…por
el bienestar de los efectivos militares norteamericanos acantonados en la ciudad.

Las epidemias de cólera invadieron la ciudad en 1833, 1850 hasta 1854 y luego en 1868 hasta 1871
sin que se llegue a conocer el monto de estas muertes.

En 1906 se registraron en la capital 5 mil 744 nacimientos para una tasa de 19 por mil, bastante baja
sobre todo si se tiene en cuenta que las defunciones superaron a los nacimientos en 400 unidades
(CUBA, Censo de 1907, 168).

Se dispone de más información estadística a propósito de las migraciones internacionales en Cuba


que con respecto al movimiento natural de su población. Pérez de la Riva refiere que el país recibió
225 mil inmigrantes desde los inicios del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII; un millón 200 mil en el
siglo XIX, más de la mitad, negros, y un millón 800 mil durante el primer tercio del siglo XX,
correspondiéndole las tres cuartas parte de ellos a migrantes procedentes de España (Pérez de la
Riva, 2004, 69). No obstante, existe un mejor conocimiento sobre la inmigración africana y asiática que
a propósito de las personas que llegaban de la península; ello era así porque tales entradas de
africanos y asiáticos precisaban del pago de derechos de entrada y las prohibiciones internacionales
sobre la trata de esclavos eran muy bien controladas y reportadas por los ingleses.

En los primeros treinta años del siglo XX llegaron a Cuba más de un millón 200 mil inmigrantes entre
españoles, antillanos y chinos, para dar respuesta a la demanda de brazos del segundo despegue de
la plantación azucarera, esta vez en las tierras de la porción oriental del país. A partir de la tercera
década de ese siglo se invierte el patrón migratorio externo de Cuba, y también de La Habana,
convirtiéndose en áreas de emigración internacional, sin que se puedan ofrecer informaciones
periódicas que cubran ese fenómeno migratorio para la capital del país.

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Figura II. 2. La Habana: Tasas de movimiento natural y migratorio (1970 – 2018)

16.2‰
12.8‰
10.7‰

-0.2‰ -2.5‰

-12.0‰
-16,4‰ -14.6‰

-40.3‰

Fuente: Las mismas del anexo II.3

El período revolucionario se ha caracterizado por un control efectivo de la actividad registradora de los


eventos demográficos, la que la Oficina Nacional de Estadística e Información recopila y analiza cada
año, incluyendo en esta tarea no solo las emigraciones e inmigraciones internacionales sino también
los cambios de domicilio permanente o migración interna, hecho este que muy pocos países del
mundo tienen establecido. La figura que se acompaña, cuyos datos aparecen en los anexos, resume
muy elocuentemente el peso de los componentes de la dinámica demográfica desde 1970 hasta el año
2018, a través de tres curvas que muestran los valores de las tasas en por miles de movimiento
natural, en verde, las del saldo migratorio externo con el color rojo y las tasas de saldo migratorio
interno, en negro, para cada uno de los años que median en ese intervalo de tiempo.

La evolución del movimiento natural, que expresa la diferencia entre la natalidad y la mortalidad, es
decir entre la acción de los nacimientos y las defunciones, pone de manifiesto la ganancia natural,
positiva o negativa, cuando los nacimientos son mayores en número que las defunciones, y por el
contrario señalan el decrecimiento de un grupo humano o población cuando son mayores las tasas de
mortalidad que las de natalidad. En el caso de la capital estas tasas están por debajo de cero, es decir
son negativas, desde el año 2005, porque son mayores las defunciones que los nacimientos

La curva en rojo que describe las tasas de saldo migratorio externo, resultan negativas por efectos de
que las emigraciones son mayores que las inmigraciones desde antes del triunfo revolucionario. A lo
largo de estos años se han agudizado los valores negativos de dichas tasas que se han hecho un
elemento demográfico distintivo del comportamiento demográfico del país como parte del diferendo
político y económico entre Cuba y Estados Unidos.

El último componente demográfico que aparece en la gráfica es la evolución de las tasas de saldo
migratorio interno, siempre positivas, y que parecen complementar el curso que siguen las tasas de
saldo migratorio externo cuando los valores se hacen más negativos. Las migraciones internas a la
capital pueden contribuir a contrarrestar los efectos del proceso de envejecimiento y las tasas
negativas de saldo migratorio externo y de crecimiento natural.

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II.3 Los ejes del poblamiento y la distribución de las densidades demográficas en la


Ciudad de La Habana.

…Si escribo todo esto es únicamente para decirte que mis pies no se cansan
de andar por estas calles que fueron de barro...
MIGUEL BARNET

La forma en que la población va ocupando el territorio a lo largo del tiempo depende de las
características naturales de este, pero también de las circunstancias históricas y económicas que
prevalecieron y dieron lugar al emplazamiento geográfico de las actividades productivas. Los
pobladores de la villa de San Cristóbal de La Habana supieron aprovechar las ventajas de su bahía
convirtiéndola en puerto que albergó embarcaciones de grandes dimensiones, a la vez que desarrolló
las tierras circundantes para beneficio del puerto y de la propia oligarquía habanera mediante el
concurso de brazos blancos y negros, libres, esclavos o emancipados, criollos y peninsulares, en fin,
de todos los que laboraban de una forma u otra en la villa y su zona de expansión aledaña. Para
poblar la villa y las concesiones de tierra que la rodeaban habría entonces que vencer obstáculos, que
solo el desarrollo de las fuerzas productivas imperantes lograría dominar.

Obstáculos, ejes de poblamiento e islas en la trama urbana

Algunos de los obstáculos fueron primero recursos del paisaje original, por ejemplo, la propia bahía,
elemento más preciado que atrajo a los pobladores de la primera villa asentada al sur. Al mar se le
robó superficie de la bahía y de algunos ríos que allí descargaban sus aguas, cubriéndola para fabricar
edificaciones, caminos, puentes más viables y hasta para proporcionarle más calado a las
embarcaciones o ir acomodando los desperdicios sólidos en el antiguo Cayo Cruz que se convirtió en
península en el medio de la bahía.

Mapa6. Contraste en el contorno de la bahía de La Habana, siglos XVII y XX

Autor: Abreu, M. 2000 a partir de Mapa Toponímico del siglo XVII y Planimétrico GEOCUBA.

La imagen que se acompaña, proporcionada por especialistas del Instituto Nacional de Planificación
Física, recoge el territorio actual que fue ganado al mar dentro la bahía y el trayecto por donde iba la
Zanja Real.

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Además de los elementos naturales muchos de los ríos requirieron segar sus cauces o erigir puentes
como los de los ríos Marianao y Almendares para garantizar la circulación por el Camino Real de
Vuelta Abajo que sigue el trayecto de la hoy avenida 51. Asimismo, el río Almendares desempeñó un
papel importante, no solo como suministrador de agua potable en los primeros años de la colonización,
sino también en la expansión de la población habanera a lo largo de lo que siglos más tarde sería la
Avenida 23, constituyó un obstáculo complejo que salvar, por lo que las construcciones de sus puentes
se pospusieron hasta principios del siglo XX. A partir de esas construcciones se facilitó la circulación
hacia el oeste del poblamiento por la avenida 23 y calle Calzada, garantizando con ello las
urbanizaciones de los repartos Kholy y Miramar, las que dieron lugar a varios pleitos entre los dueños
de terrenos y financistas de esas obras.

También existieron ejes o líneas de expansión por las que la población circularía sin impedimentos de
forma natural, apoyándose en primer lugar en las primeras concesiones de tierra que otorgaría el
cabildo a partir de la fundación de la villa.

Así poco a poco a lo largo del siglo XVI, la población cercana a la antigua plaza central ubicada en los
terrenos detrás del Castillo de la Fuerza, se fue extendiendo primero en torno a tres calles, una suerte
de ejes de expansión de su poblamiento. Primero, el eje de las calles de los Oficios y de los
Mercaderes, como más próximas al punto de desembarque de los navíos; también por la hoy calle
Muralla, que daba salida al campo donde se situaron los primeros sitios de labranza en el recorrido del
llamado Camino de San Antonio, que después se convertiría en avenida de Luis Gonzaga o de la
Reina.

Un viajero que visitaba la ciudad (Wurdemann, J., 1989, 47) en 1843 refería que las calles eran
uniformes y se cruzaban en ángulo recto, que en 1584 la villa solo tenía cuatro calles y citaba que los
notarios de aquellos días comenzaban sus escrituras con la frase: “Se publica en las cuatro calles de
esta Villa”, por lo que a consecuencia de ello en el año de su visita a la ciudad no pasaban de 15 las
calles dentro de la muralla.

También la población se expandiría hacia el norte por las calles de Habana y después por las de
Aguiar y Cuba, porque conducían a un camino bien protegido cerca del litoral que se dirigía hacia el
oeste hasta el torreón de la caleta de San Lázaro donde había permanentemente apostados vigías
para avisar la llegada de piratas (Torre, José María de la, 1857, 17).

Pocos años después de concluido el Castillo de la Real Fuerza, en 1584, la población comenzó a
extenderse hacia el litoral surde la propia Habana intramuros por el camino que llevaba primero, al
llamado barrio de Campeche sobre los terrenos cercanos a la que es hoy la iglesia de La Merced y que
se destinó para concentrar los indios que sustituyeron a la población aborigen ya diezmada y que
procedían de Yucatán. El camino llegaba después a lo que entonces se llamaba el Ancón, la actual
ensenada de Guasabacoa donde desemboca el río Uyanó o Luyanó, que dio nombre a la barriada del
mismo nombre y cuyas aguas abastecieron el consumo de la villa hasta 1591. Esta vía muy
rudimentaria también sirvió para acceder por tierra al caserío de Regla (Ibídem).

Hubo también un proceso temprano de expansión de la comunicación externa de mayor alcance de la


villa que se extendió mayormente hacia el sur, bordeando el camino de Jesús del Monte, actualmente
Calzada del Diez de Octubre y que resultaba el camino inicial de entrada de las producciones de cobre
y madera de gran valor y también alimentos, extraídos de la región más oriental de la isla que llegaba
por barco hasta el poblado de Matabanó, hoy Batabanó, con el propósito de ser llevados a España en
los barcos de la flota.

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De igual manera y casi coincidente en el tiempo, otro eje de expansión externa seguía el curso de
dirección de la Zanja Real, por Carraguao hasta el Cerro y se entroncaba ahí con el camino de Jesús
del Monte a la altura del puente de Chávez, pero siguiendo un rumbo hacia el este para continuarse
como camino a las barriadas del Cerro, Puentes Grandes y más adelante Camino Real de Vuelta
Abajo. Este último tramo del camino, llamado Calle Real o Avenida 51, años después aumenta su
importancia cuando en 1832 se construye sobre el curso medio del río Marianao, el puente de La Lisa,
considerado una de las más importantes construcciones del gobierno colonial en La Habana en
aquellos años (Roig De Leuchsering, óp. cit, 38).

En el espacio de la capital se iba tejiendo una incipiente trama urbana con ejes de poblamiento radial
que partían desde las puertas de la muralla, primero hacia el sur e inmediatamente hacia el oeste para
acceder a los caminos que enlazaban a la villa con Batabanó y Vuelta Abajo, respectivamente, muy
lejos aún en la distancia.

Alrededor de la ciudad se habían logrado edificar, casas de paredes de madera y techos de palma,
muy cerca de las parroquias en terrenos donados por los propietarios de las concesiones de tierra
otorgadas por el cabildo. Así nacieron barriadas como Jesús del Monte, San Miguel del Padrón, El
Cano, Managua, Quemados, entre otras, cuyos nombres respondieron a los sitios mercedados de
aquella época; además surgieron de tal manera antes citada, los barrios de Guadalupe, La Salud,
Jesús María, cercanos a las murallas, y también Regla (Venegas Fornias, Carlos, 2002). Ahora bien,
aunque en Cuba no se desarrolló el régimen feudal con los llamados señoríos, también surgieron los
poblados de El Rincón y Santiago de las Vegas que se fundaron en las ricas posesiones del
marquesado de San Felipe y Bejucal y de Santa María del Rosario en tierras de los condes de Casa
Bayona.

Durante el siglo XVIII fueron escasos los avances en materia de fundaciones de asentamientos
alrededor de los ejes nombrados y de los enlaces que partían de ellos, tal como demuestran las fechas
de fundaciones de los asentamientos en el mapa 5 del epígrafe II.1. Entre 1757 y 1798 había 13
asentamientos con menos de 20 casas en los terrenos aledaños a La Habana extramuros. Pero ello
cambiaría en los primeros años del siglo XIX, en 1817, cuando ya la plantación esclavista azucarera
estaba en franco crecimiento había 59 poblados en la antigua jurisdicción y 21 estaban en un radio de
40 kilómetros alrededor del centro (ibídem). Por las calles de La Habana intramuros en 1810,
circulaban 2500 volantas, que suponían más de 3 mil bestias diariamente; el estado de las calles
llenas de lodo casi todo el año, con excepción de las adoquinadas, primero con maderas y luego con
cantos de roca caliza o serpentina, explicaba la preferencia de este medio de transporte y también el
poder de las clases adineradas. La cantidad de caballos y mulas a alimentar pone de manifiesto el uso
agrícola de muchos terrenos en los alrededores inmediatos de la capital que se convirtieron en
potreros34 (ibídem).

El desarrollo del ferrocarril se inició en la tercera década del siglo XIX. En 1837 llegó a Bejucal,
partiendo de su primera estación, la Estación de Villanueva, que estaba entre las Puertas de Tierra y
Monserrate, en parte de los terrenos que hoy ocupa el Capitolio Nacional, bordeaba las faldas del
Castillo del Príncipe y se encaminó hacia los terrenos de Ciénaga donde están hoy los talleres con ese
nombre en la intersección de Calzada del Cerro y Avenida de Rancho Boyeros, dirigiéndose desde allí

34Jacobo de la Pezuela, Antonio del Valle Hernández y Juan Pérez de la Riva confirman estas referencias en algunas de sus
obras.

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para enlazar Santiago de las Vegas y más al sur Bejucal, por lo que algunos caseríos cobraron vida a
lo largo de este último tramo.

El ferrocarril no cambiaría en mucho la expansión del poblamiento a lo largo de sus vías en los
terrenos de la Jurisdicción de La Habana, como si lo hizo en el resto de las jurisdicciones vecinas,
cuando este medio de transporte llegó hasta allá. En La Habana no se empleó para el transporte de
caña sino parta el traslado de azúcar al puerto.

A finales del siglo XIX y principios del XX se desarrollan algunas vías férreas urbanas haciendo uso del
tranvía, como en la calle Línea creándose un eje de poblamiento que uniría el barrio de El Carmelo,
originado cerca de la desembocadura del rio Almendares con la parcelación de El Vedado, los que se
unirían a la altura de la hoy Calle Paseo

El malecón habanero con cerca de 8 kilómetros hoy de largo, se construiría con su avenida y muros de
contención, primero desde el Castillo de La Punta hasta la calle de Belascoaín en 1901, luego desde
allí hasta el parque donde estuvo el monumento al Maine al costado del Hotel Nacional en 1921; años
más tarde, en 1930, desde ese lugar hasta la Avenida de los Presidentes y, por último, en los primeros
años de la década de l950 hasta el torreón de La Chorrera. Durante esos años se fueron erradicando
los baños populares que la población fue creando en partes del litoral habanero (ibídem)

La carretera central que comenzó en la segunda década del siglo XX, crearía una línea interminable de
edificaciones por las vías que se utilizaban para acceder a Luyanó, San Miguel del Padrón y demás
poblados hacia el este y llegar hasta Güines en su recorrido. Algunos especialistas admiten que la
carretera central sirvió para mejorar las comunicaciones con el resto del país, pero también para
desarrollar el poblamiento lineal a lo largo de todo el país y facilitar la entrada de los inmigrantes que
se asentaron en terrenos que iban rellenándose en los municipios del este a lo largo de esa vía.
(Centro de Estudios Demográficos, 1976)

Con la construcción del túnel de la Bahía de La Habana en 1958, que une un extremo a otro de la
misma, se terminaría lo que algunos llaman la Batalla de los Tres Puentes35y, dio lugar a la circulación
expedita por toda la Avenida Monumental y su enlace con la Vía Blanca y las parcelaciones de varios
repartos y playas a finales de la década del 50. Algunas de esas parcelaciones se truncaron en 1959
con el advenimiento del período revolucionario, y la revolución en el poder las utilizó posteriormente,
creando numerosas urbanizaciones hacia el este de la ciudad.

Grandes islas dentro de la gran ciudad se fueron creando en el proceso de expansión del poblamiento
habanero, especialmente en el siglo XX. El tejido urbano no es continuo, existen barreras, naturales
como los terrenos cenagosos y bajos del curso de algunos afluentes del río Almendares y de grandes
obras construidas en el proceso de desarrollo como instalaciones fabriles y de servicios hospitalarios,
que algunas se construyeron en el primer tercio del siglo XX y otras como los más de veinte
cementerios existentes en la capital, datan del siglo XIX. También las redes viales secundarias no
enlazaban repartos que se expandían de forma natural y otros que se creaban de manera
desordenada y respondiendo a intereses especulativos.

35Los intereses financieros de grandes empresarios propietarios de terrenos y urbanizaciones se disputaron la primicia de las
áreas de expansión más lejanas de la ciudad, pero ello suponía vencer obstáculos como el río Almendares y la bahía
mediante la construcción de puentes y túneles, que subían el valor del suelo de los repartos contiguos.

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La trama urbana heredada a partir del siglo XIX pone en evidencia que la expansión del poblamiento
residencial se hizo a grandes saltos. Así, por ejemplo, ocurre la creación de los barrios populares y
marginales como El Horcón y Jesús María, que ya no cabían en la Habana intramuros, pero también
los que rodeaban a las urbanizaciones o repartos de la oligarquía y burguesía habanera que también
saltaban la muralla hacia terrenos inmediatos de la Habana extramuros. Así se encuentran las
urbanizaciones de Guadalupe, El Pilar, El Canal que iban rodeando los repartos de la burguesía o se
apoderaban de ellos cuando las clases adineradas volvían a rebasar esos límites. Esos islotes
recorren la ciudad y se observan en los municipios Plaza de la Revolución, Cerro y en el municipio
Playa rodeando parte de Miramar (Arquitectura, Habana 1, 1971). El proceso revolucionario iniciado en
1959 cambió drásticamente ese panorama.

Evolución de las densidades demográficas a través de los censos

En el anexo II.4 se muestra la información que ha servido para elaborar cuatro mapas donde se refleja
la distribución de las densidades demográficas de la población residente según los cuatro censos de
período revolucionario. El cálculo de las densidades no fue posible llevarlo a cabo con la información
de los censos del período colonial por no constar en ellos el área o superficie de las jurisdicciones de
esas épocas, con excepción de los censos de 1792 y 1861 porque en el diccionario de Jacobo de la
Pezuela aparecía información sobre la superficie de las jurisdicciones en esos períodos históricos.

Se acompañan los mapas de las densidades de los municipios capitalinos para los censos del período
revolucionario.

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Mapa 7. Distribución de las densidades demográficas por municipios capitalinos según los
resultados delos censos del período revolucionario : 1970 a 2012

Para interpretar mejor los resultados habría que apoyarse en el anexo II. 4 donde aparecen los valores
de las densidades demográficas de cada municipio capitalino según censos del período revolucionario.

En ellos se aprecia que los cambios de categorías más notables se ponen de manifiesto en el
municipio de La Habana del Este en 1970, cuya densidad asciende de categoría en los mapas de los
censos posteriores. Igualmente se observan cambios de categorías en el municipio de Centro Habana
porque los valores de su densidad descienden en cerca de 10 mil habitantes de 1970 a 2012

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El mapa 8 que se adjunta responde a un trabajo complejo de localización por los autores de
identificación en la Base Cartográfica Digital del Censo de Población y Viviendas del año 2012 de los
repartos o nuevas urbanizaciones construidas después del triunfo revolucionario. Estas localizaciones
se precisaron a partir de algunas fuentes municipales publicadas en formato digital en la primera
década del 200036 y mediante el criterio de expertos.

Mapa 8. Localizaciones aproximadas de algunos repartos o barrios construidos después del


triunfo de la Revolución

La mayoría de estas urbanizaciones fueron construidas con edificios multifamiliares o biplantas


levantadas en espacios verdes que formaban parte de los municipios de la capital.

Otras respondieron a repartos destinados a la población que residía en los antiguos barrios marginales
que nutrían el cinturón que rodeaba la ciudad a finales de 1950.

Se aprecia que en los municipios de Centro Habana y Habana Vieja no aparecen ese tipo de repartos
debido a que los mismos no presentaban espacios verdes que permitiese su construcción, aunque si
cuentan con edificios de más de 10 plantas en alguna barriada que no fueron tomados en cuenta en
este mapa por el tamaño de la escala

También debe destacarse la escasa presencia de este tipo de repartos en el espacio geográfico de los
municipios de Guanabacoa y porción oriental de La Habana del Este, donde se localizan centros de
trabajo, unidades militares y en especial potreros y fincas.

36 Se trata de las historias de los 15 municipios de la provincia de La Habana que se elaboraron por grupos de especialistas
locales de cada territorio y que fueron orientadas por el Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en ese período, las
que aparecen en formato digital disponibles en la Oficina del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de La Habana...

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PARTE III: LA COMPOSICIÓN DE LA POBLACION SEGÚN DIFERENTES


ATRIBUTOS A PARTIR DE LOS CENSOS
III.1. Las características de la población en La Habana y en sus territorios colindantes
según censos del período colonial

“… Los vaqueros tornan sus numerosas vacas a sus pastos, ya por la calle de la Reina,
ya por la calzada del Monte, como para acabar de obstruir el paso, interrumpido
Incesantemente por multitud de carruajes y caballos
que van y vienen por ellas a estas de la mañana…”
Fragmento de un artículo costumbrista sobre los pobladores de La Habana antigua.

Los censos de población proporcionan información del estado de la población en el momento del
levantamiento acerca de la residencia en un lugar determinado, la composición de ésta por sexo, edad
y color de la piel además de otros atributos como el nivel de escolaridad, la situación ante la actividad
económica, la situación conyugal, la composición de las familias atendiendo al número de sus
integrantes y sus relaciones de parentesco, y otras, que están en dependencia de los objetivos del
estudio que se realice.

Dentro del estudio de las características o atributos socio-demográficos de la población, resultan


fundamentales las variables de carácter general, sexo, edad y color de la piel, que con frecuencia se
incluyen en los censos de población para realizar el análisis del estado o composición de la población.

En el caso de Cuba, son escasas y poco confiables las fuentes de información sobre la población
durante los primeros dos siglos y medio de fundada La Habana. Posterior a este período, se cuenta
con una cantidad importante de censos a lo largo de su historia, lo que constituye un excelente medio
para analizar el estado de la población cubana.

Estas características fundamentales de la población se pueden estudiar de diversas maneras, pero en


este estudio se van a abordar fundamentalmente a partir de las proporciones de personas por sexos,
por grupos de edades y por color de la piel37, con respecto a la población total.

Fueron necesarios más de 260 años de coloniaje español, para que la metrópoli europea sintiera la
necesidad de llevar a cabo un recuento censal de los pobladores y riquezas de la “siempre fidelísima
Isla de Cuba”, y ello se realizó pocos años después de la retirada en 1763 de la ocupación inglesa de
La Habana. A partir de entonces se realizaron otros ocho censos generales en la época colonial, que
enriquecieron la tradición censal del país, además de varios censos locales. A partir del levantamiento
censal de 1774, siguieron los recuentos de 1792, 1817, 1827, 1841, 184638, 1861, 1877 y 1887, por lo
que se dispone de una serie sucesiva de informaciones relacionadas con algunas las características

37
Para el estudio de esta variable se emplea el concepto de raza que alude a características antropológicas y etnográficas.
En el caso del color de la piel los censos coloniales distinguen entre blancos y personas de color. También se clasifican los
habitantes de acuerdo con la pigmentación de la piel y suelen clasificarse por separado a los mestizos, nacidos del mestizaje
o cruzamiento de personas con colores de la piel diferentes.
38
El Censo de 1846 tuvo una omisión muy elevada, razón por la cual no es considerado por varios demógrafos como una
fuente confiable. Incluso no se hace referencia al mismo en la historia censal del país. No obstante, fue utilizado en este
estudio sobre La Habana en términos de estructura para caracterizar algunos atributos de la población

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demográficas generales de la población total y jurisdicciones coloniales hasta el censo de 1861 y los
ayuntamientos municipales en los censo de 1877 y 1887.

Debe aclararse que no siempre fue posible analizar la composición de la población según los atributos
y características explicadas anteriormente para el espacio territorial u objeto de este estudio: La
Habana, por lo que, en la mayoría de las ocasiones, se va a emplear información sobre la población de
las jurisdicciones o ayuntamientos municipales coloniales

Se ofrecerá información no solamente para la jurisdicción colonial de La Habana, donde está


comprendida la ciudad, sin que exista observación explícita sobre el área y límites de la misma, por lo
que se utilizó la jurisdicción de La Habana como patrón de referencia en ausencia de datos más
específicos sobre la capital. Es necesario aclarar que en este estudio se utilizan como unidades
geográficas de análisis las jurisdicciones colindantes a La Habana, a saber, Santiago de las Vegas,
Santa María del Rosario y Guanabacoa, porque todas ellas en conjunto forman en parte, lo que hoy es
el territorio actual de la provincia de La Habana. Además, se incluyen a los efectos de hacer
comparaciones

La composición de la población por sexos y el índice de masculinidad en la Jurisdicción de La


Habana y otras colindantes a través de diferentes censos coloniales

Las tablas que se muestran en los anexos, ofrecen información sobre la composición de la población
por sexo en los censos de 1774, 1792, 1827,1846, 1861 y 1887.

En los años comprendidos de 1774 a 1873, entraron a Cuba un millón 273 mil 900 esclavos que fueron
arrancados violentamente de sus tierras para ser posible el desarrollo de la plantación esclavista
(Pérez de La Riva, Juan, 1974, 80). Entre 1763-1800 en Cuba, se introdujeron 109 mil 600 esclavos
originarios de África, esto trajo como consecuencia que en casi cuatro décadas entraron más esclavos,
que en los dos siglos y medio anteriores a la toma de La Habana por los ingleses (Los Censos…,
1988, 97).

En los 10 años transcurridos entre 1817-1827, la tasa media anual de crecimiento fue de 2,1% y de
2,5%. Estas tasas de crecimiento de la población, relativamente altas, se asocian a la trata libre de
esclavos, producto de la expansión azucarera, que se convirtió en el primer renglón de exportación en
esa época en Cuba (Ibíd.145).

Los efectos de las migraciones a nivel de la población repercuten sobre la evolución en el tiempo de su
composición por sexos.

Para analizar la composición de la población por sexo se utiliza el llamado Índice de Masculinidad39.
En este caso se pone de manifiesto el tema de la calidad de algunos censos. Nótese que para 1774 el
indicador para La Habana es de 1505 hombres por cada mil mujeres. De igual forma, en las
jurisdicciones colindantes es de 1790, mientras que en Cuba es de 1413. Sin embargo, para el
siguiente censo el valor del indicador está por debajo de mil en todos los casos, lo que indica que hay
más mujeres que hombres. Vale aclarar que demográficamente no es posible que ocurra un cambio
tan brusco en el breve plazo de 18 años que transcurrió entre ambos censos, sin que haya ocurrido

39Es el cociente que resulta de relacionar el número de personas del sexo masculino con la cantidad de personas del sexo
femenino, expresado regularmente por cada mil habitantes de la población masculina

48
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DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

una guerra catastrófica. El barón Alejandro de Humboldt estudió detenidamente estos dos primeros
censos (Humboldt, A., 1826) y al igual que otros estudiosos llegó a la conclusión que hubo una
importante omisión en el censo de 1792 de 88 mil 721 personas (Cuba, Estimaciones /…/, 1998, 127).

Posteriormente, ya en el censo de 1827, el indicador es para La Habana de 1333 hombres por cada
mil mujeres y en el resto de las subdivisiones territoriales analizadas mantiene una secuencia con
tendencia a la baja, pero en niveles lógicos con respecto a lo registrado en el censo de 1774.

Obviamente, los elevados valores del Índice señalados están asociados al efecto de la trata, con
predominio de hombres entre los esclavos africanos, a lo que se suma la inmigración de peninsulares
que venían a probar fortuna a la colonia. Así mismo, la disminución posterior de este indicador está
relacionada con la supresión paulatina de la trata ilegal de esclavos, y por la sobre mortalidad
masculina producida por la Guerra de los 10 Años, que afectó fundamentalmente a la población negra
masculina

Los cuadros que se muestran reflejan los valores de este indicador. Se revela información no
solamente para la jurisdicción colonial de La Habana, donde está comprendida su ciudad. Se añade
información sobre la composición de la población por sexos de las jurisdicciones colindantes
empezando por el oeste, jurisdicciones de Santiago de las Vegas, Santa María del Rosario y
Guanabacoa, porque todas ellas en conjunto forman en parte, lo que hoy es el territorio actual de la
provincia La Habana.

Cuadro III.1.1. Índices de Masculinidad de la población residente según Jurisdicción de La


Habana, las colindantes y Cuba en censos coloniales (1774-1887).

Total de las
Jurisdicción de
Censos Jurisdicciones Cuba
La Habana
Colindantes

1774 1 505 1 790 1 413


1792 866 977 1 138
1827 1 333 1 433 1 344
1846 1 213 1 785 1 323
1861 1 292 1 177 1 268
1887 1 251 1 028 1 167
Fuente: Cálculos de los autores a partir del Anexo III.1.1.

49
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Figura III.1.1. Índices de Masculinidad según jurisdicciones de La Habana, las colindantes y


Cuba en los censos de 1774 a 1887

Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos de los censos de población de 1774, 1792, 1827, 1846,1861 y 1887 que
aparecen en el Anexo III.1.1.

La población según grupos de edades en la Jurisdicción de La Habana y las jurisdicciones


colindantes según censos seleccionados

El tratamiento de la información por edades en los primeros censos coloniales fue irregular y complejo
para establecer comparaciones. Los tabulados se conformaban por grupos de edades agrupados de
maneras diferentes. Es por ello que se seleccionaron tan solo la información de los censos de 1827 y
de 1846, agrupando los datos solo en dos grandes grupos de edad, de 0 a 15 años y 15 años y más.
La existencia de información por sexo en ambos recuentos censales posibilitó enriquecer el análisis
con el cruce de información por sexo y edad.

Se evidencia que, en todos los grupos de edades de todas las jurisdicciones analizadas, hay más
hombres que mujeres. En cuanto a la cantidad de población según estos dos grandes grupos de
edades, como era de esperarse, es mayoritaria la población de 15 y más años dada la amplitud de ese
grupo abierto, tanto de hombres como mujeres, pero su proporción disminuye entre los dos censos,
tanto para un sexo como para el otro.

En la jurisdicción de La Habana la proporción de hombres menores de 15 años es superior a la de


mujeres de esa misma edad, sin embargo, en el censo de 1846 dichas proporciones se igualan.

50
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Además, la proporción de hombres de 15 y más años en la Jurisdicción de La Habana se reduce entre


ambos censos.

En el año 1827, la población masculina de las jurisdicciones colindantes a La Habana concentraba un


43,4% de la población de 15 años y más. Situaciones análogas se observan para La Habana y en
general para Cuba, donde en todos los casos sobrepasan el 40 %. Llama la atención que en el censo
de 1846 la proporción de hombres de 15 y más años de La Habana y Cuba mantenían similares
proporciones, próximas al 40 %, sin embargo, las jurisdicciones colindantes redujeron su proporción
por debajo del 38 %

Figura III.1.2 Proporciones de población por grupos de edades en las Jurisdicción de La


Habana, las colindantes y Cuba en los censos seleccionados de 1827 y 1846

Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos de los censos de población de 1827 y 1846 que aparecen en los anexos.

Población residente por color de la piel en las Jurisdicciones de La Habana y colindantes según
los censos seleccionados

La composición de la población por color de la piel para Cuba, vista a través de los censos coloniales,
muestra como la proporción de población con color de piel negra fue aumentando entre 1774 y 1827,
cuando la proporción de personas no blancas sobrepasó a la blanca hasta alcanzar el 55,8 % del total.

51
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A partir de ese momento comienza un descenso en la proporción de la población negra y mestiza que
llega al 30,0 % en el último censo de la etapa colonial.

Cuadro III.1.2. Estructura de la población por color de la piel en las Jurisdicciones de La


Habana, colindantes y Cuba según censos coloniales (1774 a 1887)

Total en
Años censales /
La Habana Juridicciones Cuba
Color de la piel
Colindantes

1774
Población Blanca 57.4 59.2 56.2
Población de Color 42.6 40.8 43.8
1792
Población Blanca 45.9 55.8 49.0
Población de Color 54.1 44.2 51.0
1827
Población Blanca 40.6 36.5 44.2
Población de Color 59.4 61.9 47.9
1846
Población Blanca 51.5 53.9 47.2
Población de Color 48.5 46.1 52.8
1861
Población Blanca 59.8 54.6 54.8
Población de Color 40.2 45.4 45.2
1887
Población Blanca 72.9 75.0 67.6
Población de Color 27.1 25.0 32.4
Fuente: ONEI/CEPDE. El color de la piel según el Censo de Población y Viviendas de 2012, La Habana, julio 2015.

En 1861, los porcentajes de población blanca de nuevo superan al resto de los grupos étnicos debido
a la disminución del tráfico legal y clandestino gracias a la abolición total de la esclavitud (Ibídem,
1988, 97).

Las transformaciones económicas, especialmente en la industria azucarera, trajeron consigo cambios


radicales en la composición de la sociedad cubana, destacándose la ruina de los terratenientes criollos
orientales, que se convirtieron en arrendatarios o propietarios pequeños dependientes de los centrales
azucareros «colonos», mientras que la abolición de la esclavitud, significó el desarrollo del
proletariado, o sea, el surgimiento de una nueva clase social (Ibídem, 1988, 196).

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Figura III.1.3. Por ciento de la población según el color de la piel y el sexo en las Jurisdicciones
de La Habana, colindantes y Cuba (1774 a 1887)

La Habana
Población Total Masculina Femenina
Blanca de Color Blanca de Color Blanca de Color
1774 57.4 42.6 42.6 58.0 42.0 42.0 56.5 43.5 43.5
1792 45.9 54.1 54.1 51.5 48.5 48.5 41.0 59.0 59.0
1827 40.6 59.4 59.4 38.8 61.2 61.2 43.2 56.8 56.8
1846 51.5 48.5 48.5 52.3 47.7 47.7 50.6 49.4 49.4
1861 59.8 40.2 40.2 59.4 40.6 40.6 60.3 39.7 39.7
1887 72.9 27.1 27.1 77.3 22.7 22.7 66.0 34.0 34.0

Jurisdicciones colindantes a La Habana


Población Total Masculina Femenina
Blanca de Color Blanca de Color Blanca de Color
1774 59.2 40.8 40.8 54.4 45.6 45.6 67.7 32.3 32.3
1792 55.8 44.2 44.2 56.6 43.4 43.4 55.1 44.9 44.9
1827 36.5 63.5 63.5 32.9 67.1 67.1 41.6 58.4 58.4
1846 53.9 46.1 46.1 51.6 48.4 48.4 56.6 43.4 43.4
1861 54.6 45.4 45.4 55.8 44.2 44.2 53.2 46.8 46.8
1887 75.0 25.0 25.0 77.3 22.7 22.7 72.6 27.4 27.4

Cuba
Población Total Masculina Femenina
Blanca de Color Blanca de Color Blanca de Color
1774 56.2 43.8 43.8 55.3 44.7 44.7 57.5 42.5 42.5
1792 49.0 51.0 51.0 49.9 50.1 50.1 48.1 51.9 51.9
1827 44.2 55.8 55.8 41.8 58.2 58.2 47.4 52.6 52.6
1846 47.2 52.8 52.8 45.0 55.0 55.0 50.2 49.8 49.8
1861 54.8 45.2 45.2 55.9 44.1 44.1 56.1 43.9 43.9
1887 67.6 32.4 32.4 68.8 31.2 31.2 66.2 33.8 33.8

Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos de los censos de población de 1792 a-1887 a partir del Anexo III.1.3.

Las figuras que se acompañan, muestran las proporciones de población blanca y de color, pero en
esta ocasión ponen de manifiesto su distribución por sexos a nivel de Cuba, La Habana y las
jurisdicciones colindantes. La gráfica sirve a grandes rasgos para revelar que las proporciones de
población blanca fueron, en general, mayores a nivel de la población femenina con respecto a la
mostrada por la población masculina. Una razón de ello se relaciona con la escasa presencia de
mujeres en los contingentes de esclavos.

Alfabetismo y analfabetismo durante la época colonial en la Jurisdicción de La Habana y las


jurisdicciones colindantes según censos disponibles

La información al respecto del nivel de escolaridad fue bastante incompleta en el período colonial y
cuando se indagó, se hizo acudiendo a la pregunta si la población sabía o no leer y escribir. Se refleja
solamente la información analizada en los resultados del censo de 1887 y a partir de ésta se recogen
en anexo y figura respectiva, los resultados de dicha indagación.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

En el anexo III.1.2se exponen los porcientos de población alfabetizada40, es decir, que declararon que
sabían leer y escribir para el año 1887, obteniendo como resultado que para la jurisdicción de La
Habana existía 55,7% de alfabetos41 y un 40,8% de analfabetos42, con respecto a la población total de
La Habana.

Los datos para el total de Cuba en dicho censo revelan la existencia de un 26,0% de alfabetos y 72,3%
de analfabetos; esto indica que a pesar del alto grado de analfabetismo que mostraba la población en
La Habana, está ya poseía probablemente una concentración de recursos humanos más instruidos,
debido a una diversificación mayor de sus actividades económicas y de servicios.

De manera general, en el gráfico referente al nivel de escolaridad para el año 1887, se observa que La
Habana es la provincia con un mayor nivel de instrucción con respecto a Cuba y al resto de sus
provincias. Además, las zonas colindantes con un 33,6% están por debajo de La Habana, pero por
encima de Cuba y el resto de la isla.

Figura III.1.4. Porciento de población alfabeta y analfabeta según La Habana, municipios


colindantes y Cuba en el censo de 1887

Nota: Se excluyen de los porcentajes las poblaciones que no respondieron a la pregunta.


Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos del Anexo correspondiente.

40 La información censal disponible en los censos coloniales tan solo brindó datos sobre personas que sabían o no leer y
escribir sin alusión alguna a niveles de instrucción. Las personas que a una cierta edad saben leer y escribir forman parte del
grupo de alfabetos, las restantes personas se consideran analfabetos.
41 Se considera alfabetos a aquellas personas que declararon ser capaces de leer y escribir, al menos un texto sencillo de

hechos relativos a su vida cotidiana.


42
No cumple la condición de alfabetos, son personas que no saben leer ni escribir.

54
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Las proporciones de población ocupada en sectores de la actividad económica en las


jurisdicciones de La Habana y colindantes según censos coloniales seleccionados.

Antes del inicio de la época de los levantamientos censales en La Habana, ya la población residente
en la parte amurallada de la ciudad, resultaba menor en número a la cantidad de residentes que vivían
en la porción extramuros y en las jurisdicciones vecinas, por lo que el mayor número de población
ocupada se encontraba en las afueras, tanto los esclavos como la población blanca y liberta, que se
dedicaban, principalmente a las actividades agrícolas y de apoyo a éstas.

En La Habana intramuros se desarrollaban muchas actividades ocupacionales que estaban asociadas


a la atención al sistema defensivo y prestación de servicios a la población transeúnte que cada año
arribaba al puerto en los navíos de la flota. Desde muy temprano se empezó a poner de manifiesto
cierta vocación terciaria de la población habanera como una condición heredada desde los orígenes de
la fundación de La Habana. Durante los escasos meses en que los barcos no estaban anclados en la
bahía, la población habanera se enfrascaba también, junto con los esclavos, en la construcción de
plazas, conventos, iglesias y grandes mansiones en donde residía la población adinerada.

El censo habanero de 1828 y el levantamiento de 1861 recogen informaciones muy útiles a propósito
de la cantidad de personas que desempeñaban actividades lucrativas, es decir, llevaban a cabo
ocupaciones por las que recibían una remuneración o salario, es decir se trata de población libre y las
personas emancipadas. En el caso del censo de 1828, la misma se refiere solo a la población
masculina, mientras que el censo de 1861 recoge los dos sexos.

En los anexos III.1.3 se incluye la población, que hemos concebido como ocupada, sin que puedan
identificarse las edades de incorporación a las mismas y sin que se conozca la cantidad de personas
que estuviesen desarrollando más de una actividad lucrativa u ocupación. A partir de la información
extraída de ambos recuentos, los autores determinaron las actividades ocupacionales vinculadas a los
sectores primario, secundario y terciario de la economía.

Figura III.1.5. Proporciones de población ocupada en sectores de la actividad en la Jurisdicción


de La Habana en el censo local de 1828

Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos del censo de 1828 a partir del Anexo III.1.3.

55
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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La figura expone la proporción de personas ocupada por los tres sectores de la actividad en La
Habana para el censo local de 1828. Se puede observar que en la jurisdicción habanera se
concentraba mayormente la población ocupada 43 en el sector terciario, es decir, el vinculado a la
prestación de servicios, actividades gubernamentales, etc.

En Cuba predominaba de manera general, la rama primaria de la actividad, o sea, las ocupaciones
agropecuarias, de la pesca y de extracción minera, pero en contraposición a ello, había más trabajo en
el sector terciario de la economía en La Habana, que en el resto de los jurisdicciones, debido a que en
las últimas estaban más dedicados a trabajos realizados en medios rurales que se desarrollaban en
las afueras de la jurisdicción donde estaba la capital, mientras que la mayor concentración de
población laboral se encontraba en la capital, producto de sus atractivos y diversos servicios, mejores
medios de trabajo, situación geográfica, entre otros.

En el anexo III.1.3 que brinda la información del censo de 1828, de manera general, las ocupaciones
de los blancos se diferenciaban de los de las personas de color y libres, ya que estos últimos se
dedicaban fundamentalmente a las actividades domésticas y otras ocupaciones como: carpinteros,
zapateros, sastres, peones, albañiles, carretilleros, talabarteros y carceleros; mientras que los blancos
estaban dedicados al sector del comercio y de la tabaquería. Había ocupaciones exclusivamente de
blancos, como son, boticarios, cirujanos, hacendados, letrados, etc. Estas diferencias son el reflejo del
sistema racista y esclavista dominante.

La figura que sigue a continuación muestra las proporciones de población ocupada según el
desempeño de actividades lucrativas asociadas a los sectores de la economía según el censo de 1861
para la Jurisdicción de La Habana y la suma de ella más la de las jurisdicciones colindantes. Se
pueden establecer comparaciones entre esta última, es decir, el espacio aproximado que ocuparía la
provincia de La Habana actual y la población ocupada en Cuba según sectores.

Figura III.1.6. Proporciones de población ocupada en sectores de la actividad económica en las


Jurisdicciones de La Habana y colindantes según el censo de 1861

Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos del censo de población de 1861 a partir del Anexo III.1.3

43
Personas de 15 años y más ocupadas con un empleo remunerado, bien en dinero o en especie.

56
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

En general, las informaciones recopiladas y procesadas de los censos pertenecientes al período


colonial, han intentado ofrecer una imagen de las características más relevantes de la población de la
Jurisdicción de La Habana y de aquellas jurisdicciones como las de Guanabacoa, Santa María del
Rosario y Santiago de Las Vegas, que permiten acercarnos, a través del tiempo, al territorio de la
actual provincia de La Habana.

Las variables del estado de la población tales como proporciones por sexos, por grupos de edades,
por color de la piel, por condición alfabetizada de la población residente y ocupación según sectores de
la economía, reflejan, no obstante, la carencia de los resultados de algunas preguntas en los censos
coloniales, que la población habanera en el período censal correspondiente al siglo XIX era una
población donde predominaban efectivos masculinos, de origen peninsular y africano. Los efectos de
la inmigración internacional que esta región recibió y la condición puerto escala de la ciudad influyeron
en las características de su población en este período.

57
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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III.2. Las características de la población en el municipio de La Habana y en los


municipios colindantes según censos del periodo republicano (1899 a 1953)

Por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o


ninguna independencia con la Enmienda Platt...
Creo que es una adquisición muy deseable para los
Estados Unidos, la Isla se norteamericanizará
gradualmente y a su debido tiempo contaremos con
una de las ricas y deseables posesiones que
hay en el mundo...
Wood, Leonardo, 1901

La composición de la población de Cuba al finalizar el dominio español, y las estrategias que fue
diseñando el mando militar estadounidense en el territorio en aquellos años, resultan elementos
importantes para entender muchos de los problemas que tenía la sociedad de entonces, así como los
retos a los que se debía enfrentar.

Con la firma del Tratado de Paz de París44, el 10 de diciembre de 1898, terminaba el imperio colonial
español. Mientras, los Estados Unidos se insertaban entre las potencias mundiales más fuertes, tras la
búsqueda de nuevos mecanismos, acorde a sus necesidades y objetivos hegemónicos, para la
dominación del mundo. En este contexto, Cuba se ubicaba entonces, en el punto de mira del
imperialismo estadounidense (López Civeira, Francisca y otros, 2012).

El primero de enero de 1899 comenzó, de forma oficial, la ocupación norteamericana de Cuba. El


Departamento de Guerra de los Estados Unidos decidió realizar un censo para conocer el estado de
país al inicio de la ocupación, quizás con el propósito de evaluar el potencial de sus recursos, algo que
a los españoles les había costado más de dos siglos llevar a cabo después de conquistada la isla
(Ibídem). Los datos arrojaron para ese momento, una disminución del monto demográfico del orden de
2,5% del total de habitantes, que en 1899 era de 1 millón 572 mil 797, inferior al existente al comienzo
de la guerra45.

La cruenta guerra desarrollada desde 1895 y la reconcentración de la población llevada a cabo por el
Capitán General Valeriano Weyler, habían provocado grandes pérdidas en todo el territorio nacional,
cuya población más afectada fue la menor de 14 años (López Civeira, op.cit.). Según los datos del
Censo de1899, tres de los términos municipales pertenecientes a la Provincia La Habana más
afectados por la reconcentración fueron Guanabacoa, La Habana y Regla. En el caso del primero,
tenía 28 mil 043 habitantes en 1887 y en el año1899 disminuyó esa cantidad a 20 mil 080, mientras
que, La Habana, en 1887 estaba habitada por 200 mil 448 personas, cifra que aumentó para 1899

44
Convenio o tratado de paz bilateral, entre los gobiernos de Estados Unidos y España, mediante el cual renuncia España a
su soberanía y propiedad sobre Cuba, pero no se hizo referencia a la independencia de Cuba, lo que dejó demostrado las
intenciones de Estados Unidos y provocó la frustración de las aspiraciones de libertad de los patriotas cubanos. En cuanto a
Cuba, el Tratado de París echaba por tierra el sacrificio de su pueblo, durante 30 años de cruenta guerra que llevó aparejada
la inmolación de varias decenas de miles de patriotas y la destrucción de gran parte de sus riquezas materiales. Un conjunto
de factores condujo poco después a Estados Unidos al establecimiento en Cuba del modelo de dominación neocolonial y los
vicios consecuentes a la administración foránea.
45
En el Censo de 1887 la población cubana de derecho era de 1 millón 609 mil 075 personas.

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resultando en 242 mil 055 habitantes. Regla, por su parte, contaba en 1887 con un total de 10 mil 316
habitantes y en 1899 con 11 mil 36346.

La situación existente con la población infantil se haría sentir en la escasez de fuerza de trabajo diez
años más tarde, cuando este grupo debía llegar a la adultez y, por consiguiente, a la población activa.
Sin embargo, en algunas de las ciudades de entonces, especialmente en la capital, se trató de
preservar la imagen de una vida normal, con todas sus actividades sociales, mientras el país luchaba
por su independencia.

Algunas características de los censos republicanos y sus aportes para estudiar el estado de la
población en La Habana

Una vez terminado el dominio español sobre la Isla, fueron levantados seis censos nacionales. Los
primeros, 1899 y 1907, estuvieron dirigidos por los gobiernos provisionales norteamericanos, o sea,
primera y segunda intervenciones norteamericanas, y los siguientes, 1919, 1931, 1943 y 1953 por
funcionarios de las instituciones gubernamentales cubanas concebidas para ese fin (Los censos…,
Tomo I, Vol.1,1988).

El Censo de 1899 sería la base para la instauración de “un gobierno libre e independiente en Cuba”,
por ello la importancia en la exactitud de los datos. Se determinó que las tablas del censo debían
limitarse no solo a la población, sino también con datos y análisis sobre la agricultura y educación, por
ser estos tres los asuntos de mayor importancia en el momento. El mismo se procesó en EE.UU.
empleando técnicas modernas como la de tabular los datos con tarjetas perforadas. Se propuso
entonces que el censo se realizara entre oficiales cubanos y norteamericanos bajo la supervisión del
Gobernador General de la Isla, con la intención de condicionar la culminación de los trabajos censales
a la perspectiva de creación de un gobierno cubano y dar a entender que el censo sólo perseguía
examinar la situación económica de Cuba, como medida organizativa preliminar, y aparentar que el
censo fue elaborado y dirigido por cubanos. Esta acción era una imagen más que clara de la conducta
demagógica del gobierno norteamericano.

El Censo de 1907, entre sus propósitos tuvo además la elaboración de los Registros Electorales
Municipales. Los datos obtenidos en el censo anterior, es decir en 1899, sobre agricultura y educación,
se ignoraron en éste, falta que se reparó, en parte, con las estadísticas que aparecían en sus tablas de
análisis sobre población.

El Censo de 1919 tenía como único objetivo ser un censo electoral, pero la Ley bajo la que se realizó
instauró el sistema de censos decenales. El informe oficial del mismo se propuso para la creación de
un buen servicio estadístico central, que ocupara el lugar que dejaría vacante la Oficina Nacional del
Censo, en vista a su desaparición por falta de créditos.

La periodicidad decenal establecida no se cumplió en 1929, pues por la Ley de abril de ese año se
dispuso su suspensión. Dos años más tarde, se levantó entonces un Censo de Población que
comprendía también la “Estadística Industrial y Agrícola de Cuba”. Sus resultados fueron conocidos
entre enero de 1938 y septiembre de 1939, mientras un resumen de su memoria inédita se publicó
durante la época revolucionaria por iniciativa del Comité Estatal de Estadísticas en 1978. El Censo de
1931fue deficiente ya que los datos de población y sus agrupaciones eran inadecuados y con una

46
Los totales de población por municipios aparecen en los anexos III.1.2 (1887) y III.2.3 (1899)

59
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DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

completa omisión de investigaciones estadísticas de referencia. En cambio, ha de considerarse la


opinión emitida por especialistas de la Harvard University Press 47 al comentar que los censos
levantados en Cuba entre 1899 y 1931, en lugar de mejorar con el transcurso, se habían degenerado,
tanto en su alcance como en su exactitud.

El Censo de 1943, a pesar de tener una técnica superior que el anterior, ignoró la línea de los trabajos
sobre las estadísticas agrícolas, comerciales e industriales que se tuvieron en cuenta en el Censo de
1931. Fue organizado con prisas y sin la debida preparación para iniciar las labores censales,
interferido por cuestiones de orden político, que establecieron un cerco alrededor del censo para
acaparar su dirección y desvirtuar sus fines esenciales.

El Censo de Población y Viviendas y Electoral de 1953 tuvo una labor preparatoria más eficiente,
especialmente la cartográfica, pues además de elaborarse un Atlas por municipios, que también se
hizo para 1943, se organizaron planos de los barrios y circunscripciones pequeñas para los
enumeradores, aunque también tuvo sus fallos, pues se copiaron los cuestionarios del Censo de
Puerto Rico de 1950 e incluso ilustraciones de su Manual de Enumeración. El Censo de 1953 formó
parte del programa COTA (Comisión del Censo de las Américas de 1950), en el cual estaba
representada Cuba, que aceptó los acuerdos adoptados, pero fijó el censo para el 28 de enero de
195348, en homenaje al natalicio del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.

La composición de la población por sexos y el índice de masculinidad en los municipios de La


Habana y los colindantes a través de diferentes censos republicanos

La Figura III.2.1 permite observar los valores del índice de masculinidad en el municipio de La Habana,
en sus municipios colindantes y en Cuba a lo largo de todos los censos del período republicano, los
que en general denotan la presencia de mayor número de personas del sexo masculino dentro de la
población estudiada. Se aprecia el aumento del índice de masculinidad en el censo de 1919 con
respecto a los censos anteriores y a partir de entonces, de manera general, la tendencia a la
disminución del índice.

Los cambios en las tendencias de los valores de esos índices obedecieron al inicio a los primeros
beneficios sobre la población femenina de acciones en materia de salubridad llevadas a cabo por el
gobierno interventor norteamericano en la isla, pero también al aumento paulatino de la inmigración
internacional a partir de 1900, tanto de peninsulares como de población masculina antillana,
incentivada por la expansión de la industria azucarera que se originó en los primeros años del siglo XX
y que tuvo su período de mayor auge en los años de la primera guerra mundial cuando se dispararon
los precios del azúcar en el mercado internacional llegando a más de 20 centavos 1918. Poco tiempo
después llegaría el desplome de esa situación de bonanza económica.

Entre los años 1899 y 1953, el índice de masculinidad muestra paulatina tendencia a disminuir en el
municipio de La Habana, pasando de 1100 a 928 hombres por cada 1000 mujeres, exceptuando el año
1907, que alcanzó una cifra de 1126. Asimismo, el municipio Marianao en comparación con el
municipio de La Habana, reporta para todos los años, excepto para 1953, índices de masculinidad
mayores (Ver FiguraIII.2.1).

47
Harvard University Press (HUP) es una editorial fundada el 13 de enero de 1913, como una división de la Universidad de
Harvard, y especializada en publicaciones académicas.
48 La fecha seleccionada para el levantamiento impidió que se pudiera apreciar en toda su magnitud el nivel de desempleo

imperante que había en el país porque el censo se levantó en plena zafra.

60
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

En cambio, para Cuba, de 1899 a 1919, la tendencia de este indicador es al aumento por efectos de la
inmigración de peninsulares y de antillanos, preferiblemente hombres, ya comentada, que llegarían,
especialmente a la porción oriental del país, pero de 1943 a 1953, hay un punto de descenso debido,
esta vez, a la repatriación forzada de extranjeros de color que el General Machado decretó y a la
pérdida de la condición de Cuba como país de inmigración, por más de cuatro siglos, para convertirse
en país de emigración internacional.

Figura III.2.1. Índice de Masculinidad de la población de los municipios capitalinos en el periodo


republicano1899-1953

Fuente: Elaboración a partir del Anexo III.2.1.

La distribución de la población por grupos de edades según censos republicanos

El análisis de la composición de la población por los tres grandes grupos de edades más conocidos, es
decir menos de 15 años, de 15 a 59 años y 60 años y más, a través de los censos permite apreciar el
avance del proceso de envejecimiento y el paulatino descenso de la fecundidad mediante la
observación de los cambios de magnitud del último y el primer grupo de edad, así como el potencial de
población que está en las edades laborales y que forma parte del grupo intermedio de edades.

En el caso de los censos levantados durante el período republicano, no ha sido fácil llevar a cabo los
análisis mencionados porque la información publicada sobre las edades de la población de los
municipios capitalinos que constituyen el objeto de análisis de esta investigación, aparece conformada
por cinco grupos de edades con intervalos diferentes según se trate de uno u otro censo. Así por

61
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DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

ejemplo en los censos de 1899 a 1919 los dos primeros grupos de edades son menos de 5 años y de
5 a 17 años y el último, 45 años y más. En el censo de 1943 los grupos conformados son de menos de
5 y de 5 a 13, mientras que el último cierra en 50 años y más. En el censo de 1953 parte de menos de
5, de 5 a 14, y el último grupo retoma la edad de cierre de 45 y más nuevamente. Todos los censos
respetaron el grupo inicial de menos de 5 años de edad.

Para llevar a cabo un análisis comparativo aproximado entre los diferentes censos se empleó una
conformación por tres grandes grupos de edades que tuvieran en cuenta un primer grupo de edad
inicial de 0 a 17 años de edad, válido para los censos de 1899 a 1919, y un último grupo de edad que
cierra con 45 años de edad y más en casi todos los censos menos en el censo de 1943, que lo hace
en 50 años y más.

Cuadro III.2.1. Estructura por grupos de edades de la población residente en los municipios
capitalinos en el período republicano según los censos de 1899-1953
Por ciento

Municipios colindantes La Habana


Municipio
Total de y los
de La Santa María Santiago de Cuba
Habana
Guanabacoa Marianao Regla(a) municipios municipios
del Rosario Las Vegas
AÑOS CENSALES colindantes colindantes

1899
Población total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
de 0 a 17 años 34.3 40.2 37.8 39.8 41.8 39.1 39.6 35.2 43.5
de 18 a 44 años 50.4 45.1 46.0 45.8 45.5 46.5 45.7 49.6 42.3
45 años y más 15.3 14.6 16.2 14.4 12.7 14.4 14.7 15.2 14.2
1907
Población total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
de 0 a 17 años 33.5 41.4 39.2 44.2 36.3 39.8 34.5 43.1
de 18 a 44 años 51.6 43.4 46.9 42.4 47.0 45.2 50.5 43.0
45 años y más 14.9 15.2 13.9 13.4 16.6 15.0 14.9 13.9
1919
Población total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
de 0 a 17 años 34.9 46.0 44.9 45.8 50.8 40.4 45.0 37.1 48.8
de 18 a 44 años 48.8 36.3 42.0 39.3 33.2 40.5 39.3 46.7 37.4
45 años y más 16.3 17.7 13.1 14.9 16.0 19.1 15.8 16.2 13.8
1943
Población total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
de 0 a 17 años 20.6 28.8 23.3 28.0 30.6 24.2 25.5 22.0 34.3
de 18 a 44 años 62.8 56.4 63.1 57.8 55.4 58.2 60.2 62.1 53.3
45 años y más 16.5 14.8 13.7 14.2 14.0 17.6 14.4 16.0 12.4
1953
Población total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
de 0 a 17 años 22.5 31.9 27.0 28.7 32.8 25.5 28.6 24.7 36.3
de 18 a 44 años 51.0 48.6 51.6 49.8 48.5 51.0 50.5 50.9 45.8
45 años y más 26.4 19.5 21.3 21.5 18.8 23.5 20.9 24.5 17.9
(a)
Nota 1: No aparece la información para el Censo de 1931.
Nota 2: En el año 1943 se analizó la población para las edades comprendidas entre 0 a 49 años y para los 50 años y más.
(a) No aparece la información para este municipio en el Censo de 1907, porque está incluido en el municipio La Habana.

Fuente: Elaboración a partir del Anexo III.2.2.

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DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

En el Cuadro III.2.1 se muestra la columna que totaliza a todos los municipios colindantes más el
propio municipio de la capital y los datos de toda Cuba. Al analizar los datos y proporciones de forma
comparativa, la información correspondiente a los porcentajes de las personas que se encuentran en
el primer grupo de edad, de 0 a 17 años, son superiores para Cuba con respecto a los demás
territorios, propio de poblaciones con fecundidad más elevada a diferencia de lo que sucede con la
población del Municipio de La Habana y los demás municipios colindantes. Por el contrario, las
proporciones de población en el último grupo de edad de Cuba, resultan más bajas, en donde el
proceso de envejecimiento no se avizora aún.

En el municipio de La Habana, las proporciones de población con las edades más avanzadas, incluso
en el penúltimo grupo de edad, resultan las más altas en cualquiera de los años censales, propios de
una ciudad cuya población está envejeciéndose con respecto al resto del país. Asimismo, los
porcentajes de población en el penúltimo grupo de edad, de 21 a 44 años, o de 20 a 44 o 49 años son
más altos que para Cuba y el resto de los municipios colindantes, lo que revela el paulatino proceso de
envejecimiento de la capital, y también la concurrencia de efectivos de población inmigrante desde el
resto del país, atraídos por los efectos demostrativos de la capital que comenzará a apreciarse con
mayor relevancia a partir del censo de 1953.

Distribución de la población por color de la piel según censos del período republicano

El contexto cubano ha estado permeado por la diversidad multicultural que ha llevado a la


conformación de su identidad como nación y que hacen de Cuba un país multirracial. Desde los
tiempos más remotos, acerca de los cuales se tienen datos estadísticos, se ha reportado un gran
número de personas de color negro en la Isla, y siempre han existido en ella, en menor o mayor
medida y en distintas proporciones, hasta la época de prohibición de la trata africana y de abolición de
la esclavitud posteriormente.

La Figura III.2.2 y el Anexo correspondiente, recoge las proporciones de población por color de la piel y
los valores absolutos, respectivamente, en todos los censos analizados de la época republicana. En la
población total de los censos de 1899, 1907 y 1919 está incluida la población extranjera y los
porcentajes de la población por color de la piel están calculados con respecto a la población total de
origen cubano. Del millón 430 mil 699 habitantes que tenía Cuba en 1899 de origen cubano, 520 mil
400 eran no blancos, representando el 36.4% de esa población. El municipio con más alto porcentaje
de personas blancas de origen cubano era Santa María del Rosario con un 76.4%. En cambio, el
municipio de La Habana, registra el mayor porcentaje de personas no blancas con un 36.2%.

En Cuba residían 2 millones 048 mil 980 personas en 1907, de ellos 1 millón 845 mil 343 eran de
origen cubano. De esa cantidad, más de la mitad, cerca del 70% eran personas blancas, y los no
blancos se concentraban en el 31.7%. En el municipio de La Habana la población no blanca disminuyó
en un 2.8% en relación a 1899, y al mismo tiempo hubo un aumento de la población blanca, que puede
ser consecuencia de que en ese año Regla no se contabilizaba como un municipio aparte, sino que
pertenecía a La Habana.

Según el censo de 1919, la proporción de personas no blancas de origen cubano, que incluía a los
negros, mestizos y amarillos, constituía un 27.3%. En 1931, esta misma población no blanca de origen
cubano ascendía a 1 millón 105 mil 388, cifra que representaba el 34.1% de la población de origen
cubano.

63
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Figura III.2.2. Estructura por color de la piel de la población residente en los municipios que
conforman la capital actual según los censos de 1899-1953

Nota 1: En los censos analizados se tuvo en cuenta el total general de la población de Cuba y demás municipios analizados
incluyendo los extranjeros, pero para la caracterización en sexo y raza solo se tomó la población de origen cubano.
Nota 2: En el año 1943 se analizó la población para las edades comprendidas entre 0 a 49 años y para los 50 años y más.
(a) No aparece la información para el municipio Regla en el Censo de 1907, porque está incluido en el municipio La Habana.

Fuente: Elaboración a partir del Anexo III.2.3.

La población blanca de origen cubano en 1943 ascendía a 3 millones 412 mil 242 y los no blancos
sumaban un millón 175 mil 164, cifras que representaban el 74.4% y el 25.6% del total de habitantes,
respectivamente.

Asimismo, se apreciará que la disminución gradual relativa de la población no blanca viene


produciéndose desde 1907. Esta disminución se debe a varios factores de distinta importancia. En el
primer puesto se encuentra la influencia que ha ejercido la disminución de la inmigración y el éxodo de
extranjeros que ha tenido lugar a partir de la década de 1930, que ha afectado casi exclusivamente a
los negros, ya que los emigrantes han sido mayoritariamente haitianos y jamaiquinos repatriados por
disposición del Gobierno cubano.

La disminución de la población de origen asiático se debe probablemente al hecho que se detuvieron


las entradas de esas personas y a la natural mortalidad de la población de ese color de piel, debido a
la paralización de su inmigración.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Durante el periodo republicano la población blanca crece más rápidamente que el resto de las
poblaciones con otro color de piel. La figura demuestra como los blancos de origen cubano,
aumentaron de un 63.6% en 1899 a un 74.3% en 1953.

El municipio de La Habana tenía en el año 1953 una población no blanca que representaba el 26.6%
de su población de origen cubano, manteniéndose con el más alto porcentaje de personas no blancas,
dentro de los municipios analizados, tal y como sucedía en el año 1899 y durante todo este período.

La condición de alfabetismo y analfabetismo como parte de las características educacionales


de la población

Un aspecto que muestra la situación social de Cuba al terminar el dominio español es el grado de
alfabetismo de sus habitantes. Aunque el sector educativo nunca gozó de amplios recursos durante la
república, se debe reconocer que en ese período se instauró un sistema de educación primaria
pública, gratuita y obligatoria, aunque era muy deficiente.

Sin embargo, la información censal disponible de la etapa republicana no desciende a las divisiones
políticas administrativas menores, es decir municipios, para ofrecer datos que permita calcular el
alfabetismo y demás características educacionales en los municipios que conformaban La Habana. No
obstante, dichos censos ofrecen información a propósito de la cantidad de población que declaraba su
condición de alfabetismo, a partir de la cualidad de saber y no saber leer y escribir.

Al comenzar el nuevo siglo la situación de la educación primaria, secundaria y preuniversitaria era


precaria. Una de las medidas impulsadas por el gobierno intervencionista de los Estados Unidos bajo
la guía del Gobernador Militar de Cuba Leonardo Wood fue impulsar el desarrollo educativo de la Isla,
para ello le encargó al ilustre académico cubano Enrique José Varona la elaboración de un programa
para la reforma de la enseñanza secundaria y universitaria en Cuba.

Durante los años 1899 y 1902 se iniciaron algunas reformas educacionales en la Isla, creándose la
Secretaría de Instrucción Pública, el cargo de Comisionado de Escuela y la Junta de
Superintendentes. En 1899 comienza la formación de técnicos de nivel medio de la salud al fundarse
en La Habana la primera Escuela de Enfermería. Más adelante se crean varias escuelas incluyendo
las provincias de Camagüey y Santiago de Cuba. Se fundaron dos escuelas de oficios para niños
desvalidos y dos escuelas correccionales para niños delincuentes bajo la dirección del Departamento
de Beneficencia.

Los datos del Censo de 1899 develaron que el total de habitantes con de 10 años de edad y más, en el
municipio de La Habana era de 198 mil 788 personas, y solo el 2.5% no sabía leer ni escribir, mientras
que el mayor porcentaje de analfabetismo lo tenía Santa María del Rosario, con el 61.1% de la
población de 10 años de edad y más. Esta cifra evidencia que es un municipio habitado por personas
que se dedican más a actividades rurales o agropecuarias, y que no reúnen la calificación para
incorporarse a las opciones de empleo que les ofrece una ciudad.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Figura III.2.3. Porcentaje de población por condición de alfabetismo según municipios


capitalinos en los censos del período republicano (1899-1953)

Nota: No aparece la información para este municipio en el Censo de 1907, porque está incluido en el municipio La Habana.
Fuente: Elaboración a partir del Anexo III.2.4.

Las cifras de las proporciones de población alfabeta y no alfabeta se exponen en la figura que se
acompaña en donde aparece también reflejada la población que no dio información al respecto.

El Anexo correspondiente permite apreciar que cuando se analiza de manera conjunta La Habana y
los municipios colindantes en 1899 el porcentaje de analfabetismo es bastante bajo, con una cifra de
9.4% de los habitantes de 10 años y más de edad. Sin embargo, para Cuba la proporción es más alta,
de un millón.215 mil.810 personas en ese grupo abierto de edad en 1899, solo el 36.5% sabía leer y
escribir, es decir, que el 56.8% de la población cubana de aquel entonces era analfabeta.

En el Censo de 1907, hubo un aumento del alfabetismo, pues la cifra de los que sabían leer y escribir
era del 49.0% de la población de 10 años y más, quedando para los que no saben leer el 43.4% de
dicha población. En el municipio de La Habana tres cuartas partes de la población de 10 años de edad
y más sabe leer y escribir, con una cifra de 75.4%. A su vez, Santa María del Rosario se vuelve a
situar en el último lugar con el mayor porcentaje de analfabetismo, 51.3% de la población de 10 años y
mayores. En cambio, al agrupar a La Habana y los municipios colindantes se puede apreciar que el
porcentaje de la población analfabeta aumenta con respecto a 1899, de 9,4% a18,5% lo que pone en
evidencia posibles causas, como, por ejemplo, errores censales al momento de la captación de las
respuestas y una proporción elevada de personas que no informaron al respecto en el censo de 1899.

En el Censo de 1919 la tendencia al crecimiento de la población cubana se mantiene y del mismo


modo, la población de 10 años y más registró un aumento, reportándose que el 51.0% de la misma
sabía leer y escribir.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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Si comparamos el Censo de 1907 con el de 1919 en cuanto a nivel de alfabetismo, se pone de


manifiesto que, en el municipio de La Habana, al mismo tiempo que aumenta el porcentaje de quienes
saben leer y escribir, 75.4% en 1907 y 76.7% en 1919, disminuye el porcentaje de analfabetos, de
16.4% en 1907 y 14.0% en 1919. Este comportamiento se mantiene igual para La Habana y los
municipios colindantes, siendo Santa María del Rosario aún el municipio con más analfabetos, entre
los analizados, con 37.8% de personas de 10 años de edad y más que no saben leer ni escribir.

En el Censo de 1931, el alfabetismo se informó a partir del total de los habitantes de 21 años de edad
y más. De esta forma, en el municipio de La Habana se registró un 92.5% de personas que sabían leer
y escribir, y solamente un 7.4% de analfabetos. Respecto a La Habana y los municipios colindantes, se
puede observar en el Anexo III.2.4.que había un 8.8% de analfabetos, y en Cuba en general, un
28.8%.

En 1943 se definió como universo para este análisis a las personas de 20 años de edad y más. Los
resultados fueron que para Cuba el 73.0% de esa población sabía leer y el 21.1% no sabía leer ni
escribir, y que en el municipio La Habana, solo el 5.1% de esa población no sabía leer, para un 92.4%
que sabían leer y escribir. La Habana y los municipios colindantes también muestran un
comportamiento similar. Si se analiza el porcentaje de alfabetismo de la población de 20 años de edad
y más en La Habana con todos sus municipios, el 8.4% no sabía leer, mientras que el 82.6% sabía leer
y escribir.

En el Censo de 1953, el 23.6% de la población cubana de 10 años de edad y más era analfabeta, lo
que significa que el 76.4% de la población comprendida en ese grupo de edad estaba alfabetizada (ver
FiguraIII.2.3). Si se observa la población de 10 años y más del municipio de La Habana, se apreciará
que el 95.0% de sus habitantes con 10 años de edad y más, estaban alfabetizados. Del mismo modo,
al agrupar a La Habana y los municipios colindantes, el porcentaje de analfabetismo resulta con una
cifra del 6.4% de la población de 10 años de edad y más.

Al analizar los datos a nivel de país, se verá que Cuba tiene para este año el porcentaje más alto de
alfabetismo, respecto a todos los censos estudiados. Sin embargo, ello no era suficiente, se
contabilizaba más de 1 millón de niños sin escuela; más de 1 millón de analfabetos; una enseñanza
media que llegaba sólo a la mitad de la población escolar; una enseñanza media y superior que estaba
reservada para una minoría, solamente en grandes núcleos de población urbana; 10 mil maestros sin
trabajo a pesar de la inmensa necesidad de su labor; alrededor de 550 mil niños de 6 a 14 años que no
asistían a la escuela. La instrucción pública se debilitaba mientras crecía la escuela privada (Martínez
Puente, 2003).

Las proporciones de población ocupada en sectores de la actividad económica en el municipio


de La Habana y colindantes según censos seleccionados del período republicano

La distribución de la población cubana según dispusiera de alguna ocupación lucrativa revelaba


aspectos de importancia en cada uno de los censos referidos en este texto. La variedad de
ocupaciones que presentaba la población resultaba un índice muy útil para los ocupantes
norteamericanos, a la vez que era ilustrativo de las ocupaciones en 1899.

La mayoría de los que tenían ocupación clasificaban en el grupo de agricultores, pescadores y mineros
y el otro grupo mayoritario era el agrupado en “servicio doméstico y personal”. En manufacturas e
industria mecánica se empleaban una gran parte de la población y menos aún en comercio y
transporte (Censo de 1899, Departamento de la Guerra, 1900). Sin embargo, la cifra mayor no

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

correspondía a ninguna de estas actividades, sino a la cantidad de personas “sin ocupación lucrativa”
que eran 950 mil 467, es decir personas no empleadas, o mejor, que no devengaban salario o modo
de sustento alguno.

Cuadro III.2.2. Porcentaje de población en los municipios capitalinos que posee o no ocupación
lucrativa en el periodo republicano por censos seleccionados (1899-1953)
Por ciento

Municipios colindantes
Municipio La Habana y
Total de
de La (a) Santa María Santiago de los municipios Cuba
Guanabacoa Marianao Regla municipios
Habana del Rosario Las Vegas colindantes
AÑOS CENSALES colindantes

1899
Población total 242,055 20,080 8,593 11,363 2,730 10,276 53,042 295,097 1,572,797
Sin ocupación lucrativa 54.3 61.9 56.1 62.1 61.2 58.8 60.4 55.4 60.4
Con ocupación lucrativa 45.7 38.1 43.9 37.8 38.8 41.2 39.6 44.6 39.6
1907
Población total 302,526 24,968 18,156 3,915 13,058 60,097 362,623 2,048,980
Sin ocupación lucrativa 53.3 64.2 59.4 65.3 63.8 62.7 54.9 62.3
Con ocupación lucrativa 46.7 35.8 40.6 34.7 36.2 37.3 45.1 37.7
1919
Población total 363,506 31,389 37,464 14,489 4,913 14,427 102,682 466,188 2,889,004
Sin ocupación lucrativa 56.9 70.0 62.5 65.8 68.2 71.7 66.8 59.1 67.2
Con ocupación lucrativa 43.1 30.0 37.5 34.2 31.8 28.3 33.2 40.9 32.8
1953
Población total 787,765 112,333 229,576 26,755 21,600 32,891 423,155 1,210,920 5,829,029
Buscando trabajo 9.0 11.5 8.7 16.7 11.7 12.0 10.2 9.4
8.4
Tasa de actividad (%) 55.0 52.4 54.8 50.6 52.8 44.7 37.9 41.0 35.3
Nota 1: La población a la que se hace referencia en el cuadro, para el censo de 1899, es la población de 10 años y mayores.
Para el resto es 14 años y más.
Nota 2: No se encontraron datos para los censos de los años 1931y1943.
Nota 3: La información del censo de 1953 obedece a una forma diferente de estudio de la ocupación. Se parte del concepto
de Población Económicamente activa.
(a) No aparece la información para este municipio en el Censo de 1907, porque está incluido en el municipio La Habana.

Fuente: Elaboración a partir del Anexo III.2.5.

En 1899, con el cese de la dominación española se registraba en todo el territorio nacional un 60.4%
de personas carentes de ocupación lucrativa, cifra que se muestra alta debido a la existencia de un
grupo de personas que estaban ocupadas a tiempo parcial (Ibídem). Como se observa en el Cuadro
III.2.2, casi dos quintas partes de los habitantes de Cuba tenían una ocupación lucrativa.

En el mismo cuadro se muestran las proporciones de personas que exhibían algún tipo de ocupación o
empleo que le ofreciera un sustento o ingreso, datos que indican que las proporciones de personas
con ocupaciones lucrativas son siempre más altas en el municipio de La Habana, representando en
1899 el 45.7% de su total de habitantes, más que en los municipios colindantes.

Dichas ocupaciones son más frecuentes en La Habana debido a la influencia predominante de la


población allí residente cuyas demandas de servicios son mayores y más diversificados por lo que
tiene más alta cantidad de personas dedicadas a diferentes oficios que el resto de los municipios

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analizados. Asimismo, se puede apreciar que Regla, en 1899 es el municipio con mayor porcentaje de
personas sin ocupación lucrativa con un 62.1%, seguido de Guanabacoa, con un 61.9%.

Para el año 1907, La Habana tenía una proporción del 46.7% de personas que se manifestaron tener
una ocupación lucrativa. En el resto de los municipios estudiados, el comportamiento de las cifras de
ocupación es bastante parecido al de 1899, así, por ejemplo, Santa María del Rosario se ubica este
año como el municipio con mayor cantidad de habitantes sin ocupación lucrativa, con un 65.3%,
seguido de Guanabacoa, con 64.2%. Si se hace una comparación de la situación de Cuba en cuanto a
la ocupación, entre los Censos de 1899 y 1907, se pondrá de manifiesto que el porcentaje de
habitantes sin ocupación lucrativo aumentó, del 60.4% al 62.3% de sus habitantes.

En 1919, el número de personas con ocupaciones lucrativas en Cuba era de 948 mil 841, cifra que
representaba el 32.8% del total de habitantes del territorio nacional. Si se compara con los censos
anteriores, los resultados serán que en 1907 esta proporción era mayor, representando el 37.7% de la
población, y en 1899 era aún más grande, con un 39.6%. En este año el municipio de La Habana
registró un 56.9% de habitantes sin ocupación lucrativa. Mientras, Santiago de las Vegas se situó
como el principal en términos de mayor porcentaje de personas en esta situación, con 71.7%, seguido
de Guanabacoa con 70% y Santa María del Rosario con 68.2%.
La manera en que podía ser analizada la participación de la población en la actividad económica
mediante los censos, tanto en el período colonial como en el republicano, dista mucho de ofrecer una
visión adecuada de la incorporación de las personas a los medios de obtención de su sustento. No
solo hay dificultades que se ponen en evidencia con respecto a las edades de incorporación a la vida
laboral, sino también lo relativo al tiempo de trabajo. Los censos más modernos, promovidos en la
quinta década del siglo XX trataron de resolver algunas de estas dificultades.
El censo de 1953, el último de la época republicana, incorporó el concepto de Población
Económicamente Activa para recoger información sobre la participación de los sujetos en la vida
económica. En el Cuadro III.2.2 se incorporan los porcentajes de población de 15 años y más en la
actividad económica y dentro de esta cifra, se encuentran los individuos que buscan trabajo porque lo
han perdido, lo que permite arribar a un porciento aproximado del desempleo.
En el cuadro, la población cubana muestra un porcentaje de población económicamente activa con
respecto a la edad de 15 años y más relativamente bajo, y un por ciento de personas que buscaban
trabajo del orden de 8%, mientras que el porcentaje de desempleo en el municipio de La Habana era
de 9%. Regla muestra los más altos por ciento de desempleo.
Las informaciones que sobre las características de la población en el período republicano se han
ofrecido, demuestran también el efecto acumulado de la inmigración internacional sobre la
conformación de las características de la población residente durante las primeras décadas del siglo
XX. Asimismo, la pérdida de la condición de Cuba como país de inmigración a partir de la década de
1930 y las huellas que dejaron las repercusiones de las dos guerras mundiales sobre la población y la
dependencia económica de la población cubana, constituyen elementos que lastraron el desarrollo
demográfico del país.

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III.3. Las características de la población en el período revolucionario a través de sus


censos

“…Si nosotros no nos ocupamos de desarrollar el interior del país, si nosotros no llevamos a cabo una
política de crear condiciones que hagan agradable la vida en el interior del país, el fenómeno de querer
mudarse para La Habana seguirá manteniéndose y el problema de la capital será cada vez peor…”
FIDEL CASTRO RUZ,1966.

El comandante Fidel Castro, el 16 de octubre de 1953 fue llevado ante los tribunales para ser juzgado
por los sucesos del ataque al Cuartel Moncada. Al presentar su alegato de autodefensa, donde
justificaba sus acciones y planteaba sus planes para Cuba, Fidel presenta los principales problemas
existentes en el país: “el problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la
vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del
pueblo; he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente
nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política” (Castro
Ruz, Fidel, 1967, 38 y ss.).

A partir del triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959 y hasta principios de 1961, se
tomaron numerosas medidas y se aplicaron leyes que daban cumplimiento a lo planteado por Fidel en
aquel juicio; entre estas se pueden citar: “la reforma agraria, la reforma integral de la enseñanza y la
nacionalización del trust eléctrico y el trust telefónico, devolución al pueblo del exceso ilegal que han
estado cobrando en sus tarifas y pago al fisco de todas las cantidades que han burlado a la hacienda
pública” (Ibídem), todo ello con el objetivo de lograr la independencia económica, soberanía política,
democracia y justicia social en la sociedad cubana.

El triunfo revolucionario marcó un cambio importante en la dinámica demografía del país y en las
características sociales y económicas de la población cubana como consecuencias de las
transformaciones contenidas en el Programa del Moncada y de la aplicación de un modelo de
desarrollo social diferente. Dichas trasformaciones consistieron, en primer lugar, en la existencia de un
programa de desarrollo único y en la erradicación de todo el régimen político anterior al triunfo de la
Revolución. De esta manera se fueron aprobando las leyes para dar cumplimiento al Programa del
Moncada a través de las leyes de Reforma Agraria y de Reforma Urbana, la nacionalización de la
banca e inversiones extranjeras, la confiscación de propiedades mal habidas o abandonadas por sus
dueños la garantía de servicios gratuitos como la educación a todos los niveles y la salud, entre otras.

A diferencia de los otros períodos, por ejemplo, el peso del crecimiento natural empieza a tener mucha
más importancia, cuestión que no sucedió en el período colonial, y, además, producto del diferendo
político entre Cuba y Estados Unidos que surgiría desde el mismo momento del triunfo revolucionario,
comenzaron a manifestarse con mayor énfasis las emigraciones hacia el exterior desde los primeros
años del triunfo rebelde.

En los últimos 60 años de Revolución, se han levantado cuatro censos de población entre los años
1970 al 2012. El triunfo de la Revolución y todas las tareas que trajo consigo no permitió llevar a cabo
un censo en la década del 60, como era de esperar, dado que se cumplían diez años desde el censo
anterior de 1953. El énfasis se puso entonces en implementar un sistema de recopilación de
estadísticas demográficas que proporcionara información periódica anualmente, a la vez que ir
ganando experiencia para llevar a cabo el censo de 1970. A partir de ese entonces, los censos
levantados se convirtieron en la principal investigación estadística de Cuba con un nivel mayor de

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detalle y con datos a nivel de divisiones política administrativas mayores, es decir provincias y
regiones, cuando las hubo, y también menores, como los municipios.

Los autores han tratado de analizar las características de la población, tal como se hizo en el período
colonial y en el de la república; lógicamente, en la medida en que se avanzó en el tiempo, hay
información disponible con mayor certeza y profundidad. En el análisis del estado de la población a
través de los censos, en este período revolucionario, al igual que se hizo en los epígrafes anteriores,
se ha tratado de caracterizar la población de la ciudad de La Habana a partir de los censos de 1970,
1981, 2002 y 2012.

Como ya se manifestó, los censos, al ser una investigación costosa, se recomienda sean levantados
con una periodicidad de 10 años, para que de esta manera se puedan obtener datos lo más
suficientemente actuales y se garantice una mejor comparabilidad de los mismos, a nivel del propio
país y con otros países. En el caso de Cuba, no siempre se ha podido lograr dicho lapso de tiempo,
debido a los cambios en el contexto político y económico cubano a partir de la desaparición del campo
socialista europeo y el recrudecimiento del bloqueo de EEUU, que trajeron aparejado la crisis de los
años 90 del pasado siglo.

El fenómeno de las migraciones externas e internas durante el período analizado y sus


repercusiones en La Habana

Como antes fue analizado, Cuba se convirtió en país de emigración desde la década de 1930, luego
de haber experimentado grandes contingentes de inmigrantes, peninsulares, africanos, antillanos,
asiáticos, a lo largo de más de 500 años de conquista por el imperio español. ´

En los primeros años del triunfo de la Revolución prácticamente por cada tres personas que se iban
hacia el exterior del país, dos lo hacían desde la antigua provincia de La Habana, tal como se
demuestra a partir de la observación de las estadísticas demográficas del saldo migratorio externo a
nivel de Cuba y de la antigua provincia de La Habana (JUCEPLAN, Anuarios 1965 al 1970). Este
hecho es un resultado de la existencia de personas antes residentes en la antigua provincia, y en
especial en la capital, que estaban muy comprometidas con el régimen de Batista; además, que una
parte importante de los terratenientes y la gran oligarquía afectada por las primeras leyes
revolucionarias eran residentes en la ciudad de La Habana.

Con el propósito de alentar la emigración cubana hacia el exterior, la política de inmigración de


cubanos a los Estados Unidos se rige desde 1966 por la Ley de Ajuste Cubano, que esencialmente
expresa que cualquier persona que salió ilegalmente de Cuba y entró a los Estados Unidos
(incluyendo sus aguas continentales) estaría autorizada a obtener la tarjeta de residencia permanente
un año después, hecho que no ocurre con otras minorías que llegan a EEUU y que resulta un
tratamiento diferencial (Aja Díaz, Antonio, 2000).

Durante el período revolucionario Cuba ha visto limitado su proceso de transformaciones debido al


diferendo político existente con los diferentes gobiernos de Estados Unidos, que no cesan de
obstaculizar el desarrollo del país por varias vías, una de ellas ha sido a través de la política migratoria
externa. Además del fomento y estímulo a la emigración desde Cuba hacia Estados Unidos, se
mantiene desde principios de la década del 60 el bloqueo que limita el desarrollo socioeconómico de la
población cubana.

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Un hecho que marcó la emigración hacia Estados Unidos, además de los eventos de Camarioca y
Mariel, se produjo entre julio y agosto de 1994, conocida como Crisis de los Balseros; un
acontecimiento motivado por la política del gobierno de Estados Unidos, cuyo objetivo era
aprovecharse de la difícil situación económica por la que atravesaba la isla tras la desintegración del
campo socialista y el recrudecimiento del bloqueo a Cuba. Los Estados Unidos lanzaron una campaña
dirigida a incentivar la ilegalidad y la desobediencia civil, unida a los múltiples secuestros armados de
embarcaciones La crisis de los balseros respondió principalmente a la aguda situación de dificultades
económicas que vivía el país a partir de la desaparición del campo socialista europeo y del Consejo de
Ayuda Mutua (CAME) entre esos países y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense contra
Cuba, dicha situación económica implicó una reducción de las importaciones hacia Cuba del orden de
75% y del PIB en un 35% en el cuatrienio de 1989 a 1993, y manifiesta de forma nítida la definición de
una emigración económica y de reunificación familiar (Benítez Pérez, María Elena, 2009, 14).

Todas estas acciones condujeron a un aumento en el número de inmigrantes externos cubanos. Con
la última Encuesta Nacional de Migración realizada por el Centro de Estudio de Población y Desarrollo
de la ONEI en el 2016 (OFICINA NACIONAL DE ESTADISTICA E INFORMACIÓN, 2018) se obtuvo
información por primera vez sobre la migración externa a nivel de una encuesta de hogares, reflejando
sus causas, los principales lugares de destino, etc. Además, se realiza un análisis de la inmigración
interna y los efectos beneficiosos en los territorios receptores a mediano y a largo plazo, debido a los
altos niveles de envejecimiento como, por ejemplo, La Habana, ya que la llegada de personas en edad
laboral, con nivel y alguna experiencia laboral, resultan un recurso importante para contrarrestar no
sólo el proceso de envejecimiento y los déficits que origina su emigración externa. Los movimientos
migratorios internos también pueden aliviar tensiones en los lugares de emisión donde la oferta de
empleos puede ser más limitada.

El índice de masculinidad a través de diferentes censos del período revolucionario

Como se expresó en epígrafes anteriores, el índice de masculinidad, indicador que sirve para describir
la composición de la población por sexos, relaciona mediante un cociente la existencia de personas del
sexo masculino con respecto a las del sexo femenino.

La población de la actual provincia de La Habana, presentaba valores de este índice de 942 y 955
varones por cada 1000 hembras respectivamente. Para 1981 disminuye el índice significativamente
con respecto a los años anteriores, manteniéndose de manera estable por debajo de mil en los años
posteriores.

Comparando Cuba en general con La Habana, el índice ha aumentado a partir de 1953 hasta 1970, y
después empieza a disminuir desde 1981 a 2012 obteniendo en este último año, 995 hombres por
cada 1000 mujeres. El censo que presentó mayor índice es el de 1970 de manera general para Cuba
con 1052 hombres por cada 1000 mujeres. Como ya se observó la tendencia a nivel de Cuba del
índice de Masculinidad, ha ido disminuyendo con el paso de los censos de este período.

A diferencia de los períodos colonial y republicano, el índice de masculinidad de la población de Cuba,


se sitúa con valores algo superiores a mil personas del sexo masculino con respecto a la población del
sexo femenino y ha mantenido una tendencia a la disminución, no así en La Habana donde se
mantiene estable ese indicador en los tres últimos censos.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Los valores del índice de masculinidad reflejan un comportamiento diferencial según se trate de los
municipios capitalinos situados al centro49 de la provincia como de los llamados municipios periféricos
ubicados alrededor del centro.

En general, los valores del índice de masculinidad de los municipios capitalinos del centro son
menores que los valores que presentan las poblaciones de los municipios periféricos, lo que evidencia
que la población femenina predomina en el centro con respecto a la población masculina.

FiguraIII.3.1. Índices de Masculinidad en los censos del período revolucionario (1970- 2012)

Fuente: Cálculos de los autores a partir del Anexo III.3.1.

La mayor diversidad de empleos en el sector terciario de la economía y la más alta presencia de


población femenina más envejecida en los municipios capitalinos del centro de la ciudad, explican el
mayor predominio de población femenina en el centro de la capital.

La figura y cuadro estadístico que se acompañan, muestran como tanto los municipios capitalinos de la
periferia y del centro de la misma, muestran la tendencia a exhibir los últimos, valores por debajo de
1000, pero más altos los exhibidos por los municipios periféricos, pues en ellos hay mayores espacios

49
Los autores han considerado como municipios del centro de la capital a Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana
Vieja, Regla, Diez de Octubre y Cerro, mientras que el resto se clasificaron como municipios de la periferia. Esta distinción se
acerca un poco a lo que en el período colonial y republicano se concibió como el espacio geográfico que ocupaba la
jurisdicción de La Habana y durante la etapa republicana, el término municipal de La Habana. Los actuales municipios
periféricos se asemejan algo a las jurisdicciones y términos municipales de Santiago de las Vegas, Santa María del Rosario y
Guanabacoa.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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geográficos que sirven de asiento a la población inmigrante interprovincial que recibe la ciudad, cuyos
efectivos son algo más jóvenes.

La población según grupos de edades a través de los diferentes censos del período
revolucionario

La figura que se acompaña y la información dispuesta en los anexos, muestra que el 54% de la
población cubana se concentra en las edades comprendidas entre los 15 a 59 años. Esta población va
aumentando favorablemente en el transcurso de los años censales, pero el proceso de envejecimiento
que viene acentuándose hará que el porciento de la población en ese grupo de edad comience a
disminuir para alimentar la población de 60 años y más, como lógica consecuencia del proceso de
envejecimiento de la población cubana.

Figura III.3.2. Proporción de población por grupos de edades en los censos de 1970 a 2012

Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos de los censos de población de 1970, 1981,2002 y 2012 que aparecen en el
anexo III.3.2.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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En los municipios del centro existe un mayor por ciento de la población envejecida residente en el
grupo de edad de 60 años y más con respecto a La Habana en su conjunto a diferencia de los
municipios periféricos.

El grupo de edades de 0 a 14 años va disminuyendo a medida que pasan los años mientras el grupo
de 60 años y más va aumentando, propio de un país de población envejecida debido a la disminución
de la fecundidad por debajo del nivel de reemplazo desde al año 1978.

Se muestran cuatro pirámides que representan la estructura por edades simples según cada sexo de
la población residente en la provincia de La Habana en los censos de 1981, 2002 y 2012.

Figura III.3.3. Estructura de la población por grupos simples de edad y sexos en La Habana
según los censos de 1981, 2002, 2012 y cálculo para el 2018

Año 1981 Año 2002

Año 2012 Año 2018

Fuente: Censos de los años 1981, 2002 y 2012 y cálculos realizados por el CEPDE para el año 2018.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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En ellas se muestra cómo se va acentuando desde 1970 hasta el 2012 el proceso de envejecimiento
de la población, como resultados de las políticas concebidas para elevar el progreso social de la
población, y en particular, de las féminas. Dichas políticas, superación y altos niveles de calificación,
acceso a la asistencia médica integral gratuita, promoción de la incorporación al empleo, entre otras,
conllevaron a la disminución de la fecundidad hasta valores por debajo del reemplazo50. Se produjeron
poco a poco contracciones de los efectivos poblacionales en las primeras edades representadas por
las barras inferiores de las pirámides (proceso de envejecimiento por la base de las pirámides),
fenómeno más acentuado en las áreas más urbanizadas.

Las pirámides muestran también el engrosamiento de los efectivos situados en la cima o cúspide de
las mismas (envejecimiento por la cúspide), en la medida que la disminución de la fecundidad va
acompañada por el aumento de la esperanza de vida, tal como sucede en toda Cuba.

De igual manera se observa en las pirámides capitalinas cierto engrosamiento de las barras que
representan a la población femenina, que como ya se expresó, superan en número a los efectivos
masculinos, a causa de la tendencia general de la sobremortalidad masculina y de migraciones
internas diferenciales por sexos.

Población según color de la piel en los censos seleccionados

En el censo de 1981, Cuba presenta un 66,1% de la población con color de la piel blanco, siendo este
el mayor dato registrado con respecto al resto de los censos cubanos del periodo.

La Habana, con respecto a Cuba y a los municipios periféricos reflejan un por ciento ligeramente
inferior de población blanca que ha ido disminuyendo con el paso de los años a costa del aumento de
las proporciones de población mestiza, ya que la población blanca en el año 1981 era de 63,2% y en el
2012 de 58,4%.

Las proporciones de población mestiza tienden a aumentar en La Habana y en los municipios del
centro y de su periferia a través de los años censales. Las más altas proporciones de población
mestiza se concentran en los municipios del centro de la capital.

50 Valores insuficientes del nivel del reemplazo demográfico se alcanzan cuando la población femenina al término de su vida
fértil tiene como promedio menos de 1 hija por mujer, indicador este que se puso de manifiesto en Cuba a partir de 1978.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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Figura III.3.4 Porcentaje de la población según el color de la piel en los censos de 1981 a 2012

Fuente: Gráfico elaborado a partir de los datos de los censos de población de 1981,2002 y 2012 que aparecen en el anexo
III.3.3.

Población según la condición de actividad en los censos del 2002 y 2012

Para analizar la participación de la población en la actividad económica se acostumbra a emplear el


concepto de población económicamente activa (PEA)51 que reúne a todas las personas de cualquier
sexo que, en teoría, cubren la oferta de trabajo para la producción de bienes y servicios, tal como la
define el sistema de cuentas nacionales y balances de las Naciones Unidas para un período de tiempo
dado que se emplea como referencia. Este concepto incluye a las personas empleadas y a las que no
tienen trabajo y lo están buscando.

En la estructura por edades de la población hay grupos de edades que se consideran marginales con
respecto a la ocupación y suelen estar comprendidos en las edades de 15 a 19 años y de 60 años y
más, o sea, los grupos donde se concentran la mayoría de las personas que habitualmente no
trabajan, y, por tanto, aportan muy poco a la actividad laboral. Esto implica que, en el análisis general
de la población a nivel social según su condición de actividad, los mayores porcientos se concentren
en las edades de 25 a 59 años.

En los censos cubanos levantados antes del siglo XXI, es muy probable que la cantidad de población
ubicada en las llamadas edades marginales de la participación de la población ante la actividad
económica fuera mayor, debido a que no existían medidas legales para el arribo de la población joven

51
Comprende a las personas de 15 años de edad y más ocupadas y a las que buscan trabajo porque lo han perdido o lo
hacen por primera vez

77
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

al empleo y la retirada del mismo en las edades más envejecidas. A partir del triunfo de la revolución,
la población infantil dispone de educación universal gratuita y tiene, por ello, la obligación de estar
insertada en la enseñanza educacional hasta el nivel medio superior. La población adulta de mayor
edad, con más de 60 años, en el caso de las mujeres, y 65 años en los hombres, dispone de seguros
sociales con pensiones vitalicias al término de la edad legal de su jubilación.

En las figuras que se insertan se muestran las tasas de actividad52 y de desocupación de la población
de ambos sexos en el censo de 2012 de Cuba, La Habana y el conjunto de sus municipios del centro y
periferia. La fuente de las figuras aparece en el Anexo III.3.4 y en ella se desestimó mostrarlas por
sexos separados, porque haría más dilatado el análisis de dichas tasas por grupos de edades, debido
al comportamiento diferencial de éstas por sexos.

Figura III.3.5 Indicadores relacionados con la participación de la población en la actividad


económica por grupos de edades en La Habana, sus municipios y Cuba en el censo de 2012

Fuente: Elaborado a partir de los datos de los censos de población de 2012 que aparecen en el anexo III.3.4.

El análisis del comportamiento de las tasas de actividad por grupos de edades a través del citado
anexo, pone de manifiesto que las que corresponden al censo del 2012 alcanzan mayores valores en
todos los grupos de edades que las del censo de 2002. Este comportamiento se repite en provincia de
La Habana, sus municipios del centro y de su periferia, al igual que en Cuba.

Otro rasgo que distingue este patrón de comportamiento es que el grupo de edad donde se concentran
las tasas de mayor valor es 40 a 44 años, cuestión que se cumple en La Habana, sus municipios del
centro y la periferia y en Cuba, por igual.

52Se refiere a la relación por cociente entre las personas activas, es decir, ocupadas y que buscan trabajo porque lo han
perdido o lo hacen por primera vez, con respecto a la población de 15 años de edad y más a nivel global o de un grupo de
edad determinado. Se expresan en por cientos.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Se aprecia, finalmente cierta tendencia a que, en los municipios capitalinos de la periferia las tasas de
actividad de la población más joven sean ligeramente mayores que las que muestra la población
residente en los municipios del centro, pero al alcanzar los 25 años pasan a ser los municipios del
centro los de mayor tasa de actividad. En todos los grupos de edades las tasas de actividad de La
Habana son ligeramente superiores a las del país.

Se han calculado también las tasas de ocupación53 por grupos de edades de la población ocupada de
ambos sexos, con respecto a la población económicamente activa de 15 años y más de edad o para
un grupo de edad dado en ambos censos, a nivel de la población de La Habana y sus municipios del
centro y la periferia y de la población cubana.

La tasa de ocupación54 para los dos años censales analizados, 2002 y 2012, en Cuba, La Habana, los
municipios del centro y los periféricos, se encuentra con valores que oscilan entre 90 y 100%,
concentrándose los mayores valores en los últimos grupos de edades, hecho que indica que la mayor
parte de las cifras del denominador de las tasas, se corresponde con personas ocupadas.

Finalmente se expresan las tasas de desocupación55que se refiere solo a las personas que buscan
trabajo. La tasa de desocupación es mayor para los grupos de edades más jóvenes.

Se observa que las tasas de desocupación en general han aumentado ligeramente entre uno y otro
censo, no se aprecian grandes contrastes a nivel de los municipios del centro con respecto a los de la
periferia excepto en los grupos de edades más jóvenes y que las tasas del país son inferiores a las de
La Habana.

Población según los sectores de la actividad económica en los censos del 2002 y 2012

Para los años censales de 1970 y 1981, la división política administrativa era diferente a la de los años
2002 y 2012. Es por ello que los autores obviaron la información anterior al censo de 2002 y tomaron
la decisión de agrupar los datos de la población ocupada por sectores de la actividad derivados de los
censos de 2002 y 2012, agrupándose los municipios habaneros en los dos conjuntos, centro y
periferia. En este análisis se determinó la población ocupada por sectores de la actividad económica,
es decir, a partir de las diferentes ramas de la actividad económica agrupándolas por sectores, es decir
primario, secundario y terciario.

53
Se refiere a la relación por cociente entre las personas realmente ocupadas con respecto a la población económicamente
activa, o sea, aquella que toma en cuenta a los ocupados y a todos los que buscan trabajo a nivel de la población de 15 años
y más o de un grupo de edad determinado. Se expresan en por cientos.
54 Se calcula dividiendo la población ocupada entre la población económicamente activa. Se expresa en por cientos.
55
Se calculan como el número de desocupados, personas que buscan trabajo, dividido entre la población económicamente
activa. Se expresan en por cientos.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

Cuadro III.3.1. Porcentaje de la población por sectores de la actividad económica según La


Habana y los municipios capitalinos del centro y la periferia en los censos del 2002 y 2012

Resto
Municipios
Municipios La Habana Cuba
del Centro
AÑOS CENSALES periféricos

2002
Población Total 100.0 100.0 100.0 100.0
Primario 1.4 3.6 2.8 22.1
Secundario 17.5 20.3 19.3 19.8
Terciario 77.9 73.0 74.9 55.6
No Especificado 3.2 3.1 3.1 2.5

2012
Población Total 100.0 100.0 100.0 100.0
Primario 1.7 4.2 3.3 22.0
Secundario 14.4 16.1 15.5 15.8
Terciario 79.9 75.2 76.9 59.7
No Especificado 4.1 4.5 4.4 2.5

Fuente: Cálculos de los autores a partir del Anexo III.3.5a.

Las proporciones de población ocupada en el sector terciario de la actividad económica son


notablemente más elevadas con respecto a los que presenta la población ocupada en Cuba, sobre
todo en el censo de 2012. Ese es un comportamiento típico de las grandes ciudades donde se suelen
concentrar las actividades de prestación de servicios de todo tipo.

El mayor porcentaje de ocupados dentro del sector terciario de la actividad económica lo presentó el
municipio Plaza de la Revolución, tanto para el año 2002 como para el 2012, con un 84,4% y un 85,6%
respectivamente. En La Habana, la actividad terciaria se concentra mayormente en los municipios del
centro, lo que afirma que la vocación de la capital sigue siendo la de ofrecer servicios a la población
por encima de las proporciones que tiene Cuba en su conjunto.

Las proporciones de población ocupada en el sector secundario de la economía resultan muy


semejantes a la que muestra la población ocupada a nivel nacional y se concentran en los municipios
periféricos. El análisis de la actividad económica de la población ocupada en el sector secundario a
nivel de toda La Habana muestra una disminución del porcentaje de ocupados en ese sector en el
censo de 2012 con respecto al censo de 2002, ya que dichas cifras relativas pasaron de 19,3% en el
2002 a 15,5% en el año 2012. Las proporciones de población ocupada en este sector de la economía
son algo mayores en los municipios periféricos en ambos años censales, y sus porcentajes se sitúan
en 17,5% en los municipios del centro en el año 2002 y 20,3% en los municipios de la periferia,
mientras que en el censo del 2012 presentan porcentajes de 14,4% y 16,1%, en uno y otro tipo de
municipio, respectivamente.

Las proporciones de población residente ocupada en el sector primario de la economía, lógicamente


son las más bajas y se concentran en los municipios de la periferia situados al este de la capital, por
ejemplo, Guanabacoa y Cotorro, donde hay espacios propios para el fomento de actividades
agropecuarias.

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PARTE IV: PERSPECTIVAS DEMOGRÁFICAS DE LA POBLACIÓN


HABANERA
La Habana es un tesoro intemporal que nos concierne a
todos los que fuimos, los que somos y los que serán”.
LEAL SPENGLER, EUSEBIO, 2016

IV.1 Breve introducción metodológica sobre el trabajo de proyecciones para Ciudad de


La Habana (2019-2050)

Luego de haber caracterizado sociodemográficamente el poblamiento y la población de La Habana en


sus 500 años de existencia en los capítulos anteriores, resulta tentador preguntarse, ¿cómo será la
capital de todos los cubanos en el futuro?

Como todo trabajo de pronóstico, las proyecciones de población tienen determinado nivel de
incertidumbre, lo que depende del cumplimiento de las hipótesis elaboradas sobre el comportamiento
futuro de las variables que intervienen en el crecimiento de la población, a saber, fecundidad,
mortalidad y migraciones.

Otro elemento a considerar en estos pronósticos es el intervalo de tiempo transcurrido. Generalmente


la precisión del pronóstico mantiene una relación inversamente proporcional al tiempo transcurrido; en
otras palabras, cuanto más cerca se está del inicio de la proyección, más se parece a la realidad y
cuanto más alejado se está de ese momento, las distorsiones suelen ser mayores.

Además, se debe tener en cuenta durante la lectura de este capítulo, que se trata de una proyección
elaborada sobre la base de la tendencia mostrada en los últimos años por las variables del crecimiento
demográfico antes mencionadas.

Teniendo en cuenta los elementos mencionados en los párrafos anteriores, se pretende en esta parte
ofrecer un entorno sobre las características de la población habanera en una perspectiva cercana a los
30 años. Primeramente, se busca un acercamiento a lo que estaría sucediendo en el momento de la
conmemoración de los cinco siglos de su fundación y posteriormente, como estaría evolucionando
hasta el año 2050 en cuanto a tamaño de población, estructura por sexo y edades, y población en
edad laboral. También el análisis comprende la población económicamente activa y distribución de los
hogares según edad y sexo de sus jefes y según la cantidad de integrantes, pero limitado en este caso
hasta el año 2030, debido lógicamente al mayor margen de incertidumbre cuando se trata de
pronosticar aspectos de la población de carácter más cualitativo.

IV.2 Tamaño y características demográficas más generales de la población habanera:


un acercamiento al momento de la conmemoración de los cinco siglos de su fundación

Para noviembre de 2019 la población de La Habana estará en un entorno de 2 millones 127 mil
habitantes, de los cuales el 52,1 % será del sexo femenino. Expresado a través de la razón o índice de
masculinidad, habrá 991 personas del sexo masculino por cada 1000 personas del sexo femenino.

En consonancia con el proceso de envejecimiento por el que atraviesa el país, en la capital la llamada
población adulta mayor, o sea con 60 años de edad y más, alcanzará la cifra de 466 mil personas, lo
que representa el 21,9 % del total y clasifica según su estructura etaria como una población

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envejecida. La edad mediana de la población, es decir aquella en la cual hay la misma cantidad de
población por encima y por debajo de la misma, debe ser de alrededor de 43,5 años.

El coeficiente de carga demográfica ofrece una idea de la presión que ejerce la población en edad
inactiva sobre los que están en edades activas56. Para la conmemoración del aniversario de la fecha
de fundación este indicador estaría en 559 inactivos por cada mil activos, lo que se considera todavía
una relación favorable en cuanto al potencial de aprovechamiento de los recursos laborales.

A lo largo del año 2019 se espera que ocurran 20 mil 800 nacimientos y poco más de 21 mil 600
defunciones, de modo que, desde el punto de vista del crecimiento natural, o sea, aquel que obedece
solo a la diferencia entre los nacimientos y las defunciones, la capital decrece en poco más de 800
habitantes. El saldo migratorio total, que toma en cuenta tanto las migraciones internas como las
externas, en cambio, es de signo positivo en una cifra cercana a 2 mil 500 personas de ganancia neta
por efecto de las mismas.

La población capitalina residente en edad laboral será de 1 millón 373 mil personas, mientras que su
población económicamente activa57 estará cercana a 1 millón 28 mil, para una Tasa de Actividad58de
56,2 %. El número bruto de años de vida activa59 que se espera tenga una persona residente en la
capital en ese momento del año 2019, será de 36,1 años, con 45,5 para los hombres y 28,2 años para
las mujeres.

En cuanto a la cantidad de hogares, se distribuirán por todo el territorio habanero un total de 715 mil,
de los cuales 414 mil 400 tendrían jefes de hogar del sexo femenino, para el 58 % del total de hogares.
Predominarán los hogares cuyos jefes tendrán 70 años y más de edad, siguiéndole los de 55 a 59
años y los de 50 a 54 por ese orden.

En cuanto al tamaño del hogar capitalino, se tiene que en el año 2019 la mayoría de los hogares
estarán integrados por dos y tres personas, que representan porcentualmente el 26,9 y 23,7 % del total
de hogares con esos tamaños, respectivamente. Llama la atención la alta proporción de hogares
unipersonales que ya hay en la ciudad con el 19,9 % del total de ellos para la fecha de la
conmemoración del aniversario de su fundación.

IV.3 Las proyecciones demográficas de la población de La Habana hasta el año 2050

En la perspectiva. la población de La Habana estará creciendo lentamente hasta el año 2023, en que
alcanzará su tamaño máximo de población con 2 millones 131 mil 600 habitantes. A partir de ese
momento comenzará a decrecer y para el 2043 su población será inferior a los 2 millones de
habitantes. Al arribar al 2050 se espera que la población de la capital esté en el entorno de 1 millón
900 mil habitantes.

56 Es la relación entre la suma de la población de 0 a 14 años y 60 años de edad y más, entre la población de 15 a- 59 años,
multiplicado por mil
57
Se define como la población de 17 años y más que está ocupada en la economía y la que busca empleo
58 Es la relación por cociente entre la población económicamente activa y la población en edad laboral, expresada en por

ciento.
59
Promedio de años que se espera alcance una persona formando parte de la población económicamente activa

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Cuadro IV.1. La Habana. Población proyectada 2019 - 2050

AÑOS DE PROYECCIÓN Población AÑOS DE PROYECCIÓN Población AÑOS DE PROYECCIÓN Población

2019 2,127,357 2030 2,112,448 2041 2,015,857


2020 2,129,046 2031 2,106,775 2042 2,004,166
2021 2,130,294 2032 2,100,493 2043 1,992,024
2022 2,131,196 2033 2,093,565 2044 1,979,732
2023 2,131,557 2034 2,085,591 2045 1,967,074
2024 2 131 054 2035 2,077,017 2046 1,954,090
2025 2,129,809 2036 2,067,890 2047 1,940,784
2026 2,127,815 2037 2,058,290 2048 1,927,159
2027 2,125,109 2038 2,048,230 2049 1,913,340
2028 2,121,766 2039 2,037,915 2050 1,899,293
2029 2,117,425 2040 2,027,106
Fuente: ONEI-CEPDE. Proyecciones de la Población Cubana 2015-2050; Cuba y provincias. La Habana, 2015

La estructura por sexo de la población de la capital, se mantendrá prácticamente constante hasta el


año 2050 con valores próximos al 52 % de población femenina con respecto al total. Sin embargo, en
su estructura por edades sucederán cambios significativos. De manera genera, la población de 0 a 14
años descenderá discretamente, mientras la de 15 a 59 lo hará marcadamente, desde un 64,1 % en la
actualidad hasta el 50,9 en el año 2050. En una proporción similar aumentará notablemente el peso de
personas de 60 años y más, que para los años finales de la proyección se aproximará al 36 %. Sin
dudas será todo un reto el hecho que uno de cada tres habaneros forme parte de la población adulta
mayor.

Cuadro IV.2. La Habana. Estructura de la población por grupos de edades seleccionados 2019-
2050

Año
Grupos de Edades
2019 2020 2030 2040 2050

Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0


0 - 14 14,0 13,9 14,3 13,5 13,3
15 - 59 64,1 63,7 55,2 52,7 50,9
60 y más 21,9 22,4 30,6 33,8 35,8
Fuente: ONEI-CEPDE. Proyecciones de la Población Cubana 2015-2050; Cuba y provincias. La Habana, 2015

Visto a través de las pirámides de edades se aprecia como la base de las mismas se mantiene más o
menos en la misma dimensión por mantenerse estable la proporción de población joven, o sea, de 0 a
14 años. En las edades de 15 a 59 años ocurre un estrechamiento porque se reduce su proporción,
mientras, por el contrario, en las edades de 60 años y más ocurre un ensanchamiento como
consecuencia del aumento de su proporción con respecto al total de la población.

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Figura IV.1. La Habana. Pirámides de población por grupos de edades y sexos para los años
2019, 2030, 2014 y 2050.

En correspondencia con lo antes expuesto, se espera un marcado descenso de la población en edad


laboral60, cifra que en la actualidad supera los 703 mil efectivos, pero se verá reducida a 540 mil en el
año 2050. Nótese que ocurre una reducción de casi 164 mil personas en edades laborales. Con
respecto a la población económicamente activa, que es la que realmente está vinculada a la actividad
productiva, la situación no parece crítica, pues si bien desciende, lo hace en apenas en 32 mil
personas.

En relación a la ocupación hay un hecho que parece paradójico, pues mientras la Tasa de Actividad
desciende hasta el 2030, los Años de Vida Activa aumentan. La explicación viene dada por el hecho,
de que si bien habrá menos personas ocupadas, las que estén trabajarán en promedio más años que
en la actualidad.

60
Población de 17 a 64 años en los hombres y de 17 a 59 en las mujeres

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Cuadro IV.3 La Habana. Tasa de Actividad (%) y Número Bruto de Años de Vida Activa (años),
2019 - 2030

Tasa de Años de Tasa de Años de Vida


AÑOS DE PROYECCIÓN Actividad Vida Activa AÑOS DE PROYECCIÓN Actividad Activa

2019 56,2 36,1 2025 56,2 37,5


2020 56,3 36,4 2026 56,1 37,7
2021 56,4 36,6 2027 55,9 38,0
2022 56,4 36,8 2028 55,8 38,2
2023 56,4 37,1 2029 55,6 38,4
2024 56,3 37,3 2030 55,6 38,6
Fuente: ONEI-CEPDE. Proyecciones de la Población Económicamente Activa 2015-2030; Cuba y provincias. La Habana,
2016

En cuanto a la conformación de los hogares se va a registrar una concentración aun mayor de jefes de
los mismos en las edades más avanzadas.

Más del 29 % de los hogares estarán encabezados por personas de 70 años y más, al que sigue el
grupo de 65 a 69 y 60 a 64 años, por ese orden. De conjunto, que el 43,5 % de los hogares tendrán en
el año 2030 un jefe de hogar adulto mayor.

Resulta conveniente resaltar que en el 2019 la proporción de estos hogares, cuyos jefes serán del
sexo femenino, estará en el orden de 58,1%, cifra que para el 2030 se eleva ligeramente hasta
alcanzar el 59,8%.

Cuadro IV.4. La Habana. Cantidad de hogares según edad y sexo del jefe del hogar, 2019 y 2030

2019 2030
Grupos de Edades Población Población
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Total Total
Total 714,910 300,504 414,406 743,699 293,152 450,546
15-19 2,171 986 1,184 1,768 832 936
20-24 9,697 4,404 5,293 6,629 3,127 3,502
25-29 20,464 8,737 11,726 13,685 5,555 8,130
30-34 32,592 13,634 18,958 25,109 9,723 15,386
35-39 33,365 14,175 19,190 32,660 12,099 20,561
40-44 44,751 18,805 25,946 43,780 16,254 27,526
45-49 71,761 29,147 42,614 42,859 15,076 27,783
50-54 90,962 38,017 52,945 50,102 19,422 30,680
55-59 97,996 42,200 55,796 80,812 31,674 49,138
60-64 73,638 32,335 41,304 107,317 44,500 62,818
65-69 71,747 31,551 40,196 120,278 51,131 69,147
70 y + 165,766 66,512 99,254 218,699 83,760 134,939
Fuente: ONEI-CEPDE. Proyecciones de los Hogares cubanos 2015-2030. La Habana, 2016

Finalmente resulta interesante conocer que la distribución de los hogares según la cantidad de
integrantes del mismo no presenta mucha variación entre su estructura actual y la que se espera que
tenga en el 2030.

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Los hogares con dos y tres personas seguirán concentrando más de la mitad del total, siguiéndole en
importancia los hogares unipersonales. Uno de cada cinco hogares habaneros está conformado en la
actualidad por un solo integrante y así se mantendrá hasta el año 2030.

Cuadro IV.5. La Habana. Distribución de los hogares según cantidad de integrantes, 2019 y 2030

Tamaño del Hogar 2019 2030

1 19,9 20,0
2 26,9 27,5
3 23,7 22,8
4 15,7 15,2
5 7,7 7,9
6 3,3 3,5
7 y más 2,8 3,0
Fuente: ONEI-CEPDE. Proyecciones de los Hogares Cubanos 2015-2030. La Habana, 2016

En resumen, luego de cumplir sus quinientos años de fundada, La Habana, no escapa a la dinámica
demográfica general por la que atraviesa el país, caracterizada en lo fundamental por crecimientos
demográficos bajos con tendencia a decrecer, acelerado proceso de envejecimiento y elevados niveles
de envejecimiento. De mantenerse las tendencias actuales el envejecimiento demográfico es y será
un elemento presente en todos los sectores de la sociedad habanera.

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CUATRO IDEAS CENTRALES EN UNA SUERTE DE CONCLUSIÓN


Los autores no se resignan a ofrecer conclusiones en este ejercicio de investigación, pero no del tipo
de aquellas indagaciones que parten de presupuestos o hipótesis que necesitan de la demostración y
su validación en la fase conclusiva.

Se desea sobre todo dejar expuestas algunas ideas centrales que recorren muchos de los pasajes que
se han descrito a lo largo de esta investigación, una de las cuales debe ser valorada como un rasgo
distintivo de la fase en que se encuentra la población de La Habana desde el punto de vista
estrictamente demográfico.

• La población actual de La Habana al momento del 500 aniversario de su fundación, está en franco
proceso de envejecimiento, sin lugar a dudas de naturaleza irreversible y que no obedece a
fenómeno inusual alguno, sino que ha llegado hasta este estadio como parte de la evolución
histórica de sus tendencias demográficas. Pero el contexto político en que este fenómeno tiene
lugar, hace que las consecuencias para la población envejecida y la población en edad laboral
sobre la que descansan los rigores del trabajo cotidiano, sean un aspecto importante a considerar
bajo las condiciones actuales del desarrollo económico del país.

Pero hay otras ideas centrales a destacar:

• La población de la villa de San Cristóbal de La Habana se aprovechó con creces, sobre todo la
clase oligarca, de las ventajas del paisaje natural original que motivó el traslado del primer asiento
desde la costa sur a su situación actual. Su amplia, profunda y abrigada bahía, que la protegía de
sus enemigos, la corriente marítima del Golfo de México que baña sus costas y su posición
geográfica en la puerta del hemisferio americano, son elementos que explicaron también el
desarrollo de la ciudad y su gente. Su bahía y posición geográfica han sido determinantes en su
devenir histórico, económico y social por lo que la expresión “…es la llave del Nuevo Mundo,
mantiene vigencia aún en el ámbito de un mundo más globalizado”.

Como una consecuencia de las ventajas de su posición geográfica, la población de la villa primero y de
la ciudad años más tarde:

• Desarrolló a lo largo de su historia, una vocación terciaria de servir a los transeúntes que llegaban
como tripulantes de los navíos del sistema de flotas, proporcionándoles avituallamiento y
alojamiento a través de los siglos, hecho que constituye también rasgos propios de la idiosincrasia
desenfadada y abierta del habitante de la ciudad y de las poblaciones que miran al mar.
• Su población estuvo asediada, en sus inicios por corsarios y piratas, que la asaltaron y quemaron
en varias ocasiones, por las tropas de la Armada Naval inglesa que empleó dos meses para
tomarla, por los buques de guerra de los gobiernos interventores de los Estados Unidos que en
varias ocasiones anclaron en su puerto y por la inminencia de un ataque nuclear en los años de la
Crisis de los Misiles en la década de 1960. La ciudad de La Habana enfrenta desde hace cerca de
60 años, al igual que toda Cuba, el asedio y tenaz bloqueo del vecino país que comparte las aguas
de sus costas que son las mismas que bañan la bahía habanera.

José Martí escribió que “…la riqueza exclusiva es injusta, que sea de muchos…de los que honrada y
laboriosamente la merezcan”. Los habaneros de hoy, sin importar distingos de origen nacional,
celebran este aniversario de su fundación, trabajando para vencer las dificultades.

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
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ANEXOS

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POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
I DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
II DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
III DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
IV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
V DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
VI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
VII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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VIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
IX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
X DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XXXIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XL DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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XLIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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L DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXXI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXXII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXXIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXXIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXXVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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LXXXII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
LXXXIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XC DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
XCIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
C DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CIV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CV DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CVI DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
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CVII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CVIII DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS
POBLACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE LA HABANA:
CIX DESDE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HASTA LA CAPITAL DE TODOS LOS CUBANOS

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