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La caida del Imperio azteca En febrero de 1519, Hernan Cortés partié destle Cuba hacia la peninsula de Yucatan. El gober. rador de la isla, Diego Veltzquer de Cuellar, sospechaba de las grandes ambiciones del conquista. dlor y le prohibié abandonar la isl. Sin embargo, Cortés desobedecié la orden y se embarcé hacia tl continente, Para evitar el castigo, debia tener éxito en la expedici6n y convencer al rey Carlos dle que habfa actuado en beneficio de la Corona espafiola. Una ver en terra, Cortés fundé la ciudad de Veracruz, que le sirvi6 como base de operaciones para explorar el continente. Antes de ingresaren territorio mexica, conquistador entré en contac- tocon los tlaxcaltecas, que habfan combatido a os aztecas por cast un siglo. Estos feroces guerreros recibjeron alos europeos con hostilidad. Sin embargo, Cortés convencié alos lideres de Tlaxcala de tunirse a él para liberarse de los aztecas. La conquista de Tenochtitlan En noviembre de 1519, Cortés tuvo una audiencia con Moctezuma en la que le informé que debia someterse al rey de Espafia. El emperador azteca no opuso resistencia, pero igualmente fue apresado por los espatioles. Los conquistadores ocultaron la noticia ala poblacién de Tenochtitlén, pero las sospechas y el descontento hacia los europeos crecieron répidamente. En mayo de 1520, Cortés se alej6 de la capital azteca para hacer frente a una expedicion en su contra enviada desde Cuba. Durante su ausencia, sus subordinados confundieron un festival reli- gioso con los preparativos de un levantamiento y masacraron a los participantes. En consecuencia, Jos indigenas iniciaron una revuelta contra los europeos. Los espafioles obligaron a Moctezuma a exigir a sus sibditos que depusieran las armas, pero los aztecas ya no le hacian caso. Enton- ces, sus captores decidieron asesinarlo. Cuando regres6, Cortés reconocié que la situacién era insostenible y decidié marcharse. Sin embargo, los aztecas lograron atacar y matar a varios es- pafioles durante la llamada “Noche Triste” Los sobrevivientes lograron llegar a Tlaxcala y, desde alli, se prepararon para contraatacar. Durante ocho meses, los conquistadores y los tlaxcaltecas sitiaron Tenochtitldn, y la atacaron por tierra y desde el lago. Finalmente, en agosto de 1521, los aztecas fueron vencidos definitivamente. Los aliados americanos de Cortés Hernan Cortés conté con la ayuda de los na- tivos, que se sumaron a su expedicién como auxiliares y guerreros, Su colaboradora mas importante fue una mujer indigena de linaje no- ble, popularmente conocida como La Malinche. Ella se convirtié en la amante del conquistador y en su principal intérprete ya que, ademas de hablar las lenguas de los mayas y los az~ tecas, aprendié rapidamente a expresarse en castellano. © Hernén Cortés y La Malinche, segtin un grabado del siglo xv. La conquista del Pert Como muchos A i ee ects expat, Francisco Pizarro se sintié inspirado por la histo- cra ein Cortés Pore deci explora lsu dlcominentecone wen cen oso reino que los indigenas del Caribe llamaban “Biri area los expediciones en las. que él y sus hombres sufrieron ham- y les. No obstante, cuando legaron a la ciudad de Tumbes, en el extre- mo noroeste del actual territorio peruano, pudieron comprobar que el Tawantinsu era mucho mas que una leyenda. En. consecuencia, Pizarro, se dirigié a Espafia sua firmar una capitulacién que le otor ft nado1 gaba los titulos de i - rritorios que conquistara, aes La derrota de Atahualpa y la caida del Cuzco En esos afios, el Tawantinsuyu atravesaba una situacién critica: la guerra civil entre Atahualpa y Hudscar habia debilitado al Imperio y diezmado a su poblacién. Atahual- pa habia salido vencedor, pero el costo de la guerra habfa sido muy alto. Cuando Pizarro conocié esta situacién, quiso aprovecharla para apoderarse de Ja region. Entonces, ingresé al territorio incaico y envié emisarios para entrevistar- se con Atahualpa en Cajamarca. Asi, en septiembre de 1532, unos 200 espafioles al > Asesinato de Atahualpa a mani de Francisco Pizarro, ilustraci6 de Felipe Guaman Poma de Ayal ‘comienzos del siglo xv mando de Pizarro se ubicaron estratégicamente en la plaza central de la ciudad. Alli, se reunieron con Atahualpa, quien Ilegé rodeado de un séquito de 7.000 hombres. Los espaitoles intentaron convertir al emperador al cristianismo, para que reconociera la autoridad del rey de Espana. Sin embargo, el Inca rechaz6 la Biblia que se le entreg6. Pizarro, entonces, decidié apresarlo y ordend sii tropa que disparase contra los indigenas. : ~ atahualpa qued6 bajo custodia de los conguistadores, quienes pidieron un rescate de oro y pla taa cambio de suliberacién. Aunque recibieron los metales, los captores no liberaron al Inca, Por et contrario, decidieron ejecutalo , en noviembe de 1533, invadieron el Cuzco ce rnuerte de Atahualpa ya captura dela capital provocaron rebeliones en todo el Tawantin- es militares liderados por Manco Inca, el hermano menor de Atahualpa, organi- suyu. Algunos jel on varias dé- zaron un movimiento de resistencia que dur6 cadas, Los pueblos sometidos por los incas, en cambio, decidieron aprovechar la oportunidad para independi- zarse y se aliaron con los europeos. Cuzco estaba ubicada a 3.400 metros de altura y le- jos del mar. Por lo tanto, Jas comunicaciones entre los espafioles eran dificiles. Para solucionar ese proble- ma, Pizarro decidié instaurar una nueva capital. Asf, en 1535, ordené la fundacién de la ciudad de Lima. Sin embargo, pronto, surgieron luchas ent Jos con- quistadores que se disputaban el reparto del botin. En consecuencia, en junio de 1541, Pizarro resulté asesi- nado por el hijo de Diego de Almagro, un? de sus anti- guos colaboradores. antrales Las razones de la victoria europea Por mas de un siglo los poderosos ejércitos del Tawantinsuyu y el Imperio azteca habian log, do controlar vastas regiones. Por lo tanto, la derrota de los imperios americanos a manos de Peque. fios contingentes de soldados espaitoles que desconocian el terreno y estaban pobremente armadog sorprendié, incluso, a los propios europeos. Durante mucho tiempo, los historiadores sostuvieron que la existencia de antiguas profecia, que anunciaban la llegada de seres divinos que vivian mas alla del mar, habia limitado la resistencig de los indigenas. Segin esta explicacién, en un primer momento, los indigenas confundieron 3 los europeos con dioses y, por lo tanto, no supieron como defenderse. Un factor mas importante fue la superioridad técnica de los invasores. Las armaduras de ace ro de los europeos eran demasiado resistentes para las armas de los indigenas. Los espaitoles, ade. més, poseian armas de fuego. Aunque estas armas tenian un ritmo de disparo muy lento y eran imprecisas, provocaban ruidos y heridas que aterraron a los indigenas. También los atemorizaron los caballos, animales desconocidos por los habitantes originarios del continente. Ademis, los europeos y los americanos tenian distintas visiones de la guerra. Para los indigenas el ‘combate era una actividad ritual cuyo objetivo era obtener botin, demostrar poder y, en el caso de los aztecas, tomar prisioneros para realizar sacrificios. Los europeos, en cambio, se concentraban princi- palmente en derrotar a sus adversarios. Sin embargo, la principal causa de muerte de los indigenas fueron enfermedades como la vi- ruela, que los espaitoles trajeron involuntariamente desde Europa. Finalmente, los pucblos dominados y sometidos al pago de tributos por los incas y los aztecas aprovecharon la llegada de los europeos para rebelarse. Cortés y Pizarro comprendieron esa situa cién y establecieron alianzas ventajosas con esos grupos. LA TECNOLOGIA Elarcabuz Las armas de fuego hicieron su aparicién en los campos de bata- Mla europeos hacia el siglo xiv. Sin embargo, los primeros cafiones de mano fueron una decepcién porque eran imprecisos, lentos y dificiles de usar. Recién con la aparicién del arcabuz, un arma ‘que media casi un metro de largo y disparaba proyectiles esféricos de 20 milimetros de didmetro, las armas de fuego comenzaron a imponerse. Los arcabuces distaban de ser perfectos: las balas casi nunca acertaban al blanco y tenian un alcance maximo de solo 50 me- tros.Ademis, la pélvora debia mantenerse seca, lo cual era dificil cuando Hllovia o si la humedad era excesiva. No obstante, esas ar- mas revolucionaron la forma de hacer la guerra. Los proyectiles Veloces podian perforar las armaduras y el sonido de las explo- siones aterrorizaba a los caballos y,a veces, las tropas enemigas. Finalmente, usar un arcabuz era mucho més sencillo que un arco ¢ una ballesta: un soldado podia aprender a utilizarlo con eficacia F © Representacion de un arcabuce'® grabado de Jacob de Gheyn Il, |62

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