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Meiosis:

La reproducción sexual requiere, en general, de dos progenitores y siempre involucra


dos hechos: la fecundación y la meiosis.
La meiosis es un tipo esencial de división nuclear y
celular que evoluciona a partir de la mitosis y utiliza
en gran parte, los mismos mecanismos celulares. Sin
embargo, la meiosis difiere de la mitosis en algunos
aspectos importantes.
La mitosis puede ocurrir en células haploides y
diploides, mientras que la meiosis ocurre solamente
en células con un número diploide de cromosomas.
Cada organismo tiene un número de cromosomas
característico de su especie. Sin embargo, las células
sexuales o gametos tienen exactamente la mitad del
número de cromosomas de los gametos se conoce
como número haploide (“dotación simple”), y el de las
células somáticas, como número diploide (“dotación
doble”).
El número haploide se designa como n y el número diploide como 2n. La célula
diploide producida por la fusión de dos gametos se conoce como célula huevo o
cigoto.
En toda célula diploide, cada cromosoma tiene su pareja. Estos pares de cromosomas
se conocen como pares homólogos. Los dos se asemejan en características como el
tipo de información hereditaria que contienen. Uno de los cromosomas homólogos
proviene del gameto de uno de los progenitores y su pareja, del gameto del otro
progenitor. Después de la fecundación, ambos homólogos se encuentran presentes en
el cigoto.
En la meiosis, la dotación cromosómica diploide, que contiene los dos homólogos de
cada par, se reduce a una dotación haploide, que contiene solamente un homólogo de
cada par. Así, la meiosis compensa los efectos de la fecundación.
Además de mantener un número constante de cromosomas de generación en
generación, la meiosis es una fuente de nuevas combinaciones de material genético
dentro de los mismos cromosomas.
Fases de la meiosis:
Consiste en dos divisiones nucleares sucesivas, que dan como
resultado cuatro células hijas. Cada núcleo de estas células hijas
contiene la mitad del número de cromosomas presente en el
núcleo progenitor. Además, cada núcleo hijo recibe sólo un
miembro de cada pareja de cromosomas homólogos.
Durante la interfase anterior a la meiosis los cromosomas se han
replicado, por lo que, al comienza de la meiosis, cada cromosoma
está formado por dos cromátidas hermanas idénticas, unidas por
el centrómero. Al comienzo de la profase, los cromosomas
homólogos se acercan y se aparean, en un proceso llamado
sinapsis (“syn” “con”- “apsis” “punto de contacto”). Como cada
cromosoma consta de dos cromátidas idénticas, el apareamiento
de los cromosomas homólogos apareados se denomina tétrada.
Mientras los cromosomas homólogos están apareados, se
produce un entrecruzamiento, que consiste en el intercambio de
un segmento de un cromosoma por el segmento correspondiente
del otro cromosoma homólogo. En los puntos donde hay entrecruzamiento, un
fragmento de cromátida de un homólogo se rompe y se intercambia por un fragmento
de cromátida del otro homólogo. Las zonas de ruptura se separan, y las cromátidas
hermanas de cada cromosoma homólogo dejan de ser genéticamente idénticas.
Etapa de la meiosis:
La meiosis consiste en dos divisiones nucleares sucesivas, meiosis I y meiosis II. En la I
se aparean y luego se separan los cromosomas homólogos; en la II, se separan las
cromátidas de cada homólogo. A cada cromosoma de un progenitor le corresponde un
cromosoma homólogo del otro progenitor.
Al comienzo de la meiosis I, en la profase I, la cromatina se condensa y los
cromosomas se hacen visibles con el microscopio óptico. Los microtúbulos del huso se
organizan. Durante esta fase, desaparecen el nucléolo y la envoltura nuclear y, se
produce el apareamiento de los cromosomas homólogos y el entrecruzamiento.
A medida que avanza la profase, los homólogos de cada par comienzan a separarse
entre sí, excepto en las regiones de entrecruzamiento. Aquí, en los puntos de
entrecruzamiento, los homólogos permanecen en íntima asociación hasta el fin de la
profase.
En la metafase I, los pares homólogos se alinean en el plano ecuatorial de la célula. La
región del centrómero de cada homólogo se ha duplicado hacia el final de la metafase
y las fibras del huso se han asociado con los cinetocoros. En una célula animal están
presentes, además, centríolos y ásteres.
Durante la anafase I, los homólogos, cada uno formado por dos cromátidas hermanas,
se separan. Sin embargo, las dos cromátidas hermanas de cada homólogo no se
separan como ocurre en la mitosis.
En la telofase I, los cromosomas homólogos se han movido hacia los polos. Cada grupo
de cromosomas contiene ahora sólo la mitad del número de cromosomas del núcleo
original (es difícil establecer si un cromosoma que se ha duplicado, pero que no se ha
dividido, debe ser contado como uno o dos. Si una cromátida tiene su propio
centrómero, no asociado con el centrómero de su cromátida hermana, entonces
puede ser llamada cromosoma).
Dependiendo de la especie, pueden formarse o no nuevas envolturas nucleares y la
citocinesis puede ocurrir o no. En algunas células animales los centríolos también se
dividen en esta fase.
La meiosis II no está precedida por la duplicación del material cromosómico. Puede
haber una interfase corta durante la cual los cromosomas se desenrollan parcialmente,
pero en muchas especies la meiosis pasa de la telofase I directamente a la profase II.
Al comienzo de la segunda división meiótica, si los cromosomas están dispersos, se
condensan nuevamente.
Durante la profase II, las envolturas nucleares se desintegran y comienzan a aparecer
nuevas fibras del huso.
Durante la metafase II, los tres pares de cromátidas de cada núcleo se ordenan en el
plano ecuatorial; las fibras del huso se asocian una vez más con los cinetocoros y,
desde los polos, se extienden otras fibras del huso.
En la anafase II, al igual que en la anafase de la mitosis, las cromátidas hermanas se
separan una de otra. Cada cromátida, se mueve hacia uno de los polos.
Durante la telofase II, los microtúbulos del huso desaparecen y se forma una envoltura
nuclear alrededor de cada conjunto de cromosomas. Ahora hay cuatro núcleos en
total, cada uno de los cuales contiene el número haploide de cromosomas. Ocurre
entonces la división del citoplasma del mismo modo que después de la mitosis.
La meiosis en la especie humana:
En los seres humanos la meiosis tiene lugar en los órganos reproductores, los
testículos y ovarios, en el hombre y la mujer respectivamente.
En el hombre, las células diploides que experimentan las divisiones de la meiosis son
los espermatocitos primarios, cada uno de los cuales produce cuatro espermátides
haploides, que se diferencian en cuatro espermatozoides.
En la mujer, las células diploides que sufren división meiótica se llaman ovocito
primarios. Estas células también producen núcleos haploides, pero el citoplasma se
distribuye de modo desigual durante la citocinesis, tanto en la meiosis I como en la
meiosis II. De cada ovocito primario sólo se forma un óvulo, junto con dos o tres
corpúsculos polares. Estos contienen los otros núcleos resultantes de la meiosis y,
habitualmente, se desintegran. Como resultado de la división desigual del citoplasma,
el óvulo está bien provisto de ribosomas, mitocondrias, enzimas, nutrientes
almacenados y gran cantidad de moléculas importantes para el desarrollo del embrión.
Ovogénesis:
Es el proceso por medio del cual los ovocitos primarios se diferencian para
transformarse en ovocitos maduros.
Los ovocitos primarios están rodeados por una capa de células epiteliales planas y se
denominan folículos primordiales. Al momento del nacimiento, los dos ovarios
contienen aproximadamente 2 millones de ovocitos primarios que permanecen en
profase hasta que la mujer madure sexualmente. Luego, por influencia de las
hormonas, se reanuda la primera división meiótica de un ovocito primario y su
resultado es un ovocito secundario y un cuerpo polar. La primera división meiótica se
completa alrededor del momento de la ovulación. De los 2 millones originales de
ovocitos primarios, quedarán aproximadamente 400.000 en el comienzo de la
pubertad. Sólo 300 a 400 alcanzarán la madurez, aproximadamente cada 28 días hasta
la menopausia (50 años).
La maduración del ovocito implica tanto la meiosis como un gran incremento de
tamaño.
Cuando un ovocito primario está listo para completar la meiosis, la envoltura nuclear
se fragmenta y los cromosomas se mueven hacia la superficie de la célula. Cuando el
núcleo se divide, el citoplasma del ovocito forma una protuberancia. Un conjunto de
cromosomas pasa al interior de esta protuberancia que luego se estrangula y se separa
como una célula pequeña, el primer cuerpo polar. El resto del material celular forma el
ovocito secundario grande. La primera división meiótica se completa pocas horas
antes de la ovulación. La segunda división meiótica no ocurre hasta después de la
fecundación. Esta división produce el óvulo y otro pequeño cuerpo polar. El primer
cuerpo polar también puede dividirse, pero finalmente mueren todos.
Los ovocitos, junto con las células foliculares que los rodean, se desarrollan cerca de la
superficie del ovario. Las células del folículo suministran nutrientes al ovocitos en
crecimiento y también generan secreción de estrógenos. Durante las etapas finales de
su crecimiento, el folículo madura y se convierte en folículo de Graaf. Seguidamente se
mueve a la superficie y produce una ampolla, que por último se estalla liberando al
ovocito.
Espermatogénesis
Las células espermatogénicas pasan por varias etapas de diferenciación. Una vez que la
producción de espermatozoides empieza en la pubertad, continúa de manera
ininterrumpida.
En el momento del nacimiento, las células germinales son células grandes, pálidas y
rodeadas por otras de soporte, provenientes del epitelio celómico del testículo en la
misma forma que las células foliculares, se convierten en células de Sertoli.
Poco antes de la pubertad, en el momento donde se transforman los túbulos
seminíferos (precursores de los cordones testiculares donde se encuentran las
células), las células germinales primordiales dan origen las células precursoras de
espermatogonios. En intervalos regulares emergen células de esta población para
formar espermatogonios de tipo A, cuya producción marca el inicio de la
espermatogénesis. Estas células pasan por pocas divisiones mitóticas para constituir
clones de células. La última división celular produce espermatogonios de tipo B, que
luego se dividen formando espermatocitos primarios. Éstos entran en una profase
prolongada, acompañada de una complementación rápida de la meiosis I y la
producción de espermatocitos secundarios. Durante la segunda división meiótica
comienzan a formarse espermátidas haploides. De esta manera los descendientes de
un solo espermatogonio de tipo A forman un clon de células germinales que
mantienen contacto a lo largo de la diferenciación. Más aún, durante su desarrollo los
espermatogonios y espermátidas permanecen en el interior de las cavidades
profundas de las células de Sertoli, dando sostén y protección a las células germinales,
participan en su nutrición y colaboran con la liberación de los espermatozoides
maduros.
La espermatogénesis está regulada por la producción de la hormona LTH. La hormona
FSH también es de gran importancia.
-Espermiogénesis:
Es la serie de cambios que transforman las espermátidas en espermatozoides:
-formación del acrosoma
-condensación del núcleo
-formación de cabeza-cuello-cola
-desprendimiento de la mayor parte del citoplasma como cuerpos residuales que son
fagocitados por las células de Sertoli

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