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Ii.-Fundamento Y Garantía Constitucional Del Derecho Administrativo
Ii.-Fundamento Y Garantía Constitucional Del Derecho Administrativo
Los elementos definitorios de este concepto deben tenerse en cuenta en dos sentidos:
Elemento subjetivo
En primer lugar, cualquier poder público tiene como base a una colectividad obligatoria,
dato importante que nos permite distinguir esta colectividad social de otros fenómenos
distintos de agrupación social, como por ejemplo, las asociaciones.
Esto significa que cualquier poder público está vinculado con un fin, al que tiene que
servir y, si el poder público no cumple este fin, entonces pierde su legitimidad.
Elemento funcional
Para cumplir estos fines, el poder público tiene obligaciones, en particular frente a los
miembros de la colectividad y, al mismo tiempo, tiene poderes, potestades, derechos. La
confusión de esta definición es que lo que pretende el estado de derecho cuando exige
que la administración se configure como un poder público es conseguir la vinculación de
esta administración a unos fines.
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Las potestades se pueden clasificar de muchas maneras:
a) En función de su NATURALEZA
Legislativa: También se define por una cierta irresistibilidad, caracterizada por tener
una presunción iuris tantum de constitucionalidad, pero esta potestad se somete a
la constitución y al control del tribunal constitucional.
Administrativas: Tienen los efectos más débiles que los anteriores, es decir, estas
potestades se imponen a todos menos a los otros poderes públicos y, además,
estas potestades, cuando se imponen a los particulares, se imponen con una
presunción de legalidad iuris tantum, es decir, que se puede destruir.
Judicial: Se define, en principio, por producir unos efectos jurídicos que se imponen
únicamente a las partes y por una presunción de legalidad iuris et de iure. Se trata,
por tanto, de una presunción inatacable. Nadie, ni siquiera el legislador, puede
modificar los efectos de esta potestad.
De acuerdo con este criterio se pueden distinguir las potestades de carácter innovador,
es decir, las que cuando se ejercen modifican el ordenamiento jurídico o la situación de
los particulares, por ejemplo la potestad exculpatoria y en segundo lugar hay que
distinguirlas de las potestades de carácter conservador que se ejercen, para impedir que
se modifique una situación.
Potestades sobre terceros: Puesto que son precisamente las que se ejercen sobre los
particulares que se encuentran en una relación de sujeción general con la
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Administración, siendo todas aquellas personas que, si bien se relacionan con la
administración, no forman parte de la estructura organizativa de la administración ni
reciben ningún servicio por parte de la administración.
Otro aspecto importante en relación con este tema, es el tema de las formas de
atribución de las potestades, cómo se atribuyen las potestades públicas a la
administración. El primer aspecto es que estas potestades, es decir, los poderes de la ley
de la administración, se atribuyen siempre de manera expresa porque, en nuestro
derecho, no cabe lo que llamamos los poderes implícitos.
Reglada
Discrecional
Aparece en los casos en los que el ordenamiento que la atribuye a la administración deja
aspectos indefinidos o sin regular, lo que puede ocurrir tanto desde el punto de vista de
la decisión de ejercer o no la potestad como desde el punto de vista de la forma de
ejercerla.
Hay siempre algunos elementos reglados, siendo dos como mínimo, es decir, dos
aspectos que siempre vendrán predeterminados y fijados, aunque sean aspectos previos.
Competencia para actuar y procedimiento para adoptar el acto. En todos los supuestos,
hay al menos dos supuestos que la administración debe respetar, es decir, las reglas sobre
quién debe actuar y cuál es el procedimiento utilizado para dictar el acto.
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Los presupuestos fácticos no siempre son elementos reglados puesto que, algunas veces,
cuando las leyes definen los hechos que van a permitir a la administración ejercer la
potestad, utilizan lo que llamamos conceptos jurídicos indeterminados, que son palabras
que utilizan las leyes para definir los hechos pero que son imprecisos, en el sentido en que
no existen criterios determinados que permitan saber cuál es su significado.
Por tanto, se dice que estos conceptos son indeterminados porque no se sabe muy bien
lo que quieren decir.
Cuando la ley utiliza supuestos de este tipo, atribuye una cierta discrecionalidad
administrativa, lo que quiere decir es que, en principio, el juez, no va a poder fiscalizar la
interpretación que haga la administración puesto que no existe una sola y única
interpretación de estos conceptos.
Del mismo modo, el principio de igualdad también se proyecta en el art 33 de la CE, que
contempla la necesidad de una indemnización en caso en que la administración
expropie un bien a un particular. Y esta indemnización va destinada a compensar el
sacrifico especial que debe sufrir el expropiado y tiene que repartirse entre todos los
miembros de la colectividad.
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3) Otro principio es el principio de sometimiento y seguridad jurídica. Podemos
encontrarlos en el art 105, que establece la reserva de ley para regular el procedimiento
administrativo y previsto en la ley 30/1992 y el por qué este principio se encuentra en la
existencia mínima de la administraciones, es decir, donde haya administración debe
haber un derecho administrativo y, en concreto, deben existir normas de procedimiento,
y este procedimiento es un necesidad para poder controlar la actividad administrativa y
para que los particulares puedan defenderse, con lo cual es una necesidad para la
garantía del principio de seguridad jurídica.
4) Otra limitación que se añade son las limitaciones singulares con respecto a los bienes
públicos. Como veremos, los bienes públicos que gestiona la administración son
esencialmente de dos tipos, por un lado los llamados patrimoniales y, por otro lado, los
bienes que llamamos de dominio público.
A diferencia de la facultad que tiene el sujeto privado de vender libremente sus bienes, el
art 132 de la Constitución establece la indisponibilidad de los bienes de dominio público.
Hay más limitaciones con respecto a los bienes públicos, pero esta es la más importante.