Está en la página 1de 5
se. Spinoza proyectos tiene. Y usted, que disfrute de y continiie améndome. De usted adictisimo, B.0. (Londres, sept. de 1665). Carta 30™ B.d. 5. al muy noble y docto sefior Henry Oldenburg (Respuesta a la precedente) fe Fragmento I™, mdo subterréneo de Kircher lo he visto en casa del sefior Huygens, quien alaba su piedad, mas no su vez pot aande , 1966, pp. 540s. = Ep. 422) have said nothing more at this Comespondencia 29 talento; no sé si porgue tata de los péndulos y llega & Ja conclusién de que no sirven en absoluto para determi- nat las longitudes, lo cual se opone totalniepte a la opinién de Huygens. saber qué opinan los nu¢ nuevos péadulos de Huygens. Tod aca seguro sobre ello. trica y sobre el otro trata ha contestado que atin esté/inv descybra, enviard a la imprenta ica, es si puede colocar las los telescopios/de suerte que el error de asi que todos ro de vide didpfrica, como en part le he ofdo a él mismo, no trata mas que de figu- cambio, respecto a su tratado sobre el mov 1 también usted desea informarse, il esperarlo™. Ya ha pasado demasiado tiem- 230 Spinoea vo deals oul comenes alardear de gue haba des rto, medi to y las leyes de la naturaleza tas de las propuestas por cartes son casi todas falsas, y que las de Des- "sin embargo, no ha ex- ejemplo de ello, fio le he ofdo decir ‘después en Inglaterra mediante expei me cuesta creerlo, Pi Fragmento 11" Me alegro de que los filésofos de su Colegio vivan y se recuerden de usted y de su repiiblica (de las Esperaré a conocer lo que iiltimamente han hecho, cuan- do los beligerantes se hayan saciado de sangre y hayan poco para reponer Si_aquel 7 Oldenburg pregu da que Huygens ay Correspondentis 21 citan ni a reir nia Horar, sino més bien a filosofar la naturaleza humana. Pues n0 que sélo pe P concuerdan en modo alguno con nuestra mentalidad s6fica, me parecfan antes vanas, desorden: das. Por es0, yo dejo que cada parecer y quienes asf lo de mientras que a mi me sea licito vivir para la verdad. Ya estoy redactando un tratado sobre mis opiniones acerca de la Escritura. Las razones que me mueven a ueran por su bie 2) Ia opinién que tiene de mf el vulgo, ya que no cesa de acusarme de atefsmo; me siento forzado a dese- la suprime autoridad y petulancia de los predicadores no ha Ilegado a mis ofdos ido los fendmenos de los 1. ienifico (Bp. 56, E, UL, pret 4, jo hacer uso de mi razén, decit, de forma absolu wiéa me negarfa, ‘su propia conciencia, que no puedo pensar, en puedo escribir o no escribie? ‘que lo per presenta ahora, no me gus afirmo como cierto, conforme a mi conciencia, con tuna explicacién més clara de la re- , dizé que ambos tienen razén, cada in su concepto; pero, si nos arenemos a la verdad Gta sdlo compete a Ia opinién de Descartes. , usted supone como cierto, en el concepto, que ia’ de la libertad consiste en’ que 20 estamos ados por ninguna cosa, Admitido esto, ambas opt niones soa verdaderas, Pero, como la esencia de una cosa iquiera consiste en aquello sin lo cual no puede ser concebida, y la libertad se concibe sin duda, aun cuando estemos determinados a algo en muestras ‘acciones por causas externas, es decir, aunque siempre existan causas 38 Esto 1 algo obvio por el tono de Ja carta: se hi perdido alguna o algunas exctas anteriores, Correspondencia 335 que nos incitan a dirigir nuestras acciones de tal modo, pero sin que lo con ero nO se concibe, si supo- ‘nemos que estamos coaccionacos ™®, Vea, ademas, Descar- cartas 89, y tomo II, pégina 4, fa ya con esto. Le ruego que me conteste a s (y comprobard que no sélo soy agra- decido, sino, si tengo salud, de usted devotisimo N. N.). 8 de octubre de 1674. psi yy docto y.experto sefor Hi. Schuller * (Respuesta a la precedente) Muy experto sefior: , Ja cual me agradé mucho, Y, aunque en Spinoza isfrutar de buena salud ™, ‘osas, su singular gentileza is aprecio, su. amor a la verdad, que le absor- an a que cumpla su deseo, en’ cuanto me lo quiere decir su amigo antes de apelar a la le pedir rigurosa atencién, Lo que afiade a Si de dos personas, une afrma algo de ‘era y otra lo ie Com gue exis y sea por necesdad de 5 wuraleza;_coaccionada, en cambio, Ia que esté ida a existir y a obrar de determinada después dk impulso de la causa externa, continoard necesariamente moviéndose, Asi, pues, la permanencia Correspondencia 37 de esta piedra en movimiento es coaccionada, no por ser necesa ¢ ser definida por el impulso de Ja causa extema. Y lo que aqui se dice de le piedra, hay que aplicarlo a cualquier cosa singular, aunque se 12 conciba compuesta y apta para muchas cosas; ¢s decir, {que toda cosa es determinada necesariamente por una cau- sa externa a existir y a obrar de cierta y determinada ma- neta, ‘Atin més, contiba ahora, tras prosigue su movimiento, piensa y sa esfuerza, cuanto puede, por seguir mi esa piedra, como tan sd no es de ningin modo indiferente, creevé no es sino que asf lo at tad humana, que todos se jactan de tene ‘en que los hombr 'y otros mus ado. Igualment libre decreto chos de la mi calafia creen obrar por de su alma y no que son Ilevados por el im es innato a todos los hombres, no se liberan Imente de dl, Y, aun cuando Tz experienc mas que sobradamente, que los hombres nada pue- 1e muchas veces, mientras sufren la pugna de afectos cont mejor y siguen lo peor ®, creen, sin libres por la sencilla razén de que des. ‘gunas cosas y que ese deseo puede ser y te remonta a Euripides, Medes, 1078-80. Spincea por el recuerdo de otra cosa que nos viene frecuen- 2 la memoria te, segtin creo, cudl 'y coaccionada y wana, A partir de ahf se re: ciones de su amigo. Y asi con Descartes, que libre es aguel que no inguna cause externa: si por hombre for- quel que obra contra su voluntad, tS cosas no somas forzados y ¢ 108 libre albedsio; pero, i bir y, gue ne poder de no sofiar que quiere mpoco que no haya comprobado que i no siempre es igualmente apta para pensar sobre 0, sito gue, segtin que el cuerpo sea mis de éste 0 de aquel © aquel obj Cuando afiade, ademés, que las causas, por las que ha aplicado su fnimo a escribir, le han impulsado a escri- la no podemos ogra mimo firme y constan decreto del mana, que surge del libre ienacion de Dios, ¥ (La Haya, octubre de 1674)

También podría gustarte