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La fiscalización aduanera es el proceso mediante el cual las autoridades aduaneras

supervisan y controlan las actividades relacionadas con el comercio exterior, con el


objetivo de garantizar el cumplimiento de las normas y regulaciones aduaneras, así
como prevenir el fraude y la evasión fiscal. A continuación, se presenta una síntesis de
los aspectos más relevantes de la fiscalización aduanera:

1. Concepto: La fiscalización aduanera se refiere al conjunto de acciones y


procedimientos que realiza la autoridad aduanera para verificar la correcta
aplicación de las leyes y reglamentos aduaneros, así como el cumplimiento de
las obligaciones tributarias y aduaneras por parte de los operadores de comercio
exterior.

2. Importancia: La fiscalización aduanera es crucial para proteger los intereses


fiscales del país, garantizar la seguridad del comercio internacional, prevenir el
contrabando y el tráfico ilegal de mercancías, así como asegurar el cumplimiento
de las normas de protección al consumidor y la propiedad intelectual.

3. Clasificación o tipos: La fiscalización aduanera puede clasificarse en dos


categorías principales: fiscalización documental y fiscalización física. La
fiscalización documental se centra en la revisión de los documentos y registros
comerciales, como facturas, contratos y declaraciones aduaneras. La
fiscalización física implica la inspección de las mercancías, tanto de forma
aleatoria como selectiva.

4. Normativas o leyes: La fiscalización aduanera se rige por las leyes y


reglamentos aduaneros de cada país, así como por acuerdos y convenios
internacionales. Estas normativas establecen los procedimientos y requisitos que
deben cumplir los importadores, exportadores y demás operadores de comercio
exterior.

5. Departamento de fiscalización: El departamento de fiscalización es la unidad


encargada de llevar a cabo las actividades de control aduanero. Está
conformado por personal especializado en áreas como legislación aduanera,
valoración de mercancías, clasificación arancelaria, auditoría y análisis de
riesgos.

6. Aspectos para fiscalizar en aduana: Algunos de los aspectos que son objeto
de fiscalización aduanera incluyen la verificación de la correcta clasificación
arancelaria de las mercancías, la determinación precisa del valor en aduana, el
cumplimiento de las normas de origen, el control de las licencias y permisos
requeridos, así como el cumplimiento de las obligaciones tributarias y
aduaneras.

7. Reliquidación, multas y sanciones por la fiscalización: En caso de


detectarse irregularidades en la declaración de mercancías, las autoridades
aduaneras pueden realizar una reliquidación, que consiste en ajustar los valores
o clasificaciones arancelarias declaradas incorrectamente. Además, pueden
imponer multas y sanciones proporcionales a la gravedad de la infracción, las
cuales pueden incluir desde el pago de una suma de dinero hasta la suspensión
de actividades comerciales.

8. Otros aspectos de la fiscalización: Además de los mencionados


anteriormente, la fiscalización aduanera también abarca la verificación del
cumplimiento de normas sanitarias y fitosanitarias, la prevención del
contrabando de mercancías prohibidas o restringidas, la protección de la
propiedad intelectual y la lucha contra el lavado de activos y la financiación del
terrorismo.
Caso práctico de reliquidación en aduana por valor mal declarado y
partida arancelaria:

Supongamos que una empresa importa un lote de teléfonos móviles y declara un valor
en aduana inferior al valor real de las mercancías, con el propósito de evadir el pago de
impuestos. Además, clasifica incorrectamente los teléfonos bajo una partida arancelaria
que tiene un arancel más bajo del que corresponde.

Durante el proceso de fiscalización aduanera, las autoridades detectan estas


irregularidades y realizan una reliquidación. En primer lugar, ajustan el valor en aduana
de los teléfonos móviles de acuerdo con la información y pruebas recopiladas durante
la investigación. Posteriormente, reasignan la partida arancelaria correcta, que tiene un
arancel más alto.

Como resultado de esta reliquidación, la empresa importadora deberá pagar los


impuestos aduaneros correspondientes a la diferencia entre el valor declarado
inicialmente y el valor ajustado. Además, se le impondrán multas y sanciones por la
subvaloración y clasificación incorrecta de las mercancías, las cuales pueden variar
según la legislación aduanera del país. Estas sanciones pueden incluir el pago de una
suma adicional, la suspensión temporal de actividades o incluso la cancelación de su
registro como operador de comercio exterior.

Es importante destacar que los detalles específicos de este caso práctico pueden variar
según la legislación y prácticas aduaneras de cada país, así como la gravedad de las
irregularidades detectadas.

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