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Guía 1 - Planeación de Textos
Guía 1 - Planeación de Textos
PLANECAIÓN DE TEXTOS
INTRODUCCIÓN
CONCEPTUALIZACIÓN
La comunicación constituye una posibilidad de encuentro consigo mismo y con los otros en
la medida que facilita la expresión genuina de los pensamientos, sentimientos, opiniones,
posiciones y planteamientos frente a las diferentes temáticas de interés personal o social.
Desde esta perspectiva la planeación representa un eje estructurador de la producción
escrita en la medida que marca la ruta gramatical a desarrollar.
El ejercicio de planeación requiere conectar el interés del autor del texto y los cuidados en
la redacción, sentido y significado establecido para el escrito. Esto incluye la identificación
del tema, subtemas, delimitación de contenido, indagación de información asociada a la
temática, identificación de fuentes entre otros elementos pertinentes para marcar la base
estructural del texto escrito. Este proceso implica reconocer que el texto académico es un
vehículo por el cual el autor comunica una serie de ideas que van entrelazadas de manera
coherente y eficaz, dirigidas a un hipotético lector con el fin de iluminar un tema o abrir un
debate, entre otras funciones.
No es casual que, en latín, texto signifique tejido. Todo documento escrito (artículo,
resumen, reseña, ensayo, tesis), es un gran tejido de ideas y aportaciones que
requieren de una serie de herramientas para que, el producto final, conserve altura
académica, se pueda difundir en revistas especializadas y pueda dialogar con otras
disciplinas a fines.
Quien tenga el tema estudiado y un buen plan de trabajo, nunca sufrirá el síndrome de la
pantalla en blanco pues esta es la base desde donde se levantará el sólido edificio
argumentativo del trabajo escrito. Ahora bien, el siguiente paso es saber escribir. Es decir,
saber exponer con argumentos una idea y plasmarlo en un documento; y para ello, hay
algunos pasos que se deben cumplir, y de eso trata este módulo. Esto significa que lo usted
tiene entre sus manos sea de cumplimiento obligatorio. Esto es solo una guía que una vez
aprendida y dominada, usted podrá modificarla agregándoles algunos puntos de su propia
cosecha.
Un trabajo académico no es el resultado de una intuición, es decir, usted puede tener una
intuición, pero tiene que explorarla, exprimirla al máximo, investigarla y darle un sustento
científico; si bien la mayor parte de las obras parten de una intuición, ésta deja de serlo
cuando usted investiga, aplica métodos científicos y lo convierte en una tesis. Hoy en día
hay muchas herramientas que le serán útiles para la investigación: internet, bibliotecas,
páginas web, consulta de archivos en la hemeroteca, sitios world cat son fundamentales a la
hora de investigar.
Dividir el tema general en pequeños temas o subtemas, le permitirá tener mayor claridad
sobre lo que va a escribir y como lo va a escribir. Esto, evitará los circunloquios, las
disquisiciones innecesarias y, sobre todo, le servirá para que el tema no se torne infinito,
sino que, por el contrario, tenga una estructura definida: un comienzo y un final.
Sumado a lo anterior, es un buen método para no cansar al lector. Muchas veces uno se
encuentra con trabajos farragosos de cinco y seis páginas donde no hay un subtítulo (o
subtema) que permita al lector hacer una parada, tomar aire y continuar la lectura. Divida el
trabajo en subtemas y verá cómo usted se convierte en un experto en la materia que expone.
Todo trabajo de investigación debe tener citas que son las que dan respaldo a tus
argumentos. Las citas, por supuesto, corresponden a autoridades en la materia. Si, por
ejemplo, estás hablando de la crisis económica en el país, no vas a citar la opinión de un
poeta. Así el poeta tenga la razón y sus opiniones sean inteligentes, es mejor que cites a un
economista de prestigio nacional. Trata en lo posible de no saturar el trabajo en citas, sino
que estas sean moderadas para que den paso a tus ideas. Las citas deben estar distribuidas
en el texto de manera en que lo determina las normas APA.
Es muy importante que durante el proceso de investigación usted vaya tomando notas o
elaborando un fichero sobre las lecturas que ha ido adelantando. En el fichero usted
consignará datos específicos: títulos del libro, editorial, autor, número de páginas del libro y
un resumen del contenido. Esto le ayudará a no buscar dos veces lo mismo y le ahorrará
tiempo.
Cabe precisar que en el resumen se consignará las ideas principales y secundarias de sus
lecturas. Aparentemente una actividad sencilla, pero requiere de un esfuerzo de
concentración y de comprensión de lo leído. Un resumen mal hecho es el reflejo de lecturas
mal diligenciadas, que, más adelante, repercutirá en párrafos confusos o ideas mal
planteadas.
Otra de las herramientas que puede utilizar es el subrayado. A medida que vaya leyendo, se
subrayaran las ideas o datos que considere importantes y que podría en llegado caso,
utilizar en el trabajo. El subrayado le permite volver a la página sin tener que leer todo de
nuevo. Lo aconsejable es que nunca subraye en la primera lectura porque todo le parecerá
importante. Es mejor que subraye en la segunda lectura: con una actitud más reposada y
reflexiva del texto.
Nunca un trabajo queda perfecto en la primera redacción. Hay que revisarlo cuantas veces
sea necesario. Hay que husmear entre los párrafos para hallar posibles incoherencias,
párrafos confusos, ideas incompletas, incluso, hasta una revisión general de la ortografía y
la gramática. Una coma mal puesta puede arruinar todo el esfuerzo de investigación. Un
párrafo mal dividido puede echar a perder un argumento. De modo que es aconsejable que
revise el material al día siguiente por la mañana cuando todo es más fresco, esto le ayudará
a tener mayor claridad.
No le de miedo borrar. Aunque le haya costado mucho esfuerzo construir un párrafo o una
página; aunque usted este satisfecho con esa página deslumbrante, bórrela sin piedad si esta
página o párrafo no encaja dentro del esquema general de su trabajo.
Referencias.
Álvarez, A., y Pérez, C. (2019). Educación para la paz: aproximación teórica desde los
imaginarios de paz. Educación y Educadores, 22(2), 277-296.