“Ahora que e sido nombrado
Sexe voy mate a este
gro que sun verdad dar
La Segunda Tradicion
En cuanto a nuestro grupo y sus asuntos, slo existe para
nosotros una autoridad fundamental: un Dios de amor que se
manifiesta en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros lide-
reso son mds que setvidores de confianza y no gobiernan
“Sélo hay una forma
dehacerloy yo les voy
a deci vale" N
Unmiambra de AA puede ser ecngido para servi de muchas manera,
Secretario de grupo
Delegado a
Intergrupos
Representante de
Servicios Generales (@
AA. es a la vez una democracia y una «benigna
anarqu{ay, al decir de Bill W. Los grupos eligen sus propios
funcionarios, quienes no tienen autoridad para ordenarle a
nadie lo que se debe hacer, En la mayor‘a de los grupos, los
cargos se rotan cada seis meses, y entonces se eligen personas
distintas,
Si un grupo desea formar parte de la estructura mundial
de servicios de A.A., eligen un R.S.G, (Representante de
Servicios Generales), para un perfodo de dos afios. Los R.S.G.
e las éreas eligen los miembros del comité de dichas éreas, y
entre todos nombran un delegado para la Conferencia de
Servicios Generales, que se lleva a cabo anvalmente, La
Conferencia es lo més parecido a un gobierno para los A.A.
Produce opiniones acerca de los temas més importantes,
aprucba la seleccién de algunos candidatos a Custodios para
Ja Junta de Servicios Generales, y elige directamente a otros,
Pero ni la Conferencia ni la Junta pueden dar drdenes de
ninguna clase a los grupos o a los miembros de A.A.“A
extatlecer un fondo especial
we poveyamagi”
(que su servicio va
Entonces, ;quiéa es la autoridad aquf? A.A. es un
movimiento espiritual y como tal, la «autoridad
supremay, es el concepto espiritual de la «conciencia de
grupo», Su voz se escucha cuando un grupo bien
informado del tema de que se trata, se reune para llegar a
una decisin, El resultado se basa en algo mas que un
simple recuento de votos «SI» y «NO» emitidos. Las
ideas de la minorfa merecen cuidadosa consideracién.
{Qué sucede entonces con el tipo impertinente, que
siempre alega tener la raz6n? Pues... escuchémosle,
porque puede ser que, por esta vez, esté en lo certo. $i
estd equivocado, entonces, si recuerda la Primera Tradi-
ci6n tanto como la Segunda, se plegaré a la decisi6n de
la conciencia de grupo, Ahora bien, parece muy confusa
estanocidn, gverdad? Recordemos las primeras reunio-
nes a las que asistimos, Algo intangible habfa en esos
salones, pero que nosotros, recién legados, alcanzAba-
mosa percibir, y que no era otra cosa que la conciencia
del grupo. Y era real, déndonos la bienvenida, sin
establecer barreras ni normas...
Grigio ben de todos yi A
sautoidadsobrenat, “°° 3°
"Gracias (Por qué no
hablmos un poco ata
ce como se dee leva e