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La idea de Naismith fue tan bien acogida, que el juego se propagó rápidamente por
todos los Estados Unidos, gracias sobre todo a la labor de difusión del YMCA al que
pertenecía el colegio de Naismith.
A la misma velocidad que crecía el interés por el baloncesto, se iban modificando las
reglas. Por ejemplo, en un principio el número de jugadores por equipo era ilimitado, lo
que hizo que se llegara a jugar un partido de 50 contra 50.
Así, pronto se fijó el número de jugadores en 5 por equipo, lo que contribuyó a
favorecer el espectáculo. Otro dato curioso es que, en los primeros años, la canasta no
estaba abierta por abajo, con lo que tras cada enceste había que utilizar una escalera para
recuperar el balón.
La pasión desenfrenada por este deporte comenzó tan pronto se iniciaron las primeras
ligas de baloncesto. Así, según algunos historiadores, los árbitros de aquellos partidos
de principios de siglo llegaron a llevar pistola en el cinto, y algunos espectadores se
entretenían lanzando clavos ardiendo a los contrarios.
Por eso, las canchas no tardaron en vallarse como medida de precaución. Incluso, se
dice que los tableros se anexionaron a la canasta, para que así fuera más difícil que el
balón llegara al público, pues éste lo retenía y no lo devolvía.
Las primeras ligas tuvieron pocos años de vida. Así, la Liga Nacional de Baloncesto
(NBL) se creó en 1898 y fue disuelta en 1903. Otras ligas de principios de siglo, fueron
la de Philadelphia, la Central, la de Nueva York, la Metropolitana, etcétera.
Conclusión