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VASQUEZ
VASQUEZ
Resumen
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Médico Cirujano, Psicoterapeuta y Psicoanalista egresada del Instituto Mexicano de Psicoanálisis.
Miembro, Analista Didacta, Supervisora y Docente del Instituto Mexicano de Psicoanálisis. Actual Jefa de
enseñanza de la Maestría y Doctorado del Instituto Mexicano de Psicoanálisis, psicoterapeuta y
psicoanalista de adolescentes y adultos en consultorio privado y docente universitaria. Correo electrónico:
alma.dunia @gmail.com
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Introducción
Los contenidos del imaginario social dan cuenta del individuo y su momento histórico,
los temas que se gestan en una época determinada, forman parte del discurso de la misma
y son reflejo de la subjetividad de ese tiempo. La producción literaria y fílmica entre otras
de cada tiempo nos refiere la fantasía inconsciente predominante y expresa quienes
somos, y hacia dónde vamos. La temática actual de contenidos catastróficos y
apocalípticos es abundante, el fin del mundo es temido y esperado y la metáfora zombie
ocupa gran parte de la producción que consume el individuo promedio de nuestras
sociedades, desde el video Thriller de Michael Jackson (1983), las series de TV, cómics y
videojuegos de unas décadas para acá. Aunque el fin del mundo es anunciado, temido y
esperado en el pensamiento Judeocristiano desde el nuevo testamento, lo interesante es la
forma en que se expresa en cada época. Por supuesto que hay moda en ello, pero ese es el
aspecto más banal del fenómeno, intento analizar la experiencia de atracción y temor que
los muertos vivientes producen en los seres humanos, quien es el personaje zombie y cuál
es la aproximación desde el psicoanálisis que puedo hacer de él.
En los antecedentes del zombie actual encontramos una primera etapa, el zombie haitiano
que tiene su origen en el folclore de esa cultura, donde mediante el vudú se hacía
resucitar a los muertos para hacerlos esclavos, esto requería de la presencia de un
zombificador que no era más que el explotador de aquellos pobres elegidos para ser
zombificados. La zombificación comprendería tres pasos: 1) El bokor o hechicero
intoxica a la víctima; 2) la víctima cae en un estado de letargo similar a la muerte; y 3) el
bokor despierta o revive de la supuesta muerte a la víctima haciéndola su esclavo. Así la
víctima es transformada en un zombie.(Carcavilla Puey, 2014)
Este primer zombie poco tiene que ver con el zombie actual que alimenta el imaginario
social respecto a los miedos actuales. Aquel zombie era un individuo dócil, sin voluntad,
sujeto a los mandatos de su amo zombificador y por supuesto inofensivo para el resto de
los humanos pues su única obligación era obedecer y trabajar para aquel que lo tenía
sometido.
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La legión de los hombres sin alma (Halperin, 1932) pero surge propiamente con George
A. Romero y su película Night of the Living Dead (Romero, 1968), muy próxima a
cumplir 50 años, yLa noche de los muertos vivientes(Ferrero y Roas, 2011).
El“zombi”comometáfora(contra)cultural) donde Romero perfila las características del
zombie moderno: entes que constituyen una horda de muertos que se levantan de sus
tumbas por alguna razón determinada, que están en estado de descomposición, sin
raciocinio alguno, caníbales y siempre en búsqueda de carne humana a quienes
desmembran, despedazan y desangran con fortaleza imparable y con el poder de
contagiar o convertir con su mordedura a su víctima. El zombie es lento,siempre voraz y
en pos de incorporar la materia humana viviente. Lo único que puede aniquilarlos es la
destrucción de su cabeza por un golpe, el cercenamiento, la decapitación. Características
sobresalientes del zombie son sus movimientos lentificados, la imposibilidad de lenguaje
y pensamiento, y el estar en hordas que los vuelven más temibles aún. Esa es la estructura
simbólica fundamental del zombie que se repite en las producciones hasta hoy en día.
La hipótesis principal de este trabajo, es que el zombie condensa y expresa los temores
principales del sujeto contemporáneo, a la muerte, a la no-muerte, a la descomposición, al
estar solo dentro de una masa amorfa. Al guiarnos solo por la necesidad de devorar y
¿por qué no? expresa también el deseo narcisista de ser inmortales y quedar en un estado
permanente de no muerte.
Estamos hablando de una construcción colectiva, a la que hemos contribuido todos, los
creadores de la ficción que han añadido y a su vez conservado las características
mencionadas y los lectores y espectadores de estas producciones, todos consumidores de
las historias del zombie.
The Walking Dead es la serie de televisión de tema zombie más exitosa del momento.
Está basada en el cómic del mismo nombre, creado por Robert Kirkman y Tony Moore
en 2003, adaptada a la televisión del 2010 a la fecha (Ibídem, 2011). Sus inicios de
temporada son esperados con expectación en muchos países, incluyendo América latina,
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en la cual Colombia, México, Chile, Perú y Argentina son las que más audiencia
registran.
El personaje zombie
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la orientación receptiva2, representado en un ente que solo quiere recibir, chupar, que
busca con los brazos extendidos, que vive con la boca constantemente abierta, los
colmillos listos para engullir, incorporar, devorar, consumir a la víctima. (Fromm, 1953,
pp. 75-77)
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En la orientación receptiva, la persona siente que “la fuente de todo bien” se halla en el exterior y cree que
la única manera de lograr lo que desea __ ya sea material, sea afecto, conocimiento o placer __ es recibiéndolo
de esa fuente externa.
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En consonancia con lo anterior,Joyce McDougall (1978) al hablar de la patología del
afecto, se refiere al Anti-analizando en el análisis debido a la aparente ausencia de
manifestaciones neuróticas y psicóticas (Ibídem, pp. 199-202), al cual denomina
Normópata, son sujetos que han desarrollado una adaptación mecánica a las demandas
de la realidad externa, con un aspecto superficial y repetitivo en su discurso de escaso
significado emocional para ellos e incapacidad de explorar su propia realidad psíquica.
La autora atribuye lo anterior a la ausencia de introyección de un objeto materno solícito
(o suficientemente bueno en términos de Winnicott) en la estructura psíquica del niño que
permaneciera como objeto de identificación para que ese niño se convirtiera en una buena
madre para sí mismo, como resultado surge la apariencia de pseudo normalidad.
(McDougall J., 1993, pp. 153-154).
Por su parte Christopher Bollas, también describe personas que anclan en la realidad
objetivamente percibida pero que carecen de contacto con el mundo subjetivo. Poseen un
particular impulso de ser normal, que se caracteriza por la parálisis y eventual
cancelación de la personalidad a favor de un Self concebido como un objeto material
entre otros productos manufacturados del mundo de objetos. (Bollas, 1987, p. 167).
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tranquila, segura y socialmente extrovertida. Incapaz de leer un poema y comentarlo, se
interesa por los hechos para coleccionarlos y almacenarlos y está representado en la
literatura y el cine como el tipo robot, persona que pasa el tiempo en el supermercado por
la tranquilidad que le producen la estética material del mismo, ordenado y
resplandeciente, con sus verduras y alimentos envasados perfectamente acomodados.
(Bollas, Óp. Cit.) Incapaz de intimidad y creatividad es otro representante de la expresión
zombie. Y podemos citar también el concepto de personalidad sobreadaptada de
Liberman3(Fernández, 2002 pp. 73-94).
Todas estas, desalentadoras descripciones del sujeto contemporáneo. Las formas clínicas
del zombi que retan al psicoanálisis hoy, son las explosiones de la impulsividad, las
angustias intensas, los intentos recurrentesde suicidio, los malestares del cuerpo en sus
formas de anorexia-bulimia donde el consumo se dirige al propio cuerpo, las
automutilaciones de las patologías de borde, las perversiones, el adicto que evade el
dolor psíquico ante su incapacidad para tramitar el sentimiento de fracaso e impotencia
(recordemos la heroína caníbal, llamada droga zombi4), los fenómenos psicosomáticos,
etcétera; éste es el repertorio que atiende el psicoanálisis hoy.
La zombificación social
Respecto al segundo aspecto y para analizar la parte social, retomo la ficción de la serie:
lo que nos muestran los creadores del cómic y la serie de televisión, es un hombre pos
capitalista. Aquél que está fuera de las relaciones de producción y del Estado, en virtud
del derrumbe catastrófico y repentino de las instituciones.
Fernández Blanco (2013) sostiene que el mundo globalizado, y la rapidez hasta ahora
inédita de los cambios generados por los flujos capitalistas especulativos, ha promovido
una nueva versión del sistema: el capitalismo financiero-especulativo lo cual describe
como una mutación interna(Fernández Blanco, 2013).
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…la sobreadaptación exigiría un tipo de desconexión de la realidad psíquica del sujeto que llevaría al
órgano comprometido a enfermar. Otra forma de aludir a esta “clase de pacientes” es la de llamarles
“personas que padecen de cordura” (Fernández 2002, p. 74).
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Krokodil: droga inventada en los Estados Unidos en 1932 derivada de la morfina. Su nombre científico es
la Desomorfina. La sociedad le ha acuñado los siguientes nombres: droga cocodrilo, droga zombie, droga
de los pobres, heroína caníbal y droga de los muertos vivientes.
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Nos advierte sobre la enfermedad del capitalismo que está enfermo de sí mismo, de su
impulso a la autodevoración, donde ya no existen aquellos ideales de progreso material y
social, en el cual los emprendedores a través del tiempo podían hacerse de bienes
materiales y empleo. Hoy en día se ha roto el equilibrio entre producción y conservación,
el consumo se ha vuelto compulsivo y las conductas adictivas, los objetos son
desechables, se trata de una especie de bulimia generalizada, que acaba con la
satisfacción, porque la búsqueda es la novedad, el hedonismo se finca en la inmediatez,
en el pasaje al acto. Se trata de la Pulsión de muerte que no parece tener freno.
Eso está representado en The Walking Dead, asistimos al derrumbe masivo del sistema,
donde no existen instituciones, donde no hay contención, ningún marco de orientación,
solo sobrevivir día a día, ni siquiera restaurar el putrefacto orden anterior, solo la
incertidumbre en el día a día.
La noción del individuo posmoderno que desea llenar con objetos de consumo su vida
vacía, y la carencia de vitalidad han sido desarrolladas por sociólogos y filósofos, entre
otros,Jean Baudrillard (1969), Gilles Lipovetsky(1983), y Zygmunt Bauman (2012). El
primero alude al Sistema de los Objetos donde el hombre se enajena a sí mismo en la
producción de objetos y se “recupera” en la adquisición y tenencia de los
mismos(Baudrillard, 1969), Lipovetsky (1983) en La Era del Vacío señala la lógica
individualista e indiferencia de masa y Zygmunt Bauman (2012) en sus múltiples libros
con su concepto de la modernidad líquida ha descrito de forma muy importante a la
sociedad contemporánea con una llamativa afinidad con el discurso frommiano, destaca
los rasgos de la cultura contemporánea como la aceleración y el olvido que no dejan
oportunidad para la asimilación, donde las cosas pasan tan aceleradamente que se
vuelven obsoletas, no hay posibilidad de maduración ni aprendizaje, el interés por la
impactación es creciente y priva la inconstancia. Enfatiza el paso de la fase sólida de la
modernidad a la líquida, a una condición donde las formas sociales no pueden mantenerse
por más tiempo porque se descomponen y se derriten y no pueden servir como marcos de
referencia para las acciones humanas y para estrategias a largo plazo. (Bauman, 2012).
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que son expulsados fuera de las fronteras de su país que son enviados a ninguna parte, el
que ya no haya tierras vacías, ni para permitir que vivan y se asienten grupos humanos ni
para depositar los desechos de los mismos. Ni sedentarios, ni nómadas, ni instalados ni
desplazados, catapultados a ninguna parte, en hordas imparables, otros zombies, ¿ellos? o
¿los que no queremos reconocer su existencia?
Por otro lado, desde 2014 nos hallamos por arriba de los 400 ppm (partes por millón de
dióxido de carbono en la atmósfera) cuando desde hace años climatólogos destacados
advierten que 350 ppm es el nivel máximo, después del cual los sistemas naturales de la
tierra pueden cambiar de forma irreversible (Riechmann, 2014).
"Los científicos creen que la velocidad del cambio climático superará dentro de poco
tiempo la capacidad de adaptación de la naturaleza con respecto al clima terrestre. De
hecho, el fenómeno puede compararse a los efectos de una guerra nuclear, en lo que atañe
a su capacidad para trastornar una amplia variedad de sistemas humanos y naturales, para
dificultar las tareas de gestión económica y para generar otros problemas diversos. Las
obras de regadío, las formas de repoblación rural y la producción de alimentos quedarían
trágicamente desbaratadas como consecuencia de un rápido calentamiento". (Brown,
Flavin y Postel, 1990, p. 58).
Este es el ecocidio al que todos en estado zombie colaboramos, como los caminantes
marchamos en la horda, ocupados en el consumo, consumimos objetos, finalmente
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consumimos planeta. Jorge Riechmann tituló de forma irrebatible su trabajo:El síntoma
se llama calentamiento climático, pero la enfermedad se llama capitalismo, pues reducir
las emisiones de dióxido de carbono en las magnitudes y plazos necesarios, por lo menos
para frenar lo peor del calentamiento (al menos un 5% anual durante casi cuatro decenios,
hasta el 2050, de manera que en 2050 supusieran aproximadamente una décima parte de
las emisiones de 2011), no parece compatible con mantener la rentabilidad que exigen los
capitales en el sistema de producción capitalista… (Riechmann, Óp. Cit. p. 36)
Estas cifras hablan por sí mismas, después del ecocidio, al cual sobrevendría el
genocidio, el exterminio por escasez de recursos y alimento, con la consecuente
hambruna y violencia armada, tendríamos un estado de la ley del más fuerte, las
invasiones y conquistas de los más débiles, la vuelta al estado primitivo, sobrevivencia de
unos cuantos.
¿Acaso no es este un estado de tipo Walking Dead? ¿Vivimos en estado zombie presos de
la indiferencia, sólo caminando hacia la extinción? ¿Dónde queda la ficción?
Conclusión
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convierte en un fin en sí mismo y tenemos estas vidas repletas de ocupaciones, con la
agenda llena, tratando de hacer más y más: otra tendencia zombie de nuestro tiempo.
Por si fuera poco, el capital del miedo es explotado por el mercado de todo lo que tenga
la posibilidad de brindar seguridad al sujeto contemporáneo, sistemas de seguridad,
escoltas personales, vehículos todo terreno, hasta las fortalezas antiguerra, las casas ¡anti
ataques zombie!
Este es el escenario social donde las formas clínicas descritas se expresan y padecen
vulnerabilidad, ¿quiénes están más propensos?, los alienados, los enajenados, el
normópata, el Eichman de Arendt con su banalización del mal, los excluidos, los
cibernautas adictos y sus manifestaciones son las patologías caracterizadas por la
desestructuración, mentes incapaces de producir formaciones del inconsciente, ni
características propias de la neurosis, se trata de patologías narcisistas que cursan con
angustias sin representación, los ataques de pánico, el actuar sin control, las diversas
formas de la depresión, las patologías del psicosoma, todas ellas formas paradigmáticas
que delimitan el sufrimiento actual.
El zombie es una construcción colectiva, porque condensa los miedos actuales, y permite
proyectar a algún lado los temores y angustias sin nombre y así “manejarlos” en la
ficción, en un estado de anestesia, que corresponden a la desmentida.
de sus actos. El homo laborans en cambio, está sujeto a las necesidades de la vida, ni del hombre de acción,
que depende de sus semejantes (Arendt, 2002, p. 164).
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pp. 42-46).
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Bibliografía
Brown, L., Flavin, C.Postel, S. (1990): Un mundo en peligro. En Papeles para la Paz 37
(Monográfico sobre Ecología y Paz: la seguridad medioambiental). Madrid.
Carcavilla Puey, L. (2014)Historia y simbolismo del mito del zombi: un análisis imaginal
de la psique colectiva contemporánea desde el sonámbulo magnetizado hasta la realidad
virtual. Tesis doctoral. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
Fernández Blanco, M. (2013), Los efectos psicológicos del discurso actual del
capitalismo. Editorial: Universidade da Coruña.
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Fromm, E. (1955)Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. México: Fondo de
Cultura Económica.
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