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Trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad - N4: Patologías - psicobiologia net
patologías, síndromes y alteraciones
1.7.9.3. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
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Los sujetos con este trastorno intentan mantener la sensación de control, mediante una gran
atención s las reglas, los detalles, los protocolos, las formalidades,… hasta incluso la pérdida de
vista del principal objetivo de la actividad (criterio 1). Son demasiado cuidadosos y muy propensos
a las repeticiones, sobre todo para comprobar los posibles errores.
Los sujetos con este trastorno suelen ser muy inflexibles e incluso tercos en las cuestiones
morales o éticas (criterio 4). Son muy rígidos al respetar las autoridades o normas que insisten en
cumplirlas estrictamente.
Como se desprende de lo dicho ya anteriormente, estos sujetos son incapaces de delegar trabajo
en otras personas (criterio 6). Insisten en que las cosas deben hacerse como ellos dictan e incluso
se ofenden cuando alguien sugiere cualquier otra alternativa posible para realizar la tarea, debido
a que están tan inmersos en su propia perspectiva que no son capaces de admitir y ver como
buenos otros puntos de vista. Muchas veces incluso rechazan ofertas de ayuda.
Estos sujetos suelen ser tacaños porque tienden a controlarse mucho por las posibles catástrofes
que puedan llegar (criterio 7), y suelen caracterizarse por ser rígidos y obstinados (criterio 8).
Planifican con mucha cautela todo tipo de detalles y así niegan la posibilidad de cambio.
Los sujetos que presenten trastornos por ansiedad (por ejemplo, ansiedad generalizada, trastorno
obsesivo compulsivo, fobia específica…) tienen mayor probabilidad de padecer esta alteración de la
personalidad. Muchos rasgos que caracterizan al trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
también a parecen como características de la personalidad “tipo A”.
Por último, hay que decir que puede existir una asociación entre el trastorno obsesivo-compulsivo
de la personalidad y los trastornos del estado de ánimo y ansiedad. Siempre que se evalúe este
trastorno, se debe tener en cuenta no incluir aquellos comportamientos que reflejan hábitos o
estilos interpersonales admitidos culturalmente, por ejemplo, en algunas culturas se pone un
especial énfasis en el trabajo.
Diversos estudios señalan que se da dos veces más en hombres que en mujeres. La prevalencia
de este trastorno manifestada en estudios donde se ha utilizado evaluaciones sistemáticas es de
un 1% en población general y de un 3-10% en población clínica.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad se suele distinguir muy bien del denominado
trastorno obsesivo-compulsivo por las obsesiones y compulsiones que en este último se producen;
no obstante, si se cumplen criterios para ambos trastornos, hay que diagnosticar los dos.
Tanto en el trastorno esquizoide de la personalidad, como en el trastorno que nos ocupa, suele
haber un distanciamiento social y una aparente formalidad; sin embargo, este distanciamiento se
produce en el trastorno esquizoide por la falta de incapacidad para la intimidad, y en el trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad se produce por la excesiva dedicación al trabajo.
Este trastorno debe distinguirse del cambio de personalidad debido a enfermedad médica y
tampoco se debe confundir con los síntomas que se pueden presentar en asociación con el
consumo crónico de sustancias, como por ejemplo el trastorno relacionado con la cocaína.
Por último, todos estos rasgos no constituyen un trastorno si no son inflexibles, desadaptativos,
persistentes y no ocasionen un deterioro funcional que sea significativo o bien un malestar
subjetivo.
Los criterios DSM-IV y CIE-10 definen en líneas generales el mismo trastorno; sin embargo, en la
clasificación CIE-10 esta entidad está recogida con el nombre de trastorno anancástico de la
personalidad.