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CINCO ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓN FORMATIVA

1. Clarificar, compartir y comprender las intenciones educativas y criterios de logro

Se trata de desarrollar en los estudiantes el “olfato” para identificar buenas producciones.


Ejemplos:
a) Elegir 5 trabajos realizados por los estudiantes de distinta calidad (alguno muy bueno, alguno muy malo y algunos
intermedios), pedir que, en equipos, los lean y ordenen según su “calidad” de 1 a 5. Una vez ordenados, cada equipo debe
discutir las razones por las que unos son mejores que otros y ponerlas por escrito. Después se comparte en grupo el modo
en que cada equipo ordenó los trabajos y los argumentos del por qué unos son mejores que otros, propiciando un
intercambio colectivo.
b) Individualmente o en equipo, el estudiante compara su trabajo con dos o tres de los mejores logrados (seleccionados por el
docente). Cada estudiante debe identificar las principales debilidades e insuficiencias de su trabajo y hacer una segunda
versión del mismo.
c) Una vez trabajado el tema, se pide a los alumnos que elaboren preguntas o problemas para una prueba. Esto permite al
docente darse cuenta de qué creen los estudiantes que han estado aprendiendo. Además ayuda al estudiante a expresar y
confrontar que tipos de desempeños visualizan como las intenciones educativas del docente. Finalmente se propicia una
discusión colectiva acerca de qué preguntas son buenas, cuáles no, y por qué.

2. Diseñar y llevar adelante actividades que ofrezcan evidencia de lo que cada estudiante está aprendiendo

Hacer preguntas con la intención de que los estudiantes realicen, inferencias, valoraciones, reflexiones o tomas de posición.
Dos principios para que el docente haga preguntas en clase:
I. Para promover la discusión y la reflexión de los estudiantes
II. Para obtener información que le permita saber qué están entendiendo y cómo seguir adelante.
Tres pistas para formular preguntas que provoquen reflexión y comprensión:
a) Evitar preguntas que se responden con “sí” o “no”, o con una sola palabra. Hacer preguntas que señalen “por qué”.
Ejemplo: ¿por qué un cuadrado es un trapecio?
b) Cambiar las preguntas que piden una definición por las que requieren establecer una comparación o dar ejemplos. Por
ejemplo: ¿por qué un murciélago es un mamífero y un pingüino no lo es?
c) Utilizar afirmaciones controversiales ante las cuales los estudiantes deban tomar posición y argumentarla. Por ejemplo:
“Todos los cuadrados son rectángulos” Xóchitl: Tal vez se pudiera plantear alguna pregunta similar?
El objetivo es involucrar a todos los estudiantes en la clase. Pasar de una forma de preguntar centrada en obtener la
respuesta correcta a una forma de preguntar centrada en comprender la forma de pensar del estudiante.
Para ello se sugieren las siguientes prácticas:
- Elegir aleatoriamente a los estudiantes que responderán las preguntas que hacemos.
- Dejar que varios estudiantes en su respuesta, antes de dar alguna por buena y pedir a otros que opinen sobre las
respuestas dadas.
- Dar tiempo para que los estudiantes piensen su respuesta y ayudarlos con pistas si se “atoran”.
- Aprender a escuchar y permitir que se expresen respuestas equivocadas, justamente para provocar la discusión. Intentar
comprender cuál es el razonamiento del estudiante detrás de su respuesta incorrecta.

Ejemplo 1:
- Antes de resolver el problema ¿Qué tenemos que hacer?
R= “Leerlo atentamente”
- Qué datos son importantes para resolver el problema, ¿Y después que hacemos?
R= “Determinar qué datos son importantes”
- ¿Qué podemos hacer para resolverlo? ¿Qué podemos utilizar?
R= “Gráficos, operaciones, dibujos”.
- ¿Quién se anima a pasar al frente y demostrar y justificar la respuesta en el pizarrón?
- ¿Alguien lo hizo de otra forma?
Ejemplo 2:
- Utilizar tarjetas u hojas, en las que cada estudiante escribe cuál cree que es la opción correcta y todos las muestran al
mismo tiempo. Obliga a todos los estudiantes a pensar por sí mismos en forma simultánea, y permite al docente contar
con un “estado de situación” de todo el grupo, para decidir las siguientes acciones.

2. Proporcionar devoluciones que hacen avanzar el aprendizaje Xóchitl me gustaría que esta estrategia fuera la fortaleza de mi
trabajo de investigación.
Según la evaluación formativa el uso excesivo de calificaciones pervierte la finalidad de la enseñanza y desvía la atención de los
estudiantes del proceso de aprendizaje.
Las devoluciones son consignas escritas en el cuaderno del estudiante (en forma de preguntas), las cuales siempre implican nuevas
actividades a realizar. Las devoluciones deben estar enfocadas centradas en la actividad de aprendizaje y en aspectos que estén bajo el
control del estudiante, es decir, que este pueda modificar.
Cuando la devolución se expresa como una valoración de la persona (“qué inteligente” “te felicito”), no ayuda a los estudiantes a
mejorar. El reconocimiento del docente es efectivo en la medida en que es “poco frecuente, creíble, contingente, específico y
genuino”.
Todos los alumnos deberían recibir devoluciones y deberían estar orientadas hacia qué hacer a continuación. Evitar hacer
comentarios solo a los alumnos que no han hecho bien su trabajo. No hacer devoluciones a los buenos estudiantes no les permite
avanzar en su aprendizaje.

Ejemplo en matemáticas:
Evitar marcar cuáles están bien y cuáles mal y hacer una devolución como esta: “Tres de los cinco ejercicios están mal resueltos”,
dejar que el estudiante busque cuáles son, por qué están mal y cómo corregirlos.

Evaluaciones sin calificación y el uso de la técnica interrogativa, tanto para ayudar a los estudiantes que han cometido errores, como
para proponer nuevos retos a quienes no tienen errores. Esta evaluación no está dirigida exclusivamente a corregir errores, se trata de
poner en el centro de la evaluación en el aula el propósito de ayudar a que cada estudiante desarrolle la capacidad de
autorregular su proceso de aprendizaje.
Por ejemplo:
Al trabajar en equipos (se sugiere formarlos con alumnos de todos los niveles de desempeño), el docente vigila la actuación del
alumnos ante la actividad al detectar a los que se “atoran”, se les lanza una pregunta que les ayude a avanzar. La pregunta puede ser:
¿Y si vuelves a leer el problema? ¿Tomaste en cuenta toda la información o los datos? Por allá dijeron que esto sirve, ¿Crees que te
puede servir?
En este ejemplo el docente busca promover la reflexión del alumno a partir del error cometido. No califica el trabajo analizado, solo
plantea al estudiante una pregunta enfocada en la parte del trabajo en que el alumno explica erróneamente lo que hizo. El alumno tiene
la posibilidad de trabajar en casa con más tiempo para buscar la respuesta correcta, recurriendo a su cuaderno, al libro, a un
compañero o simplemente repensar lo que hizo para finalmente presentar nuevamente el trabajo a su maestro.
No se penaliza el error, se ofrece un insumo personalizado para que lo supere el propio estudiante.

3. Co-evaluación: activar a los estudiantes como fuente de aprendizaje para sus pares

Promover actividades donde los propios estudiantes revisa y hacen aportes a los desempeños o trabajos de sus compañeros (teoría del
aprendizaje cooperativo). No se trata de calificar a sus compañeros. Puede ocurrir que los estudiantes captan mejor que el docente las
dificultades de sus compañeros o lo que no están entendiendo.
Ejemplos:
a) “Consulta a tres antes que a mí”: cuando un alumno tiene dificultades, antes de pedir ayuda al docente debe intentar conseguir esa
ayuda de tres compañeros. Si sus compañeros no pudieron ayudarlo, entonces recurre al docente.
b) En equipos de 4 estudiantes, revisan los trabajos de los integrantes de otro equipo. Quienes no hicieron la tarea en casa no pueden
participar en la actividad y deben realizar su tarea en el aula. Esta técnica supone que se incrementa la cantidad de estudiantes que
traen sus tareas hechas, se preocupan por la claridad de sus trabajos (les afecta más la opinión de sus compañeros que la del
maestro)
c) “Dos estrellas y un deseo”: cuando un estudiante revisa el trabajo de otro, debe destacar dos aspectos positivos o bien logrados del
trabajo (las dos estrellas) y escribir una sugerencia para mejorarlo (el deseo). El autor del trabajo puede expresar si está de acuerdo
o no con la devolución recibida y si le ha sido de utilidad. El docente recoge luego los trabajos, revisa las devoluciones y,
eventualmente, incorpora sus propios comentarios.
d) “Clasificación de errores”: en lugar de escribir comentarios en cada trabajo, el docente los devuelve con los errores subrayados.
Los estudiantes, trabajando en equipos, deben darse cuenta, caso por caso, en qué consiste el error y de qué tipo es.

4. Autoevaluación: activar a cada estudiante como responsable de su propio aprendizaje

Su propósito es lograr que el estudiante se involucre con el aprendizaje y asuma cierto grado de control directo sobre sus formas de aprender.
Ejemplos:
a) Semáforos: es una técnica para propiciar que los estudiantes desarrollen auto conciencia de su propio aprendizaje. Al inicio de una
clase o unidad el docente explica lo que se pretende que aprendan y algunos criterios para valorarlo. Al final de la clase o unidad cada
estudiante debe indicar qué tanto cree que ha logrado lo que se esperaba, utilizando los colores del semáforo. Verde si creen que lo
han logrado, amarillo sino están seguros o si creen que lo han logrado en forma parcial. Rojo si el alumno cree que no lo ha logrado.
La percepción de los estudiantes puede ser errada, para ello, el siguiente paso es que los que indicaron rojo se van a trabajar con el
docente, mientras que los verdes deben explicar a los amarillos lo que estos no entendieron.
Igual se utiliza la rúbrica que tienes para esta estrategia de autoevaluación
b) Portafolios de progreso: consiste en que los estudiantes coleccionan muestras de un mismo tipo de trabajo a lo largo del año. Una vez
que han realizado varios de estos trabajos a lo largo de varios meses, es notable como ellos mismos pueden identificar aspectos
concretos que han ido mejorando. Esto es clave para que tomen conciencia de que su habilidad para aprender es incremental y no fija.
El desafío para el docente es diseñar actividades que reflejen una progresión en el tiempo de comprensión y habilidades que requieren
de sus estudiantes.
c) Bitácora de aprendizaje: consiste en pedir a los estudiantes que al final de cada clase o unidad registren por escrito algo que han
aprendido o que les haya llamado especialmente la atención (puede ser en su cuaderno y plataforma virtual). Se sugiere que el registro
se realice bajo la forma de una lista de frases a completar, de las que cada estudiante debe elegir solamente tres en cada clase. Esto le
da variedad a la actividad y permite que cada estudiante adopte una actitud más reflexiva.
Ejemplos de frases:
- Hoy aprendí…
- Me sorprendió que…
- Lo más útil que aprendí en esta clase fue…
- En esta clase me resultó interesante…
- Lo que más me gustó de esta clase fue…
- Una cosa que no estoy seguro de haber entendido es…
- Lo principal sobre lo que me gustaría saber más es…
- Después de esta clase me siento…
- Podría haber aprovechado más esta clase si…
El docente puede aprender bastante sobre su propuesta de enseñanza y sobre el proceso de cada estudiante.
La autoevaluación y la co-evaluación ayudan a que el estudiante conozca mejor las cosas que le ayudan a aprender, fortalecer en su propio
estilo, pero también explorar otros estilos y habilidades.

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