Proyecto: "Una mirada intercultural al VIH, con enfoque de Derechos Humanos".
CURSO VIH Y DERECHOS HUMANOS
Resumen del curso Elaborado por Josué Velásquez, coordinador del curso. Tema 1 Todas las personas vivimos con el VIH: Desinformación, Prejuicios, Estigma y Discriminación. ¿Por qué se considera grave el impacto de la desinformación? La falta de información actúa como el fuego sobre pólvora que se propaga rápidamente, no solo sobre las formas de transmisión, sino también sobre los colectivos. Preguntas como: “¿el VIH afecta solo a los homosexuales y usuarios de drogas?” detecta la estigmatización a la que sometemos a ciertos grupos sociales. Todo, por el desconocimiento y la desinformación que provoca una discriminación brutal hacia las personas que viven con el virus. La respuesta ante esta pregunta la ofrece la ONUSIDA y concluye con un rotundo “no”. Además, aclara que afecta a “cualquier persona que mantenga relaciones sexuales sin protección, comparta equipos de inyección o reciba una transfusión de sangre contaminada puede infectarse por el VIH". Los bebés también pueden contagiarse del VIH a través de sus madres durante el embarazo, el trabajo de parto, después del alumbramiento o a lo largo de la lactancia”. Las agresiones contra quienes viven con VIH son una realidad cotidiana en América Latina. También lo es el miedo a compartir el diagnóstico por la posibilidad de perder su red de apoyo, especialmente necesaria para transitar estos momentos. Se estima que más de un 40% de las personas con VIH no se atreve a compartir el diagnóstico con sus cercanos. Además, muchas denuncian haber sido discriminadas por los mismos trabajadores/as sanitarios/as que deben velar por su salud. Pensamientos disparatados que nos llevan a la discriminación; a creer erróneamente que sentirse atraído por una persona del mismo sexo incrementa las posibilidades de padecer la enfermedad. Sin embargo, los colectivos no son portadores de peligro y sí las malas prácticas. Por lo que normativas como la de Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Omán, Sudán y Brunéi, entre otros 17 países más enmarcados por sus restricciones según la ONUSIDA, debería ser erradicadas. No existir para eliminar las limitaciones de derechos que impiden la entrada o apoyan la deportación por ser portadores del virus. Todo lo anterior se traduce en limitantes para el acceso a pruebas de VIH, diagnósticos tardíos, falta de acceso a tratamiento antirretroviral y por consecuencia la muerte. Así como la violación a los derechos humanos de las personas con VIH en el amplio sentido, ya que se limita el acceso a empleo, educación, salud, seguridad social, etc. ¿En qué se basan los prejuicios? Los prejuicios se desprenden de la necesidad de anticiparse a la realidad para responder rápidamente, un mecanismo natural de pensamiento del ser humano. Es decir que forma parte de los mecanismos de defensa de nuestra mente primitiva, cuyo sentido es protegernos de posibles peligros en base al conocimiento previo. Esto, sin embargo, no significa que los prejuicios sean “naturales”, ni mucho menos. Si bien se explican a través de una respuesta biológica, son enteramente culturales: normalmente tienen su origen en la crianza, a menudo en la cultura que heredamos o aprendemos de nuestros progenitores, o también en traumas personales, sociales o históricos. Son típicos casos de prejuicio: El racismo. Esto es, la valoración positiva y negativa de ciertas razas, en lugar de las personas individuales según sus acciones y conductas. La xenofobia. Es decir, los sentimientos de aversión y desconfianza hacia lo extranjero o lo perteneciente a otras culturas, sin que haya razón alguna más que, posiblemente, la inseguridad o la compensación de una baja autoestima a través de discursos nacionalistas. La homofobia. Lo cual significa el desprecio y la aversión por las personas homosexuales, encajonándolas en un perfil predeterminado en lugar de tenerlas por individualidades. Los estereotipos son patrones sociales previos que, paradójicamente, cumplen al mismo tiempo un papel importante en nuestra organización de la humanidad en categorías, para responder rápida y ágilmente a las situaciones de interacción social, y un papel negativo pues contribuyen a la formación de prejuicios. Los estereotipos son simplificaciones y generalizaciones, que tienden a pensar a los individuos en base a las colectividades a las que pertenecen, en lugar de sus pensamientos, acciones y su personalidad individual (por ejemplo: los negros, los homosexuales, los mexicanos, los blancos, etc.). La frontera que separa los estereotipos de los prejuicios es muy delgada, pero comienza en el momento en que pensamos que un estereotipo es cierto o verdadero, en lugar de entender que se trata de una generalización útil y que nadie encaja a la perfección en ella. ¿En qué acciones identificas el estigma hacia las personas con VIH? El estigma por el VIH se refiere a las actitudes negativas y suposiciones sobre las personas que tienen el VIH. Se trata del prejuicio que se genera cuando se cataloga a alguien como parte de un grupo que se supone ser socialmente inaceptable. Estos son algunos ejemplos: Creer que solo ciertos grupos de personas pueden contraer el VIH. Juzgar moralmente a las personas que toman medidas para prevenir la transmisión del VIH. Sentir que alguien merece contraer el VIH debido a las decisiones que toma. La estigmatización de las personas que tienen el VIH parte del temor al VIH. Muchas de las ideas que tenemos acerca del VIH provienen de las primeras imágenes del VIH que aparecieron a principios de los años 80. Las suposiciones erróneas sobre la forma en que se transmite el VIH y lo que significa tener el VIH todavía existen hoy en día. La combinación de falta de conocimiento e información con la existencia suposiciones obsoletas produce en la gente temor a contraer el VIH. Adicionalmente, muchas personas piensan que el VIH es una infección que solo contraen ciertos grupos de personas. Y esto lleva a que hagan juicios de valor negativos sobre las personas que tienen el VIH. ¿Cuál es el impacto de la discriminación hacia las personas con VIH? La Organización de Naciones Unidas que potencia los esfuerzos de las naciones por mejorar la condición de las personas con VIH (ONU/SIDA), reconoce el estigma y discriminación hacia las personas con VIH como la principal barrera que limita el acceso a los servicios de salud y apoyo social a estas personas considerándola como uno de sus objetivos prioritarios. Enfrentar el rechazo de personas cercanas, familias y el entorno social provoca en las personas pensamientos negativos que perjudican los vínculos sociales, y generan sentimientos de desesperanza, aislamiento, baja autoestima, crisis de identidad y falta de interés hacia la prevención. Las personas con VIH son consideradas como un grupo vulnerable socialmente tanto por las consecuencias de la enfermedad y por el abandono que subyace al diagnóstico. El curso prolongado de la enfermedad y su abordaje como patología crónica requiere de un sistema sanitario que no solo permita el acceso al tratamiento, sino que disponga de contención y apoyo profesional integral para intervenir por un periodo prolongado. Este acompañamiento sanitario debe tener como propósito que estas personas, al igual que toda la población, puedan optar al tratamiento como un derecho fundamental, pero a la vez, al cuidado y acompañamiento humanizado. Por ello, corresponde a las personas profesionales sanitarias actuar, estableciendo una relación de ayuda y colaboración verdadera que será la base para lograr también el compromiso del/la paciente. Reconocer la existencia de prejuicios y discriminación en el entorno social y sanitario en personas VIH permite asumir que es un problema complejo, del cual es necesario conocer cómo se produce, los efectos en las personas que lo padecen y establecer las estrategias necesarias para comenzar a intervenirlo.