La mansión abandonada, oculta en lo alto de la colina, ha sido
objeto de leyendas y rumores durante décadas. Se dice que está
maldita, y que al caer la noche, las sombras cobran vida y susurran historias de terror. Nadie se atreve a acercarse a ella, excepto unos pocos valientes que buscan desafiar sus miedos. Sin embargo, la puerta principal está sellada y protegida por una cadena oxidada que parece advertir a los curiosos de mantenerse alejados. A pesar de la inquietante reputación del lugar, algunas personas aseguran haber visto luces titilantes desde sus ventanas, como si el espíritu de la mansión aún se resistiera a ser olvidado por completo.