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Introducción.

En México se cuenta con problema sociales como la corrupción, el desempleo, escasez,


contaminación, pobreza, desigualdades sociales entre muchas otras cosas porque la lista es larga, en
primer lugar, tenemos a la violencia y la inseguridad como las dos causas que atormentan por día y
noche a la mayoría de habitantes del país. Todo esto mencionado desencadenan más problemas que
afectan a los estados, municipios, comunidades y/o familias.

Lamentablemente hemos normalizado el escuchar crimines por televisión o redes sociales y lo


vemos tan cotidiano que no nos llega a preocupar lo demasiado para darnos cuenta que es un tema que
nos pone en riesgo absolutamente a todos y debe tratarse estrictamente, el tan solo preguntarse si
alguno de nuestros familiares sea un asesino en serie ya es un foco rojo que nos está demostrando que
no podemos confiar en ninguna persona.

La palabra “asesino serial” se ha trastornado por el contenido presentes en series o películas,


aquí el problema es que si ocurre un asesinato en México pasa desapercibido o no genera el morbo
suficiente para que sea investigado por unas semanas y se desvanezca poco a poco.

Dentro de este ensayo se contestarán las preguntas que frecuentemente se hacen las personas
al escuchar asesino, crimen, homicidio, feminicidio, delitos entre otras palabras relacionadas. Y
analizaremos el caso de Andrés Filomeno Mendoza Celis o apodado “el caníbal de Atizapán” que fue
unos de los asesinos que marco al país en el año 2021 que con la investigación de sus crímenes que
cometió nos damos cuenta de la astucia que tenía y la manera en la que pudo cometer más de 17
asesinatos confirmados.

Para iniciar definiremos conceptos importantes para tener claro el punto principal.
A través de la historia se han conocido y estudiado una amplia variedad de asesinos seriales.
Los asesinos en serie están motivados por impulsos psicológicos, por ansiedad de poder y compulsión
sexual. Se han investigado a la mayoría de estos sujetos y en los resultados se detectó que gran parte
de los asesinos declararon haber sido víctima de abusos sexuales en la infancia, esto llega a generar
distintos traumas que posteriormente se convierten en cargas psicológicas y que en algún punto se
desarrollan problemas graves como ira, odio hacia alguno de los 2 géneros, agresividad y muchos de
ellos se vuelven abusadores, violadores y asesinos.

Otro motivo que apareció en los relatos de los asesinos en serie que les motivaba para cometer
los asesinatos era la sensación de control y poder que experimentaban cuando se acababa con la vida
de una persona. Esta necesidad de poder es fruto de sus fantasías; fantasías en las que ellos tenían
todo el control y poder. Este tipo de agresores tienen realmente un autoestima baja y complejos de
inferioridad que les hacen sentir insignificantes.

En un estudio, los asesinos declararon que matar les hacía sentir vivos. Pues sentían un éxtasis
eufórico, una ira violenta que, al momento de ser descargada por medio del asesinato, les provocaba una
sensación de alivio. También relataban que después de cometer el asesinato se convertía en
intranquilidad y miedo, unos ocupaban drogas y sus fantasías y otros robaban objetos de sus víctimas. El
modo operandi de los asesinos seriales puede definirse como la manera en que el criminal opera o actúa
para llevar a cabo sus crímenes. Estos criminales suelen tener características comunes en su modus
operandi y suelen seguir ciertos patrones cuando cometen sus crímenes.

Uno de los primeros patrones que los expertos en criminología han observado en el modo
operandi de los asesinos seriales es el hecho de que sus víctimas suelen tener características similares,
como la edad, género, apariencia física y lugar donde viven. Esto se debe a que los asesinos seriales
suelen tener un perfil particular en su mente de su víctima ideal y buscan constantemente a alguien que
encaje en ese perfil.

Además, los asesinos seriales suelen crear una fachada o una identidad falsa para acercarse a
sus víctimas y ganar su confianza antes de atacarlas. Lo logran a través de la conversación y la
manipulación psicológica. También utilizan diferentes disfraces o apariencias para no ser identificados y
pasar desapercibidos. Otro patrón común en el modo operandi de los asesinos seriales es que suelen
planificar cuidadosamente sus ataques y huyen de la escena del crimen con rapidez, para evitar ser
atrapados. Utilizan diferentes técnicas para cubrir sus huellas o eliminar cualquier evidencia que puedan
dejar. En algunos casos, los asesinos seriales suelen dejar objetos o mensajes en la escena del crimen
o enviarlos a las autoridades policiales para desafiar la captura y crear miedo en la sociedad. Estos
objetos o mensajes suelen ser mensajes codificados, dibujos macabros, fotografías o incluso partes del
cuerpo de sus víctimas.
Feminicidios.

El feminicidio es un problema social que ha cobrado mayor relevancia en los últimos años debido
a la cantidad de casos que se han reportado en diferentes partes del mundo. Este término se refiere al
asesinato de mujeres por el simple hecho de ser mujeres, es decir, por su género.

El problema se ha agravado debido a la falta de medidas preventivas y de justicia en muchos


países. Las mujeres son víctimas de diversos tipos de violencia, ya sea física, psicológica, sexual o
económica, y en algunos casos, culminan en su muerte a manos de sus agresores.

Las causas del feminicidio son diversas y complejas, pero algunas de las más comunes son la
discriminación de género, la falta de acceso a la educación y al trabajo, la pobreza, el consumo de
drogas y la violencia intrafamiliar. Todas ellas fomentan un ambiente de desigualdad y de violencia hacia
las mujeres. Es importante destacar que los feminicidios no solo afectan a las mujeres, sino también a
sus familias y comunidades enteras. Cada vez que una mujer es asesinada, se pierden sus sueños y
aspiraciones, junto con el potencial de contribuir al desarrollo de su comunidad y país.

La violencia de género eta muy marcada en la vida cotidiana y según datos de INEGI En 2021, a
nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70.1 % han experimentado al menos un incidente
de violencia, que puede ser psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación en al
menos un ámbito y ejercida por cualquier persona agresora a lo largo de su vida.

La violencia psicológica es la que presenta mayor prevalencia (51.6 %), seguida de la violencia
sexual (49.7 %), la violencia física (34.7 %) y la violencia económica, patrimonial y/o discriminación (27.4
%). Y según las entidades federativas donde las mujeres de 15 años y más han experimentado mayor
violencia a lo largo de su vida son: Estado de México (78.7 %), Ciudad de México (76.2 %) y Querétaro
(75.2 %).

Se considera feminicidio si cuenta con las siguientes características:

I. Exista o haya existido entre el agresor y la víctima una relación de

parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio,

concubinato, noviazgo o cualquier otra que implique confianza,

subordinación o superioridad de la que se haya valido;

II. Exista, o haya existido, entre el agresor y la víctima una relación

sentimental, laboral, escolar o cualquier otra que implique confianza,

subordinación o superioridad y exista antecedente documentado de


violencia;

III. La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo;

IV. A la víctima se le hayan infringido lesiones infamantes, degradantes o

mutilaciones previamente a la privación de la vida, o presente

marcas infamantes o degradantes sobre el cadáver, necrofilia, o éste

sea mutilado;

V. Hayan existido amenazas, acoso o lesiones del agresor en contra de

la víctima, o misoginia;

VI. El cuerpo de la víctima sea expuesto o arrojado en un lugar público;

VII. La víctima haya sido incomunicada previo a la privación de la vida;

VIII. La víctima se encuentre en estado de gravidez y ese haya sido el

motivo del hecho; y,

IX. Todas aquellas circunstancias que no hayan sido descritas pero que

sean consideradas en las legislaciones penales federales y estatales.


Asesinos seriales en México

Los asesinos seriales han sido objeto de fascinación y morbo para la sociedad en general
durante décadas. En México, este fenómeno delictivo no es ajeno y ha sido objeto de atención pública en
varias ocasiones.

Uno de los casos más impactantes de asesinos seriales en México es el de Juana Barraza,
conocida como "La Mata viejitas". Barraza fue encontrada culpable de la muerte de al menos 11 mujeres
de edad avanzada a quienes asesinó por asfixia o golpes. Este caso fue particularmente espeluznante
debido a que Barraza parecía ser una persona completamente normal, sin antecedentes penales y con
trabajo estable. Sin embargo, terminó con una condena a 759 años de prisión.

Otro caso que causó conmoción fue el de Francisco Guerrero Hernández, conocido como "El
Chalequero". Guerrero fue uno de los primeros asesinos seriales documentados en México y fue
responsable de la muerte de al menos 30 mujeres en la ciudad de México en la década de los 80. Su
modus operandi consistía en ofrecer trabajo a sus víctimas en la industria del cine para después
asesinarlas. Guerrero fue finalmente capturado y condenado a prisión.

Sin embargo, el problema de los asesinos seriales en México va más allá de estos casos. De
acuerdo con cifras del gobierno, México es uno de los países con mayor número de homicidios
registrados en todo el mundo. Aunque no todos los homicidios son cometidos por asesinos seriales, sí se
ha documentado la presencia de múltiples casos en todo el territorio mexicano.

Este fenómeno es preocupante debido a que muchos de estos criminales actúan sin ningún tipo
de patrón específico, lo que hace que resulte mucho más difícil para las autoridades capturarlos.
Además, la falta de recursos y la corrupción en algunas instancias gubernamentales complica aún más la
tarea de llevar a estos criminales ante la justicia.
El caníbal de Atizapán

El caso del caníbal de Atizapán es uno de los más atroces y controversiales en la historia
reciente de México. Se trata de un hombre que fue acusado de asesinar y desmembrar a varias
personas con el fin de consumir sus cuerpos. Este triste episodio, que tuvo lugar en el Estado de México
en el año 2019, no solo conmocionó al país entero, sino que también abrió muchas discusiones respecto
a la delimitación de la línea que separa la cordura de la locura.

El caso en sí mismo es tan morboso como escalofriante, pero la verdad es que detrás de esta
historia hay muchas aristas que merecen ser analizadas.

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