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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
ESTADO - GUÁRICO

EL PAGO DE LO INDEBIDO

Facilitador: Participantes:
Dr. Emilio Donaire Luis Bolívar C.I. V-16.076.446
Cátedra: Obligaciones III Yeliptza Mejias C.I. V- 10.665.042
Rosmary Romero C.I . V-18.815.406
Luis Robles C.I. V-19.986.225
Sarai Ochoa C.I. V-23.663.426
Leandro Tamayo C.I. V-28.050.158

5TO. Año. Sección 5


Introducción

En el pago de lo indebido existe la entrega de una cosa o un pago de una supuesta


obligación, y que no tiene razón jurídica que lo justifique, donde el Accipiens o persona
que recibe el pago se le da un incremento de su patrimonio sin justa causa, debiendo
restituir o indemnizar al Solvens (quien es la persona que realizo pago) debido a que se
disminuye sin justa causa su patrimonio.

En tal sentido, tiene como fundamento en que otra persona se enriquece sin razón de ser
y en perjuicio del patrimonio de quien pago; es aquel enriquecimiento sin causa, el cual se
produce sin existir una obligación o relación jurídica entre las partes, tomando en cuenta
que este enriquecimiento sin causa es fuente de obligaciones.

De allí que, todo pago presupone la existencia de una deuda, si esta no existe como
relación jurídica entre las partes, deberá aplicarse la Repetición de lo indebido o repetición
de lo pagado, que no es otra cosa que el Derecho que tiene el Solvens de la devolución o
indemnización (que realiza el Accipiens) de lo que ha entregado sin justa causa. Esta
repetición no se admite respecto de las obligaciones naturales que se han pagado
espontáneamente.

Es por ello, que en esta investigación se profundizara sobre el pago de lo indebido,


concepto, disposiciones legales, hipótesis en los cuales puede ocurrir, requisitos, casos
especiales, efectos o monto de repetición.
El pago de lo indebido

Concepto.

El supuesto del pago de lo indebido es lo que ocurre cuando una persona denominada
solvens efectúa un pago, es decir el cumplimiento en especie o dinero de cualquier
obligación a otra persona denominada accipiens, sin tener causa que lo justifique o
legitime.

El pago efectuado por el solvens puede consistir en la ejecución o cumplimiento de


cualquier prestación y no necesariamente en la entrega de una suma de dinero.

Su efecto principal es que el pago está sujeto a repetición. Esencialmente, produce en el


accipiens la obligación de restituir lo recibido, distinguiéndolo según haya obrado de buena
o de mala fe.

Disposición legal.

En Venezuela, nuestro Código Civil, consagra el pago de lo indebido como fuente


autónoma de obligaciones.

En tal sentido, el pago de lo indebido, también denominado en otras legislaciones “pago


por error”, está previsto expresamente en nuestro Código Civil dentro de las fuentes de las
obligaciones, regulado en los arts. 1178 al 1183.

Cabe señalar que la principal disposición legal está consagrada en el primer párrafo del
art. 1178 CC, el cual dispone: “Todo pago supone una deuda: lo que ha sido pagado sin
deberse está sujeto a repetición. La repetición no se admite respecto de las obligaciones
naturales que se han pagado espontáneamente”.

Hipótesis en que puede ocurrir.

Hipótesis en las cuales puede ocurrir el pago de lo indebido:

-El pago por error: que contiene a su vez dos especies:

a) el pago de deuda ajena por quien por error se cree deudor. En tal situación, el error
específicamente es sobre la calidad del solvens, quien se asume como deudor sin serlo; y

b) el pago hecho con una cosa que cree deberse, cuando en realidad es otro el objeto
debido. Aquí el error radica en el objeto debido.

En los dos supuestos, el "accipiens" es acreedor y tiene título para recibir el pago, acto
que, pese a ello, se anula por mediar un error esencial
-El pago sin causa: que no corresponde a una obligación que conceda título al "accipiens"
para recibirlo. En este anaquel, encuadra diversas especies:

a) el pago sin causa propiamente dicho;

b) el pago hecho teniendo en vista una causa futura, que luego se frustra;

c) el pago por una causa ilícita, que corresponde a una obligación contraria a las leyes o al
orden público.

Al respecto se ha dicho que sea que exhiba nulidad absoluta o relativa, el pacto usurario
es indudablemente ilícito, contrario al art. 954 del Cód. Civil y por lo tanto los pagos
efectuados con causa ilícita fueron y son repetibles, según lo dispuesto por el art. 794 del
Cód. Civil. En el presente caso hipotético, en que una empresa, disconforme con la
pesificación de la deuda de su clienta, retuvo a ésta documentación necesaria para transferir
registralmente el vehículo hasta que aceptara el pago del "mayor valor" pretendido por la
accionada, se resolvió judicialmente ante el reclamo de la clienta que el mismo carecía de
causa. Dijimos allí que nadie dudaba que la empresa tenía el derecho de concurrir a los
tribunales para ejercitar una acción de reajuste, en los términos autorizados por la
legislación de emergencia, si su contraria se negaba injustificadamente a renegociar la
obligación. Pero tampoco puede dudarse que, no habiéndose ejercitado dicha acción, no
habiéndose informado a la co-contratante de sus derechos y obligaciones, habiéndosele
retenido documentación y no habiéndose suscripto un convenio modificatorio del original,
carece la accionada de título para retener el "mayor valor" que percibiera. Ello así, se está
en presencia de un pago indebido.

d) el pago por una causa inmoral o contraria a las buenas costumbres;

e) el pago de causa cesante, hecho en razón de una causa inicialmente existente, pero que
luego dejó de existir.

-El pago hecho por una causa ilícita a las buenas costumbres: aquí el hecho es sobre un
hecho ilícito tales como el uso de dolo o violencia, pago que se convierte nulo en razón de
estos vicios, aunque pudiera corresponder a una obligación válida.

Requisitos.

Para que estemos en presencia de un pago de lo indebido, se deben cumplir los siguientes
requisitos:

1. Cumplimiento de una prestación a título de pago, es necesario que se efectúe un pago,


entendiéndose como tal la ejecución o el cumplimiento de determinada prestación la cual
puede consistir, bien en la entrega de una cosa cierta o in genere, transfiriendo o no la
propiedad, bien en el cumplimiento de una determinada actividad o conducta. La entrega
de la cosa, o el cumplimiento de una obligación de hacer, debe haberse hecho a título de
pago.

2.- La ausencia de causa, es necesario que el pago efectuado por el solvens no tenga causa,
es decir, no pueda justificarse ni legitimarse dentro del ordenamiento jurídico positivo. Ello
significa que el pago efectuado por el solvens no responde a ninguna obligación valida
entre el solvens y el accipiens, se refiere, pues, a una deuda indebida. Tal circunstancia ha
obligado a la doctrina a clasificar los casos en los cuales debe considerarse una obligación
como indebida. Tal circunstancia ha obligado a la doctrina a clasificar los casos en los
cuales debe considerarse una obligación como indebida en varias categorías:

I) Pago de lo indebido objetivo: es cuando la obligación nunca ha existido, lo que puede


ocurrir: 1) Porque jamás nació la obligación, bien porque solo hubo una apariencia, como
cuando se paga una obligación cuyo título se comprueba, 2) al pagar más de lo debido: a)
Entrego mil cuando solo son cien. b) Porque la obligación no ha llegado a ser exigible,
nacer válidamente, tal como ocurre cuando está sometida a condición suspensiva y el pago
se realiza pendiente conditionem, antes de cumplirse la condición. En cambio, si se trata de
un término la obligación existe, si el deudor paga anticipadamente, no hay pago de lo
indebido, puede haber enriquecimiento sin causa en cuanto al valor de haber pagado
anticipadamente; los intereses entre la fecha de pago y el día en que vencía la obligación
(Art. 1213 CC). c) Porque la obligación que se ha pretendido pagar, ya se había extinguido
con anterioridad por cualquier causa: bien sea por haber sido pagada por el propio deudor o
por un algún coobligado solidario, por haberse compensado, por haberse novado, o haber
sido remitida. Si hubiere prescrito, el pago no es debido ya que si se ha pagado una
obligación estando prescrita, se ha cumplido con una obligación natural, suficiente para
causar el pago. d) Cuando la obligación ha sido declarada nula, bien sea nulidad absoluta o
relativa. e) Al haberse declarado resuelto un contrato bilateral, cuando habiendo cumplido
una de las partes, parcial o totalmente sus obligaciones, la otra no ha cumplido. Sin
embargo, algunos autores consideran que tratándose de la solución del contrato, no hay
pago de lo indebido, sino un efecto directo de la accion resolutoria, doctrina a la cual nos
adherimos. f) Cuando el acreedor a cumplido una obligación valida, se había extinguido por
imposibilidad sobrevenida: causa extraña no imputable (caso fortuito o fuerza mayor).

II) Pago de lo indebido subjetivo, en esta hipótesis existe una obligación valida, solo que el
pago se hace por el verdadero deudor a un tercero, o por un tercero al verdadero acreedor.

a) Cuando siendo el solvens el verdadero deudor, efectúa el pago a quien no era su


acreedor, hipótesis contemplada en el primer párrafo del artículo 1179 del Código Civil, el
cual expresa: “la persona que por error ha hecho un pago a quien no era su acreedor, tiene
derecho de repetir lo que ha pagado”. b) Cuando el verdadero acreedor recibe un pago del
solvens que no era su deudor, pero que se creía verdaderamente tal, por ejemplo, el solvens
recibe el pago de una indemnización de quien creía ser responsable por un hecho ilícito
cometido en su perjuicio por un tercero. Nuestro Código Civil, en su artículo 1179
(segundo párrafo), exime al verdadero acreedor de repetir el pago, si este se ha privado de
buena fé de su título o de las garantías de su acreencia o ha dejado prescribir su acción. En
tal caso el solvens no tiene accion sino contra el verdadero deudor para que reembolse lo
pagado. El verdadero acreedor no tiene por qué correr los riegos del pago hecho por quien
no era su deudor, pues el pago hecho por un tercero es válido (Art. 1283 CC). El simple
hecho de no cumplir no puede interpretarse como novación, pues esto se presume; es
necesario que esta aparezca claramente del acto (Art.1315CC).

3. La ausencia de la causa: Dado que en nuestro derecho existe una presunción relativa juris
tantum de causa, mediante la cual esta se presupone que existe y es lícita (Art. 1158 CC),
todo pago realizado por el solvens se presume causado. Ello implica porque nuestro
legislador, al encabezar las disposiciones relativas al pago de lo indebido, dispone: “Todo
pago supone una deuda”, lo que significa que en principio todo pago efectuado por el
solvens se reputa que tiene una causa licita y corresponde al solvens desvirtuar esa
presunción mediante la prueba contraria. Al solvens le corresponde la carga de la prueba de
la ausencia de causa, para lo cual es admisible cualquier medio probatorio. La prueba de la
ausencia de causa puede en algunos casos convertirse en una prueba negativa indefinida, en
el sentido de que el solvens se vería en la obligación de demostrar que el pago no
corresponde a ninguna de las causas contempladas en el ordenamiento jurídico positivo
(tendría que probar que no ha incurrido en ningún hecho ilícito, que no ha celebrado ningún
contrato, etc) , lo que al ser materialmente imposible de efectuarse, obliga en la práctica al
solvens a demostrar la ausencia de causa mediante la comprobación de un hecho positivo
que lo configure. Ese hecho positivo comprobable por el deudor consiste en la
demostración del error como motivo del pago, es decir, es decir que este se efectuó por una
equivocación o falsa apreciación de la realidad.

3.- Error del solvens. La prueba de error, al ser la más cómoda forma de demostrar la
ausencia de causa, ha llevado a algunos autores a sostener el criterio de que la demostración
del error es esencial para la existencia del pago de lo indebido. De allí que, el error que
puede ser de hecho o de derecho y radica en creer equivocadamente que existía a favor de
quien cobra la obligación pagada, porque por ejemplo se pensaba que todavía no se había
pagado la obligación que realmente se pagó antes o porque se pensó que existía una
obligación que nunca hubo o porque se extinguió por otra causa distinta al pago
(compensación o condonación) o porque se piensa que se debe cuando no es así o porque el
que recibe el pago no es el verdadero acreedor. Para Demogue y otros autores, la prueba del
error no es necesaria para la demostración del pago de lo indebido, sino en los casos en los
cuales el legislador requiere el error como supuesto indispensable de la repetición, tales
como cuando se trata de un verdadero deudor que por error paga a quien no era su
acreedor, o cuando se trata de un verdadero acreedor que recibe un pago de un solvens que
se cree deudor, ambos contemplados en el artículo 1179 del Código Civil. Hoy en dia la
doctrina predominante y la jurisprudencia francesa solo exigen la prueba de error en el pago
de lo indebido subjetivo, bien sea que se pagó en la acreencia de ser deudor a quien no era
acreedor o haberse equivocado en cuanto a la persona del acreedor, tesis acogida por el
Código Civil vigente: “la persona que por error ha hecho un pago a quien no era su
acreedor, tiene el derecho de exigir lo pagado” (Art. 1179 CC).

Casos especiales del pago de lo indebido

El pago al incapaz.

La disposición legal del pago al incapaz, se encuentra establecido en el artículo 1288 CC, el
cual dispone: “El pago hecho al acreedor no es válido, si este era incapaz de recibirlo, a
menos que el deudor pruebe que la cosa pagada se ha convertido en utilidad del acreedor”.

En tal sentido, se podría considerar como un caso especial de enriquecimiento sin causa,
aun cuando en puridad al existir una acción concreta que regula este supuesto de hecho,
falta el elemento de subsidiariedad típica del enriquecimiento sin causa.

Declarada la nulidad del pago, independientemente de la validez o nulidad del contrato


del cual ha nacido la obligación de pagar, subsiste un desplazamiento entre dos patrimonios
sin causa jurídica que lo justifique.

El pago al incapaz se puede producir en varios supuestos, entre ellos: A) Pago al


entredicho de una prestación, cuya causa es un contrato valido; por ejemplo, celebrado
antes de la incapacidad. B) Pago al demente, declarado posteriormente entredicho. C) Pago
al menor sin discernimiento de una obligación nacida de un contrato celebrado por su
representante legal.

Solicitada la restitución de lo pagado, el actor deberá probar los requisitos de pago de lo


indebido, y que el dinero o la cosa se hayan convertido en provecho de lo incapaz.

Es por ello que, las cuatro situaciones antes expresadas tienen las siguientes
consideraciones:

1. Pago al menor sin discernimiento, es cuando el único autorizado para recibir el pago
es su representante legal y por consiguiente, el pago hecho directamente al menor, a
quien no se le puede imputar culpa, no produce ningún efecto.
2. Pago hecho al entredicho por defecto intelectual, después de declarada la
interdicción, el entredicho por defecto mental es incapaz para recibir el pago;
solamente su representante legal puede hacerlo. Cuando el pago ha sido hecho antes
de haberse declarado la interdicción, será necesario probar que la causa de la
interdicción exista en el momento del pago; o la mala fe del solvens (Art. 405 CC),
en cuyo caso puede aplicarse por analogía el principio de no estar obligado el
solvens a repetir lo que se haya convertido en provecho del entredicho. En los dos
últimos casos, al pedir el representante del incapaz la devolución del pago,
corresponderá al solvens probar que el dinero o la cosa recibida en pago subsiste
para el momento de la demanda. No se puede imputar culpa al demente ni al menor
sin discernimiento; y por consiguiente, si la cosa ha parecido por culpa del incapaz
o el dinero u otra cosa in genere ha sido dilapidado por este, el solvens estará
obligado a pagar de nuevo, salvo lo que se hubiere convertido en provecho del
incapaz, bien sea porque el objeto del pago, o lo que haya sustituido, subsiste
totalmente en su patrimonio o si el incapaz se hubiere aprovechado de la prestación
recibida.
3. Pago hecho al entredicho por causa penal, el pago hecho al entredicho por causa
penal, teniendo discernimiento, incurre en culpa al recibir un pago que sabía o
debería saber que no podía recibir y, en consecuencia, no puede reclamar la
repetición.
4. Pago al menor con discernimiento, tratándose del menor con discernimiento, el Juez
deberá apreciar si el menor podía o no saber que no estaba facultado para recibir el
pago. En efecto, puede presumirse que el menor con discernimiento ha incurrido en
culpa al recibir el pago, y por consiguiente, es responsable por su hecho ilícito.

A tales efectos, el riesgo de pago lo corre el deudor, a este corresponde averiguar si el


accipiens está capacitado o no para recibir el pago. En el caso del demente que
demuestra evidentes signos de incapacidad natural, debe aplicarse la misma regla del
pago a quien legalmente ha sido declarado entredicho.

Efectos.

Los efectos del pago de lo indebido puede clasificarse en dos categorías: efectos relativos
al accipiens y efectos relacionados con el solvens.

1. Efectos relativos al accipiens: la obligación de restituir, el fundamento en relación


al accipiens es que este queda obligado a la repetición de la recibido. Por repetición
se entiende el derecho que tiene el solvens a exigir la devolución o restitución de lo
recibido por parte del accipiens. Repetir el pago significa la devolución de lo
pagado, o de una manera más general, la restitución de la prestación ejecutada. La
acción de repetición que intenta el solvens persigue el cumplimiento de la
obligación de restitución por parte del accipiens.

2. Reglas que rigen la restitución del accipiens: es necesario distinguir varias hipótesis,
aquí nos encontramos: 1. con el accipiens de la mala fe: A) Si lo recibido era dinero
o una suma in genere, está obligado a restituir tanto el capital como los intereses, o
los frutos desde el día del pago (art. 1180 CC). B) Si lo recibido es una cosa
determinada, como norma general el accipiens debe restituirla si subsiste, si ha
deteriorado o destruido, aun por caso fortuito, el accipiens queda obligado a restituir
su valor según la estimación que se haga para el día del emplazamiento para la
contestación de la demanda por restitución, salvo el derecho del solvens de exigir la
cosa deteriorada y una indemnización de daños y perjuicio por la disminución de su
valor (art. 1181). C) Si ha recibido una prestación de hacer, ante la imposibilidad de
restituirla, la doctrina predominante considera que debe aplicarse las reglas del
enriquecimiento sin causa. 2.-Accipiens de buena fe: 1) No está obligado a restituir
los intereses o los frutos de la cosa recibida. Así se desprende de una sana
interpretación a contrario del art. 1180 CC, que obliga a restituir al accipiens de
mala fe. Sin embargo, el accipiens, aun siendo de buena fe, debe intereses desde el
emplazamiento para la contestación de la demanda, pues a partir de esa fecha
incurre en mora. 2) Si lo recibido fue una cosa determinada, está obligado a
restituirla si subsiste (art. 1181, primer párrafo CC); si ha destruido o deteriorado,
queda obligado a indemnizar al solvens solo hasta el monto de lo que se ha
convertido en su provecho (último párrafo del art. 1181 CC); es decir, el equivalente
a su enriquecimiento. 3) Si enajena la cosa antes de conocer su obligación de
restituirla
3. Efectos relativos al solvens: en relación con el solvens a quien se le hubiere
restituido la cosa, queda obligado a reembolsar tanto al accipiens de buena o de
mala fé, los gastos hechos para la conservación de la cosa, así como los gastos útiles
(las mejoras), salvo el accipiens no pueda reclamar por mejoras sino la suma menor
entre el monto de las impensas y el mayor valor dado a la cosa (arts. 1183 y 792
CC).
4. Efectos con los terceros adquirientes: Se entiende por tercero adquiriente el que
hubiese adquirido la cosa del accipiens a título oneroso o título gratuito, en estos
caso tenemos: A) Si la adquisición fue a título oneroso, el tercer adquiriente queda
obligado ante el solvens si este se hace ceder del accipiens su acción contra el tercer
adquiriente. B) Si la adquisición es a título gratuito, el tercer adquiriente queda
obligado para con el solvens dentro de los límites de su propio enriquecimiento,
hasta el monto de lo que se ha convertido en su provecho.

Análisis Jurisprudencial. Sentencia N° 2012-0363. Exp. AP42-R-2011-000802. Fecha:


01/03/2012. Corte Segunda Contencioso Administrativo ( Ahora Juzgado Nacional
Segundo Contencioso Administrativo de la Región Capital)

Magistrada Ponente: Dr. Alexis José Crespo Daza


Vista la Sentencia 2012-0363, de fecha 01 de Marzo de 2012, emanada de la Corte Segunda
Contencioso Administrativo (Ahora Juzgado Nacional Segundo Contencioso
Administrativo de la Región Capital), mediante la cual el Magistrado Ponente Dr. Alexis
José Crespo Daza, declaró sin lugar recurso de apelación contra la sentencia dictada en
fecha 27 de abril de 2011, por el Juzgado Superior Séptimo en lo Contencioso
Administrativo de la Región Capital, mediante la cual declaró procedente la acción de
repetición propuesta por el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria
(FOGADE), contra Marisela de Jesús Reyes Rivas, podemos hacer las siguientes
consideraciones:

PARTE ACTORA.

El Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE

PARTE DEMANDA.

Marisela de Jesús Reyes Rivas

APELACIÓN DE LA DEMANDA.

En fecha 26 de julio de 2011, el abogado Stanislavo Konopnicki, actuando con el carácter


de apoderado judicial de la parte demandada, fundamentó la apelación en los siguientes
términos:
Por todo lo anteriormente expuesto, solicito a la Corte revoque la decisión (...) que
desestimó el punto previo de la IMPROPONIBILIDAD EN DERECHO DE LA
PRETENSIÓN DE LA PARTE ACTORA POR IMPROCEDENTE (...).” (Resaltado y
mayúsculas del texto).
Argumentó, que “(...) el Juzgado de la Causa consideró que existía un acto administrativo y
ese acto administrativo es (...) la misiva que FOGADE le envía a mi representada en fecha
27 de septiembre de 2004 (...) En el presente caso, la ciudadana Juez, obvió la valoración
de la prueba y omitió el pronunciamiento respecto a la impugnación y ataque se efectuó de
dicha misiva con lo cual infringió lo preceptuado en el Artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil (...) la ciudadana Juez le otorgó pleno valor a dicha prueba y incluso –
siendo evidente- que esa misiva no cumplió en modo alguno con el procedimiento previsto
en el Artículo 48 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, ni se llevó a cabo
la tramitación y resolución del expediente administrativo de acuerdo a lo preceptuado en el
Artículo 60 ejusdem. (...) este pronunciamiento del Juzgado de la Causa conlleva a una
declaratoria de indefensión de mi representada, puesto que se desconoce en la sentencia el
derecho al debido proceso y a la defensa de mi representada ante una misiva que de
considerarse, un ACTO ADMINISTRATIVO, el mismo es NULO DE NULIDAD
ABSOLUTA (...) se observa que el Juzgado de la Causa al valorar la misiva de FOGADE
de fecha 27-09-2004, como un ACTO ADMINISTRATIVO VALIDO (sic) procedió a
errar en el juzgamiento y por lo tanto, se infringió una regla de valoración de la prueba, le
otorgó un valor probatorio que no le corresponde por ley (...)” (Mayúsculas del texto).

Denunció, que “(...) OMITIÓ PRONUNCIAMIENTO SOBRE LAS PRUEBAS


PROMOVIDAS Y EVACUADAS (...) ES DECIR HUBO UN SILENCIO DE PRUEBAS
Y POR ENDE, APARTE DE VIOLAR EL DERECHO A LA DEFENSA DE MI
REPRESENTADA, INFRINGIÓ LO PRECEPTUADO EN EL ARTICULO (sic) 509 DEL
CODIGO (sic) DE PROCEDIMIENTO CIVIL (...).” (Resaltado y mayúsculas del texto).
Relató, en este orden de ideas, que la misiva “(...) de fecha 24 de noviembre de 2004, que
mi representada remitió al VICEPRESIDENTE DEL FONDO DE GARANTIA (sic) DE
DEPOSITOS (sic) Y PROTECCION (sic) BANCARIA (FOGADE) (...) que prueba que mi
representada dio respuesta (sic) a la misiva de Fogade de fecha 27 de septiembre de 2004
(...).” (Mayúsculas del texto).

Arguyó, que tampoco se consideró el “(...) ACTO ADMINISTRATIVO EMANADO DE


LA SALA PLENA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA DE FECHA 29 DE
OCTUBRE DE 2003 (...) SOLICITUD DE REVISIÓN DE LA DECISIÓN DE LA SALA
DE FECHA 24 DE OCTUBRE DE 2001, POR PARTE DEL DR. CARLOS MIGUEL
ESCARRA (sic) MALAVE (sic) (...).” (Resaltado y mayúsculas del texto).

Argumentó, en relación con el silencio de pruebas delatado y en referencia a la prueba de


exhibición, que “(...) DEL RESULTADO DE LA EXHIBICIÓN DEL MEMORANDO DE
LA GERENCIA DE RECURSOS HUMANOS No. 009-00, de fecha 31/03/2000, (...) en
virtud de ese Memorando la Gerencia (sic) Recursos Humanos efectuó un planteamiento
sobre los pasivos laborales a la Consultoría Jurídica y, en este sentido, el de considerar
como adelanto de antigüedad las cantidades recibidas por el personal que laboró en la
Administración Pública con anterioridad al ingreso al Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (Fogade). Con ello se probó que FOGADE no incurrió en pago por
error (...).” (Resaltado y mayúsculas del texto).

En virtud de lo expuesto se tiene que se APELA DE LA PREMISA GENERAL


ESTABLECIDA EN LA SENTENCIA POR EL JUZGADO SUPERIOR (...) AL
CONSIDERAR COMO TAL LA VIGENCIA Y APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 37 DE
LA REFORMA PARCIAL DEL REGLAMENTO GENERAL DE LA LEY DE
CARRERA ADMINISTRATIVA (...).”

Expuso en este sentido, que “(...) APELO EN SU TOTALIDAD DE LAS


AFIRMACIONES CONTENIDAS EN LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL
CONTENIDAS EN ESTE PUNTO Y EN DONDE DEJA DE VALORAR EL ARTICULO
(sic) 220 DE LA LEY GENERAL DE BANCOS Y OTRAS INSTITUCIONES
FINANCIERAS, DESCARTA LA APLICACIÓN PREFERENTE DE LAS NORMAS
ESPECIALES DE LOS FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS DE FOGADE Y DECIDE
QUE EL REGIMEN (sic) APLICABLE ES EL ARTÍCULO 37 DE LA REFORMA
PARCIAL DEL REGLAMENTO GENERAL DE LA LEY DE CARRERA
ADMINISTRATIVA (...).” (Resaltado y mayúsculas del texto).

Insistió, en que “(...) SE APELA DE LA DECISION (sic) DE FONDO DE LA


SENTENCIADORA RESPECTO A LA VERIFICACIÓN QUE EFECTUÓ CON
CIERTOS MEDIOS PROBATORIOS INDICADOS EN LA SENTENCIA Y EN LA
CUAL CONCLUYO (sic) QUE SE HABIA (sic) EFECTUADO UN PAGO EN
TRANSGRESION (sic) DEL ARTICULO (sic) 37 DE LA REFORMA PARCIAL DEL
REGLAMENTO GENERAL DE LA LEY DE CARRERA ADMINISTRATIVA

Concluyó, manteniendo, que “(...) En virtud de los planteamientos de hecho y de derecho


expuestos sobre el análisis efectuado por la Sentenciadora de los medios de prueba que le
sirvieran de base o fundamento de su decisión, se rechaza y por lo tanto APELA de la
conclusión a la cual llegó el Juzgado de la Causa de considerar de que a mi representada se
le había pagado prestaciones sociales por el tiempo de servicio ‘previo’ a Fogade y que ese
supuesto pago ya había sido pagado por los otros organismos públicos, lo cual no resulta de
las actas del expediente, ni existe cálculo alguno que lo determine. Asimismo, se APELA
de la decisión de la Sentenciadora de considerar injustificado y sin justa causa el supuesto
pago que dice FOGADE efectuó pro (sic) error, en razón a los fundamentos de hecho y de
derecho alegados en ese escrito. Por las mismas razones jurídicas se APELA de la decisión
del Juzgado de la Causa de considerar que Fogade asumió una posición de deudor que
legalmente no había adquirido y además que efectuó un juicio equivocado de la verdad que
contravino el artículo 37 de la Reforma Parcial del Reglamento General de la Ley de
Carrera Administrativa (...).” (Mayúsculas del texto).

MOTIVACIONES PARA DECIDIR

De la competencia para conocer el recurso de apelación interpuesto: Previo a cualquier


pronunciamiento corresponde a esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo
verificar su competencia para conocer de este asunto, para lo cual observa que el presente
caso lo determina una demanda de repetición de pago de lo indebido ejercida por el
Instituto Autónomo Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) en
apelación y siendo que esta Corte ostenta su competencia conforme con lo previsto en el
artículo 1º de la Resolución Nº 2003/00033 de la Sala Plena del Tribunal Supremo de
Justicia, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº
37.866, de fecha 27 de enero de 2004, en concordancia con el numeral 7 del artículo 24 de
la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, publicada en la Gaceta
Oficial Nº 39.451, de fecha 22 de junio de 2010.
-De los instrumentos fundamentales de la demanda:

Así las cosas, en la fundamentación de la apelación de fecha 26 de julio de 2011, en


relación con los instrumentos fundamentales de la demanda, expresó la recurrente que “(...)
se encuentra un estado de cuenta cursante al folio 32 de las actas procesales que según ese
Juzgado precisa la existencia de un abono ejecutado presuntamente en una cuenta
presuntamente perteneciente a la demandada (...) El supuesto Estado de Cuenta de
Fideicomiso emitido por el Banco Mercantil, consignado marcado ‘C’, fue IMPUGNADO
Y ATACADO por esta representación judicial de conformidad con lo establecido en el
Artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, habida consideración de la certificación
que efectuó FOGADE de un documento emanado de un tercero y en virtud de que de dicho
documento lo que se presenta son cantidades de dinero que se depositaban a mi
representada producto de la relación laboral con FOGADE y, por lo tanto, de ese
documento no se deriva –en modo alguno- la existencia de un pago indebido (...).

De lo anterior resulta, que el apelante solicitó la inadmisibilidad de la demanda por


violentar lo establecido en el numeral 4 del artículo 39 (rectius: 35) de la Ley Orgánica de
la Jurisdicción Contencioso Administrativa pues, según sus dichos, no acompañó el
demandante a su libelo de la demanda los documentos fundamentales.
En este sentido, el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la
Región Capital en fecha 27 de abril de 2011, dictó sentencia en la cual expresó:
“Como primer punto previo, la parte accionada propuso la inadmisibilidad de la demanda
interpuesta por la carencia de instrumentos fundamentales que sirvieran de sustento a la
presente acción, motivado a que, en su criterio, las documentales presentadas por la parte
actora ‘no tienen fuerza para fundamentar la demanda’.

.
En el caso de marras, basta con analizar el objeto de la acción de repetición para
comprender que la parte demandante tenía la carga de aportar al proceso, cualquier
documental que se relacionara con la ocurrencia del pago presuntamente indebido, y el
vínculo existente entre dicho abono y la parte demandada; precisado lo anterior, y tras la
revisión las actas procesales -sin que ello constituya un pronunciamiento adelantado sobre
la valoración de las documentales aportadas con el escrito libelar- aprecia este Juzgado que
la parte demandante aportó varios documentos sobre los cuales sustentó su acción, vale
decir, aquellos con los cuales, a su criterio, se demuestra la ocurrencia del pago y la
relación del mismo con la ciudadana demandada….

Siendo esto así, y como quiera que la parte actora trajo a los autos una multiplicidad de
documentales sobre las cuales fundamentó su accionar, y que permiten a este Juzgado
revisar cualquier consideración de admisibilidad, quien hoy sentencia desestima el punto
previo propuesto al encontrarlo manifiestamente infundado. ASÍ SE DECIDE.
Ahora bien, de la anterior trascripción de la sentencia apelada esta Corte observa que el
Juzgado a quo motivó de manera idónea su fallo en lo relativo a la impugnación que realizó
la demandada en la fundamentación referida a los documentos que se acompañaron al
libelo de la demanda como fundamentales, determinando que eran pertinentes en ese
sentido; es decir, que sí reunían el carácter de fundamentales de la acción interpuesta.
En este mismo contexto, considera este Órgano Jurisdiccional que la demandada no realizó
fundamentación alguna relativa a la decisión del a quo referente a los documentos
fundamentales, limitándose a reproducir los argumentos que hiciera en la contestación a la
demanda en el Juzgado de la causa. Siendo así lo anterior, no queda más a esta Corte que
desestimar la apelación en el sentido anotado anteriormente por cuanto hubo ausencia de la
correspondiente fundamentación.

Es menester indicar, que esta Corte determinó que la fundamentación de la apelación en el


punto relativo a la inexistencia de los documentos fundamentales en autos resultaba
absolutamente deficiente y por tanto se le desechó máxime cuando el Juzgado a quo
determinó de manera consistente la suficiencia de los documentos que se acompañaron al
libelo de la demanda como documentos fundamentales.

Ello así, no queda más a este Órgano Jurisdiccional que desechar la apelación en relación
con la vulneración de los numerales 1, 2 y 5 del artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, alegada por la demandada y relativa a la inexistencia
en los autos de la documentación fundamental.

En este punto, relativo a los documentos fundamentales que apoyan la acción deducida,
resulta pertinente para esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo hacer mención
del Informe de Auditoría Financiera Parcial practicada al Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (FOGADE), emanado por la Contraloría General de la República que
funge como documento fundamental de la demanda y que determinó, entre otros items, lo
siguiente: No puede entonces, esta Corte dejar de enfatizar que la Contraloría General de la
República determinó el pago en exceso por parte del Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (FOGADE) de las prestaciones sociales que se adeudaban a sus
funcionarios por motivo de su servicio en otros Órganos de la Administración Pública,
señalando a este respecto que se había pagado erróneamente un monto determinado.
Al efecto, considera imperativo esta Corte traer a colación el mandato que dirige la Ley
Orgánica del Poder Ciudadano a todos los funcionarios públicos cuando asumen tal carácter
de funcionarios al servicio del Estado; es decir, el carácter de servidores públicos.

Así, el artículo 6 eiusdem, establece: “Artículo 6 En el ejercicio de la atribución contenida


en el numeral 1 del artículo 10 de la presente Ley, se entenderá por ética pública el
sometimiento de la actividad que desarrollan los servidores públicos, a los principios de
honestidad, equidad, decoro, lealtad, vocación de servicio, disciplina, eficacia,
responsabilidad, transparencia y pulcritud; y por moral administrativa, la obligación que
tienen los funcionarios, empleados y obreros, de los organismos públicos, de actuar dando
preeminencia a los intereses de Estado por encima de los intereses de naturaleza particular
o de grupos dirigidos a la satisfacción de las necesidades colectivas.”

Así las cosas, y siendo la moral administrativa expresión de la ética pública cree pertinente
esta Corte hacer algunas consideraciones sobre la moral administrativa conceptualizada en
el citado artículo 6 de la Ley Orgánica del Poder Ciudadano.

Así pues que, es oportuno realizar algunas consideraciones con respecto al alcance de la
moralidad administrativa, que si bien lo vemos examinado en el derecho comparado como
derecho colectivo, las reflexiones efectuadas en ese contexto resultan igualmente válidas a
los efectos aquí tratados; así, el desarrollo de este derecho y la posibilidad de su protección
individual dentro de la órbita de las acciones populares, puede potencializar su efectividad
y convertirlo en un instrumento eficaz en la promoción de la participación ciudadana en los
asuntos públicos y la lucha contra la corrupción.

De esta forma, las acciones populares encaminadas a la protección de la moralidad


administrativa tienen el potencial de convertirse en una herramienta efectiva de lucha
contra la corrupción, que puede ser utilizada de manera directa por los ciudadanos como
medio de control social y lograr así de esta manera que lideren la acción por el
mejoramiento del ejercicio público.

Lo anterior denota que la moralidad administrativa se sustenta en la conducta proba que


todo funcionario público debe ostentar ante la Administración Pública y el correcto manejo
que debe darle a los recursos públicos de la misma.

Así pues, la contraloría social es la vigilante y contralora de la moralidad administrativa. En


esta línea de consideraciones y circunscribiendo el análisis a este asunto, resulta pertinente
citar que el artículo 82 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y del
Sistema Nacional de Control Fiscal, prevé la responsabilidad de los funcionarios,
empleados y obreros que prestan servicios en las entidades de Derecho Público nacionales,
estadales, distritales y municipales, así como los particulares a que se refiere el artículo 52
de dicha Ley, responden penal, civil y administrativamente de los actos, hechos u
omisiones contrarios a norma expresa en que incurran con ocasión del desempeño de sus
funciones.
Siendo así las cosas, no puede dejar de mencionar esta Corte que la acción de repetición
incoada por el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) se basó
no sólo en el señalado Informe de la Contraloría General de la República; sino que,
asimismo, fundó la pretensión en la declaración que hiciera la misma funcionaria
demandada en fecha 15 de junio de 2000, en “Encuesta” a través de la cual manifestó que
las prestaciones sociales que había devengado con motivo de la prestación de servicio en el
Ministerio de Fomento, previo al servicio prestado en FOGADE, se le habían pagado.
Ahora bien, en caso de que el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria
(FOGADE) hubiese pagado de manera indebida, equívocamente, a la demandada la
cantidad reclamada en repetición; como se desprende de la lectura comedida de la
recurrida, desde el punto de vista de la moralidad administrativa estaba ésta obligada dentro
de toda consideración a devolver la cantidad pagada indebidamente; sin que se constituyera
en obstáculo para que el Estado verificara las correspondientes responsabilidades de quien
se apropió indebidamente de la cantidad en cuestión, que se hiciese uso de un medio
excesivo de defensa rayano en el desconocimiento básico de la concepción ciudadana de la
moralidad administrativa mencionada; atentatoria, incluso, esta defensa excesiva, de los
principios de la sana lógica que amparan a la verdad.

-Vicios de incongruencia negativa:

En fecha 26 de julio de 2011, la parte apelante consignó ante esta Corte Segunda de lo
Contencioso Administrativo la fundamentación a la apelación en la cual expresó lo
siguiente: “(...) en el análisis de ese punto previo, se le expuso al Juzgado de la Causa, que
FOGADE estaba acudiendo a la vía jurisdiccional a reclamar un acto ejecutado por ella,
anterior al acto de la liquidación en referencia y por lo tanto, desconociendo Fogade el acto
administrativo de la Liquidación Definitiva de las Prestaciones Sociales y demás beneficios
Socio-Económicos que le concedió a mi representada, el cual ha quedado definitivamente
firme o definitivo (...) el Juzgado de la Causa omitió pronunciamiento alguno sobre este
punto, con lo cual altero (sic) el problema jurídico planteado conocido como principio de
congruencia, con lo que cercenó el derecho a la defensa de mi representada. Así, se tiene
que el Juzgado de la Causa al omitir pronunciamiento sobre el acto posterior de la
liquidación definitiva de prestaciones por antigüedad contenido en el Escrito de
Contestación a la Demanda y en el Escrito de Conclusiones, incurrió en incongruencia
negativa.” (Resaltado y mayúsculas del texto).

Al respecto, de la lectura efectuada por esta Corte al escrito de fundamentación a la


apelación, se observa que la parte apelante fundamenta este punto con base en que, a su
entender, la sentencia del iudex a quo se encuentra afectada en su validez por incurrir en
incongruencia negativa que dimana de la falta de pronunciamiento sobre algunos de los
alegatos esgrimidos por su representada referentes a la improponibilidad de la acción, por
colidir con la cosa juzgada administrativa, ya que el Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (FOGADE) dictó un acto administrativo de “Liquidación Definitiva de
las Prestaciones Sociales y demás beneficios Socio-Económicos” que quedó
definitivamente firme.

En este sentido, observa esta Alzada que respecto del vicio de incongruencia, con
fundamento en lo dispuesto en el ordinal 5° del artículo 243 del Código de Procedimiento
Civil, el cual señala taxativamente que toda sentencia debe contener “decisión expresa,
positiva y precisa”, la doctrina ha definido que: EXPRESA, significa que la sentencia no
debe contener implícitos ni sobreentendidos; POSITIVA, que sea cierta, efectiva y
verdadera sin dejar cuestiones pendientes; y PRECISA, sin lugar a dudas, incertidumbres,
insuficiencias, oscuridades ni ambigüedades. En consecuencia, como quiera que la
pretensión esgrimida por la parte demandante ostenta una tutela tangible en el
ordenamiento jurídico, y que la cosa decidida administrativa no constituye un impedimento
para que este Juzgado pueda revisar la consumación de los elementos que dan lugar al pago
de lo indebido, quien hoy sentencia desecha el punto previo propuesto al encontrarlo
manifiestamente infundado. ASÍ SE DECIDE.” De lo anteriormente trascrito, observa esta
Corte que el Juzgado a quo sí se pronunció sobre el punto denunciado como omitido; esto
es, manifestó de manera clara que la demanda no resultaba ser improponible debido a la
existencia de la cosa decidida administrativa ya que ésta no constituía óbice para la
interposición de la presente acción de repetición. En consecuencia, este Órgano
sentenciador desestima por infundado el vicio de incongruencia negativo denunciado. Así
se decide. Igualmente, denunció el apelante el vicio de incongruencia negativa endilgado a
la sentencia del a quo porque omitió, según su decir, pronunciamiento sobre “(...) la
respuesta que mi representada le efectuó en su comunicación de fecha 24 de noviembre de
2004, la cual fue transcrita íntegramente en el Escrito (sic) de contestación a la demanda
(...).la sentencia del Juzgado de la causa al omitir pronunciamiento respecto a la respuesta
de mi representada contenida en la comunicación de fecha 24-11-2004, la cual –reitero- fue
transcrita en su totalidad en el Escrito de Contestación a la Demanda (...) incurrió en su
sentencia en un vicio de incongruencia negativa (...).”

En este sentido, observa esta Corte que el vicio de incongruencia negativa que se denuncia
resulta ser de carácter genérico pues el apelante no refiere concretamente cuál de las
defensas vertidas en esta misiva de fecha 24 de noviembre de 2004, trascrita como
argumentación de la contestación a la demanda, fue omitida por el Juzgado a quo siendo
una condición sine qua non para entrar al análisis del señalado vicio que quien lo delata
exponga de manera precisa e inteligible cuál de las defensas opuestas fue obviada por el
Juzgador; porque, de lo contrario, se exigiría de esta Corte que determinara a su
entendimiento cuál de las defensas opuestas en la transcripción de la misiva en cuestión fue
omitida en la recurrida lo que sería violatorio del principio de la tutela judicial efectiva
amén de otros derechos constitucionales que amparan a la demandante.
Siendo entonces evidente, que esta denuncia de incongruencia negativa interpuesta adolece
de una absoluta generalidad que impide el análisis de este Órgano Jurisdiccional a los fines
de providenciarla, se desecha en consecuencia. Así se decide.

En consecuencia, como quiera que la pretensión esgrimida por la parte demandante ostenta
una tutela tangible en el ordenamiento jurídico, y que la cosa decidida administrativa no
constituye un impedimento para que este Juzgado pueda revisar la consumación de los
elementos que dan lugar al pago de lo indebido, quien hoy sentencia desecha el punto
previo propuesto al encontrarlo manifiestamente infundado.”(Resaltado y mayúsculas del
texto).
Observa esta Alzada, que el iudex a quo fue explícito al momento de pronunciarse sobre el
acto de liquidación definitiva de las prestaciones sociales por parte del Fondo de Garantía
de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) a la demandada, dándole respuesta asertiva
a la defensa deducida en cuanto a la imposibilidad jurídica de la demandante de proponer la
acción de repetición luego de realizar el pago definitivo de prestaciones sociales; pues,
aseveró claramente, el juzgado a quo, que la cosa decidida administrativa no constituía
óbice para incoar la demanda de repetición del pago indebido.

Al respecto, es menester para esta Corte indicar que efectivamente la sentencia recurrida sí
manifestó su criterio sobre el punto señalado como omitido dándole solución. Por todo lo
anterior, considera esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo absolutamente
infundado el argumento deducido en este punto por la demandada relativo a la
incongruencia negativa. Así se decide.

En este sentido, primeramente considera este Órgano sentenciador que la afirmación sobre
la recepción del pago cuestionado en la cuenta de fideicomiso hecha por la demandada
recorre estructuralmente la contestación a la demanda, apuntalando toda la defensa opuesta
por ésta; así, en la página 32 de esa contestación, expone “(...) con este hecho solo (sic) se
demuestra un depósito en la cuenta de fideicomiso de mí (sic) representada y nada más
(...)” aceptando que se le depositó en la cuenta de fideicomiso la cantidad dineraria
cuestionada. Asimismo, en la página 37 de la contestación a la demanda manifestó que
“(...) el hecho de que se hayan hechos (sic) esos depósitos de esas sumas de dinero en la
cuenta señalada, no es un elemento de prueba fehaciente que determine el supuesto pago
indebido (....).” En este orden de ideas, el Juzgado a quo señaló que: “Al folio 216 de las
actas procesales corre inserto un memorándum signado con la nomenclatura GRH-AP-551
y fechado al 13/12/2000, mediante el cual la Gerente de Recursos Humanos del Fondo de
Garantía de Depósitos y Protección Bancaria le participó a la ciudadana Maricela (sic) de
Jesús Reyes Rivas, que se había depositado ‘en su cuenta del Fideicomiso de Prestaciones
Sociales del Banco Mercantil… la suma correspondiente al complemento de las
prestaciones sociales acumuladas… por el tiempo de servicio prestado a la Administración
Pública previo a su ingreso al Fondo (...) 1) consta a los autos que la ciudadana Maricela
(sic) de Jesús Reyes Rivas reconoció haber percibido el pago de sus prestaciones sociales
por el tiempo de servicio que prestó ‘previo’ a su ingreso al Fondo [Documento de
encuesta]; 2) que no obstante a ello, el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección
Bancaria procedió a abonarle una cantidad monetaria equivalente a la cantidad de
VEINTIDÓS MILLONES CINCUENTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS CUARENTA
Y UN BOLIVARES (sic) CON DIEZ CÉNTIMOS (Bs. 22.059.341,10) por concepto ‘de
prestaciones sociales generadas por el servicio prestado en la Administración Pública’
[Documento de Indemnización y Circular emanada de Recursos Humanos]; 3) que las
prestaciones sociales generadas por la ciudadana Maricela (sic) de Jesús Reyes Rivas
durante el tiempo de servicio que prestó en otros Organismos de la Administración Pública
-previo a su ingreso en el Fondo- ya había sido honrada por otro ente de la Administración
Pública (Ministerio de Fomento); y 4) que el pago ejecutado a la ciudadana Maricela (sic)
de Jesús Reyes Rivas, no puede justificarse ni legitimarse dentro del ordenamiento jurídico
[al ser ejecutado en contravención a lo previsto en el artículo 37 del Reglamento General de
la Ley de Carrera Administrativa]. (...) Siendo esto así, en virtud que la parte demandada
reconoció en forma expresa que recibió el pago de las prestaciones sociales generadas por
el tiempo de servicio prestado previamente en la Administración Pública, y dicha
circunstancia, adminiculada al resto de las probanzas analizadas y valoradas en las
consideraciones precedentemente plasmadas, hacen concluir a quien decide que la
demandada efectivamente percibió el pago de las prestaciones sociales, que fueron
generadas por el tiempo de servicio que prestó en otros Entes de la Administración Pública,
previo su ingreso al Fondo, y a su vez, recibió un abono por éste concepto, cuando se
encontraba en plena prestación de sus servicios en el ente demandante, que alcanzaba la
cantidad de VEINTIDÓS MILLONES CINCUENTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS
CUARENTA Y UN BOLIVARES (sic) CON DIEZ CÉNTIMOS (Bs. 22.059.341,10).
En principio es necesario, para esta Corte señalar, con base en la anterior trascripción que la
recurrida se orientó a determinar desde las pruebas cursantes en autos que el pago realizado
a la apelante por el tiempo de servicio prestado a la Administración Pública previo a su
ingreso al Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) correspondió
al pago que aceptó como efectuado en su cuenta de fideicomiso la demandada; lo cual se
demostró de manera irrefragable; pues, del memorando Nº GRH-AP-551 de fecha 13de
diciembre de 2000 que se le remitió se desprende fehacientemente tal aserto.

Por todo lo anterior, considera esta Corte que la Juzgadora de instancia se limitó para
decidir a los alegatos aducidos por las partes y a las pruebas que se derivan de los autos; por
lo que, no incurrió en el vicio indicado de incongruencia negativa ya que se ciñó
estrictamente al tema debatido. Así las cosa, esta Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo desestima por infundado el argumento de la demandada relativo a la
existencia en la recurrida de un nuevo vicio de incongruencia negativa. Así se decide.

-Del error de interpretación y la falsa aplicación:

Denunció en la fundamentación del recurso de apelación el apelante que “(...) la Juez al


computar el tiempo transcurrido para determinar si hubo o no la prescripción, incurrió en
otro error en su juzgamiento al interpretar erróneamente la norma del Artículo 70 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos que remite al Código Civil respecto a la
interrupción de la prescripción, toda vez que computa el lapso de tiempo hasta la fecha el
(sic) 10/12/2008, señalando que esa fecha fue la fecha de (sic) que FOGADE interpuso la
demanda, lo cual como fue destacado en el primer punto es erróneo ya que fue el 21-04-
2.009 (sic) (...) De lo expuesto, se tiene que el Juzgado de la causa incurrió en error al
considerar que la fecha errónea del 10-12-2008 que considera la Sentenciadora (sic) fue la
fecha de interrupción de la prescripción, siendo claro que aplica erróneamente lo
preceptuado en el Artículo 1969 del Código Civil Venezolano (...).” (Negrillas del texto.)

En este mismo orden de ideas, esta Corte de la revisión de las actas del expediente judicial
encuentra que la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos (URDD) del Circuito
Judicial Civil del Área Metropolitana de Caracas, al folio 1º de este expediente, dejó
constancia mediante documento público librado al efecto, de la presentación del libelo de la
demanda incoada por el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE)
contra la demandada en esta causa Marisela Reyes en fecha 10 de diciembre de 2008.
Por lo tanto, de acuerdo con el artículo 1.969 del Código Civil la demandante interrumpió
la prescripción desde la fecha de interposición de la demanda; esto es, desde el 10 de
diciembre de 2008, pues la citación de la recurrente ocurrió en lapso útil en fecha 10 de
febrero de 2009, siendo que de acuerdo con esta argumentación y lo que resulta de la
aplicación del artículo 70 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos alegado
por la demandada tenía la demandante hipotéticamente hasta el 29 de octubre de 2009, para
demandar y citar, sin importar que esta demanda hubiere sido incoada ante un Tribunal
incompetente; pues, el mencionado artículo 1.969 del Código Civil establece: “Artículo
1.969 Se interrumpe civilmente en virtud de una demanda judicial, aunque se haga ante un
Juez incompetente de un decreto o de un acto de embargo notificado a la persona respecto
de la cual se quiere impedir el curso de la prescripción, o de cualquiera otro acto que la
constituya en mora de cumplir la obligación. Si se trata de prescripción de créditos, basta el
cobro extrajudicial. Para que la demanda judicial produzca interrupción, deberá registrarse
en la Oficina correspondiente, antes de expirar el lapso de la prescripción, copia certificada
del libelo con la orden de comparecencia del demandado autorizada por el Juez; a menos
que se haya efectuado la citación del demandado dentro de dicho lapso.” Al respecto,
observa este Órgano sentenciador que la norma anterior precisa la manera de interrupción
del lapso de prescripción siendo clara al referir que se interrumpe tal lapso con la
interposición de la demanda, si se hace la citación antes de expirar el lapso discutido, sin
importar si se hizo ante un juzgado incompetente. No obstante, considera esta Corte
necesario enfatizar que la acción interpuesta constituye una acción de repetición de una
cantidad de dinero que en consideración de la demandante se pagó indebidamente y que
ésta fundamentó en los artículos 1.178 y 1.179 del Código Civil. Ello así, el lapso de
prescripción de la presente acción por derivarse de un pago indebido debe contarse de
acuerdo con lo que establece el artículo 1.977 del Código Civil que en su encabezamiento
indica que: “Artículo 1.977.-Todas las acciones reales se prescriben por veinte años y las
personales por diez, sin que pueda oponerse a la prescripción la falta de título ni de buena
fe, y salvo disposición contraria de la Ley.” De tal manera que, siendo la norma aplicable
para determinar la prescripción de la acción aquí deducida la establecida en el artículo
1.977 del Código Civil, no tiene relación con lo analizado lo ordenado en el artículo 70 de
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos por cuanto lo demandado no se deriva de
lo ordenado en el cuestionado acto administrativo de fecha 27 de septiembre de 2004, como
erróneamente lo expone la demandada, ya que la acción de repetición interpuesta resulta ser
de carácter netamente civil. Así se decide. De todo lo anterior, no tiene más esta Corte
Segunda de lo Contencioso Administrativo que desechar por absolutamente infundados los
argumentos de errónea interpretación y falsa aplicación de los artículos 70 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos y 1969 del Código Civil respectivamente,
esgrimidos en la fundamentación de la apelación. Así se decide.

-Del silencio de pruebas:

Igualmente, señaló en la fundamentación de su recurso de apelación la parte demandada,


que el Juzgado a quo “(...) OMITIÓ PRONUNCIAMIENTO SOBRE LAS PRUEBAS
PROMOVIDAS Y EVACUADAS (...) ES DECIR HUBO UN SILENCIO DE PRUEBAS
Y POR ENDE, APARTE DE VIOLAR EL DERECHO A LA DEFENSA DE MI
REPRESENTADA, INFRINGIÓ LO PRECEPTUADO EN EL ARTICULO (sic) 509 DEL
CODIGO (sic) DE PROCEDIMIENTO CIVIL (...).” (Resaltado y mayúsculas del texto).

Al respecto, considera pertinente este Órgano Jurisdiccional expresar que las decisiones
citadas advierten de la necesidad que tiene quien alega el silencio de pruebas, ante el
análisis global y conjunto de las pruebas servidas a que constriñe al Órgano sentenciador el
dispositivo del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, de demostrar que dicho
medio probatorio podría afectar el resultado del juicio de manera apreciable.
Ahora bien, en cuanto a las pruebas que se denuncian como silenciadas por la recurrida la
parte demandada señaló las siguientes: 1.-La misiva “(...) de fecha 24 de noviembre de
2004, que mi representada remitió al VICEPRESIDENTE DEL FONDO DE GARANTIA
(sic) DE DEPOSITOS (sic) Y PROTECCION (sic) BANCARIA (FOGADE) (...) que
prueba que mi representada dio respuesta (sic) a la misiva de Fogade de fecha 27 de
septiembre de 2004 (...).” (Mayúsculas del texto). 2.- Denunció, como silenciado el “ACTO
ADMINISTRATIVO EMANADO DE LA SALA PLENA DEL TRIBUNAL SUPREMO
DE JUSTICIA DE FECHA 29 DE OCTUBRE DE 2003 (...) SOLICITUD DE REVISIÓN
DE LA DECISIÓN DE LA SALA DE FECHA 24 DE OCTUBRE DE 2001, POR PARTE
DEL DR. CARLOS MIGUEL ESCARRA (sic) MALAVE (sic) (...).” (Resaltado y
mayúsculas del texto). 3.-Delató, asimismo, la omisión “(...) DEL RESULTADO DE LA
EXHIBICIÓN DEL MEMORANDO DE LA GERENCIA DE RECURSOS HUMANOS
No. 009-00, de fecha 31/03/2000, (...) en virtud de ese Memorando la Gerencia (sic)
Recursos Humanos efectuó un planteamiento sobre los pasivos laborales a la Consultoría
Jurídica y, en este sentido, el de considerar como adelanto de antigüedad las cantidades
recibidas por el personal que laboró en la Administración Pública con anterioridad al
ingreso al Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (Fogade). Con ello se
probó que FOGADE no incurrió en pago por error (...).” (Resaltado y mayúsculas del
texto). 4.-También, señaló como preterido el “(...) Resultado de la EXHIBICIÓN DEL
MEMORANDO DE LA CONSULTORIA (sic) JURIDICA (sic) No. CJ-1042 de fecha 29
de mayo de 2000, dirigido a la GERENCIA DE RECURSOS HUMANOS (...) se pone de
manifiesto que la Consultoría Jurídica, consideró procedente el reconocimiento de los
pagos de prestaciones sociales al personal que laboró con anterioridad al ingreso a ese
organismo (...).”(Resaltado y mayúsculas del texto). 5.-Denunció, asimismo, como
silenciado el “(...) resultado de la EXHIBICION (sic) DEL INFORME DE FECHA
17/06/2002 ELABORADO POR EL ANALISTA DE PERSONAL III, POR
DELEGACION (sic) DEL GERENTE DE RECURSOS HUMANOS (...) ese documento
contiene la explicación de la forma de cálculo de antigüedad al personal que laboró en la
Administración Pública (...) sirve para PROBAR que FOGADE no incurrió en pago por
error (...).” (Resaltado y mayúsculas del texto). 6.-Igualmente, indicó la omisión del “(...)
resultado de la EXHIBICION (sic) DEL ESCRITO DE DESCARGO que consignó LA
PRESIDENCIA DE FOGADE, MEDIANTE Oficio No. PRE-3321 de fecha 09 de
diciembre de 2.002 (sic) ante la Contraloría General de la República (...) FOGADE
reconoció ante el Órgano Contralor la preeminencia de las Normas Especiales de los
Funcionarios y Empleados de Fogade ante cualquier otra norma (...).” (Resaltado y
mayúsculas del texto).

No puede soslayar este Órgano sentenciador, que las pruebas denunciadas como
silenciadas, tal como ocurre con la presente, se refieren según los dichos del apelante a la
existencia del principio de Unidad de la Administración, por efectos del cual el Fondo de
Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) tenía la obligación de sufragar las
prestaciones sociales insolutas generadas por el servicio prestado por la demandada en otros
órganos de la Administración Pública, punto sobre el cual la recurrida estimó que:
“No obstante, y previo a la resolución de los argumentos destacados por ambas partes en
sus respectivos escritos, se considera pertinente pronunciarse sobre algunas de las defensas
propuestas por la representación judicial de la parte demandante, en cuanto a la falta de
obligación del Fondo para el pago de las prestaciones sociales, generadas por el servicio
previo prestado por la funcionario -hoy jubilada- en otros organismos de la Administración
Pública; a criterio de quien hoy sentencia, tales defensas resultan ser un argumento
desacertado e insostenible que contradice el contenido de la legislación que rige las
relaciones de empleo público, específicamente, el Reglamento General de la Ley de Carrera
Administrativa, cuyo artículo 37 prevé que subsiste la obligación -del pago de las
prestaciones sociales- siempre y cuando el funcionario no haya percibido el pago por este
concepto.

De lo anterior se desprende, que la recurrida para emitir su fallo consideró que la


Administración Pública se rige por el principio de Unidad de la Administración Pública y
por lo tanto el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) tenía la
obligación de pagar sus funcionarios las prestaciones sociales que se hubiesen generado con
motivo de la prestación de servicio en otros Órganos de la Administración Pública distintos
a Fogade.

Por lo que considera este Órgano sentenciador que el Juzgado a quo para emitir su fallo sí
estimó la prueba que se denuncia como silenciada. Así se decide. En este sentido, requiere
esta Corte a los fines de determinar la legitimidad de la actividad probatoria desplegada por
el Juzgado a quo revisar la plausibilidad probática de los fundamentos de la decisión en
referencia al tema principal de la controversia constituido por el pago indebido: “Al folio
40 de las actas procesales consta un documento intitulado ‘ENCUESTA’ -cuya validez
probatoria no fue enervada por la parte demandada- mediante el cual consta que la
ciudadana Maricela (sic) de Jesús Reyes Rivas señaló ‘haber recibido el pago de las
prestaciones sociales correspondientes al tiempo de servicio prestado en el Ministerio de
Fomento, por el desempaño (sic) del cargo de Secretaria IV desde el 15/05/1.975 hasta el
28/02/1.979’, y ‘haber recibido el pago de las prestaciones sociales correspondientes al
tiempo de servicio prestado en el Ministerio de Fomento, por el desempaño (sic) del cargo
de Secretaria IV desde el 01/11/1.980 hasta el 15/06/1.989’. De la precitada se desprende
un reconocimiento expreso de parte de la demandada, sobre la percepción de las
prestaciones sociales causadas por el ejercicio de cargos previos a su ingreso en el Fondo.
Al folio 216 de las actas procesales corre inserto un memorándum signado con la
nomenclatura GRH-AP-551 y fechado al 13/12/2000, mediante el cual la Gerente de
Recursos Humanos del Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria le participó
a la ciudadana Maricela (sic) de Jesús Reyes Rivas, que se había depositado ‘en su cuenta
del Fideicomiso de Prestaciones Sociales del Banco Mercantil… la suma correspondiente al
complemento de las prestaciones sociales acumuladas… por el tiempo de servicio prestado
a la Administración Pública previo a su ingreso al Fondo…’. Al folio 32 de las actas
procesales, corre inserto un estado de cuenta emanado del Banco Mercantil del cual se
evidencia que en la cuenta perteneciente a la ciudadana Maricela (sic) de Jesús Reyes
Rivas, fue ejecutado un abono -en fecha 14/12/2000- por la cantidad de VEINTIDÓS
MILLONES CINCUENTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS CUARENTA Y UN
BOLIVARES (sic) CON DIEZ CÉNTIMOS (Bs. 22.059.341,10) equivalentes en la
actualidad a la cantidad de VEINTIDÓS MIL CINCUENTA Y NUEVE BOLÍVARES
CON TREINTA Y CUATRO CÉNTIMOS (Bs. 22.059,34). Al folio 217 de las actas
procesales consta una planilla intitulada Indemnización mediante la cual consta que la
Administración, a los efectos del cálculo de las prestaciones sociales devengadas por la
ciudadana Maricela (sic) de Jesús Reyes Rivas motivado al desempeño del deber público en
el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria, consideró el lapso mediante el
cual existió la relación funcionarial, y reconoció como concepto de ‘Antigüedad en la
Administración Pública Nacional’, la cantidad de ‘VEINTIDÓS MILLONES
CINCUENTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS CUARENTA Y UN BOLIVARES (sic)
CON DIEZ CÉNTIMOS (Bs. 22.059.341,10.’ De tal manera que, se fundamentó de manera
suficiente el Juzgado a quo en las pruebas aportadas por las partes, que devinieron
indemnes en el transcurso del debate procesal y que en definitiva permitieron resolver la
controversia suscitada sobre el pago indebido.

Así las cosas, encuentra esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo que la parte
denunciante del vicio del silencio de pruebas no demostró cuál de las probanzas que señaló
como omitidas afectaba la orientación del juicio; además, de que considera esta Corte que
para decidir la controversia el Juzgado a quo hizo empleo del dispositivo legal estatuido en
el artículo 509 eiusdem por cuanto demostró con pruebas que cursan en los autos que el
pago se le hizo a la demandada, ya que así lo aceptó ésta expresamente derivando tal pago,
asimismo, de instrumentos de autos; demostró, también, el Juzgado a quo desde los autos
que no existió causa por la cual se realizó el pago indebido por cuanto no tenía obligación
de efectuarlo la demandante ya que no se le debía nada a la demandada ni por el concepto
por el cual se pagó ni por otro concepto; pues, las prestaciones sociales que se le debían por
su servicio al Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) se le
pagaron y por último demostró el Juzgado Superior que hubo error en el pago pues el
adelanto de prestaciones sociales se hizo con base en la percepción equívoca de que se
debía tal adelanto de prestaciones sociales.

Por lo tanto, considera este Órgano Jurisdiccional que la denuncia del vicio de silencio de
pruebas resulta infundado por cuanto de la consideración expresa de las pruebas
denunciadas no se demuestra el cambio de orientación de lo fallado sino que por el
contrario de su análisis se deriva que sirvieron de fundamento al fallo proferido ya que el a
quo hizo un análisis global y de conjunto de todas las pruebas promovidas, razón por la
cual se desecha el vicio denunciado. Así se decide.

.-De la indefensión denunciada:

Dentro del mismo contexto, denunció la demandada que la recurrida le colocó en un estado
de indefensión ya que “(...) el Juzgado de la Causa consideró que existía un acto
administrativo y ese acto administrativo es (...) la misiva que FOGADE le envía a mi
representada en fecha 27 de septiembre de 2004 (...) En el presente caso, la ciudadana Juez,
obvió la valoración de la prueba y omitió el pronunciamiento respecto a la impugnación y
ataque se efectuó de dicha misiva con lo cual infringió lo preceptuado en el Artículo 509
del Código de Procedimiento Civil (...) la ciudadana Juez le otorgó pleno valor a dicha
prueba y incluso –siendo evidente- que esa misiva no cumplió en modo alguno con el
procedimiento previsto en el Artículo 48 de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, ni se llevó a cabo la tramitación y resolución del expediente
administrativo de acuerdo a lo preceptuado en el Artículo 60 ejusdem. (...) este
pronunciamiento del Juzgado de la Causa conlleva a una declaratoria de indefensión de mi
representada, puesto que se desconoce en la sentencia el derecho al debido proceso y a la
defensa de mi representada ante una misiva que de considerarse, un ACTO
ADMINISTRATIVO, el mismo es NULO DE NULIDAD ABSOLUTA (...) se observa que
el Juzgado de la Causa al valorar la misiva de FOGADE de fecha 27-09-2004, como un
ACTO ADMINISTRATIVO VALIDO (sic) procedió a errar en el juzgamiento y por lo
tanto, se infringió una regla de valoración de la prueba, le otorgó un valor probatorio que no
le corresponde por ley (...)” (Mayúsculas del texto).

En este mismo orden de ideas, esta Corte observa que el artículo 7 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos conceptúa al acto administrativo como “(...) toda
declaración de carácter general o particular emitida de acuerdo con las formalidades y
requisitos establecidos en la Ley, por los órganos de la administración pública.” Con lo cual
basta que la declaración emitida por el Órgano administrativo se realice dentro del marco
legal para que se repute como acto administrativo. A tenor de lo trascrito, se colige sin
dificultad que el emplazamiento que le dirigió el Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (FOGADE) a la demandada de fecha 27 de septiembre de 2004, en la
cual se le intima a la repetición de una cantidad de dinero que, al decir de la demandante
era un pago indebido, constituye un acto administrativo válido por cuanto constituye una
declaración de efectos particulares emitida por un Órgano de la Administración Pública
realizada de conformidad con la Ley. De lo anterior se desprende, que al valorar en toda su
extensión probatoria el acto de intimación referido la recurrida no sólo no erró sino que
actuó de conformidad con la Ley. Así se decide.

Ello así, la demandada aduce adicionalmente que el acto administrativo de marras que le
intima al pago de la cantidad indebida no es producto de un procedimiento administrativo
hecho de acuerdo con el artículo 48 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos,
que establece “Artículo 48.- El procedimiento se iniciará a instancia de parte interesada,
mediante solicitud escrita, o de oficio. En el segundo caso, la autoridad administrativa
competente o una autoridad superior ordenará la apertura del procedimiento y notificará a
los particulares cuyos derechos subjetivos o intereses legítimos, personales y directos
pudieren resultar afectados, concediéndole un plazo de diez (10) días para que exponga sus
pruebas y aleguen sus razones.” De tal manera que, instituye el artículo trascrito que la
apertura del procedimiento administrativo de oficio se realice con participación del
afectado a los fines de que ejerza su defensa; en el caso, siempre, de que el procedimiento
que se abra afecte al administrado.

En el mismo orden de ideas, estima este Órgano sentenciador, que de la recurrida se


desprende que no existía la necesidad de que la Administración iniciara un procedimiento
administrativo con participación de la demandada para constituir auténticamente la
intimación a la repetición de la misma, ya que ésta era un acto administrativo. Ello así,
observa esta Corte que este acto de carácter intimatorio, surgió como producto del
procedimiento seguido por el ente administrativo para la determinación del error cometido
en el pago, situación contable que no afectaba los intereses del administrado hasta tanto se
le intimara al pago. Así las cosas, considera esta Instancia Jurisdiccional que el
procedimiento seguido por la Administración para la determinación del pago indebido que
culminó con la intimación al pago de la demandada no sólo no requería de la participación
de ésta sino que tal participación devendría en obstáculo para la determinación de este
error. En este sentido, es menester para esta Corte indicar que el procedimiento para la
impugnación de este acto de intimación de fecha 27 de septiembre de 2004, se iniciaba con
la interposición de los respectivos recursos en sede administrativa o judicial que la
demandada considerara pertinente deducir contra él. Al respecto, debe señalar este Órgano
sentenciador que el acto administrativo de solicitud de repetición en cuestión, de fecha 27
de septiembre de 2004, colocaba a la demandada en la posición de interponer los recursos
administrativos o judiciales (civiles o contenciosos administrativos) que considerara
pertinentes a los fines de enervarle, situación que no se desprende de autos haya ocurrido.
Por todo lo anterior, esta Corte rechaza la denuncia de indefensión realizada por la
demandada por ser absolutamente infundados los argumentos esgrimidos. Así se decide.

-Del régimen legal aplicable:

Igualmente, denunció la parte apelante que “ (...) se APELA DE LA PREMISA GENERAL


ESTABLECIDA EN LA SENTENCIA POR EL JUZGADO SUPERIOR (...) AL
CONSIDERAR COMO TAL LA VIGENCIA Y APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 37 DE
LA REFORMA PARCIAL DEL REGLAMENTO GENERAL DE LA LEY DE
CARRERA ADMINISTRATIVA (...).” En cuanto a este punto, la recurrida fue enjundiosa
y resolvió lo debatido refiriendo que: “(...) De allí que en base a los anteriores
razonamientos, este Juzgado concluye que en cuanto al régimen legal aplicable a la
ciudadana Maricela (sic) de Jesús Reyes Rivas en materia de prestaciones sociales, debía
prevalecer la norma de carácter general y mayor jerarquía, vale decir, el artículo 37
contenido en la Reforma Parcial del Reglamento General de la Ley de la Carrera
Administrativa.” Al respecto, observa este Órgano decisor que la parte apelante en relación
con el régimen legal aplicable a los fines de determinar si procedía la acción de repetición
por pago indebido, se limitó a reproducir los argumentos que expuso ante el Juzgado a quo
en la contestación a la demanda sin que le endilgara a la recurrida algún vicio en la
dinámica utilizada por ésta para fijar los elementos sustantivos o procesales que soportan lo
fallado, razón por la que estima este Órgano decisor que debe desecharse el vicio
denunciado. Así se decide.

En consecuencia, de todo lo anteriormente expuesto esta Corte declara sin lugar la


apelación ejercida en fecha 16 de mayo de 2011, por el abogado Stanislavo Konopnicki,
actuando como apoderado judicial de la ciudadana Marisela De Jesús Reyes Rivas, contra
la sentencia dictada en fecha 27 de abril de 2011, por el Juzgado Superior Séptimo en lo
Contencioso Administrativo de la Región Capital, que declaró procedente la acción de
repetición propuesta.

A NUESTRO CRITERIO.
La Corte Segunda Contencioso Administrativo (Ahora Juzgado Nacional Segundo
Contencioso Administrativo de la Región Capital), declaró sin lugar el recurso de
apelación contra la sentencia dictada en fecha 27 de abril de 2011, por el Juzgado Superior
Séptimo en lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, mediante la cual declaró
procedente la acción de repetición propuesta por el Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (FOGADE), contra Marisela de Jesús Reyes Rivas.

En resumen, podemos decir que una vez revisado el fondo de la demanda, ambas
instancias jurisdiccionales, verificaron la existencia de los requisitos del pago de lo
indebido, los cuales fueron los siguientes:

1. La realización de un pago: se comprobó la existencia de un documento financiero


mediante el cual FOGADE transfirió la cantidad de Bs. 22.059. 341, 10 reconvertidos Bs.
F. 22.059,34, a la ciudadana Marisela Reyes, por concepto de prestaciones sociales.

2. La ausencia de causa: se comprobó que FOGADE no tenía obligación de cancelar las


prestaciones sociales a la ciudadana Marisela Reyes, durante los periodos 1975 al 1979 y
1980 al 1989, debido a que de manera oportuna el Ministerio de Fomento, se las había
cancelado.

3. La prueba del error, se comprobó que FOGADE incurrió en el error de calcular y


cancelar nuevamente las prestaciones sociales de la ciudadana Marisela Reyes.

Sin embargo, observamos que FOGADE no aperturó de manera oportuna un


procedimiento administrativo para revocar la orden de pago realizada a la ciudadana
Marisela Reyes, por concepto de pago de sus prestaciones sociales, solo realizo un acto de
intimación mediante una misiva firmada por el Vicepresidente de esa institución,
documento el cual no tiene rango, valor y fuerza de prueba fehaciente para que se ejerciera
una acción de repetición por pago indebido.

Conclusión

Una vez realizada la investigación se constató que el pago de lo indebido es lo que ocurre
cuando una persona denominada solvens efectúa un pago, es decir el cumplimiento en
especie o dinero de cualquier obligación a otra persona denominada accipiens, sin tener
causa que lo justifique o legitime.

En tal sentido, en Venezuela las bases legales del pago de lo indebido, se encuentran
establecidas en los Arts. 1178 al 1183 del Código Civil.
En relación a la hipótesis en que puede ocurrir, nos encontramos con tres elementos: 1. El
pago por error, 2. El pago sin causa y 3. El pago hecho por una causa ilícita a las buenas
costumbres.

Para que estemos en presencia de un pago de lo indebido, y por lo tanto proceda la


acción de repetición de lo pagado, es necesario la concurrencia de dos condiciones: haber
hecho un pago y la ausencia de causa del mismo. Asimismo, podemos resumir los
siguientes requisitos: 1. Cumplimiento de una prestación a título de pago, 2.- La ausencia
de causa.3. La ausencia de la causa y 4.- Error del solvens.

En relación a los casos especiales del pago de lo indebido, está referido al pago del
incapaz, el cual se encuentra establecido en el artículo 1288 CC, el cual dispone: “El pago
hecho al acreedor no es válido, si este era incapaz de recibirlo, a menos que el deudor
pruebe que la cosa pagada se ha convertido en utilidad del acreedor”.

A tales efectos, el pago de lo indebido puede clasificarse en tres categorías: efectos


relativos al accipiens, efectos relacionados con el solvens y efectos con los terceros
adquirientes: 1. Efectos relativos al accipiens: la obligación de restituir, el fundamento en
relación al accipiens es que este queda obligado a la repetición de la recibido. La acción de
repetición que intenta el solvens persigue el cumplimiento de la obligación de restitución
por parte del accipiens. 2. Efectos relativos al solvens: en relación con el solvens a quien se
le hubiere restituido la cosa, queda obligado a reembolsar tanto al accipiens de buena o de
mala fé, los gastos hechos para la conservación de la cosa, así como los gastos útiles (las
mejoras), salvo el accipiens no pueda reclamar por mejoras sino la suma menor entre el
monto de las impensas y el mayor valor dado a la cosa (arts. 1183 y 792 CC). 3. Efectos
con los terceros adquirientes: Se entiende por tercero adquiriente el que hubiese adquirido
la cosa del accipiens a título oneroso o título gratuito, en estos caso tenemos: A) Si la
adquisición fue a título oneroso, el tercer adquiriente queda obligado ante el solvens si este
se hace ceder del accipiens su acción contra el tercer adquiriente. B) Si la adquisición es a
título gratuito, el tercer adquiriente queda obligado para con el solvens dentro de los límites
de su propio enriquecimiento, hasta el monto de lo que se ha convertido en su provecho.

Referencias Bibliográficas

https://www.sepin.es/tienda-online/articulo/articulo.aspx?id_articulo=2236

http://rvlj.com.ve/wp-content/uploads/2017/01/libro-Curso-de-Derecho-Civil-III-
Obligaciones-ilovepdf-compressed-618-623.pdf

http://fuentes-obligaciones.blogspot.com/p/efectos-del-incumplimiento-de-las.html
-Código Civil Venezolano.

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