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El arrepentimiento y el perdón como escalafón para alcanzar la

sima

Empezando el año en victoria


Salmos 37
24 
Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano.
Introducción
A manera de introducción quisiera hablar de un problema común en
nuestra vida cotidiana y es poder perdonar, que difícil es pasar por
alto los errores de nuestros padres, amigos, hermanos y demás,
quienes de una u otra forma hacen parte de nuestra vida; nos
herimos los unos a los otros, nos juzgamos, acusamos y somos
acusados, convirtiéndonos en verdugos, quizá, para los más
cercanos.
¡Pero porque es tan difícil perdonar! La razón es que las heridas
que se producen en el alma son tan profundas que la medicina
contemporánea no puede curar, la psicología aún se queda corta,
pues medianamente podrá entre lazar nuestro intelecto y nuestra
alma, para reconciliar dos poderes caídos.
Nos afecta la imposibilidad de reconocer nuestros propios errores,
de entender que todos nos equivocamos: nadie puede decir que es
perfecto y que nunca ha ofendido, nos ciega lo que nos hacen para
no ver lo que hemos hecho.
De allí que el Señor pregunto:
Mateo 7

¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no
echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

Desarrollo
El arrepentimiento y el perdón como escalafón para alcanzar la
sima
Para nosotros la caída del hombre es su desgracia, para Dios es el
momento de trabajar más duro para levantar, Él no piensa como
nosotros.
Arrepentimiento:
En el Antiguo Testamento, un término es "nacham" o "nä·kham" (
‫ )נָחַ ם‬que significa "cambiar de parecer", mientras que "shub" (‫)ׁשּוב‬,
indica el sentido antes ya mencionado de “volverse" o "retornar” de
un mal camino pecaminoso.

Para el N.T La palabra griega para ARREPENTIMIENTO es


METANOIA que se compone de dos partes:

1) META = CAMBIO (Hechos 2:38:) Cambio manera de pensar.


2) NOIA = MENTE (Hechos 3:19) Convertíos

Cuando las escrituras se traducen al latín, que es nuestra lengua


mater de la mano con el griego y lenguas nativas, surge
“REPAENITERE”

Prefijo RE, reiteración-vuelta atrás-intensidad


Verbo PAENITERE, estar insatisfecho-falto de algo
Hasta aquí es devolverse con intensidad, ej.: cuando se le quedan
las llaves del carro o la moto, y peor aún de la casa o apartamento.
La terminación SE, se usa para indicar verbos reflexivos (la acción
la hace uno mismo), ej.: lavarse, peinarse…
Esto es que nadie lo va a hacer por uno, si se quedan las llaves
alguien puede ir, pero arrepentirse solo uno
Sin embargo el que alguien se arrepienta no quiere decir que sea
perdonado; el arrepentimiento habilita a la persona para el perdón
más no lo hace perdonado, de allí la necesidad del bautismo.
El direccionamiento del perdón
1. El perdón de Dios
Debemos entender que cuando hacemos daño, a quien hemos
defraudado primero es a Dios, y Si hay alguien dispuesto a
perdonar es nuestro Dios.
2. El perdón a sí mismo.
En segundo lugar nos defraudamos a nosotros mismos, si yo
ofendo ¿de dónde sale la ofensa?, después de ofender decimos -
¡se me zafó! O ¿Por qué lo dije?, esto denota que antes de
defraudar primero yo me defraude.
3. El perdón del prójimo y la reconciliación
Que saludable es para nosotros y nuestro medio poder estar en
paz.

El perdón de Dios
Él no quiere vernos caídos
Salmos 55
22 
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
Salmos 37
24 
Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano.
Salmos 103

Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.

No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
10 
No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11 
Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
12 
Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 
Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
14 
Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
15 
El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
16 
Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
17 
Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la
eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
18 
Sobre los que guardan su pacto,
Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por
obra.

No es casualidad que estos salmos los haya escrito el mismo


autor, pues si hay alguien que haya experimentado la
misericordia de Dios de una manera tan íntima fue David, un
hombre lleno de errores pero que logro conocer a su Dios y
amarlo por encima de su humanidad para no querer jamás
dejarlo.

2 Samuel 24Reina-Valera 1960 (RVR1960)

David censa al pueblo

(1 Cr. 21.1-27)
24  Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a
David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de
Judá.

Y dijo el rey a Joab, general del ejército que estaba con él:
Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta
Beerseba, y haz un censo del pueblo, para que yo sepa el
número de la gente.

Joab respondió al rey: Añada Jehová tu Dios al pueblo cien
veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; mas ¿por
qué se complace en esto mi señor el rey?

Pero la palabra del rey prevaleció sobre Joab y sobre los
capitanes del ejército. Salió, pues, Joab, con los capitanes del
ejército, de delante del rey, para hacer el censo del pueblo de
Israel.

Y pasando el Jordán acamparon en Aroer, al sur de la ciudad
que está en medio del valle de Gad y junto a Jazer.

Después fueron a Galaad y a la tierra baja de Hodsi; y de allí a
Danjaán y a los alrededores de Sidón.

Fueron luego a la fortaleza de Tiro, y a todas las ciudades de
los heveos y de los cananeos, y salieron al Neguev de Judá en
Beerseba.

Después que hubieron recorrido toda la tierra, volvieron a
Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días.

Y Joab dio el censo del pueblo al rey; y fueron los de Israel
ochocientos mil hombres fuertes que sacaban espada, y los de
Judá quinientos mil hombres.
10 
Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su
corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente
por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que
quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy
neciamente.
11 
Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino
palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David,
diciendo:
12 
Ve y di a David: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te
ofrezco; tú escogerás una de ellas, para que yo la haga.
13 
Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, y le dijo:
¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra?
¿o que huyas tres meses delante de tus enemigos y que
ellos te persigan? ¿o que tres días haya peste en tu tierra?
Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado.
14 
Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy;
caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus
misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de
hombres.
15 
Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana
hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan
hasta Beerseba, setenta mil hombres.
16 
Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para
destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel
que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el
ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo.
17 
Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al
pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas
ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra
la casa de mi padre.
18 
Y Gad vino a David aquel día, y le dijo: Sube, y levanta un
altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo.
19 
Subió David, conforme al dicho de Gad, según había
mandado Jehová;
20 
y Arauna miró, y vio al rey y a sus siervos que venían hacia
él. Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante del rey,
rostro a tierra.
21 
Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo?
Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar
un altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo.
22 
Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo
que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y
los trillos y los yugos de los bueyes para leña.
23 
Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al
rey: Jehová tu Dios te sea propicio.
24 
Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré;
porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me
cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes
por cincuenta siclos de plata.
25 
Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó
holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de
la tierra, y cesó la plaga en Israel.

El perdón a sí mismo.
Romanos 5Reina-Valera Antigua (RVA)

5 JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo:

Por el cual también tenemos entrada por la fe á esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria
de Dios.

Pues por la fe

Esto indica que en el proceso de la justificación quien debe estar


convencido del perdón soy yo, Dios siempre estará dispuesto a
perdonar, y quien recibe ese perdón es uno.

Hebreos 9:14Reina-Valera 1960 (RVR1960)


14 
¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu
eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Conciencia de obras muertas, y donde está la conciencia, en la
mente.

El perdón del prójimo y la reconciliación

Romanos 12:18
Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con
todos los hombres.

Hebreos 12:14
14 
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al
Señor.
Colosenses 3:13
Soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno
tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros.
Mateo 6:12
Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos
perdonado a los que nos han hecho mal.

Mateo 5:25-27
25 
Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás
con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y
el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

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