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— Historia del 7 ae ae Hel Merello Ce yCoT i Ta UTS ras STIR Ca UST OC Ta CTT CAPITULO SEGUNDO. EL DERECHO ROMANO VULGAR 1. Concepto de derecho romano vulgar; 2. Caracteres del dere- cho romano vulgar: a) tendencia a la simplicidad y confusion conceptual; b) deficiente tipicidad nominal de las figuras juri- dicas; c) cabida de criterios extrajuridicos para solucionar problemas juridicos; d) frecuencia epitomadora y compiladora en la expresién de sus fuentes de conocimiento. 3. Epoca y drea geografica de vigencia. 4. Fuentes del derecho romano vulgar: a) reelaboraciones resumidas de la jurisprudencia cldsica: 1) Pauli Sententiae (Sentencias de Paulo), 2) Ulpiani liber sigularis regularum (Epitome de Ulpiano); b) colecciones de constituciones imperiales; c) colecciones mixtas de textos Jjurisprudenciales y constituciones imperiales: 1) Collatio legum mosaicarum et romanarum (Coleccién de las leyes mosaicas y romanas), 2) Consultado veteris cuisdam iurisconsulti (Con- sulta de algunos antiguos jurisconsultos), 3) Fragmenta Yaticana (Fragmentos Vaticanos); d) Interpretationes (Inter- Pretaciones); y e) leyes romano-bérbaras. 1. CONCEPTO DE DERECHO ROMANO VULGAR. foe «derecho romano vulgar» es relativamente nueva; Que con al Bo mas de un siglo, aunque es vieja la realidad el ge Se designa. El primero que empleé tal expresién fue “nanista Heinrich Brunner, en 1880, a propésito de una publi- 53 a €n su estilo, dando ma miento al latin illparieAst tact \ 0 el latin vulgar como el derecho Tomano vulgar, s re producto di a ae eae de ese autor, como un superior, integrad Veles culturales diversos: un grado por el el Ses x gena mento romano, y otro inferior, el i ’ ae a ee “ cual aquél se habria corrompido. ae uchas hipdtesis i o eae aelisasesidél ae pee yo oe camara otros autores (Mitteis, Besta Levi, Wi Peay eee uno su personal punto de vi ab ee lentes eceecites ee le re frente a estos problemas, Pero ies doa = en sei lalar como caracteres del derecho ae sint jegracion de los modelos Juridicoclasicos y 3 2 Por criterios populares de indole ingenua y sim- plista. Wieacker, sin embargo, aceptando igualmente esta general fisonomia que asume el derecho romano vulgar, lo pondera positi- vamente; para él vulgarismo y clasicismo son dos categorias vita- les y culturales diversas, con valoracién propia cada uno de ellas, y cuya manifestacién no solo se percibe en el campo del derecho, sino también en la filosofia, la literatura, el arte, etc. Sin perjuicio de lo anterior, esta fuera de toda duda -y la afirmacion es importante- que el derecho romano vulgar viene @ ser el eslabén que permite explicar la continuidad juridica roma- nistica existente entre el tardo imperio romano y la temprana po- ca medieval o altomedioevo. Ya en el plano general de la cultura europea el hecho de la persistencia de los valores romanos fue con énfasis puesto en marcha por Dopsch, cuya opinién abrio paso a la idea que la aportacién germénica que confluye Is formacién de la cultura de la primera edad media, si bien inneg- ble, no fue con todo tan unilateralmente decisiva como se pens? en el pasado. Asi, la fijacién del concepto de der i significado que aspectos importantes de los estudios ae altomedievales, que antes constituian una atraccion st echo romano vulgar ha juridicos ara 54 ente al derecho romano -si bien a ‘concepto-, sino como una suerte de s puede padecer el derecho de cualquier co- histOrica cuando éste pierde el nivel de estilo superior ‘onsiguiente, es posible sostener que en ‘ existir -y de hecho se han dado-,conta- istas. Pero, el vulgarismo existe como suceso Be re canis éste se convierte en una cuestion de redominio que proyecta su sombra sobre todo un sistema juri- dico en una época y espacio geografico determinados. Por eso, ‘como fendmeno que interesa a la historia juridica, el vulgarismo es la direccién dominante del derecho romano, en su versién que rige sin contrapeso -al lado de otros esquemas juridicos, ya istas o primitivistas-, desde la crisis del imperio romano de Occidente hasta el s.XI. La idea merece ser reiterada en razon de su importancia: el derecho romano vulgar representa la pro- yeccién del derecho romano en buena parte del continente euro- peo hasta el aparecimiento de los glosadores. En un aspecto mas sustancial, el vulgarismo se traduce en la aceptacién de criterios propios del vulgus, vale decir, acien- tificos Y no técnicos, en la descripcién, sentido y alcance de las eee de ahi que el vulgarismo surja como un concep- sania ea el derecho de la época clasica, y en compara- aimee pu Ae aquél describir y analizar. Por lo mismo, el sists ae su ‘ el derecho romano corresponde a la curva 1a depurada pare y como tal presupone la existencia de oe licién de alto estilo de la que se halla alejado. diviente en Ig penal que la actitud vulgarista no sélo se comin de lac aia re, que es la forma espontanea como el ambign al Baca ee el derecho, sino que ella trasciende SSO, Peritos o ma génesis oficial y privada. Asi, los nuevos Tica del antiguo juni estros —ninguno con la capacitacién téc- Ctitetio vulpar, a ne también participan de este mismo I eatesios de ly ereenns forme €l vulgarismo va entrando por ‘ 5 de puletia imperial, comprometiendo al dere- €ges emerge de ella, y alcanza aun a las hi ° que a travé hep 55 7 por ivadas. . I. pad oe eetiiteién del estilo juridico que aoe el der Fomano nan Ja en el desaparecimiento de las vi ; enaico: 8 el esmerado anilisis de la fii del derecho clasico, a saber: Pasta fiveadlcss distintiva y casuistica de cada concept ‘autonomia de influjos extrajuridicos, y aun ya en el extrel proceso de is en el afloramiento de signos abiertami primitivistas. Con todo, primitivismo y vulgarismo envuel nociones diversas, aun cuando uno y otro puedan ofrecer tos caracteres comunes: mientras el primitivismo represent: estadio precientifico del derecho, propio de las etapas p: genias 0 arcaicas del desarrollo juridico, el vulgarismo en bio supone una fase postcientifica 0 declinante, es decir, la rior existencia de una época de esplendor de la cual ahora encuentra distante. Si el derecho romano vulgar, segtin se ha dicho, supot una fase de declinacién o postcientifica, es porque falta en aquel elemento que en una época pasada -el periodo clasi hizo del mundo juridico romano una realidad de alta perfecei cientifica y técnica. Por este camino no es dificil ubicar la c: determinante de la vulgarizacién del derecho romano: ella no otra, como puntualiza d’Ors, que la ausencia o el desaparecimient del jurisprudente. ‘ones de la antigua jurisprudencia redactadas ___ Sabido es que la peculiar excelencia del derecho romano clasieg reside en que fue obra de jurisprudentes o sabios en derecho y no del poder publico. Precisamente cuando el poder politico asume en Roma monopd- licamente la génesis y control del ius, éste comienza su proceso de decli- nacion. El jurisprudente fue un particular cuya actividad en orden a emitir responsa no constituia una funcién publica, ni posee tal atributo porque se le haya conferido de manera oficial, sino porque socialmente era quien se en- contraba en condiciones de realizar ese oficio. Las respuestas de los prudentes fueron la principal fuente del derecho en Roma clisica, asi como la ley lo es ea la sociedad modema. Roma, el pueblo del derecho, no fue -como dice Schulz+ el pueblo de la ley. En efecto, quien observe el periodo de mayor auge de la evolucién juridica romana podra reparar con cierta sorpresa que alli la ley tuvo un pee ge eae relevancia en la formulacién del derecho. prudente posee auctoritas (sab i ce de potestas (poder social), de ahi que el aca ro eae clas ee un consejo prudente y no como una norma impuesta: el responder es Un funcién propia del saber, como el mandar lo es del poder. Siendo el juris- 56 yoluct la autoridad no es un tipo de conocimiento puro, i practica, como el ensefiar a alguien que no sabe para ; cientifica (docere), sino un saber capaz de aconsejar ‘que una persona actiie operativamente -para hacer 0 ejecutar algo- ante las ipleancias de una situacino caso conereto que leafeota, De abt eve ai a |puede dar 6rdenes sin necesidad de ser requerida, pues su querer actuan- teradica en su propia voluntad, la autoridad en cambio necesita ser incitada por medio de una pregunta para que se exprese o manifieste. El ius, por eso -que es una creacion de autoridad en la época clasica- se genera a través de la relacion preguntarespuesta, ya que la funcién del jurisprudente, denominado también jurisconsulto, era precisamente dar respuesta ante la formulacién de una consul- ta. Ahora bien, el que el fundamento del ius sea la auctoritas juridica y no la potesias politica, hace que el derecho clasico apoye su validez en la inteligencia dela argumentacién, la claridad del raciocinio y la solidez del fundamento, y no en la fuerza 0 voluntas imperandi, de la que carece. Todo derecho de juristas, como lo fue el romano clasico, se vincula mucho al proceso, y ello porque a falta de leyes preestablecidas que regulen las relaciones juridico-privadas, la intervencién asesora del jurista se manifiesta pricticamente, esto es, frente al planteamiento de un caso concreto, el que habitualmente envuelve un supuesto conflictivo, que actia al mismo tiempo Como estimulo a su labor creadora. De ahi la estrecha colaboracién del jurisprudente con los magistrados jurisdiccionales (pretor y edil) en relacién con la elabora- cién del edicto. Consiste éste en un catélogo de recursos procesales -acciones, excepciones, interdictos, etc.que dichos magistrados ofrecen a las partes que se ‘ncuentran comprometidas en la hipétesis del hecho descrita en el propio texto edictal, afin de buscarle una solucién. De este modo, a través del mecanismo édictal, el carcter de consejo prudente que revisten los responsa se convierten en decreto vinculante, pero no por la actividad misma del jurisprudente, que carece de poder, sino en virtud de la funcién propia del pretor o edil, que como Magistrados de la civitas. lo poseen. La funcién propia y especifica de la pretura que tiene un cardcter caaidario y agregado en la edilidad- es la iurisdictio, Este vocablo deriva Stiniolégicaniente de ius dicere, que significa decir o declarar el derecho, Pero aqui decir el derecho no es lo mismo que generarlo 0 hacerlo nacer, Pues la iurisdictio encierra un decir meramente instrumental y no eficien- tl derecho. La iurisdictio, en esta forma, recibe el contenido juridico de eng aided del jurisprudente y su impositividad del poder del magistrado; a Supone, en consecuencia, la combinacién de la potestad, atributo mee 0 edil, con la autoridad, cualidad del jurisprudente, en ae mater °°l° Proporciona la forma capaz de otorgar fuerza vinculante i “al cientifico elaborado por los que saben, pero que carecen de! 57 asi sentido imperativo, que involucra un decir “ -dimanado de un érgano que tiene poder, solemne y form y no un decir meramente ¢ Esta relacién. jurisprudente-pretor coincide con la puesta en yi, formulario, cuyos términos cronoldgicos de vigencia - ano 130 a.C. al afio 230 d.C - enmarcan el periodo clasico del der no. Pero, en la Epoca postclasica desaparece el agere per formula sustituye por la cognitio extra ordinern, cuya introduccién va apare con 1 el desaparecimiento del edicto fuente flexible y siempre re ritmo de los tiempos- , es ya el reflejo de la ruptura de la relacién juris pretor en la génesis del derecho. I- un clima de absolutismo politico, en que la actividad del jurista pas: absorbida por el principe: el emperador emerge como la unica fuente cre del derecho a través de la ley. Este nuevo hecho es el fruto m progresivo intento del poder politico por controlar y someter a la jur cia, y donde el ius publice respondendi ex auctoritate princi burocratizacién de la jurisprudencia, la practica de los rescriptos, la Citas y el mismo Digesto. no son sino ,sucesivas etapas de ese proceso. El ius publice respondendi ex auctoritate principia es un pri especial que Augusto confiere a los jurisprudentes que forman parte d¢ consilium asesor, en virtud del cual éstos pueden dar responsa respal Ja auctoritas del emperador. A través de este recurso, tales juristas un personal autoridad de sabios en derecho la autoridad carismatica del p1 Asoma aqui ya una desnaturalizacién del contenido de la vieja auctortt cuanto el principe es un érgano politico, titular en esta hora de un p monocritico, de modo que la auctoritas principia no es tal autoridad. si pura potestad; por otra parte, piénsese que la autoridad, como saber, es algo personal de quien la posee, no pudiendo por ello ser transferid a otra persona, con lo que el privilegio que el principe aparece conc circulo de sus juristas amigos es la potestad, que si es factible de ser di Asi, este mecanismo envuelve una pretensién por dar una carga potestati responsum jurisprudencia), que es ajena a su naturaleza intrinseca, ya q opiniones de los juristas, como acto de autoridad que son revisten el de un mero consejo. Tal intento sin embargo demoraré todavia ti cristalizar plenamente, aun cuando esta actitud de Augusto representa anuncio de la tentativa del poder poli por controlar y hacer jurisprudencia. En efecto, los juristas asesores del principe, al igual pretor, todavia constituyen un consejo privado, pero seré el ante cancilleria imperial que crear Adriano un siglo més tard Con el ius publice respondendi el principe utiliza un ei escoger a sus juristas asesores fundado no tanto en la propia aut de éstos -elemento natural de seleccién en la tradicién republ que de ahi arrancaba su prestigio social- como en la potestad del 58 tende el ius publice respondendi ex auctoritate principis -con- -a lo que algunos autores creen- ni monopolizar el respondere en el f asesores del emperador; ni tampoco hacer més valioso su ‘responsum, ya que hasta antes del aparecimiento del sistema de la cognitio extraordinem las sentencias de los jueces no estaban sujetas a recurso ante el Con él, por otra parte, no se puso término al oficio jurisprudencia! libre, y aun el momento més brillante del derecho romano tiene lugar entonces; pero, el ius publice respondendi \legaré a ser algo mas que una mera distincién hhonorifica de que gozan sus destinatarios. En efecto, en razén del progresivo absolutismo del poder imperial y 1a sustitucion del agere per formulas por el sistema de la cognicién oficial, hizo que el jurista que careciera de esta nomina- cin imperial no tuviera ninguna posibilidad de ver aceptada su opinidn. De esta forma, a partir de Adriano, en la primera mitad del s. II d.C., la jurisprudencia sufre acentuados sintomas de decadencia, pues su adscripcién a la cancilleria imperial -rgano piblico en que deviene el consilium privado del emperador- resulta indispensable al ejercicio del oficio jurisprudencia!: desaparece asi el oficiojurisprudenciaj como actividad libre y aflora la figura del jurista funciona- ‘io-burécrata injertado en la maquinaria de gobiemo y remunerado por él. Quien queria oficiar como jurista tenia que ingresar a la burocracia de palacio y colabo- rar alli con el principe. Ahora sélo las opiniones de estos juristas caben ser consideradas, Jas que adquieren fuerza vinculante u obligatoriedad para los ma- sistrados jurisdiccionales y los jueces. De aqui surgiran los rescriptos, que es la nueva forma que adquieren las responsa jurisprudenciales, y que no son otra Cosa que las respuestas dadas formalmente por el emperador a consultas de = Sobre la base de las opiniones de los juristas asesores que forman a ae consejo piblico, quienes eran asi sus verdaderos autores materiales; » las consultas sobre problemas juridicos se hacen ahora por libelo ey lente a la cancilleria imperial, las cuales aparecen oficialmente respon- : sek! Principe, con su sello, previo envio a los juristas de su consilium. Ie, yu eae una de las formas que toman las constituciones imper dovada de itamento estéen que el emperador surge como una persona mess sae sabiduria juridica, como natural consecuencia del general encama la sorcién de los atributos de la autoridad por parte de quien MeV08 juritee ne Se hizo frecuente desde ahora en adelante, que estos 8 del poder a Tae burécratas-, comprometidos con los planes ¢ intere- SUestiones ie itico, comenzaran también a mostrar intereses por las "ocimiento a (administracion, hacienda, ejército, etc.), esfera de co- ue Por muchos afios fue ajena a su preocupacién. bes 59 i los antiguos vio afectada la singularidad de los « val jute Salvio Juliano la codificacién defi- caret tuo de Salvio Juliano), con lo que Se Tecop Con la redaccién salviana se pone fir otrora viva que ‘ en un producto de contenido estatico € sus edictos de acuerdo al uso if itucién de : la dictacion de la Ley de Citas, una constitucin Gtcntniano Ill del ao 426, que dispone que para fonder en los tribunales, s6lo se podra esgrimir los escritos de "0s J fi i otorgando a Papiniano Ii Paulo, Papiniano, Modestino y Gayo, otorgando a 5 cen caso de disenso empatado. Mas alld de su necesidad practica, abogadil que llevé a la cita indiscriminada de toda suerte de autori ante los tribunales, dicha ley encarna la legalizacion de la jurispr definitiva su menoscabo total. Su significado pollicaty es omoquery del emperador del tiltimo reducto del 10 que no era cre ets emperadores del tardo imperio van asumiendo as{ no s6lo la creaci6n actual del derecho, por medio de las constituciones imperiales sino también el control de toda la vieja masa jurisprudencia; (iura), la q conservaba vigencia s6lo en cuanto no hubiera sido derogada por la volun del principe. Ya a partir de Constantino se hizo frecuente para la regulacién de las materias de indole privadas el tipo de constitucién imperial conocido con el nombre de /ex generalas -en sustitucién de los rescriptos-, que aparece Como Ia dnica fuente del derecho, y que presenta las caracteristicas de la ley moder- na; generalidad, abstraccién e impersonalidad. Por ultimo, en Ja recopilacién general del derecho que emprende Justiniano, hay un similar y definitive propésito por legalizar a la juris- prudencia. E/ Digesto constituye la concrecién definitiva de ese anhelo. Sélo: las opiniones de aquellos juristas que alli se recogen tienen valor, mientras que los dejado fuera no se pueden invocar en los litigios. Con esto hasta la vieja Jurisprudencia se convierte en ley, pues las opiniones alli recopiladas arrancan su validez no de la autoridad de! jurista del cual provienen, sino de la potestad del emperador que la reconoce, Pero, paralelo al proceso de absolutismo legislativo se produce tam- bién el absolutismo legalista. La ley piblica, que en la época republicana era un acto del magistrado que requeria de la intervencién de los comicios y el senado, pasa a ser una fuente en que interviene exclusivamente el emperador (absolutismo legislativo), pero, junto a esto, la ley publica amplia también su contenido dispositivo, pues si en la repiiblica s6lo regulaba materias atingentes ala ordenacién de la civitas se convierte ahora también el nico medio id6neO para crear el ius (absolutismo legalista) 60 expresién (ius: responsurh jurisprudencia;: lex: declara. del magistrado); eficacia (ius: consejo Ge oe ) Pero, digamos por tiltimo, que si el desarrollo y culminacién de todo este proceso evolutivo de las categorias clasicas fue motive de desintegracién delos criterios de la antigua jurisprudencia -y causa de una profunda crisis del derecho romano- no se debe pensar sin embargo que todo el derecho postcl se ha convertido en vulgar, sino tan s6lo un cierto volumen de instituciones y normas juridicas. 2, CARACTERES DEL DERECHO ROMANO VULGAR. Las notas més representativas del derecho romano-vulgar son: la tendencia a la simplicidad y confusién conceptual, la deficiente tipicidad nominal de las figuras juridicas, la cabida de criterios extrajuridicos para solucionar problemas jurfdicos, y la frecuencia epitomadora y compiladora en sus fuentes de conocimiento. 4) Tendencia a la simplicidad y confusién conceptual. Se advierte con bastante reiteracién en el derecho romano vulgar 'a no clara distincién entre instituciones o situaciones que para el criterio clasico son diversas; asi, a modo de ejemplo: el error en Confundir la propiedad con la posesion, el concepto de dare con ¢l de tradere, el titulo con el modo de adquirir, el derecho con su Prueba, etc, iy) Al no darse el acabado andlisis casuista y sutil de los ne Prudentes clasicos —hecho que condujo al perfecto eau Y distincién de cada situacién o relacién juridica-, fue ee Sntonces que se diluyera el contorno propio de cada ere a riesgo de su confusién con la figura conceptualmente ae Proxima, Kaser, apelando a un recurso analégico, dice 2 = qui un fenémeno de «contiguidad visual», esto es, ue i a Posicin o mezcla de categorias juridicas que eran distintas P: 61 ico. Ademas se ha querido ver en este cardc- ent i que se ha dado en [lamar «vuelta al estad I ezi decir, el hallar en el derecho romano ee cata -poco elaboradas conceptual y | figuras aun se puede incluir dentro de él-, pues éste no es otra cosa que la expresién o reflejo externo de la desintegracién, imprecisa guedad y generalizacién de los conceptos juridicos. ©) Cabida de criterios extrajuridicos para solucionar proble- mas juridicos. Se trata de la intromisién de motivos ya de indole retérica, moral, afectiva, socioldgica, etc., para dilucidar cuestiones dé derecho. Esto se traduce en que con cierta habitualidad los pro blemas juridicos son resueltos de acuerdo a una equidad amorfa, constituida por ideas afectivas y emocionales, no aprehensibl ni racional ni juridicamente, La neta separacién del derecho respec d -el derecho del no derecho- surge © respecto de aque] lO gaaaaaa rt como una constante de la experiencia juridi é icte- ee durante su época de mayor apogeo. Una de fas ara erecho clasico es el de su autonomia de toda influencia ext® 62 cién su objeto. n en la pérdida del caracter de pero siempre sera la ausencia del como su principal causa. En su lugar, y como ; en materias juridicas, surgen los abogados, los ora- yalternos de la cancilleria imperial y los profesores de ‘EI papel del abogado, que se confunde muchas veces con el orator, eradiverso al del jurisprudente, como asimismo lo era también la formacién intelectual de uno y otro. No era en el viejo derecho clasico misién del jurisprudente intervenir en la lucha judicial, sino tan s6lo emitir dictamenes ‘acerca de cual era el derecho ante un caso concreto cuando alguien solicitaba ‘su asesoria; pero su respuesta siempre se daba bajo la consideracién que los hechos en que se apoya la consulta, son ciertos y estan probados. El no desciende a los problemas de la prueba. El practico de tribunales u oraror, en cambio, es quien libra la batalla forense en defensa de su cliente, por lo que el interés pragmatico por vencer la contienda -en lugar de la reflexién desinteresada en torno al ius- emerge como su principal propésito. Su inter- vencién en los litigios, consecuente con su formacién retorica mucho mas que juridica, se circunscribe de manera preferente a los tramites derivados de la prueba de los hechos y a la perorata, actividades en que su anhelo de Persuasion se cumple con el empleo de toda clase de argumentos, donde junto a los dialécticos adquieren importancia también los sofisticos y los emocionales, Gran parte de las tendencias moralizantes que se introducen en el derecho, se deben precisamente a la influencia que adquiere la retérica durante este periodo y en el altomedioevo. En Roma la actividad retérica resulté ser muy prddiga ¢ influyente ante el multitudinario tribunal de los cen‘umviri, competente en ciertas materias hereditarias, el que por el gran ntimero de miembros que lo compo- nian, result6 ser especialmente sensible a la gesticulante y teatral gala ret6- Tica de los oradores. ____ Enel otro sector, en Ia esfera de la cancilleria imperial, quienes tienen a su cargo la atencién de las materias juridicas -a menudo confundidas me los intereses politicos-, ya no son los juristas de antiguo cufio, sino {icionarios semiespecializados o meros técnicos: se ha dicho que es a hors ¢ las circulares, los informes escritos, etc. -papeleria muy propia de la actividad burocratica-, todo mientras més simple y trivial, mejor. voms,,U" ciemplo en conexién con este cardcter del derecho aa vulgar que aqui explicamos, se ve en la razon de la ulidad que tanto para el derecho clasico como vulgar tienen 63 = _ s decir, aquellos en que dos de otra atin viva. Para el erode podia realizar por cuanto al eat eens se dispone no hay suce- 0 pacto carece de eee A ound ‘rechaza igualmente su posible celebraciOn, pero para nada la Seriaeidicn de la carencia de objeto, ‘sino el cave moral derivado de que un pacto asi puede signi 2 ‘un votum mortis, esto es, el deseo de que una persona falle an al menos el hecho de especular con su muerte. d) Frecuencia epitomadora y compiladora en sus fuentes ¢ conocimiento. Las fuentes mas tipicas e importantes para el conocimiento < derecho romano vulgar son los restimenes (epitomes) y ciones (breviarios) de textos juridicos de mayor amplitud y n plejidad, o bien las compilaciones 0 recopilaciones de esos mis- mos materiales. ; | Todos estos tipos de trabajos revelan signos palpables de decadencia y pobreza cientifica, tales como la infecundidad | juridica, por una parte, y la simpleza o trivialidad expositiva por otra. En efecto, tales obras no representan una labor de real crea- cin juridica, sino que, como todo resumen, abreviacién 0 com- pilacién, suponen la presencia de un material dispositivo pre- existente, que ha sido elaborado por otras manos y que ahora se retine 0 a lo mas se reformula. El vocablo «compilacién» es muy significativo a este respecto, por cuanto etimolégicamente, deri- va de la voz pilare, que quiere decir, robar, hacer suyo lo ajeno. Historicamente -y sin pretender establecer un principio de vali- dez general- las compilaciones suelen ser trabajos propios de €pocas de decadencia juridica, ya que cuando se carece de sufi- ciente capacidad creadora, los afanes se vuelcan en recopilar el material elaborado por otras generaciones, a las cuales pertene- _ ce el verdadero mérito. Se puede acoger aqui la imagen que can- sadas las gentes de hacer derecho, comienzan entonces a archi- varlo. ; Por otro lado, especialmente en el caso de los epitomes y breviarios, muchas veces se desfigura el significado conceptual de los institutos juridicos en aras de una pragmatica reduceién del texto y claridad de su contenido. 64 trabajos resulta acorde con el am- idad técnica ¢ intelectual, sensible tam- amt co, que se palpa en el comtn deseo de tar con textos reducidos en su tamajio y simples en su 1 de libros que ofrecen un manejo facil y comodo, para la ubicacién del pasaje que interesa como para su i6n. Estas obritas revelan las estrechas relacio- ‘nes que hay entre el derecho romano vulgar y la practica, ya para el uso en los tribunales, la asesoria de las partes o la ensefianza, como lo muestra el hecho que ellas habitualmente son redactadas por abogados, asesores subalternos y profesores de derecho. De conformidad con lo ya referido se omite en dichas obras como innecesario todo aquello que no presente una utilidad di- recta con los pleitos y la ensefianza elemental del derecho, que es hasta donde apenas pueden alcanzar sus autores, todas gen- tes mediocres en formacién y espiritu. Un real proceso de elucubracién teérica, en cambio, que supere los margenes de aquel pragmatismo inmediato no tiene sentido, ni hay mentes capacitadas para realizarlo. 3. EPOCA ¥Y AREA GEOGRAFICA DE VIGENCIA. El desaparecimiento del jurisprudente es un fenomeno conocido historicamente, por lo que no resulta dificil fijar el inicio crono- légico del predominio vulgarizante en el derecho romano. A Ulpiano, asesinado en el afio 228 d.C., se le considera el ultimo jurisprudente clasico. La fecha de su deceso -que coincide politi- camente con el final de la dinastia de los Severo- cierra el ciclo slisico y abre el periodo postclisico. Sin embargo, el proceso de ierta y franca desvirtuacién del estilo clasico se inicia partir 65 a or romano es un fenémeno cuya fF ‘a todo el Ambito geografico del imperio, sino ‘sobre todo en Occidente. En Oriente, en cambio, ‘una serie de factores que sirvieron de dique al proceso zante, entre los que se pueden citar los siguientes: a) lae cia de importantes escuelas de derecho, tales como las de y Constantinopla, sedes donde se originé una fecunda dad profesoral vinculada al estudio erudito de la jurisprudencia; b) la presencia de una gran trad bibliotecémana, que permitié contar con preciosos textos antiguedad clAsica; c) el trabajo de los asesores juridico: Justiniano, entre los que destacan Triboniano, Doroteo, Tedfi Anatolio, etc., y d) la presencia de una atmésfera cultural pro} cia para adherir al espiritu del clasicismo, la cual tenia sus rai en la riqueza del mundo helénico que se habia desarrollado ese sector imperial. Tales circunstancias de alguna manera esti-’ mularon un ambiente juridico de cierta altura, que si bien dista mucho de ser clasico, fue por lo menos clasicista, vale decir, de imitacion de los patrones clasicos. Este clima juridico, de menor’ valoracién que lo clasico, pero muy encima de lo vulgar, culmina en Oriente con la promulgacién de los libros de la compilacién justinianea o el Corpus Iuris Civilis. Asi, esta obra se elaboré bajo la luz culta de las escuelas juridicas de Oriente, lejos de las simplificaciones del derecho romano vulgar que a la saz6n se daban en Occidente. Se ha de recordar que Bizancio ya era en esta hora el centro de la tradicién romanistica, pues Constantino habia tras- ladado alli la capital del imperio en el afio 323 d.C. Por eso en el afio 476 d.C. sdlo se consumé la muerte de la Roma occidental, pero en el ambito oriental ella logra pervivir mil afios mas, hasta 1453, fecha en que el turco Mahomet II destruyé Constantinopla. El Corpus Iuris Civilis siguié un destino bien diferente en Oriente y Occidente. En Oriente los libros de esta compilacién -Instituciones, Digesto, Cédigo, y Novelas- fueron textos de 66 oca de su promulgacién (en el primer C.) hasta la caida del imperio bizantino, y atin ue los turcos respetaron el derecho de los por lo que en este 4mbito la obra justinianea conserva ‘su fuerza hasta Ja edad contempordnea. En la geografia occiden- tal en cambio el Corpus Iuris Civilis sélo tendra vigencia en los lugares que Justiniano logré someter en su anhelo ex- ansivo de restauracién imperial: la cornisa mediterranea del ‘Africa, el sur de Hispania y el exarcado de Ravena. Sélo en estos sitios tuvo aplicacién la compilacién justinianea durante el bre- ve tiempo que Bizancio mantuvo alli su hegemonia; en el resto de Occidente tales textos permaneceran practicamente ignora- dos hasta el s. XI. En esta forma, Oriente y Occidente, siguen caminos diver- sos en su proyeccién de continuidad del derecho romano: el clasicismo y el vulgarismo, respectivamente. 4. FUENTES DEL DERECHO ROMANO VULGAR. Es posible establecer el siguiente esquema general para clasifi- car las principales fuentes de conocimiento del derecho romano vulgar: a) reelaboraciones resumidas de jurisprudencia clasica: Sentencias de Paulo y Epitome de Ulpiano; b) colecciones de constituciones imperiales: cédigos Hermogeniano, Gregoriano y Teodosiano; c) colecciones mixtas de textos jurisprudenciales } constituciones imperiales: Coleccién de leyes mosaicas y roma- nas, Consulta de algunos antiguos jurisconsultos y Fragmen- tos Vaticanos; d) interpretaciones; y e) leyes romano-barbaras. 4) Reelaboraciones resumidas de jurisprudencia cldsica. 1) Pauli Sententiae (= Sentencias de Paulo) Es una reelaboracién postclasica de algunas opiniones atribuidas Por el propio texto al jurista Paulo, a pesar que muestra bastante peximidad al criterio de Ulpiano. A raiz de las investigaciones ren Se ha podido detectar diversas y sucesivas manos en Su laccién. En general es una obra breve y simple que goz0 de za precio en la prictica del periodo postelésico. No se conoce uente en su integridad sino apenas una sexta parte de ella a 67 excepcién de un pequefio sector tampoco nos ha llegado directament xto, sino a través de otras obras que las reco- los ees Vaticanos, 1a Comparacion de ley jicas y romanas, la Consulta de algunos antiguos jurisc pois el Digesto, y especialmente el Breviario de Alarico. & do Alarico dispuso la redaccién de esta ultima obra incluy ella gran parte de las Sentencias de Paulo. I) Ulpiani liber singularis regularum. (= Epitoi mt Ulpiano ). Se trata de una obra muy elemental redactada ij mente por un autor desconocido, a principios del s.IV aca contiene un resumen del pensamiento de Ulpiano, siguiendo de cerca la tendencia sistematizadora de las Instituciones de b) Colecciones de constituciones imperiales. Son los denominados cédigos Gregoriano, Hermogeniano Teodosiano. Los dos primeros son obras de cardcter privado, compuestas a fines del s. III d.C. y comienzos del s.IV d.C., res- pectivamente. Ambos compilan constituciones imperiales: el | Gregoriano, rescriptos de Adriano a Dioclesiano; y el Hermo- geniano, rescriptos del tiempo de este ultimo. El Cédigo Teodosiano, por su parte, es un texto oficial que en definitiva resulté de un vuelo inferior al proyectado -ser una recopilacién total de pasajes jurisprudenciales y consti- tuciones imperiales-, pues sdlo tecoge constituciones imperia- les de la época de Constantino en adelante. Promulgado en el s.V., es considerado como el ultimo acto legislativo comin a ambas partes del imperio. Los problemas derivados de la dispersién de la legislacién en el mundo romano y el hecho de existir un imperio en Occiden- te y otro en Oriente, llevaron a Teodo de su Codigo. Sin embargo, su vigencia como texto de derecho fue corta, ya que Justiniano lo Suplanté por el Cédigo que lleva su nombre, sin perjuicio que para su confeccién utilizé mucho de los material sio a realizar la ejecucién 68 = i igo de Justiniano y el Breviario de Alarico pode- rar ‘aera y el fondo de la obra teodosiana. es ejecucion de colecciones de leyes de este tipo obede- ci6 al hecho que en el periodo postclasico se sustituyeron los viejos modelos de creacion y manifestacién del derecho, por un nuevo sistema, en el que su génesis se convirtié definitivamente en funcién atributiva del principe a través de sus constituciones imperiales; pero, la prolifica produccién de leyes, de distinto talante y ambito de vigencia, hizo dificil tanto el conocimiento como el manejo de las mismas, amén el no saberse siempre a ciencia cierta cuales normas regian y cuales estaban derogadas. Pero una cosa es la creacién del derecho -ahora sdlo obra del principe mediante /eges— y otra diversa ¢l problema de su vigencia, pues tal la tienen no sdlo las /eges sino también el jus vers, esto es el antiguo derecho de origen jurisprudencial 0 edictal (Iuna), el cual sigue aplicandose en la medida en que no estuviera derogado por las constituciones imperia- les, De esta manera, ciertas expresiones de la vieja autoridad juridica con- servan alin su vigencia hasta donde le permite la potestad politica. ___ Con todo, no cabe calificar sin mas a estas obras como ejemplos vulgarizantes, pues lo seran en la medida en que las leyes recogidas ofrezcan un estilo deprimido o éste se deba a raiz de las manipulaciones introducidas por los propios compiladores; €n todo caso ello se advierte mds acentuadamente en el Cédigo Teodosiano que en los cédigos Gregoriano y Hermogeniano. Si, me cambio, las interpretaciones que se hacen de dichas obras cons- Mtuyen una rica fuente del derecho romano vulgar. ¢ i f a :) Colecciones mixtas de textos jurisprudenciales y constitucio- nes imperiales. are Prelate legum mosaicarum et romanarum (= Compa- noes a leyes mosaicas y romanas). ; obra que e €pocas pasadas con el nombre de /ex Dei, es una 0, 0 por he ence demostrar el origen hebreo del derecho roma- sicg pa en0S hacer una apologta del sistema juridico mo- textos roman fe un paralelismo comparativo con el romano. Los Pasajes de Ga que aqui se recogen son una seleccién de iura nag gtagmentos de los juristas de la Ley de Citas) y leges stituciones imperiales recopiladas en los cédigos (alg Bem 69 I) (Consultatio veteris cuiusdam iurisconsulti) ( sulta de algunos antiguos jurisconsultos). rn 4 Recopilacién de iura (pasajes de Fragmenta Vatican: (constituciones imperiales extraidas de los cédigos G y Hermogeniano). Se ha considerado como un manu por un abogado residente en Arlés 0 en otra ciudad d meridional. que se utilizé en la practica. Il) (Fragmenta Vaticana) (= Fragmentos V, Pequefia compilacién occidental de iura y leges; Tr se incluyen algunos fragmentos de los juristas clasico como Paulo, Ulpiano y Papiniano; entre las Jeges alg tuciones imperiales de diversos emperadores, especialmen Diocleciano. Se desconoce su autor como asimismo su primitiva nacién, pues la actual se debe al hecho de haber sido des ta en la Biblioteca Vaticana, por el cardenal Angel Mai, en A pesar de incluirse dentro de las fuentes romano vulg estima como una obra de bastante pureza clasicista. Facil advertir el propésito pragmatico de esta obrita, ya sea pi ensefianza elemental del derecho, como Para su uso por jueces y abogados. » d) (Interpretationes) (= Interpretaciones). Se trata de aclaraciones con el fin de hacer mas facilmente accesi- ble el contenido de un texto anteri dencial o una constitucién imperi te a fuerza de querer hacerlas mas inteligibles a las gentes, llegue smo del texto. Las interpretaciones tipo de trabajo que ofrecen un gra- ntuado, Pretaciones destacan la interpretatio del y el Epitome de Gayo. do de vulgarizacién mas ace Entre las inter Breviario de Alarico 70 Breviario de Alarico considerar como una inter- s libros de las Instituciones de Gayo. pequefio texto que tal vez fue redactado en ‘un autor desconocido en el s.V, y al igual que otras ‘romano-vulgares aqui estudiadas ella se incluye tam- ‘pien en la redaccin alariciana. e) Leyes romano-barbaras. Entre los pueblos germanicos que se asientan en la zona meridio- nal del continente existe bastante tradicién romana en su dere- cho legislado; no asi en cambio en sus costumbres, que son de clara raiz germanica. Nosotros sin embargo centraremos ms ade- lante la atencién en las fuentes legales visigéticas (Cédigo de Eurico, Cédigo de Leovigildo, Breviario de Alarico y Liber ludiciorum), pues son éstas las que tienen especial interés para nuestro curso de historia del derecho, por cuanto el derecho visigodo empalma con el derecho castellano, derecho éste que tendré vigencia en Iberoamérica desde la conquista hispana hasta la promulgacién de los cédigos nacionales en el s. XIX. Aun cuando el concepto lo repetiremos mas adelante, se debe sefialar que el Breviario de Alarico fue el texto mas repre- Sentativo del vulgarismo juridico romano, asi como el Corpus luris Civilis de Justiniano lo fue del clasicismo. F Promulgados los libros justinianeos en Oriente, la obra alariciana pasé a ser la principal fuente del derecho romano en un importante sector de Europa occidental, donde se convirtié en un destacado instrumento de persistencia de ese derecho hasta el s.XI, data en que recién los glosadores logran descubrir Para Occidente los textos de la compilacién justinianea. 7

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