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Qdoc - Tips - Iridologia Flavio Gazzola
Qdoc - Tips - Iridologia Flavio Gazzola
CURSO DE
IRIDOLOGÍA
ÍNDICE
Introducción .......................................................................................................... 4
La coloración ........................................................................................................ 14
Higienismo…………………………………………………………………………….. 140
Organoterapia…………………………………………………………………………. 140
Iridofotocromoterapia…………………………………………………………………. 145
Preparaciones fítoiridológicas………………………………………………………... 146
Bibliografía………………………………………………………………………………
Cada vez que observo el iris a través del microscopio óptico tengo las mismas
sensaciones que experimento al sumergirme en el mar con las bombonas de oxígeno: me
siento como el explorador de un mundo desconocido y fascinante, capaz de ofrecer sorpresas
y panoramas impensables, siempre cambiantes y maravillosos.
Este ha sido también uno de los motivos que inicialmente, me indujo a estudiar el iris y
en especial, la ciencia que tiene el iris por objeto: la iridología. Una vez superé la fase estética,
me di cuenta que la cantidad de informaciones que pueden extraerse del estudio del iris, de la
misma forma que pueden extraerse informaciones del estudio del fondo marino entre ambos
mundos hay analogías que tal vez en un futuro próximo, podrán estudiarse gracias a la
geometría divisoria. La geometría divisoria es una ciencia reciente, aparecida sobre todo
gracias a las posibilidades que ofrecen los ordenadores de analizar formas complejas, como
las de las costas o las del fondo marino, aparentemente privadas de cualquier orden lógico. La
geometría divisoria permite encontrar de nuevo en estas formas elementos de simetría y de
repetitividad a primera vista y de manera casual, tal como los primeros iridólogos encontraron
un orden lógico preciso en la belleza salvaje del iris, de cuyo seguimiento podían extraerse
útiles informaciones sobre el estado de salud de cada órgano. Un aspecto peculiar y tal vez
único de la iridología es la posibilidad de ver directamente la herencia genética (es decir, todo
lo que nuestros padres y antepasados nos han dejado en forma de predisposición para la salud
o la enfermedad de cada órgano o función) y, lo que es aún más sorprendente dada la relación
con el dicho popular según el cual «los ojos son el espejo del alma», la posibilidad de ver
directamente la condición psíquica del individuo.
En este libro se ofrecen algunas sugerencias para aquellos que, aun sin ser
profesionales en la materia, pero que disponen de buena voluntad, de una buena lente, de
mucha paciencia y de una gran curiosidad, desean sumergirse en el mundo mágico del iris.
HISTORIA DE LA IRIDOLOGIA
La iridología es el estudio de las alteraciones del iris, en correspondencia con los
órganos del cuerpo. En el transcurso de los años, numerosos estudiosos, como Joseph
Angerer en los últimos tiempos, se han dedicado al estudio sistemático de las otras partes del
ojo, como la esclerótica y su vascularización (la esclerótica, para los profanos, es el «blanco»
del ojo), intentando
problemas siempre
de los demás relacionar
órganos. las alteraciones
En consecuencia, de adichas
poco partes
poco se con enfermedades
ha desarrollado, en tornoo
al núcleo central de la iridología clásica, una serie de diferentes tecnologías de diagnosis
derivadas del estudio del ojo entendido como zona de manifestación y de monitorización de
cada enfermedad. Durante el Coloquio Internacional, la reunión anual más importante de
expertos en esta materia que se celebra en Alemania, se decidió definir con el término de
fenomenología oftalmotrópica el conjunto de estas tecnologías de diagnosis, que se basan en
el estudio del ojo en su totalidad y no únicamente en el iris. La iridología, por tanto, forma parte
de la fenomenología oftalmotrópica, de la cual constituye la parte más conocida e interesante.
Hipócrates había estudiado en Egipto, como todos los jóvenes investigadores griegos
que ambicionaban hacer carrera; allí la medicina se enseñaba en los templos de los médicos
sacerdotes, que la transmitían a los discípulos únicamente cuando estos habían demostrado su
devoción. Incluso el gran Pitágoras tuvo que esperar largo tiempo antes de que se le abrieran
las puertas del templo y del conocimiento.
La ciencia egipcia era hija --o descendiente-- de la mesopotámica (el actual Iraq), que a
su vez estaba emparentada con la hindú. Los sacerdotes mesopotámicos, grandes
astrónomos, veían en el iris una proyección de la cúpula estelar, bajo la cual estudiaban las
influencias constitucionales que enmarcaban al hombre en su entorno natal. En otras palabras,
según la fecha, hora y lugar de nacimiento, cada individuo recibía un órgano débil y otro fuerte.
Durante siglos, la ciencia iridológica fue una enseñanza secreta; en el arte pictórico del
Bosco, que vivió entre 1453 y 1516 y que fue mago y alquimista, se han hallado indicios y
textos raros referentes a esta enseñanza, que sólo podía obtenerse oralmente o a través del
estudio de los antiguos: cualquiera que se interese por la iridología no puede ignorar ni dejar de
admirar la pintura conocida como Los siete pecados capitales, que se conserva en el Museo
del Prado de Madrid y que, en la práctica, es una representación alegórica del iris, en la cual se
ofrecen de forma simbólica indicaciones correspondientes a la proyección de los órganos
internos sobre aquel.
Pero la iridología moderna nació gracias al médico húngaro Ignaz von Péczely de
Budapest (1826-1911), que en 1873 publicó en lengua magiar el primer libro sistemático sobre
iridología.
En 1880 esta obra, ulteriormente ampliada, fue traducida al alemán y en 1885 los
médicos alemanes Zoepritz, Stiegele y Schlegel, que después contarían con muchos
seguidores, se basaron en Péczely para aprender el método: nacía la iridología alemana.
Péczely describe la observación casual que le llevó a intuir la relación existente entre el
iris y los demás órganos del cuerpo de esta manera: «Cuando era niño, mientras intentaba
cazar una lechuza, le rompí sin querer una pata; al día siguiente pude constatar la aparición de
una ancha fisura negra en su iris.»
Más adelante Péczely estudió medicina sin dejar nunca de realizar observaciones en el
iris de sus pacientes; sin embargo, cuando empezó a dar conferencias sobre este tema para
sus colegas médicos, no obtuvo más que burlas y sarcasmos. En 1873, como ya se ha dicho,
publicó su primer libro básico sobre iridodiagnosis y en 1886 apareció un artículo suyo en una
revista homeopática que dio inicio a una exitosa interrelación entre iridología y homeopatía, la
cual ha llegado hasta nuestros tiempos. También en 1886 August Zoepritz publicó el primer
mapa alemán de la iridología, extraído de los trabajos de Péczely; en 1893 el sacerdote sueco
Ni1s Li1jequist (1851-1936) llevó a la imprenta el primer libro ilustrado sobre iridología con 12
tablas en color.
Liljequist
alteraciones también del
cromáticas fue iris.
el primero
En 1908que se ocupó
Liljequist del problema
publicó en suecode
la la interpretación
revista de lasy
Iridodiagnosis
electrohomeopatía. Durante aquellos años se había difundido en todo el mundo un método
homeopático presentado por el conde Cesare Mattei de Bolonia, herborista y diputado del
recién creado reino de Italia, al cual denominó electrohomeopatía, que en combinación con los
datos del examen iridológico ofrece óptimos resultados terapéuticos. Este método, actualmente
difundido en Alemania y en la India, es prácticamente desconocido en Italia, como confirmación
de la veracidad de la máxima «Nadie es profeta en su tierra».
En 1924 aparece el libro de Emil Schlegel titulado La iridología según Péczely, obra
fundamental de la iridología alemana.
Heinrich Hense se ocupó de la localización de los plexos nerviosos del iris; Peter
Johannes Thiel descubrió y definió «el arco senil» del iris, ocupándose de las deformaciones
pupilares y de la subdivisión del iris en anillos concéntricos, llamados zonas (en 1724 una obra
del emperador chino Chen Lung había tratado sobre el mismo tema).
Magdalene Madaus se ocupó entre 1916 y 1925 del concepto de constitución y
predisposición a los virus; su hija, Eva Flink, continuó sus estudios.
En los años ochenta, Joseph Angerer combinó las nociones de la iridología clásica con
los más modernos conocimientos de bioquímica, creando para la iridología lo mismo que
Recke Weg había creado al mismo tiempo para la homeopatía: un puente teórico y práctico
entre bioquímica y medicina natural, capaz de ofrecer un enriquecimiento común y una
superación de la división doctrinal entre medicina académica y técnicas de medicina natural, en
cuyo contexto destacaba especialmente la iridología.
Anton Markgraf es autor de una obra sistemática, en la que cada órgano se relaciona
exactamente con los signos irídicos correspondientes, aunque también con todos los demás
signos presentes en el ojo, en la cara y en la piel.
Bernard Jensen, el iridólogo americano más importante, fundó una clínica de salud en
Escondido, California, cerca de San Diego, donde cura a través de la alimentación. La dieta se
determina según los signos iridológicos y el éxito de la terapia se valora mediante la presencia
de «fibrillas plateadas» concretas o de «signos de curación» en las lagunas del iris. Su equipo
se encarga desde hace tiempo de un importante trabajo de investigación basado en las
imágenes digitalizadas del iris.
Entre los iridólogos franceses cabe citar a Vannier, Bourdiol, Jausas; entre los
españoles, a Ferrándiz.
En Italia hay que citar al naturópata Costacurta, aunque sin olvidar a su colega de la
región del Alto Adigio, Siegfrid Rizzi, que ostenta el mérito de haber dado fuerza a la iridología
italiana y europea con sus estudios sobre constituciones irídicas y sobre la posibilidad de
relacionar cada cuadro constitucional del iris con un remedio homeopático específico.
Rizzi preparó un remedio, al que llamó BN, capaz de producir resultados sorprendentes
tanto si se suministra oral como cutáneamente, que funciona como un potente regenerador
celular (úlceras, llagas, quemaduras, traumatismos)
Generalidades
Anatomía del iris
El iris es un órgano del ojo que tiene la misión de regular la afluencia de la luz sobre la
retina, situada posteriormente, la cual envía la información visual al cerebro mediante el nervio
óptico.
El ojo tiene la forma de una esfera formada por tres capas: un contenido gelatinoso, el
cuerpo vítreo y una lente, el cristalino (situado inmediatamente detrás del iris), que cumple la
función de focalizar; es decir, de enfocar las imágenes sobre la retina.
La capa externa, llamada fibrosa, está formada en la parte de atrás por la esclerótica (el
blanco del ojo) y por delante por la córnea, que es transparente para permitir el paso de la luz.
La capa intermedia, llamada vascular o úvea, está formada por vasos, células pigmentadas y
musculatura lisa, su tarea es la de nutrir el ojo y hacer que:
1. El cristalino se acomode (la lente) haciendo que se vuelva fino, estirándolo por las puntas, o
se arquee para permitir el enfoque de la imagen en la retina, tanto en la visión de cerca
(cristalino más arqueado, no tirante), como en la visión de lejos (cristalino más fino y tirante).
2. La pupila se dilate (en la oscuridad) o que se contraiga (tanto más cuanto más intensa sea la
luz).
La parte posterior se llama coroides y tiene una función nutritiva; la intermedia se llama
cuerpo ciliar e interviene en la acomodación; la parte delantera es, precisamente, el iris, en el
centro del cual se halla el hueco pupilar que, como ya se ha dicho, se contrae con la luz y se
dilata con la oscuridad, con el fin de regular la afluencia de la luz sobre la retina.
La capa interna del ojo, llamada sensorial, está constituida por la retina, que transforma
el haz luminoso en una señal eléctrica que después se transmite al cerebro (corteza occipital),
todo ello a través de un mecanismo fotoquímico.
El iris tiene, por tanto, la forma de una moneda agujereada o del diafragma de una
máquina fotográfica.
La membrana irídea está constituida por una capa delantera que se llama estroma, que
forma parte de la túnica úvea, y por una capa trasera, perfectamente negra que forma parte de
la retina.
El estroma recuerda en la forma a un pequeño tabique revestido por un lado de gelatina.
Procediendo de delante hacia atrás se distinguen:
1. Una capa endotelial, compuesta por células planas de tipo seroso, entre las cuales se
hallan células pigmentadas, es decir, oscuras, llamadas cromatóforos (en el tabique utilizado
como ejemplo representarían la gelatina con bolitas de caviar).
2. Una membrana delantera delimitadora constituida por fibras colágenas entre las que
se encuentran células pigmentadas (la superficie del tabique en la que se apoya la gelatina).
Estas dos primeras partes se extienden sobre todo el iris, desde el borde externo hasta el
borde de la pupila.
3. Una lámina delantera (corteza superior del tabique), fibrillas colágenas + células
pigmentadas.
4. Una capa vascular (contenido del tabique) formada por un número muy grande de
pequeños vasos de recorrido radial.
5. Una lámina trasera formada por fibras colágenas y células pigmentadas (corteza
inferior del tabique), que sigue a continuación de la pupila en el músculo esfínter del iris
(inervado por elensistema
concéntricamente el hueco nervioso
pupilar. vegetativo parasimpático) cuyas fibras confluyen
6. Un músculo dilatador del iris, con fibras dispuestas en sentido radial e inervadas por el
sistema nervioso vegetativo ortosimpático (corresponde a la superficie inferior del tabique).
En sentido radial y desde la periferia hacia el centro, todas las capas consideradas se
extienden a lo largo del radio del iris, a excepción de la lámina estromal delantera que se
extiende desde la periferia hacia el centro sólo dos tercios. En la práctica, el iris aumenta
gradualmente de espesor («procede hacia arriba») con un ángulo de unos 20° respecto a la
capa pigmentada interna hasta el collarín; de aquí en adelante disminuye («procede hacia
abajo») con un ángulo de unos 30° hasta el borde pupilar.
A una distancia de más o menos dos tercios del radio a partir de su borde externo, el iris
alcanza su máximo espesor, formando una especie de anillo concéntrico a la pupila,
denominado collarín. El área externa del collarín se define como área ciliar, la interna como
área pupilar.
Las alteraciones del área ciliar están en relación sobre todo con las de la lámina anterior;
y las del área pupilar con las alteraciones de la lámina posterior y de los estratos musculares;
las alteraciones de estos últimos, sin embargo, se manifiestan de forma significativa incluso en
el área ciliar.
• Conviene recordar que, desde el punto de vista embriológico, el iris deriva en parte del
ectodermo (capa pigmentada, células cromatóforas, musculatura) y en parte del mesodermo
(estroma y sistema vascular). El iris se forma entre la semana 14. a y la 16.a de vida fetal.
• En el iris hay dos sistemas musculares antagónicos:
1. El músculo esfínter de la pupila (que contrae el hueco pupilar), inervado por el sistema
nervioso vegetativo parasimpático.
2. El músculo dilatador de la pupila (que ensancha el hueco pupilar), inervado por el sistema
nervioso vegetativo ortosimpático.
• La vascularización del iris se efectúa mediante dos grupos de arterias: las arte rias
ciliares largas y cortas, que se unen formando dos círculos vasculares en correspondencia con
el borde ciliar externo y el borde pupilar interno. Estos dos círculos vasculares están
conectados entre sí mediante los pequeños vasos dispuestos entre la lámina delantera y la lá-
mina trasera del estroma y transcurren en sentido radial.
Los pigmentos
Melanina. Es un constituyente normal de cabello, piel y capa pigmentada posterior del iris. En
la piel actúa como agente protector de los rayos ultravioleta, que sin ella tendrían acción
cancerígena.
En la capa pigmentada del iris contribuye a la formación de la cámara oscura del ojo. Si
se deposita en el estroma del iris indica siempre una alteración metabólica y, presumiblemente,
un estado precanceroso.
La melanina deriva de la reacción de polimerización (o ensamblaje) de las moléculas
que derivan de la DOPA (dihidroxifenilalanina), que a su vez deriva del aminoácido tirosina, que
también es un precursor de la hormona tiroidea.
Hemosiderina. De color rojo oscuro, está constituida por hierro trivalente derivado de la
destrucción de una gran cantidad de glóbulos rojos.
Lipofuscina. Es un pigmento de color que varía del amarillo claro al marrón oscuro, con
una tonalidad de fondo roja. Deriva de complejos lipoproteicos que se precipitan al interior de
las células, sobre todo del sistema nervioso, que progresan poco a poco con la edad.
Cumple la misión fisiológica de capturar los residuos nocivos tóxicos que se forman en el
interior de la célula nerviosa cuando las vías normales de eliminación fallan.
Es una especie de mosquitera celular. Además de en el sistema nervioso, la lipofuscina
puede depositarse en el músculo cardíaco (atrofia marrón o atrofia senil del corazón).
El color del iris de los recién nacidos es azul intenso, porque las células cromatóforas del
estroma todavía no han empezado a producir pigmento y este resulta fácilmente atravesado
por la luz, que es absorbida casi totalmente por la capa pigmentada trasera, que es negra.
El estroma irídeo del recién nacido sólo refleja la luz visible con pequeña longitud de
onda o la luz azul, confiriendo al iris su característico color azul.
Más adelante, poco a poco, aumenta el contenido de fibras colágenas, las células
cromatóforas empiezan a producir el pigmento del estroma y el iris cambia de color hasta
obtener el definitivo, normalmente hacia los dos años, aunque hay casos en los que no se
estabiliza hasta los siete años.
En realidad el color del iris cambia de manera fisiológicamente imperceptible hasta los
50 años de edad.
Los colores basilares del iris son: marrón, secuoya, robín, alquitrán, ocre, amarillo pajizo
y amarillo intenso.
Los tres factores principales que determinan la variedad de los colores irídeos son:
1. La densidad de fibras colágenas, musculares y de los vasos del estroma.
nnm laLa hormona de la hipófisis mth estimula la producción, mientras que las hormonas nnr y
reducen.
Es una sustancia que la luz no puede atravesar; en parte la absorbe y en parte la refleja.
El color del pigmento depende precisamente de la luz que es capaz de reflejar. Por
ejemplo, un pigmento negro absorbe totalmente la luz, mientras que un pigmento amarillo
absorbe todos los colores excepto el amarillo, que se refleja a través del ojo del observador y
que le confiere la apariencia de ese color.
De la misma forma, vemos las hojas de las plantas verdes, ya que este es el único color
que los pigmentos vegetales no aceptan, pero que reflejan.
El pigmento no sólo tiene un color específico, sino que también posee una forma
determinada y una posición a nivel del iris.
Los pigmentos del iris son normalmente cambiantes y no estables, a pesar de que a
menudo existen coloraciones distribuidas en distintas zonas del iris, sin una colocación
específica en el sector de un determinado órgano (pigmentos cambiantes), mientras que en un
pequeño número de casos sucede lo contrario; es decir, que un pigmento esté localizado de
forma específica en el sector de un órgano preciso (pigmentos estables): en este último caso
es, evidentemente, la propia posición del pigmento la que indica el órgano dañado, mientras
que en el caso de los pigmentos cambiantes no es la posición del pigmento la que indica el
órgano dañado, sino sobre todo el color y la forma del mismo, que pueden ser característicos
de la influencia patógena de un órgano determinado. Dicho proceso puede representarse si
pensamos que el pigmento cambiante es un residuo patógeno (como los residuos de la
contaminación ambiental), producido por un determinado órgano que srcinariamente se
deposita sólo en el sector de producción, pero que posteriormente, por un exceso de
producción, pasa a todos los demás sectores del iris; en otras palabras, puede decirse que
cualquier pigmento patógeno es al principio estable, para volverse posteriormente cambiante;
por ello, aparentemente los pigmentos cambiantes constituyen una fase de enfermedad más
avanzada respecto a un pigmento estable. Pero en realidad las cosas no son exactamente de
esta manera; volvamos a la comparación con el ambiente urbano: los residuos procedentes de
los diferentes consumos domésticos e industriales no tienen muchas veces posibilidad de ser
eliminados en la ciudad de srcen, sino que a menudo han de ser transportados a otros lugares
donde se reciclan y se distribuyen de distintas formas. Probablemente se produce una
contaminación más generalizada que no se limita sólo al ámbito ciudadano, pero la ciudad
sobrevive: si no fuese posible alejar los residuos de la ciudad, esta quedaría pronto sumergida
en ellos y se haría inhabitable. Otro tanto sucede con los órganos: si no se eliminan los
residuos y estos se acumulan en su interior, el órgano sufre y puede degenerar o producir un
tumor. Hay algunos signos cromáticos estables que indican que un órgano está soportando
este fenómeno temible de acumulación de residuos, con dificultad para su eliminación y el
consecuente
de estómago riesgo de disfunción
y de hígado), grave
pigmento o cancerosis:
en forma pigmento
de almohadilla en forma
(tumores de coliflor (tumores
de estómago, intestino
y recto), pigmento en forma de terrón de color marrón rojizo (tumores en varios órganos),
pigmento en forma de pequeño arbusto de bayas (tumor en el riñón y en la vejiga), pigmento en
forma de gran arbusto de bayas (tumor en el útero), pigmento amarillo en cascada (tumor en el
útero), pigmento color alquitrán (tumores en varios órganos).
Hay coloraciones irídicas que no tienen nada que ver con pigmentos, sino con
sustancias colorantes que, a diferencia de los pigmentos, tienen la propiedad de ser
«perforables» por la luz o, mejor dicho, por una determinada longitud de la onda.
La coloración resultante se presenta más superficial, fina y transparente y deja entrever
la capa irídea inferior, que infiltra el estroma del iris impidiendo su reconocimiento estructural
(ya no se aprecia la estructura fibrilar radial característica del estroma del iris); estas sustancias
colorantes pueden denominarse filtros. Por ejemplo, las coloraciones amarillo-pajizas
características del riñón y de la heterocromía son filtros y no pigmentos (la coloración congénita
de un sector irídeo no patológica, distinta de la coloración constitucional fisiológica de la parte
restante del iris). Se cree que las coloraciones del iris, tanto los filtros como los pigmentos,
distintas de la coloración de srcen constitucional indican un depósito de toxinas y, por tanto,
una patología o una predisposición patológica constitucional.
Para comprender el porqué de los nombres linfático y hematógeno hay que referirse a la
teoría humoral formulada por Hipócrates, según la cual las enfermedades pueden clasificarse
en dos grandes grupos:
Un iris claro o linfático es también propio de todos los niños hasta, por lo menos, los dos
años: los niños con iris oscuro tamBién lo tienen claro durante sus dos primeros años de vida,
ya que las células cromatóforas presentes en el estroma irídeo todavía no han empezado a
producir pigmentos.
La constitución irídea no ofrece datos diagnósticos precisos, pero proporciona una idea
general acerca de las predisposiciones patógenas individuales. Para el iridólogo es importante
establecer exactamente la constitución del iris examinado para poder interpretar las eventuales
alteraciones cromáticas del mismo.
Para diferenciar mejor los signos fisiológicos constitucionales de los patológicos, el iris
claro se subdivide en cuatro grupos:
1. Iris linfático puro: el collarín aparece claro y netamente definido.
3. Iris conectivo hiposténico: suma las características del iris linfático puro con una especial
laxitud o ensanchamiento de las fibras radiales y presenta, por tanto, numerosas lagunas. Se
trata de sujetos
fácilmente. predispuestos
Desarrollando a fracturas
adecuadamente y a distensiones
la fuerza articulares
muscular, tienen y que
la ventaja se fatigan
de alcanzar un
considerable nivel de elasticidad.
4. Iris neurógeno; suma las características del iris linfático puro con una sutileza especial de
las fibras radiales, que transcurren describiendo pequeños zigzags; además, presenta anillos
tetánicos uniestratificados o multiestratificados.
Los anillos tetánicos o de estrés son encrespaduras contiguas de las fibras radiales que,
por la persistencia de estados de tensión, permanecen contraídas o incapaces de volverse a
distender. Estos individuos nacen de padres afectados de estrés o muy nerviosos, o bien que
han adquirido o aumentado estos estados por sí mismos.
El iris mixto posee una polaridad hepática y, por tanto, conduce a la cólera con más
facilidad respecto a las demás constituciones; pero, como cualidad, confiere un gran coraje
para sostenerse en los momentos difíciles. Desde el punto de vista dietético es preciso
aconsejar al paciente con iris mixto que no consuma con asiduidad alcohol, comidas grasas,
sobre todo si están fritas, y que no exagere los esfuerzos musculares (el iris mixto proporciona
una estructura muscular ideal).
Iris derecho.
Iris mixto. Índice de vitalidad 4. Pupila vertical, aumento del espesor del borde papilar. Pigmentos: pigmento amarillo distribuido
uniformemente en la I y II GZ; manchas de pigmento marrón en la II GZ, minutos 13, 29, 55; zuna opaca amarillenta en la III
GZ, minutos 45, 50, región cuello-nuca; pigmento rojizo en la I y II GZ, que se extiende hasta el borde de la pupila, con aspecto
de «genio de la lámpara», que sale de la pupila y rodea la II GZ hasta la zona del mesenterio. Estrías radiales en la zona
cerebral, minutos
el borde ciliar en el3,minuto
4, 59. Estrías
43 radiales difuminadas en los sectores temporales. Radiales blancos espesados, que alcanzan
Iris derecho.
Iris hemocromático. Índice de vitalidad 5. Anillos tetánicos biestratificados y triestratificados en los sectores temporales, sobre
todo en los inferiores, correspondientes a la región hepática y genital. Laguna redonda en el minuto 53; laguna abierta, de arco,
en el minuto 25, con aclaramiento del estroma, de aspecto oscuro en el interior, y pequeña cripta romboidal en el ápice; laguna
en forma de níspola en el minuto 46. Criptas en forma de escalera en los minutos 35-40 en la región del duodeno y del
apéndice; tres signos defectivos en forma de punta de flecha en taparte externa del collarín en el minuto 45. Pliegues exteriores
del collarín en los minutos 18 y 23
Iris derecho.
Iris mixto. Índice de vitalidad 3-4. Parte nasal de la pupila rectilínea entre los minutos 15 y 20. Coloración: marrón oscuro en la I
GZ; coloración marrón rojizo del margen interno del collarín, expresión de disociación intestinal; oscurecimiento marrón de la
región tiroidea; aclaramiento del estroma y oscurecimiento de la región del cuello. Pigmentos marrones en las regiones renal,
genital y hepática.
Iris izquierdo.
Iris de tipo linfático reumático. Índice de vitalidad 4-5. Ensanchamiento de la I Gi. Oscurecimiento de la I PZ en el interior de la I
G7. ensanchada. Pigmentos oscuros en la región abdominal, en especial a nivel de las siguientes regiones: riñones, órganos
genitales y en la I GZ. 50 minutos. Los nodos ocupan casi totalmente ¡a región mesentérica. Placa: minutos 50 55. Pliegues
externos del collarín en la región descendente del colon, minutos 15-45. Gran laguna cerrada que se extiende hasta el margen
ciliar, en el minuto 27, y que contiene pigmento marrón rojizo. Depósito de colesterol a nivel conjuntiva! en el minuto 45. Vaso
conjuntival en forma de tenedor en el minuto 20
Iris derecho.
El ojo ha sido estudiado mediante contraste rojo. Iris mixto. Índice de vitalidad 4-5. Pupila con eje longitudinal abierto hacia
arriba; pupila rectilínea desde el minuto 5 al minuto 15 aproximadamente. Pigmentos marrón oscuro con mancha en la mitad
inferior del iris. Arco lipídico en la mitad temporal. Anillos tetánicos biestratificados en los sectores nasales. Oscurecimiento del
margen ciliar en los sectores nasales. Borde externo del collarín de color naranja (el borde externo del collarín corresponde a la
funcionalidad de las glándulas digestivas diseminadas por todo el intestino). Laguna abierta en el minuto 13, con signo
defectivo negro en el interior
Iris izquierdo.
Iris linfático. Índice de vitalidad iridológico 3. Oscurecimiento de toda la I GZ, con la I PZ todavía más oscura. Parte externa del
collarín amarilla, que corresponde a la actividad de las glándulas digestivas diseminadas por gran parte del intestino. Mancha
marrón-secuoya en el minuto 20, próxima al collarín. Estrías radiales en la línea hipófiso-su-brenal; estrías radiales en los
minutos 10 y 57; estrías radiales blancas, espesadas, en la región pulmonar, con aclaramiento de la trama. Signos defectivos
en la IV PZ en los minutos 2, 15, 17, 18. Vasos conjuntivales enferma de meandro en el minuto 20.
El iris debe presentar un color uniforme, sin coloraciones extrañas, lagunas, signos
defectivos (áreas o puntos negros) o desviaciones de los radios de su dirección rectilínea.
Puede existir, no obstante, diferencia entre el iris derecho y el izquierdo de una misma
persona.
El iris ideal significa vitalidad máxima del organismo y se indica con el valor
convencional «1».
El peor iris posible, con todos los defectos acumulados al máximo, corresponde a la
condición de máxima debilidad orgánica y se indica con el valor «6».
3. El grado 3 tiene una densidad de fibras como el grado 2. pero interrumpida por alguna
laguna, cripta extraña, coloraciones eventuales y algunos depósitos en forma de copos.
4. El grado 4 se parece al grado 3, pero con una mayor relajación de las fibras radiales,
numerosas lagunas, criptas, pigmentos, líneas transversales, radiales inflamados, copos,
nubes y estratos.
5. La estructura radial del iris ha desaparecido casi por completo y las lagunas rodean el
collarín prácticamente del todo; por lo demás, se da una acentuación de las formaciones y de
los pigmentos ya señalada para el iris de grado 4.
6. Ausencia total de estructura radial; el iris es una sucesión de lagunas; además de las
formaciones mencionadas para el iris de grado 4 y 5, que aquí aparecen mucho más
marcadas, el iris está oscurecido en su totalidad, ya que a causa del ensanchamiento
prácticamente completo de la trama estromal se pone de manifiesto el color negro transparente
de la capa pigmentada trasera.
La iridología, como hemos podido ver, nació casualmente a partir de las observaciones
del
rotojoven Péczely,
una pata cuando
mientras vio aparecer
trataba un signo negro en el iris de una lechuza, a la que había
de capturarla.
De esta experiencia nació la idea de que cada parte del iris estaba relacionada con
órganos concretos, de forma que aquel constituía a todos los efectos un verdadero mapa del
cuerpo.
En 1954 Lang demostró en la Universidad de Heidelberg la existencia, desde el punto de
vista anatómico, de conexiones nerviosas de todas las partes del cuerpo con el iris.
Los distintos sectores del iris son, por tanto, los embajadores o representantes de los
órganos específicos.
Una vez establecido que el iris tiene conexiones anatómicas con las partes del cuerpo,
¿cómo se produce la alteración que sigue a la afectación de un órgano?
El mecanismo a través del cual se produce esta alteración está relacionado sobre todo
con las partes vascular y muscular del iris, inervadas desde el sistema nervioso vegetativo, el
cual está constituido por una fina red de fibras nerviosas que inerva todos los órganos.
Cada parte del SNV (sistema nervioso vegetativo) está encabezada por una centralita
que recoge todos los impulsos que le llegan procedentes de aquel determinado sector.
Puede ocurrir, por ejemplo, que una centralita recoja las informaciones tanto del iris
como de un sector situado en torno al minuto 40 del iris derecho.
El hígado afectado envía una señal de sufrimiento a su centralita y esta responde dando
la orden de que se contraigan más las fibras que inervan los vasos y de que adopten mayor
actividad las que inervan los músculos.
Esta orden es válida para toda arteria, vena, capilar y músculo dependiente de la
centralita y, en consecuencia, lo es también tanto para el hígado como para el iris derecho en
su mínimo 40.
Hay que destacar que esta deformación del estroma del iris está relacionada con la
persistencia de la patología del hígado; no obstante, hay que recordar que, al principio, la
reacción vascular y muscular fue puramente defensiva. Es la conversión de dicha reacción
defensiva en algo anormal a causa de la persistencia de una causa patógena lo que hace que
los órganos afectados sufran una carencia de oxígeno y que los tejidos normales (que precisan
oxígeno de una forma especial) sean sustituidos por tejidos fibrosos, que consumen sólo
pequeñas cantidades de dicho elemento. Además, donde se produce la persistencia de una
reacción inflamatoria crónica, se forman radicales libres, que son sustancias químicas capaces
de alterar la función y la estructura normal de las células.
Una inflamación aguda, por ejemplo, una hepatitis, provoca una hiperemia (es decir, un
aumento del flujo de la sangre) no sólo a nivel del hígado, sino también del sector
correspondiente en el iris.
La parte externa duro-elástica de los vasos del iris se hincha y, por tanto, también lo
hacen los tejidos que la rodean, tal como sucede con cualquier otra parte del cuerpo cuando
recibe un estímulo traumático.
Estos signos blancos se detectan con más facilidad en iris claros que en oscuros,
aunque el mecanismo es idéntico.
Por ello, mientras que los signos iridológicos de la inflamación aguda son blancos o
claros, los de la inflamación o enfermedad crónica son oscuros o negros, en relación directa
con la gravedad de la enfermedad.
Jensen ha podido apreciar que invariablemente aparecen fibrillas finas blancas en las
lagunas correspondientes a antiguas lesiones, cuando el paciente se halla finalmente en vías
de curación.
Si uno de los padres o los dos fuman, el recién nacido presenta invariablemente una
laguna en la zona pulmonar. Lo mismo sucede si uno o ambos han sufrido enfermedades
pulmonares de una cierta entidad. Esto, que vale para el pulmón, también sirve para cualquier
otro órgano.
En conclusión, podemos afirmar que el iris constituye no sólo una memoria individual de
las enfermedades sufridas, sino también un controlador de la historia patológica de la herencia
genética de la especie humana.
3. Signos pueden
impregnaciones): genotípicos y estables
ser tanto fenotípicos
comopor igual (pigmentos,
cambiantes depósitos,
(en este último caso su
posición en el iris no es indicativa del órgano dañado, aunque sí su color, su forma y su
distribución total en el estroma).
Hay tres categorías principales de signos del iris desde el punto de vista diagnóstico:
2. El color.
3. La forma: a nivel de la zona ciliar; del collarín; de la zona pupilar; del borde pupilar; de
la forma pupilar.
BLANCO Y NEGRO:
AGUDIZACIÓN Y CRONICIDAD
• Los signos blancos o más claros indican una inflamación aguda, con infección del
mesenquima, tejido indiferenciado presente entre célula y célula, provocada por residuos
derivados de un problema metabólico agudo (por ejemplo, virus, bacterias, hongos, sustancias
inflamantes ambientales y alimentarías). En un iris oscuro es mas difícil evidenciar los signos
blancos; en su lugar se manifiestan áreas más claras respecto al estroma circundante.
• Los signos oscuros indican una función orgánica disminuida y se forman por efecto de
un ensanchamiento o carencia estructural de la lámina anterior del estroma del iris.
• Los signos amarillo-marrones indican una enfermedad crónica; se aprecian con mayor
dificultad en iris oscuros.
Schnabel clasificó en 1948 unos noventa colores del iris, aunque no llegó a realizar, sin
embargo, la tabla cromática correspondiente: en aquella época habían grandes problemas
técnicos y económicos.
En la práctica basta con considerar siete colores principales, con todas las posibles
combinaciones intermedias y difuminaciones:
4. De gris pálido a alquitrán: mayor disposición al cáncer respecto del color robín y de tipo
prevalentemente hereditario; diabetes, sobre, todo cuando está cerca del tercio inferior del
collarín.
5. Ocre: se trata por lo general de bilifüscina, en relación con un estado congestivo y de
disfunción hepatobiliar y del bazo. Se acompaña de una deformidad del collarín que se estira
hacia el borde ciliar del iris izquierdo, indicando colitis y disbacteriosis (alteración de la flora
normal) intestinal.
6. Paja o amarillo claro transparente: deja entrever la trama irídea inferior, a diferencia de otras
coloraciones, que la esconden. Es frecuente en las heterocromías centrales, donde colorea la
zona pupilar mientras que la zona ciliar adopta otro tipo de color. Indica patología renal o bien
una predisposición a la misma.
8. Pigmento psórico: con color variable entre marrón y secuoya, dispuesto a lo largo del borde
externo del collarín, en forma de «gravilla». El collarín aparece más cerca de lo habitual de la
pupila, delimitando así una zona pupilar restringida, índice de estancamiento linfático,
disbacteriosis intestinal, enfermedades infecciosas que se hacen crónicas y estados
precancerosos.
9. Marrón oscuro: posee generalmente forma «de coliflor» e indica predisposición hereditaria al
cáncer de hígado y de estómago.
a) con aspecto de pelusa fina superficial, más frecuente a nivel del iris izquierdo:
indica un endurecimiento canceroso de órganos glandulares, como el ovario y la mama;
12. Tabaco en forma de polvos finos: se encuentra en la zona ciliar, indica, problemas
pancreáticos y eventualmente una infección de salmonela o intoxicación gastrointestinal.
13. Tabaco en forma de agrupaciones insulares: si se localizan a nivel del collarín, en el borde
de las asas del mismo, indican artrosis, diabetes y, en general, problemas del metabolismo; si
se sitúan en la zona ciliar a nivel de las asas del collarín, indican problemas intestinales con
disbacteriosis; si se localizan en medio de la zona ciliar a una distancia regular el uno del otro,
indican problemas del metabolismo glucídico, nefrosis, gota, hipertensión, uremia, artrosis; si
se localiza a nivel del margen ciliar, indican problemas pancreáticos y jaqueca o fenómenos
vasculares cerebrales relacionados con intolerancias alimentarías.
14. Pigmento en forma de arroz., variable del blanco sucio al blanco amarillento o al marrón
amarillento mezclado con tonalidades rojas o negras: indica problemas endocrinos, en especial
diabetes.
SEMIOLOGÍA DE LA FORMA
A) A nivel de la zona ciliar
• Las líneas: corresponden a fibras radiales conectivales y/o vasculares y/o musculares
del estroma que se manifiestan por un proceso inflamatorio que las hincha y las hace aparecer
más claras en los iris oscuros (por ejemplo, líneas marrón claro en un iris de color de fondo
marrón oscuro) o blancas en los iris claros. Si la inflamación continúa, las fibras radiales
afectadas aparecen más largas y sutiles y, por efecto del aumento de la turgencia, se apartan
las unas de las otras.
Si el proceso patológico no se detiene, aparece una línea oscura cada vez más
evidente, debida a que la hendidura entre las líneas blancas se hace más profunda. De cara al
observador, sólo permanece la línea oscura sin que se manifiesten las líneas blancas. Son
estables, por lo que su posición indica el órgano afectado. Las líneas claras indican inflamación
aguda, las líneas oscuras inflamación crónica.
• Los nodos son amasijos claros o blancos de forma irregular y diámetro de pocos
milímetros, que
encadenados se localizan
(aunque en eldesconectado,
alguno queda interior de la curvatura
pero interna
en posición del airis.
contigua Se hallan
los demás) en
forma de círculo o de arco de círculo, concéntricos a la pupila (en raras ocasiones son
rectilíneos), en la zona denominada de las mucosas o de las serosas. Son cambiantes, por lo
que su posición no es significativa del órgano afectado, con excepción de la cadena rectilínea,
que puede formarse en los sectores bronquiales (puede indicar pleuritis).
Se debe a que en el iris se depositan sales; esto representa la dificultad o la
imposibilidad que tiene el organismo para eliminar residuos tóxicos, que se depositan en los
linfonodos adyacentes a las mucosas o en las serosas (pleuritis, pericarditis, artritis y artrosis
consiguientes a la artritis). Si se trata de la zona irídea más externa, aparece más oscura
respecto al nodo, se debe a que se produce una erupción en la piel a causa de los
medicamentos antiinflamatorios o corticoides, con lo que las toxinas retroceden (intentaban
salir a través de la piel) hacia el interior del organismo, donde se depositan con la formación de
sales.
En este caso el organismo actúa tal como se comportaría un bombero que apagara un
conato de incendio (las toxinas), tirándoles encima arena (las sales).
Una parte de las toxinas va a parar a las mucosas (de las vías respiratorias o del
conducto gastroentérico) en forma de catarro, que se elimina a través de la tos o de la diarrea.
Los nodos, muy a menudo claros, pueden oscurecerse en los procesos inflamatorios
crónicos.
Están extendidas no sólo en el VI sector externo del iris como los nodos, sino en toda la
zona ciliar.
N. B.: nodos,
transparentes) como estratos y nubes(no
a los pigmentos deben su coloración tanto a los filtros de color (colores
transparentes).
• Placas: a diferencia de los nodos, los estratos y las nubes, que se depositan en el
estroma irídeo sin modificar su superficie, las placas, observadas tangencialmente, se
presentan como espesores de márgenes netos que sobresalen de la superficie estromal como
los escollos del mar, indicando una importante modificación metabólica y haciendo sospechar
una enfermedad degenerativa.
Las lagunas yacen con el borde interno en contacto con el collarín; el borde interno de la
laguna a menudo parece formar parte del propio collarín.
Pueden ser congénitas (heredadas de los progenitores) o adquiridas a lo largo de la
vida. Indican debilidad del órgano correspondiente a su posición en el mapa iridológico, aunque
no necesariamente una enfermedad en curso. Representan un locus minoris resistentiae, un
órgano más débil que, por ello, sucumbe más fácilmente ante la enfermedad.
a) las lagunas cerradas, donde las franjas delimitadoras se cierran para formar una
superficie definida, indican un estado patológico sufrido que ha debilitado el órgano, pero que
ya no se halla en curso;
b) las lagunas abiertas, en las que las franjas delimitadoras no se cierran a nivel de la
parte externa de la laguna y, en consecuencia, esta aparece abierta en dirección al borde ciliar
externo del iris, indican un proceso patológico en curso del órgano correspondiente a la
posición de la laguna.
En síntesis, las lagunas se definen según estos elementos:
a) están siempre localizadas en la zona ciliar, con el borde interno en contacto con el
collarín (muchas veces parece que el borde interno de la laguna coincida con el propio colla-
rín). Además, están delimitadas por franjas muy identificables. Pueden darse también
formaciones pseudolagunares, que por lo general se reconocen porque no tienen franjas
delimitadoras, no están localizadas en la zona ciliar o porque no tienen su borde interno en
contacto con el collarín;
d) serdefectivos,
con signos más clarascriptas
u oscuras en el luminosas
o lagunas interior: por(lagunas
ejemplo,«en
lagunas con fibrillas de curación o
negativo»);
a) criptas con escasos restos estro-males formados por finas fibras de color gris en el
fondo; indican un proceso degenerativo todavía en curso;
b) criptas con franjas sueltas en el interior de la cripta de color gris oscuro; tienen el
mismo significado que la 2 a;
c) criptas con franjas sueltas de fibras estromales en el fondo, más claras y de mayor
espesor respecto al tejido irídeo restante; indican una carencia inmunitaria en la zona afectada.
En general, cuanto más grande es una cripta, más grave es el proceso degenerativo.
Hay criptas muy pequeñas, poco mayores que un punto, denominadas por Deck signos
defectivos, que pueden indicar: pólipos, excrecencias diversas, estenosis viscerales.
aparece a) transversal
ligeramenteclásico: es claro
en relieve o gris
resto a lay
superficie del iris; no está vascularizado ni
ramificado; está solo, empieza en el borde
ciliar y recorre transversalmente el iris, con
ligeras ondulaciones de unos 70 grados an-
gulares a mitad de camino entre el borde ciliar
y el collarín. Indica disposición a hernias y
adherencias;
b) transversal de estancamiento: es
muy ondulado, su calibre varía a lo largo de su
recorrido y presenta en el centro una línea
roja, es decir, un capilar vascularizado. Está
en relación con otro signo irídeo, como una
laguna. Indica estancamiento venoso, flebitis y
tendencia al infarto cardíaco si se halla en
dicho sector;
c) transversal subterráneo: yace profundo dentro del estroma, por lo que fácilmente
puede pasar inadvertido en un examen iridológico; es unirramificado y procede en zigzag cerca
del margen ciliar, casi paralelamente al mismo. Indica estancamiento linfovenoso, sobre todo a
nivel de la pelvis (dismenorrea, hemorroides);
d) transversal de tenedor: el mango del tenedor forma un ángulo agudo respecto a las
fibras radiales, para bifurcarse después con un ángulo variable entre los 60 y los 90 grados. El
tenedor puede aparecer en dos posiciones:
1. Tenedor abierto hacia el collarín:
— si las líneas son claras y sutiles, indica estado congestivo venoso abdominal;
— si son espesas y más claras, indica estado pictórico abdominal de los que comen
abundantemente.
2. Tenedor abierto hacia el margen ciliar: denota estados congestivos linfovenosos de los
órganos correspondientes a los cuadrantes donde se halla el tenedor (a nivel de la cabeza:
vértigos, problemas del sonido, aturdimiento);
e) transversal de saco: forma una amplia curva que empieza en el collarín y regresa al
mismo. Indica ptosis de órganos abdominales;
• Fibras aberrantes: no hay que confundirlas con los transversales. Son fibras irídeas normales,
con un recorrido no ordenado respecto a las fibras radiales. Se reconocen por tener las mismas
características que las demás fibras irídeas y por estar siempre en contacto con el collarín, a
diferencia de las transversales.
• Anillos tetánicos: causas:
5. Dos o más de las causas anteriormente mencionadas, combinadas entre sí. Aspecto:
son arcos de círculos concéntricos a la pupila presentes en la zona ciliar; se forman por efecto
de una serie de pliegues de varias fibras radiales al mismo nivel, a lo largo del recorrido desde
el margen ciliar hasta el collarín. Formas:
El collarín forma la frontera entre la zona ciliar de fibras finas (lámina estro-mal
delantera) y la zona pupilar de fibras gruesas (lámina estromal trasera).
El collarín es el punto más elevado del iris, donde según algunos habrían vasos de
recorrido circular que espesarían la totalidad del iris.
2. El músculo
circularmente cerca deconstrictor de la
la pupila, que pupila,
cierra una especie
el agujero dealanillo
pupilar y, mismodetiempo,
esfínterestira
dispuesto
todos
los tejidos circundantes en sentido centrípeto, es decir, en dirección opuesta al músculo
dilatador.
El músculo constrictor de la pupila está controlado por el sistema nervioso vegetativo
parasimpático. Los sistemas parasimpático y orto-simpático desarrollan en el organismo
funciones contrapuestas antagónicas.
El collarín, por tanto, representa la sede irídea donde estos dos sistemas se oponen
especialmente y de la cual se puede deducir la prevalencia de uno de los dos, en sentido
general, o de un determinado grupo de órganos y funciones, en particular.
Normalmente, trazando una línea recta ideal que vaya desde el borde pupilar hasta el
borde ciliar externo del iris, el collarín yacería en toda su extensión en un tercio de dicha línea
(partiendo de la pupila), delimitando la zona pupilar (interna al mismo) y la zona ciliar (externa
al mismo).
Idealmente, y en el mejor de los casos, el collarín
tiene forma perfectamente circular.
Además, en la zona ciliar hay órganos que tienen la misión de eliminar los residuos
derivados de diferentes procesos de «combustión» energética (por ejemplo, el pulmón, que
elimina el anhídrido carbónico; el riñón, que elimina la urea que se forma tras el metabolismo
de las proteínas).
Un ensanchamiento del collarín indica la prevalecía del tono ortosimpático (centrífugo) y
una disminución del tono parasimpático.
En estos casos, a nivel intestinal se apreciará atonía; a nivel del corazón, un latido
acelerado o un aumento de la presión sanguínea.
Aun así la propia forma del collarín (que, aunque perfectamente circular o ligeramente
ondulado, se presenta en zigzag de ángulos – agudos o con amplias entradas sectoriales,
alternadas con expansiones centrifugas también anchas) es decir un cambio brusco. Por
ejemplo, a nivel intestinal, de un estado doloroso espasmódico se pasa a un estado de atonia,
con gran hinchazón abdominal y estreñimiento.
4. Si tiene una elevación puntiaguda sólo en la parte que roza el collarín, indica
hiperexcitación neurovegetativa asociada con agotamiento psicofísico, seguido de malas
costumbres alimentarías, a veces impuestas al paciente (generalmente un niño), cuyos
síntomas son distonía neurovegetativa (dolores dispépticos y estreñimiento-diarrea
alternativamente).
5. Si tiene forma de embudo, la zona ciliar aparece normal y la zona pupilar inclinada
hacia abajo, los síntomas son: meteorismo espasmódico con dolores en toda la zona del colon,
halitosis grave, estreñimiento con heces secas y estancamiento fecal.
7. Si tiene forma de escudilla, la zona ciliar es normal y la zona pupilar ahuecada, los
síntomas son: marcada atonía intestinal; el conducto rectal está lleno de heces, lo que
constituye un riesgo de carcinoma rectal.
f) presencia de coloraciones:
La pupila se mueve por efecto de dos músculos: el dilatador de la pupila, inervado por el
sistema ortosimpático, y el esfínter de la pupila, inervado por el parasimpático.
La forma normal de la pupila depende, por tanto, del correcto equilibrio entre estos dos
músculos y de la inervación correspondiente.
El diámetro pupilar normal es de unos 4-5 milímetros, la dilatación de la pupila puede
alcanzar hasta 8 milímetros {midriasis) y la contracción hasta 2 milímetros (miosis).
La amplitud pupilar de los dos ojos es la misma en condiciones normales, pero también
se consideran normales variaciones de diámetro entre un ojo y el otro de 0,5 milímetros.
La midriasis se produce por disminución del tono del esfínter (midriasis pasiva) o por
aumento del tono del músculo dilatador de la pupila (midriasis activa).
La midriasis pasiva se da con la disminución de la luz que llega al ojo; la midriasis activa,
tras una estimulación dolorosa o a una estimulación sensorial y psíquica intensa, uso de
drogas, alcoholismo, síndrome de Basedow (enfermedad de la tiroides que produce la
característica exoftalmia u ojos saltones) y traumatismos cerebrales.
Una midriasis persistente en un solo ojo debe hacer sospechar una neuritis (o
inflamación) del nervio óptico o un tumor cerebral.
Cuando la luz es intensa, durante la lectura, a causa del cansancio y durante la digestión
se manifiesta siempre una condición fisiológica de miosis.
Una miosis persistente en ambos ojos puede ser también un fenómeno constitucional
hereditario.
Si la miosis afecta a un solo ojo, se debe pensar siempre en una condición patológica de
srcen central.
Son partes oscilantes de distintas formas que atraviesan del todo o en parte la pupila y
que derivan de una reabsorción incompleta de la membrana pupilar, que cierra la pupila
durante la época fetal.
El estroma
embrional y el mientras
mesodérmica, esfínter que
derivan de la lámina
la membrana úvea
deriva de la lámina ectodérmica (de la que parten también
la piel, el sistema nervioso y la retina) y además es
pariente cercana de la retina, constituyendo su
continuación hacia la parte delantera del ojo y formando la
capa pigmentada profunda del iris.
Según el segmento del iris donde aparezcan las alteraciones del margen pupilar,
obtendremos indicios patológicos del órgano localizado topográficamente desde el punto de
vista iridológico en aquel segmento; por tanto, se puede afirmar que los signos del margen
pupilar son signos estables. Las principales alteraciones que pueden presentarse son las
siguientes:
b) el collar gris: la aparición de una coloración gris o blancuzca difuminada indica una
despigmentación de la membrana úvea, relacionada con la manifestación leve de fenómenos
de envejecimiento cerebral;
Alcanzan desde 180 hasta 360°, con el eje mayor de la pupila dispuesto a 90° respecto
de la horizontal trazada a través del centro de la misma:
a) pupila elipsoidal con el eje mayor en dirección vertical, que indica peligro de apoplejía
con muerte súbita;
b) pupila elipsoidal con eje horizontal, que denota procesos expansivos a nivel cerebral,
con aumento de la presión del líquido cefalorraquídeo (tumores, traumatismos crónicos).
— dolores lumbo-sacrales,
— problemas sexuales;
Pupila descentrada
f) pupila izquierda descentrada hacia el sector nasal superior: enfermedades del bazo,
hernia de hiato;
Las
son: principales alteraciones de los vasos conjuntivales
5. Sacacorchos: reducción del tono arterial relacionado con depresión orgánica, astenia
y atonía muscular.
8. Vasos radiales: inflamación crónica del órgano correspondiente al sector del iris
donde estos se encuentran.
10. Tenedor: ramificación vascular en la que los dos vasos que derivan de ella tienen
diferente calibre. Generalmente indican riesgo de cáncer.
11. Lago con emisor y receptor: problemas circulatorios arteriales como los que se dan
en las enfermedades autoinmunes o en el síndrome de Bürger.
13. Arco con convexidad en dirección al iris: el mismo significado que los vasos
tangenciales y radiales.
a) topografía circular;
b) topografía radial.
Estos dos parámetros permiten la localización exacta de cualquier parte del iris y, por
ello, son muy importantes para la exactitud de su «geografía».
La topografía circular
El iris se divide en dos grandes partes o zonas delimitadas por el collarín: la zona
pupilar, interna al collarín, y la zona ciliar, externa al mismo.
En el interior .de la zona pupilar se distinguen normalmente dos pequeñas zonas: la
interna es la región del estómago, la externa es la zona intestinal.
La una de la otra se distinguen, muchas veces, por la diferencia de color, pero falta una
auténtica subdivisión anatómica. Cuando no hay posibilidad de distinguir estas dos zonas, es
que existen problemas gastrointestinales o una predisposición a los mismos.
La zona cilíar se divide en dos grandes áreas, cada una de las cuales se subdivide en
dos pequeñas partes: la gran zona adyacente al collarín contiene los órganos encargados de la
circulación de la sangre y de la linfa y los músculos, órganos del movimiento y de la utilización
de la energía que la sangre aporta (hay que tener presente que los músculos constituyen el 40
% de la masa corporal); la gran zona externa, adyacente al borde ciliar, contiene los órganos
para la transformación y producción de energía y los órganos para la eliminación de los
residuos del metabolismo, como la piel y los riñones, más los órganos y los tejidos
estructurales (huesos, tejido conectivo).
Mientras en la zona pupilar la subdivisión en dos pequeñas zonas del estómago y del
intestino es físicamente visible, en la zona ciliar la subdivisión en dos grandes zonas y en
cuatro pequeñas zonas es puramente teórica y no resulta físicamente visible.
Procediendo desde la pupila hacia la periferia del iris, se atraviesan zonas cuya sucesión
representa el ciclo completo de los procesos vitales que se producen en el organismo. Estas
zonas son:
corporal
el 80 % dey que consumen
la energía al menosa
disponible
nivel orgánico, el cerebelo
coordina también la regulación
óptima de la energía disponible a
nivel celular.
g) la laringe, relacionada
con la asimilación del aire
introducido gracias a los
movimientos respiratorios y a su
«elaboración» a través de las cuerdas vocales.
Desde el punto de vista psíquico, la tercera pequeña zona representa en su totalidad la
capacidad de recordar y hacer propias las experiencias vividas, interiorizándolas tras haberlas
reelaborado, para vivir con el mínimo esfuerzo y el máximo resultado desde la óptica de la
realización personal; esto está relacionado con la capacidad de reconocer los valores
esenciales de la vida, distinguiéndolos de los falsos, que conducirían a malgastar recursos
humanos y a alejarse de un sano entusiasmo vital.
8. Zona del movimiento, zona
muscular o cuarta pequeña zona:
aquí están representados los
músculos y aquí es donde se utiliza
y transforma en movimiento y calor
gran parte de la energía acumulada
en las células; además, esta zona
contiene la representación de los
órganos encargados de la regulación
de la actividad termodinámica del
cuerpo. Dichos órganos son:
a) la tiroides,
también presente en
la zona muscular, que
además de utilizar las
energías disponibles
es también capaz de
ahorrarlas, evitando la
dispersión
termodinámica y
destinándolas a la
formación de nuevas
estructuras que
contienen la energía
en forma potencial;
b) el tálamo y el
hipotálamo: elaboran
los estímulos
sensoriales
procedentes de cada
parte del cuerpo; a
través del tálamo,
estas elaboraciones
sensoriales llegan a la
corteza cerebral en
forma
a de emociones;
través dely
hipotálamo, llegan a
las regiones
hipofisarias y
epifisarias, que se
encargan de la
regulación endocrina
de todo el cuerpo con
el fin de mantener la homeostasis o equilibrio de todas las funciones orgánicas. En conclusión,
por una parte, y en lo que se refiere a la corteza, las sensaciones se almacenan en la memoria
en forma de pensamientos y emociones; por otra, y en cuanto al hipotálamo y a la hipófisis, se
transforman en estímulos químicos hormonales, destinados a mantener la «estructura
endocrina» en equilibrio;
c) los ovarios y los testículos: representan la «estructura genética» del cuerpo, destinada
a la perpetuación de la especie y de las cualidades individuales;
d) el útero, también presente en la zona dinámica muscular como órgano capaz de una
gran movilidad y elasticidad y, en la zona estructural, como soporte de la actividad
reproductiva;
f) la vesícula biliar actúa a la altura del hígado, igual que la vejiga lo hace a la de los
riñones: conserva y concentra la bilis procedente del hígado; está en relación con la capacidad
de emulsionar y digerir las grasas y, desde el punto de vista psíquico, con la capacidad de
resolver situaciones difíciles dando muestras de coraje; el deterioro del coraje es la cólera. Por
tanto, una persona irascible se define a menudo como biliosa y de un individuo con coraje
suele decirse que «tiene hígado».
Si las células producen un exceso de residuos o los vasos linfáticos se taponan, la zona
mesenquimal se convierte en un auténtico depósito de impurezas; en los casos extremos
dichas impurezas aparecen en forma de nodos, nubes o estratos que se extienden mucho más
allá de esta pequeña zona, pero cuyo srcen hay que buscar en ella, en la zona mesenquimal,
que normalmente se presenta como una sutil frontera entre la quinta y la sexta pequeña zona.
eliminarDesde el punto
fácilmente de lademente
vista experiencias
psíquico, dicha capacidad se
desagradables manifiesta así
o morbosas: en como
la posibilidad de
la linfa, las
heces, el sudor, la orina y la respiración son los medios orgánicos para eliminar los residuos
físicos, el sueño representa el medio psíquico para la eliminación de los residuos mentales,
como las emociones negativas y los pensamientos fijos o morbosos. Los dos tipos de proceso
de eliminación de los residuos, el orgánico y el psíquico, están relacionados entre sí y el
bloqueo del uno implica el bloqueo del otro. Si se interrumpe el sueño, también se interrumpen
los procesos de eliminación de residuos psíquicos; aunque hay que tener presente que la
mayoría de las veces el sueño se interrumpe por una mala digestión o por una mala
respiración. A su vez, la interrupción del sueño conduce a un mayor nerviosismo, el cual
provoca problemas digestivos e irregularidades respiratorias (¿ha notado en alguna ocasión lo
superficial e irregular de la respiración en una persona ansiosa?), con lo que el círculo se
cierra.
11. Zona cutánea, zona de las glándulas o sexta pequeña zona: comprende los órganos
que derivan de la capa embrional ectodérmica, como la piel y el cerebro. Si la zona se
oscurece, se vuelve opaca o se llena de formaciones de estratos o nubes procedentes de la
zona mesenquimal, es que está en proceso una acumulación de residuos que la piel no está
eliminando bien. El cerebro es un órgano que tiene el mismo srcen ectodérmico que la piel; su
forma recuerda la del intestino y, efectivamente, el cerebro es el encargado de elaborar y
asimilar las emociones y los pensamientos, tal como el intestino hace con los alimentos. Las
alteraciones de la región cerebral indican tanto procesos orgánicos como problemas psíquicos
relacionados con la dificultad de «metabolizar» emociones y pensamientos.
Además de la piel y el
cerebro, hay otros órganos que
forman parte de la sexta pequeña
zona:
a) nariz y cavidades
paranasales: eliminan la
mucosidad cargada de residuos
procedente del aparato
respiratorio;
c) el hígado: es el principal
órgano de depuración del cuerpo,
especialmente de los residuos
sanguíneos;
d) bronquios y pulmones:
alejan el anhídrido carbónico, que
es el principal residuo de la
respiración;
g) recto;
h) tiroides: quema los residuos mediante la aceleración del metabolismo.
Significado psíquico de la sexta pequeña zona: capacidad de liberarse de emociones
negativas, optimismo, aceptación de la vida sin prejuicios.
La QUINTA y SEXTA PEQUEÑA ZONA (Vy VI PZ), junto con la ZONA MESEN -
QUIMAL, constituyen la TERCERA GRAN ZONA (III GZ), que ocupa el TERCIO EXTERNO del
iris.
La topografía radial o sectorial
La topografía sectorial permite subdividir el iris en «rodajas», que cortan todas las zonas
irídeas para identificar mejor la localización de cada órgano y aparato.
Hubo un tiempo en que la identificación de los sectores se hacía como si fueran las
horas en un reloj, pero actualmente las horas se han sustituido por minutos para delimitarlos
con mayor precisión.
La base de la topografía sectorial son las líneas funcionales, que unen áreas
diametralmente opuestas, pero reflexológicamente relacionadas. En otras palabras, cada línea
representa una función orgánica completa, cuya manifestación depende de la interacción de
otros órganos dispuestos a lo largo de la propia línea funcional en el mapa del iris.
Las líneas funcionales fundamentales son dos, ortogonales entre sí, y permiten
subdividir el iris en cuatro cuadrantes iguales.
La línea cráneo-podálica va del minuto O al minuto 30 y une la región del cráneo con la
del pie.
La parte anterior del cuerpo está representada por los cuadrantes nasales superiores y
temporales inferiores; la parte posterior del cuerpo, por los cuadrantes temporales superiores
y nasales inferiores.
Cuatro líneas más hacen posible una ulterior subdivisión del iris en 16 sectores iguales.
Son las siguientes: la línea boca-mano, que divide en partes iguales los sectores
delimitados por la línea tráqueo-hilar y por la línea nasal-diafragmática, uniendo la región de la
boca con la de la mano; la línea frente-ovario, que divide en partes iguales los sectores
delimitados por la línea cráneo-podálica y nasal diafragmática; la línea sacro-cervical, que
subdivide en partes iguales los sectores delimitados por la línea oreja-vejiga y por la línea
tráqueo-hilar; la línea cerebelo-útero a la derecha, que corresponde a la izquierda con la línea
cerebelo-recto, que divide en partes iguales los sectores delimitados por las líneas oreja-vejiga
y cráneo-podálica.
Resumiendo, hay dos líneas fundamentales que subdividen el iris en cuatro cuadrantes
temporales superiores e inferiores y nasales superiores e inferiores; a ellas se añaden otras
seis líneas principales, que subdividen el iris en 16 cuadrantes.
En el iris no existe un único signo preciso capaz de indicar que está apareciendo un
tumor, sino que hay numerosos indicios de precancerosis que, al presentarse a la vez con
diferentes combinaciones, constituyen en su conjunto un síntoma de cancerosidad elevado,
tanto más cuanto más numerosos y evidentes son dichos signos.
Significado: riesgo genérico de cancerosis, sobre todo en los órganos en cuya región se
manifiestan los signos oscuros.
2. Depósitos de pigmento negro constituidos por melanina: esto no excluye que los
pigmentos claros sean signos de cancerosis potencial.
4. Signos defectivos: son los signos oscuros por excelencia y, como tales, indican
cancerosis potencial en el órgano en cuyo sector se hallan. He aquí una relación de los signos
defectivos dotados de mayor significado predictivo en cuanto al cáncer:
d) de tulipán, indican tumores en general, pero sobre todo en los sectores de la cabeza;
f) ensanchamiento de los radiales, que parecen diverger dejando entrever entre sí los
signos oscuros; indican precancerosis.
b) pigmento fibrilar «afieltrado» a nivel del collarín, con aspecto de almohadón embutido
en material fibroso, en su mayor parte «suelto», «almidonado» o, como se ha dicho,
«afieltrado», que indica tumores en general;
7. Otros signos:
a) bifurcación de vasos conjuntivales en la que las dos ramas son de igual diámetro,
indica tumores malignos;
b) aplastamiento del margen ciliar, sobre todo en la región del hígado, indica tumores
malignos;
El páncreas desarrolla una función de doble filtro metabólico. En primer lugar, es un filtro
interpuesto a lo largo del tubo gastroentérico para la producción de enzimas digestivas
destinadas a descomponer los alimentos completos en partículas simples, para que puedan ser
absorbidas por el intestino, por lo que en este caso funciona como filtro entre el ambiente
extemo al cuerpo interno de la sangre, donde los alimentos absorbidos por el intestino se
transforman.
En segundo lugar, produce hormonas (insulina y glucógeno) que regulan el paso de las
moléculas de azúcar de
cuerpo, constituyendo asílaunsangre al interior
filtro entre de cadaextracelular
el ambiente una de las(sangre,
células de losy órganos
linfa) del
el ambiente
intracelular, en el que trabajan los mecanismos para la producción de energía en una especie
de calderas denominadas mitocondrias.
Dicho órgano es el pulmón, que tiene como misión capturar el oxígeno del aire para
traspasarlo a la hemoglobina de los glóbulos rojos, los cuales, empujados por la corriente
sanguínea, lo llevan a cada una de las células. En la raíz de las enfermedades alérgicas
respiratorias existe siempre implícita una insuficiencia pancreática y la forma de vencer las
rinitis estacionales (polinosis), aunque el asma alérgico o crónico es también una manera de
curar el páncreas.
En 1954 Deck describió la famosa tríada pancreática, que es la aparición
contemporánea de un gran número de pacientes con signos de debilidad (lagunas)
pancreática, pulmonar y de las cavidades paranasales. Esta tríada se refiere a un problema del
páncreas exocrino, el primer filtro pancreático.
El que las células B enfermen depende sobre todo de que enferme el páncreas exocrino
que las rodea, como suele suceder en casos de gastroduodenitis aguda o enfermedades
intestinales; por eso, en caso de diabetes pueden darse signos irí-deos patológicos por parte
del páncreas exocrino, del estómago, del duodeno, del intestino, del hígado, pero también pue-
den aparecer signos correspondientes a las vías respiratorias y a las cavidades paranasales,
ya que desde aquí pueden difundirse al páncreas endocrino por vía hemática de los virus
(como los virus gripales), capaces de lesionar las células B que producen insulina.
No existe a nivel iridológico un signo preciso de diabetes, sino un conjunto de signos que
hacen sospechar diabetes o condiciones prediabéticas.
Estos signos hay que tenerlos en cuenta para la diagnosis de la diabetes cuando se
presentan (uno o varios) junto con las lagunas ya mencionadas en los minutos 40 y 20 del iris
izquierdo.
1. Iris de margarita.
2. Lagunas gigantes.
Las alteraciones del metabolismo de las grasas hacen que estas se depositen en el
interior de la pared de los vasos, favoreciendo cualquier tipo de enfermedad vascular.
El signo ocular principal correspondiente a dicha patología es el denominado arco
lipídico, que consiste en el depósito de colesterol, fosfolípidos y otras grasas en la parte de la
córnea mas cercana al iris, inmediatamente antes del limbo, que es el ángulo de transición en-
tre córnea e iris.
El arco lipídico está separado del limbo por una zona córnea de aspecto lúcido,
precisamente llamada arco lúcido. Si observamos el ojo desde delante sin iluminación lateral,
los arcos lúcido y lipídico parecen formar parte del margen externo del iris; el arco lipídico
parece estar situado más hacia el interior que el arco lúcido.
El arco lipídico puede extenderse 360° a lo largo de todo el contorno del iris, o bien
limitarse a algunos sectores.
En el primer caso, especialmente si se presenta antes de los 40 años, hay que re-
lacionarlo con un problema metabólico generalizado relativo a los lípidos; en el segundo caso,
indica un problema específico del órgano en cuyo sector se manifiesta, en relación con una
alteración del metabolismo lipídico de aquel órgano. Si el arco lipoideo se presenta en una
edad tardía, no indica necesariamente un problema específico del metabolismo lipídico.
Técnica de observación del iris
Para observar el propio iris hay que hacerse con una lente de aumento de unos 5x y una
lámpara eléctrica de mano. Esta debe iluminar el iris desde distintos ángulos para permitir la
detección óptima de los relieves y de las lagunas.
2. Como se ha descrito (sin reparar en detalles), pero con la lente; en esta fase se
establece la pertenencia constitucional y el índice irídeo de vitalidad.
3. Observación detallada mediante la lente, primero del iris derecho y después del
izquierdo, partiendo siempre de la pupila y procediendo hacia la periferia, del minuto O al
minuto 59 (en sentido horario).
Para completar las propias observaciones, repetir los puntos del 1 al 5 de forma que
puedan ampliarse datos que en un primer examen hayan pasado desapercibidos.
El iridoscopio posee un sistema óptico que permite el aumento del iris hasta 30x o más y
que está dotado a menudo de un aparato fotográfico, con el fin de conservar las imágenes y
profundizar en el diagnóstico y en el estudio de la casuística.
Las imágenes, según los dispositivos utilizados, pueden reproducirse también en color,
en diapositivas o fotografiarse con cámaras Polaroid.
Introducción a la terapia
La iridología
una terapéutica es una la
especial; técnica diagnóstica
iridología que nomisión
tiene como está necesariamente relacionada
indicar qué problema afligecon
al
paciente, pero sin poder indicar la terapia a seguir solamente con los datos iridológicos.
La primera publicación en lengua alemana del trabajo de Péczely tuvo lugar en una
revista homeopática y los primeros iridólogos fueron y son médicos homeopáticos, así como la
mayor parte de los iridólogos modernos.
La Escuela de Iridología fundada por S. Rizzi en Lacees fue y es también una escuela
homeopática.
Si, por ejemplo, el remedio constitucional iridológico del señor López fuese Lycopodium,
este medicamento podría suministrarse periódicamente, aunque utilizando según las
circunstancias, diferentes medicamentos homeopáticos apropiados a la situación del momento
(por ejemplo, Drosera en caso de tos). El Lycopodium actuaría como estimulador de fondo del
efecto de los demás medicamentos.
Rizzi elaboró, a la vez que el uso de los productos homeopáticos, una fórmula apícola
herborística que denominó BN (de las iniciales alemanas de Bienen Nahrung, nutrición de las
abejas), que contiene productos apícolas y una mezcla de 40 hierbas medicinales.
Esto se relaciona con una importante tradición que aconseja el uso de la jalea real como
tónico, el propóleo como desinfectante, el estiércol como polivitamínico revigorizante y la miel,
según su srcen floral, como antianémico (flores de castaño) y como expectorante (flores de
tilo). El BN, tomado por vía oral por la mañana, actúa como reconstituyente; tras las comidas,
tiene un efecto digestivo; usado como ungüento en una fina capa externamente, actúa de
forma eficaz
hielo en en caso
la parte de traumatismos,
lesionada) quemaduras
y como cicatrizante (antes
para de suministrar
heridas BN,tardan
y llagas que hay que
enaplicar
curar;
también puede ser eficaz en caso de callosidades dolorosas, hongos y eccemas del pie. En
cuanto a esto, hay que tener presente que las callosidades, los hongos y los eccemas del pie
se corresponden frecuente y reflexológicamente con un órgano interno.
En otras palabras, de la misma forma que según conceptos ya considerados por la
acupuntura china clásica cada dedo o parte del mismo corresponde a un órgano, dichas
formaciones patológicas del pie intervienen preferencialmente en el dedo cuyo órgano
correspondiente está debilitado o enfermo. Por ejemplo, un hongo que aparece en la uña del
primer dedo del pie indica una disfunción hepatopancreática o hepatolineal (es decir, del
hígado y del páncreas o del hígado y del bazo): esto puede comprobarse a través de la
iridología.
Un hongo dispuesto entre el cuarto y el quinto dedo del pie indica un defecto en la
formación de la bilis y, eventualmente, la presencia o formación de cálculos biliares. También
es válido para los eccemas.
El problema de las callosidades es más complicado. Estas pueden formarse por efecto
de un calzado inadecuado (zapatos estrechos) o por problemas de postura cuando el peso del
cuerpo, en vez de distribuirse sobre toda la superficie de la planta, recae sólo en algunos
puntos delanteros y traseros (pie arqueado) o en puntos internos de la planta (pie plano); o bien
recae en puntos internos delanteros y traseros, pero no en puntos medios (pies que son a la
vez arqueados y planos). Sin embargo, incluso en el caso de problemas de postura evidentes,
las callosidades no se forman de igual manera en personas con idénticos defectos de postura:
depende del efecto que ejercen las enfermedades o los estados de debilidad orgánicos, que
actúan sobre el pie en puntos específicos correspondientes a la localización reflexológica del
pie del órgano enfermo.
El iris contribuye a conocer y a evaluar las condiciones de los órganos internos con más
exactitud de la que podría deducirse del simple examen visual del pie, aunque también la
simple observación de las deformaciones del pie suministran importantes informaciones al
iridólogo.
El primer dedo está relacionado con el hígado y el páncreas a la derecha y con el hígado
y el bazo a la izquierda; el segundo dedo, con el estómago; el tercer dedo, con la piel y con el
conectivo; el cuarto dedo, con el metabolismo de las grasas y la función y los cálculos biliares;
el quinto dedo está internamente relacionado con las vías urinarias y externamente con los
órganos urogenitales.
El BN aplicado localmente es muy útil para los eccemas, los hongos y las callosidades.
Sustancialmente, Rizzi integraba la práctica homeopática constitucional con la homeopatía
clásica y el uso del BN, obteniendo óptimos resultados terapéuticos, la gratitud de sus
pacientes y la creación de un movimiento iridológico italiano capaz de situarse en un primer
plano mundial.
La iridología italiana la practican tanto médicos como naturópatas y, como se ha dicho,
debe mucho al nombre de Siegfried Rizzi.
Dentro de dicha categoría se seleccionan los medicamentos que se adaptan mejor a los
síntomas que el paciente presenta.
Para quien conoce bien la homeopatía, orientarse entre los centenares de productos
homeopáticos que constituyen la capacidad terapéutica es simple.
Para el neófito, y por tanto no experto en navegar como un «lobo solitario» en las aguas
tormentosas de la elección adecuada, es aconsejable recurrir al uso de los medicamentos
compuestos, que no son otra cosa que un conjunto de fármacos homeopáticos simples,
elaborados en uno solo, cuya finalidad es utilizar las propiedades terapéuticas de cada uno de
ellos para un objetivo común. Por ejemplo, el producto Aconitum compuesto contiene
Aconitum, Eucalyptus e Ipeca; estos medicamentos son muy diferentes entre sí, ya que cada
uno de ellos considerado individualmente tiene propiedades terapéuticas considerablemente
distintas de las de los otros dos; sin embargo, tienen la característica común de actuar muy
positivamente en caso
postración imprevisto. Condedicha
resfriados con —
asociación subida brusca
o, como de la temperatura
suele decirse y estado
en homeopatía, de
con dicho
«compuesto»—, se intenta estimular y amplificar el común denominador de las cualidades
terapéuticas de los tres medicamentos en cuestión.
Incluso para un experto en homeopatía puede resultar bastante útil utilizar estos
compuestos cuando el tiempo apremia y es necesario obtener resultados terapéuticos útiles de
inmediato: por ejemplo, cuando la disminución de la fiebre supone una mejora general para el
paciente. Muchos de los compuestos son útiles y apreciados dejando de lado las condiciones
de urgencia, constituyendo un medio insustituible para, por ejemplo, estimular sin riesgos las
defensas inmunológicas en caso de síndromes inmunodepresivos, tumores, síntomas psíqui-
cos y muchas otras situaciones que sería excesivo citar aquí.
Por esto, el mejor consejo que puedo dar a quien se aproxima por primera vez a la
homeopatía, incluso aplicada a la iridología, es que recurra a productos homeopáticos
compuestos.
En el mercado operan numerosas empresas fabricantes, la mayoría extranjeras; a base
de experiencia, los productos se seleccionan en función de su relación calidad/precio (muy
importante para el paciente y, por tanto, también para el médico) y de su éxito en la curación de
problemas específicos. Al principio es mejor apoyarse en marcas que, además de ofrecer gran
calidad, dispongan de una buena distribución en la mayoría de farmacias homeopáticas y
seguir las instrucciones del médico.
Los estudios de medicina, tal como se realizan hoy en día, no contribuyen a la formación
dietológica y nutricional,
especializada; ya quetampoco
y la bioquímica consideran
ponea debidamente
esta última como una disciplina
el acento independiente
en la importancia de la
nutrición.
Por otra yarte, a la hora de consultar libros inherentes a la alimentación humana, uno
queda desconcertado ante la deformidad de las opiniones de los distintos autores sobre la
materia.
Por suerte para mí, tuve la ocasión de estudiar, antes y después de haberme licenciado
en medicina y especializado en neurología y paralelamente a los estudios convencionales,
áreas del conocimiento médico que no se reflejan en los estudios universitarios normales: la
acupuntura clásica china; la electroacupuntura de Voll, maravillosa técnica de diagnosis y
curación basada en la medición y tratamiento bioeléctrico de los puntos de acupuntura; las
distintas técnicas bioeléctricas (la segmentoelectrografía computerizada, la electroacupuntura
japonesa de Nakatami, denominada Ryodoraku, el Vegatest, la Moraterapia); la homeopatía; la
quiroterapia; y naturalmente la iridología.
Quien se acerca por primera vez a la medicina natural tiene la impresión de que estos
argumentos tengan poca relación entre sí, o de que son múltiples y no susceptibles de
conjugarse en una unidad de conocimiento, pero la realidad es otra: todos se complementan
con éxito, ya que cada uno de ellos ayuda a comprender las individualidades sustanciales de
nuestra existencia, mostrando el organismo y la posibilidad de curación bajo puntos de vista
distintos, pero, precisamente por ello, interdependientes, de cara a una comprensión unitaria,
tal como el monte Cervino se ve distinto según se observe desde Cervinia o desde Zermatt, a
pesar de que se trata de la misma montaña; incluso cabría decir que se conocería mejor este
monte si se observara desde todos los puntos de vista posibles, a pesar de que fueran muy dis-
tintos entre sí; los guías alpinos conocen todos los caminos que van al Cervino, y no uno solo;
por ello, no se desorientan aunque el punto de observación cambie.
El médico que practica la medicina natural es como un guía alpino: es más de fiar
cuantas más sendas haya recorrido.
Este largo preámbulo sólo pretende dejar claro que me decidí a empezar a ocuparme de
los problemas inherentes a la alimentación tras haber realizado una formación tanto
convencional como «natural», pero que, a pesar de ello, me costó lo mismo llegar a
comprender unitariamente el problema de la nutrición, ya que todos los textos consultados,
convencionales o naturales, ofrecían casi sin excepción opiniones y hechos distintos y
contradictorios respecto a todos y cada uno de los autores. Llegado a aquel punto, decidí
empezar una investigación personal, utilizando la iridología y la electroacupuntura según Voll
(denominada con las siglas EAV).
Si se tiene en cuenta que muchas enfermedades más o menos graves se pueden curar
con la dieta correcta y la trofoterapia (la homeopatía desbloquea y acelera el proceso de
curación, pero por sí sola no funciona en los casos graves), se comprende la importancia de
investigar siempre en esta dirección.
1. Enfermedades alérgicas, desde las formas más leves a los casos más graves de
asma.
Una
contener dieta protectora
muchos contra
cereales, fruta, el cáncer
verdura y que,
fresca en general,
y moderadas sea unade
cantidades dieta saludable debe
pescado.
Estos alimentos contienen vitaminas que ejercitan la acción protectora contra el cáncer:
la vitamina A, contenida en la fruta y, especialmente, en las zanahorias; la vitamina A posee,
sobre todo, acción protectora contra el cáncer de pulmón, de mama y de próstata; la vitamina C
(contenida de forma muy concentrada en algunos agrios) protege esencialmente del cáncer de
estómago; el selenio y la vitamina E tienen acción anticancerígena en general y, en particular,
contra el cáncer de mama.
La col, la coliflor, el brécol y otras verduras que pertenecen a la familia de las cruciferas
poseen especial acción anticancerígena, sobre todo contra el cáncer de intestino.
Aquí sigue una lista resumida de elementos para una dieta saludable y, por ello,
anticancerígena:
1. Dieta vegetariana o semivegetariana en general.
2. Poca carne; las personas delgadas y con enfermedades pulmonares, sin embargo, no
deben seguir una dieta completamente vegetariana; y, al contrario, las personas «pictóricas» o
de constitución robusta y «sanguínea» encontrarán en el vegetarianismo completo un elemento
fundamental para su salud.
4. Dieta rica en vitaminas A, C, E; cuando no sea posible consumir mucha fruta y mucha
verdura fresca, recurrir a pastillas vitamínicas suplementarias.
7. Evitar alimentos que contengan nitrito de sodio, como salchichas, pescado ahumado y
jamón; si ocasionalmente se comen estos alimentos, combinarlos siempre con cítricos o un
suplemento de vitamina C.
8. Evitar los alimentos fritos; hay que aprender a cocinar al vapor, en agua hirviendo y al
horno.
11. Añadir a la dieta pan de grano entero y otros cereales sólo cuando estos procedan
de cultivos denominados biológicos; es decir, exentos de agentes contaminantes, como insec-
ticidas y pesticidas, ya que estas sustancias venenosas se concentran, precisamente, en la
«cutícula» de los alimentos integrales.
12. Comer fruta y verdura fresca de temporada tanto como sea posible.
13. Intentar practicar, por lo menos y sobre todo en verano, el crudismo: comer sólo
fruta, verdura cruda y similares.
15. Evitar combinar grandes cantidades de pasta con carne y quesos; si le apetece un
buen plato de espaguetis, no coma un bistec como segundo plato, sino un buen plato de verdu-
ra; si, en cambio, prefiere el bistec, no tome primer plato o sustituyalo por una pequeña
guarnición algo picante.
22. Hacer un buen desayuno por la mañana y comer regularmente en cada comida,
intentando mantener los mismos horarios: el aparato digestivo es un órgano al que le gusta el
ritmo y la regularidad y le compensará con una excepcional forma física y una larga vida.
24. Masticar mucho y despacio, ya que la primera digestión se realiza en la boca; los
receptores del gusto, que están situados en la parte inferior de la lengua, recogen
informaciones acerca de las características de los alimentos que están a punto de digerirse y
las pasan al estómago y a los demás órganos digestivos, que de esta forma pueden preparar el
grado de acidez y las enzimas necesarias para una correcta digestión y asimilación.
26. La actividad física más provechosa es la que se realiza por la mañana, antes de
desayunar y de hacer cualquier otra actividad.
Para terminar, hay un problema relacionado con la alimentación y cada vez más
difundido: el problema de las amalgamas dentales y, más en general, el de los materiales
utilizados en odontología, como obturadores, cápsulas, prótesis o implantes, que se dejan en la
boca del paciente; pero como este tema podría ocuparnos demasiado, me centraré en el
problema más frecuente, que precisamente por esto incide en mayor medida en la patología
digestiva de la población: el de las amalgamas. Una amalgama es una aleación de mercurio,
compuesta de dicho elemento en su 50 % y de plata, estaño, cobre y cinc en diferentes porcen-
tajes.
La OMS indica como cantidad máxima de mercurio «tolerable» que puede absorberse
en una semana la cifra de 300 µg (microgramos, es decir, millonésimas de gramo), o alrededor
de 43 µ,g al día. Al organismo llegan unos 23 µg de mercurio diario (según datos de 1990,
mientras que en 1973 eran casi la mitad) a través del alimento y del aire; para no superar el
límite de toxicidad, las amalgamas bucales sólo pueden aportar al organismo hasta un máximo
de 20 µg diarios.
Se ha calculado que la liberación media de mercurio procedente de la boca es de unos 2
µ,g por cada 50 mm2 de superficie obturada, de lo que resulta que no se deberían llevar más
de dos amalgamas bucales.
c) por electrólisis (efecto pila), debido a la presencia en la boca de otros metales, como
el oro, el platino, aleaciones de ambos y amalgamas de diversa composición (por ejemplo, que
contienen porcentajes diferentes de mercurio y plata: las obturaciones con mayor cantidad de
plata se reconocen por ser más claras y luminosas). En una ocasión medí en la boca de un
paciente una corriente de 72 µ A, pero, aunque era un hecho excepcional, en muchas personas
corrientes pueden medirse corrientes de 10 µA, cuando el límite tolerable se considera de 2
µ.A. Por esto incluso sólo dos obturaciones pueden provocar una contaminación tóxica de
mercurio, cuando se dé una combinación entre cuyos elementos se establezca una corriente
superior a los 2 µA;
d) por efecto del calor; las bebidas y alimentos calientes aumenta la disolución de
mercurio.
Es difícil definir exactamente el higienismo, ya que asume formas distintas en cada país,
según las costumbres y la cultura popular.
En Alemania es famoso el abad Kneipp, que aconsejaba baños, friegas y paseos para
superar cualquier tipo de problema físico; en Italia, el iridólogo Luigi Costacurta ha sido el
máximo exponente de un higienismo bien determinado, predicado y seguido por varias
decenas de médicos y centenares de pacientes.
Una práctica muy útil y fácil de realizar es la de las inhalaciones; comprar un aparato
inhalador resulta una buena inversión para toda la familia: cuando alguien no logre liberarse de
un catarro engorroso, sólo hay que verter agua destilada en el inhalador y sumergir el tubo de
aspiración en una botella de agua de Tabiano, en la que se habrá vertido alguna gota de
aceites esenciales de eucalipto, tomillo o menta. La inhalación eliminará el resto del catarro
persistente y permitirá la supervivencia en un ambiente cargado de plomo y alquitrán, sin que
los pulmones queden completamente impermeabilizados. Los viejos recursos, como el de la
toalla colocada sobre la cabeza, son una versión reducida del inhalador moderno.
Iridológicamente hablando, cuando aparezcan radiales blancos en la zona pulmonar es
aconsejable recurrir al inhalador, aunque aún no se haya manifestado ningún síntoma. Si
aparecen anillos tetánicos, hay que plantearse dormir mejor y llevar una vida más regular.
Organoterapia
La organoterapia se basa en la utilización de los órganos de animales oportunamente
diluidos y dinamizados según el método homeopático; estos preparados permiten estimular de
forma específica el órgano al que corresponden.
Por ejemplo, el organoterápieo hígado estimula dicho órgano; el sentido en que lo
estimula depende de la dilución utilizada: la dilución 4CH estimula el órgano cuando este es
hipofuncionante; la dilución 9CH frena el órgano cuando este es hiperfuncionante o está
inflamado; la dilución 7CH posee una acción equilibrante y se utiliza cuando el órgano se
somete a varios ciclos de funcionalidad.
Plantas medicinales
Aunque las plantas medicinales no tienen por qué aparecer en un libro sobre iridología,
dada la cantidad de publicaciones especializadas que existen sobre el tema, intentaré esbozar
algunas líneas como guía al mismo.
También existe una gran variación de fórmulas farmacéuticas en las que se utilizan las
plantas:
a) los zumos, que pueden prepararse incluso en casa con una lidiadora; uno de los
zumos más importantes, ya que actúa sobre la función hepática, es el zumo de diente de león,
seguido del de alcachofa; ambos pueden prepararse en casa, pero también pueden comprarse.
Otros zumos de uso común son el de equisetum, que actúa sobre el hueso como
mineralizante y sobre el riñon como diurético; el zumo de ortiga, rico en hierro, para combatir la
anemia y depurar la piel; el zumo de berro, dotado de buena acción anticelulítica; el zumo de
llantén, que es un tónico de la vejiga y del útero y que se usa en las afecciones ginecológicas;
el zumo de milenrama, que se usa como regulador menstrual; en general, los zumos son una
manera ideal de suministro, pero tienen un solo defecto: una vez abierto el preparado, debe
conservarse en el frigorífico y durante un tiempo limitado;
b) las SIPF o soluciones integrales de planta fresca son un buen recurso para olvidarse
del problema de la conservación, ya que contienen alcohol y se mantienen mucho tiempo, in-
cluso fuera del frigorífico;
c) las píldoras que contienen polvos micronizados y secados de la planta, como las
arkocápsulas y otros productos similares; por ejemplo, las cápsulas de ajo de este tipo tienen la
ventaja de que no huelen y pueden utilizarse en grandes cantidades para la hipertensión y para
la hipercolesterolemia;
d) las tisanas se venden ahora en los supermercados a precios asequibles; son menos
eficaces que las fórmulas anteriores, pero son una solución familiar ideal; son especialmente
aconsejables los polvos liofilizados y las tisanas granulares, ya que se preparan en un
momento con sólo añadirles agua;
En la práctica iridológica resulta muy útil emplear, junto con las plantas medicinales,
vitaminas y productos homeopáticos, fermentos; es decir, microorganismos saprofitos (por
otra parte benéficos y que colaboran con el organismo), capaces de equilibrar el intestino
cuando allí aparecen cepas bactéricas patógenas que alteran su funcionamiento normal.
En los últimos años, los investigadores soviéticos Valery Bondur y Eugeni Velk-hover,
han estudiado la posibilidad de utilizar la estimulación del iris con la luz para conseguir un
efecto terapéutico.
Sabemos que el iris está relacionado con cada órgano del cuerpo y que es capaz de
recoger las informaciones procedentes de los mismos; sin embargo, se ha tenido en cuenta
que pudiera existir un camino diferente; es decir, que, estimulando una zona concreta del iris
correspondiente, por ejemplo, al hígado, se pudiera obtener un efecto sobre el propio órgano.
Efectivamente, se pudo apreciar que dicha respuesta existía y que según el color
utilizado se obtenía una señal eléctrica distinta.
Estimulando el iris con el rojo se obtenía una respuesta en el hígado que llegaba entre 1
y 7 segundos después; que consistía en una amplificación de la actividad eléctrica celular
normal del hígado que duraba alrededor de 12 horas.
La casuística clínica presentó los mayores éxitos en el caso del tratamiento del dolor en
general, aunque en particular en todas las formas neuríticas, en la neuralgia cervical, en el
asma bronquial, en la diabetes, en la úlcera duodenal y gástrica y en la hipertensión arterial
esencial, mientras que las mayores contraindicaciones se dieron en el caso de las mastopatías
(riesgo de desarrollo tumoral), del período menstrual y de ciertos problemas psicosomáticos en
personalidades inestables debido al riesgo de desencadenamiento de psicosis agudas,
Para simplificar la terapia fitoterápica, se han preparado unas fórmulas herborísticas que
corresponden cada una a un cuadro iridológico concreto.