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DERECHO PROCESAL PENAL


Convocatoria de 2018

TEMA 36
Fecha: 17 diciembre 2016.
3852 palabras – 17:08.

Sumario:

1. La ejecución de sentencias penales.


2. Los juzgados y tribunales sentenciadores; juzgados de vigilancia penitenciaria y
Administración penitenciaria: sus respectivas funciones.
3. Recursos contra las resoluciones de la Administración penitenciaria y de los juzgados de
vigilancia penitenciaria.

1. LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS PENALES.


L7 Lecrim – Arts. 983-999 + CP + LOGP + RP.

I. Concepto.

Se entiende por ejecución penal el conjunto de actuaciones atribuidas a los órganos del Estado para
dar cumplimiento a los pronunciamientos contenidos en las resoluciones penales ejecutables.

Solo son ejecutables las sentencias condenatorias firmes1.

Si la sentencia es absolutoria, el artículo ‍983 dice que el absuelto «será puesto en libertad
inmediatamente, a menos que el ejercicio de un recurso que produzca efectos suspensivos o la existencia de
otros motivos legales hagan necesario el aplazamiento de la excarcelación, lo cual se ordenará por auto
motivado».

La sentencia penal tiene un contenido penal, pero también puede resolver sobre la responsabilidad
civil.

II. Principios de la ejecución de las sentencias penales.

1) Garantía jurisdiccional (artículos ‍1 de la Lecrim y 3.1 del CP): los artículos ‍1 de la Lecrim y
3.1 del Código Penal exigen que la pena haya sido impuesta por el juez o tribunal competente y con arreglo
al procedimiento establecido.

2) Principio de legalidad (artículo ‍3.2 del CP): «Tampoco podrá ejecutarse [ninguna] pena ni
medida de seguridad en otra forma que la prescrita por la ley y reglamentos que la desarrollan, ni con otras
circunstancias o accidentes que los expresados en su texto. ‍[…]» (artículo ‍3.2 del ‍CP).

1
Lo más parecido que existe es la posibilidad de acordar la prisión provisional para el condenado por una sentencia no firme (art. 504.2.II de la
Lecrim), pero sigue siendo una medida cautelar (otra cosa es que el tiempo pasado en prisión provisional se abone al de la pena, pero eso no la
convierte en una ejecución provisional).
362

3) Principio de resocialización (artículo ‍25.2 de la CE): «Las penas privativas de libertad y las
medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en
trabajos forzados. El condenado a [una] pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los
derechos fundamentales de este capítulo [el capítulo ‍II del título ‍I], a excepción de los que se vean
expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria.
En todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad
Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad» (artículo ‍25.2 de la
Constitución).

4) Principio de control judicial: la ejecución de las penas corresponde principalmente a la


Administración, que actuará bajo el control del JVP, tal y como se verá en otro epígrafe.

III. Ejecución del fallo penal.

1. Disposiciones de la Lecrim sobre la ejecución de sentencias (L7 ‍– ‍Arts. ‍983-999).

La Lecrim dedica el libro V


‍ II (artículos ‍983 ‍a ‍999) a la regulación de la ejecución de las sentencias, a
lo que ha de agregarse el artículo ‍794, que contiene una disposición particular para el procedimiento
abreviado, que también se aplica al juicio rápido (porque el artículo ‍803.3 se remite al ‍794).

1) Declaración de firmeza y fijación del límite máximo de cumplimiento (artículo ‍988).

Las sentencias solo podrán ejecutarse después de haber sido declaradas firmes mediante un
auto dictado por el órgano sentenciador (artículo ‍988.I).

Y el artículo ‍988 dice también2:

— [Ejecución]. Declarada la firmeza, «se procederá a ejecutar la sentencia, aunque


el reo esté sometido a otra causa, en cuyo caso se le conducirá, cuando sea necesario, desde el
establecimiento penal en que se halle cumpliendo la condena al lugar donde se esté instruyendo la causa
pendiente.

— [Fijación del límite máximo de cumplimiento en los casos del art. ‍76 del CP
cuando se hayan seguido varias causas]. Cuando el culpable de varias infracciones penales haya sido
condenado en distintos procesos por hechos que pudieron ser objeto de uno solo, conforme a lo previsto en el
artículo ‍17 de esta ley [sobre la conexidad de delitos], el juez o tribunal que hubiera dictado la última
sentencia, de oficio, a instancia del Ministerio Fiscal o del condenado, procederá a fijar el límite del
cumplimiento de las penas impuestas, conforme a lo dispuesto en el artículo ‍76 del Código Penal. ‍[…].
Contra tal auto» cabrá el «recurso de casación por infracción de ley».

2
Cada raya es un párrafo del artículo.
363

2) Órgano competente para la ejecución.

1.º Ejecución de sentencias sobre delitos leves (artículo ‍984). Según el artículo ‍


984:

«… corresponde al órgano que haya conocido del juicio [o sea, al mismo


juzgado de instrucción o JVM que dictó la sentencia]. ‍[…]3».

Si se recurre la sentencia, la ley dice que el juez de instrucción «que haya


conocido en apelación de un juicio sobre delitos leves mandará remitir los autos originales, acompañándolos
con [la] certificación de la sentencia firme, al juez que haya conocido del juicio en primera instancia, para los
efectos del párrafo anterior [pero hoy lo hará la AP, dado que, tras la LO ‍1/2015, los delitos leves son
competencia de los juzgados de instrucción o de violencia sobre la mujer, y los recursos de apelación contra
sus sentencias son competencia de las ‍AP].

Para la ejecución de la sentencia, en cuanto se refiere a la» responsabilidad


civil, «se aplicarán las disposiciones establecidas en la Ley de Enjuiciamiento Civil, si bien será en todo caso
promovida de oficio por el juez que la dictó».

2.º Ejecución de sentencias en causas por delito grave o menos grave (artículo ‍


985.I). Según el párrafo ‍1.º del artículo ‍985: «… corresponde al tribunal que haya dictado la que sea
firme».

3.º Ejecución de sentencias en los procesos por aceptación de decreto, CUANDO


EL DELITO SEA LEVE (artículo ‍985.II). El párrafo ‍2.º del artículo ‍985 (añadido por la Ley ‍41/2015, de 5 de
octubre) establece: «… corresponde al juzgado que la hubiera dictado».

4.º Ejecución de la segunda sentencia de casación (artículo ‍986). Según el


artículo ‍986: «… se ejecutará por el tribunal que hubiese pronunciado la sentencia casada…».

5.º Ejecución de sentencias por el juez de guardia en los casos de conformidad


premiada en el juicio rápido (artículo ‍801.4): corresponde a los juzgados de lo penal (artículo ‍801.4).

6.º Ejecución de sentencias dictadas por los juzgados centrales de instrucción


(artículo ‍89 ‍bis, ‍3, de la LOPJ): corresponde a los juzgados centrales de lo penal (artículo ‍89 ‍bis, ‍3, de la ‍
LOPJ).

3) Peticiones de auxilio (artículo ‍987).

«Cuando el tribunal a quien corresponda la ejecución de la sentencia no pudiere practicar por


sí mismo todas las diligencias necesarias, se dirigirá al órgano judicial competente del partido o
demarcación en que deban tener efecto para que las practique» (artículo ‍987)4.

3
Esto es reiterativo del art. 987, que tiene aplicación general.
4
Relacionado con esto:
 Art. 997: «El juez de instrucción a quien se hubiere cometido la práctica de algunas diligencias para la ejecución de la sentencia dará
inmediatamente cuenta del cumplimiento de las mismas al tribunal sentenciador [será el tribunal de la ejecución, no el sentenciador], con
testimonio en relación de las practicadas al intento, el cual se unirá a la causa».
 Art. 998: «Las referidas diligencias se archivarán por el LAJ que en ellas haya intervenido».
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4) Forma y tiempo de la ejecución (artículo ‍990.I ‍a ‍V).

Según el artículo ‍990, párrafos ‍1.º ‍a ‍5.º (modificado por la LO ‍1/2015, de 30 de marzo):

«Las penas se ejecutarán en la forma y tiempo prescritos en el Código Penal y en


los reglamentos.

Corresponde al juez o tribunal» competente para la ejecución «adoptar sin dilación


las medidas necesarias para que el condenado ingrese en el establecimiento penal destinado al efecto, a
cuyo fin requerirá el auxilio de las autoridades administrativas, que deberán prestárselo sin excusa ni
pretexto alguno.

La competencia del juez o tribunal para hacer cumplir la sentencia excluye la de


cualquier autoridad gubernativa hasta que el condenado tenga ingreso en el establecimiento penal o se
traslade al lugar en donde deba cumplir la condena.

[…].

Los tribunales ejercerán además las facultades de inspección que las leyes y
reglamentos les atribuyan sobre la manera de cumplirse las penas».

5) Impulso del proceso de ejecución y comunicaciones (artículo ‍990.VI ‍y ‍VII).

Y según los párrafos ‍6.º ‍y ‍7.º del mismo artículo ‍990:

«Corresponde al LAJ impulsar el proceso de ejecución de la sentencia», a cuyo


efecto dictará «las diligencias necesarias, sin perjuicio de la competencia del juez o tribunal para hacer
cumplir la pena.

El LAJ pondrá en conocimiento de los directamente ofendidos y perjudicados por


el delito y, en su caso, de los testigos, todas aquellas resoluciones relativas al penado que puedan afectar a su
seguridad».

2. Actos de ejecución de la pena impuesta.

A partir de lo dicho en la Lecrim, la ejecución de cada pena depende de lo dispuesto en el Código


Penal, en la Ley Orgánica General Penitenciaria y su reglamento, así como en otros reglamentos
relativos a la ejecución de algunas penas:

1) Prisión: para ejecutarla, el tribunal sentenciador dirigirá un mandamiento al director del


establecimiento penitenciario en que deba ingresar el condenado, al que se acompañará el testimonio de la
sentencia recaída y de la liquidación de la condena practicada (artículo ‍988 de la ‍Lecrim).

Se rige por las normas que da el Código Penal y las establecidas en la legislación
penitenciaria; con arreglo a ella, la pena se cumplirá según un sistema progresivo, clasificado en grados, de
menor a mayor libertad.

«Para proceder a la excarcelación de los condenados será precisa la aprobación de la


libertad definitiva por el tribunal sentenciador o de la propuesta de libertad condicional por el juez de
vigilancia» (artículo ‍17.3 de la ‍LOGP).
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2) Localización permanente (artículo ‍37 del CP): se regula en el artículo ‍37 del Código
Penal, que permite que se cumpla, a petición del penado, solo durante los sábados y domingos o de forma no
continuada. También dice que se podrá cumplir en un centro penitenciario en los casos en que la parte
especial del código lo prevea, pero ya no existe ninguno, de modo que tal disposición es inaplicable 5.

3) Multa (artículos ‍50 ‍a ‍53 del CP): si el condenado no paga voluntariamente, se intentará
ejecutar por la vía de apremio. Si ni siquiera a través de la vía de apremio consigue cobrarse, y el penado es
una persona física, la multa se sustituirá por una responsabilidad personal subsidiaria, consistente en la
privación de libertad; si es una persona jurídica, el juez puede acordar la intervención de la entidad. También
cabe que modifique el importe de la multa o conceda un aplazamiento (artículos ‍50 a 53 del ‍CP).

4) Penas privativas de derechos:

1.ª Inhabilitaciones y suspensión de empleo o cargo público: se ejecutan


dirigiendo las correspondientes comunicaciones a los colegios profesionales, centros o dependencias
administrativas de las que dependa el condenado para que no realice los servicios de cuya prestación ha sido
privado.

2.ª Privación del permiso de conducir vehículos o a la tenencia y porte de


armas: se retirarán los correspondientes documentos y se comunicará a los organismos encargados de su
expedición para que no expidan nuevos permisos durante el tiempo de la condena (lo establece el artículo ‍
794.2.ª para el procedimiento abreviado, pero es aplicable en todos los procedimientos). Las armas deben ser
entregadas en el organismo adecuado al efecto.

3.ª Privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos y de


aproximarse y comunicarse con la víctima: se pueden controlar mediante instrumentos tecnológicos
(artículo ‍48 del CP). Además, el juez también puede requerir que las autoridades administrativas controlen su
cumplimiento.

4.ª Trabajos en beneficio de la comunidad: se regula en el artículo ‍49 del CP, que


dice que serán proporcionados por la Administración, la cual controlará su cumplimiento y comunicará todas
las incidencias habidas durante la ejecución al ‍JVP.

5) Medidas de seguridad: dado que su fundamento reside en la peligrosidad del condenado,


el artículo ‍97 del CP permite que el tribunal sentenciador, durante su cumplimiento, acuerde el cese,
suspensión, sustitución o mantenimiento de la medida, según lo exijan las circunstancias.

IV. Ejecución de la condena civil.

1. Normativa y sentencias ejecutables.

Solo habrá lugar a ello si la sentencia penal impuso la responsabilidad civil.

La Lecrim remite a las «disposiciones establecidas en la Ley de Enjuiciamiento Civil, si bien será
en todo caso promovida de oficio por el juez que la dictó» (artículo ‍984, párrafo ‍3.º, que, aunque se refiere a
la ejecución de sentencias por delitos leves, se aplica a los demás procedimientos) 6.
5
Eso lo añadió la LO ‍5/2010, de 22 de junio, y solo para la falta de hurto reiterada; pero la LO ‍1/2015 se olvidó de modificar el art.  37, hasta el punto
de que hay polémica (según MIR PUIG) acerca de cuál es la duración de la localización permanente: si los 3 meses de los que habla el art. 33, o los 6
de los que habla el ‍37.
6
Esa particularidad de que sea promovida de oficio es una excepción al principio dispositivo que rige la ejecución forzosa de la LEC; si la Lecrim no
dijera eso, el perjudicado tendría que pedir la ejecución forzosa.
366

A diferencia de la responsabilidad penal: «Los pronunciamientos sobre responsabilidad civil serán


susceptibles de ejecución provisional, con arreglo a lo dispuesto en la Ley de Enjuiciamiento Civil 7»
(artículo ‍989.1).

2. Procedimiento para hacer efectiva la responsabilidad civil:

1) Restitución de la cosa: el responsable condenado deberá entregar la cosa al perjudicado


(si no lo hace, podrán aplicarse los mecanismos de ejecución forzosa previstos en la ‍LEC).

2) Reparación del daño: «… podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de no hacer,


que el juez o tribunal establecerá atendiendo a la naturaleza de aquel y a las condiciones personales y
patrimoniales del culpable, determinando si han de ser cumplidas por él mismo o [si] pueden ser ejecutadas a
su costa» (artículo ‍112 del ‍CP).

3) Indemnización de los perjuicios: se aplica a su pago lo ya entregado como fianza


durante la tramitación de la causa y, en su caso, lo decomisado. Si el responsable no satisficiera
voluntariamente el exceso, se realizarán los bienes embargados (artículo ‍536 de la Lecrim), para lo que se
aplican las reglas de la LEC, incluidas las relativas a las tercerías de mejor derecho (artículo ‍996 de la
Lecrim). Si lo obtenido es insuficiente, habrá de acudirse a los mecanismos de ejecución forzosa de la LEC
para obtener el resto.

3. Liquidación de la responsabilidad en la fase de ejecución (artículos‍115 del CP y 794.1.ª de la


‍Lecrim).

Por otra parte, el Código Penal permite diferir la determinación de la cuantía de la


responsabilidad civil al trámite de ejecución, para lo que la sentencia deberá fijar sus bases (artículo ‍115).

En tal caso, la Lecrim señala que «cualquiera de las partes podrá instar, durante la ejecución de la
sentencia, la práctica de las pruebas que estime oportunas para su precisa determinación. De esta pretensión
el LAJ dará traslado a las demás para que, en el plazo común de 10 ‍días, pidan por escrito lo que a su
derecho convenga. ‍[…]. Practicada la prueba, y oídas las partes por un plazo común de 5 ‍días, se fijará
mediante auto, en los 5 ‍días siguientes, la cuantía de la responsabilidad civil. El auto dictado por el juez de lo
penal será apelable ante la audiencia respectiva» (artículo ‍794.1.ª8).

7
Aplicando el art. 525.3 de la LEC: los pronunciamientos de carácter indemnizatorio de las sentencias recaídas en delitos de injurias y calumnias
(contra el honor) no son provisionalmente ejecutables.
8
La ley no dice si hoy cabría la apelación ante los TSJ si la sentencia condenatoria la dictó una ‍AP.
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2. LOS JUZGADOS Y TRIBUNALES SENTENCIADORES; JUZGADOS


DE VIGILANCIA PENITENCIARIA Y ADMINISTRACIÓN
PENITENCIARIA: SUS RESPECTIVAS FUNCIONES.

La ejecución de las sentencias que condenen a penas privativas de libertad corresponde a los
juzgados de vigilancia penitenciaria, así como a la Administración penitenciaria, si bien el tribunal
sentenciador ostenta algunas competencias.

I. Funciones de los tribunales sentenciadores:

1.ª Dictar el auto por el que se declara la firmeza de la sentencia (artículo ‍988, párrafo ‍1.º, de la ‍
Lecrim).

2.ª Practicar la liquidación de la condena, compensando el tiempo permanecido en prisión


provisional, los indultos parciales y aplicando las reglas del artículo ‍76 del CP (artículo ‍988, párrafo ‍3.º).

3.ª Otorgar la suspensión o sustitución de la pena impuesta (artículos ‍82 y 89 del Código Penal,
respectivamente; lo pueden hacer en la misma sentencia o en un auto posterior).

También les corresponde acordar la libertad condicional en la prisión permanente revisable (que
en la prisión ordinaria es una decisión que corresponde al JVP) (artículo ‍92 del ‍CP)9.

4.ª Acordar el ingreso en prisión del penado, para lo que dirigirán un mandamiento al


establecimiento penitenciario, salvo que el penado se presente voluntariamente (artículo ‍15 de la ‍LOGP).

5.ª A partir de este momento, las restantes incidencias de la ejecución son competencia del JVP,
salvo el licenciamiento definitivo (artículo ‍17.3 de la LOGP) y la facultad de informar en el expediente de
concesión de un indulto (artículo ‍23 de la ley del indulto de ‍1870).

II. Juzgados de vigilancia penitenciaria.

1. Creación de los JVP (artículo ‍94 de la ‍LOPJ).

Los JVP fueron creados por la Ley Orgánica General Penitenciaria.

El artículo ‍94 de la LOPJ indica que habrá uno o varios JVP en cada provincia (aunque pueden
crearse JVP para varias provincias de una misma comunidad autónoma o de ámbito inferior al provincial),
que 1ejercerán las funciones jurisdiccionales previstas en la LOGP, 2controlarán la potestad disciplinaria de
las autoridades penitenciarias, 3ampararán los derechos y beneficios de los internos, 4tendrán competencia
para la emisión y ejecución de los instrumentos de reconocimiento mutuo de resoluciones penales en la UE
que les atribuya la ley y las 5demás funciones que señale la ley.

9
En la prisión permanente, el JVP solo tiene una —‍y solo una‍— competencia: revocar la suspensión cuando se ponga de manifiesto un cambio de
las circunstancias que hubieran dado lugar a la suspensión que no permita mantener ya el pronóstico de falta de peligrosidad en que se fundaba la
decisión adoptada. De resto, todo corresponde al tribunal sentenciador (art. ‍92 del CP). Eso también lo puede hacer en la prisión ordinaria, pero es
que en la ordinaria todas las revocaciones las hace él.
368

Y en Madrid existirá también uno o varios juzgados centrales de vigilancia penitenciaria (creados
por la LO ‍5/2003, de 27 de mayo), que básicamente ejercen las mismas competencias que los JVP, pero en el
ámbito de la Audiencia Nacional.

2. Competencias en el derecho español (artículo ‍76 de la ‍LOGP).

Se recogen en el artículo ‍76 de la LOGP, que se pueden clasificar así:

a) Competencias en orden a la ejecución de las penas privativas de libertad:

1) La resolución sobre las propuestas de libertad condicional de los penados


(artículo ‍76.2.b), salvo en la prisión permanente, en la que corresponde al tribunal sentenciador (artículo ‍92
del ‍CP).

2) La aprobación de las propuestas que formulen los establecimientos penitenciarios


sobre beneficios penitenciarios que puedan suponer un acortamiento de la condena (artículo ‍76.2.c).

3) La resolución de los recursos referentes a la clasificación inicial y a las


progresiones y regresiones del grado (artículo ‍76.2.f).

4) Y, en definitiva, «todas las decisiones necesarias para que los pronunciamientos
de las resoluciones en orden a las penas privativas de libertad se lleven a cabo, asumiendo las funciones que
corresponderían a los jueces y tribunales sentenciadores» (artículo ‍76.2.a), pues «el juez de vigilancia tendrá
atribuciones para hacer cumplir la pena impuesta [y] resolver los recursos referentes a las modificaciones que
pueda experimentar con arreglo a lo prescrito en las leyes y reglamentos» (artículo ‍76.1).

b) Competencias en orden a la salvaguardia de los derechos de los internos:

1) Salvaguardar los derechos de los internos y corregir los abusos y desviaciones


que puedan producirse en el cumplimiento de los preceptos del régimen penitenciario (artículo ‍76.1).

2) Aprobar la sanción de aislamiento en celda de más de 14 ‍días (artículo ‍76.2.d).

3) Resolver los recursos contra las reclamaciones frente a sanciones disciplinarias


(artículo ‍76.2.e).

4) Resolver sobre peticiones o quejas formuladas en relación con derechos


fundamentales o derechos y beneficios penitenciarios afectados por el régimen o el tratamiento (artículo ‍
76.2.g).

III. Administración penitenciaria.

A la Administración penitenciaria le incumbe la organización y mantenimiento de los centros


penitenciarios y la aplicación del régimen penitenciario a los internos, bajo la supervisión y control, según
los casos, del órgano sentenciador o del juzgado de vigilancia penitenciaria.
369

3. RECURSOS CONTRA LAS RESOLUCIONES DE LA


ADMINISTRACIÓN PENITENCIARIA Y DE LOS JUZGADOS DE
VIGILANCIA PENITENCIARIA.

I. Recursos contra las resoluciones de la Administración penitenciaria.

Los actos dictados por la Administración penitenciaria son actos administrativos. En caso de que
puedan recurrirse, hay que distinguir:

a) Si el acto es competencia de una autoridad administrativa: el recurso contra tal acto,
en cuanto acto administrativo, se regirá por las normas del procedimiento administrativo.

b) Si el acto de la Administración necesita la autorización del JVP: entonces adquiere


naturaleza jurisdiccional y se somete al régimen de recursos contra los actos del ‍JVP.

c) Por lo demás, todas las decisiones de la Administración penitenciaria son recurribles


ante el JVP, en cuyo caso se sujetarán al régimen de los recursos judiciales. La LOGP, no obstante, le
atribuye expresamente la resolución de los recursos contra sanciones disciplinarias y clasificación inicial y
progresiones y regresiones de grado (artículo ‍76.2, ‍«e» ‍y ‍«f»).

II. Recursos contra las resoluciones de los JVP (d. ‍a. ‍5.ª de la ‍LOPJ).

La disposición adicional ‍5.ª de la LOPJ establece los siguientes recursos contra las resoluciones de
los jueces de vigilancia penitenciaria:

1. Recurso de reforma.

La ley dice que el recurso de reforma cabe contra todos los autos del juez, aunque la doctrina
admite que puede interponerse también contra todas las providencias.

2. Recursos de apelación.

La redacción de la d. ‍a. ‍5.ª es confusa, pero puede establecerse la siguiente sistematización:

a) Resoluciones recurribles:

1) Resoluciones del JVP que resuelvan los recursos sobre la clasificación del
penado: son recurribles en apelación ante el tribunal sentenciador. Las demás decisiones del JVP cuando
resuelva recursos contra decisiones de la Administración solo son recurribles en reforma.

2) Resoluciones del JVP en materia de ejecución de penas: también son


recurribles en apelación, también ante el tribunal sentenciador (apartado ‍2).

3) Resoluciones del JVP sobre el régimen penitenciario y otras resoluciones que


no sean las dos mencionadas anteriormente (y siempre que no se trate de la revisión de actos
3610

administrativos): cabe el recurso de apelación ante la audiencia provincial que corresponda a la demarcación
donde esté el establecimiento penitenciario, a no ser que se trate de resoluciones de un juzgado central de
vigilancia penitenciaria, en cuyo caso corresponde a la sala de lo penal de la Audiencia Nacional (apartados ‍
3 ‍y ‍6).

b) Tramitación. «El recurso de apelación […] se tramitará conforme a lo dispuesto en la


Ley de Enjuiciamiento Criminal para el procedimiento abreviado [regulado en sus artículos ‍790 a 792].
Estarán legitimados para interponerlo el Ministerio Fiscal y el interno o liberado condicional. En el recurso
de apelación será necesaria la defensa de letrado y, si no se designa [un] procurador, el abogado tendrá
también habilitación legal para la representación de su defendido. ‍[…]» (apartado ‍9).

c) Efectos de la interposición del recurso. Los recursos no tienen efecto suspensivo,


salvo, según el apartado ‍5: «Cuando la resolución objeto del recurso de apelación se refiera a materia de
clasificación de penados o concesión de la libertad condicional y pueda dar lugar a la excarcelación del
interno, siempre y cuando se trate de condenados por delitos graves», en cuyo caso «el recurso tendrá efecto
suspensivo, que impedirá la puesta en libertad del condenado hasta la resolución del recurso o, en su caso,
hasta que la audiencia provincial o la Audiencia Nacional se haya pronunciado sobre la suspensión »; ahora
bien, el recurso se tramitará «con carácter preferente y urgente».

3. Recurso de queja.

También podrá interponerse el recurso de queja contra todas las resoluciones en que el juzgado de
vigilancia penitenciaria deniegue la tramitación del recurso de apelación, y se interpondrá ante el tribunal
sentenciador o ante el tribunal que hubiera debido conocer de dicho recurso (apartados ‍2 ‍a ‍4).

4. Recurso de casación.

También cabe formular el recurso de casación, ante la sala de lo penal del TS, por infracción de ley,
pero solo «contra el auto por el que se determine el máximo de cumplimiento [de la condena] o se
deniegue su fijación», y «se sustanciará conforme a lo prevenido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal»
(apartado ‍7).

5. Recurso de casación para la unificación de doctrina.

«Contra los AUTOS de las audiencias provinciales y […] de la Audiencia Nacional» que resuelvan
«recursos de apelación, que no sean susceptibles de casación ordinaria, podrán interponer el Ministerio
Fiscal y el letrado del penado [el] recurso de casación para la unificación de doctrina ante la sala de lo penal
del Tribunal Supremo, el cual se sustanciará conforme a lo prevenido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal
para el recurso de casación ordinario, con las particularidades que de su finalidad se deriven. Los
pronunciamientos del Tribunal Supremo al resolver los recursos de casación para la unificación de doctrina
en ningún caso afectarán a las situaciones jurídicas creadas por las sentencias precedentes a la impugnada »
(apartado ‍8)10.
10
El recurso de casación para la unificación de la doctrina existe en tres casos en el ordenamiento procesal penal: en este de juzgados de vigilancia,
en el ámbito de menores (art. 42 de la LORPM) y en el caso de las sentencias dictadas en apelación por las AP (art. 847.1.b de la Lecrim, que, aunque
no dice nada sobre que este recurso sea para la unificación de la doctrina, el TS sí lo ha configurado como tal).
Por cierto, esta casación para la unificación de la doctrina en materia de vigilancia penitenciaria es bastante parca, porque no especifica si hay que
aportar las sentencias de las AP o la AN donde se observe una supuesta contradicción en la interpretación de normas sustantivas; es que ni siquiera
especifica que tiene que haber esa contradicción. Todo eso hay que suponerlo sobre la base de la expresión con las particularidades que de su
finalidad se deriven.
Otra cosa (y esta es importantísima): a diferencia del recurso en interés de la ley civil, en el que no se recurre ninguna sentencia (de hecho, eso no es
ni un recurso ni un medio de impugnación; es un mero procedimiento), en las de procesal penal (menores, 847.1.b de la Lecrim y esta de ejecución) sí
3611

Aunque nada se dice expresamente, debe entenderse que su motivo determinante es la existencia de
contradicciones entre estas resoluciones para resolver situaciones en que exista semejanza en los hechos y en
la norma aplicable (MONTÓN REDONDO)11.

se recurre una sentencia concreta, aunque se citen otras que se contradigan, y sí se va a ver modificada la sentencia recurrida, pero las otras
quedan intactas (aunque en menores no lo diga la LORPM, en la misma medida en que se recurre una sentencia, esta va a poder anularse).
11
No obstante, MONTÓN REDONDO considera que ya no cabe recurrir en casación contra esas resoluciones tras la modificación de la d.  a. ‍5.ª
operada por la LO ‍7/2003. Este autor dice: «Recurrir en casación contra estas últimas resoluciones es dudoso, el menos en nuestro criterio, tras la
LO‍7/2003, de 30 de junio, al modificar la d. a. ‍5.º de la LOPJ, que introdujo un nuevo apartado 5, y el anterior apartado 5 pasó a ser el 6, sin decir si
eso supone sustituir la redacción original de ese apartado, al no indicar que haya de modificarse su ordinal [en el BOE en la versión consolidada, por
ejemplo, los anteriores apartados ‍5 a 9 entienden que son ahora 6 a 10 —‍por cierto, dejan muy claro que eso es una interpretación suya‍—‍, pero es
confuso, porque la LO decía solamente que el “actual” —‍en su día‍— apartado 5 pasaría a ser el 6, ¿qué pasa con los demás?]. ¿Error en la técnica
legislativa? ¿Desaparición del recurso de casación contra estas resoluciones un mes después de considerarse admisible? ¿Qué pasa con el contenido
del antiguo apartado 6? No deja de sorprendernos el legislador.
Los autos dictados por las AP que resuelven los incidentes de recusación de jueces o magistrados eran recurribles en casación, según el art.  69 de la
Lecrim, pero el art. 228 de la LOPJ establece su irrecurribilidad. Esto puede hacer dudar sobre la prevalencia de la Lecrim por su carácter especial o la
disposición derogatoria ‍1.ª, in fine, de la LOPJ, que deja sin efecto las normas que se opongan a lo que en ella se establece. Si observamos, además,
que el art. 851.6.º de la Lecrim considera motivo de casación que la sentencia se dicte por magistrados cuya recusación hubiera sido rechazada, hay
que concluir la irrecurribilidad de aquellas resoluciones».
3612

AMPLIACIÓN:

1. Trastorno mental sobrevenido (artículo ‍60 del ‍CP).


Según el artículo ‍60 del CP (parece que este artículo derogó los artículos ‍991 a 994 de la Lecrim,
aunque no se han modificado nunca, e igual no es así):
1. «Cuando, después de pronunciada [una] sentencia firme, se aprecie en el penado una
situación duradera de trastorno mental grave que le impida conocer el sentido de la pena, el JVP
suspenderá la ejecución de la pena privativa de libertad que se le hubiera impuesto», y garantizará «que
reciba la asistencia médica precisa, para lo cual podrá decretar la imposición de una medida de seguridad
privativa de libertad de las previstas en este código, que no podrá ser, en ningún caso, más gravosa que la
pena sustituida. Si se tratase de una pena de distinta naturaleza, el JVP apreciará si la situación del penado le
permite conocer el sentido de la pena y, en su caso, suspenderá la ejecución» e impondrá «las medidas de
seguridad que estime necesarias.
El juez de vigilancia comunicará al Ministerio Fiscal, con suficiente antelación, la próxima
extinción de la pena o medida de seguridad impuesta, a efectos de lo previsto por la d. ‍a. ‍1.ª de este código
[para que solicite el internamiento conforme a las normas de la ‍LEC].
2. Restablecida la salud mental del penado, este cumplirá la sentencia, si la pena no
hubiere prescrito, sin perjuicio de que el juez o tribunal, por razones de equidad, pueda dar por extinguida la
condena o reducir su duración, en la medida en que el cumplimiento de la pena resulte innecesario o
contraproducente».

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