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LISISTRATA (Las Acaba Guerras) MIRRINA. Hola, tú también, Lisístrata.

¿Por qué estás


preocupada? No pongas esa cara, hija mía, que no te
Versión corta de Jogreher Vargas basado en la cuadra arquear las cejas.
comedia griega original de Aristofanes
LISÍSTRATA. Mirrina, estoy en ascuas y muy afligida por
PERSONAJES. nosotras las mujeres, porque entre los hombres tenemos
fama de ser malísimas...
LISITRATA. Mujer revolucionaria
MIRRINA. Es que lo somos, por Zeus.
MIRRINA. Doncella, ama de casa y esposa del Comisario
de Atenas LISÍSTRATA.... y cuando te convoco para reunirnos aquí,
tu y yo, tu como la esposa del principal guerrero de Grecia
LA CORIFEO. Mujer mayor, sabia y guerrera
y yo como la de las buenas ideas para tratar sobre un
COMISARIO. Político importante de Atenas, único asunto nada trivial te quedas dormidas y no llegas.
hombre a cargo
MIRRINA. Querida, Difícil resulta para las mujeres salir de
EL CORIFEO. Hombre mayor y guardia de la ciudad. casa: una anduvo ocupada con el marido, tenía que
despertar al criado, otra tenía que acostar al niño; otra
lavarlo; otra darle de comer.
LA CORIFEO. Guerra es el término usado para describir LISÍSTRATA. Pero es que había para ellas otras cosas
los enfrentamientos entre las polis griegas, ciudades más importantes que ésas.
estado de la Antigua Grecia, Pocas civilizaciones fueron
tan belicosas como las polis griegas, las muertes de MIRRINA: ¿De qué se trata, querida Lisístrata, el asunto
los soldados de infantería. Platón utiliza a menudo el por el que me convocas a mi…
modelo de la guerra para ilustrar sus teorías de la virtud y
LISISTRATA. No solo a ti, si no a todas las mujeres, pero
del conocimiento y extrae frecuentemente sus ejemplos
con tu ayuda, podremos convencerlas a todas, todas te
de la experiencia militar personal de Sócrates.
respetan por ser la mujer de Cinesias de Leonidas.
EL CORIFEO. Un ciudadano era, por definición, un
MIRRINA. ¿En qué consiste este asunto, de qué tamaño
soldado. Y el grado de cualificación política del ciudadano
es?
era el que determinaba su grado de cualificación militar. A
las clases sociales más altas les correspondían los cargos LISÍSTRATA. Grande.
superiores… El buen soldado era el propietario de tierras.
No solo porque no se podía ocultar a la codicia de los MIRRINA. ¿Es también grueso?
enemigos, sino principalmente porque trabajar la tierra,
LISÍSTRATA. Sí, por Zeus, muy grueso.
según Jenofonte, era una escuela de virtud para el
ciudadano, en la que adquiría las cualidades de vigilancia, MIRRINA. Entonces, ¿cómo es que no hemos venido?
fuerza y justicia que forman la base del espíritu militar. El
buen soldado era también padre de familia, porque la LISÍSTRATA. No es eso que piensas: si no, ya nos
preocupación por conservar la libertad de sus hijos era habríamos reunido rápidamente. Se trata de un asunto
otro buen motivo para combatir. que yo he estudiado y al que he dado vueltas y más
vueltas en muchas noches en blanco.
LA CORIFEO. Hombres, hombres, dueños de tierra,
padre de familia, soldado y guerrero, pero también carne MIRRINA. Seguro que es delicado eso a lo que has dado
de cañón, elemento inútil, manco, tuerto, paralitico y vueltas y vueltas.
muerto y nosotras, delicadas en el hogar dándole un beso LISÍSTRATA. Sí, tan delicado que la salvación de Grecia
en la frente al hombre mientras este seguía su camino a entera estriba en las mujeres.
la muerte…
MIRRINA. ¿En las mujeres? Pues sí que tiene pocas
CORO CONJUNTO. Hombre y mujer, patrón establecido, agarraderas.
Hombre y mujer genero definido, a la guerra y el hogar
igual, separados por roles dentro de la sociedad. LISÍSTRATA. Si se reúnen aquí las mujeres, las de los
beocios, las de los peloponesios y nosotras, salvaremos
todas juntas a Grecia.
Música, apagón y entrada. MIRRINA. Y, ¿qué plan sensato o inteligente podrían
realizar las mujeres si lo nuestro es permanecer sentadas,
bien pintaditas, luciendo la túnica azafranada y adornadas
LISÍSTRATA. Si la hubieran invitado a una fiesta de Baco, con el vestido y con las zapatillas de moda?
sin duda por la orgia ya estaría aquí, (Entra mirrina, riendo
contenta después del acto) ¡Hola, Mirrina! LISÍSTRATA. Pues eso mismo es lo que espero que nos
salve: las tuniquillas azafranadas, los perfumes, las
zapatillas, el colorete y las enaguas transparentes.
MIRRINA. Y, ¿de qué manera? MIRRINA. Yo no puedo hacerlo, que siga la guerra.

LISÍSTRATA. De manera que de los hombres de hoy en LISÍSTRATA. ¡Si hace un momento decías que te dejarías
día ninguno levantará la lanza contra otro... cortar por la mitad!

MIRRINA. Entonces, ¡por las dos diosas! me haré teñir MIRRINA. Otra cosa, cualquier otra cosa que quieras.
una túnica. Incluso, si hace falta, estoy dispuesta a andar por fuego.
Eso antes que el cipote, que no hay nada comparable.
LISÍSTRATA.... ni cogerá el escudo...
LISÍSTRATA. Jodidísima ralea nuestra, toda entera. No
MIRRINA. Voy a ponerme el vestido recto. sin razón las tragedias se hacen a costa nuestra, pues no
LISÍSTRATA. ... ni el puñal. somos nada más que follar y parir.

MIRRINA. Voy a comprarme unas zapatillas de moda, MIRRINA. (Con duda) Y si nos abstuviéramos todo lo
pero ya date prisa, anda, dime tu idea. posible de lo que tú dices lo que ojalá que no pase, ¿eso
influiría mucho para que se hiciera la paz?
LISISTRATA. No había notado ¡Qué hermosura de tetas
tienes! (La mira) LISÍSTRATA. Mucho sí, por las dos diosas. Porque si nos
quedáramos quietecitas en casa, bien maquilladas,
MIRRINA. Me estas mirando igual que a una víctima para pasáramos a su lado desnudas con sólo las camisitas
el sacrificio, dime lo que quieres que hagamos las transparentes y con el triángulo depilado, y a nuestros
mujeres. maridos se les pusiera dura y ardieran en deseos de follar,
pero nosotras no les hiciéramos caso, sino que nos
LISÍSTRATA. Yo lo diría, pero antes de decirlo voy a
aguantáramos, harían la paz a toda prisa, bien lo sé.
preguntar una cosa, algo de poca importancia
MIRRINA. Pero mujer, ¿qué pasará si nuestros maridos
MIRRINA. Lo que tú quieras.
nos abandonan? O peor (Con malicia) ¿Y si nos cogen y
LISÍSTRATA. ¿No echas de menos al padre de tu hijo nos arrastran por la fuerza a la alcoba?
cada vez que se va a la guerra? (Mirrina asiente) Pues
LISÍSTRATA. Tú agárrate a la puerta.
bien sé que todas las mujeres tienen al marido lejos de
casa. MIRRINA. ¿Y si nos pegan?
MIRRINA. Mi marido, tenía por lo menos, cinco meses LISÍSTRATA. Hay que dejarse hacer poniéndoselo muy
lleva fuera, pobre de mí y cuando vino luego cogió el difícil, que no hay placer en esas cosas cuando se hacen
escudo y desapareció volando después de nuestro por la fuerza. Además, hay que causarles dolor. Y pierde
encuentro… cuidado, en seguida renunciarán. Pues nunca jamás
disfrutará el hombre si no va de acuerdo con la mujer.
LISÍSTRATA. Y ni siquiera de los amantes ha quedado ni
una chispa, pues desde que los milesios nos traicionaron, MIRRINA. Podría intentarlo…
no he visto ni un solo consolador de cuero de ocho dedos
de largo que nos sirviera de alivio (lloran) Así que, si yo LISÍSTRATA. Yo ya me he adelantado, soy líder de
encontrara la manera, ¿quieres poner fin a la guerra con algunas mujeres y tú también lo eres, solo debes convocar
mi ayuda? a tu gremio y contarle todo, por mi parte también eso está
bien preparado, ya nos apoderaremos de la Acrópolis hoy
MIRRINA. Yo sí, por las dos diosas, desde luego, aunque mismo, vestidas de hombre entraremos en su consejo y
tuviera que empeñar el vestido este curvilíneo y... desde dentro armaremos el golpe, hay que aprovechar
bebérmelo el mismo día, me dejaría cortar en dos. que los hombres fuertes están en guerra y solo quedan
los ancianos…
LISÍSTRATA. Voy a decirlo, pues no tiene ya que seguir
oculto el asunto, Mirrina si tú y las mujeres me ayudan, LISÍSTRATA. Mirrina, haremos juntas un juramento que
vamos a obligar a los hombres a hacer la paz… (Mira a luego compartiremos con todas las mujeres para que sea
mirrina) Las mujeres tenemos que abstenernos... inquebrantable
MIRRINA. ¿De qué? Di. MIRRINA. Lisístrata, ¿qué clase de juramento nos vas a
hacer jurar?
LISÍSTRATA• ¿Lo vas a hacer?
LISÍSTRATA. ¿Qué clase? Sobre Ares y Afrodita… La
MIRRINA. (Con duda) Lo haremos, aunque tengamos
guerra y el deseo enfrentados.
que morirnos.
MIRRINA. No, Lisístrata, no jures sobre fuerzas opuestas
LISÍSTRATA. Pues bien, tenemos que abstenernos del
pues se derrumbará el olimpo.
cipote. (Mirrina da la vuelta para irse) ¿Por qué te vas ?
¿A dónde vas? (Mirrina se queja con la cara) Oye, ¿por LISÍSTRATA. Entonces, ¿cómo vamos a jurar?...
qué haces muecas con la boca y niegas con la cabeza? Pondremos una copa grande y negra boca arriba y
¿Por qué vacilas? degollando... un cántaro de vino de Tasos, juremos sobre
la copa... no echarle agua encima. (Sacan a escena la LISÍSTRATA. «Pero si las violo, que se llene de agua la
copa y el cántaro, Lisistrata sirve de la botella) copa».

MIRRINA. (Emocionada) De buen color es la sangre, ya MIRRINA. «Pero si las violo, que se llene de agua la
lo creo, y corre estupendamente. copa».

LISISTRATA. Juremos…Repite exactamente lo que yo LISÍSTRATA. ¿Declaras esto bajo juramento de acuerdo
diga, Mirrina, tú y las otras mujeres acuerdan bajo conmigo?
juramento de acuerdo conmigo: «Ningún hombre, ni
amante, ni marido» ... MIRRINA. Sí, por Ares y por Afrodita. (Se escuchan gritos
de guerra) ¿Qué gritos son esos?
MIRRINA. «Ningún hombre, ni amante, ni marido» ...
LISÍSTRATA. Es lo que yo decía: las mujeres se han
LISÍSTRATA.... «se acercará a mí descapullado». Dilo. apoderado ya de la Acrópolis.

MIRRINA. ... «se acercará a mí descapullado». ¡Ay, ay!, MIRRINA. ¿No crees que los hombres van a venir en
se me debilitan las rodillas, Lisístrata. masa contra nosotras en seguida?

LISÍSTRATA. «En casa pasaré el tiempo sin mi toro» LISÍSTRTATA. Poco me importan, que no vendrán
trayendo tantas amenazas ni tanto fuego como para abrir
MIRRINA. «En casa pasaré el tiempo sin mi toro»... las puertas esas, a no ser en las condiciones que hemos
LISÍSTRATA.... «con mi vestido azafranado y muy bien dicho.
arreglada»... MIRRINA. Desde luego, por Afrodita, nunca, que, si no, en
MIRRINA. ... «con mi vestido azafranado y muy bien vano habríamos obtenido el calificativo de inconquistables
arreglada»... y malvadas.

LISÍSTRATA.... «para que mi marido se ponga al rojo


vivo»...

MIRRINA. ... «para que mi marido se ponga al rojo vivo»... SE ESCUCHAN TAMBORES, SE ESTABLECE UNA
DANZA ENTRE HOMBRES Y MUJERES… SE DICTA
LISÍSTRATA.... «y nunca le seguiré la corriente a mi GRITO DE GUERRA SUENA EL CUERNO…
marido de buena gana».
(Oscuro)
MIRRINA.... «y nunca le seguiré la corriente a mi marido
de buena gana».

LISÍSTRATA. «Pero si me obliga por la fuerza contra mi EL CORIFEO. Me parece que veo una densa nube de
voluntad»... humo, mujeres, como si ardiera un fuego. Hay que darse
muchísima prisa, Pues así hayan roto hasta el ultimo
MIRRINA. «Pero si me obliga por la fuerza contra mi hombre de seguridad, sobre mí no podrán pasar…Pues
voluntad»... ahora mismo, que todavía está oscuro, (Prende fuego) he
llenado mi cántaro, con fuego he de quemar a la mujer que
LISÍSTRATA.... «me dejaré de mala gana y no le seguiré
se atreva a violentarme
en sus meneos».
LA CORIFEO. (Trae un balde con agua) He oído que un
MIRRINA. ... «me dejaré de mala gana y no le seguiré en
viejo de mucho humo queda en la Acrópolis, dice con
sus meneos».
terribles palabras amenazadoras que hay que asar con
LISÍSTRATA. «No levantaré hacia el techo mis zapatillas fuego a las desgraciadas mujeres. (Se percata del
persas». guardia) Deja...¡Uy!, ¿qué es eso? ¡Hijo de mala madre!
Nunca unos hombres de bien y piadosos habrían hecho
MIRRINA. «No levantaré hacia el techo mis zapatillas una cosa así.
persas».
EL CORIFEO. Esto que llega sí que no esperábamos
LISÍSTRATA. «No me pondré a cuatro patas como una verlo. ¡Menudo enjambre de mujeres está ahí fuera para
leona encima de la cocina» echarles una mano!
MIRRINA. «No me pondré a cuatro patas como una leona LA CORIFEO. ¿Por qué damos tanto miedo? ¿Es que
encima de la cocina». somos muchas? Pues aún no ven ni a la milésima parte
de nosotras.
LISÍSTRATA. «Si mantengo firmemente estas cosas, que
beba yo de aquí»... EL CORIFEO: sería mejor que alguien rompiera su
cabeza a fuerza de molerlas a palos…
MIRRINA. «Si mantengo firmemente estas cosas, que
beba yo de aquí»... LA CORIFEO. si alguien nos pone la mano encima, (Baja
un balde con agua) esto no nos estorbe.
EL CORIFEO. Por Zeus, si alguien les hubiera dado de (Llega el COMISARIO CINESIAS DE LEONIDAS)
palos en la mandíbula dos o tres veces ya no tendrían ni
pizca de voz.

LA CORIFEO. Aquí me tienes; ¡que alguien se atreva a COMISARIO. ¿Es que se ha hecho patente la
darme! Yo me dejaré (Le ofrece la mandibula) Aquí estoy desvergüenza de las mujeres, su darle al tambor, sus
bien quietecita, Eso sí si lo haces desde luego ninguna frecuentes ritos dionisíacos y ese duelo por Adonis sobre
otra perra te podrá ya nunca agarrar los cojones. (Golpea los tejados que yo escuché una vez cuando estaba en la
el entre pierna del hombre) Asamblea? Proponía el condenado Demóstrato hacer una
expedición naval contra Sicilia, y al tiempo su mujer,
EL CORIFEO. (Adolorido) Si no te callas te voy a bailando, dice: «¡Ay, ay, Adonis!». Demóstrato proponía
arrancarla piel y la vejez a golpes. reclutar hoplitas entre los zacintios, y ella, la mujer, algo
bebida, dice encima del tejado: «Golpeaos el pecho por
LA CORIFEO. Acércate y tocame con un solo dedo… Adonis», y él insistía una y otra vez, este maldito lleno de
EL CORIFEO. ¿Qué pasa si te hago cenizas con mis cólera, odiado por los dioses. Indecencias como éstas son
puños? ¿Qué cosa espantosa me vas a hacer? típicas de ellas.

LA CORIFEO. A mordiscos te voy a arrancarlos pulmones EL CORIFEO. Pues, ¿qué dirías si te enteraras además
y los intestinos. del descaro de éstas? Aparte de su caradura en otras
cosas, para colmo me han dado un baño con sus
EL CORIFEO. No hay poeta más sabio que Eurípides, cántaros, hasta el punto de que podemos sacudirnos la
pues ninguna criatura es tan desvergonzada como las ropa como si nos hubiéramos orinado en ella.
mujeres, Tú, enemiga de los dioses, ¿por qué has venido
aquí con agua? COMISARIO. Sí, por Poseidon, es verdad. Pues cuando
nosotros hacemos tonterías en unión de las mujeres y las
LA CORIFEO. Y tú, ¡sepulcro!, ¿por qué con fuego? ¿Para iniciamos en el vicio, en ellas surgen ideas de este tipo.
quemarme? Nosotros, en casa de los artesanos, decimos cosas como
éstas: «Joyero, el collar aquel que reparaste, al estar
EL CORIFEO. Yo, para amontonar una pira y asediar con
bailando mi mujer por la noche, el pirindolo se le salió del
fuego a tus amigas.
agujero. Yo tengo que ir en barco a Salamina; tú, si tienes
LA CORIFEO. Yo, para apagar tu pira con esta agua. tiempo, haz lo posible por venir de noche y meterle en su
sitio el pirindolo». Otro, a un zapatero joven que tiene un
EL CORIFEO. ¿Que tú vas a apagarme el fuego? cipote nada infantil, le dice así: «Zapatero, el dedito del pie
de mi mujer se lo aprieta la correa, porque es muy
LA CORIFEO. Los hechos lo pondrán en seguida bien a
delicado, así que ven tú al mediodía y hazla ceder, para
las claras.
que esté más a sus anchas». Este tipo de cosas han dado
EL CORIFEO. No sé si asarte con la antorcha aquí mismo, lugar a esto de ahora, pues es el caso que yo, un
según estoy. comisario, después de que he conseguido que haya
remeros, ahora mismo que tengo necesidad del dinero
LA CORIFEO. Si tienes por casualidad algo de jabón, te para ellos, me encuentro de puertas afuera por culpa de
voy a suministrar un baño. las mujeres. Pero no vale de nada quedarse aquí de
brazos cruzados. (Al Corifeo.) Trae las barras para que yo
EL CORIFEO. ¿Un baño tú a mí, cualquiera? Te voy a
acabe con su descaro (Este no se mueve) ¿Por qué te
callar esas voces que estás dando.
quedas quieto, imbécil? ¿a dónde miras, que no haces
LA CORIFEO. Ahora no estás en el tribunal. más que vigilar la taberna? ¿No vais a colocar las barras
debajo de las puertas, por aquí, para apalancarlas y hacer
Se preparan para pelear el con fuego y ella con agua que salten? Desde aquí yo también voy a echar una mano
en medio de la pelea el hombre cae y la mujer lo baña para apalancarlas.
EL CORIFEO. ¡Ay, pobre de mí! (LISÍSTRATA sale de la Acrópolis, abriendo las puertas.)
LA CORIFEO. ¿No estaba caliente, verdad? LISÍSTRATA. No apalanquéis nada. Ya salgo yo sin que
EL CORIFEO. ¿Qué es eso de caliente? ¿No te estarás me obligue nadie. ¿Qué falta hacen las barras? No son
quieta? ¿Qué haces? barras lo que se necesita, sino sentido común y mollera.

LA CORIFEO. Te estoy regando para que reverdezcas. COMISARIO. ¿Conque sí, eh, puerca? ¿Dónde está el
arquero? (Al arquero.) Deténla y átale las manos a la
EL CORIFEO. Pero si estoy temblando como una hoja espalda.
seca.
LISÍSTRATA. Por Ártemis, como me ponga encima la
LA CORIFEO. Muy bien: con tu fuego podrás calentarte. punta de un dedo, me las pagará aunque sea un agente
público.
(La mujer se rie y rebasa los puestos del ultimo
guardia)
COMISARIO. (Al Corifeo.) ¿Qué, te da miedo, tú? ¿No vas COMISARIO. Pero no es lo mismo.
a agarrarla por la cintura? (Sale La Corifeo.)
LISÍSTRATA. ¿Cómo que no es lo mismo?
LA CORIFEO. Por Pándroso, como la toques, aunque sólo
sea con la mano, te vas a cagar encima, de los pisotones COMISARIO. La guerra hay que hacerla contando con
que te vamos a dar. ese dinero.

COMISARIO. Mira, «te vas a cagar encima». ¿Dónde hay LISÍSTRATA. Pero lo primero de todo es que no hay que
Ata a ésta primero, porque encima es una bocazas? hacer la guerra.

LISISTRATA. Por la Lucífera, como le pongas encima la COMISARIO. Pues, ¿de qué otra manera estaremos a
punta de un dedo, vas a pedir en seguida una ventosa salvo?

El Corifeo no se inmuta del miedo LISÍSTRATA. Nosotras los salvaremos.

COMISARIO. ¿Qué sucede? COMISARIO. ¿Ustedes?

LISÍSTRATA. ¿Qué pasa? Se les acabarón los LISÍSTRATA. Sí, nosotras.


hombres… Solo dos han enviado para aplacar a un grupo COMISARIO. ¡Asombroso!
de mujeres… Como se acerquen a nosotras, les hare
gritar a fuerza de arrancarles el pelo. LISÍSTRATA. Cuenta con que te salvarán, aunque no
quieras.
(Sale El Corifeo.)
COMISARIO. Lo que dices es tremendo.
COMISARIO. ¡Desgraciado de mí! Ha abandonado el
campo el arquero. Pero nunca cederemos ante las LISÍSTRATA. Te enfadas, pero eso se hará de todos
mujeres. Avancemos contra ellas… modos.

LISÍSTRATA. Por las dos diosas, vas a saber que también COMISARIO. Por Deméter, es injusto.
entre nosotras hay cuatro batallones de mujeres
LISÍSTRATA. Hay que ponerte a salvo, amigo.
preparadas para la lucha, completamente armadas, ahí
dentro. (El Comisario ríe) ¿qué te pensabas? ¿Es que tú COMISARIO. ¿Aunque yo no lo pida?
creías que atacabas a unas esclavas, o es que piensas
que las mujeres no tienen cogones? LlSÍSTRATA. Así, más todavía.

COMISARIO. Sí, por Apolo, y muchísimos, siempre que COMISARIO. ¿Y de dónde os sale esa preocupación por
haya cerca un tabernero. la guerra y la paz?

LISISTRATA. (A la corifeo) Dejame sola, que yo puedo LISÍSTRATA. Ahora le explico.


con este…(Sale)
COMISARIO. Pues dilo pronto si no quieres lamentarte.
COMISARIO. Por Zeus, de lo primero que quiero
LISÍSTRATA. Escucha, e intenta tener quietas las manos.
enterarme es de esto: ¿con qué idea cierras nuestra
ciudadela con las trancas? COMISARIO. No puedo, que me es difícil aguantarlas por
el enfado.
LISÍSTRATA. Para poner a buen recaudo el dinero y para
que no hagan la guerra por él. LISISTRATA. Pues entonces te vas a lamentar mucho
más.
COMISARIO. ¿Es que luchamos por el dinero?
COMISARIO. Que sea contra ti eso que graznas, vieja. (A
LISÍSTRATA. Sí, y también por él se originan todos los
LISÍSTRATA.) habla.
demás inconvenientes. los que andan detrás de los
puestos públicos, para poder robar, armaban siempre LISÍSTRATA. Eso voy a hacer. Nosotras, en las primeras
algún alboroto. Así que éstos, que hagan lo que quieran fases de la guerra y durante un tiempo, aguantamos, por
en este asunto, que el dinero este ya no hay forma de que lo prudentes que somos, cualquier cosa que hacen los
lo cojan. hombres sin rechistar-, y eso que agradarnos, no nos
agradaba. Pero nosotras estábamos bien informadas de
COMISARIO. ¿Qué es lo que vas a hacer?
lo suyo, y, por ejemplo, muchas veces, estando en casa,
LISÍSTRATA. ¿Eso me preguntas? Lo vamos a nos enterábamos de una mala resolución de ustedes
administrar nosotras. sobre un asunto importante. Y después, sufriendo por
dentro, preguntábamos con una sonrisa: «¿Qué cláusula
COMISARIO. ¿Ustedes lo van a administrar? habéis decidido, hoy, en la Asamblea, añadir en la estela
en relación con la tregua?» «¿Y eso a ti, qué? -decía el
LISÍSTRATA. Y, ¿por qué te parece chocante? ¿No
marido de turno- ¿No te callarás?», y yo me callaba.
somos nosotras las que os administramos todo lo de la
casa? COMISARIO. Habrías llorado, si no te callabas.
LISÍSTRATA. Yo, cierto que me callaba. Pero cada vez LISÍSTRATA. Además, cuando teníamos que disfrutar y
nos enterábamos de una decisión peor que la anterior. Y, sacarle partido a la juventud, dormimos solas por culpa de
luego, preguntábamos: «Marido, ¿cómo es que actuáis de las campañas militares. Y aún lo nuestro pase, pero me
una manera tan disparatada?». Y él, echándome una dan pena las chicas que envejecen en sus habitaciones.
mirada atravesada, me decía en seguida que si yo no me
ponía a hilar, mi cabeza iba a gemir a gritos. «De la guerra COMISARIO. ¿Es que los hombres no envejecen?
se ocuparán los hombres» LISÍSTRATA. Por Zeus, no se parece nada. Pues cuando
COMISARIO. Bien dicho lo de aquél, por Zeus. el hombre regresa, aunque esté lleno de canas, en
seguida lo tienes casado con una jovencita.
LISÍSTRATA. ¿Cómo que bien, estúpido, si ni siquiera
cuando sus decisiones eran malas nos estaba permitido LA CORIFEO. (Que ha estado maquillando al hombre)
decir nada? ahora nosotras que hablamos cuerdamente, Pero el momento de la mujer es muy breve, y si no lo
ustedes se callaran, como antes nosotras aprovecha, nadie quiere casarse con ella, y ahí se queda
alimentando ilusiones.
COMISARIO. ¿Ustedes nos callaran? Tremendo es lo que
dices; no lo aguanto. COMISARIO. Pero el que todavía puede ponerla
tiesa...(Se levanta vestido de mujer y demuestra una
LISÍSTRATA. Cállate. erección)

COMISARIO. ¿Callarme yo porque tú lo digas, hija de LA CORIFEO. Toma también esta corona y no te
perra? Tu llevas collar de perlas y yo fuerza de hombre, preocupes por eso, existen mujeres con cipote… (Salen
Primero me muero. las mujeres y le dejan humillado)

LISÍSTRATA. Pues si eso te sirve de obstáculo, coge este COMISARIO. ¿No es horrible que me pase esto a mi? Por
collar mío, tenlo y póntelo en la cabeza, y después cállate. Zeus, que voy a ir tal cual a que vean los comisarios la
(Le da el collar.) facha que tengo. (Le duelen los cojones y se revuelca en
el piso, mientras se lava y se quita el atuendo femenino.)
Esta saca una espada y pelea con Lisistrata esta se la ¡Oooh, mujer, venid aquí, a mi lado, rápido! (Vienen
arrebata y lo amenaza, Lisistrata llama a La Corifeo. MÍRRINA LISISTRATA)
LISISTRATA. ¿Qué creías, que nunca había visto a mi MÍRRINA. ¿Qué pasa? ¿por qué esas voces?
marido muerto usar la espada? Un día se puso violento y
comprobó a la mala que La Alumna supero al LISÍSTRATA: Un hombre, un hombre que sufre
maestro…(Grita) Mujer de guardia, necesito ayuda…(Esta trastornado, poseído por los éxtasis de Afrodita, mírale
sale) Este hombre necesita pasar a la Acropolis, ¿Qué ese camino tan tieso que lleva. Fíjate bien ¿Lo conoces?
debe hacer?
MÍRRINA. Sí, por Zeus, yo; ¡es mi marido, Cinesias! Viene
LA CORIFEO. Pues debe ser mujer (Estas ríen) Toma a reclamar este cuerpo que le pertenece, yo debo ceder a
este canastillo. (Se lo entrega, lo rechaza y Lisistrata le su fuerza, pero ya…
amenaza con la espada.) Luego ponte un ceñidor y
dedícate a cardar, devorando habas, que «de la guerra se LISÍSTRATA. Lo que tienes que hacer ya es ponerlo en el
ocuparán las mujeres». algún día nos van a llamar entre asador, darle vueltas, engatusarlo con el quiero y no
los griegos «Acabaguerras». quiero, y decirle que sí a todo, menos a lo que él quiere.

COMISARIO. ¿Por haber hecho qué? (Obligan al MÍRRINA. Esto me encanta… Descuida, yo lo haré.
comisario a sentarse, mientras La Corifeo lo maquilla…) LISÍSTRATA. Pues yo me quedo aquí contigo para
Dime al menos ¿como pondrán fin a tal cantidad de ayudarte a engatusarlo y ponerlo a punto de caramelo,
asuntos enmarañados en las ciudades griegas? déjamelo a mí por el momento…
LISÍSTRATA. Muy simple. (Entra CINESIAS con un niño de brazos.)
COMISARIO. ¿Cómo? Explícamelo… CINESIAS. ¡Ay de mí, desdichado, qué convulsiones me
LISISTRATA. De la misma manera que arreglamos y dan, y qué rigidez, como si me torturaran en la rueda!
ordenamos todo en el hogar LISÍSTRATA. ¿Quién está ahí, que ha rebasado los
COMISARIO. ¿No es terrible que éstas arreglen el asunto puestos de guardia?
cocinando y limpiando, ustedes que ni siquiera tomaron CINESIAS. Yo.
parte ninguna en la guerra?
LISÍSTRATA. ¿Un hombre?
LISÍSTRATA. Hijo de perra, nosotras la aguantamos más
que por partida doble. Lo primero de todo, que damos a CINESIAS. Un hombre, desde luego.
luz a nuestros hijos y los enviamos a morir...
LISÍSTRATA. ¡Largo de ahí!
COMISARIO. Calla, deja los malos recuerdos.
CINESIAS. ¿Y quién eres tú que me echas?
LISÍSTRATA. Un centinela de día un guardia al acecho MÍRRINA. ¡Lo que es ser madre! Tengo que bajar, ¿qué
que evita la tortura y el descaro de los hombres. voy a hacer? (Entra MÍRRINA.)

CINESIAS. Por los dioses, entonces, llámame a Mírrina. CINESIAS. (Para sí.) El encuentro mucho más joven y de
mirada más tierna. Sus enfados hacia mí y sus humos,
LISÍSTRATA. ¡que yo te llame a Mírrina!, ¿y quién eres eso mismo es lo que me tiene destrozado de deseo.
tú?
MÍRRINA. (Toma al niño.) Encanto, criaturita de un mal
CINESIAS. El marido de ella, Cinesias de Leónidas padre, deja que te bese, encanto de mamaíta.
LISÍSTRATA. (Sobre saltada en plan sexual) Hola, CINESIAS. Majadera, ¿por qué te portas así y haces caso
querido. Tu nombre no está entre nosotras falto de a las otras mujeres? Me haces sufrir a mí y lo pasas mal
prestigio ni deja de ser conocido, pues tu mujer siempre te tú también. (Se acerca a ella.)
tiene en la boca. Si coge un banano, dice: «Ojalá fuera el
de cinesias». MÍRRINA. No me arrimes la mano.

CINESIAS. ¡Oh, dioses! CINESIAS. Las cosas de casa, tuyas y mías, las echas a
perder.
LISÍSTRATA. Sí, por Afrodita, y si se tercia hablar de
maridos, tu mujer en seguida dice que al lado de Cinesias MÍRRINA. Me importan un pepino.
todo lo demás son gelatinas, nada tan duro como cinesias.
CINESIAS. ¿Te importa un pepino mi corazón?
CINESIAS. (Se coge los huevos) Pues ve corre y llámala.
MÍRRINA. A mí sí, por Zeus.
LISÍSTRATA. Bueno, y ¿qué me vas a dar?
CINESIAS. ¡Los ritos de Afrodita no los cultivas hace tanto
CINESIAS. Yo, esto (Señala su miembro), por Zeus, si tiempo! ¿No vas a venirte?
quieres. Esto es lo que tengo, y lo que tengo te lo doy.
MÍRRINA. Por Zeus, no, a menos que hagas las paces y
LISÍSTRATA. Si me vas a dar con eso voy a bajar a pongan fin a la guerra.
llamártela. (Se va.)
CINESIA. Vale, si eso te parece bien, hasta eso haremos.
CINESIAS. A toda prisa. Pues ninguna ilusión tengo por
la vida, desde el momento en que ella se marchó de casa; MÍRRINA. Vale, si eso os parece bien, también yo
sufro al entrar en ella, que todo me parece desierto. La regresaré allí. Pero ahora he jurado que no.
comida, ningún gusto me da comerla. Es que estoy CINESIAS. Pues acuéstate conmigo: ¡el tiempo que hace
empalmado. (MÍRRINA se deja ver desde la ciudadela.) ya!
MÍRRINA. (A LISÍSTRATA.) Yo le quiero, le quiero, pero MÍRRINA. Ni hablar. (Se retira y regresa) Sin embargo, no
él no deja que yo le quiera. Así que tú no me llames a su te diré que no quiero.
lado.
CINESIAS. Entonces ¿por qué no estás ya acostada,
CINESIAS. Mirrinita, encanto, ¿por qué haces eso? Baja Mirrinita?
aquí.
MÍRRINA. ¡Grosero!, ¿delante del niño?
MÍRRINA. No, por Zeus, yo ahí no.
CINESIAS. ¡Por Zeus! (Arroja al niño a un costado) No te
CINESIAS. ¿Llamándote yo no vas a bajar, Mírrina? preocupes, estará bien, es fuerte como su padre… Ya se
MÍRRINA. Es que me dices que salga sin que te haga ha marchado el niño. Y tú, ¿es que no te acuestas?
ninguna falta. MÍRRINA. Y, ¿dónde se podría hacer eso, desdicha de
CINESIAS. ¿Ninguna falta a mí? Destrozado es lo que hombre?
estoy. CINESIAS. ¿Que dónde? Aquí mismo frente al templo…
MÍRRINA. Me marcho. MÍRRINA. Y, ¿cómo me las arreglaré para volver luego
CINESIAS. No, no, escucha por lo menos al niño. (Al pura con mis compañeras?
niño.) Tú, ¿no llamas a mamaíta? (Imitando a un niño) CINESIAS. Estupendamente, antes te lavas en la fuente
Mamaíta, mamaíta, mamaíta. (A MÍRRINA.) Tú, ¿qué
sientes? ¿Ni siquiera vas a tener lástima del niño que lleva MÍRRINA. Y entonces, ¿voy a faltar a lo que he jurado,
sin lavar ni mamar seis días? desdicha de hombre?

MÍRRINA. Sí me da lástima… Que tiene un padre bien CINESIAS. Que recaiga en mí. No estés preocupada por
descuidado. el juramento.

CINESIAS. Dichosa mujer, baja, por el niño. MÍRRINA. Pues voy a traer una manta para nosotros dos.

CINESIAS. Nos basta con el suelo.


MÍRRINA. No, por Apolo, aunque seas así, no te haré CINESIAS. ¡Ojalá se le derrame el perfume, Zeus
acostarte en el suelo. (Sale MÍRRINA.) soberano! (Entra MÍRRINA.)

CINESIAS. Desde luego mi mujer me quiere, está MÍRRINA. Extiende la mano, coge y úntate. (Untándose.)
clarísimo. (Regresa MÍRRINA con la manta.) No es agradable el perfume este… Es el mismo que
usamos nuestra noche de bodas… Ahora voy a
MÍRRINA. Aquí está, échate, acaba ya, que yo me voy desnudarme con miedo a que alguien más nos vea,
desnudando. Pero, la cosa esta, la la almohada, no tienes, aunque eso también me gusta… Cierra los ojos…
hay que traerla. (Cinesias los cierra, ella le voltea frente a el y comienza a
CINESIAS. ¿Qué rayo de almoaha? Para mí no. desnudarle se emociona con el miembro descubierto pero
recuerda su juramento) Ya estoy descalza, por lo menos,
MÍRRINA. Sí, por Ártemis, con solo la manta da (Le toca el pecho) Pero, vida mía, tienes que votar que se
vergüenza. haga la paz.
CINESIAS. Déjame que te bese. CINESIAS. Lo tendré en cuenta. (MÍRRINA le termina de
desnudar y se va, después de segundo.) Mirrina…. Mirrina
MÍRRINA. Espera. (Sale MÍRRINA.)
mi cielo, Me ha matado, me ha hecho trizas mi mujer, y
CINESIAS. CINESIAS. ¿Pero es que el cipote este es encima de todo lo demás, se marcha y me deja así,
Heracles convidado a un descapullado. ¡Ay!, ¿qué hago? ¿A quién joderé,
rechazado por la más guapa de todas? ¿Cómo cuidaré a
banquete? ¡Ay, ay, ay! Vuelve a toda prisa. (Vuelve con esta cría?
una almohada.)
EL CORIFEO. ¿Señor Comisario, traigo noticias de
MÍRRINA. Aquí está. Échate, que ya me desnudo. Pero, Esparta? (El comidario aun con la verga tiesa) La tienes
la cosa esa, el perfume, debo oler bien… tiesa, desgraciado.
CINESIAS. No me hace ninguna falta. COMISARIO. háblame con franqueza, Que noticias me
traes…
MÍRRINA. Por Zeus, a mí sí. (Sale MÍRRINA.)
EL CORIFEO. Todos la tienen tiesa, los Atenienses, Los
CINESIAS. Dioses, Ares, he de terminar y fallarte, me
Espartanos, Los laconios, Esta revolución sexual se ha
rindo y te traiciono po culpa de afrodita…
esparcido por todos lados y los hombres no tienen donde
MÍRRINA. Levántate, alza. (Se pone perfume.) Ya tengo descargar, en un principio lo hicieron unos con otros, pero
todo. no es una opción para todos los hombres…Las mujeres
de los diferentes pueblos se hacen llamar Las Lisistratas
CINESIAS. Todo, seguro. Ven aquí, tesoro. las que acaban guerras, los hombres estamos hecho
polvo por culpa de ellas…
MÍRRINA. El sujetador me lo suelto ya. Y recuerda: no
vayas a engañarme en lo de hacer las paces. COMISARIO. No hay fiera más mala de combatir que la
mujer, ni siquiera el fuego, ni hay pantera alguna tan
CINESIAS. ¡Que me muera, por Zeus!
sinvergüenza, pronto, debemos escuchar a las mujeres y
MÍRRINA. (Va a besarlo) ¡Pero qué mala mujer soy, hacer las paces con ella, ni con la fuerza ni con el deseo
seguramente no has comida nada, buscare algo de fruta hemos podido contra estas…(Este Sale, Entra La Corifeo)
y chocolate!
LA CORIFEO. ¿Y sabiéndolo luchas contra mí, hijo de
CINESIAS. Por Zeus, ni la necesito; FOLLAR es lo que perra, cuando te es posible tenerme como amiga fiel?
quiero.
EL CORIFEO. Cuenta que yo, de odiar a las mujeres, no
MÍRRINA. Descuida, eso lo harás, que vengo en seguida. voy a parar nunca.
(Sale.)
LA CORIFEO. Bueno, cuando tú quieras. Pero lo que es
CINESIAS. Esta mujer me va hacer polvo (se agarra el ahora no voy a consentir que estés así, (descubre una
entre pierna) (Entra MÍRRINA.) erección)

MÍRRINA. (Coge un poco de chocolate, lo muerde y abre EL CORIFEO. Por Zeus, habéis hecho una cosa que no
un banano que se lleva a la boca) Ponte erguido. está mal; yo me lo quité entonces furioso de rabia.

CINESIAS. Bien erguida está ésta. (Señala el miembro, LA CORIFEO. Al fin pareces un hombre, y no estás
se levanta y mirrina le da de comer, justo le va a besar) ridículo. Y si no me hubieras molestado, yo hasta habría
cogido ese animal y te lo habría sacado....
MÍRRINA. ¿Quieres que te eche perfume?
EL CORIFEO. Esto es lo que me esta haciendo polvo.
CINESIAS. No, por Apolo, a mí no. Aquí tienes
MÍRRINA. Sí, por Afrodita, quieras o no. (Sale.) LA CORIFEO. Eso voy a hacer, aunque eres un gruñón…
Oscuro Total

EL CORIFEO. Por Zeus, ¡qué bien me has hecho!, me


sale un montón de lágrimas.

LA CORIFEO. Te las voy a secar -y eso que eres la mar


de malo- y te daré un beso.

El CORIFEO Y LA CORIFEO CONJUNTO

No estamos dispuestos, de ningún ciudadano, señores y


caballeros, a hablar mal ni lo más mínimo, sino, por el
contrario, todo lo bueno a decir y hacer; pues bastantes
desgracias hay ya. Que nos lo haga saber cualquier
hombre o mujer, Y si algún día la paz llega, el que ahora
mismo un préstamo de nosotros reciba.

EL CORIFEO. Pronto llegaran de Esparta embajadores


para tratar la paz… (Entra El Comisario)

COOMISARIO. ¿Quién puede decir dónde está


Lisístrata? Pues nosotros los hombres estamos así tal
cual. (Descubriéndose.)

EL CORIFEO. También esta enfermedad está al unísono


con la otra. ¿Es que ataca la tiesura por la mañana? Como
embajadores por la paz…

LA CORIFEO. Bien hablado, desde luego; también


nosotros para lo mismo. ¿Por qué no llamamos entonces
a Lisístrata que es la única que podría reconciliarnos?

(Entra LISÍSTRATA.)

LA CORIFEO. No hace falta, al parecer, que la llamemos,


pues ella por su cuenta, al oírnos, viene ya.

EL CORIFEO. Hola, la mujer más valiente de todas. Ahora


te toca a ti aparecer inflexible y suave, buena y mala,
orgullosa y humilde, llena de mañas, que los principales
de los griegos, cautivados por tu hechizo, se han rendido
ante ti, y todos juntos han confiado a tu arbitrio todos sus

litigios.

LISÍSTRATA. No es difícil la cosa, si se les coge llenos de


deseo y sin que intenten nada unos contra otros. Pronto
lo sabré. ¿Dónde está Conciliación? (Aparece Mirrina,
vestida y adornada en flores, personificada en una chica
Desnuda, El Comisario enloquece) Ahora que se abran
las puertas y dejen entrar a los hombres que como
humanos nos entenderemos… (Salen los personajes,
menos Mirrina y El Comisario)

MIRRINA. Como figura de Conciliación, debo decir que yo


también ardo de deseo, que también la he pasado mal sin
mi cipote, que estoy abierta a mi Comisario… Te deseo
hombre, deseo ese cuerpo tuyo atado al mío te deseo
desde arriba y desde abajo…

COMISARIO. Yo deseo dominarte y que me domines no


importa si estoy arribo o estoy abajo quiero estar contigo
mujer.

APAGON

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