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MANUAL SINTONIZACIÓN

CONVERTIRSE EN LOS
MAESTROS BUDA, JESÚS, TARA
O MARÍA

-Lumara Sierra Garcia, 2022-

He denominado esta sintonización


convertirse en Buda, Cristo, Tara o María
porque estos grandes Maestros y Maestras
suelen ser los Arquetipos más profundos
que la mayoría de la gente armoniza con
ellos y ellas.
Comienza sentándote en tu lugar de
meditación y respira conscientemente
durante dos o tres minutos para calmar tu
mente.

Luego imagina que en el centro del


corazón hay una nariz. Inhala y exhala
profundamente desde esa zona hasta que
comiences a sentir tibieza y expansión en
ese sitio.
A continuación concéntrate en el centro de
la garganta, e inhala y exhala desde ese
centro hasta sentirlo vibrar.

Luego respira con el centro de la visión


espiritual -el Tercer ojo- situado entre los
ojos, inhalando y exhalando desde allí
hasta sentir calor un leve hormigueo.

Seguidamente respira desde el centro de la


coronilla, en la parte superior de la cabeza,
imaginando que inhalas y exhalas en forma
vertical. Para completar la primera parte
de esta meditación, vuelve a concentrarte
y a respirar desde el centro del corazón.
Debes poder sentir de manera vívida y
precisa la conexión que existe entre el
centro de corazón y los centros de la
cabeza, y disfrutar el flujo de suave, tierna
y cálida energía que fluye entre ellos.
Ahora concéntrate en el centro del corazón
en medio del pecho. Visualiza allí sentada
la Sagrada figura con la que has elegido
trabajar -Buda, Jesús, María o Tara-
Ves a la imagen elegida irradiar intensa
fuerza, divina luz, compasión y amor
imperdurable que todo lo abarca.
Mientras respiras de manera calmada y
lenta, imaginas como todo el poder de la
sagrada imagen elegida comienza a
resplandecer con más brillo y a expandirse.
Acompaña esa expansión radiante con la
respiración y con clara y concentrada
atención “nutriendo” la sagrada imagen
con la respiración y el poder de tu devoción
hasta que esa ese ser llene por completo el
centro del corazón.
En ese momento, haz una pausa de unos
minutos y disfruta del milagro de esa
Presencia Divina viva y maravillosa, que
vibra palpablemente en ti. Invoca en
silencio todos los poderes y virtudes de la
Sagrada imagen y el efecto que ellos tienen
en ti.
*Cuando necesites vincularte al Maestro
Buda, invoca con intensidad su maravillosa
serenidad, la grandeza de su mente y la
ecuanimidad de su espíritu y ora a lo Divino
para qué te colme con esas cualidades.
*Cuando necesites vincularte al Maestro
Jesús, invoca profundamente su valor, su
coraje y su desbordante y sagrada pasión
por la justicia y ruego al Padre Madre que
irradie todo tu Ser con tales virtudes.
*Cuando necesites vincularte con la
Maestra Madre María, invoca la pureza de
su alma, la intensidad de vivir en “puro
amor” y la tierna belleza infinita de su Ser
y agradece su presencia y su ternura en tu
vida.

*Cuando necesites vincularte con la


Maestra Diosa Tara, invoca la compasión,
la armonía, la fuerza vital y agradece su
protección y liberación.

Continúa respirando lentamente mientras


imaginas que llenas de resplandeciente
vida a la sagrada imagen situada en el
centro del corazón. Ves a la sagrada
imagen expandirse con lentitud cada vez
más, de manera deslumbrante, hasta
ocupar todo tu cuerpo, desde la cabeza
hasta los dedos de los pies. Imagina esa
“invasión” divina tan firme y
sostenidamente en el tiempo y descansa en
las certeza de que tú y la imagen elegida
para meditar ahora sois uno. Siente la
pasión, fuerza, verdad y dignidad de esa
unidad en todo su esplendor, grandeza e
inquebrantable seguridad.
Tú eres ahora el Ser de Luz que has elegido
para meditar Buda, Jesús, María o Tara.

Ya cómo ese Ser de Luz, con plena


seguridad y verdadero amor, inhala hacia
su ahora divino centro del corazón,
absorbiendo luz y transmutándola en
amor. Imagina al respirar que tu corazón
se vuelve cada vez más brillante hasta
convertirse en un diamante que irradia
pura luz blanca y resplandeciente.
Comienza a dejar fluir esa intensa luz
blanca en forma de corriente desde el
Tercer ojo, en el entrecejo. Continúa
inhalando más y más luz hacia el centro del
corazón, cada vez más brillante, y al
hacerlo emite una corriente de luz intensa
desde el Tercer ojo. Deja que esa corriente
se convierta en un continuo río
resplandeciente que surge del entrecejo y
gradualmente envuelve tu cuerpo, luego el
almohadón donde tú estás sentada/o, el
altar frente a ti, toda la habitación, y
seguidamente, en círculos más y más
amplios, tu casa, la ciudad donde vives, tu
país, y una superficie progresivamente
mayor hasta que todo el Universo queda
bañado en un mar de esplendor que
continúa creciendo desde su origen, en la
frente.
Conforme se desarrolla esa maravillosa
experiencia, deja que toda tu conciencia
corporal se debilite poco a poco, como
sucederá naturalmente si tú realizas este
ejercicio con auténtica concentración. En
ese momento sentirás que tú eres un
corazón de diamante encendido y un
Tercer ojo que irradia esa luz en todas
direcciones.
La meditación ya casi ha finalizado. Con
lentitud, delicadeza, admiración y
reverencia comienza a replegar el centro
del corazón hasta quedar ocupado por la
sagrada imagen elegida. Conforme el
diamante se contraiga, se hará cada vez
más intenso, dejando el centro del corazón
con un ardiente fulgor durante el resto del
día.
Haz un voto para abordar todo lo que
hagas o experimentes durante el día con la
sabiduría y la compasión de ese fulgor
ardiente y dedica la iluminación y la dicha
brindada de esta sintonización a la
liberación de todos los seres vivos.
“El Camino Directo -Andrew Harvey-“

En conclusión,…en resumen,…en
realidad…
Las creencias espirituales y culturales, han
sido creadas por el hombre con la necesidad
de encontrar respuestas, ya que la vida en
este mundo y la de su propia existencia les
guiaron a necesitarlas. Las hemos
arraigado en nuestra sociedad actual, pero
hemos olvidado el verdadero motivo por el
cual se manifestaron.

Nos encontramos en un momento de la


Historia de la Humanidad en la que, tanto
un Oriental como Occidental, como uno del
Norte o del Sur, es sólo medio Ser Humano,
pues la otra mitad está intentando dejar
atrás prejuicios e idealizaciones de antiguas
creencias.
Lo único cierto es que somos Hijos de la
Tierra, somos Hijos del Cielo, somos
Hermanos de las plantas y los animales y
conseguir convivir siempre ha sido el desafío
para que este hermoso mundo, nuestra
amada Tierra, pueda ser el Uno para con
el Todo.
No olvidemos que la única Verdad de
nuestra existencia, es vivir en el
conocimiento y la sabiduría del Amor
Creador Madre Padre Universal.
Lumara Sierra Garcia
https://www.facebook.com/groups/ashramdelgrialmira

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