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MANUAL SINTONIZACIÓN PARA ASEGURAR

LA TRANSICIÓN A LA LUZ DE TODAS LAS


ALMAS QUE PARTIERON

-GMR Lumara Sierra Garcia- Ashram del Grial-M.I.R.A.-2022

1.-El Maestro Yogananda nos habla sobre La


Comprensión del Sentido de la Muerte:
Aunque el hombre común considera la muerte con
temor y pesadumbre, aquellos que ya partieron saben
que ella constituye una maravillosa experiencia de paz
y libertad.

Al morir, te olvidas de todas las limitaciones del cuerpo


físico y entiendes cuán libre eres. En los primeros
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segundos se experimenta una sensación de miedo, de
temor a lo desconocido, a algo que es extraño a la
conciencia. Pero después de estos breves momentos de
sobrecogimiento, viene una maravillosa percepción: el
alma experimenta una gozosa sensación de descanso y
libertad. Comprendes entonces que existes con
independencia del cuerpo mortal.

Todos vamos a morir algún día, así que de nada sirve


tenerle miedo a la muerte. Tú no te sientes desdichado
ante la perspectiva de perder la conciencia del cuerpo
durante el sueño; por el contrario, aceptas el sueño como
un estado de libertad que esperas con anhelo. Así es
también la muerte: un estado de descanso, una pensión
ganada en esta vida. No hay nada que temer. Cuando
llegue la muerte, ríete de ella. La muerte es sólo una
experiencia que tiene por objeto enseñarte una gran
lección: que no puedes morir.

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Nuestro ser real, el alma, es inmortal. Quizá durmamos
durante un corto tiempo en ese cambio al que llamamos
muerte, pero nunca podremos ser destruidos. Existimos, y
esa existencia es eterna. La ola llega a la costa y, luego,
retorna al mar; no se pierde. Se funde con el océano, o
regresa nuevamente en la forma de otra ola. Este
cuerpo ha venido aquí y desaparecerá; pero la esencia
del alma que mora en su interior jamás cesará de existir.
Nada puede aniquilar esa eterna conciencia.

La ciencia ha comprobado que incluso una partícula de


materia o una onda de energía son indestructibles; el
alma —o la esencia espiritual del ser humano— es
también indestructible. La materia se ve sometida a
cambios; el alma pasa por experiencias cambiantes. A los

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cambios radicales se les denomina muerte; pero la
muerte —o el cambio de la forma física— no altera la
esencia espiritual ni la destruye.

El cuerpo es tan sólo una vestimenta. ¿Cuántas veces te


has cambiado de ropa en esta vida? Y no por eso dirías
que tú has cambiado. De la misma manera, cuando te
desprendes de la vestimenta corporal al sobrevenir la
muerte, tú no cambias. Sigues siendo exactamente el
mismo, es decir, un alma inmortal, un hijo de Dios.

La palabra «muerte» es un término muy inapropiado,


ya que la muerte no existe; cuando te cansas de la vida,
simplemente te quitas la vestidura de carne y regresas
al mundo astral.
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El Bhagavad Guita se refiere en forma hermosa y
consoladora a la inmortalidad del alma:

El espíritu no tiene nacimiento ni puede perecer jamás:


ha existido desde siempre. ¡El Comienzo y el Fin son sólo
sueños!
El espíritu permanece por siempre inmutable, sin
nacimiento ni muerte.
Aunque su morada temporal perezca, el espíritu
es invulnerable a la muerte.

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La muerte no constituye el fin: es una emancipación
temporal, que se te concede cuando el karma —la ley de
la justicia— determina que tu cuerpo y ambiente
actuales han cumplido su propósito, o cuando te
encuentras demasiado exhausto por el sufrimiento como
para continuar resistiendo el fardo de la existencia física.
Para quienes se encuentran padeciendo, la muerte es
resucitar de las dolorosas torturas de la carne y despertar
en la paz y la calma. Para las personas ancianas, la
muerte constituye una pensión ganada a través de años
de lucha en la vida. Y para todo ser, la muerte es un
bendito reposo.

Cuando piensas que el mundo está plagado de muerte,


y que también tú habrás de abandonar el cuerpo, el
plan de Dios parece muy cruel; te cuesta concebir que Él
sea compasivo.

Pero cuando contemples el proceso de la muerte con el


ojo de la sabiduría, te darás cuenta de que, en definitiva,
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se trata sólo de un pensamiento de Dios que, tras una
pesadilla de cambio, nos permitirá llegar de nuevo a la
bienaventurada libertad de su divina presencia. Tanto
los santos como los pecadores gozan de libertad en el
momento de la muerte, en mayor o menor medida de
acuerdo con sus méritos. En el onírico mundo astral del
Señor —el lugar al que llegan las almas tras la muerte—,
disfrutan de una libertad que nunca conocieron durante
su vida terrena.

Por lo tanto, no sientas pena por la persona que está


atravesando la ilusión de la muerte, pues enseguida será
libre. Una vez que salga de aquella ilusión, comprobará
que, al fin y al cabo, la muerte no era tan mala, y
comprenderá que su mortalidad era sólo un sueño, y se
regocijará al constatar que el fuego no puede quemar su
alma ni el agua puede ahogarla: es libre y está a salvo.

La conciencia del hombre moribundo comprueba


súbitamente que se encuentra libre del peso del cuerpo,
de la necesidad de respirar y de cualquier dolor físico. El
alma experimenta la sensación de flotar a través de un
túnel de luz suave, difusa, plena de paz. A continuación,
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el alma penetra en un estado de sueño en el que todo se
olvida y que es un millón de veces más profundo y más
agradable que el más profundo sueño experimentado en
el cuerpo físico. [...]

Cada ser humano experimenta de manera distinta el


estado que se produce después de la muerte, según haya
sido el tipo de vida que llevase mientras estaba en la
tierra. Así como la duración y profundidad del sueño
varía de una persona a otra, así también varían sus
experiencias después de la muerte. El hombre de bien
que ha trabajado arduamente en la fábrica de la vida
penetra durante un breve tiempo en un sueño profundo,
inconsciente y reparador, despertando luego en alguna
región del mundo astral: «En la casa de mi Padre hay
muchas mansiones».

En la región astral, las almas se encuentran vestidas de


una sutil túnica de luz. No se confinan en manojos de
huesos cubiertos de carne. No acarrean frágiles y pesadas
estructuras que puedan estrellarse contra otros burdos
sólidos y quebrarse. Así pues, en el mundo astral no existe
conflicto alguno entre el cuerpo humano y los sólidos, los
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mares, los rayos y la enfermedad. Ni tampoco hay
accidentes, ya que todos los objetos coexisten en mutua
cooperación y no en antagonismo. Las diversas formas
de vibración funcionan en armonía unas con otras. Todas
las fuerzas conviven en paz y cooperan conscientemente.
Las almas y los rayos en los cuales se deslizan y los rayos
anaranjados que ellas beben y comen están todos hechos
de luz viviente. Las almas viven en mutuo conocimiento
y colaboración, respirando el gozo del Espíritu, en lugar

de oxígeno.

«Los amigos de otras vidas se reconocen fácilmente


unos a otros en el mundo astral [dijo Sri Yukteswar].
Regocijándose ante la inmortalidad de la amistad, ellos
se dan cuenta de la naturaleza indestructible del amor,
que a menudo se pone en duda en el momento de la
triste y engañosa separación de la vida terrenal».

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¡Qué gloriosa es la vida después de la muerte! Ya no
tendrás que arrastrar este viejo equipaje de huesos,
con todos sus problemas. En el cielo astral, estarás libre,
exento de limitaciones físicas.

Cuando muere un ser querido, en lugar de afligirte


injustificadamente, comprende que ha ascendido por
voluntad de Dios a un plano superior y que el Señor sabe
qué es lo mejor para él. Alégrate porque está libre, y ora
pidiendo al Señor que tu amor y tus buenos deseos sean
mensajeros de aliento para esa persona, mientras
avanza por su senda. Esa actitud tuya le ayudará
mucho más. Naturalmente, no seríamos humanos si no
echáramos de menos a nuestros seres queridos; pero, al
sentirnos tristes por la soledad en que nos han dejado, no

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debemos permitir que nuestro apego egoísta los
mantenga atados a este mundo. El dolor extremo impide
a un alma que ha partido continuar avanzando hacia
una paz más grande y una mayor libertad.

Para enviar pensamientos a tus seres amados que han


fallecido, siéntate tranquilamente en tu habitación y
medita en Dios. Cuando sientas la paz divina en tu
interior, concéntrate profundamente en el centro crístico
—el centro de la voluntad situado en el entrecejo— y
envía tu amor a los seres queridos que se han ido.

Visualiza en el centro crístico a la persona a la que


deseas contactar. Envía a esa alma tus vibraciones
de amor, fortaleza y valor.

Si lo haces en forma continua, y si no pierdes la intensidad


de tu interés en el ser amado, esa alma recibirá, sin duda
alguna, tus vibraciones. Tales pensamientos brindan a tus
seres queridos una sensación de bienestar, la sensación de
ser amados. Ellos no te han olvidado más de lo que tú los
has olvidado a ellos.
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Envía pensamientos de amor y buena voluntad a tus
seres amados tan a menudo como lo desees, pero hazlo
como mínimo una vez al año; tal vez, en algún
aniversario especial. Diles mentalmente: «Nos
encontraremos de nuevo en algún momento y
continuaremos desarrollando nuestro mutuo amor y
amistad divinos». Si ahora les envías continuamente
tus pensamientos de amor, sin duda algún día los
encontrarás de nuevo. Sabrás que esta vida no es el fin,
sino tan sólo un eslabón en la eterna cadena de tu
relación con tus seres queridos.

Afirmación
«El océano del Espíritu se ha convertido en la pequeña
burbuja de mi alma. Ya sea que flote, al nacer, en el
océano de la conciencia cósmica, o desaparezca en él al
morir, la burbuja de mi vida no puede perecer. Soy
conciencia indestructible; me encuentro por siempre
protegido en el seno de la inmortalidad del Espíritu».

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2.- Meditación:

Estas maravillosas burbujas de Luz vamos a ayudarlas a


encontrar su camino y transcender y para ello
visualizamos que sobre nuestro ser descienden las luces
del Alma, las chispas divinas de la gracia del Padre, y
cada quien las va recibiendo de diversos colores y
tornasoles, éstas son nuestras luces del Alma.
Vamos a inhalar profundo y ver como estamos
completamente rodeados de chispas divinas formando
una Red de Amor con Gaia y nos situamos en Circulo y
unimos las manos y visualizamos en el centro de nosotros
una columna de Luz Blanca Dorada que viene desde el
Cielo a la Tierra. Y un rayo de Luz sale de nuestros
corazones y se conecta con la columna de Luz y creamos
una Conciencia Crística que rodea a la Madre Tierra.
Ahora estando todos unidos visualizamos una lluvia fina
y suave de la misma Luz Blanca Dorada que cae
suavemente a la Tierra y penetra a través de todas las
capas de la corteza terrestre…bajando hasta el
mismísimo núcleo del Corazón de la Madre Tierra.
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Ahora este núcleo Dorado, este Corazón de la Madre, se
agranda, brilla más intensamente y su luz alcanza la
superficie del planeta…y mas allá…creando un
sentimiento de Unidad entre todos nosotros y somos
conscientes de la Semilla de Luz que nos dio al nacer y
ya Somos Uno con el Todo. El Amor que sentimos es
inmenso, es el Amor de Gaia.
Y en este momento miles de burbujitas de Luz del Alma
se han reunido y se ven atraídas por nuestra espiral de
Luz de Ascensión y nosotros las llevamos hacia el Padre
porque las vamos a ayudar en su camino; y les damos la
mano y les damos amor y les damos seguridad y las
orientamos para que asciendan libremente hacia la luz,
porque estamos aquí para ayudarlas, para socorrerlas si
están desorientadas porque no saben que les ha pasado
y las llenamos de Amor para que dejen fluir su ser y se
desprendan de las ataduras materiales y que dejen atrás
el dolor. Vamos tocando su corazón y vamos tocando el
nuestro y compartimos con ellas confianza, fe y
tranquilidad y el Padre les esta esperando, ya hemos
llegado y el Padre les abraza, los besa con su Amor
Infinito y su Paz Eterna.
En la inmensidad del Universo oímos el sonido del
silencio, el sonido de nuestra paz interior y en ella
escuchamos como el Padre nos da las gracias por
nuestros esfuerzos, por nuestra labor y nos besa y nos
abraza y nos manda regresar a la Madre Tierra y
regresamos, felices, ilusionado y esperanzados y estamos
llenos de Fe y de Amor y de Amor Divino y todos unidos
en Familia damos las gracias al Padre por haber
contado con nosotros para ayudar a estas bellas

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burbujitas de Luz del Alma a asegurar su transición y
regresar a Casa.
3.-Oración:

***Con el Pleno Poder y Autoridad de la Amada


Presencia de Dios YO SOY, Amado Arcángel Miguel y
Tus Legiones Ascendidas de Luz…
Aparezcan ahora, en el nombre de las almas de todos
aquellos que no estén libres completamente, que han
hecho la transición del cambio dentro de los reinos
internos y: CORTA Y LIBERALOS, CORTA Y LIBERALOS,
CORTA Y LIBERALOS
Purifica sus almas y entrégalos a los Templos de Luz
de los Maestros Ascendidos.
Yo espero y acepto esto manifiesto ahora mismo, con el
pleno poder, eternamente sostenido,
todopoderosamente activo, hasta que cada Hijo de Dios
haya regresado a la Luz.

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Así lo decretamos, como el Mas Sagrado Nombre de Dios
YO SOY, Gracias Padre, Que así sea, Hecho esta, Amen.
***En el nombre de la Presencia de Dios anclada en
nosotros y en todos nuestros hermanos y hermanas
quienes han dejado sus cuerpos físicos y pasado por el
cambio de la tan llamada muerte: en el nombre de
nuestros propios Cristos Resucitado y del Cristo Cósmico
de este Planeta:
Nosotros invocamos a los Angeles de la Liberación
para que vayan al encuentro de estas queridas almas
y las inunden con la Luz Liberadora de la
Inmortalidad. Asístanles a través de la transmutación
en el desprendimiento de todas las personas, lugares,
condiciones y plano físico y para que adelanten en su
progreso espiritual hacia dentro de los reinos etéricos
superiores bajo su Protección amorosa.
Asistamos también en el desprendimiento de personas y
cosas específicas, gustos y aversiones, hasta que este
mundo siempre cambiante no tenga efecto sobre nuestro
equilibrio perfecto y permanezcamos centrados en la
Verdadera Liberación de Conciencia Crística, mientras
estaos en la encarnación.
En el Nombre de la Ley del Desprendimiento Divino y la
Liberación Perfecta para toda la Humanidad Angeles y
Elementales, nosotros aceptamos esto hecho ahora. Que
así sea, Amado YO SOY.
Sanacion para
Ascención de almas de seres humanos y
mascotas

Cómo todos saben cuando morimos podemos no


ascender de inmediato.
En determinadas circunstancias de mi vida me han
llegado símbolos para ayudar a ascender a una persona ,
a muchas , o a mascotas.

Cuando una persona muere recién se solicita Protección


a Dios y Espíritu Santo y se solicita ayuda Jesús , la Virgen
María y el Arcángel San Rafael.

El 1º símbolo que me llegó fue este:

De la Fuente vienes y a la Fuente vuelves

El 2º símbolo que me llego fue por muertes de accidentes


de mucha gente:
Nuevamente con toda la fe se pide por la Ascensión de
esas almas a Jesus, la Virgen Maria y el Arcangel San
Rafael.
Es una espiral de muchas almitas, ascendiendo, lo vi en
verde, porque mientras ascendían iban sanando.
Y el tercer y ultimo símbolo,me llego al morir mi
mascota , mi perrito,que lo amo.
Pedi mucho que ascendiera con todo mi amor y este
símbolo recibí

Y al enviarle todo mi amor,se transformó el color en un


rosa fuerte brillante.
Asi se elevan las almas hasta llegar a Dios, o la fuente,
como ustedes quieran llamarle. Vuelven donde el padre.
Dios los bendiga
Mi amor incondicional para cada uno de ustedes
Todos somos uno
Namaste

Carolina De La Puerta

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