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Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras


metálicas y albañilería en la arquitectura del modernismo
catalán.

Conference Paper · January 2007

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Mónica Silva Contreras


Universidad Iberoamericana Ciudad de México
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Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M.
Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

Estabilidad y carácter complementarios:


Estructuras metálicas y albañilería en la arquitectura
del modernismo catalán

Mónica Silva

Como en toda Europa, las disponibilidades técnicas y prensión de las estructuras góticas, pregonadas por
materiales del siglo XIX abrieron nuevos caminos a Viollet-le-Duc como ejemplos a seguir para el diseño
la arquitectura catalana. Entre ellos, se hizo posible de estructuras metálicas combinadas con elementos
la investigación, por parte de fundidores, constructo- de mampostería. Los Entretiens sur l’architecture
res y arquitectos, en el logro de la estabilidad de es- contribuirían al debate y a nuevas propuestas sobre
beltos componentes metálicos estructurales con los las formas que debía cobrar el hierro para su incorpo-
recursos constructivos propios de la albañilería tradi- ración a la arquitectura. De ahí ejemplos como el tra-
cional. bajo de fin de carrera de Josep Puig i Cadafalch:
El hierro producido industrialmente sería clave
para esta exploración, como también lo sería el ladri- Se proyecta la sombra de Viollet, los Entretiens resuenan
llo a la vista, tradicional y económico, del dominio con fuerza. La elegancia del arco de suspensión de la ca-
tenaria, calculado para distribuir el peso equilibradamen-
técnico de artesanos y base para el diseño de las fa-
te, perfecciona sin embargo el modelo aprendido. En
chadas por parte de los arquitectos del modernismo
otros detalles estructurales encontramos una vez más la
catalán. Unir la estructura metálica y el muro de alba- obsesión por dar forma plástica al hierro, en este caso, el
ñilería, para hacerlos funcionar complementariamen- pequeño dragón que se ha escapado del castillo. (Rodrí-
te, implicaría la racionalización de sus combinacio- guez 1996, 54)
nes, de acuerdo a las posibilidades de los materiales,
hasta configurar ejemplos de integración en sistemas El carácter del proyecto viene dado por la forma y
únicos e indivisibles.1 Muros de albañilería que, ade- los materiales de la estructura, tal como en el Café-
más de otorgar estabilidad a los conjuntos estructura- Restaurante de la Exposición de Barcelona en 1888
les ante los esfuerzos horizontales, llevarían otra im- [el Castillo de los Tres Dragones], obra de Lluís Do-
portante carga, fundamental para la arquitectura del ménech i Montaner construida apenas tres años an-
siglo XIX: la del carácter, relacionado con su función tes. La complementariedad entre estabilidad y carác-
y con el entorno urbano. ter se manifiesta en el proyecto de su discípulo.
Viollet-le-Duc apunta que el hierro es un excelente
material para lograr las condiciones de . . . «estabili-
MATERIALES Y TÉCNICAS EN EL SIGLO XIX dad y espacio por la combinación adoptada; para evi-
DE BARCELONA: LA INFLUENCIA DE VIOLLET-LE-DUC tar contrafuertes y un inútil exceso de material que
llevaría a gastos adicionales». (Viollet-le-Duc,
Entre los arquitectos europeos de fines del siglo XIX, 1863–1872, 2: 38) Entre sus atrevidas propuestas,
habría cantidad de reflexiones dirigidas a la com- enuncia:
896 M. Silva

grandes economías al hacer uso de un material que ofrece


tantas ventajas —facilidad de transporte y carga, ligereza,
perfecta adhesión a las argamasas y estucos, ventilación y
durabilidad ilimitadas? (Viollet-le-Duc [1863–1872]
1987, 2: 39)

Esta llamada de atención encontraría eco entre quie-


nes proyectaran edificios combinando metal, ladrillos
y alfarería coloreada o esmaltada en Barcelona. Más
adelante aparecerán, a partir de razonamientos sobre
las estructuras góticas, las bóvedas de ladrillo atiranta-
das de Lluís Muncunill, quien introduciría:

. . . los muros o pilares inclinados para resistir las fuerzas


oblicuas, que por los adelantos mecánicos pueden deter-
minarse perfectamente, dando manera de contrarrestar
los empujes de las bóvedas sin necesidad de los engorro-
sos y costosos contrafuertes antiguos. (Muncunill en
Freixa 1996, 38)

No habrá el trabajo de Muncunill la espectaculari-


dad de las propuestas de Viollet-le-Duc o de sus se-
guidores, pero si la evidencia de la lección bien asi-
milada. Una lección llegada no sólo del pensamiento
arquitectónico del siglo XIX catalán, sino de la tradi-
ción de sus artesanos y constructores.

EL LADRILLO TRADICIONAL Y EL HIERRO MODERNO:


Figura 1 UNA PROMETEDORA COMBINACIÓN
Josep Puig i Cadafalch. Puente Monumental, 1891. (Rodrí-
guez 1996, 55)
La observación de conocidos edificios del modernis-
mo ha permitido la determinación de unos tipos es-
tructurales básicos, esbozados de acuerdo a a los
El problema a ser resuelto para proveer grandiosos edifi- conceptos expuestos por Paricio sobre la garantía de
cios destinados a albergar ambiciosos programas sería el estabilidad del edificio ante los esfuerzos horizonta-
siguiente: obtener una cáscara completamente de mam- les.2 En estos tipos se consideran los recursos propios
postería, paredes y bóvedas, ahorrando material y evitan- de las estructuras metálicas, así como los elementos
do soportes atravesados con el uso del hierro; mejorar el
de albañilería colaborantes con conjuntos metálicos
sistema de equilibrio adoptado por los arquitectos medie-
no estables por sí mismos.
vales mediante el hierro, con la ventaja de las cualidades
del material . . . (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2: 59)

De particular interés resultan las razones del arqui- Los recursos del metal para su propia estabilidad
tecto para que esa mampostería fuera de ladrillos con
terracota esmaltada como acabado: El primer tipo estructural básico lo conforman los
edificios que logran su estabilidad ante esfuerzos ho-
El arte de fabricación del ladrillo ha sido muy mejorado rizontales mediante enlaces y uniones entre los com-
en tiempos recientes, porqué entonces no disponer en ponentes metálicos, es decir, mediante triangulación,
nuestros edificios públicos las posibilidades que ello im- o elementos de rigidez en ángulo, como tornapuntas
plica? Porqué emplear piedra cuando podríamos hacer o cruces de San Andrés. Entre los edificios del mo-
Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 897

Figura 2
Sala de Asambleas sobre Mercado Cubierto. E.E. Viollet-
le-Duc: (a) Método para apoyar una estructura de mampos-
tería sobre una secuencia de columnas de hierro oblicuas;
(b) Vista de un Mercado cubierto con Sala de asambleas en-
cima; (c) Planta de edificio apoyado sobre una secuencia de
columnas oblicuas. (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2:
63–65)

dernismo no hay casos notables de este tipo, pero si sos de ladrillo o por la trabazón entre esbeltas pare-
de estructuras cuya estabilidad se ha logrado median- des de albañilería, siguiendo la técnica de los muros
te nudos rígidos entre vigas y columnas, o mediante capuchinos. Han podido definirse tres grupos dentro
el empotramiento al suelo de éstas. Esto funciona en del tipo básico, de acuerdo a la disposición de los
edificios bajos y con plantas cuya extensión contri- muros con respecto a los componentes metálicos. Por
buye a la estabilidad del conjunto. El empleo de uno una parte, los edificios con núcleos de albañilería en
u otro recurso causa imágenes distintas, que en la ar- lugares estratégicos de su planta, cuya imagen exte-
quitectura catalana se asocian a usos determinados, rior sería la del hierro, en tanto su componente mura-
generando una interesante coincidencia del tipo es- ria se encontraría en el interior. Pero el recurso más
tructural con el funcional. utilizado a partir de la difusión del uso de columnas
de fundición y jácenas de acero, fue el de las estruc-
turas metálicas que, con o sin apoyos intermedios,
La estabilidad otorgada por nobles muros confían su estabilidad a muros perimetrales.
Otra variación la constituyen los testeros de alba-
El segundo tipo lo constituyen las estructuras metáli- ñilería, que hacen estable a una secuencia de pórticos
cas cuya estabilidad está garantizada por muros grue- o cuchillos metálicos. Entre ellos, hay dos configura-
898 M. Silva

ciones, los testeros de muros gruesos, que aseguran Algunos edificios expresan claramente el tipo es-
su propia estabilidad y la de la estructura metálica tructural en que se han incluido, otros presentan
mediante su corpulencia, y las soluciones con teste- combinaciones de dos o más, es decir, sus diseñado-
ros de cajas murarias, en que la trabazón de las pare- res han recurrido a un sistema de estabilidad y lo han
des es la garantía de estabilidad, por muy alta y es- reforzado mediante un mecanismo alterno. Combina-
belta que sea la estructura. ciones en que es difícil determinar a simple vista las
De los Entretiens surgirían análisis, suposiciones y consecuencias de la supresión de alguno de ellos.
propuestas muy atrevidas, pero ninguna tan clara
como esta, tal vez la que más directamente, por facti-
ble de realizar, entregara Viollet-le-Duc a sus discí- LOS ARQUITECTOS DEL FIN DEL SIGLO XIX CATALÁN
pulos y seguidores. La Sala de Asambleas sobre Y EL CARÁCTER DE LA ARQUITECTURA
Mercado Cubierto ejemplifica de manera clara este
tipo (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2: 65). La Para ilustrar la idea de carácter propia de los acadé-
viabilidad de estructuras metálicas estabilizadas por micos del siglo XIX, resulta oportuno volver la vista
cajas murarias es prácticamente infinita y, sin embar- a las ideas de Quatremère de Quincy, cuando mani-
go, poco empleada entre los arquitectos que estudia- festaba que éste tenía componentes sensoriales, no
ron su obra. lógicos, así como otros racionalizables. El carácter
Algunas de estas opciones fueron metódicamente relativo que describía:
empleadas por los arquitectos del modernismo, otras
apenas ensayadas y algunas simplemente descartadas . . . hará que se pueda explicar claramente el destino o el
o ignoradas. La siguiente tabla resume los tipos deter- uso de cada edificio ligado a aspectos más objetivables y
minados, de acuerdo a lo que destaca como elemento legibles: tipos, formas que estamos acostumbrados a ver,
más importante en el logro de dicha estabilidad. lo que expresa la planta del edificio y su repercusión en
un alzado determinado. (Hereu 1990)

En los Entretiens hay también importantes consi-


Tabla 1 deraciones referidas al carácter. Viollet-le-Duc llega
Tipos de estabilidad ante esfuerzos horizontales en las es- a preguntarse: «¿Pero es que no hay nada intermedio
tructuras metálicas entre una bóveda de bloques de piedra, como la Ma-
deleine, y una estación de tren?» (Viollet-le-Duc
[1863–1872] 1987, 2: 43) En el intento por dar res-
puesta, se refiere las aplicaciones del hierro y con-
cluye:

. . . ni ingenieros ni arquitectos han sido aún exitosos en


combinar de forma realmente satisfactoria la mamposte-
ría con la construcción metálica . . . con la condición de
que los dos métodos de construcción conservaran sus ca-
racterísticas, que no fueran combinadas para su daño mu-
tuo. (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2: 62)

Otra idea la proporcionaría Joan Torras en el Con-


greso de Arquitectos celebrado en Barcelona en
1888. El arquitecto, industrial y diseñador de estruc-
turas metálicas, apuntaría:

Se levanta una columna monumental para sostener una


estatua . . . Hacedla de ladrillo y de ella diréis quizás: tie-
ne proporciones arquitectónicas; tiene bastante resisten-
cia para sustentar la estatua, pero esto parece una chime-
Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 899

nea de una máquina de vapor. ¡Ya se ha perdido toda la


importancia del monumento! . . . Unos pocos ladrillos no
pueden desarrollar la grandiosa necesidad necesaria a un
monumento de esta clase. He aquí un ejemplo que pone
en evidencia claramente la influencia que en toda obra
tienen los materiales. (Torrás 1888, p. 101)

Precisaría Torras en varias oportunidades que los


materiales permiten al arquitecto realizar las formas
que ha concebido, pero sobre todo expresar el carác-
ter, es decir, completar la expresión de la arquitectu-
ra a los ojos del público. La idea de carácter asociada
al nacionalismo también se vincula a los textos de
Viollet-le-Duc: «En mi opinión, podemos decir de Figura 3
cualquier nación «muéstrame su arquitectura y cono- Arco de Triunfo, Paseo Lluís Companys, Barcelona. Josep
ceré su carácter». (Viollet-le-Duc en Rohrer y otros Vilaseca i Casanovas, 1888
1989, 20)3
Pocas veces quedaría tan clara la vinculación entre
los materiales y el carácter nacional de la arquitectu- cias a las máquinas de vapor y era soporte y módulo
ra entre los arquitectos catalanes como en las aspira- para el diseño y la ornamentación de las fachadas de
ciones de Josep Pujol i Brull al referirse al Baixador numerosos edificios para varios usos. Un ejemplo se-
en el Paseo de Gracia: ría el Arco de Triunfo con que Josep Vilaseca i Casa-
novas hizo del ladrillo y la alfarería esmaltada la
¿No sería realmente bello y agradable que al recorrer el imagen de entrada a la Exposición.
viajero las líneas españolas, notara que a la vez que se
va modificando la naturaleza cada vez que pasa una de
las líneas divisorias, cambia también el carácter artístico EL CARÁCTER DEL LADRILLO Y LAS POSIBILIDADES
de las estaciones, las cuales aunque conserven en su DEL METAL: LOS ARQUITECTOS Y SUS EXPERIENCIAS
composición y líneas generales el carácter propio de las
edificaciones de esta índole, fuese un álbum precioso
A partir de los tipos estructurales definidos se dibuja
que se desarrollaría lentamente ante los ojos del viajero,
un panorama cuya revisión permite reconocer los re-
haciéndole comprender en cada tipo las particularidades
de la construcción local poniéndole de manifiesto la ri- cursos, o combinaciones de ellos, en el trabajo de los
queza de materiales que ésta atesora? (Pujol i Brull arquitectos que emplearon estructuras metálicas en la
1902, 210) arquitectura del modernismo. Se destaca la obra de
algunos, aún cuando es posible catalogar estructural-
Según los estudiosos del tema, la primera exigen- mente en este sentido la obra de como Josep Mari-
cia de Elías Rogent para los edificios de la Exposi- món i Cot [Fábrica Arañó, 1872–1874]; Josep Peri-
ción de Barcelona en 1888, fue construirlos todos cás i Morros [Farinera del Clot, 1900–1902];
. . . «a partir de los proyectos de arquitectos locales, Marcelino Coquillat Llofriu y Arnaldo Calvet Perou-
con material aportado por las industrias locales y con nill [Mercado de Sarriá, 1910–1911]; Josep Puig i
mano de obra local». (Arranz, Grau y López 1984, Cadafalch [Casa Terrades o Casa de les Punxes,
68) De ahí que, así como requirió a la industria meta- 1903–1905, Fábrica Casaramona, 1911–1913]. Así,
lúrgica catalana elementos competitivos y novedo- por ejemplo, en la obra de como Josep Fontseré i
sos, concentró también el interés de los arquitectos Mestres destaca el Umbráculo del Parque de la Ciu-
en edificios que permitieran desplegar las técnicas dadela, de 1883.
locales tradicionales en busca de una arquitectura Aún cuando el Umbráculo muestra exteriormente
propia. en sus esquinas alguna similitud con sus antepasados
El ladrillo quedaba así ligado a arquitectura de la ingleses, como el Palm Stove en Kew Gardens
nación catalana y a su modernización, a la imagen de [R.Turner y D.Burton, 1845–1847], cuyas esquinas
las chimeneas. Recordaba el progreso logrado gra- muestran sin reparos que las fachadas están subordi-
900 M. Silva

Figura 4
Umbráculo en el Parque de la Ciudadela. Josep Fontsere i Mestres, 1883: (a) El testero desde el interior; (b) Los tensores
desde el porticado a la viga en el testero

nadas a la estructura metálica, el rol estabilizador del Otra combinación de los tipos estructurales defini-
testero está casi a la par de su rol representativo. La dos es la Fábrica Mañach de Josep Maria Jujol. La foto
viga en celosía inserta en el mismo, absorbe la ten- de su construcción muestra uniones empotradas que,
sión de los arcos metálicos, mientras los tensores en sin duda, serían suficientes para asegurar la estabilidad
la primera crujía de cada extremo, de las primeras
cuatro columnas al testero, hacen estable toda la se-
cuencia de pórticos. Las vigas en las fachadas latera-
les contribuyen al arriostramiento de esta secuencia y
a contener la tensión de los arcos.
Lluís Muncunill, experimentando con naves cu-
biertas por bóvedas de rasilla plana con jácenas o
tensores de acero que permitieran ampliarlas en todo
lo posible, logró la configuración de una imagen para
las naves industriales de Terrassa que llegó a conver-
tir en su marca personal [Vapor Aymerich, Amat i
Jover, 1907; Sociedad General de Electricidad, 1908;
Fábrica Font, 1908].4 Una excepción en su propuesta
tipológica es el Taller Gibert y Junyent, en cuya es-
tructura metálica las columnas armadas, con sencillas
juntas aseguradas con unas pocas tuercas a los cuchi-
llos de la cubierta, encuentran estabilidad horizontal
en el muro que las rodea.
A pesar de las comprobadas posibilidades del sis-
tema mixto resultante de la aplicación de tensores a
las bóvedas de ladrillo, Muncunill lo encuentra sólo
adecuado a naves industriales, pues interfieren con la
«visión monumental» del edificio, «por ser muy difí-
cil armonizar tirantes vistos en obras decorativas».
(Muncunill citado en Freixa 1996, 54) Este difícil
asunto de carácter había sido solucionado por Domé- Figura 5
nech i Montaner con tensores ocultos en los pabello- Taller Gibert y Junyent, Terrassa. Lluís Muncunill, 1907–
nes del Hospital de Sant Pau. 1908. (Feixa 1996, 37)
Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 901

nitiva que hacen evidente su rol pero, además, con-


fieren carácter al edificio y lo convierten en muestra
expresiva de la arquitectura modernista.

Pere Falqués i Urpí: carácter estructural


para los mercados

A partir de los primeros, hay un interesante proceso


que culmina en el carácter propio de los mercados
que iniciaban en siglo XX en Barcelona, con edifi-
cios como el Mercado de la Libertad, de Francesc
Berenguer y Miguel Pacual entre 1892 y 1893. De
Figura 6 ahí, resulta justo reconocer el aporte de Pere Falqués
Fábrica Mañach, Barcelona. Josep Maria Jujol, 1916. (Llinàs i Urpí a la investigación con la incorporación de mu-
1992, 69) ros con técnicas decorativas aplicadas a estas estruc-
turas, claves en la memoria urbana.
Así, en el Mercado del Clot, la estructura metálica
de la estructura en un sentido. Sin embargo, a los «ten- encuentra estabilidad en los testeros de ladrillo visto
sores que, según parece, se colocaron al rojo vivo y al y los contrafuertes en las fachadas laterales absorben
enfriar acortaron su longitud» (Paricio 1993a, 24) y el empuje de los cuchillos parabólicos que sostienen
que ocasionaron el desplome de uno de los tramos la cubierta. Mientras, en el Mercado de la Unión la
abovedados durante la construcción, Jujol agregaría estructura muraria perimetral responde por la estabi-
muros perimetrales que garantizaran con creces la es- lidad del conjunto. El empuje de la cubierta sería me-
tabilidad del conjunto en el sentido opuesto. nor, en tanto se trata de cuchillos triangulares apoya-
Sobre estos tensores, comentaría Solà-Morales que dos en columnas intermedias.
la respuesta del arquitecto . . . «fue “gótica”: atiranta- Para la siguiente experiencia con un edificio de
miento y contrafuertes convertidos en mágicos artifi- mercado, Falqués i Urpí compone una planta en cruz
cios de ladrillo asomando, cual orejas, por encima con una estructura metálica más ambiciosa que la de
del perfil quebrado de la cubierta en shed» (Solà- sus predecesores. En el Mercado de Galvany los mu-
Morales 1990, 23). Efectivamente, los contrafuertes ros de albañilería no tienen un rol estructural tan de-
en los muros del taller poseen una presencia tan defi- finitivo, pues la estabilidad del edificio se debe a las

Figura 7
Mercado del Clot, Barcelona. Pere Falqués i Urpí, 1889: (a) El testero y los contrafuertes laterales; (b) Los cuchillos para-
bólicos en el interior
902 M. Silva

Figura 8
Mercado en la Plaza de la Unión, Barcelona. Pere Falqués i
Urpí, 1887. (Rovira i Roura 1999, 3: 890)

Figura 10
Central Catalana de Electricidad, Barcelona. Pere Falqués i
Urpí, 1896–1897. (Fochs y otros 1982, 117)

ría se asociaba de forma inédita al metal, tal vez en


busca del carácter de la industrialización catalana
para el edificio que albergara una novedosa maqui-
naria.

Lluís Doménech i Montaner: el carácter nacional


con la integración estructural
Figura 9
Mercado en la Plaza de Galvany, Barcelona. Pere Falqués i La carrera de este arquitecto estuvo marcada por el
Urpí, 1905. (Provansal y Levick 1992, 111) ensayo con varios de los tipos estructurales delimita-
dos. Como puntualiza Paricio:

. . . quiso diseñar un nuevo material constructivo, la alba-


rígidas uniones entre las componentes horizontales y ñilería armada. Consciente de las carencias del ladrillo
verticales de la estructura metálica. Sin embargo, en como material estructural por su escasa resistencia a la
los tres edificios encontramos importantes logros en tracción, se lanzó a estudiar combinaciones de acero y
la expresión de los muros de ladrillo en busca del ca- albañilería para conseguir un material perfecto (Paricio
rácter de los mismos en Barcelona. 2000, 187).
En la Central Catalana de Electricidad de Barcelo-
na, la Central Vilanova, el arquitecto empleó el siste- Con el edificio para la Editorial Montaner y Si-
ma tradicional de bovedillas con viguetas metálicas món, el inicio de su carrera quedó marcado con una
apoyadas en jácenas, que llevan los esfuerzos a los de las primeras estructuras metálicas catalanas, en
muros perimetrales del edificio, responsables de su que el porticado logra su estabilidad gracias a los
estabilidad. La gran cantidad de refuerzos metálicos muros perimetrales. La arquitectura fabril se legitimó
a la vista en ellos permitiría suponerles un rol impor- en Barcelona con este ejemplo que hizo evidente la
tante en la estabilidad del edificio, que en el exterior búsqueda del carácter adecuado a una fachada ur-
contribuyen a su carácter. El cerramiento de albañile- bana.
Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 903

teros en los extremos del espacio central del edificio,


además de los muros de albañilería que rodean los
arcos de acero que conforman la cubierta y, por últi-
mo, la configuración de cuatro cajas murarias en las
esquinas con las que se acentúa la trabazón de los al-
tos y esbeltos muros. Éstos, en la tradición de los
muros capuchinos, muestran una de las maneras más
inteligentes de optimizar el uso del material en la
configuración de un espacio posible gracias al em-
pleo de los arcos metálicos.
En el Hospital de Sant Pau, el arquitecto emplea
de nuevo muros capuchinos. Esta vez para esconder
la secuencia de pórticos metálicos que configuran las
Figura 11
Editorial Montaner i Simón, Barcelona. Lluís Doménech i naves y que encuentran su estabilidad horizontal en
Montaner, 1875–1881 las cajas murarias de los extremos, contenedoras de
servicios para cada pabellón. Doménech i Montaner
logró naves sin contrafuertes ni tensores a la vista
mediante una integración de materiales sumamente
ingeniosa. De cada pórtico metálico hizo empotrar
dos pletinas inclinadas, a las cuales colgaría la bóve-
da que, finalmente, configura el espacio. Como cada
uno está formado por perfiles metálicos en pares, es
prácticamente imposible la deformación de cada gru-
po. La secuencia de pórticos se hace solidaria a las
cajas murarias de los extremos mediante viguetas en
la fachada longitudinal del edificio y se logra un sis-
tema constructivo novedoso y único. Una compleja
solución que permitió solventar las exigencias de los
espacios y mantener el carácter apropiado a los pabe-

Figura 12
Café-Restaurante de la Exposición, Barcelona. Lluís Domé-
nech i Montaner, 1888. (Paricio 1985, 48)

Las experiencias siguientes fueron ingeniosas


combinaciones para lograr estructuras metálicas esta-
bles y con el carácter apropiado a su uso. Así, en el
Café-Restaurante del Parque de la Ciudadela, se Figura 13
combinan tres de los tipos estructurales definidos. La Pabellones del Hospital de Sant Pau, Barcelona. Lluís Do-
acción estabilizadora se conjuga entre los muros tes- ménech i Montaner, 1901. (Rams i Colomes 1996, 103)
904 M. Silva

Así como hay un panorama individual de investiga-


ción constructiva entre los arquitectos, también las ex-
periencias de los constructores, maestros de obras y
artesanos resulta sumamente interesante. Fábricas u
otros edificios de gran escala, construidos en gran nú-
mero a fines del siglo XIX, cuando la industrialización
de Cataluña exigió los recintos adecuados a nuevas
formas de producción, fueron una estrecha colabora-
ción entre los distintos participantes de su realización.5
Una serie importante de ellos engloban una investiga-
ción empírica en el uso asociado de albañilería y com-
ponentes metálicos por sus arquitectos, de la mano de
sus constructores. A eso puede atribuirse la escasa ex-
presión de la estructura en los dibujos proyectuales de
edificios tan interesantes como los de Muncunill
quien, sin modificar la tipología de las quadres o na-
Figura 14 ves industriales catalanas, combinó el acero con las
Palau de la Musica Catalana, Barcelona. Lluís Doménech i técnicas tradicionales de ladrillo.
Montaner, 1905. (Paricio 2000, 185) Así, es imposible dejar de apuntar la interesante
conjunción que representa el modernismo catalán en
cuanto a la integración del trabajo de proyectistas,
casas constructoras y artesanos. Esta contribución
llones del conjunto tanto en el exterior como en el in- varía, tal vez de acuerdo a la complejidad de los
terior. componentes metálicos de la estructura, al arrojo en
La integración de las artes aplicadas a la arquitec- los experimentos constructivos y al dominio del ar-
tura confiere carácter a los pabellones y disimula quitecto sobre las técnicas tradicionalmente emplea-
componentes funcionales, como los tanques de agua das por su mano de obra.
que coronan las torres en los extremos. A pesar del
éxito alcanzado en este conjunto, fue una línea de in-
vestigación estructural sin más progresos en la obra NOTAS
de Doménech i Montaner. Pero la integración de al-
bañilería y estructura metálica tiene un ejemplo em- 1. En este sentido se han orientado las investigaciones de
Ignacio Paricio sobre la construcción del Palau de la
blemático en la arquitectura del modernismo: el Pa-
Musica Catalana, el análisis de la estrategia estructural
lau de la Musica Catalana.
de los pabellones del Hospital de Sant Pau o el empleo
Para hacer posible la sala de conciertos, el arqui- de muros capuchinos en la estructura del Café-Restau-
tecto recurrió a una secuencia de esbeltos pórticos rante de la Exposición de Barcelona en 1888, edificios
metálicos con altas vigas en celosía. Estos pórticos de Lluís Doménech i Montaner.
encuentran su estabilidad en las cajas de albañilería 2. Estos tipos estructurales son independientes de la fun-
de las esquinas, contenedoras de las escaleras en un ción de cada edificio. Las coincidencias funcionales
extremo y el cerramiento del escenario en el otro. Se surgieron a partir del análisis del catálogo de tipos y
trata de una solución en que, como solicitara Viollet- permiten establecer una relación entre la solución es-
le-Duc, el empleo del material asegura, no sólo eco- tructural y la imagen de la arquitectura.
3. En Cataluña, el conocido artículo En busca de una ar-
nomía en la construcción, sino una estabilidad al
quitectura nacional de Doménech i Montaner (1878),
conjunto a toda prueba. Sin duda, Doménech i Mon-
mantiene un paralelismo con el mensaje funcional y ra-
taner pudo recurrir a un sistema más sencillo y segu- cionalista de los Entretiens que ha sido apuntado por
ro, pero sólo estos arriesgados pórticos le permitie- los investigadores de su obra. El tema continuaría vi-
ron lograr las proporciones requeridas para la buena gente cuando Puig i Cadafalch publicara su Carácter
acústica del auditorio y su iluminación natural desde que diferencia (1897), que vincularía el racionalismo al
las fachadas laterales. pensamiento catalán y al carácter de su arquitectura.
Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 905

4. La experimentación de algunos arquitectos con tensores Corredor-Matheos, J. y J.M. Montaner. 1984. Arquitectura
de acero tendría su origen en las cubiertas de alfarería industrial a Catalunya del 1732 al 1929. Barcelona: Cai-
como opción ante el riego de incendios, pues éstas per- xa de Barcelona.
miten suprimir buena parte de los componentes metáli- Doménech i Roura, Pedro. 1945. A propósito de Viollet-le-
cos de la arquitectura industrial, entre los cuales vale Duc. En Cuadernos de Arquitectura, 4: 3–13. Barcelona:
mencionar el trabajo de Rafael Guastavino y los siste- Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Baleares.
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