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CASACIÓN N° 9506-2018-Lima

SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL PERMANENTE

DEMANDANTE: Servicios Cobranzas e Inversiones SAC

DEMANDADO: Ingenieros Pesqueros Consultores SAC

MATERIA: Ejecución de Garantía Hipotecaria.

Expediente de Origen N°: 08515-2013-0-1817-JR-CO-15

I. ACTOS PROCESALES
1. El 28.8.2013, Servicios Cobranzas e Inversiones SAC demanda a Ingenieros Pesqueros
Consultores SAC, vía ejecución de garantía, como PRETENSIÓN PRINCIPAL el pago de la suma
de US$1´228.709.25, suma que incluye el capital, intereses moratorios y compensatorios
generados hasta el 1.7.2013; y como PRETENSIÓN ACCESORIA pague los intereses moratorios,
y compensatorios pactados en el pagaré que se devenguen desde el 1.7.2013 hasta la fecha
efectiva de su pago, bajo apercibimiento de ordenarse el remate judicial de seis inmuebles.

2. El 17.9.2013, se declara liminarmente la IMPROCEDENCIA de la demanda (Res. N° 1). El


16.1.2014, esa decisión CONFIRMADA en segunda instancia, decisión que fue anulada
mediante Cas. N° 5867-2014-Lima de fecha 7.7.2015, “ordenándose al A quo califique
nuevamente la demanda, y expida resolución conforme a ley y a las directivas de la presente
resolución”.

3. El 24.10.2014, se publicó el VI PLENO CASATORIO CIVIL (Cas. N° 2402-2012-Lambayeque).

4. El 25.7.2016, se ADMITIÓ a trámite la demanda Ejecución de Garantías, concediéndose tres


días a la ejecutada para que cumplan con pagar la suma de US$1´228.709.25, bajo
apercibimiento de procederse al remate de los seis inmuebles hipotecados.

5. El 3.7.2017, se dicta el AUTO FINAL (Res. N° 6) que declaró INFUNDADAS las excepciones de
prescripción extintiva y de litispendencia, e INFUNDADA la CONTRADICCIÓN sustentada en la
inexigibilidad de la obligación y de nulidad formal del título, en consecuencia, se ordenó sacar
a remate los seis inmuebles hipotecados. Esa decisión fue materia de apelación.

6. El 12.1.2018, se emite SENTENCIA DE VISTA (Res. N° 12), mediante la cual se REVOCA el


AUTO FINAL, y REFORMÁNDOLA, declara IMPROCEDENTE la demanda. Contra esa decisión
interpusieron recurso de CASACIÓN.
7. El 21.5.2018, mediante AUTO CALIFICATORIO, se declara PROCEDENTE EL RECURSO DE
CASACIÓN (Cas. N° 9506-2018-Lima).

Antes de analizar cada una de las causales por las cuales fue declarada procedente el recurso
de casación, debemos tener en cuenta los antecedentes:

II. ANTECEDENTES:
8. El 15.11.2001, mediante escritura pública de Garantía Hipotecaria y Restricción
Contractual1, la empresa Ingenieros Pesqueros Consultores S.A.C., constituyó hipoteca a
favor del Banco Wiese Sudameris (ahora Scotiabank) hasta por el monto de US$556,689.90
sobre 6 bienes inmuebles.
9. El 21.12.2001, Ingenieros Pesqueros Consultores S.A.C. emitió un pagaré a favor del Banco
Wiese Sudameris, por el monto de US$562,971.99, con vencimiento al 18.8.2008. El
20.8.2008, fue protestado por falta de pago.
10. El 30.9.2008, mediante escritura pública, los derechos de crédito como las garantías fueron
CEDIDAS al SERVICIOS COBRANZAS E INVERSIONES SAC (ejecutante). Ese mismo día
30.9.2008, también se endosó el pagaré al ejecutante. Todo ello fue comunicada al ejecutado
mediante carta notarial diligenciada el 6.8.2009.
12. El 1.7.2013, la ejecutante realiza la liquidación de saldo deudor, que incluye capital e
intereses a dicha fecha, arrojando la suma de US$1’228,709.25.

III. ANÁLISIS:
Causales denunciadas en el recurso de casación y que fueron declaradas procedentes por la
Suprema:
3.1. Infracción normativa por inaplicación de los incisos 2 2, 33 54 y 65 del artículo 139 de la
Constitución Política del Perú, y del artículo 3966 del Código Procesal Civil.
1
El 2.4.2002, fue aclarada esa hipoteca.
2
Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…)
2. La independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional. Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes
ante el órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones.  Tampoco puede dejar sin efecto
resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar
sentencias ni retardar su ejecución. Estas disposiciones no afectan el derecho de gracia ni la facultad de investigación
del Congreso, cuyo ejercicio no debe, sin embargo, interferir en el procedimiento jurisdiccional ni surte efecto
jurisdiccional alguno.
3
3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.
Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento
distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por comisiones
especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación.
4
 5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite,
con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan.
5
6. La pluralidad de la instancia.
6
En el recurso de casación se refiere al art. 396 del CPC. Por error tipográfico, parece que en al auto que declaró
procedente el recurso de casación colocaron “artículo 196”.
La parte recurrente manifestó que se incumplió con los lineamientos establecidos en la
Casación N° 5867-2014, y “re-evalúa” una decisión que por imperio de la ley es vinculante y
debe ser cumplida. Se reabierto la fase de calificación de la demanda, cuando el proceso ya
tenía fallo de fondo, lo cual vulnera el debido proceso. Se vulnera con ello además el principio
de la doble instancia, en el sentido de la desnaturalización que sufre el proceso al tener un
mismo asunto que es revisado una y otra vez, pues ante la devolución por la Corte Suprema, la
Sala Comercial opta por no acatar el fallo casatorio y seguir su propio criterio.

COMENTARIO:
El principal argumento en la cual sustenta esa infracción normativa radica que no se ha
respetado los lineamientos de la Cas. N° 5867-2014, emitido al principio del presente proceso
judicial, por lo tanto, es importante revisar qué es lo que ordenó dicha ejecutoria suprema,
para posteriormente verificar si las instancias de mérito han incumplido o desacatado lo
ordenando por la Sala Suprema. La recurrente, transcribe solamente el último párrafo del art.
396 del CPC, el cual establece que: “(…) En cualquiera de estos casos, la sentencia casatoria
tiene fuerza vinculante para el órgano jurisdiccional respectivo", para afirmar que la Sala
Superior debió acatar o seguir a raja tabla unos supuestos lineamientos que la Corte Suprema
había establecido mediante la Cas. N° 5867-2014.
El NOVENO CONSIDERANDO de la Cas. N° 5867-2014, señaló “la Sala de mérito para declarar
improcedente la demanda ha desconocido como título de ejecución a la escritura pública de
constitución de garantía hipotecaria de fecha 15.11.2001, aclarada mediante escritura
pública de fecha 2.4.2002, instrumentos donde está expresamente mencionado que la
garantía respalda todos los pagarés emitidos por el deudor a su favor, limitándose a analizar
el pagaré, señalando que el mismo no cuenta con mérito ejecutivo por el trascurso del tiempo,
lo cual evidencia la vulneración de los derechos fundamentales invocados por la recurrente;
razones por todas las cuales el recurso de su propósito deviene en fundado, en consecuencia
debe casarse la resolución de vista, nula la resolución apelada, ordenándose al A quo califique
nuevamente la demanda, y expida resolución conforme a ley y a las directivas de la presente
resolución”.
En resumen, la Corte Suprema únicamente, en virtud del art. 396.3 del CPC7, ha ordenado que
el A quo califique nuevamente la demanda, teniendo en cuenta que para su calificación no
debía tener en cuenta únicamente el pagaré que obra en autos sino también el contenido de
la escritura pública de constitución de hipoteca y su aclaratoria. Conforme al último párrafo
7
Artículo 396.- (…) Si la infracción de la norma procesal produjo la afectación del derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva o del debido proceso del impugnante, la Corte casa la resolución impugnada y, además, según corresponda:
1. Ordena a la Sala Superior que expida una nueva resolución; o
2. anula lo actuado hasta la foja que contiene la infracción inclusive o hasta donde alcancen los efectos de la nulidad
declarada, y ordena que se reinicie el proceso; o
3. anula la resolución apelada y ordena al juez de primer grado que expida otra; o
4. anula la resolución apelada y declara nulo lo actuado e improcedente la demanda.
En cualquiera de estos casos, la sentencia casatoria tiene fuerza vinculante para el órgano jurisdiccional respectivo.
del art. 396 del CPC: “(…) la sentencia casatoria tiene fuerza vinculante para el órgano
jurisdiccional respectivo”. Es decir, esa orden (calificar nuevamente la demanda), tenía fuerza
vinculante frente al A quo. ¿El A quo cumplió con lo ordenado por esa ejecutoria suprema?
Revisemos lo resuelto por el A quo cuando una vez fue devuelto el expediente a dicha
instancia. El 25.7.2016, el A quo cumplió con lo ordenando por la Corte Suprema, al tener en
cuenta la Escritura Pública de Garantía Hipotecaria del 15.11.2011, y su aclaratoria del
2.4.2002, por lo que resolvió ADMITIR a trámite la demanda de ejecución de garantía
hipotecaria en la vía del PROCESO ÚNICO DE EJECUCIÓN.
En conclusión, la Cas. N° 5867-2014 ordenó al A quo calificar nuevamente la demanda,
instancia que cumplió con ello, resolviendo ADMITIRLA trámite (MANDATO EJECUTIVO).
Luego se generó el contradictorio, emitiéndose el AUTO FINAL que declaró FUNDADA la
demanda. Luego, el Ad quem, la revocó y reformándola, la declaró IMPROCEDENTE la
demanda.

La orden contenida en la Cas. N° 5867-2014, únicamente se circunscribía en la renovación de


un acto procesal, en este la caso, la calificación de la demanda, acto que sí fue cumplido por el
A quo, instancia que debía acatar, por tener frente a ella fuerza vinculante (inciso 3 y último
párrafo del art. 396 del CPC). Que, luego el Ad quem haya declarado IMPROCEDENTE vía
apelación, no significa contradecir los supuestos lineamientos de la Cas. N° 5867-2014,
máxime si al resolver el Ad quem, ya no solo tenía los fundamentos de hecho y derecho de la
demanda, sino también de la Contradicción formulada por la parte ejecutada, quien además
dedujo dos excepciones. Asimismo, también se encontraba publicado el VI PLENO CASATORIO
CIVIL. La Cas. N° 5867-2014 se expidió en un estadío procesal diferente, donde ni siquiera se
había generado el contradictorio. Que haya declarado IMPROCEDENTE la demanda no
significa haber “re-evaluado” o reabierto una etapa procesal, pues caso contrario ni la corte
suprema pudiera declarar improcedente una demanda luego que esta haya sido declarada
admitida a trámite, conforme al art. 396.4 del CPC: “(…) la Corte [Suprema] casa la resolución
impugnada y, además, según corresponda: (…) 4. anula la resolución apelada y declara nulo lo
actuado e improcedente la demanda” (negrita agregada).

La recurrente interpreta erróneamente el último párrafo del art. 396 del CPC, que según alega
fue inaplicado, ya que debió interpretar ese párrafo con los demás extremos de ese artículo,
pues, en ese artículo establece que cuando la Corte Suprema case la resolución impugnada
ordenará al A quo o a la Sala que expida una nueva resolución, según corresponda, por lo que,
luego señala: “En cualquiera de estos casos, la sentencia casatoria tiene fuerza vinculante para
el órgano jurisdiccional respectivo”. Es decir, la Sala Suprema pudo haber casado y ordenado
que al A quo o al Ad quem expedir una nueva resolución bajo ciertos criterios, y era sobre
cualquiera de esos órganos jurisdiccionales que dicha decisión tenía fuerza vinculante, lo que
finalmente sucedió con el A quo, que, como ya se advirtió sí cumplió estrictamente con lo
ordenado por la Corte Suprema. Carece de asidero legal cuando la recurrente afirma que esa
primera decisión de la Corte Suprema tenía fuerza vinculante frente a la Sala Superior. Por
estas razones, no se ha vulnerado el último párrafo del art. 396 del CPC, más bien, como se ha
demostrado ha sido cumplido estrictamente.

La parte recurrente a pesar de lo analizado hasta el momento, afirma que se ha infraccionado


los siguientes incisos del art. 139 de la Constitución, aunado el inciso 5 que fue incorporado
excepcionalmente por la Sala Suprema:
Art. 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:
(…)
2. Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano jurisdiccional ni
interferir en el ejercicio de sus funciones. Tampoco puede dejar sin efecto resoluciones que han
pasado en autoridad de cosa juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar
sentencias ni retardar su ejecución.
3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.
(…)
5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los
decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de
hecho en que se sustentan.
6. La pluralidad de la instancia.
Respecto al inciso 2 del art. 139 de la Constitución, ya se ha manifestado que no se ha
vulnerado porque la primera ejecutoria suprema expedida en autos, en ningún sentido dio
lineamientos de cómo debía resolverse el proceso ejecutivo de garantía hipotecaria,
únicamente ordenó que se renuevo el acto calificatoria de la demanda, no solo teniendo en
cuenta el pagaré, sino que además la escritura pública de constitución de hipoteca, por tanto,
la recurrente no puede alegar que la Corte Suprema ya había emitido una decisión judicial
pasada en autoridad de cosa juzgada. Además, la decisión optada por la Corte Suprema fue
acatada por el A quo, sobre el cual tenía solo el efecto vinculante, llegando incluso a emitir el
mandato ejecutivo, no obstante, la orden no vinculaba a la Sala Superior, que en apelación
revocó el auto final, y reformándola declaro improcedente la demanda. Por tanto, no se ha
vulnerado el inciso 2 del art. 139 de la Constitución.

Respecto al inciso 3, que contiene los principios de la observancia del debido proceso y la
tutela jurisdiccional, dicen que ambos principios se han vulnerado porque al declarar
IMPROCEDENTE la demanda la Sala Superior se está reaperturando la etapa calificatoria,
cuando la misma ya había precluído, máxime si consideran que la Corte Suprema con una
primera ejecutoria ya había establecido unos lineamientos que se debía seguir. Al respecto,
debemos refirmar que lo alegado por la recurrente carece de asidero legal, pues que la Sala
Superior haya declarado IMPROCEDENTE la demanda, no significa que la etapa de calificación
se haya reabierto, o se estaba re-evaluando la procedencia de la demanda, pues la ley permite
que el juzgador pueda emitir un auto inhibitorio hasta cuando el proceso se encuentra en la
propia CORTE SUPREMA, como lo establece el art. 396.4 del CPC, norma que debe ser
concordada con el tercer párrafo del art. 121 del mismo cuerpo adjetivo que señala:
“Mediante la sentencia el Juez pone fin a la instancia o al proceso, en definitiva,
pronunciándose en decisión expresa, precisa y motivada sobre la cuestión controvertida
declarando el derecho de las partes, o excepcionalmente sobre la validez de la relación
procesal”. Es decir, la ley sí permite que el juzgador luego de admitir la demanda, al momento
de sentenciar, incluso pueda declarar improcedente la demanda, como en el caso materia de
análisis ha sucedido a nivel de la Sala Superior. En consecuencia, no se afectó el debido
proceso, ni la tutela jurisdiccional efectiva, y haciendo un hincapié en esta última, se debe
tener en cuenta que tener acceso a la tutela jurisdiccional efectiva no significa que
necesariamente se le debe dar la razón al demandante-ejecutante, y que al haber declarado
improcedente la demanda ejecutiva por haber perdido mérito ejecutivo el pagaré, no le está
impidiendo que pueda ejercer la acción causal en un proceso de conocimiento. Por estas
consideraciones, la supuesta infracción sobre el inciso 3 del art. 139 de la Constitución debe
ser declarada INFUNDADA.

Respecto al inciso 5, que señala que toda resolución judicial debe tener una motivación
escrita, es decir, debe hacer mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de
hecho en que se sustentan. En la sentencia de vista, se cumplió con hacer mención expresa de
las normas aplicables al caso concreto, así como ha incluido los fundamentos de hecho que se
subsumen en dichas normas: i) Ha transcrito la parte trascendente de la Escritura Pública de
Constitución de hipoteca, para concluir que se trata de una hipoteca sábana o abierta, hechos
que incluso ha sido ratificado por ambas partes; ii) Se ha citado y analizado los arts. 1099 y
1104 del CC; iii) Se ha analizado la diferencia entre obligación determinada y determinable,
concluyendo que una hipoteca sábana contiene una obligación determinable, hecho ratificado
incluso por la ejecutante; iv) En virtud del art. 400 del CPC, señala que tendrá en cuenta el VI
PLENO CASTORIO CIVIL al momento de resolver, por lo que transcribe además de los
precedentes vinculantes, también algunos considerando del pleno, y realiza una interpretación
histórica-finalista, para llegar a la conclusión que para toda demanda de ejecución de garantías
donde se pretenda ejecutar una hipoteca sábana, debe adjuntarse otro título ejecutivo donde
conste la obligación contraída, además de la escritura pública y la liquidación del saldo deudor,
por tanto, pasó a analizar los requisitos de forma y de fondo del pagaré ofrecido en la
demanda, y concluyó que la acción cambiaria había prescrito, deviniendo en improcedente la
demanda; v) Para verificar los requisitos de forma y de fondo transcribió y analizó los arts. 95 y
96 de la Ley de Título Valores, y 158 de la misma ley, referente al contenido del pagaré. En
conclusión, la resolución judicial mediante la cual la Sala Superior revocó el auto final y
declaró improcedente la demanda, contiene una debida motivación, por lo que esta
supuesta infracción debe ser declarada INFUNDADA.

Respecto a la infracción del inciso 6 del art. 139, sobre la pluralidad de la instancia, esta no se
ha vulnerado. La recurrente si bien admite que ha tenido la oportunidad de tener acceso a la
pluralidad de instancia cuando, por ejemplo, pudo impugnar el primer auto calificatorio que
declaro improcedente su demanda, llegando incluso a sede casatoria donde fue declarada
nulo dicho auto; pero lo que cuestiona es que en esa primera ejecutoria suprema se dieron
unos lineamientos de cómo debe resolverse el caso materia de análisis, no obstante, considera
que la Sala Superior no ha acatado ello, es decir, no se respeta la decisión de la Corte
Suprema, lo cual –según la recurrente– ocasiona que la Sala Superior reiteradamente
declarará la improcedencia de la demanda no importando que la Corte Suprema declare nulas
sus sentencias y le ordena emitir nuevos pronunciamientos. Por eso razón, a solicitado que la
Corte Suprema no realice el efecto devolutivo, y que, en sede de instancia, se pronuncie de
fondo y confirme el auto final.

Es falso lo que alega la recurrente. La Corte Suprema en la primera ejecutoria, como ya se


mencionó, no dio ningún lineamiento a la Sala Superior de cómo debía resolver la demanda de
ejecución de garantía, únicamente en esa ejecutoria se ordenó al A quo que califique
nuevamente dicha demanda, teniendo en cuenta, no solo el pagaré sino además el contenido
de la escritura pública de constitución de hipoteca, decisión que solo vinculaba al A quo, el
mismo que sí cumplió con lo ordenado. La parte recurrente no puede alegar vulneración del
derecho a la pluralidad de instancia, cuando el mismo se ha venido respetando, incluso
nuevamente se encuentra en sede casatoria, a fin de controlar las decisiones que creen son
arbitrarias. Por estas razones, debe declararse INFUNDADO esta supuesta infracción al inciso
6 del art. 139 de la Constitución.

3.2. Infracción normativa por interpretación errónea del art. 720.1 del CPC 8, y arts. 959 y
9610 de la Ley de Títulos Valores.
Alega que la Sala Superior establece tres conclusiones sobre la procedencia de una
demanda de ejecución de hipoteca, todas ellas erradas, no fijadas por ley y contrarias al
Sexto Pleno Casatorio; agrega que si el título valor no cumpliese los requisitos de la norma
cartular o no estuviese expedita la acción cambiaria, el documento que conformaba el
8
Artículo 720.- Procedencia
1. Procede la ejecución de garantías reales, siempre que su constitución cumpla con las formalidades que la ley
prescribe y la obligación garantizada se encuentre contenida en el mismo documento o en cualquier otro título
ejecutivo.
9
 Artículo 95.- Ejercicio de las acciones cambiarias
95.1. Para el ejercicio de las acciones cambiarias derivadas de los títulos valores se requiere cumplir con los requisitos
y formalidades señaladas en el Artículo 91 según la naturaleza de cada valor en título o representado por anotación en
cuenta; y, ser exigidos dentro de los plazos de prescripción que se señalan en el Artículo 96.
10
 Artículo 96.- Plazos de prescripción de las acciones cambiarias
96.1. Las acciones cambiarias derivadas de los títulos valores, prescriben:
a) A los tres años, a partir de la fecha de su respectivo vencimiento, la acción directa contra el obligado principal y/o
sus garantes;
(…)
96.3. Sin perjuicio de lo señalado en el segundo párrafo del Artículo 95, los plazos de prescripción establecidos en el
presente artículo son perentorios y no admiten interrupción, ni suspensión.
pagaré no genera la improcedencia de la demanda, sino pasa a ser un medio probatorio
que será analizado en la etapa correspondiente por el juzgador. La Ley de Títulos Valores al
contrario de lo indicado por la Sala, reconoce que al título valor le subyace una relación
causal, la que dio origen al pagaré; asimismo, manifiesta que la Sala de Derecho
Constitucional y Social Permanente ya ha emitido sentencias casatorias, posteriores al
Pleno Casatorio, señalando la procedencia y atendibilidad de demandas de ejecución de
hipotecas por pagaré sin mérito ejecutivo.
COMENTARIO:
El principal argumento en el que sustenta esa infracción normativa es que el si el pagaré
no cumpliese los requisitos de la norma cartular o no estuviese expedita la acción
cambiaria, el documento que conforma el pagaré no genera la improcedencia de la
demanda, sino pasa a ser un medio probatorio, el cual debe ser considerado como un
“documento idóneo” que acredita la obligación contraída, tal como señala el primer
precedente vinculante del VI PLENO CASATORO CIVIL.

La parte ejecutante denuncia que la Sala Superior no acató el apartado b) del literal i) del
PRIMER PRECEDENTE del VI PLENO CASATORIO CIVIL, el cual señala:

I) PRECEDENTE PRIMERO:
Para la procedencia de una ejecución de garantías reales, en el caso de personas ajenas
al Sistema Financiero, a la demanda de ejecución deberá acompañarse:
i) Documento constitutivo de la garantía real, que cumpla con las formalidades y
requisitos de validez establecidos en los artículos 1098 y 1099 del Código Civil o,
en su caso, por ley especial, con las siguientes particularidades:
a. Tratándose de una garantía real constituida expresamente para asegurar
una obligación determinada, siempre que aquella esté contenida en el propio
documento constitutivo de la garantía, a los efectos de la procedencia de la
ejecución, no será exigible ningún otro documento.
b. Tratándose de una garantía real constituida para asegurar una obligación
determinable, existente o futura, documento reconocido por ley como título
ejecutivo u otro documento idóneo que acredite la existencia de la obligación
que contenga la determinación de la misma a cancelar a través de la
ejecución judicial de la garantía, que cumpla con los requisitos del artículo
689 del Código Procesal Civil”.

Primero debemos hacer hincapié que no existe controversia que la hipoteca que se
constituyó se trata de una garantía real para asegurar una obligación determinable,
conocida como hipoteca sábana o abierta. En su propio recurso de casación el recurrente
reconoce que se tratada de una obligación determinable: “La Corte Superior ha
establecido –en forma correcta– que la obligación sub litis, si bien esta mencionada en el
contrato de Hipoteca, tiene la calidad de obligación determinable, pues al momento de
otorgarse el gravamen no se sabía su monto, condiciones, tasa de interés, etc.” (Folios
593).
Entonces, como la ejecutante acreedora no pertenece al sistema financiero y además la
hipoteca que se constituyó se trata de una garantía real que asegura una obligación
determinable, afirma que, cumplió con adjuntar a su demanda el documento constitutivo
de la garantía real (Testimonio de Escritura Pública de constitución de Hipoteca), así como
un “documento idóneo” (el pagaré sin mérito ejecutivo), con el cual se acreditaría la
existencia de la obligación a cancelar. En consecuencia, reitera que la Sala Superior no
debió pronunciarse o evaluar los requisitos formales del pagaré como título valor sino
simplemente únicamente como medio probatorio idóneo, pues al haberlo hecho concluyó
que ya no tenía mérito ejecutivo por haber prescrito la acción cambiaria derivada del
mismo (inciso “a” del art. 96 de la Ley de Títulos Valores).
La parte recurrente para afirmar ello, se centra únicamente en interpretar arbitrariamente
la frase “documento idóneo”, y además, de considerar que dentro de ese supuesto se
encuadra el pagaré que adjuntó a su demanda únicamente como medió probatorio sin el
objeto de ejercer una acción cambiaria.
Es cierto que en el mismo primer precedente del mencionado Pleno Casatorio no se
desarrolla o se explica a qué se hace referencia cuando se dice “documento idóneo”, sin
embargo, se debe hacer una interpretación y/o análisis de dicha frase ciñéndonos a lo
desarrollado (contenido) de todo el Pleno Casatorio, es decir, una interpretación utilizando
un método histórico-finalista, conforme lo ha desarrollado el Tribunal Constitucional:
“15. Sólo a través de la interpretación se podrá aspirar, con la mayor
expectativa de éxito, a encontrar la más definida voluntad de la norma jurídica o
del mandato judicial para la solución del caso concreto, a efectos de optimizar el
valor justicia. Para el cumplimiento de esta noble finalidad, este Supremo
Colegiado, teniendo como base la identidad estructural entre una norma
jurídica (que contiene un mandato preceptivo compuesto de supuesto de hecho
y consecuencia) y un mandato judicial (que contiene una regla de
comportamiento-obligación de dar, hacer o no hacer), tiene a bien establecer la
ineludible obligación del operador judicial, juez o sala superior encargado de
ejecutar lo que resulta en el proceso judicial, de valerse de los siguientes
métodos de interpretación jurídica: el literal, el histórico y el finalista (ratio
mandato), a efectos de evitar incurrir en futuras vulneraciones del derecho a
que se respete la resolución que ha adquirido la calidad de cosa juzgada.
a) Con la utilización del método histórico. Se interpretará el mandato
judicial recurriendo a sus antecedentes, verificando para ello las
pretensiones de la demanda, el auto admisorio de la demanda, la
contestación a la demanda, el auto de saneamiento y la fijación de
puntos controvertidos, y todo escrito judicial que sirva para inferir o
descubrir qué es lo que realmente pretendieron el actor o los actores de
la demanda.
b) Con la utilización del método literal: Se ejecutar lo resuelto en un
proceso judicial descubriendo el significado y sentido del mandato
judicial a través del estudio y análisis de la letra del propio mandato (que
puede ser una obligación de dar, hacer, no hacer, etc.) prestando
atención a gramática, a la semántica y a la sintaxis.
c) Con la utilización del método finalista (ratio mandato): Se
interpretará el mandato judicial a través del fin para el cual fue expedido,
es decir, se deberá descubrir cuál era la finalidad buscada con su
expedición. Para ello, se tomará como parámetro interpretativo la
naturaleza misma del proceso judicial y las pretensiones que por ley solo
son admisibles al proceso judicial que sirvió de plataforma para expedir el
mandato judicial” [STC N° 003088-2009-PA/TC]
Entonces aplicando una interpretación histórica-finalista, toda resolución judicial (PLENO
CASATORIO CIVIL) debe ser interpretado de acuerdo a sus antecedentes y con lo que se
haya expresado en él. Todos los considerandos (parte considerativa) se interpretan las
unas por medio de las otras, atribuyéndose a las dudosas (“documento idóneo”) el sentido
que resulte del conjunto de todas.
Y justamente eso fue lo que hizo la Sala Superior, no solo interpretó única y literalmente el
PRIMER PRECEDENTE sino que además de evaluar los demás precedentes, también evaluó
los considerandos de la ejecutoria suprema (PLENO CASATORIO), donde concluyó que el
pagaré debía ser evaluado como un título valor y no simplemente como un medio
probatorio. Es necesario transcribir los siguientes considerandos del Pleno Casatorio:
“58. Cuando se está ante una ejecución de una garantía abierta (que no contiene
la obligación), la certeza de la existencia y exigibilidad de la obligación (que es lo
que hace legítima la ejecución) debe provenir de “otro documento”: un título
ejecutivo reconocido como tal por la ley.
59. Es absurdo considerar que cuando la obligación está contenida en un título
valor y se pretende la ejecución de la garantía (sábana o no) no se ejercita la
“acción cambiaría” (rectius, cartular): la acción cambiaría (rectius, cartular)
implica el ejercicio del derecho incorporado al documento, nada más. Por tanto,
en el caso de autos las instancias de mérito han partido de una premisa falsa: que
el pagaré no debe ser el fundamento de “esa” ejecución”.
De esos dos considerandos podemos concluir que cuando se pretende la ejecución de una
garantía abierta (sábana): i) la certeza de la existencia y exigibilidad de la obligación debe
provenir de otro documento, que necesariamente debe ser un título ejecutivo como tal
por la ley; y, ii) se ejercita la acción cambiaria cuando la obligación está contenida en un
título valor, siendo dicho título valor el fundamento de la ejecución. ESTA ÚLTIMA
CONCLUSIÓN ES LA MÁS IMPORTANTE Y DECISIVA PARA RESOLVER EL CASO MATERIA DE
ANÁLISIS.
Entonces, el pagaré que se adjuntó a la demanda contiene la obligación, por lo tanto, se ha
ejercido la acción cambiaria, por tanto, es correcto que la Sala Superior haya verificado sus
requisitos de ley, y no como un medio probatorio más, máxime si en la demanda la
recurrente se ha referido sobre el pagaré como el instrumento decisivo para determinar
los intereses moratorios y compensatorios teniendo en cuenta, entre otros aspectos, su
fecha de vencimiento. Transcribimos los extremos de su demanda donde se verifica ello:
“PRETENSIÓN ACCESORIA: Los intereses compensatorios y moratorios pactados
en el pagaré que se devenguen desde el 1.7.2013” (folios 261)
“en razón del crédito otorgado (…) con fecha 21 de diciembre de 2001, emitió (…)
un pagaré (…) fijándose como fecha de vencimiento el 18 de agosto de 2008 (…)
llegada la fecha de vencimiento del referido pagaré, el ejecutado incumplió con el
pago del crédito otorgado, por lo cual se procedió a realizar el protesto
correspondiente el día 20 de agosto del 2008, dejando constancia de ello en la
parte final del título valor” (folio 264).
“la acreencia puesta a cobro se origina en un pagaré emitido por Ingenieros
Pesqueros Consultores S.A.C. (…). Dicho pagaré fue transferido a la ejecutante
(…) mediante endoso11 de fecha 30 de setiembre de 2008” (folio 267)
“Pagaré de fecha 21 de diciembre de 2001 emitido por el ejecutado donde consta
la deuda” (folio 269)

Asimismo, no debe pasar desapercibido que la fundamentación fáctica en la ejecutoria


suprema Cas. N° 2402-2012-Lambayeque (VI PLENO CASATORIO CIVIL), coincide con la
fundamentación fáctica del proceso judicial materia de análisis:

Cas. N° 9506-2018-Lima Cas. N° 2402-2012-Lambayeque


(VI PLENO CASATORIO CIVIL)
- Hipoteca Sábana - Hipoteca Sábana
- Ejecutante adquiere la titularidad de los - Ejecutante adquiere la titularidad de los
derechos y obligaciones que le correspondían derechos y obligaciones que le correspondían
a una entidad financiera mediante contrato a una entidad financiera mediante contrato
de cesión de derechos. de cesión de derechos.
- Ejecutante es ajena al sistema financiero. - Ejecutante es ajena al sistema financiero.
- La obligación se originó con un pagaré - La obligación se originó con el pagaré

11
Ley Título Valores:
34.1. El endoso es la forma de transmisión de los títulos valores a la orden.
44.2. El endoso hecho después del protesto o formalidad sustitutoria, o del plazo para hacerlo, no produce otros
efectos que los de la cesión de derechos, sin perjudicar la acción cambiaria del título valor, si éste reúne los
requisitos para ello.
En la Cas. N° 2402-2012-Lambayeque se declaró FUNDADO el recurso de casación
interpuesta por la parte ejecutada, declarando NULO todo lo actuado y al verificarse que
ofrecieron un pagaré en copia legalizada, ordenaron que el A quo se pronuncie sobre la
procedencia de la ejecución de garantía demandada, requiriendo previamente a la parte
ejecutante la presentación del pagaré original debidamente protestada emitido por la
parte ejecutada (verificando ese proceso judicial, el juzgado de origen cumplió con lo
ordenando por la Corte Suprema, sin embargo, la demanda fue rechazada porque el
ejecutante incumplió con presentar el original de ese pagaré. Adjuntamos el Reporte
Judicial del expediente de origen N° 39-2008-2008-0-1706-JR-CO-08)
En el caso de autos sí obra el original del pagaré, y conforme a la interpretación y análisis
en su conjunto del VI PLENO CASATORIO CIVIL, sí corresponde verificar los requisitos de
fondo y de forma de dicho pagaré, como lo hizo la Sala Superior, al corroborar que la
acción cambiaria ha prescrito, por lo que la demanda fue declarada IMPROCEDENTE.

- Finalmente, es falso que la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente haya


emitido sentencias casatorias, posteriores al Pleno Casatorio, señalando la procedencia y
atendibilidad de demandas de ejecución de hipotecas por pagaré sin mérito ejecutivo. La
única ejecutoria suprema a la que hace referencia es la Casación N° 1054-2012-
Lambayeque, la misma que fue expedida el 25.3.2014, mientras que la publicación del VI
PLENO CASTORIO CIVIL se realizó el 24.10.2014, es decir, con posterior a aquella. Entonces,
lo alegado en ese extremo por la recurrente queda desvirtuado.
Más bien, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente, así como la Sala Civil
Transitoria y la Permanente, con posteridad a VI Pleno Civil Casatorio, han concluido que
cuando la obligación puesta a cobro no se encuentra contenida en el documento que
contiene la garantía el ejecutante debe presentar otro título ejecutivo donde conste tal
obligación. Transcribimos partes de esas ejecutorias supremas:

“SÉPTIMO: Conforme a lo dispuesto en el artículo 720° inciso 1 del Código Procesal


Civil, procede la ejecución de garantías reales, siempre que su constitución cumpla
con las formalidades que la ley prescribe y la obligación garantizada se encuentre
contenida en el mismo documento o en cualquier otro título ejecutivo”. [Casación N°
14491-2014-Lambayque; 21.7.2016-Sala de Derecho Constitucional y Social
Permanente]
“OCTAVO.- (…) son obligaciones que no se encuentran contenidas en el documento
ejecutivo sino que han surgido después, obligaciones futuras ya surgidas, que
deberán constar en "otro título ejecutivo", diferente al acto constitutivo, para que
puedan ser cobrados a través de un proceso único de ejecución de conformidad con
lo establecido en el artículo 720 inciso 1 del Código Procesal Civil (…). DÉCIMO.- Cabe
precisar que el presente tema ya ha sido dilucidado mediante el sexto pleno casatorio,
expedido en el Proceso número 2402-2012 (…) se advierte que la misma exige que la
obligación garantizada se encuentre contenida en el mismo acto constitutivo de
garantía y en el caso de no estarlo como en las obligaciones futuras ya surgidas, éstas
deben constar en "otro título ejecutivo", diferente al acto constitutivo, para que
puedan ser cobrados a través de un proceso único de ejecución, ejecución de
garantías. DÉCIMO PRIMERO.- (…) Cabe precisar que en el presente proceso la Sala
de mérito no niega el hecho que la escritura pública garantiza una obligación futura,
sino más bien como se ha indicado en el considerando precedente, dada que las
obligaciones garantizadas son futuras, para que proceda su ejecución se debe
adjuntar otro título ejecutivo que contenga la obligación puesta a cobro”. [Casación
N° 646-2014-Lima; 16.3.2015-Sala Civil Transitoria]
“Cuarto.- Ahora bien, según el artículo 720 inciso 1 del Código Procesal Civil procede
la ejecución de garantías reales siempre que la obligación garantizada se encuentre
contenida en el mismo documento o en cualquier otro título ejecutivo. Este último
caso, es un supuesto de una hipoteca general o sabana en el cual corresponde
presentar además "el" o "los" títulos ejecutivos que sustenten la deuda puesta a
cobro, en adición de la constitución de hipoteca y el saldo deudor. En efecto, en estos
casos se exige que la obligación garantizada se encuentre contenida en el mismo acto
constitutivo y en el caso de no estarlo como en las obligaciones futuras ya surgidas,
estas deben constar en otro título ejecutivo, diferente al acto constitutivo, para que
puedan ser cobrados a través de un proceso único de ejecución [Casación N° 646-
2014-Lima, publicado en el Diario Oficial El Peruano el uno de febrero de dos mil
dieciséis] dicha doctrina ha sido precisada en el Sexto Pleno Casatorio Civil, recaída en
la Casación N° 2402-2012-Lambayeque donde se establece que cuando se está ante
una ejecución de una garantía abierta (que no contiene la obligación), la certeza de la
existencia y exigibilidad de la obligación (que es lo que legítima la ejecución) debe
provenir de "otro documento": un título ejecutivo reconocido como tal por la ley”
[Casación N° 3263-2016-Ica; 20.6.2017-Sala Civil Permanente]
“QUINTO.- Que, siendo ello así debe precisarse que en este tipo de procesos el título
de ejecución está constituido por el documento que contiene la garantía siempre que
en dicho documento también se encuentre contenida la obligación garantizada
conforme a lo establecido en el artículo 720 inciso 1 del Código Procesal Civil, caso
contrario también constituirá el título de ejecución el documento que contenga la
obligación garantizada, como son la letra de cambio (girada a la vista) y el pagaré”.
[Casación N° 1491-2015-Lambayeque; 22.7.2016-Sala Civil Transitoria]
“NOVENO.- (…) cabe señalar que el artículo 720 del Código Procesal Civil, (…) dispone:
“1. Procede la ejecución de garantías reales, siempre que su constitución cumpla con
las formalidades que la ley prescribe y la obligación garantizada se encuentre
contenida en el mismo documento o en cualquier otro título ejecutivo. 2. El ejecutante
anexará a su demanda el documento que contiene la garantía, y el estado de cuenta
del saldo deudor”. Del contenido de esta norma se deduce que, si bien es cierto, en
principio, el título ejecutivo está constituido por el documento que contiene la
garantía y el estado de cuenta del saldo deudor, no es menos cierto que cuando la
obligación puesta a cobro no se encuentra contenida en el documento que contiene
la garantía el ejecutante debe presentar otro título ejecutivo donde conste tal
obligación. En el caso de autos, la ejecutante ha adjuntado a su demanda el
documento donde consta la garantía hipotecaria (Contrato de Préstamo con Garantía
Hipotecaria de fojas diecinueve y siguientes), el estado de cuenta del saldo deudor
(fojas veinticuatro) y además el pagaré”. [Casación N° 808-2014-Lambayeque;
30.3.2015-Sala Civil Transitoria]
“QUINTO.- Siendo ello así, debe precisarse que en este tipo de procesos el título de
ejecución está constituido por el documento que contiene la garantía siempre que en
dicho documento también se encuentre contenida la obligación garantizada
conforme a lo establecido en el artículo 720 inciso 1 del Código Procesal Civil, caso
contrario también constituirá el título de ejecución el documento que contenga la
obligación garantizada, como son la letra de cambio (girada a la vista) y el pagaré ”
[Casación 3115-2017-Lima; 11.3.2019- Sala Civil Transitoria]
“(…) CUARTO: (…) la Primera Sala Civil Permanente de la Corte Superior de Justicia de
Lima, revocó el auto apelado y reformándolo declaró IMPROCEDENTE la demanda,
bajo el fundamento que de la garantía hipotecaria (…) no se advierte que la
obligación garantizada se encuentre contenida en el acto constitutivo de dicha
garantía sino que más bien la obligación puesta a cobro se encuentra contenida en
el pagaré emitido con fecha veintiséis de enero de dos mil doce (...) NOVENO: (…) si
bien es cierto, en principio, el título ejecutivo se encuentra constituido por el
documento que contiene la garantía y el estado de cuenta del saldo deudor, no es
menos cierto que cuando la obligación puesta a cobro no se encuentra contenida en
el documento que contiene la garantía, el ejecutante debe presentar otro título
ejecutivo donde conste tal obligación (…)”. [Casación N° 3056-2017-Lima; 25.3.2019-
Sala Civil Transitoria]

Con lo que hasta aquí se ha desarrollado, y la jurisprudencia citada, podemos decir que no se
infraccionado el art. 720.1 del CPC, ni los arts. 95.1 ni el inciso a) del art. 96.1 y art. 96.3 de la
Ley de Títulos Valores. Esas normas señalan:

Artículo 720.- Procedencia


1. Procede la ejecución de garantías reales, siempre que su constitución cumpla con
las formalidades que la ley prescribe y la obligación garantizada se encuentre
contenida en el mismo documento o en cualquier otro título ejecutivo.

Artículo 95.- Ejercicio de las acciones cambiarias


95.1. Para el ejercicio de las acciones cambiarias derivadas de los títulos valores se
requiere cumplir con los requisitos y formalidades señaladas en el Artículo 91 según
la naturaleza de cada valor en título o representado por anotación en cuenta; y, ser
exigidos dentro de los plazos de prescripción que se señalan en el Artículo 96.

Artículo 96.- Plazos de prescripción de las acciones cambiarias


96.1. Las acciones cambiarias derivadas de los títulos valores, prescriben:
a) A los tres años, a partir de la fecha de su respectivo vencimiento, la acción
directa contra el obligado principal y/o sus garantes;
(…)
96.3. Sin perjuicio de lo señalado en el segundo párrafo del Artículo 95, los plazos de
prescripción establecidos en el presente artículo son perentorios y no admiten
interrupción, ni suspensión.
El art. 720.1 del CPC en concordancia con el VI PLENO CASATORIO CIVIL, ya se determinó que
al contener la constitución de hipoteca una obligación determinable, es necesariamente que a
la demanda debía anexar otro título ejecutivo que contenga la obligación contraída, lo cual sí
ocurrió con el pagaré, por lo que este debió ser analizado en forma y fondo como título
ejecutivo, y verificar si tenía, justamente, mérito ejecutivo.
Como la Sala Superior concluyó previamente ello, procedió a analizar ese pagaré, remitiéndose
primero al art. 95.1. de la Ley de Títulos Valores, específicamente en el extremo que establece
que las acciones cambiarias se ejercen dentro de los plazos de prescripción que señalan en al
art. 96 de esa misma Ley, norma que dispone que las acciones cambiarias derivadas de los
títulos valores, en ese caso un pagaré, prescriben a los tres años, a partir de la fecha de su
respectivo vencimiento (inciso “a” del art. 96.1 ), y complementado con el art. 96.3 que señala
que los plazos de prescripción establecidos en el art. 96 son perentorios y no admiten
interrupción, ni suspensión. Tenido en cuenta ello, la Sala Superior tuvo en cuenta que la fecha
de vencimiento del pagaré fue fijada para el 18.8.2008, mientras que la demanda fue
interpuesta el 28.8.2013, es decir, transcurrió más tres (03) años de su vencimiento 12, por lo
que la acción cambiaría había prescrito, en consecuencia, no tenía mérito ejecutivo, razón por
la que declaró IMPROCEDENTE la demanda, al incumplirse los requisitos de procedibilidad
contenidos en el art. 720.1 del CPC, que exigía acompañar otro título ejecutivo cuando la
constitución de hipoteca no contenía la obligación contraída.
En conclusión, la Sala Superior ha declarado IMPROCEDENTE la demanda ciñéndose en una
debida motivación sin vulnerar el derecho a un debido proceso, sin contravenir el art. 720.1
del CPC ni los arts. 95 y 96 de la Ley de Títulos Valores, tampoco el VI PLENO CASATORIO
CIVIL, más bien, este último, sí lo ha tenido en cuenta al momento de resolver.

3.3. Apartamiento inmotivado del precedente judicial (Sexto Pleno Casatorio).

Alega que el criterio asumido por la Sala Comercial conlleva a apartarse y contradecir el Sexto
Pleno Casatorio, específicamente al precedente primero, punto i), literal b), que establece dos
supuestos de procedencia de las demandas de ejecución de garantía hipotecaria interpuestas
por empresas que no son del sector financiero: a) presentación del título ejecutivo para
acreditar la deuda, y b) presentación de otro documento idóneo para acreditar la deuda;
asimismo, la recurrente indica que en la resolución de vista no se ofrece ninguna explicación
para no realizar el análisis del segundo supuesto de procedencia, que es aplicable a su caso.
COMENTARIO:
Al desarrollar la anterior infracción normativa se ha concluido que la Sala Superior no solo
no se apartado inmotivadamente del precedente primero, punto i), literal b) del Sexto
Pleno Casatorio Civil, sino más bien todo lo contrario, si se ha ceñido al mismo, luego de

12
Exactamente trascurrió 5 AÑOS con 10 DÍAS.
hacer una interpretación histórica-finalista, no reducida a una interpretación únicamente
literal.

Efectivamente, mientras que la parte recurrente interpreta aisladamente el primer


precedente del Sexto Pleno Casatorio Civil, para afirmar que el pagaré que ofreció se trata
de un “documento idóneo” para acreditar la obligación contraída por el ejecutado, y por
tanto, cumplió con el requisito para declarar procedente la demanda de ejecución de
garantías; la Sala Superior, interpretó dicha primer precedente con los demás extremos del
Sexto Pleno Casatorio Civil, aplicando una metodología histórica-finalista, a fin de concluir
que cuando la obligación contraída se origina mediante un título valor, y este es ofrecido
en una demanda de ejecución de garantías, este debe ser analizado como título ejecutivo y
verificar si cumple con los requisitos de forma y de fondo, es decir, si tiene mérito
ejecutivo. Esto lo concluye luego de analizar, sobretodo, el considerado 59 del
mencionado pleno, máxime si los hechos analizados o alegados en ese proceso ejecutivo
de garantías es casi idéntico al caso materia de análisis: el pagaré que se ofreció debe ser
analizado bajo los requisitos de un título ejecutivo. Esta es la razón por la que la Sala
Superior, verificó si la acción cambiaria había prescrito o no, lo cual sí ocurrió, perdiendo,
por tanto, el pagaré mérito ejecutivo lo que ocasionaba que la demanda devenía en
improcedente, sin perjuicio que la ejecutante pueda, en otro proceso, invocar la acción
causal. Siendo ello así, la Sala Superior no se ha apartado inmotivadamente de los
lineamientos del Sexto Pleno Casatorio Civil, por lo que esta infracción invocada debe ser
declarada INFUNDADA.

Por las consideraciones antes expuestas, el recurso de casación debe ser declarado
INFUNDADO.

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