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Tabla de contenido

Introducció n
SECCIÓ N 1: HISTORIA
1. Uniendo una casa dividida
2. Un trono establecido para siempre
3. Recordando Promesas Pasadas
4. David pecados
5. David se arrepiente
SECCIÓ N 2: PERSONAJES
6. Amnó n y Tamar
7. Absaló n
8. Joab
9. Mefiboset y Ziba
SECCIÓ N 3: TEMAS
10. Obediencia y Bendició n
11. El hombre conforme al corazó n de Dios
SECCIÓ N 4: RESUMEN
12. Revisió n de los principios clave
LA RESTAURACIÓ N
DE UN PECADOR INTERIOR _

El corazón de David revelado

J OHN MAC A RTHUR _


© 2009 por John MacArthur

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recuperació n o transmitirse de ninguna forma ni por ningú n medio (electró nico, mecá nico, fotocopiado, grabado,
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1982 por Thomas Nelson, Inc. Usado con permiso. Reservados todos los derechos.

Las citas bíblicas marcadas como niv está n tomadas de la Santa Biblia, Nueva Versió n Internacional, Copyright © 1973,
1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Usado con permiso de Zondervan Bible Publishers.

ISBN 978-1-4185-3405-9

Impreso en los Estados Unidos de América

09 10 11 12 13 RRD 5 4 3 2 1

CONTENIDO

Introducció n

SECCIÓ N 1:
HISTORIA

1. Uniendo una casa dividida

2. Un trono establecido para siempre

3. Recordando Promesas Pasadas

4. David pecados

5. David se arrepiente

SECCIÓ N 2:
PERSONAJES

6. Amnó n y Tamar

7. Absaló n

8. Joab

9. Mefiboset y Ziba

SECCIÓ N 3:
TEMAS

10. Obediencia y Bendició n

11. El hombre conforme al corazó n de Dios

SECCIÓ N 4:
RESUMEN

12. Revisió n de los principios clave


(PARA MÁS DETALLES, VER EL MAPA EN LA PÁGINA 34.)
INTRODUCCIÓN
Saú l fue el primer rey de Israel, pero no fue fiel al Señ or y, por lo tanto, no fue fiel al
pueblo del Señ or. Cuando se negó a arrepentirse, Dios lo rechazó y escogió un nuevo rey
para Israel. Este nuevo rey brindó esperanza a su pueblo, porque no era como Saú l. El
Señ or mismo dijo: “He encontrado . . . un hombre conforme a mi corazó n, que hará toda mi
voluntad” (Hechos 13:22). Ese hombre era David, y aunque sería el segundo rey de Israel,
sería el primer rey en seguir el corazó n de Dios.
Sin embargo, David también fue un gran pecador; no pasó mucho tiempo después de
convertirse en rey cuando cometió adulterio y asesinato. Esto plantea la pregunta obvia:
¿có mo se puede llamar a un asesino adú ltero un hombre conforme al corazó n de Dios? Esta
es la gran pregunta de la vida de David y, por supuesto, también de la vida de todo
cristiano. ¿Có mo puede una persona impía (como todos nosotros) ser vista por Dios como
fiel? Este estudio se propone responder a esa misma pregunta.
A medida que avance en esta guía de estudio, conocerá una variedad de personajes
memorables. Encontrará s a Joab, el líder del ejército de Israel, quien fue un general militar
astuto y un asesino traicionero. Conocerá s a Mefiboset, el nieto de Saú l, que estaba cojo de
ambos pies, y a Ziba, su mayordomo turbio. Será s testigo del terrible dolor dentro de la
casa de David, ya que tres de sus hijos mueren trá gicamente. Y, por supuesto, conocerá s al
rey David.
En estos doce estudios, saltaremos hacia adelante y hacia atrá s en la historia, observando
un período histó rico y luego saltando hacia adelante o hacia atrá s en el tiempo segú n sea
necesario. Examinaremos la naturaleza del pecado y la importancia del arrepentimiento, y
aprenderemos el valor de la obediencia. Pero a través de todo esto, también aprenderemos
verdades preciosas sobre el cará cter de Dios, y veremos Su gran fidelidad en el
cumplimiento de Sus promesas. Al ver la fidelidad de Dios hacia sus siervos en este estudio,
y esperar lo mismo de É l hoy, en nuestras propias vidas, finalmente aprenderemos lo que
significa ser una persona conforme al corazó n de Dios.

LO QUE ESTAREMOS ESTUDIANDO

Esta guía de estudio está dividida en cuatro secciones distintas en las que examinaremos
pasajes bíblicos seleccionados:
SECCIÓN 1: Historia. En esta primera secció n, nos enfocaremos en el contexto histó rico
de nuestro texto bíblico. Estas cinco lecciones le dará n una visió n general de las personas,
lugares y eventos que son importantes para este estudio. También proporcionará n los
antecedentes para las pró ximas dos secciones. Este es nuestro segmento má s puramente
histó rico, centrá ndose simplemente en lo que sucedió y por qué.
SECCIÓN 2: Personajes. Las cuatro lecciones de esta secció n nos dará n la oportunidad
de acercarnos a los personajes de nuestros pasajes de las Escrituras. Algunas de estas
personas fueron presentadas en la secció n 1, pero en esta parte de la guía de estudio
examinaremos má s de cerca a estas personalidades. ¿Por qué Dios consideró adecuado
incluirlos en Su Libro en primer lugar? ¿Qué los hizo ú nicos? ¿Qué podemos aprender de
sus vidas? En esta secció n prá ctica, responderemos a todas estas preguntas y má s,
mientras aprendemos a vivir sabiamente al emular la sabiduría de quienes nos
precedieron.
SECCIÓN 3: Temas. La secció n 3 consta de dos lecciones en las que consideraremos
algunos de los temas y doctrinas má s amplios que se tocan en nuestros pasajes bíblicos
seleccionados. Esta es la parte má s abstracta de la guía, en la que reflexionaremos sobre
cuestiones doctrinales y teoló gicas específicas que son importantes para la iglesia de hoy.
Al preguntarnos qué significan estas verdades para nosotros como cristianos, también
buscaremos formas prá cticas de basar nuestras vidas en la verdad de Dios.
SECCIÓN 4: Resumen y Revisión. En nuestra secció n final, repasaremos los principios
que hemos descubierto en las Escrituras a lo largo de esta guía de estudio. Estos será n
nuestros principios “para llevar”, los que impregnan los pasajes bíblicos que hemos
estudiado. Como siempre, buscaremos formas de hacer que estas verdades formen parte de
nuestra vida cotidiana.

SOBRE LAS LECCIONES

Cada estudio comienza con una introducció n que proporciona el trasfondo de los
pasajes bíblicos seleccionados.
Para ayudarlo en su lectura, una secció n de notas, una especie de comentario bíblico
en miniatura, ofrece informació n cultural y puntos de vista adicionales.
Se proporciona una serie de preguntas para ayudarlo a profundizar un poco má s en el
texto de la Biblia.
En cada lecció n se estudiará n los principios primordiales sacados a la luz por el texto
bíblico. Estos principios resumen una variedad de doctrinas y verdades prá cticas que se
encuentran a lo largo de la Biblia.
Finalmente, las preguntas adicionales lo ayudará n a extraer las profundas riquezas de
la Palabra de Dios y, lo que es má s importante, a aplicar esas verdades a su propia vida.

S ECCIÓN 1

: HISTORIA
EN ESTA SECCIÓ N : _ _
HISTORIA SAGRADA ESCRITURA
1. UNIENDO UNA CASA DIVIDIDA 2 samuel 2, 5
2. UN TRONO ESTABLECIDO PARA SIEMPRE 2 Samuel 7
3. RECORDANDO LAS PROMESAS DEL PASADO 2 Samuel 9
4. DAVID PECADO 2 Samuel 11

5. DAVID SE ARREPIENTE 2 Samuel 12


1
UNIENDO UNA CASA DIVIDIDA
2 SAMUEL 2, 5

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Israel había sido dirigido durante cientos de añ os por jueces (los jueces eran personas
llamadas por Dios para guiar a su pueblo contra sus enemigos, resolver disputas y proteger
a la nació n). Pero los israelitas finalmente decidieron que ya no querían que los jueces los
dirigieran. Bajo los jueces, el pueblo dependía de Dios para determinar cuá ndo era
necesario un juez. Ahora, en lugar de confiar en Dios para protegerlos, los israelitas querían
imitar el mundo que los rodeaba. Todas las naciones de Canaá n estaban gobernadas por
reyes, por lo que Israel también quería un rey.
Samuel, el ú ltimo juez de Israel y uno de los grandes profetas de Dios, advirtió al pueblo
que cambiar al Señ or por una monarquía era una idea destructiva: un rey dañ aría al pueblo
con los impuestos y los explotaría para su propio beneficio. Sin embargo, el pueblo se negó
a escuchar, por lo que el Señ or le ordenó a Samuel que ungiera a un joven llamado Saú l
como el primer rey de Israel.
Lamentablemente, las palabras de advertencia de Samuel se cumplieron. Saú l fue
desobediente a Dios, y el Señ or finalmente lo rechazó como rey. Así que el Señ or escogió a
otro hombre que, a diferencia de Saú l, tenía el corazó n vuelto a la obediencia. Su nombre
era David, y Samuel lo ungió como el pró ximo rey de Israel. Saú l, sin embargo, continuó
reinando por muchos añ os. Pero no reinó bien. Sabiendo que Dios lo había rechazado a
favor de David, Saú l pasó el resto de su vida tratando de matar a David. Trá gicamente, Saú l
murió en la batalla contra los filisteos, y todos sus hijos murieron con él, todos menos uno,
un hombre llamado Is-boset.
Este estudio comienza poco después de la muerte de Saú l, cuando David se prepara para
asumir el trono. Pero el ú nico sobreviviente de Saú l, Is-boset, siente que el trono es suyo
por derecho de nacimiento, y la nació n está dividida en sus lealtades.

LECTURA 2 SAMUEL 2:8–3:1

COMPETENCIA POR EL TRONO: El único hijo que le queda a Saúl se erige como heredero al trono de Saúl, dividiendo
efectivamente a la nación de Israel en dos facciones.

8.ABNER: Abner era primo del rey Saú l y líder del ejército israelita. Permaneció leal a la
casa de Saú l, a pesar de que David ya había sido ungido por Dios para ser el pró ximo rey. Su
lealtad estaba fuera de lugar en este punto, pero eventualmente aceptaría servir a David
tan fielmente como lo había hecho con Saú l.
ISBOSET: Este fue el ú nico hijo sobreviviente de Saú l; los demá s habían muerto en la
ú ltima batalla de Saú l contra los filisteos. Su nombre significa “hombre de vergü enza”.
9. REY DE GILEAD: Las á reas enumeradas en este versículo bajo el reinado de Is-boset
incluyen la mayor parte de Israel.
10. LA CASA DE JUDÁ: La familia de David era de Judá , una de las doce tribus de Israel.
Esta tribu permanecería leal a David a lo largo de su reinado y má s allá . Eventualmente, la
nació n de Israel se dividiría en dos naciones separadas: Israel y Judá .
13.JOAB: Joab era sobrino de David y líder de su ejército. Lo veremos má s de cerca en un
estudio posterior.

LA TRAGEDIA DE LA GUERRA CIVIL: Dos grandes generales, Abner y Joab, intentan evitar una guerra total, pero
resulta inevitable.

14. QUE LOS JÓVENES SE LEVANTEN AHORA: Abner propuso un combate de


campeones, doce de cada lado, en lugar de una guerra a gran escala. Esta fue una
sugerencia sensata en la medida en que fue: el resultado del combate, si hubiera sido
decisivo, habría evitado una guerra civil donde el hermano estaba matando al hermano. El
problema, sin embargo, era que Abner y los hombres de Israel debían haberse sometido al
reinado de David, ya que él era el hombre que Dios había ungido para sentarse en el trono
sobre todo Israel. El plan de Abner fracasó y la guerra civil estalló a pesar de su sugerencia.
18. LOS TRES HIJOS DE ZERUIAH: Zeruiah era la hermana de David y la madre de
Joab.
19. ASAHEL PERSIGUIÓ A ABNER: Asahel era hermano de Joab, y en esta trá gica
historia demostró ser un hombre de cará cter y determinació n. Estaba persiguiendo a Abner
en la batalla, y haber matado al general del bando contrario habría puesto fin de inmediato
a todo el conflicto (y también le habría brindado un gran honor). Asahel estaba claramente
fuera de su liga luchando contra Abner, como se verá , pero se negó a desviarse de la
persecució n. Recuerda a David, que no dudó en enfrentarse al gigante Goliat en un combate
singular que trajo gran victoria al pueblo de Dios.
22. APARTE DE SEGUIRME: Abner también se mostró como un hombre de cará cter en
este triste episodio. No quería matar a un joven de la calidad de Asahel, por lo que trató
repetidamente de disuadirlo de la batalla. Pero las semillas de la divisió n ya estaban
sembradas. La divisió n es obra del diablo, y cuando el pueblo de Dios está dividido unos
contra otros, só lo puede resultar una tragedia. En lugar de luchar contra el enemigo de
nuestras almas, los hombres y mujeres piadosos se atacan unos a otros. Al hacerlo,
desperdician sus esfuerzos, tal como lo hicieron Abner y Asahel, peleando uno contra el
otro en lugar de pelear contra los filisteos.
23. MURIÓ EN EL LUGAR: Esta terrible tragedia tendría igualmente terribles
consecuencias a largo plazo. Joab nunca perdonó a Abner por matar a su hermano, aunque
lo hizo en la batalla. Veremos los resultados en un estudio posterior.
25. LOS HIJOS DE BENJAMIN: Una de las doce tribus de Israel. También era la tribu de
Saú l, y se habían mantenido firmemente leales a él durante su turbulento reinado.
26. ¿DEVORÁ LA ESPADA PARA SIEMPRE? : Abner fue el responsable del conflicto en
primer lugar, ya que llevó a los hombres de Israel a la batalla.
3:1. HABÍA UNA LARGA GUERRA ENTRE LA CASA DE SAÚL Y LA CASA DE DAVID:
Muchas tribus de Israel continuaron apoyando a la casa de Saú l, en lugar de someterse a
David como su rey. El Señ or lo había ungido pú blicamente y le había dicho al pueblo, a
través de Samuel, que él era el gobernante elegido por Dios; sin embargo, David aú n tenía
que establecer su trono por la fuerza.

LECTURA 2 SAMUEL 5:1–12

EL REINO ESTÁ UNIDO: Abner cambia de bando y viene a servir a David, y la nación de Israel se somete a su reinado.
Poco después, David se establece en Jerusalén.

1. ENTONCES TODAS LAS TRIBUS DE ISRAEL VINIERON A DAVID: Habían pasado


varios añ os desde la batalla del capítulo 2, y mucho había sucedido. Abner había
abandonado a Is-boset y se unió a David. Sin embargo, antes de que pudiera salir algo
bueno de esa alianza, Joab se vengó de la muerte de Asahel al asesinar a Abner. Algú n
tiempo después de estos eventos, Is-boset fue asesinado por dos de sus capitanes.
2. USTED FUE EL QUE DIRIGIÓ A ISRAEL: El rey Saú l había tratado repetidamente de
asesinar a David, después de que Samuel ungió a David como rey. Durante esos añ os, David
había liderado un pequeñ o grupo de guerreros en muchas incursiones y excursiones contra
los filisteos, y el pueblo de Israel había celebrado sus victorias con canciones.
4. DAVID TENÍA TREINTA AÑOS CUANDO COMENZÓ A REINAR: David había
comenzado su carrera como líder en Israel cuando era apenas un adolescente, el día que
dio un paso al frente y mató a Goliat. Sin embargo, se vio obligado a soportar má s de diez
añ os de penurias, resistencia y lucha antes de que finalmente pudiera ascender al trono con
relativa seguridad.
6. JEBUSITOS: Los jebuseos eran una de las naciones cananeas que se le había
ordenado a Israel que expulsara de la tierra prometida (É xodo 23:23), pero todavía vivían
allí y seguían causando problemas a Israel. Tradicionalmente habían ocupado la ciudad de
Jerusalén, a la que llamaron Jebú s.
LOS CIEGOS Y LOS COJOS OS AHUYENTARÁN: Los jebuseos pusieron su fe en la
fortificació n y seguridad de su ciudad, una mentalidad que es tan comú n como necia. El
pueblo de Dios nunca debe caer en la trampa de pensar que el poderío militar o la
seguridad financiera evitará n la ruina. Como pronto descubrirían los jebuseos, las
fortificaciones del hombre no detienen la mano de Dios.
7. SION: Esta es la primera aparició n en las Escrituras del nombre Sion. Originalmente
se refería específicamente a la fortaleza de los jebuseos, que se convirtió en la Ciudad de
David después de esta batalla, pero las Escrituras la usan para referirse a Jerusalén en
general, la Ciudad terrenal de Dios.
8. POZO DE AGUA: Un tú nel secreto corría desde la ciudad hasta el manantial de
Gihó n. Tenía la intenció n de proporcionar agua si la ciudad alguna vez estaba sitiada y fue
una de las defensas que les dio a los jebuseos su falsa sensació n de seguridad.
Iró nicamente, David usó esa misma “defensa” contra el pueblo, cuando sus hombres
treparon por el pozo de agua y tomaron la ciudad desde adentro.
12. EL SEÑOR LO HABÍA ESTABLECIDO: Este fue el fundamento del gran liderazgo de
David en Israel: él siempre recordaba que fue el Señ or quien lo había elevado de un
humilde pastor al rey del pueblo de Dios. Saú l perdió de vista ese hecho y se volvió
orgulloso y obstinado, pero David siempre recordó que estaba sujeto a la voluntad del
Señ or, una actitud que lo llevó incluso a través de períodos de pecado y angustia.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Por qué el pueblo de Israel trató de hacer rey a Is-boset en lugar de a David? ¿Por qué
Abner, el gran líder militar de Saúl, se puso del lado de David?
2. ¿Por qué Abner sugirió realizar un “concurso de campeones” en lugar de una batalla
abierta? ¿Fue una buena idea, en tu opinión? ¿Por qué falló?
3. ¿Estaba justificado Abner cuando mató a Asahel? ¿Fue Asahel sabio o imprudente al
seguir persiguiéndolo?
4. ¿Por qué los jebuseos fueron tan arrogantes en su respuesta a David? ¿Cómo se extravió
su fe?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

La divisió n es la herramienta del diablo.

La nació n de Israel se dividió cuando el rey Saú l murió , cada mitad poniendo su lealtad
detrá s de un heredero al trono diferente. Esa misma divisió n regresaría má s tarde en el
reinado de David y finalmente dividiría a Israel en dos naciones separadas. Cada vez que la
gente se dividía, surgían conflictos y guerras civiles. Abner se vio obligado a luchar contra
Asahel, un joven al que admiraba, cuando los dos hombres deberían haber estado luchando
codo con codo contra los filisteos.
Este es el objetivo de Sataná s al dividir al pueblo de Dios: si estamos ocupados luchando
unos contra otros, no estaremos batallando contra las fuerzas de las tinieblas. Al maligno le
encanta ver a los cristianos discutiendo y arañ á ndose unos a otros, y hará todo lo que
pueda para causar divisió n y contenció n dentro de la iglesia.
El Señ or quiere que Su pueblo esté unido en un solo cuerpo, enfocado en servirse unos a
otros y cuidarse unos a otros como miembros del mismo cuerpo. “Os ruego, hermanos”,
escribió el apó stol Pablo, “en el nombre de nuestro Señ or Jesucristo, que habléis todos una
misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos
en la misma mente y en el mismo juicio. . . . Porque donde hay envidia, contiendas y
divisiones entre vosotros, ¿no sois carnales y os comportá is como simples hombres?
Porque cuando uno dice: 'Yo soy de Pablo', y otro, 'Yo soy de Apolos', ¿no sois carnales? (1
Corintios 1:10; 3:3–4).

Sométanse a los líderes escogidos del señ or.


La divisió n dentro de Israel se produjo porque algunos no estaban dispuestos a
someterse a la autoridad de David. Sintieron que un hijo de Saú l debería ser el pró ximo rey,
y se propusieron hacerlo realidad, a pesar de que Dios había proclamado rey a David
pú blicamente a través de la unció n de Samuel.
La mentalidad bá sica de los israelitas era que sabían quién debía gobernar mejor de lo
que Dios sabía. Pensaron que tenían derecho a elegir sus propios gobernantes, pero en
realidad esto no era cierto. El Señ or es quien coloca a las personas en posiciones de poder y
autoridad, y É l espera que Su pueblo se someta a esas autoridades.
La Palabra de Dios nos llama a ser sumisos a quienes está n en autoridad, ya sea en el
gobierno, en el hogar, en la iglesia o en el lugar de trabajo. La Biblia dice: “Que toda alma
esté sujeta a las autoridades gobernantes. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las
autoridades que existen son establecidas por Dios. Por tanto, el que se resiste a la
autoridad, a la ordenanza de Dios resiste; y los que resisten, acarreará n juicio sobre sí
mismos” (Romanos 13:1-2).

El pueblo de Dios es establecido por Dios, no por nuestro propio poder.

David tuvo que luchar para establecer su trono en Israel. Enfrentó mucha oposició n,
tanto de enemigos externos, como los filisteos, como de enemigos dentro de su propia
nació n. Luchó con audacia y eficacia, y finalmente obtuvo la victoria sobre esos enemigos;
sin embargo, declaró claramente que su trono había sido establecido, no por el poder de su
poderosa espada, sino por el poder y la voluntad de Dios mismo.
Por el contrario, los jebuseos pusieron su fe en su propio poder. La ciudad de Jerusalén
era casi inexpugnable, tanto por la geografía como por las fortificaciones hechas por el
hombre, y podía resistir incluso bajo un asedio prolongado. Los jebuseos estaban
convencidos de que se habían asegurado y no veían la necesidad de temer a Dios ni a su
pueblo. Sin embargo, el Señ or finalmente usó su propio poder contra ellos.
No encontramos nuestra seguridad o éxito a través de nuestros propios esfuerzos oa
través del mundo que nos rodea. Es el Señ or quien nos establece donde É l nos quiere, “'No
con ejército ni con fuerza, sino con Mi Espíritu', dice el Señ or de los ejércitos” (Zacarías
4:6). Alcanzamos el éxito y la seguridad al someternos a Su mano soberana.

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Cómo podría haberse evitado esta guerra civil? ¿Qué le costó la guerra a la nación de
Israel?
6. ¿Qué motivó al pueblo de Israel a rechazar a David como rey? ¿Qué estaba mal con su
forma de pensar?
7. ¿Cuándo ha sido testigo de la división entre el pueblo de Dios? ¿Qué lo causó? ¿Cuál fue el
resultado?
8. ¿Estás promoviendo la paz y la unidad, o fomentando la lucha y la división? ¿En qué
áreas podría estar llamándote el Señor a ser un pacificador?
TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Dónde encuentra seguridad? ¿Pones tu fe en tus propios esfuerzos o en la soberanía de


Dios?
10. ¿Qué tan bien te sometes a los que tienen autoridad en el gobierno? ¿en el trabajo? ¿en
la iglesia? ¿en casa?
2
UN TRONO ESTABLECIDO PARA SIEMPRE
2 SAMUEL 7

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La mayor parte del reinado de David se caracterizó por el conflicto y la guerra. Israel
tenía muchos enemigos que persistían en tratar de conquistarla, algunos incluso querían
borrarla del mapa. Los filisteos eran uno de sus enemigos má s peligrosos, y David pasó la
mayor parte de su reinado derrocando su tiranía. Ademá s de los enemigos extranjeros,
David también enfrentó mú ltiples rebeliones de los mismos israelitas, e incluso uno de sus
propios hijos lo derrocó brevemente del poder.
A pesar de esta oposició n, David nunca perdió de vista el hecho de que todas sus
bendiciones provenían de Dios y anhelaba hacer algo para demostrar su amor y gratitud
por el Señ or. En este estado de á nimo, David tuvo la idea de construir un hermoso templo
en el cual el pueblo de Israel pudiera adorar a Dios.
El Señ or había mandado a Moisés y Aaró n que construyeran un taberná culo portá til
durante su éxodo de Egipto. Esta estructura estaba hecha de tela y pieles de animales,
diseñ ada para ser montada y desmontada fá cilmente mientras la gente se movía de un
lugar a otro en el desierto. El taberná culo albergaba el arca del pacto, que era el símbolo de
la presencia de Dios en la nació n, y el taberná culo mismo era la “morada” figurativa de Dios
entre Su pueblo.
Pero ahora, con la peregrinació n de Israel por el desierto mucho tiempo atrá s, David
sintió que no era correcto que él viviera en un hermoso palacio mientras Dios continuaba
morando en una tienda portá til, así que ideó un plan para construir el templo. La idea en sí
no estaba mal; De hecho, Dios guiaría a otro rey a construir un templo, pero no a David. Sin
embargo, el Señ or bendijo inmensamente a David por el amor detrá s de su deseo de
construir una morada permanente para el Todopoderoso.

LECTURA 2 SAMUEL 7:1–29

UNA MORADA PARA DIOS: Más tarde en la vida de David, reflexiona sobre el hecho de que él vive en un palacio,
mientras que el tabernáculo de Dios es simplemente una tienda. Decide rectificar eso.

1. EL SEÑOR LE HABÍA DADO DESCANSO DE TODOS SUS ENEMIGOS: Este pasaje


probablemente toma lugar mucho má s tarde en el reinado de David, cerca del final de su
vida. El arca del pacto había estado residiendo en Quiriat Jearim (ver el mapa en la
Introducció n) por muchos añ os, y David finalmente la había devuelto al templo en
Jerusalén donde pertenecía.
(Vea 1 Samuel 4 y 2 Samuel 6 para má s informació n).
2. EL ARCA DE DIOS MORA DENTRO DE LAS CORTINAS DE LA TIENDA: El arca del
pacto era un artículo de mobiliario sagrado que Dios había mandado construir al pueblo
durante su éxodo de Egipto. Era un cofre cubierto de oro adornado con dos esculturas
doradas de á ngeles en la parte superior, y en su interior contenía artefactos importantes
del viaje de Israel para salir de la esclavitud. Su importancia especial en la adoració n del
pueblo era que simbolizaba la presencia de Dios entre Su pueblo. Su lugar apropiado era
dentro del Lugar Santísimo en el taberná culo, separado del resto del taberná culo (y má s
tarde, del templo) por gruesas y pesadas cortinas. La preocupació n de David estaba
motivada por la humildad y la gratitud: no le parecía bien que él viviera en un palacio,
puesto allí por la mano de la gracia de Dios, mientras Dios mismo habitaba en una tienda.
David, por supuesto, no estaba sugiriendo que el taberná culo o cualquier otra estructura
pudiera contener la presencia física de Dios, pero estaba reconociendo que el taberná culo
representaba la presencia de Dios con Su pueblo, y David quería que É l estuviera mejor
representado.
3. NATÁN: Natá n fue un profeta que estuvo estrechamente relacionado con David
como uno de sus consejeros. Má s tarde confrontaría al rey con un mensaje mucho menos
agradable, como veremos en el Estudio 5.
HAZ TODO LO QUE ESTÁ EN TU CORAZÓN: Las intenciones de David eran nobles, y no
había duda de que el Señ or había estado con él en su reinado, pero aparentemente ni Natá n
ni David consultaron al Señ or sobre estos planes, un descuido que generalmente conduce a
errores. Afortunadamente, el Señ or evitó que David hiciera nada malo, pero no siempre es
así. Es importante, y siempre sabio, buscar el consejo de Dios antes de emprender nuevos
planes.

DIOS HABLA A NATÁN: David y Natán se habían precipitado en sus planes sin consultar a Dios. Ahora Dios tiene Su
palabra en el asunto.

5. MI SIERVO DAVID: La descripció n del Señ or de David como “Mi siervo” indica que
David había hecho de la obediencia a Dios una prioridad principal en su vida. No se refirió
al rey Saú l, el predecesor de David, de esa manera.
7. DONDEQUIERA QUE ME HE MOVIDO CON TODOS LOS HIJOS DE ISRAEL: La
presencia del Señ or había estado con el pueblo de Israel a través de su peregrinació n por el
desierto y en la tierra prometida. Como símbolo de su presencia permanente, Dios había
ordenado al pueblo que construyera un taberná culo mó vil que pudiera armarse y
desarmarse a medida que la nació n se trasladaba de un lugar a otro.
8. TE TOMÉ DEL REDIL: David era el hijo menor de Isaí, y había pasado su juventud
cuidando las ovejas de su padre. El pastoreo era una de las ocupaciones má s humildes en
los días de David, y sus antecedentes habrían sido considerados muy humildes. Sin
embargo, el Señ or había usado las experiencias de David como pastor para prepararlo para
su reinado de muchas maneras. É l solo había matado a un leó n y un oso, usando las armas
má s rudimentarias, lo que lo colocó en una buena posició n para matar a Goliat.
Probablemente también había desarrollado su habilidad como mú sico y poeta durante esos
añ os, lo que le permitió escribir muchos de los Salmos. Sin embargo, quizá s lo má s
importante fue la misma humildad de su pasado, que lo ayudó a recordar que su posició n
como rey se debía ú nicamente a la gracia y la bondad del Señ or.
9. ELIMINAR A TODOS TUS ENEMIGOS: David enfrentó muchos enemigos durante
sus primeros añ os como rey y antes de tomar el trono. Y el Señ or le había dado victoria tras
victoria sobre aquellos que buscaban su destrucció n, pero el proceso involucró mucho
derramamiento de sangre. De hecho, era la voluntad del Señ or que David derrotara a los
enemigos de Israel, pero É l quería que Su templo fuera construido por un hombre cuyas
manos no estuvieran manchadas de sangre (1 Cró nicas 22:7–8).
10. LOS HIJOS DE LA MALDAD: Las naciones vecinas en Canaá n habían azotado a Israel
desde que entraron a la tierra prometida bajo el liderazgo de Josué. Dios había escogido a
David para subyugar a los enemigos de Israel, así como para guiar a Su pueblo a
convertirse en una nació n unida que no estuviera dividida por cismas y aspiraciones de
poder. El trabajo de David, entonces, era unir y fortalecer al pueblo de Dios—cuidar de
ellos como una vez había cuidado de las ovejas de su padre. El trabajo de construir un
templo permanente recaería en sus descendientes.
11. MANDÉ JUECES: Israel había sido conducido durante cientos de añ os después de
entrar a la tierra prometida por una serie de jueces que Dios había levantado.
Eventualmente, sin embargo, la gente se había rebelado contra esa forma de gobierno,
queriendo tener una monarquía como las naciones a su alrededor. (Para obtener má s
informació n sobre ese tema, consulte el libro anterior de esta serie, Profetas, sacerdotes y
reyes).
DIOS BENDICE A DAVID: El Señ or ahora pronuncia profundas bendiciones sobre David
y sus descendientes, y promete la venida del Mesías.
12. ESTABLECERÉ SU REINO: En los siguientes versículos, el Señ or le hizo promesas a
David que tenían un doble cumplimiento: se cumplieron en el corto plazo a través del hijo
de David, Salomó n, pero se cumplieron (y se cumplirá n) en el má s grande, sentido eterno
por medio del Hijo de David, Jesucristo. La realizació n final de estas promesas se encuentra
solo en Jesú s, cuyo trono será literalmente establecido para siempre.
14. SERÁ MI HIJO: David no podía haber entendido có mo esta promesa se cumpliría
literalmente en Jesú s, el Hijo unigénito de Dios (Hebreos 1:5).
SI COMETE MALDAD: Esta porció n de la profecía de Dios se aplica só lo a Salomó n, no a
Cristo, “quien no cometió pecado, ni se halló engañ o en su boca” (1 Pedro 2:22).
16. TU TRONO SERÁ ESTABLECIDO PARA SIEMPRE: Esta promesa se cumplió en la
persona de Jesucristo, de quien escribió el apó stol Lucas: “É l será grande, y será llamado
Hijo del Altísimo; y el Señ or Dios le dará el trono de su padre David. Y reinará sobre la casa
de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (Lucas 1:32–33).

ACCIÓN DE GRACIAS DE DAVID: Después de que Natá n le dice a David lo que el Señ or ha dicho, el rey va
directamente al taberná culo y se inclina ante el Señ or en humilde adoració n.

18. QUIÉN SOY YO: David demostró su corazó n humilde en su respuesta a las promesas
del Señ or. Reconoció sus propios orígenes humildes como pastor, pero también
comprendió que ningú n hombre, independientemente de su nacimiento, dones o buenas
obras, tiene derecho a esperar la gracia y la misericordia de un Dios santo. David escribiría
má s tarde: “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, y el hijo del hombre para que lo
visites?” (Salmo 8:4).
19. ¿ES ESTA LA MANERA DEL HOMBRE, OH SEÑOR DIOS? : Otra traducció n de la
Biblia traduce esta frase difícil: "¿Es esta tu forma habitual de tratar con el hombre, oh
Señ or Soberano?" (niv).
21. PARA HACERLO SABER A TU SIERVO: David sabiamente reconoció que el Señ or
muestra Su gracia y amor a los hombres ú nicamente porque É l elige hacerlo—ninguna
persona ha ganado la gracia de Dios de ninguna manera. Hoy, como en el tiempo de David,
Dios muestra Su verdadera naturaleza a la humanidad a través de Sus intervenciones de
amor, misericordia, gracia y justicia para que todo el mundo pueda aprender de É l. É l
colmó a David de bendiciones porque amaba a David y porque quería que el mundo a su
alrededor supiera que solo É l es el ú nico Dios verdadero.
23. DIOS FUE A Redimir: Aquí nuevamente, las palabras de David tenían un significado
profundo que él posiblemente no podría haber comprendido. Dios un día iría É l mismo al
mundo en la persona de Jesucristo, específicamente para redimir para Sí mismo una nació n
santa. Esa nació n comprendería mucho má s que solo el pueblo de Israel, ya que Dios haría
que Su redenció n estuviera disponible gratuitamente para toda la raza humana.
28. TUS PALABRAS SON VERDADERAS: David aceptó por fe que las palabras de Dios se
harían realidad. Ya había aprendido que Dios siempre cumple sus promesas, por
imposibles que parezcan.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Por qué David quería construir un templo para Dios? ¿Qué revela esto sobre el carácter
de David?
2. ¿Qué hicieron mal David y Natán en su decisión de construir un templo? ¿Cuál hubiera
sido un mejor enfoque de la idea?
3. ¿Qué prometió Dios hacer por David?
4. ¿Qué revela la oración de David acerca de su actitud hacia las bendiciones de Dios? ¿Qué
revela esto sobre su carácter? sobre el carácter de Dios?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

Los pactos y promesas de Dios se cumplen en Jesucristo.

El Señ or le hizo muchas promesas a David, tanto sobre su propia vida como sobre el
futuro de su reino. Prometió que el hijo de David establecería su trono y construiría un
templo, y estas promesas se cumplieron en Salomó n. El Señ or también aseguró que Su
pueblo sería plantado en la tierra prometida, sin moverse má s de un lugar a otro, acosado
por sus antiguos enemigos, y estos juramentos se cumplieron en vida de David para el
pueblo de Israel.
Pero las promesas de Dios a David también fueron mucho má s allá de la vida de él y su
hijo Salomó n. É l juró que establecería el trono y el reino de David para siempre, no solo
durante la vida de los hombres. El Señ or también hizo convenios con otros antes de David,
como Abraham y Noé, pero esas promesas solo se cumplieron parcialmente en la vida de
los patriarcas.
Jesú s es el cumplimiento completo de las promesas y pactos de Dios, porque toda la
historia humana ha conducido a la redenció n final de Dios de los descendientes de Adá n, el
reino eterno de Dios establecido y gobernado por Su Hijo, Jesucristo. Jesú s es tanto Hijo de
Dios como Hijo del Hombre, y su ascendencia humana se remonta a la simiente de David.
David vio que las promesas de Dios se cumplieron en su propia vida, cierto, pero el
cumplimiento final vendrá en la eternidad a través de Cristo.

El señ or hace su templo en las personas, no en los edificios.

Las naciones paganas de la época de David creían que un dios miraba con buenos ojos a
quienes construían el templo má s costoso en su honor. Cuanto má s poderoso el dios, má s
majestuoso el edificio. Entonces, ¿qué tipo de dios, segú n tales creencias, moraría alguna
vez dentro de una tienda portá til?
Sin embargo, esta es precisamente la forma de taberná culo que el Señ or ordenó a los
israelitas que crearan durante su éxodo de Egipto. Dios no se preocupó de estructuras
lujosas construidas en Su honor, sino de corazones obedientes moldeados por Su Palabra.
Escogió a David para ser el rey de Israel porque tenía un corazó n para Dios, no porque
algú n día quisiera construir un hermoso templo.
Después de la resurrecció n y ascensió n de Cristo, Dios envió a su Espíritu Santo a morar
en los corazones de su pueblo, haciéndonos sus taberná culos aquí en la tierra. Como
prometió Jesú s: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
para siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni
le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros” (Juan
14:16–17). Cada creyente es ahora un templo viviente para Dios, y nosotros somos la
“estructura” má s costosa que jamá s podría ser dedicada a É l, ya que É l pagó por nosotros
con la sangre de Su propio Hijo.

Los tratos de Dios con la humanidad son a través de su gracia, no del mérito del hombre.

Saú l fue rey sobre Israel antes que David, pero todo su reinado se caracterizó por el
orgullo. Evidentemente, sintió que de alguna manera había merecido ser rey y que podía
ordenar los eventos como mejor le pareciera. Esta actitud lo llevó a cometer muchos
pecados graves, incluidos los intentos de asesinar a David y consultar a una bruja para que
lo guiara en lugar de a Dios.
La vida de David, en cambio, se caracterizó por la humildad (con algunas fallas
significativas, como veremos en el Estudio 4). Como regla, reconoció que no tenía ningú n
mérito en sí mismo que mereciera el favor de Dios. Dios prometió establecer su trono para
siempre, e incluso trajo al Mesías al mundo a través de los descendientes de David, pero
David siempre entendió que Dios hizo estas cosas simplemente porque eligió hacerlo, no
porque David de alguna manera se hubiera ganado Su estima.
Dios bendice a su pueblo porque nos ama y es su propia naturaleza bendecir a aquellos a
quienes ama. Dios nos perdona porque elige perdonar, porque su cará cter es
misericordioso y misericordioso. Ningú n ser humano puede jamá s ganar las bendiciones de
Dios, y ninguna persona puede jamá s hacer expiació n por sus pecados. Como escribió
Pablo: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; es don de
Dios, no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8–9).

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Por qué Dios no quería que David le construyera un templo? ¿Qué revela esto acerca del
carácter de Dios? sobre el reino de Cristo?
6. ¿Cómo se aplican a Cristo las promesas de Dios a David? ¿Qué elementos de las promesas
se referían específicamente a Él? ¿Qué elementos se refirieron a Salomón y otros reyes?
7. ¿Por qué derramó Dios tales bendiciones sobre David, aunque ni David ni Natán habían
pedido Su guía con respecto al templo? ¿Qué revela esto acerca del carácter de Dios?
8. ¿Qué es el templo de Dios en la tierra hoy? ¿Por qué escogió tal “morada”? ¿Qué
bendiciones trae esto al pueblo de Dios?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. Enumere a continuación algunos ejemplos de la gracia de Dios que ha visto en su propia


vida.
10. Tómese el tiempo ahora mismo para alabar a Dios por sus bendiciones y gracia en su
vida.
3
RECORDANDO LAS PROMESAS DEL PASADO
2 SAMUEL 9

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

En los días de David, la autoridad de un rey siempre estaba bajo la amenaza de un golpe.
Parece que siempre había alguien que sentía que tenía derecho al trono, ya sea por
nacimiento o en virtud de algú n logro, y el rey tenía que estar constantemente en guardia
para que el usurpador no lo asesinara o levantara una rebelió n contra él.
Por lo tanto, no era raro que un rey descubriera a los competidores potenciales y los
hiciera ejecutar. Este fue especialmente el caso cuando el rey había tomado el trono
recientemente, y doblemente si él mismo había tomado el trono de otro rey, como lo había
hecho David. Las monarquías se transmitían de padres a hijos en el mundo antiguo, y el
trono de Saú l naturalmente habría pasado a su hijo Jonatá n después de su muerte. Pero
Dios había rechazado a Saú l como rey y había ungido a David en su lugar, así que el
heredero apropiado al trono era David en lugar de los descendientes de Saú l. Sin embargo,
hubo quienes pensaron lo contrario, como ya vimos en el Estudio 1.
A la luz de todo esto, hubiera sido muy natural que David quisiera buscar a cualquier
descendiente de Saú l que pudiera representar una amenaza para su autoridad y hacer que
los mataran, especialmente porque él ya había enfrentado tal amenaza. Y David, de hecho,
buscó a los descendientes de Saú l, pero no para matarlos. No solo quería dejarlos vivir, sino
también honrarlos y colmarlos de regalos.
En este capítulo, descubriremos cuá n importante es cumplir las promesas de uno, y
también veremos tanto la misericordia como la gracia en acció n.

LECTURA 2 SAMUEL 9:1–13

BUSCANDO FORMAS DE BENDECIR: David ha establecido su trono, y ahora busca a cualquier descendiente de Saúl que
pueda encontrar, para bendecirlos, no para vengarse.

1. DAVID DIJO: En este capítulo, hemos retrocedido en el tiempo desde nuestro estudio
anterior hasta un día anterior en el reinado de David.
TODOS LOS QUE QUEDAN DE LA CASA DE SAÚL: Saú l, el primer rey de Israel, había
muerto por su propia mano durante una batalla contra los filisteos. La mayoría de sus hijos
también habían muerto en la batalla ese día, incluido Jonatá n, a quien Saú l supuso que sería
su heredero.
PARA QUE LE MUESTRE BONDAD: Esta frase podría haber sorprendido a los oyentes
de David. Saú l había tratado repetidamente de asesinar a David, aunque David siempre lo
había servido fielmente. Ahora que David se había convertido en rey, habría sido
predecible que los herederos de Saú l intentaran recuperar el trono, como vimos en el
Estudio 1. Por lo tanto, era una prá ctica comú n que un nuevo rey persiguiera a cualquiera
que pudiera desafiar su autoridad y hacer que lo derroquen. Un rey cananeo podría haber
preguntado: "¿Queda alguien de la casa de mi antiguo enemigo a quien yo pueda matar?" El
deseo de David de mostrar bondad a los descendientes del hombre que trató de matarlo es
una imagen asombrosa de su piedad.
POR EL BIEN DE JONATHAN: Jonathan y David habían sido amigos íntimos. Jonatá n
había ayudado a David a escapar de Saú l cuando el rey enojado estaba tratando de matarlo,
y los dos habían hecho un juramento de que David sería bondadoso con Jonatá n y su
familia cuando llegara a ser rey (1 Samuel 20:14–15).

ZIBA Y MEFIBOSET: El nieto de Saúl, Mefiboset, quedó cojo en el momento de la muerte de Saúl. Ahora vive lejos de
David, y el mayordomo de Saúl administra su hacienda.

2. ZIBA: Este hombre era evidentemente el principal mayordomo de la hacienda de


Saú l. Después de la muerte de Saú l y Jonatá n, la propiedad pasó a manos de Mefiboset,
quien se convirtió en el empleador de Siba.
3. LA BONDAD DE DIOS: Es significativo que David considerara su juramento a
Jonatá n como una responsabilidad ante Dios. También lo vio como un reflejo de la bondad
que Dios le había mostrado tantas veces. Al guardar su juramento y mostrar bondad a la
casa de Saú l, David estaba imitando a Dios.
COJO DE SUS PIES: Mefiboset era un niñ o cuando Saú l y Jonatá n murieron. Cuando le
llegó la noticia de las muertes, su nodriza lo agarró apresuradamente y huyó para salvar
sus vidas. En el proceso, se cayó y quedó cojo de ambos pies (2 Samuel 4:4). Era hijo de
Jonatá n, nieto de Saú l.
4. LO DEBAR: Situado a unas diez millas al sur del Mar de Galilea. Pudo haber sido
deliberado que estuviera situado a una distancia segura de la Ciudad de David.

MISERICORDIA Y GRACIA: Se podría haber esperado que David matara a Mefi-boset, pero en lugar de eso, le concede la
vida, y mucho más.

7. LES RESTAURARÁ TODA LA TIERRA: Fue bastante notable que el rey David
permitiera que Mefiboset siguiera con vida. Como nieto de Saú l, era una amenaza potencial
para el reino de David. Pero David fue mucho má s allá de mostrar misericordia: le mostró
una gran gracia al restaurar todas las tierras y posesiones que su familia había perdido
cuando Saú l murió . Es posible que las tierras de Saú l hayan sido usurpadas por el propio
Siba, ya que los acontecimientos posteriores dejará n en claro que algo no andaba bien en la
casa de Mefiboset.
EL PAN COMERÉIS EN MI MESA CONTINUAMENTE: Las acciones de David hacia
Mefiboset pintan un cuadro de la gracia de Dios hacia los pecadores. Hubiera sido má s que
suficiente si Dios simplemente hubiera ofrecido el perdó n por los pecados, pero fue mucho
má s allá al adoptarnos como sus hijos e invitarnos a compartir libremente sus bendiciones,
incluso a unirnos a É l regularmente en Su mesa en la Cena del Señ or. , o servicio de
comunió n.
10. LABRA LA TIERRA PARA ÉL: Es posible que David le explicara estos detalles a Ziba
porque Ziba se estaba apropiando de la propiedad de Mefiboset para su propio beneficio.
QUINCE HIJOS Y VEINTE SIERVOS: De nuevo se nos dan detalles sobre Siba que
sugieren que era un hombre rico y poderoso. Esta riqueza le causaría problemas tanto a él
como a Mefiboset en el futuro. Consideraremos estos personajes con má s detalle en el
Estudio 9.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Qué motivó a David a honrar a Mefiboset? Si hubieras estado en el lugar de David,


¿cómo habrías actuado?
2. Si hubieras estado en el lugar de Mefiboset, ¿cómo habrías reaccionado al ser llamado a
la corte del rey? ¿Qué hubieras esperado?
3. ¿Cómo hubieras reaccionado si, como Mefiboset, te honraran cenando con el rey todos
los días?
4. ¿Cuál era la diferencia entre cómo los reyes de las naciones paganas trataban a sus
rivales potenciales y cómo David trataba a los suyos?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

Cumple tus promesas.

David y Jonatá n se amaban como hermanos, y cualquiera hubiera dado su vida por el
otro de buena gana. Jonatá n, de hecho, arriesgó su vida al proteger a David contra los
planes asesinos de Saú l, arriesgá ndose a la ira tanto del padre como del rey. Los dos
hombres hicieron un juramento de amistad y David le prometió a Jonathan que siempre
sería bondadoso con él y su familia.
Pero Jonatá n murió joven, luchando con valentía contra los filisteos en contra de las
abrumadoras adversidades. David, por otro lado, se convirtió en rey y tuvo que lidiar con
sus propias batallas. Desde la perspectiva del mundo, él habría estado dentro de sus
derechos reales de dar muerte a Mefiboset, para que no fuera una amenaza para su trono.
Habría sido má s que amable, a los ojos del mundo, que David ignorara a Mefiboset y lo
dejara vivir. Pero David tomó su juramento muy en serio; no fue suficiente simplemente
dejar vivir a Mefiboset; él fue má s allá y deliberadamente mostró compasió n por el hijo de
Jonatá n, simplemente porque había prometido hacerlo.
David estaba imitando el cará cter de Dios, quien siempre cumple sus promesas. El
pueblo de Dios también debe tener cuidado de cumplir su palabra, ya sea como un
juramento solemne (como en los votos matrimoniales) o simplemente como una simple
promesa. No hacerlo invita al juicio divino. De hecho, segú n Santiago, es mejor no dar tu
palabra en absoluto que darla y no cumplirla: “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis,
ni por el cielo ni por la tierra ni con ningú n otro juramento, " el escribio. Luego, citando a
Cristo mismo (Mateo 5:37), agregó : “Pero que vuestro 'Sí' sea 'Sí', y vuestro 'No', 'No', para
que no caigá is en juicio” (Santiago 5:12).
No te vengues.

David había servido al rey Saú l de manera leal y excepcional. Cuando era joven, se
enfrentó valientemente al gigante Goliat cuando todo el ejército de Saú l, y el mismo Saú l,
tenían miedo de hacerlo. Má s tarde había servido en la corte de Saú l, calmando los estados
de á nimo extrañ os del rey con sus canciones.
Sin embargo, Saú l había intentado muchas veces asesinar a David. Le arrojó una lanza en
su propia corte y lo persiguió sin piedad durante muchos añ os. David había demostrado,
incluso entonces, que era leal a Saú l al no lastimarlo aun cuando lo tenía completamente a
su merced. Saú l lo había agraviado significativamente, y David tenía una cuenta
considerable que saldar; sin embargo, nunca se vengó con sus propias manos. Incluso
cuando era rey y tenía perfecto derecho (a los ojos del mundo) para vengarse de los
herederos de Saú l, se contuvo y fue má s allá , hasta el punto de derramar regalos y honores
sobre el nieto de Saú l.
Puede ser muy difícil resistirse a vengarse de las personas que nos han lastimado en el
pasado.
Nuestra naturaleza humana ve como simple justicia devolver mal por mal. Pero el Señ or
nos llama a un está ndar má s alto, a actuar segú n la naturaleza de Cristo en lugar de nuestra
naturaleza humana caída. De hecho, Jesú s nos ordena que vayamos má s allá de retener la
venganza devolviendo bien por mal, bendiciendo a los que nos maldicen y haciendo el bien
a los que nos hacen dañ o. “Habéis oído,” dijo Jesú s, “que fue dicho: 'Amará s a tu pró jimo y
aborrecerá s a tu enemigo.' Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que
os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen, para que seá is hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5). :43–45).

Dios nos muestra misericordia y gracia.

La misericordia es el acto de retener el juicio sobre una persona culpable. Un juez


demuestra misericordia cuando le da una segunda oportunidad a un criminal, o cuando
otorga un juicio que es menos de lo que el criminal merece. La gracia, sin embargo, va má s
allá de la misericordia, no simplemente reteniendo el juicio merecido sino también dando
algú n regalo inmerecido.
Imagínese si un criminal fuera declarado culpable de asesinato y el juez determinara por
alguna razó n retener la pena de muerte. Ese criminal habría recibido misericordia, incluso
si todavía enfrentaba una dura sentencia de cá rcel. Pero ahora imagínese si, ademá s, ese
juez dejara libre al asesino de todo juicio, e incluso le diera grandes riquezas para
comenzar una nueva vida.
Ese criminal habría recibido entonces misericordia y gracia, aunque a expensas de hacer
justicia a las víctimas del crimen.
La gracia y la misericordia de Dios, sin embargo, son perfectas. É l no ignoró la justicia
cuando ofreció redenció n a los pecadores: nuestros pecados acarreaban la pena de muerte,
y esa pena tenía que ser pagada. Pero Dios nos liberó del castigo que merecían nuestros
pecados (misericordia), nos hizo herederos con Su Hijo Jesú s (gracia) y pagó por nuestros
pecados (justicia) É l mismo al dar a Su Hijo para que muriera en nuestro lugar.
CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Cómo demuestra el trato de David a Mefi-boset el carácter de Dios?


6. ¿Por qué hizo David todo lo posible para cumplir su promesa a Jonatán? ¿Qué enseña
esto acerca de la importancia de mantener su palabra?
7. ¿Cuál es la diferencia entre misericordia y gracia? ¿Cómo te ha mostrado Dios
misericordia? ¿Cómo te ha mostrado gracia?
8. ¿Cuándo has mostrado misericordia o gracia a otra persona? ¿Quién necesita tu
misericordia en este momento?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Generalmente mantiene su palabra? ¿Qué promesas te has olvidado de cumplir?


10. ¿Cómo tratas a las personas que te maltratan? ¿Qué relaciones podría querer el Señor
que mejoren en este sentido?
LA VIDA DE DAVID
4
DAVID PECADOS
2 SAMUEL 11

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El rey de Amó n había muerto y el rey David había enviado embajadores para expresar
sus condolencias. Pero este gesto de paz y buena voluntad fue recibido con desdén: los
amonitas deshonraron a los embajadores y los enviaron a casa avergonzados. Como
resultado, estalló la guerra entre los amonitas e Israel, y Joab estaba al frente del ejército en
el sitio de su ciudad. David, sin embargo, se estaba relajando en casa.
El rey era responsable de dirigir a su ejército en la batalla, y el lugar de David durante
este conflicto estaba en el campo de batalla, no en el techo de su casa, tomando una siesta.
No se nos dice por qué David optó por no participar en la lucha, pero en cierta medida
estaba eludiendo sus responsabilidades, y esta falta de diligencia temporal lo condujo a un
pecado muy grave.
Las casas en los días de David tenían techos planos, y la gente a menudo realizaba
muchas actividades mundanas allí. La brisa fresca lo convertía en un buen lugar para
bañ arse todos los días, y el muro bajo que rodeaba el techo proporcionaba una pantalla
adecuada para los transeú ntes de la calle. Así, una mujer no estaba siendo inmodesta si
subía a su azotea a bañ arse, pero lamentablemente la azotea de David daba a otra, la de una
mujer muy hermosa, y David estaba en su casa sin nada que hacer. En este triste capítulo,
veremos có mo una mala decisió n lleva a otra mala decisió n, y có mo un pecado
aparentemente insignificante puede tener consecuencias desastrosas.

LECTURA 2 SAMUEL 11:1–27

DAVID SE TOMA UNAS VACACIONES: Israel está en guerra con los amonitas, pero David se está dando el gusto de
pasar un tiempo libre en casa. El lugar del rey, sin embargo, está con su ejército.

1. EN LA PRIMAVERA DEL AÑO: Se piensa que los eventos en este capítulo ocurrieron
aproximadamente diez añ os después de que David se estableciera en Jerusalén.
DESTRUYERON AL PUEBLO DE AMMON: Estos eventos se describen en 2 Samuel 10.
PERO DAVID SE QUEDÓ EN JERUSALÉN: El trabajo del rey era estar con su ejército,
dirigiendo la guerra contra los amonitas. Si David hubiera estado haciendo su trabajo como
siempre lo hacía, la siguiente tragedia no habría ocurrido.
2. DAVID SE LEVANTÓ DE SU CAMA: Esto fue al final de la tarde, no en medio de la
noche. David se había dado el gusto de dormir una siesta, probablemente en el techo de su
casa, donde podía disfrutar de la brisa fresca. Hasta ahora, David no había hecho nada
abiertamente pecaminoso; sin embargo, quedarse en casa mientras su ejército estaba en
guerra y dormir có modamente la siesta sugiere que se estaba dando lujos innecesarios.
Una vez má s, tal comportamiento no es intrínsecamente malo, pero puede colocar a una
persona en el camino de la tentació n, como veremos de inmediato.

EL TRIO MORTAL: David se despierta de una siesta y se enfrenta a la lujuria de los ojos, la lujuria de la carne y la
vanagloria de la vida. Má s tarde, el apó stol Juan se dirigiría a este trío peligroso en 1 Juan 2:16: “Porque todo lo que hay en
el mundo —los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida— no proviene del Padre, sino que es del
mundo."

VIÓ A UNA MUJER BAÑO: Los techos de los edificios estaban nivelados y se usaban con
frecuencia para una variedad de actividades, incluido el bañ o. La azotea de David era má s
alta que los edificios circundantes, y su visió n de Betsabé bañ á ndose no se debía a ningú n
voyerismo; fue meramente accidental.
LA MUJER ERA MUY HERMOSA DE VER: La visió n de David de Betsabé fue involuntaria,
como ya se señ aló , pero aquí podemos discernir que permitió que su mirada se demorara,
en lugar de apartar la cabeza como hubiera sido apropiado. El primer paso en la caída de
David aquí fue eludir la responsabilidad, motivado por el orgullo de su posició n. Su
segundo paso fue complacer la lujuria de los ojos.
3. DAVID ENVIÓ E INQUIRIÓ POR LA MUJER: Y aquí tenemos el tercer paso en la
caída de David: se entregó a los deseos de la carne.
URÍAS EL HETITA: Urías era un soldado muy leal a David, y había ganado renombre por
sus actos de valor. Fue considerado uno de los "valientes" de David (2 Samuel 23:8, 39).
4. ENVIADO. . . TOMÓ . . . LAY: Esta secuencia triple del pecado recuerda a Eva en el
jardín del Edén. “Y viendo la mujer que el á rbol era bueno para comer, y agradable a los
ojos, y á rbol deseable para alcanzar la sabiduría, tomó de su fruto, y comió ” (Génesis 3:6,
énfasis añ adido). Como Eva, David miró lo prohibido y se dejó llenar de deseo. Luego
alcanzó , tomó y pecó . Como resultado, su vida nunca volvería a ser la misma.
ELLA FUE LIMPIA DE SU IMPUREZA: Esto significa que Betsabé había completado su
ciclo menstrual y había seguido la limpieza ceremonial prescrita por la ley (Levítico 15:19–
30). Esto deja en claro que ella no estaba embarazada de su esposo, Urías, cuando tuvo
relaciones con David.

EL ENCUBRIMIENTO DE DAVID: El rey de repente teme que la gente se entere de su pecado, y trata de encubrirlo. Pero
debería haber estado más preocupado por la opinión del Señor.

5. ESTOY CON UN NIÑO: La ley mosaica prescribía la pena de muerte para los que
cometieran adulterio, tanto para el hombre como para la mujer (Levítico 20:10). El papel
de David como rey no lo colocó por encima de la ley de Dios; por el contrario, como líder
del pueblo de Dios, era aú n má s responsable de este pecado.
6. ENVÍEME A URÍAS EL HETITA: David comenzó este proceso eludiendo su
responsabilidad como comandante del ejército de Israel. Aquí abusó abiertamente de esa
posició n de poder al llamar arbitrariamente a uno de sus mejores luchadores a casa de la
batalla simplemente para encubrir su propia transgresió n.
7. DAVID PREGUNTO COMO ESTABA JOAB: Este cuestionamiento ridículo debe
haberle parecido peculiar a Urías. El rey podría haber obtenido informació n tan bá sica de
cualquier subordinado, y apenas requería la perspectiva de uno de sus mejores guerreros.
Sin embargo, no hay constancia de que Urías haya cuestionado las intenciones de su rey;
era un buen soldado, y todo lo que se cuenta indica que era un hombre de cará cter fuerte.
8. BAJA A TU CASA Y LÁVATE LOS PIES: En otras palabras, David estaba instando a
Urías a que se fuera a su casa y se relajara. Incluso envió un regalo de comida, con la
intenció n de que la pareja disfrutara de una cena romá ntica juntos. Obviamente esperaba
que Uriah aprovechara la licencia para intimar con su esposa.
9. URÍAS DURMIÓ A LA PUERTA DE LA CASA DEL REY: Es un reflejo natural tratar
de ocultar el propio pecado, para evitar que otros descubran cosas de las que nos
avergonzamos. Pero esto no es lo que Dios llama a Su pueblo a hacer; má s bien, debemos
confesar nuestros pecados y no esconderlos. El encubrimiento de David fracasó , ya que era
la voluntad de Dios sacar a la luz su pecado. Como Moisés advirtió al pueblo de Israel,
“estén seguros de que su pecado los alcanzará ” (Nú meros 32:23).
11. VIVIR EN TIENDAS: Urías sintió que sería incorrecto para él disfrutar del lujo
mientras Dios y Su pueblo vivían en tiendas. Esta es solo una de las formas en que Urías
demostró sin querer que en ese momento era un hombre de cará cter má s noble que David.
ENTONCES ME IRÉ A MI CASA: Urías tenía un fuerte sentido de su responsabilidad aquí.
¿Có mo podía disfrutar de las comodidades del hogar mientras sus compañ eros combatían
en la batalla? Comprendió que su lugar estaba con el ejército, lo que contrastaba
fuertemente con la autoindulgencia actual de David.
13. LO BORRACHO: David no se dio por vencido. Pensó que Uriah podría aflojar sus
está ndares si solo tuviera alcohol en él. Note có mo el pecado y el encubrimiento de David lo
llevaron a llevar a otros al pecado.

DAVID COMETE ASESINATO: El encubrimiento ha fallado, gracias al cará cter leal de Uriah, por lo que David recurre
al siguiente recurso. Ordena la muerte de Urías.

14. LO ENVIÓ POR MANO DE URÍAS: Esto revela la fealdad del pecado. David había
cometido adulterio con la esposa de uno de sus seguidores má s leales, y ademá s había
usado la lealtad de Urías en un intento de cubrir su propio pecado. Finalmente, abusó de la
confianza de Uriah al pedirle que entregara la orden de su propio asesinato.
15. PARA QUE SEA HUELIDO Y MUERA: David pensó que, si Urías estaba muerto, la
gente asumiría que Betsabé estaba embarazada del hijo de Urías. Este plan funcionó
durante un tiempo. Es importante notar que el pecado de lujuria de David condujo al
pecado de adulterio, que condujo al pecado de encubrimiento y abuso de poder, que
finalmente condujo al pecado de asesinato. El pecado engendra má s pecado, y la ú nica
forma de detener el ciclo destructivo es arrepentirnos y confesar nuestros pecados.
17. CAYERON LOS SIERVOS DE DAVID: Como reveló Joab en su mensaje al rey (v.21),
esta salida probablemente fue motivada por la orden de David de matar a Urías. Joab
probablemente no habría enviado a sus hombres contra la ciudad fortificada en este punto,
sabiendo que sufriría grandes bajas. Aquí nuevamente vemos que muchas vidas inocentes
fueron afectadas por el pecado de David.
21. UNA MUJER QUE ARROJÓ UNA PIEDRA DE MOLINO: Véase Jueces 9:52–53.
URÍAS EL HETITA TAMBIÉN HA MUERTO: Joab se estaba absolviendo de cualquier
responsabilidad por la muerte de Urías—y también por el pobre liderazgo militar.
Sutilmente le estaba recordando a David que simplemente estaba siguiendo las ó rdenes del
rey. También es un comentario trá gico que se refirió a Urías como “tu siervo Urías”. David
había traicionado a uno de sus soldados má s leales.

DIOS NO SE BURLA: El intento de encubrimiento de David parece haber funcionado finalmente, y él endurece su corazón
a su propia culpa. Pero Dios no ha terminado con el asunto.

25. NO DEJES QUE ESTO TE DESAGRADE: El paso final en el ciclo de pecados de David
fue que él se endureció a su propia culpa—e instó a otros a unirse para endurecer sus
corazones también. Cuando nos entregamos a nuestros deseos pecaminosos, gradualmente
endurecemos nuestros corazones a las convicciones del Señ or, quemando nuestras
conciencias hasta el punto de que ya no sentimos ninguna culpa por el pecado.
26. LLORÓ POR SU ESPOSO: Es interesante que no se menciona el luto de David.
Todavía no se había arrepentido de sus pecados.
27. LO QUE HABÍA HECHO DAVID DESAGRADÓ A JEHOVÁ: Este es un final siniestro
para este pasaje. David había cubierto con éxito sus pecados, escondiéndolos de los ojos de
los hombres, pero es imposible cubrir nuestro pecado de los ojos de Dios. Los efectos de las
malas acciones de David serían profundos y de largo alcance, como veremos en estudios
futuros.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Qué llevó a David a ser tentado por el pecado? ¿Qué podría haber hecho para evitar la
tentación?
2. ¿Cómo se multiplicó el pecado de David en este capítulo? Haga una lista de todos los
diferentes pecados que David cometió aquí.
3. Describe todo lo que hizo David para encubrir su pecado. ¿Por qué fracasaron sus
primeros planes?
4. ¿Cómo contrasta Urías con David en este pasaje? ¿En qué se diferencian los dos hombres?
¿Cómo son similares?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

El señ or nos llama a confesar nuestros pecados, no a encubrirlos.

David se deslizó en una espiral descendente de pecado, comenzando con la


autocomplacencia y conduciendo al adulterio con Betsabé. Su preocupació n inmediata
parecía ser que la gente descubriera lo que había hecho, pero debería haber estado má s
preocupado por có mo afectaría su relació n con Dios. Este miedo mal dirigido lo llevó a
intentar un encubrimiento, como si lo peor que pudiera ocurrir como resultado de su
pecado fuera que alguien pudiera descubrirlo. No se le ocurrió que el Señ or vio, y el Señ or
estaba disgustado.
En nuestro pró ximo estudio, veremos que David eventualmente confesó su pecado y se
arrepintió ante el Señ or, y el Señ or lo perdonó y lo restauró a la comunió n. Pero hubiera
sido mucho mejor si se hubiera arrepentido de inmediato, mejor aú n si no hubiera
cometido el pecado en primer lugar. Sus intentos de encubrir sus transgresiones lo llevaron
a má s pecado y causó un mayor sufrimiento a quienes lo rodeaban.
Dios quiere que su pueblo se abstenga de conductas pecaminosas, pero también sabe que
somos pecadores de nacimiento. Nacer de nuevo en la familia de Cristo no significa que
nunca volveremos a pecar. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañ amos a nosotros
mismos, y la verdad no está en nosotros”, escribió el apó stol Juan (1 Juan 1:8). Pecaremos.
Pero cuando lo hacemos, el Señ or nos llama a confesarnos y arrepentirnos
inmediatamente, no a tratar de ocultarlo. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (v. 9). La confesió n conduce
al perdó n y la reconciliació n, pero el encubrimiento conduce a má s pecado y sufrimiento.

El pecado engendra má s pecado.

David comenzó sus problemas en este capítulo cuando se entregó a su carne, evitando las
responsabilidades de liderar a su ejército en la batalla. Esto lo llevó a una tentació n que él
habría evitado de otra manera. Pecó abiertamente cuando miró fijamente a Betsabé
durante su bañ o, lo que inflamó su lujuria. Esta lujuria lo llevó al pecado de inmoralidad
sexual con una mujer que no era su esposa, lo que lo llevó a errar aú n má s al tratar de
ocultar su culpabilidad a las personas que lo rodeaban. Y este pecado condujo al pecado de
asesinato.
Es importante entender que solo David fue responsable de esta trá gica secuencia de
pecado. El libro de Santiago lo confirma: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado
por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni El mismo tienta a nadie. Pero
cada uno es tentado cuando de sus propias concupiscencias es atraído y seducido. Luego,
cuando el deseo ha concebido, da a luz al pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la
muerte” (1:13–15, énfasis añ adido). Muerte. ¿Captaste eso? David tomó una mala decisió n,
que condujo a otra mala decisió n, y otra, y el resultado final fue la muerte de muchos
hombres inocentes.
Como David, podemos encontrarnos en una espiral descendente de pecado cuando nos
entregamos a nuestros deseos carnales. La buena noticia, sin embargo, es que Dios ofrece la
gracia para cubrir nuestro pecado y el Espíritu Santo para convencernos de pecado y para
ayudarnos a evitarlo en primer lugar.

La fidelidad a nuestras responsabilidades puede protegernos del desastre.

El trá gico fracaso de David en este capítulo podría haberse evitado por completo si
hubiera permanecido fiel en sus responsabilidades. El papel del rey era dirigir al ejército en
la batalla, y su lugar estaba en el campo de batalla junto con Joab, sin recibir informes del
conflicto distante mientras él se sentaba có modamente en casa. Urías, por otro lado,
presenta un sorprendente contraste en este sentido. Nunca perdió de vista sus
responsabilidades como soldado y siervo del rey, y esta fidelidad, sin darse cuenta, frustró
el intento de encubrimiento de David.
La vida de José (Génesis 37–41) nos da un ejemplo de có mo la fidelidad no solo puede
proteger a una persona, sino que puede traer consigo grandes bendiciones. José era un
simple esclavo en la casa de Potifar, pero fue fiel a su amo y diligente en sus deberes. Esta
fidelidad lo llevó a ser acusado falsamente de adulterio con la esposa de su amo, y se
encontró en prisió n por un crimen que no cometió . Sin embargo, aun allí permaneció fiel a
las pequeñ as tareas que el Señ or le encomendó , y su fidelidad finalmente lo llevó a una
posició n de autoridad sobre todo Egipto.
A veces, nuestras responsabilidades pueden parecer pequeñ as e insignificantes, y es fá cil
justificar eludirlas, como hizo David. Pero cuando evitamos nuestras responsabilidades, a
menudo nos estamos preparando para el pecado. Cuando somos fieles a nuestras
responsabilidades, nuestra fidelidad a menudo es bendecida por el Señ or.

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Por qué trató David de cubrir su pecado? ¿Qué motivó el encubrimiento?


6. ¿Quién sufrió por el pecado de David? ¿Quién fue el responsable de su sufrimiento?
7. ¿Por qué no hay referencia a Dios oa la visión de Dios de las acciones de David hasta el
versículo final del capítulo? ¿Qué nos enseña eso sobre el pensamiento de David? ¿Por
qué crees que David nunca buscó al Señor en este capítulo?
8. Ponga los siguientes pecados en sus propias palabras y dé ejemplos para cada uno.
Lujuria de la carne:
Lujuria de los ojos:
orgullo de la vida:

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Qué tan fiel eres a las responsabilidades que Dios te ha dado? ¿En qué áreas necesitas
ser más diligente?
10. ¿Hay algún pecado en tu vida que estés tratando de encubrir? Toma tiempo ahora
mismo para confesarlo ante el Señor.

5
DAVID SE ARREPIENTE
2 SAMUEL 12
ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Al comienzo de este estudio, ha pasado tiempo desde los pecados de adulterio y


asesinato de David. Se ha casado con Betsabé, y ella le ha dado un hijo. Sin embargo, incluso
ahora, David no se ha arrepentido de sus pecados y aparentemente siente que los ha
encubierto con éxito. La gente de su corte, hasta donde sabemos, no ha dicho nada sobre el
asunto, ya sea que estén al tanto o no de lo que David ha hecho.
Pero Dios es consciente, y no se contenta con pretender que no se ha hecho nada malo.
David pensó que podía encubrir su pecado porque lo estaba viendo desde la perspectiva
del mundo: mientras nadie se moleste, no hay problema. La perspectiva de Dios, sin
embargo, es muy diferente: el pecado de David ha dañ ado su relació n con el Señ or, y É l no
permitirá que eso quede sin resolver.
En este capítulo, nos encontraremos con el profeta Natá n una vez má s, pero esta vez su
conversació n con David no es tan placentera como lo fue en el Estudio 2. Esta vez, Dios ha
enviado a Natá n para confrontar al rey con sus graves pecados y guiarlo. que se confiese y
se arrepienta ante el Señ or. El enfoque de Natá n para la confrontació n es interesante:
inicialmente no se "enfrenta a David" y lo desafía con sus hechos. En cambio, le cuenta a
David una historia sobre dos vecinos, y esa historia llevará a David a ver sus pecados desde
el punto de vista de Dios, en lugar del punto de vista del mundo.

LECTURA 2 SAMUEL 12:1–25

NATHAN CONFRONTA A DAVID: David se ha casado con Betsabé, tienen un nuevo hijo y parece que se ha salido con la
suya. Pero entonces Dios tiene Su palabra en el asunto.

1. ENTONCES: Probablemente había pasado alrededor de un añ o desde el adulterio de


David con Betsabé. Había asesinado a su esposo, Urías, y se había casado con Betsabé antes
del nacimiento del niñ o, y podemos suponer que el niñ o tenía al menos unos meses en ese
momento.
EL SEÑOR ENVIÓ A NATAN A DAVID: David había enviado a Urías a Joab con un
mensaje ordenando asesinato, y Joab había enviado un mensajero a David, anunciando que
el asesinato había sido consumado. Pero el Señ or tenía un mensaje propio para David, y no
le traería el alivio que tuvo el mensaje de Joab.
VINO A ÉL: Natá n confrontó a David no con un desafío directo sino con una pará bola.
Este enfoque le permitió a David ver su pecado desde la perspectiva de Dios, obligá ndolo a
dejar de verlo desde el punto de vista del hombre.
DOS HOMBRES: Es interesante notar las diferencias entre los dos hombres, que
representan a David y Urías. Uno era muy rico, el otro muy pobre, lo que sugiere que Urías
no era un hombre de recursos. Un hombre tenía muchos rebañ os y manadas, el otro solo
amaba un cordero. David tuvo muchas esposas y concubinas, mientras que Urías estuvo
fielmente casado solo con Betsabé. El hombre rico en la pará bola también usó sus manadas
y rebañ os para alimento e ingresos, mientras que el hombre pobre mantuvo su cordero
como mascota, lo que sugiere que el amor profundo y devoto que Urías tenía por su esposa,
contrastaba con la actitud egoísta de David que lo llevó . a su uso de Betsabé simplemente
para satisfacer sus deseos carnales.
3. ACOSTARSE EN SU SENO: Esta es una representació n conmovedora del evidente
amor de Urías por Betsabé. Si la pará bola de Natá n representaba un cuadro exacto de la
casa de Urías, entonces el pecado de David destruyó a una familia muy piadosa.
4. UN VIAJERO VINO AL HOMBRE RICO: Esta es una metá fora esclarecedora de la
tentació n, las lujurias y los deseos del corazó n del hombre, que van y vienen sin nuestra
orden. David se había levantado de una siesta casual, sin tener la intenció n de buscar a la
esposa de otro hombre, pero la tentació n se le presentó de repente e inesperadamente.
SE NEGÓ A TOMAR DE SU PROPIO REBAÑO: David fá cilmente podría haber encontrado
consuelo con una de sus muchas esposas, pero esa no es la naturaleza de la lujuria. La
lujuria exige lo prohibido o lo inalcanzable, haciendo que lo bueno y lo propio parezca
detestable. El hombre rico en el proverbio fue malvado porque se negó a sacrificar uno de
sus muchos corderos, insistiendo en tomar la mascota preciada del hombre pobre en su
lugar. Esto es exactamente lo que David había hecho.
LO PREPARÓ PARA EL HOMBRE QUE HABÍA VENIDO A ÉL: Natá n estaba obligando a
David a reconocer que él había sacrificado a Betsabé, Urías y otros en el altar de su propia
lujuria. Había tomado a Betsabé para satisfacer su deseo carnal, tal como el rico de la
pará bola había sacrificado el cordero del pobre para satisfacer al viajante de comercio.

EL REY DICTA JUICIO: David está indignado por la historia de Natán y dicta una dura sentencia contra el hombre rico,
condenándose así mismo a muerte.

5. LA IRA DE DAVID SE DESARROLLÓ GRANDEMENTE: David había tomado la


historia de Natá n literalmente, pensando que alguien en su reino había cometido este grave
pecado. La verdad es, por supuesto, que alguien lo había hecho, pero ese alguien era el rey
mismo. La ira de David también demostró que finalmente había visto su propio pecado
desde la perspectiva de Dios, y se despertó su justa indignació n. Pero no podía indignarse
contra su propio pecado hasta que lo viera desde el punto de vista de Dios.
CIERTAMENTE MORIRÁ: Es interesante que la ley no requería la pena de muerte por
robar un buey o un cordero, sino simplemente la restitució n. Cuando albergamos pecado
sin arrepentirnos, tendemos a juzgar a los demá s con má s dureza, quizá s porque nos hace
sentir menos culpables de nuestros propios pecados si aumentamos la culpa de los pecados
de los demá s. Sin embargo, al dictar este duro veredicto, David se estaba condenando a sí
mismo sin saberlo a muerte, que era el juicio correcto tanto para el asesinato como para el
adulterio.
6. RESTAURARÁ EL CUÁDRUPLE POR EL CORDERO: De hecho, este era el juicio
correcto por el delito de robar un cordero, segú n la ley (É xodo 22:1). También hay cierto
humor oscuro e iró nico al condenar a un hombre a muerte ya la restitució n. Pero el juicio
de David, que pronunció de manera arrogante sobre un hipotético extrañ o, caería sobre su
propia cabeza en el futuro. Cuatro de sus propios hijos morirían trá gicamente: el primer
hijo de Betsabé, Amnó n, Absaló n y Adonías.
PORQUE NO TUVO PIEDAD: Las propias palabras de David condenaron otro elemento
de su pecado: no había mostrado piedad por su fiel guerrero Urías. Incluso después de
haber cometido el pecado de adulterio, todavía podría haber sido movido por el
remordimiento por destruir el matrimonio de otro hombre, y ciertamente por lá stima por
un buen soldado como Urías. El pecado de David fue en realidad mucho mayor que el del
hombre rico en la pará bola, porque el hombre rico simplemente robó el cordero del
hombre pobre, no asesinó al hombre mismo.

EL SEÑOR HABLA: Natán ahora confronta a David abiertamente con su pecado, y pronuncia el juicio del Señor, que es
mucho menos severo que el juicio precipitado de David.

8. YO TAMBIÉN OS HABRÍA DADO MUCHO MÁS: El Señ or había bendecido a David


sobre toda medida, prometiendo establecer su trono para siempre y traer al Redentor de la
humanidad a través de su linaje; sin embargo, de buena gana le habría dado aú n má s si
David hubiera preguntó . Dios quiere que sus hijos le pidan que satisfaga sus necesidades,
en lugar de buscar por sí mismos y tomar lo que no les pertenece.
9. DESPEDIÓ EL MANDAMIENTO DEL SEÑOR: Cuando desobedecemos los
mandamientos de Dios, demostramos desprecio por Su Palabra y, en ú ltima instancia,
desprecio por la persona de Jesucristo, el Verbo Encarnado. Así, en el versículo 10, el Señ or
le dijo a David: “Me has despreciado”.
10. LA ESPADA JAMÁS SE APARTARÁ DE TU CASA: El resto de los días de David como
rey estuvo marcado por la tragedia y la traició n, la mayor parte proveniente de su propia
casa. Así como David traicionó la santidad del matrimonio de Urías, así el hijo de David
traicionaría el lecho matrimonial de su padre. Como David había traído la espada sobre un
hombre inocente, así los hijos de David traerían la espada unos contra otros.
11. DUERMARÁ CON VUESTRAS MUJERES A LA VISTA DE ESTE SOL: El hijo de David,
Absaló n, má s tarde se acostaría pú blicamente con las concubinas de su padre (2 Samuel
16).
12. LO HICISTE EN SECRETO: Dios promete que esas cosas que hacemos en secreto
será n traídas a la luz del día para que todos las vean. Jesú s dijo: “Porque nada hay oculto
que no haya de ser revelado, ni nada se ha mantenido en secreto para que no salga a la luz”
(Marcos 4:22).

DAVID SE ARREPIENTE: Aquí vemos una razón por la cual David fue llamado “un hombre conforme al corazón de Dios”.
Cuando es confrontado con su pecado, confiesa inmediatamente.

13. HE PECADO CONTRA EL SEÑOR: Aquí David revela lo que significa ser un hombre
conforme al corazó n de Dios. Había pecado mucho, pero cuando lo confrontaron, no se
equivocó . É l no trató de justificar sus acciones o culpar a alguien má s por su pecado; en
cambio, confesó abiertamente que era culpable de los cargos. Note también que David sabía
que había pecado contra el Señ or, no solo contra Betsabé, Urías y sus soldados.
EL SEÑOR TAMBIÉN HA QUITADO VUESTRO PECADO: Este es el mensaje glorioso del
evangelio, que Dios perdona hasta al pecador má s malvado si confiesa y se arrepiente.
NO MORIRÁS: La ley exigía que los asesinos y los adú lteros fueran ejecutados, y David
era culpable de ambos delitos. Sin embargo, Dios, en Su gracia y misericordia, perdonó a
David y lo liberó de ese castigo, así como el sacrificio de Cristo libera a aquellos que
aceptan
Su regalo de salvació n. La Biblia dice que “todos pecaron y está n destituidos de la gloria de
Dios” (Romanos 3:23) y por lo tanto está n sujetos a muerte. La justicia de Dios debe ser
satisfecha, por lo que alguien tenía que pagar la pena por el pecado. Cristo mismo pagó esa
pena por todos los que lo recibirían, satisfaciendo la justicia de Dios y ofreciendo al mismo
tiempo gracia a los culpables.
14. SIN EMBARGO: La misericordia del Señ or sobre David se aplicó a su relació n eterna
con Dios, pero no lo eximió de sufrir las consecuencias temporales de su pecado. El perdó n
del pecado por parte de Dios no siempre elimina las consecuencias del pecado en nuestra
vida, como dijo David. experimentaría por el resto de sus días.
HABÉIS DADO GRAN OCASIÓN A LOS ENEMIGOS DE JEHOVÁ: El pecado de David
había mostrado un desprecio por la Palabra de Dios, y por el Señ or mismo; del mismo
modo, su pecado alentaría a los enemigos de Dios a demostrar un desprecio similar por las
cosas del Señ or. El pecado afecta má s que aquellos involucrados en él. Como ya hemos
visto, el pecado de un hombre causó sufrimiento y muerte a personas que eran
completamente inocentes, y también daría lugar a que otros blasfemaran el nombre del
Señ or.
EL NIÑO . . . SEGURAMENTE MORIRÁ: Sin embargo, una vida inocente má s se perdería
debido al pecado de David.

JUICIO Y GRACIA: El niñ o pequeñ o muere como Dios predijo, pero la gracia de Dios sigue a Su juicio. David y Betsabé
tienen otro hijo, Salomó n, que se convertiría en rey.

18. LOS SIERVOS DE DAVID TENÍAN MIEDO DE DECIRLE: Los sirvientes


malinterpretaron el llanto y el ayuno de David por el niñ o enfermo. Asumieron que estaba
de duelo, cuando en realidad estaba intercediendo por la vida del niñ o. Cuando el niñ o
finalmente murió , David supo que la respuesta del Señ or a sus oraciones había sido
negativa, y no tuvo má s ocasió n de interceder.
20. ENTRÓ EN LA CASA DEL SEÑOR Y ADORÓ: Algunos podrían haberse enojado con
Dios por quitarle la vida al niñ o, pero David reconoció que Dios había sido justo y
misericordioso. Su respuesta, aun en medio de un gran dolor, fue adorar a Dios, y en esto
nuevamente demostró lo que significa ser un hombre conforme al corazó n de Dios.
23. IRÉ A ÉL: David demostró gran fe en las promesas de Dios, creyendo por fe que un
día se encontraría con su hijo nuevamente en la eternidad. Está claro que David esperaba
completamente volver a ver a su bebé después de su propia muerte. Este es uno de los
muchos ejemplos en las Escrituras que muestran có mo el Señ or extiende Su gracia
salvadora a los niñ os que son demasiado pequeñ os para entender el mal y rechazar a Dios.
1 25. Jedidiah: Natá n llamó a Salomó n Jedidiah, que significa “amado del Señ or”. Esta es otra

demostració n de la inmensa gracia de Dios, trayendo gran bendició n incluso del pecado
má s grave.
PRIMERAS IMPRESIONES
1. ¿Por qué Natán tuvo que confrontar a David por su pecado? ¿Qué impidió que David se
arrepintiera antes?
2. ¿Cómo expuso la parábola de Natán la verdadera naturaleza de los pecados de David?
¿Qué elementos de la parábola se relacionan directamente con esos pecados?
3. ¿Por qué dijo Dios que David lo había despreciado? ¿De qué manera despreciamos a Dios
cuando pecamos?
4. ¿Por qué David fue al templo y adoró a Dios después de la muerte de su hijo? ¿Qué revela
esto sobre el carácter de David?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

El pueblo de Dios debe ver el pecado desde la perspectiva de Dios.

Cuando David cometió adulterio, vio sus acciones desde la perspectiva del hombre. Su
principal preocupació n era evitar que otras personas supieran lo que había hecho, y esto lo
llevó a intentar un encubrimiento. Sin embargo, como ya hemos visto, su encubrimiento
condujo a má s pecado y má s intentos de ocultarlo.
Si David hubiera visto su pecado de adulterio desde el punto de vista de Dios, por otro
lado, habría confesado y arrepentido rá pidamente. Al hombre le preocupa lo que pensará n
los demá s, pero a Dios le interesa có mo nuestro pecado dañ a nuestra relació n con É l. David
estaba preocupado por su reputació n como rey, mientras que Dios estaba pensando en su
comunió n eterna.
Hoy en día, el mundo nos dice que la prioridad má s importante son las apariencias,
dando gran valor a la apariencia externa mientras afirma que no hay consecuencias eternas
para nuestras acciones. Dios, sin embargo, está enfocado en la eternidad, por lo que quiere
que Su pueblo vea cada pecado como algo que pone distancia entre ellos y É l.

El pecado trae consecuencias temporales que a


veces no se pueden evitar.

Cuando David confesó su pecado y se arrepintió , el Señ or le mostró misericordia y gracia.


La ley exigía que fuera condenado a muerte tanto por adulterio como por asesinato, pero
Dios conmutó esa sentencia y fue aú n má s allá al bendecirlo con Salomó n.
Sin embargo, los resultados temporales de sus pecados no fueron removidos: la familia
de David sufriría mucho por sus transgresiones, como lo haría toda la nació n de Israel
cuando Absaló n intentara derrocar el trono de su padre.
Dios muestra Su infinita misericordia a los pecadores que se arrepienten, brindá ndonos
perdó n y vida eterna, y mucho, mucho má s. Sin embargo, hay momentos en que nuestros
comportamientos pecaminosos producen malos frutos que no desaparecen. Podemos
conservar cicatrices o debilidades que afectan nuestras vidas y las vidas de aquellos a
quienes amamos, resultado de pecados anteriores, que permanecen con nosotros durante
añ os o incluso toda la vida. Este principio se aplica a cristianos y no cristianos por igual.
El pecado puede parecer atractivo en tiempos de tentació n, pero el resultado final es
siempre el mismo: la muerte. A medida que aprendamos a ver el pecado desde la
perspectiva de Dios, también veremos que nunca paga: siempre es mejor vivir de acuerdo
con la Palabra de Dios, evitando las cicatrices mortales y las consecuencias que resultarían
de otra manera.

El hombre conforme al corazó n de Dios se arrepiente rá pidamente.

Difícilmente se puede decir que David se arrepintió rá pidamente después de su pecado


de adulterio, ya que probablemente fue un añ o má s tarde cuando Natá n lo confrontó . Si
hubiera confesado su adulterio de inmediato, habría evitado agregar el pecado de asesinato
a su culpa. Si se hubiera arrepentido inmediatamente de su lujuria al mirar a Betsabé,
habría evitado el adulterio por completo.
No obstante, David se arrepintió y confesó inmediatamente cuando se enfrentó cara a
cara con su pecado tal como Dios lo veía, y al hacerlo demostró que era un hombre
conforme al corazó n de Dios. Reconoció que había pecado contra el Señ or, no só lo contra
su pró jimo, y entendió que su pecado lo había separado de la comunió n con Dios.
La meta para el pueblo de Dios debe ser evitar el pecado por completo, pero cuando
pecamos, debemos ser rá pidos para confesarlo y arrepentirnos. No podemos esperar
esconder nuestros pecados de Dios, por lo que los encubrimientos no sirven de nada.
Cuando retrasamos la confesió n, solo nos privamos de la plena comunió n con el Padre y
nos privamos de Sus bendiciones.

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Por qué Natán usó una parábola para confrontar a David? ¿Por qué no una acusación
directa? ¿Qué enseña esto acerca de la naturaleza de la confesión?
6. ¿Por qué David condenó a muerte al rico de la parábola de Natán? ¿Qué reveló esto
acerca de la actitud de David hacia su propia culpa?
7. ¿Por qué Dios no condenó a muerte a David, aunque la ley exigía la pena de muerte tanto
por asesinato como por adulterio? ¿Qué revela esto acerca del carácter de Dios?
8. ¿Por qué Dios no eliminó el juicio contra la familia de David? ¿Qué revela esto acerca de
la naturaleza del pecado? sobre el carácter de Dios?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Hay algún pecado en tu vida del que no te hayas arrepentido? ¿Qué te impide
confesarlos al Señor en este momento?
10. ¿Cómo obtiene una persona la perspectiva de Dios acerca del pecado y la santidad?
¿Qué estás haciendo actualmente para obtener esa perspectiva?
1. Esto no quiere decir que los bebés nazcan de alguna manera moralmente buenos o incluso moralmente neutrales.
Por supuesto, todas las personas nacen en pecado, como escribió el mismo David (Salmo 51:5; 58:3). Sin embargo, las
Escrituras a menudo enseñ an que el Señ or, por Su misericordia, no condena al infierno a los infantes que son demasiado
pequeñ os para entender lo que está n haciendo (Eclesiastés 6:3–6; Job 3:16–19; 1 Reyes 14:13; Mateo 18:3). Para má s
informació n sobre este tema, vea mi libro Seguro en los brazos de Dios (Thomas Nelson, 2003).
S ECCIÓN 2:

PERSONAJES
EN ESTA SECCIÓN:
CARACTERES SAGRADA ESCRITURA
6. AMNÓN Y TAMAR 2 Samuel 13
7. ABSALÓN 2 Samuel 15, 18
8. JOAB 2 Samuel 3, 19, 20; 1 Reyes 2
9. MEFIBOSET Y ZIBA 2 Samuel 16, 19
6
AMNÓN Y TAMAR
2 SAMUEL 13

ANTECEDENTES DE LOS PERSONAJES


En el estudio anterior, aprendimos que, después del pecado de David, el profeta Natá n se
enfrentó al rey y trajo una profecía del Señ or de que la espada nunca se apartaría de su
casa. No pasó mucho tiempo para que esa profecía comenzara a desarrollarse, y los eventos
que siguieron fueron trá gicos y desgarradores.
La casa de David estaba madura para tal conflicto, ya que él tenía numerosas esposas y
concubinas que le habían dado muchos hijos. Esa situació n generó celos y contiendas,
especialmente cuando los hijos de David comenzaron a competir por el trono de su padre.
El hijo primogénito de David fue Amnó n, cuya madre fue Ahinoam. Por derecho, Amnó n era
el sucesor natural del trono de David, pero Absaló n tenía otras ideas. Absaló n nació de
Maaca, ella misma hija de un rey, y evidentemente se sintió mejor calificado para tomar el
lugar de su padre. (Echaremos un vistazo má s de cerca a Absaló n en el Estudio 7.)
Pero también surgió otro problema dentro de la familia mixta de David: su hijo mayor
desarrolló un deseo malsano por su media hermana, Tamar. Esta peligrosa situació n se
hizo aú n má s volá til porque Amnó n, el heredero aparente, deseaba a la hermana completa
de su rival Absaló n. Cuando Amnó n violó a Tamar, le dio a Absaló n una excusa para
asesinarlo, y se sembraron las semillas de la revolució n.

LECTURA 2 SAMUEL 13:1–39

LOVESICK: David tiene muchas esposas y muchos hijos, una receta para el desastre. Uno de sus hijos comienza a desear a
su media hermana.

1. DESPUÉS DE ESTO: Es decir, en algú n momento después de que David fue


confrontado por Natá n con respecto a su adulterio y asesinato. El autor nos estaba dejando
saber que había una conexió n entre el pecado de David y lo que ocurrió en este capítulo. El
cumplimiento de la profecía del Señ or (2 Samuel 12:10) comenzaba a desarrollarse.
ABSALOM: Tercer hijo de David, nacido de Maaca, su cuarta esposa. David tuvo muchas
esposas, y será importante comprender la interrelació n entre sus hijos en este capítulo, a
medida que se hacen evidentes las rivalidades y los resentimientos.
TAMAR: Significa “palmera”. Su madre también fue Maacah, haciéndola la hermana
completa de Absaló n.
AMNÓN: Amnó n era hijo de David, de Ahinoam, la segunda mujer de David. Así, Amnó n
era medio hermano tanto de Tamar como de Absaló n. También era el primogénito de
David, lo que podría haber agregado algo de tensió n en su relació n con Absaló n, el tercer
hijo. Por derecho de nacimiento, Amnó n era el heredero del trono de David, mientras que
Absaló n recibiría poca herencia.
LA AMÓ: El amor de Amnó n resultó ser simplemente lujuria, como lo revelará este
capítulo.
2. SE ENFERMO: La imagen del joven enamorado, languideciendo de nostalgia no
correspondida por la mujer de sus sueñ os, es popular en el arte moderno. Pero este
capítulo demostrará que tales sentimientos pueden ser solo un disfraz delgado para la
lujuria. Amnó n estaba obsesionado con su deseo por su media hermana hasta el punto de
que no podía pensar en nada má s; ni siquiera podía emprender sus deberes diarios
normales.
ELLA ERA UNA VIRGEN: La virginidad de una mujer era protegida y apreciada a toda
costa en el tiempo de David. Las hijas solteras se mantenían separadas de los hombres, no
se les permitía estar en compañ ía de un hombre sin la presencia de miembros de la familia.
Amnon, sin embargo, habría estado en contacto con ella debido a su relació n familiar.
ERA INCORRECTO QUE AMNÓN LE HICIERA ALGO: Habría sido inapropiado que un
joven tuviera intimidad con una mujer con la que no estaba casado, pero lo inapropiado en
este caso fue má s que eso, ya que la ley prohibía una hombre a casarse con su hermana,
incluso una media hermana (Levítico 18:11).

UN CONSEJERO Astuto: El sobrino de David, Jonadab, es un hombre astuto, y comparte la sutil astucia del diablo. Su
consejo conduce al desastre para la casa de David.

3. JONADAB: Este era el hijo del hermano de David, haciéndolo primo de Amnó n.
UN HOMBRE MUY Astuto: La astucia, o la astucia, no se considera una virtud en las
Escrituras. La serpiente en el Edén “era má s astuta que todos los animales del campo que
Jehová Dios había hecho” (Génesis 3:1), y sus mentiras engañ aron. Eva a comer el fruto
prohibido. De manera similar, la astucia de Jonadab llevaría a Amnó n a actuar segú n sus
deseos.
4. EL HIJO DEL REY: Por un lado, Jonadab simplemente estaba señ alando lo obvio, que
el hijo del rey debería tener todo lo que necesitaba para mantenerse contento. Pero en un
nivel má s sutil, estaba halagando a Amnó n al sugerir que, como heredero aparente del
trono de su padre, tenía derecho a extender la mano y tomar lo que deseara. Compare la
tentació n de Sataná s de Eva en Génesis 3.
5. PRETENDER ESTAR ENFERMO: El consejo de Jonadab fue malvado desde el
principio, ya que sugirió que Amnó n engañ ara a su padre. Una persona astuta es engañ osa
y manipuladora, usando las mismas herramientas que el diablo usó para engañ ar a Eva.
6. PARA QUE COMA DE SU MANO: Este era un comportamiento muy infantil, sugerir
que un hombre adulto no podía comer ningú n alimento a menos que fuera preparado ante
sus ojos por una persona específica. El hecho de que David accedió sugiere que el rey fue
excesivamente indulgente con sus hijos, como veremos má s detalladamente en el trato de
David con Absaló n.
10. LLEVAR LA COMIDA AL DORMITORIO: El pecado de Amnó n fue aú n má s
despreciable cuando vemos có mo traicionó la confianza de su hermana. Tamar cumplió sin
vacilar con su pedido porque sus malas intenciones nunca pasaron por su mente. Ella fue el
ú nico personaje de esta trá gica historia que no mostró astucia, y fue ella quien sufrió má s.

TAMAR SUPLICA POR LA JUSTICIA: Tamar demuestra que tiene un corazón para Dios, deseando hacer lo correcto.
Pero su hermano se niega a escuchar.

12. NO SE DEBE HACER TAL COSA EN ISRAEL: Tamar hizo todo lo posible por escapar
de las garras del lujurioso Amnó n, dá ndole tres razones claras por las que no debería
forzarla. La primera razó n es la má s significativa: tal acto estaba prohibido por la ley de
Dios, y como tal no debería ser cometido por ningú n miembro del pueblo de Dios.
13. ¿A DÓNDE PUEDO LLEVAR MI VERGÜENZA?: El segundo argumento de Tamar
contra el comportamiento de Amnó n fue señ alar que él la avergonzaría si continuaba.
Aunque estaba luchando por su inocencia, probablemente sería incapaz de encontrar un
hombre que quisiera casarse con ella una vez que perdiera su virginidad. Ella sería
deshonrada en la corte de David.
SERÍAS COMO UNO DE LOS NECIOS EN ISRAEL: El tercer argumento de Tamar fue
señ alar que Amnó n también traería desgracia sobre sí mismo si continuaba. La gente
reconocería que él se preocupaba má s por sus propias pasiones que por obedecer los
mandamientos de Dios. Esto también podría poner en peligro sus reclamos al trono de su
padre en el futuro. Tamar estaba tratando de hacerle ver a su hermano que estaba pecando
contra Dios, contra ella y contra sí mismo.
NO ME RETIRARÁ DE VOSOTROS: Como ya se dijo, tal matrimonio estaba prohibido
por la ley de Dios, por lo que era poco probable que David realmente lo hubiera
sancionado. Sin embargo, Tamar se encontraba en una situació n desesperada e instaba a su
hermano a refrenar sus pasiones.
15. AMNON LA ODIO EN EXCESO: Este es generalmente el triste resultado de la lujuria
complacida. Una vez saciado el deseo, la atracció n anterior se convierte en repugnancia. El
odio de Amnó n probablemente se basaba en cierto grado de autodesprecio al ver la
inmensa maldad que había cometido, y esta sería otra mala manera de lidiar con sus
pasiones. En lugar de odiar a su hermana, a quien había agraviado, debería haberlo hecho.
odiaba su propio pecado y buscaba el perdó n de Dios y de su familia. En esto, encontramos
un fuerte contraste con la respuesta de David cuando fue confrontado con su pecado: David
se arrepintió , pero Amnó n culpó a otros.
16. ESTA MALDAD DE DESPEDIRME: Tamar temía que a los demá s les pareciera que
ella había cooperado voluntariamente con el pecado de su hermano, o incluso que ella lo
había iniciado.
17. EMBARQUE LA PUERTA DETRÁS DE ELLA: Amnó n deshonró aú n má s a su
hermana cuando llamó a un sirviente e hizo que la echaran, diciéndole así efectivamente a
la familia que ella lo había seducido. Echar el cerrojo a la puerta detrá s de ella dio la
apariencia de que Amnó n temía que ella pudiera intentar volver y llevarlo a cometer má s
pecados.

ABSALOM SE VENGA: David no aborda el pecado de su hijo, por lo que otro hijo planea el mal. Absalom finalmente
asesina a su medio hermano.
19. TAMAR PUSO CENIZAS SOBRE SU CABEZA: La respuesta de Tamar a este pecado
contrasta dramá ticamente con la de Amnó n. Las cenizas sobre su cabeza, la tú nica rasgada
y los fuertes lamentos eran una declaració n pú blica de dolor, vergü enza y pérdida. Amnó n
esperaba ocultar su pecado, como lo había hecho David, mientras que Tamar se dio cuenta
de que el pecado no puede permanecer oculto.
20. NO TE TOMES ESTO EN EL CORAZÓN: El consejo de Absaló n es tan malo como el
de Jonadab. Le estaba diciendo a su hermana que pretendiera que el pecado no es motivo
de preocupació n, y el mundo todavía da su consejo. En realidad, sin embargo, Absaló n tenía
sus propios planes de venganza, y probablemente también vio este evento como una
excusa para sacar a su hermano Amnó n de la sucesió n al trono.
21. ESTABA MUY ENOJADO: La ira de David estaba justificada, y debería haber
abordado el pecado con una acció n rá pida. Pero no hay constancia de que hiciera algo al
respecto, y es muy posible que sintiera que hubiera sido hipó crita de su parte castigar a
Amnó n después de que él mismo hubiera cometido pecados similares. Cualquiera que sea
su motivació n, David no cumplió con sus obligaciones como rey y como padre de Tamar, y
su excesiva indulgencia má s tarde generaría má s problemas en la casa.
28. ABSALÓN HABÍA MANDADO A SUS SIERVOS: Es interesante que tanto Ab-saló n
como Amnó n usaron a sus sirvientes para hacer el trabajo sucio (v. 17). En esto, estaban
imitando a su padre, quien hizo que Joab arreglara el asesinato de Urías en la batalla.
MÁTALO: Los dos hijos mayores de David cometieron inmoralidad sexual y asesinato, tal
como lo había hecho su padre. Absaló n también pudo haber estado motivado por la
esperanza de asegurarse el trono para sí mismo, ya que la muerte de Amnó n lo convirtió en
heredero. (No se menciona al segundo hijo de David, Chileab [2 Samuel 3:3], lo que sugiere
que ya no estaba vivo en ese momento). La ley prescribía la pena de muerte por el crimen
de Amnó n (Levítico 18), pero no fue así. lugar de Absaló n para ejecutar ese juicio.
33. NO TOME EL COSA MI SEÑOR EL REY EN SU CORAZÓN: Aquí encontramos a
Jonadab ofreciendo el mismo consejo malvado a David como lo había dado Absaló n antes.
La sabiduría del mundo nos dice que pasemos por alto el pecado, pero la Palabra de Dios
enseñ a claramente que el pecado trae consecuencias.
37. ABSALOM FLED: La casa de David se estaba desmoronando, tal como Dios lo había
predicho.
REY DE GESUR: Este era el abuelo de Absaló n, el padre de su madre.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Por qué Amnón estaba tan consumido por el deseo de Tamar? ¿Cuál era la naturaleza
de su “amor” por ella?
2. ¿Qué razones le dio Tamar a su hermano para evitar el pecado? ¿Cómo se aplican estos
conceptos al pecado en general?
3. ¿Por qué Amnón llegó a despreciar a Tamar? ¿Qué revela esto acerca de sus deseos?
sobre el pecado en general?
4. ¿Qué fue impío en el consejo de Jonadab a Amnón? a david? ¿Por qué cada uno aceptó su
consejo en lugar de rechazarlo?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

El pueblo de Dios debe refrenar sus deseos carnales.

David se levantó de una siesta y sin darse cuenta vio a una mujer bañ á ndose. Si se
hubiera alejado, no se habría consumido de deseo por ella. En cambio, permitió que sus
deseos se salieran con la suya y cometió adulterio. Má s tarde, su hijo siguió su ejemplo al
no controlar su lujuria por Tamar, y esa lujuria dio un fruto horrible.
La tentació n llega a todas las personas. Mientras vivamos en cuerpos carnales,
experimentaremos deseos físicos. El deseo en sí mismo no es pecado; el pecado viene
cuando cedemos a deseos que son contrarios a la Palabra de Dios. No es pecado tener
hambre, pero puede ser pecado cuando cedemos a la tentació n de la gula.
Dios quiere que sus hijos se caractericen por el dominio propio. El mundo enseñ a que
debemos satisfacer todos nuestros deseos, alegando que no es saludable refrenar los
impulsos naturales. Pero la Palabra de Dios nos advierte que los deseos de la carne
conducen a la muerte, mientras que la justicia evidenciada por el dominio propio conduce a
la vida.
“Como la justicia lleva a la vida, así el que sigue el mal, lo persigue para su propia
muerte” (Proverbios 11:19).

La venganza pertenece a dios.

El pecado de Amnó n fue grave y necesitaba ser abordado. Este era el trabajo de David
como rey, y no debería haberlo ignorado a pesar de que fue cometido por su propio hijo.
Sin embargo, esto no justificaba que Absaló n tomara el asunto en sus propias manos.
Cuando Absaló n mató a Amnó n, no promulgó justicia; llevó a cabo la venganza. Al hacerlo,
simplemente estaba cometiendo otro pecado grave ante Dios, sin llevar a cabo el diseñ o de
Dios.
Es una respuesta humana natural querer justicia, y esto en sí mismo no está mal. Sin
embargo, el pueblo de Dios hace bien en recordar que no recibimos lo que merecemos de
Dios: recibimos gracia, no condenació n. Cuando alguien nos hace dañ o de alguna manera,
nuestra carne quiere desquitarse, exigiendo que se haga justicia. Pero esta es otra faceta de
refrenar nuestros deseos carnales, eligiendo en cambio perdonar y dejar el asunto en las
manos de Dios.
La persona conforme al corazó n de Dios incluso irá má s allá de abstenerse de vengarse y
realmente hará el bien a quienes le han hecho dañ o. Jesú s dijo: “Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen, para que seá is hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo
5:44). –45). Esto es exactamente lo que Cristo hizo por nosotros, derramando bendiciones
sobre nosotros cuando todo lo que merecíamos era la muerte.
Cuidado con los consejos impíos.

Jonadab vio que Amnó n estaba languideciendo por una mujer, así que le ofreció consejos
sobre có mo satisfacer sus deseos carnales. Y, como la mayoría de los falsos consejeros,
parecía estar bien versado en las intrigas de todos los que le rodeaban, apareciendo en los
momentos má s oportunos para dar su consejo, como lo hacía cuando David estaba de
duelo.
Comenzó su consejo a Amnó n sugiriendo que el joven engañ ara a su padre. Amnó n
debería haber reconocido que el consejo de Jonadab era impío y lo rechazó de plano. En
cambio, siguió la venenosa “sabiduría” de Jonadab, aunque no estaba obligado a hacerlo.
Hoy, el mundo nos bombardea con consejos impíos que, como los de Jonadab, a menudo
suenan sabios y oportunos, pero el pueblo de Dios está llamado a sopesar cada enseñ anza
contra las enseñ anzas de las Escrituras. El consejo piadoso nunca nos aconseja
desobedecer los mandamientos de Dios. Si Amnó n hubiera considerado eso, en realidad
podría haber sucedido a su padre en el trono.

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Qué debería haber hecho Amnón acerca de sus deseos por Tamar? ¿Cuál hubiera sido
una manera piadosa de lidiar con la situación?
6. ¿Cómo reflejaron las acciones de Amnón y Absalón la vida de David? ¿Cómo se
diferenciaron?
7. ¿Por qué David no abordó el pecado de Amnón? de Absalón? ¿Cómo podrían haber
terminado las cosas si él hubiera castigado a Amnón en primer lugar?
8. ¿Qué papel jugó Jonadab en estas dos tragedias? ¿Cuánta responsabilidad tuvo él por los
pecados? ¿Cuánta responsabilidad tenían Amnón y Absalón?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Cuándo has recibido consejo impío? ¿Cómo puedes saber cuándo alguien te está dando
un consejo piadoso?
10. ¿Hay un área de deseo carnal que está controlando tu vida en este momento? ¿Qué
debes hacer para refrenar esos deseos?

ABSALÓN
2 SAMUEL 15, 18
TRASFONDO DEL PERSONAJE

Después de asesinar a su hermano Amnó n, Absaló n huyó de Jerusalén y se fue a vivir con
su abuelo, el rey de Gesur. Vivió allí durante tres añ os, mientras David lloraba por él y
anhelaba volver a verlo. Joab eventualmente intervino (usando una tá ctica que era muy
similar a la confrontació n de Natá n en el Estudio 5) y persuadió a David para que enviara
un mensaje a Absaló n, permitiéndole regresar a Jerusalén.
Sin embargo, una vez que Absaló n regresó , David se negó a verlo, quizá s porque estaba
dividido entre el amor paternal y la culpa por no haber hecho justicia después del asesinato
de Amnó n. Cualesquiera que fueran sus motivos, Absaló n se vio obligado a contentarse con
vivir en Jerusalén sin acceso a su padre. En esto, sin embargo, estaba todo menos contento.
Entonces Absaló n tomó el asunto en sus propias manos. Hizo que sus sirvientes
prendieran fuego a las cosechas de Joab, forzando una confrontació n con Joab, el líder del
ejército de David. Entonces Joab fue a David e intercedió , y David se arrepintió y restauró a
su hijo a una relació n amorosa plena. Uno podría esperar que Absaló n se contentara con
eso; después de todo, ¿qué má s podía desear, una vez que había sido restaurado a la buena
voluntad de David?
Resultó que había mucho má s que Absalom deseaba: codiciaba el poder y no estaría
satisfecho hasta que hubiera matado a su padre y tomado el trono para sí mismo. En este
estudio, veremos que comienza a desarrollarse otro elemento trá gico de las profecías del
Señ or (que encontramos en el Estudio 5).

LECTURA 2 SAMUEL 15:1–16

JUGAR A LA POLÍTICA: el hijo de David, Absalón, decide que ya es hora de que él sea rey, y comienza a construir una
conspiración contra David.

1. DESPUÉS DE ESTO: Absaló n había huido de Jerusalén después de asesinar a Amnó n,


como vimos en el ú ltimo estudio. Joab, el comandante del ejército de Israel, había
persuadido a David para que permitiera que su hijo regresara a Jerusalén, pero David aú n
se negaba a verlo. Después de dos añ os, Absaló n tomó medidas desesperadas: hizo que sus
sirvientes prendieran fuego a las cosechas de Joab, lo que obligó a Joab a ayudarlo a entrar
a la presencia de David. Esta coerció n funcionó ; Joab habló con David y el rey finalmente
permitió que su hijo volviera a verlo.
ABSALÓN SE PROVEYÓ DE CARROS Y CABALLOS: Absaló n comenzó a tomar la
apariencia externa de la realeza, conduciendo por toda la tierra en carruajes caros con
hombres corriendo delante de él, anunciando su llegada. Efectivamente, se estaba dando un
desfile cada vez que se aventuraba en pú blico. El Señ or había advertido al pueblo de Israel
que los reyes se comportarían de esta manera (1 Samuel 8:11).
2. ABSALOM SE LEVANTARÍA TEMPRANO: La puerta de la ciudad era el sitio de
audiencias pú blicas sobre muchos asuntos civiles, generalmente resueltos por los ancianos
de la ciudad. Tales audiencias generalmente se llevaban a cabo en las primeras horas de la
mañ ana, antes del calor del día. Absaló n ocupó deliberadamente una posició n destacada en
las puertas de la ciudad para erigirse en una especie de juez entre el pueblo.
ABSALÓN LO LLAMARÍA: Absaló n fue má s allá de pararse pasivamente en las puertas
de la ciudad, esperando que la gente le trajera sus quejas. Abordó deliberadamente a
personas que se dirigían a buscar una audiencia con David.
3. TU CASO ES BUENO Y JUSTO: Absaló n usó la adulació n para ganarse la confianza de
aquellos que tenían agravios. No se preocupó por la justicia, y parece que no hizo ningú n
esfuerzo por investigar la validez de las afirmaciones de nadie. Su deseo no era de justicia,
sino de poder.
NO HAY DIPUTADO DEL REY PARA ESCUCHARTE: Absaló n entonces llevó su complot
a otro nivel. No se limitó a ofrecer una especie de justicia directa, sino que también le dijo a
la gente que David estaba demasiado ocupado para ocuparse de las preocupaciones de su
gente. De esta manera, plantó las primeras semillas de la revolució n en la mente de la
gente.
4. OH, QUE YO FUI HECHO JUEZ EN LA TIERRA: Aquí encontramos una estratagema
política astuta, ya que Absaló n primero inventó un agravio para que el pueblo lo
mantuviera contra David al sugerir que el rey estaba demasiado ocupado para brindarles
justicia, y luego él les ofreció la solució n a ese agravio inventado. Esta estratagema todavía
se puede observar en la política moderna.
LE DARÍA JUSTICIA: A pesar de las malas intenciones de Absaló n, había algo de verdad
en su reclamo de injusticia dentro de la corte de David. La triste ironía, por supuesto, fue
que Absaló n se había beneficiado de esa misma falta de justicia, al asesinar a su hermano y
salirse con la suya.
5. LLEVARÍA LA MANO Y LO TOMARÍA Y LO BESARÍA: Absalom esencialmente se
estaba postulando para un cargo, dá ndose un desfile, haciendo discursos pú blicos,
ofreciendo promesas vacías, dá ndose la mano, deteniéndose justo antes de besar bebés.
Una monarquía, sin embargo, no es un cargo electo. Absaló n estaba provocando
deliberadamente una rebelió n contra el rey de Dios.

ROBAR CORAZONES: Las tácticas de Absalón dan malos frutos, y le roba la lealtad de la nación al rey legítimo. Ahora es
el momento de tomar acción.

6. ABSALÓN ROBÓ LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES DE ISRAEL: A menudo se


dice que un héroe nacional se ganó los corazones del pueblo a través de grandes hechos de
valor y patriotismo. David se había ganado los corazones de Israel a través de su valor,
como cuando derrotó a Goliat. Este es un terrible contraste con el robo de la lealtad del
pueblo por parte de Absaló n.
7. DESPUÉS DE CUARENTA AÑOS: Otros manuscritos traducen esto como “cuatro
añ os”. Absaló n probablemente tenía alrededor de treinta añ os en ese momento, y todo el
reinado de David solo duró cuarenta añ os. Este evento probablemente ocurrió durante la
ú ltima década del gobierno de David.
HEBRÓN: Absaló n nació en Hebró n, ya David le hubiera parecido natural que su hijo
regresara allí para cumplir un voto. Su ubicació n, a unas veinte millas al sur de Jerusalén
(ver el mapa en la Introducció n), le proporcionó suficiente distancia del rey para mantener
ocultos sus preparativos.
11. FUERON INOCENTES: Absaló n había atraído a sus hermanos a una celebració n de
esquila de ovejas para asesinar a Amnó n; había robado los corazones de la gente al jugar
con su confianza implícita en su integridad cuando se sentó a la puerta de la ciudad; y aquí
probablemente seleccionó a algunos de los hombres má s influyentes de Jerusalén y los
condujo en una misió n siniestra a Hebró n, mientras ellos creían que era un viaje legítimo
para cumplir un voto al Señ or. Esta era una característica de la vida de Absaló n, manipular
a las personas que confiaban en él.
12. AHITOFEL: Abuelo de Betsabé y uno de los consejeros de confianza de David. É l
figuraría significativamente má s tarde en la rebelió n de Absaló n, y su consejo fue
generalmente tan sabio y acertado que “fue como si uno hubiera consultado el orá culo de
Dios” (2 Samuel 16:23). Sin embargo, su decisió n de ponerse del lado de Absaló n no fue
sabia y finalmente lo llevó a un final trá gico. Es posible que se estuviera vengando de David
por su adulterio y asesinato.
13. LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES DE ISRAEL ESTÁN CON ABSALOM: Esta es
una triste declaració n de la inconstancia del corazó n humano. David había hecho mucho
bien a la nació n de Israel, y el Señ or había bendecido a Su pueblo durante su reinado; sin
embargo, se volvieron contra él en un instante, seducidos por la vana adulació n y el
engañ o.
14. LEVANTAOS Y HUYAMOS: David quería evitar un bañ o de sangre en la ciudad de
Jerusalén, cuyo mismo nombre estaba conectado con la palabra hebrea shalom, que
significa “paz”. Fue durante este tiempo que David escribió el Salmo 3: “Pero tú , oh Señ or,
eres un escudo para mí, mi gloria y el que levanta mi cabeza. . . . La salvació n es del Señ or”
(v. 3, 8).
16. EL REY DEJÓ DIEZ MUJERES: David habría asumido que estas mujeres estarían a
salvo, ya que la preocupació n de Absaló n era matar a su padre, no a las concubinas de su
padre. Pero al dejarlas atrá s, David sin darse cuenta preparó el escenario para el
cumplimiento de la orden del Señ or. profecías (2 Samuel 12:11), ya que Absaló n las usó
para deshonrar a David (2 Samuel 16:20–23).

LECTURA 2 SAMUEL 18:9–18

LA MUERTE DE ABSALOM: La conspiración ha llevado a una guerra civil dentro de Israel, pero las profecías del Señor
se cumplen con la trágica muerte de Absalom.

9. ABSALÓN ENCONTRÓ A LOS SIERVOS DE DAVID: Mucho había sucedido en los


capítulos intermedios, y había estallado una guerra abierta entre las fuerzas de Absaló n y
las fuerzas de David.
SU CABEZA SE ATRAPÓ EN EL TEREBINTO: Absaló n se enorgullecía mucho de su
cabello largo y espeso y de su buena apariencia (2 Samuel 14:25–26), y es probable que su
cabello se enredara en las ramas del á rbol. Hay cierta ironía en que aquello de lo que se
enorgullecía fuera la causa de su muerte. El terebinto era un á rbol fuerte, de tamañ o
mediano, originario de Israel.
COLGANDO ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA: Esta frase poética describe la situació n
literal de Absaló n, mientras colgaba de su cabello, pero también sugiere las circunstancias
peligrosas que él había creado para sí mismo, ya que de repente se encontró sin ningú n
aliado, ya sea en la tierra o en la tierra. en el cielo. Incluso la misma mula que montaba lo
abandonó a su suerte.
12. CUÍDATE DE QUE NADIE TOQUE AL JOVEN ABSALÓN: David había ordenado
claramente a sus tres generales (Joab, Abisai e Itai) que sofocaran la rebelió n pero que no
dañ aran a su hijo Absaló n. Este soldado anó nimo fue sabio al desobedecer a su comandante
en este punto, ya que Joab insistió en que matara al indefenso Absaló n. El soldado sabía que
hacerlo estaría directamente en contra de las ó rdenes del rey, y también se dio cuenta de
que Joab má s tarde le permitiría cargar con la culpa. Veremos a Joab má s de cerca en el
pró ximo estudio.
15. LO GOLPEÓ Y LO MATÓ: A pesar de la cuidadosa insistencia de David de que se
salvara a su hijo, la profecía del Señ or no pudo evitarse, y su propio hijo murió a espada.
Absaló n había traído sobre sí mismo el juicio de muerte cuando asesinó a su propio
hermano, y había traído má s condenació n al tratar de derrocar al rey de Dios. Joab
desobedeció el claro mandamiento del rey, pero por otro lado puso fin rá pidamente a la
guerra civil, evitando má s muertes innecesarias, y también llevó a cabo la justicia que
David no había podido exigir al ejecutar a Absaló n.
18. LEVANTÓ UNA COLUMNA PARA SÍ MISMO: He aquí el triste resumen de la vida de
Absaló n, un joven que se había puesto por encima de todos los demá s. Saú l, otro hombre
que estaba motivado por su propio interés, también había levantado un monumento a sí
mismo (1 Samuel 15:12), y mire adó nde lo llevó .

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Por qué se rebeló Absalón contra su padre? ¿Qué lo motivó? ¿Cómo debería haber vivido
su vida?
2. ¿Cómo podrían haber sido diferentes las cosas si David hubiera hecho justicia después del
asesinato de Amnón? después de la violación de Tamar?
3. ¿Por qué el pueblo siguió a Absalón tan fácilmente? ¿Qué esperaban ganar? ¿Por qué le
dieron la espalda a David?
4. ¿Por qué Absalón erigió un monumento a sí mismo? ¿Qué reveló esto sobre su carácter?
¿Sobre sus metas?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

Debemos humillarnos, no exaltarnos.


Absalom era un hombre con un carisma inmenso, reconocido por su buena apariencia y
personalidad magnética. Ademá s, tenía el mejor pedigrí que uno podría esperar, ya que su
padre era un rey y su madre era la hija de un rey. También tenía talento político y podía
persuadir a la gente de su punto de vista. En resumen, tenía el potencial para convertirse
en un líder muy capaz en Israel.
Sin embargo, la gran ironía de la vida de Absaló n es que al tratar de levantarse, terminó
siendo derribado. Su actitud era opuesta a la de su padre; David se había humillado
constantemente ante Saú l, incluso cuando ponía su vida en peligro. David entendió un
principio importante de la Palabra de Dios: cuando el pueblo de Dios se humilla, Dios lo
exalta.
El mundo nos enseñ a que si no te cuidas tú , nadie má s lo hará . Pero la Palabra de Dios
enseñ a lo contrario: los cristianos no necesitan estar siempre velando por sus propios
intereses, porque podemos depender de Dios para cuidar de nosotros. Como nos recuerda
Santiago, “Humillaos delante del Señ or, y él os exaltará ” (Santiago 4:10).

La rebelió n contra el rey de Dios nunca tiene éxito en ú ltima instancia.

Absaló n probablemente se consideraba heredero del trono de David, aunque ese no era
el plan de Dios para su vida. Absaló n fue vencido por su deseo de poder, y esa lujuria lo
llevó a tomar el asunto en sus propias manos. No se dio cuenta de que el rey de Israel era el
siervo escogido de Dios. Si Absaló n se hubiera dado cuenta de que rebelarse contra David
tenía tantas probabilidades de éxito como rebelarse contra Dios, su vida podría haber
terminado en menos desgracia.
Esta fue una lecció n que los líderes judíos, y específicamente Judas, aprendieron en el
Nuevo Testamento. Mientras los judíos buscaban a su Mesías, rechazaron a Jesú s porque,
en lugar de empoderarlos, É l los llamó al arrepentimiento. En lugar de recibir y servir al
rey de Dios, Judas dispuso que lo mataran, y los líderes judíos estaban ansiosos por ayudar.
Bajo la soberanía de Dios, su mismo acto de traició n, la cruz, estableció la autoridad de
Jesú s y afirmó su realeza, mientras que Judas murió de una muerte espantosa (Mateo 27:1–
5). Absaló n aprendió la misma lecció n. Al rebelarse y derrocar al rey de Dios, provocó un
curso de eventos que finalmente terminó con su propia muerte.

Guarda tu corazó n contra las seducciones del mundo.

Uno de los elementos má s trá gicos de estos pasajes es la facilidad con la que el pueblo de
Dios se volvió contra Su rey elegido. Sin embargo, no es difícil de entender desde una
perspectiva humana: Absaló n era un líder carismá tico que sabía jugar a la política con
mucha habilidad. Jugó con el descontento y los temores de la gente, prometiéndoles una
solució n que no podía ofrecer.
El mundo no ha cambiado desde los días de David; todavía hay muchas fuerzas que
juegan con nuestras frustraciones y deseos, haciendo promesas que no se pueden cumplir.
Encontramos estas vanas promesas en la política, en la publicidad, en el entretenimiento e
incluso en algunos pú lpitos: promesas de riqueza temporal, gratificació n carnal, realizació n
personal y mucho má s. El mundo apela a nuestra vanidad, como lo hizo Absaló n cuando
desfiló por Jerusalén, y juega con nuestros miedos e insatisfacciones tal como lo hizo
Absaló n con aquellos que encontró en las puertas de la ciudad.
Recuerde las palabras que David escribió en el mismo momento en que su vida y su
reinado estaban en grave peligro: “Muchos son los que se levantan contra mí. Muchos son
los que dicen de mí: 'No hay ayuda para él en Dios'. . . . Pero tú , oh Señ or, eres un escudo
para mí, mi gloria y el que levanta mi cabeza” (Salmo 3:1–3). La verdadera satisfacció n y el
cumplimiento solo se pueden encontrar en Dios, y lo que el mundo promete no se puede
comparar con lo que É l promete.

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Qué eventos llevaron a la revolución de Absalón? ¿Qué papel jugó el pecado de David en
la preparación del escenario?
6. ¿Qué tácticas usó Absalón para ganar poder? ¿Cómo usa el mundo esas mismas tácticas
hoy para alejar a la gente de Dios?
7. ¿Por qué Dios ordena a su pueblo que se humille? ¿Cómo es esto contrario a las
enseñanzas del mundo? ¿Cómo demostró Jesús humildad?
8. En términos prácticos, ¿cómo trata el mundo de seducir a las personas para alejarlas de
Dios hoy? ¿Cómo puede un cristiano guardarse de esas seducciones?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Estás confiando en la soberanía de Dios en tus circunstancias actuales, o estás luchando


por tomar el control? ¿Qué pasajes de las Escrituras podrían animarte en esta área?
10. ¿En qué circunstancias te sientes más tentado a exaltarte a ti mismo, en lugar de
humillarte? ¿Qué puedes aprender a este respecto del ejemplo de Cristo?

8
JOAB
2 SAMUEL 3, 19, 20; 1 REYES 2

TRASFONDO DEL PERSONAJE

Joab fue un hombre de acció n, un soldado experimentado que demostró coraje y fuerza
en la batalla. Saltó a la fama a principios del reinado de David al liderar una victoria
decisiva contra el enemigo (1 Cró nicas 11). También fue un líder inspirador, y el ejército de
Israel fue ferozmente leal a su mando. Mientras Absaló n era devoto de sí mismo, y David
era (generalmente) devoto del Señ or, Joab era devoto de Israel. Hizo lo que pensó que era
mejor para la nació n, independientemente de lo que pensara el Señ or o cualquier otra
persona al respecto.
Una vida de combate tiende a hacer que un hombre sea muy prá ctico en su forma de
pensar, y Joab no fue la excepció n. Tendía a buscar el método má s conveniente para lograr
sus objetivos, y los perseguía con el mismo fervor feroz que lo hacía sobresalir en la batalla.
También brindó fuertes consejos al rey en ocasiones, como cuando motivó a David a
superar su dolor personal y mostrar un fuerte liderazgo a su pueblo.
Pero cada fuerza trae una debilidad correspondiente, y el feroz celo de Joab lo llevó a
cometer varios asesinatos traicioneros. En el Estudio 1, vimos a un joven llamado Asahel
que valientemente corrió tras Abner, el líder de un ejército que se rebelaba contra David a
principios de su reinado. Abner trató de persuadir a Asahel para que dejara de perseguirlo,
pero al final se vio obligado a herirlo con su lanza, matá ndolo en el acto. Asahel era el
hermano menor de Joab, y descubriremos en este estudio que alimentó un odio hacia
Abner durante muchos añ os. Cuando se presentó la oportunidad, Joab se vengó .

LECTURA 2 SAMUEL 3:20–30

UNA VENGANZA LARGAMENTE ESPERADA: Después de años de espera, Joab trama un malvado complot contra Abner
y lo ejecuta en la puerta de la ciudad.

20. ABNER: Ahora volvemos a los primeros días del reinado de David. Este pasaje sigue
inmediatamente a parte de la lectura de las Escrituras en el Estudio 1. Abner había estado
dirigiendo el ejército rebelde en nombre de Is-boset, el ú ltimo hijo de Saú l, pero los dos
hombres tenían un desacuerdo. Abner acababa de pasarse a David cuando se abre este
pasaje. Será importante recordar también que Abner había matado en combate a un joven
llamado Asahel, hermano de Joab. Consulte el Estudio 1 para obtener má s informació n.
21. SE FUE EN PAZ: David había hecho las paces con Abner, aunque Abner había estado
dirigiendo el ejército rebelde contra él. El objetivo de David siempre fue traer paz y unidad
dentro de Israel, y siempre estaba dispuesto a perdonar a aquellos que se arrepintieran de
sus malas acciones. Joab no fue tan indulgente, y parece que nunca creyó que el cambio de
lealtades de Abner fuera genuino.
22. JOAB VINO DE UNA REDADA: Para obtener una imagen equilibrada de Joab,
también debemos recordar que fue un gran hombre de valor, y que sirvió fielmente a Israel
durante todo el reinado de David. Fue uno de los generales que dirigió valientemente el
ejército de David, yendo de victoria en victoria. Aú n así, como ya hemos visto en el Estudio
4, no estuvo por encima de realizar actos sin escrú pulos, ya que obedeció la orden de David
de asesinar a Urías; sin embargo, incluso ese acto malvado fue hecho por obediencia a su
rey. Joab fue un hombre violento, pero también fue fiel a David.
24. ¿QUÉ HAS HECHO?: Joab no se avergonzó de confrontar a David, y sus
confrontaciones a menudo eran por el bien de David, como veremos en el siguiente pasaje.
En este caso, sin embargo, lo motivó una vendetta personal.
25. ABNER. . . VINO A ENGAÑAROS: Esto no era cierto, aunque es muy posible que Joab
lo creyera. Sin embargo, es má s probable que Joab estuviera tratando de manipular a David
para vengarse.
27. JOAB LO LLEVÓ APARTE EN LA PUERTA: El truco de Joab fue la má xima traició n.
Primero, la puerta de la ciudad era un lugar de debate pú blico y justicia; se consideraba un
lugar seguro para resolver disputas. En segundo lugar, Hebró n mismo (donde sucedió esto)
era una de las ciudades de refugio de Israel (Josué 20), un refugio seguro para cualquiera
que matara a una persona accidentalmente. Joab se aprovechó de estas cosas para
convencer a Abner de que confiara en él y luego lo apuñ aló en el vientre.
POR LA SANGRE DE ASAHEL SU HERMANO: Joab no tenía un agravio legítimo contra
Abner. Abner había matado a Asahel en combate, e incluso entonces se esforzó mucho por
evitar hacerlo.
29. REPOSE SOBRE LA CABEZA DE JOAB: Una vez má s encontramos a David fallando
en hacer justicia en su propia casa. Joab era culpable de asesinato, y era responsabilidad del
rey darle muerte. Esa sentencia fue finalmente ejecutada por Salomó n, como veremos.

LECTURA 2 SAMUEL 19:1–13

EL REGRESO DEL REY: Absalón ha muerto, a manos de Joab, comandante del ejército de David. Mientras David, que
había huido de Jerusalén, se prepara para regresar a su amada ciudad, también se prepara para derrocar a su comandante,
por uno nuevo.

1. EL REY ESTÁ LLORANDO Y LENTIENDO POR ABSALÓN: Ahora avanzamos al día de


la muerte de Absaló n, que vimos en el ú ltimo estudio. En lugar de regocijarse por su
victoria sobre la rebelió n, David se sintió abrumado por el dolor por la muerte de Absaló n.
Le había ordenado a Joab que no le hiciera dañ o a su hijo, pero Joab sabía que mientras
Absaló n viviera, el trono de David no permanecería seguro. Absaló n también merecía la
muerte, tanto por el asesinato de su hermano como por sus atentados contra la vida de su
padre. A Joab no le importaba si lo que hacía era moral. A él solo parecía importarle si era
lo mejor para Israel, y en este caso decidió que a Absaló n no se le podía permitir vivir.
3. COMO PUEBLO QUE TIENE VERGÜENZA: El terrible dolor de David por la muerte de
Absaló n tuvo un efecto profundo en sus soldados. Habían arriesgado sus vidas en la batalla
y muchos también se habían visto obligados a matar a sus compatriotas y tal vez incluso a
sus propios parientes en la guerra civil. Esperaban que su líder se regocijara por la victoria,
pero en cambio se llenaron de vergü enza y consternació n.
5. HOY HAS DESGRAVADO A TODOS TUS SIERVOS: Una vez má s, vemos a Joab
confrontando al rey con denuedo y hasta con agresividad. Como de costumbre, Joab puede
o no haber pensado en los mejores intereses de David, pero estaba preocupado por Israel
desde un punto de vista político. 6. amas a tus enemigos y aborreces a tus amigos: Joab no
podía comprender el compromiso de David con la misericordia y la unidad. David no
deseaba venganza ni derramamiento de sangre; anhelaba la paz y una nació n unificada,
aunque su aplicació n de esas prioridades no siempre fue sabia, como sus fracasos para
promulgar justicia dentro de su hogar. Pero Joab no compartía las convicciones de David;
su respuesta inmediata siempre fue vengarse, y probablemente se sintió asqueado al ver a
su rey llorando por un enemigo caído.
TE HABRÍA AGRADADO BIEN: Esto, por supuesto, era una exageració n ridícula. David
estaba en una posició n en la que no podía evitar la catá strofe: o perdía su trono (y su vida),
o perdía a su hijo.
7. SAL Y HABLA CONSUELO A TUS SIERVOS: Este fue un buen consejo. David
necesitaba honrar a sus soldados leales por el costo que habían pagado para sofocar la
rebelió n. Joab vio claramente que, de lo contrario, el rey corría el riesgo de perder el apoyo
del pueblo. Joab también estaba haciendo una amenaza velada de que él personalmente se
encargaría de que el ejército desertara a menos que David dejara de llorar.
13. AMASA: El líder del ejército de Absaló n.
EN LUGAR DE JOAB: David determinó remover a Joab de su posició n como comandante
del ejército porque había matado a Absaló n, contrario a las ó rdenes directas de David. Sin
embargo, al hacer esto, sin saberlo, selló el destino de Amasa, porque Joab seguramente se
vengaría.

LECTURA 2 SAMUEL 20:1–10

UNA CARRERA MUY CORTA: Con Absalón muerto, uno pensaría que habría paz en la tierra. No había. Un rebelde entra
en escena y divide al pueblo. La guerra estalla entre las dos facciones y David da sus primeras ó rdenes a su nuevo
comandante, Amasa. Será n los ú ltimos que recibirá .

1. SUCEDIÓ QUE HABÍA ALLÍ UN REBELDE: Inmediatamente después de la derrota


de Absaló n, surgió una nueva divisió n entre la tribu de Judá y el resto de Israel. Muchos
sintieron que el pueblo de Judá había sido presuntuoso al llevar a David de regreso a
Jerusalén en victoria; sintieron que deberían haber sido incluidos en la celebració n de la
victoria. Parece una pelea insignificante, pero siempre hay personas que usan desaires
menores para beneficio personal. Este hombre, Sheba, era una de esas personas, e intentó
usar la pelea para provocar otra rebelió n.
2. TODO HOMBRE DE ISRAEL ABANDONÓ A DAVID: Una vez má s vemos la trá gica
inconstancia del corazó n humano.
4. DENTRO DE TRES DÍAS: David necesitaba que el ejército se reuniera rá pidamente,
porque la rebelió n de Seba podría convertirse en una amenaza aú n peor que la de Absaló n.
6. ABISHAI: El hermano mayor de Joab.
8. SE CAYÓ: La espada de Joab sin duda se deslizó de su vaina por diseñ o, no por
accidente.
9. MI HERMANO: Joab y Amasa en realidad eran primos, y este saludo era una
declaració n abierta de intenciones pacíficas. Sin embargo, Joab literalmente traicionó a
Amasa con un beso, tal como lo hizo Judas con Jesú s.

LECTURA 1 REYES 2:28–34

EL FIN DE JOAB: Durante años, Joab había servido fiel y hábilmente al rey David como comandante de su ejército. Pero
David, ya fallecido, lo había quitado en favor de otro, a quien Joab a su vez mató. Ahora, Joab ha desertado de la elección de
Dios para guiar a Israel, Salomón, para servir a Adonías. Es el último error que cometerá.
28. JOAB HABÍA PASADO A ADONÍAS: David había muerto, y su hijo Salomó n había
asumido el trono. Adonías, otro hijo de David, había intentado una rebelió n muy similar a la
de Absaló n, y Joab lo había ayudado.
TOMÓ LOS CUERNOS DEL ALTAR: Joab no podía reclamar santuario en el templo
porque era culpable de asesinato deliberado, no de homicidio accidental.
31. PARA LLEVAR. . . LA SANGRE INOCENTE: David, cerca del final de su vida, le había
encargado a Salomó n que hiciera justicia a Joab (v. 5–6), tal vez lamentando su propio
fracaso al hacerlo. Aquí, Salomó n finalmente impuso la pena de muerte a Joab por los
muchos asesinatos que había cometido.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Por qué Joab asesinó a Abner? En su opinión, ¿Abner merecía la muerte? ¿Estaba justificada la ira de Joab?

2. ¿Cuáles fueron algunas de las fortalezas de Joab? ¿Cuáles eran sus debilidades? ¿Por qué sus debilidades ganaron
ventaja en su vida?

3. ¿Por qué Joab mató a Absalón? En su opinión, ¿esto estaba justificado o injustificado?
¿Cuáles fueron los motivos probables de Joab?
4. ¿Por qué Joab acusó a David de amar a sus enemigos y odiar a sus amigos? ¿Qué revela
esto sobre el carácter de Joab? sobre el carácter de David?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

La venganza pertenece a dios.

La ú ltima parte de la vida de David estuvo plagada de gente vengativa. Absaló n asesinó a
su hermano para vengarse de la violació n de su hermana. Joab asesinó a dos hombres por
un espíritu de venganza, y ninguno de los dos le había hecho nada malo. Sin embargo,
ambos asesinos indudablemente justificaron sus crímenes en sus propias mentes,
convencidos de que estaban logrando un “bien mayor” a través de sus actos de violencia.
Después de todo, ambos estaban vengando algú n crimen percibido contra sus familias, y
ambos se beneficiarían personalmente de la muerte de sus víctimas: Absaló n destituyó al
heredero aparente del trono de David, y Joab destituyó a su competidor por la jefatura del
ejército de Israel.
Es fá cil justificar el pecado en nuestras propias mentes, pero cuando lo hacemos, no
vemos nuestra vida desde la perspectiva de Dios, como hemos discutido en estudios
anteriores. Absaló n pudo haberse sentido agraviado porque Amnó n no fue castigado por
violar a Tamar, pero no le correspondía a él igualar el marcador. Si hubiera visto la
situació n a través de los ojos de Dios, se habría dado cuenta de que el Señ or abordaría la
culpa de Amnó n en Su propio tiempo. Absaló n no era responsable ni estaba calificado para
hacer justicia; solo Dios puede hacer eso.
Cuando tomamos la venganza en nuestras propias manos, solo logramos crear otra
injusticia. Absaló n no enmendó la situació n al abordar el pecado de Amnó n; solo cometió
otro pecado: el asesinato. Los cristianos estamos llamados a devolver el mal con justicia, no
a exigir justicia a los que nos ofenden. “Amados, no os venguéis vosotros mismos —escribió
el apó stol Pablo—, sino dad lugar a la ira; porque escrito está : Mía es la venganza, yo
pagaré, dice el Señ or. Por lo tanto, 'Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed,
dale de beber; porque al hacerlo, ascuas de fuego amontonará s sobre su cabeza.' No te
dejes vencer por el mal, sino vence el mal con el bien” (Romanos 12:19–21).

La ira del hombre no produce la justicia de Dios.

Joab y Absaló n pensaron que podían producir justicia y rectitud a través de sus actos
violentos. Absaló n estaba pagando un pecado contra su hermana, y Joab estaba
manteniendo a David seguro en su reinado, o eso pensaban. Pero sus acciones airadas no
produjeron justicia; só lo produjeron má s pecados y má s ira.
La ira en sí misma no es mala; es una respuesta emocional a las circunstancias, y hay
lugar para la ira justa. La ira puede ser una indicació n de que algo anda mal en una relació n
y puede alertarnos sobre el hecho de que debemos abordar un problema con un hermano o
una hermana. El peligro radica en lo que hacemos con nuestra ira, y con demasiada
frecuencia nos lleva al pecado.
Tenemos razó n al estar enojados con el pecado y enojados con la maldad en el mundo
que nos rodea. Pero nos equivocamos cuando descargamos nuestra ira en otras personas,
ya sea de palabra o de hecho. Como tal, se nos advierte: “Que todo hombre sea . . . lento
para la ira; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19–20) y
ademá s, “Airaos, [pero] no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26–
27, énfasis añ adido).

Nuestro pecado puede producir sufrimiento a largo plazo, pero la gracia de Dios es mayor.

Hemos visto en estos estudios los terribles resultados del pecado de David. El Señ or
declaró que la casa de David estaría plagada de traició n y violencia, y esa terrible profecía
se cumplió a través de los pecados de Amnó n, Absaló n, Joab y otros. El trono de David y su
propia vida estaban amenazados por la lucha civil, los deseos de poder y la venganza, y
todas estas cosas eran el resultado de sus propios pecados de adulterio y asesinato. Los
pecados de un hombre tuvieron un efecto devastador sobre toda su casa, sobre la familia
de Urías y sobre toda la nació n de Israel. Nadie puede predecir qué consecuencias pueden
seguir a cualquier acto de pecado.
Sin embargo, esto es solo una parte de la verdad, por muy aleccionador que sea. La otra
parte es igualmente importante: la gracia de Dios vence los pecados de los hombres. David
era un hombre pecador, y sus obras dieron frutos amargos para muchos; sin embargo, Dios
aú n lo usó para lograr el nacimiento de Jesucristo.
El Señ or declaró que el trono de David sería establecido para siempre, como vimos en el
Estudio 2, y nada podría impedir que la promesa de Dios se cumpliera. Y, tan horribles
como fueron los pecados de David, la Biblia todavía habla de él como “un hombre conforme
al corazó n [de Dios]” (Hechos 13:22).
Esto no nos da licencia para pecar, por supuesto, porque las consecuencias del pecado
son muy reales, como lo demuestra la vida de David. Sin embargo, al mismo tiempo,
podemos regocijarnos en el hecho de que la sangre de Cristo ha cubierto todos nuestros
pecados, y los cristianos son redimidos del juicio eterno y de la separació n de Dios. “Porque
así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así
también por la obediencia de un hombre los muchos será n constituidos justos. Ademá s, la
ley entró para que el delito abundara. Pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia,
a fin de que como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia
para vida eterna por Jesucristo Señ or nuestro” (Romanos 5:19–21).

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Por qué David reemplazó a Joab con Amasá? ¿Por qué Joab asesinó a Amasa? ¿Qué
revelan estas cosas acerca de la visión de Dios de Joab?
6. Si hubieras estado en el lugar de Joab, ¿cómo habrías reaccionado cuando David te
reemplazó? ¿Cómo te hubieras sentido hacia Abner?
7. ¿Cuáles son los peligros de que alguien ame a su nación más de lo que ama a Dios?
¿Cómo ves esto en la vida de Joab?
8. ¿Qué es la ira justa? ¿Cuándo la ira se vuelve injusta?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Está albergando ira hacia otra persona? ¿Qué harás esta semana para perdonar a esa
persona? para mejorar su relación?
10. ¿De qué maneras ha demostrado Dios su gracia hacia ti? ¿Cómo puedes imitarlo en tus
relaciones con familiares, amigos y compañeros de trabajo?

9
MEFIBOSET Y ZIBA
2 SAMUEL 16, 19

ANTECEDENTES DE LOS PERSONAJES

Ahora volvemos al tiempo en que David se vio obligado a huir de Jerusalén a causa de la
rebelió n de Absaló n. (Vea los Estudios 7 y 8 para má s informació n.) La nació n entera de
Israel estaba en caos; la gente huía en todas direcciones, y el rey intentaba reunir a su
familia y a sus leales seguidores al mismo tiempo que intentaba poner fin al levantamiento
pacíficamente. Estaba soportando una gran carga de dolor por el hecho de que era su
propio hijo quien se rebelaba contra él.
En medio de todo este caos, David se encontró repentinamente frente a Siba, el
mayordomo de Mefiboset. Recordará s del Estudio 3 que Mefiboset era nieto de Saú l, hijo de
Jonatá n, y David lo había honrado por su promesa a Jonatá n. La mayoría de los reyes lo
habrían condenado a muerte para evitar cualquier amenaza a su trono, pero David le había
mostrado misericordia al dejarlo con vida, y luego había ido má s allá con una invitació n
permanente para cenar en su propia mesa todos los días. Mefiboset tenía mucho que
agradecer.
Pero en este punto, Ziba se acercó al rey alegando que Mefiboset se había quedado en
Jerusalén con la esperanza de convertirse en rey. Ziba se presentó a David como un siervo
leal, trayendo regalos y prometiendo que su familia seguiría a David dondequiera que
fuera. A pesar de algunas lagunas obvias en la historia de Ziba, en el fragor del momento,
David no tenía la capacidad de investigar y le otorgó a Ziba Mefiboset todo el patrimonio.
No es hasta má s tarde que Mefiboset tiene la oportunidad de presentar su propio lado de la
historia, y su cará cter piadoso será reivindicado.

LECTURA 2 SAMUEL 16:1–4

LA ACUSACIÓN DE ZIBA: David ha huido de Jerusalén durante la revuelta de Absalón, y se encuentra con Ziba, el
mayordomo de la casa de Mefiboset.

1. LA CIMA DE LA MONTAÑA: Este pasaje comienza cuando David huía de la rebelió n de


Absaló n. Estaba escalando el Monte de los Olivos para escapar de Jerusalén.
ZIBA EL SIERVO DE MEFIBOSET: Conocimos a estos dos hombres en el Estudio 3.
Mefiboset era el hijo de Jonatá n, el nieto de Saú l y el ú nico heredero restante. Estaba cojo
de ambos pies, y Ziba era su empleado, el mayordomo de su propiedad.
UN PAR DE ASNOS ENMONTADOS: Ziba se encontró con David cuando el rey huía de
Jerusalén, llevá ndole un generoso regalo de alimentos y provisiones para David y sus
hombres. Esta fue una forma de declarar pú blicamente su lealtad a David durante la
revolució n, y en la superficie fue un acto sabio. Veremos, sin embargo, que los motivos de
Ziba no eran puros.
3. ¿DÓNDE ESTÁ EL HIJO DE TU SEÑOR? Siba había sido el mayordomo de las
propiedades de Saú l cuando Saú l era rey. Tanto Saú l como Jonatá n murieron el mismo día,
y la herencia pasó al nieto de Saú l, Mefiboset. David sospechó de inmediato que Ziba estaba
presentando los regalos sin que Mefiboset estuviera presente, y esta era evidentemente la
intenció n de Ziba. Proporcionó a Ziba la oportunidad de traicionar a su patró n.
ÉL SE QUEDA EN JERUSALÉN: Esto era cierto: Mefiboset estaba cojo y no podía escapar
fá cilmente de Jerusalén sin ayuda, la cual Ziba aparentemente se negó a proporcionarle.
ISRAEL ME RESTAURARÁ EL REINO DE MI PADRE: Esta acusació n, sin embargo, era
falsa. Ziba le estaba diciendo a David que Mefiboset se había aprovechado de la revuelta de
Absaló n para intentar un golpe de Estado por su cuenta. Como el ú nico heredero que le
quedaba a Saú l, podría haber pensado que él mismo podría ascender al trono. Veremos que
él no tenía tales diseñ os.
4. TODO LO QUE PERTENECE A MEFIBOSET ES TUYO: Difícilmente se puede culpar
a David por hacer este juicio precipitado. En el momento en que Absaló n se rebeló , má s de
la mitad de la nació n se volvió contra David. El rey se encontró traicionado por muchos de
sus seguidores má s leales. La acusació n de Ziba también sonaba plausible en el fragor del
momento.
PARA QUE HALLE FAVOR A VOSOTROS: Esta fue una declaració n verdadera de parte
de Siba. Toda su motivació n era apoderarse de las tierras de Mefiboset, y se estaba
aprovechando de la rebelió n para su propio beneficio.

LECTURA 2 SAMUEL 19:24–30

LA REFUTACIÓN DE MEFIBOSET: David ha regresado a Jerusalén después de la muerte de Absalón, y esta vez se
encuentra con Mefiboset, quien tiene un relato diferente del asunto.

24. MEFIBOSET HIJO DE SAÚL BAJÓ A ENCONTRAR AL REY: Pasamos ahora al tiempo
posterior a la muerte de Absaló n, cuando David regresaba a Jerusalén. Mefiboset era en
realidad el nieto de Saú l, el hijo de Jonatá n.
NO HABÍA CUIDADO DE SUS PIES: Mefiboset era un invá lido, y pudo haber requerido
ayuda en algunos de sus cuidados personales. Pero su apariencia desaliñ ada era mucho
má s que no tener sirvientes que lo ayudaran; había descuidado deliberadamente su
apariencia exterior como señ al de su dolor por el sufrimiento de David.
25. ¿POR QUÉ NO FUIIS CONMIGO? Los que habían permanecido leales a David habían
huido de Jerusalén con él. Cualquiera que permaneciera en la ciudad era inmediatamente
sospechoso de deslealtad. Por lo tanto, la pregunta de David era bastante vá lida.
26. PORQUE TU SIERVO ES COJO: La mentira de Ziba comenzó a ser expuesta.
Mefiboset tenía la intenció n de cabalgar hacia David en un burro, pero Ziba aprovechó su
discapacidad para cabalgar delante de él, llevando el informe falso.
28. TODA LA CASA DE MI PADRE ERAN SOLO HOMBRES MUERTOS: Toda la familia
de Saú l estaba muerta excepto Mefiboset, así que esto ciertamente era exacto en un nivel
literal. Pero Mefiboset se estaba refiriendo al hecho de que, bajo cualquier otro rey, su
propia vida habría sido confiscada. Como vimos en el Estudio 3, David había hecho algo
bastante extraordinario a los ojos del mundo cuando honró al nieto del rey anterior. Por lo
general, el rey daría muerte a los herederos de su rival para protegerse contra la rebelió n.
QUE DERECHO TENGO YO: La gratitud de Mefiboset parece genuina. Reconoció que
había recibido una gran gracia del rey y que no tenía motivos para exigir nada má s.
29. ¿POR QUÉ HABLAS MÁS DE TUS ASUNTOS? : En otras palabras, “¡Me rindo! Esto es
demasiado complicado para mí como para resolverlo en este momento”. David estaba
abrumado por el dolor por la muerte de Absaló n, se enfrentó a restablecer su trono
después de la rebelió n, y tenía innumerables personas que exigían su atenció n. También
pudo haber visto que su decisió n anterior de entregar las tierras a Ziba fue precipitada, ya
que no había investigado los cargos. Con todo lo que estaba pasando, el patrimonio de
Mefiboset debe haberle parecido bastante insignificante a David en ese momento.
TÚ Y ZIBA SE DIVIDEN LA TIERRA: David no tuvo tiempo de investigar la verdad de
estas acusaciones contradictorias, y probablemente le preocupaba no reaccionar
exageradamente en ninguna de las dos direcciones. Probablemente parecía má s sensato,
dadas las circunstancias, permitir que Mefiboset y Ziba resolvieran la disputa por sí
mismos. Sin embargo, si Mefiboset estaba diciendo la verdad, la decisió n fue injusta: Ziba
debería haber sido castigado por su falsa acusació n, y Mefiboset debería haber
permanecido en posesió n de lo que le pertenecía por derecho.
30. QUE SE LO TOME TODO: En este punto, la verdad de la historia de Mefiboset se hizo
clara. No estaba motivado por un deseo de ganancia personal, como lo había estado Ziba;
de hecho, tenía poca preocupació n por sus propias posesiones. Su principal deseo era
permanecer en la presencia del rey, y se contentó con perdonar la traició n de Ziba y
permitirle mantener el deseo de su corazó n. El hijo de David, Salomó n, má s tarde ejecutaría
un juicio muy similar en una disputa entre dos prostitutas, cada una de las cuales afirmaba
que un bebé era suyo. Salomó n se ofreció a cortar al bebé en dos, y la verdadera madre
estaba tan horrorizada ante la perspectiva que inmediatamente se ofreció como voluntaria
para entregarle el niñ o a su rival (1 Reyes 3:16–28).

PRIMERAS IMPRESIONES

1. Si hubieras estado en la posición de David, ¿cómo habrías respondido a las acusaciones


de Siba contra Mefiboset?
2. Si hubieras estado en la posición de David, ¿cómo habrías respondido a los reclamos de
Mefiboset al regresar a Jerusalén?
3. ¿Qué evidencia hay de que Mefiboset estaba diciendo la verdad y Siba estaba mintiendo?
4. Si hubieras estado en la posición de Mefiboset, ¿cómo habrías enfrentado la traición de
Siba?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

No seas malagradecido.

Ziba había experimentado muchas bendiciones en su vida. El rey Saú l le había confiado la
supervisió n de todas las tierras y posesiones del rey, una posició n que le otorgaba gran
poder y autoridad. También le dio una riqueza personal significativa, ya que su propia casa
se había vuelto bastante grande (2 Samuel 9:10). Sin embargo, la muerte de Saú l fá cilmente
podría haberlo arruinado, incluso podría haber puesto su propia vida en peligro. Pero la
generosidad de David hacia la casa de Saú l le permitió retener su riqueza y permanecer en
su posició n de mayordomo sobre la herencia de Mefiboset. Sin embargo, Ziba era un
oportunista: en lugar de estar agradecido por estas bendiciones, buscó ganar aú n má s a
través de la traició n y la astucia.
Mefiboset, por el contrario, reconoció que solo tenía derecho a la muerte. El hecho de que
él fuera el ú nico heredero que le quedaba a Saú l habría sido una sentencia de muerte bajo
cualquier otro rey, sin embargo, David había ido má s allá de simplemente permitirle vivir
al invitarlo a cenar en la mesa del rey todos los días, un gran honor. Mefiboset respondió a
la bondad de David con amor y lealtad; su pena era bastante genuina por el destierro de
David de Jerusalén, y su gozo era evidente por el regreso del rey.
Los cristianos está n en la misma posició n que Mefiboset. Todos somos pecadores, con
derecho a nada má s que la sentencia de muerte de un Dios santo y justo. Sin embargo, Dios
ha ido mucho má s allá de simplemente perdonarnos nuestros pecados y conmutar la
sentencia de muerte: también nos ha hecho hijos de Dios y herederos con Cristo,
invitá ndonos a tener comunió n con É l libremente, ahora y por la eternidad. Cuando somos
tentados a pensar que la vida nos debe má s, es hora de hacer un balance de todo lo que
Dios nos ha provisto a través de Su Hijo. Un espíritu agradecido nos protegerá de un
espíritu de ingratitud.

Se nos ordena perdonar a los que nos hacen dañ o.

Ziba cometió un grave acto de traició n contra su empleador. Era un oportunista y vio una
oportunidad de oro para avanzar a los ojos del rey mientras aumentaba su propia riqueza y
poder. No le importó que tuviera que calumniar el nombre de Mefiboset en el proceso. De
hecho, estaba efectivamente condenando a muerte a Mefi-boset por su falsa acusació n, ya
que el rey habría estado en su derecho de ejecutar a aquellos que se habían unido a la
rebelió n.
Mefiboset, sin embargo, no trató de vengarse de su acusador. Siba lo había acusado
falsamente de un crimen que merecía la muerte, y Mefiboset habría estado completamente
justificado al exigir que se ejecutara a Ziba en su lugar. Como mínimo, podría haber exigido
que se le devolvieran todas sus tierras y posesiones, ya que le habían sido arrebatadas a
traició n. Pero Mefiboset optó por perdonar a Ziba; de hecho, fue má s allá del perdó n al
darle todas las posesiones que Ziba había codiciado en primer lugar.
Estas acciones demostraron que la má xima prioridad de Mefiboset era estar en
comunió n con el rey. Su actitud era que, en primer lugar, no merecía esas posesiones,
porque merecía con razó n la muerte, y esa actitud le facilitó perdonar a otro hombre que
también merecía la muerte. En esto, Mefiboset demostró el principio enseñ ado por Jesú s:
“Si perdoná is a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a
vosotros. Pero si no perdoná is a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os
perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14–15).
No juzgue sin toda la informació n.

David huía de Jerusalén con su vida en peligro. Como rey, era directamente responsable
del bienestar de aquellos que permanecían leales a él, y también tenía que formular planes
sobre có mo contrarrestar la rebelió n de Absaló n. Estaba siendo asaltado mientras huía por
muchas personas con muchas preocupaciones, y tuvo que tomar decisiones rá pidas para
enviar a algunos adelante, algunos atrá s, algunos en territorio enemigo.
Es fá cil comprender que tomó algunas decisiones precipitadamente, y ciertamente su
decisió n sobre las tierras de Mefiboset es un ejemplo. Pero esa decisió n resultó ser injusta;
Hubiera sido mucho má s prudente que David pospusiera un juicio hasta que tuviera tiempo
para investigar los hechos detrá s de la acusació n de Ziba. Los resultados de esta decisió n
precipitada podrían haber sido aú n peores, ya que Mephibosheth podría haber enfrentado
la pena de muerte por tal traició n si las afirmaciones de Ziba hubieran resultado ciertas.
Proverbios 18:17 dice: “Justo parece el primero en defender su causa, hasta que viene su
pró jimo y lo examina”. Cuando una persona presenta su caso a otra, siempre lo presenta de
la manera má s favorable, para que el que escucha quede convencido. Pero, por lo general,
cuando se escucha el otro lado del caso, la verdad sale a la luz. Por esta razó n, siempre es
má s sabio posponer la toma de decisiones hasta que hayamos tenido tiempo de consultar
ambos lados de un problema y buscar al Señ or en oració n. La gracia de Dios no solo supera
nuestras debilidades humanas, sino que también ha prometido darnos sabiduría cada vez
que la pidamos. Como nos recuerda Santiago: “Si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”
(Santiago 1:5).

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Por qué Mefiboset le dio todas sus propiedades a Siba? ¿Qué revela esto acerca de sus
prioridades?
6. ¿Por qué Ziba dijo esta mentira en primer lugar? ¿Qué esperaba ganar? ¿Qué revela esto
acerca de sus prioridades?
7. ¿Qué llevó a David a tomar decisiones injustas? ¿Cómo podría haber manejado esta
situación de manera diferente?
8. ¿De qué manera ilustra Mefi-boset el carácter de Cristo? ¿Cómo sirven sus acciones como
ejemplo para la gratitud cristiana?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Qué decisiones en su vida requieren sabiduría en este momento? ¿Qué pasos tomará
para asegurarse de tomar una decisión sabia?
10. Haga una lista a continuación de las cosas por las que está agradecido; luego dedica
tiempo a dar gracias a Dios por su amor y generosidad.

S ECCIÓN 3:
TEMAS
EN ESTA SECCIÓN:
TEMA SAGRADA ESCRITURA
10. OBEDIENCIA Y BENDICIÓN 2 Samuel 6
11. EL HOMBRE CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS Salmo 51; 2 Samuel 22
10
OBEDIENCIA Y BENDICIÓN
2 SAMUEL 6

ANTECEDENTES TEMÁTICOS

Cuando los israelitas salían de Egipto y se dirigían a la tierra prometida, el Señ or les
indicó que crearan un taberná culo mó vil para adorar. Fue muy explícito en todos los
detalles de ese taberná culo: en su construcció n, en los materiales que se usarían y en los
muchos artículos que se contendrían en él. Uno de esos artículos era el arca del pacto, un
cofre adornado que contenía las tablas de la ley y otros objetos sagrados. Encima del arca
había dos querubines, representaciones talladas de á ngeles inclinados hacia abajo con las
puntas de sus alas tocá ndose. Esta arca era el símbolo de la presencia de Dios con Su
pueblo.
El Señ or también dio instrucciones explícitas sobre có mo se debía mover el arca. Tenía
anillos a los lados, a través de los cuales se deslizaban largos palos de madera para
transportarlos. Solo a los levitas (sacerdotes de la tribu de Leví) se les permitía mover el
arca, y debían equilibrar las varas de madera sobre sus hombros con el arca en medio. A
nadie se le permitió tocar el arca en ningú n momento, porque representaba la presencia
física de Dios, y Dios no puede tolerar el pecado en Su presencia.
El ejército de Saú l había llevado el arca a la batalla contra los filisteos, pero la presencia
de Dios ya no estaba con Saú l, y el enemigo había capturado el arca. Los filisteos lo llevaron
de regreso a una de sus ciudades y lo colocaron en un templo pagano, a los pies de un ídolo.
Esta fue su forma de demostrar que su dios Dagó n había derrotado al Dios de Israel, pero el
Señ or rá pidamente les hizo saber que estaban equivocados. La enfermedad y la muerte
arrasaron sus ciudades, y los filisteos decidieron devolver el arca a Israel. Sin embargo, no
tenían conocimiento de las instrucciones de Dios sobre có mo moverlo, así que lo colocaron
en una carreta de bueyes y lo enviaron lejos.
En este estudio, aprenderemos que a Dios le encanta bendecir a Su pueblo, pero también
exige que Su pueblo obedezca Sus instrucciones. No hay excusas para violar la santidad de
Dios, y David aprendería esta lecció n de la manera má s difícil.

LECTURA 2 SAMUEL 6:1–23

RECORDANDO EL ARCA: El arca del pacto pertenecía a Jerusalén, pero había estado en Quiriat Jearim por muchos años.
David lleva al pueblo a traerlo de vuelta.

1. DAVID REUNIÓ A TODOS LOS HOMBRES ESCOGIDOS DE ISRAEL: Volvemos una


vez má s a los primeros días del reinado de David. El deseo de David de mover el arca
rodeado por el pueblo má s prominente de Israel, en lugar de usar levitas como mandaba la
Ley, fue una desobediencia directa a las instrucciones del Señ or para mover el arca. Segú n
1 Cró nicas 13:4, se tomó la decisió n de usar a hombres prominentes porque se pensaba
que era “bueno a los ojos de todo el pueblo”.
2. BAALE JUDÁ: Es decir, Quiriat Jearim, a unas diez millas al oeste de Jerusalén. Ver el
mapa en la Introducció n.
EL ARCA DE DIOS: El arca del pacto era un artículo sagrado en el taberná culo.
Representaba la morada de Dios entre Su pueblo. Los ejércitos de Saú l habían llevado el
arca a la batalla muchos añ os antes, pero los filisteos la habían capturado. Lo habían
colocado en un templo pagano, pero el Señ or había enviado plagas contra su pueblo. Luego,
los filisteos habían devuelto el arca a Israel y se había quedado en Quiriat-jearim (1 Samuel
4–6). Consulte el libro anterior de esta serie, Profetas, sacerdotes y reyes, para obtener má s
informació n.
QUIÉN MORA ENTRE LOS QUERUBINES: El arca presentaba dos á ngeles esculpidos, o
querubines, sentados en su parte superior. Se decía que el Señ or habitaba entre los
querubines porque el arca misma representaba Su presencia en Israel.

IMITANDO A LOS FILISTEOS: El pueblo ignora las claras instrucciones de Dios sobre có mo llevar el arca, colocá ndola
en cambio sobre una carreta de bueyes. Aprendieron esta técnica de los filisteos.

3. UN CARRO NUEVO: El Señ or había dado directivas estrictas al pueblo de Israel sobre
có mo transportar el arca. Solo lo podían mover los descendientes de Coat, miembros de la
tribu de Leví (Nú meros 3:30–31), y debía transportarse en postes diseñ ados para ese
propó sito (É xodo 25:12–14). Los filisteos, sin embargo, habían devuelto el arca a Israel en
una carreta de bueyes, y David evidentemente estaba imitando su ejemplo.
5. LA CASA DE ISRAEL TOCÓ MÚSICA DELANTE DE JEHOVÁ: Literalmente, "se
regocijaron" delante de JEHOVÁ . Todo el evento se estaba convirtiendo má s en un desfile
que en un acto de adoració n. Miles de israelitas se alinearon en la calle, mientras que
aquellos políticamente conectados con David (en lugar de los sacerdotes) rodearon el arca.
El regreso del arca a Jerusalén, donde pertenecía, iba a ser un evento gozoso para el pueblo
de Israel, y sin duda lo habría sido, si simplemente hubieran seguido las instrucciones del
Señ or sobre có mo moverla.
6. LO APOYO: La motivació n de Uza fue buena; los bueyes habían tropezado y el arca
empezó a tambalearse sobre el carro. Pero las buenas intenciones del hombre no excusan
la desobediencia a la Palabra de Dios. El triste hecho es que el fracaso de David en guiar al
pueblo de acuerdo con las instrucciones de Dios hizo que un hombre inocente perdiera la
vida.
7. DIOS LO HERIÓ ALLÍ POR SU ERROR: Dios había advertido claramente al pueblo
que no se les permitía tocar el arca ni ninguna de las cosas santas en el taberná culo, para
que no cayesen muertos (Nú meros 4:15). Dios no puede tolerar el pecado en Su presencia;
ni siquiera el sumo sacerdote estaba exento de estas instrucciones.
8. DAVID SE ENOJÓ: La ira de Dios se despertó por la presunció n pecaminosa del
hombre al ignorar Sus mandatos claros, pero la ira de David se despertó por la justicia de
Dios. Hubiera sido mejor que su ira se volviera contra sí mismo, ya que había llevado a la
gente a este error.
PEREZ UZZAH: O sea, estallido contra Uzzah.
9. DAVID TENÍA MIEDO DEL SEÑOR: Hay un “temor del Señ or” que es un respeto
saludable por Su cará cter y santidad, y el temor de la justicia y la ira de Dios puede mover a
una persona hacia el arrepentimiento del pecado y la salvació n. Sin embargo, los cristianos
han sido salvados de la ira de Dios, y nunca debemos tener miedo de entrar en Su
presencia. Cuando pecamos, no debemos temer por temor al castigo de Dios, sino que
debemos confesar inmediatamente el pecado y restaurar nuestra relació n con É l (1 Juan
1:9). Sin embargo, el temor de David fue provocado por su propio pecado. En lugar de
temblar, debería haber confesado ese pecado y haberse puesto a llevar el arca de regreso a
Jerusalén de la manera correcta. Fue este tipo de miedo lo que llevó a Adá n y Eva a
esconderse cuando el Señ or caminó en el jardín de Edén después de que pecaron (Génesis
3).
10. DAVID NO MOVERÍA EL ARCA DEL SEÑOR: El pecado no confesado puede congelar
a una persona en seco, obstaculizando su ministerio continuo para el Señ or. David no
reanudaría esta buena tarea hasta que hubiera lidiado con su culpa.

OBEDECER LA PALABRA DE DIOS: El pueblo se dispuso a devolver el arca por segunda vez, pero esta vez lo hicieron de
la manera que Dios mandó.

11. EL SEÑOR BENDIJO A OBED-EDOM YA TODA SU CASA: Aparentemente Obed-


Edom temía a Dios y lo honraba al honrar el arca. Dios respondió bendiciendo a su hogar.
12. ASÍ QUE DAVID FUE Y LLEVÓ EL ARCA: Cuando a David se le dijo que el Señ or
había bendecido a la casa de Obed-Edom, reconoció que Dios no deseaba derramar juicio e
ira sobre Su pueblo, sino que deseaba bendecirlos. Es importante que el pueblo de Dios
recuerde esto, ya que puede ayudarnos a ser rá pidos en confesar el pecado y restaurar
nuestra relació n con É l. Una vez que David recordó el amor de Dios, se apresuró a restaurar
el arca “con alegría”.
13. LOS QUE LLEVAN EL ARCA: Esta vez, el pueblo de Israel llevó el arca de la manera
correcta, llevá ndola sobre los hombros de los levitas en lugar de llevarla en una carreta de
bueyes.

BAILANDO DELANTE DEL SEÑOR: David conduce al pueblo a Jerusalén, bailando con alegría en la presencia del Señor.
Su esposa, sin embargo, no está contenta.

14. DAVID BAILÓ DELANTE DE JEHOVÁ: El pueblo se regocijó al restaurar el arca al


lugar que le correspondía en Jerusalén, y expresaron ese gozo con todas sus fuerzas. Aquí,
bailar era un acto de adoració n; La danza de David fue una expresió n de gozo en la
presencia del Señ or y Su arca.
16. MICHAL: La hija de Saú l, y la primera esposa de David. Saú l la había dado en
matrimonio a David después de que él mató a doscientos filisteos (1 Samuel 18).
ELLA LO MENOSPRECIÓ EN SU CORAZÓN: Mical no compartió el gozo abrumador de
David por estar en la presencia de Dios; evidentemente dio mayor prioridad al decoro y la
dignidad real.
18. BENDIJO AL PUEBLO EN EL NOMBRE DE JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS: Note la
repetició n de las bendiciones de David, cuando bendijo al pueblo y luego volvió a bendecir
a su propia casa (v. 20). Anteriormente había estado lleno de temor en la presencia de Dios,
pero una vez que reanudó su obediencia a los mandamientos del Señ or, su temor se
convirtió en bendició n. La obediencia a Dios siempre trae grandes bendiciones, y esas
bendiciones se derraman sobre los demá s.
20. DESCUBRIRSE: David no se expuso de ninguna manera indecente. Evidentemente,
Mical se horrorizó al ver al rey bailando de alegría, vistiendo el efod (la humilde vestimenta
de un sacerdote) en lugar de elegantes tú nicas reales. Ella sintió que David de alguna
manera se había degradado a sí mismo con su expresió n abierta de alegría y adoració n.
21. FUE DELANTE DE JEHOVÁ: David respondió a la acusació n de Mical señ alando que
él estaba bailando no para el beneficio de las personas que lo rodeaban sino para la gloria
de Dios: era un acto de adoració n, no una exhibició n pú blica.
22. SERÉ AÚN MÁS INDIGNO QUE ESTO: David no estaba preocupado por su imagen
pú blica o por parecer digno y distante como rey. Se vio a sí mismo a través de los ojos de
Dios, y eso lo mantuvo humilde ante sus propios ojos.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Por qué eligió David a personas prominentes para mover el arca? ¿Por qué no usó
levitas? ¿Por qué crees que usaron una carreta de bueyes para empezar?
2. ¿Por qué derribó Dios a Uza? Si hubieras sido Uza, ¿qué habrías hecho cuando viste el
arca tambaleándose?
3. Compare los dos intentos de mover el arca. ¿Qué era diferente y qué era igual?
4. ¿Por qué se enojó Mical con David? Si hubieras estado en su lugar, ¿cómo habrías
respondido al baile del rey?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

Dios debe ser adorado en Su forma prescrita.

El Señ or había dado instrucciones estrictas a Israel sobre có mo llevar el arca. Debían
llevarlo en largos palos en equilibrio sobre sus hombros. A nadie se le permitía tocarlo,
porque representaba la presencia de un Dios santo que no puede tolerar el pecado. En
cambio, la gente llevó el arca en una carreta de bueyes. David probablemente había tomado
esta idea de los filisteos, quienes habían devuelto el arca a Israel en un carro así. Los
filisteos, sin embargo, no conocían los mandamientos de Dios; inventaron sus métodos
basados en lo que pensaron que agradaría a una deidad pagana.
El Señ or no solo dijo có mo se suponía que se debía mover el arca, sino también quién se
suponía que debía moverla. Se suponía que una familia particular de levitas supervisaría el
transporte del arca. Cuando David trató por primera vez de mover el arca, desobedeció esta
directiva y reemplazó a los sacerdotes levitas con los líderes políticos prominentes de
Israel. Con mú sica alegre, llamando aú n má s la atenció n sobre la flagrante desobediencia
de los mandamientos de Dios, todo el evento se había convertido en un desfile. Y el pueblo
de Israel lo sabía mejor: tenían la Palabra de Dios para guiarlos y eran responsables de
obedecerla.
Dios no puede ser adorado usando cualquier medio que sea má s atractivo o aceptable
para el mundo. Juan 4:24 dice que los que adoran a Dios deben “adorarlo en espíritu y en
verdad”. La gente debe adorar no simplemente por conformidad externa a los rituales
religiosos; deben adorar basados en la verdad de la Palabra de Dios y con un Espíritu que
anhela obedecer Sus mandamientos. Si la actitud correcta del corazó n está ausente, la
adoració n es falsa.

El Señ or está deseoso de bendecir, no de castigar.

David se llenó de temor por la ira de Dios cuando no siguió el método prescrito por el
Señ or para llevar el arca, y ese temor obstaculizó su ministerio. Pero el Señ or no buscaba
excusas para desplegar Su ira; Estaba deseoso de bendecir al pueblo y de guiarlo a la
justicia y la obediencia. Derramó bendiciones sobre la casa de Obed-Edom tal como
anhelaba hacerlo por toda la nació n de Israel.
Nuestro pecado puede hacer que tengamos una perspectiva inexacta del cará cter de
Dios. Podemos caer en el error de pensar que Dios es un Ser iracundo que busca las
carencias y los fracasos en la vida de Su pueblo, deseoso de castigarlos y reprenderlos. La
verdad es todo lo contrario: el Señ or anhela bendecir a Su pueblo y siempre está buscando
formas de demostrar Su amor por nosotros.
El ú ltimo ejemplo de esto se encuentra en Cristo. Si Dios hubiera estado ansioso por
castigar, simplemente podría haber condenado a toda la raza humana al castigo eterno, ya
que eso es precisamente lo que nuestros pecados merecían. Pero É l envió a Su propio Hijo
expresamente a morir en la cruz para pagar el castigo por esos pecados, permitiéndonos
ser restaurados a la comunió n con É l. Como escribió el mismo David: “Misericordioso y
clemente es Jehová , tardo para la ira y grande en misericordia. No contenderá siempre con
nosotros, ni guardará Su ira para siempre. No nos ha tratado conforme a nuestros pecados,
ni nos ha castigado conforme a nuestras iniquidades” (Salmo 103:8–10).

Es bueno derramar nuestra adoració n delante del Señ or.

David bailó ante el Señ or, saltando y girando en una abierta expresió n de alegría. Era el
rey de Israel, uno de los líderes má s poderosos del mundo en ese momento, y su posició n
ciertamente requería tiempos de sobria dignidad. Sin embargo, también era el líder del
pueblo de Dios, y fue en esa capacidad que los guió en una demostració n gozosa de su amor
por Dios.
La gente tenía buenas razones para tal alegría. Estaban trayendo el arca de regreso a
Jerusalén, y el arca misma era un símbolo del hecho de que el Creador del universo había
elegido hacer Su morada entre ellos. Por supuesto, el arca era solo un símbolo de la
presencia de Dios; É l no moraba físicamente en él, y la gente estaba restringida en su
intimidad con Dios. Los cristianos de hoy tenemos algo mucho má s precioso: tenemos el
Espíritu Santo de Dios morando dentro de nosotros, ¡y nada podría ser má s íntimo que eso!
Tenemos buenas razones para regocijarnos como creyentes en Cristo Jesú s, porque
tenemos acceso íntimo a la presencia de Dios en todo momento. Debemos ser rá pidos para
emular el ejemplo de David, expresando nuestro gozo ante el Señ or en alabanza y
adoració n bienaventuradas. “Sed llenos del Espíritu”, escribió el apó stol Pablo, “hablando
entre vosotros con salmos, con himnos y cá nticos espirituales, cantando y alabando al
Señ or en vuestros corazones, dando siempre gracias por todo a Dios Padre en el nombre de
nuestro Señ or Jesucristo” (Efesios 5:18–20).

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Qué revela este pasaje sobre el carácter de Dios? sobre la importancia de la obediencia?
6. ¿Cómo reaccionó cuando leyó sobre el castigo de Dios sobre Uza? ¿Cómo reaccionó
David? ¿Qué revelan nuestras respuestas humanas acerca de nuestra comprensión de la
Palabra de Dios?
7. ¿Hasta qué punto fue David responsable de la muerte de Uza? ¿Hasta qué punto fue
responsable Uza? ¿Cómo podría haberse evitado esta tragedia?
8. ¿Por qué imitaron los israelitas el método de los filisteos para mover el arca? ¿Por qué la
imitación es más atractiva para algunas personas que el conformarse a la Palabra de
Dios?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Tiendes a ver a Dios ansioso por castigar o ansioso por bendecir? ¿Cómo afecta el punto
de vista de Dios en el comportamiento de uno?
10. Haz una lista de algunas razones para regocijarte en tu propia vida; luego pase
tiempo en alabanza y adoración al Señor.

11
EL HOMBRE CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS
SALMO 51; 2 SAMUEL 22

ANTECEDENTES TEMÁTICOS

En estos estudios, hemos visto a David cometer algunos pecados graves y hemos sido
testigos de los terribles resultados de esas ofensas. Cometió adulterio con Betsabé; asesinó
a Urías; incluso trató de encubrir esos pecados y continuar con su vida como si no hubiera
hecho nada malo. Y, sin embargo, Dios describió a David como “un hombre conforme a mi
corazó n” (Hechos 13:22; véase también 1 Samuel 13:14).
A primera vista, esto parece una tremenda contradicció n. ¿Có mo puede un asesino y
adú ltero ser un hombre conforme al corazó n de Dios? Para entender esto, debemos mirar
toda la vida de David, no solo una cierta temporada de pecado. También debemos recordar
que todas las personas pecan, incluidos los cristianos, que tienen el Espíritu Santo viviendo
dentro de ellos.
En este estudio, abordaremos esta pregunta y dejaremos que David hable por sí mismo.
Veremos dos salmos que escribió : uno escrito poco después de que Nathan lo confrontara,
el otro compuesto en acció n de gracias por la gran salvació n de Dios. Descubriremos que el
corazó n de David siempre se volvió hacia el Señ or y que estaba ansioso por restaurar su
relació n con Dios después de su pecado. En esto, aprenderemos que cualquiera puede ser
una persona conforme al corazó n de Dios al mantener a Dios primero en todas las á reas de
nuestras vidas.

LECTURA DEL SALMO 51:1–19

UN GRITO DE MISERICORDIA: David es confrontado por Natán por su pecado con Betsabé, e inmediatamente se arroja
a los pies de Dios.

DIRIGIDA AL SALMO 51: David escribió este salmo después de que Nathan lo desafió
por su pecado con Betsabé y el posterior asesinato de su esposo (ver Estudio 4). Se llama
salmo penitencial porque el autor está arrepentido de sus pecados. (Otros salmos
penitenciales incluyen los Salmos 6, 32, 38, 102, 130 y 143).
1. TEN MISERICORDIA DE MÍ: En este clamor, David estaba confesando que era
culpable de los cargos, y no ofreció excusas. Reconoció que era completamente merecedor
de la justa ira del Señ or, y todo lo que podía hacer era pedir misericordia.
SEGÚN TU MISERICORDIA: David reconoció que Dios no tenía la obligació n de extender
misericordia, y que cualquier misericordia que se le mostrara fluiría naturalmente de la
propia bondad y generosidad de Dios. Es significativo notar que David no le estaba
pidiendo a Dios que fuera bondadoso—él entendió que Dios es bondadoso y amoroso. Hay
un sentido de expectativa en este salmo, ya que las sú plicas de perdó n de David fueron
sazonadas con la anticipació n de que su amoroso Dios se lo concedería.
BORRA MIS TRANSGRESIONES: Esta imagen es de un registro escrito de las obras de
David, que Dios borró por completo, borrando el pecado tan completamente que quedó tan
limpio como si nunca hubiera sido escrito en primer lugar. En otro lugar, David usó una
metá fora similar: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, así ha alejado de nosotros
nuestras rebeliones” (Salmo 103:12).
2. LÁVAME PROFUNDAMENTE: David reconoció que el pecado lo contaminaba,
haciéndolo inmundo e incapaz de acercarse a la presencia de Dios. Sabía que no había nada
que pudiera hacer para limpiarse; la limpieza só lo podía venir de la mano de Dios. Una vez
má s tenemos la sensació n de expectativa de que Dios lo hará .

CONFESANDO SUS PECADOS: David no trata de explicar su culpabilidad; en cambio, confiesa abiertamente que ha
pecado.
3. RECONOZCO MIS TRANSGRESIONES: Cuando Natá n confrontó a David con
respecto a su pecado, David instantá neamente reconoció la verdad de la acusació n: “He
pecado contra el Señ or” (2 Samuel 12:13).
MI PECADO ESTÁ SIEMPRE DELANTE DE MÍ: Esto expresa bellamente el peso opresivo
de la culpa y el remordimiento que una persona experimenta con el pecado no confesado.
4. CONTRA TI, SOLAMENTE HE PEQUE: Este es un concepto importante para
entender: todo pecado es finalmente cometido contra Dios. Los pecados de David dañ aron
a muchas personas, de hecho, a toda la nació n de Israel, pero la ofensa final fue a Dios. José
reconoció el mismo principio cuando fue tentado a cometer adulterio: “¿Có mo, pues, puedo
hacer yo esta gran maldad y pecar contra Dios?” preguntó a la tentadora (Génesis 39:9).
HECHO ESTE MAL EN VOSOTROS: David había tratado de fingir durante muchos meses
que el Señ or no veía su pecado, pero en su arrepentimiento llegó a reconocer que nada está
escondido de Dios.
5. EN PECADO ME CONCEBIÓ MI MADRE: El pecado de David no fue una ocurrencia
rara que lo tomó por sorpresa. Por el contrario, se dio cuenta de que era un pecador de
nacimiento y que el pecado era parte de su naturaleza humana bá sica. Todos los que alguna
vez han vivido han pecado, porque todos son descendientes de Adá n, es decir, todos,
excepto Jesú s. El apó stol Pablo confirmó esto. É l escribió : “Por cuanto todos pecaron, y
está n destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
6. DESEAS LA VERDAD EN LAS PARTES INTERIORES: Es decir, en el hombre interior,
la verdadera naturaleza del cará cter de una persona, lo que está oculto para los demá s pero
visible para Dios. “La verdad en las partes internas” solo se puede producir permaneciendo
en la Palabra de Dios. Su verdad escudriñ a el ser má s íntimo del hombre, cortando toda
pretensió n y autoengañ o y trayendo luz y vida. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz”,
escribió el autor de Hebreos, “y má s cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta
partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos e
intenciones del corazó n” (4:12).
7. HISOPO: Una planta aromá tica usada por los sacerdotes para rociar sangre o agua
sobre una persona durante la limpieza ceremonial (Levítico 14:6). David anhelaba una
limpieza completa de la contaminació n de su pecado.
UNA ORACIÓN POR RESTAURACIÓN: La preocupación de David no es que sufrirá castigo, sino que no tiene comunión
con Dios. Su deseo es ser restaurado.

8. HAZME OÍR GOZO Y ALEGRÍA: Aquí hay otra hermosa descripció n del efecto
adormecedor que el pecado tiene sobre el espíritu de una persona. Toda alegría se va de la
vida; las cosas que una vez trajeron placer o satisfacció n ya no lo hacen.
LOS HUESOS QUE HAS QUEBRADO: La culpa de David le estaba causando una angustia
extrema, hasta el punto de los síntomas físicos. También escribió sobre esta experiencia:
“Mientras callé, mis huesos se envejecieron en mi gemir todo el día. Porque de día y de
noche tu mano se agravó sobre mí; mi vitalidad se convirtió en sequía de verano” (Salmo
32:3–4).
9. ESCONDE TU ROSTRO DE MIS PECADOS: Dios no puede tolerar la presencia del
pecado, como hemos visto a lo largo de estos estudios. Ocultar Su rostro es darle la espalda
al pecado, y David quería que su pecado fuera erradicado tan completamente que incluso
Dios nunca lo miraría de nuevo. Lo opuesto a esto, cuando Dios aparta Su rostro del
pecador impenitente que rechaza Su oferta de perdó n, es horrible. El profeta Isaías
escribió : “He aquí, no se ha acortado la mano de Jehová para salvar; ni su oído pesado, que
no puede oír. Pero vuestras iniquidades os han separado de vuestro Dios; y vuestros
pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:1–2, énfasis
añ adido). El Señ or siempre está trabajando para llevar a los pecadores al arrepentimiento,
y É l nunca apartará Su rostro del que confiesa el pecado, pero llegará el día en que É l le
dará la espalda para siempre a aquellos que lo han rechazado.
10. CREA EN MÍ UN CORAZÓN LIMPIO: La palabra traducida crear es la misma palabra
usada en Génesis 1:1, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. David reconoció que
un corazó n puro era algo que solo Dios podía crear; no podía producirlo él mismo. El
corazó n del hombre está indeleblemente contaminado con el pecado, y la humanidad es
incapaz de cambiar eso. Un corazó n puro no se desarrolla naturalmente en ningú n hombre
o mujer; tampoco nadie puede crearlo. Tal transformació n só lo puede venir de Dios.
11. NO ME ECHARÁS DE TU PRESENCIA: El Señ or dio a los líderes de Israel Su Espíritu,
capacitá ndolos para librar a Su pueblo de sus enemigos. Pero cuando los reyes o jueces de
Dios rechazaron Su liderazgo, É l les quitó Su Espíritu. El Señ or había rechazado a Saú l como
rey y había quitado Su Espíritu de él (1 Samuel 16:14). El mismo destino corrió Sansó n
(Jueces 16:20). Pero los cristianos nunca experimentará n ni el rechazo de Dios ni la
remoció n del Espíritu Santo. Estamos permanentemente sellados en Cristo, y el Espíritu
Santo es nuestra garantía de vida eterna (2 Corintios 1:21–22).
13. ENSEÑARÉ A LOS TRANSGRESORES TUS CAMINOS: David estaba aprendiendo de
su experiencia personal acerca del cará cter de Dios y la naturaleza del pecado. Su pecado
no podía ocultarse de Dios, y lo separó de Su presencia; sin embargo, el Señ or estuvo
ansioso y pronto a perdonar ese pecado en el momento en que fue confesado. Esta gloriosa
noticia trajo gozo y restauració n a David, y era natural que quisiera compartirla con otros.
14. LÍBRAME DE LA CULPA DE LA SANGRE: El Señ or hizo esto en el momento en que
David confesó su pecado (2 Samuel 12:13).
17. LOS SACRIFICIOS DE DIOS SON UN ESPÍRITU QUEBRANTADO: Dios aceptaba los
sacrificios de los hombres en el Antiguo Testamento, pero solo cuando iban acompañ ados
de un arrepentimiento genuino. Dios se deleita en el pecador restaurado má s que en la
ofrenda del sacrificio; es el resultado del sacrificio, la relació n restaurada con Su pueblo, lo
que complace a Dios.

LECTURA 2 SAMUEL 22:1–51

DIOS MI LIBERTADOR: David alaba al Señor por Su protección y liberación, una y otra vez. Pone su seguridad en la
fortaleza del amor de Dios.

1. EL SEÑOR LO HABÍA LIBRADO DE LA MANO DE TODOS SUS ENEMIGOS: David


pudo haber escrito este salmo hacia el final de su vida, después de que el Señ or le dio la
victoria sobre los filisteos y otros enemigos de Israel, aunque algunos eruditos lo datan
antes. en su reinado. Es muy similar al Salmo 18.
2. EL SEÑOR ES MI ROCA: La roca se usa como una metá fora del Señ or a lo largo de las
Escrituras. Representa algo só lido, inamovible e inmutable, un ancla estable en medio de
las tormentas de la vida. Jesú s también es representado como la piedra angular sobre la
cual se edifica el reino de Dios (1 Pedro 2:6), así como una piedra de tropiezo (1 Pedro 2:8).
MI FORTALEZA Y MI LIBERTADOR: El tema principal de este salmo es la alabanza de
David a Dios por haberlo librado repetidamente de sus enemigos. Dios había sido un
defensor constante, un lugar seguro de refugio a lo largo de la tumultuosa vida de David.
4. LLAMARÉ AL SEÑOR: Esta era una característica de la vida de David, invocar al Señ or
en todas las circunstancias. Invocó a Dios después de pecar, como vimos en el salmo
anterior, y lo invocó en alabanza y adoració n, como vemos aquí.
7. EN MI ANGUSTIA CLAMÉ AL SEÑOR: David también clamó al Señ or cuando
necesitaba ayuda y fuerza.
ÉL ESCUCHÓ MI VOZ: En todo su llamamiento al Señ or, David siempre confiaba en que
lo escucharían, y nunca se sintió decepcionado.
8. ESTABA ENOJADO: Esta imagen de la ira de Dios es tanto aterradora como precisa
(Apocalipsis 19:11–21). Pero David también reconoció que no enfrentaría esa furia, y los
cristianos pueden descansar en la seguridad de que nosotros tampoco enfrentaremos el
juicio de ira de Dios.

EL CARÁCTER DE DIOS: David alaba a Dios por lo que Él es, regocijándose en Su carácter perfecto.

17. ENVIÓ DESDE ARRIBA: Jesú s cumplió literalmente este cuadro cuando descendió
del cielo y tomó forma humana para redimir a su pueblo de la muerte, el má s fuerte de los
enemigos del hombre.
20. ME LIBRÓ PORQUE SE DELEITO EN MÍ: David no estaba sugiriendo que él era digno
del favor de Dios, sino que Dios lo libró simplemente porque eligió hacerlo, y se deleitó en
él porque es un Dios de amor.
21. EL SEÑOR ME RECOMPENSÓ CONFORME A MI JUSTICIA: David no estaba
afirmando que él era inherentemente justo o libre de pecado; de hecho, si escribió este
salmo má s tarde en su vida, estaba muy consciente de su naturaleza pecaminosa, como
vimos en el Salmo 51. La justicia de la que estaba hablando era su deseo bá sico de obedecer
la Palabra de Dios. Tenía un corazó n para agradar a Dios, y el Señ or fue fiel en bendecirlo.
22. HE GUARDADO LOS CAMINOS DEL SEÑOR: Aquí hay otro elemento de ser un
hombre conforme al corazó n de Dios: la obediencia. David ciertamente cometió pecado,
pero su vida en general se caracterizó por la fidelidad a las instrucciones de Dios.
23. TODOS SUS JUICIOS FUERON DELANTE DE MÍ: El hombre conforme al corazó n de
Dios pasará tiempo regularmente estudiando la Palabra de Dios.
24. YO TAMBIÉN FUI SIN CULPA DELANTE DE ÉL: Esto no significa que David nunca
pecó —significa que sus pecados fueron perdonados y removidos del registro, borrados.
Cuando confesamos nuestros pecados, Dios siempre los perdona—los borra y elimina ellos
de Su mente. Los cristianos aú n no dan en el blanco, pero nuestros pecados está n
completamente cubiertos por la sangre de Cristo, y Dios nos ve a través de esa sangre como
justos ante É l.
26. CON EL MISERICORDIOSO TE MOSTRARÁS MISERICORDIOSO: La justicia del
hombre no gana el favor de Dios. Má s bien, É l siempre está obrando para guiar a los
hombres a la justicia. Alienta la misericordia y la humildad, porque esas son sus propias
características, y resiste el comportamiento impío en un intento de acercar a los pecadores
a sí mismo.
28. VUESTROS OJOS ESTÁN EN LOS SOBERBIOS: Dios busca “abatirlos” no porque esté
buscando una excusa para juzgar, sino porque quiere que el orgulloso se humille ante Dios.
36. EL ESCUDO DE TU SALVACIÓN: Esta descripció n resume todo lo que Dios es para Su
pueblo, salvá ndonos del juicio eterno y protegiéndonos del enemigo de nuestras almas.

PRIMERAS IMPRESIONES

1. ¿Sobre qué base esperaba David encontrar misericordia de Dios? ¿Por qué estaba tan
seguro de recibirlo?
2. ¿Qué quiso decir David cuando dijo: “En pecado me concibió mi madre” (Salmo 51:5)?
¿Qué enseña esto sobre la naturaleza humana? sobre la naturaleza de Dios?
3. ¿Qué quiso decir David cuando dijo que Dios “quiere la verdad en las entrañas” (Salmo
51:6)? ¿Qué enseña esto acerca del carácter de Dios?
4. Según el pasaje de 2 Samuel, ¿por qué Dios libró a David de sus enemigos? ¿Por qué Dios
mostró Su ira a esas personas?

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

Cuando confesamos nuestros pecados, Dios los borra por completo.

Los pecados de David contra Dios fueron terribles, al ordenar el asesinato de un hombre
inocente (después de acostarse con la esposa del hombre), y luego tratar de ocultarlo de
Dios y de los demá s. Estas ofensas trajeron juicio sobre toda su casa, y ademá s resultaron
en sembrar discordia y rebelió n dentro de su reino. La ley de Dios exigía la pena de muerte
tanto por adulterio como por asesinato, y David fue condenado dos veces. Sin embargo,
Dios no lo mató ; en lugar de eso, É l “quitó ” el pecado de David y lo borró de la existencia.
David aú n enfrentaba las consecuencias temporales de esos pecados, pero fue liberado
completamente del juicio y la ira de Dios.
Pero Dios no mostró a David tal gracia y misericordia hasta que se arrepintió de sus
pecados. David pensó que podía ocultar su pecado, y durante muchos meses siguió con su
vida como si no hubiera hecho nada malo. Durante ese tiempo, sin embargo, no estuvo en
paz. “Mientras callé”, escribió , “se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque
de día y de noche tu mano se agravó sobre mí; mi vitalidad se convirtió en sequía de
verano” (Salmo 32:3–4). Sin embargo, en el momento en que confesó su pecado y se
arrepintió , encontró paz y restauració n con Dios.
El Señ or, hablando por medio del profeta Jeremías, dijo de Su pueblo: “Perdonaré su
iniquidad, y no me acordaré má s de su pecado” (Jeremías 31:34). Dios desea una comunió n
ininterrumpida con todas las personas, y se apresura a olvidar nuestras ofensas. El
elemento importante en esto, sin embargo, es que el pueblo de Dios también debe ser
rá pido para confesar sus pecados. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Los cristianos pueden enfrentar disciplina, pero nunca enfrentaremos


el juicio airado de Dios.

El juicio airado de Dios se refiere a Su ú ltima sentencia de separació n eterna de Sí mismo.


Esta sentencia cae sobre cualquiera que muera en su pecado, porque Dios no puede tolerar
el pecado en Su presencia. La Biblia enseñ a que todas las personas han pecado y que nadie
puede erradicar la naturaleza pecaminosa. Todos somos descendientes de Adá n y, por lo
tanto, todos compartimos la naturaleza pecaminosa de Adá n; no hay nada que podamos
hacer para eliminar esa semejanza.
La buena noticia, sin embargo, es que lo que nosotros no podemos hacer, ¡Dios puede
hacerlo! Envió a Su Hijo para que se hiciera hombre, nacido del Espíritu de Dios. É l no
estaba sujeto a la muerte porque nunca había pecado, sin embargo, voluntariamente murió
en la cruz para pagar la pena por nuestros pecados.
Cuando aceptamos la expiació n de Cristo por nuestros pecados, nacemos de nuevo en la
familia de Dios, y nada podrá apartarnos jamá s de esa familia.
El Señ or nos disciplina para producir un cará cter piadoso en nuestras vidas, pero esto no
es lo mismo que enfrentar el juicio eterno. Una vez que hemos nacido de nuevo en
Jesucristo, nada nos podrá separar jamá s de É l. “Porque no nos ha puesto Dios para ira”,
escribió el apó stol Pablo, “sino para alcanzar la salvació n por medio de nuestro Señ or
Jesucristo, que murió por nosotros, para que, ya sea que velemos o durmamos, vivamos
juntamente con él” (1 Tesalonicenses 5). :9-10). En otra carta, declaró confiadamente:
“Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni á ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar. del amor de Dios que es en Cristo Jesú s Señ or nuestro” (Romanos 8:38–39).

Dios siempre está obrando para atraer a la gente hacia É l.

La ira de Dios es algo terrible de contemplar, como vemos en los vívidos cuadros que
dibujó David. El Señ or está enojado por la injusticia y la injusticia; Resiste a los orgullosos y
vuelve la maldad contra sí misma. Su voz truena y su aliento resplandece, consumiendo
todas las malas acciones de los hombres.
Pero Dios no se deleita en derramar Su ira, y Su objetivo siempre es llevar al pecador al
arrepentimiento. Sus “ojos está n sobre los altivos”, escribió David, para “hacerlos caer” (2
Samuel 22:28), es decir, para que los orgullosos se vuelvan humildes. Dios no busca
excusas para destruir a las personas; É l busca atraer a sus hijos a sí mismo y hacerlos má s
como Cristo. Esto no descarta el hecho de que la ira de Dios caerá sobre aquellos que
mueren separados de Cristo, pero mientras una persona está viva, la gracia y la salvació n
de Dios está n siempre disponibles, y el Señ or usa todos los medios para atraer al pecador
hacia Sí mismo. Una vez salvo, el cristiano está permanentemente salvo de la ira de Dios.
Así, para los cristianos, la ira de Dios hacia el pecado siempre se expresa como disciplina,
destinada a hacernos má s como su Hijo, no a castigarnos. La diferencia entre Saú l y David
es la diferencia entre juicio y disciplina. Si nos sometemos a su disciplina, seremos
conformados a la imagen de Cristo: “Ahora bien, ninguna disciplina parece ser motivo de
gozo por el momento, sino dolorosa; no obstante, después da fruto apacible de justicia a los
que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11).

CAVAR MÁS PROFUNDO

5. ¿Qué rasgos de carácter describió David en estos dos salmos? ¿Qué imágenes usó para
describir la ira de Dios? ¿La gracia y la misericordia de Dios?
6. ¿Qué significa “borrar” las transgresiones de uno? ¿Por qué Dios hace esto? ¿Qué se
requiere de nosotros?
7. ¿Por qué dijo David que había pecado contra Dios solamente? ¿Por qué no incluyó a
Urías y Betsabé en la lista? ¿Qué enseña esto acerca de la naturaleza del pecado?
8. ¿Por qué dijo David: “Yo también era sin culpa delante de Él” (2 Samuel 22:24)? ¿Qué
quiso decir él? ¿Qué enseña esto acerca de la visión que Dios tiene de su pueblo?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

9. ¿Es usted una persona conforme al corazón de Dios? ¿Qué implica eso? ¿Cómo puedes
fortalecer esa cualidad esta semana?
10. ¿Hay algún pecado no confesado en tu vida? Toma tiempo ahora mismo para
confesarlo ante el Señor.

S ECCIÓN 4

: RESUMEN
NOTAS Y PETICIONES DE ORACIÓ N
12
REVISIÓN DE PRINCIPIOS CLAVE

MIRANDO HACIA ATRÁS

De los ú ltimos once estudios, ha obtenido una visió n general del reinado del gran rey
David de Israel. En el proceso has conocido a una variedad de personas cuyas vidas fueron
tanto buenas como malas. Juntos, hemos admirado el há bil liderazgo de David y nos hemos
sorprendido por sus profundas debilidades. Hemos considerado a Joab, un valiente soldado
que también fue un traicionero asesino. Vimos a David llorar por la destrucció n de su hogar
mientras veía a jó venes con gran potencial sufrir muertes trá gicas. Pero un tema ha
permanecido constante a lo largo de estos estudios: Dios es fiel, y aquellos que le obedecen
también crecerá n en fidelidad, cada uno capaz de convertirse en una persona conforme al
corazó n de Dios.
Alguien que es “conforme al corazó n de Dios” pone la voluntad del Señ or por encima de
todas las demá s consideraciones. David demostró esta característica a pesar de que
también pecó mucho; cuando fue confrontado con su maldad, se arrepintió
inmediatamente y buscó ser restaurado a una relació n abierta con Dios. Joab, por el
contrario, anteponía con frecuencia sus propios deseos a la obediencia a Dios, lo que indica
un hombre cuyo corazó n no está totalmente entregado al Señ or.
Estos son algunos de los principios má s importantes que hemos encontrado en esta guía
de estudio. Hay muchos má s que no tenemos espacio para reiterar, así que tó mese un
tiempo para revisar los estudios anteriores, o mejor aú n, para meditar en las Escrituras que
hemos cubierto. Pídele al Espíritu Santo que te dé sabiduría y perspicacia en Su Palabra. É l
no se negará .

ALGUNOS PRINCIPIOS CLAVE

La divisió n es la herramienta del diablo.

La nació n de Israel se dividió cuando el rey Saú l murió , cada mitad poniendo su lealtad
detrá s de un heredero al trono diferente. Esa misma divisió n regresaría má s tarde en el
reinado de David y finalmente dividiría a Israel en dos naciones separadas. Cada vez que la
gente se dividía, surgían conflictos y guerras civiles. Abner se vio obligado a luchar contra
Asahel, un joven al que admiraba, cuando los dos hombres deberían haber estado luchando
codo con codo contra los filisteos.
Este es el objetivo de Sataná s al dividir al pueblo de Dios: si estamos ocupados luchando
unos contra otros, no estaremos batallando contra las fuerzas de las tinieblas. Al maligno le
encanta ver a los cristianos discutiendo y arañ á ndose unos a otros, y hará todo lo que
pueda para causar divisió n y contenció n dentro de la iglesia.
El Señ or quiere que Su pueblo esté unido en un solo cuerpo, enfocado en servirse unos a
otros y cuidarse unos a otros como miembros del mismo cuerpo. “Os ruego, hermanos”,
escribió el apó stol Pablo, “en el nombre de nuestro Señ or Jesucristo, que habléis todos una
misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos
en la misma mente y en el mismo juicio. . . . Porque donde hay envidia, contiendas y
divisiones entre vosotros, ¿no sois carnales y os comportá is como simples hombres?
Porque cuando uno dice: 'Yo soy de Pablo', y otro, 'Yo soy de Apolos', ¿no sois carnales? (1
Corintios 1:10; 3:3–4).

Los tratos de Dios con la humanidad son a través de Su gracia, no por el mérito del hombre.

Saú l fue rey sobre Israel antes que David, pero todo su reinado se caracterizó por el
orgullo. Evidentemente, sintió que de alguna manera había merecido ser rey y que podía
ordenar los eventos como mejor le pareciera. Esta actitud lo llevó a cometer muchos
pecados graves, incluidos los intentos de asesinar a David y consultar a una bruja para que
lo guiara en lugar de a Dios.
La vida de David, en cambio, se caracterizó por la humildad (con algunas fallas
significativas, como vimos en el Estudio 4). Como regla, reconoció que no tenía ningú n
mérito en sí mismo que mereciera el favor de Dios. Dios prometió establecer su trono para
siempre, e incluso trajo al Mesías al mundo a través de los descendientes de David, pero
David siempre entendió que Dios hizo estas cosas simplemente porque eligió hacerlo, no
porque David de alguna manera se hubiera ganado Su estima.
Dios bendice a su pueblo porque nos ama y es su propia naturaleza bendecir a aquellos a
quienes ama. Dios nos perdona porque elige perdonar, porque su cará cter es
misericordioso y misericordioso. Ningú n ser humano puede jamá s ganar las bendiciones de
Dios, y ninguna persona puede jamá s hacer expiació n por sus pecados. Como escribió
Pablo: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; es don de
Dios, no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8–9).

Cumple tus promesas.

David y Jonatá n se amaban como hermanos, y cualquiera hubiera dado su vida por el
otro de buena gana. Jonatá n, de hecho, arriesgó su vida al proteger a David contra los
planes asesinos de Saú l, arriesgá ndose a la ira tanto del padre como del rey. Los dos
hombres hicieron un juramento de amistad y David le prometió a Jonathan que siempre
sería bondadoso con él y su familia.
Pero Jonatá n murió joven, luchando con valentía contra los filisteos en contra de las
abrumadoras adversidades. David, por otro lado, se convirtió en rey y tuvo que lidiar con
sus propias batallas. Desde la perspectiva del mundo, él habría estado dentro de sus
derechos reales de dar muerte a Mefiboset, para que no fuera una amenaza para su trono.
Habría sido má s que amable, a los ojos del mundo, que David ignorara a Mefiboset y lo
dejara vivir. Pero David tomó su juramento muy en serio; no fue suficiente simplemente
dejar vivir a Mefiboset; él fue má s allá y deliberadamente mostró compasió n por el hijo de
Jonatá n, simplemente porque había prometido hacerlo.
David estaba imitando el cará cter de Dios, quien siempre cumple sus promesas. El
pueblo de Dios también debe tener cuidado de cumplir su palabra, ya sea como un
juramento solemne (como en los votos matrimoniales) o simplemente como una simple
promesa. No hacerlo invita al juicio divino. De hecho, segú n Santiago, es mejor no dar tu
palabra en absoluto que darla y no cumplirla: “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis,
ni por el cielo ni por la tierra ni con ningú n otro juramento, " el escribio. Luego, citando a
Cristo mismo (Mateo 5:37), agregó : “Pero que vuestro 'Sí' sea 'Sí', y vuestro 'No', 'No', para
que no caigá is en juicio” (Santiago 5:12).

El pueblo de Dios debe ver el pecado desde la perspectiva de Dios.

Cuando David cometió adulterio, vio sus acciones desde la perspectiva del hombre. Su
principal preocupació n era evitar que otras personas supieran lo que había hecho, y esto lo
llevó a intentar un encubrimiento. Sin embargo, como ya hemos visto, su encubrimiento
condujo a má s pecado y má s intentos de ocultarlo.
Si David hubiera visto su pecado de adulterio desde el punto de vista de Dios, por otro
lado, habría confesado y arrepentido rá pidamente. Al hombre le preocupa lo que pensará n
los demá s, pero a Dios le interesa có mo nuestro pecado dañ a nuestra relació n con É l. David
estaba preocupado por su reputació n como rey, mientras que Dios estaba pensando en su
comunió n eterna.
Hoy en día, el mundo nos dice que la prioridad má s importante son las apariencias,
dando gran valor a la apariencia externa mientras afirma que no hay consecuencias eternas
para nuestras acciones. Dios, sin embargo, está enfocado en la eternidad, por lo que quiere
que Su pueblo vea cada pecado como algo que pone distancia entre ellos y É l.

Cuidado con los consejos impíos.

Jonadab vio que Amnó n estaba languideciendo por una mujer, así que le ofreció consejos
sobre có mo satisfacer sus deseos carnales. Y, como la mayoría de los falsos consejeros,
parecía estar bien versado en las intrigas de todos los que le rodeaban, apareciendo en los
momentos má s oportunos para dar su consejo, como lo hacía cuando David estaba de
duelo.
Comenzó su consejo a Amnó n sugiriendo que el joven engañ ara a su padre.
Amnó n debería haber reconocido que el consejo de Jonadab era impío y lo rechazó de
plano. En cambio, siguió la venenosa “sabiduría” de Jonadab, aunque no estaba obligado a
hacerlo.
Hoy, el mundo nos bombardea con consejos impíos que, como los de Jonadab, a menudo
suenan sabios y oportunos, pero el pueblo de Dios está llamado a sopesar cada enseñ anza
contra las enseñ anzas de las Escrituras. El consejo piadoso nunca nos aconseja
desobedecer los mandamientos de Dios. Si Amnó n hubiera considerado eso, en realidad
podría haber sucedido a su padre en el trono.

No seas malagradecido.
Ziba había experimentado muchas bendiciones en su vida. El rey Saú l le había confiado la
supervisió n de todas las tierras y posesiones del rey, una posició n que le otorgaba gran
poder y autoridad. También le dio una riqueza personal significativa, ya que su propia casa
se había vuelto bastante grande (2 Samuel 9:10). Sin embargo, la muerte de Saú l fá cilmente
podría haberlo arruinado, incluso podría haber puesto su propia vida en peligro. Pero la
generosidad de David hacia la casa de Saú l le permitió retener su riqueza y permanecer en
su posició n de mayordomo sobre la herencia de Mefiboset. Sin embargo, Ziba era un
oportunista: en lugar de estar agradecido por estas bendiciones, buscó ganar aú n má s a
través de la traició n y la astucia.
Mefiboset, por el contrario, reconoció que solo tenía derecho a la muerte. El hecho de que
él fuera el ú nico heredero que le quedaba a Saú l habría sido una sentencia de muerte bajo
cualquier otro rey, sin embargo, David había ido má s allá de simplemente permitirle vivir
al invitarlo a cenar en la mesa del rey todos los días, un gran honor. Mefiboset respondió a
la bondad de David con amor y lealtad; su pena era bastante genuina por el destierro de
David de Jerusalén, y su gozo era evidente por el regreso del rey.
Los cristianos está n en la misma posició n que Mefiboset. Todos somos pecadores, con
derecho a nada má s que la sentencia de muerte de un Dios santo y justo. Sin embargo, Dios
ha ido mucho má s allá de simplemente perdonarnos nuestros pecados y conmutar la
sentencia de muerte: también nos ha hecho hijos de Dios y herederos con Cristo,
invitá ndonos a tener comunió n con É l libremente, ahora y por la eternidad. Cuando somos
tentados a pensar que la vida nos debe má s, es hora de hacer un balance de todo lo que
Dios nos ha provisto a través de Su Hijo. Un espíritu agradecido nos protegerá de un
espíritu de ingratitud.

El Señ or está deseoso de bendecir, no de castigar.

David se llenó de temor por la ira de Dios cuando no siguió el método prescrito por el
Señ or para llevar el arca, y ese temor obstaculizó su ministerio. Pero el Señ or no buscaba
excusas para desplegar Su ira; Estaba deseoso de bendecir al pueblo y de guiarlo a la
justicia y la obediencia. Derramó bendiciones sobre la casa de Obed-Edom tal como
anhelaba hacerlo por toda la nació n de Israel.
Nuestro pecado puede hacer que tengamos una perspectiva inexacta del cará cter de
Dios. Podemos caer en el error de pensar que Dios es un Ser iracundo que busca las
carencias y los fracasos en la vida de Su pueblo, deseoso de castigarlos y reprenderlos. La
verdad es todo lo contrario: el Señ or anhela bendecir a Su pueblo y siempre está buscando
formas de demostrar Su amor por nosotros.
El ú ltimo ejemplo de esto se encuentra en Cristo. Si Dios hubiera estado ansioso por
castigar, simplemente podría haber condenado a toda la raza humana al castigo eterno, ya
que eso es precisamente lo que nuestros pecados merecían. Pero É l envió a Su propio Hijo
expresamente a morir en la cruz para pagar el castigo por esos pecados, permitiéndonos
ser restaurados a la comunió n con É l. Como escribió el mismo David: “Misericordioso y
clemente es Jehová , tardo para la ira y grande en misericordia. No contenderá siempre con
nosotros, ni guardará Su ira para siempre. No nos ha tratado conforme a nuestros pecados,
ni nos ha castigado conforme a nuestras iniquidades” (Salmo 103:8–10).
CAVAR MÁS PROFUNDO

1. ¿Cuáles son algunas de las cosas más importantes que has aprendido de 2 Samuel?
2. ¿Cuál de los conceptos o principios ha encontrado más alentadores? ¿Cuáles han sido los
más desafiantes?
3. ¿Qué aspectos de “caminar con Dios” ya estás haciendo en tu vida? ¿Qué áreas necesitan
fortalecerse?
4. De los personajes que hemos estudiado, ¿por cuál te has sentido más atraído? ¿Cómo
podrías emular a esa persona en tu propia vida?

TOMÁNDOLO PERSONALMENTE

5. ¿Ha tomado una posición definida por Jesucristo? ¿Has aceptado Su regalo gratuito de
salvación? ¿Si no, porque no?
6. ¿Qué áreas de su vida personal han sido más condenadas durante este estudio? ¿Qué
cosas exactamente hará para abordar estas convicciones? Se específico.
7. ¿Qué has aprendido sobre el carácter de Dios durante este estudio? ¿Cómo ha afectado
esta percepción a su vida de adoración o de oración?
8. Enumere a continuación las cosas específicas que desea que Dios haga en su vida
durante el próximo mes. Enumere también las cosas que tiene la intención de cambiar en
su propia vida en ese momento. Regrese a esta lista en un mes y hágase responsable de
cumplir con estas cosas. Si desea continuar con su estudio del Antiguo Testamento, lea el
siguiente título de esta serie, El fin de una era, o el título anterior, Profetas, sacerdotes y
reyes.

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