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Escenas

patrias de
España
CAÑÍ
tiempos
pasados que
no siempre fueron
mejores.

Un trabajo colectivo de

España Cañí
www.fotoefe.es
Si no te ríes
de ti, acabarás
tomándote
en serio
Con esa intención nació este proyecto: reírnos.
Así, en general, pero también de lo que somos,
de lo que hemos sido y, quizá, volvamos a ser.
De lo que nos diferencia, de nuestros defectos y
también de nuestras virtudes.
Las personas “ofendiditas” pueden dejar de
leer aquí y cerrar el libro. Quizá pueda herir su
sensibilidad.
Pero te recomendamos que sigas leyendo y,
antes de ofenderte, te lo tomes a guasa.
La flamenca
D urante muchos años fue “marca España”. No faltaba ho-
gar en el que la bailarina no descansara sobre el televi-
sor ni turista que no regresara a su país con una flamenca.
Los tablaos se convirtieron en un punto de interés para estas
avalanchas de extranjeros que descubrieron nuestro país en
los años sesenta y cuando se referían a España, levantaban
las manos en ademán bailarín.
Visto con la perspectiva del tiempo causa risa, por eso quise
representarla con un toque surrealista.

DIRIGIDA POR:
Belén Parra

INTERVIENEN:
La flamenca: Belén Parra. El guitarrista: Antonio Serrano
La sobrina del cura
E n aquellos años grises, junto a La Trinidad oficial de la
que nos hablaban desde el púlpito los “influencer” de la
época, mientras la gente asentía pero nadie comprendía,
existía otra trinidad más fácil de entender: El Hijo de Dios,
vigilando para que nadie se desmandara; el hijo de puta,
que atizaba al que se desmandaba; y para resarcirnos de
las anteriores, la tercera persona, que proporcionaba el
“soma” los domingos por la tarde para olvidar que, quizás
esa noche, les iban a rociar la cama con agua bendita.
A la vez que las pasiones futboleras, existían “las otras
pasiones”. Pues, aunque vistieran de negro, también tenían
sus deseos, y sobrinas, criadas, amas de llave y otras muje-
res-coartada les permitían calmar su testosterona.
DIRIGIDA POR:
José Valentín Pinedo

INTERVIENEN:
Cura: José L. Contreras. Sobrina: Miriam Calleja
La junta de la trócola
E l mecánico del barrio conocía al dedillo el 124 de mi
padre y siempre encontraba solución para sus acha-
ques, además era barato. Por eso, cuando en febrero del
75 necesité arreglar mi bicicleta no dudé en llevársela. Sin
embargo, cuando tuvo que enfrentarse a aquella cadena
que se soltaba a cada momento y a aquel freno destensado
descubrí que no sabía arreglar bicicletas.
Durante más de una hora estuvo quitando piezas sin saber
donde colocarlas de nuevo. Aunque ya sabía que no era el
taller adecuado para volver a pedalear feliz, no me importó
mucho esperar porque entre tuerca y tuerca, yo pasaba el
tiempo mirando de reojo el calendario que colgaba en la
pared del taller.
DIRIGIDA POR:
Javier Sánchez

INTERVIENEN:
Mecánico atribulado: Javier Sánchez
Clavelitos
L a Tuna surge en nuestro país en el Siglo XII al tiempo que
las primeras Universidades. Quienes no tenían recursos
económicos para estudiar se valían de la música para cos-
tear sus estudios.
Hasta hace no tantos años todavía se veían con frecuencia
grupos de tunos que alegraban las celebraciones a cam-
bio de una propina. Aunque muchos de estos tunantes no
habían pisado un aula universitaria en su vida o la habían
abandonado muchos años antes de seguir con la pandereta
por los salones de bodas.
En mi juventud toqué el laud y el acordeón en una de estas
rondallas y por eso quise rendirles homenaje con esta repre-
sentación de una ronda.
DIRIGIDA POR:
Mercedes Doncel

INTERVIENEN:
Tuno: José V. Pinedo. Moza: Belén Parra
Va por uztede
E n un repaso por los elementos que acuñaron el Spain is
different no podía faltar “er maehtro”. Ese ídolo de masas
sesentero que levantaba pasiones entre el público femenino
y ovaciones –o críticas– entre el masculino.

DIRIGIDA POR:
Carmen Vasco

INTERVIENEN:
Maestro: Miguel Vázquez “El Teni”
Contigo, pan y... ¡chorizo!

L os emigrantes con sus familias siempre regresaban al


pueblo en verano. Allí se podía descansar del ajetreo de
las grandes ciudades y pasar las tardes sentados a la fresca.
Los más pequeños disfrutaban de la libertad que las calles
urbanas les robaban. No podía faltar el botijo, que con tan-
ta pericia manejaba el abuelo, y la navaja para dar buena
cuenta de las ricas viandas de la matanza.

DIRIGIDA POR:
Mónica Salgado

INTERVIENEN:
Paisano: Miguel Vázquez Ayala
Aquí no hay playa
A finales de la post guerra no había cultura de salir de
vacaciones fuera de España. De hecho, hasta casi fina-
les de los años sesenta, el único lugar de vacaciones era el
pueblo natal.
Fue justo en esa época cuando comenzó a descubrirse la
costa española y el levante se convirtió en lugar de pe-
regrinación para escapar de las infernales temperaturas
mesetarias.

DIRIGIDA POR:
Piedad Torrijos

INTERVIENEN:
Turista: Miriam Calleja
Más cornás da el hambre

L a miseria y el hambre que había en España finalizada la


guerra y que duró hasta comienzos de los sesenta, hicie-
ron surgir la figura de “el maletilla”.
Se trataba de jóvenes que, desesperados por la falta de
futuro, se lanzaban al mundo con “una maletilla” o un hatillo
al hombro recorriendo ganaderías y pueblos en fiestas. Allí se
lanzaban a la plaza de toros en busca de visualización con la
intención de llegar a convertirse en toreros de renombre.
Cuando se les preguntaba si no tenían miedo a que un toro los
empitonase, alguno respondió: “Más cornás da el hambre”.

DIRIGIDA POR:
Miguel Vázquez Ayala

INTERVIENEN:
Maletilla: Samir Elías. Maestro: Miguel Vázquez “El Teni”
¿Dónde está la bolita?
H asta no hace mucho tiempo resultababa habitual encon-
trar en las grandes ciudades y sitios turísticos a trileros
que trataban de timar al primo, guiris, sobre todo.
Sobre una mesa improvisada para salir corriendo si llegaba
la pasma se colocaban tres cubiletes y se escondía la bolita
bajo un de ellos. El primo tenía que adivinar dónde estaba
tras apostar una cantidad de dinero. Parecía fácil porque los
ganchos siempre acertaban, animaban a jugar al incauto y
lo distraían después para dar tiempo al trilero a esconder la
bolita. Así de fácil, el dinero pasaba de los bolsillos del guiri
a los del timador.

DIRIGIDA POR:
Gabi Solano

INTERVIENEN:
Gancho: Andrés Moreno. Trilero: José M. García.
Guiri: Corina Runcan
La cabra, la cabra
L a foto la concebí como homenaje a los músicos ambu-
lantes en aquella España de miseria, cuando ganarse un
duro era una proeza. Toda la familia debía participar –la
cabra la primera– para llevarse algo a la boca.
Estas cuadrillas recorrían los barrios llenando las calles de
música alegre y espectáculo que regocijaban a los niños y
no pocas veces entristecían a los adultos.

DIRIGIDA POR:
José Lorenzo Contreras

INTERVIENEN:
La Carmen: Carmen Vasco. La Jenni: Alicia González.
El Paaapa: Miguel Vázquez, Teni.
La tortilla
E n los años sesenta, cuando llegaba el buen tiempo, los
madrileños disfrutábamos del domingo en familia al aire
libre en la Casa de Campo o la Dehesa de la Villa.
Se comía la tortilla de patata con pimientos verdes fritos y
sandía fresquita. Con su vinito y el sifón o la gaseosa.
Recuerdo a mi madre que se arreglaba de domingo y a mi
padre, que no se quitaba la corbata, aunque iba en mangas
de camisa.
El coche era muy importarte en la familia. Se aparcaba a la
sombra de un gran pino y al ladito de su rueda las madres
extendían el mantel donde comer.

DIRIGIDA POR:
Esther Henar

INTERVIENEN:
La madre: Martha Alonso. El padre: Alex Andúes
¡No hay mus!
N o hace tanto que en casi todas las tascas de los pue-
blos y los barrios de las grandes ciudades el humo de
los farias ocultaba una o varias partidas de mús.
Las tardes pasaban entre órdagos y envites sin mayor preo-
cupación que quién llevaría el preciado solomillo.
Años después estas partidas se trasladaron a las cafeterías
de muchas facultades en las que se impartía la cátedra Hon-
tanares –tres a grande, dos a chica y cinco a pares– hasta
que terminaban “las clases”.

DIRIGIDA POR:
Samuel Navarro

INTERVIENEN:
Jugadores: José L. Contreras, José V Pinedo,
Miguel Vázquez, Javier Sánchez
A la fresca
S ólo las mujeres “de mala vida” iban a las tabernas. Las
mujeres “como Dios manda” no tenían más remedio que
socializar mientras hacían “sus labores”. Terminadas las de
dentro del hogar, salían a la fresca y se reunían en corrillo
en la puerta de alguna de ellas para realizar sus labores de
costura que luego lucían en bonitos tapetes sobre la mesa
camilla o sobre el televisor.

DIRIGIDA POR:
Mercedes Lopezosa

INTERVIENEN:
Ganchillera: Esther Henar. Bordadora 1: Piedad Torrijos.
Bordadora 2: Mercedes Doncel
Elena Francis
E ntre los años 1947 y 1984 –sí 1984, nueve años des-
pués de la muerte del dictador– en casi todos los hoga-
res españoles, muchas mujeres y algunos hombres escucha-
ron la hora de Elena Francis. Alrededor de la mesa camilla,
las siete de la tarde se convirtió en una hora anhelada.
Este consultorio de la inventada Elena Francis hizo suspirar,
imaginar y sonreír, con maldad a veces –”menudo putón
debe ser esta”, pensaba alguna– a muchas mujeres españo-
las, con consejos que parecían sacados del confesionario.

DIRIGIDA POR:
José Valentín Pinedo

INTERVIENEN:
Radioyente: Piedad Torrijos
¡Sereno!
E l sereno evoca mi infancia. Siempre recordaré esta figura
que acudía rápido a la voz que lo requería. En la calle
oscura solo se apreciaba una luz que se balanceaba hacia
los lados, cual luciérnaga. La magia se rompía con una voz
exigente: ¡Sereno! Entonces, un ruido de llaves y un ¡buenas
noches!
El portero automático sustituyó esta figura y las calles se han
quedado un poco huérfanas de la luz mágica del farolillo
y de la amabilidad entre las personas en la noche de las
ciudades.

DIRIGIDA POR:
Manuel Sánchez

INTERVIENEN:
Sereno: Miguel Vázquez. Vecina noctámbula: Charo García
Uno trabajando y
tres mirando
L a ciudad que crece y se transforma siempre llamó nuestra
atención y supervisión, aunque sea detrás de la barrera.
Cuántos buenos ratos “mirando obras”, sólos o en compañía
de nuestros amigos, también jubilados.
Hoy seguimos mirando obras, pero ya no podemos llegar
tarde; y menos al colegio para recoger a nuestros nietos.
La vida sigue y la ciudad no para; los jubilados somos
más necesarios que nunca.

DIRIGIDA POR:
Marcos Sanz

INTERVIENEN:
Jubilado 1: Miguel Vázquez. Jubilado 2: José V. Pinedo.
Jubilado 3: José L. Contreras. Maetro de obras: Marcos Sanz
Vuelva usted mañana
E l personaje de esta fotografía, funcionario jovial, perezo-
so, holgazán y siempre almorzando, inmune al tiempo y
las largas colas de espera, ya caricaturizado por Larra en su
sátira, quiere ser una invitación a la reflexión sobre el tópi-
co de la pereza en nuestro país, especialmente la ligada al
trabajo.
Una escena para meditar sobre diversas dualidades en re-
lación con la hiperactividad y el “dolce far niente”, la mer-
cantilización del tiempo y el ocio y la vida contemplativa,
la excesiva autoexigencia frente al arte del escaqueo... Un
sencillo y jovial homenaje a los trabajadores, especialmente
a los servidores públicos.
DIRIGIDA POR:
Eva Alonso Olmos

INTERVIENEN:
Funcionario: Manuel Sánchez. Ciudadano paciente: Javier
Sánchez. Ciudadana resignada: Ruth Criado.
Manos de impaciente: Samuel Navarro.
¡No me pises lo fregao!
A unque todavía queda mucho camino por recorrer, ha
pasado tiempo desde que en los formularios se rellena-
ra la ocupación de la mujer con “sus labores”.
Durante las horas que debía pasar “en casa y con la pata
quebrada” con frecuencia desarrollaba un exceso de celo
–rayando la obsesión– por la limpieza.
Cuando llegaba el marido del trabajo –o de la taberna–
sólo le preocupaba que la cena estuviera en la mesa. El
resto del trabajo realizado en la casa por su mujer le im-
portaba muy poco y ni siquiera se fijaba en que el suelo se
acabara de fregar.

DIRIGIDA POR:
Charo García

INTERVIENEN:
El marío: Fernando Galán. La mujer: Charo García
H as visto el fruto del trabajo colectivo realizado por el
Club Foto F durante algo más de un curso escolar. La
primera foto se realizó en marzo de 2022 y la última en
marzo de 2023.
Aunque cada foto está ideada y dirigida por una persona,
en todas ellas ha trabajado el equipo entero. Ninguna de
estas fotografías habría podido realizarse sin la colabora-
ción de todos y cada uno de los componentes del Club bajo
la coordinación de Fernando Galán.
La mayor parte de las personas que aparecen en las imá-
genes forman parte del Club Foto F, pero también hemos
contado con la colaboración desinteresada de modelos que
se han prestado a participar en el proyecto. Les damos las
gracias.
Esperamos que te haya gustado, te hayas reído y hayas
recordado un tiempo pasado, que no siempre fue mejor.

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Escenas
patrias de
España
CAÑÍ
tiempos
pasados que
no siempre fueron
mejores.

Un trabajo colectivo de

España Cañí
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