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Fernández CL
Fernández CL
FACULTAD DE COMUNICACIONES
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
AUTOR
ASESORA
A mi familia, porque me demuestran que el amor verdadero existe en cada abrazo y beso.
1
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a Dios, por haberme dado las fuerzas necesarias, a mi mamá, por su enorme
entrega, a mis abuelos, por ser el apoyo incondicional de toda mi vida y a Maribel, por
enseñarme que la amistad también se encuentra en la familia.
Mención aparte a mis amigos de la facultad y a la profesora Matilde, porque sus críticas
constructivas hicieron que no desista de seguir adelante.
2
RESUMEN
3
[Título del trabajo en inglés]
ABSTRACT
Currently, the media are necessary elements for a correct and free development of public
opinion during election campaigns. This paper covers an analysis of the qualities of
impartiality and sensationalism in the journalistic practice of the written press during the
process of political campaigns. It should be noted that this study manages to scrutinize the
way in which the written media inform and build a reality based on the following precepts:
Impartiality, sensationalism, political journalism, journalism in political campaigns, political
communication and news production.
Keywords: Impartiality; sensationalism; political journalism; Journalism and electoral
campaigns; News production and Political Communication.
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ÍNDICE
2.1 IMPARCIALIDAD.................................................................................................... 10
2.1.1 Imparcialidad en medios escritos .................. ¡Error! Marcador no definido.1
2.2 SENSACIONALISMO .................................¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.
2.2.1 SENSACIONALISMO EN MEDIOS ESCRITOS .............................................................. 14
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1 INTRODUCCIÓN
Para Soberanes (2008), la práctica periodística puede entenderse como una actividad de
carácter público, en donde el periodismo per se pasa a ser una acción informativa y masiva
que atañe a la ciudadanía en general. Según Concha (2002), es el periodismo una profesión
que podría ceñirse al concepto de “interpretación sucesiva de la realidad social”. En pocas
palabras, este oficio comunicativo se configura como una práctica que narra lo acontecido
dentro de un espacio en común.
Por un lado, existe una competencia entre diversos medios de comunicación escritos a nivel
nacional, donde la portada se sitúa como la característica principal que define la línea
periodística de cada editorial o periódico en general. (Bazán, 2020). En ese sentido, Van Dijk
(1990) sostiene que los titulares comunican el flujo informativo de mayor jerarquía y
pertenencia que tenga en relación a un relato noticioso cada medio escrito en particular.
Debido a esta necesaria identificación visual por parte de cada periódico, aparece el
sensacionalismo. Conceptualizado como el elemento que se encarga de la magnificación de
los hechos noticiosos dentro de la opinión pública y la ciudadanía (Gargurevich, 2002). En
ese marco, la estructuración de las noticias sensacionalistas logra adaptarse con suma
facilidad de acuerdo al tipo de consumidor y audiencia receptiva (Nakamoto, 2020).
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imparcialidad se perfila como un precepto estrechamente ligado al periodismo actual, sobre
todo, a la prensa escrita representada en revistas y periódicos. En ese sentido, existe una
tendencia de mediatización en el campo político, en donde se jerarquiza al contenido visual
por sobre el argumentativo (García, 2004). En esa misma línea, Holgado (2003) señala que
la partidocracia suele recurrir a una estrategia de campaña que sitúa a la imagen por sobre
las palabras y el discurso en general, logrando personificar el mensaje a un líder político o
un eslogan partidario.
Por su parte, Biggio (2006), indica que la comunicación política entra a tallar como la
unificación y transmisión de un mensaje hacia la ciudadanía. Ribero y Pedreros (2018), a su
vez, exponen que esta manera comunicativa puede dilucidarse como un escenario en el que
el emisor logra calar su mensaje hacia todos los estratos sociales. Asimismo, Mendé y Smith
(1999) resaltan que la comunicación política es una corriente que logra facilitar el debate y
la apertura de diversos temas, además de conseguir interés político dentro de la sociedad de
masas. Extrapolando, las campañas políticas electorales se hallan supeditadas por la
narración de los hechos de cada medio de comunicación en particular, quienes seleccionan
el tema de debate dentro de la corriente de opinión pública (Sánchez, 2009).
Por las razones mencionadas anteriormente, la presente investigación tiene como tema de
investigación realizar un análisis conceptual del sensacionalismo y la imparcialidad de la
prensa escrita durante las elecciones presidenciales, en donde surge la siguiente pregunta:
¿Existieron características de sensacionalismo e imparcialidad en la prensa escrita durante
las elecciones presidenciales? En tal aspecto, el fin de este estudio es la identificación del
sensacionalismo y la imparcialidad que subyace en la prensa escrita durante las elecciones
presidenciales, siendo sus objetivos secundarios la determinación de los elementos
sensacionalistas, además de las cualidades de imparcialidad periodística.
Como investigaciones y estudios que anteceden a este trabajo tenemos la tesis de Luis Franco
Gálvez (2019), en donde el autor analiza el contenido discursivo de los diarios Trome y El
Popular durante las elecciones presidenciales del 2016. En tal estudio bibliográfico, Gálvez
explica la línea editorial de Trome representa a los candidatos que han sido noticia por casos
específicos durante la citada contienda electoral, mientras que el segundo periódico
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evidencia una clara tendencia en mencionar, representar y graficar al excandidato Julio
Guzmán, cuya noticia de mayor valía fue su tacha al máximo cargo público.
Cabe resaltar que, si bien los antecedentes grafican y exhiben análisis en bases a
conclusiones de autores inmersos en el tema de la cobertura en épocas de elecciones, el
presente estudio brindará un mayor conocimiento sobre el sensacionalismo y la
imparcialidad, dos preceptos ampliamente discutidos en los foros y salas de redacción
periodística. El primer trabajo hace su estudio durante una campaña presidencial y analiza
las maneras distintas que poseen dos medios impresos de grupos editoriales diferentes, el
segundo hace énfasis en la representación iconográfica de los candidatos municipales,
basando su modelo de periodismo en personificaciones políticas; mientras que la última tesis
en cuestión empleó un método direccionado hacia tres personajes públicos durante la
campaña presidencial citada. Aunque estos tres compendios de material bibliográfico
exponen los distintos métodos que utiliza periodismo tradicional escrito en tiempos de
elecciones democráticas, es necesario ahondar en algunas características y elementos
conceptuales que la prensa impresa logra representar al momento de ejercer el oficio
periodístico. Por ende, resulta vital comprender la magnitud e importancia que tienen los
medios de comunicación como la prensa escrita durante las campañas electorales y,
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posteriormente, el sufragio nacional, teniendo en cuenta que el Perú posee una densidad
demográfica que supera los 32 millones de personas, según el último censo nacional
efectuado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
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2. MARCO TEÓRICO
2.1 Imparcialidad
La imparcialidad es uno de los elementos básicos que ha estado presente en la historia del
periodismo y su práctica, la cual fomenta el debate público respecto a una noticia en
particular. Brunetti (2016) plantea que este elemento viene siendo cuestionado desde hace
años, concibiéndose como una serie de normas que fortalecen los cánones del periodismo
tradicional que ya se habían establecido anteriormente. Suárez & Odriozola (2016), por su
parte, indican que este concepto de la imparcialidad viene siendo reforzado desde las aulas
y salones de formación de periodistas, lo cual contrapone la misma visión autónoma que los
profesionales de la comunicación deben tener a la hora del oficio puesto en práctica.
En ese mismo sentido, Suárez & Odriozola (2016) añaden que la imparcialidad periodística
logra presentarse en el momento que se cuestiona la moralidad y la ética que tiene la prensa
al momento de hacer público un hecho noticioso, ya que será su abordaje lo que rectifique
su idoneidad al momento de hallar la verdad y presentar los hechos con la verosimilitud
posible. Ambos autores también consideran que la práctica de la imparcialidad es algo propio
de ‘ingenuos’ que desconocen la ideología, creencia y consciencia inherente que toda
persona posee, además de la línea editorial que cada medio o empresa comunicativa sigue a
rajatabla mientras desempeña su función periodística. (Suárez & Odriozola, 2016)
San Martín (2014) alude que la imparcialidad se basa en una mitificación de la objetividad
periodística puesta en práctica, dando a entender que este elemento es necesariamente
opuesto a las subjetividades que todo periodista debe emitir mientras realiza su labor
informativa en la sociedad. El autor también indica que esta idolatría hacia la imparcialidad
periodística ha sentado la noción de que el periodismo es concebido como una rama de la
comunicación humana totalmente transparente y que no necesita ningún tratamiento
interpretativo antes de llegar a la res pública y la ciudadanía en general. En esa misma línea,
Suárez & Odriozola (2016) afirman que la conceptualización que se ha pretendido brindar a
la “imparcialidad” ha sido un constante debate y consenso dentro del quehacer periodístico,
tanto a la hora de la práctica como fuera de ella.
10
Restrepo (2001), por tanto, plantea que esta “ilusión” de la objetividad e imparcialidad no
hace presencia en contextos en donde el periodista debe aceptar una postura en particular y
decidir qué hecho o suceso realmente es apto para ser una noticia.
Por otro lado, la ausencia de flujos informativos idóneos para poder abordar un tema de
relevancia social o el manejo de accesos de fuentes que logren presentar un tema desde
diversos enfoques y miradas son razones suficientes para dar cabida a que la opinión pública
cuestione la falta de la imparcialidad en los medios tradicionales de hoy en día (Suárez y
Odriozola, 2016).
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Ante esto, el compromiso de los medios de comunicación tradicionales no debe ser
concebido de manera superflua en la sociedad, sino más bien, tratado como un tópico que
involucre un mayor escrutinio y rigor a la hora de difundir una información relevante en la
res pública. (Fowks, 2018). Hoy en día es natural que ciertos emisores de hechos noticiosos
orienten la información en sus medios respectivos en pro del beneficio propio, argumentando
así relatos con irregularidades y despropósitos informativos a su favor que logran una mayor
aceptación por parte de sus consumidores y de quienes la reciben (Fowks, 2018)
Valera (2016), por su parte, resalta que la imparcialidad se torna como uno de los elementos
indispensables que tiene el periodista a la hora de restarle injerencia externa a su trabajo o
idea. Esto significa que el profesional encargado de la interpretación, creación y posterior
divulgación de un hecho noticioso se ampara en el precepto de la imparcialidad periodística
para evitar cualquier intrusión en su labor como periodista y profesional de la comunicación.
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De hecho, el mismo autor (1989) señala que es el periódico un medio coercitivo que
repercute en el accionar de los actores sociales para, de cierta manera, lograr darles mayor
sentido favorable a sus conveniencias, llegando incluso a influenciar en los mandatos y
períodos gubernamentales, además de la partidocracia y las agrupaciones de interés dentro
de la sociedad, los diversos movimientos dedicados a un bien social, además de ser un
“objeto de la influencia de los otros, que alcanza una carga de coerción decisiva cuando esos
otros son los titulares del poder político (Borrat, 1989, p.67).
Además, Borrat (1989) postula que este medio en particular puede configurarse como un
‘actor político’ que promueve las interacciones entre diversos actores sociales. En ese
sentido, los periódicos poseen la capacidad de injerencia dentro de un contexto social,
político y ciudadano, además de lograr una gran capacidad de influencia dentro de los
distintos agentes y miembros partícipes de una colectividad en común.
2.2 Sensacionalismo
Al igual que la imparcialidad, existen otros componentes dentro de la práctica periodística
que han sido ampliamente estudiados y referidos en múltiples recopilaciones bibliográficas
y estudios doctorales. El sensacionalismo es uno de ellos, y según Gargurevich (2000) es un
elemento que puede conceptualizarse como la magnificación o sobre estimación de las
noticias en la sociedad, y que, además, ha estado ligado históricamente a la información
pública y masiva moderna.
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ceñidas a un aspecto más bibliográfico. Parra y Domínguez (2004) describe a la prensa
sensacionalista como aquella rama del periodismo que logra destacarse principalmente por
sus cualidades referentes al morbo, la banalización social y la jerarquización de la violencia.
Según Flores y Mendieta (2012) el sensacionalismo es un aspecto ‘banal’ del periodismo
que tiene bien claro su público objetivo, sobre todo, el estrato social de clases bajas donde
priorizan la información y el sentimiento por sobre la ética periodística a la hora de
informarse.
Para Chiang (2004), este concepto ya forma parte de un género periodístico inmerso en los
medios, el cual tiene como finalidad buscar la atención del consumidor o lector a través de
sobreestimaciones de algunos aspectos referentes a una noticia o suceso acontecido en la
esfera pública por encima de la intención informativa general del periodismo tradicional.
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culturales; muchos de ellos sujetos anónimos -hombres y mujeres de distintas edades
y ocupaciones” (Saad, 2011, p. 12).
Chiang (2004) hace referencia exacta del desarrollo de corte sensacionalista de los
periódicos dentro de la sociedad peruana, indicando que son vehículos informativos e
inusuales, tratados de una forma festiva y lúdica hacia el lector.
El diseño llamativo de sus portadas, así como su empleo del lenguaje con replanas
reseñan generalmente el mundo del espectáculo y los personajes de la «farándula».
Como se verá más adelante, estas publicaciones abusan de las fotografías y los
recursos gráficos, mostrando un estilo cuasinovelístico para construir la noticia (
Chiang, 2004, p. 13).
A su vez, Chiang (2004) indica que la prensa de corte y preceptos sensacionalistas busca
establecer el disentimiento común mediante ideas, publicaciones, contenidos, noticias y
recopilaciones periodísticas inconexas, cuyo fin primordial es la enajenación pública y
popular de un caso o tema en específico.
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Cabe precisar que la noticia “sensacionalista” abarca otra concepción diferente a lo
“sensacional”, ya que esta última se trata de un hecho o suceso noticioso que requiere de un
tratamiento diferente al tratarse algo trascendental para la coyuntura diaria (Chiang, 2004).
Recapitulando, el periodismo político es una rama del periodismo en general dedicada única
y exclusivamente a tratar temas de Estado, campañas, debates, autoridades, servidores
públicos y demás relacionados al fuero gubernamental y su injerencia en la ciudadanía
nacional. Al respecto, existe la opinión de un autor que subraya y excluye a un sector de los
medios del periodismo político. Halperín (2012) sugiere lo siguiente de la denominada
“prensa política”
Creo que la llamada prensa política, que es la prensa partidaria, no debe ingresar en
la definición de periodismo político, porque, si bien utiliza los medios de aparición
16
periódica cuyo contenido está referido a los mismos temas, su esfuerzo no está
centrado en la información (Halperín, 2012, s/p).
En esa misma línea, y a pesar de que subsista una carga ética ligada a los valores de la
responsabilidad social, las instituciones de comunicación siguen siendo empresas e
industrias comunicativas que responden a las decisiones impuestas por la sociedad y los
mercados en general, logrando que sean estos quienes prioricen sus propios intereses
(Freidenberg, 2004).
Extrapolando, Freidenberg (2004) arguye que las posturas y posiciones vertidas en los
distintos canales de comunicación, sobre todo, la prensa, se convierten en roles
preponderantes y que cohabitan en el amplio universo político, ya que se logra evidenciar
un nexo entre las instituciones de carácter público y esfera pública. En otras palabras, es el
periodismo contemporáneo un espacio que tiende puentes entre la opinión y voz mayoritaria
de la sociedad y el Estado.
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con total normalidad, escapando de las dimensiones establecidas y generando, a su vez,
obstáculos y barreras que involucra los múltiples escenarios en los que el periodismo nace y
se desarrolla con total libertad.
En ese marco, el autor añade que resulta imperativo situar al periodismo político como una
especialización del periodismo general, dada la coyuntura y los avances tecnológicos que
hacen de la prensa escrita un vehículo que requiera armas interpretativas mucho más sólidas
al momento de explicar el porqué de los sucesos (Enguix, 2013).
A manera de conclusión, tal y como sugiere Concha (1999), son estas especializaciones del
periodismo tradicional lo que fomentará una nueva respuesta ante los cambios y las
urgencias que la opinión y esfera pública requieren en la actualidad, teniendo en cuenta los
constantes cambios y variaciones que afronta la sociedad en cada una de sus ramas, sean
cultura, política, economía, ciencia, etcétera.
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Se trata del intercambio de mensajes entre los componentes del sistema político, es
decir, entre todos los miembros de una sociedad. Si el ser humano es político por
naturaleza, a todos concierne la comunicación política (Yanes, 2007, p.359).
Para Reyes (2010), la comunicación política se puede entender como “un fenómeno político
y social, estudiando los efectos de las actividades comunicativas, los intercambios de
símbolos políticos, la ideología, los conflictos y, fundamentalmente, su trascendencia e
impacto en la actividad política” (Reyes, M, et al 2010, p. 90).
Para Biggio (2006), esta noción de comunicación se puede interpretar como toda actividad
organizada que busca transmitir un mensaje o flujo comunicativo hacia la sociedad y la
corriente pública de opinión, cuya finalidad es influir, persuadir, educar e informar los
aconteceres públicos. “La comunicación política es toda actividad organizada, dirigida a
transmitir un mensaje que permita llegar a los lectores con el fin de influir sobre ellos
buscando persuadirlos, orientarlos, educarlos e informarlos.” (Biggio, 2006, p.7)
19
Así, Fernández (1997) interioriza y añade la noción de periodismo especializado dentro de
este oficio, siendo estos representados y puestos en práctica dentro de lo que sería la esfera
pública, logrando, a su vez, una interrelación de flujos comunicativos que, finalmente, es
dividida y publicada en secciones de acuerdo al medio de comunicación en general.
La etapa de transición de los poderes del Estado en todas sus formas resulta importante para
poder dilucidar el trayecto hacia el que se dirige la sociedad y sus habitantes en general. La
injerencia de la prensa y los medios de comunicación durante la realización de estos eventos
públicos de sufragio pueden incidir en un triunfo o derrota de un candidato o partido en
particular debido a la percepción que existe desde la res pública (Ortega, 2003).
El autor también añade que los personajes políticos siempre están al acecho de perseguir
información de carácter relevante para poder aventajar a sus rivales en las contiendas
electorales, siendo la prensa un aparato de control en donde se priorice el fin periodístico de
los asuntos públicos por medio de interacción entre la partidocracia y su representatividad.
(Ortega, 2003).
Sobre el oficio periodístico en épocas electorales, Muñiz (2015) narra con sumo
detenimiento como es la práctica de recolección, producción, edición y publicación de
noticias en campañas donde se rige a autoridades públicas:
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presencia en los medios a las estrategias de los candidatos para obtener el mayor
rédito electoral. (p.68-69)
Complementando con lo dicho por Muñiz, Ortega (2003) añade que la convergencia entre el
periodismo y la política ha logrado devenir en un problema que influye directamente a las
decisiones de carácter público. También, el autor también indica que los políticos usan los
medios de comunicación para ganar una mayor notoriedad y visibilización ante la sociedad
de masas. Por otro lado, hace énfasis en que el periodismo está logrando adentrarse en las
distintas capas de poder político, moldeando así su concepción y significado tal y como se
conoce.
2.6.1. El ‘newsmaking’
Por otro lado, otro autor añade que actualmente existen fases previas al momento de
encontrar, interpretar y difundir un hecho noticioso. Según Feenstra, R. y Casero, A. (2012),
en donde se logran disentimientos y debates inmersos al sistema político y periodístico que
21
termina por generar una controversia en relación a la selección de hechos o contenidos a
divulgar en la esfera pública.
Si bien es cierto que las noticias tienden a cubrir la necesidad humana de la información, el
proceso de fabricación y elaboración de las mismas sigue ciertos parámetros periodísticos
en los que la jerarquización y el criterio de noticiabilidad terminarán por definir su
publicación. Aruguete (2011) sostiene que las noticias pertenecen a una tendencia
homogénea, la cual tiene como eje pragmático el estudio periodístico y las entidades y
corporaciones dedicadas al informar público.
En tal sentido, la autora (2011) clarifica que no solo se dedican al oficio periodístico per se,
sino además responden a las demandas supeditadas por los intereses y objetivos de toda una
institución, los cuales se erigen como factores preponderantes al momento de escoger,
delimitar, seleccionar o desechar un acontecimiento noticioso.
En esa misma línea, se puede deducir que los criterios son en realidad facciones ideológicas
que subyacen y convergen dentro de la profesionalidad periodística y la lógica empresarial
de las grandes corporaciones dedicadas al rubro de las telecomunicaciones. (Aruguete, 2011)
Y aunque la ‘noticia’, según la Real Academia Española (RAE), la suele ser concebida como
un suceso o información sobre algo que se considera interesante divulgar y esparcir por toda
la res pública, la autora en cuestión indica que la instancia previa de su elaboración y
posterior masificación en medios como periódicos son guiados, en gran medida, por los
intereses y criterios de institucionalidad que todo profesional de las comunicaciones tiene
respecto a las empresas informativas. (Aruguete, 2011).
Dentro de estos conceptos, las rutinas y hábitos periodísticos emergen para satisfacer la
necesidad informativa dentro de la sociedad. Según Retegui (2017), la rutina periodística,
lejos de ser solo la agenda diaria del periodista, es un cronograma laboral esencial que
cumple una función primordial en los medios, ya que sirve para direccionar y unificar los
contenidos que serán escogidos y posteriormente convertidos en noticia pública a través del
impreso. Además, estas no pueden ser de carácter inexorable y rígido.
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Y es que Retegui (2017) no concibe al oficio periodístico diario como una rutina totalmente
rígida que posea cánones y cimientos inamovibles, sino más bien a procesos de organización,
estructuración y ejecución ante los hechos o eventos suscitados en la sociedad, los cuales,
estarán sujetos a cambios y modificaciones que, en muchos casos, pueden darse en último
momento.
Al igual que Clauso, Acosta (2013) deduce que el término newsmaking (entendiéndose como
la construcción noticiosa de un hecho escogido) entra a tallar en el marco general de la rutina
periodística, siendo el comportamiento, conductas, quehaceres diarios y acciones del
periodista lo que determine su presentación discursiva en los medios.
En tal sentido, la rutina periodística se puede conceptualizar como el proceso básico que un
periodista ejerce al momento de consultar documentos, informes, diarios, entrevistas, pactar
diálogos o presenciar los hechos de un suceso en particular con el objetivo de realizar un
texto, sea del género que fuese, para ser convertido en noticia periodística del día.
Sin embargo, Van Dijk (1990) propone que las emisiones de contenidos noticiosos deben
ser analizados y escrutados en base al “procesamiento de un texto”, siendo revisado y
verificado por múltiples etapas antes de su publicación, además de poseer el análisis y la
interpretación informativa que ha sido recogida por el autor periodístico de tal texto, artículo,
columna, nota o reportaje en general.
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Y es que, de acuerdo al autor, la confección de una portada de un medio escrito como el
periódico no es tan simple como erróneamente se cree. En muchas ocasiones, se necesitan
diversas variantes y factores que faciliten su rápido accionar a la hora de jerarquizar las
imágenes y formar la primera plana. No se trata de una página común del medio escrito, ya
que esta llega a responder las cualidades intrínsecas del medio, además de solicitar mayores
exigencias por parte de los encargados, cuya guía sea la editorial para la que trabajan (Bazán,
2020)
En tal sentido, se podría conceptualizar a la portada como un relato que se condicione a los
hechos más recientes e importantes de la cotidianeidad humana, las cuales deben ser
plasmadas en la carátula central del medio, y ser vista ante la mirada de su lectoría pública
(Bazán, 2020)
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3 HALLAZGOS Y CONCLUSIONES
3.1 Hallazgos
-Una de las características que salen a flote a lo largo de este compendio bibliográfico son
las conveniencias que poseen los medios y corporaciones de comunicación en la sociedad
de masas. Esto es una de las tantas inquietudes que diversos intelectuales e investigadores
poseen a la hora de referirse a la imparcialidad como un bien inexorable de la práctica
periodística. De hecho, Suárez & Odriozola (2016) tildan de ‘ingenuos’ a quienes creen
fervorosamente en la práctica y la dependencia objetiva de las noticias, sea en el formato
que se presente.
- Otro hallazgo tiene que ver esencialmente con el periódico, a lo que el autor Hector Borrat
(1989) sitúa con total lucidez como un “agente” político, de hecho, es este medio uno de los
que puede influir directamente en la opinión pública y, por ende, en la corriente de opinión
masiva de la sociedad, teniendo en cuenta que son los periodistas los encargados de plasmar
e interpretar una noticia que puede ser direccionada –tal como señala Aruguete- de acuerdo
a las convicciones de una corporación en particular.
-En paralelo a lo dicho por Enguix (2013), el periodismo escrito puede ver en las plataformas
y nuevas tendencias comunicativas un aliado a poder realizar un periodismo mucho menos
descentralizado y más autónomo. A lo largo del texto, más de un autor señala la
codependencia que existe entre periodista-corporación al momento de escoger un hecho
noticioso y plasmarlo en noticia, por lo que la autonomía periodística per se debe ser un tema
a tratar y estudiar con mayor énfasis en los estudios venideros de cara a un periodismo mucho
más humano y menos corporativista.
-Asimismo, el tema de las jergas y los términos de corte popular son algo de lo que
Gargurevich (2002) nos habla a profundidad, indicando que son estas cualidades algo propio
de los medios sensacionalistas y ligados a las emociones, teniendo como objetivo principal
los estratos sociales bajos que se sienten mucho más atraídos por la diagramación y
presentación de noticias de este corte.
-Yanes (2007) nos clarifica el panorama de la naturaleza humana, sosteniendo que el hombre
es político por naturaleza, razón por la cual los hechos relacionados a la res pública, y la
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comunicación política en particular, serán aristas que todo medio de comunicación debe
tener bien en claro a la hora de informar los temas de carácter masivos durante las campañas
electorales y no dedicarse a hacer propagandas electorales.
3.2 Conclusiones
-El periodismo tradicional, en especial, la prensa escrita, debe adaptarse a las nuevas
demandas de la sociedad, sobre todo, en un contexto en que el sensacionalismo queda más
expuesto dadas las nuevas tecnologías y herramientas que subyacen gracias al Internet.
-Además, considero a modo personal que el periodismo debe ceñirse bajo la verdad, no
necesariamente la imparcialidad absoluta, dado que toda noticia antecede a una mirada
humana y la subjetividad presente, sino más bien a decir los hechos lo más verosímiles
posibles. Esto, no obstante, constituye un gran reto para el quehacer periodístico de cara a
los siguientes sucesos que involucren temas de estado.
- Respecto al sensacionalismo, creo pertinente mencionar que es una manera vil y baja de
llamar y captar la atención del ojo público, en especial, de las masas y quienes vislumbran
al oficio periodístico como una herramienta no solo de información, sino también de
educación común. En tal aspecto, las mejorías de las formas de hacer periodismo
dependerán, primero, de los periodistas y los vehículos informativos que pretendan usar para
llegar a la ciudadanía, y las corporaciones dedicadas al rubro de las comunicaciones, quienes
deberán conceptualizar al periodismo como una forma de narrar lo acontecido y la realidad
social, y no meramente informar temas que vayan de la mano con sus gustos y preferencias.
-Para concluir, y teniendo como eje fundamental el oficio periodístico per se, resulta
inverosímil creer que el periodismo ya no se encarga de incomodar al Estado y los
funcionarios públicos, sino que también logran ser actores políticos dentro de los períodos
democráticos, a tal punto de influir en la sociedad de masas. Si bien esto puede parecer obvio,
el tema de involucramiento entre periodista- sociedad debe ser más escrutado por
investigadores e intelectuales que vean en los medios de comunicación durante las campañas
electorales un campo de estudio para poder llevar a cabo diversos estudios de campo y
antropológicos, en donde quede evidenciado que la interpretación humana del periodista
debe hallarse supeditada al bien común de toda una nación o comunidad, y no a la dirección
que la industria de las comunicaciones pretendan darle.
26
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