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UT 2: 2011 Proceso de ocupación y conformación del territorio:

Explica el contexto de actuación en donde ejercen los planificadores - América Latina y Argentina / Aporta metodología
para el análisis

Si en otros momentos históricos cabía la posibilidad de encontrar distinciones relativamente claras entre la
ciudad y el campo, hoy estas distinciones parecen cuestionadas.

En primer lugar, porque a las tradicionales relaciones de proximidad de una ciudad con su entorno y del ámbito
rural con las ciudades, se le superponen articulaciones a distancia. Lo que sucede en las ciudades se relaciona con las
redes en que están insertas, cómo se vinculan con otras ciudades, como participan en los circuitos de producción, etc.
Por ejemplo, los procesos económicos veloces como la explotación minera y petrolera, no siempre tienen una
articulación inmediata y sostenida con las localidades del área.
Estos procesos pueden constituir migraciones rural-urbano, conformación de economías de enclave con escasos
vínculos con la dinámica local o de crecimientos explosivos seguidos de pérdida de población. Esta variedad de procesos
presenta discontinuidades y rupturas, áreas mejor conectadas y otras desintegradas y excluidas, todas con difícil
delimitación.

En segundo lugar, los procesos que actúan en la ciudad corresponden a decisiones de actores de diferentes
escalas, actores locales, provinciales, nacionales y globales, tanto en referencia a lo político como a lo productivo, social,
ambiental y cultural.

En tercer lugar, la clásica organización del territorio en mosaicos, con jerarquía piramidal, se transforma con las
conexiones a distancia. En los esquemas clásicos de organización territorial, los núcleos urbanos se vinculaban entre sí en
pasos sucesivos, desde nodos locales hasta las grandes ciudades con articulaciones internacionales.
Los cambios en el sistema de transporte, las telecomunicaciones, redes informáticas, etc. son elementos
esenciales para definir nuevos vínculos entre ciudades que extienden las áreas de influencia de sus equipamientos
comerciales y de servicios sobre localidades de diversos tamaños y sobre ámbitos rurales.

Hay una expansión de ciertas características de urbanización hacia proporciones cada vez más amplias del
territorio. No solamente por el crecimiento formal de la cantidad de habitantes que viven en áreas urbanas y el
decrecimiento de la población rural, sino por la cada vez mayor articulación de población que reside en pequeños
centros e incluso en áreas rurales con mercados de trabajo urbano.

La dinámica de la urbanización en el mundo

Más de la mitad de la población mundial reside en algún tipo de asentamiento urbano. El creciente proceso de
urbanización a nivel mundial está estrechamente vinculado con la reestructuración económica global. Este proceso se
manifiesta en la conformación de grandes centros urbanos con serias carencias estructurales en materia de cobertura de
servicios básicos y gran cantidad de población excluida al acceso de los principales recursos urbanos. Además se
producen grandes crecimientos de ciudades medias con un impacto significativo en la reconfiguración de los territorios y
redes urbanas.

Hay 3 tendencias importantes en la dinámica demográfica contemporánea:


- Reducción del ritmo de crecimiento de la población
- Disparidad del crecimiento entre las regiones más desarrolladas y menos desarrolladas
- Creciente urbanización
En América Latina:

Así como a nivel mundial, en América Latina existe un predominio de la población urbana sobre la rural y un
incremento generalizado del número de ciudades. El 32% vive en condiciones de pobreza y la urbanización ha estado
históricamente con condiciones estructurales de pobreza y dificultad de provisión de viviendas.
América Latina cuenta con un 68% de tenencia de vivienda en propiedad, sin embargo existen 26 millones de
viviendas inadecuadas y se requieren 28 millones de unidades adicionales para reducir el hacinamiento y las condiciones
precarias.

En Argentina:

En Argentina hay altos niveles de urbanización desde hace tiempo. Para el 2015 se estimaba que llegaría al 94% de
población urbana, siendo uno de los más urbanizados del mundo, por encima de la media en Europa y EEUU. Esta
estadística se basa en la definición del INDEC para la población urbana, que incluye a todas las personas que habitan en
localidades de más de 2000 habitantes, además, la diferenciación entre lo urbano y lo rural resulta difícil de distinguir.
La tasa de urbanización es dispar entre las diferentes regiones del país, hay aproximadamente un 89% en la
región patagónica y un 76% en el Nordeste.

Las tendencias mundiales y regionales en cuanto a la urbanización y crecimiento urbano, generan cuestiones destacadas
en la agenda pública:
- Las brechas salariales
- La exclusión y segregación
- El acceso a tierra, vivienda y equipamientos urbanos
- Problemas de movilidad
- Sostenibilidad ambiental en los modelos de urbanización
- La planificación urbana y participación democrática
- El financiamiento de los gobiernos locales
- La articulación entre los diferentes niveles de gobierno

Las ciudades pueden cumplir un rol de gran relevancia en la organización territorial. Un conjunto de ciudades más
equitativas y dinámicas, con una base económica diversificada, con múltiples funciones, con patrimonio social y cultural
valorizado, con una gestión ambientalmente sustentable, con infraestructuras y equipamientos adecuados, pueden tener
un efecto muy importante sobre las condiciones de vida, no solo de sus propios habitantes sino de las ciudades más
pequeñas de inmediaciones y del entorno rural.

Entre los riesgos asociados con la urbanización se destacan los vinculados con el modelo de crecimiento urbano
predominante, de bajas densidades, alta dispersión y discontinuidades en relación con la trama urbana más
consolidada. El aumento de la población urbana es menor que la superficie de las zonas edificadas, se espera que la
población urbana se duplique en 43 años, mientras que la superficie urbanizada se duplique en apenas 19 años.
Hay 3 tendencias dominantes en el modelo de crecimiento urbano contemporáneo:

- Reducción de densidades: varían en todo el mundo, pero la tendencia histórica muestra una tendencia común, una
sistemática disminución de la densidad de población.
- Fragmentación de los espacios abiertos que rodean a la ciudad: el crecimiento urbano es discontinuo, hay saltos de
urbanización dejando amplios espacios sin urbanizar sujetos a especulación.
- Las dimensiones de la expansión urbana: el suelo urbanizado crece a un ritmo muy superior al de la población, en
estrecha relación con la reducción de densidades.

Son muy importantes las estrategias que apunten a contener, orientar, prever y cualificar el crecimiento urbano. Desde el
punto de vista económico, las ciudades aportan porcentajes significativos de Producto Bruto nacional, son núcleos de
procesos productivos y residen actores con poder de decisión y control sobre la producción.
En las últimas décadas hay una fuerte inclinación de las grandes ciudades a concentrar distintas formas de servicios. Las
actividades productivas se benefician de los efectos de la aglomeración con factores como la disponibilidad de
infraestructura básica de transporte, energía y telecomunicaciones, el acceso directo a los mercados de consumidores, la
existencia de mercados de trabajo amplios, diversificados y con trabajadores que ofrecen variedad de competencias
laborales, la presencia de proveedores especializados, facilidades para acceder al crédito, etc.
Sin embargo, en casos de concentración excesiva, se pueden producir deseconomías derivadas en precios del
suelo demasiado elevados, con problemas ambientales y congestión y lentitud en tiempos de circulación de vehículos y
mercancías

Los mercados de trabajo urbano muestran enormes brechas entre los ingresos de los trabajadores mejor
remunerados y los de salarios más bajos, además, hay una gran cantidad de trabajadores que quedan al margen de los
mercados formales de trabajo. El empleo informal representa una gran porción del empleo total, con limitaciones de los
derechos de los trabajadores, seguridad social, condiciones de trabajo y niveles de remuneración. Las ciudades de
América Latina se encuentran entre las más desiguales del mundo.
La relación entre ciudad y sustentabilidad constituye un aspecto crítico en relación con la dinámica urbana
contemporánea, con preocupaciones como:
- El riesgo ambiental: con localizaciones de viviendas en sitios inapropiados y manejos inadecuados del uso del suelo,
que tienen serias consecuencias sobre la población más vulnerable como inundaciones y deslizamientos
- El cambio climático: como las ciudades, gobiernos y comunidades enfrentan y adoptan actitudes frente a fenómenos
del cambio climático.
- Movilidad: como construir un modelo sustentable que garantice el derecho a la movilidad combinando estrategias de
desplazamiento, privilegiando el transporte público, incorporando recorridos peatonales y en bicicleta y restringiendo el
uso del automóvil particular.

La problemática del control de crecimiento urbano, la modificación de la movilidad y la provisión de servicios básicos
también se vinculan con modelos de desarrollo urbano que proponen mejores condiciones ambientales.

LAS CIUDADES ARGENTINAS


El sistema urbano nacional se puede clasificar en diferentes categorías de ciudades según los rasgos de la
organización territorial, la variedad de oferta de bienes y servicios que proveen, las interacciones de nodos y sus
entornos y de los nodos entre sí, entre otras. Esta caracterización articula aspectos de la organización interna de los
núcleos urbanos y aspectos relacionales a diferentes escalas, desde entornos más inmediatos hasta relaciones a
distancias e inserción en sistemas urbanos regionales, supranacionales y globales. Esta clasificación sirve para contribuir
al diseño de políticas orientadas al fortalecimiento de un sistema policéntrico.

Esta caracterización permite además revelar la jerarquía del sistema urbano y la complejidad de las funciones
urbanas. Este peso relativo de la ciudad en el territorio depende de dos factores: las características propias del nodo
urbano (como el grado de infraestructura y equipamientos) y las relaciones con el resto del sistema.

Los estudios de jerarquización se basaron históricamente en la identificación de núcleos urbanos como lugares
centrales para el desarrollo del comercio y la prestación de servicios, resultando un esquema piramidal desde núcleos
más simples que se iban complejizando en cantidad y variedad de bienes y servicios ofrecidos, como en su alcance en el
territorio.

Los cambios producidos en las últimas décadas en cuanto a la producción, circulación, cultura y las
configuraciones urbanas han puesto en cuestión la imagen jerárquica del territorio. Hay nuevas dinámicas que deben ser
tenidas en cuenta para captar las relaciones horizontales entre los núcleos, los procesos de competencia, las
articulaciones selectivas con la economía global, las vinculaciones a distancia, la ampliación del horizonte de relaciones
cotidianas, la formación de redes regionales y trasfronterizas, etc.
Estos nuevos procesos actúan sobre su continuidad y no sobre un territorio completamente nuevo, habiendo
dinámicas tradicionales y novedosas que se dan simultáneamente.

TENDENCIAS DEMOGRÁFICAS

La población urbana de Argentina tiene una tendencia de crecimiento similar a la población total del país,
mientras que para la población rural la curva es decreciente.
El proceso de urbanización se desarrolló aceleradamente desde el siglo XX con una tendencia a la reducción de
población rural. En las últimas décadas este ritmo de crecimiento ha sido menor luego de haber llegado a un nivel de
urbanización muy elevado. Las ciudades que más han crecido últimamente son las que tienen entre 50 mil y 500 mil
habitantes, es decir, las ciudades intermedias.
Estas tendencias advierten un doble proceso simultáneo de desconcentración geográfica de la población urbana
y de los estratos de mayor población.

La tasa de crecimiento anual de la población representa una lenta pero continua disminución. La región
patagónica presenta un alto porcentaje de incremento de población, mientras que en las regiones del Noroeste y
Nordeste muestran una marcada reducción de crecimiento. Las provincias de la región Centro presentan un incremento
significativo, siendo una fuerte concentración de la población total del país (un 66%).

Los datos a nivel departamento muestran una diversidad de situaciones, donde varía notablemente entre
departamentos vecinos en amplias zonas del país. Este comportamiento demográfico es fragmentado y discontinuo, con
una estrecha relación con la dinámica de la población.

Actividades económicas y dinámica demográfica

Entre las actividades que pueden tener influencia en la variación poblacional se encuentran:

- Actividad turística: una parte importante de los departamentos con alto crecimiento está relacionado con la
actividad turística. El crecimiento poblacional es razonablemente asimilable al crecimiento urbano en localidades
que canalizan principalmente los servicios a los turistas.
- Minera y petrolera: Los emprendimientos mineros o petroleros de la última década se traducen en un impulso al
crecimiento demográfico en zonas como Chubut, santa cruz, Neuquén, etc.
- Intensificación y expansión agrícola: en la región pampeana no alimenta un proceso de crecimiento demográfico
ya que los departamentos crecen por debajo de la media nacional o decrecen. En algunos casos hay procesos de
migración rural-urbano.
- Reactivación industrial: este fenómeno no puede asociarse fácilmente con un patrón de crecimiento
demográfico.

Sistema policéntrico

Un sistema de carácter policéntrico tiene como característica fundamental la distribución de una serie de atributos entre
una cantidad significativa de centros urbanos.
Estos atributos a distribuir son la población, las dotación de equipamientos e infraestructura, la generación de
riqueza, la conectividad y accesibilidad, las capacidades productivas e iniciativas locales, la atracción para la localización
de actividades económicas y servicios, la difusión de patrimonio cultural, entre otras.
En un sistema policéntrico se discuten funciones, especializaciones y articulaciones entre ciudades para generar
una situación de equidad de base compartida entre los distintos núcleos, la complementariedad y colaboración entre
estos.
En Argentina el sistema urbano es marcadamente concentrado, la aspiración de fortalecer un sistema
policéntrico requiere de políticas activas en pos de un cambio de configuración y se deben considerar cuidadosamente
las iniciativas y políticas, ya que un sistema policéntrico a nivel nacional pueden generar simultáneamente una mayor
concentración en los sistemas urbanos provinciales.

Para generar un sistema policéntrico se deben considerar lineamientos como:

- Equilibrar la oferta de recursos sociales, institucionales y tecnológicos, que se han concentrado históricamente
en las grandes ciudades
- Propiciar el desarrollo de subcentros regionales que complementen a las ciudades principales en dotaciones de
salud, educación, cultura y vivienda.
- Promover la inversión de infraestructura necesaria para el desarrollo de actividades productivas generadoras de
empleo local y regional.
- Diseñar nuevas plataformas e instrumentos de planificación y gestión, adecuándose a las necesidades de las
distintas escalas urbanas.

La jerarquización del sistema urbano nacional

Se desarrolló un índice de jerarquización de centralidad urbana según los datos del Censo Nacional del 2001,
según el agrupamiento o concentración de servicios y funciones, a mayor concentración de estas actividades, mayor
centralidad del nodo. Este índice que ayuda a establecer la jerarquía urbana se construyó sobre la base de las siguientes
variables:

- Infraestructura de servicios: disponibilidad de infraestructura para la atención de servicios primarios (educación


y salud)
- Transporte y comunicaciones: grado de equipamiento de transporte y comunicaciones
- Actividades financieras y comerciales: intensidad con que se desarrolla la economía urbana
- Población: desarrollo urbano, relacionado con el tamaño del mercado
- Estructura ocupacional: escala de desarrollo del sector terciario especializado y el grado de complejidad del
proceso de trabajo

A partir de estos indicadores se han conformado 7 categorías, según su centralidad o peso relativo en el sistema urbano
argentino, cada una asociada a un área de influencia o escala de articulación, desde el nivel internacional hasta el
microrregional:

- Categoría 1: nodo internacional – Región metropolitana de Buenos Aires- La Plata


- Categoría 2: nodos nacionales - El gran Córdoba, el gran Rosario, gran Mendoza y gran San Miguel de Tucumán
- Categoría 3: nodos regionales – doce capitales de provincias + la ciudad de Mar del Plata, Bahía blanca, Tandil,
Río Cuarto, San Carlos de Bariloche y Trelew
- Categoría 4: nodos subregionales – siete capitales provinciales: Río Gallegos, Ushuaia, Viedma, Santa Rosa,
Formosa, La rioja y Catamarca
- Categoría 5: nodos microrregionales – principalmente en el centro-norte del país y en el sur Esquel y Calafate
- Categoría 6: nodos microrregionales B – son los que más ciudades tienen y están distribuidos en todo el país a
excepción de Tierra del Fuego
- Categoría 7: nodos microrregionales C – se sitúan principalmente en el Norte del país

Relación población y centralidad:

Uno de los componentes principales de la jerarquización urbana es el tamaño de población de las ciudades. Es
oportuno por lo tanto realizar una comparación entre el tamaño de población y el índice de centralidad, es decir,
verificar si la oferta de bienes y servicios está directamente relacionada con el tamaño de población de las localidades.
Los resultados muestran muy diferentes comportamientos, desde localidades que permanecen estables hasta otras
con amplias diferencias positivas o negativas. En líneas generales, las ciudades de más de 100 mil habitantes las
diferencias son menores y más estables en su relación población-centralidad, mientras que en las localidades pequeñas
las oscilaciones son mas marcadas.
En el Norte del país se observan ciudades que poseen una centralidad menor a lo que su rango de población
indicaría, en las ciudades patagónicas se nota lo contrario y en las ciudades del centro el nivel de dotación de servicios es
equilibrado.

Perfiles económicos

Los perfiles económicos están en estrecha relación con las funciones urbanas y constituyen un rasgo esencial para
caracterizar ciudades. Hay una variedad y complejidad de actividades económicas y condiciones de especialización.
Se realizó una categorización en las diferentes ramas de actividad económica, agrupadas en 3 categorías:

- Producción: agricultura, ganadería, caza, pesca, explotación de minas, construcción, etc.


- Intermediación: electricidad, gas y agua; comercio al por mayor y por menor; servicios de hotelería y
restaurantes; servicio de transporte y comunicaciones; servicios inmobiliarios y empresariales, etc.
- Reproducción: administración pública y seguridad social obligatoria; enseñanza; servicios comunitarios, sociales
y personales.

El nodo internacional, la región metropolitana de Buenos Aires-La Plata tiene una función de intermediación a escala
internacional y nacional
Los nodos nacionales tienen una función de intermediación pero con una articulación de flujos a escala nacional y
regional
En la mayoría de los nodos regionales predominan las funciones de reproducción donde se realizan actividades
administrativas y gubernamentales, junto con el comercio y servicios a escala regional
En los nodos subregionales predomina la función de producción industrial y, en menor medida, de reproducción,
donde las principales actividades son el comercio y los servicios.
-En la mayoría de los nodos microrregionales predominan las funciones de producción relacionadas con las
actividades agropecuarias, extractivas e industriales.

Calidad de vida

Según el índice de calidad de vida basado en indicadores del censo 2001, se caracterizó cada localidad de acuerdo a su
nivel de bienestar. Estos indicadores se basaron en:

- Educación: nivel de instrucción. Porcentajes de población con primario, secundario y universitario completo.
- Salud: cobertura social. Porcentaje de población sin obra social
- Vivienda: calidad de vivienda y nivel de dotación de servicios e infraestructura (agua, cloaca, gas, electricidad)

El nodo internacional tiene una economía compleja, con funciones de intermediación y articulación de flujos a escala
internacional y nacional. Crecimiento demográfico cercano a la media nacional
Los nodos nacionales tienen una economía compleja, funciones de intermediación y articulación de flujos a escala
nacional y regional. Crecimiento demográfico por debajo de la media
Los nodos regionales tienen funciones económicas relacionadas con el comercio y los servicios a escala
provincial/regional, actividades gubernamentales y servicios sociales. Crecimiento demográfico alto
Los nodos subregionales tienen funciones de reproducción a escala regional y de producción principalmente industrial.
Hay una articulación urbana-rural. Crecimiento demográfico medio
Los nodos microrregionales tienen funciones de producción agropecuaria, extractivas o industriales con escasa
diversificación. Crecimiento demográfico promedio.
Procesos urbanos simultáneos

Las dinámicas de expansión urbana de las ciudades argentinas tienen procesos simultáneos que comportan su
crecimiento y desarrollo. Lo que caracteriza al proceso de urbanización de las ciudades latinoamericanas es que primero
se ocupa el suelo rural y luego se urbaniza progresivamente. Esto condiciona la modalidad de desarrollo urbano donde
conviven 3 procesos simultáneos: densificación, consolidación y expansión.

- Densificación: característico en áreas centrales que concentran los principales equipamientos urbanos y barrios
consolidados que ya tienen un alto grado de urbanización. Son áreas que cuentan con infraestructura, servicios y
equipamiento público, presentando condiciones óptimas para su densificación.
- Consolidación: completamiento del proceso de urbanización. Tiene lugar en barrios cuyo tejido carece de
algunos o gran parte de los servicios básicos, déficit de equipamiento y transporte público, presentando una
buena parte de lotes vacíos o en plena edificación.
- Expansión: la ocupación del periurbano o área rural de proximidad, como respuesta a la demanda de suelo para
nuevos usos y actividades. Son áreas que se encuentran en tensión entre el suelo urbanizado y el que está sujeto
a expectativas de valorización.

Estos procesos se ven claramente en ciudades medias en las que se reconoce un único centro.

ÁREAS CENTRALES Y BARRIOS CONSOLIDADOS

El proceso de densificación está asociado a áreas centrales y barrios consolidados que ya cuentan con satisfactorios
niveles de urbanización. A pesar de esto, son áreas donde se registran diversos fenómenos que comportan riesgos y
oportunidades que requieren de políticas públicas activas, tales como:

- Tercerización y despoblamiento residencial: el vaciamiento residencial de las áreas centrales es un fenómeno


característico de las grandes ciudades del mundo. Suelen coincidir con los cascos fundacionales y son lugares de
mayor concentración de actividades terciarias: sedes de poderes nacionales/provinciales y de grandes
empresas, bancos, servicios financieros, aseguradoras, etc. Además, se suman los servicios comerciales, bares y
restaurantes. Este conjunto de actividades más rentables encarece el precio del suelo y tiende a expulsar a la
residencia del centro.
- Alta presión sobre el espacio público: la concentración de servicios y comercios en las áreas centrales tienen
como consecuencia una fuerte presión sobre los espacios públicos y la necesidad de incrementar la atención de
los municipios en términos de limpieza, mantenimiento de veredas, mobiliario urbano, seguridad, etc.
Además al ser zonas que atraen gran cantidad de viajes, la concentración de transporte público y privado genera
problemas de contaminación, ruidos y congestión. La cantidad de cartelerías y cableados eléctricos originan
también contaminación visual. Estas áreas suelen tener también oferta de pensiones, hoteles e inquilinatos para
los recién llegados a la ciudad.
La desinversión privada en áreas centrales se asocian en muchos casos a la rigidez del trazado fundacional. Las
dimensiones de las parcelas, la estrechez de las calles, restricciones normativas, dificultades de acceso, entre
otras, hace que construir en los centros sea más complejo y costoso.
Algunas implementaciones de gobiernos para la recalificación de las áreas centrales, mejorando el espacio
público, restricción de acceso de vehículos particulares, tránsitos peatonales, etc. generan que, por la presión del
mercado, la población residente se ve obligada a desplazarse, reemplazando la población de menores recursos a
sectores con mayor poder adquisitivo.
- Verticalización y afectación del patrimonio histórico: desde mediados del siglo XX las ciudades argentinas
fueron alterando los metros cuadrados construidos y alterando la morfología del casco fundacional. Muchas
veces no se tomó en consideración la protección de áreas ni edificios históricos, privilegiando la renovación de
áreas centrales, premiando la edificación en altura, retiro de fachadas, plantas bajas libres, etc.
Los procesos de verticalización no implican una densificación residencial, ya que las obras nuevas dirigidas
predominantemente a sectores con alto poder adquisitivo, tienden a aumentar el consumo de m2 por habitante.
ÁREAS EN PROCESO DE CONSOLIDACIÓN Y EXPANSIÓN

Las áreas de consolidación y expansión concentran el mayor crecimiento residencial y registran los procesos más
dinámicos de transformación del territorio. Hay ciertos fenómenos en la forma en que se despliega el crecimiento de
las ciudades argentinas:

- Lento completamiento de la urbanización: las áreas sin consolidar se caracterizan porque no se ha completado
el proceso de urbanización, tanto barrios periféricos de ciudades medias como en las pequeñas localidades
aglomeradas de grandes centros urbanos. La producción de suelo urbano ha estado mayormente en manos de
agentes inmobiliarios que compran suelo rural y lo subdividen para venderlo multiplicando el costo inicial de la
tierra, sin efectuar inversiones necesarias para alcanzar estándares de urbanización aceptables, generando áreas
con déficit de infraestructura básica.
Un débil marco regulatorio, un ordenamiento del territorio sin instrumentos de control y la poca oferta de
alternativas financieras para los sectores populares hacen que las ciudades hayan crecido sin consolidarse,
prolongando el tiempo de acceso de la población a estos servicios.
- Consolidación de tejidos estructuralmente deficitarios: la ocupación del suelo sin planificación, hace que la
división parcelaria genere la carencia de espacios públicos y equipamientos.
La provisión de espacios verdes de uso público no solo implica cesión de suelo al momento de urbanizar, sino
que exige su construcción y mantenimiento, resultando más difícil de sostener con bajas densidades
residenciales, al igual que la dotación de equipamientos de salud, educación, seguridad, recreación y
administración territorial. La falta de reservas de suelo para la ejecución de sistemas estructurantes de
infraestructuras, implican que la ciudad cargará definitivamente con ese pasivo o que el sector público deberá
pagar en el futuro elevados costos diferenciales por los suelos necesarios para ejecutarlos sobre suelos ya
ocupados.
- Consumo de suelo rural potencialmente productivo: El patrón de expansión de baja densidad implica
necesariamente el avance del frente construido sobre suelos productivos o potencialmente productivos. La
expectativa de mayor rentabilidad sobre esos suelos trae como consecuencia que se abandone su explotación
rural, dejando vacantes a la espera de su transformación en suelo urbano. De esto derivan problemáticas como
el encarecimiento de la tierra para operaciones de vivienda social, la tendencia a ser ocupados, a convertirse en
basurales clandestinos, la instalación de usos extractivos, etc.

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