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EPAFRAS

Informe:
alumno: John Jairo Torres

Un Pastor digno de imitar


(Colosenses 1:7-8)

El nombre Épafras es la forma abreviada de Epafrodito, mas no hay que confundirlo con el
Epafrodito de Filipos. Épafras era natural de Colosas, uno de los tres centros de la comunidad
cristiana del valle del río Lico, en Asia Menor.

Fue un discípulo del apóstol Pablo. Aunque era nativo de la ciudad de Colosas, se cree que
se convirtió a Cristo en el tiempo en que Pablo predicó en Éfeso. Llegó a ser un colaborador
en el ministerio de Pablo. Se considera a Épafras como fundador de la iglesia de Colosas. El
apóstol Pablo le llamó consiervo amado y un fiel ministro de Cristo. También Fue compañero
de prisiones de Pablo en Roma durante su primera prisión allí probablemente en el año 60
después de Cristo. Pablo le dice a Filemón en el saludo que le envió desde la prisión en
Roma: Te saluda Épafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús.

Épafras, fiel ministro de Cristo, recibió el amor de los hermanos a quienes servía. Él se lo
había declarado a Pablo [Colosenses1:8]. Pero Épafras también debe haber sufrido
decepciones y frustraciones con los hermanos de Colosas que, a pesar de su prédica y
enseñanza, los Colosenses dejaron entrar a ellos doctrinas ajenas a la Palabra de Dios. Pero
Épafras continuó adelante en la obra que Dios le había encomendado, amándoles y
sirviéndoles en todo tiempo fielmente y en mansedumbre siendo ejemplo a la grey. Pues Dios
había dicho, precisamente a través del apóstol Pablo, que todo trabajo en el Señor no es en
vano. . .

La oración de Épafras demuestra el amor y el compromiso que este fiel ministro de Cristo
tenía por el Señor y por aquellos a quienes enseñaba y servía. Al final de la epístola a los
Colosenses el apóstol Pablo les dice: Os saluda Épafras, el cual es uno de vosotros, siervo de
Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis
firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.

Sigamos SIEMPRE el ejemplo de Épafras, fiel ministro de Cristo. Oremos los unos por los
otros para que estemos ¡FIRMES! en Cristo y seamos ¡PERFECTOS! y ¡COMPLETOS! en
todo lo que Dios quiere. Épafras siempre rogaba a Dios encarecidamente en sus oraciones
por aquellos que pastoreaba. Siempre es en todo tiempo. [1 Corintios 15:58]. 

Y, además, de seguro que Épafras había aprendido a decir como su maestro Pablo: Y yo con
el mayor placer gastaré lo mío, y aún yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras
almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
Nilda Flores
07/07/2023
INBIPAD
Epístolas III

Informe de Epafrás:
Epafrás, en griego antiguo Ἐπαφράς (siglo I),
fue un predicador cristiano que evangelizó a
EPAFRÁS los colosenses, y es considerado el fundador
de la Iglesia de Colosas (Colosenses 1:7). Es
mencionado dos veces en el Nuevo
Testamento, en la Epístola a los colosenses, y
en la Epístola a Filemón.1 Cuando San
Pablo fue hecho prisionero en Roma, Epafrás
acudió a él con noticias favorables
relacionadas con la iglesia colosense.
Permaneció con Pablo en Roma y fue, en
cierto sentido, su «compañero de prisiones»
(Filemón 1:23-24). Pablo dio testimonio de la
perseverancia que Epafrás tuvo en la oración
por Colosas, y de su trabajo tanto allí como
en Laodicea y Hierápolis. (Colosenses 4:12-
13)

Epafras - Diccionario Español


CUBIERTO DE ESPUMA, AMABLE O
ENCANTADOR. Contracción de Epafrodito,
pero no es el mismo personaje del NT.
(Colosenses 1:7). EPAPHRAS. Pablo lo llama
cariñosamente 'nuestro consiervo amado', y
'fiel ministro de Cristo' (Colosenses 1:7);
fundó la iglesia de Colosas, de la cual fue más
Información personal
tarde obispo.
Nacimiento Siglo I 
Epafras - Diccionario de Jerusalén
Fallecimiento Siglo Ijuliano 
(gr.: apetecible), fundador de la comunidad
Colosas (Turquía)  cristiana de Colosas, y probablemente también
Información profesional de las de Laodicea y Hierápolis. Pablo le
califica de «amado consiervo» y «fiel servidor
Ocupación Predicador  de Cristo» (Colosenses 1:7) «como lo habéis
aprendido de Epafras, nuestro consiervo
amado, que es un fiel ministro de Cristo para
vosotros». (Colosenses 4:12) «Os saluda
Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de
Cargos
Apóstol 
ocupados

Épafras: “fiel ministro del Cristo”


¿QUIÉN fundó las congregaciones cristianas de Corinto, Éfeso y Filipos? Quizás no vacile en responder
que fue ‘Pablo, el “apóstol a las naciones”’. (Romanos 11:13.) Está en lo cierto. Ahora bien, ¿quién
estableció las congregaciones de Colosas, Hierápolis y Laodicea? Aunque no podemos afirmarlo
categóricamente, pudo haber sido un hombre llamado Épafras. Sea como fuere, es probable que fuera
este evangelizador, ya que se le califica de “fiel ministro del Cristo”. (Colosenses 1:7.)

Evangelizador del valle del Lico


El nombre Épafras es la forma abreviada de Epafrodito, mas no hay que confundirlo con el Epafrodito
de Filipos. Épafras era natural de Colosas, uno de los tres centros de la comunidad cristiana del valle del
río Lico, en Asia Menor. La ciudad distaba solo 18 kilómetros de Laodicea y 19 de Hierápolis, en la
antigua región de Frigia. La Biblia no dice de forma explícita cómo llegaron las buenas nuevas del
Reino de Dios a Frigia. Sin embargo, el día de Pentecostés del año 33 E.C. había frigios en Jerusalén,
algunos de ellos quizás provenientes de Colosas. (Hechos 2:1, 5, 10.) Durante el ministerio de Pablo
entre los efesios (alrededor de los años 52 a 55) se dio un testimonio tan intenso y eficaz en aquella zona
que no solo estos, sino también “todos los que habitaban en el distrito de Asia oyeron la palabra del
Señor, tanto judíos como griegos”. (Hechos 19:10.) Parece que Pablo no había predicado las buenas
nuevas en el valle del Lico, pues muchos que abrazaron el cristianismo en dicha región nunca lo habían
visto. (Colosenses 2:1.)
Según Pablo, fue Épafras quien enseñó a los colosenses sobre “la bondad inmerecida de Dios en
verdad”. El hecho de que el apóstol llame a este colaborador suyo “un fiel ministro del Cristo a favor
nuestro”, indica que Épafras era un evangelizador activo en la región. (Colosenses 1:6, 7.). Tanto el
apóstol Pablo como el evangelizador Épafras tenían profundo interés por el bien espiritual de sus
hermanos en la fe del valle del Lico. Como el “apóstol a las naciones”, Pablo debió de alegrarse mucho
al recibir noticias del progreso de aquellos. Fue nada menos que Épafras quien le informó del estado
espiritual de los colosenses. (Colosenses 1:4, 8.)

El informe de Épafras
La seriedad de los problemas a los que se enfrentaban los colosenses motivó a Épafras a efectuar el largo
viaje a Roma con el propósito expreso de tratar estos asuntos con Pablo. Parece que fue el informe
detallado de Épafras lo que movió a Pablo a escribir dos cartas a aquellos hermanos, por lo demás
desconocidos para él. Una fue la carta a los colosenses; la otra, que por lo visto no se conservó, fue
enviada a los laodicenses. (Colosenses 4:16.) Es razonable pensar que su contenido respondía a las
necesidades que Épafras había advertido en aquellos cristianos. ¿De qué necesidades se percató él? ¿Qué
revela esto sobre su personalidad?
La carta a los Colosenses parece indicar que a Épafras le inquietaba el peligro que entrañaban para los
cristianos de Colosas ciertas filosofías paganas relacionadas con el ascetismo, el espiritismo y la
superstición idolátrica. También la enseñanza judía sobre la abstinencia de algunos alimentos y la
observancia de ciertos días pudo haber influido en algunos miembros de la congregación. (Colosenses
2:4, 8, 16, 20-23.)
El hecho de que Pablo escribiera sobre dichos asuntos es una muestra de lo atento y vigilante que se
mantenía Épafras a las necesidades de sus compañeros cristianos. Él mostró interés amoroso por el bien
espiritual de ellos, siendo consciente de los peligros que entrañaba el ambiente en que vivían. Épafras
buscó el consejo de Pablo, lo cual revela su humildad; quizás sintió que necesitaba recibir el consejo de
una persona más experimentada. En todo caso, Épafras obró con sabiduría. (Proverbios 15:22.)

Un hombre que valoraba la oración


Al final de su epístola a los cristianos colosenses, Pablo dijo: “Épafras, que es de entre ustedes, esclavo
de Cristo Jesús, les envía sus saludos, y siempre está esforzándose a favor de ustedes en sus oraciones,
para que al fin estén de pie completos y con firme convicción en toda la voluntad de Dios. Yo
verdaderamente doy testimonio de él, que se empeña mucho a favor de ustedes y de los que están en
Laodicea y de los que están en Hierápolis”. (Colosenses 4:12, 13.)
En efecto, aun mientras era “compañero en cautiverio” de Pablo en Roma, Épafras pensaba en sus
amados hermanos de Colosas, Laodicea y Hierápolis, y oraba por ellos. (Filemón 23.) Literalmente,
‘luchaba’ por ellos en sus oraciones. De acuerdo con el erudito D. Edmund Hilbert, el vocablo griego
usado aquí denota “actividad extenuante, con gran costo o sacrificio”, algo semejante a la “agonía” que
sintió Jesucristo mientras oraba en el jardín de Getsemaní. (Lucas 22:44.) Épafras deseaba intensamente
que sus hermanos espirituales consiguieran estabilidad y alcanzaran plena madurez cristiana. ¡Qué
bendición debió de ser para las congregaciones tener a un hermano de inclinación tan espiritual!
Puesto que a Épafras se le llamó un “amado coesclavo”, no cabe duda de que se granjeó el cariño de sus
compañeros cristianos. (Colosenses 1:7.) Cuando las circunstancias lo permitan, todos los miembros de
la congregación deben dar de sí libremente, con afecto y amor. Por ejemplo, pueden asistir a los
enfermos, a los de edad avanzada y a otras personas que tienen necesidades especiales; quizás haya
diversos deberes que atender en la congregación, o tal vez sea posible contribuir a la construcción de
edificios para uso teocrático.

Orar por otros, como hizo Épafras, es una forma de servicio sagrado accesible a todos. En estas
oraciones podemos expresar nuestro interés por los adoradores de Jehová que tienen que enfrentarse a
diversos peligros o dificultades de índole física o espiritual. Si nos esforzamos intensamente por hacer
esto, seremos como Épafras. Cada uno de nosotros puede tener el privilegio y la dicha de ser un “amado
coesclavo” en la familia de fieles siervos de Jehová.

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