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En el silencio de la noche,

Se desvanece la vida con dolor,

La muerte llega sin reproche,

Y nos envuelve con su fulgor.

Como un suspiro en el viento,

Se desvanecen los sueños y la pasión,

La muerte, ese eterno momento,

Nos arrebata sin compasión.

En sus manos frías y crueles,

Se desvanecen los latidos del corazón,

Mientras el alma se desvela,

En busca de su nueva dirección.

La muerte, un misterio infinito,

Un destino que todos hemos de afrontar,

Pero en cada despedida, un grito,

Recordándonos que hay que amar.

No temas a la oscuridad,

La muerte es solo un paso más,

Valora cada instante de felicidad,

Y deja que el amor siempre brillará.

Aunque el dolor nos embargue,

Y el adiós sea difícil de aceptar,

La muerte también nos enseñe,

A valorar a quienes tenemos que amar.

La muerte, una realidad ineludible,


Nos recuerda la fragilidad de la existencia,

Pero en cada partida, inconcebible,

Nace la eterna memoria de la belleza.

Porque aunque la muerte llegue sin preaviso,

Y nos desgarre el alma con su llanto,

La memoria de aquellos que amamos,

Siempre estará presente en cada canto.

Así, aceptemos el ciclo de la vida,

Que la muerte nos muestra sin piedad,

Y mientras tengamos la oportunidad,

Abracemos el amor y la alegría compartida.

En el viaje de la vida,

Una compañía excepcional,

La amistad nos ilumina,

Y nos llena de alegría sin igual.

Amigos fieles y verdaderos,

Que nos apoyan sin cesar,

En los momentos más duros,

Siempre están dispuestos a ayudar.

Una sonrisa de complicidad,

Un abrazo lleno de amor,

La amistad es un regalo,

Que nos ofrece el mejor resplandor.

Como flores en un jardín,

Cada amigo es una joya,


Con su presencia nos nutre,

Y nos ayuda a superar cualquier derrota.

En los momentos de tristeza,

Ellos nos brindan su hombro,

Con palabras de aliento y fortaleza,

Nos levantan del abismo más profundo.

En la amistad encontramos,

Una fuente de felicidad,

Con ellos compartimos risas y llantos,

Y juntos construimos una hermandad.

Aunque el tiempo transcurra,

Y nuestras vidas cambien de rumbo,

La amistad permanece incólume,

Un lazo eterno que ningún obstáculo derrumbo.

Porque la amistad sincera,

Es un tesoro invaluable,

Un regalo que se conserva,

Y en cada momento se renueva.

Así valoramos a nuestros amigos,

Con gratitud y amorosa acción,

Pues su amistad es un tesoro,

Que llena de luz nuestro corazón.

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