Está en la página 1de 4

Hipnosis

Desarrollo De La Hipnosis
Ps: María Isabel Mardones Gutiérrez

El concepto de hipnosis ha variado según las creencias de las distintas épocas. Mientras
la psicoterapia fue considerada como una experiencia religiosa, la hipnosis era
considerada un ritual místico.

El inicio de su historia formal de la hipnosis, puede situarse en 1775, con los trabajos de
Franz Antón Mesmer y sus curaciones colectivas; de aquí surgió el término
"mesmerismo". Mesmer propuso que las enfermedades eran consecuencia de una
desarmonía producida por la inadecuada concentración de un fluido magnético universal,
el "magnetismo animal", y la curación consistía en hacerlo fluir desde esas zonas a otras
más desprovistas de él mediante la voluntad y la concentración mental, además de la
ayuda de varillas de hierro y pases manuales. Pronto estas sanaciones se transformaron
en un espectáculo, imagen popular de la hipnosis que aún se mantiene vigente en
muchos medios. De estas demostraciones, más el rechazo del público a lo que no
comprendía, surgieron muchas supersticiones y temores que sólo en este último tiempo
están comenzando a desaparecer. Para Mesmer, el trance hipnótico implicaba la
canalización de esa energía o "magnetismo animal". (Erickson, 1939/1980 y 1944/1980;
Robles, 1990).

Fue el médico escocés James Braid quien reconoció la naturaleza psicológica del
fenómeno y, en 1841, lo denominó "hipnotismo" (de "hypnos" = sueño). Asimismo, fue
él quien inició los primeros estudios científicos sobre hipnosis (Erickson, 1939/1980 y
1944/1980). De acuerdo con Braid, el trance hipnótico correspondía a un estado
neurofisiológico parecido al sueño. (Instituto Milton H. Erickson de Santiago de Chile
fIMHE de Stgo. de Chile], 1995a)

Desde entonces, muchos otros médicos se interesaron en el tema de la hipnosis,


destacando entre ellos Jean-Martin Charcot, psiquiatra y neurólogo francés, director del
hospital de la Salpétriére, en París, cuya concepción de la hipnosis como patología,
identificándola con la histeria, llevó a conceptos errados sobre ella y a retardar su
desarrollo.

Con Charcot estudió Freud quien finalmente descartó la hipnosis, por encontrar ciertas
limitaciones en su uso como método terapéutico directo e inmediatamente correctivo
(Erickson, 1939/1980).

El "enfoque ericksoniano" de la hipnosis surge de la llamada "Escuela de Nancy"


(Francia) de los años 30, cuyos representantes fueron Liébault, Bernheim y Coué. Ellos
se habían separado de la hipnosis tradicional de la escuela de la Salpétriére.

De acuerdo con la escuela de Nancy, el estado de trance hipnótico era considerado un


estado normal, proponiendo que el cambio logrado se hace de manera no consciente, a
través de la imaginación y no de la voluntad, lo que claramente la relaciona con el
trabajo del hemisferio cerebral derecho.

Bernheim propuso que todos tenemos cierto grado de sugestionabilidad, siendo ésta la
aptitud para transformar una idea en un acto (Aráoz, 1985). Sostenía también que las
sugestiones operan sólo si encuentran un eco en la persona, por lo tanto, actúan como
autosugestiones (Robles, 1990).

Con la teoría psicodinámica, se consideró a la hipnosis como un fenómeno de la


transferencia. Algunos psicoanalistas la descartaron por considerarla una terapia
superficial, mientras otros llegaron a transformar la terapia en hipnoanálisis. (Haley,
1991).

Los teóricos del aprendizaje la consideraron un aprendizaje adquirido. La hipnosis,


también se la ha investigado científicamente intentando mostrar su inutilidad, planteando
que todo lo logrado en trance también podría alcanzarse durante la vigilia (Haley, 1991).

Watzlawick (1986), plantea que el trance hipnótico es el resultado de la asimetría


cerebral. La hipnosis se produciría por la distracción del hemisferio izquierdo,
lográndose "acceso" al hemisferio derecho.

Ernest L. Rossi, psicólogo clínico, quien colaboró con Erickson en muchas


publicaciones, propone que el trance hipnótico sería la consecuencia natural de ciertos
ritmos ultradianos. El hipnotizador utilizaría o amplificaría el estado natural de trance.
(IMIIE de Stgo. de Chile, 1995a). Rossi observó que los períodos de trance natural, que
Erickson denominaba "trance natural de cada día", se corresponden con un ciclo
ultradiano, denominado Ciclo Básico de Actividad-Descanso (CBAD). Se trata de un
ciclo de 90 a 120 minutos, en el que requerimos de 20 minutos para la recuperación de
nuestro equilibrio tanto físico como psicológico, correspondiendo el período de descanso
al del trance natural. Estos ritmos modularían actividades tales como la dominancia
hemisférica derecha-izquierda, los procesos de atención, concentración, aprendizaje,
memoria, emociones, actividad onírica, y otros. Este CBAD ha sido encontrado incluso
en seres unicelulares. (Rossi, 1987/1993; 1990; 1994; Rossi y Nimmons, 1991/1993).

De acuerdo con Erickson, el trance hipnótico corresponde a un estado especial de


conciencia en el cual cierto comportamiento escogido de la vida diaria es manifestado en
forma directa, generalmente con la ayuda de un otro. (IMHE de Stgo. de Chile, 1995a)

Aunque la hipnosis tradicional continúa utilizándose en terapia, es el enfoque


ericksoniano el que fue ganado terreno en la segunda mitad del siglo XX, tanto por su
aplicación en psicoterapia como en otras áreas, entre ellas la obstetricia, la odontología y
el manejo del dolor crónico.

La hipnosis tradicional o clásica (Mesmer, Charcot, Freud) corresponde a un enfoque


autoritario, en donde se considera que el hipnotizador tiene poder sobre el paciente,
haciéndole a éste sugestiones directas. Este enfoque está centrado en el terapeuta, en
procedimientos de inducción hipnótica ritualísticos y en las sugestiones directas.
Predominó hasta la década del 50. Actualmente aún se la utiliza, pero en menor escala.
(Aráoz, 1985)

Por otra parte, cuando la hipnosis llegó a la psicología experimental, se buscó la


estandarización de la inducción de trance {enfoque estandarizado) y se cambió el foco
desde el terapeuta al sujeto, manteniéndose un planteamiento tanto autoritario como
permisivo. Se construyeron también escalas para medir la susceptibilidad hipnótica o
sugestionabilidad de los sujetos para cumplir las exigencias de la investigación de
laboratorio, sin embargo estas escalas no logran medir los aspectos más subjetivos de la
hipnosis. Representantes de ella son Hull y Iliigard. (IMHE de Stgo. De Chile, 1995a).

Erickson se inició en la hipnosis autoritaria estimulado por una presentación de Hull, sin
embargo fue cambiando hacia un acercamiento más permisivo y representa un período
de transición. Fue, asimismo, transformando las sugestiones directas en indirectas,
evitando lo que algunos llaman "programación del consultante según el punto de vista
del terapeuta", y recurriendo a la utilización de los recursos del primero. Se trata de un
enfoque mucho más adaptable y permisivo que los anteriores, aunque en algunos casos
puede ser autoritario (Aráoz, 1985).

Tanto el enfoque clásico como el estandarizado (o experimental) consideran que no


todas las personas son hipnotizables, ya que esto dependerá de su mayor o menor grado
de “sugestionabilidad”. De acuerdo con el enfoque ericksoniano, en cambio, toda
persona podría ser hipnotizada, aunque talvez no por un mismo hipnotizador, ya que
depende de la relación que se establezca entre ambos y no del “poder” que tenga sobre el
individuo a hipnotizar”.

Para Erickson, basta que la persona sea cooperadota, independiente de que sufra o no un
problema psicológico o psiquiátrico, aunque en el caso de sufrir algún tipo de psicosis,
puede ser más difícil el proceso de hipnosis, por la dificultad de captar la atención.

Por otra parte, al depender el proceso de hipnosis, de la cooperación voluntaria del


consultante, el control del trance esta principalmente en éste, por lo tanto, nadie podría
ser hipnotizado contra su voluntad o ser dejado en trance por un período indefinido
( Erickson, 1939/1980)

Los enfoques autoritarios buscan afianzar el efecto de la hipnosis, logrando que las
personas cumplan las directivas específicas que se le han dado. Emplean principalmente
dos tipos de lenguaje en las sugestiones (O’Hanlon, 1993):

1) Atribucional: Se le dice al otro lo que está experimentando. Es decir, se le atribuye


una condición o estado. Por ejemplo: “Usted está muy relajado”

2) Predictivo:Se le dice al otro lo que va a experimentar. Un ejemplo e ello sería:


“Entrará en un trance profundo”.

Este tipo de sugestiones puede utilizarse si en la persona surge la respuesta adecuada,


pero en algunos casos podría no responder o hacerlo de un modo opuesto al indicado.

El enfoque permisivo, permite muchas respuestas posibles. Un lenguaje permisivo


implica el uso de frases que expresen posibilidades. Por ejemplo “Usted podría estar
entrando en un trance profundo”, “Sus manos podrían permanecer cómodamente sobre
sus muslos”. (O’Hanlon, 1993)

Erickson no se basaba tanto en la sugestión como en la evocación hipnótica. Daba por


seguro que las personas tenemos aptitudes para desarrollar el trance y los fenómenos
hipnóticos tales como disociación, amnesia o anestesia. La tarea del terapeuta sería
evocar dichas capacidades. Para esto utilizaba diversos elementos, uno de ellos es la
implicación. Muchas de sus expresiones contenían implicaciones que facilitaban entrar
en trance. Por ejemplo: “¿Ha estado Usted en trance antes de ahora?”; implica que
entrará en trance en el futuro inmediato (ahora). Este tipo de lenguaje crea una
expectativa que facilita la obtención del estado deseado (O’Hanlon, 1993).

Su concepto de la hipnosis, considera a ésta como el proceso de evocar y utilizar los


procesos mentales del consultante de maneras que no corresponden con el ámbito usual
del control voluntario o intencional ( Aráoz, 1985).

Erickson redefinió el trance hipnótico, estableciendo que este concepto se aplica a un


tipo especial de interacción entre dos personas y no al estado de una de ellas. Desde este
punto de vista, la hipnosis estaría presente en un gran número de situaciones,
especialmente en la relación terapéutica. (Haley, 1991)

De acuerdo con Erickson, la experiencia del trance hipnótico, será diferente de un sujeto
a otro, aún frente al mismo hipnotizador, dependiendo de factores motivacionales y
situacionales. Es importante considerar la individualidad de cada uno y prolongar el
tiempo de trabajo de acuerdo a la persona, ya que se puede requerir desde pocos minutos
hasta varias horas ( IMHE de Stgo de Chile, 1995)

Al considerar la hipnosis como un proceso interpersonal, cabría preguntarse si lo que


algunos consideran “resistencia” a las sugestiones, se explicarían muchas veces más
fácilmente por la cualidad de las sugestiones. Si estas intentan imponer un
comportamiento que no calza con el mundo del consultante, no acompañan su
experiencia o exigen mucho de la persona, probablemente creeremos percibir
“resistencia”.

También podría gustarte