Está en la página 1de 11
soe 15-3 |} | Enciclopedia Internacional de las CIENCIAS SOCIALES Dirigida por DAVID L. SILLS VOLUMEN 7 ‘AGUILAR Powered by (@ CamScanner PENSAMIENTO ECONOMICO: Pensamiento mercantilista distrazado, como en el caso de cambio ficticio. El re- sultado prictico de esta tolerancia fue la prohibicion legal del descuento, pero también la vinculacién de la banca al cambio. ‘Nada podia cobrarse por el préstamo, pero el pres- tamista podia a veces obtener una compensacién por razones ajenas al préstamo. Asi surgié la teoria de los tirulos extrinsecos. Los tres principales fueron: poena conventionalis, damnum emergens y Tuerum cessans. La poena conventionalis era una sancion por el pago retra~ sado; el damnum emergens, una. compensacion por los dafios sufridos por el prestamista. Estos dos fueron + fécilmente admitides como vilidos; pero no ocurrié lo mismo con el lucrum cessans, que significaba que el prestamista podia exigir el mismo rendimiento que el ‘obtenido de inversiones rivales o competitivas. Asi de- finido, el lucrum cessans es de hecho el equivaiente del moderno concepto de coste de oportunidad. De admi tir este titulo, ademés, se habria puesto en peligro toda Ta doctrina de la usura. El luerum cessans fue, por tanto, rechazado por Tomés de Aquino y por la mayor parte de los teblogos. Mas adelante, en el siglo xv1, fue per- mitido por algunos moralistas més amplios de eriterio, pero solo entre mercaderes. ‘La doctrina de la usura fue el talon de Aquiles de la economia escolistica. Envolvié a los escoldsticos y a sus sucesores de los siglos xvr y xvtt en dificultades insu- perables que contribuyeron mucho al descrédito de toda su doctrina. Escolasticismo tardio. Segin ya indicamos, el es- colasticismo continué prosperando durante el siglo xvI ¥ posteriormente. Los escolsticos tardios de la escuela de Salamanca hicieron algunas nuevas aportaciones, principalmente en el refinamiento de antiguas doctri- nas, La teoria cuantitativa del dinero fue aceptada ‘como consagrada. Mas que nunga, los partidarios de Ja nueva escuela insistieron en la'justicia del precio de ‘mercado en ausencia de regulacién publica. Algunos de ellos, como Martin de Azpileueta (1493-1586), mds ‘conocido por el nombre de Doctor Navarrus, se mos- traron muy escépticos en relacién con los méritos de la, fijaci6n de precios, por considerarla innecesaria en épo- 2s normales e ineficaz en épocas de escasez. Luis de ‘Molina, S. J. (1535-1601), més famoso por sus opinio- nes sobre i gracia que por sus teorias econdmicas, formul6 la ley de la oferta y la demanda al afirmer que un Concurso [concurrentium] de compradores més Considerable en un momento que en otro, y su mayor disposicion a comprar, elevarin los precios, mientras que la escasez de compradores los rebajarie (De justitia et jure 11, disp. 348, n.° 4), Insistié también en que el valor depende de las preferencias de los consumidores, en lugar de cualidades inherentes a los bienes. Un jesuita belga, Leonardus Lessius (1554-1623), hizo dos aportaciones secundarias: autoriza los monopolios con precios regulados por razbn del bien comiin y describe exactamente el mercado de dinero de Amberes, reco- nociendo implicitamente la presencia de intereses ocul- tos en los tipos de cambio. En el siglo xvir las ensefanzas econdmicas de la escoldstica fueron presentadas sisteméticamente en las grandes obras sintéticas de los cardenales Juan de Lugo, S. J. (1583-1660), y Giambattista de Luca (1613-1683), pero no hicieron aportaciones nuevas. La economia escoléstica habia alcanzado la madurez. Al no renovar sus métodos de andlisis, el pensamiento ‘econémico escoléstico cayd en descrédito y entré en an una decadencia precipitada que envolvi6 a otras cien- jas ya la filosofia, a la vez que a la economia politica. [6.6.0] RAYMOND DE ROOVER 733 [Véanse también las biografias de ToMAs DE AQUINO ‘y ORESME.] BALDwm, JOuN W. 1959 The Medival Theorie of he Just Price ‘Romanist, Canis ond Theolgins inthe 12th and 13th Cen- tures. Philadelphia: American Philosophical Soce Bowany Janes (1893). 1922 Philosophy and Poi ‘Sed. London: Allen & Unwin; New York: Macmillan Denesre, Bennand W. 1943 Ineret and Usury. Washington ‘American Council on Public Affairs De Rooven, Revaiono "1953. dual de Ja let de change, XIV'-XVIIE stele, Pais: Cain, > Contiene una amplia Bi bliografla de autores excoldsticos. De Rover, Rarsiond 1955, Scholastic Economics: Survival and Lasting Influence From the Sixteenth Cencury to Adam Smith. Querterly Journal of Etemics 69:161-100. : De Roover, Ravnond 1958 The Concept of the Just Price: ‘Theory and Economic Policy. Journal of Economie History 18:418-434 EnoEMANN WEL 1874-1883 Studien in der ramanisl-hano= istschen Wirtchafs und Rechslelre bis gegen Ende des 17. Johr- Tunis. 2 vols. Betin: Gatentag. ~ Irmportante para el esco- Isto tarda, Faurant, AMINTORE 1933 Le origin dello spirito cpitalien in Tala. Milan (alia): Societa EitriceoVit e Pensieros Gnice-Hurcumnsox, ‘Manorte 1952. The Schoo! of Salamanca ‘Readings in Spanish Monaary Theory, 1544-1608. Oxford: Clar rendon. Horm, Josern 1941 Wiruchofterhi und Monopole im 15. und 16, Jabhondert, Jena (Alemania): Fischer, Horm, Jossen 1955 Siaih und Diynamih in der scolastschen Wirtchotethik, Veroffentichungen der Arbetsgemeinschaft far Forschung. des Landes Notdshein-Westalen, Geisteswissens- chaften, Vol. 38. Calogne (Alemania): Westdeuscher Verlag NaLson, Benyantin N. 1949" The Laea of Usury. Princeton Univ Pres Noonan, JouN T. JR. 1957 The Scholae Analysis of Usury: ‘Cambridge, Mais: Harvard Univ. Press O'BMEN, Groner AT. 1920 An Esay on Mediaeval Economie ‘Teaching. New York: Longmans. Oeernann, Faun” 1891 Die Volhseirtchefulere des Corps juris ‘oli. Berlin: Prager Roc, Maxuet 1933. Travail et slate & ravers ta sols ‘Bcole des Sclences Poliques et Sociales, Université Catholique de Louvain. Pais: Deelee de Brouwer, ScumntatR, EDMUND "1913 Die volknoirchaflichen Auschawgen "der Scholasitseit Thomas wy. Aguin. Beteage mur Geschichte Ger Nationalékonomic, Val 1. Jena (Alemania): Fischer. Scnunreran, Josten A. (1954) 1960 Hiory of Economie Analyse "Edicion dirgide por EB. Schumpeter New York: Oxford Univ, Press Sounet, Jose 1952 Aristotle's Theory of Exchange: An Inquiry “nto the Origin of Economie Analysis. American Philosophical Soriety, Proceedings 96:45-15, . Wenn, Witusio 1959. Wirschafuerhik am Vorabend des Libera iomat? Hkepunktwnd Abeer der acholotscen Wirachafbe- trochtoig durch Ludwig Molina, SJ. (1535-1600). Sehefen des Institute fr Chrietiche Senalviesenschatten der Westsischen ‘Wilhelms-Universitat, Monster, Vol. 7. Monster (Alemani): [Aschendorfsche Verlugsbuchhandlung. 1 PENSAMIENTO MERCANTILISTA ¢Mercantilismos es 1a etiqueta por la que general mente se conoce la doctrina y précticas de las naciones- estado del periodo que comprende aproximadamente desde el siglo Xv al xviiren relacion con la naturaleza y la regulacién apropiada de las relaciones econémicas internacionales. En esta doctrina se insiste mucho en la Powered by (@ CamScanner imp jar 734 [SAMIENTO ECONOMICO: Pensamiento mercantilista importancia de mantener un excedente de las exporta- ciones de bienes y servicios sobre las importaciones como ‘inico medio de obtener un aflujo neto continuo de metales preciosos, considerados esenciales para la rigueza y seguridad nacionales. En el rabeau el Viejo y Adam Smith aplicaron a esta doctrina expresiones como ssistema. mercantily y sistema co- mercials, para destacar su contraste con la doctrina de Jos fisidcratas, que minimizaban la importancia del comercio exterior y subrayaban la de la produccién agricola. En el decenio de 1860 los escritores alemanes introdujeron el término Merkantilismus; términos co- trespondientes, como smercantilismot, se impusieron gradualmente én todas las lenguas del mundo occiden- tal. A veces se discute la adecuacién del término, por ‘tilizarse con frecuencia en sentido peyorativo 0 por- que se cree, con raz6n, que representa inadecuadamen- te el variado contenido del pensamiento econdmico de alrededor de cuatro siglos. Objeciones anélogas pue- den, por supuesto, hacerse a la mayoria de los términos abstractos terminados en sismor, pero no parece posi- ble prescindir de ellos y, en cambio, parece posible utilizarlos con disciplina. En este articulo se limita la aplication del término a los aspectos especiales y do~ minantes de pensamiento y préctica con respecto a las, relaciones econbmicas internacionales durante los si- los xv a xvitt La doctrina. Los elementos esenciales de la doctri- nna pueden resumirse en cinco proposiciones 0 actitu- des: (1) la politica debe estructurarse y practicarse en términos estrictamente nacionalistas, es decir, sola- mente debe pesar el interés nacional; (2) en la valora- cién de un elemento importante de la politica nacional © del comercio exterior ha de atenderse mucho a sus efectos, directos 0 indirectos, sobre las existencias na- Gionales de metales preciosos; (3) en ausencia de minas interiores de oro o plata, un objetivo nacional primor- dial ha de ser la consecucién de un excedente de las exportaciones sobre las importaciones tan grande como sea posible, como tinico medio de aumentar las existen- cas nacionales de metales preciosos; (4) ha de buscarse luna balanza de comercio ¢favorabler al propio pals me~ diante la promocién directa por las autoridades de las, ‘exportaciones y Ia restriccion de las importaciones, 0 mediante otras medidas que actien indirectamente en ese sentido; (5) la politica econémica exterior y la po- litica exterior general han de perseguirse con atencion constante tanto a la abundancia como al epoders (in- cluida la seguridad), como objetivos nacionales coordi nados y en general mutualmente apoyados, cada uno de ellos capaz de usarse como medio para la consecu- cién del otro. Esto constituy6 el niicleo de la doctrina mercantil ta; sobre 41 apenas existio disensi6n entre los autores, de obras sobre economia hasta el decenio de 1750, pero permitio una amplia controversia entre los partidarios de la misma. Podian existir diferencias importantes de argumentaci6n en favor de la adhesion a las proposi ciones enumeradas anteriormente, y podian existir fuertes discrepancias de opinion en cuanto a la eleccib, de medios para conseguir los objetivos aceptados. El mercantilismo fue esencialmente una doctrina po- pular, desarrollada a la luz de las circunstancias y va- lores historicos vigentes por simple inferencia de los hhechos aparentes. Fue una doctrina de hombres préc- ticos, no dados a sutiles andlisis econbmicos, que de hhecho apenas existian en la edad del mercantilismo, Los fildsofos anteriores al decenio de 1750, los teblogos, y las universidades ni la discutieron ni hicieron apor- ‘aciones importantes a la misma. No era un campo por el que mostrara especial interés la ciencia académica, Diferencias dentro de Ia doctrina. La diferencia mis llamativa de doctrina dentro de los mercantilistas se refirié a por qué la acumulacién indefinida de me- tales preciosos debia considerarse un objetivo nacional sportante. Los términos stesoros y sriquezav se utili- zaron con considerable ambigtiedad, a veces en un sentido amplio, para referirse a existencias de bienes valiosos de cualquier clase que tuvieran precios pero con mayor frecuencia, en sentido estricto, para signifi- car solamente los metales preciosos. El uso estricto se extendié ocasionalmente a bienes (distintos de los me- tales preciosos) que tenian una gran durabilidad y ele- vado valor por unidad, como piedras preciosas e inclu- so zinc y cobre. La insistencia en el enriquecimiento, en la mejora econdmica, nunca se hizo en términos de nivel de consumo; y cuando se hizo en términos del nivel de produccién, fue normalmente con referencia a Ja aportacion que esa produccién podia hacer, directa © indirectamente, a la adquisicion y retencion de sri- fqueza’ o stesoros en sentido estricto. En lo que se insistia era en la acumulacién; era general el supuesto, ticito 0 explicito, por parte de los escritores mercant listas del periodo, de que Ia acumulacién durante lar- gos periodos de tiempo podia lograrse sola o predomi- Rantemente mediante la acumulacion de existencias de bienes duraderos y de gran valor por unidad, especial- mente metales preciosos. Con frecuencia el. nico vinculo con el consumo como objetivo econémico fue el reconocimiento de su facil convertibilidad, mediante intercambio, en bienes esenciales de consumo, como tuna raz6n para considerar un niimero limitado de bie- nes duraderos de consumo como partidas preeminentes de la riqueza nacional. ‘Sin embargo, la insistencia en la funcidn de »dep6- sito de riquezar de los metales preciosos contrast con la de otros escritores mercantilistas en la funci6n de irculacione de los metales preciosos en cuanto dinero, insistencia que condujo a la hostilidad con respecto al uuso de los metales preciosos como medio de atesora- miento, en forma de vajilla o de joyas. Esos escritores creian que la producci6n y empleo variaban de volu- men fisico en proporcién estricta con las variaciones de la cantidad de dinero en circulacién. Por tanto, no advirtieron 0 negaron que la principal consecuencia de un aumento de la cantidad de dinero podia ser un aumento general de los precios; quizd estaban dando ‘por supuesto que existian generalmente grandes cant dades de trabajo y recursos naturales no empleados. Al menos los mercantilistas tardios, tendieron a desplazar la atencién del dinero como depésito de valor al dinero como elemento de circulacién. Ahora bien: cuando se introdujo el dinero papel result més dificil reconciliar Ia insistencia en la cireulacién con la continuada insis- tencia en la importancia de los metales preciosos y en la balanza favorable como medio de adquirirlos. ‘Uno de los métodos utilizados fue negar las ventajas del dinero papel o defender las limitaciones a la emi- sién de dinero papel que impedirian a este actuar como estimulo de la exportacion y desincentivo de la impor- tacién de metales preciosos. Pero aunque se insistib en la funcién de circulacin de los metales preciosos, 18 ausencia de respuesta obvia a la cuestibn de por qué no podia cumplir el dinero papel esta funcién adecuada- Powered by camScanner PENSAMIENTO ECONOMICO: Pensamiento mercantilista mente y con menores costes tendié a levar al retorno a la antigua insistencia en la funcién de deposito de valor de los metales preciosos, o a la sustitucion, ‘causa de la orientacién del mercantilismo a los aspectos monetarios y de balanza de comercio, sea de ideas proteccionistas basadas en gran parte en argumentos ‘no mercantilistas, sea de una mayor receptividad frente a Tas ideas de libre cambio. |, Una razén adicional y amy importancia atribuida a la acumulacién indefinida de metales preciosos fue la observacién de que el tipo de interés y la disponibilidad del crédito variaban con la ‘cantidad de dinero, el primero en sentido inverso y Ia segunda en el mismo sentido. Se afirmaba que la bara- tura y abundancia del crédito promoveria Ia actividad empresarial, el empleo y la produccin, e incrementa- tia Ia capacidad de competencia en el comercio exte- rior al rebajar la partida de intereses de los costes de produccién de bienes nacionales. Antes del decenio de 1750 nadie parece haber sefialado expresamente que tun aumento de las existencias nacionales de dinero, en la medida en que causaba un aumento del nivel de precios, o bien dejaria invariable el tipo de interés, 0 bien'haria que aumentara, en lugar de disminuir, y cjaria invariable la disponibilidad real de crédito, en cuanto distinta de su cantidad medida en términos monetarios. En cambio, con el advenimiento del dinero papel ya no fue necesario contar con un aflujo neto de ‘metales preciosos del extranjero para lograr un aumen- to de las existencias nacionales de dinero. Los escritores que opinaban que el aflujo de metales preciosos elevaba Ia tasa de empleo de los recursos humanos y materiales probablemente creian que esto daria lugar a un aumento del consumo por parte de los propietarios de esos recursos. También hubo acepta- cién general, aunque no universal, de la conveniencia de un aumento de la poblacion y del nimero de traba- jadores potenciales, y sin duda un reconocimiento de que dicho aumento daria lugar a un mayor consumo. Pero la importancia atribuida al incremento de la pro- ducaién se baseba mucho més en la aportacién que podia hacer a una balanza favorable de comercio, en el apoyo que podia prestar al aumento de la poblacion y fen Su contribucion a mitigar los males morales y de ‘otras clases ocasionados por el desempleo involuntario, Ja vagancia y el pauperismo, que en la aceptacion en principio de la conveniencia de.un nivel més elevado de consumo per capita para el publico en general. Los gastos de elujor, p. cj, de las clases trabajadoras fueron casi universalmente vituperados; y para las acomoda- das fue mas frecuente Ia condena que la aprobacién, ‘excepto cuando se consideraban necesarios para el em pleo de recursos que en otro caso se hallarian ociosos © para el mantenimiento de la posicion social y di nidad de las clases sociales altas, El aumento de la produccién se buscb primordialmente por la aporta- ibn que podria hacer a Ja acumulacién de riqueza en. forma de bienes duraderos y valiosos, al menos si se iuzga por lo que afirmaron expresamente ls esrito- res del periodo, El mercantilismo en la préctica. En las primeras etapas del mercantilismo se tratb con frecuencia de buscat los objetivos generales mediante una regulacion mis 0 menos directa y particular de los detalles de las transacciones comerciales individuales en las que par- ticiparan extranjeros. Asi, en In stuvo vigente durante algin tiempo una regulacién, impuesta por el Royal Exchanger, de las transacciones exteriores de dinero, y otras autoridades oficiales regularon las trans- acciones de los mercados de bienes con el fin de ase~ gurar que cada transaccin individual hiciera en lo posible una contribucion neta a las existencias naciona~ Jes de metales preciosos. Comentadores posteriores del mercantilismo denominaron esas précticas sbullionis- ‘mor 0 sistema de balanza de negociacién individuals Se pensaba que debia prestarse atencién, no solo a la balanza global de comercio, sino también a las distintas balanzas de comercio con determinados paises 0 secto- res dela actividad comercial. Se sospechaba que, P. ¢) el comercio con las Indias orientales acarreaba pérdi das para toda Europa al ocasionar un aflujo crénico de metales preciosos a Oriente. Thomas Mun fue el primero en formular una persuasiva defensa del co- ‘mercio inglés con las Indias orientales, aunque supu- siera, eh su primer impacto, un drenaje neto de me- tales’ preciosos de Inglaterra. Este drenaje, afirmaba, no era definitivo, ya que, mediante la reexportacién 4 precios superiores de sus importaciones de mercan- ‘cas indias, Inglaterra adquiria mayor cantidad de metales preciosos que la enviada inicialmente a las Indias. Sin embargo, la literatura mercantilista con- tinud defendiendo durante mucho tiempo la discrimi nacibn entre paises y la regulacion de las importacio- nes de acuerdo con la situacién usual de Jas balanzas de comercio con tales paises, como un incidente de la negociacion de aranceles 0 como un instrumento de Ia politica de poder. ‘Los mercantilistas concedian prioridad a la exporta- cién de bienes con un elevado contenido de trabajo en relacion con su valor. La exportacién de manufacturas recibié mayor apoyo que la de productos agricolas aptos para el consumo; se consideraba perjudicial 0 derrochadora la exportaci6n de materias primas, como Ia lana en rama o los minerales. Atin més perjudiciales se consideraban la exportacion de méquinas y herra- mientas y la emigracion de trabajadores cuslificados. Estas opiniones se basaban en la creencia de que el trabajo abundaba tanto que podia ser tratado como casi equivalente, desde el punto de vista nacional, a un bien libre, y en que la restriccién de las exportaciones de materias primas y de maquinaria no reduciria sustan- cialmente la tasa interior de produccién y daria lugar su retencién para elaboracién o utilizacién interior. ‘Tales restricciones harian favorable la belanza de co- mercio y elevarian el empleo interior. La posicion general mercantilista suponia que las, importaciones de bienes y servicios eran en principio convenientes solamente si: (a) eran bienes esenciales que no podian producirse @ ningin coste en el pais; (®) eran materias primas que no podian producirse en el pais en la cantidad necesaria, a no ser retirando recursos escasos de la produccién para uso interior para la exportacién de bienes con un mayor contenido de trabajo en proporcién a su valor; (c) necesitaban importarse como elemento de negociacién para que otros paises permitieran a sus nacionales importar del pais en cuestién, El ideal mercantilista implicito era el de importaciones nulas, y exportacione’ solo a cambio de metales preciosos. En Francia, Colbert y otros for- al responder a obje- s por algunos franceses de que las se- ciones plante veras restricciones a las importaciones francesas harian {que otros paises prohibieran la entrada de productos franceses. Colbert afirmé que Francia podia por si sola 738 eS . wee Powered by camScanner 736 ‘AMIENTO ECONOMICO: Pensamiento mercantilista producir en el interior todas las mercancias esenciales para la prosperidad nacional, mientras que ninguno de sus vecinos podia prescindir de las mercancias francesas. ‘Una variante de ta doctrina mercantilista, expuesta principal pero no exclusivamente por escritores ingle- ses, sustituia la balanza favorable de comercio en tér- minos de valores monetarios por una ebalanza de tra- la naturaleza y significado de la riqueza nacional y del bienestar econémico nacional. En las ocasiones en que dentro de la esfera econo: ca se atribuy6 gran importancia al conflicto de intere- ses, como logicamente ocurria en la esfera politica, esto tuvo graves consecuencias tanto para la politica econé- mica como para la politica internacional. Si lo que importaba era tnica o principalmente la posicién rela- © bajos en términos de contenido relativo de trabajo en ‘tiva, el dafio econdmico a un pais rival podia logica- las exportaciones e importaciones, con un excedente slobal de contenido de trabajo en las exportaciones sobre el de las importaciones consideradas sfavorabless. Algunos comentaristas modernos han considerado esta posicién como tun srefinamientor o mejora de la doc- trina de la balanza de comercio, Setia, sin embargo, * ficilmente posible que una situacién dada del comercio fuera altamente desfavorable segin el criterio de la balanza de comercio y altamente favorable segin el criterio de la balanza de trabajo, 0 viceversa. dems, de acuerdo con el criterio de la balanza de trabajo, ‘cuantas menos unidades de mercancias importadas se obtuvieran por término medio por unidad de mercan- cias exportadas, permaneciendo iguales las demas co- sas, tanto mds ¢favorables seria la balanza de trabajo. Objetivos politicos. El mercantilismo tenia objeti- ‘yos tanto politicos como estrictamente econémicos. Los objetivos minimos eran una balanza equilibrada de ‘comercio y una balanza equilibrada de poder. Pero un excedente de las exportaciones sobre las importaciones tan grande como fuera posible fue una aspiracién de todos los paises, y las grandes potencias aspiraron a una balanza més que equilibrada de poder. Trataron de legar a conseguir una superioridad de poder sufi- iente para imponer la ley» a otros paises, para con- Quistar territorios contiguos 0 colonias ultramarinas 0 ara derrotar a sus enemigos en la guerra. Era doctrina general que la fuerza era necesaria como medio para roteger la riqueza y aumentarla, mientras que la ri- queza era un recurso estratégico, necesario para produ- cir fuerza y apoyar su ejercicio. Con riqueza se podian financiar y equipar ejércitos y navios, contratar merce- narios extranjeros, sobornar a enemigos potenciales y subvencionar a los aliados. El poder podia ejercitarse para adquirir colonias, lograr el acceso a nuevos mer- cados » expulsar a los extranjeros de los propios mer- cados y para monopolizar Jas rutas de comercio, las esquerias en alta mar y el comercio de esclavos con Africa. El spoders era, evidentemente, un asunto de importancia relativa; lo que importaba era Ia relacin de poder, los términos de la relacién. Ademés, la geo grafia tenia una gran importancia para determinar qué ‘comparaciones eran pertinentes; los paises con fronte- ras exclusivamente terrestres apenas necesitaban pre- ‘ocuparse de su poder relativo en comparacién con un poder maritimo distante, y ser vecino de un pais fuerte ‘podia significar estar expuesto a una constante amena- za. Por otra parte, las relaciones politicas se distinguian porque las comparaciones de poder eran relevantes no solo entre parejas de paises, sino también entre de aliados actuales 0 potenciales. La importan buida a las comparaciones internacionales, o situacio- nes relativas, muy interesante en la esfera politica en un mundo de politica de poder, tanto si se destinaba este a servir a la agresion nacional como si se dedicaba 4 la seguridad nacional, fue con frecuencia transferida alaesfera econémica, donde apenas tenia interés. Efec- tivamente, llevé a una gran confusion en relacién con ‘mente tratarse como equivalente al beneficio economi: co del propio pals, y el hambre en el extranjero, a cosechas abundantes en el interior. Este razonamiento ¢s frecuente en la literatura mercantilista, pero fue la repulsa moral o sentimental del mismo, mds que el andlisis econdmico superior, lo que hizo que gran parte de los escritores de la Tlustracion, a finales del si- glo xvii, apoyaran las ideas del libre cambio. Incluso entre los escritores interesados primordialmente :por los temas econémicos, el ecelo del comercios mercanti- lista foment6, como supercompensacién, una exagera- da creencia en la armonia y reciprocidad de los intere- ses econbmicos de los distintos paises. ‘La doctrina segtin Ia cual los salarios reales bajos, (por hora, por dia o por pieza) contribuian al interés nacional estuvo muy difundida en Inglaterra en los siglos xvit y xvitt, y en ocasiones ha sido calificada de sdoctrina mercantilista del trabajo» por autores moder- nos. Muchos autores ingleses expusieron esta doctrina, pensando ldgicamente en consideraciones de balanza favorable de comercio. Pero numerosos escritores ne~ garon 1a proposicion en la que se basaba esa doctrina, es decir, que los trabajadores ingleses, una vez satisfe- chas sus necesidades minimas, preferian la ociosidad a una mayor cantidad, 0 mejor calidad, de las mercan- las, 0, como lo expuso un autor del siglo xvi, que para los trabajadores en general, vel lujo de la indolen- cia tiende siempre a eliminar el lujo de los bieness. , si aceptaban la proposicion como cierta y conside- raban la ociosidad como un mal, proponfan, por razo- nes humanitarias y otras, la busqueda de remedios ‘menos opresivos para los pobres que los salarios bajos. Parece dificil encontrar en el Continente huellas de afinidad entre el pensamiento mercantilista en general yy la doctrina de los salarios bajos, quizd porque gene- ralmente era imposible para los pobres lograr un mini- mo bisico de subsistencia sin trabajar casi hasta el limite de la resistencia, quiz4 porque en los paises catélicos la frecuencia de los dias festivos en los que estaba prohibido el trabajo satisfacia su necesidad d= descanso, de ocio y de diversiones. Aspectos caracteristicos del mercantilismo. El mercantilismo fue una doctrina que defendié una am- plia regulacién estatal de la actividad econdmica en interés de la economia nacional. Dio por supuesto que el hombre era por naturaleza egoista y que perseguitia su propio interés sin preocuparse de las consecuencias de tal comportamiento con respecto a los intereses de la comunidad, Aceptd como axiomético que si se deja a los individuos, en su actividad econémica, libres de ‘una estricta regulacién, las consecuencias para la co- munidad serian desastrosas. Ahora bien: esta habia ido una doctrina précticamente universal desde la Antigtiedad clisica y, por tanto, no era suficiente para distinguir el pensamfento mereantilsta del premercan- lista En cambio, fue sustancialmente nueva en el pensa- miento mercantilista su insistencia sistemdtica en la Powered by | | | | | | 1 camScanner PENSAMIENTO ECONOMICO: Pensamiento mercantilista concentracién de poder y monopolizacién de la lealtad por las naciones-estado, que en sus relaciones con otros estados segufan un cédigo smaguiavélicos, o amoral, y disfrutaban de una jurisdiccion més amplia que las antiguas ciudades-estado y los barones feudales, pero ‘menos amplia que los imperios de la Antigiedad cldsi- cay que la Iglesia catélica de la Edad Media. También. fue, sustancialmente nueva en el mercantilismo su mayor preocupacién por los temas econdmicos com« tuna fase de la tendencia entonces general a la seculari zacibn del pensamiento y de la prictica, el cambio del ‘cardcter especifico de los objetivos econdmicos de las, autoridades politicas y los nuevos patrones administra- tivos de regulacién de la vida comunitaria. Estos nue- vos aspectos fueron producto del crecimiento del co- mercio y de los cambios en la organizacin politica Tigados ala desmembraciOn del Sacro Imperio Romano y superacion del feudalismo y a la absorcion de las hasta entonces sustancialmente auténomas ciudad estado por las nuevas naciones-estado, El mercantilis- ‘mo fue una doctrina de la intervencién publica en la fa econdmica, aunque esta intervencién tuviera unas caracteristicas especiales y algunos objetivos particula- res. Discrepaba fundamentalmente de la doctrina del laissez-faire, pero también de algunos sistemas actuales de intervencionismo estatal, como el socialismo, el co- munismo ruso y el estado de bienestar, pues, en pri cipio al menos, estos no tienen como objetives centra- les y iiltimos la acumulacién de metales preciosos, balanzas.favorables de comercio'y limites nacionales a3 obligaciones morales. Diferencias en la prdctica. El acuerdo sobre los objetivos generales del mercantitismo dejé abundante espacio para grandes diferencias entre los distintos pe- Fiodos y entre los distintos paises en la eleccién de meétodos para lograr esos objetivos y en el grado de interés puesto en su consecucién. La prictica fue con- dicionada por las limitaciones de la capacidad adminis- trativa, Ia resistencia interior derivada de los intereses particulares regionales, de clase y de profesion, las {diosincrasias, la apatia o el entusiasmo y Ins lealtades indsticas de los monarcas. Las téenicas adoptadas podian ser monetarias, con control de los mercados de cambios y del movimiento de'metales preciosos a través de las fronteras naciona- les. Podian adoptar la forma de regulacion de las dis- tintas transacciones comerciales; de regulacion, me- diante aranceles generales, prohibiciones o restricciones ccuantitativas; 0 de subvenciones a las exportaciones 0 a las industrias exportadoras 0 que producian bienes sustitutivos de importaciones. Los mismos gobiernos podian montar y administrar fébricas que produjeran para la exportacin o que sustituyeran productos im- rtados; podian montar y administrar sociedades de- licadas al comercio exterior; podian conceder privile- gios de monopolio a sociedades privadas para que produjeran y vendieran determinados productos en el mercado interior, para que se dedicaran al comercio exierior contando con privilegios especiales y para ad- ministrar colonias ultramarinas. Los gobiernos podian estimular la inmigracién, restringit la emigracion o promover matrimonios a temprana edad con la espe- Tanza de que el crecimiento de la poblacién serviria a los objetivos mercantilistas generales. Podian someter- se los salarios y los tipos de interés a maximos legales, en la creencia de que esto mejoraria Ia posicién com- petitiva nacional en el comercio exterior, Podian em- Br prenderse guerras por razones mercantilistas. En todos estos casos, aun cuando los objetivos siltimos podian ser estiticos dentro de los paises y uniformes entre los mismos, la seleccién de medios para conseguir esos ob- jetivos podia diferir entre los paises y experimentar Constantes cambios en el tiempo dentro de cada pats, a causa del cambio de circunstancias y opiniones. El mercantilismo practico siempre se qued® algo corto en relacién con lo que exigia la teoria. Quizd las desviaciones mds importantes de la préctica con res- pecto ala teoria fueron las resultantes de las necesi Ges fiscales del gobierno. Todos los gobiernos en la poca del mercantilismo encontraron dificultades para financiar sus actividades generales. Adoptar los objeti- vvos mercantilistas sin tener en cuenta las consideracio- nes fiscales exigia con frecuencia la exencién de dere- hos aduaneros de importantes categorias de exporta- cones, Ia derogacién de la prohibicion de exportar 0 importar ciertos bienes por razones aduaneras, con la consiguiente pérdida de ingresos, o la concetion de subvenciones a las industrias protegidas, barcos, pes- quetias 0 colonias, siendo todas ellas medidas que obli- gaban a un aumento del gasto piblico o a una reduc- ion de los ingresos piblicos. Las trabas a la importacion levadas més alli de cierto punto incierto podian mover a los paises extran- jeros perjudicados a adoptar medidas de represalia o de defensa, con el posible resultado de que la contribucién bruta o una balanza sfavorables de comercio hecha por las restricciones'a la importacion podia, incluso a corto plazo, més que compensar el efecto negativo sobre las exportaciones. * ‘La mayor parte de las medidas mercantilistas supo- nian una carga para algiin sector regional 0 profesional de la poblacin. Los sectores afectados, sin discutir los objetivos generales del mercantilismo, recurrian malmente a todas las formas de presion y persuasion utilizables por ellos para obtener la mitigacion de di- chas medidas o la revision de las mismas, con lo que desplazaban la carga a otros sectores. Asi, en Inglaterra los propietarios de ganado presionaron para conseguir tina mitigacién de las restricciones a la exportacion de Jana en rama, y los mercaderes independientes protes- taron enérgicamente contra los privilegios especiales ‘concedidos a las sociedades de comercio. Incluso en paises con monarquia absoluta, los gobiernos se vieron ‘Obligados a hacer concesiones a es0s grupos protestata- rios. ‘Toda medida restrictiva del comercio creaba una ‘ocasién de beneficio privado al evadirla o violarla, y ningin pais fue capaz de impedir la frecuente viola- ibn de las medidas sobre contrabando, evasién fiscal, tréfico ilegal de ciertas mercancias y soborno de agen tes encargados de hacer cumplir las leyes. La resis- tencia del piblico a determinadas medidas restrictivas, y a la actuacién para forzar su cumplimiento, y la Gebilidad de la administracion a los niveles superio- res, Ilevd con frecuencia a la apatia en su imposicién. Cuando, en 1778, Adam Smith se hizo cargo de sus ‘obligaciones como comisionado de aduanas, qued6 atonito al comprobar, dado su conocimiento del caso, Ia enorme parte de sus efectos personales que, era ilegal no solo importar, sino también poseer, y ad tid-a un amigo que la mujer de este dtimo, sometida fa una investigacién, estaba infringiendo la ley ain més gravemente que él Particularmente en Inglaterra, aunque el mercanti- Powered by 3s BI camScanner c Ys lismo contaba en principio con la aprobacién general, existia un disgusto igualmente general con respecto & las instituciones y précticas administrativas esenciales para su puesta eficaz en practica. El pablico inglés se ‘maostrd muy celoso del ejercicio del poder por la rama ejecutiva del gobierno, de la administracién llevada a ‘cabo por las autoridades centrales de Londres, en lugar de localmente, y de los agentes del gobierno central con poderes de inspeccién y arresto, La legislacion era mis centralizada que en la mayoria de los paises, pero Ja puesta en préctica se hallaba muy descentralizada, y se dejaba en gran parte en manos de magistrados loca- les no remunerados, con considerable autonomia y ac- tuando por propia iniciativa, a instancia de las partes interesadas 0 a base de informadores voluntarios que eran pagados con los ingresos por multas impuestas ‘por los magistrados a consecuencia de las denuncias. Cuanto més elevados eran los derechos aduaneros y cuanto més pesada era la carga de las regulaciones y prohibiciones, tanto mayor era el incentivo a evadirlas ‘0 violarlas, por lo que en muchos casos la dificultad de la puesta en prictica condujo a reducir la severidad de Ja legislacién o a un abandono parcial o total de todo intento serio de ponerla en practica. Parece, pues, muy probable que, al menos en Inglaterra, las medidas mer- Cantilistas no fueran en la prdctica tan severas, en cuan- to restricci6n del comercio exterior en el siglo XVIII, como lo fueron, p. ¢j., los costes del transporte de quella época o lo son los aranceles ordinarios del pro- teccionismo actual. ‘Aun cuando existio una notable uniformidad doctri- nal en el mundo occidental con respecto a los verdade- ros objetivos de la politica comercial, las diferencias entre paises en cuanto a organizacion politica, estruc- rrura administrativa y circunstancias geogrificas dieron lugar a diferencias sustanciales en la intensidad con {que persiguieron esos objetivos y en los procedimien- ‘tos para lograrlos. En los pequetios Estados alemanes, . ej, el mercantilismo fue poco més que una vaga doctrina general. La principal preocupacién de los in- telectuales alemanes en relaci6n con las materias eco- nomicas y politicas, a juzger por el contenido de los escritos cameralistas y por los cursos en las universida- des, se orient6 a los principios de gestion de las finan- zas de los gobernantes absolutos, de organizacion y ‘gestion de la administracién piblica profesional y de gestion de la propiedad pablica, como casas de mone da, minas, bosques y alguna fabrica. En Francia, aun- que la administracion publica se hallaba en conjunto centralizada en una medida sin paralelo en Inglaterra, Jos impuestos (incluidos los derechos aduaneros), las eyes sobre la propiedad y las regulaciones de los gre- ios se hallaban en gran parte sometidos a la adminis- tracién local, siguiendo patrones y principios diversos tradicional y localmente. Decadencia del mercantilismo, La critica de los métodos en uso para conseguir los objetivos mercanti- listas fue bastante corriente en los paises que toleraban la libre discusion. Sin embargo, en su mayor parte, cualquiera que fuera su mérito analitico, fue simple- mente una declaracion particular del portavoz de algu- na faccion politica, industria, regibn, puerto o ciudad, de una compafia particular privilegiada. En el decenio de 1750 comenz6 a verse por primera vez una critica amplia de los principios bésicos del mercantilismo hecha por personas de gran talla y sin intereses inmediatos visibles que defender. Una de las AMIENTO ECONOMICO: Pensamiento mercantilista principales fuentes de criticas fueron los partidarios de ‘un evangelio completamente nuevo del individualism, que ensalzaba los méritos, por razones tanto éticas y politicas como econmicas, de la libertad del individuo con respecto a la regulacion publica pormenorizada. Las voces més importantes fueron la de Adam Smith cen Inglaterra y la del Marqués d’Argenson, los fisio- cratas y Turgot en Francia. También fue importante la irepulsa, general entre los intelectuales, de las continuas guerras pasadas y de la preparacion para la guerra, de Ia que se culpé sobre todo al mercantilismo, De hecho, fueron mucho més las opiniones pacificas y cosmopo- litas de los philosophes ¢ silustradose del Continente y de hombres como David Hume y Adam Smith en Inglaterra que los argumentos estrictamente econémi- ‘cos de estos y otros escritotes los que hicieron que el ‘mercantilismo tuviera que ponerse a la defensiva entre los intelectuales. i En los primeros afios del siglo x1x la escuela clisica inglesa de economia rechaz6 el mercantilismo sobre la base del anzlisis econdmico, la mayor parte de la cual habia sido creada por esa misma escuela. Esta afirmaba que el comercio practicado por iniciativa individual y libre de regulaciOn oficial daba lugar, necesariamente, ‘a beneficios mutuos tanto para los individuos implica- dos como para la comunidad en conjunto, aplicéndose festa teoria tanto al comercio interior como al interna- ional, En este punto habia tenido desde el decenio de 1750 algunos importantes precursores. Aftadi6, sin embargo, una justificacién analitica esencialmente nueva de esa posicion: el principio segin el cual la asignacién de recursos a la produccién de acuerdo con los costes comparetivos maximiza la produ ¥y que las transacciones realizadas por individuos que ‘actuan en propio interés en un mercado libre y compe- titivo se ajustan a ese principio. No negé que este se hallaba sujeto a la condicién de que los productores conozean sus costes y los precios que obtendrén por sus productos. Pero afirmé, como proposicién obvia, que los hombres de negocios suelen estar mejor infor- ‘mados que el gobierno sobre estas materias. Partiendo de este razonamiento, llegé a la conclusion de politica segim la cual la determinaci6n de qué mercancias y en qué cantidades puede exportar o importar un pais para conseguir el maximo beneficio social debe dejarse al resultado de las decisiones de los hombres de negocios gue tratan de maximizar sus rentas. Se trataba de una brusca ruptura con la insistencia del mercantilismo en la necesidad de regulacién de la actividad econmice y ‘con su valoracién de la conveniencia de las exportacio- nes o importaciones de determinados bienes segiin que fueran manufacturas, productos agricolas 0 materias primas y de acuerdo con su contenido de trabajo. Para Iaescuela clisica estas eran clasificaciones més o menos arbitrarias, cuya correspondencia, si es que existia al- ‘guna, en la practica con la clasificacion de acuerdo con el principio de los costes comparativos era puramente fortui La escuela clésica rechazaba asimismo la importan- cia que el mercantilismo atribuia a la balanza de co- ‘mercio y a las existencias nacionales de metales precio- 805. Afirmaba que, en ausencia de intervencién publica, tun mecanismo equilibrador automético internacional atraeria a cada pals Ia cantidad de metales preciosos adecuada a sus necesidades y circunstancias e impedi- ria que las balanzas de comercio padecieran graves erturbaciones. En este punto contaba con precursores Powered by (@ CamScanner PENSAMIENTO ECONOMICO: Pensamiento fisiocritico en el siglo xvi, principalmente Isaac Gervaise y David Hume. ‘Téngase en cuenta que ni los mercantilistas ni Ia escuela clisica distinguieron clara y sisteméticamente entre efectos a corto y a largo plazo, y que, por lo que Puede deducirse del contexto hist6rico y de'las impl caciones de sus escritos, los mercantilistas razonaron, en general en términos de efectos a corto plazo, mien- twas, que Ia escuela clisica lo hizo a largo plazo. La valoracién por los economistas de los méritos analiticos comparativos de los mercantilistas y sus criticos clés cos debe, por tanto, distinguir cuidadosamente entre el andlisis a corto y el andlisis a largo plazo, si es que consideran esta distincién, segiin lo hacemos nosotros, como sustancial. : La doctrina de la escuela clitica con respecto al comercio internacional fue la predominante en Ingla- terra durante cierto tiempo y obtuvo una gran acepta- cion.por parte de los economistas en otros paises. En Inglaterra siguié aproximadamente més de un siglo de ‘comercio casi completamente libre, y en otros paises evo a una liberalizacién sustancial de la politica co- ‘mercial exterior. Las restricciones al comercio exterior que continuaron vigentes se basaban en razones que en Jo esencial no tenian cardcter mercantilista; con fre~ cuencia se destinaban, de hecho, a proteger ia agricul- tura, en lugar de las manufacruras, No es raro encon- trar restos de las doctrinas y pricticas mercantilistas en la actualidad, Pero existen importantes diferencias entre la doctrina mercantilista y las doctrinas sobre las que se basa la regulacién actual del comercio exterior, y también existen importantes diferencias con respecto ‘alos patrones y técnicas de regulacién. Por lo que se refidre alos cientificos, la defensa del mercantilismo tal ‘como funcioné inicialmente, basada en la aceptacién de sus objetivos, de su doctrina y de la adecuacion de sus prdcticas a su doctrina, parece confinada en la actuali- dad a una minora, compuesta sobre todo de historia- dores econdmicos. Las bases analiticas a partir de las cuales se ha defendido o criticado el mercantilismo son ‘en ambos casos muy discutibles. Por lo que se refiere ala politica econdmica, la valoracién final, aqui, como general en las ciencias sociales, ha de ocuparse ex- Presamente, cosa que con frecuencia no hace, de los valores politicos, éticos y socioeconbmicos, asi como de Ja logica abstracta de las relaciones entre los hechos reales y supuestos. Necesita, por tanto, acudir a los recursos de todas las grandes disciplinas sociales. [5.6.0] Jacos ViNER ‘raciocearin| CCousenr, Jen Barrisre 1861-1873. Letres intution et mdmoi- ‘at de Colbert, Bdicion dirigida por Pierre Clement. 7 vols. Pris: Imprimerie Impérale.~ Piere de Brotonne publich en 1682 tuna lista general de erratasy un indice analtica, Fornowwals, Francois VERNON D. De 1758" Eliments du commerce. 2 vols, Pars: Basson. FFruepnicn n, pen Grosse, Kan oF Pavssin. Oeuorer de Frédéric le Grand, 31 vols. Belin: Imprimerie Royale, 1846-1857. ~ Véase cexpecisimente vol 9, parte 2, pigs. 212-240, «Exposé du gouver- ‘ur les formes de gouvernement et sur McCutocn, Joun R. (dit. de ed.) (1856) 1954 Early English "Tracts on Camonerce. Cambridge Univ. Pres. [Mavow, Jean F] (1734) 1739. A Poliical Euay Upon Commerce ‘Dublin: Weodward & Cox’ Publicado. originalmente en francds. wr Srvant Dasnast, Juss (1767) 1805. The Works, Palical, Mec taphiize, ond Chroalapcl of the Late Sir Jams Stevart of Gy ar. Vols ok A Ina i te Pain af Foal Oecooomys Being an Estey 06 he Science of Domest Tce Nations London: Cael! & Davies. Urraniz, Genouimo pe (1742) 1751 The Theory and Practice of ‘Conmere and Marine Affairs. London: Rivington. » Publca- 0 originamente en expel con el tla Teoria prctica de ‘omerdy de marina. FUENTES SECUNDARIAS Buc, Pinar W. (1942) 1964 The Polis of Merconiism. New 1931. French Mercontlst Doctrines Before Cal ber. New York: Smith Coxe, Cuanias W. (1939) 1964 Colbert and a Cemury of French ‘Mercaniigm, Hamden, Conn.; Shoe String Press. Cous, Cuaniss W. (1943) 1965 French Mereantiliom 1682-1700. ‘New York: Octagon Hecescier, But F. (1931) 1955 Merconslion. Bd, rev. 2 vole ‘London: Allen & Unwin; New York: Macmillan, > Publicado cotiginalmente en rueeo. Jounson, Euan A. J. 1937 Predecenors of Adam Smith: The Grouth of British Bconamic Theught. Baglewood Clif, NJ Prentice-Hall, Scumotues, Gustav vox (1884) 1931 The Mercantile System and 1s Historical Significance: Tusmated Chiefly From Prasion Hit- tory. New Yorks Smith.» Traduecibn den eapitulo dela obra de Schmoll Studien Gber die etschaftiche Polk Friedrich des Grose ‘Scowunperan, Josten A. (1958) 1960. History of Economie Analysis. Euicién’dsigida por E. B. Schumpeter. New York: Oxford Univ. Press, Suvinsnts, BRUNO 1923 The Theory of the Balance of Trade in England: A Study in Mercanalin. Helsinki: Suomalaien Kit Tisoaden Seura, owen, Jaco (1921-1951) 1958 The Long View and the Short: Studies in Economie Theory and Paisy. Glencoe, IL: Free Press. Véanse especialmente las pigs. 277-305 sPower Versus Plenty as Objectives of Foreign POKey in the Seventeenth and. Bighttenth Centuries, ‘oven, Jaco 1937 Studies in he Theory of International Trade "New York: Harpe, 1 PENSAMIENTO FISIOCRATICO Se denominan efisieratase los économistes, aquellos aque defendieron los dogmas de la physiocranie (deriva- do de physeikratia) y abogaron por el gobierno de la actividad econbmica y politica ede acuerdo con las leyes impuestas a la Naturaleza por la Providencias, Consti- tuyeron la primera sescuel pol surgio en Ia historia de esa ciencia y ejercieron una influencia considerable, principalmente en Francia, donde vivié la mayor parte de ellos, en el decenio de 1760 y primeros afios del 1770. El clima de opinion en la Francia del decenio de 1750 cra favorable al predominio de un conjunto de princi- pos, cargados de promesas, como los que propusieron los fisibcratas. La principal actividad econémica del pals, la agriculeura, era en general pobre en resultados y mal administrada, Su sistema tributario era vejatorio, gravoso y derrochador. La politica y Ia préctica mer antilistas representaban una traba al comercio interior yy exterior, retrasaban la agricultura y servian de base a ios privilegios. En algunos circulos se opinaba que una politica econémica equivoceda habia dado lugar a una Sisminucion de la poblacién. Ya en los primeros afios del siglo, y nuevamente en el decenio de 1740, se habian publicado algunas obras en las que la politica agricola y comercial francesa habia sido objeto de criticas y en las que se comparaba desfavorablemente la experiencia Powered by 739 camScanner ‘Ore ‘econdmica del pals con la de una Inglaterra progresiva. Algunas autoridades valoraban ya positivamente los méritos de la libertad econbmica y de la competencia, aungue todavia su comprensién fuera insuficiente. El anilisis econémico estaba progresando a impulsos de autores como Hume y Cantillon. El comienzo de la escuela puede fecharse en 1756, cuando Frangois Quesnay publicé en la Encyclopédie su primer articulo econbmico, +Fermierst, al que siguio en 1757 sGrainse, en el que se refleja a influencia transitoria de la teoria de la erentae de Cantillon; estos ensayos fueron el precedente de gran parte de lo que constituiria el cuerpo de principios de la escuela. Le formacién de esta fue facilitada por la proteccién que Mie. de Pompadour dispensaba a Quesnay y por su cargo de médico particular de Luis XV. En 1757, el ya famoso Victor Riqueti, Marqués de Mirabeau, autor de la popular obra L’ami des hommes, ou traité de ta population (1756-1760), después de una entrevista con Quesnay en su entresol del palacio de Versalles, se convirtio en su primer discipulo, y poco después en su colaborador més entusiasta y enérgico. ‘Los principios fundamentales de la escuela fueron formulados por primera vez en el Tableau économique, del que parecen haberse publicado tres vediciones+ en 1758-1759, Ia ultima acompafiada de explicaciones y maximas. La mayor parte de las ediciones’ posteriores del Tableau subrayan las ventajas de la aplicacion de los principios fisioeréticos. A mediados del decenio de 1760, Quesnay habia logrado cierto nimero de fieles discipulos, atraidos por sus escritos y los de Mirabeau, ppor las discusiones en sus residencias y por la convic- Gién de que en sus principios podian encontrarse solu- iones @ algunos de los males econémicos del pais. Entre dichos discipulos destacaron Nicolas Baudeau, Pierre Paul Mercier de la Riviere, Guillaume Francois, Le Trosne, Pierre Samuel Du Pont de Nemours y Anne Robert Jacques Turgot, que aceptaron muchos dogmas de la escuela, aunque no todos. Estos autores, junto con los miembros de segundo orden de la escue- Ia, publicaron gran cantidad de escritos que populari- zaron y aclararon las opiniones econémicas de Ques- nay, al principio sin modificar significativamente su contenido fundamental. Sin embargo, con el tiempo algunos de los discipulos de Quesnay se vieron obliga- dos a hacer ciertos dogmas econdmicos fisiocriticos ‘mis compatibles con la realidad cotidiana y a desarro- lar una doctrina del control judicial que contrapesara la del despotismo juridico y, por tanto, preservara el orden social. La influencia intelectual de los fisidcratas, grande en el decenio de 1760, experiment una répida decadencia después de 1770. Una combinacion de circunstancias ‘gener6 oposicion politica e intelectual. Muchos grupos particulares de intereses creyeron que saldrian perjudi- ‘cados econdmicamente por las medidas de politica eco- nomica patrocinadas por los fisiberatas, entre ellos los recaudadores de impuestos, los financieros, los manu- factureros, los terratenientes, los poseedores de privi- legios exclusivos y los que temian un aumento del precio del pan. Turgot, que habla alcanzado el cargo de inspector general, fue relevado del mismo en 1776, poco después de haber introducido ciertas reformas fisiocréticas; casi todas ellas fueron suspendidas, y se Suprimié la nica revista fisiocrética que quedaba. Los dogmas y recomendaciones de los fisiécratas fueron objeto de ataques tanto por parte de economistas (pe), SAMIENTO ECONOMICO: Pensamiento fisiocritico Forbonnais, Galiani, Graslin, Mably) como por parte ‘de no economistas (p. ei. Linguet, Necker, Voltaire). ‘Lo poco que quedsba de autoridad en dichos dogmas fue gradualmente climinado por La rigueza de las na- ciones, de Adam Smith, que se publico en 1776, dos aftos después de la muerte de Quesnay y ocho aos después de haber dejado este de escribir sobre temas econémicos. El interés por la fisiocracia no desaparecid por com- let, Siguen halléndose huellas del mismo todavia en fa literatura econdmica de principios del siglo x0. Las preocupaciones fisiocréticas continuaron estimulando El debate econdmico, y algunas reformas fisiocréticas fueron introducidas finalmente durante 1a Revolucion Francesa. La fisiocracia ejercid cierta influencia en toda Europa, particularmente en Austria, Baden, Polo- nia, Suecia y Toscana, ‘Supuestos previos y teorias. Los supuestos pre- vios y teorias fisiocrdticos se incorporaron en gran parte 2 los modelos fisiocriticos, los famosos Tableaux écono- miques, En la base del flujo auténomo entre las clases Sociales de dinero, bienes y servicios, incorporada a los tableaux idealizados, se hallaba una estructura de clases mas avanzada que la vigente entonces en Francia. En la estructura de los tableaux, la clase més amplia de las, tes, la productiva, que comprendia la mitad de la ‘po- ‘blacion, se dedicaba a la agricultura, la pesca y la mi- inetia, La clase propietaria, compuesta de terratenientes ¥ otras personas que vivian de las rentas de Ja agricul- ture, comprendia una cuarta parte de la poblacién, lo ‘mismo que la clase estéril, 0 artesana, que incluia el testo de la poblacibn. Con el tiempo era de presumir que Ia estructura de clases de Francia corresponderia & ese ideal; los fisiécratas, especialmente para Turgot, atentos a las fuerzas evolutivas que habian generado la estructura vigente, erelan que podrian generar la que Te sucederia. El flujo agregado nacional de producto y renta entre las clases se resumia en el Tableau. La clase productiva producia 5.000 millones de libras de producto; lo lo- fgraba con la ayuda de tierra tomada en renta de los ‘propietarios, una inversién de 2.000 millones de libras de anticipes anuales en. semillas, cultivo, etc., y una inversion pasada de periodo més largo por importe de 10,000 millones de libras de anticipes primitives en instruments duraderos, animales, etc., de la cual se reponia anualmente la décima parte. Por comodidad de exposicion, se suponian rendimientos constantes; un incremento de dos unidades de anticipos anuales daba siempre lugar a un incremento de cinco unidades de producto. Se aceptaba que la respuesta del producto al aumento de los anticipos anuales se hallaba condicio- nada tanto por la situaci6n de los anticipos primitivos ‘como de los anticipos inmobiliarios (es decir, inversiones relativamente permanentes en edificios,” roturacién, drenaje, etc.) efectuados por los propietarios en el pac sado. Solamente Turgot examin6 los rendimientos cre= cientes y decrecientes de los factores, pero en un con- texto completamente diferente. De los 5.000 millones de libras de reproduccién anual, o producto, 3.000 mi- Hones constituian reprises, 0 devolucin de los gastos efectuados por los fermiers que arrendaban la tierra, 2.000 millones en forma de anticipos anuales ¥ 1000 millones como gasto para el mantenimiento de os anticipos primitivos. .Los restantes 2,000 millones representaban el producto neto, equivalente moneta aproximado de lo que pasaba a los propietarios de los Powered by camScanner agricultores que cultivaban la tierra en un régimen de arriendo determinado competitivamente, que normal- mente suponia un arriendo anual aproximadamente igual al producto neto anticipado; este dinero se uti zaba en realidad por los propietarios para adquirir 1,000 millones de libras de producto de la clase pro- ductiva y de la-clase estéril, Esta recibla de la clase productiva 2.000 millones de libras de producto, que consumia o convertia en bienes elaborados y servicios para las necesidades de las otras dos clases y de ella misma, Utilizaba escaso capital, o ninguno, fijo y repo- ria su capital circulante en el periodo corriente de ‘produccién; por esta razén comparaba Turgot sus 2 ticipos con fos anticipos anuales de la clase productiva. En la base del Tableau se halle el postulado clave de Ia escuela, segiin el cual solo la clase productiva que ccultiva la tierra obtenia producto neto, mientras que la clase estéril inicamente Fecuperaba su gasto, y la clase propietaria, por ser disposable (es decir, no participan- do activamente en la continuacién del flujo econdmico circular), podia servir esencialmente a fines piblicos. La expansion de la economia y de la poblacion depen- dia, por tanto, de la expansion del gasto de la clase productiva y de la-expansién resultante del producto neto;’por consiguiente, la composicion del gasto era tan importante como su crecimiento y estabilidad. De ahi que los fisiécratas condenaran el luxe de décoration, © gusto excesivo de la clase estéril, pero no el luxe de subsistance, 0 elevado gasto en el sector productivo; Pues normalmente la desviaciOn del gasto de la clase productiva a la estéril reducia el gasto neto de la pri- ‘mera y, por tanto, reducia también el producto neto, y a Ja inversa. También condenaban las restricciones, impuestas por el hombre a la venta de Ia produccion (entre otras, las aduanas y otras barreras al comercio interior y exterior de productos agricola), el atesora- miento, la salida de fondos a paises extranjeros y la desviacion del dinero a circuitos que no pasaban por los mercados agricolas. Algunas de estas restricciones, pensaban los fisidcratas, tenfan su origen en la admi- nistracién de impuestos, en la deuda publica, en los ‘monopolios y privilegios especiales y en la ausencia de un régimen de libertad econdmica. Advertian que la demanda del producto tendia a aumentar al mejorar su calidad y al elevarse las rentas de las masas por encima del puro nivel de subsistencia; y trataron de demostrar que si el producto lograba un buen precio, mejorarian la Tenta agricola, el producto neto y la situacion econ6: ca de la poblacién, incluidas las masas populares. La teoria fisiocrética de los impuestos y Ia de los precios de los factores y de la distribucion fueron co- rolarios de su postulado segiin el cual solo el producto de la tierra da un excedente. Por ello, todos los impues- tos incidian en definitiva en el producto neto. Asi, pues, debia gravarse directamente ese excedente, con lo que se minimizaria el coste de recaudacién de los impues- tos, ademés de los efectos negativos de los mismos. Solamente el tercio completamente disponible del pro- ducto neto debia dedicarse a las funciones del Estado y de la Iglesia, entre ellas los anticipos soberanos para capital publico; en otro caso, seria demasiado pequefia la inversi6n en la agricultura. Los propictarios necesi- taban invertir alrededor de un tercio de su renta (es decir, del producto neto) en reparaciones y mejoras de su propiedad, y retener otro tercio como compensacin por los anticipos inmobiliarios y por asumir los riesgos y preocupaciones asociados con Ja propiedad. Sola- PENSAMIENTO ECONOMICO: Pe snsamiento fisiocratico clase productiva incluia un mente la renta bruta de Ia clase productiva inctiit itt ecio corr medi Ast pe name fers largo plazo), lo mismo que el precio corriente del producto podia superar temporalmente su preci fundamental, el precio del trabajo no incluia normal- mente un excedente; correspondia al nivel de subsis- tencia, presumiblemente eléstico al alza, y a otros cos- tes de reposicion de la poblacion. Aunque el esquema de Quesnay no podia tener congruentemente en cuenta la renta de los agricultores (o la de otros empresarios) de modo que incluyera un beneficio o excedente, sus seguidores trataron inadecuadamente de explicar lo que parecia ser un excedente de esa clase, y Turgot legd incluso a incluir en el precio +fundamentals un rendimiento normal del capital. Quesnay y algunos de sus seguidores intentaron tratar el interés como un coste sin excedente de la reposicién del capital, pero otros hubieron de considerar finalmente el interés como algo que incluia més que dicho coste. Los fisidcratas atribuyeron gran importancia al papel de la inversion. Quesnay y la mayoria de sus discipulos confinaron ese papel a la agricultura, La importancia atribuida a la inversién en los anélisis del producto neto se halla también presente en Ia comparacion de Quesnay de Ia agricultura grande y petite. La primera, en gran escala y con métodos técnicamente avanzados, cexigia una gran inversion de capital; la segunda, basada en métodos tradicionales y relaciones anticuadas pro- pietario-cultivador, utilizaba poco capital. La agricul- tura grande era mucho mis productiva que la petite; Ia sustitucién de la agricultura petite por la grande podia permitir durante algin tiempo la obtencion de rendi mientos crecientes del capital. Turgot fue mucho mas alld que Quesnay al declarar que la inversion era im- portante en la industria y el comercio, asi como en la agricultura, y al sugerir como se asigna a usos alterna- tivos de acuerdo con los rendimientos previsibles. En. este y en otros aspectos, Turgot, junto con Baudeau y Du Pont, entre otros, moderniz6 el esquema feudal en el que Quesnay y Mirabeau habfan encuadrado su ex- posicién, Los fisiécratas trataron de integrar sus opiniones politicas y filoséficas (no enteramente homogéneas) con sus concepciones de las economias real e ideal. Aun cuando valoraron, en una medida desigual, ei poder del egoismo y el funcionamiento de un sistema de precios interdependientes, junto con los papeles de Ja propiedad privada y un régimen de libertad econd- mica y competencia, también creian que el Estado podia epresentar un papel importante en el funciona- miento de la fisiocracia y en la consecucién de finali- dades trascendentes al individuo, pues existia un orden natural que era posible descubrir, siendo Ia puesta en prictica de sus principios esencial para la prosperidad y felicidad del hombre. Las leyes positivas han de reflejar ese orden, y un monarca limitado, 0 eautoridad tutelare, ha de expresarlo y apoyarlo, sujetindose a la aprobacién iiltima de un poder judicial competente para determinar si el derecho natural se interpreta co- rrectamente. La aportacién fisiocratica. La fisiocracia contri- buyé significativamente al desarrollo de la ciencia de la economia, y algunas de sus preocupaciones han conti- nuado interesando a los economistas y a otras personas, En Ja primera mitad del siglo xix la influencia fisiocré- tica se materializé en los debates sobre materias como 7a Powered by (@ CamScanner . .MIENTO ECONOMICO: Pensamiento socialista ~S el subconsumo y el origen, forma y papel del excedente Wevtensse, Gronces 1959 La physicravie a la Jin du gue de a econbmico, aun cuando estos temas fueron examinados en un contexto socioeconémico completamente dif rente del de Quesnay. El andlisis detallado de la fisio- cracia fue facilitado por la publicacién de cierto niime- 0 de obras fisiocraticas en 1846 bajo la direccién de Daire. Ya en el decenio de 1860, el modelo de flujo ‘ircular atrajo la atencion de Marx, cuyos esquemas de la reproduccién probablemente se inspiraron en aquel; y no mucho después, Walras desarrolld un tableau que considerd eandlogor al de Quesnay. Durante los guientes 40 a 50 afios se dedicd mucho trabajo cient!- fico a los fisidcratas. Al surgit, después de 1930, la teoria moderna del equilibrio 'y la macroeconomia, junto con.los modelos de contabilidad nacional y de input-output, aument6 el interés por los principales ‘componentes del sistema fisiocratico, tanto en Japon como en Occidente. Esta renovada atencién fue tam- bién estimulada por el resurgir del interés por una de las principales preocupaciones de los fisidcratas: el desarrollo econémico, Por otra parte, durante el medio siglo Ultimo han sido objeto de continua valoraci6n las, concepciones politicas y filosbficas de los fisidcratas. (o.¢.0] JoserHt J. SPENGLER [Véanse también las biografias de Queswav; TURGOT.] Gwen» Publicado oxiginalmence con el vulo Tableau ocono- ‘nique, Publicad ambien frmando parte dela obra de Mirabeau Louis XV: 1770-1774, Paris: Presses Universities de France. Woos, Hm 1980" Tie Tables snout of Fras ‘nay An Bias inthe Explanation of fis Mecham and a Cri Revie of the Interpretations of Mare, Bilimavic and On Stantewissenschafiche Studien, New Series, Vol. 7. Bern: Prancke. Ww PENSAMIENTO SOCIALISTA * En el medio siglo que precedid a la Revolucion Rusa de 1917 la doctrina dominante que inspir6 a los parti- dos socialistas més importantes de la Europa continen- tal fue el marxismo (0 alguna otra inspirada directa mente en el marxismo). Desde 1917 el marxismo se ha ‘convertido en la doctrina oficial del sector socialista del mundo (es decir, de Ia URSS, de China y de los paises de Europa y Asia asociados con aquellos). Por tanto, si (Queremos cstudiarlo historicamente, la descripcion y el dhalisis del pensamiento socialista deben hacerse sobre todo en términos de doctrina marxista. Esto decir que no haya habido otros credos social e rentes, e incluso rivales, que han tenido gran influencia ‘que ain encuentran amplio eco. Marx hablo de los RES case 2 Mr a cel do, y en contraposicion a los cuales denomino ssocia~ {ismo clentificor a su propia doctrina, Junto a estos, ha habido diversas variedades de ssocialistas éticos, entre de pintar el cuadro de una sociedad perfecta del futuro, deducible de los primeros principios tanto de morali- pe abi diversas vreeg‘soiaisas eristanos, que 3¢ Eouuos, eo Tie Eee Dest of Judicial Con- basan en este 0 poe ‘principio Sco couse alist e A a er ea basen en ea 928i gunidach os. " ; Francis Ques a a pysocratis. 2 vols. Edicion drigda por Alfred runidads, o en motivos sociales, como la aspiracion f Skea pact Nena Ete Demers SN “ootvacnes individuals epost. Hay : suc, El vl 1 conn nse obi Quon) SH" 7° guros todavia, como los fabianos en. Inglaterra y los : Guctay cn le pigs 301-3169 una bbligrais notads de obras llamados Kathedersozialisten y sus imitadores en el t SEU Seo ast helene) Cominene ah Sto, pleat or sos Sr ace Soe cectaioy de Ee fancies eco a eS ee igs of Quay: 1a, Healy, ne nee Canoe ; ‘Ea Reemenrin feto 1ooe Te ey coiene eie dl did ee atte Reve 30, Ne ALA a Psiorcy: Euay and list) con el étatisme, Por ello, antes de ocuparnos ‘ ThauletonsCambsidge, Mes? Harvard Univ. Press ~La del marxismo como una filosofia social vamos a decir 1 primera pare incluye taducciones de extractos de vatios aores, algo sobre los origenes histéricos y las variedades de 1 Eaeunds cua exer de Mash cd ns ees fern esas teoras no Marxistas. ‘ ae POs a. Concept of Economics, , El socialismo utépico. El autor de uns obra sobre ‘ ss Taonigi9_TheFara sa pada oesiata {Grey 1942) comienes Con Mote Quesway, Franicors 1756 Fermiers. Vol. 6, pags. $28-540.en Ency- és, Licurgo y Platon, pasando por los esenios y los : pepliiou diconnaiee raison des sciences, des arts et des mdtiers. primeros Padres de la Iglesia hasta legar a Santo 1 qm |_‘Tomés de Aquino y Tomds Moro. Efectivamente, Pla- ona Fran 1757_ Grin Vo 7, pl 812-31 9 Evo yon y Moro hn sido citados como precusores en mu- ' Paris: Briasson, chos trabajos sobre la materia. Este articulo no va a 1 Quesnay, Frawcons (1758) 1766 eee Table: An At- llegar ee Nos contentaremos con sefialar los i tempt Towards Ascertoining and iting the Source, Progress, escritores del siglo xvii y primeros afos del x1x que, ; eo erat a wi eaten yt Be a os del mx que, ‘ Pier ght yy a Se | Cds homes Quasar, Prous Overt donnigua ty, fendacu du Nutone placate saute Warne J. oot” the Physacrate Theary of Property and State, Quarterly Journal of Emons 13.9611, sasuees, Warne J. 1582. ‘The Physocraie Theory of Economie Poly, Quarry Jour! of Economia 1145-182 seenct Jose,” 1985 The Phyeacats sd So's Law of Mac- ri ota of alta Eemony 33:88, 17-3 junenie, Guoncts 1910 Le moment phytocatinn tn France 1736 41700, 2 va Paes Alea Wooten, Gronces 1950 La phyasraie wut le intr de Pied Nake (1774-1781). Paris: Presses Universitaires de dad como de racionalidad y alcanzable solamente si la Humanidad era suficientemente razonable 0 buena. Entre ellos, podemos citar a Mably, contemporineo francés de Adam Smith, que, en una serie de didlogos cuasiplaténicos, formulé una critica de la institucion de la propiedad privada y que opinaba que la Naturaleza hha destinado a todos los hombres a ser iguales. Afirms- ba que la institucion de 1a propiedad privada anula la primitiva y natural jgualdad de los hombres y hace posible que el indolente e improductivo viva a expen- sas del activo ¢ industrioso. Otra figura del siglo xvitt que atacb la irracionalidad de la sociedad real y dio Powered by (@ CamScanner

También podría gustarte