Está en la página 1de 11

Gracia a Vosotros :: desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez

La adopción del creyente


Scripture: Gálatas 4:1-11
Code: GAV-48-19

Estamos regresando al libro de Gálatas para ver la siguiente sección aquí, y esa sería el capítulo 4.
Entonces puede abrir su Biblia en Gálatas capítulo 4. Y comenzaremos por lo menos examinando el
tema de los hijos de Dios, los hijos de Dios. Y la doctrina, la doctrina maravillosa de la adopción. A
manera de recordatorio, todas las religiones, todas las religiones sin excepción, todas las religiones
como también las formas falsas del cristianismo, y hay muchas como ellas, enseñan que la gente es
librada del juicio, salvada del castigo divino, mediante sus propias obras. Obras de moralidad, obras
de religión, y eso claro es la gran mentira de Satanás, y ha cubierto el planeta a lo largo de toda la
historia humana desde la caída.

El evangelio, el evangelio verdadero de la salvación por la fe únicamente, independientemente de


las obras, había sido sepultado bajo el poder montañoso, monolítico de la iglesia católica romana
durante mil años hasta la reforma. La reforma consistió en recobrar el hecho de que la salvación era
por la fe únicamente y no por la fe más las obras, como el sistema romano siempre había dicho, y
todavía lo dice. No podemos malentender el evangelio sin deshonrar a Dios, deshonrar a Cristo,
deshonrar al Espíritu Santo, confundir a la iglesia y perder el poder de nuestra misión en el mundo.
Debemos entender el evangelio verdadero. Aquí estamos quinientos años después de la reforma, y
la iglesia de Jesucristo, la iglesia profesante de Jesucristo todavía está tratando de entender el
evangelio. No es sorprendente debido a que Satanás trabaja muy duro para derrotar la verdad y
colocar el error en donde la verdad ha sido quitada.

Entonces siempre estamos en toda generación peleando por el evangelio verdadero. La mayoría de
los protestantes evangélicos creen que la salvación es por la fe y obras, esa es la razón por la que
hubo una reforma para deshacer esa herejía. Aquí estamos de nuevo necesitando esa reforma
nueva. No es solo gente que son cristianos falsos, los que creen que la salvación es mediante la fe y
obras, sino que hay cristianos verdaderos que han sido engañados, como leímos al principio del
capítulo 3, “Oh, gálatas insensatos, ¿quién os ha engañado?” Gente que ha sido engañada, que ha
sido turbada al creer en un evangelio distorsionado, aunque ellos mismos fueron convertidos al
creer en el evangelio verdadero. Es posible que los creyentes verdaderos sean engañados y estén
confundidos y acepten un evangelio falso, y por lo tanto sean ineficaces y eventualmente inútiles en
la proclamación del evangelio verdadero.

El apóstol Pablo aquí, está escribiéndole a iglesias en región de Galacia alrededor del Mediterráneo.
En el primer siglo, él había plantado iglesias en varias ciudades al predicar el evangelio de la gracia
únicamente mediante la fe únicamente, en Cristo únicamente, para la gloria de Dios únicamente.
Pero algunas personas judías habían venido desde Jerusalén, diciendo ser creyentes en Cristo,
diciendo haber sido enviados por Jacobo, quien fue el hermano de nuestro Señor y la cabeza de la
iglesia en Jerusalén, y enviados con el mensaje de que creer en Cristo no es suficiente, deben ser
circuncidados según la ley de Moisés y deben adherirse a todas las prescripciones que están en la
ley mosaica. La salvación, dijeron ellos es cuestión de fe, pero también cuestión de obras. Pablo
dice, esto es una distorsión del evangelio, es otro evangelio que no es un evangelio en absoluto, él
dice eso en el capítulo 1 y cualquier persona que predique este evangelio distorsionado debe
condenado, él dice eso dos veces ahí atrás, en el capítulo 1.

La gente sigue predicando un evangelio distorsionado inclusive en la actualidad y de esta manera


hemos llegado al libro de Gálatas, el cuál fue el libro que Lutero estaba leyendo un par de años
después de que él clavó sus tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg. Él estaba leyendo
Gálatas y fue entonces, al leer Gálatas y también Romanos cuando él fue convertido un par de años
después de que él había clavado sus tesis de protesta. Él conocía el sistema religioso, él sabía que
estaba mal, pero aún no se había convertido hasta que el poder del libro de Romanos y Gálatas
sacudió su alma en las manos del Espíritu Santo. Tenemos que regresar y asegurarnos de que
entendemos el evangelio, y entonces el libro de Gálatas es un libro para todos los creyentes en
todos los lugares y todos los tiempos en la historia de la iglesia para asegurarnos de que estamos
aferrándonos a la verdad, y proclamando la verdad que únicamente salva.

Pablo es apasionado por el evangelio verdadero, él es agente de su aclaración, es Dios quien lo


escogió para escribir trece cartas en el Nuevo Testamento, y delinear la esencia del Evangelio. Él
corazón del mismo es que la salvación es mediante la fe, independientemente de las obras y él
escribe Gálatas para reafirmar esto. Y le recuerdo por ejemplo del capítulo 2 versículo 16, en donde
él dice, “un hombre no es justificado”, esto es declarado recto por Dios, “un hombre no es justificado
por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús”. Inclusive nosotros hemos creído en
Cristo Jesús, de tal manera que seamos justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley.
Debido a que por las obras de la ley ninguna carne será justificada.

Él dice lo mismo tres veces en un versículo. No es por la ley, no es por la ley, no es por la ley, es por
la fe en Jesucristo. Ahí en el capítulo 3, y en el versículo 6, él usa Abraham como una ilustración. Él
dice, “Abraham creyó a Dios y le fue contado a él por justicia.” Abraham fue salvo de la misma
manera en la que toda persona es salva por la fe en Dios. Y ahora que Cristo ha venido, la fe en
Cristo es requerida, pero la salvación es por la fe. Versículo 9, “aquellos que son de la fe, son
bendecidos por Abraham, el creyente”. Versículo 11, “que nadie es justificado por la ley ante Dios,
es evidente. Porque el justo por la fe vivirá”. Y ahí Pablo a Habacuc capítulo 2, versículo 4 del
Antiguo Testamento. El profeta está diciendo la salvación es por la fe. Él lleva este tema hasta el
capítulo, llegando hasta el versículo 22, la Escritura ha encerrado o ha encarcelado a todos bajo
pecado, de tal manera que la promesa, la promesa de salvación que vino originalmente a Abraham,
y mediante Abraham al mundo, la promesa por la fe en Jesucristo pueda ser dada a aquellos que
creen.

Versículo 24, “la ley se ha convertido en nuestro ayo para llevarnos a Cristo, para que seamos
justificados por la fe”. Versículo 26, “todos vosotrois sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo
Jesús”. Este es el corazón maravilloso de la salvación, no es algo que usted se gana, es un regalo
que usted recibe al creer. Somos justificados por la fe, justificados significa que Dios declara al
pecador justo, o recto a sus ojos debido a que el pecador cree en el Señor Jesucristo. Dios
considera, ha dicho pecador que cree, como el destinatario de su propia justicia. Esta es una
realidad sorprendente que Dios justifica a los impíos que creen. ¿Cómo es que Dios puede hacer
eso? Él puede hacer eso porque Cristo pagó el castigo por nuestros pecados. Regrese al capítulo 3,
recuerde, versículo 10, “Todos aquellos que son de las obras de la ley están bajo maldición. Escrito
está, maldito todo aquél que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para
cumplirlas”. Si usted en algún punto quebrantara la ley de Dios, usted es maldecido, es maldito.
Después leemos esta afirmación maravillosa del versículo 13, “Cristo nos redimió de la maldición de
la ley, habiéndose convertido en una maldición por nosotros”. Esto es de lo que hemos estado
hablando, Cristo toma nuestro lugar en la cruz, él muere una muerte sustitutiva, él es nuestro
sustituto, él está en nuestro lugar, él paga el castigo por nuestros pecados, su justicia nos es dada,
porque nuestros pecados fueron colocados en él, él vivió una vida perfectamente recta que es
acreditada a nuestra cuenta. Nosotros vivimos una vida totalmente pecaminosa que fue acreditada a
su cuenta, y por lo cual él sufrió la ira divina y tomó nuestro castigo.

Pablo ha estado presentando un contraste entre lo que la ley hace y lo que la fe hace, y no pueden
ser mezclados. Cuando los judaizantes vinieron y dijeron es fe más obras, mezclaron cosas que no
pueden ser mezcladas. La ley tiene un propósito, de regreso en el versículo 19 del capítulo 3,
“porque la ley”, no para salvar, “fue añadida debido a las transgresiones”. ¿Por qué la ley? Y le di a
usted cuatro razones para la ley. Razón número uno, para definir el pecado en su nivel más amplio.
Obviamente hay una ley escrita en el corazón de todo mundo, y todos tenemos una conciencia,
entonces todo mundo sabe lo que está bien y lo que está mal. Y lo saben porque la ley de Dios está
escrita en el corazón, pero esa no es una ley completa y entonces Dios reveló Su ley a Moisés y en
toda su totalidad para definir el pecado en el nivel más amplio posible.

En segundo lugar, él reveló su ley para demostrarnos que el pecado no solo es algo que está mal
con nosotros, es algo que está fuera de línea con nosotros, que afecta nuestras relaciones con otras
personas y trae malas consecuencias, en cierta manera, de manera natural. Pero la violación de la
ley, es de hecho rebelión abierta en contra de Dios, es un crimen elevado. La ley entonces dice que
el pecado es más que un defecto, es un acto de rebelión en contra de Dios.

La tercera razón que Pablo nos dice que hemos recibido la ley es para que entendamos qua
habiendo violado la ley, y habiéndonos rebelado contra Dios, estamos bajo la sentencia de muerte.
La muerte viene a todos los hombres, la paga del pecado es muerte, preguntamos ¿porque hay
muerte?, ¿porque hay muerte? Porque todo mundo es un quebrantador de la ley, la paga del
pecado es muerte.

Y la cuarta razón por la que Dios envió la ley. La ley fue establecida desde Moisés a Jesús durante
todos esos cientos de años, fue para demostrar que la ley no podía salvar. Estuvo en las manos de
la gente judía que tuvieron la mejor oportunidad de cumplir la ley, obedecer la ley, juraron que lo
harían, hicieron un juramento de sangre ahí atrás en Éxodo 24, de que obedecerían la ley, no
obedecieron la ley, de hecho, violaron el primero de los mandamientos el cual era no tener dioses,
se entregaron a la idolatría, violaron la ley de Dios en todo punto. En ultimas el juicio cayó sobre sus
cabezas, fueron llevados en la cautividad, fueron sacados de su tierra, y en cierta manera hay
algunos que gota a gota están ahí aún en la actualidad, pero Israel todavía existen desobediencia,
apostasía, y rebelión en contra de Dios en un sentido colectivo.

Entonces, la ley de Dios tiene un propósito, su propósito es definir el pecado, declararlo como
rebelión, pronunciar una sentencia de muerte, y probar históricamente por la ilustración de Israel,
que la ley no salva a nadie. Esa es la ley. No tiene la intención de salvar, tiene la intención de hacer
exactamente lo que acabo de decir. Lo único que salva es la fe, fe en Dios, fe en Jesucristo.
Entonces, Pablo está presentando esa distinción entre la ley y su obra, y la fe y como recibe la
promesa.
Juan Wesley fue el iniciador de un grupo de personas en Inglaterra, llamado ‘El Club Santo’, ese es
un nombre bastante osado que adoptaron, una especie de auto declaración. En sus días después
de su graduación en Oxford, él fue parte del Club Santo. Juan Wesley fue el hijo de un predicador, él
fue muy religioso en su vida personal y práctica. Él fue externamente moral en su conducta y él
estuvo lleno de buenas obras externas. Él y sus amigos, dice él, visitaban las prisiones y a los
prisioneros, iban a las casas de trabajo en donde estaban los pobres, trataban de traer alivio a los
pobres, se compadecían de los niños que estaban en basureros, proveían alimentos para ellos, ropa
para ellos, inclusive fundaron, proveyeron educación para la pobreza horrenda que se mostraba en
los niños que estaban en basureros, muchos de los cuales eran huérfanos.

Él y sus amigos observaban el día de reposo el sábado, y guardaban el día del Señor el domingo.
Entonces, tanto el sábado y el domingo se apegaban de manera minuciosa a sus preocupaciones
religiosas, daban generosamente limosnas a los pobres, y a la iglesia, leían la Biblia, ayunaban,
oraban. De esta manera eran ‘El Club Santo’. Pero Juan Wesley dijo que él y sus compañeros
estuvieron encadenados en las cadenas de su propia religión de justicia personal, y no confiando
plenamente en Cristo. ¡Que afirmación! Encadenados en las cadenas de su propia religión de
justicia personal, y no confiando plenamente en Cristo. ¿En que estaban confiando? Estaban
confiando en sus obras para su salvación.

Unos cuantos años después, Juan Wesley en sus propias palabras dijo y cito, “Llegué a confiar en
Cristo, en Cristo únicamente para salvación” (fin de la cita). Y después fue que él experimentó por
primera vez en su vida, lo que él dice que fue la certeza de que sus pecados habían sido
perdonados. En ese punto, el punto de su conversión, él miró hacia atrás a sus días en el Club
Santo y él escribió esto, “En ese entonces, tenía la fe de un esclavo, y no de un hijo”. ¿Qué quiso él
decir con eso? tuve la fe de un esclavo porque estaba en esclavitud a la ley, no tenía la experiencia
de la libertad de ser un hijo.”

Él se estaba refiriendo a Gálatas 4, permítame leerle algo de Gálatas, comenzando en el versículo


1, “Pero también digo entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es
señor de todo, sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así
también nosotros, cuando éramos niños estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, y nacido bajo la
ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Y por cuantos sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de Su Hijo, el cual clama:
“Abba Padre”. Así que ya no eres esclavo, sino hijo, y si hijo también heredero de Dios por medio de
Cristo”.

Juan Wesley dijo, “éramos esclavos y no hijos”. Y eso es exactamente el lenguaje del versículo 7.
¿Qué significa eso? ¿Qué significa cuando él dice, era un esclavo? Él quiere decir que él era un
esclavo a la ley. Y la ley es un amo brutal y cruel. Porque no importa cuánto se esfuerce usted por
hacer obras buenas. Usted no puede hacer lo suficiente, y no puede evitar el pecado. Y entonces la
ley se convierte esencialmente en el ejecutor de usted. Usted viola la ley y la sentencia de muerte es
pronunciada sobre usted. La ley, llevándolo a usted a ese punto de desesperación entonces tiene el
propósito de regreso al capítulo 3, versículo 24, de convertirse en un ayo, un paidagógos, una
persona que tiene la intención de cuidar de un niño, antes que en cierta manera era una especie de
guardián personal. La ley fue ese guardián que tuvo la tarea y la responsabilidad de llevarnos a
Cristo para que fuéramos justificados por la fe. La ley es para mostrarle a usted el infierno, como la
realidad inevitable al final de su vida. Y de esta manera en su desesperación, llevarlo a Cristo, a
quien usted recibe mediante la fe, y la fe únicamente.

Ese es el mensaje de Pablo a lo largo de Gálatas. Y aquí en el capítulo 4, él continúa con la misma
verdad de nuevo, presentando un contraste entre la condición del hombre cuando él está bajo la ley
y con su condición en Cristo, cuando él es el destinatario de la promesa, como él pasa de la
esclavitud a la ley, a la libertad en Cristo. Ahora, dice usted, bueno ¿porque otra vez hemos cubierto
esto? lo hemos cubierto, ¿es esto repetitivo? No, en lo absoluto, más bien en lugar de ser repetitivo
es expansivo, amplia nuestro entendimiento en maneras profundamente maravillosas y ricas. Y
mantenga en mente, esto es tan importante, la importancia absoluta de la verdad del Evangelio está
en el corazón de la misión de la iglesia en el mundo. Y es casi como si no pudiéramos decir lo
suficiente acerca de esto para que todo mundo entienda el mensaje. El tema todavía es la
justificación por la fe únicamente en Cristo únicamente, pero los términos son profundamente ricos,
conforme llegamos a entender la doctrina de la adopción, lo que significa ya no ser un esclavo, sino
ser un hijo.

La doctrina de la adopción es una de las doctrinas más preciadas de todas las doctrinas cristianas,
rodeando a la realidad de la salvación usted tiene la doctrina de la regeneración, usted tiene la
doctrina de la justificación, usted tiene la doctrina de la conversión, usted tiene la doctrina de la
unión, usted tiene la doctrina de la santificación, pero también tiene usted esta doctrina maravillosa
de la adopción. Si usted ve tan solo unas páginas a la derecha, al capítulo 1 de Efesios, al primer
capítulo de Efesios cuando Pablo habla de bendición, el hecho de que somos bendecidos, versículo
3, “con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”, él añade, “según nos escogió
en él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de
él, en amor él nos predestinó para ser adoptados como hijos de mediante Jesucristo.”

La doctrina de la elección es con el propósito de la doctrina de la adopción, él nos escogió para que
el pudiera adoptarnos, y eso esencialmente es lo que es la adopción. Es cuando usted escoge a
alguien para que sea su hijo. Eso no sucede en el nacimiento, usted simplemente recibe lo que se
aparece. Usted no tomó una decisión y yo sé que después de un rato a muchos de ustedes les
hubiera gustado que fueran considerados un poco más en la opción que se hizo a favor de ustedes,
o en su lugar. Pero la adopción es donde usted escoge y usted toma a un hijo que esencialmente
viene de otra familia. Esa verdad gloriosa es parte de la multiplicidad de las glorias de nuestra
salvación, fuimos elegidos por Dios de un mundo de pecadores para convertirnos en sus hijos
adoptados.

Ahora, en estos siete de versículos de apertura, aprendemos tanto de las maravillas de esta obra de
Dios llamada la adopción. Vamos a llamarla, hechos hijos. Comencemos con la preparación para
ser hechos hijos. La preparación, en los tres versículos de apertura. “Pero también digo, entre tanto
que el heredero es niño”, (la palabra para niño es népios, significa bebé, infante), “en nada difiere
del esclavo, aunque es señor de todo, sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo
señalado por el padre”. Muy bien, ahora esa es la ilustración simple, esa es la analogía simple,
Pablo comienza al decir, ‘usemos una ilustración natural para presentar el punto’. Un hijo podría ser
un heredero, él podría ser un heredero, pero él no difiere en absoluto de un esclavo, aunque él es el
dueño de todo. Porque como un infante él está bajo guardianes y gente que lo cuida hasta la fecha
establecida por el padre, cuando él pueda entrar a su herencia.

En el mundo antiguo el proceso de crecer era identificado de manera mucho más dramática, en la
cultura en la que vivimos, ni siquiera sabemos lo que alguien ya que creció significa. tenemos a
treintañeros que no han crecido. Tenemos a niños de diez años que han sido tan sobrexpuestos a
cosas en el mundo que su manera de pensar es de adulto. Nosotros no definimos eso, hemos
borrado esos momentos que definen de manera tan clara el crecimiento humano, y hemos creado
una especie de cultura entre la niñez y la etapa adulta, y la llamamos la adolescencia, es una cultura
de irresponsabilidad, primordialmente. Pero en el mundo antiguo usted pasaba de ser un niño a ser
un adulto. Usted no tenía un punto medio. En el mundo judío, un niño en su cumpleaños número
doce, era preparado para venir al primer día de reposo después de su cumpleaños, y su padre lo
llevaba a la sinagoga. Y él era presentado en la sinagoga, presentado al rabino y se le decía que él
ahora era bar-mitzvah, un hijo de la ley.

Él ahora pasaba de estar en las manos de su padre, y él ahora es responsable ante Dios por su
adherencia a la ley. El padre pronunciaba una bendición, esto es lo que un padre judío decía:
“Bendito eres tú oh Dios, quien me has quitado la responsabilidad de este niño”. Ahora, si usted no
cree que hay un cambio en el mundo imagínese, entregar a su hijo de doce años y darle libertad,
quitando sus manos de la responsabilidad que usted tenia, lo que el padre quería decir con eso, no
era irresponsabilidad, sino que el niño ahora está sujeto a ti, y a tu ley. El niño entonces oraba la
siguiente oración: ‘Oh mi Dios, y Dios de mis padres, en este día solemne y sagrado, el cual marca
mi paso de ser un niño a ser un adulto, un hombre, humildemente levanto mis ojos a Ti, y declaro
con sinceridad y verdad que a partir de ahora guardaré tus mandamientos y llevaré la
responsabilidad de mis acciones delante de ti. Eso es Bar-Mitzvah, ese fue un bar-mitzvah
verdadero y antiguo, no como son los bar-mitzvah contemporáneo. Es un grupo de personas que se
reúnen para darte dinero, primordialmente.

Pero esa era una línea que dividía de manera clara la vida. Y la gente en esa edad, entonces
contemplaba el matrimonio. En Grecia, era muy parecido. El niño estaba bajo el cuidado de su
padre hasta cierto tiempo, quizás un poco después que los niños judíos, a la edad de doce, algunos
años después de eso. Pero los Atenienses, por ejemplo, eran divididos entre clanes. En algún punto
a un niño se le asignaba un clan. Un festival muy especial se llevaba a cabo, llamado una Apaturia,
y el niño entonces venía a ese festival y la señal de que él había llegado a un punto responsable en
la vida, era de que su cabello largo era cortado. Yo sé, algunos de ustedes, mamás están diciendo,
¿podríamos por favor tener un Apaturia en nuestra casa? Su cabello largo era cortado, y a la niña
también se le cortaba su cabello largo y se ofrecía al dios que era su ídolo. Unos cuantos años
después de haber sido presentado a un clan, él se convertía en un ephébos, la palabra es ‘cadete’.
De ahí obtenemos esa palabra. Y durante dos años, él era un cadete, él era un ephébos, y él estaba
bajo la dirección del estado. Es como entrar en algún tipo de servicio civil, para que usted sea
preparado para ser un ciudadano bueno.

Bajo la ley romana, el año era fijado en algún punto entre la edad de catorce y diecisiete, la familia
tenía un festival sagrado llamado Liberalia. El niño era llevado al foro en Roma, y era presentado a
la vida pública, era un día definitivo, era el fin de la niñez, era el principio de la edad adulta y el
símbolo de este día para el niño y la niña era que traían sus juguetes. Traían sus juguetes y
colocaban ahí todos sus juguetes, y de manera tangible hacían a un lado las cosas de niños. Pablo
toma esa idea y aquí es lo que Pablo tiene en mente. Todo mundo en el mundo antiguo sabía, que
había un tiempo en el que un infante entraba a la etapa de la responsabilidad, hasta ese entonces él
no difería de un esclavo. Él podía ser el heredero de un patrimonio increíblemente grande, él pudo
haber tenido poder latente, y un día ese poder sería de él, de él por promesa. Pero todavía no en
experiencia, todavía es un niño y por lo tanto todavía está bajo guardianes y gente que lo cuida.
Aunque él es el heredero, y aunque él es el que un día poseerá todo esto, el dueño legal, el amo de
todo, durante la niñez él no es mejor que un esclavo en este sentido. Él no le dice a nadie que haga
algo, le dicen a él. Él es heredero por derecho, pero él no es heredero de facto, no es heredero de
hecho.

Mientras que él es un niño, él está bajo guardianes y gente que los cuida. Guardianes y
administradores sería como paidagógos, el tutor, eran esclavos, esclavos en los que confiaba la
familia, era los que cuidaban del niño, muy parecido a sus mentores y sus guardianes, cuidaban del
niño como el paidagógos del que hablamos allá atrás en el versículo 24, el capítulo 3. Él no puede
recibir su patrimonio, él no puede administrar su patrimonio, el de hecho no puede tomar su
herencia, la promesa está esperando, pero su espera es su madurez. Mientras que él es un niño, él
no es diferente de un esclavo, él recibe órdenes, él no las da hasta la fecha establecida por el padre.
Ahora, recuerde, hablamos de tiempos muy definidos, el padre establecía la fecha. Esta es la fecha
cuando tú te conviertes en un hombre, cuando tú te conviertes en alguien responsable a la ley, a la
ley de la tierra, si eres un griego-romano. A la ley de los dioses o a la ley del Dios verdadero si eres
un judío. Era un tiempo establecido fijado. Este es el retrato.

Así, versículo 3, “así también nosotros”. Ahora, él pasa de la ilustración a la aplicación. “Así también
nosotros, cuando éramos niños estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo”. Ese es el
periodo de tiempo antes de que nos convirtiéramos en hijos maduros, antes. Esto es verdad de los
judíos, los judíos en un sentido, a los judíos se les dio la promesa. La promesa vino a Abraham, a
través de Abraham iba a ir a Israel y al mundo. Fue reiterada como hemos dicho a través de David,
a través de los profetas, y el Nuevo Pacto, la promesa de la salvación fue dada, la herencia estaba
esperando, pero no estaba disponible para aquellos que estaban en la infancia.

Un infante está en la esclavitud, aquellos que controlan su vida. Y Pablo dice, ‘mientras que éramos
niños estábamos en esclavitud, bajo las cosas elementales del mundo’. Para el judío, su esclavitud
esencialmente era definida por la ley escrita de Dios, como también por la voluntad de su padre.
Para el gentil su esclavitud también, por la ley de Dios, pero la ley de Dios escrita en su corazón,
porque él no tenía una ley escrita, y también por las decisiones de su padre. Y así como los padres
creaban esclavitud para sus hijos, así también la ley, la ley escrita en el corazón para los gentiles, la
ley escrita en las escrituras para los judíos, creaba un tipo de esclavitud y realmente nunca somos
liberados de esa esclavitud hasta que nos convertimos en hijos maduros.

Ahora, observe esa frase, “los rudimentos del mundo”. Esto ha causado que algunas personas
tengan algo de lucha, ¿qué es lo que exactamente esto significa? Y si usted ve Colosenses 2 por un
momento, recordará que se lo leí antes, versículo 8, “Mirad que nadie los lleve cautivos mediante
filosofías y engaños vacíos, según las tradiciones de los hombres, según los rudimentos del mundo
en lugar de según Cristo.” Y después ahí, en el versículo 20, de ese capítulo, “Si habéis muerto con
Cristo a los rudimentos del mundo”, ¿cuáles son los rudimentos o principios elementales del
mundo?, son las cosas a las que usted era cautivo antes de Cristo, lo que sea. Sea cual sea esa
esclavitud, para un gentil sería, si usted está viendo Colosenses, sería esto, filosofía, engaño vacío,
tradiciones de hombres, a los gentiles.

O sería ahí en el versículo 21, ciertas reglas, decretos, no toques, no gustes, no palpes. O ahí en el
versículo 23, la apariencia de sabiduría en religión auto inventada, de humillación personal, trato
severo del cuerpo, religiones que piensan que la santidad es alcanzada mediante la flagelación, y
aplicar dolor en usted mismo. Eso es una forma de rudimentos o principios elementales del mundo,
pero así también es la ley de Dios. Si estamos hablando de judíos, dice en el versículo 3, “Éramos
niños que estaban en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Inclusive la ley es algo elemental.
¿Cuál es esta palabra en el griego? Stoicheia, significa cosas alineadas, literalmente significa cosas
en una fila. Es una palabra que usted usa en la escuela elemental, A, B, C, D, E, F, G, uno, dos,
tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, simplemente identifica cosas simples. Toda la religión, no
importa cuán sofisticada pueda parecer, inclusive el judaísmo, toda la religión realmente es
elemental, elemental. No hay una madurez real en ninguna religión básica, la ley era una forma de
religión que era elemental, era elemental. Y si usted se quedaba ahí era condenado. El punto era
pasar de ahí a Cristo. En Cristo viene la madurez completa.

Los principios elementales del mundo podrían ser filosofía. Bueno, ¿qué quieres decir con filosofía?
Cualquier idea impía que se levante en contra de la verdad de Dios, tomando el lenguaje de 2da
Corintios 10. Cualquier impía que se levante en contra del conocimiento de Dios. Tradición. ¿Qué es
tradición? Simplemente el patrón del pasado perpetuado de manera interminable hasta el presente.
Esta es una especie de ABC, uno, dos, tres, una forma de religión simple, simplista, elemental. La
religión sin Cristo es elemental, la religión sin Cristo es inmadura. Romanos 1 dice que, “profesan
ser sabios, pero son necios”. Toda la religión fuera de Cristo es elemental.

Entonces, eso es lo que él está diciendo. Conforme hablamos de un niño estando en nivel básico de
la escuela, todos estábamos ahí cuando estábamos bajo la esclavitud a la religión y a la ley, es
meramente el ABC. No está mal si usted resulta ser un judío, porque la ley de Dios es santa, justa y
buena, y le enseña a usted la verdad. Entonces, si usted va a estar en la escuela a un nivel
elemental, sería mejor estar en el judaísmo o en las Escrituras ahora del Nuevo Testamento para
que por lo menos usted conozca la verdad. Pero todos nosotros estamos encarcelados, estamos en
esclavitud en nuestra infancia, lo cual es nuestra condición pre-salvación, incapaces de tomar
nuestra herencia, porque no hemos llegado a la edad adulta.

Entonces, esa es la preparación para ser hijos, simplemente unos cuantos comentarios acerca del
segundo punto, el cumplimiento de ser hijos. El cumplimiento de ser hijos, “Pero cuando”, aquí viene
el punto de quiebre, “pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos.” Esto es simplemente lenguaje glorioso. “Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo”. El tiempo de Dios fue perfecto, Dios es paciente, la ley estuvo en
existencia durante cientos y cientos de años, cuando Cristo finalmente vino, con Cristo vino libertad
de la ley y la edad adulta.

La esclavitud fue larga, la esclavitud fue dura, pero cuando vino el cumplimiento de los tiempos, eso
simplemente se refiere a la nueva época de salvación, la llegada de Cristo, la edad mesiánica.
¿Cómo sabes eso? “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo.” Eso marca
la culminación de la historia humana. La esclavitud había sido larga y dura esperando a que un
redentor nos liberara. El cumplimiento del tiempo, el tiempo perfecto, el tiempo exacto. Inclusive
desde un punto de vista humano fue un tiempo perfecto, la ley fue conocida por los judíos, y
después de la cautividad babilónica, cuando regresaron a la tierra, nunca más adoraron a un ídolo.
La idolatría literalmente había sido quitada de ellos en su cautividad.

Entonces, en términos religiosos la cautividad babilónica había resultado en que Israel finalmente se
volviera de los ídolos y se concentrara en el único Dios verdadero. Eso limpió el camino en un
sentido, en cierto sentido, para la venida de Cristo. También el canon del Antiguo Testamento ya
había sido terminado por un buen tiempo, y tenían la ley y los profetas y los escritos sagrados, tan
necesarios para entender a Cristo. Esa es la razón por la que él dijo, “Si conocieran las Escrituras,
sabrían quién soy yo”. Culturalmente Alejandro Magno había hecho que fuera un mundo griego, lo
cual significaba que había un idioma en común, que se extendía por todos esos grupos étnicos
múltiples en toda el área del Mediterráneo, todos conocían un idioma en común, griego, el cual
entonces permitió que los libros del Nuevo Testamento fueran escritos en un idioma que todo
mundo podía leer.

Y después políticamente la pax romana, el poder del Imperio Romano que abarcaba tanto, había
construido caminos en todos lados para que el evangelio pudiera entonces ser llevado al mundo.
Leemos de eso en el libro de Los Hechos, entonces inclusive desde el punto de vista de
simplemente ver lo que estaba pasando en el mundo, era un gran tiempo. Y más importante que
eso, era el tiempo perfecto de Dios. Él envió a Su Hijo, no dice que Él creó a Su Hijo, dice que Él lo
envió. Él ya existía, “en el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Pero
Juan 1:14 dice, “Aquel Verbo fue hecho carne”, el Hijo eterno se convirtió en hombre, Dios envió a
Su Hijo, Él es Dios, Él es la representación exacta de Dios, Él es Dios en carne humana, y vimos
dice Juan su gloria, “gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”

Y esa es la razón por la que los evangelios del Nuevo Testamento, presentan un mensaje tan claro
de la deidad de Jesucristo. Él no llegó a existir en este punto, ya existía, Dios simplemente lo envió.
Él es llamado en Lucas 1:32 y 35 “el Hijo del Altísimo”, eso quiere decir que Él lleva la naturaleza del
Dios Altísimo mismo. A él en su bautismo Dios le dijo, “Tu eres mi Hijo amado”. Dios envió a Su Hijo,
él es deidad, pero no solo deidad, él dice que fue nacido de mujer, él fue nacido de mujer,
humanidad completa, humanidad completa. Él tuvo que ser Dios para cumplir la persona divina,
vencer al pecado y la muerte, pero él tuvo que ser hombre para ser el sustituto por nosotros. Él tuvo
que ser Dios para tener el poder de una vida eterna, él tuvo que ser Dios para conquistar el pecado,
pero él tuvo que ser hombre para tomar el lugar del pecador, él es el sacrificio perfecto, él es
hombre, nuestro sustituto, él es Dios quien vence inclusive el pecado y la muerte por nosotros.

Además, dice acerca de él, que él nació bajo la ley. Cuando él vino la ley todavía estaba en su lugar,
y al se adhirió a la ley mosaica en todo detalle, él fue circuncidado en el día octavo cuando él era un
infante, él fue fiel a la ley, él fue santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores, él cumplió
con toda justicia, él guardó toda ley que Dios había establecido, él fue nacido bajo la ley como
cualquier otro hombre, cualquier otro hombre judío, él era responsable como cualquier otro hombre
judío, para con la revelación escrita de la ley de Dios. Y él la guardó de manera perfecta. Y él
entonces fue más allá de eso, y el literalmente, aunque él era inocente se convirtió en una maldición
por nosotros, capítulo 3, versículo 13 dice, “murió en nuestro lugar, como el sustituto perfecto por
nosotros”.

Romanos 8:3, “porque lo que la ley no podía hacer, débil como era mediante la carne, Dios lo hizo
enviando a Su propio Hijo”. ¿Qué era lo que la ley no podía hacer? La ley no podía salvar, la ley no
podía traer perdón, la ley no podía quitar la sentencia de muerte e infierno. Lo que la ley no podía
hacer, débil como era para la carne, no era la culpa de la ley, es santa, justa y buena, pero la carne
es débil. Dios lo hizo enviando a Su Hijo, a semejanza de carne pecaminosa y como una ofrenda
por el pecado el condenó el pecado en la carne, para que el requisito de la ley fuera cumplido en
nosotros. Él no solo se convirtió en una maldición por nosotros, sino que él la cumplió en su muerte,
sino que en su vida cumplió la ley por nosotros, de tal manera que nuestros pecados son imputados
a él en su muerte y su vida perfecta nos es imputada por la fe. Él envió a Su Hijo, ¿por qué?
Versículo 5, “para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos”. Él quería redimirnos, comprarnos de regreso de nuestra esclavitud, pagar el
precio.

La palabra ‘bajo’ aparece mucho aquí, ¿ha notado eso usted? bajo la ley, en el capítulo 3, una vez
en el capítulo 4, bajo una maldición, capítulo 3, bajo pecado, capítulo 3, bajo rudimentos del mundo,
capítulo 4, inclusive bajo un tutor, esto describe la vida de alguien antes de Cristo. Bajo la ley, bajo
pecado, bajo cosas elementales de religión básica, bajo una maldición, todo esto refleja nuestra
esclavitud. Nuestro Señor dice, “fue nacido bajo la ley”, pero él la guardó perfectamente, esa es su
justicia activa, su obediencia activa. Y después él murió en nuestro lugar y ese es su obediencia
justa, pasiva. Él lo hizo para redimirnos, comprarnos de la esclavitud al pecado, ¿a fin de que? Y
aquí viene al final del capítulo 5, “a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”. Este es un
privilegio tan honorable.

Dice usted, bueno, espera un minuto, nacimos en la familia de Dios, ¿verdad? nacimos, fuimos
regenerados, hablamos del nuevo nacimiento, hablamos de renacer, nacimos en la familia de Dios.
Ahora dice que somos adoptados, ¿cómo pueden ser ambas verdades? porque ambas son
símbolos de una realidad de la salvación, explican dos aspectos diferentes de nuestra salvación.
Fuimos regenerados, se nos dio vida, y también fuimos escogidos y adoptados, ambas son verdad.
Como dije, somos los destinatarios de muchos aspectos de la salvación, regeneración, justificación,
conversión, unión, santificación y adopción. Pero hablemos de la adopción. ¿Cuál era nuestra
familia de antes? “Vosotros sois de vuestro padre el diablo” Juan 8. Hijos de desobediencia, hijos de
ira, nuestro hogar es el sistema del mundo. Estábamos en esclavitud al pecado y a la muerte y al
infierno. Nuestro padre es el diablo, esa es nuestra familia, esta es la condición universal humana.
Pero Dios mostró su gloria a través de amor y gracia hacia nosotros, en el capítulo 3, versículo 26
dice, “todos vosotros sois hijos de Dios, mediante la fe en Cristo Jesús”.

Y después, como leímos en el versículo 5, él vino a redimirnos, para que pudiésemos recibir la
adopción como hijos. Fuimos regenerados, se nos dio vida, fuimos declarados justos y ahora Dios
dice,” estoy moviéndolos de la familia de Satanás a mi propia familia y los estoy colocando en mi
familia. Y entonces y de manera tan intrínseca los estoy colocando en mi familia, que los estoy
colocando en unión con Mi Hijo, en unión con Mi Hijo”. Juan 1:12 “Más a todos los que lo recibieron,
les dio autoridad de ser hechos hijos de Dios”. Tenemos autoridad como los hijos de Dios.

Siempre me veo atraído a 1ra de Juan capítulo 3, escuche el versículo 1, “Mirad cuan amor nos ha
dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”, cuán grande amor el Padre nos ha dado,
que seremos llamados hijos de Dios. Sí, de hecho, volvimos a nacer para que seamos nuevas
criaturas con vida nueva. Pero también fuimos doblemente colocados dentro de la familia de Dios, al
ser entonces escogidos y adoptados y sacados del reino de las tinieblas. Romanos 8:17 habla de
nuevo de esta verdad magnifica, “Y si hijos”, ustedes los que son los hijos de Dios, si ustedes que
ahora son hijos, “también son herederos”. Herederos de Dios y co-herederos con Cristo. Esto es lo
que significa ser un hijo de Dios, y eso es lo que dice el versículo 7, un heredero a través de Dios.
Usted ya no es un esclavo, o es como un esclavo siendo un niño inmaduro. No, mejor que un
esclavo, usted ha sido librado de esa esclavitud. Ahora usted ha sido adoptado de manera completa
como un hijo.

Si usted vive apartado del evangelio de Cristo. Si usted vive apartado de la fe en Jesucristo, no
importa cuán religioso sea usted, cuan moral sea usted, usted está en esclavitud. Usted bajo la ley,
usted está bajo pecado, usted bajo una maldición, y usted es cautivo a las cosas elementales de
este mundo, las cuales no tienen poder para refrenar o sujetar su carne pecaminosa, su carne mala.
Y no puede hacer nada más que llevarlo al juicio eterno. Usted es un esclavo. Hay promesa ahí,
pero usted no puede entrar en ella hasta que usted se convierta en un hijo, un hijo completamente
maduro. Y eso sucede únicamente cuando usted viene en fe a Jesucristo, y después la generosidad
de Dios es asombrosa. Usted literalmente se sienta con Cristo en Su trono en gloria, dicen las
Escrituras, y se convierte en un coheredero con Él de todo lo que Dios posee. Gracia asombrosa,
para con los pecadores.

Señor, nosotros que te conocemos, amamos Tu Palabra, nos encanta oírla, nos encanta entenderla
porque anhelamos obedecerla, y como nos regocijamos Señor en la grandeza de tu bondad hacia
nosotros. Bondad eterna para hacernos tan inmerecedores, para hacernos coherederos con Tu Hijo.
Debido a que estamos en él, todo lo que es de él, es nuestro. Las glorias ilimitadas, incomprensibles
del cielo eterno. Gracias Señor por darnos vida, por regenerarnos, gracias por adoptarnos con todos
los derechos y privilegios. Gracias por sacarnos de nuestra familia antigua, una familia de tinieblas,
el mundo, Satanás, el pecado, y por colocarnos en tu familia santa para siempre, y amarnos como
Tú amas a Tu propio Hijo eterno. Estamos tan agradecidos. Te agradecemos en el nombre de Tu
Hijo. Amen.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org


DERECHOS DE AUTOR © 2018 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con
la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.

Disponible en Internet en: http://www.gracia.org

DERECHOS DE AUTOR (C) 2023 Gracia a Vosotros


Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la
política de (http://www.gracia.org/about#copyright).

También podría gustarte