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SEMINARIO DE ARMAS

TRABAJO PRÁ CTICO 1

PROFESOR: Lic.en Criminalista GACIO


HERNAN

ALUMNA: VELAZQUEZ SARA


La historia de la Katana japonesa está íntimamente ligada a la historia de los
guerreros samurái. En el siglo XII, tras duros enfrentamientos entre familias
feudales por el dominio del 20% del territorio cultivable de Japón, se inició un
nuevo régimen político denominado Soghunado. El emperador quedó como una
mera figura simbólica de la soberanía, y fue el shogun (comandante militar) quien
asumió el poder supremo de Japón. El shogun nombró a una serie de soghus
(gobernadores) a su servicio y les entregó tierras a cambio de su lealtad, con el
tiempo los soghus pasaron a denominarse daimyo. En este momento, los
samuráis hicieron su aparición como clase organizada y se convirtieron en
guerreros hereditarios al servicio de un daimyo.

El deber de los samurái era proteger los territorios y el poder de su señor. A


cambio recibieron dinero y propiedades. Con el tiempo, los samuráis se
configuraron como una clase social especial y fundaron dinastías propias. Los
samuráis desarrollaban una vida de entrenamiento y disciplina regida por el código
ético de conducta conocido como bushido (camino del guerrero). La lealtad, la
virtud, el honor y la inteligencia eran los valores que regían su existencia.

Según el bushido la vida era tan honorable para el samurái como la muerte, para
un guerreo tenía más valor una muerte honorable que una vida deshonrada. Un
ideal que se resume muy bien en un libro del siglo XII de Hahakure que narra el
comportamiento de los samurái japoneses: El camino del samurái se encuentra en
la muerte.

La espada era la pertenencia más valiosa de un guerrero samurái, era su sello de


distinción. Tal es así que en 1588, el uso de la espada fue declarado como
privilegio exclusivo de la clase guerrera samurái. Los samurái llevaban consigo
dos o tres espadas: una corta denominada Wakizashi que solía emplear para
apuñalar, otra muy similar denominada Tanto con una función principalmente
simbólica (utilizado generalmente para el ritual del "hara-kiri"); y la espada larga o
Katana. Ésta última es la que tradicionalmente se relaciona con el guerrero al ser
un arma sagrada que representa los valores morales del samurái.
La aparición de las armas de fuego en el siglo XIX, hizo que el uso de las espadas
decayera. Sin embargo, gracias a la labor de algunos artesanos durante la
segunda mitad del siglo XX, se recuperó el tradicional proceso de fabricación de
las Katanas. Hoy en día, esta espada se ha convertido en un icono venerado en
todo Japón y en símbolo sagrado de la cultura nipona.

Un factor importante en la aparición de la Katana fue el traslado de la capital del


Imperio desde Kioto a Kamakura. Los contactos comerciales con China
aumentaron favoreciendo la innovación en las técnicas de forja en Japón. La
artesanía de la espada gozó de un periodo de esplendor gracias a grandes
maestros de la forja como Masamune, también llamado Goro Nyudo, quien
perfeccionó la Katana introduciendo la técnica de forja denominada "Shosu". Esta
técnica combinaba el acero blando y el acero duro logrando así una Katana que
no se dobla, ni se parte y con un filo lo bastante fuerte como para cortar la
armadura. Masamune llegó a fabricar hojas de Katanas que todavía en la
actualidad son consideradas como las mejores del país.

El proceso de fabricación de la Katana es largo, complejo y está marcado por un


fuerte componente simbólico. Los artesanos eran alquimistas que gracias a la
experiencia lograron conocer los secretos del metal transmitiéndolos de
generación en generación. El herrero rezaba una oración a Buda antes de
comenzar a crear la espada, algo que demuestra la espiritualidad que rodeaba a
todo el proceso de forja.

La fabricación puede dividirse en cuatro fases fundamentales:

1ª Fundido: El acero de la Katana procede de una arena de hierro muy refinada.


Para conseguir el acero característico es necesario extraer el oxígeno e introducir
carbono. Esto se logra fundiendo el acero a baja temperatura en unos hornos
denominados "tatara".
2ª Plegado: Es un proceso que se realiza a mano y requiere gran precisión por
parte del artesano. Consiste en calentar el material, martillearlo y enfriarlo en agua
para hacerlo más fino y alargado. Cuando ha alcanzado el doble de su longitud, el
metal se dobla sobre sí mismo hasta conformar exactamente el mismo ladrillo
original, pero con dos capas de acero entre sí. Esta operación se realiza como
mínimo doce veces. La longitud que se logra es similar a la original pero el número
de capas puede ascender hasta las 5000 por cada centímetro de acero. Este
proceso pretende mezclar el hierro y el acero para que el bloque sea uniforme en
toda su estructura y eliminar a su vez las impurezas. Así como lograr una cantidad
muy baja de contenido en carbono (menos de 0,7 %) que aporte flexibilidad a la
espada.

3ª Templado diferenciado: Este proceso pretende endurecer el filo de la espada y


a su vez mantener la flexibilidad del lomo. Para ello a la hora de templar el arma
se extiende sobre el lomo una gruesa capa de una mezcla de arcilla, arena y
ceniza; mientras que en el filo la mezcla se completa con polvo de carbón y la
capa que se extiende es más fina. Tras el proceso de calentamiento y enfriado, se
obtiene un temple duro para el filo y más blando para el lomo, así como el
desarrollo de la curva natural de la espada.

4ª Pulido: Afila la espada para darle su forma definitiva: El resultado final del
proceso ofrece una Katana caracterizada por el bimetalismo, que combina hierro y
carbono, y dota a la espada de una dureza y una flexibilidad difíciles de superar.

La Katana japonesa está conformada por una serie de partes diferenciadas.


Las principales son las siguientes:

Habaki: Pequeño cuello cuadrado de metal que rodea la base de la hoja.

Hamon: Marcas en forma de onda que se encuentran en el borde de la hoja


resultante del fuego para el temple y enfriamiento durante el proceso de
revestimiento de arcilla.
Hi: Depresión longitudinal de la hoja, utilizado para aligerar la pieza y repartir la
tensión de los golpes, evitando el deterioro o la torsión de la hoja.

Mune: Borde posterior de la hoja de la espada. Esta es la parte de la hoja que no


está afilada.

Kashira: Pomo o perilla que se encuentran en la parte inferior del mango.

Kissaki: Punta redondeada de la espada. Es la parte más difícil de pulir.

Mei: firma del armero, normalmente en el Nakago.

Mekugis: Clavijas de bambú que funcionan como los tornillos de mantenimiento de


la espiga o "nakago" en su lugar debajo del mango (?tsuka?). Estas clavijas deben
ser duraderos, pero lo suficientemente flexibles como para no romper la espada
cuando es golpeado.

Menuki: pequeños adornos o esculturas (generalmente de animales) en el lateral


del mango. Tradicionalmente, se utiliza para indicar el carácter del titular espada.

Mune: Contrafilo.

Nagasa: Hoja entera de la Katana (longitud).

Nakago: Espiga de la espada que entra en la empuñadura.

Sageo: Correa que sujeta la saya a la cintura.

Samé: forro de la Tsuka. Solía ser de piel de tiburón o raya para evitar el
deslizamiento del Tsuka-Ito.

Saya: Funda que protege la hoja del deterioro y protege a toda persona que se
acerque a la cuchilla. Suelen estar hechas de madera.

Tsuba: Protector de la mano. Es en sí mismo una obra de arte hecha por los
clanes y las dinastías de los responsables de tsuba.
Tsuka: Mango o empuñadura que está envuelta con un paño o encordadura: la
tsukaito.

Yokote: línea que separa la punta del resto de la hoja.

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