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IGUALDAD, EQUIDAD Y JUSTICIA: UNA DISCUSIÓN INICIAL SOBRE LAS BASES


ÉTICAS DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS

Working Paper · January 1999


DOI: 10.13140/RG.2.1.2144.0088

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Armando Loera Varela

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1

IGUALDAD, EQUIDAD Y JUSTICIA:


UNA DISCUSIÓN INICIAL SOBRE LAS BASES ÉTICAS DE LAS
POLÍTICAS EDUCATIVAS.

Armando Loera Varela, INDES.


1999.
Primer borrador, únicamente para discusión.

INTRODUCCIÓN.
Para cualquier sociedad uno de los temas críticos a enfrentar es la cuestión acerca de
cómo se deben distribuir sus recursos entre individuos con necesidades y reclamos en una dura
competencia entre ellos1. En los repertorios de respuestas se integran visiones de futuro,
nociones de prioridades, consideraciones diagnósticas e intereses concretos. De hecho, la
definición de respuestas al proma de la distribución de los recursos públicos es el tema central de
la mayor parte de los acercamientos a las políticas públicas.

En el espacio particular de la educación existe el reconocimiento casi universal de que es


un bien público y debe, por lo tanto, beneficiar a cualquiera que lo merezca. Así se expresa la
necesidad de que la educación sea para todos (y todas) en leyes, políticas y programas. De igual
forma, se reconoce la formulación y ejecución de políticas educativas es una de las principales
tareas de los gobiernos. La noción de la educación como bien público, una educación para todos,
es una expresión de igualdad. Sin embargo, como bien se sabe, la situación real de la mayoría de
los sistemas educativos dista mucho de ser efectivamente un bien público. No sólo estamos lejos
de una situación satisfactoria sino que la noción misma de igualdad es confusa cuando se aplica
a políticas educativas.

Los temas de la distribución de las oportunidades de participación y logro pudieran


inicialmente focializarse en tres ámbitos de cuestonamientos:

a) ¿Son las políticas de educación para todos incluyentes de forma absoluta o relativa?
Esto es, ¿los servicios educativos deber ser entregados a toda la población sin
consideraciones de edad, estatus socio-económico, lenguaje, distancia del hogar en
relación a las escuelas, o estatus en relación a nivel de habilidad? O, por otra parte
¿más bien la educación se debe de entregar básicamente a aquellos grupos o
individuos en los que se considera que la inversión puede tener un retorno valioso?
Por ejemplo, a los niños y niñas que pueden entender el lenguaje oficial, en el que
se expresa el curriculum nacional y los materiales educativos. Si bien la mayor parte
de las políticas se formulan como un derecho universal, existen en los programas
límites concretos y operativos que se justifican por cuestiones de edad, nivel de
habilidad física o mental o distancia del lugar de entrega de los servicios en relación
al hogar. Todos estos son problemas de igualdad.

b) ¿Acaso el derecho a recibir servicios públicos de educación incluye también a recibir


los beneficios de la educación, en situación de equidad?
Esto es, deben ser los beneficios relativamente mayores para aquellos y aquellas
que pertenecen a los grupos sociales que históricamente han estado en desventaja
social y educativa, o, por otra parte, los beneficios deben ser iguales y, por lo tanto,

1
Roemer, John E., Theories of Distributive Justice, Cambridge, Mass: Harvard University
Press, 1996.
2

se deben mantener las distancias sociales, económicas y culturales? ¿Cuando se


consideran los beneficios esperados y los beneficios realmente obtenidos debe haber
diferencias en situaciones concretas o se deben tomar en cuenta únicamente
situaciones generales y homogeneas? Más aún, ¿se deben considerar únicamente
beneficios actuales (como por ejemplo, el rendimiento académico) o también los
beneficios esperados (como la movilización social). Estos son temas críticos de
equidad.

c) ¿Existe un criterio, o una gama de criterios, para diseñar e implementar las políticas
educativas para mejorar la igualdad y la equidad? Si es así, ¿quién está en posición
de formular estas políticas? Existen criterios universales que permiten que un
formulador de políticas públicas pueda diseñar políticas convenientes para todos y
todas?, o ¿existe un problema de legitimación en la relación entre quiene formulan y
quienes se benefician de las políticas? Por ejemplo, en el caso de los grupos o
comunidades históricamente en desventaja se requiere que las políticas las haga
alguién que pertenezca a ellos para que sean aceptables? De esta forma, por poner
una situación específica, las comunidades indígenas serían las únicas que decidieran
la educación de sus miembros; los minusválidos serían los únicos legitimados para
establecer las políticas de educación para minusválidos, y así con cada grupo o
comunidad. Estas son cuestiones centrales de justicia.

El problema de quién es incluido y quién es excluido de los derechos y beneficios educativos


es crítico tanto para las comunidades, los gobiernos, las organizaciones internacionales y las
organizaciones no gubernamentales. Este problema, además, se conecta de manera directa con
temas de política específicos como los relativos a pobreza, género o etnicidad, por mencionar
sólo algunos. Estos temas están al frente, o a lo sumo, en los presupuestos de muchos de los
debates y conflictos sociales, en cuanto que la participación en educación es vital en la vía de la
participación política.

El propósito de este análisis es explorar diversas posiciones teóricas de un marco


conceptual sobre los criterios de inclusión y exclusión del diseño y en la gestión de las políticas
educativas que tienen como meta una mejor situación en la distribución de las oportunidades de
participación de los servicios educativos. Se trata de enmarcar la discusión, no de encontrar
respuestas definitivas o de definir cajones cerrados de análisis. En este sentido se consideran las
diferencias entre las nociones de equidad, igualdad y justicia, así como la clarificación hacia el
interior de las nociones, por ejemplo, ¿cuando se habla de equidad en educación, se esta
hablando de distribuir equitativamente recursos, oportunidades o resultados?

En la primer parte del documento se discuten las perspectivas clásicas y contemporáneas


de igualdad y equidad tratando de distinguirlas conceptualmente. En la segunda parte se
consideran, brevemente, dos importantes perspectivas filosóficas en relación con la noción de
justicia: liberalismo y comunitarismo. Finalmente en la tercera parte, con esta base se desarolla
una discusión sobre los conceptos de incluido/excluido y su aplicación a un modelo relativo a los
ámbitos de las políticas educativas orientadas a la igualdad, la equidad y la justicia.
3

I. IGUALDAD Y EQUIDAD.

A. IGUALDAD.
La igualdad es uno los valores básicos de las sociedades democráticas. Sin embargo, a
pesar de su importancia, o probablemente porque se considera que el concepto se puede captar
en sus dimensiones más releventes de manera intuitiva, existen pocas perspectivas que lo
clarifican. Esta presentación se basa en lo que pudieramos describir como la perspectiva clásica,
y aquella que podemos nombrar como el nuevo igualitarismo.

1. PERSPECTIVAS CLÁSICAS.
Las descripciones clásicas de la idea de igualdad las tomaremos de la presentación que
hacen de ellas Bobbio et al2, por su claridad conceptual.
1) Igualdad respecto a las características de los sujetos.
El significado de este principio implica que toda la gente comparte, en esencia, similares
capacidades físicas y mentales. Esta es una noción básica de las sociedades modernas, que es
común encontrarla incluso en las leyes constitucionales. Este principio enuncia el derecho
(natural diría cierta forma de pensar) que todo miembro de la sociedad tiene de recibir bienes
públicos, entre ellos el educativo. Es una noción que al tiempo es sumamente útil por su
concreticidad, que incluso puede operacionalizarse en alguna de sus dimensiones en indicadores,
que permiten desarrollar análisis desagregados por características relevantes para las políticas
como edad, género, nivel socio-económico, nivel de destreza física o mental, y lengua. Los
análisis comparativos entre estos grupos influyen decididamente en los debates públicos.
Obviamente, uno de los aspectos críticos en los procesos de agenda consiste en introducir
nuevos conceptos que permitan desagregar la población y vrificar si se cumple o no el reclamo
de la educación como bien público para todos. Así en las útimas décadas se han instalado en la
agenda de análisis y discusión desagregados conceptuales como el de género, o el de nivel de
destreza física o mental, que complementan análisis más tradicionales como los de región, o nivel
socio-económico.
2) Igualdad de tratamiento.
Las personas deben ser receptoras de bienes públicos en condiciones similares, dentro
de un rango no sólo estrecho sino explícito en sus condiciones. Esta noción trasciende la
condición del reconocimiento del derecho a la recepción del bien público y llega a especificar las
características de las condiciones de la recepción del bien. Por lo que una primera implicación a
nivel de políticas sería el aseguramiento de la recepción de la educación en cantidad, calidad,
eficiencia y relevancia semejante. En general esta noción de tratamiento no se relaciona con
intervenciones en ámitos específicos o sus condiciones de recepción, como puede ser las
diferencias en el aprendizaje provocadas por las diferentes reacciones de los estilos de
aprendizaje de los estudiantes respecto a las estrategias de enseñanza, sino más bien a
condiciones de oferta de política más generales como la distribución de los recursos dentrro del
sistema educativo.
3) Igual distribución para iguales.
Este concepto tiene una doble versión: por una parte la implicación de asignar los
mismos recursos entre todos los miembros de un mismo grupo, en el que se presume que los
diferentes miembros comparte una misma característica (ser mujer, ser rural, ser pobre). Por
otra parte, implica justificar diferfencias en la asignación de recursos para aquellos que se
asumen como diferentes. Si este principio se complementa con la regla de preferencia a aquellos
o aquellas cuyas diferencias implican una desventaja histórica, deja de ser una noción de
igualdad para pasar a ser una de las concepciones de equidad. Esta regla de preferencia supone

2
Bobbio, N., N. Matteuci, G. Pasquino, Dicionário de Política, Editora Universidades de
Brasília, Brasilia, D.F., 2da, ed., 1986.
4

una visión de disminución gradual de la preferencia hasta llegar a una etapa histórica donde deja
de ser aceptable, por lo que la regla se asume como instrumental en una perspectiva incremental
hacia el igualitarismo. Sin embargo, cuando este principio se entiende sin conexión con la regla
de preferencia se convierte en una de las expresiones más radicales de la exclusión, la del
separatismo de los diferentes implicado en las políticas tipo apartheid. Esta noción iguala la
distribución de oportunidades y recursos dentro de grupos diferentes pero mantiene, o incluso
aumenta, las diferencias entre ellos.

Es común encontrar en las justificaciones de la mayoría de las políticas y programas


educativos dirigidos a los grupos políticamente dominados (cualquiera sea el estatus de mayoría
o minoría demográfica) que éstos requieren de intervenciones especiales en algún grado, así
como una visión de focalización. Por lo que se tiene como criterio dar diferente a los diferentes,
lo que usualmente esta menos claro (o al menos menos explícito) es la visión gradualista para
que la noción instrumental de igualdad pueda llegar a la expresión del pincipio general de
igualdad.

4) Igualdad proporcional.
Esta es la noción de igualdad clásica que probablemente esté más cerca de la equidad. El
criterio de igualdad proporcional puede ser entendido básicamente en relación a la necesidad o
en relación con el mérito. Con base en la necesidad (como lo expresa la tradicional enunciación
socialista) la noción de igualdad consiste en dar más a aquellos que más lo necesitan. Con base
al mérito el criterio señala que se dé más a aquellos que más lo merecen. Si bien el concepto
específico de necesidad y mérito se deja para ser aclarado en el debate público ésta es una de
las nociones de igualdad dominantes. Cuando el criterio de igualdad proporcional con base en
mérito se complementa con el principio de igualdad de oportunidades para desarrollar las
habilidades que demuestren mérito entonces se convierte en una noción de equidad.

2. NUEVO IGUALITARISMO.

1) La perspectiva de la capacidad.
Amartya Sen3 desarrolla la perspectiva de la capacidad. Señala que con ella trata de
responder a tensión y conflictos. La primer tensión responde a lo que donimina como “tensión
básica”(basal equality) y que define como “equality in some individual feature that is taken to be
basic in a particular conception of social justice and political ethics” 4. La tensión se produce a
partir del enfrentamiento entre las diversas nociones de cual debe ser esa característica
fundamental, o espacio, como lo denomina Sen. En algunas ocasiones consiste en la libertad
política, en otras la participación económica, o incluso pudieramos adicionar la oportunidad
educatuva.

Por otra parte múltiples conflictos emergen por las demandas de igualdad en diferentes
espacios. De ahí que se convierta en crítica la pregunta sobre igualdad en relación a qué. Así hay
que reconocer que existe un límite a la extensión del espacio de igualdad, y que, al mismo
tiempo, debe aceptarse cierta tolarancia a la desigualdad en otros espacios menos críticos. Así,
por ejemplo, en educación se debe diferenciar por ejemplo entre la posible igualdad básica de la
igualdad de participación, respecto a espacios donde puede haber tolerancia a la desigualdad,
como la igualdad en aprendizaje. Sin embargo, aspectos de igualdad respecto a la relevancia
cultural puede poner en crisis la noción básica de igualdad de participación.

3
Sen, Amartya, Inequality Reexamined, Russell Sage Foundation and Harvard University
Press: Cambridge, Mass., 1992.
4
Sen, Op. Cit., p. 131.
5

Una segunda tensión se da dentro de cada espacio, provocada por la diversidad de


grupos y de individuos. Se afirma, por lo tanto, como un problema de pluralidad interna o de
variación a la desigualdad interno al espacio. A pesar de avances importantes en la expresión
operativa de los conceptos en indicadores, y en estrategias de medición y cálculo para
determinar distancias, existe todavía un largo trecho de consolidación de los avances técnicos y,
fundamentalmente de consenso entre los conceptos de especio básico y distancia tolerante de
desigualdad.

Una tercer tensión, esencial para esta perspectiva, se plantea entre las nociones de
oportunidad y logro. En esta tensión median atributos especialmente importantes para el análisis
como el esfuerzo personal, la responsabilidad y el mérito. Todos ellos reconocidos como
condiciones básicas para competir bajo condiciones similares. Sen, en particular, propone evaluar
la desigualdad en términos de capacidad o libertad de logro más que sobre niveles de logro.
Señala que una de las consideraciones centrales en la evaluación social de la equidad consiste en
tomas en cuenta dos componentes: por una parte, el logro real, y en por otra parte, la
oportunidad efectiva para obtenerlo. Se utiliza el concepto de “funcionamiento”(functionings)
como una síntesis de ambos componentes. Desde esa perspectiva el logro de una persona es un
vector de sus funcionamientos, que consiste tanto en seres y haceres. Los funcionamientos
relevantes son diferentes de las cosas básicas, como el derecho a una nutrición adecuada, o
tener salud adecuada, así como de logros más sofisticados y complejos como ser feliz o sentir
dignidad. Evaluar el bienestar implica, por lo tanto, una consideración de las funciones, de sus
elementos constitutivos y de capacidades. De particular, la noción de capacidad es central ya que
representa la libertad para seleccionar entre diversos estilos de vida. De ahí que enfatizar a la
capacidad como un indicador de desarrollo tiene como consecuencia ser sensible a la amplitud
del rango dentro del cual las personas deciden su forma de ser y de tener, más que enfatizar
aspectos concretos como el ingreso o el el PNB, que asume una única forma de estilo de vida (la
vida centrada en el lucro individualista). La capacidad para el alcanzar el bienestar, entonces, se
convierte en el centro de las nociones para diseñar y evaluar a las políticas sociales.

Además de la noción de bienestar la perspectiva de Sen enfatiza la capacidad para el


bienestar la necesidad de definir la eficiencia de la agencia de la persona, esto es, su habilidad
para realizar sus metas y valores. Así cualquier evaluación de políticas debe tomar en
consideración el rango de alternativas para lograr el bienestar, así como la eficiencia de los
actores de las politicas públicas en alcanzar sus metas ejecutando de manera eficiente esas
alternativas. Las políticas educativas tienen como aspecto peculiar, el potencial de enriquecer
tanto el rango de opciones como la posibilidad de desarrollar con eficiencia las metas.

2) La perspectiva de la responsabilidad personal.


Desde las perspectivas del nuevo igualitarismo debe también considerarse la visión
compensatoria, expresada en particular por Roemer5. Este autor afirma como principio de
políticas sociales igualitaria el criterio de que la sociedad debe indemnizar a las personas que
obtiene bajos resultados y que son consecuencia de causas que están más allá del control de las
mismas personas pero no dentro del control de otros grupos de personas en la misma sociedad.
Sin embargo, al mismo tiempo enfatiza que no debe de compensarse en resultados cuyas causas
las personas perjudicadas pueden controlar y de las que se puede atribuir responsabilidad
directa. Se integran al concepto de responsabilidad las preferencias individuales y el nivel de
ambición ya que están dentro del control de los individuos. Sin embargo, el contexto en donde se
desarrolla y en buena parte los recursos usualmente son aspectos que trascienden el ámbito de

5
Roemer, John E., Egalitarian Perspectives: essays in philosophical economics, New
York: Cambridge University Press, 1994. La presentación de las ideas de Roemer se basa
principalmente en su artículo “Una Teoría Pragmática de la Responsabilidad para el Planificador
Igualitario”, que está contenido en el artículo 8 de ese libro.
6

control personal. Así, desde esta perspectiva no es legítimo asumir un estrecho rango de metas
sociales en las políticas, especialmente si no se considera el impacto del ámbito de la
responsabilidad de los actores. Cada persona es responsible por transformar las oportunidades
en resultados, de acuerdo a sus preferencias y valores.

Roemer explora la aplicación de este criterio a la relación entre educación e ingreso


aceptando que diferentes tipos dentro de un mismo grupo (es decir, un mismo vector de
características personales y socioeconómicas) puede tener legítimamente un amplio rango de
variación en la relación. Si la educación es pública las variaciones deben responder a lo que la
sociedad considera como causado por diferentes niveles de responsabilidad personal. Los sesgos
sociales y la discriminación pueden ser identificadas en el ámbito educativo cuando diferentes
personas tienen diferentes niveles de logro, a pesar de tener el mismo talento y la misma
escolaridad. Los individuos que manifiesten un nivel medio de responsabilidad dentro de su tipo,
pero que obtengan un nivel de logro más bajo del promedio tienen el derecho a recibir de la
sociedad una compensación que les permita mejorar su bienestar social hasta llegar al nivel
medio de su tipo. Aunque Roemer acepta que el criterio no puede ser universal, él mismo señala
que es claramente aplicable en el ámbito educativo.

Como se puede observar, las diferencias críticas entre los nuevos igualitarios radican en
que mientras Sen prefiere igualar capacidades para funcionar, Roemer prefiere por su parte
igualar niveles efectivos de funcionamiento.

PERSPECTIVAS DE IGUALDAD
PERSPECTIVAS CLÁSICAS NUEVO
IGUALITARISMO
IGUALDAD IGUALDAD DE IGUAL IGUALDAD PERSPECTIVA PERSPECTIVA
RESPECTO A TRATAMIENTO DISTRIBUCIÓN PROPORCIONAL DE LA DE LA
LAS PARA IGUALES CAPACIDAD RESPONSABILID
CARACTERÍSTIC AD PERSONAL
AS DE LOS
SUJETOS.
PRINCIPIO
INDICADORES
ESCENARIO
IDEAL
ESCENARIO
ESTRATÉGICO
EJEMPLOS DE
POLÍTICAS
ÁMBITOS DE
PERTIENCIA,
ÁMBITOS DE
IMPERTINENCIA
.
7

B. EQUIDAD.
La equidad, en general, implica una corrección del igualitarismo más o menos
importante. Sin embargo existen dos posibles excepciones. Por una parte el igualitarismo
absoluto, que identifica igualdad con equidad, y por otra una posición que está más ionteresada
en afirmar el mvalor de la diversidad de la condición y del ser humano. Para esta posición debe
entenderse por equidad el libre acceso a un amplio repertorio de opciones en cuanto condiciones
de vida, de oportunidades y de logro.

El igualitarianismo absoluto expresa una visión difícil de operacionalizar pero que ha dado
lugar a diversas utopías sociales. En general se expresa por llevar hasta sus últimas
consecuencias una posición ontológica: si los seres humanos somos iguales entre sí, en cuanto
compartimos una misma esencia, entonces también debemos ser iguales en cuanto a nuestros
atributos, especialmente los relativos a la propiedad. Frecuentemente el igualitarismo se expresa
en la deligitimación de la propiedad privada y la afirmación de la propiedad colectiva, ya sea de
manera directa, o a través de instituciones mediadoras de la colectividad, como el Estado.

Las perspectivas que “corrigen” diversas nociones de igualitarismo se manifiestan, al


menos, en cuatro posiciones. La primer posición es la más tradicional. Corrige el igualitarismo al
enfocarlo a un ámbito, permitiendo la desigualdad en otro u otros al señalar que por equidad
debe entenderse aceptar la igualdad de los iguales y la desigualdad de los desiguales.
Usualmente se aplica el principio para referirse a tratamientos, recursos y oportunidades. Este
principio tiene una historia ambigua, por una parte es la base conceptual que inspira acciones de
corrección histórica de las desigualdades, como las acciones compensatorias que privilegian a los
grupos en desventaja actual o en una línea de tiempo, con el fin de disminuir el impacto que
tiene en los individuos la brecha de desigualdad de oportunidades. Así se justificaría acciones
como la asignación de recursos adicionales, de oportunidades por cuota de equilibrio o la amplia
gama comprendida en la noción de Acción Afirmativa. Por otra parte la misma noción, sin
cambios substanciales, ha servido para justificar tratamientos que mantienen precisamente la
desigualdad, como las diversas expresiones de “apartheid”.

La primera modalidad de la posición inicial hace un uso estratégico de la noción en


cuanto que los privilegios se asignan a los miembros con atributos de pertenencia a grupos
históricamente en desventaja hasta que se considera que se ha llegado el momento de aplicar
criterios que se basan en méritos y desmpeños propios, donde la acción y responsabilidad
individual son más importante que la membrecía a un grupo determinado. En términos prácticos
consistiría, por ejemplo, en asignar de manera preferencial recursos a comunidades indígenas si
por el sólo hecho de ser indígena una persona automáticamente tuviera menos acceso a las
oportunidades de desarrollo de la sociedad. Estos recursos, compensarían las diferencias de
acceso. Para que fuesen legítimamente equitativos se requerirían que fuera de tal naturaleza, o
acompañados de tales procesos, que en el fururo deberían desaparecer ya que la sociedad
asignaría a los miembros de ese grupo las mismas posibilidades de acceso a las oportunidades de
desarrollo. Así las políticas a focalizadas en los grupos indígenas serían legítimas si son
concebidas dentro de un esquema de sustentabilidad histórica. Acompañadas de procesos que
disminuya, hasta desaparecer, el racismo actualmente imperante. Lo mismo se puede decir de
atributos como el género, la lengua, la membrecía a grupos religiosos y otros atributos que
actualemente provocan discriminación en los individuos. Se les juzga por su pertenencia al grupo
no por sus capacidades como individuos. La visión histórica, que es propia de esta concepción del
principio, pudiera ser que el mismo se completara con una frase que la corrige, expresándose de
manera emancipatoria: trátese igual a los iguales y diferente a los diferentes; privilegiándose a
los gistóricamente excluídos, hasta hacer que ya no sean vistos como diferentes, sino todos (y
todas) como iguales entre sí.
8

La segunda modalidad de la primer posición se enfoca a que los atributos de pertenencia


a un grupo definen ónticamente, es decir, por la naturaleza inmanente del sujeto. Así el principio
se expresa sin corrección histórica, sino justificando la legitimidad de los tratamientos
diferenciales. A pesar de que el propósito usualmente se mantiene tácito, se trata de mantener
las diferencias entre los sujetos de los diferentes grupos. El principio desde esta posición se
expresa diciendo: trátese igual a los iguales y diferente a los diferentes, porque han sido, son y
serán diferentes. Las políticas de appartheid expresan de la manera más cruda esta perspectiva
de equidad, pero implícitamente también lo manifiestan aquellas políticas que si bien privilegian a
los históricamente excluídos se formulan de tal manera que no se habilita a los excluídos para
dejar de serlo (empowerment), ni a la sociedad a aumentar su rango de tolerancia y dejar de
juzgar a las personas por atributos de los que no son responsables y basar su juicio sobre ellos
con base en su responsabilidad, o que las acciones son de tan pobres y limitadas que expresan
más un sentimiento de “caridad”, que de reales deseos de disminuir las diferencias.
Probablemente un buen número de políticas de carácter compensatorio son descritas por esta
noción no emancipatorio, entre ellas pudieran ser las que discriminan positiva y focalizadas a
miembros de los grupos sociales de manera que no existe posibilidad de salir de esos grupos

La segunda posición de la equidad como corrección de la igualdad expresa que la


equidad se logra asegurando un mínimo de condiciones de calidad de vida, suficientemente
bueno para que no haya miembro de una sociedad al que le falte lo necesario para llevar una
vida “digna”. La noción de vida digna en ocasiones se expresa de manera absoluta pero en otras
de manera relativa. La forma absoluta es manteniendo un estándard único de los insumos,
condiciones o modalidades de vida que norma la vida de los más débiles o marginados en una
sociedad, los que pueden considerarse como indivíduos o grupos. La prioridad social consistirá,
por lo tanto, en asegurar una red de condiciones que protega a todos, cualquiera sea su
condición social o su capacidad y nivel de responsabilidad individual. Una sociedad sería, así,
equitativa, en cuanto que funcione adecuadamente esta red de condiciones mínimas, no
importando que sucede con el resto de los mecanismos sociales. La noción relativista de esta
posición asume la garantía de la red social pero la considera de manera histórica y relativa, es
decir, considerando los recursos y capacidades de la sociedad en su conjunto. Así puede aceptar
que en un dado momento se acepte que el mínimo de educación asegurada sea la primaria,
porque el monto de la inversión y la disponibilidad de todo tipo de recursos sociales únicamente
permiten asegurar ese nivel para todos y todas. Sin embargo, si la sociedad logra esa meta y
tiene recursos para más entonces lo que se considera como nivel mínimo deberá subir.

La tercer posición en relación a la equidad como corrección a la igualdad consiste en una


de las nociones más frecuentes de encontrar actualmente: la igualdad de acceso a
oportunidades. Esta es una posición ambiciosa por las condiciones requeridas para que funcione
como un criterio aplicable, algunas de ellas son:
1) Sociedad meritocrática. No adscriptiva. Es decir, asigna opciones de vida según las
competencias y merecimientos de los individuos, no por su pertenencia a grupos.
2) Todos los miembros de una sociedad, o casi todos, cuentan competencias o instrumentos
que permiten aprovechar la oportunidad en logros.
3) Las oportunidades disponibles son relevantes y significativas, tanto para la vida actual, sus
expectativas de calidad de vida o sus criterios de satisfacción, como para la vida futura de
los miembros de la sociedad.

Considerando estas condiciones se pone énfasis en abrir lo más posible el repertorio de


oportunidades de carácter instrumental, es decir, aquellas que potencian a los sujetos a tener
acceso a otras posibilidades. La educación, la salud, la seguridad social y la vivienda son
frecuentemente consideradas como oportunidades instrumentales.
9

La cuarta modalidad de expresión de la equidad como corrección de la igualdad se


expresa operativamente como meta: la igualdad de logro o bienestar. Es obvio que la expresión
breve de este principio dificulta su compresión ya que no se trata (o al menos no debería de
tratarse) de significar con él, una real igualdad en relación a productos donde necesariamente
interviene la responsabilidad individual (en donde se manifiesta el esfuerzo personal, el nivel y
tipo de inteligencia, la motivación, entre otros muchos factores) sino más bien quiere
significxarse que el rango de diversidad carezca de sesgos atribuibles a aspectos donde los
individuos no son responsables. Por ejemplo, no se trata de igualar los ingresos, sino que estos
manifiesten la capacidad de cada quien, y no haya quien carezca de ingreso mínimo para vivir
con dignidad (que implica que pueda ejecutar sus competencias). Así como en educación no se
trata que todos obtengan el máximo de calificación, sino que no haya quien fracase por mala
nutrición (aunque se acepta que se fracase por deficiente motivación). Así en realidad con este
principio se trata de enfatizar como meta un repertorio cuya amplitud obedezca
fundamentalemente a condiciones o situaciones atribuibles a la responsabilidad de las personas.
Por lo que pudiera expresarse como igualdad de logros y desempeños entre los igualmente
competentes, responsables e interesados.

Finalmente, la equidad entendida como un amplio rango de opciones se ha discutido


fundamentalmente a partir de la noción de Desarrollo Humano popularizado por el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta posición de manera aparentemente
paradójica expresa como equidad la mayor diversidad posible en una sociedad. De manera
similar a la expresión anterior el concepto en su forma reducirda impide su comprensión. Se debe
complementar basándose en la amplia diversidad de los seres humanos. Asignar repertorios de
selección únicamente basados en atributos gruesos como clase, género, lugar de residencia,
grupo étnico, linguístico o religioso no responde a la amplia divesidad de los indivioduos que
forman estos grupos. Diversidad de necesidades, aspiraciones, destrezas o simplemente gustos.
Una sociedad equitativa sería desde esta perspectiva aquella que tiene tal diversidad de
posibilidades de ser, que la gran mayoría (o todos y todas) las personas ven opciones para sí,
como individuos. Es, probablemente, el concepto más ambicioso de equidad, de los aquí
examinados.

Debida a la amplia diversidad conceptual existe todavía un importante debate acerca de


los mejores indicadores más idóneos al igual que sobre sus presupuestos conceptuales. Las
metodologías que actualmente dominan se orientan a identificar el impacto distribucional de la
inversión en el sector por grupos incorporados al sistema, la distribución social de los beneficios
de la escolaridad y los fundamentos para legitimar preferencias 6. Es necesario profundizar en
metododologías y técnicas analíticas debido a los diverso, complejo, inestable y focalizado del
mercado educativo. Partiendo de reconocer esta situación Gewirtz et al 7 identifica dos nociones
de equidad en educación: una que enfatiza la distribución de acuerdo a méritos, entendiendo por
méritos que los individuos efectivamente aprovechen las oportunidades que la socedad le
presenta. Otra que se enfoca a la distribución de acuerdo a las necesidades, es decir, la
asignación prioritara de servicios educativos a aquellos que tienen más necesidad y al mismo
tiempo menos recursos disponibles, ya sea como individuos, familias o comunidades. Entre ellas
existe un proceso contradictorio ya que las políticas que se orientan al mérito, específicamente la
del bono, usualmente reproducen las diferencias existentes por necesidad, siendo aprovechadas
mejor por aquellos con más capital cultural previamente existente.

6
Vos, Rob, Educational Indicators: what’s to be measured, Inter-American Development
Bank, Working Paper Series I-1, Washington, D.C., June of 1996.
7
Gewirtz, Sharon, Stephen J. Ball, and Richard Bowe, Markets, Choice and Equity in
Education, Buckingham, Phil.: Open University Press, 1995.
10

El balance entre la igualdad y la equidad depende de la perspectiva de justicia que se


sostenga. Aunque el problema crítico no consiste tanto en los criterios de equidad sino en los
mecanismos para operacionalizarlos, en su consistencia con los valores de la cultura de los
actores que presuntamente se benefician de ellos, de su consistencia y relevancia histórica y de
la prioridad que le es reconocida tanto por la sociedad en general como por los líderes políticos y
de opinión8. La cuestión central para cualquier noción de equidad: la definición de criterios para
seleccionar las preferencias y asignar las prioridades, depende en su operación funcional de una
estructura conceptual más amplia, la de la perspectiva de la naturaleza de la justicia social.

PERSPECTIVAS DE EQUIDAD
CORECCIÓN DEL IGUALITARISMO
IGUALITARISMO IGUALDAD A IGUALDAD IGUALDAD DE IGUALDAD DE RANGO AMPLIO
ABSOLUTO LOS IGUALES, REDUCIDA A ACCESO A LOGRO O DE OPCIONES
DESIGUALDAD ASEGURAR LAS OPORTUNIDADE BIENESTAR. DE
PARA LOS CONDICIONES S. CONDICIONES,
DESIGUALES. MÍNIMAS DE OPORTUNIDADE
VIDA. S Y LOGROS.
PRINCIPIO
INDICADORES
ESCENARIO
IDEAL
ESCENARIO
ESTRATÉGICO
EJEMPLOS DE
POLÍTICAS
ÁMBITOS DE
PERTINENCIA
ÁMBITOS DE NO
PERTINENCIA

8
Romer, John E., “Distributing Health: the Allocation of Resources by an International Agency”, y
Seabright, Paul, “Pluralism and the Standard of Living”, ambos artículos publicados por Martha C.
Nussbaum y Amartya Sen, en The Quality of Life, Oxford: Oxford University Press, 1993.
11

II. JUSTICIA.
De inicio se puede señalar que la justicia consiste en un criterio qeneral para decidir que
se debe distribuir de manera equitativa y qué se debe distribuir inequitativamente. Es decir, es
una noción que da fundamento a los conceptos de equidad y de igualdad. Este tema que había
sido uno de los clásicos del pensamiento occidental se ha revitalizado en los fines del siglo XX,
principalmente a partir de la aportación de John Rawls 9. El debate que inicialmente habían
participado filósofos y economistas ahora se ha extendido a analistas de políticas sociales,
examinando las implicaciones de las diversas teorías en el diseño, operación y evaluación de
intervenciones sociales.

El debate contemporáneo seobre la justicia se presenta en dos ámbitos de discusión. Por


una parte entre las perspectivas liberales y su opuesta, el comunitarismo. Por otra parte hacia el
interior de ambas posiciones. En los dos ámbitos, sin embargo, es posible identificar la influencia
del pensamiento de Rawls, que en su evolución ha cambiado de posiciones y con ello también ha
ocasionado transformaciones importantes en los temas centrales de las discusiones. Por ello la
estructura de esta sección parte de una breve reseña del pensamiento paradigmático de Rawls, y
posteriormente se delinearán los puntos centrales en las posiciones de los liberales y los
comunitarios.

1. LAS PERSPECTIVAS DE RAWLS.


Rawls parte de que la justicia social constituye la estructura básica de la sociedad y consiste
en la forma como las instituciones sociales distribuyen los derechos y deberes fundamentales y
determina la asignación de ventajas en el proceso de la cooperación social. Su punto de partida
en su primera obra es ampliamente reconocido por el liberalismo: el concepto de justicia se
deriva de un amplio acuerdo social sobre las condiciones aceptables de la cooperación social,
acuerdo que se sustenta en la reflección racional y en una discusión mutuamente desinteresada.
Este acuerdo no requiere haber acontecido históricamente, se entiende que sería la expresión
metafórica de un acuerdo racional para una sociedad bien ordenada, que tenga capacidad para
asignar a todos por igual derechos y deberes, por una parte, pero que al mismo tiempo
mantenga un criterio compensatorio por las desigualdades de los miembros más desventajados
de la sociedad. La noción de justicia se basa en dos principios, que en su versión revisada de las
Tanner Lectures10, se establecen de la siguiente manera:

Principio 1: cada persona tiene igual derecho a ser titular de un esquema completo de libertades
básicas que sea compatible con un esquema general de libertales para todos.

Principio 2: las desigualdades sociales y económicas para que sean aceptables deben satisfacer
dos condiciones: primero, deben responder a posiciones y oficios donde existan condiones de
igualdad de oportunidades. Segundo, la desigualdad debe privilegiar a los miembros con menos
ventajas en la sociedad.

A diferencia del utilitarismo tradicional, que enfocaba la noción de justicia al bienestar, Rawls
expresa una visión centrada en bienes y libertades primarias, condicionantes de las relaciones
sociales de una sociedad ordenada. En una revisión de su planteamiento inicial Rawls reconoce
que esta noción responde más a una postura moral que a una política. La hipotética situación de
una sociedad bien ordenada que es capaz de alcanzar un único consenso acerca de un criterio
distributivo es poco real en el ámbito de una sociedad democrática. Una sociedad plural
necesariamente contiene diversas racionalidades y aún posiciones contrarias sobre la manera
como se deben distribuir los recursos y las oportunidades. De hecho en esto consiste la esencia
del debate político de la democracia. Sin embargo el mismo autor reconoce que esta visión puede

9
Rawls, John, A theory of Justice, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1971.
10
Citado por Sen, Op. Cit, 1992:75.
12

ser una imagen que pueden aceptar los ciudadanos de diferentes posiciones racionales para ser
tolerantes entre sí y para dar sustento a las condiciones de las discusiones informadas que
tengan como consecuencia amplios acuerdos sociales.

Si bien la posición de Rawls se ha acercado a considerar la noción de justicia dentro del


ámbito del realismo político no ha establecido procedimientos normativos para resolver preguntas
particulares sobre la distribución de recursos u oportunidades como los educativos. Sin embargo
su posición abrió de nuevo el debate sobre la forma de pensar la sociedad justa en el
pensamiento moderno, dando lugar al debate entre liberales y comunitarios. Si bien usualmente
se le ubica en el primero de los frentes también se ha reconocido que el pensamiento de este
autor es suficientemente complejo como para asignarlo únicamente en una corriente, ya que en
las cuestiones relativas a la libertad de los individuos expresa una posición liberal pero en
relación a los criterios distributivos se acerca más a los comunitarios 11.

2. LIBERALISMO.
Una visión probablemente simplificadora pero suficientemente descriptiva de la diversidad de
definiciónes del concepto de liberalismo es que consiste una perspectiva universalista que
enfatiza la libertad individual y con un apoyo claro por un estado redistribuidor del beneficio
social.

La perspectiva originalmente liberal fue el utilitarianismo que mantiene que la meta en el


proceso de asignación de recursos es la maximización de la suma total de la utilidad en las
personas, bajo el criterio general de obtener el mayor bien para el mayor número de personas.
Desde esta visión la equiidad se define como la mayor igualdad de ingreso posible. Al mismo
tiempo se asume que las preferencias sociales constituyen un resultado de la agregación de las
preferencias individuales12. Desde esta posición se acepta que entre el crecimiento y la equidad
existe una alternativa excluyente, aunque sin más desarrollo explicativo se mantiene la
expectativa de un posible efecto distributivo entre los más pobres.

Tratando de ir más allá del utilitarismo nuevas posiciones liberales han asumido
presupuestos dificiles de aceptar como la obtención completa de información de todas las
alternativas (recuérdese la afirmación de Reagan sobre la falta de información sobre las mejores
opciones como una de las causas determinantes de la pobreza), la perfección del mercado
basdado en competencia y la necesidad de determinar un tamaño óptimo de la población. Sin
embargo, algunas de las posiciones liberales (al igual que Rawls) tratan de integrar las virtudes
de la libertad, la igualdad y la comunidad. En este sentido la posición de Dworkin 13 es la más
reconocida. Al igual que todos los liberales el autor reconoce que la base de la justicia social
radica en la igualdad de recursos, más que de bienestar, pero pone en términos relativos la idea
de igualdad de recursos dependiendo de la capacidad de las personas, del nivel de los recursos
disponibles y de la capacidad de acuerdo social que tenga una sociedad.

En una posición semejante a Dworkin, pero particularizando al ámbito educativo, se


expresa la perspectiva del analista educativo Pablo Latapí 14 específicamente sobre justicia

11
Mullhall, Stephen y Adam Swift, Liberals and Communitarians, Cambridge, Mass.: Blackwell
Publishers, 1992.
12
Arrow, Kenneth J., Social Choice and Justice, Volume 1 of the Collected Papers, Cambridge,
Mass.: The Belknapp Press of Harvard University Press, 1983.
13
Dworkin, Ronald, Ética Privada e Igualitarismo Político, Barcelona: Universidad Autónoma
de Barcelona, 1993.
14
Latapí, Pablo, ¨Reflexiones sobre la Justicia en la Educación¨, Revista Latinoamericana de
Estudios Educativos, Vol. XXIII, Número 2, 1993, pp. 9-41.
13

educativa que denomina de ´proporcionalidad solidaria¨, que en forma resumida consistiría en


justificar la magitud de la apropiación de un bien fundamental como la educación si mantiene
proporción con la magnitud existente de ese bien en una sociedad en particular. Este principio
puede implicar, por ejemplo, que con el fin de legitimar la garantía de la educación para todos y
una disponibilidad aún mayor de oportunidades educativas (como la educación superior o la
especializada) se justifiquen políticas como:

- igualdad en la participación escolar.


- Igualdad en la cantidad y calidad de recursos escolares.
- Preferencias en cantidad y calidad (de manera compensatoria) a las escuelas con
mayor número de pobres.
- La compensación tiene dos límites: el límite horizontal que establece que las escuelas
de educación básica cuyos estudiantes estén por encima de la media en estatius
socio-económico no deberá obtener más recursos que la media nacional (basado en
gasto per cápita por estudiante). El límite vertical que instituye que los gastos en
educación superior se reducirán con el fin de ser transfereidos a la educación básica,
hasta en tanto exista una participación universal en este nivel. Este límite vertical
presupone menos subsidios del estado a los grupos de clase media y alta y un mayor
enfoque en la inversión pública para los pobres.
- Los criterios deben entenderse desde una perspectiva histórica y se deben cambiar
de acuerdo con la determinación del monto disponible para las acciones
compensatorias.
- Deben existir estándares mínimos de logro académico asegurados por exámenes
nacionales.

La posición liberal tiene como consecuencias en el ámbito de política social que se acepte
la legitimidad de un planificador central que puede determinar con claridad un criterio
distributivo racional, la aceptación de diferencias basadas en el mérito y en la responsabilidad
personal, la posibilidad de llegar a consensos sobre un único criterio distributivo y el énfasis
en las metas mas que en los procesos.

3. COMUNITARIANISMO.
El comunitarianismo es una perspectiva de ética social desarrollada en las últimas dos
décadas. Enfatiza que los derechos de los individuos deben equilibrarse con la responsabilidad
social y que los valores y los criterios de selección dependen de la cultura de cada comunidad.
Por lo que no existen políticas buenas o malas en sí. Para evaluarla, sostiene esta posición, se
necesita de una perspectiva histórica y de la clarificación del concepto de justicia dominante en
una comunidad. De alguna manera es una respuesta hegeliana al kantismo dominante en el
liberalismo.

El comunitarianismo, como en buena medida el liberalismo, es una perspectiva en


construcción, por lo que existe un amplio abanico de alternativas entre los autores que se afilian
a la posición. Sin embargo Baynes señala que todos los comunitaristas se distinguen de los
liberales en al menos dos puntos:

a) los comunitarios defienden la diversidad de bienes ya que las sociedades democráticas y


multiculturales mantienen la legitimidad de diferentes derechos y principios distributivos, que
dependerán en su selección de la historia, actores y cultura de cada comunidad. En cambio los
liberales asumen la posibilidad de un único acuerdo social que determine que es lo que conviene
a todos. Los liberales son, por lo tanto, universalistas, y los comunitarios se afilian más al
relativismo valoral.
14

b) los comunitarios suponen la necesidad la membrecía a una comunidad para entender qué se
selecciona y porqué razones. La interpretación de los eventos y la noción misma de alternativas
disponibles para elegir depende de la cultura de una comunidad en particular. En cambio los
liberales parten de la unidad de la responsabilidad del individuo como agente moral, el cual existe
antes de su pertenencia a una comunidad o a su afiliación a cierta noción de prioridades.

Los comunitarios, en general, están interesados en la promoción de actitudes


comprometidas con el avance social, el entendimiento mútuo y el descubrimiento de un suelo
común a todos los miembros de una sociedad. Al tiempo que desconfían de políticas generales,
decisiones centrales, procesos de representación eindicadores decontextualizados y
comparativos. Sostienen que la lagitimidad de lo público necesita entenderse desde las
necesidades, expectativas y capacidades particulares de cada comunidad, entendiendo a sus
actores y asumiendo su historia15.

A pesar del escepticismo comunitarianista en relación a los indicadores y en general en


todos los procesos de política que impliquen normas únicas manifiestan un interés en centrar
procesos de monitoreo y evaluación en lo que Elster16 ha denominado justicia local. Esto es
modalidades metodológicas que parten de criterios concretos que los actores aplican a sus
instituciones y comunidades. Walzer17, por su parte explora las implicaciones del
comunitarianismo para la política educativa. Parte del reconocimiento que el ámbito educativo
constituye un reto para cualquier perspectiva de justicia debido a lo complejo de los bienes
involucrados y la diversidad de oportunidades a ser asignadas y distribuidas. De ahí que una
posición mínima sea reconocer que importan tanto las metas como los procesos (dejados de lado
por la visión liberal). La educación hay que centrarla más que en un sistema ideal en lo concreto
de la comunidad escolar. Las políticas devienen y se contextualizan en cada comunidad (escuela)
más que a la universalidad presuntamente existente en un sistema. Por lo que la justicia no
únicamente tendrá como referencia los rendimientos escolares sino también los procesos de
aprendizaje y de enseñanza, contextualizados por la cultura, los recursos disponibles y las
expectativas de los actores. Walzer ve en el sistema educativo del Japón un modelo de justicia
educativa donde se equilibra el compromiso nacional por la excelencia combinado con un
profundo respeto a la autonomía de cada escuela para decidir sobre sí misma.

Las consecuencias del comunitarianismo en el ámbito de las políticas sociales son


amplias. Por un parte es nula la posibilidad de la existencia de un planificador central justo. La
planificación requiere más que de técnicas analíticas de la capacidad política de impulsar a la
comunidad como actor y autor de sus propias decisiones. El apoderamiento de actores, la
aceptación de la legítima pluralidad de voces, y la construcción de espacios sociales amplios para
sostener conversaciones informadas son condiciones en el diseño y operación de políticas
educatuvas, aceptando que cada comunidad producirá sus respuestas dentro de un marco de

15
La bibliografía básica del comunitarianismo incluye propuestas específica de políticas públicas
como: Etzioni, Amitai, The Spirit of Community: the reinvention of American Society,
New York: Tochstone, 1993; o consideraciones filosóficas como: Walzer, Michael, Spheres of
Justice: a defense of pluralism and equality, New York: Basic Books, 1983; Etzioni, amitai
(ed.), New Communitarian Thinking: Persons, Virtues, Institutions and Communities,
Charlottesville: University of Virginia Press, 1995; Mulhall, Stephen and Adam Swift, Liberals
and Communitarians, Cambridge, Mass.: Blackwell Publishers, 1992; o una combinación de la
descripción filosófica, su antagonismo con el liberalismo y las consecuencias de la posición para
campos específicos de las políticas sociales como: Etzioni, Amitai (ed.), The Essential
Communitarian Reader, Lanham, Md.: Rowman & Littlefield Publishers, Inc., 1998.
16
Elster, Jon, Justicia Local: de qué modo las instituciones distribuyen bienes escasos y
cargas necesarias, Barcelona: Editorial Gedisa, 1994.
17
Walzer, M., Op. Cit
15

tolerancia pero también de compromiso. En este sentido los procesos son tan vitales como los
resultados en la justificación y racionalidad de las decisiones públicas.

PERSPECTIVAS DE JUSTICIA
RAWLS LIBERAL COMUNITARIA

INICIAL POSTERIOR
PRINCIPIO
INDICADORES
ESCENARIO IDEAL
ESCENARIO
ESTRATÉGICO
EJEMPLOS DE POLÍTICA.
AMBITO DE
PERTINENCIA
AMBITO DE
IMPERTINENCIA.

III. BASES ETICAS DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS.

PERSPECTIVAS DE IGUALDAD
PERSPECTIVAS CLÁSICAS NUEVO
IGUALITARISMO
IGUALDAD IGUALDAD DE IGUAL IGUALDAD PERSPECTIVA PERSPECTIVA
RESPECTO A TRATAMIENTO DISTRIBUCIÓN PROPORCIONAL DE LA DE LA
LAS PARA IGUALES CAPACIDAD RESPONSABILID
CARACTERÍSTIC AD PERSONAL
AS DE LOS
SUJETOS.
INFRAESTRUCT
URA
GESTIÓN
ASIGNACIÓN DE
MAESTROS
ETC.
16

PERSPECTIVAS DE EQUIDAD
CORECCIÓN DEL IGUALITARISMO
IGUALITARISMO IGUALDAD A IGUALDAD IGUALDAD DE IGUALDAD DE RANGO AMPLIO
ABSOLUTO LOS IGUALES, REDUCIDA A OPORTUNIDADE LOGRO O DE OPCIONES
DESIGUALDAD ASEGURAR LAS S. BIENESTAR. DE
PARA LOS CONDICIONES CONDICIONES,
DESIGUALES. MÍNIMAS DE OPORTUNIDADE
VIDA. S Y LOGROS.
PRINCIPIO
INDICADORES
ESCENARIO
IDEAL
ESCENARIO
ESTRATÉGICO
EJEMPLOS DE
POLÍTICAS
ÁMBITOS DE
PERTINENCIA
ÁMBITOS DE NO
PERTINENCIA

PERSPECTIVAS DE JUSTICIA
RAWLS LIBERAL COMUNITARIA

INICIAL POSTERIOR
PRINCIPIO
INDICADORES
ESCENARIO IDEAL
ESCENARIO
ESTRATÉGICO
EJEMPLOS DE POLÍTICA.
AMBITO DE
PERTINENCIA
AMBITO DE
IMPERTINENCIA.

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