El papel de Brasil en los mundiales de 1990 y 1994 fue bastante diferente en cada uno

de esos torneos.

En el Mundial de 1990, celebrado en Italia, Brasil no tuvo un buen desempeño. La

selección brasileña, dirigida por el entrenador Sebastião Lazaroni, llegó a los octavos
de final, pero fue eliminada por Argentina en un partido muy disputado que terminó 1-0
a favor de los argentinos. Fue una decepción para los fanáticos brasileños, ya que
esperaban un mejor rendimiento del equipo, que contaba con jugadores talentosos
como Romário, Bebeto y Careca.

Cuatro años más tarde, en el Mundial de 1994, celebrado en Estados Unidos, Brasil tuvo
un desempeño notablemente mejor y finalmente logró ganar el torneo. Bajo la dirección
del entrenador Carlos Alberto Parreira y liderados por el capitán Dunga, los brasileños
mostraron un juego sólido y eficiente. Aunque no fue un equipo especialmente brillante
o espectacular, lograron avanzar a través de las etapas eliminatorias.

En la final, Brasil se enfrentó a Italia en un emocionante partido que terminó empatado

0-0 después de tiempo reglamentario y tiempo extra. El partido se decidió en una tanda
de penales, en la cual Brasil ganó 3-2. Este fue el cuarto título mundial para Brasil y
marcó el regreso al éxito después de 24 años de sequía desde su última victoria en
1970.

El papel de Brasil en los mundiales de 1990 y 1994 fue, por lo tanto, bastante
contrastante. En 1990, el equipo fue eliminado tempranamente en octavos de final,
mientras que en 1994, lograron coronarse campeones mundiales, consolidando la
reputación de Brasil como una de las selecciones más exitosas en la historia de los
mundiales de fútbol.