Está en la página 1de 153

1.

r
r
r

LA PRÁCTICA DEL PASE .


EN LAS ESCUELAS
DEL CAMPO FREUDIANO
\fe
L382-
2D2-2-
ej. ,L.

Una iniciativa de
Jacques-Alain Miller y Alejandra Glaze

LA PRÁCTICA DEL PASE


EN LAS ESC.UELAS DEL
CAMPO FREUDIANO

,·-·¡;;
. ..o
.:r:-

l -J

1 JJ
-1
• .;:¡;--:
<;í"
-.\
8
© Grama ediciones, 2022. Índice
Manuel Ugarte 2548 4º B (1428) CABA
Teléfono 4781-5034
grama@gramaediciones.com.ar
http://www.gramaediciones.com.ar

Introducción, A.G. ..................................................................... 9


La práctica del pase en las Escuelas del Campo freudiano / Eric Laurent;
Arma Aromi; compilación de Alejandra Glaze; Jacques-Alain Miller. - la ed - Pase: un acto y sus impasses, Tania Abreu ... .. .. .......... ........ .... 15
Olivos : Grama Ediciones, 2022.
306p.;22x14cm. Una nueva apuesta, Marcela Almanza..................................... 25
ISBN 978-987-8941-44-8
Ideas y conclusiones, Damasia Amadeo de Freda ... .. ........... .... 33
l. Psicoanálisis. I. Aromi, Arma II. Glaze, Alejandra, comp. III. Jacques-Alain
Miller, comp. IV. Título.
Paradigmáticos o ejemplares, Gerardo Arenas ....................... 41
CDD 150.195
Intemperie. Pase, crisis, AMP, Anna Aromí............................. 49

La apuesta del pase, Dossia Avdelidi ........... .......... ... ..... ...... .... 55
EQUIPO DE EDIOÓN
El pase de la Escuela-sujeto y su Analista, Miquel Bassols ... 67
Alejandra Glaze, Viviana Mozzi, Victoria Paz,
Marta Serra Frediani y Ana Viganó Momento lógico del pase en la NLS, Anne Béraud Bogino .... 75

COLABORADORES DEL EQUIPO DE EDICIÓN Autenticidad del pase: el pase es su enunciación,


Leticia Acevedo, Adriana Campos, María Hortensia Cárdenas, Patricia Bosquin-Caroz................................................................ 83
Perla Drechsle1~ Beatriz González-Renou, Carolina Koretzky,
Felipe Maino, Gladys Martínez, y Adolfo Ruiz Las tribulaciones del pase en las Escuelas de la AMP
Analistas de la Escuela, todoterreno, Jorge Chamorro........... 93
REVISIÓN DE TRADUCOONES El viento del pase, Vilma Coccoz ............................ .................. 103
Victoria Paz, Marta Serra Frediani y Alejandra Glaze
Corresponsables-intérpretes, Paola Cornu S. ......................... 113
DISEÑO DE TAPA: Gustavo Macri
¿De qué sufre el pase, hoy?, Raquel Cors Ulloa ...................... 123
Hecho el depósito que determina la ley 11.723.
Las fructíferas antinomias del pase, Domenico Cosenza ....... 133
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por
medios gráficos, fotostáticos, electrónicos o cualquier otro sin El pasador, la enunciación y el deseo de saber,
permiso del editor. Alice Delarue .............. ... .. ...... ...................... ........... ....... .............. 141

Impreso en Argentina. Sobre el pase, Antonio Di Ciaccia ............................................. 149

7
ÍNDICE

Apostar por el pase y sus lectores, Fabián Fajnwaks ............. 155


El entusiasmo del analista, Marco Focchi................................ 165 Presentación
Efectos de pase, Daniela Fornari............................................... 173
Esguince del pase con el poder, María Cristina Giralda........ 179
Puntos de viraje en la doctrina del pase, Angelina Harari ... 185
El pase, entre la práctica y el etcétera, Irene Kuperwajs ... ..... 191
El pase y sus restos, Eric Laurent ............................................. 201
La práctica del pase en las Escuelas del Campo freudiano concier-
Fracaso (échec) y éxito del pase: una paradoja para el ne a la formación del analista. Jacques Lacan propuso para el
psicoanálisis, Lilia Mahjoub .................... ........... ................. ...... 215 psicoanalista de la Escuela el dispositivo del pase, esa experien-
cia sin par que abre a la posibilidad de reinventada cada vez,
Al final, el chiste escribe un quiasmo, Estela Paskvan........... 225
en cada uno de sus impasses, sin por ello perder la orientación
¿El pase en crisis? ¿Del disfuncionamiento al síntoma?, precisa de lo que J. Lacan propuso para el lugar del Analista de
Alejandro Reinoso ..... ..... ............... .................... .............. ............. 233 la Escuela -AE-, y que Jacques-Alain Miller reformuló para la
Escuela Una.
¿Qué pasa?, Daniel Roy ............................................................. 243 A comienzos del 2022, se reveló un nuevo impasse en la prác-
tica del pase en la Ecole de la Cause Freudienne. Este momento
La escritura real en el pase no es autoficción, de dificultad fue definido por Christiane Alberti en términos
Jésus Santiago.............................................................................. 249 de deslizamiento hacia el libre juego (laisser-faire ), la inercia y el
automaton, volviéndolo "oscuro para nosotros mismos'',1 en su
Contornos y reverso, Eugenia Serrano..................................... 267
informe dirigido a la "Cita con el pase". Se suscitó en la ECF la
La experiencia del pase, Esthela Solano-Suárez ...................... 277 reunión de un Colegio del pase, de donde surgió un proyecto de
reglamento del pase que será propuesto próximamente a consi-
¿Cómo contribuir a esclarecer ese empalme?, deración del conjunto de los miembros de la Escuela.
Maria Laura Tkach .... ................. ...... .. ........ ...... .............. ............. 283 Por iniciativa de J.-A. Miller, nos proponemos hacer un balan-
ce de la forma en que se practica el pase en las diferentes Escue-
¿Qué se espera del pasador?, Leonora Troianovski ................. 289 las del Campo freudiano, en su diversidad y en su propia inven-
tiva, y también en la singularidad de las múltiples experiencias
Pasiones, Véronique Voruz......................................................... 299
subjetivas de sus miembros.
Como orientación, se les brindaron a los autores de este volu-
men, unos pocos ejes de trabajo extraídos del texto "Preliminar"
del último libro de J.-A. Miller, Cómo terminan los análisis. Parado-
jas del pase:

1 Alberti, Ch., "Informe sobre los disfuncionamientos del pase en la ECF", presentado
en la "Cita con el pase", óp. cit. ·

8 9
PRESENTACIÓN LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

• Éxitos y fracasos del pase en el Campo freudiano. jeto fijo, clavado en su excepción, constituida por su trabajo,
• La apuesta del pase vs. la consagración del AE. así como en la opción que da cuenta de un cierto número que
• El AE y la experiencia de Escuela. Una Escuela-sujeto en confía en esa excepción; la gracia que les acuerda entonces es
busca de sus intérpretes. la de formular como respuesta la Escuela.2
• El lugar de la enunciación en el dispositivo del pase.
•¿Es el momento de una contraexperiencia del pase? Es así que cuando nos referimos al concepto de Escuela, la
• Ganancia epistémica del pase, unos cuantos años después. Escuela de Lacan, se trata del acto fundacional de uno solo, como
• El pase como lugar de lo inverosímil. lo enunció Lacan mismo: "Fundo -tan solo como siempre lo es-
tuve en mi relación con la causa psicoanalítica-" .3 O como lo dice
Miller, "[ ... ]es comprensible que Lacan haya ligado su destino a
una Escuela, entendiendo por tal un orfanato de hijos perdidos" .4
De la Asociación freudiana a la Escuela de Lacan Por este motivo, en "Teoría de Turín sobre el sujeto de la Es-
cuela", Miller puede agregar: "[ ... ] instituir una Escuela, consti-
Si bien Freud se mantuvo en el psicoanálisis en una posición tuir las soledades en comunidad de Escuela, no es nada más que
de excepción durante toda su vida, sostuvo también una extrema subjetivarla" .5 Frente a esa encrucijada en la que se vio inmerso
atención respecto a las desviaciones de la orientación que él daba Lacan, entre esa orfandad y lo colectivo, es el pase el que viene a
a la práctica que había inventado. Incluso asumió el peso de ser anudar el fin del análisis -experiencia del más allá de la identifi-
jefe de grupo, produciendo el surgimiento de una ortodoxia y cación- con una construcción colectiva de Escuela que no fuese
organizándola como una Asociación Internacional, pero no re- una vez más el retomo de las identidades sedimentadas, conse-
nunció nunca a su gusto por la provocación, consolidando así ese cuencia inevitable de la organización de cualquier Institución.
mismo lugar de excepción.
Pero en el modelo de la Asociación freudiana, la identificación
al analista jugaba un papel fundamental. También es cierto que
Freud inaugura el discurso psicoanalítico como un lazo social El pase en la Escuela de Lacan
inédito, que luego Lacan tomó a su cargo, para así subvertir los
impasses producidos por el modelo asociativo instaurado por los Indudablemente, el pase surca la cuestión de la política en las
posfreudianos en la IPA, aportando otras respuestas en la vía de Escuelas del Campo freudiano. Más específicamente, el uso polí-
producir una objeción al para todos, una rebelión constante frente tico del concepto de Escuela en un intento de dar respuesta al ma-
al Universal como posición ética. Será justamente con el pase y lestar que surge en toda agrupación, y es la Escuela lo que aporta
su concepción del fin de análisis, dentro del marco de la Escuela, Lacan para desbaratar los efectos de masa, una operación que
que propone ir contra los riesgos de la constitución de jerarquías permite fundar una política acorde con el discurso del analista.
en oposición a la política del gradus, para quienes creen en el in- Le corresponde a cada uno hacer que la Escuela de Lacan no
consciente y así adhieren a la causa del psicoanálisis. se deje aspirar por el rasgo unario universal y homogeneizador,
La Escuela fue creada por Lacan para quienes optaron por
él, es decir, para aquellos que ante la opción "Lacan o la IPA", se
declararon por la Escuela de Lacan. Y en este contexto: 2 Miller, J.-A., "Vida de Lacan", clase del 17 de marzo de 2010. Inédito.
3 Lacan, J., Escisión, excomunión, disolución. Tres momentos en la vida de Jacq11es Lacan,
[... ] Lacan eligió a quienes prefirieron a Lacan. "Fundación de la EFP por Jacques Lacan. 21 de junio de 1964", Manantial, Buenos
Aires, 1987, p. 221.
Entonces, si hay aquí algo que puede situarse en términos co- 4 Miller, J.-A., "Vida de Lacan", clase del 7 de abril de 2010, óp. cit.
lectivos, no se trata de jugar a la democracia. Tenemos un su- 5 Miller, J.-A., "Teoría de Turín sobre el sujeto de la Escuela", ¿Qué poUtica para el psi-
coana1isis?, Colección OrientaciónLacaniana, Buenos Aires, 2003, p. 18.

10 11
PRESENTACIÓN LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

sosteniendo un deseo vivo de cada uno en ella, para inventar A partir de la iniciativa de Jacques-Alain Miller, Analistas
una solución -siempre precaria-, frente a cada impasse, pero que de la Escuela (AE) en funciones o que terminaron su período de
revele cada vez una enunciación más allá de la respuesta por la enseñanza, pasadores, y miembros de las diversas Escuelas, se
vía de la identificación al Otro. reúnen en este volumen como otro tratamiento posible de un
Es precisamente el pase el que puede funcionar como ese goz- nuevo momento de cuestionamiento; una nueva contribución
ne por el cual lo singular hace su aparición en la Escuela. En pa- al debate que se suma al trabajo de elaboración que ha dado co-
labras de Lacan: mienzo en la "Cita con el pase". Se trata de refundar el pase cada
vez, ante cada impasse, lo que supone situar al sujeto en condi-
Por ello designé con el pase esta puesta a prueba de la hysto- ciones de analizar a la misma Escuela, enseñar y hacer existir el
rización del análisis, cuidándome de no imponer este pase a psicoanálisis, para así preservar el lugar del inconsciente y su
todos, porque no hay todos en este punto, sino dispersos des- interpretación.
cabalados.6
A.G.
En definitiva, destacar ese lugar único que cada quien ocupa
en relación a la causa del psicoanálisis, reafirmando así la tesis de
que la singularidad es lazo. Y en esta operación, se ve el propósi-
to decidido de Lacan por un lazo entre analistas orientado hacia
un modelo contrario al del líder, separando gradus de jerarquía.
Un saber hacer respecto a eso real que desborda la identificación
y que no es más que lo imposible, incluso lo imposible de decir,
y que ya no habría que ir a buscarlo en el Otro. O como dice J.-A.
Miller en Sutilezas analítfcas: "Mientras ustedes piensen que per-
tenecen a una categoría renuncien a hacer el pase" .7
Así, la fórmula "El psicoanalista se autoriza por sí mismo",8
da cuenta de que la cualidad del analista no depende de los otros
(a la manera de la IPA), sino del psicoanálisis mismo y su con-
cepción. Y es el pase el que da cuenta de esa posición de sin igual
dentro del marco de la Escuela.

El AE, comandado por la ética del no-todo, extraído de los


significantes amos y destacando en el lazo la diferencia absoluta,
interpretará a la "Escuela sujeto" sosteniendo la división subjeti-
va y la premisa de una orientación a lo real.

6 Lacan, J., "Prefacio a Ja edición inglesa del Seminario 11", Ofros escritos, óp. cit., p. ·
600.
7 Miller, J.-A., Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 41.
8 "[ ... ] 'pre.fiero el analista solo se autoriza por sí mismo'. Instituyo 'el pase' en mi
Escuela, esto es, el examen de lo que decide a un analizante a plantearse como ana-
lista -eso sin forzar a nadie a que lo haga-". Lacan, J., "Televisión", Otros escritos, óp.
cit., p. 556.

12 13
ESCOLA BRASILEIRA DE PSICANÁLISE

Pase: un acto y sus impasses


TániaAbreu

Un susto ...
¡Me encuentro asustada y sin brújula en este, mi segundo
año de nominación como AE de la Escuela Una! Una cuestión
se impone: ¿qué originó la crisis que se instaló en la AMP, en lo
tocante al dispositivo del pase, corazón pulsante de la Escuela de
Lacan? He hecho esfuerzos en el sentido de acompañar conver-
saciones, textos de colegas, revisando cómo se produjo mi no-
minación, buscando encontrar el lugar de ella en este momento
de variadas y turbulentas convulsiones. Recientemente, al visi-
tar la exposición de la artista brasileña Adriana Varejao, en San
Pablo, me encontré con una pregunta sobre su obra que repre-
senta mi inquietud: "¿Qué imaginas que puede haber detrás o
debajo de las superficies que vemos? ¿Qué se encuentra más allá
de las apariencias externas?"
De la mano del susto, viene la satisfacción de constatar que
en el seno de la Escuela que elegí para mi formación analítica, se
encuentran 'dispositivos que comportan crisis en su existencia.
Los dispositivos de la Escuela de Lacan, cartel y pase, no exis-
ten sin ella: ¡la Diosa Crisis! Ambos dispositivos surgieron como
consecuencia de severas suturas, fisuras, que generaron algún
tipo de daño. Como nos lo recuerda Mattos, 1 "el Cartel tiene sus
antecedentes en una grave crisis: la Segunda Guerra Mundial".
Y continúa recordándonos que:

1 Mattos, S. de, Cartel: Uma Crise Original. Texto presentado en mayo de 2016 en una
actividad de la EBP-MG titulada "Cartel e Crise", organizada por el entonces Director
de carteles Wellerson Alkmin. Inédito.

15
TÁNIA ABREU LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Divulgada la historia de que la invención de los carteles lle- [... ] está en juego otra dimensión, que no supone elección
ga a Lacan a partir de su contacto con la psiquiatría inglesa sino viraje; que implica articulación, pasaje, paso -quizá pa-
poco después de la Segunda Guerra Mundial. .. Allí Lacan se radójico- pero estructurado, de la posición del analizante a la
inspira del uso que Bion hace de las elaboraciones freudianas del analista. 5
encontradas en el texto "Psicología de las masas y análisis del
yo", que según Lacan marca una época en la historia de la De este modo, la teoría del pase no se separa de la teoría del acto.
psiquiatría. Lacan extrae de ahí la idea de un grupo, de un Encuentro aquí un punto de conexión con lo que Lacan6 nos dice,
lugar de trabajo sin líder. en la "Proposición", sobre lo que es para él un AE, "a quien se im-
En el caso del pase, se trata de un dispositivo propuesto por puta estar entre los que pueden dar testimonio de los problemas
Lacan en 1967, entre otras razones, para precisar lo que es un fin cruciales, en los puntos nodales en que se encuentran ellos en lo
de análisis en su orientación. No se trata de un simple final crono- tocante al análisis ... ".
lógico, sino de un concepto. Con el postulado ortodoxo del aná- Me detengo aquí para preguntar: ¿habríamos olvidado noso-
lisis didáctico y de la liquidación de la transferencia defendidos tros, AES de la última generación, que los problemas cruciales
por los postfreudianos, la idea del fin de análisis se había desli- no son solamente los que atañen a nuestra experiencia personal
zado hacia la identificación con el analista. Al respecto, Miller2 llevada al fin y no menos importante, sino también aquellos que
recuerda que para Lacan, el fin de análisis marca que el sujeto afectan al funcionamiento de la Escuela sin la cual no existe el
que de él resulta se tomó un analista a partir de su análisis, lo que pase? Cabe recordar que además del Cartel del pase está la Es-
le permite autorizarse por sí mismo y no a partir de su práctica cuela. ¿Qué quiere la Escuela de un AE?
clínica. En la actualidad, ¿cuál es el grave acontecimiento que an- Agradezco a Bemardino Home el envío de un antiguo texto
tecede a la crisis del dispositivo del pase? Ciertamente no se trata de Laurent7 sobre lo que la Escuela espera de un AE, de una ac-
de encontrar ni de inmediato, ni de forma unívoca, una respuesta tualidad impactante:
a esta pregunta, motor del texto que me propongo producir.
Que dé testimonio de su experiencia: en el tratamiento, en el
Dos textos me parecen fundamentales para circunscribir lo
dispositivo del pase, en su experiencia del acto, en aquello
que aquí traigo como inquietud: la "Proposición del 9 de octu- que aprendió de la experiencia. La Escuela quiere aprender
bre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela"3 y el "Acto de con lo que él aprendió. Aprender de él, desvincularse de la
fundación" .4 Resalto un punto del "Acto de fundación" y su co- falsa universalidad de la regla y aprender con la particulari-
nexión con el fin de un análisis: el carácter solitario del acto de dad del acto que es siempre falla, borradura, destitución e in-
Lacan al fundar la Escuela Freudiana de París y sus semejanzas completud. Se puede decir que el AE descompleta la Escuela,
con la soledad del analizante al encontrarse con las contingencias donde ella podría hacer grupo, donde ella podría hacer serie.
que lo llevarán al final de su análisis. Es del acto que se trata en
estos dos momentos. En el primero, un acto cuyo objetivo era Hablar de mi elección por el pase, por lo tanto, es hablar de mi
restaurar el filo cortante de la verdad en el campo psicoanalítico, deseo de transmisión, de enseñar a través de mi experiencia,
amenazado por los desvíos de los postfreudianos. En el segundo es hablar del final de mi análisis anunciado desde la entrada,
caso, nos dice Miller:

5 Miller, J.-A., "Introducción a las paradojas del pase", Cómo tenninan los análisis. Pa-
2 Miller, J.-A., "Introducción a las paradojas del pase", Cómo terminan los análisis. Pa- radojas del pase, óp. cit., p. 28.
radojas del pase, Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 15. 6 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
3 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 249.
Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2003. 7 Laurent, E., "Nota extraordinária AE (Analista da Escola)", Opr;iio Lacaniana, Revista
4 Lacan, J., (1971) "Acto de fundación", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2003. Brasileira Internacional de Psicanálise, Edi~oes Eolia, San Pablo, 1996, n. 15, p. 3/4.

16 17
TÁNIA ABREU LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

lejos de cualquier idealización, significante que, al ser aislado en de 2021, cuando, en España, al presentar su libro Polémica política,
el final, permitió un cambio radical en el modo de goce que no Miller recordó lo que quiere decir la nominación AE: Analista de
desaparece, sino que presenta nuevos rostros. la Escuela. ¡Fui tomada por una sensación de Eureka!, un insight
Abogo por la idea de que el pase sigue siendo una apuesta y de algo que, sin embargo, configura una obviedad, pues la sigla
no una consagración sustentada en la incidencia de un "narci- ya lo demuestra, AE: Analista de la Escuela, aquel que, al desear
sismo inflamado", como nos advierte Miller8 en su más reciente que su formación sea garantizada por la Escuela, según Lacan,10
libro Cómo terminan los ana1isis, y sigo buscando cómo, a través "se hace responsable del progreso de la Escuela, se convierte en
del discurso, puedo estar a la altura de la tarea para la cual fui psicoanalista de su propia experiencia". En mi caso, sin embargo,
nominada por el Cartel F9 de la Escuela Brasilera de Psicoaná- solo -después pude entender que la sorpresa advino del enlace
lisis, a saber: interpretar la Escuela. De qué lugar, todavía no lo que allí se hizo, sin que yo lo supiera, con el afecto que cayó
tengo claro. Impasse. sobre mí al recibir la noticia de mi nominación, a través de un
llamado telefónico de la Secretaría del pase de la EBP: una mez-
cla de alegría y responsabilidad-. Sí, esta responsabilidad era la
2. Efectos de anonimato resonancia en mí, en mi cuerpo, que allí funcionaba como caja,
de lo que venía escuchando -sobre todo en la Escuela a la que
Escribo tomando al lector de mi texto como anónimo. Según estoy más directamente vinculada, la EBP-, algo del orden de una
Wikipedia, "anonimato es la cualidad o condición, de lo que es idealización del procedimiento de pase. Caía sobre mí una doble
anónimo, es decir, sin nombre o firma, lo que implica también responsabilidad: ser analista de mi propia experiencia, solitaria
un acto, el de mantener oculta su identidad a terceros". Es eso en su estructura, pero dirigida a la Escuela en su función, por lo
·10 que me entusiasma en este momento, escribir sin ocuparme tanto intérprete de la Escuela. ¿Qué quiere decir AE, intérprete
de a qué público voy a alcanzar. Escribir sin encomienda previa, de la Escuela? Retomo de lo inquietante. A cada felicitación que
escribir a partir de lo que viene afectando a mi cuerpo, desde mi recibía, no era el estrellato lo que me halagaba, sino la alegre y
nominación en diciembre de 2020. Escribir para la Escuela Una, tensa responsabilidad por esta Escuela sujeto. Si es sujeto, enton-
verdadero país del psicoanálisis, sin barreras, regionalismos ni ces demandante y pasible de interpretación. ¿Cómo alejarme de
mutualismos. País del pase, dispositivo que, según Miller, impli- las formas comunes de pensar, para, al torcerlas, promover inter-
ca también un acto, ya destacado más arriba, aquel del pasaje de pretaciones de los asuntos candentes de la Escuela?
psicoanalizante a psicoanalista, en un consecuente y no obligato-
rio procedimiento. Cito a Miller:
3. De la tragedia a la comedia
[... ]o bien el psicoanálisis es, pura y simplemente, una pro-
fesión. [... ]o bien está en juego otra dimensión, que no supo- Miller, desde su texto "Retratos de familia", 11 nos invita a con-
ne elección sino viraje; que implica articulación, pasaje, paso siderar la estructura del Witz para el pase, tal como nos la pro-
-quizá paradójico- pero estructurado, de la posición del ana- ponía Freud, es decir, a partir de tres elementos. A pesar de evi-
lizante a la del analista. 9 denciarse en el dispositivo del pase a partir de sus elementos: el
pasante, el pasador y el cartel del pase, me arriesgaría a decir que
Escribir para el anonimato fue uno de los caminos que encontré
para responder al estado perturbador que me invadió en mayo
10 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 248.
8 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo tenninan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 17. 11 Miller, J.-A., "Retratos de familia", Cómo tenninan los ana1isis. Paradojas del pase, óp.
9 lbíd., p.29 cit., p. 264.

18 19
TÁNIA ABREU LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

esta es la estructura de base del pensamiento psicoanalítico para cronológica de la vida de los pasantes que les dificultaría que
la constitución del ser hablante, desde Freud. Sino, veamos: para estos se alejen de ella, que la tomen como una ficción para poder
hablar de las pulsiones, nos dice inicialmente que se satisfacen en hacer comedia de ella?
el cuerpo propio. Solo hay goce del cuerpo del Uno. Es lo que de- El paralelismo que establed entre la estructura del circuito pul-
fine como autoerotismo. Si siguiéramos solamente la modalidad sional y la d_el Witz, además de configurar el lugar primario del
freudiana de la lógica de las pulsiones parciales, permanecería- chiste en la constitución del parlétre, tiene por objetivo advertir so-
mos en el eje de las relaciones imaginarias. Lacan, sin embargo, bre la importancia de mantener viva entre nosotros la idea de que
al conceptualizar el movimiento circular de la pulsión, introduce, el pase es una apuesta, que se gana, sobre todo cuando el AE logra
en esta ecuación, la dimensión tercera del Otro. Cito a Miller: mantener la distancia entre lo verdadero y lo real, consintiendo
con la naturaleza engañosa de la verdad y el advenimiento de la
Se puede leer este esquema así: el objeto a es algo en el Otro comedia en detrimento de la tragedia que lo llevó al análisis.
que es llevado al campo del sujeto por la trayectoria de la
pulsión [... ]Se podría crear la palabra autoheteroerotismo.12
4. Momentos
Condición ternaria impuesta por lo real del objeto a, que es en
su estructura un agujero. Es de ahí de donde partimos en una La elección de escribir para nadie y para todos, me deja libre
experiencia analítica y a donde regresamos al final, cuando pa- para entrar en mi "infinito particular" sin perderme y tratando
samos de la impotencia a la imposibilidad de decir de la verdad de guiar al otro para que no se pierda también. Un poco sobre el
que, en sí, tiene estructura de ficción. El encuentro con la verdad Infinito Particular: expresión que da título a una canción de Ma-
mentirosa es el escenario para que pasemos de la tragedia a la risa Monte, cantante brasileña, y que retrata, como pocas, cómo
comedia de lo que fue nuestra vida, al modo del chiste. Distancia podemos ser lo mejor y lo peor de nosotros mismos. También
necesaria para inventarse formas de lidiar con lo real que no cesa metaforiza cómo el encuentro con lo real -que da un límite a ese
de presentarse en nuestra vida, incluyendo ahí lo que vivimos en infinito, siempre de forma contingente-, puede hacer algo acon-
nuestra experiencia de Escuela. tecer en el cuerpo, convirtiéndonos en abanderados de nosotros
Romantizar el pase con un exceso de historias edípicas es al mismos y, en el caso de una nominación, testimoniar de la rela-
mismo tiempo peligroso e inevitable, desde mi punto de vista. ción con la Escuela de Lacan.
Por un lado, el AE no tiene otros medios para intentar dar prueba Hasta aquí describo lo que fue para mí lo que designo como
de cómo puede manejarse con la opacidad del real en cuestión, "momento l" de mi experiencia como AE. Volver a contar lo que
y por otro, es de parentesco de lo que se habla, porque es de allí fue mi experiencia analítica, mi acto de entrada en el dispositi-
que se aprende !alengua. Una justa medida se impone para no vo, que no existe sin Escuela. Hoy puedo decir que la ganancia
incurrir en la autoficción que privilegiaría más hechos y fotos, 13 epistémica fue enorme, tanto en el campo de la lectura como de
ya que se trata de álbumes de lo que hablo, en detrimento de la la escritura, inhibida hasta la nominación. ¿Y para la Escuela?
producción de un saber transmisible. ¿Qué ganancia? ¿Qué conseguí enseñar a partir de mi experiencia,
En este punto, incluyo un cuestionamiento al propio dispo- transmitida, en su totalidad, por vía on line? Según Marta Serra
sitivo del pase: ¿no promovería él, el dispositivo, a través de las Frediani,14 con el pase las experiencias de análisis y de Escuela se
preguntas de los pasadores e incluso del cartel, una narrativa conectan, a través de la transmisión de lo privado a lo público que
compone la experiencia del pase, llevándome así a tener que en-
contrar respuestas a las innumerables cuestiones que me pueblan.
12 Miller, J.-A., "Tercera conferencia brasileña: el amor sintomático", El síntoma char-
latán, Paidós, Barcelona, 1998, pp. 46-47. 14 Frediani, M. S., El psicoanálisis en singular. Un recorrido, España, NEO Ediciones,
13 Juego de palabras: "fatos e fotos", hechos y fotos [N. de T.]. 2021.

20 21
TÁNIA ABREU LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Para decir de los impasses en que me encuentro hoy, "en el [... ]Si en la entrada el sujeto habla al nivel del amor, a la sali-
momento 2" de mi nominación, lo haré por retroacción, forma da el sujeto sabe que habla al nivel de la pulsión.
prínceps de aparición de la dimensión temporal para el psicoaná-
lisis. Me he preguntando si este momento que se inició a fines del El resto ineliminable, habitado por la opacidad del goce y nomi-
2021, que dio lugar a una "Cita con el pase", en marzo de 2022, nado como inhibición, retoma una vez más en este momento de
puede ser considerado el momento de una contra-experiencia del crisis del pase. No me resta otro camino que escribir a los peda-
pase y si es así, ¿cómo me inscribo en este movimiento? Miller15 zos, piezas sueltas, escribir a mano, implicando mi cuerpo, pe-
consideró el año 2017 como su "año cero", el año donde"[ ... ] un queñas notas, pequeños trozos, elementos afectivos con los que
nuevo comienzo, un cambio, una transfiguración, una Aufhebung compongo mis textos. ¡Tejido compuesto de los restos inelimina-
según el término de Hegel". Y continúa:"[ ... ] Todo comienza sin bles del análisis y del rozar de las palabras que brotan de la con-
ser destruido para ser llevado a un nivel superior". Él encontraba tingencia! ¡Esto es lo que, por ahora, puedo ofrecer a la Escuela!
allí su "punto de capitón". Manteniendo las debidas distancias,
me pregunto acerca del carácter de acontecimiento que este mo- TRADUCOÓN: PATRIOO ÁLVAREZ BAYÓN

mento ha tenido para mí. ¿Mi "año cero" dentro de mi "infinito


particular"?

5. Para terminar ...

La nominación como AE atravesó mi cuerpo con un pavor so-


litario, pues cayó sobre mí el imperativo: tienes que escribir. Ins-
tante de ver. Una vez más, todo vino "junto y mezclado": lo nue-
vo de la nominación, lo nuevo de vivir en un nuevo país (en 2021
estuve en París haciendo un Doctorado sandwich), bajo la tutela
de lo nuevo de la pandemia. ¡Un nudo! ¡Retomo de la inhibición,
resto ineliminable de un análisis! ¿Qué hacer? Aposté por los res-
tos de una transferencia que no se elimina, a pesar de su afini-
dad con lo que hay de fracaso en el amor. Una vez que estaba en
París, solicité un encuentro con el ex analista de quien oí: "La vida
se mueve. Es como el tiempo. Tenemos que acompañar". Tiempo
para comprender. Frase que tuvo efecto de interpretación, pues
me llevó a renovar mi entusiasmo por el pase, por el trabajo de la
Escuela y por la escritura que, a través del Doctorado y del pase,
se configuró como uno de los destinos de la pulsión al final de mi
análisis. Sigo a Salman:16

15 Miller, J.-A., "Punto de capitón", Polémica polftica, RBA, Barcelona, 2021, p. 17.
16 Salman, S., "El misterio del cuerpo que habla", Fre11diana, nº 61, Barcelona, Paidós,
2011, p. 69.

22 23
NUEVA ESCUELA LACANIANA DEL CAMPO FREUDIANO

Una nueva apuesta


Marcela Almanza

En este momento tan especial en tomo al pase y concernida


por las últimas reflexiones de J.-A. Miller sobre al tema, quisiera
retomar algunas cuestiones que se desprenden de aquello que
implica la apuesta por el pase hoy por hoy, el nombramiento de
un AE y lo que resuena y hace marca de dicho acontecimiento en
nuestra comunidad.
Sabemos que la Escuela, como "experiencia inaugural", tal
como la calificó Lacan en su "Acta de fundación",1 está hecha de
una materia muy especial ...
Es así como lo refiere J.-A. Miller cuando dice que
En una Escuela, no hay al menos en principio, una excepción
una, una excepción solitaria y antinómica con el conjunto
como lo quiere la fórmula edípica. No hay una excépción, sino
un conjunto, o más bien una serie de excepciones, [... ].2
Una Escuela se presenta, entonces, como un conjunto lógicamen-
te inconsistente, sometido al régimen del no-todo y, por consi-
guiente, regido por la función de S(A).
En esa vía, pienso que la experiencia de Escuela no puede ser
disociada de la experiencia de un análisis y del modo en que, a
su vez, los practicantes del psicoanálisis nos inscribimos en ella.
En este contexto, parto de un planteo de J.-A. Miller en su es-
crito "Intervención sobre el mutualismo" -que me parece crucial

1 Lacan, J., (1971) "Acto de fundación", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012,
p.254
2 Miller, J.-A., "Teoría de Turfn sobre el sujeto de la Escuela", ¿Qué política para el psi-
coanálisis?, Colección Orientación Lacaniana, Buenos Aires, 2003, p. 17.

25
MARCELA ALMANZA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

para la reflexión que hoy nos ocupa- cuando plantea que el pase pues esta no se adquiere, no tiene ninguna chance de adquirirse
concierne a la práctica del psicoanálisis, tal como Lacan nos lo sino llevando a su término la propia experiencia del sujeto como
transmitió, pues "una cura psicoanalítica es equivalente a una psicoanalizado. No hay otra vía regia más que el análisis pro-
demostración". 3 pio que implica la elaboración de la relación al inconsciente y al
Y agrega: "Lacan sostenía la cura como un proceso lógico que deseo.7
exige una conclusión" .4 De este modo sostiene que: Así pues, con Lacan, el término "experiencia" se opone al de
"estándar" ya que, en este último, verificamos que las condicio-
[... ] el pase, respecto de nuestra práctica del psicoanálisis, nes de la experiencia sean acordes al modelo, mientras que en la
es coherente con, solidario, inseparable [... ] Una demostra- experiencia examinamos el resultado obtenido. 8
ción que solo valdría para uno solo no serviría para nada. No Podríamos decir que lo que se introduce, de modo absoluta-
hay demostración sin comunidad. Es la razón de que haya
mente novedoso entre nosotros, es el hecho de contar con un dis-
Escuela. Tenemos una Escuela para que la demostración sea
posible, sea efectiva y la demostración en principio es la de la positivo de investigación sobre lo que es un analista y, hay que
conclusión de la cura.5 decirlo, este es concebible solamente si uno no piensa saberlo de
antemano. 9
Resalto entonces: Escuela, Pase, Demostración, Comunidad. Lacan plantea entonces, con el pase, el carácter finito de la ex-
Tal como nos recuerda E. Laurent: periencia analítica, resaltando que hay un final de análisis (asen-
tando la tesis de que el análisis termina, no se detiene o se inte-
La ambición de Lacan era demostrarle a la comunidad analí- rrumpe) y que el pase consiste en decir de qué se trata ese final.
tica y no solo a la constituida por sus alumnos, que la verdad La puesta en marcha del dispositivo en una Escuela constitu-
del psicoanálisis permite mantener unidas singularidades, ye entonces, de entrada, un acto de confianza y de consentimien-
ligadas no por un ideal, sino por la transferencia al psicoaná- to que conciernen tanto al procedimiento en sí (disponiendo to-
lisis, al discurso analítico. Transferencia que es otro nombre dos los elementos necesarios para su efectivo funcionamiento)
del discurso del analista, que puede hacerse responsable de
como a aquel que, bajo la convicción de haber arribado a un final
un acto aún sin medida. 6
de análisis, solicita ingresar en el dispositivo como pasante.
Entonces, en primera instancia podríamos afirmar que el con- Y hay que decir que, una vez finalizado este proceso, cuando
cepto de EsCÜela en Lacan implica de entrada un cambio radical surge la nominación de un AE, esta tiene el valor de una apuesta,
de la definición del analista pues, lejos de surgir esta como una pero aún hace falta que su producción la confirme. 10
respuesta asertiva amparada en algún orden proveniente de la J.-A. Miller planteaba hace más de veinte años (mayo del 2001)
tradición o del discurso universal, más bien se plantea como un algunos puntos que me resuenan ahora, a la luz de los aconteci-
devenir analista que decanta como el resultado del propio análisis, mientos y debates actuales, para volver a pensar las diferentes
y no del ejercicio de una práctica. aristas que intervienen y se ponen en juego cuando los carteles
Sabemos que la calidad de psicoanalista no tiene como tal, en
su fundamento, nada que hacer con la profesión de psicoanalista,
7 Miller, J.-A., "Cómo se deviene psicoanalista en los inicios del siglo XXI, Perspecti-
vas de política lacaniana (segunda intervención)", El psicoana1isis en el siglo XXI, NED
ediciones, España, 2022.
8 Laurent, E., "Política del pase e identificación desegregativa", Revista Lacaniana de
3 Miller, J.-A., "Sobre el mutualismo", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, Psicoana1isis, nº 26, óp. cit., p. 99.
Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 316.
9 Miller, J.-A., "El concepto de Escuela", [en línea], https:/ /www.wapol.org/es/
4 Ibfd., p. 316. las_escuelas/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=l&intidiomaPu-
5 Ibfd., p. 316. blicacion=l&intArticulo=288&intidiomaArticulo=l&intPublicacion=10
6 Laurent, E., "Política del pase e identificación desegregativa", Revista Lacaniana de 10 Miller, J.-A., "Respuesta a Ché vuoi? sobre la formación del analista en el 2001", El
Psicoana1isis, nº 26, EOL-Grama ediciones, Buenos Aires, 2019, p. 101. Caldero de la Esrnela, nº 87, EOL-Grama ediciones, Buenos Aires, noviembre 2001, p. 15.

26 27
MARCELA ALMANZA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

que nombran, proceden a realizar una evaluación clínica del caso, Un asunto que considero oportuno recordar, nuevamente,
pero: para aportar a los debates de los que estamos participando en los
últimos meses y que giraron alrededor de puntos bien precisos,
[... ]también responden a una pregunta epistémica: qué cosa tanto en el "Informe sobre los disfuncionamientos del pase en las
nueva nos enseña este pasante sobre las vías que conducen
Escuelas", c_omo en la reciente "Cita con el pase", en marzo de
a un fin de análisis; finalmente tienen que tomar en cuenta
la resonancia política de su decisión. ¿Sabrá el nuevo AE res- este año.
ponder a lo que la institución espera de él, ser "analista de la Entre otras cuestiones sumamente importantes a resaltar en
experiencia" de la que él mismo forma parte, la de la Escuela? dicho informe, Christiane Alberti sostenía, por ejemplo, que el
Estas tres dimensiones no se recubren. 11 testimonio terminó por ocupar un lugar exorbitante en la vida de
la Escuela, imponiéndose como la trama esencial de la enseñan-
¿Qué sucede cuando esto no funciona así? za y de las intervenciones de los AE; una enseñanza demasiado
Se trata de una cuestión esencial que convendría tener presen- centrada en la clínica del pase, en detrimento de lo que se espera
te, cada vez, y que Miller ya venía planteando en un texto ante- del AE: una enseñanza sobre los puntos vivos del psicoanálisis. 15
rior cuando resaltaba, sobre la frase pronunciada por Lacan, que: Por su lado, en cuanto al funcionamiento del Cartel del
pase, resalto del informe de Anna Aromí la siguiente pregunta:
[... ] la equivocidad del relativo condujo a todo el mundo a "¿Cuándo los carteles dejaron de ser sujeto supuesto saber del
imaginarse que el AE tenía que ser analista de su propia expe- pase para la Escuela? ¿Ocurrió al mismo tiempo que se 'consa-
riencia. Es un error de lectura: para Lacan, el AE, es analista de graba' a los AE?" .16
la experiencia de la Escuela. Concibe la Escuela como el lugar
Extraigo entonces, a continuación, un hilo que se desprende
de una experiencia, y a esta experiencia como analizable.U
del muy reciente libro de Jacques-Alain Miller, Cómo terminan los
Resaltando que es una experiencia de tipo analítico y que tiene análisis. Paradojas del pase, al establecer la apuesta del pase versus
que ser interpretada. la consagración del AE.
Ya en esa época nos advertía que el AE no está allí solamente Me pregunto entonces, ¿cómo pasamos del nombramiento de
para transmitir la clínica de su propio caso, sino que además es- un AE, concebido en tanto apuesta que revitaliza el dispositivo
peramos de él, el análisis de la experiencia de la Escuela, y que: del pase, poniendo en valor las coordenadas anteriormente men-
cionadas, esperando que el AE sea analista de la experiencia de
[... ] nos resignifique lo que vivimos, que no se reduce a luchas la Escuela, a que dicho nombramiento comience a funcionar más
de poder, de prestancia, de personas, corno se dice, ni incluso bien como una consagración?
a una reconquista del discurso o del terreno, o a una tensión Debo decir que este último significante, de entr~da, me evoca
entre lo múltiple y el uno, entre la base y la dirección. 13 un sentido religioso, sagrado, y que pone en juego algo del orden
Resaltando otro nivel más interesante, menos abordado y frente de la ceremonia, de un asunto destinado al culto divino y que,
al que hemos retrocedido, que es "el de la Escuela como expe- por lo tanto, queda bastante alejado de aquello que se esperaría
riencia susceptible de ser interpretada analíticamente". 14 encontrar del lado del ejercicio de un AE luego de su nominación.
Sin embargo, hay que decir que la llamada starificación de los
AE no vino sola ... sino más bien de la mano de la propia comu-

11 Ibíd., p. 15.
12 Miller, J.-A., "Sobre el mutualismo", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, 15 Alberti, C., "La clínica no es el todo del pase", en "Informe sobre los disfunciona-
óp. cit., p. 319. mientos del pase en las Escuelas". Informe de distribución interna en la AMP.
13 Ibíd., p. 320.
16 Arorní, A., "Mutualismo y regionalismo en la ELP", en "Informe sobre los disfun-
14 Ibíd. cionamientos del pase en las Escuelas", óp. cit.

28 29
MARCELA ALMANZA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

nidad analítica que, al alojar los testimonios bajo cierto efecto ¿Cómo estar atentos, en tanto miembros de una Escuela, a
de conformismo y, porque no, también de fascinación, quizás aquello que insiste, para alojarlo de modo conveniente y así pro-
propulsó veladamente un reforzamiento del Ideal articulado a la ducir nuevas elaboraciones que permitan dar un paso más, fren-
transmisión del AE, antes que discutir sus contribuciones. te a este panorama que nos compromete?
Por otro lado, el silencio y los efectos de identificación, mu- Podemos decir entonces que "el pase, concebido por Lacan
chas veces presentes luego de la escucha de un testimonio, han como el nombre del momento terminal de un análisis llevado a
impulsado, además, una suerte de "tapón" de sentido difícil de su fin lógico, no es un sacramento" .19
conmover, en vez de hacer lugar, más bien, a la emergencia de Tal como lo expresa aquí J.-A. Miller:
una sorpresa que propicie y cause al trabajo a la Escuela sujeto.
Este efecto mencionado retoma en diversos espacios de nues- [... ]evidentemente, no fue para hacer un sacramento por lo
tra vida de Escuela y, por qué no decirlo, también en los diva- que Lacan dio nacimiento al pase. Si tenemos en cuenta su
nes, cuando se escucha repetidamente el uso de significantes que intención de creador, a sus ojos no era un sacramento. La no-
emergen de ciertos testimonios que hacen eco en nuestra comu- minación, con el aparato legal que la rodea, era segunda y
nidad y que comienzan a circular a la hora de intentar cernir algo estaba destinada a consagrar un acontecimiento que se habría
del orden de lo más íntimo y singular del caso que siempre hará producido en la experiencia analítica de alguien. Según este
borde con lo indecible. acontecimiento, para un sujeto habría algo nuevo en lo real,
Es allí donde, si algo nos enseña nuestra propia condición o -digo o para aflojar un poco esta exigencia-, al menos, algo
analizante, sesión tras sesión, bajo transferencia, es que algo se nuevo en su relación con lo real. 20
va recortando fuera de sentido, más allá de los mecanismos de
la cadena significante y de las propias ficciones del lenguaje, y es Consagrar un acontecimiento, entonces, no es del mismo orden
lo que nos permite vislumbrar que el parletre es, esencialmente, que sostener la consagración del AE.
el ser que habla de su goce y cuyo goce es la razón última de sus Diferencia fundamental que nos seguirá convocando a un
trabajo sostenido en el interior de la Escuela, formando parte
dichos. 17
El trayecto de un análisis entonces, de principio a fin, nos cau- de este momento tan especial, pues "El sentido del pase -y es
sa a leer esa positividad absolutamente singular, incomparable, sin duda un sentido que tiene que ser renovado; rejuvenecido,
a la cual le es inmanente el goce, y también a estar atentos a los refundado entre nosotros- su sentido es el escándalo del pase" .21
arreglos posibles, a los acomodamientos y soluciones a la medi- Y se trata de que ese escándalo nos siga despertando, nos im-
plique y provoque de la buena manera, para relanzar y dar im-
da.
Y eso solo se produce uno por uno, caso por caso, no por iden- pulso, una vez más, a una nueva apuesta por el pase.
tificación sino por la apuesta sostenida y por el consentimiento
a transitar un análisis, de principio a fin, asumiendo las conse-
cuencias que de allí se desprenden.
Por otra parte, coincido con Graciela Brodsky cuando plantea
que "el efecto de afecto se adueñó del pase", y que eso es un pro-
blema, "si pensamos que el pase más allá del testimonio aspira
a avanzar sobre lo real que anida en la formación del analista" .18

19 Miller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analíticas, óp. cit., p. 156.


17 Míller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 146. 20 Ibíd., p. 157.
18 Brodsky, G., "Siete puntos para conversar sobre el pase en la EOL (y más allá)", en 21 Míller, J.-A., "Cómo se deviene psicoanalista en los inicios del siglo XXI ... ", El
"Informe sobre los disfuncionamientos del pase en las Escuelas", óp. cit. psicoanálisis en el siglo XXI, óp. cit., pp. 20-21.

30 31
ESCUELA DE LA ORIENTAOÓN LACANIANA

Ideas y conclusiones
Damasia Amadeo de Freda

Destacando su dimensión simbólica tanto corno


su aspecto utilitario, el artista declara: "El nudo
es para mí una invención fabulosa, más fabulo-
sa aún por ser anónirna".1

1
Cuando un sufrimiento toma la forma de síntoma, este puede
invadir gran parte de la vida y su carácter compulsivo, invali-
dante o angustiante, decidir a la persona a pedir un análisis.

2
El síntoma analítico no es una anormalidad del organismo,
no es índice de una desregulación producto de una enfermedad
respecto de la cual el psicoanalista buscaría, con su intervención,
devolver el equilibrio perdido. Ese es terreno de la medicina y de
otras prácticas. El síntoma que trata el psicoanálisis está hecho
de deseos, goces, sustituciones, historias ..., y su particularidad
es representar una verdad a desentrañar. Esto da como resultado
un sujeto dividido, que es aquel con el cual trata el psicoanálisis.

3
El amor de transferencia es requisito para que el análisis se
inicie y pueda ser operativo en el tiempo. Incluye dos elementos
heterogéneos: libido y significante. Hay también otros elementos

1 Texto referido a la obra "El nudo" de Claude Viallat, exhibido en la exposición Liber-
tad de colores, en el Museo de Arte Contempo,ráneo de Buenos Aires (MACBA), del 4 de
marzo al 12 de junio de 2022, con curaduría de Marie Sophie Lemonie.

33
DAMASIA AMADEO DE FREDA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

que componen el síntoma, de modo que este se anuda a la trans- tiempo permite dar forma y poner de relieve esos componentes,
ferencia, la cual se apoya en el pivote del sujeto supuesto saber abriendo el análisis a la travesía del fantasma hasta dar con una
permitiendo la puesta en marcha del trabajo analítico. fórmula posible.

4 9
La asociación libre es la consigna que el psicoanalista le da al El analizante va a sus sesiones con el objetivo de curarse del
paciente. Y aquel dispone de la interpretación. Entre las funcio- síntoma, pero con el tiempo se da cuenta de que puede hablar de
nes de la interpretación está evitar la proliferación del sentido y cualquier cosa, incluso si el síntoma no desaparece, se agrava o
su horizonte es el no sentido como uno de los nombres de lo real. se desdibuja en la maraña de otros ternas. El lenguaje mismo se
La interpretación es asertiva y no se confunde con una forma de · vuelve entonces transportador de goce y de deseos, incidiendo,
coacción ni con un modo de sugestión; se recorta sobre el fondo gracias a la presencia del analista, en el síntoma y en el fantasma.
del silencio del analista, tan eficaz y calculado como su decir.
10
5
El psicoanalista dirige la cura del paciente hasta el punto de
El psicoanalista orienta la cura, trata el síntoma, pero no busca saber que este quiera alcanzar. En ningún momento abandona su
eliminarlo sino favorecer el advenimiento de una verdad de la posición: no promueve ni disuade acerca de la decisión de termi-
que este es portador. A medida que el saber le gana terreno a la nar el análisis o de presentarse al pase. Solo en caso de considerar
ignorancia, el síntoma se modifica. Por eso el psicoanálisis es un la decisión corno un apresuramiento, una respuesta a la trans-
tratamiento muy distinto a cualquier otro. ferencia negativa producto del análisis mismo, la interpretación
puede esclarecer dicho momento con el objetivo de continuar el
6 análisis.
El psicoanalista interpreta, no prejuzga ni juzga, no dirige a la
11
persona sino la cura. No utiliza la parte sugestiva que comporta
toda manifestación transferencial salvo, y muy excepcionalmen- El análisis se termina cuando el paciente deja de ir a ver al psi-
te, cuando es estrictamente necesario y por razones intrínsecas al coanalista. Aquel puede darlo por terminado sin por ello haber
análisis mismo. despejado lo suficiente la función del síntoma ni haber atravesa-
do el fantasma. También puede suceder que una novedad, una
7 incógnita, un enigma conduzcan a quien ha hecho del análisis
una parte de su formación, a querer transmitir el resultado de lo
El analizante busca reducir el sufrimiento que el síntoma lleva
obtenido en otro espacio: el pase.
aparejado, pero en el transcurso del análisis se encuentra con pa-
radojas: la repetición se impone sobre el cambio, la fijeza le gana
12
terreno a la plasticidad y el malestar se vuelve una nueva mane-
ra de gozar. Dichos indicadores van delineando otra modalidad El deseo del analista es un operador que apunta a encontrar
psíquica: el fantasma. la diferencia absoluta. Esta es el resultado de la cura y de las va-
riables de contingencia que han contribuido a su encuentro; y el
8 pase es el lugar apropiado para testimoniar de su formalización.
El fantasma se construye a partir de los mismos signos de re-
petición, fijeza y satisfacción indicados por el síntoma. El factor

34 35
DAMASIA AMADEO DE FREDA
LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

13
va. Esta es consecuencia de una triple obtención: el saber despren-
El pasaje al analista no tiene que ver con la experiencia profe- dido del síntoma, el resultado del atravesamiento del fantasma y
sional,· no obedece al oficio que se ejerce de manera efectiva. El el surgimiento de un inesperado. El primero deja ver de manera
candidato al entrar en el dispositivo del pase busca testimoniar suficientemente nítida los S1 en tanto significantes amo que ha-
de ese pasaje. brían comandado la vida del sujeto; el segundo permite definir
especialmente el objeto a como condensador de goce; el tercero
14 es contingente, aunqu~ el tiempo analítico y su:s avatares pueden
Cuando la demanda de pase es aceptada, el procedimiento allanarle el camino. El anudamiento de los registros RSI no es el .
comienza con una serie de entrevistas con los pasadores durante mismo al inicio que al final del análisis, y el pase es el lugar que
permite dar cuenta del nuevo nudo.
las cuales el pasante busca formalizar los puntos cruciales y los
saltos subjetivos acontecidos en su análisis, así como el límite de
saber y la novedad.
18
15 Todo miembro del Cartel del pase procede con discernimien-
to frente al testimoni() del pasante. Como lo recordara recien-
El pase no es una obligación, además de ser una apuesta cuyo
temente Jacques-Alain Miller,3 discernimiento quiere decir que
resultado no es posible anticipar. Para quien decide emprender-
allí interviene el juicio y la prudencia. El testimonio es recibido
la, a partir de allí se abre el horizonte de un saber nuevo produc-
con la objetividad necesaria y la distancia óptima que el discer-
to del pasaje mismo. Saber siempre inconcluso, como lo destacan
nimiento exige: sin valoración ideológica o política, institucio-
las palabras de Lacan: "Si hay alguien que se la pasa pasando el
nal o de cualquier otra índole; ausente de un factor segregativo
pase, ese soy yo" .2 Con la invención del dispositivo, Lacan rom-
cualquiera sea la fuente de su procedencia y dejando de lado el
pe con el estándar del analista indicando, también, que no hay
parecer, la impresión o cualquier afecto que pueda surgir allí.
formación definitiva sino, en todo caso, pases.
También prescinde de toda información extra al testimonio es-
cuchado a través del pasador. El discernimiento requiere eva-
16
luar la presencia de un indicador que atestigüe el encuentro con
Quien entra al dispositivo del pase busca formalizar el anu- un reflejo de lo real formalizado, para poder favorecer una no-
damiento entre lo sabido y lo imposible de saber: entre lo sim- minación. El juicio esclarecido, que debe imperar en todo mo-
bólico reconocido, el imaginario más allá de su tinte especular y mento, se aboca a discernir, en la lógica del testimonio, el entre-
el surgimiento de un reflejo de lo real que habría desbaratado el cruzamiento entre el saber y la novedad que el pase propone. El
sentido de la madeja significante. El nuevo ordenamiento de lo mismo criterio de discernimiento rige para la función del éxtimo
real, lo simbólico y lo imaginario da una nueva definición a su cuando el Cartel se pronuncia de manera unánime por una no-
deseo de analista. minación.

17
19
La formalización del límite de saber, con los elementos dispo-
nibles al saber, van acompañados de una transformación subjeti- En caso de que el testimonio no culmine en una nominación
como consecuencia de no haberse podido localizar criterios

2 Lacan, J., (1973) "Sobre la experiencia del pase", Ornicar? nº 1, Petrel, Barcelona,
1981, p. 39.
3 Miller, J.-A., Blog de la passe, nº 31, París, 12 de enero de 2022.

36
37
LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO
DAMASIA AMADEO DE FREDA

suficientes que la ameriten, la respuesta del Cartel debe ser lo Conclusiones


suficientemente argumentada y reflejar lo mejor posible el dis-
cernimiento que determinó su conclusión. Es preferible que un Las ideas expuestas pueden ser paradigmáticas o simple-
miembro del Cartel transmita personalmente el fundamento de mente un ideal que se busque alcanzar. Ellas tienen la función
la conclusión al pasante. de guías con las que me oriento, son brújulas que contribuyen
a no perder el norte. En lo personal, pienso que no se han cum-
20 plido totalmente algunos de los puntos arriba enumerados, lo
que no me impide consignarlos y servirme de esas proposiciones
La formalización de los puntos candentes del análisis junto para mantenerme lo más centrada posible en el sendero del psi-
con el límite de saber, que puede tomar la forma del encuentro coanálisis. Tengo hecho un largo trayecto de análisis, soy AE en
con un inesperado, cuando desemboca en una nominación, en ejercicio y desde hace más de un año integro el Cartel del pase
adelante el AE contribuirá, con su testimonio y con sus aportes de la EOL. Tras ese recorrido, y en conjunto, puedo decir que
teóricos, a hacer avanzar el psicoanálisis. hoy estoy convencida de que el inconsciente sigue siendo una
x, como sostuvo Freud al final de su obra; un saber que nun-
21 ca termina de construirse, lo que no impide que en tomo suyo
El AE lleva a cabo su tarea con discernimiento y busca contri- una buena cantidad se pueda elucubrar. Como analizante, esa
buir a evitar la tendencia a la burocratización dando cuenta, con elucubración de saber ha impactado en mi vida, analítica y más
su elaboración, del pasaje al analista y de su interpretación de la allá de ella, transformándola en muchos aspectos y de un modo
Escuela del Campo freudiano. bastante considerable. Al día de hoy, sin embargo, un espacio de
sombras permanece intacto, y desconozco cuanta más oscuridad
22 podrá disiparse en el tiempo por venir. El síntoma que me con-
dujo al análisis ha sido la manifestación del inconsciente para
La función del AE es limitada en el tiempo. Durante su man- mí más clara. Sobre el fantasma y su atravesamiento, no podría
dato testimonia acerca de los puntos candentes de su análisis y asegurar lo mismo. En su momento pensaba haber arribado a su
de la novedad que lo llevó al pase. Interpreta la Escuela en tanto fórmula, hoy creo que esta puede asumir distintos carices con el
sujeto, da cuenta de la diferencia absoluta proveniente de su de- tiempo. Cuando surge un inesperado en el análisis y este pro-
seo de analista, la cual habría desembocado en el pasaje al analis- duce un reordenamiento de los registros RSI dando lugar a un
ta. Tiene una función específica en la Escuela, función que Lacan nuevo nudo, puede suceder de sentirse uno impulsado a que-
propuso para contraponerla a la del didacta. No constituye una rer testimoniar de eso. Fue mi caso. El análisis produjo en mí un
casta, no forma un grupo, se opone a toda forma de mutualismo inesperado, un deseo nuevo y distinto del que creí, por muchos
institucional, no se inscribe dentro de un sistema jerárquico y su años, fuera mi deseo más evidente: ser psicoanalista. El análisis
función es temporaria y no permutativa. y el pase especialmente, le dio un nombre a este deseo nuevo:
escribir. También hubo modificaciones en mi vida amorosa, an-
23 tiguos síntomas desaparecieron y una manera de ser cambió en
El AE habita el corazón mismo de la Escuela, pero no con- algunos aspectos. Pero si la emergencia de un real desordenara
funde su función con la vida institucional. El lugar que ocupa, los registros y produjera un síntoma cuyo sufrimiento me inter-
si bien es limitado en el tiempo como todas las funciones de la pelara, sin dudarlo volvería a analizarme. Como miembro del
Escuela, no es permutable y una de las tareas a su cargo es asegu- Cartel del pase aspiro a escuchar los testimonios, libre de cual-
rar de manera adecuada el discurso psicoanalítico. Su posición quier referencia que sirva de modelo. Pero también constato que
debe permitirle discernir los problemas cruciales y el destino del no es una tarea sencilla. Hacer tabula rasa del saber adquirido
psicoanálisis en el mundo y en el tiempo que habita.

38 39
DAMASIA AMADEO DE FREDA

requiere de una posición exenta de todo preconcepto, la cual no


me resulta tan fácil asumir. Antes de ser AE y de formar parte del ESCUELA DE LA ORIENTAOÓN LACANIANA
Cartel, creía fervientemente en eso; hoy, la experiencia me lleva a
matizar la idea. Espero que nuevos argumentos alumbren lo que Paradigmáticos o ejemplares
se mantiene todavía para mí en penumbras, para colaborar a un
mayor discernimiento, al que como psicoanalista, aspiro. Gerardo Arenas

Suele decirse que Lacan, al presentar su tesis de psiquiatría,


amplió la nosología clásica añadiendo a las enfermedades men-
tales incluidas en esta una entidad mórbida nueva: la paranoia
de autocastigo. Lo curioso es que allí él mismo rechaza explícita-
mente esa manera de entender su aporte. Por el contrario, propo-
ne elevar el caso discutido (Aimée) a la dignidad de un prototipo,
o sea, a la de una observación prínceps cuya singularidad, des-
crita sin escatimar detalles, permita cotejar ese caso con otros y
así distinguir cuáles pueden ser puestos en serie con él en virtud
de relaciones de analogía. 1
En este planteo convergen diversos problemas lógicos y epis-
temológicos, además de una nítida toma de posición ontológi-
ca que converge con la de asignar a las estructuras un carácter
imaginario, asignación tanto más marcada en Lacan cuanto más
avanza su enseñanza. No tiene sentido pasar aquí revista, en
toda su amplitud, a esos problemas ni a las implicancias de tal
posicionamiento, pero abordar uno de sus aspectos no solo es
posible, sino que será provechoso para apreciar ciertos rasgos
de los testimonios de final del análisis y arrojar nueva luz so-
bre unos disfuncionamientos del pase en las Escuelas que fueron
mencionados durante un reciente Rendez-vous.2

1 Lacan, J., (1932) De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, Siglo Vein-
tiuno, México, 1979, pp. 241-243.
2 El Rendez-vous avec la passe tuvo lugar en la Maison de la Mutualité, en París el 19 de
marzo de 2022.

40 41
GERARDO ARENAS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Herramientas suyo y para los cuales esta detallada observación prínceps sirva
de prototipo. Aquí la relación de analogía debe entenderse en
Con este fin, retocaremos el sentido usual de dos cuasisinó- el sentido de una identidad parcial de estructuras,5 de manera
nimos, ejemplo y paradigma, introduciendo entre ellos diferencias que hacer del caso Aimée un paradigma es apostar a que otros
que sugieran incluirlos entre las herramientas con que aborda- casos forme_n con él al menos una serie de análogos, sin que es-
mos los problemas relativos al pase y a la Escuela. Con este fin, tos se inscriban en una estructura universal común. Ni siquiera
asimilaremos el segundo a lo que en su tesis Lacan bosqueja el eventual hallazgo de un gran número de tales casos debería
sobre la base de las nociones de prototipo y serie analógica, y inclinamos a considerarlos parte de una clase cualquiera, en la
plantearemos los caracteres que lo contraponen al primero, cuyo medida en que constituyen una serie abierta y.nada justifica sal-
campo semántico estándar no modificaremos. tar de ella a un universal. 6
¿A qué llamamos ejemplo? Cuando decimos que algo es un
ejemplo de X, suponemos que X subsume una pluralidad
definida por notas típicas reconocibles en cada elemento suyo, de No hay todos en este punto
forma que siempre pueda dirimirse la cuestión de la pertenencia
(o no) de un elemento a esa pluralidad, que es el dato de partida. En el último tramo de su enseñanza, Lacan dice que el análi-
Al hablar de ejemplo, lo general prevalece sobre lo particular. sis culmina cuando logramos damos maña con nuestro sinthome,
La propuesta de Lacan en su tesis es de otro tenor: asigna la que es lo que cada uno de nosotros tiene de singular/ y agrega
primacía a lo singular y da a la generalidad un carácter subalter- que, cuando propuso el pase, se cuidó de no imponerlo a todos
no, incluso superfluo. Si recordamos que lo singular (propio de "porque no hay todos en este punto, sino dispersos descaba-
uno solo) es refractario a cualquier universal (propio de más de lados" .8 Ahora bien, imponer el pase a todos es un sinsentido
uno), notaremos que Lacan asume una posición ontológica para evidente, y entonces ¿por qué subraya que no hay todos en este
la cual este asunto resulta irrelevante, dado que él denuncia la fu- punto, sino porque anhela que no formen una clase quienes tras
tilidad de los cuadros universales, caracterizados "por la arbitra- su paso por el dispositivo del pase reciban de una Escuela el tí-
riedad de su delimitación, por sus encabalgamientos recíprocos, tulo de AE? Su pretensión es que el AE se defina como tal por lo
fuentes de incesantes confusiones, sin hablar de aquellos que son que tiene de singular. Así, las series de AE serán abiertas pues
puros mitos" .3 Más que plantear una prevalencia de lo singular estarán compuestas, según propone Lacan, por "dispersos des-
respecto de lo universal, desestima la existencia de estructuras cabalados" que no forman clases.
universales. Es un gesto exagerado que pronto corregirá,4 si b.ien Centrado en lo singular, el ámbito del pase es el de lo invero-
no para equilibrar el peso de lo singular y el de lo universal ni símil, no porque un testimonio carezca de similitud con lo verda-
para invertir su primacía, sino para recomendar el estudio de las dero, sino porque se espera de él algo fuera-de-norma, extraor-
estructuras porque ellas permiten saber dónde será inútil ir en dinario, asombroso. Si está llamado a suscitar unánimemente
busca de lo singular.
Elevar la singularidad de Aimée a la dignidad de un paradigma
no es una decisión meramente lógica, ya que entraña una apues- 5 Arenas, G., "Apología de la analogía", El Caldero de la Escuela, nº 73, Publicación de
la Escuela de la Orientación Lacaniana, EOL-Grama ediciones, Buenos Aires, 1999,
ta pragmática: la de hallar una o más series de casos análogos al pp. 98-106.
6 Cf. Bateson, G., Espíritu y naturaleza, cap. 2, Amorrortu, Buenos Aires, 2006.
7 Lacan, J., (1975) "Joyce el Síntoma", (1975-1976) El Seminario, Libro 23, El sinthome,
Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 165; Lacan, J., (1976) Seminario 24, "L'insu que sait de
3 Lacan, J., (1932) De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, óp. cit., l'une-bévue s'aile amourre", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, nº 29, EOL-Grama edicio-
p. 241. nes, Buenos Aires, 2021, p. ll.
4 Lacan, J., (1938) "Los complejos familiares en la formación del individuo", Otros 8 Lacan, L., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos, Paidós,
escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 62. Buenos Aires, 2012, p. 601.

42 43
GERARDO ARENAS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

algún afecto, quizá no sea otro que el de la sorpresa. El pase tiene algo que hace las veces del Uno que haría existir ese universal
estructura de Wítz, y ello no se debe únicamente a que, durante inexistente.13
el procedimiento, el testimonio corre de boca en boca -entre pa-
sante, pasadores y Cartel (o jurado)-, sino a que, al igual que una
ocurrencia chistosa, engendra Lust en el Otro.9 La posibilidad El pase ideal
de que, cuando se presenta ante el público, al unísono suscite
aplauso, puede deberse a esa ganancia de goce, pero también a En la clase inaugural del Seminario 7, Lacan describe los tres
una identificación masiva; por lo tanto, el aplauso no es prueba ideales analíticos imperantes en la comunidad analítica de ese
de la calidad del testimonio que el AE brinda a la comunidad. entonces: el del amor logrado, el de la autenticidad y el de la
La sorpresa, en cambio, dada su estructura significante, es una no-dependencia. 14 El primero conserva su puesto entre nosotros,
condición absolutamente necesaria: no hay Wítz sin despertar, ni a tal punto que, en pases ejemplares, la staríficatíon del AE sue-
despertar sin sorpresa. 10 Y solo despierta quien estaba sumido en le acompañar un love-story-tellíng autobiográfico de escasa ela-
el embotamiento hipnótico que causa el avasallamiento por un boración15 y al que solo la jerga empleada distingue de un plot
rasgo identificatorio,11 que es el estado habitual del ser hablan- hollíwoodense: del amor estragante al anaclítico, del mortifican-
te. Al igual que la operación analítica, el despertar inducido por te al alegre, del trillado al original. .. ¿Lacan quiso agujerear ese
el pase señala que una singularidad logró abrirse camino entre ideal promoviendo que se elabore la sexualidad femenina? 16 No
los estratos del discurso universal del inconsciente, comandados faltarán entonces referencias al no-todo, a la mascarada o a su
por el rasgo unario que lo sostiene.12 inutilidad, al enigmático goce Otro. Como el ideal de los ideales
El "no hay todos en este punto" significa entonces que los AE, analíticos es que incluyan fallas e imperfecciones y estén al fin
en calidad de tales, no han de brindar mediante su testimonio de castrados, el ideal de autenticidad, que permanece en el podio,
pase un ejemplo del modo en que se termina un análisis, ya que el ha cambiado de aspecto: un pase ejemplar solo se toma como au-
ejemplo jamás sorprende. Por el contrario, su testimonio debería téntico si algún problema persiste, aunque se lo recicle, si algún
aspirar a convertirse en paradigma de una o más series abiertas goce no termina de ceder, si el lazo con algún partenaire sigue re-
de finales de análisis estructurados de manera análoga a la suya. quiriendo una cuota de trabajo. El tercer ideal también subsiste,
Por supuesto, hay en esto más de esperanza que de realidad reciclado: un programa de goce que se quebranta, un grado de
efectiva, y en el intervalo entre esta y aquella, cabe inscribir algu- libertad que se adquiere o una iniciativa que se recupera (o inau-
nos disfuncionamientos del pase recientemente expuestos a cielo gura), será la prueba, infaltable en todo pase ejemplar, de que ha
abierto y que admiten la siguiente descripción: hay testimonios sido felizmente superada la dependencia inicial del sujeto debi-
de final del análisis que no son paradigmáticos, sino ejemplares. da a la fixión fantasmática o a la compulsión propia del ·síntoma.
Pero ¿cómo puede ocurrir tal cosa, si no hay universal del pase? ¿Quién osará criticar semejantes ideales, que convalidan el
Una explicación plausible es que la comunidad analítica forjó aserto lacaniano de que el psicoanálisis es una vía práctica para
sentirse mejor?17 El problema para el pase (y, por eso mismo, para
9 Cf. Miller, J.-A., "Sobre el éxtimo", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase,
Navarfn éditeurs-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 329; Miller, J.-A., "Apolo-
gía de la sorpresa", Entonces: "Ssslt ... ",Eolia, Barcelona, 1996, p. 29. 13 Cf. Arenas, G., Los 11 Unos del 19 más uno, Cap. 11, Grama, Buenos Aires, 2014.
10 Miller, J.-A., "Apología de la sorpresa", Entonces: "Sssh ... ", óp. cit, pp. 37-38. 14 Lacan, J., (1959-1960) El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Paidós, Buenos
Aires, 1988, pp. 17-20.
11 Lacan, J., (1964) El Seminario, Libro 11, Los c11atro conceptos fundamentales del psicoa-
na1isis, Paidós, Buenos Aires, 1991, p. 276. 15 a. Trabas, G., "L'évenement récent de la passe: si;mptomatiq11e?", Blog de la Passe
Freud, S., (1921) "Psicología de las masas y análisis del yo", Obras completas, t. XVIII, nº89, ECF.
caps. VII-VIII, Arnorrortu, Buenos Aires, 1992. 16 Lacan, L., (1959-1960) El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, óp. cit, p. 18.
12 Cf. Lacan, J., (1964) El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamenta/es del 17 Lacan, J., (1976) Seminario 24, "L'insu q11e sait de 1'1me-bév11e s'aile a mourre",
psicoana1isis, óp. cit., p. 281. óp. cit, p. 14.

44 45
GERARDO ARENAS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

el discurso analítico) surge cuando un aplicado pasante (y futuro Dos sumandos


AE) se limita a llenar, mediante jirones de su propia hystoria, los
casilleros prefijados por estas y otras coordenadas del pase ideal, Todo grupo analítico tiende a formar jerarquías, incluso a re-
dictadas por el estado que en ese momento tiene la elaboración girse por el mutualismo, y así se aleja de la causa, pierde todo
doctrinaria relativa al final del análisis. Así, confundido lo sin- valor y tern:üna arruinando el discurso al que debía servir. Con
gular con lo individual, el pase mismo y su testimonio no hacen el fin de contrariar esa tendencia, Lacan propuso para la Escue-
más que ilustrar, mediante un ejemplo, algunos aspectos de esa la un gradus que supuestamente debía inhibir la formación de
elaboración y no poseerán la potencia de la sorpresa ni darán pie cualquier jerarquía,20 pero su propuesta era imperfecta, y los AE,
a la más mínima ganancia de saber. llamados a impedir que los AME formen una casta, terminaron
Miller hizo notar que, si bien los AE fueron entronizados des- creando otra ... superior. Esta aberración fue posible porque ese
de que empezaron a presentar en público sus testimonios, estos gradus era compatible con una relación de orden y, por lo tanto,
rápidamente cayeron en el olvido, con pocas excepciones.18 Dado equivalía formalmente a una jerarquía 'con base en el AP, escala
que, si un pase es ejemplar, su aporte a la Escuela y a la doctrina en el AME y cima en el AE. 21 Aunque la caducidad impuesta a este
es insustancial, lo más probable es que las raras excepciones a las último título compensó, por épocas, ese defecto. del gradus, 22 la
que él alude correspondan a pases paradigmáticos, cuyo carácter costumbre ulterior de nuestras Escuelas suprimió esa caducidad
de tales no concierne apenas al ser del testimonio, sino también al difundir el uso del pseudotítulo de exAE, con lo cual la rela-
a la apuesta que mediante este se realiza: la de que su singulari- ción de orden resultó ya imposible de romper. Las puertas a la
dad, ajena al pase ideal, sorprenda. consolidación de una escala jerárquica quedaron, de ahí en más,
Solo esa sorpresa, indisolublemente ligada a la ganancia de abiertas de par en par.
saber que de ella pueda derivarse, tiene chances de transmitir Ahora bien, esto solo explica la posibilidad de que se forme
algo. Hay en esto una condición que debería animar al pasante, una jerarquía que, de jure, no tendría por qué establecerse. ¿Cómo
a los pasadores y al Cartel (o jurado) del pase en la apuesta que se la constituye de facto? En esencia, mediante una subducción
los compromete por igual. Ingresar al dispositivo apenas para de lo simbólico por parte de lo imaginario: la consagración de
demostrar un "Llegué" y obtener así una nominación pervierte unos AE devenidos stars,23 tan acrítica como su gratuita elevación
la función del pase y degrada el título de AE, pues no incita a a sitios top en los niveles gerencial, epistémico y político de la
"testimoniar sobre los problemas cruciales en los puntos vivos Escuela, presta a ese título un brillo que, en ciertas condiciones,
en que se encuentran para el análisis", ni a disipar la "sombra es capaz de fascinar masivamente a los miembros de esta. La je-
espesa que recubre ese empalme [dondeJel psicoanalizante pasa rarquía se consolida luego por efecto conjugado de la anulación
a psicoanalista", ni a "volverse responsable del progreso de la de su contrapeso simbólico (al eternizarse en la práctica el títu-
Escuela, volverse psicoanalista de su experiencia misma". 19 lo de AE) y de la exacerbación de su remedo imaginario. Así, al
¿Por qué alguien querría pasar por el pase sin tener en cuenta
el sentido de su acción, si no es porque el pase devino un ideal y
el título que recibe el nominado se convirtió en el non plus ultra 20 Ibíd., pp. 261, 264; Cf. Miller, J.-A., "Sobre el mutualismo", Cómo terminan los aná-
de un escalafón jerárquico? lisis. Paradojas del pase, óp. cit., pp. 315-326; "Sur la formation de l'analyste", óp. cit.,
p.308.
21 Miller, J.-A., "Datos sobre el pase", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase,
óp. cit., pp. 55-74; Arenas, G., Sobre la tumba de Fre11d, Grama ediciones, Buenos Aires,
2015, pp. 67-72.
22 Cf. Miller, J.-A., "Esbozo de las opciones fundamentales de la Escuela de la Causa
Freudiana", Cómo tenninan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 139; Arenas, G.,
18 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo tenninan los ann?isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 16. Sobre la tumba de Fre11d, óp. cit., pp. 76-78.
19 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la 23 Miller, J.-A., "Sobre el éxtimo", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit.,
Escuela", Ob'os escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, pp. 261-262, 271. p. 331; "Preliminar", Cómo tenninan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., pp. 17, 19.

46 47
GERARDO ARENAS

revés de lo que Lacan pensaba, la reinstalación de ese juego de


"prestancia que conjuga la pregnancia narcisista con la astucia ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS
competitiva",24 no parece ser causa sino resultado del amaño
de esa jerarquía. Y ese efecto podría consolidarse a través de .un Intemperie
mecanismo que ya describimos en el mentado Rendez-vous: s1 el Pase, crisis, AMP
mutualismo infiltrara un Cartel (o jurado) del pase integrado por
cooptación de AE y exAE, lo convertiría en germen de una casta ·AnnaAromí
que no tendrá interés alguno en alterar el statu qua.
La floculación producida por el "nosotros" resultante de la
cooptación, sumada a la nominación de AE cuyos pases ejempla-
res no hagan más que ilustrar el ideal doctrinario instalado en la
Escuela, arruinaría el objetivo al que esta apunta: impedir que
un "efecto de grupo consolidado" prevalezca sobre el discurso
analítico. 25 El primero de estos dos sumandos llamó la atención
de entrada, y Miller ha mostrado con qué empeño (y median- Lacan, después de la Segunda Guerra Mundial, llamó niño
te qué mecanismos), Lacan, él y otros buscaron impedir que se generalizado 1 a la rareza de encontrar grandes personnes, expresión
·-26En e1
consoliden esas letales castas forma d as por cooptac10n. que en francés significa tanto personas importante~ co~~ per.so-
citado Rendez-vous, hemos presentado una propuesta que puede nas mayores en el sentido de adultos. Freud ya habia d1stin~1do
a los neuróticos como aquellos que, de tanto buscar refugio y
colaborar con ese objetivo. ¿Pero cómo contrarrestar las conse-
coartada en el Otro, nunca acababan de convertirse en adultos;
cuencias del segundo sumando? He aquí una vía posible: insta-
lar en la comunidad analítica una aspiración, una vigilia y una lo que Lacan añadió es la brújula del goce: sabemos que estamos
sensibilidad inéditas que no confundan el testimonio ejemplar .en el niño generalizado cuando los adultos rechazan hacerse res-
con el paradigmático y que, en la apuesta del pase, prefieran la ponsables de las consecuencias de sus elecciones, especialmente
sorpresa antes que la constatación, con el propósito de no perder de sus elecciones de goce.
de vista para qué fue creada la Escuela ni cuál es el discurso al De ahí se deduce que un final de análisis lacaniano comporta
que esta debe servir. Habrá que inventar métodos e implementar que el analizante, de alguna manera, se vuelva responsable de su
recursos que permitan lograrlo. propio goce, sin buscar sustitutos paternos a los que hac~r res-
ponder por sus consecuencias. Sin embargo conviene añadrr qu.e
esto solamente puede decirse sin esperanza de completo cumpli-
miento porque, como sabemos, del padre solo se sale para caer
en lo peor.
Se entiende entonces que pasar del padre a condición de ser-
virse de él, es algo que al final de un análisis se plantea de modo
urgente y definitivo. Cada analizante decide: si sale y termina el
análisis significa que ya no hay, no habrá más, figuras del gran
Otro a las que encomendarse. Salir es elegir la intemperie.
Notemos que esta partícula "a condición", sobre la que se sos-
24 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la tiene la frase entera, indica que es necesario consentir a la castra-
Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 264.
25 Lacan, J., (1980) "Carta de disolución", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012,
p.338.
1 Lacan, J., (1967) "Alocución sobre las psicosis del niño", Otros escritos, Paidós, Bue-
26 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., passim. nos Aires, 2012, p. 389.

48 49
ANNAAROMÍ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

ción para que se inscriba. Al final del análisis se trata de una cas- Que el pase sea agalma en una Escuela es lógico, lo que no lo
tración despejada de neurosis, sin un Otro que la infligiría; aquí es tanto es la deflación de otros elementos que convendría libi-
se trata de una castración vivible, que no corta ni quita nada, dinizar, pero que a duras penas lo son en este momento. No me
que solo modestamente hace existir el hecho de que no todo (sin extenderé aquí, solamente quiero dejar señalada la preocupación
guión y con guión) es posible. Decir hay condiciones equivale a actual, por ejemplo en la ELP, por el poco entusiasmo que se nota
decir hay un real. desde hace tiempo para formar parte de las instancias directivas,
Ahora bien, si el precio por llegar al final del análisis es con- en las Sedes locales o en la propia Escuela. Esto no me parece un
sentir a la extraña soledad de estos psicoanalistas sin Otro, reuni- fenómeno localizado únicamente en la Escuela española, pienso
dos como épars désassortis, dispersos descabalados, el precio para más bien que en varias ocasiones la ELP ha sido una adelantada
poner en función un deseo de analista es, además, el de autori- en presentar síntomas o tendencias que después se encontrarían
zarse a decir "no" a cualquier salida cínica. Cínica es la posición en otros lugares. Pero este "adelantamiento" no es nada envidia-
del masturbador que se procura su goce sin otredad. Por eso, ble, sobre todo cuando no se utiliza para leer los fenómenos y se
para que pueda existir una Escuela, cada uno debe encontrar el queda encharcado como complacencia ínter nos. Mi comentario
modo de contrariar ese resto de goce que ningún análisis disuel- sobre el mutualismo en los informes sobre los disfuncionamien-
ve enteramente. La constatación de que, para ese resto de goce tos del pase,2 me parece bastante elocuente sobre este punto.
no elirninable, el tratamiento se ponga a prueba cada vez para El significante que me está permitiendo avanzar ahora es el
verificar cada vez su precariedad, decir algo del real en juego. de deslibidinización. Es como si la cantidad de libido disponible
Por otra parte, acabado el análisis, en lo más cotidiano, para el para investir a la institución o al psicoanálisis mismo, se hubie-
control de casos, para (re)encontrar orientación en la institución ra retraído y las cosas subsistieran al precio de condensarse o
o en la política, incluso para (re)insuflar aliento al deseo de ana- simplificarse mucho. Por su parte, el pase también habría sido
lista, cada cual se inventa algún Otro a la medida, sabiendo que alcanzado por esta deslibidinización, porque, ¿cómo entender
su trama de semblante no le restará eficacia, siempre y cuando la sino la unilateralización del interés sobre los AE y el descuido
transferencia enlace también a la causa analítica. Esto quizá sería por las enseñanzas de los carteles? En todo caso, se nota desde
otra versión de los dispersos descabalados: el analizado-anali- hace tiempo cierta desvitalización de los lazos y un funciona-
zante, su Otro sabido de pacotilla y la causa analítica como real. miento bajo mínimos: el pase. a cargo de los AE; los candidatos
justos para cubrir funciones; los mismos invitados en rotación;
ausencia de imaginación en las propuestas ...
Diciendo estas cosas, por más realistas que sean, ¡desde luego
Deslibidinización hace tiempo que no gano amigos! Pero permítanme compartirles
aquí una enseñanza de la sala de espera, esa cámara de descom-
Aterricemos. Digamos lo que hemos visto en estos últimos presión inversa que antecede a cada inmersión en el diván. En la
años: que si hay algo realmente vivo en las Escuelas de la AMP, es época de la crisis del '98, andaba yo desperdigada entre pasiones
el pase. Actividades, Seminarios, Jornadas ... ¿Alcanzarían para de odio, de amor y de ignorancia, que no sabía cómo organizar
convocar y sostener juntos a los miembros de las Escuelas si no en mí misma. También estaba dolida por las pérdidas, porque la
fuera por el pase? ¿Exagero, como dirían los que me confunden crisis se había llevado gran parte de mis amistades, entre ellas al-
con una kill joy? Para nada: es verificable que son el pase y los gunas muy cercanas y muy queridas. Nunca olvidaré el día que
testimonios de AE lo que constituye el núcleo de las actividades
en cada Escuela. Y es verificable también que los promotores de
cada actividad se suelen procurar algún AE (ex-AE en su defecto) 2 Aromí, A., "Mutualismo y regionalismo en la ELP", "Informe sobre los disfunciona-
mientos del pase en las Escuelas", documento preparatorio de la "Cita con el pase"
para fidelizarse público. del 19 de marzo de 2022, enviado a los inscritos en la Gran Conversación Virtual
Internacional de la AMP, disponible en Blog del pase de la ELP nº 28, abril 2022.

50 51
ANNA AROMÍ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

en la sala de espera del analista recibí el comentario, tan afectuo- nos llevará a encontrar un tratamiento para ello, es decir para
so como lacónico, de alguien a quien yo todavía no conocía, ex- seguir désassortis pero de manera un poco más orientada.
plicando que había compartido con Lacan la crisis de la EFP y que La orientación lacaniana supone soportar la intemperie de
su resumen era: "En las crisis hay que elegir. La causa analítica es una institución agujereada. La Escuela de Lacan se sostiene de
un disolvente para las amistades". Agradecí esas palabras como un agujero -no hay definición de el analista-, y el pase se ubica
un consuelo, para solo después captar que en realidad eran una en ese preciso lugar para volverlo conversacional. El dispositivo
valiosa orientación para atravesar las zonas más irrespirables del del pase, en cada momento, dice qué es un analista, y en ese sen-
psicoanálisis. Digámoslo: desde Freud, que algo sabía de perder tido cada nominación de AE resulta una interpretación del ana-
amistades. lista que no hay. Por eso la responsabilidad de enseñanza de los
Entonces, esta desvitalización que señalo ha quedado de algu- carteles del pase es tan importante, porque en la experiencia son
na manera camuflada en las convocatorias virtuales. Ciertamen- ellos, los componentes del Cartel, quienes están en primera línea
te los elogios apasionados de Zoom por parte de Jacques-Alain para ser enseñados por eso que en cada pase ha venido al lugar
Miller han contribuido a fortalecer los encuentros por intemet de la no-definición, y por tanto poder transmitirlo.
y las iniciativas inter-Escuelas, que ya habían crecido mucho en Nadie dice que llevar un análisis hasta el final del pase sea
cantidad y asistencia durante la pandemia. Pero aun reconocien- tarea fácil, apurar la gramática de la pulsión hasta encontrar la
do la utilidad y las facilidades que presta lo virtual, me parece letra de goce no basta; para que haya pase ha de haber algo más
que sería necesario equilibrar este éxito con cierta recuperación que un final de análisis. Es ese algo más lo que se capta al vuelo -o
de la presencia in vivo en las Escuelas, justamente para vitalizar o no- cada vez, en cada pase. La crisis actual del pase se ha abierto
re-vitalizar los debates. en la ECF justamente por el mal encuentro con algo "desarticu-
lado"4 en los testimonios de los AE recientemente nombrados.
Algo ha sido tocado en cada lugar, en cada Escuela con esta cri-
¿Deshielo? sis, el runrun de un funcionamiento sin juicio se ha podido parar.
Ahora vendrán los tiempos de entender, debatir, rearticular el
Recientemente, en una reunión en Barcelona convocada por el pase en cada lugar.
Consejo para tratar de la interpretación de Miller ("hay una en- En el momento de escribir estas líneas (mayo 2022) el Colegio
fermedad en la ELP"),3 hablando con el Presidente de la Escuela, del pase de la ECF prosigue su trabajo. Posiblemente propondrá
Félix Rueda, me salió decirle sin pensar: "En España la Escuela cambios, que repercutirán en cada una de las distintas Escuelas
nació de la conversación y solo se curará con ella". Félix estu- de la AMP, cada una en sus tiempos y sus modos. Si uno de los
vo de acuerdo con esa afirmación y yo también, porque ambos cambios es el acceso al pase para volverlo único (el pase se hace
recordábamos a la ELP surgiendo en unas animadísimas Asam- una sola vez), será muy interesante seguir sus consecuencias
bleas Provisionales, convocadas ora en Madrid ora en Barcelona, porque, si bien siempre se ha dicho que el pase no es ninguna
a las que Miller asistía para ayudamos a idearla, a desearla y a obligación, hasta ahora no se había dicho que tampoco es un de-
organizarla. Es por eso que, si cobró vida en la conversación, es recho. El pase no es un derecho adquirido, es otra cosa.
la conversación lo que convendrá movilizar para curarla. Otra Quizá estemos en el buen momento para abrir estas cuestio-
cosa es que en ese momento no se supo o no se pudo evitar que la nes, porque en este deshielo postpandémico, lo que se observa
ELP naciera mutualizada hasta el tuétano, lo cual, de reconocerse, en varios lugares es que los colegas están contentos de reencon-
trarse, como si se empezara a dibujar una pendiente a retomar
3 "Hay una enfermedad en la ELP", intervención de Jacques-Alain Miller en la Se-
cuencia de los Presidentes de las Escuelas en ocasión de la Gran Conversación Virtual
Internacional de la AMP, en París, el 4 de abril de 2022. Interpretación retomada por 4 Miller, J.-A., "5 minutes sur la passe a l'ECF", intervención en el Colegio del pase de
Félix Rueda en su "Comunicado del Presidente" del 13 de abril de 2022. la ECF, 8 enero 2022. Inédito.

52 53
ANNAAROMÍ

lo colectivo, a conversar con otros. Traducido: quizá empieza a


haber libido disponible que necesitará ser orientada. Espero no NEW LACANIAN SCHOOL
equivocarme.
La apuesta del pase
Barcelona, mayo 2022
Dossia Avdelidi

"No hay formación psicoanalítica". Se trata de un aforismo


que Lacan enuncia en 1973:

Habría que tomar nota de aquello de lo que no hablo, de aque-


llo incluso de lo que no dejo rastro alguno: no hablé nunca de
formación analítica, sino de formaciones del inconsciente. No
hay formación analítica. Del análisis se desprende una expe-
riencia y sería un error calificarla de didáctica. La experiencia
no es didáctica[ ... ]. ¿Por qué piensan que intenté borrar por
completo el término didáctico y que hablé de psicoanálisis
puro?1

El término psicoanálisis didáctico remite a la evaluación y


al discurso del amo. Ahora bien, la apuesta de Lacan fue aislar
aquello de lo que se trata en el discurso analítico y crear una Es-
cuela que no estuviera regida por el discurso del amo.
Empecemos por el principio. En 1956, habiendo ya fundado
la SFP, Lacan hace un comentario sobre la situación del psicoa-
nálisis y la formación del psicoanalista en la IPA. Comienza afir-
mando que si el psicoanálisis es el tratamiento que se espera de
un psicoanalista, es el primero quien decidirá de la calidad del
segundo.
Si para Lacan lo que resulta de un análisis es un psicoanalista,
remarcamos ya desde los años '50 la distancia que toma respecto

1 Lacan, J., "Interventión dans la séance de travail Sur la passe du samedi 3 novembre
(apres-midi)", Lettres de l'École freudienne, 1975, nº 15, pp. 185-193. [N. de T.: La traduc-
ción es nuestra].

54 55
DOSSIA AVDELIDI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

de sus contemporáneos. Lacan comenta la jerarquía de la IPA que llevado al entusiasmo, bien puede haber habido análisis, pero
se rige por una lógica identificatoria "del yo de cada individuo analista, ninguna probabilidad"/ dice Lacan.
con una misma imagen ideal cuyo espejismo soporta la persona- Es importante notar que esta posición de saber no se identi-
lidad del jefe". 2Se refiere al grado único de la jerarquía psicoana- fica con el saber del amo. No se trata de S2 -;. a, es decir, de un
lítica de la IPA como Suficiencia, que no necesita ninguna prueba saber que proporcionaría una autoridad sobre el goce. "Por el
porque es, en sí misma, suficiente. Y luego están los Zapatitos, los contrario, lá posición del analista se define por su posición de
stagiaires, que no hacen preguntas ya que un buen analiZado (y objeto a sobre un saber que debe quedar supuesto: a / Si'' .8
no analizante) no hace preguntas. El pase fue la respuesta de Lacan a la evaluación en términos
La admisión a la IPA se realiza a través del análisis didáctico, de autoridad y juicio de aptitud. Obviamente sigue siendo una
es decir, a través de una evaluación. Sin embargo, como lo indica evaluación, pero se trata de una evaluación que no pasa por alto
Jacques-Alain Miller, esta evaluación no atañe al ser del sujeto, la singularidad de cada pasante. 9 Al proponer la experiencia del
"todo figura allí en términos de poder ..., es decir, sobre su hacer, pase, Lacan obtiene algo que no es del orden del discurso del
incluso sobre su saber hacer [savoir faireJ". 3 Hay una diferencia amo y menos aún del Universitario. 10
entre la evaluación en términos de poder y de capacidad, es de- Si los analistas de la IPA se proponen como imágenes identifi-
cir, de autoridad, y la evaluación en términos ontológicos. La in- catorias de completud, Lacan introduce allí una subversión. Con
troducción del pase establece una disyunción entre ser y poder, el pase, se opone tanto a la idea de que el analista es un producto
lo que constituye una separación entre gradus y jerarquía.4 de la identificación, como a la idea de completud. La completud
La evaluación de la IPA prioriza la capacidad de poder analizar es siempre imaginaria. El sujeto. está completo en su fantasma.
sobre el ser analista. En este contexto, un análisis termina cuando Miller subraya que "En cierto modo, es el fantasma el que sostie-
un sujeto en análisis demanda a la comisión, con la autorización ne las identificaciones y proporciona una completud". 11 En este
de su analista, ser aceptado como practicante (stagiaire ). La comi- sentido, la completud se sitúa al inicio del trabajo analítico.
sión lo autoriza a practicar el psicoanálisis bajo la supervisión de Lacan ha demostrado que el análisis permite el atravesamien-
dos psicoanalistas titulares y la evaluación se realiza juzgando to del fantasma. Tenemos, por un lado, la caída del objeto a y,
sus aptitudes. por otro, la destitución del sujeto. En este punto, él va más allá
La elección del término practicante (stagiaire) deja de .lado de Freud. En "Análisis terminable e interminable" Freud se topa
toda pregunta sobre el ser. Para Lacan, no solo es impensable con la roca de la castración. Se trata de la envidia del pene para la
otorgar el rango de practicante a quien ha terminado su análi- mujer y del rechazo de la feminidad (o aspiración a la virilidad)
sis y para quien su ser ha emergido, sino que también se opone para el hombre. 12 En realidad, se trata del mismo obstáculo que
al estatuto de sujeto al final del análisis.5 Al final der análisis, el se expresa de manera diferente en ambos sexos. Freud se topa
analizante sabe. "Es un sabio, en el sentido propio (el análisis con el fantasma fálico que considera inatravesable.
produce un sabio)",6 afirma Miller, ya que sabe lo que causa su
deseo. Este final viene acompañado de entusiasmo. "Si él no ha
7 Lacan, J., (1973) "Nota italiana", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 329.
8 Miller, J.-A., "El desbroce de la formación analítica", Introducción a la clínica lacania-
na, Conferencias en España, RBA, Barcelona, 2006, p. 549.
2 Lacan, J., (1956) "Situación del psicoanálisis en 1956", Escritos 1, Siglo Veintiuno,
Buenos Aires, 2003, p. 457. 9 Cf. Chiriaco, S., "Qu'est-ce que la passe?", disponible en le sitio de la ECF. https:/ /
www.psychaanalyse.com/pdf/lacan_la_passe_ECF_quid_la_passe:pdf.
3 Miller, J.-A., "El pase del psicoanálisis y el deseo de saber", Cómo tenninan los aná-
lisis. Paradojas del pase, Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2002, p. 119. 10 Cf. Lacan, J., "Sobre la experiencia del pase", 3 noviembre 1973, Ornicar?, nº 1,
Petrel, Barcelona, 1981, p. 33.
4 Ibfd., p. 120.
11 Miller, J.-A-, "El desbroce de la formación analítica", Introducción a la clínica lacania-
5 Ibfd., p. 119. na, Conferencias en España, óp. cit., p. 123.
6 Miller, J.-A., "El pase del parletre", (2008-2009) S11tilezas analíticas, Paidós, Buenos 12 Freud, S., (1937) "Análisis terminable e interminable", Obras completas, t. XXIII,
Aires, 2011, p. 127. Amorrortu, Buenos Aires, 1976, p. 252.

56 57
DOSSIA AVDELIDI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Incita así a los analistas a reanudar periódicamente sus aná- El pase es una herramienta que dilucida el pasaje del ana-
lisis. De esta manera el análisis deja de ser finito y se vuelve in- lizante al analista. En primer lugar, es un momento en el aná-
finito. También añade que el fin de un análisis es una cuestión lisis. Es el momento en que se resuelve el impasse del sujeto
de práctica, y al mismo tiempo defiende que su intención no es analizante, el momento del levantamiento de la represión, "es
afirmar que el análisis es un trabajo sin conclusión. el momento en el que se devela la raíz de la represión" .17 Pero el
Pero entonces, ¿cuál es esta conclusión? Lacan retoma esta pase también es un dispositivo. Quien concluyó su análisis, con o
pregunta para dar una respuesta, no práctica sino lógica. El aná- sin el consentimiento de su analista o incluso a pesar suyo, testi-
lisis tiene un fin lógico. El fantasma fálico puede atravesarse. monia de su recorrido analítico a dos pasadores que presentan su
Miller explica que cuando Lacan dice que la posición analítica es testimonio ante una comisión o un Cartel. Si ha habido un final
una posición femenina, esto significa que no se puede ser psicoa- lógico del análisis, la comisión o Cartel nombrará AE al pasante,
nalista instituido por el fantasma fálico. 13 y este último dará testimonio de los problemas cruciales del psi-
De ahí la importancia política del procedimiento del pase en coanálisis durante tres años.
nuestra Escuela. La Escuela Una es la Escuela del pase. El pase Me centraré en la naturaleza de la enseñanza del AE y no en
es lo único. que garantiza "que aquello de lo que goza no inter- el dispositivo. Parece que la elucidación de los problemas cru-
fiere ya en lo que oye". 14 El pase es una elección forzada. 15 No ciales ha cedido su lugar al testimonio que, en algunos casos, en
podemos prescindir de él. Miller precisa que no se puede eludir vez de estar al servicio del psicoanálisis, ha sido repetición de lo
el pase. Sería un error teórico y una aberración práctica. Por lo mismo, es decir, de la ficción. Cuando el testimonio se convierte
tanto, sostiene que en automaton, es poco probable que revele lo que está en juego en
la práctica analítica y que contribuya al progreso de la Escuela.
[... ]el pase [es] parte integrante de la práctica del psicoanáli- Esta apuesta está intrínsecamente ligada a lo real. Con la inven-
sis tal como Lacan nos había aportado la noción, a saber: una ción del pase Lacan vectorizó gran parte de su enseñanza. Miller
cura psicoanalítica es equivalente a una demostración. 16 enfatiza la creciente insistencia y la urgencia que tenía Lacan en
establecer una doctrina del fin de· análisis. Pero, al final de su en-
El pase está en el corazón de la Escuela Una, incluso es el corazón señanza, incluso el pase se topa con el muro de lo real. La verdad
de la Escuela. solo puede medio-decirse y no dice nada acerca de lo real. 18
Tras el atravesamiento del fantasma, lo que queda es el sínto- El pase de 1967 da la clave sobre la deflación del deseo. Cuan-
ma, es decir algo irreductible con lo que el sujeto sabe hacer allí. do el Otro se evacúa, el deseo pierde su consistencia. Pero hay
Si la IPA propone una formación que ubicaría al analista en una un después. Una vez que el sujeto ha terminado con el Otro, se
posición de suficiencia, el pase introduce la insuficiencia. El ana- encuentra con lo que Freud llamó los restos sintomáticos. Se trata
lista no es una autoridad indiscutible, tampoco lo es el AE. En del Uno del goce, del goce como acontecimiento de cuerpo y que
un testimonio de pase, nunca es cuestión de completud sino de constituye la verdadera causa de la realidad psíquica. Lo que se
satisfacción. El primero es un elogio de lo imaginario, mientras le presentó a Freud como un resto es de hecho lo que Miller llama
que el segundo se refiere al saber hacer allí con lo real. el choque inicial que está en los orígenes mismos del sujeto, "es
de algún modo el acontecimiento originario y al mismo tiempo
permanente, se reitera sin cesar'' .19
13 Miller, J.-A., (2010-2011) "El Uno solo", Lección del 9 de febrero de 2011. Inédito.
14 Miller, J.-A., "La paradoja del psicoanalista", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas
del pase, óp. cit., p. 96.
15 Miller, J.-A., "Sobre la formación del psicoanalista", Cómo tenninan los análisis. Pa- 17 Miller, J.-A., (2010-2011) "El Uno solo", óp. cit. Lección del 30 de marzo de 2011.
radojas del pase, óp. cit., p. 341. 18 Miller, J.-A., "El pase del parletre", (2008-2009) Sutilezas analíticas, óp. cit., p. 128.
16 Miller, J.-A-, "Sobre el mutualismo", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, 19 Miller, J.-A., "Leer un síntoma", Revista Lacaniana de Psicaana1isis, nº 12, EOL-Grama
óp. cit., pp. 315-316. ediciones, Buenos Aires, 2012, p. 17.

58 59
DOSSIA AVDELIDI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Desde esta perspectiva, el pase tal como lo definió Lacan en En el "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11 ",24 La-
1967 sigue atrapado en la ontología. El atravesamiento del fan- can ya no habla de verdad y saber sino de una satisfacción
tasma tiene efectos de saber. Pasamos de un ser de deseo a un que marca el final del análisis. La palabra satisfacción se
ser de saber. Pero más allá de esta conversión, el goce perdura. refiere al goce. Este goce es la conjunción del Uno y del
Incluso si el fantasma puede revelar y atravesar la causa del de- cuerpo. Se trata de un resto sin sentido al cual el sujeto se
seo, el ser de goce permanece rebelde al saber. Es decir que el acomoda. Esa es la respuesta de Lacan. El saber-hacer allí es
atravesamiento de la pantalla en la que se dibujaba el semblante la forma en la que se vive la pulsión después del final del
fálico no resuelve la cuestión del goce. El goce es indiferente a la análisis.
verdad, concierne al cuerpo.
La pregunta que surge entonces es: qué deviene el goce des- ¿Cómo transmitir este saber hacer allí? Finalmente, ¿qué
pués del atravesamiento del fantasma. El propio Lacan se hace enseña el AE? La pregunta que surge concierne precisamente a
esta pregunta al final del Seminario 11: aquello de la singularidad, de la unidad, de la experiencia de uno
solo, que puede tener efecto de enseñanza para una Escuela de
¿Cómo puede un sujeto que ha atravesado el fantasma radical psicoanálisis y contribuir a su progreso.
vivir la pulsión? Esto es el más allá del análisis y nunca ha En primer lugar, como ya se mencionó, el Analista de la Es-
sido abordado. Actualmente solo puede ser abordado a nivel cuela no enseña desde la posición del amo. Lacan lo dice explíci-
del analista, en la medida en que se le exige, precisamente, tamente en la página 325 de los Otros escritos:
haber recorrido en su totalidad el ciclo de la experiencia ana-
lítica.20 Lo que debo acentuar bien es que, por ofrecerse a la ense-
ñanza, el discurso psicoanalítico lleva al psicoanalista a la
Es la responsabilidad del AE de testimoniar de ese más allá del posición de psicoanalista, es decir, a no producir nada que
análisis beneficiando así a la comunidad analítica. se pueda dominar, a pesar de la apariencia, sino a título de
"Saber hacer allí con su síntoma, es este el final del análisis", 21 síntoma.25
dice Lacan en 1976. En este sentido, de lo que se trata al final del
análisis, según Miller, es de cernir una serie de puntos que son No se refiere específicamente al AE, pero es legítimo inferir que
imposibles para el sujeto.22 Así entiendo lo que Lacan dice en "El esta posición atañe también y principalmente al AE.
momento de concluir": Entonces, hablar del síntoma como lo más singular en un
parletre, conlleva un riesgo que ya ha sido evocado en el debate
El final de análisis, puede definirse. El final de análisis, es actual sobre el pase. Es decir, el riesgo de hablar del propio caso,
cuando se dieron dos vueltas en círculo, es decir, que se reen- de contentarse de hacer uso del testimonio para continuar el pro-
contró aquello de lo que se era prisionero. No es seguro que pio análisis a costa de la Escuela, mientras que el objetivo sería
sea necesario recomenzar dos veces la vuelta en círculo. Basta ofrecer su caso a la Escuela para extraer un saber al servicio de
con ver de lo que se está cautivo.23 la comunidad psicoanalítica. "Se trata de ofrecer el cadáver del
inconsciente al examen científico",26 dice Miller.

20 Lacan, J., (1964) El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa-
na1isis, Paidós, Buenos Aires, 1987, p. 281.
21 Lacan, J., (1976) Seminario 24, "L'insu que sait de l'Une-bévue s'aile a mourre", 24 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos,
Lección del 16 de noviembre de 1976. Inédito. óp. cit., pp. 599-602.
22 Miller, J.-A., (2010-2011) "El Uno solo", óp. cit. Lección del 2 marzo de 2011. 25 Lacan, J., (1970) "Alocución sobre la enseñanza", Otros escritos, óp. cit., p. 325.
23 Lacan, J., (1975) Seminario 25, "Momento de concluir". Clase del 10 de enero de 26 Miller, J.-A., "La Escuela y su psicoanalista", Cómo terminan los análisis. Paradojas
1978. Inédito. del pase, óp. cit., p. 165.

60 61
DOSSIA AVDELIDI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Es cierto que no se trata de un saber hacer, válido para todos, Lacan se esforzó justamente por arrancar al analista de esta
sino de la transmisión de un estilo. Puesto que el saber tampoco posición. Tanto del amo como de lo mismo. Esa fue su apuesta.
es apto para resolver la opacidad de lo real, solo queda el saber Desde esta perspectiva, Miller propone lo siguiente como criterio
hacer allí, que descarta toda referencia a la lógica del todo y de lo del pase: desbaratar toda verosimilitud y también toda semejan-
universal, y que está más bien vinculado al estilo particular del za.32 Se trata entonces de un doble criterio. Por un lado, salir de
parletre. El testimonio sería la herramienta de la transmisión de la ficción, prescindir de la semejanza de lo verdadero para alcan-
ese estilo. zar el núcleo de goce y, por el otro, salir de toda semejanza que
En "Problemas cruciales para el psicoanálisis", Lacan vincula pretenda constituir un predicado común respecto a qué es un
. la Escuela con el estilo de vida. Dice, analista. No hay una definición del psicoanalista, ninguna uni-
versalidad puede aplicarse a él, solo el uno por uno y la singula-
Una Escuela, si merece su nombre, en el sentido en el que el ridad pueden constituir una brújula. Hacer de este doble criterio
término se emplea desde la Antigüedad, es algo con lo que se su brújula para orientarse en su enseñanza sería, para un AE, una
debe forjar un estilo de vida. 27 forma posible de transmitir algo de lo real al Otro de la Escuela,
y analizar la experiencia de la Escuela.
En "El psicoanálisis y su enseñanza", especifica que '1a única Desde esta perspectiva, el testimonio podría ser una herra-
formación que podemos pretender transmitir a aquellos que nos mienta valiosa que demostraría lo real en juego en la formación
siguen [, es el] estilo" .28 del analista. Hablar de lo real es una paradoja, pero esta paradoja
Pero el riesgo es, como dice Jacques-Alain Miller en la apertu- es la apuesta del pase. Sin embargo, el testimonio no es la úni-
ra de su libro recientemente publicado, el de convertirse no en un ca herramienta, e incluso podríamos preguntamos si es la más
analista de la Escuela, sino en analista de su propia cura. 29 Desde apropiada, por el efecto de arrebato que puede producir. La pre-
1992 había aclarado que el pasante no se convierte en el analista gunta que surge entonces es si el destino del testimonio es el de
de su propio análisis.30 Lo que esperamos de un AE no es solo producir, sobre todo, efectos imaginarios. Si este es el caso, lo
la transmisión de la clínica de su propio caso, sino, sobre todo, imaginario cubre lo real en juego y la causa está perdida.
el análisis de la experiencia de la Escuela. El disfuncionamiento ¿Es el testimonio una causa perdida? La pregunta sigue abierta.
actual del pase emana de una sustitución: el testimonio ha susti- Aun así, es importante señalar, como lo hace Christiane Alberti
tuido al análisis de la experiencia de la Escuela.31 en su informe sobre el disfuncionamiento del pase en la ECF, que
Hablar desde el propio caso para ofrecer al Otro de la Escue- la función del testimonio estaba reservada originalmente al dis-
la lo que el AE fue capaz de extraer, no equivale a hablar de su positivo. Solo a través de un vuelco, "el testimonio se impuso
propio caso. Sin embargo, parece que la Escuela, al menos por un como la trama esencial de la enseñanza y de las intervenciones
tiempo, se contentó con este cortocircuito. ¿Se ha deslizado el AE de los AE, y el agalma de nuestras manifestaciones públicas" .33
a la posición de autoridad indiscutible? Para que la nominación siga siendo una apuesta y no se con-
vierta en una consagración,34 el AE es invitado a demostrar en
acto, es decir, por su discurso, que es capaz de "testimoniar sobre
los problemas cruciales en los puntos vivos en que se encuen-
27 Lacan, J., (1964-1965) Seminario 12, "Problemas cruciales para el psicoanálisis",
Lección del 27 de enero de 1965. Inédito.
28 Lacan, J., (1957) "El psicoanálisis y su enseñanza", Escritos 1, óp. cit., p. 440. 32 Miller, J.-A., "El pase del parletre", (2008-2009) Sutilezas analíticas, óp. cit., p. 135.
29 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 17. 33 Alberti, C., "La clínica no es el todo del pase", "Informe sobre los disfunciona-
30 Miller, J.-A., "A propósito del recuerdo-rompe-pantalla", Cómo tenninan los análi- mientos del pase en las escuelas" para la "Cita con el pase", 19 de marzo de 2022,
sis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 218. p. 4. Inédito.
31 Cf. Miller, J.-A., "Sobre el mutualismo", Cómo terminan los análisis. Paradojas del 34 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit.,
pase, óp. cit., p. 320. p. 16.

62 63
DOSSIA AVDELIDI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

tran para el análisis". 35 Como señala Miller, el pase no es solo el cepciones, de soledades no parangonables las unas a las otras" .39
momento de atravesamiento en el análisis o en el dispositivo, Sobre este punto, Miller sitúa la paradoja de la Escuela: Lacan
es "también, y sobre todo en el período posterior, el de la ense- ha creado una Escuela que lejos de hacer desaparecer la soledad
ñanza del psicoanálisis".36 Y conviene no reducir esta enseñanza subjetiva se funda sobre ella y, para ello, procedió mediante la
al testimonio. La clínica no es el todo del pase, como indica el interpretación. Tomar a su cargo esta responsabilidad absoluta
título del informe de Christiane Alberti. La enseñanza debe ser e interpretar la Escuela sería quizás la única vía posible para el
también, y sobre todo, un testimonio de los problemas cruciales Analista de la Escuela si desea hacer perdurar su función y servir
del psicoanálisis. Aquí radica quizás la responsabilidad del AE, a la Escuela.
una responsabilidad decisiva ya que de ella emana el progreso
TRADUCOÓN: ANA INÉS VÁSQUEZ
de la Escuela.
Ya en el año 2000, en "Teoría de Turín sobre el sujeto de la Es-
cuela", un texto absolutamente fundamental, Miller había argu-
mentado que ubicar la posición de la Escuela, saber en qué punto
se encuentra, no emana de una observación de hechos objetivos
sino de una interpretación. Había planteado entonces la Escuela
como sujeto: "Una Escuela no merece que se la funde, que uno
se incorpore sino a condición de que sea un sujeto de pleno ejer-
cicio" .37
Plantear que la Escuela es sujeto implica que está determina-
da por los significantes de los cuales ella es efecto, y qt.ie es, por
lo tanto, interpretable. Es sobre este punto que Miller sitúa la
"responsabilidad absoluta" del Analista de la Escuela, es decir,
de quien ha franqueado el campo de las identificaciones y que,
por ello, sería capaz de analizar la Escuela como sujeto. De esta
manera sostiene que

[... ]el acto de colocar los significantes que determinan la Es-


cuela es un acto de absoluta responsabilidad, ya que es un
acto de interpretación que opera sobre el sujeto a través de la
palabra.38

El esfuerzo de Lacan era el de crear una Escuela donde no hu-


biera una excepción ligada a la ley edípica, sino "una serie de ex-

35 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la


Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 262.
36 Mil!er, J.-A., "El pase 3", Cómo tenninan los ana?isis. Paradojas del pase, óp. cit. p. 242.
37 Mi!ler, J.-A., "Teoría de Turín sobre el sujeto de la Escuela", ¿Qué política para el
psicoana?isis?, Colección Orientación Lacaniana, Buenos Aires, 2003, p. 18.
38 Ibíd. 39 Ibíd.

64 65
ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS

El pase de la Escuela-sujeto
y su Analista
Miquel Bassols

El pase no es una experiencia individual, es una experiencia


de orden colectivo. 1
Esta primera afirrnaeión nos introduce de lleno a una de las
paradojas del pase que será también la que debe hacer presente,
necesariamente, el analista de la Escuela (AE) que resulta de esta
experiencia. Y es que el pase es una experiencia colectiva sobre
aquello que constituye a la Escuela misma como un colectivo.
¿Cómo podría hacerse esta experiencia, colectiva y sobre el colec-
tivo a la vez, sin verse llevado de inmediato al lugar, imposible,
de un Otro del Otro? Nuestra afirmación de partida nos conduce
a una paradoja homóloga a la paradoja de Russell, paradoja que
está, sin embargo, en la constitución misma de una Escuela de
orientación lacaniana. Aquello que constituye a la Escuela corno
un colectivo, distinto de una masa o de un grupo, es la falta de
aquel significante que diría qué es el analista corno tal (el catá-
logo de todos los catálogos que no se contienen a sí mismos o
el barbero que afeita a todos los barberos que no se afeitan a sí
mismos, según los ejemplos más conocidos de la paradoja de
Russell). La experiencia del pase viene precisamente al lugar de
esta falta estructural -escribárnosla así: la falta del .Analista- para

1 Este texto querría hacer de contrapeso a Ja llamada starificaci6n de Jos analistas de


la Escuela en la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Hemos querido -plural mayes-
tático- poner todo el acento en el rasgo de "analista de la experiencia de Ja Escuela"
como Ja marca más singular que el dispositivo del pase debería saber encontrar en
cada pasante, "por algún lado de sus aventuras".

67
MIQUEL BASSOLS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

ver nacer y verificar desde ella la existencia de un analista a partir reglas preestablecidas o al saber acumulado por juicios de casos
de la experiencia, siempre singular, de un analizante. De ahí que anteriores. Si esta experiencia es singular en cada caso, es porque
podamos decir que no hay Escuela sin pase y que no hay pase el sujeto supuesto saber recae sobre el propio colectivo y no en
sin Escuela. No hay posibilidad de la experiencia de Escuela sin uno solo de los lugares de enunciación particulares, ya sea o no
la elaboración singular de ese lugar vacío, y no hay posibilidad individual.
de la experiencia del pase sin el colectivo que es la Escuela y que Señalemos aquí la diferencia entre lo universal -que se refie-
se ordena alrededor de ese vacío mismo. Veamos su diferencia re a un conjunto donde todos los elementos cumplen la misma
con respecto a otras experiencias con las que no debería nunca condición y el mismo rasgo que los identifica-, lo particular -que
confundirse. se refiere a cada uno de estos elementos tomados uno por uno,
Un examen, una prueba, la defensa de una tesis o de un pro- de forma individual-, y lo singular. Lo singular de un elemento
yecto de investigación, aun cuando se produzcan y sostengan en no admite comparación con ningún otro elemento. Lo singular,
grupo, son siempre experiencias individuales, de individuos que siempre excepcional al grupo, se distingue aquí de lo particu-
se postulan ante el lugar del Otro -un jurado o una comisión- lar, que lo confirma. Lo singular hace posible el colectivo (en el
del que se espera una sanción, un título, un nombramiento. El sentido que le da Lacan), lo particular lo confunde con el grupo
jurado que aprueba o no su validez, que concede o no el título, o con la masa (en su sentido freudiano). Esta distinción plantea
puede ser más o menos justo, puede ser más o menos compe- necesariamente paradojas y contradicciones en la Escuela, y es-
tente, pero no tiene con aquella experiencia individual otra re- pecialmente cuando se trata del pase.
lación que la de emitir un juicio fundado en su propio saber y Vayamos a un registro más pragmático. Una dificultad de este
en su propia experiencia, desligados de hecho del saber y de la orden se presenta, por ejemplo, cuando el Cartel del pase cree
experiencia del postulante. No hay ahí, en realidad, un sujet.o poder decidir una nominación por votaciones individuales de
colectivo, sino la suposición de dos sujetos en cada una de las sus integrantes, o también cuando espera de otro lugar -llámese
partes. Podemos decir incluso que, en un dispositivo tal, sujeto "éxtimo" o no-la respuesta y solución a sus vacilaciones indivi-
e individuo se confunden. Bastan entonces dos lugares para una duales. Cuando las cosas quedan así dispuestas, lo real en juego
experiencia de este orden, el lugar del postulante y el del jurado de la experiencia queda necesariamente obliterado y destinado
que sanciona su trabajo y que nombra ofreciendo un título. Un a retornar de otra manera. Por otra parte, el establecimiento de
dispositivo así supone, a la vez, dos lugares de enunciación dis- un consenso general fundado en acuerdos tácitos y no argumen-
tintos y dispares, dos sujetos y dos saberes supuestos que deben tados no mejora las cosas. Hace falta un consentimiento fruto de
exponerse uno ante el otro, uno frente al otro. En esta situación, una elaboración colectiva del Cartel, que debe durar lo que dure,
bien puede sostenerse la idea de una intersubjetividad, incluso un consentimiento argumentado que la Escuela-sujeto no podrá
de una transferencia mutua, aunque siempre bilateral, entre dos nunca ahorrarse sin verse puesta en cuestión ella misma.
sujetos supuestos. El juicio que se produce, de orden epistémico, Cuando se trata del pase, la experiencia no es, pues, la de los
supone necesariamente una jerarquía entre los sujetos, una jerar- individuos que participan de su dispositivo, empezando por el
quía fundada en un ordenamiento previo. propio secretariado del pase. No están allí como individuos par-
La experiencia y el dispositivo del pase, tal como lo inventó ticulares ante el Otro de la Escuela. El pase es una experiencia
Jacques Lacan, no puede producirse en esta dimensión del juicio necesariamente transindividual, que atraviesa a cada uno de los
cuya estructura dual no basta para abordar lo real en juego en miembros que forman parte de su dispositivo -pasantes, secre-
la experiencia. En realidad, esta dimensión del juicio fundado tariado, pasadores, comisión o carteles del pase- y que, no por
en el sujeto supuesto saber de un grupo la oscurece por comple- nada, incluye tres lugares para la transmisión del testimonio de
to. Hace falta, para que lo real de la experiencia del pase salga un final de análisis y del pasaje de analizante a analista. La es-
a la luz, otra forma de discernimiento que no puede atenerse a tructura ternaria -pasante, pasador, Cartel- rompe de entrada la

68 69
MIQUEL BASSOLS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

forma bilateral del juicio epistémico que hemos señalado en el de Escuela y de sus síntomas. Lo que ocurre en un lugar del dis-
caso del examen o de otros semejantes. positivo incide y tiene entonces consecuencias en cada uno de
¿De qué orden es, entonces, esta experiencia que se distingue los otros lugares, lo sepan o no quienes los ocupan. El pase en
de cualquier otra forma conocida de juicio? la Escuela es también una interpretación de los fenómenos de
grupo, pero lo es solo en la medida en que alguien se haga sujeto
de esta interpretación.
II La experiencia del pase implica entonces la experiencia de la
Escuela-sujeto tal como Jacques-Alain Miller la formalizó en su
El pase no es tampoco una experiencia grupal, la experiencia "Teoría de Turín" .2 Hablar de la Escuela-sujeto es hacer del co-
de un grupo o conjunto de miembros de una asociación tratan- lectivo no un grupo sino un sujeto que es transindividual. Esta
do de decidir sobre lo particular de un psicoanálisis individual dimensión transindividual del sujeto se autoriza en la afirmación
para darle su garantía. En este caso, la Escuela, o el propio Car- de Freud, al principio de su texto "Psicología de las masas y aná-
tel del pase, vendría al lugar de un Otro del Otro, extendiendo lisis del yo", según la cual toda "psicología individual" es una
entonces en su infinitud la experiencia de un final de análisis. Si "psicología social", una extensión suya al colectivo.
así fuera, siempre habría la necesidad de encontrar una instan- El pase es así la experiencia del colectivo mismo que es la Es-
cia que funcionase como una nueva forma de Otro del Otro de cuela como tal, la experiencia de una forma de transmitir el saber
la transferencia en juego. El hecho de que el jurado que decide que no puede generalizarse ni universalizarse de ningún modo:
la nominación de analista de la Escuela haya tomado -ya desde el saber deducido del pasaje, cada vez singular, de un analizante
hace décadas, aunque no desde su origen- la forma de un Cartel, al lugar del analista. Vista desde esta perspectiva, la "Proposi-
nos indica la necesidad lógica de la figura de un "más uno" que ción del 9 de octubre de 1967 sobre el analista de la Escuela" de
haga de obstáculo a esta inercia del grupo y la descomplete intro- Jacques Lacan es de una radicalidad absoluta y pone en cuestión
duciendo aquella "infinitud latente" propia de la elaboración del todas las formas clásicas y habituales de transmisión del saber,
saber analítico. Esta función del "más uno", que pone en cues- ya sea en su forma universitaria o profesional, incluso artesanal,
tión cualquier figura posible de un Otro del Otro, se distingue, ya sea en las formas instituidas hasta entonces por los propios
sin embargo, de la función del "éxtimo" que vincula el Cartel y analistas. Está por ver si la experiencia de nuestras Escuelas ha
la experiencia del pase a la Escuela Una -otra forma de nombrar llegado a extraer las consecuencias de este vuelco radical ope-
a la Escuela-sujeto-, haciéndola presente en su decisión última. rado por la enseñanza de Lacan. Para entender esta radicalidad
Son dos formas de hacer obstáculo a la grupalización y al mutua- hay que entender, sin embargo, lo que Lacan definió como un
lismo inherentes a toda asociación humana. colectivo en su diferencia con un grupo o una masa. Un colecti-
Señalemos aquí que cuanto más la experiencia del pase sigue la vo no es la suma de sus individualidades, por muy relacionadas
inercia del grupo, más retorna lo real en el que se funda con toda de manera recíproca que las supongamos entre ellas. Un colecti-
suerte de síntomas y tropiezos que registramos en la forma de dis- vo es, en los propios términos de Lacan, "el sujeto de lo indivi-
funcionamientos del dispositivo. El dispositivo y la experiencia dual" .3 En esta expresión, nudo de la experiencia del pase y de la
del pase, tal como está construido y tal como se desarrolla, es así
un excelente lugar para el registro de este retorno en la experiencia
de la Escuela de lo que es más opaco para sí misma. Sus tropiezos, 2 Miller, J.-A., "Teoría de Turín sobre el sujeto de la Escuela", ¿Qué política para el
siempre necesarios, son señales de alerta para la Escuela-sujeto psicoanálisis?, Colección Orientación Lacaniana, Buenos Aires, 2003.
allí donde se desliza por la pendiente del grupo o del mutualismo. 3 Volvemos una y otra vez a esta definición dada por Lacan en el texto que dio la
De ahí la especial sensibilidad de lo que sucede en el pase has~ clave del análisis de los grupos humanos en términos de estructura de lenguaje, "El
tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma", donde escri-
ta convertirse en una suerte de "analizador" de la experiencia be: "lo colectivo no es nada sino el sujeto de lo individual". Lacan, J., (1945) Escritos 1,
Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2009, p. 208, nota 7.

70 71
MIQUEL BASSOLS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Escuela, resuena aquella pregunta que Lacan planteó en su texto te los que la Escuela-sujeto necesita para hacer presente en ella
de 1960, "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo ... ": "Una el discurso del psicoanalista. Si hay realmente pase, este efecto
vez reconocida en el inconsciente la estructura del lenguaje, ¿qué sujeto debe hacerse escuchar más allá del colectivo de la Escue-
clase [suerte] de sujeto podemos concebirle?".4 la-sujeto, debe hacerse resonar de manera igualmente disruptiva
Dicho de otra manera: una vez reconocida en la experiencia en el contexto social del que el analista de la Escuela se hace,
del pase y de su dispositivo la estructura del Witz, del chiste con también, sujeto.
sus tres lugares, ¿qué suerte de sujeto de enunciación podemos Con respecto a la experiencia y a los dispositivos del pase en
concebirle? No es un sujeto de enunciación idéntico al pasante nuestras Escuelas, esta cuestión toca la radicalidad de la propo-
ni a ninguno de los otros individuos del dispositivo, pero no es sición de Lacan para situar el lugar de enunciación al que es lla-
tampoco ningún supuesto sujeto de enunciación colectivo. Su mado el AE (Analista de la Escuela) en su función de intérprete
singularidad reúne al sujeto supuesto al final de la experiencia del sujeto como colectivo de una experiencia inaugural. Su es-
analítica y al sujeto supuesto a la experiencia de la Escuela como tructura de Witz lleva necesariamente a un encuentro inesperado
colectivo. Este punto de encuentro no es nada fácil ni evidente de e inesperable con lo real del grupo analítico, encuentro que siem-
producir, pero es el único modo en que la experiencia del pase pre se produce apres-coup del final del análisis y del testimonio
tiene lugar en la experiencia de la Escuela. del pasante transmitido a los pasadores.
En el recorrido de la experiencia del pase tal como se cons- De este modo, la verdad del pase llega, siempre y necesaria-
tituye en su dispositivo, parece producirse un "doble" acto de mente, después del pase.
enunciación que repartiría la retransmisión del testimonio en dos Con frecuencia, es en este después del pase-que Jacques-Alain
lugares distintos: el acto de enunciación del pasante a los pasa- Miller ha situado también como el ultra-pase- donde se pone en
dores y el acto de enunciación de cada uno de los pasadores al acto aquello que de la experiencia analítica y de la propia ex-
Cartel o comisión del pase. Es notable que el pasante no se dirija periencia del pase había quedado sin realizar como sujeto de lo
directamente al Cartel para transmitir su testimonio sino a los individual, como experiencia del colectivo de la Escuela-sujeto
pasadores que, a su vez, de dirigen al Cartel o comisión. El Cartel como tal. Y ahí, las sorpresas son tan bienvenidas como inespera-
que recibe el testimonio así retransmitido ocupa un lugar homó- das, no solo por la condición de apuesta que tuvo, o no, una no-
logo a aquel que Lacan había situado como el de "la subjetividad minación, sino por los efectos de encuentro y de desencuentro de
de su época", el lugar con el que el analista debe encontrarse en esta nominación con la experiencia de la Escuela-sujeto. Solo ahí
su acción analítica. Digamos que la apariencia de esta duplici- se verifica aquel punto de referencia fundamental del "colectivo
dad performativa en dos actos de enunciación -dos momentos como sujeto de lo individual" que es la Escuela misma.
distintos cronológicamente- debe resolverse, si hay pase, en la
unicidad del sujeto de enunciación con el que el pasante debe
encontrarse al final de la transmisión de los pasadores al Cartel. III
No se trata ya aquí de una relación intersubjetiva sino, de
nuevo, de un sujeto transindividual: hay un solo sujeto y varios El pase no es, pues, ni una experiencia individual ni una expe-
individuos, y ese sujeto es finalmente el efecto de significado riencia grupal. Es, ante todo, una experiencia colectiva de lo que
producido por la estructura de Witz que el dispositivo del pase llamamos, con Jacques-Alain Miller, la Escuela-sujeto, allí donde
debe poner en acto. Sus efectos en la dimensión social, que hace el lugar de enunciación de un analizante deviene analista de esta
presente a aquella "subjetividad de su época", son precisamen- Escuela para interpretarla, a ella misma, como sujeto.
Encontramos aquí una dificultad que es inherente a las múlti-
ples paradojas del pase. Cuando se trata de la Escuela, no hay su-
4 Lacan, J., (1960) "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente jeto de enunciación colectiva posible. Ningún "nosotros" podrá
freudiano", Escritos 2, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2009, p. 761.

72 73
MIQUEL BASSOLS

venir nunca al lugar de la falta del Analista como rasgo de una


identificación grupal -ya sea o no el de una casta- porque ese NEW LACANIAN SCHOOL
"nosotros" solo designa a un sujeto de la enunciación, general-
mente de forma mayestática, como se suele decir del pronombre Momento lógico del pase en la NLS
"nosotros" así usado. "Nosotros" designa al sujeto de ~nuncia­
ción de la Escuela del mismo modo que el "Yo" designa al sujeto Anne Béraud Bogino
que habla en cada acto de enunciación. Lo designa, añade Lacan,
"pero no lo significa" .5 Y este es todo el problema de la experien-
cia del pase y de su dispositivo que, no por nada, tiene la estruc-
tura del Witz, del chiste freudiano. En tal estructura, el sujeto se
muestra necesariamente como transindividual, atraviesa con su
mensaje cada elemento de la estructura del colectivo en su reco-
rrido: pasante:-pasador-Cartel del pase-Escuela-sujeto.
El pase: una experiencia reciente en la NLS
¿Cómo podria haber entonces una interpretación de la Escue-
Fundada en 2003, la NLS es una Escuela joven y debutante
la-sujeto por parte de su analista si no es, precisamente, ponien-
respecto al pase. Dos AE,1 miembros únicamente de la NLS en
do en cuestión cualquier acuerdo tácito en el que se funda aquel
el momento de sus nominaciones, fueron nombrados por la Co-
"nosotros" que la designa, pero que no la significa de ningún
misión de la ECF en 2015 y en 2018; luego, otros dos AE2 fueron
modo? ¿Cómo hacerlo si no es del lugar de la excepción singular,
nombrados en 2019 por dos carteles ad hoc de la NLS.
siempre disruptiva?
La NLS no cuenta con un dispositivo de pase independiente.
Es en este punto donde el analista de la Escuela hace suyo el
Las demandas de pase son dirigidas a los presidentes de la NLS y
lugar de enunciación de la Escuela-sujeto como un colectivo que
de la EFP y son tratadas por el secretariado del pase de la AMP, lo
no tiene, por sí mismo, posibilidad de un sujeto de enunciación.
que introduce una ligera extimidad entre el pase y la Escuela. No
Es un lugar tan necesario como imposible, es decir, tan real como
hay ni Cartel fijo ni secretariado. El secretariado es el de la AMP
lo es el encuentro nunca esperado ni programable. El analista de
el Cartel es de carácter ad hoc y su composición toma en cuenta eÍ
la Escuela es así el que puede interpretar de manera contingente,
idioma del pasante.
no preparada, aquello de la Escuela-sujeto que hace sfu.toma en
Por lo tanto el tiempo subjetivo de la NLS con respecto al pase,
el colectivo.
no es el de la ECF ni el de las otras Escuelas de la AMP. Aunque
. , El pase de. la Escuela-sujeto se realiza así en cada interpreta-
nuestra Escuela se vea beneficiada por la reflexión que se está
c10n del Analista de la Escuela, en el modo en que interpreta a la
elaborando sobre el tema de la crisis del pase en la ECF, antes de
Escuela, y en el modo también en que esta consiente o no a esta
la suspensión de las enseñanzas de los AE, en diciembre de 2021,
interpretación. Nada, en todo caso, que esté dado ni asegurado
el momento en el que se encontraba la NLS era más bien el del en-
de entrada.
tusiasmo. Se manifestaba un gran interés respecto al pase y a su
transmisión, la enseñanza de los AE era recibida con atención. El
Abril de 2022
punto de torsión3 de la experiencia del pase no me parece haber
sido alcanzado en la NLS.

1 Véronique Voruz (2015) y Anne Béraud Bogino (2018).


2 Florencia Fernández Caria Shanahan (2019) y Dossia Avdelidi (2019).
s. Es la precisión de Lacan en ese mismo texto, (1960) "Subversión del sujeto y dialéc- 3 <:;f. Miller, J.-A., '.'~reliminar'', Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, Navarin
tica del deseo en el inconsciente freudiano", Escritos 2, óp. cit., p. 761. éd1teur-Grama ed10ones, Buenos Aires, 2022, p. 16.

74 75
ANNE BÉRAUD BOGINO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

A}zí donde eso pasa: una transmisión es posible l. El testimonio no percute en el grupo, sino en el uno por uno.
La transmisión resuena en la audiencia a partir de una enuncia-
¿Cómo se plantea en la NLS la contradicción señalada por ción. "Que se diga" se vuelve central y ya no puede quedar "ol-
Jacques-Alain Miller según la cual, cuanto más la nominación vi.dado tras lo que se dice en lo que oye".6 Es el acto de enuncia-
es una consagración menos son estudiadas las contribuciones de ción el que hace vibrar a los oyentes. Las preguntas del público
los AE y más los testimonios caen en el olvido?4 abundan. Cada uno interroga un punto que a menudo resuena
En la NLS, los AE fueron solicitados en el marco de dos ti- con su propio análisis: el testimonio genera una anticipación de
pos de intervenciones de naturaleza diferente. Por un lado, los momentos de pase en el análisis de cada uno. Podemos deducir
Congresos y las Jornadas creadas en torno al acontecimiento del que esto provoca un empuje a ir más lejos en su propio análisis
pase. Estas jornadas fueron dos: "Avant premiere, el pase en nues- -hasta la raíz del sinthome-, de ahí los efectos en la formación de
tra Escuela", que tuvo lugar el 29 de septiembre de 2019 donde los psicoanalistas.
escuchamos el primer testimonio de Florencia Shanahan, y la del . 2. La NLS se presta particularmente a la topología del aguje-
16 de enero de 2021, "El pase y la formación del psicoanalista",5 ro porque ella no unifica ni los individuos, ni los grupos y las
en el que después de más de un año de espera debido a la pande- sociedades que la integran. Descentrada del grupo, la Escuela
mia, Dossia Avdelidi hizo su primer testimonio. La jornada pre- permanece como un lugar vacío, el de S(.A). Sin embargo la Es-
vista para el 15 de enero de 2022 fue cancelada tras la suspensión cuela se convierte en destinatario, Otro del AE, lo que le permite
de las enseñanzas de los AE. relanzarlo en sus elaboraciones "sobre los problemas cruciales" 7
En el contexto de estos eventos en los que varios AE testimo- y empujarlo a profundizar "los puntos vivos para el análisis" .8
niaron, no hubo preguntas en la sala, prácticamente no hubo diá- Esto lo pone cada vez "en la brecha, de resolverlos". 9 Por lo tan-
logo con el colega que presidía la secuencia, y por ende, no hubo to, la manera en la que es recibida en la Escuela la enseñanza de
reales intercambios respecto de las intervenciones. Los testimo- cada AE es esencial para que él pueda producir un avance en este
nios en el marco de Congresos starifican a los AE, pero ¿enseñan? sentido.
Otra es la experiencia que se llevó a cabo lejos de los proyecto- La experiencia de AE en la NLS me parece demostrar que
res, en las sociedades y grupos de la NLS. Estos eventos invitaban cuanto más el testimonio es debatido, estudiado y ajustado con
a un AE a hablar del tema "El pase en nuestra Escuela, la ense- el fin de dilucidar los puntos cruciales para el análisis, más sirve.
ñanza de los AE". Aquí escribo basándome en mi experiencia de Y si sirve, no cae en el olvido. Se convierte en materia que puede
AE (2018-2021). Antes de la pandemia viajé a ocho países para servir a cada uno en su propio análisis, hueso que participa en la
hablar -mediante una traducción simultánea la mayoría de las transmisión del psicoanálisis.
veces- ante un público lleno de jóvenes muy interesados, y que Tuve la sorpresa de conocer jóvenes que habían formado un
en su mayoría, nunca habían asistido a los Congresos. En este Cartel para trabajar mis testimonios antes de mi llegada. Sus pre-
contexto tuve la sensación de compartir en cada lugar una ex- guntas precisas e incisivas me abrieron horizontes nuevos y me
periencia inédita que daba lugar a una verdadera conversación. empujaron a clarificar lo que había operado en el análisis. Mis tes-
Es en este marco, seguramente específico de la NLS, ya que está timonios les habían permitido cuestionar, por ejemplo, el senti-
compuesta por grupos dispersos, que me pareció que los testi- do de la caída de los ideales y la confluencia de la inconsistencia
monios llegaban y que se producía una transmisión.
Señalo entonces dos efectos:
6 LacanJ., (1972) "El atolondradicho", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p.473.
7 Lacan J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanálisis de la
Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 262.
4Ibfd. 8 Ibíd.
5 "Día de Dublfn", por Zoom. 9 Ibfd.

76 77
ANNE BÉRAUD BOCINO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

del Otro. Pregunta fundamental que abre hacia el deseo del ana- obtener una fractura de la fórmula del fantasma, que llamó, por
lista ya que este está desligado de los ideales. O incluso, estos un lado, caída del objeto a y por otro, destitución del sujeto. 12 El
jóvenes cartelizantes habían podido identificar puntos que ha- atravesamiento, ¿es la fractura del fantasma, o podemos introdu-
bían permanecido abstractos hasta entonces para ellos, como el cir una distinción? La expresión desactivación del fantasma 13 parece
atravesamiento del fantasma, el sinthome, el goce femenino o el tan acertada que devino un "aluvión" en la lengua del pase. La
final de análisis. pregunta que fue trabajada durante esta enseñanza es la que se
Los Congresos federan pero masifican, por lo que comportan hace J.-A. Miller: "En la experiencia analítica, el goce se presenta
el riesgo de que el discurso del amo prevalezca sobre el discurso ante todo por el lado de la fijación, [... ]es decir: siempre se vuelve
analítico, incluso en los testimonios de cada AE. La puesta en se- allí. Y habrá que ver si ese siempre se vuelve allí se detiene o no por
rie de los testimonios puede contribuir a ello, nivelando las sin- el atravesamiento del fantasma". 14 Para afinar lo que resultó de
gularidades. Es dirigiéndose a un pequeño número de personas, este laboratorio habría sido necesaria una publicación, completa-
desplazándose a los grupos y sociedades, que alcanzamos mejor da por los efectos de apres-coup de nuestro debate.
el uno por uno. Me parece que el deseo del analista de obtener de
cada uno su singularidad, tiene la posibilidad de manifestarse,
fuera del dispositivo analítico, a través de una transmisión más En los confines de la transmisión
particularizada que abre al diálogo y produce la elaboración de
un saber nuevo. Transmitir y reinventar me han parecido indi- Siguiendo la indicación de J.-A. Miller, quien nos recuerda lo
sociables en mi experiencia de AE, partiendo de una transmisión que es un analista según Lacan, es decir, aquel que llevó su análi-
efectuada "por encuentro" 10 -lo que se vuelve más difícil de lo- sis a término,15 ¿qué resulta entonces del deseo del analista?
grar en el marco de los Congresos. Si bien el deseo del analista no fue abordado explícitamen-
te me pareció sin embargo omnipresente en varios testimonios.
Aunque más no sea por el hecho de que, en el pase, el deseo de
Un laboratorio saber empuja a avanzar en un territorio desconocido para ela-
borar un saber nuevo. Habría entonces que buscar el deseo del
En el año 2021 la única actividad de enseñanza propuesta analista "bajo la demanda de pase". 16 El deseo del analista se de-
conjuntamente por los tres AE en ejercicio de la NLS, y donde los duce de S(.A), es decir de la demostración de cómo habrá sido
tres intervinieron, trató sobre el tema "El fantasma fundamental: posible cernir lo imposible de la relación sexual y el borde del
fracturar, atravesar, desactivar". 11 Especie de laboratorio de in- agujero. ¿No podríamos entonces concebir el deseo del analista
vestigación sobre los problemas cruciales del psicoanálisis; este como el anudamiento entre el pase (incluso para aquellos que no
único momento fue una novedad en la NLS.
¿Son equivalentes estos tres términos: fracturar, atravesar, des-
activar? J.-A. Miller utiliza el primero, fractura del fantasma, en el 12 Cf. Miller, J.-A., "El Uno solo", Curso del 30 de marzo de 2011, inédito. Pero tam-
Curso del 30 de marzo de 2011 llamado "El Uno solo". En efec- bién: Cf. Miller, J.-A., Del síntoma al fantasma. Y retorno, capítulo XII, "Presencia del
analista", Paidós, Buenos Aires, 2018, pp. 205-220.
to, allí indica que Lacan ha demostrado que el análisis permite
13 Fórmula introducida porPatricia Bosquin-Caroz en sus testimonios de AE. Por
ejemplo: Bosquin-Caroz P., "Vértigo", Mental Nº 26, junio de 2011, p. 28.
14 Miller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 277.
10 Cf. Miller, J.-A., "Analista de su propia experiencia", Cómo terminan los análisis. 15 Cf. Miller, J.-A., "Preliminar'', Cómo tenninan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit.,
Paradojas del pase, óp. cit., p. 151. p. 15: "[ ... ]a la salida estructural del análisis, el sujeto que resulta de él se ha con-
11 Actividad organizada por la NLS bajo los auspicios de El pase en nuestra escuela, vertido precisamente en analista[ ... ]. Para Lacan, el ser analista de un sujeto no se
La enseñanza de los AE que tuvo lugar por Zoom el 9 de abril de 2021. Intervinieron adquiere por su práctica, sino por su propio análisis".
Dossia Avdelidi, Florencia Shanahan y Anne Béraud. Anne Lysy participó en tanto 16 Miller, J.-A., "Sobre los fundamentos neuróticos del deseo del analista", Cómo ter-
que "éxtima".
minan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 269.

78 79
ANNE BÉRAUD BOGINO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

se presentan al dispositivo) y el deseo de llevar a algunos a este Efectos de las invitaciones de AE,
punto de reducción -el hueso de la cura17-, deseo artictilado a visto por el grupo NLS-Quebec
la práctica de encontrarse en la posición de analista para ellos?
Sostuve que el deseo del analista opera a partir de lo real del En Quebec, el grupo asociado a la NLS (NLS-Quebec), al que
síntoma como nudo. 18 pertenezco, organiza desde el año 2014 la venida de un AE en
La escritura del primer testimonio me confrontó de manera cada una de las Jornadas de estudio anuales. Es interesante ana-
aguda a la paradoja de tener que transmitir el momento de pase lizar desde esta perspectiva los efectos de la enseñanza de cada
a través de una ficción en la que ya no se cree -verdad mentirosa uno de los AE en la formación de los participantes.
para decir lo real-. Sin embargo, su enunciación frente al públi- Las actividades sobre el pase organizadas por el grupo
co produjo un efecto sorprendente: que se desprendiera lo que NLS-Quebec han sido concebidas de manera organizada. Ningún
quedaba de esta ficción. Así, la escritura -acto solitario- atrapa el testimonio se realizó sin una secuencia preparatoria donde se
desfasaje entre el relato ficcional indispensable para la transmi- presentaba el procedimiento del pase y el contexto de su imple-
sión y la manera en que la ficción ya se ha desintegrado. El tiem- mentación por Lacan, en el marco de una reflexión sobre el final
po que sigue al de la escritura, el del primer testimonio público, de análisis y el pasaje al lugar de analista. En cada oportunidad
compromete la enunciación y produce en acto una separación de fueron estudiados con antelación los textos producidos por el AE
la ficción. Es necesario el pasaje por el cuerpo y por la acogida invitado.
de la Escuela del testimonio para que la operación de desprendi- Constatamos siempre efectos de sorpresa y novedad en la
miento y separación se realice. manera en la que los testimonios eran recibidos, acogidos con
Otra dificultad de transmisión surgió en una noche del pase verdadero interés y muy respetuosamente. Estos suscitaban
en Bruselas. ¿Cómo precisar y decir la experiencia de S(A)? Sen- intercambios de calidad. También cabe destacar los efectos de
tí con intensidad entonces cuan vanas son las palabras y cuan relanzamiento del trabajo analítico que estos intercambios con
difícil es transmitir el alivio que procura el encuentro con esta los AE suscitaron en nuestros analizantes.
dimensión de vacío. Había ido a hablar justamente del pase y Dada la distancia geográfica del grupo, solo unos pocos par-
de lo femenino, queriendo arriesgarme a decir algo sobre el goce ticipantes viajan para los congresos de la NLS y las jornadas de
no-todo, algo más que solo el hecho de que la mujer lo experi- la ECF. Por lo tanto la mayoría no escucha directamente la enun-
menta pero no sabe nada al respecto. Al tratarse del goce llama- ciación de los AE durante estos eventos. Los testimonios de los
do femenino o de S(A), me topé con los límites del lenguaje. Es AE en Montreal dan cuerpo, a su manera, a la Escuela del pase
decir que lo simbólico del que disponemos, no es una máquina para la NLS.
vacía ni pura palabrería, sino que logra decir lo imposible. Una En cambio, los testimonios realizados por Zoom en 2021 hi-
enseñanza de AE necesita un esfuerzo de transmisión de este en- cieron evidente hasta qué punto, por este medio, se producía
cuentro con los confines y del acercamiento de lo real. una sorprendente pérdida del efecto de cuerpo por el que pasa
Tres años de mandato de AE son solamente soportables si sur- la enunciación. Como resultado, los efectos de estos testimonios
ge lo nuevo. Es reinventándolo al extraer lo insospechado, que en aquellos que los escuchaban se encontraron reducidos y ba-
enseñar mantiene su vivo interés y su operatividad. nalizados. ~
De ahí, en mi opinión, la pertinencia de continuar en la NLS
con las invitaciones de AE en los grupos y sociedades bajo la égi-
da de El pase en nuestra Escuela, la enseñanza de los AE. El pase
17 Siguiendo el título de Miller J.-A., El hueso de 1m ana1isis, Tres haches, Buenos Aires, sigue siendo un horizonte que tiene todo su peso en la NLS.
1998. .
18 Béraud, A., "Comment diable la psychanalyse opere, Le sinthome et le style de
l'analyste", Mental Nº 44, París, diciembre de 2021, pp. 246-251.

80 81
ANNE BÉRAUD BOGINO

Cartel del pase ad hoc en la NLS


ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE
Así como la crisis del pase en la ECF lo hizo evidente, me pare-
ce también necesario cuestionar cómo operan los cartele_s ad hoc Autenticidad del pase:
en la NLS, ya que estos habían permanecido hasta ahora en un
punto ciego. Aparte del hecho de que son de carácter ad hoc, hay
. el pase es su enunciación
una cierta opacidad respecto a su composición y su funciona-
miento. Lo reciente de la práctica del pase en la NLS va de la Patricia Bosquin-Caroz
mano con el hecho de que pocas demandas de pase han sido
dirigidas a esta Escuela.
En lo que me concierne, participé en uno de estos pocos car-
teles ad hoc, lo que motiva mis observaciones e interrogaciones.
¿Cómo concebir la composición de estos carteles para que se base
en un modo de funcionamiento diferente al de una cooptación? La solidaridad entre pase y Escuela se manifies-
¿Podemos reflexionar sobre la lógica de la composición de estos ta en los momentos de crisis. 1
carteles ad hoc?
El funcionamiento único de cada uno de estos carteles podría
ser evitado privilegiando, en la medida de lo posible, la duración Fin de ana1isis y nominación de AE
de dos años. Una de las consecuencias de estos carteles ad hoc es
la ausencia, que yo sepa, de redacción de informes (EFP o NLS). Sucede a veces que el jurado del pase, cartel o comisión, reco-
Como si la confidencialidad valiera aquí por opacidad, ningún noce un fin de análisis sin por lo tanto proceder a una nomina-
cartel ha dado cuenta de su orientación, ni de la producción de ción. Habría en la nominación de un AE una dimensión de apues-
un saber epistémico que emanaría de esta experiencia. En este ta a tomar en cuenta, puesto que se espera de él que produzca un
contexto, no tuvo lugar ninguna enseñanza a partir de estos car- trabajo. El simple hecho de exponer un fin de análisis no basta
teles, y los miembros de la NLS no fueron informados de sus re- para ser impulsado hacia la función de AE. Se espera algo más,
sultados. algo que atañe al deseo del analista y al deseo de Escuela, a los
Una elaboración colectiva que argumente la decisión que se que apuesta el jurado del pase. En efecto, si la transferencia al
tomó, necesita tomarse el tiempo de extraer un saber sobre lo analista es liquidada al final de la partida, esto no quita que esta
que enseña la transmisión realizada por los pasadores del relato pueda desplazarse hacia el psicoanálisis y reafirmarse, si se da la
del pasante. Dar cuenta de su decisión abre a una "conversación ocasión, en el pase.
deliberativa" 19 para "fundar en razón [nuestra] sorpresa".2º Parafraseando a Lacan, subrayemos también que el AE es
Montreal, abril del 2022 aquel "al cual se imputa estar entre quienes pueden testimoniar
TRADUCOÓN: ROSANA MONTANI-SEDOUD sobre los problemas cruciales en los puntbi:; vivos en que se en-
cuentran para el análisis" .2 Más allá de la exposición de su pro-
pio caso se espera del AE que se haga "responsable del progreso

1 Miller, J.-A., "Conversación sobre el pase", bajo la dirección de J.-A. Miller, Éco/e de
19 Aromí, A. "Mutualismo y regionalismo en la ELP", "Cita con el pase", Documento la Ca11se fre11dienne, París, junio del 2010. Inédito.
de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, 19 de marzo de 2022, p. 16.
2 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
20 Ibíd., p. 14. Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 262.

82 83
PATRICIA BOSQUIN-CAROZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

de la Escuela, volverse psicoanalista de su experiencia misma", 3 Otro testigo, destinatario de una solución y al que se le supone,
y que "pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época" .4 en retomo, poder restituir al pasante el punto de capitón de su
Jacques-Alain Miller disipó el malentendido consistente en ha- recorrido analítico. Pero también el esfuerzo colectivo de doctri-
cer, de dicha experiencia misma, la de su propio análisis -ya que na, efectuado en el apres-coup de la experiencia -ya sea a través
no se es analista de su propio análisis, lo cual no tiene sentido-, de la redacción de informes o en el marco de diversos encuentros
sino de la experiencia de la Escuela. Queda por saber si los AE de trabajo en la ECF (Question d'École) o en la AMP (Conversación
nombrados desde que el dispositivo del pase fue instaurado por de Río en 2016, la Jornada de Barcelona en 2018 y la "Cita con el
J.-A. Miller en la ECF y luego en las demás Escuelas de la AMP, se pase" de París en 2022)- puso en evidencia que el pase no es un
han hecho realmente responsables de la experiencia de la Escue- examen en el que se expondría un saber puramente deductivo,
la, y de qué manera. sino una performance que implica una demostración en acto.
Una vez dicho esto, la apuesta del pase recae tanto en el pa- Dicha demostración se apreciaría en la enunciación auténtica
sante que pone en juego su análisis, como en el jurado cuando del pasante que se supone es transmitida al jurado mediante la
nombra un AE al cabo de una deliberación que puede incluir a emulsión sensible del pasador. El pase, dice J.-A. Miller en su
los pasadores, transmisores del mensaje del pasante, como lo hi- texto "Preliminar", ·
cimos recientemente en el cartel ad-hoc constituido por decisión
del colegio del pase de la ECF. 5 Esta apuesta no puede ser tomada [... ]no puede reducirse al contenido narrativo de un conjunto
a la ligera, ya que se efectúa sobre un fondo de responsabilidad de enunciados. El mismo es función de la relación en acto que
ética respecto a la Escuela. Ella es sin garantía, y, por esta mis- el sujeto mantiene con lo que enuncia, es función del tono, del
ma razón, se espera del jurado una decisión fundamentada. En ritmo, de la forma de decir, en definitiva, de la enunciación.7
cuanto al AE, su nominación no garantiza el éxito de la transmi-
sión de su testimonio al público. Así, la diferencia entre enunciado y enunciación se reduciría cuan-
do se produce un AE y aumentaría cuando no es el caso. Esto ocu-
rre cuando el pasante se mantiene demasiado apegado a sus enun-
Pase y enunciación ciados pretendiéndolos completos, exhaustivos, mientras recurre
a la teoría para colmar el agujero en el saber, desestimando de he-
A lo largo de la experiencia6 adquirida por mi participación cho la dimensión del acto que el pase pone en juego. Entonces, se
en varios carteles y comisiones del pase en la ECF y en la AMP, hace sentir la impresión de inautenticidad de la construcción o la
en los que participé ocupando diferentes funciones, terminó por de un forzamiento del testimonio intentando hacer entrar el rela-
imponerse una diferencia entre, por un lado, un fin de análisis to de pase en una camisa de fuerza doctrinal. Escuchamos a veces
validado como tal y, por otro lado, una nominación de AE. Pri- elaboraciones rebuscadas, particularmente respecto del goce fe-
mero porque distintos usos del dispositivo pudieron ser consta- menino del que el o la pasante busca a toda costa la fórmula en un
tados. Por ejemplo, el de servirse del jurado del pase como de un significante último, fijo, sin que este se deduzca lógicamente del

3 Ibíd., p. 261.
recorrido analítico ni implique consecuencia alguna. O aun, el nec
plus ultra consistiría en descubrir su letra de goce, imaginaria y
no deductiva, fruto de la erosión significante tal y como Lacan lo
--
4 Lacan, J., (1953) "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis'', indica en su texto "El atolondradicho". Subrayemos que la pro-
Escritos 1, Siglo Veintiuno, Madrid, 1998, p. 309. ducción de un significante nuevo externo a la cadena significante
5 Cartel establecido en 2022 y destinado a examinar Jos pases en curso Juego de Ja
suspensión del dispositivo del pase en la ECF a finales de 2021. Dicho cartel estaba
compuesto por: Alice Delarue, Esthela Solano-Suárez, Fram;ois Leguil, Bruno de Ha-
lle= y Patricia Bosquin-Caroz (más uno).
7 Miller, J.-A., "Preliminar'', Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, Navarin édi-
6 Recientemente, en el cartel ad hoc constituido por el Colegio del pase en 2022. teur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 18.

84 85
PATRICIA BOSQUIN-CAROZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

que ordena apres-coup el marco del saber -según la fórmula de de afecto no puede en ningún caso colmar lo indemostrable de
Lacan: "lo no sabido se ordena como el marco del saber" 8-, tal una demostración. 11 J.-A. Miller, decía ella, consagró todo un Cur-
como la extracción del objeto a dando su marco a la realidad, se so para poner en relieve el hiato insalvable entre las premisas y las
deduce de la experiencia del inconsciente transferencia! condu- conclusiones: Done. "La conclusión requiere siempre un salto al
cida hasta el punto de indecible del goce, favoreciendo o provo- límite que Lacan articuló con el acto" .12 En consecuencia, precisa
cando de manera subsecuente una invención. G. Brodsky, no se trata de colmar la brecha entre premisas y con-
Se constata así que el pase, en su versión inspirada en la últi- clusión recurriendo al afecto. En efecto, durante una deliberación
ma enseñanza de Lacan, terminó por imponerse y, como lo seña- es necesario precaverse contra el entusiasmo colectivo fundado en
la J.-A. Miller, la orientación del pase que había prevalecido en la un proceso identificatorio, sin que ninguna demostración previa se
Escuela habría sido abandonada y no precisamente en favor de haya producido ni convencido por su efecto de verdad. Más bien,
la palabra de Lacan.9 A la demostración en acto se substituirían, si surge un afecto, sería preferible que este esté relacionado con
eventualmente, montajes sofisticados que colman no tanto lo im- el efecto libidinal producido por el Witz, en tanto que sancionaría
posible de decir sino lo no analizado. En esos casos el efecto de el testimonio en su valor de chiste dirigido a un tercer auditor, el
verdad no pasa, y si una nominación se produce el AE no podrá jurado, por medio del pasador. Más allá del aspecto económico el
salir de la trampa en la que se encerró bajo riesgo de repetirse Witz atañe al bien-decir del pasante y como lo demuestra Freud
una y otra vez, hasta volverse, a veces inaudible, cuando el testi- respecto del chiste, puede ser desmontado, desplegado apres-coup.
monio en vez de pasar al público se cierra sobre sí mismo en un Indiquemos que lo que es celebrado tiene que ver, sobre todo, con
lenguaje privado. la partida jugada de manera muy estrecha con el goce y que re-
quiere la invención. Lacan indica que en el Witz la intención del
individuo se ve sobrepasada por el hallazgo del sujeto
Satisfacción y Witz
[... ]puesto que no solo es preciso que algo me haya sido ex-
Cuando el jurado no se deja encandilar por una elucubración traño en mi hallazgo, para que encuentre en él mi placer, sino
de saber forzada, sino que algo auténtico resuena y que un efec- que es preciso que siga siendo así para que tenga efecto. Lo
to de verdad se produce, entonces adviene el pase. Hoy más que cual toma su lugar por la necesidad, tan bien señalada por
nunca, el pase comporta un aspecto económico cuyo indicador Freud, del tercer oyente [... ].13
podría ser la satisfacción que el jurado experimenta cuando nom-
bra AE a un pasante. Satisfacción que responde a la del pasante La necesidad de un tercero, que, siguiendo a Freud, Lacan subra-
que logró pasar del sufrimiento del síntoma a una reconfigura- ya, es siempre supuesta "por el hecho de que el chiste no pierde
ción más satisfactoria del mismo. Pero atención: la satisfacción del su poder en su transmisión al estilo indirecto" .14 Esto requeriría
jurado no debe confundirse con un afecto de grupo separado de al menos una condición: que el Otro del jurado mantenga cierta
la demostración que la precede. Durante la reciente "Cita con el disposición para acoger lo nuevo, presentándose no como el Otro
pase" en París, Graciela Brodsky1º señalaba dicho riesgo. El efecto del Otro, sino como un Otro agujereado que se deja sorprender
por la invención del pasante. Chiste, hallazgo, placer, estilo indi-
recto, el pase tiene en efecto la estructura del Witz.
8 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de Ja
Escuela", óp. cit., p. 268.
9 Cf. Miller, J.-A., "Preliminar'', Cómo tenninan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., 11 Cf. Ibíd., p. 10.
p.20. 12 Ibíd., p. 10.
10 Brodsky, G., "Siete puntos para conversar sobre el pase en Ja EOL", "Cita con el 13 Lacan J., (1953) "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis",
pase", "Informe sobre los disfuncionamientos del pase en las Escuelas", 19 de marzo Escritos 1, óp. cit., p. 260.
del 2022, París. Documento editado por la AMP, pp. 8-11. Inédito. 14 Ibfd.

86 87
PATRICIA BOSQUIN-CAROZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

En cuanto a la cuestión de la satisfacción, esta solo se puede el pase bis, invención de Lacan que consiste en una hystorización,
juzgar a la luz de una transformación del síntoma y del pasaje una historia histerizada del análisis. J.-A. Miller precisa: "El pase
de lo trágico a lo cómico. En su texto "El pase bis", J.-A. Miller bis se elabora entonces en soledad [... ] aunque se efectúe con pa-
escribe: rásitos, los pasadores" .17 En esta prueba no se trata de establecer
la verdad de la verdad, sino que esto sea verdad, sabiendo que
Hay fin de análisis cuando hay satisfacción. Esto sin duda la verdad es un espejismo. "En el testimonio se confía en saber
supone una transformación del síntoma que, de la incomo- cómo alguien, en su análisis, supo arreglárselas con la verdad
didad, del dolor, libera la satisfacción que, desde siempre, lo mentirosa, cómo se abandonó a ella, embadurnado, y se lo espe-
habitaba, lo animaba. El criterio es saber arreglárselas con su ra, afuera, limpio". 18 J.-A. Miller en su texto"¿Es pase?" nota que
síntoma para extraerle satisfacción. 15 en un jurado se trata de atrapar un decir de pase que indicaría
el advenimiento del deseo del analista, el pase no se juzga en los
Yo sostendría entonces que en ese caso el jurado del pase se vuel- enunciados, sino en el nivel de la enunciación. Señala también
ve caja de resonancia y se presta, junto con sus miembros, al "eco que el último texto de los Otros escritos19 de Lacan, pone particu-
en el cuerpo del hecho de que hay un decir", 16 con su efecto de larmente el acento en la verdad como verdad mentirosa, es decir,
afecto. Algo escapa a la transmisión de un saber, no sin haber he- · en la ficción del pase. En la "Proposición del 9 de octubre ... ", el
cho la demostración de su punto de tope, implicando la dimen- pase era un hecho; desde entonces se ha ido desplazando del
sión del acto. Existe entonces una tensión entre la demostración hecho a la ficción. Es por esta razón, que, como lo precisa J.-A.
esperada y la pe1formance en la que se produce el AE. Miller, en este último texto, el acento está puesto más en la expe-
riencia de satisfacción que en la demostración, más en la verdad
que en el saber. Al tratarse de acento, esto no significa que ya no
Saber y efecto de verdad se espere una demostración, sino que es relativizada. Estos dos
textos sobre el pase: la "Proposición" del '67 y el "Prefacio a la
Al agujero en el saber respondería el saber-hacer con el sínto- edición inglesa del Seminario 11", se sitúan en los dos extremos
ma, ya no concebido desde la perspectiva de su verdad incons- de la enseñanza de Lacan, y reflejan el cambio de perspectiva de
ciente, sino bajo la de la iteración de una marca traumática que la doctrina analítica en cuanto a la cuestión del goce, que se pre-
conmemora el encuentro con un acontecimiento de goce. senta al final como no negativizable y rebelde al sentido.
El saber-hacer del que no se sale, comenzaría por un saber leer
y un bien decir del pasante en la transmisión de su testimonio ante
los dos pasadores, quienes en un segundo momento lo comuni- Satisfacción y reducción
can al jurado del pase. Así el jurado experimenta la ausencia de /

criterios, de normas, de garantía; sin embargo, habitualmente, Ciertos testimonios demuestran con claridad que la distancia
cuando procede a una nominación, es que algo se impuso y reso- tomada respecto a aquello que hacía sufrir, o el desinvestimiento
nó, que sonó justo. Lacan al final de su enseñanza va a privilegiar del pathos, son consustanciales de la reducción del sentido, favo-
el efecto de verdad por encima de la demostración de un saber. reciendo al mismo tiempo la liberación de una nueva energía una
También distinguió dos momentos, el del pase, salida del incons-
ciente transferencial y el que fue designado por J.-A. Miller como

17 Miller, J.-A., "El reverso del pase", El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013,
15 Miller, J.-A., "El pase bis", El Caldero de la Escuela, nº 3, octubre 2007, EOL-Grama p.99
ediciones, Buenos Aires, 2007, pp. 7-8. 18 Miller, J.-A., "El pase bis", El Caldero de la Escuela, nº 3, 6p. cit., p. 7.
16 La can, J., (1975-1976) El Seminario, Libro 23, El sintlwme, Paidós, Buenos Aires, 2009, 19 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos, óp.
p.18. cit., pp. 599-602.

88 89
PATRICIA BOSQUIN-CAROZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

vez que la libido fue retirada del fantasma patógeno. Dicho tra- el acento en la satisfacción obtenida al final del análisis, satis-
bajo de reducción pasa por la demostración del deshuesamiento facción obtenida por un nuevo manejo del síntoma que implica
del síntoma hasta llegar a su hueso irreductible, el sinthome. En un uso inédito de la libido y no su mortificación. Por lo tanto, si
efecto, la reducción no se aprehende como tal, como una eviden- suponemos que el momento del pase es un momento resolutivo
cia, de manera inmediata. Hemos podido también constatar una de la experiencia analítica, se trata entonces, como lo afirma J.-A.
relación entre la reducción al hueso de un análisis, el hecho de Miller en la· Conversación sobre el pase de 2010, de experiencia
desprenderse del pathos, y la emergencia de una nueva satisfac- y no de cura, "porque ¿de qué curaría el pase?-¿del deseo?, ¿del
ción en cuanto al uso del síntoma. goce?, ¿del fantasma?-" .22
En su texto "Visto desde la salida", J.-A. Miller indica que
TRADUCOÓN: BEATRIZ GONZÁLEZ-RENOU

[... ]visto desde la salida, la libido se retira del objeto analista


al mismo tiempo que se retira de aquello de lo que estaba en
juego para el paciente, de lo que era la cuestión de su vida, es
decir, su sufrimiento, su malestar, su pasión, [... ] de la causa
misma desde la que sostuvo su querella de impotencia con el
Otro.20

En el mismo texto señala que lo que sucede en un análisis con-


cierne a la investidura libidinal que se contrae, se condensa, se
densifica, se aísla al mismo tiempo que el sujeto se desprende
de ella. Y es en ese momento en el que el sujeto la desecha que
se da cuenta hasta qué punto ese quantum de libido comandaba
su destino y sostenía su mundo. Se trata de la construcción del
fantasma fundamental del sujeto, es decir, de una "condensación
de la libido en una forma cada vez más compacta, dura, incluso
osificada [:] el objeto a" .21 Pero eso no es el todo del fin -como
lo demuestra J.-A. Miller en diversas ocasiones, El hueso de un
análisis o en sus últimos Cursos, particularmente en "El Uno
solo"- ya que el goce es ineliminable. No todo del goce puede
ser localizado ni concentrarse en un objeto. Subsisten restos sin-
tomáticos, como Freud ya lo había dejado claro en su texto "Aná-
lisis terminable e interminable". Dicho de otra forma, si la libido
se desprende del fantasma, ¿dónde se aloja luego? ¿Se trataría de
un retomo a un grado cero de la libido? Allí reside la importancia
del término ultra-pase que se refiere a ese punto y sobre el cual
nos podemos hacer una idea a través del testimonio que pone

20 Miller, J.-A., "Visto desde la salida", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase,
óp. cit., pp. 86-87. 22 Miller, J.-A., "Perfección del psicoanálisis", Cómo terminan los ana1isis, Paradojas del
21 Ibíd. pase, óp. cit., p. 76.

90 91
ESCUELA DE LA ORIENTAOÓN LACANIANA

Las tribulaciones del pase


en las Escuelas de la AMP
Analistas de la Escuela, todoterreno
Jorge Chamorro

Antecedentes
No cabe ninguna duda que el pase es una singularidad de
nuestras Escuelas, que subvierte todas las formas previas en que
fueron concebidos los fundamentos de la autoridad analítica.
Es un aparato en el sentido opuesto a la estructura, que afecta
a todos los miembros de una Escuela: a los que pasaron, a los que
no pasaron y también, a aquellos que no lo usaron.
El trabajo desarrollado durante casi treinta años produjo, lo
que podríamos llamar, una prolífica e inédita clínica del pase.
Hizo presente las diferencias sustanciales entre unos y otros, en-
tre los que no solo alcanzaron una mayor consistencia en sus tes-
timonios, sino también los que pudieron transmitir la trayectoria
que lleva al punto que sostiene el deseo del analista. No todos lo
lograron.
Cuando decimos que uno de los caminos de la formación del
analista es el propio análisis, es obvio que no alcanza con esta de-
claración, sino que luego hay que demostrar los pasos del propio
análisis que separaron al analizante del sentido, para sostenerse
en la convicción cierta de que es posible interpretar, de que es
posible asociar por fuera del sentido.
Interpretar no es un esfuerzo sino, el efecto casi natural de
contar con el agujero, con el silencio que cada interpretación in-
cluye.
Resulta interesante cómo Freud distingue al analizado del
que no lo es, lo cito:
I

93
JORGE CHAMORRO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

[... ].¿Acaso nuestra teoría no reclama para sí el título de pro- Primeros lapsus de esta superposición, que implicaron que
ducrr un estado que nunca preexistió de manera espontánea los AE se vieran envueltos en efectos de grupo, que separaba a
en el interior del yo, y cuya neo-creación constituye la dife- los AE de la extimidad necesaria, condición pa:ra interpretar la Es-
rencia esencial entre el hombre analizado y el no analizado? 1
cuela y sus síntomas.
Esta puerta abierta a los AE en el espacio de la jerarquía conti-
Sorprendente afirmación que apuesta a la neo-creación y no al
nua hasta hoy, produciendo algunos efectos a considerar.
recuerdo, ni siquiera a la "convicción cierta" en la que Freud
En primer lugar, se esfuma la condición de AE para constituir-
sostuvo la eficacia de sus construcciones por fuera de la verdad
histórica: se en un miembro del Consejo o del Directorio, pero, además le
agrega al AE una suposición de capacidad "todoterreno" que lo
desplaza de sus funciones específicas: testimoniar e interpretar
[... ]El camino que parte de la construcción del analista debía
culminar e~ el recuerdo del analizado; ahora bien, no siempre la Escuela.
n.eva tan leJOS. Con harta frecuencia, no consigue llevar al pa- No sorprende, desde esta perspectiva, la ausencia radical de
ciente hasta el recuerdo de lo reprimido. En lugar de ello, si los AE en esta última función.
el análisis ha sido ejecutado de manera correcta, uno alcanza
en él una convicción cierta sobre la verdad de la construcción,
que en lo terapéutico rinde lo mismo que un recuerdo recu- AE sin atributos
perado.2
Esta práctica del AE "todoterreno" y "toda capacidad", cons-
Notable apuesta a la creación ex-nihilo. tituye al AE con una suposición que afecta su capacidad y su po-
sición.
El AE, que debería contar con una posición éxtima en la comu-
nidad de la Escuela, la pierde en el camino de su inserción en el
Inserción del pase en la EOL mundo de las jerarquías.
Un AE, como cualquier analista, se sostiene de sus actos, no de
El pase tuvo en sus inicios una presentación paradoja!. una autoridad o de un saber supuesto.
, Por un lado, era una bomba potencial pero también, un desa- El primer acto de un AE es el testimonio, y el segundo debería
fío, un anhelo, un ideal. Los pasos de su instalación no eran ob- ser la interpretación de la Escuela, que ha brillado por su ausen-
vios para nosotros. Algunos de dichos pasos nos sorprendieron. cia.
En nuestros antecedentes se distinguían férreamente grados Este síntoma, ¿cómo leerlo? ¿No se autorizaron a hacerlo?
de jerarquías. ¿No todos los AE están en condiciones de realizarlo?
. Sin embargo, el primer paso fue nombrar un AE que no era La respuesta es evidente, cada AE tiene su singularidad y esto
i:uembro de la Escuela, y luego incluirlo en el Consejo Estatuta- es visible en esta difícil función que es testimoniar.
rio.
Grados y jerarquías se superponían y, efectivamente, esta su-
perposición dio lugar a una serie de disfuncionamientos. Efectos de la puesta en marcha del pase en la EOL
La instalación del pase en la Escuela provocó diferentes efec-
1 Freud, S., (1937) "Análisis terminable e interminable", Obras completas, t. XXIII, tos, entre los cuales se destaca la intervención en los análisis, del
Amorrortu, Buenos Aires, 1975, pp. 229-230. lado de los analizantes, como oferta de pase. Esto provocó sali-
2 Freud, S:, (1937) "Construcciones en el análisis", Obras completas, t. XXIII, Amorrortu das prematuras del análisis.
Buenos Aires, 1975, p. 267. '

94 95
JORGE CHAMORRO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Del lado del analista, la exigencia de considerar los momentos Caía de este modo la excepcionalidad, y nacía la diversidad,
de la lógica de la cura que orientaban hacia la distancia con el además esta diversidad era tan amplia que hacía obstáculo a su
final del análisis de sus analizantes. cierre en una casta.
Otro dato a considerar es el modo en que fueron elegidos los Se trataba de hacer presente una diversidad de AE, aunque no
primeros carteles del pase en la EOL. encamaran el nec plus ultra de un final de análisis.
La constitución de los primeros carteles del pase fue realizada La irrupción de la cantidad fue una apuesta importante que
por votación. Esto dio lugar a lo esperado, fueron elegidos los marcó el ritmo creciente de nominaciones hasta el día de hoy.
líderes de los grupos que se habían disuelto luego de la funda- Se pasó así de la excepcionalidad a la singularidad de cada
ción de la Escuela. Estos líderes conformaron los dos primeros AE, y facilitó la permeabilidad del pase para todos los que así lo
carteles. quisieran.
Estos carteles entonces, estuvieron signados por la represen- La pluralización después de años de trabajo produjo sus pro-
tación de los grupos que habían constituido la Escuela. pios síntomas, y es este el momento para interpretarlos. Para
Puede entenderse que este primer movimiento apuntaba a hacerlo deberemos considerar no solo las nominaciones sino
fortalecer la confianza en los carteles, en la medida en que aloja- también los síntomas de la Escuela que son los que producen las
ban a aquellos que sostenían la transferencia mayoritaria de los nominaciones.
miembros de la Escuela. ¿Qué Escuela queremos hoy para captar qué AE produce?
Antes de examinar los testimonios recordemos cómo se con-
sideraba un AE en nuestra época, que es la orientada por Jac-
ques-Alain Miller. Los testimonios de los primeros AE
El primer AE que escuché presentó su testimonio frente a un
Ritmo de las nominaciones: no será el nec plus ultra ... grupo de veinte colegas. Todos salimos decepcionados. Nada
nuevo. Nos contó todo lo que decía Lacan acerca del pase y lo
La excepcionalidad refuerza la idea de que los AE configuran que era un AE. Sin embargo, poco a poco los AE fueron encon-
una elite que se estrecha sobre sí misma y que da lugar a lo que trando caminos más propios para la transmisión.
Jacques Lacan llamó la casta de los AE. Además, envía un mensa- Descubrimos que el testimonio era una construcción difícil,
je, que es que el pase es solo para excepcionales. con sus síntomas propios y, en algunos casos, con un desliza-
¿Cómo interpretar este síntoma? miento hacia la oscuridad que provocaba la disancia; en otros,
Seguramente no denunciándolo, sino cambiando las condi- un corrimiento hacia la confesión provocada por la caída de los
ciones de su producción. Esto provocó un pasaje de la excep- velos de la intimidad, que producía un efecto de sorpresa por la
cionalidad a la diversidad, que se reflejó en el ritmo continuo y exposición en público.
sostenido de nombramientos de AE. También surgieron testimonios logrados, que armonizaban la
El instrumento para la inclusión de la diversidad, fue una lógica del propio análisis haciendo presente la orientación con-
frase: "no será el nec plus ultra". Esta frase utilizada en muchas ceptual que sostenía dicha lógica.
nominaciones, las marcó con un punto de castración y, al mismo Estos testimonios producían un interés especial, en la medida
tiempo, anticipó una orientación que no sería la de sus antece- en que escapaban a la disancia que, hacía de muchos trabajos
dentes, sino que daría lugar a los AE de la orientación lacaniana teóricos una reproducción fallida del discurso de Jacques Lacan.
marcados por dicha frase que abriría el campo a la extensión de Hay testimonios que nos han enseñado cómo se construye la
las nominaciones y a su pluralización. lógica de la cura, cómo se alcanza ese punto de final que consti-
tuye el deseo del analista.

96 97
JORGE CHAMORRO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Estos testimonios permitieron percibir por comparación, ¿Se supone que cada AE despierta la misma transferencia en
cuando otros no lo lograban, es decir cuando, por ejemplo, trans- la comunidad de la Escuela por haber sido nominado?
mitían interpretaciones sin verificar sus efectos, o bien, cuando Francis Ponge, invitado a dar una conferencia, le preguntó a
se deslizaban a la vida cotidiana, sin transmitirla pasada por el su público por qué se suponía que él, siendo escritor, tenía el
análisis. Algunos hablaron de significantes, incluso de letras que talento para hablar en público. Esta pregunta demuestra que él
no habían perdido el sentido, que no alcanzaban el sinsentido creía que no lo tenía. Vale lo mismo para la función de un AE.
necesario para desplazar el goce. La confianza de la comunidad en los carteles del pase resulta
crucial para causar la demanda de pase. Es evidente que no todo
los AE la despiertan, por rasgos personales, o por la fragilidad de
La escena pública: para un AE, sus testimonios.
no hay nada mejor que otro AE Debemos detener el automatismo de los AE todoterreno y res-
petar la particularidad y los talentos de cada uno.
Los AE fueron colocados en escena con público multitudina- Lo mismo ocurre con el secretariado del pase que, en su ma-
rio. Como es obvio esto produjo un efecto en el semblante del AE, yoría, sus miembros son AE. La práctica ha demostrado que esto
que tenía que adecuar su testimonio a esa presencia anónima que no funciona y los síntomas que examinamos son el producto de
es un público. muchos de estos disfuncionamientos.
Estas escenas separaron a los AE de los miembros de la Es-
cuela.
¿Es posible una enseñanza en este contexto? Producto de los testimonios: testimonio o disancia
Pienso que por lo menos la hace muy difícil.
Además, avanzó la idea de que el mejor interlocutor de un AE Los testimonios abrieron una brecha muy visible en la disan-
es otro AE. En cambio, Jacques Lacan nos transmitió que el mejor cia que había invadido el discurso de nuestra Escuela. Me refiero
interlocutor no es un igual, sino que es lo diferente. especialmente a los primeros testimonios que incluyen el pase
No es cierto que para un AE no hay nada mejor que otro AE. clínico, introduciendo en nuestra Escuela un aire renovado.
Reivindiquemos aquella función del no analista, es ella la que Sin embargo, en el avance de los testimonios la disancia co-
trabaja en la diferencia; los carteles del pase en la EOL han exclui- menzó a penetrarlos.
do todo lo que no es AE. Es visible que resulta siempre más interesante escuchar un
Promovemos con esta lógica, un "todos iguales". primer testimonio que los siguientes, que tienden a cerrarse y a
No todos los AE despiertan la misma confianza en la comuni- dejar avanzar los conceptos sobre la lógica. Esto invierte el proce-
dad. Puede ocurrir, y ocurre, que cuando un cartel está configu- so necesario para una transmisión, que es iluminar el problema
rado por miembros que no generan transferencia, esto desalienta al que el concepto responde. Es irrelevante repetir conceptos y no
a los miembros a pedir el pase. desarrollar los problemas que se juegan alrededor de él.

Todos los AE La disancia y la función del no analista


¿Se supone que todos los AE tienen capacidad para todo por La suposición de que nos entendemos, que comprendemos
haber sido nominados? lo que se habla, sostiene un tipo de discurso que no apunta a la
Por ejemplo, para conducir la Escuela, para interpretarla, para transmisión, que no tiene vocación de llegar al interlocutor, sino
formar parte del cartel del pase. más bien, hacerle ver lo que se sabe.

98 99
JORGE CHAMORRO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Es evidente que hay una tensión entre el discurso lógico y ar- [... ] Mientras que Escuela quiere decir justamente que no es
gumentado de Miller y los discursos que reproducen la disancia tan solo para los especialistas. 6
legítima de Lacan.
El no analista fue pensado para obstaculizar la homogenei- [... ] instalar [... ], al no analista, con la posición de extimidad
que esto implica.7
dad del discurso en general y del disanciero en particular.
Y aquí hay que recuperar, si me permiten, la virulencia clí- [... ] No se trata de transmitir el psicoanálisis entre psicoana-
nica del concepto lacaniano de Escuela. La salida que Lacan listas, sino precisamente a aquellos que no lo son.8
encontró a la coyuntura histórica en la que estaba en el psi- Estas formulaciones expresan con claridad la función del no ana-
coanálisis, y que distingue precisamente una Escuela de una lista, especialmente dirigida a la disancia, que es la lengua del
sociedad, es haber invitado a los no analistas. 3 "entre nosotros".

Qué Escuela queremos: la admisión - el no analista El pase a la entrada


La admisión en nuestras Escuelas no está definida por la Es- Una experiencia que dejó marcas y aportes.
cuela que queremos. Es una práctica que se ha separado y tiene ¿Cómo demostrar, para el que está implicado en un análisis,
autonomía. Por ello resulta esencial definir el perfil de cada Es- que efectivamente se trata del psicoanálisis orientado por los
cuela para ubicar la admisión. conceptos de Jacques Lacan y Jacques-Alain Miller?
Si los admisores no tienen claro qué Escuela queremos, no du- Este es un punto relevante dado que esta demostración no se
demos que todo confluirá en "todos iguales". El todo igual refor- puede apoyar en la autoridad del analista, sino en sus interpre-
zará la disancia y por lo tanto la ecolalia lacaniana y el autismo taciones y sus efectos.
generalizado. Los efectos de división, la entrada en análisis, el alojamiento
¿Entran en nuestras Escuelas filósofos, gente de letras, mate- en dos lugares: el del sujeto y el del Otro. Las entrevistas preli-
máticos, incluso psiquiatras, pero psiquiatras que se dedican a la minares y su consumación en el síntoma analítico que sostiene la
psiquiatría? entrada en análisis, fueron algunos de los conceptos que oriedta-
¿Promovemos el acercamiento de los jóvenes para luego res- ron esta demostración. Una experiencia muy singular, solo posi-
ponderles qué pueden esperar? ble a partir de una orientación lacaniana.
Recortaré algunas citas de Jacques-Alain Miller: El espíritu del psicoanálisis debería sentirse ya desde las
[... ]y que distingue precisamente una Escuela de una socie- puertas de la Escuela.
dad, es haber invitado a los no analistas. Es eso cuya noción y
virulencia se han perdido.4
La acción lacaniana - Zadig
Decir aquellos que no tienen nada que ver con el psicoanáli-
sis no es del todo aceptable; es mejor, aquellos que no tienen Una Escuela que pretende intervenir en el mundo debe ade-
nada que ver con la práctica del psicoanálisis, pero que se in- cuar el discurso para facilitar esta intervención. Si salimos al
teresan por él intelectualmente. 5

3 Miller, J.-A., (1989-1990) El banquete de los analistas, Paidós, Buenos Aires, 2000, p. 38. 6 lbíd., p. 40.
4 lbíd., p. 38. 7 lbfd., p. 41.
5 lbfd., p. 39. 8 lbíd., p. 43.

100 101
JORGE CHAMORRO

mundo con conceptos que no iluminan los problemas actuales,


nos encontraremos con la indiferencia, el rechazo, el no ser escu- ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS
chados y, también, con lo que puede ser peor, que los discursos
de la política nos invadan y aplasten el psicoanálisis. El viento del pase
Vilma Coccoz
Conclusiones: la Escuela de mañana
De lo antedicho podemos extraer algunas consecuencias.
En primer lugar, realizar ·un trabajo sobre la Escuela de hoy
partiendo de sus síntomas para definir y responder a la Escuela
que es necesario tener mañana.
Esta Escuela deberá preservar el lugar de los AE para que pue-
dan ejercer su función específica. Esto implicaría revisar la dis-
tinción entre grados y jerarquías. Le vent dont il s'agit, je sais en étre responsable. Ce
En segundo lugar, introducir la función del no analista. que j'apprécie avant tout dans ceux qui veulent bien
gonfler leur voile de ce vent, c'est la fa~on dont ils
En tercer lugar, adecuar la admisión a estos objetivos. l'attrapent, c'est l'authenticité de leur navigation.

Gustaba Lacan de referirse a los Elementos, así el viento laca-


niano puede distinguir a quienes deseamos atraparlo para "in-
flar las velas" de nuestra embarcación, la del discurso analítico,
a fin de navegar de forma auténtica "en las aguas del lenguaje".
¿Cómo no derrapar hacia otros discursos, peligro que le ins-
piraba, al propio Lacan, temor y temblor1? ¿Cómo mantenemos
a flote y no sucumbir?
Podemos inspiramos en esa metáfora y concebir el disposi-
tivo del pase en su dimensión clínica e institucional, como una
singular navegación que requiere cartas náuticas a fin de evitar
la deriva sin rumbo, o el naufragio.
El libro, de reciente aparición, Cómo terminan los análisis. Pa-
radojas del pase,2 demuestra hasta qué punto fue necesario, para
preservar la joya, que la ECF pusiera todo su empeño en conver-
tirse en la Escuela del pase,3 y que Jacques-Alain Miller asumiera

1 Lacan, J., (1972-1973) El Seminario, Libro 20, Aún, Paidós, Buenos Aires, 1981, p. 38.
2 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, Navarin éditeurs-Grama
ediciones, Buenos Aires, 2022
3 En un movimiento denominado contra-experiencia en respuesta al fracaso del pase
que precipitó la disolución de la EFP.

102 103
VILMA COCCOZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

el lugar de Uno de la orientación, a fin de surcar esos mares de notamos que en la instalación y sostén del dispositivo del pase
movimiento perpetuo y bajo el acecho constante de vientos hu- en las Escuelas, Miller ha detectado y desgranado uno a uno los
racanados: "Yo me ocupé de transformar los restos del naufragio diferentes factores que intervienen en su efectuación, haciendo
[de la EFP] en galeón". 4 frente, en cada aluvión, a la derrota que pudiera ponerlo en peli-
A lo largo de más de cuarenta años, y ya en el marco de la gro, operando a la manera "del barco de Teseo, que se construye
Asociación Mundial de Psicoanálisis,5 el dispositivo del pase ha y se repara durante el trayecto ... ". 7 Poco se puede añadir a sus
experimentado diversos avatares y requerido no pocos golpes de elaboraciones doctrinales y a las contribuciones que han resul-
timón para evitar su extravío. tado de las diferentes crisis. 8 Por mi parte, intentaré exponer al-
Permítasenos continuar con la metáfora naviera a fin de ofre- gunos de los interrogantes suscitados por la explicitación de los
cer un marco para reflexionar sobre el momento actual en el que disfuncionamientos que han ocasionado el actual encallamiento
se verifica, una vez más, que la vela central de nuestro barco re- y que Christiane Alberti resumía con estas palabras: "la expecta-
quiere la revisión del acceso a nuestro destino -la producción de tiva epistémica queda defraudada" .9
analistas-, en el que nos guiamos por la llamada navegación por El punto de fantasía, el ideal lógico que Lacan inventó con el
estima, la que surgió como alternativa a la navegación costera. propósito de diluir la confusión, la sombra espesa que pesaba so-
Esta última toma en cuenta elementos de la costa como faros, bre el pasaje de analizante a analista, se ha vuelto opaco una vez
boyas, etc. En cambio, la navegación por estima, no pudiendo más. Su estancamiento actual reclama una nueva exploración de
guiarse por la costa, depende de medios analíticos. Cuatro son los fundamentos, si acordamos con Miller en que el pase resume
los problemas que afronta el navegante: determinar la posición, y reúne las paradojas del psicoanálisis.
el rumbo, el tiempo, la velocidad y la distancia. También se ten- De los múltiples aspectos que intervienen en el pase, tanto en
drán en cuenta, dicen los entendidos, "factores externos", que su dimensión clínica como institucional, la concepción del tiem-
influyen en la derrota como el viento y, por supuesto, las corrien- po demuestra ser, a todas luces, esencial. A diferencia del espa-
tes. El punto resultante de calibrar tal conjunto de factores se de- cio, que es simbólico, el tiempo es real. Su original tratamiento
fine como situación de estima, y de él se deduce un punto de fan- en el marco de la sesión analítica inauguró la época lacaniana
tasía, donde se pretende arribar al término de la travesía y que del psicoanálisis y la lógica del sofisma adquiere, por la fecha en
podemos asimilar al "ideal lógico de Lacan en cuanto al pase". 6 que fue publicada (1945) y por presentarse como una alternativa
al funcionamiento de la identificación tematizada por Freud en
"Psicología de las masas y análisis del yo", una dimensión épica.
La elaboración de una. temporalidad lógica demuestra que
Divina temporalidad lo colectivo no es sino el sujeto de lo individual, razón por la
cual, inserta en el dispositivo del pase, hará posible concluir en
De forma análoga a la toma en consideración de esos facto- una declaración del ser: "Digo lo que soy o soy lo que digo". 10
res con vistas a conformar la carta náutica y emprender la gesta, Así resumía Miller la autorización que resulta del psicoanalista

4 Miller, J.-A., "Aux cotés de Jacques Lacan", Lacan redivivus, Navarin, París, 2021,
p. 346. [N. de la A.: La traducción es mía]. 7 Ibíd., p. 346.
5 Al referirse a la fundación de las demás Escuelas del Campo freudiano: "una vez 8 Cf. Entre otros, el nº 27 de la Revue de la ECF titulado La pase: fait ofiction?; y el nº 83
que la Escuela estaba preparada para navegar, yo les decía: ¡Buen viento! Y les devol- que lleva por título: Comment qa se pase?
vía el timón"," Aux cotés de Jacques Lacan", Lacan redivivus, óp. cit., p. 328. [N. de la 9 Alberti, Ch., "La clínica no es el todo del pase", Documento preparatorio para el
A.: La traducción es mía]. Rendez-vous avec la pase, que tuvo lugar en la Maison de la Mutualité, en París el 19
6 Miller, J.-A., "El tiempo lógico II", El psicoanálisis, nº 2/3, Revista de la Escuela Laca- de marzo de 2022.
niana de Psicoanálisis del Campo freudiano, Barcelona, 2001, p. 163. 10 Miller, J.-A., Intervención en el Rendez-vous avec la pase, óp. cit.

104 105
VILMA COCCOZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

que surge de su analizancia, 11 en la singular topología del pase Deja abierto el interrogante acerca de la operación que se espera
que propicia la exteriorización de ese momento tan íntimo como de un conveniente retheur.17
fugaz, aunque fecundo y favorable a la invención de un saber Anteriormente, con ocasión de ser entrevistado para la tele-
a partir de una demostración de lo real propio, personal12 en el visión, había declarado dirigirse a los analistas supuestos, más
marco "de un pase que no sea mojiganga" .13 precisamente dijo que al hablar de ellos (porque solo lo son en
Pero, ¿qué ocurre cuando el testimonio del AE se convierte en tanto objeto del analizante), se proponía perturbarles,18 conmo-
una suma de enunciados, cuando deviene solo una verificación, verles, sugestionarles -entendemos que de la buena manera-, in-
una comprobación de la justeza de la enseñanza de Lacan? Sin citándolos a dilucidar el lugar que ocupan en su práctica, lo que
ningún otro impulso que el ondear propio de la barca (L' erre du conlleva tener en cuenta que el análisis,
navire)14 cuando la propulsión ha cesado, puede llegar a revelarse
un encantamiento maligno que anula toda sorpresa y novedad. [... ]está ligado al saber, y eso se presta a todas las sugestiones
Retomando el principio freudiano reformulado por Lacan según [... ]El inconsciente es eso, se ha aprendido a hablar y debido
el cual, a falta del análisis de la transferencia, los efectos analíti- a eso uno se ha dejado sugerir por el lenguaje toda suerte de
cosas. 19
cos pueden considerarse solo efectos de la sugestión, podríamos
avanzar la hipótesis de que allí podría localizarse una de las cau- Y después declara, cifrando en ello la esperanza de la formación
sas de la marejada, porque de ese trabajo (durcharbeiten) de des- inacabada20 que existe un caso en que la "sugestión no puede
ciframiento y despegue depende la distinción de una enunciación hacer nada", y es precisamente en el pase. En este la falla le viene
propia. En el bien decir la experiencia de destitución del saber y del otro, añade Lacan, de ese que lo llevó hasta allí por retener
desinvestidura libidinal de ese amor real puede atraparse el signo esa nada (la x del deseo del analista), la que engendra la signifi-
de una auténtica transmisión, resultando no la "liquidación" de la cación de saber y funciona como el sostén de la experiencia. Se
transferencia -falso agujero que proponían los post-freudianos-, revela entonces su defecto, el deser de un partenaire de ficción
sino uno verdadero, condición del nuevo amor que Lacan homo- destinado a ser abandonado y a convertirse en sicut palea. En
loga a la invención, por parte de Cantor, del número transfinito.15 el mismo movimiento en que la relación con el saber se 11des-
Veamos, sugestión viene del latín suggestio: sub (por deba- patetiza" al revelarse la causa del horror, adviene el 11deseo de
jo), gestus (hecho, llevado a cabo) más el sufijo tión (acción o postularse como analista", 21 y de ocupar él, a su vez, ese lugar
efecto). No deja de sorprendemos que Lacan asimile la acción de semblante, advertido ahora de la función de desecho de la
del analista -designado como retheur16- a la sugestión, a fin de humanidad a la que estará prometido.
diferenciarla de la imposición, dado que supone la topología de La transmisión se ha operado en el que puede ser dicho 11en-
un saber que ex-siste y no es, por lo tanto, atribuible a las musas. tonces, analizado", pasado del verbo que se asocia a una meta-
morfosis subjetiva y a la conquista de la significación de un amor
sin límites, que adviene en un acto, como resolución del tiempo
11 De su análisis en tanto que analizante¡ Miller, J.-A., Política lacaniana, Diva, Buenos
Aires, 1999, p. 49.
libidinal que regía en el análisis, el tiempo eterno del fantasma
12 "Un cuarto nudo siempre se apoyará en tres soportes que en e,sta ocasión llamare- que sustentaba la transferencia.
mos subjetivos, es decir, personales", Lacan, J., (1975-1976) El Seminario, Libro 23, El
sintlwme, Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 52.
13 Miller, J .-A., (2008-2009) Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 157. 17 Lacan, J., Seminario 25, "Momento de concluir". 15 de noviembre de 1977. Inédito.
14 El "errar" o "vagar" del navío, se dice cuando se deja el barco. Lacan lo menciona 18 Lacan, J., (1973) "Televisión", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 536.
en 1975, en "Conferencias y charlas en universidades norteamericanas". Inédito. 19 Lacan, J., (1977-1978) Seminario 25, "El momento de concluir", Clase del 10 de
15 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanálisis de la enero de 1978. Inédito.
Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 268; Cf. Miller, J.-A., (1989-1990) 20 Fonnación pennanente o sin fin. Miller, J.-A., "¿Quiénes son sus psicoanalistas?,
El banquete de los analistas, Paidós, Buenos Aires, 2000. Cómo temzinan /os ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 351.
16 Retheur: maestro en elocuencia, en retórica. 21 Lacan, J., (1973) "Televisión", Otros escritos, óp. cit., p. 536.

106 107
VILMA COCCOZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

No todo final es un pase El pase del psicoanálisis en tanto bien común


Un espacio de exploración se abre pues entre los finales de La participación de los AE en la política de la Escuela, desde
análisis y la exteriorización que comporta la demanda de pase su noble cometido de interpretarla, podría ser clave para pro-
institucional, en donde rige también una temporalidad lógica pulsar nuestros barcos, porque no basta con recitar el mantra del
que hace posible diferenciar el instante de la admisión, el tiempo affectio societatis ni el de la transferencia de trabajo para conmo-
de la discusión y la conclusión, haya o no nominación. Tenien- ver los espíritus, como tampoco es suficiente atrapar con fervor
do en cuenta la cascada de síntomas que se han podido detectar la flecha, "antes de sentir la dirección del viento" .26
durante este recorrido en la crisis actual (muchos de los cuales A falta de una enunciación viva, pueden estos enunciados
habían sido nombrados en los colegios del pase,22 aunque sin transformarse en un llamado vacuo a la identificación donde se
ninguna consecuencia visible) el faro se ha girado hacia el traba- puede palpar, en palabras de Lacan, "[ ... ] la consecuencia del
jo de los carteles del pase, compuesto en su mayoría por AE en rechazo (turbio rechazo: ¿Verleugnung?) que solo deja refugio a
ejercicio o que lo han sido anteriormente, si bien nada garantiza la consigna" .27
que pudieran estar a salvo de la sugestión. Por otra parte, las Escuelas no están aisladas del mundo; que
La delgada línea, tanto como un cabello,23 del pasaje de ana- puedan convertirse en un refugio frente al malestar de la civili-
lizante a analista, había vuelto a cubrirse. Hacía falta, parafra- zación no implica su extraterritorialidad, y por ese motivo, en
seando a Lacan, que se levantara una tormenta, a fin de poder la deducción de la lógica a la que responden las resistencias al
elaborar en esta coyuntura "un pensamiento digno, es decir: no psicoanálisis, el AE puede oficiar como passeur del pase, tenien-
conforme con ser vendido por los caminos trillados" .24 do en cuenta que la operación-discurso se abre camino siempre
¿Qué puede querer decir entonces que el AE deviene el ana- a contra-corriente, y que depende también de las coordenadas
lista de su experiencia, es decir, que está en condiciones de in- culturales, de la singular atmósfera que reina en cada época don-
terpretar la Escuela? Entendemos que, en tanto guardián de de el soplo del pase llega o no a expandirse.28 Miller destaca las
la significación de saber S(A), se espera su colaboración en la aguas favorables de mayo del 68, que suavizaron las resistencias
reconfiguración constante del trabajo que se lleva a cabo en el de las autoridades en todos los campos y que Lacan aprovechó
seno de la institución analítica, a partir de la localización precisa para validar la "Proposición ... " del 67, que había sido "mal reci-
de las aguas turbias y estancadas donde anegan las resistencias bida por los AE y AME del antiguo régimen". 29
y la transferencia hostil, 25 factores que alteran el viento del pase Uno de los canales para el pase del psicoanálisis es, sin lugar
comprometiendo nuestro futuro. a dudas, la Universidad, auténtica cantera de jóvenes que, por
efecto del discurso, pueden ser orientados hacia la Escuela. ¿Qué
ocurre cuando esta vía está bloqueada? Bien porque no hay ana-
listas en el staff de profesores, y la presencia del psicoanálisis
es anecdótica, o porque la enseñanza misma bloquea su trans-
misión, quien profesa no lo hace en posición analizante, desli-

22 Por ejemplo, en las reuniones que tuvieron lugar en la ELP en 2010 y 2015.
23 "Delgada como un cabello, no tendrá que medirse con la amplitud de la aurora"; 26 Lacan, J., (1967) "Discurso en la Escuela Freudiana de París", Otros escritos, óp.
Lacan, J., (1967) "Discurso en la Escuela Freudiana de París", Otros escritos, óp. cit., cit., p. 296.
p.294. 27 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanálisis de la
24 Lacan, J., "... o peor", Otros escritos, óp. cit., p. 578. Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 272.
25 Freud llamaba así también a la transferencia negativa, y es asimilada a la "resisten- 28 Una de las señales de alarma que provocó la crisis actual tomó la forma de una
cia a la puesta en descubierto de las resistencias"; Freud, S., (1937) "Análisis termina- pregunta que resuena con un eslogan de nuestra época: "¿el pase para todos?".
ble o interminable", Obras completas, t. XXIII, Amorrortu, Buenos Aires, 1989, p. 241. 29 Miller, J.-A., (1989-1990) El banquete de los analistas, óp. cit., p. 273.

108 109
VILMA COCCOZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

zándose entonces los portavoces hacia el discurso universitario, Lo real no es el mundo ni es universal, y si "nuestra misión
envueltos en la toga de los "teóricos" que les ahorra la dimensión es hacerle frente", tal como leemos en "La tercera", es debido a
del acto, el cual se mide por las consecuencias de los dichos. que la letra permite "captar lo más vivo o lo más muerto que hay
Otro de los canales para el pase del psicoanálisis es el for- en el lenguaje" 34 y por eso la interpretación debe apuntar a lo
mado por los residentes de psiquiatría y disciplinas asociadas esencial, a lo real del síntoma, a fin de no "nutrirlo" de sentido. 35
(enfermeros, asistentes sociales, educadores, psicólogos). Qué
ocurre cuando ciertos psiquiatras están vinculados al psicoaná-
lisis, pero este ocupa un lugar accesorio o inexistente en su pre- La misión del analista
sentación, con la consecuencia de que una aureola de prestigio
personal puede encumbrarles ya que su manera de intervenir les Descifrar nuestro saber textual, traducirlo en nuestras lenguas
distingue de los tratamientos-tipo, pero sin comportar ningún y en el estilo que distingue a cada uno en la serie de abigarrada
efecto de transferencia a la Causa analítica en el marco de la ins- variedad propia de los seres hablantes, evitando el uso indiscri-
titución asistencial y, por lo tanto, sin ningún retorno hacia la Es- minado del "la canés", demuestra ser tan decísivo para la vida
cuela tal y como se prevé en el "Acta de fundación". Darse aires de la Escuela y para la conquista del lugar que el psicoanálisis
no es lo mismo que inflar las velas; invocar el agujero no es igual merece en nuestro mundo, como lo es la "severa ascesis36 " que
que construir su borde; hacer frente a lo real no es describirlo. resulta de un análisis lacaniano llevado a su fin.
El estado de los discursos en la época que vivimos difiere cier- "Saber leer de otro modo" 37 implica confrontarnos a la tempo-
tamente del "contexto vibrante" de los años 70, pero entonces ralidad de aquello que cesa y de lo que no cesa de escribirse, que
como ahora, lo cierto es que hacen falta "psicoanalistas en condi- en su torsión se anudan con lo que no cesa de no escribirse. Y así,
ciones de no rendirse, [... ]. [... ]capaces de jugar su partida con conseguir atrapar las oportunidades que ofrece la reelaboración
la ciencia y la cultura capitalista" .30 operada por Lacan del concepto de repetición y su eterno retomo
Y en esa partida se decide la eficacia de nuestra misión, que de lo mismo, porque en el "eterno recomienzo" juega su baza la
Freud hacía depender de la formación del analista en las discipli- contingencia, que permite ir más allá del inconsciente y, gracias a
nas de la letra, a fin de corregir las distorsiones del texto incons- ello, asir la atractiva eventualidad de inventar algo nuevo. 38
ciente, derivadas de una alteración desfavorable del yo (Ich)31 en El "pase, [... ],como el mar, [debe] recomenzarse siempre". 39
su trabajo defensivo 32 frente a las pulsiones, que determina su Aunque no es suficiente, como diría el poeta, hacerse a la mar y
dislocación y su restricción. Lacan ahondará en la operatividad dejarse alar por vientos inefables,40 hace falta dejarse impulsar
de la letra, insistiendo en su importancia para la formación de por un auténtico soplo lacaniano.
las exigencias lógicas requeridas por tal disciplina: "Sin letras no
hay capacidad de entender una palabra por otra", dice Miller;
"ser letrado [o cultivado] es tener el gusto de aprender al infini-
to" .33

30 Ibíd., p. 311. 34 La can, J., "La tercera" / Intervenciones y textos 2, Manantial, Buenos Aires, 1988, p. 106.
31 Freud, S., (1937) "Análisis terminable o interminable", Obras completas, óp. cit., 35 Ibíd., p. 94.
p.223. 36 Miller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analz1icas, óp. cit., p. 35.
32 En su reciente y excelente traducción del texto de Freud, Susanne Hommel destaca 37 Miller, J.-A., (2006-2007) El ultim(simo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 191.
el genio de la lengua que ha jugado en favor de la traducción, también en español:
"alterar" contiene alter. Cf. Fin d'analyse, Éditions éres, Toulouse, 2022, p. 23. 38 Regnault, F., "Vos paroles m'ont frappé", La movida Zadig, nº 1, p. 7.
33 Miller, J.-A., Le secret des dieux, Navarin, París, 2005, pp. 154-155. [N. de la A.: La 39 Lacan, J., (1969) "El acto psicoanalítico", Otros escritos, óp. cit., p. 396.
traducción es mía]. 40 Alusión al poema de A. Rimbaud "El barco ebrio".

110 111
NUEVA ESCUELA LACANIANA DEL CAMPO FREUDIANO

Corresponsables-intérpretes
Paola Comu S.

"La práctica del pase, en las Escuelas del Campo freudiano",


es el título que convoca esta invitación y que llega en un mo-
mento clave, que ubico como una incomodidad vivificante. Pa-
radójico, como las paradojas del pase. Incomodidad vivificante,
porque posibilita tanto a los miembros como miembros analizan-
tes y corresponsables-intérpretes-si consentimos a hacer la "cita,
cada uno, con el pase", como invitó Angelina Harari-, como a
cada Escuela, una por una, en la Escuela Una, a saber hacer una
lectura del impasse para extraer un saldo de saber y enseñanzas
de ello.
La pandemia nos visita desde hace un par de años, conmo-
viendo y afectando a las Escuelas y, también, al dispositivo del
pase. El Zoom fue una forma de servirse para hacer existir al
psicoanálisis, a la Escuela y al discurso analítico en medio del
alejamiento forzado de los cuerpos. El punto fue servirse y saber
encontrar el buen arreglo a no-todo Zoom ya que no fue sin los
efectos marcados por el empuje de la época que, en un inicio -a
veces desbordado-, se propuso una suma de actividades de Es-
cuela, y un correlato de estar hiperconectados en las Escuelas de
la AMP -efecto para muchos de un no poder parar de estar conec-
tados-, participando de Seminarios, Noches de Escuela, hacien-
do lo posible incluso con el pase.
Así, ante la invitación de que el pase siguiera latiendo en la
Escuela Una y, de esta forma, encontrar ocasiones para transmitir
el testimonio por videoconferencia, cada AE, uno por uno y de
acuerdo con su decisión en acto, testimonió de forma telemática
consintiendo a esta apuesta como experiencia de Escuela. Cues-
tión que implicó en ello cómo un AE, con los restos transferencia-
les y sintomáticos, hizo de ese acontecimiento un acto de Escue-

113
PAOLA CORNU S. LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

la, que permitió que los problemas cruciales para el psicoanálisis Punto de inflexión
puedan ser abordados a partir de los problemas cruciales de un
psicoanálisis. ¿Qué se acomodó o qué es lo que se acomoda en el pase, de
Todo parecía andar, unos más cómodos que otros. Los dispo- tanto en tanto? ¿En el Secretariado del pase? ¿En los pasadores?
sitivos del pase de cada Escuela, más adelante, retomaron los ¿En el Cartel? ¿En "un" AE? ¿En el dispositivo y procedimiento
pedidos de los pasantes sumando así varias nominaciones en el en su conjurito? ¿Qué es lo que no pudo ser leído antes?
periodo 2021-2024. Diría más, doblaron las nominaciones de pe- El pase se ve tocado, la Escuela del pase, la Escuela Una, la
riodos anteriores. Sin embargo, al finalizar el año 2021, aún en AMP y, en ella, las Escuelas en plural y los disfuncionamientos
pandemia, un comunicado de la ECF tocó el corazón de la AMP, en el pase que hacen síntoma. De esta forma, la cuestión es: ¿qué
el pase, el procedimiento y el dispositivo en su conjunto (pasa- podemos leer allí de la crisis del pase, tanto en el dispositivo y
dores, Secretariado, Cartel y AE), y a cada uno por uno de los procedimiento del pase de cada Escuela, como en la lectura de
miembros y de las Escuelas. Nos confrontamos a la "Cita con las Escuelas que no disponen del dispositivo y su implicancia
el pase" -claro, si consentimos a ella-, a una crisis del pase en también en ello?
la ECF y a los disfuncionamientos en el dispositivo y sus proce- Es importante recordar que "el pase se funda en el paso po-
dimientos. ¿Se trató de un efecto de época a partir de la crisis sible de producir algo nuevo en el discurso analítico, y exponer-
sanitaria? Puede ser una de las posibles -no-todas- variantes e lo" .2 Por lo tanto, nos encontramos en un momento en el que
incidencias a considerar. se nos posibilita hacer de la crisis algo fecundo a partir de un
despertar fugaz, que remece hoy al pase: tropiezo, entonces, pero
que implique un fracasar mejor de un dispositivo que es propues-
El pase se plantea en un impasse, una crisis to desde 1967 en la Escuela de Lacan.
De esta manera, desde el vamos de la apuesta por el pase y
Fue ese el momento en que el debate se impuso, por el impasse su procedimiento, la propuesta no ha estado ajena a la noción
surgido en noviembre del año 2021. Así recibimos el comunicado de impasse y crisis, haciendo que la incomodidad sea un rasgo
del Consejo de la ECF señalando que luego de las últimas Jorna- -un imposible-, que acompaña a este dispositivo desde su inicio,
das de la Escuela permitiendo una investigación y elaboración permanente.
Relevemos algunos de los varios momentos de crisis, en pala-
[... ] varios miembros hablaron de su desconcierto y males- bras de Miquel Bassols:
tar. Ya no reconocieron el pase en varios de los testimonios
presentados, cuyos autores fueron todos felicitados. Otros, -1967: "Proposición del 9 de octubre sobre el Analista de la
pensando en hacer el pase algún día, menos numerosos en- Escuela ... " de Lacan, proposición del pase que fue rechazada
cuentran "formidable" lo que les parece una "apertura", una [... ]y que llevó a una crisis importante.
"democratización" del pase: por así decirlo, "el pase para to- -1980: Disolución de la EFP. Otro momento de crisis institu-
dos" .1 cional, que no era ajena al fracaso de la experiencia del pase
indicada por el propio Lacan. La razón: la carencia de una
enseñanza relevante sobre esta experiencia. [... ]
-1990: [... ]un momento también de relanzamiento de la ex-
periencia del pase en la ECF. [... ]

1 Laurent Dupont y Éric Zuliani por el Consejo de la ECF. Comunicado para ECF -De-
bates. 2de Diciembre de 2021.Traducido al Español (con autorización de Félix Rueda, 2 Vicens, A., "El humor del pase", Revista Freudiana, nº 9, Paidós, Barcelona, septiem-
Presidente de la ELP). bre/ diciembre 1993, p. 20.

114 115
PAOLA CORNU S. LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

-1998: gran debate sobre el pase en la AMP y crisis con la par- interior de la Escuela del pase. La lectura del "Discurso de Roma"
tida de colegas que nos habían acompañado hasta entonces. toma relevancia hoy en la indicación de Lacan de que los psicoa-
[ ... ] nalistas se unan a la subjetividad de la época. Pero, agregaría, sin
-2010: El dispositivo del pase pasa a cargo de la ELP con la adaptamos ni acomodamos a ella. Si hacemos la lectura de qué
constitución de un cartel calificado corno "propio", después incidencias de la época vamos escuchando en la formación de los
de un largo debate [... ] y la idea de "acercar" el pase a los analistas pódremos servimos de esas incidencias -pudiendo lue-
miembros del ELP. go prescindir de ellas-, circulando entonces con un nuevo modo
-2022: Debate abierto en la ECF, tras constatar que "algo no de saber-hacer allí, con la época.
va, que está out of joint, desarticulado" entre la Escuela y el
pase, tal y corno ha indicado J.-A. Miller en una intervención
del pasado 22 de enero: "Ha llegado el momento de interpre-
tar a la Escuela en su relación con el pase" .3 El AE y la experiencia de Escuela
El psicoanalista no es considerado tal por su práctica de ana-
Otros momentos de crisis e impasse se agregarían para la
lista. [... ] Lacan distingue dos sentidos del analista; uno, el
Escuela Argentina -EOL- en el año 2004 y 2005 y, seguramente,
analista que proviene de su análisis, es decir, el analizado; y
otros más para otras Escuelas. dos, el analista que supuestamente ha dado pruebas de su
¿Qué resuena de las olas que trae esta crisis en el dispositivo práctica de analista.5
del pase y su procedimiento? Insiste el señalamiento que hizo
años atrás Jacques-Alain Miller en "Intervención sobre el mutua- De esta forma, el AE que, como producto, deviene de su análisis
lismo", indicando que es cierto que el pase es un ejercicio imposi- -analizante-analizado, que terminó su análisis y en el que ha ha-
ble en el que no se puede definir la posición estándar del pasante, bido una consecuencia sorprendente, aquel en el que hubo algo
ni del pasador, ni del Cartel, y que en el pase se concentran todas nuevo, un acontecimiento se produjo y ese acontecimiento entra-
las paradojas del psicoanálisis siendo, en sí mismo, un Witz. Ve- ña algo increíble6-, experimenta una satisfacción Otra, pudiendo
mos que, por un lado, se presenta como el método científico de predecir algo nuevo en el discurso analítico, así como un deseo
evaluación a partir de los decires del paciente y, por otro, tiene de saber inédito.
la vertiente de captar ese no sé qué, eso se siente, pero que está Esto implicará un viraje, un pasaje que anotamos como el
entre líneas. paso de la posición del analizante a la de analista. Punto de ten-
Si el pase concentra todas las paradojas del psicoanálisis, tam- sión y de debate no solo actual sino crucial en cada uno de los
bién se leen allí tanto los problemas cruciales para el psicoaná- momentos de crisis del pase a lo largo de estos años. Tensión que
lisis, como los problemas cruciales de un psicoanálisis. ¿Cómo incluye la perspectiva de aquello que se espera de un testimonio
hacer lugar a lo real? ¿Al ejercicio imposible, en el pase? ¿A lo y de un Analista de la Escuela, para dar cuenta de ese pasaje. El
que retoma de diferentes modos, en diferentes momentos? pase anudaría, por un lado, el final de un análisis; por otro lado,
Miller señala que "nada protege al procedimiento del pase el pasaje de analizante a analista. Y las posibles respuestas a la
volverse una ceremonia". 4 Entonces, parece necesario reinventar pregunta crucial: ¿qué de la salida de la transferencia?, ya que,
y reorientar el procedimiento -tal como se propone reinventar, sabemos, no hay liquidación ni grado cero de la transferencia,
cada vez, al psicoanálisis mismo-, a la luz de la lectura que se como señala Miller, sino un desplazamiento de la misma hacia
haga acerca de qué y cómo la época instala sus incidencias al

5 Miller, J.-A., "El desbroce de la formación analítica", El Psicoanálisis, nº 2/3, Revista


3 Bassols, M., "Resolución de la transferencia y pase", Desescrits, 16 de marzo de 2022, de la de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, 2001, p. 39.
[en línea] https:/ / rniquelbassols.blogspot.corn/2022/03/ 6 Cfr. Miller, J.-A., "El pase, ¿hecho o ficción?", Done. La lógica de la cura, Paidós, Bue-
4 Miller, J.-A., (1997-1998) Política lacaniana, Diva, Buenos Aires, 1999, p. 35. nos Aires, 2011, pp. 47-72.

116 117
PAOLA CORNU S. LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

la Escuela, una "mutación del trabajo de transferencia a la trans- ello? Y, si eso pasa, ¿cómo luego se hace pasar a la comunidad
ferencia de trabajo [... ] (permitiendo) desear una apertura a lo analítica? ¿Qué lugar ocupa la posición analítica en la práctica,
real" .7 en este pasaje? ¿Qué de lo nuevo allí? Esto es importante en tanto
Produciendo, entonces, un deseo de saber y un deseo de tra- se escucha en la transmisión una necesidad lógica de transmitir
bajo nuevos, el que se ha apostado a transmitir por la causa analí- por un lado, la experiencia como analizante y dar cuenta del paso
tica a la comunidad analítica, aquel que ha decidido en acto pasm~ a analista y, por otro, la transmisión de la práctica como analista.
hacer la experiencia del pase y ha sido nominado, hace en sí mismo, "No sabemos evaluar de manera positiva la práctica actual del
diría, la experiencia de Escuela. analista sino a través de los testimonios aportados en el pase" .8
El Otro del pase es la Escuela. Allí, en la experiencia de Es- Asimismo la nominación, que es una apuesta, lo es también
cuela del AE, en tanto el pase es el modo de anudar el síntoma y a poder hacer una investigación permanente, de transmisión, en
su arreglo sinthomatico a la Escuela, el AE encuentra un modo de donde localizar y formalizar el pasaje de analizante a analista:
habitar, interpretar y leer a la Escuela con su nominación, con el cómo devino deseo de analista. Es interesante, pues
testimonio en sí mismo y con las lecturas que hace de la vida de
Escuela, produciendo olas que permiten hacer resonar esta expe- [... ] se puede devenir analista y no decir nada en el pase. Es un
riencia de Escuela en cada miembro. Claro, si se consiente a ello. hecho: un no decir nada es posible en ese punto, aunque in-
Así, al final del análisis los restos transferenciales permiten cluso el trabajo analítico se dé a leer. Así, el deseo del analista
producir un vacío y un saber inédito, un nuevo saber. Un saber aparece, tal vez, como una construcción minimalista que le
que está por inventarse, convirtiéndose la Escuela-sujeto en un toca al cartel llevar a cabo.9
supuesto saber no-todo, LA Escuela.
Entonces, desde la "Proposición" a la fecha, la transmisión del Resultan cruciales las enseñanzas del Cartel del pase en este
pasaje a analista es el punto clave de pregunta en la que insiste punto.
la dificultad. No obstante, en la historia del pase y de los testi- Lacan inventa el dispositivo del pase como orientación en
monios transmitidos por cada AE en la Escuela, no-todo no-anda¡ la Escuela: la Escuela del pase. Sin embargo, es una oferta para
hay, y ha habido, transmisiones de aquello. Diría que la cuestión quien ha finalizado el análisis, un procedimiento de verificación
principal es que ande no-todo, y que la atención esté puesta en de un deseo de saber inédito, en el que hay una causa y un con-
cada momento de crisis en desembrollar qué es lo que no se hace sentimiento a cierto "examen'',10 y no se trata de ninguna obliga-
pasar en la transmisión. ¿Será, por ejemplo, una cuestión de esti- ción; eso sería ir en un empuje superyoico, de un "porque hay que
lo en la transmisión? Consideración a evaluar, tal vez. Asimismo, presentarse", o de aspirar a lograr un estatus o lugar en la Escuela
será necesario ubicar que, si hay un real allí que toca un punto y AMP, en vez de encarnar una función en la experiencia de Es-
indecible y, por tanto, eso insiste en aparecer, tendremos renova- cuela como Analista de la Escuela. De ahí surge la posibilidad de
dos los impasses y las crisis que tocan por un lado al dispositivo, repensar la orientación a presentarse en el dispositivo solo una
en cuestiones institucionales -parte de la historia-, y, por otro, a vez. Sin embargo, se mantiene-me parece-, el "eventualmente" 11
su procedimiento. a evaluar, siendo el Secretariado del pase -central en el dispositi-
En cada testimonio de un AE, se escucha (o no) este pasaje
a analista. El punto también a elaborar es si esto se ubica en el
pasante, si eso se transmite a los pasadores y si los pasadores lo 8 Miller, J.-A., "El desbroce de la formación analítica", El Psicoanálisis, óp. cit.
hacen a su vez pasar al Cartel del pase, ¿qué información hay de 9 Silvestre, D. y otros, "Informe sobre el pase, Cartel B 92-94 de la ECF", Revista
Freudiana, nº 20, mayo/agosto 1997 [en línea] https:/ /freudiana.com/informe-so-
bre-el-pase-2/
10 Cfr. Miller, J.-A., "Introducción a las paradojas del pase", Cómo tenninan los análisis.
7 Cottet, S., y otros, "Informe sobre el pase, Cartel A 92-94 de la ECF'', Revista Freudiana, Paradojas del pase, Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 27.
nº 20, Paidós, Barcelona, mayo/ agosto 1997, p. 11. 11 Miller,J.-A., "Cita con el pase", "Los disfuncionamientos del pase", 19/3/22.

118 119
PAOLA CORNU S. \ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

vo, como puerta de entrada-, quien tendría ocasión de evaluar el cómo cada AE transmite esto de la nominación en el testimonio;
fundamento de un candidato a presentarse, llegado el caso, por cómo tanto su testimonio como el arreglo enlazado a la Escuela
segunda vez. Pues más presentaciones al dispositivo parecen ser le permiten ir habitando-la de otra manera con su sinthome, y
un empuje a... , más que un acontecimiento. cómo esto circula por la Escuela Una y la AMI>.
De esta forma, la experiencia del pase es experiencia de Es- ¿Se escucha, se lee, se hace un trabajo al interior de la Escue-
cuela, punto de unión, articulación y anudamiento entre el aná- la de lo que interpreta cada nominación, cada testimonio en sí
lisis y la Escuela como experiencia de causa y consentimiento. mismo? ¿Qué hace la Escuela con estas lecturas? ¿Cómo circula
aquello que se leyó, resonó y tocó el cuerpo de la Escuela?
Podríamos pensar que lo que permite leer en el testimonio de
Corresponsables-intérpretes un AE es con lo que se ha encontrado, su interpretación en el im-
posible, incurable, indecible. Siendo el testimonio en sí mismo una
¿Qué de lo sintomático de la Escuela se lee como tratamien- interpretación no solo al grupo analítico, sino a la comunidad en
to de cada nominación de AE? Así como vemos las lecturas que su conjunto tanto en o en las Escuelas que habita o de las que es
hacen los corresponsables-intérpretes de la época en las nomina- miembro -pues hay AE que son miembros en más de una Escuela-.
ciones y las incidencias de la época toman la crisis del pase, ¿qué En conclusión, el pase fracasa, tropieza, recomienza en un
efectos podemos ubicar de la contingencia de crisis sanitaria?, es porvenir en el que, como analizantes corresponsables-intérpre-
una pregunta que parece aún pertinente, por ejemplo. tes, estamos llamados a saber-hacer una lectura del disfunciona-
Quien interpreta no solo es el Analista de la Escuela, en tan- miento sintomático en cada Escuela, una por una. Y en el que la
to "la Escuela del pase es la Escuela del discurso sobre el pase, Escuela Una y la AMP se ven llamadas a promover una elabora-
sobre los AE, sobre el funcionamiento de dispositivo y sobre sus ción permanente al interior del dispositivo, para hacer "recomen-
resultados" .12 Por ello, se hace necesario escuchar las lecturas del zar el pase[ ... ] volver a situar el pase en la experiencia analítica y
Secretariado, del Cartel y, agregaría, la de los pasadores -como de la Escuela" .13 Entonces, tomando las palabras de Pierre-Gilles
propuesta-. Guéguen en "El pase después del pase", 14 la comunidad del pase
Los pasantes que se han presentado al dispositivo y no han la formamos todos. La cuestión es cómo ser psicoanalista hoy,
sido nominados, ¿podrían transmitir sus enseñanzas? Me pare- cómo tomar en cuenta los cambios en lo real de la época de los
cería interesante dar lugar a aquello. Que el silencio tenga un uso cuales, agregaría, tendremos que hacer una lectura también por
y así permita ser un instrumento de acuerdo al momento lógico sus incidencias y las incidencias del Otro social que ha tocado a
del que fue pasador. Lacan deáa que el pasador es el pase. las Escuelas en cada contexto.
Diría que los corresponsables-intérpretes están llamados a Qué enseñanza se desprende de esta crisis y las que vendrán,
leer la Escuela bajo la transmisión de los saldos de saber en sus será un trabajo de elaboración permanente para el pase, su dis-
enseñanzas, por ejemplo, en el dictamen -modo de interpretar a positivo y procedimiento, así como poder hacer circular esta en-
la Escuela con cada nominación-, que entrega el Cartel del pase señanza por la Escuela Una, una responsabilidad compartida.
de la nominación como AE, y que algunas Escuelas transmiten al
AE y al pasante no nominado.
De esta manera, lo que singulariza y lo que se puede leer de
lo sintomático en la Escuela se ve interpretado, en cada nomi-
nación, de cada arreglo sinthomático, con cada sinthome. Es decir,

13 Bassols, M., "Recomenzar el pase", Revista Freudiana, nº 51, septiembre-diciembre


12 Laurent, E., "Usos de los AE", Revista Freudiana, nº 31, enero-abril 2001 [en línea] 2007 [en línea] https: / / freudiana.com /recomenzar-el-pase/
https: / / freudiana.com /usos-del-a e/ 14 Gueguen, P.-G., Conferencia en Barcelona: "El pase después del pase". Inédita.

120 121
NUEVA ESCUELA LACANIANA DEL CAMPO FREUDIANO

¿De qué sufre el pase, hoy?


Raquel Cors Ulloa

"Hablo a las paredes", dice Lacan, y esto quiere


decir: "Ni a ustedes, ni al gran Otro. Hablo solo.
Esto precisamente es lo que los concierne. Inter-
prétenme ustedes".
Jacques-Alain Miller1

Un debate se ha instalado recién en las Escuelas del Campo


freudiano, se trata de un debate sobre la invención más contro-
vertida de Lacan entre sus alumnos: la práctica del pase.
Ahora bien, ¿qué del pase hace posible que, 55 años después
de la "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoana-
lista de la Escuela", los psicoanalistas de orientación lacaniana
sigamos practicándolo? ¿Qué hay en esta práctica que no consa-
gra ninguna tradición, casta, inflación del narcisismo, contenido
narrativo, dogmático, ni intención benevolente? ¿En qué se dis-
tingue un Analista de la Escuela, de los diversos tramos anali-
zantes en la experiencia de Escuela? Son algunas preguntas que
Jacques-Alain Miller ha puesto recién al descubierto señalando
el desvarío "personalizado" que se ha hecho en algunos casos
del pase, incluso en nombre de la interpretación.
Si el pase, en tanto es pase lógico, no responde en términos
universales a estas preguntas, quizá una de sus apuestas sería la
de seguir pasando, cada vez, sobre sus propias paradojas.

1 Miller, J.-A., contratapa en Lacan, J., Hablo a las paredes, Paidós, Buenos Aires, 2012.

123

r
RAQUEL CORS ULLOA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Lo que sigue al verbo "servir" del goce que hay en cada parlétre. Como es sabido -y según la
varité que escuchamos en la riqueza de nuestra práctica-, cuando
Una reflexión que me surge al momento de escribir estas lí- el sujeto no encuentra en el significante una designación propia,
neas, bordea un punto crucial de la presente época cuando, de- una representación absoluta, una identidad cierta, notamos que
bido a una pandemia, la vida asociativa de las Escuelas y lo vital el trayecto S1 ~ Si del análisis, especialmente en tiempos difíci-
del pase se vieron afectados durante un prolongado periodo de les, es un tiempo en el que la fijeza del fantasma busca, más que
souffrance ... nunca, su consuelo. Esa paradójica estructura de dos elementos
El inminente cese para los testimonios presenciales, abrupta que no hablan, porque la vergüenza lo hace inconfesable, forma-
interrupción de la presencialidad, confinamiento obligatorio e liza ese a que cuando se precipita un final, simple y realmente se
indeterminación sanitaria, se contradeáan con la vitalidad del reduce. Mientras que el sintlwme, cuando se moviliza por lo real
saber alegre encamado en un deseo que moviliza a seguir orien- de la vida, sabría -lo digo en condicional-, sabría arreglárselas
tados por lo real. Seguir, no es seguir durmiendo en el sueño con 10 que queda por hacer ... Lo paradójico es que ese incompa-
subjetivo de la realidad, sino seguir los vericuetos que impone rable sinthome que se moviliza en un working progress, lo hace ¡ca-
la enseñanza de Jacques Lacan que, si se quiere lo que se desea, rente de experticia! Quizá por esto, a la hora de su demostración,
sigue: es para un analista imposible enseñar lo que no se enseña. Sobre
esto, ¿los carteles del pase enseñarían, y los AE testimoniarían?
Su sueño, un sueño que ha proseguido[ ... ] pues la enseñanza Hay un aforismo de Jacques Lacan que Jacques-Alain Miller,
de Lacan es un sueño proseguido indefinidamente, más allá en su reciente discurso de clausura de la GAVI4 -que más bien fue
de los múltiples momentos de despertar. Y si en su historia un discurso de apertura para el próximo Congreso 2024-, nos
fue abandonado de manera continua por sus alumnos, es por- propone como una pauta que bien dice: "Todo el mundo es loco".
que estos, en determinado momento del sueño de Lacan, no Si esta máxima no·tiene la pretensión del universal, porque pone
franquearon el punto del despertar y eligieron, en consecuen- en cuestión el delirio de cada uno, es un aforismo que no enseña
cia, seguir durmiendo con los ojos despiertos. 2 nada, precisamente porque no es materia de enseñanza, y por
lo tanto excluye la dominación que es (para todo x) para todo el
Los deseos de seguir con la experiencia del pase en la Escuela mundo ... incompatible e incomparable con lo singular que hay
pueden leerse de diversas maneras, mucho dependerá de los para el discurso analítico.
usos del verbo "servir'', ya sea que la experiencia le sirva a al-
guien; ya sea que alguien se sirva de la experiencia. Esta para-
doja está planteada claramente en "El atolondradicho", cuando No olvidemos que somos analizantes
Lacan señala: "No soy yo quien vencerá, sino el discurso al cual
sirvo". 3 No sin ironía Miller advierte que, ante el loco, ante el deliran-
te, no olvidemos que somos o fuimos analizantes, y que también
hablamos de lo que no existe. La inexistencia del Otro, hoy más
Práctica que no enseña que nunca, es quizá una ocasión fecunda para nuestra clínica y
sus lecturas de los modos de defensas contra lo real.
El aislamiento y las soledades subjetivas transcurridas desde Por el momento, nos aventuramos a seguir trazando algunas
marzo del año 2020, tuvo efectos diversos para lo más singular de las líneas que orientan las contradicciones de nuestra práctica

2 Miller, J.-A., (1986-1987) Los signos del goce, Paidós, Buenos Aires, 1999, p. 141.
4 Gran Conversación Virtual Internacional de la AMP, "La mujer no existe", París,
3 Lacan, J., (1972) "El atolondradicho", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 499. marzo-abril 2022.

124 125
RAQUEL CORS ULLOA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

-gracias a las crisis, los impasses, sus obstáculos, sus síntomas- Si me sirvo de la pandemia para esta ocasión, no es por la
práctica que enseña lo que no se enseña cuando en los momen- vía de lo que el mundo padeció sino por las resonancias que el
tos más difíciles algo impensable, sin más sentido, se transforma. significante "pandemia" señala, a partir de lo que encontré en
Esta es la real y vital problemática por la que deriva el pase, que Wikipedia, y que dice así: "Una pandemia es una epidemia de
"[ ... ]debe, como el mar, recomenzarse siempre".5 Claro que una enfermedad infecciosa que se ha propagado en un área geo-
gráficamente extensa, por ejemplo, en varios continentes o en
[... ] el margen aquí revelado entre el acto y la dignidad de todo el mundo, afectando a un número considerable de perso-
su propósito solo ha de tomarse para instruirnos acerca de lo
nas". Subrayo: todo el mundo afectado ...
que constituye su escándalo: o sea, la falla vislumbrada del
sujeto supuesto saber6 [ ••• ] nada puede hacer que exista un Bien, esta referencia a la propagación mundial de una enfer-
psicoanalista, sino la lógica en la que el acto se articula en un medad, no pasa desapercibida para los psicoanalistas de orienta-
antes y un después7 [ ••• ].Reduzcamos entonces el acto psicoa- ción lacaniana que, al margen de lo biológico, en nuestro campo
nalítico a lo que deja a aquel al que alivia lo que para él puso nos orientamos por el pathos, palabra griega que significa emo-
en marcha.8 · ción, sentimiento, conmoción, sufrimiento. Y si el pase realmente
nos concierne, entonces pregunto: ¿De qué sufre el pase, hoy?
Sumergirse con ignorante pasión, es una· precisa advertencia
¿Qué está pasando con el pase? que leo con Miller, y dice así: "Antes, por cierto, no se estaba
bien, pero mañana podría ser peor'' .10
Sorprenderse ante las nuevas lecturas -las nuevas, qué no son
las novedosas que el mercado hace de entrada obsoletos objetos
para el desuso-, no solo despiertan el interés, sino que causan a
repensar la Cosa en el pase. Es decir que causan a-releer el discur- El león "salta" una sola vez
so analítico y lo que surge cada vez que se trata de decir lo real
de las nuevas derivas del deseo del analista, deseo que no es un Vayamos antes a un instante de ver. Era octubre de 2020 y esta-
deseo puro, pues separa al sujeto de los significantes amo que lo ban pasando los primeros crueles meses de la pandemia, el cierre
colectivizan, segregan, agrupan. Esta es la sorpresa que, para mi de las fronteras y un silencio ensordecedor. Las instancias con-
lectura, sirve a este debate actual que, gracias a Jacques-Alain cernidas e:µ el porvenir de los finales de análisis -que son la fuer-
Miller, estamos invitados a contribuir en la publicación de este za vital para recomenzar la vida de la Escuela, no sin la vida del
libro que, junto a .otras voces, deseamos comprender lo que está pase- y cada uno de los AE en ejercicio, recibimos una carta que
pasando con el pase. en ese preciso momento llegó a destino. Las Escuelas se organi-
Sin duda, el efecto pandemia y algo de la pulsión de muerte, zaron para hacer pasar por medio de "dispositivos tecnológicos"
reavivan la pregunta que yace en el Seminario 11, ¿cómo se vive la posibilidad de testimoniar por Zoom, momento electivo que
la pulsión al final del análisis? 9 para cada AE quedó en sus manos, en sus pies, en su cabeza, en
su singular sinthome, hacerlo ... A partir de ese momento, entre
empuje o abstención, se abrió una nueva cuestión a "saber-ha-
5 Lacan, J., (1969) "El acto psicoanalítico", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, cer-con". Un poco antes, un poco después, ya sueltos de identi-
p.396.
ficación -como en la lógica de los prisioneros-, cada uno, en su
6 Ibíd.
7 Ibfd., p. 399.
diferencia absoluta, desde su soledad, sabría saber-hacerlo, pues:
8 Ibfd., p. 400.
¡el león salta una sola vez!
9 Lacan, J., (1964) El Seminario, Lillro 11, Los cuatro conceptos fundamenta/es del psicoaná-
lisis, Paidós, Buenos Aires, 2003, p. 281. "¿Cómo puede un sujeto que ha atravesado
el fantasma radical vivir la pulsión?" 10 Miller, J.-A., contratapa en Lacan, J., Hablo a las paredes, óp. cit.

126 127
RAQUEL CORS ULLOA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Quizá hoy, estamos en un tiempo de comprender los efectos Investigar, saber-leer, conversar sobre los efectos paradó-
de una nueva paradoja que salta a la vista señalando lo que hay jicos de algunas ideas banales demasiado generalizadas sobre
entre el deseo" de continuar confinados a la experiencia pro-
/1
el pase, es un claro llamado a tomar posición respecto a su cui-
pia ... o el "deseo" de que la experiencia de Escuela siga adelante, dado.
continúe, persevere, con los diversos testimonios, las singulares En los Seminarios de Lacan y los Cursos de Miller, encontra-
interlocuciones, y el especial esfuerzo por asir la esclarecedora mos un abamco de enseñantes paradojas. Está la paradoja de Ze-
distinción que Miller hace de las "Tres versiones del pase" .11 nón o la liebre y la tortuga, la paradoja de Russel o paradoja del
barbero, la paradoja de Cantor, la paradoja del mentiroso. En fin,
hay tantas paradojas como elefantes en la habitación -véase el
¿Qué es lo que "pasa" con los aplausos? elefante que hay en la tapa del Seminario 1-, y es que sin necesi-
dad de tener la cosa "elefante", hay para nosotros la ocasión de
En ese momento de transición que hubo -del instante de remitimos a ellos. Esta vez, en un momento que algunos llaman
ver al tiempo de comprender este laboratorio de testimonios en "la contra experiencia del pase".
tiempos de pandemia-, me pregunté por el eco de esas resonan- Por mi parte, en este momento, elijo recomenzar rumbo a
cias, efectos vitales en el cuerpo, eso que se encama en algo que lo que Jacques-Alain Miller señala en la página 15 de "Prelimi-
conocemos como "los aplausos". nar'', cuando subraya el carácter paradójico de lo que Lacan es-
¿Qué es lo que "pasa" con los aplausos? Como diría Miller: peraba del pase. Lo cierto es que: hay tantas paradojas del pase
"[ ... ] también significan que la audiencia participa, da testimo- como interpretaciones, y como eso se experimenta en diván, de
nio de un cierto placer, un cierto goce" .12 la interpretación no se sabe sino por sus consecuencias, la expe-
Lo cierto es que, testimoniar sin la presencia de los cuerpos riencia lo dirá ... Dirá lo que resta de esta controvertida invención
-de carne y hueso-, según la modalidad que la época imponía de Lacan entre sus alumnos, destinada "[ ... ] a reavivar en los
zoomergirnos, es lo que hoy leo en apres-coup: como un laboratorio analistas, en su práctica, la pasión de la ignorancia, es decir, el
de testimonios en plural. deseo de saber, un saber nuevo, a elaborar". 13

Compromiso renovado
Laboratorio e interpretaciones
Si reinventar la práctica del psicoanálisis reaviva un compro-
El intemet, en tiempos de pandemia, nos acercó la "presencia miso, el de cada uno, a no descansar "en" los conocimientos ad-
analítica" de algunos AE en ejercicio, y nos permitió continuar quiridos por la suma de los años y la práctica que un analista
de alguna manera con la vida asociativa en la Escuela. Pero ese experimentado supuestamente tendría, y al que claramente no
mismo intemet, al infinito, excesivo de virtualidad, quizá fue se lo confundirá con un AE, pues esta sigla no-tiene más senti-
también una válvula de escape, un soporte, un marco S-I para do que el que Jacques Lacan propuso y que hoy más que nunca
algunos otros tipos de testimonios individuales, personales, sub- Jacques-Alain Miller la hace vibrar. Vale la pena repensar sobre
jetivos -no por ello menos importantes para el aggiornamento de las marcas de la marca del pase, y lo que hay en la ultimísima
nuestra práctica-, que permiten escuchar lo que surge gracias a enseñanza de Lacan; cito a Miller:
un laboratorio improvisado en la urgencia.

11 Miller, J.-A., (2000-2001) El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013, pp. 361-380.
12 Miller, J.-A., Elucidación de Lacan. Charlas brasileñas, Paidós, Buenos Aires, 1998, 13 Miller, J.-A., Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, Navarin éditeur-Grama
p.554. ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 21.

128 129
RAQUEL CORS ULLOA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

En la Escuela se imaginó que él reducía a nada lo que había ceversa, momento de constatación práctica que me enseña: "No
enseñado anteriormente. Algunos llegaron entonces a la idea hay política sin clínica".
de que, en el procedimiento del pase, Anything goes, como En efecto, gracias a lo real de la vida he tenido la ocasión de
dice Paul Feyerabend, en lugar de reconocer en esta última constatar lo que pasa cuando el acto arranca a la angustia su cer-
enseñanza un suplemento aporético e irónico al mismo tiem- teza.15 En fin, algo nuevo surgió al sumergirme en el fondo del
po. La última enseñanza no puede servir de garantía a esta abismo, infierno o cielo, ¡qué importa! -para decirlo con Baude-
forma de hacer las cosas. laire y sus Flores del mal-, la cuestión fue, de hecho, sumergirse
Para Lacan, no se trata de descartar, como Santo Tomás, la en el fondo de lo desconocido "con" el deseo de saber qué es esta
obra de una vida, sino de comprometer a sus alumnos a no pasión de la ignorancia.
descansar en el saber adquirido, a desprenderse de todo dog-
Así como no hay estandarización en las hystorias de los pases,
matismo, a repensar de nuevo la Cosa freudiana, hasta rein-
ventar el psicoanálisis, cada uno en la medida de sus posibi- ni hay la última palabra sobre los puntos cruciales del psicoa-
lidades. nálisis que ¡cada tanto surgen!, sigo causada por este debate. A
La última enseñanza está destinada a reavivar en los analis- fin de cuentas y vueltas de tuerca, simple y modestamente decir
tas, en su práctica, la pasión de la ignorancia, es decir, el deseo que, ojalá el debate del pase no encuentre la última palabra so-
de saber, un saber nuevo, a elaborar. 14 bre el pase, pues nadie sabe lo que es, ni lo que hay oculto en su
agalma. Cuando Miller pregunta: ¿es esto pase? Y dice que: "El
Elaboremos sobre algunos de estos puntos cruciales del psicoa- pase es su interpretación",16 aunque ese "es" sea una afirmación,
nálisis que, para cada uno se subvertirá gracias a su compromi- no dice lo que "es", sencillamente lleva al hecho de que: hay tan-
so, ese que nació y floreció con un primer amor, ese amor de tos pases como interpretaciones, y hay tantas interpretaciones
transferencia que hoy trabaja en transferencia con algunos otros, como pasantes. "Es ese el concepto: no es un contenido, no son
con quienes seguiremos conversando sobre las bifurcaciones del enunciados. Si hubiera allí saber habría un saber conforme. Lo
saber textual y el saber referencial, genuino. Seguiremos deba- que no puede ocultar en el pase que usted hace es la manera en
tiendo, sin los excesos del cinismo, porque no hay grado cero que usted interpreta el pase" .17 De hecho, si hay pase es porque
de identificación y porque no es posible eliminar para siempre permanece como una x.
el ideal que, en lo tocante al pase hoy, vale la pena retomar en
cada caso, retomar y renovar estas resonancias que hay cuando
un vocablo plurivalente dice: ¡Pase!

No hay política sin clínica


Por mi parte, recomienzo el debate lógico de la práctica del
pase, gracias a una contingencia particular, ocasión que tuve de
experimentar un punto de inflexión: AE en ejercicio / / presiden-
te de la NELcf, un punto donde una función continua en x pasa
de una concavidad a otra. Algo pasa de cóncavo a convexo, o vi- 15 La~:u'' J., (1962-1963) El Seminario, Libro 10, La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2007,
p. 88. Actuar es arrancarle a la angustia su certeza".
16 Miller, J.-A., "¿Es pase?", Revista Lacaniana de psicoana1isis, nº 12, EOL-Grama edi-
1
ciones, Buenos Aires, 2012, p. 129.
14 Ibíd., pp. 20-21. 17Ibíd.

130 131
SCUOLA LACANIANA DI PSICOANALISI

Las fructíferas antinomias del pase


Domenico Cosenza

1. Apuesta versus consagración: una antinomia del pase


Repensar el pase y la función y el ejercicio del Analista de
Escuela: es la urgencia que surgió en la comunidad analítica del
Campo freudiano a partir de las últimas Jornadas de la Escue-
la de la Causa Freudiana, retomada y relanzáda en el libro de
Jacques-Alain Miller Cómo terminan los ana1isis1 y en la "Cita con
el pase" celebrada el 19 de marzo de 2022 en la AMP. Un vector
mueve esta puesta en cuestión del dispositivo y de la experiencia
del pase, y en particular de la nominación del AE y de su ejercicio,
sacudiendo a todas las Escuelas del Campo freudiano, en el punto
más agalmático sobre el que se sostiene su experiencia fundadora:
el pase como dispositivo destinado a resaltar lo más singular que
se produce al final de un análisis, concebido por Lacan y reinstala-
do en el corazón de la Escuela por Jacques-Alain Miller.
Desde la posición especial en la que está instalado de facto en el
Campo freudiano debido a la función de excepción ejercitada des-
de el principio, Miller se ha hecho intérprete de una deriva en acto
e.n el pase, en la que, como suele ocurrir en psicoanálisis, es preci-
samente el éxito de una experiencia lo que determina el riesgo de
degradación. Esto es lo que el propio Lacan comentaba respecto al
arraigo del psicoanálisis en los Estados Unidos a mediados del si-
glo pasado, subrayando cómo la afirmación de Freud a Jung sobre
llevar la peste a Norteamérica, se habría mostrado en la práctica
freudiana por los efectos de un gran éxito, pero al mismo tiempo
de una distorsión radical de su alcance subversivo por el encuentro

1 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana?isis. Paradojas del pase, Navarin éditeurs-Grama
ediciones, Buenos Aires, 2022.

133
DOMENICO COSENZA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

con la American way of lije. Un gran éxito al que seguiría un gran desaparecieron. La nominación ya no era una apuesta, sino
olvido al cabo de pocas décadas. Miller mismo, refiriéndose a esta una consagración. Nadie se aventuraba a discutir ni evaluar
observación de Lacan, pone de relieve la relación inversamente las contribuciones de los AE. Como consecuencia de su nomi-
proporcional que debe tenerse en cuenta entre el grado de difu- nación, se confiaba en ellos con los ojos cerrados. Sin embar-
sión social y de consenso colectivo del psicoanálisis respecto del go, con el paso del tiempo, se hizo evidente que muy pocas
riesgo de una pérdida de su alcance agalmático.2 Osaría afirmar de estas contribuciones quedaban registradas en el "sentido
que, en este giro crítico relativo al pase en nuestra Escuela, esta común" de la Escuela. Recibidos con entusiasmo, los testimo-
contradicción estructural entre difusión y agalma es replanteada nios pronto cayeron en el olvido. 3
por Miller, esta vez en el interior de nuestra comunidad analítica. Miller capta la deriva consagratoria del pase como síntoma de
¿Cómo es posible que el dispositivo pensado por Lacan para se- una degradación ligada al consenso generalizado y conformista
cretar la diferencia absoluta en la experiencia de un análisis con- de un procedimiento y una experiencia ya desvinculados de la
cluido pueda quedar frenado por los efectos de un conformismo sal del debate crítico dentro de la comunidad analítica. Deriva
colectivo? Esta cuestión me parece decisiva y nos lleva a algunas consagratoria que instala a los AE en el lugar de star del Cam-
conclusiones que debemos tener en cuenta si nos importa el des- po freudiano, en un proceso -la llamada starización- que lleva
tino del psicoanálisis. La primera conclusión es que el agalma del al clímax la idealización impulsada del AE. Pero se trata de una
pase, que relanza el alcance agalmático del psicoanálisis mismo, idealización desprovista de alcance agalmático, y precisamente
no está asegurado, sino que puede extinguirse, como se extinguió por eso, implica de hecho un rápido olvido de lastar. Pero, ¿qué
el alcance agalmático de la palabra del oráculo en la antigua Gre- correcciones pueden aportarse a esta deriva? No es tan. sencillo
cia. Así pues, el problema que tenemos como comunidad analítica, responder a esta pregunta, si tenemos en cuenta que, en todo
es cómo salvaguardar el agalma del psicoanálisis y el corazón de caso, la práctica pública del testimonio y de la enseñanza del AE
la experiencia pase de las diversas formas de degradación a las (interna al llamado "Pase tres" del que habla Miller) está en el
que están expuestos en el mundo contemporáneo. Esto conlleva corazón de nuestra Escuela, y que un cierto efecto o grado de
una cierta des-idealización del pase, y su continua recentralización consagración está estructuralmente implicado en los efectos de
en tomo a lo real de la experiencia, para permitirnos el examen la nominación y del ejercicio público del AE. No hay nominación
crítico permanente a partir de los efectos de disfuncionamiento de AE sin un cierto grado de consagración que lo acompañe. In-
producidos en el dispositivo que se transmiten en la práctica del cluso si efectivamente será el efecto de transmisión que surge del
ejercicio del AE después de la nominación. Des-idealizar el pase AE en ejercicio el que determinará el peso real que una enseñanza
de la buena manera implica, en primer lugar, asumir el hecho de podrá producir en la comunidad analítica. .
que el dispositivo no es un automatón sin tropiezos, sino un campo En este sentido, propondría repensar este par significante
de experiencia habitado por un real que requiere una discusión apuesta/consagración no solo desde la perspectiva de la experien-
periódica dentro de la Escuela sobre sus trabajos. cia del cartel que nombra, sino también desde la perspectiva del
En esta perspectiva leería la tesis que guía el libro de Miller trabajo del AE en ejercicio. Si el significante consagración mira
sobre el pase y que encontramos en "Preliminar": hacia el ideal y el consenso del Otro sobre el testimonio y la en-
En los primeros tiempos, cada uno de los testimonios públi- señanza del AE, el significante apuesta pone más bien el acento
cos era seguido de un examen crítico minucioso por parte de sobre la relación entre el decir del AE y el litoral alcanzado en
un colega al que el AE respondía; se iniciaba un diálogo. Lue- el propio análisis, y que reencuentra cada vez en el acto de su
go, este acuerdo cayó en desuso. El crítico y el contradictor toma de palabra cuando interviene en el curso de su ejercicio,
ya sea para hablar de su propio análisis o de la Escuela y sus
2 Miller, J.-A., "El psicoanálisis es una epidemia", (2002-2003) Un esfuerzo de poesía,
Paidós, Buenos Aires, 2016, pp. 13-16. 3 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 16.

134 135
DOMENICO COSENZA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

impasses. Cada vez la apuesta consiste en intentar empujar el Miller nos pone en guardia respecto de la que podríamos definir
propio decir un poco más allá respecto al litoral al que se llegó. como una deriva solipsista en el trabajo del AE cuando este gira
Es esta tensión en acto la que permite que la palabra del AE pro- exclusivamente en torno a su propio análisis, dejando caer en el
duzca un efecto de transmisión de su decir, que después podrá olvido la invitación de Lacan a
eventualmente obtener el consenso del Otro. Pero este consenso
llegará -para decirlo como Freud cuando habla del efecto tera- [... ] estar· entre quienes pueden testimoniar sobre los proble-
péutico- por añadidura, no como el principal objetivo a alcan- mas cruciales en los puntos vivos en que se encuentran para
zar. Así, propongo que no se piense en esta antinomia apuesta/ el análisis, especialmente en tanto ellos mismos están en la
consagración como una relación en la que hay que llegar a susti- tarea, o al menos en la brecha, de resolverlos. 6
tuir un término por el otro, sino como una antinomia estructural
de la que hay que saber conservar cada vez la relación analítica Pero está claro que este cuestionamiento que propone Miller no
entre los términos: el pase es una apuesta, la consagración es un significa elidir en el trabajo del AE una elaboración que está en-
efecto eventual. raizada en el corazón de su propio análisis. Se trata más bien de
interrogar como un síntoma la dificultad del AE para hacerse in-
térprete de la Escuela y de su lugar en el mundo, restableciendo
2. Interpretar el propio análisis versus interpretar la Escuela la topología esencial que Lacan nos ofrece para anudar psicoa-
nálisis en intensión y psicoanálisis en extensión, como nos indi-
Lo que acabo de escribir me sirve de premisa para tratar el se- ca en la "Propuesta sobre el psicoanalista de la Escuela": "[ ... ]
gundo punto que me parece relevante en la crítica de Miller al fun- es en el horizonte mismo del psicoanálisis en extensión donde
cionamiento actual del pase. Se trata, en efecto, del "contenido" del se anuda el círculo interior que trazamos como hiancia del psi-
ejercicio del AE en el testimonio y la enseñanza: su girar esencial- coanálisis en intensión" .7 También aquí se trata de una antino-
mente en torno al propio análisis, más que en torno a los proble- mia cuya tensión debe mantenerse viva, evitando las derivas
mas cruciales del psicoanálisis mismo. He aquí el pasaje de Miller: opuestas de un ejercicio reducido al refrito continuo del propio
análisis o a un activismo del AE en el frente institucional y social,
Además, solicitado desde todas partes, un AE se contentaba que pretenda prescindir del propio sinthome como resultado del
a menudo con repetir su primer testimonio, masticando in- análisis mismo.
definidamente su cura y su pase, regurgitando un saber que Dicho esto, queda abierto el problema que Miller subraya con
podía virar hacia la autoficción: regresión al estadio del espejo. razón respecto a una dificultad de los AE para hacerse intérpretes
Lacan había invitado al AE a "volverse responsable del pro- de la Escuela, función a la que Lacan los convoca. En esta coyun-
greso de la Escuela, volverse psicoanalista de su experiencia tura constatamos también cómo, más que los AE, ha sido Miller
misma" .4 Sin embargo, todo sucedió como si esta frase, por mismo desde su posición de excepción, quien ha planteado un
muy clara que sea, hubiera sido leída como una incitación a
problema que estaba a la vista de todos y que quizás la crisis
convertirse en psicoanalista de su propia cura. Un error tan
pandémica, con sus efectos de virtualización de los testimonios,
grosero, una pretensión tan desorbitada, que solo puede ex-
plicarse por la incidencia de un narcisismo inflamado por una ha contribuido en los últimos tiempos a poner en evidencia.
nominación gloriosa.5

4 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la 6 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 261. Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 262. /
5 Miller, J.-A., Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 17 7 Ibíd., p. 274

136 137
DOMENICO COSENZA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

3. "Los lugares preinterpretan ": 4. Entre examen crítico y acogida silenciosa:


la palabra del AE en los contextos de su ejercicio ¿cómo relacionarse con la palabra del AE?

Un factor que quizás no tenemos suficientemente en cuenta Una cuestión delicada se refiere a cómo relacionarse con la
al reflexionar sobre el trabajo de los AE, es la importancia de los palabra del·AE, en especial con un primer testimonio, pero más
lugares en los que se ejerce su práctica. Como nos enseña Lacan ampliamente a lo largo de su enseñanza, desde la función de
en el Seminario 17, " .. .los lugares preinterpretan" 8 : más allá de lo discutant o de presidente de sesiones que a veces se está llama-
que decimos, una cosa es hablar en una Universidad, otra hacer- do a realizar con él. En los últimos años, la orientación que ha
lo en un hospital, o en la televisión. Esto también vale en el ám- prevalecido con respecto al primer testimonio, en particular, ha
bito de las actividades de la Escuela, en función de los contextos sido la de no entrar en una discusión verdadera respecto del
en los que el AE toma la palabra: una cosa es hacerlo en uno testimonio, asumiéndolo como un primer acto, una especie de
de nuestros Congresos internacionales o nacionales, otra cosa es 51 que inicia el trabajo del ejercicio de un AE. Personalmente
hacerlo dentro de una comunidad más restringida, como puede recuerdo que no fue así para mi primer testimonio de pase en
ser una comunidad regional o la sede de una ciudad, y aun es el Congreso de la SLP de 2017 en Turín. Agradezco a Miquel
otra cosa hacerlo en un contexto en extensión abierto al público. Bassols la generosa intervención que hizo acompañando mi pri-
Una ulter_ior distinción que se impone en estos tiempos, y sobre mer testimonio, en la que articuló un verdadero comentario so-
la que también hay que reflexionar, concierne a la diferencia en- bre lo que había presentado. Subrayo esto porque creo que más
tre hablar en presencia y hablar a distancia. En mi experiencia que lo que se dice, es la posición desde la que se dice, el punto
pasada como AE en ejercicio, he experimentado que no en to- de enunciación, lo que es crucial en esta función. Una escucha
dos los contextos se dan las condiciones para una discusión en respetuosa del primer testimonio de un AE no implica el mutis-
profundidad del trabajo del AE. El testimonio o la enseñanza en mo por parte del discutant, sino todo lo contrario. Lo que hay
una pequeña comunidad es quizás la dimensión que más facilita que hacer es tener tacto, y tener en cuenta que, sobre todo en
un debate crítico en profundidad, permitiendo a los participan- el primer testimonio, un AE expone por primera vez en público
tes tomar la palabra para interrogar al AE respecto a un punto lo más íntimo de su recorrido analítico, y que en esta exposi-
crucial de su decir sobre el que quien le cuestiona se ha sentido ción se enfrenta al litoral al que ha llegado en el decir al final
interpelado, a menudo a partir de algo que está transitando en de su análisis. Por lo tanto, es desde la posición de analizante
su propio análisis. Esta dialéctica también permite que el trabajo que hablamos con él en tomo a los puntos más relevantes de su
del AE avance. En dimensiones más amplias de la audiencia, el testimonio. Después del primer testimonio las cosas cambian:
dispositivo hace más problemática (pero no imposible) esta dia- pasamos del testimonio a la enseñanza, a un 51 le sucede un 52,
léctica de la palabra, y la virtud del AE se presenta aquí más a se inaugura una serie. El testimonio entra en un discurso, hace
nivel de la concisión en el decir, en la extracción de un bien decir una cadena entre diferentes momentos, una serie de escritos
que toma más la forma de la escritura que de la palabra. entran en sucesión, quien discute puede leerlos y ponerlos en
tensión entre sí. La discusión puede ser más profunda, los textos
disponibles permiten una lectura crítica más desinhibida en la
interrogación, sin perder nunca el tacto y la posición analizante
en el cuestionamiento del AE. Una deriva especular a la de la
sacralización silenciosa del testimonio del AE es de hecho, en mi
opinión, la que reduce el testimonio del AE al texto de un caso
8 Lacan, J., (1969-1970) El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoana1isis, Paidós, Buenos clínico que debe ser discutido (o incluso supervisado) desde 1,lna
Aires, 2008, p. 9.

138 139
DOMENICO COSENZA

posición de saber. Ambas posturas son cacofónicas, constituyen-


do derivas que nos alejan, a mi juicio, de la posición que nos ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE
permite sintonizar con el decir del AE.
El pasador, la enunciación
TRADUCOÓN: MARTA SERRA FREDIANI
y el deseo de saber
Alice Delarue

Al introducir el dispositivo del pase, Lacan propone una res-


puesta al problema de las sociedades psicoanalíticas. Mientras
que estas reclutaban tradicionalmente a sus miembros apostan-
do a la adquisición de un saber-hacer del psicoanalista en for-
mación, y buscaban por lo tanto evaluar los resultados de la ex-
periencia de la cura en tomo a un "poder analizar'', 1 con todos
los efectos de desviación y de concesión que esto implica,2 con
el pase, la cuestión de las capacidades se deprecia en favor de
una atención centrada en el pasaje de la posición de analizante
al deseo del analista, en la medida en que este momento sea sus-
ceptible de hacer progresar él discurso analítico.
Pero, ¿cómo puede operar en el seno del dispositivo del
pase la demostración de este pasaje? Este punto es crucial.
Jacques-Alain Miller subraya que la voluntad de autentificar un
ser de analista por oposición a un hacer de analista pudo orientar
el pase, tal como se practicaba en la Escuela Freudiana de París,
hacia un cierto dramatismo, incluso hacia el esoterismo. Ahora
bien, el pase

[... ] no es en absoluto un asunto sobre el ser del sujeto. Es una


cuestión acerca de su saber, es una invitación que se hace al
analizante para que ofrezca su experiencia a la transmisión
[... ]:transmisión de aquello que no se pierde cuando es repetido

1 Miller, J.-A., "El pase del psicoanálisis y el deseo de saber", Cómo terminan las análi-
sis. Paradojas del pase, Navarin éditeurs-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 120.
2 Lacan, J., (1971) "Acto de fundación", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012,
p.247.

141
ALICE DELARUE LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

por otros, para otros, sino que, por el contrario se va constitu- do en su propia cura, sino a algo que depende de su posición: si
yendo por esta transmisión misma.3 puede saber alojar un testimonio mejor que cualquier jurado de
reconocimiento, es porque el pasador "todavía lo es, este pase".7
En el pase, se trata de que el pasante esté en condiciones de trans- En el mejor de los casos, es en efecto designado por su analista
mitir un franqueamiento que ha producido en él un efecto de para ocupar esta función cuando este "considera que está en el
falta-en-ser -caída del Otro y deflación del deseo- y que, desnu- pase, precisamente allí donde adviene el deseo del psicoanalista,
dando la dimensión de la existencia,4 lo ha abierto a un deseo de esté o no en dificultad allí" .8 Es un tiempo de su análisis en el
saber inédito. que está presente, indica Lacan, "el deser en el cual su psicoana-
El pase auténtico, porque este implica una modificación de la lista conserva la esencia de lo que pasó como un duelo" .9 Se trata
posición del sujeto, no puede por ende demostrarse únicamente de un momento preciso en el que el analizante ha podido disi-
mediante enunciados por los que el pasante transmite la cons- par los espejismos del ser -en primer lugar los que dan cuenta
trucción que ha operado a partir de su experiencia analítica. Se de su fantasma-, mientras que el sujeto supuesto saber ha sido
verifica más bien, indica J.-A. Miller, en "la relación en acto que tocado pero no ha caído. Y este estado subjetivo en el que él se
el sujeto mantiene con lo que enuncia, es función del tono, del encuentra antes del desenlace posible del análisis -posición a la
ritmo, de la forma de decir, en definitiva, de la enunciación" .5 vez ya esclarecida pero aún depresiva- da ocasión al pasador
Es por esta razón que Lacan pensó el dispositivo bajo la forma de poder autentificar en el pasante, más allá de la compilación
del Witz, con la intercesión de los pasadores, porque este modo necesaria de la construcción de un saber sobre el final de su aná-
de transmisión oral da ocasión a que pueda circular entre los di- lisis, una enunciación diferente de la suya, que verifica que aquel
ferentes protagonistas una enunciación que testimonie de una ha salido, que esto "lo pasó como un duelo". De ello, prosigue
mutación de la relación al inconsciente. Lacan, "no hay nada de lo que pueda presumirse si no se está
Si la Escuela del pase es aquella en la que los miembros quie- allí". O, para decirlo de otra manera, "el inconsciente, por su par-
ren creer en el inconsciente para reclutarse, 6 la manera en que la te, no hace semblante" .10
enunciación del pasante es alojada y se transmite en el procedi-
miento del pase, es por lo tanto determinante. Nos centraremos
especialmente sobre el rol de los pasadores. Saber encontrar la marca
Seis años más tarde, en la "Nota italiana", Lacan evoca nueva-
mente la función del pasador en la transmisión de la enunciación
El pasador es el pase del pasante. El analista, escribe Lacan, lleva la marca que atesti-
gua lo que ha cernido en cuanto a la causa de su horror de saber,
En su "Proposición del 9 de octubre de 1967", Lacan presenta
sin igual y, por ende, "separado del de todos".11 De este modo,
al pasador como aquel del que se puede esperar un testimonio
"sabe ser un desecho". Es porque no retrocede ante este punto
preciso sobre el pasaje al deseo de psicoanalista. Como en el caso
del AE, esta precisión que se espera del pasador no se debe a una
experiencia acumulada o un saber-hacer que este habría obteni- 7 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 273.
8 Lacan, J., "Une procédure pour la passe", Ornicar?, nº 37, París, 1986, p. 8. [N. de T.:
3 Miller, J.-A., "A favor del pase", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., La traducción es nuestra]
pp. 51-52. 9 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
4 Miller, J.-A., (2010-2011) "El Uno solo". Lección del 18 de mayo de 2011. Inédito. Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 273.
5 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo tenninan los ana'lisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 18. 10 Lacan, J., (1967) "Discurso en la Escuela freudiana de París", Otros escritos, óp. cit.,
6 Lacan, J., (1967) "Discurso en la Escuela freudiana de París", Otros escritos, Paidós, p.299.
Buenos Aires, 2012, p. 299. 11 Lacan, J., (1973) "Nota italiana", Otros escritos, óp. cit., p. 329.

142 143
ALICE DELARUE LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

que se encuentra en condiciones de saber encamar esta función a los signos de esta marca, que la busque, que se deja sorprender,
de desecho para sus analizantes. que pu,eda hacer preguntas si es necesario.
El pasador, su congénere, debe saber encontrar esta marca y Sin embargo, Lacan añade, sobre el deseo de saber, que "cual-
transmitirla al jurado, pero sobre todo debe ser capaz de deter- quiera no sabría interrogar al otro, incluso él mismo. [El pasador]
minar si este descubrimiento ha llevado al pasante al entusias- entra quizás en su función sin reconocer lo que implica", y por
mo o no. Si no es el caso, prosigue Lacan, "bien puede haber ha- lo tanto, "a este saber será necesario construirlo con su incons-
bido análisis, pero analista, ninguna probabilidad" .12 El término ciente, es decir, con el saber que ha encontrado[ ... ] y que quizás
entusiasmo merece ser precisado. J.-A. Miller había propuesto no conviene al descubrimiento de otros saberes" .16 La búsqueda
un desarrollo al respecto, indicando que se trataba de un afec- de esta marca está, pues, subordinada, para el pasador, al punto
to que no era particularmente del analista en la medida en que de avance en el que se encuentra en su análisis, punto ciego con
subyace un allí soy, ¡es eso! y, por tanto, lo aleja de su necesaria respecto al cual él mismo no puede responder. Esta es la respon-
relación con "su yo-no-quiero-saber-nada-de-eso, para forzarlo" .13 sabilidad y la apuesta del AME que lo designa.
El entusiasmo del que habla aquí Lacan es de otro tipo. Es un
entusiasmo que está ligado a la caída del sujeto supuesto saber
y a la nueva relación con el inconsciente que esto puede hacer El pasador, entre-dos
surgir. El analista no es el que ha liquidado la transferencia y se
contenta con hacer semblante de creer en el inconsciente para Hemos visto que para Lacan el carácter operatorio del pasa-
gozar de su posición en el grupo analítico. El analista es aquel dor se debe, en parte, a un entre-dos que marca su posición sub-
que deviene nuevamente analizante al final de la experiencia, y jetiva -entre deser y duelo en los términos de 1967, entre desec:ho
cuyo deseo de saber se articula a una transferencia de trabajo y a y entusiasmo para retomar los de 1973- entre-dos que determina
una relación más decidida a la causa analítica, cuando cae en la la manera en que es susceptible de alojar los testimonios de pase.
cuenta de que solo existe si cada uno decide hacerse responsable Pero hay otro entre-dos por el que el pasador está tomado, es
de ella. 14 su lugar entre el pasante y el jurado en el seno del procedimien-
Los pasadores y el jurado deben por ende "saber" encontrar to. El resultado es una tensión, a menudo debatida en la Escuela,
los indicios de un nuevo lazo que el pasante mantiene con el dis- entre su posición de secretario y la de intérprete, tensión que se
curso analítico y con la Escuela. Ahora bien, este saber no es ni adjunta al hiato entre la logi:ficación de su cura soportada por los
clínico ni teórico. Lacan precisa este punto en una breve nota de enunciados del pasante y la autenticidad de su enunciación. Los
17
1974: lo que es determinante en el alojamiento del testimonio del pasadores son divididos entre dos regímenes distintos del lenguaje,
pase que el pasador va a hacer, es la relación que él mismo man- entre la recopilación del relato -Lacan señala que su proposición
tiene con su propia posición de desecho, con el deseo de saber y implica "una acumulación de la experiencia, su recolección y su
con la causa analítica, una vez que ha percibido la naturaleza de elaboración, una seriación de su variedad, una notación de sus
semblante de la verdad. Esto .implica que no sea un "funcionario grados"18- y la atención centrada en la dimensión enunciativa,
del discurso analítico" 15 que se contentaría con ser depositario que supone poder desprenderse de la construcción del pasante._
de los enunciados del pasante, sino que sepa mostrarse sensible Este entre-dos es un punto esencial y fecundo del dispositivo, es
una paradoja productiva.

12 Ibfd.
13 Miller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2014, p. 50. 16 Ibfd.
14 Cf. sobre este punto Miller, J.-A., "Arenga", Curso de la orientación Lacaniana, 17 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 19.
clase del 5 de diciembre de 1990. Inédito. 18 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
15 Lacan, J., "Note sur le choix des passeurs" (1974). Inédito. Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 274.

144 145
ALICE DELARUE LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Sin embargo, J.-A. Miller pudo señalar recientemente que, en Lacan afirma que el pasador se deshonra si, en lo que dirige al
su propia práctica del pase, Lacan "dio visiblemente privilegio jurado, esta cosa permanece incierta para él.
a la escucha analítica de la enunciación por sobre la elaboración Deshonra, el término es fuerte. Es que Lacan invita a sus in-
clínica y la transcripción meticulosa del relato", 19 invitando a los terlocutores italianos, a quienes dirige, esta nota después de que
pasadores a separarse de sus notas para transmitir oralmente lo le hayan comunicado su deseo de fundar una Escuela, a tornar
que los había marcado en lo que habían recogido. el dispositivo del pase más en serio que lo que hacía entonces la
Esta prevalencia dada a la palabra sobre la transmisión es- Escuela Freudiana de París. En ella, les dice, esta incertidumbre a
crita cuestiona, por ejemplo, el hecho de que el pasador pueda veces mantenida por los pasadores desemboca en "declinaciones
contribuir a construir algunos de los testimonios, porque no los corteses" de ciertas candidaturas, pero "no se armó lío. El analis-
encuentra suficientemente legibles, insuficientemente ordenados ta, al no autorizarse sino por sí mismo, pasa su falta a los pasa-
o reducidos. ¿No participa, así, en eludir la cuestión del carácter dores" .22 A la inversa, esta imprecisión puede también participar
transmisible o no de un testimonio, cuestión que se sitúa en el en nominaciones que no resulten convincentes.
nivel de lo que, de la enunciación, llega a pasar más allá de la El honor, Lacan lo había evocado en 1960, cuando indicaba
puesta en orden de los enunciados? ¿No da esta transrnisibilidad que "toda cadena significante se honra en cerrar el c~rat1:o de su
indicios más seguros que algunos datos clínicos extraídos de una significación" .23 Se oye que el honor se debe al lengua1e rmsrno, al
reducción de la experiencia de la cura y de un desprendimiento circuito del significante entre el sujeto y el Otro - "Honor de los
de las ficciones del ser?2º Hombres, Santo LENGUAJE, / Discurso profético y adornado,
/ Bellas cadenas en quien se compromete / El dios en la carne
extraviado",24 escribe Paul Valéry.
Si, como ha indicado Lacan, el dispositivo del pase tiene la
El honor del pasador estructura del chiste, el pasador no es solo un portador pasivo
del mensaje entre el pasante y la dritte Person representada por
Si hacerse secretario de un relato no es lo esencial de la fun-
el jurado. No solo tiene la tarea de hacer pasar los enunciados y
ción del pasador, entonces esto da una nueva importancia a la
la enunciación del pasante sino, porque él mismo está implicado
opinión que el pasador se hace del testimonio. J.-A. Miller re-
corno primer destinatario, y corno él es el único que ha tenido
cordó que en una primera versión de la "Proposición ... ", Lacan
acceso a los efectos de autenticidad del testimonio oral, seria una
había imaginado que fuesen los pasadores quienes decidan la
cobardía por su parte no tornar partido. Si se hace simple mensa-
nominación del pasante. Ciertamente, no retuvo esta idea, pero
jero y entrega al jurado la tarea de producir el punto ~e capit~n
es legítimo tener en cuenta el hecho de que la ha tenido. Y si, en
del mensaje que lleva, es sin duda porque el Otro es aun consIS-
1967, había propuesto que el pasador fuera testigo y no juez, en
tente para él, y por lo tanto ha sido designado demasiado pronto
su "Nota italiana", afirma que "los pasadores [se] deshonran allí
al dejar la cosa incierta".21 en relación con su trayecto analítico.
No se trata, sin embargo, de que se convierta en un pasa-
Aquello que no debe dejarse en suspenso es saber si un pa-
dor-intérprete, cuya opinión tornada constituiría un obstáculo
sante, por haber puesto en evidencia un punto de horror antes de
. para el pasante. Pero, si el pasador es el mismo pase, entonces
desprenderse de él, está apto para transmitir un deseo inédito. Y
se honra de concluir él mismo su mensaje, aportando todas las

19 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo tenninan los ana?isis. Paradojas del pase, óp. cit., 22Ibíd.
p.19.
23 Lacan, J., (1960) "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo", Escritos 11, Siglo
20 Ibíd., p. 17.
Veintiuno, Buenos Aires, 2008, p. 778.
21 Lacan, J., (1973) "Nota italiana", Otros escritos, óp. cit., p. 329. 24 Valéry. P., "La pythie", Channes, Gallimard, París, 2016.

146 147
ALICE DELARUE

sutilezas y variaciones necesarias. Y el jurado se honra en pedirle


su opinión y en tenerlo en cuenta si le parece válido, incluso si la
SCUOLA LACANIANA DI PSICOANALISI
decisión de nombrar o no le corresponde.
TRADUCCIÓN: TOMÁS VERGER Sobre el pase
Antonio Di Ciaccia

El primer tiempo del pase


Deauville, sábado 7 y domingo 8 de enero de 1978: se llevan
a cabo las Audiencias de la Escuela freudiana sobre "La expe-
riencia del pase". 1 Comienza Jacques Lacan diciendo: "Le doy
la palabra a Safouan". Después de Mustafa Safouan se suceden
quince intervenciones, durante los dos días, entre ellas una de
Serge Leclaire titulada "Heimlichkeiten", que trata de los SNI
-sujetos no identificados-, a los que Lacan se referirá en su in-
tervención final. Luego del último informe de Jean Clavreul, "El
pase a la Escuela Freudiana", Lacan, que prácticamente no ha-
bía intervenido en las discusiones, y retoma la palabra para sus
"Conclusiones".
Todos conocen la frase: "Está claro, este pase es un fracaso
completo" .2 Sin embargo Lacan dice algo más: dice por qué su
pase es un fracaso:

La única cosa importante es el pasante, y el pasante, la pre-


gunta que yo hago es ¿qué le pasa por la cabeza a alguien
para autorizarse a ser analista? Yo quise tener testimonios,
naturalmente no tuve ninguno, testimonios de cómo eso se
producía.

Después de recordar la definición de esa cosa absolutamente


loca que es el inconsciente, que él había traducido con el sujeto

1 Lettres de l'École, Nº 23, "L'expérience de la passe", BoleHn interno de l'École freu-


dienne de Paris, abril de 1978.
2 Ibfd., p. 181.

149
ANTONIO DI CIACCIA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

supuesto saber, dice que aún esperarnos los testimonios de per- La continuidad consiste en mantener el propósito buscado
sonas "que son desde hace poco tiempo analistas: ¿qué se les por Lacan, que es disipar la espesa sombra que cubre el pasaje de
puede ocurrir -es ahí donde hago la pregunta- para autorizarse psicoanalizante a psicoanalista. Sin embargo, J.-A. Miller desa-
a ser analistas?". rrolla y perfecciona este punto, porque me parece que identifica
En definitiva, la pregunta que Lacan plantea retoma su pre- un cuádruple objetivo en el propósito deseado por Lacan.
ocupación de la "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el Primer objetivo: el pasaje lógico del analizante a la función
psicoanalista de la Escuela": buscar disipar la sombra espesa que analista.
recubre "ese empalme [... ] en el que el psicoanalizante pasa a Segundo objetivo: constatar si este pasaje comporta o no una
psicoanalista" .3 ganancia epistémica para la Escuela, e incluso, más allá de ella.
Podemos decir que aquí termina el primer tiempo del pase. Tercer objetivo: precisar el rol del analista de la Escuela en lo
Este tiempo comenzó con la "Proposición del 9 de octubre ... "; que concierne a la función enseñante.
leemos con transparencia los encendidos debates en el "Discurso Cuarto objetivo: precisar el rol del analista de la Escuela en lo
en la Escuela Freudiana de París" y en intervenciones sucesivas, que respecta a la capacidad terapéutica.
como por ejemplo el "Exhorto a la Escuela" -"lo que pone en tela Discontinuidad.
de juicio la proposición del 9 de octubre de 1967 es saber si el J.-A. Miller indica claramente los puntos de discontinuidad
psicoanálisis está hecho para la Escuela, o bien la Escuela para el entre los dos tiempos del pase. Esta discontinuidad no es más
psicoanálisis"4-. Este tiempo tiene su punto culminante con una que el efecto de la búsqueda de la aplicación de lo que el mis-
joya: la "Nota italiana". mo Lacan no había logrado hacer. Para J.-A. Miller es necesario
Sobre este primer tiempo es preciosa la lectura de J.-A. Miller: encontrar un funcionamiento adecuado para el procedimiento
del pase. Cada dispositivo institucional se traduce en un meca-
[... ] Lacan tuvo que enfrentarse a un poderoso movimiento de nismo que pone a la institución misma en consonancia con el
revuelta que solo pudo dominar con gran esfuerzo.5 Solo obtu- inconsciente, o bien lo obstaculiza. Y esto es válido para cada ins-
vo la aprobación de la asamblea general dos años después, y titución. Además, el mismo Lacan lo subraya en la "Proposición
de manera ajustada. Nuevamente tuvo que engañarlos intro- del 9 de octubre ... ": "Instituimos algo nuevo solo en el funciona-
duciendo el voto preferencial, que nadie comprendió como un miento" .7 Y continúa indicando la ganancia: "Es verdad que de
artificio que tenía por efecto dividir a la oposición [... ]. 5 ahí surge la solución del problema de la Sociedad psicoanalítica.
Dicha solución se encuentra en la distinción entre la jerarquía
y el gradus". Esta distinción, que permite diferenciar el poder
El segundo tiempo del pase del saber, estuvo siempre en la base del buen funcionamiento es
aquellas instituciones que llamamos Universidades. La tarea de
El segundo tiempo del pase es el de J.-A. Miller. Pase retomado J.-A. Miller ha sido y sigue siendo muy ardua, dado que el pase
por él, "El mismo fue reanudado, pero no de manera idéntica". 6 de la contra-experiencia: "Lacan no tuvo tiempo de articularlo: la
Entre los dos tiempos hay continuidad y discontinuidad. tarea nos quedó a nosotros" .8
Continuidad. De aquí es necesario concluir que las crisis que regularmente
golpean el pase en la Escuela Una, y eventualmente en las di-
3 Lacan, J., "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escue-
versas Escuelas, no son sino movimientos sísmicos que hay que
la", Otros escritos, Paidós, 2012, Buenos Aires, p. 271.
4 Lacan, J., "Exhorto a la Escuela'', Otros escritos, óp. cit., p. 313.
5 Miller, J.-A., Cómo tenninan los ana1isis. Paradojas del pase, Navarin éditeur-Grama 7 Lacan, J., "Proposición del 9 de octubre de 1967... ", Otros escritos, óp. cit., p. 261.
ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 11. [Las itálicas son del autor]
6 Ibíd., p. 9. 8 Miller, J.-A., Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 9.

150 151
ANTONIO DI CIACCIA LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

alojar, para que permitan poner a punto un funcionamiento en está dada por las transformaciones en el saber, el entusiasmo y el
mayor consonancia con la estructura del inconsciente, cada vez. amor. Los tres, por el deseo inédito, serán también inéditos, siem-
Es así que leo también el momento actual. pre y cuando hayan pasado por las horcas caudinas del horror.
Retomo los cuatro objetivos. Segundo objetivo.
Están presentes en Lacan, aunque en orden disperso. Los re- En lo que concierne a la transmisión y a la eventual ganancia
encontramos en J.-A. Miller, en los Cursos de la Orientación La- epistémica; bastaría con retomar el IX Congreso de la EFP, publi-
caniana, como también en su reciente libro Cómo terminan los cado en dos volúmenes de Lettres de l'École (1979). O el primer
análisis. De J.-A. Miller quisiera señalar, entre otras cosas, las dos artículo del reciente libro de J.-A. Miller, que sin términos medios
últimas lecciones del primer Curso de la Orientación Lacaniana denuncia que "la promesa de la 'Proposición ... ' no se cumplió".13
(1980-1981) dedicadas a la "Nota italiana" .9 En resumen, del lado epistémico todos hemos quedado escati-
Primer objetivo. mados. Sin embargo, la tarea epistémica no se apoya solamente
En cuanto al primer objetivo, sabiendo de la dificultad del sobre los hombros de los AE, ya que es tarea de todos los dife-
tema y de su desarrollo, quisiera señalar solo dos puntos. El pri- rentes actores del pase, y diría principalmente de los carteles del
mero es que en este proceso se trata de una transformación "intra- pase. Donde el pasante muestra aquello que para él es el pasaje
personal",10 para utilizar un hápax de Lacan. De lo que se trata es y el pasador lo pasa, le corresponde al cartel demostrar la vali-
de algo así como una anamorfosis. Allí donde había un analizante dez de una nominación de pase, así como también demostrar lo
aparece un analista. Al inicio hay un analizante que podría mutar. correcto de una no-nominación. Y artii::ular todo esto haciendo
Luego hay alguien que, en el discurso, constata encontrarse en referencia no tanto a la literatura psicoanalítica, sino al material
otra posición distinta de la que por largo tiempo había ocupado de los pases presentados. Es así como leo que, de estos "disper-
como analizante. Bajo esta nueva apariencia, 11 sabe o debería sa- sos descabalados", 14 cada "analista debe llevar la marca. A sus
ber cuál es el mayor obstáculo para mantenerla: el poder. congéneres les toca 'saber' hallarla". 15
Segundo punto: para esta transformación, ¿cómo interviene Tercer objetivo.
quien ha cumplido la función de analista en la experiencia analí- El tercer objetivo concierne a la función enseñante del AE. No
tica? A pesar de su presencia necesaria y de la relación que tiene se trata solamente de una enseñanza que parte de la propia ela-
con el sujeto supuesto saber, destinado a eclipsarse, el psicoana- boración del análisis, sino también de los puntos cruciales del
lista en una cura no está en posición de reconocimiento o Gracia. psicoanálisis en su relación con la Escuela, y también con la So-
Leo así el "décharite" (descaridar )12 de Lacan, donde está presen- ciedad. Además, el rol de enseñante le permite al AE volverse de
te el término griego charis. nuevo analizante, puesto que en la enseñanza se reencuentra en
Como sabemos, esta transformación comporta la aparición de posición analizante.
un deseo inédito, es decir, ya no causado por el Otro, sobre todo Cuarto objetivo.
ya no causado por la demanda del Otro, sino por el objeto a, mi- Con respecto al cuarto objetivo, si bien fue presentado desde
rada y voz, cuya gramática no es la de la demanda sino la del el texto de los Escritos, "La ciencia y la verdad", donde la cues-
deseo. La prueba de fuego del surgimiento de este deseo inédito tión es abordada de un modo aparentemente paradójico por el
lado de la magia, se convierte en cambio casi en una constante en
el ultimísimo Lacan. Un ejemplo, 9 de julio de 1978:
9 Ivfiller, J.-A., Capisaldi deWinsegnamento di Lacan. L'Orientamento lacaniano, Astrola-
bio, Roma, 2021, pp. 338-365.
10 Lacan, J., (1960-1961) El Seminario, Libro 8, La transferencia, Paidós, Buenos Aires,
2013, p. 125. 13 Miller, J.-A., Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 25.
11 [N. de T.] "Nuova veste" puede tener la acepción de nuevo hábito o vestido, ropaje, 14 Lacan, J., "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", otros escritos, óp. cit., p.
disfraz, apariencia o semblante. 601.
12 Lacan, J., "Televisión", Otros escritos, óp. cit, p. 545. 15 Lacan, J., "Nota italiana", Otros escritos, óp. cit., p. 329.

152 153
ANTONIO DI CIACCIA

Entonces, ¿cómo es que por la operación del significante hay


personas que se curan?[ ... ] A pesar de todo lo que he dicho, NEW LACANIAN SCHOOL
no sé nada al respecto.[ ... ] El sujeto supuesto saber, es alguien
que sabe. Él sabe el truco, la forma de curar una neurosis. Ten- Apostar por el pase y sus lectores
go que decir que en el pase, [... ]nada atestigua que el sujeto
sepa curar una neurosis. Todavía estoy esperando que algo Fabián Fajnwaks
me aclare esto. Me gustaría saber, de alguien que lo atestigua-
ra en el pase, que un sujeto[ ... ] es capaz de hacer algo más que
lo que llamaré el parloteo ordinario [.. .].16

El pase en la entrada
En los primeros tiempos, cada uno de los testimonios públi-
Creo que Lacan y el progreso realizado por J.-A. Miller en el cos era seguido de un examen crítico minucioso por parte de
pase, nos pueden permitir retomar el pase en la entrada, mante- un colega al que el AE respondía; se iniciaba un diálogo. Lue-
niendo también la otra modalidad de entrada que es la del tra- go, este acuerdo cayó en desuso. El crítico y el contradictor
bajador decidido. El pase a la entrada podría ser una modalidad desaparecieron. La nominación ya no era una apuesta, sino
valiosa de hacer entrar a un analizante en la Escuela, eliminando una consagración. 1
en lo posible las formas de cooptación -también porque movi- /1 /1
lizaría a un mayor número de miembros- basándose al menos Abordemos esta tensión entre apuesta" y consagración" del
en la constatación de una relación decidida del postulante con lado de la comisión que nombra a los AE y del lado del pasante.
respecto a la "cosa" psicoanalítica. Del lado de la comisión,2 muchas veces, el testimonio conven-
Evidentemente todo esto requeriría de una afinación precisa, ce y esta procede a una nominación entusiasta por haber reco-
para distinguir de un modo inequívoco el pase en la entrada del nocido qué hay del analista, en el testimonio escuchado. Pero
pase final. no siempre es una convicción como la exigida a los jueces en un
proceso (la "futima convicción"), la que conduce a una nomina-
TRADUCOÓN: NATALIA PALADINO ción de AE y el término de "apuesta", en efecto, se impone. Al
recibir el testimonio por parte de los pasadores se reconocen las
coordenadas del final del análisis en este testimonio, aunque al-
gunos elementos, no del testimonio mismo sino de la relación del
pasante a ellos, quedan en una zona de sombra. Así, la comisión
puede decidirse a hacer la apuesta de que el pasante, una vez
nombrado AE, pueda aportar esclarecimientos en tomo a estos
puntos. La articulación sinthomática que el pasante ha podido en-
contrar al final de su análisis a partir de los restos de su sfutoma,

1 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, Navarin édi-
teurs-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 16.
16 Lacan, J.~ "Conclusion du IX Congres de l'École freudienne de Paris" (9juillet1978), 2 Actualmente en la ECF -y desde 2009-, es una comisión única la que nombra a los
Lettres de l'Ecole, n. 25, vol. II, 1979, p. 220, republicado en La Cause du désir, n. 103, 2019, Analistas de la Escuela. Se trata de una comisión que reunió, inicialmente, a los dos
p.22. carteles existentes.

154 155
FABIÁN FAJNWAKS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

la solución que ha encontrado en su relación al Otro y lo que se A este nivel, Lacan indica que el síntoma es ser-de-verdad, y que
despeja como nueva relación al Uno del goce encontrada en el es aquello a lo que cada quien consiente, de reducirse este ser-de-
final del recorrido, la articulación a la cual su final de análisis lo saber al complemento del síntoma.
ha llevado entre el atravesamiento del fantasma fundamental y
el anudamiento borromeo obtenido son, a veces, algunos de los De ahí en más se ve lo que le cuesta al ser-de-saber reconocer
puntos que quedan en suspenso y a verificar en los testimonios las formas dichosas de aquello a lo que no se acopla sino bajo
públicos que hará el pasante una vez nombrado. el signo de la desdicha, de la desdicha de su paciente, que este
La tensión entre la consagración versus la apuesta por el pase ser-de-saber tenga que reducirse el del psicoanalista, a no ser
podría encontrar una declinación en el hecho de que ningún sino el complemento del síntoma, esto es lo que horroriza y
testimonio de AE agotará nunca el pase, podría decirse, parafra- lo que, por elidirlo, el ser de saber en cuestión hace jugar ha-
seando al célebre verso de Mallarmé. Y si bien los testimonios de cia un aplazamiento indefinido del estatuto del psicoanálisis,
AE encaman como fixión, cada vez, al pase -si cada uno de ellos como científico desde luego. 6
es, cada vez, el pase mismo-, ninguno de ellos logra absorber
de forma completa la apuesta por el saber que la Escuela espe- En este resumen de su Seminario sobre "Los problemas cruciales
ra del pase. De manera que si el nombramiento puede ser una para el psicoanálisis", Lacan indica también que es solo del aná-
apuesta para la comisión o el cartel que lo nombró, lo es menos lisis del objeto que debe afrontarse su real, perspectiva que abre
para el pasante que adviene AE, ya que este título, pasajero, se le en los años '64 y '65 y que será, más tarde, la dimensión del goce
discierne para consagrar su recorrido como analizante y la juste- que la existencia -no ya el ser-, introduce en el abordaje del suje-
za o la adecuación del testimonio transmitido por vía de los pa- to como ser hablante. A esta altura de su enseñanza, es a nivel de
sadores a la comisión. Esta nominación podría funcionar como la falta-en-ser que se determina el estatuto del sujeto, hecho que
una escansión en su recorrido, como un paso primero, que abre Lacan también indica aquí.
a una nueva etapa -durante los tres años que dura actualmente Existe, entonces, una tensión presente en el hecho de que, por
su título efímero en las Escuelas de la AMP-, un segundo tiem- un lado, el Analista de la Escuela desea demostrar la validez de
po, un nuevo período que concierne a su elaboración como AE. su recorrido en sus testimonios, y, por el otro, este deseo obra,
Como bien lo señala Jacques-Alain Miller en su prólogo a Cómo quizás, contra Ja posibilidad del testimonio acerca de los proble-
terminan los análisis,3 no se trata de que devenga el analista en su mas cruciales del psicoanálisis. Si no se excluyen, en todo caso, el
propia cura, lo que llevaría a un meta-análisis de su experiencia testimonio acerca de estos problemas queda muchas veces rele-
como analizante. Lacan esperaba que el analista nombrado testi- gado a un segundo plano. Aquí interviene también la responsa-
monie de los "problemas cruciales en los puntos vivos en que se bilidad de la Escuela y de sus miembros como destinatarios del
encuentran para el análisis", 4 a partir de las coordenadas de su testimonio de AE, quienes muchas veces son los que toman a su
propio recorrido en el análisis y de lo que el pasante ha podido cargo la elaboración de este saber acerca de los puntos vivos en
despejar como saber. Uno de los problemas cruciales del psicoa- el que se encuentran estos problemas cruciales. La comunidad
nálisis sobre los que se detiene Lacan es el ser del analista: "en de trabajo que constituye una Escuela de psicoanálisis permite
tanto lo que encuentra como ser del sujeto: a saber, el síntoma". 5 esta elaboración, tomando entonces lugar la Escuela como Otro a
quien se dirige este testimonio, con el efecto de retomo que esta
lectura del testimonio del AE comporta. Es un Otro incompleto
ya que los problemas cruciales del psicoanálisis se inscriben más
3 Ibíd.
4 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 262.
5 Lacan, J., (1966) "Problemas cruciales para el psicoanálisis", Otros escritos, óp. cit., 6 Lacan, J., (1966-1967) Seminario 13, "El objeto del psicoanálisis", Clase del 20 de
p.219. abril de 1966. Inédito.

156 157
FABIÁN FAJNWAKS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

bien en una lógica de S(.A), en tanto límite de la doctrina. Subra- [... ]hay casos en los que otra razón lo lleva a usted a ser ana-
yemos que es en este punto y de forma precisa que la apuesta por lista que no sea la de instalarse, es decir, recibir lo que co-
la nominación del AE se encuentra verdaderamente validada, al- rrientemente se llama guita, para atender las necesidades de
gunas veces más allá del saber que el propio AE pueda extraer de sus a-cargo, en cuya primera fila está usted mismo, según la
su testimonio. Es una apuesta por el saber que permite producir moral judía (en la que se mantenía Freud en este asunto)?ª
el pase y, de manera interesante, saber y apuesta se encuentran
reunidos, ya que no es de un saber acumulativo de lo que se tra- Eso podría enseñamos verdaderamente y de primera mano,
ta. No se trata de una aplicación de los conceptos que forman a partir de lo que testimonian los AE, de lo que hace al deseo del
parte de la epistemología del pase a su clínica, sino de manera analista más allá de una moral a la que Freud se cantonó. Se mide
más bien inversa, debería tratarse de una interrogación de los aquí el paso que Lacan realiza en relación a Freud con su propo-
conceptos a la luz de los resultados obtenidos por el análisis, re- sición sobre el pase.
sultados que se estructuran en el testimonio del AE. Admitamos
que no es siempre este el caso y que esta perspectiva permanece
como el horizonte de aquello hacia lo que debe orientarse el tra- Desde el ultrapase
bajo de los AE durante los tres años de su nominación. Se trata
aquí, como en la clínica del análisis mismo, en cada caso clínico El término de ultrapase ha sido introducido por Jacques-Alain
que presentamos, de la interrogación de los conceptos y no de Miller en su Curso "El Uno solo" 9 para nombrar el periodo que
forma inversa de la aplicación de los mismos a la praxis. sigue al mandato AE. Esta nomenclatura designa el análisis que
Jacques-Alain Miller ha diferenciado tres pases: el pase 1, el sigue a este nombramiento ya que, como él lo indica, se verifica
momento del pase a reconocer apres-coup en el análisis; el pase que después del pasaje por el dispositivo hay quienes prosiguen
2, el del procedimiento mismo del pase, su dispositivo, y el pase su análisis, ya sea que hayan sido nombrados o no. No es tanto
3, aquel concernido por el hecho de dirigirse a la comunidad sobre este fenómeno que nos interesa detenemos aquí sino, más
de la Escuela Una. Este pase 3 conlleva "la invención, el decir bien, en la ganancia epistémica -el término se encontraba en uno
mejor, es el juicio final, la vox populi, el 'respeto de la posteridad' de los ejes despejados para este libro, mismo que me permito
(cf. correspondencia entre Diderot y Étienne Falconet)" .7 Esta retomar aquí- a partir del prólogo de Jacques-Alain Miller a su
invención, y "decir mejor" de lo que pudo ser bien-dicho en el libro Cómo terminan los ana1isis. Ganancia epistémica para aquel
testimonio dirigido a los pasadores y, por su intermedio, a la que ha atravesado la experiencia del pase, pero también para la
comisión (es decir, el pase 2), demanda un esfuerzo de elabora- comunidad de trabajo de la Escuela.
ción para el cual no siempre se está a la altura. Aquí es donde la Para aquel que se ha aventurado en la experiencia y que ha
apuesta del pase, por la comisión y por el AE, choca contra la di- podido testimoniar de su recorrido como analizante, resulta
mensión de consagración, donde se cree que todo el saber a pro- interesante volver sobre la experiencia en un apres-coup, y eva-
ducir en el pase ya ha sido articulado en el testimonio y no hay luar tanto el saldo de saber al que el pase ha dado lugar como el
ya más saber para extraer. Leo en el prólogo de Jacques-Alain uso que ha hecho del mismo. Una broma circula entre algunos
Miller a su libro sobre el pase ya mencionado, una invitación a amigos y colegas que han hecho el pase: "Durante mi manda-
los AE a "decir mejor" lo que los ha llevado a encontrarse en el to de AE no he dicho ni la mitad de lo que podría decir ahora,
lugar del analista. ¡unos años después!" Por su insistencia, me interesa detenerme
La apuesta del pase es aquella en la que lo colocaba Lacan: la
de esperar que nos dijera si
8 Lacan, J., (1976) "Prefacio a Ja edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos, óp.
cit., p. 600.
7 Miller, J.-A., "El Pase 3", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 242. 9 Miller, J.-A., (2010-2011) "El Uno solo", Oase del 9 de mayo de 2011. Inédito.

158 159
FABIÁN FAJNWAKS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

en este enunciado que da cuenta, probablemente, de algún real Si tomamos el vector del deseo del analista, tan difícil de de-
que intentaré elucidar aquí. En sus testimonios, los AE eligen finir y de nombrar, ciertamente es la clínica del analista mismo
solo algunas líneas que atravesaron su análisis para dar cuenta la que se ve beneficiada al haber podido lograr aislar el mismo
de ello, pero otras líneas quedan en la sombra. La conclusión del el objeto a que permitía articular su fantasma fundamental. Mu-
mandato como AE constituye un punto de capitón que cierra un chas veces puede leerse este deseo del analista tanto en el testi-
trabajo de elaboración sobre estas líneas elegidas por el AE pero monio de los AE como en la clínica de los mismos: en el relato de
abre también, en el apres-coup y en ese periodo que Jacques-Alain casos que presentan. Testimonios, en este sentido, están a veces
Miller ha llamado de ultrapase, a las cuestiones que quedaron en presente durante el mandato de AE, pero como el pase evalúa el
la periferia del testimonio, cuestiones que muchas veces pueden recorrido que va del analizante al analista, esta segunda variable
introducir una dialéctica en los puntos que se han fijado, más o queda de lado. Sobre todo porque los AE están más abocados en
menos, en la elaboración del testimonio. Por ejemplo, el uso que transmitir los resultados a los que sus propios análisis los han
se hace del sinthoma muchas veces puede quedar apartado de los llevado, que a su desempeño como analistas. ¿Por qué no pensar
testimonios, dado que el AE se aboca a transmitir los puntos de en una instancia que recoja testimonios en este sentido, sin tener
ruptura y de reducción de goce al que lo ha conducido el análi- que esperar que el AE hable de su propia clínica, para reconocer
sis. Podemos agregar aquí la variación y el afinamiento del de- allí cómo encama el lugar del analista en los análisis que dirige?
seo del analista que el atravesamiento del fantasma fundamental Podríamos afirmar que este capítulo forma parte del llamado
y el despeje de la modalidad de goce pulsional privilegiada ha ultrapase, casi propiamente dicho ...
permitido, sobre todo -como es a menudo el caso-, cuando el AE Del lado de la Escuela, ¿qué destino sigue el saber producido
practicaba ya el psicoanálisis antes de su nominación. Se podría por los AE? Jacques-Alain Miller lo indica en el prólogo a su úl-
agregar aún a la lista, las variaciones que el análisis y el pase ha timo libro:
introducido en la vida amorosa, ya que los AE -sobre todo hom-
bres-, son bien discretos sobre esta cuestión. Recordemos, con [... ]con el paso del tiempo, se hizo evidente que muy pocas
relación a este punto, que Lacan señalaba ya en su referencia a de estas aportaciones quedaban registradas en el "sentido co-
Michael Balint, en el Seminario 1, cuánto el análisis permite intro- mún" de la Escuela. Recibidos con entusiasmo, los testimo-
ducir modificaciones a nivel del carácter y del amor. nios pronto cayeron en el olvido. 10
El ultrapase toma aquí todo su sentido, ya que este periodo
puede introducir un efecto de apres-coup respecto de la elabora- Hay que subrayar aquí que si el saber producido en el pase in-
ción de saber que el pase ha permitido, que podría a su vez encon- teresa tanto al analista como a la Escuela, este hecho observado
trar en las Escuelas un lugar de inscripción. En el Congreso de la por Jacques-Alain Miller, da cuenta de una falla epistemológica,
AMP de Río en 2016, algunos AE que ya habían finalizado su man- presente en el pase, que concierne al paradigma actual de nues-
dato como tales, pudieron testimoniar de estos efectos en la aper- tro saber en lo tocante a esta experiencia. Quizás los testimonios
tura de las secuencias en las salas simultáneas. Y estos mini-testi- de los AE permiten verificar la doctrina actual del pase, atrave-
monios, reducidos Jlashbacks respecto de la experiencia, fueron de samiento del fantasma, des-ser, atravesamiento del plano de
particular interés. Aclaremos, porque la tentación de prolongar el las identificaciones, para cernir el objeto a que las habitaba, dar
mandato del AE podría leerse aquí, justamente, bajo esta categoría cuenta del nuevo anudamiento real-simbólico-imaginario obte-
flow y confusa del ex-AE, que no existe y no debe existir porque no nido en el análisis, y del consecuente uso del sinthoma que este
tiene pertinencia alguna. De hecho, estos flashbacks a la manera de permite. Es mucho, por cierto. Pero quizás estos resultados del
pequeños relatos "flechas" de retorno a la experiencia, permiten análisis, ciertamente preciosos en cada uno de los testimonios,
abordar un punto preciso que puede encontrar una dialéctica en
el apres-coup del testimonio, algunos años después.
10 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo tenni11a11 los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 16.

160 161
FABIÁN FAJNWAKS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

no consiguen quizás producir un efecto de retomo a la teoría esta perspectiva aplicada al síntoma propio, epistemológico, que
para interrogar algunos de sus conceptos e introducir un juego conlleva el psicoanálisis de no poder cerrars,e en un estatuto fijo,
al interior mismo de la doctrina. Aquí se impone la juventud de estático, definido? Es su oportunidad de poder renovarse de for-
la teoría lacaniana, el hecho de que nos encontramos aún -y por ma indefinida, adaptándose de manera permanente a las nuevas
mucho tiempo todavía-, leyendo a Lacan, tratando de elucidar formas que toma el goce para poder estar a la altura del males-
muchos de sus textos con la inestimable orientación de lectura tar de su épOca, y es allí donde el pase podría aportar un saber
de Jacques-Alain Miller. Este hecho que hace al paradigma ac- acerca de la manera de saber-hacer con estos impasses crecientes
tual del psicoanálisis de orientación lacaniana, para hablar como de la civilización. Para esto hace falta no solo AEs, sino también
Thomas Kuhn, inscribe también al pase en este momento teórico, lectores que en la comunidad de la Escuela sepan interpretar y
explicando, quizás, que por esta razón esta idea que sugiere que llevar hasta sus últimas consecuencias, quiero decir, las doctrina-
pocos de estos testimonios quedaran en el "sentido común" de les, epistemológicas, los resultados obtenidos en el pase.
la Escuela y muchos, pronto, caigan en el olvido. Una ambición
epistemológica que esperara que los testimonios de los AE per-
mitan hacer avanzar al psicoanálisis, iría de algún modo con-
tra lo que Lacan esperaba del pase, como ya lo señalamos: una
transmisión en tomo a los problemas cruciales del psicoanálisis.
Y uno de ellos es ciertamente el estatuto del analista, la dificultad
del ser del psicoanalista -como ya lo hemos señalado-, donde
los testimonios son una pieza fundamental que permiten aportar
cierto esclarecimiento del problema, pero que no lo agotan. Po-
demos extender este problema crucial al conjunto de la teoría, ya
que Lacan escribe en el resumen de su Seminario que esta difi-
cultad se debe a lo que viene a complementar a este ser, es decir,
el síntoma y su "ser de verdad" y "ser de saber", que traduce,
en aquella época, lo que advendrá más tarde bajo la forma de
lo real: lo real de no poder encontrar un significante para decir
lo que es su ser. Este ex-siste y se trata de dar cuenta, de manera
más restringida, del deseo del analista que puede despejarse al
final del recorrido. Pero quizá sea el conjunto de la teoría que se
encuentre concernido por este real, al ser el estatuto mismo del
psicoanálisis el que se encuentra "aplazado" indefinidamente
también, como lo indica Lacan. Digamos que es este el síntoma
mismo del psicoanálisis, el de no poder instituirse como cien-
cia, y de quedar abierto y expuesto a una revisión "indefinida"
y permanente. ¿Y si hiciéramos valer aquí el mismo destino en
que orientamos al síntoma en el análisis, es decir, a no buscar y
a hacerie revelar sus verdades, sino a orientarlo -una vez estas
verdades se encuentran suficientemente agotadas en las "vuel-
tas dichas"-, a hacer uso de él, en la perspectiva del sinthome?
De hacer de esta debilidad del síntoma, su fuerza: ¿Qué sería

162 163
SCUOLA LACANIANA DI PSICOANALISI

El entusiasmo del analista


Marco Focchi

La Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (SLP) nació oficialmen-


te en 2002, pero tuvo una larga gestación en lo que fue el Grupo
Italiano de la Escuela Europea de Psicoanálisis (GISEP) nacido en
1994. Es interesante saber que ya en el GISEP se había iniciado
una experiencia de pase, para la cual dos carteles estaban activos.
Formé parte de uno de estos dos. La experiencia no duró mucho.
Pudimos escuchar algunos testimonios, pudimos discutirlos,
pero el trabajo del cartel pronto se vio interrumpido por la crisis
de 1999, que en Italia fue la larga ola de la crisis que comenzó en
1998 con el Congreso de Barcelona. Recuerdo los temas del deba-
te que siguió a esta crisis y la consiguiente interrupción del pasa-
je: una de las cuestiones principales era que no es posible entrar
en los méritos de un material tan confidencial como el analítico
si no hay una base de confianza mutua y una affectio societatis que
vincule a los miembros de una comunidad.

La confianza
El compromiso con la exposición pública resultante de la ex-
periencia de pase en las Escuelas del AMP pone en primer plano
el problema de la confianza, de la posibilidad de exponerse a una
audiencia que no juzga y que no utiliza el material presentado
con fines políticos. Exponerse, por tanto, en un contexto comuni-
tario protegido se convierte en un aspecto central e inderogable.
Jacques-Alain Miller explicó bien la discrepancia entre la ex-
periencia de pase en la École freudienne, en la que tenía un ca-
rácter extremadamente discreto, íntimo, sin obligaciones de en-

165
MARCO FOCCHI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

señanza, y la experiencia con un carácter de gran resonancia, con tado la experiencia de su análisis. La suposición del pase fue, de
presentaciones repetidas de testimonios ante audiencias muy hecho, la verificación del proceso analítico y su conclusión con
grandes, que ha tenido lugar hasta ahora en la AMP. la producción de un analista. Fue una variación particularmente
Por lo tanto, en Italia escuchamos este problema muy pronto, significativa de la función que el pase realizó en la forma en que
incluso antes del nacimiento del SLP, y creo que esta es también fue concebido inicialmente. Sin embargo, era una variación a te-
la razón por la que pasaron varios años antes de que se pudiera ner en cuenta, y Miller de hecho en 1990 retomó el tema del pase
formar de nuevo un cartel del pase italiano. a la entrada hablando de ello en Madrid. Después de dieciséis
La historia del pase en Italia, sin embargo, comienza inclu- años, la carta a los italianos encontró un nuevo destinatario y una
so antes, cuando Lacan estaba vivo, cuando Lacan dedicó cierta relectura que volvió a poner en juego las directivas.
atención a la posibilidad de dar a luz una Escuela italiana. De
hecho, si nos vamos a la historia remota, el principal texto de
referencia sobre la cuestión del pase es la carta de Lacan a los Los obstáculos de la ideología
italianos en 1974.
Como es bien sabido, estas directivas nunca se aplicaron en
el grupo italiano, y las indicaciones permanecieron entonces sin
Un encuentro con Lacan en Italia seguimiento. Las razones son muchas, pero en particular, pode-
mos decir que, aparte de las incompatibilidades personales, un
Ese año Lacan estaba en Milán para encontrarse con su amigo aspecto estuvo presente en Italia que también tuvo un peso en
Roman Jakobson en un congreso sobre semiótica. En ese momen- momentos posteriores de la historia del psicoanálisis lacaniano:
to aprovechó la oportunidad para reunir a sus tres estudiantes la prevalencia de la política y la ideología.
italianos, que durante mucho tiempo le habían expresado la in- Cada uno de los tres alumnos de Lacan, tenía de hecho su
tención de establecerse localmente como un punto de referencia propio grupo de trabajo, y al menos dos de estos grupos tenían
para su enseñanza. El encuentro tuvo lugar en el Centre cultu- una referencia política en el fondo: uno estaba vinculado al Par-
rel franqais, en una tensa mañana llena de expectativas. Tras la tido Socialista, que se disolvió después de la gran crisis italiana
presentación del director del Centro, Lacan dio una conferencia de 1992; el otro tenía como referente Comunión y Liberación,
-que lamentablemente no quedó grabada-, en la que se dirigió una formación católica fundamentalista fundada en 1954 por
a sus alumnos, los interrogó, incluso los provocó. La reunión ha- Don Luigi Giussani, y todavía muy presente, particularmente en
bía sido precedida por una carta que contenía lo que su título Lombardía, con sólidos centros de poder en las Universidades.
declaraba: "Directivas". La carta contenía las indicaciones que le La prevalencia de la afiliación ideológica sobre la referencia al
parecían necesarias y preliminares para que se pudiera formar psicoanálisis impidió que los grupos unieran fuerzas, y dejó sin
un grupo italiano. Entre estos, se estableció una condición como respuesta las directivas contenidas en la carta de Lacan.
vinculante: que la entrada en el grupo solo podía tener lugar a Esto debe llevarnos a una reflexión precisa sobre la relación
través del pase. No era el modo habitual de acceso que uno tenía entre psicoanálisis y política, y debe marcarnos algunas diferen-
a la École freudienne, donde el pase era más bien algo a lo que cias significativas. Cuando en 2017 Jacques-Alain Miller lanzó el
uno era nominado, y no estaba conectado con la participación compromiso del psicoanálisis en la política, quedó claro que se
como miembro. El pase de entrada fue diseñado por Lacan es- trataba entonces de asegurar que el psicoanálisis pudiera tener
pecíficamente para la situación italiana, para dar una garantía un impacto, a nivel social, mediático y cultural, en orientar el
de que cualquiera que entrara en el grupo entraría, no solo por curso de un desarrollo que hubiera corrido el riesgo de asfixiar
la puerta del trabajador determinado, sino a través de la del aná- el espacio vital en el que puede vivir el psicoanálisis, el espacio
lisis. Es decir, solo podría ingresar alguien que hubiera comple- de la democracia. La relación del psicoanálisis con la política, en

166 167
MARCO FOCCHI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

esta perspectiva, consiste en orientar la dirección de la política, un éxtimo, es el íntimo extranjero, no reconocible a través de un
no en ponerse bajo la bandera de una parte o de un partido. He- criterio. Por esta razón debe ser producido por un trabajo de tes-
mos visto esta modalidad propuesta de nuevo recientemente con timonio en acto. La dificultad en el procedimiento del pase es, de
respecto a la propuesta de ley discutida en Francia sobre la cues- hecho, poder hacer oír el punto de enunciación, más que trans-
tión trans. mitir declaraciones ordenadas en fórmulas.
Sin embargo, este no era el sentido en el que las cosas se to-
maban en otros contextos fuera del Campo freudiano. De hecho,
al mismo tiempo que Miller lanzaba el compromiso del psicoa- El signo del desecho
nálisis en defensa de la democracia, en otra zona lacaniana se es-
tableció una escuela política del Partido Demócrata que lleva el De hecho, si tomamos la carta de Lacan, vemos que el énfasis
nombre de Pasolini bajo la égida de un psicoanalista. Este tipo de está puesto en lo que constituye la condición para que haya ana-
implicación representa exactamente lo contrario del movimien- lista: funciona como analista -escribe- solo el que tiene el deseo
to promovido por Miller, porque subordina el psicoanálisis a la de serlo. Sin embargo, por el hecho mismo de que este deseo le
política, continuando y reviviendo la tendencia de los primeros llega, se encuentra a sí mismo como un desecho de la humani-
alumnos de Lacan que resultó en el bloqueo del desarrollo de la dad. Sabemos, por un lado, que el desecho es para Lacan una
enseñanza de Lacan en Italia durante varios años. connotación del objeto, por lo que es la marca de este que debe
¿Por qué la pertenencia a un grupo condicionada por una sentirse en la experiencia del pase. Están las diferentes travesías
bandera política socava la posibilidad de desarrollo institucional -las "aventuras" dice Lacan- que tuvo el candidato y que le de-
del psicoanálisis? Seguramente, en primer lugar, porque el psi- jaron marca. Este signo debe ser reconocible, y la experiencia de
coanálisis está en este caso subordinado a otros intereses. Pero pase debe ser capaz de identificarlo, pero lo importante es ver
hay otro aspecto. La afiliación política implica la adhesión según que este signo no es un significante. Deberíamos, creo, introducir
la lógica universal, la lógica de para todos. Hay criterios, progra- aquí la diferencia entre significante y letra, que aparece en la en-
mas, objetivos, una bandera a la que debes adherirte para poder señanza de Lacan desde los años 70. La letra no entra en el tipo
decir que perteneces a un partido o para defender una ideología. de operación en la que un significante se articula con otro signifi-
La entrada a través del pase, como bien ha aclarado Miller, im- cante, en la que S1 se refiere a S2 produciendo un efecto de senti-
plica en cambio, una entrada una por una, pone en tela de juicio do. El signo a identificar aquí tiene más bien el carácter de letra,
una lógica de no-todo. De hecho, no existe un criterio preliminar de la marca que marca al objeto, de la escritura en el cuerpo que
para establecer qué es un analista, excepto el de haber hecho un está impresa en las experiencias fundamentales de la vida. Así
análisis. La experiencia del análisis, sin embargo, no conduce a surge ese rasgo indeleble que -una vez que el síntoma se separa
la adquisición de criterios estándar, reconocibles. El trabajo del del sufrimiento, una vez que el síntoma ya no es fuente de dolor
pasador, que habla con el candidato al pase, consiste en trans- porque gracias al análisis ha perdido su violencia semántica, ge-
mitir los elementos que escucha de aquel que presenta el relato, neradora del conflicto neurótico- aparece simplemente como un
pero en el cartel estos elementos se validan o no, de acuerdo con signo de goce.
criterios predefinidos. El cambio de énfasis -hecho por Miller ya
en su primera intervención sobre el pase en Caracas- de la lógi-
ca significativa, con su tendencia a desarrollarse en un análisis Separar la paja del trigo
tendenciosamente infinito, al objeto, que en cambio permite un
punto preciso de detención, va precisamente en esta dirección. El El análisis debe haber hecho de alguna manera que quienes
objeto no presenta ninguna posibilidad de etiquetado automáti- han cruzado la experiencia sientan el signo del rechazo. Sin em-
co, es el íntimo más íntimo, tanto que puede constituirse como bargo, no es suficiente porque Lacan introduce aquí un término

168 169
MARCO FOCCHI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

singular, que uno no esperaría encontrar bajo su pluma. Es el tér- del alma considerándolo un fortalecimiento indebido del asenti-
mino entusiasmo: una vez llegado a la singularidad del propio miento originado por fantasías infundadas, un fuego fatuo que
ser de desecho, el analista debe habemos llevado al entusiasmo, deslumbra pero que no aporta ninguna luz de conocimiento. De-
escribe Lacan, porque sin esto, bien puede haber habido análisis, trás de él están Leibniz, Kant, Diderot y todos los adoradores de
pero no hay rastro de analista. Parece un diagnóstico muy seve- la Diosa Razón. Pero, antes que nada, Platón se pronunció sobre
ro, entonces basado en un término que se refiere a la inspiración, esto, quien considera al entusiasmo una suspensión indebida del
a un estado de exaltación producido por la certeza de poseer lo intelecto a través del cual los poetas son invadidos por el dios,
verdadero o lo bueno. Nos trasladamos entonces a un terreno incapaces de hablar de otra manera. Ya vemos el cuadro que se
muy alejado de las coordenadas del conocimiento; porque, sin dibuja: el entusiasmo es un impulso desmotivado por cualquier
embargo, el analista debe tener que lidiar con el conocimiento. razón, y desmotivado por la Razón. La metafísica occidental lo
Está el conocimiento de la ciencia, que es un conocimiento de la rechaza, aparte de algunas figuras excepcionales, como Giorda-
realidad, y el del analista, que es diferente, pero al mismo tiempo no Bruno, porque no está en las filas, no sigue el logon dídonaí de
debe tener en cuenta el anterior. Pero, ¿cómo? He aquí una de las cadenas deductivas. Y es precisamente aquí donde Lacan nos
las frases de Lacan que no es fácil de traducir: "l'analyste, s'il se lleva, hasta el punto del afloramiento del objeto ab-solutus, de una
vanne du rebut que j'aí dít ...". Es una metáfora agrícola: en la trilla realidad sin ley, de la inexistencia de las relaciones sexuales.
se elige el trigo y se descartan los residuos, la paja. En resumen, Donde se interrumpen las cadenas de la razón, el punto en el
es lo que se dice que separa la paja del trigo. El buen grano se que Freud se encuentra en el callejón sin salida denunciado en
cosecha y se reserva, la paja se tira, es el residuo, el desperdicio. "Análisis terminable e interminable", donde el hombre se retira
En comparación con el conocimiento, recopilado por la ciencia, frente a la castración y la mujer se vacía alrededor del Penisneid,
el analista sigue siendo la paja. Por lo tanto, hay una relación con Lacan busca y encuentra el punto del pase, el punto del pasaje.
el conocimiento, pero en el sentido de que el tamiz lo separa de
él, haciendo de él un desecho. Así como la paja es el desperdicio
de buen trigo, el analista es el rechazo del conocimiento, con res- La salida del duelo y el deseo del analista
pecto al cual viene a dejar de lado. Por lo tanto, es necesario que
tenga en sí misma la red de la articulación de este conocimiento En el curso del análisis, el analista apoyó la posición del objeto
para poder separarlo, para poder dar cuenta del punto en el que para el analizante, entreteniendo su deseo. Por lo tanto, se entien-
falta la escritura de este conocimiento, sacando a relucir la inexis- de cómo en el momento terminal, cuando el conocimiento rodea
tencia de relaciones sexuales. un agujero, es decir, cuando queda claro que ningún objeto com-
Si el conocimiento de la ciencia es un conocimiento referencial pensa la falta, se produce una sensación de pérdida, y que esta
sobre la realidad, el conocimiento psicoanalítico lleva al límite pérdida se siente como un duelo. Tenemos aquí el efecto típico
extremo la función de la apertura convirtiéndola en el contorno que conduce a la posición depresiva del extremo de un análisis,
de un agujero. Donde para la ciencia el conocimiento es una indi- reportado por Lacan en varios escritos, en particular, y con parti-
cación de algo, en el psicoanálisis es un signo de ausencia. cular claridad, en "El atolondradicho". De hecho, escribe allí que
el analista, reducido a un objeto a, persiste, después del desape-
go, en causar el deseo de una manera más bien maníaco-depre-
El entusiasmo y sus detractores siva. Tenemos entonces, la famosa posición depresiva del fin del
análisis descrita inicialmente en la "Proposición del 9 de octubre
Entonces, ¿qué papel juega el entusiasmo en todo esto? El en- de 1967... ". La aclaración que se añade en "El atolondradicho",
tusiasmo siempre ha sido la bestia negra de todos los racionalis- es que no solo es un efecto depresivo, sino maníaco-depresivo.
tas, empiristas, iluministas. Locke arremete contra este impulso Somos muy candentes de las repercusiones maníacas del duelo a

170 171
MARCO FOCCHI

nivel clínico, y Lacan retoma una observación clínica de Michael


Balint cuando describe el efecto de la exultación que se produce SCUOLA LACANIANA DI PSICOANALISI
en un éxito terapéutico al final del duelo.
Por lo tanto, diría que cuando en la carta a los italianos La- Efectos de pase
can introduce esta referencia al entusiasmo, en el fondo está la
experiencia del duelo y el efecto depresivo. El entusiasmo no es Daniela Fornari
entonces ese oscurecimiento de la razón descrito por los filósofos
racionalistas, sino el índice del hecho de que el sujeto ha alcanza-
do una orilla extrema de su experiencia, que ha tocado una meta
más allá de la cual el conocimiento, empujado al límite, habla
solo de una pérdida. Se diferencia así de la opacidad en la que
se nubla la espina inteligente, para presentarse como un índice
Se me pidió, hace algunos años, dar mi disponibilidad para
de la claridad insuperable, donde el agujero en la realidad no se
hacer de passeur. Una llamada telefónica del analista que me
compensa con la idealización del ritual funerario que acompaña
preguntaba si podía dar mi nombre: ¿una nominación? Me lo
al duelo, sino que es un cumplimiento, la caída de todo ideal.
pregunto, en este momento resuena de esta manera. No sé si era
Esto va acompañado del impulso hacia adelante de un deseo ya
usual preguntar, pero fue para mi necesario. Como para otras
no proyectado en busca de un Nephele listo para desaparecer tan
demandas sucesivas, no dije no. He aquí el terror, efecto del "sí".
pronto como uno intente agarrarlo, sino que se pone a disposi-
Un terror invasivo, pero por alguna razón, que hasta hace poco
ción para invertirse como el deseo del analista, de modo que el
tiempo no era clara, respondí afirmativamente, me dejé transpor-
analista pueda ocupar la posición de objeto "para" otro que, a su
tar por la invitación. Después de todo, ¿por qué rechazarla? Era
vez, pueda llevar a cabo su propio análisis con él.
una ocasión que no se podía perder.
TRADUCOÓN: GRAOELA LUCO
La demanda de devenir analista de la Escuela, afirma Lacan,
pasa a través los passeurs,
Todos y cada uno de ellos habrán sido elegidos por un analis-
ta de la Escuela, que pueda responder si están en ese pase o
si han vuelto a él, en suma, todavía ligados al desenlace de su
experiencia personal. 1
No lo entendía, pero era cierto que siempre me sentía como en
la escuela primaria; que todavía estaba tratando de desentrañar
mis problemas era una certeza, una de las pocas que tenía. Sin
embargo, ser hecha partícipe, sin que haya habido una demanda
por mi parte, fue un acto decisivo. Fue una invitación, que tuvo
su efecto recientemente. Una invitación a participar precedía por
mucho la formulación de mi demanda a la Escuela, una invita-
ción a formar parte, a ser testigo de algo indecible, inexplicable,
que ahora lo veo como un gran regalo.

1 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la


Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, pp. 273-274.

172 173
DANIELA FORNARI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Me olvidé de la propuesta, o al menos me comportaba como mía a mi pesar. Escuchar un testimonio era un acto, un acto que,
si me hubiera olvidado, o quizás esperaba que se olvidaran de como tal, comportaba consecuencias, para mí que escuchaba y
mí, hasta la primera llamada telefónica del primer pasante. ¡Y ahí para quien había decidido, elegido contar. No se trataba solo de
estaba de nuevo el terror! pasajes, sueños y movimientos de análisis, sino también de frag-
Me preguntaba cómo podría hacerlo: ¿cómo se hace?, ¿cómo mentos de vida, construcciones subjetivas que eran confiadas y
se puede cargar con semejante responsabilidad?, ¿cómo se puede que debía ci.istodiar con discreción y cuidado. Un pasaje obliga-
narrar un análisis?, ¿por qué me había dejado atrapar? Sí, pensa- do, aunque no obligatorio.
ba que el analista me había tendido una trampa, que quería de- ¿Por qué el testimonio del passant era tan diferente de la es-
cirme algo y había elegido una forma extraña, que me estaba em- cucha que dedicaba a los pacientes en mi consulta? No pensaba
pujando a hacer algo, pero no entendía a dónde quería llevarme. en ello, en ese momento la cuestión no había surgido. Con las
¿Por qué -me preguntaba- los analistas lacanianos tienen que ser preguntas siempre he tenido algunos problemas. Lo distinto no
tan crípticos? Creía, estaba convencida, que habría debido enten- era la forma, cambiaba el propósito, el uso que debía hacer.
der lo que el analista me estaba diciendo con esta invitación, pero No era lo mismo que ir a una sesión de control. Ni siquie-
no lograba captarlo, no lo entendía, y esto me angustiaba muchí- ra era cuestión de tener más o menos responsabilidad, sino que
simo. La angustia tenía que ver con una cuestión escolar: si no lo que estaba llamada a hacer se hacía sentir. Empujaba. Algo
entendía, tenía que esforzarme más, pero ¿cómo? En el colegio la del tiempo volvía. Una escansión temporal creo que es necesa-
frase recurrente era: "podría hacer más". La sensación era la mis- ria. Darse un tiempo y dar tiempo, poder ubicarse a la distancia
ma, me esforzaba, pero no conseguía lo que se esperaba de mí. adecuada para poder captar los puntos esenciales, para permitir
Entendiendo o no, había sido llamada a testimoniar. La pri- que el significante en juego pueda tomar su lugar más allá de las
mera experiencia me dejó exhausta. No fue la única, le siguieron identificaciones, como explicó recientemente Patricia Tassara en
otras tres, dejándome cada vez con un interrogante: ¿qué estaba una conferencia en la Antena de Pisa.
haciendo? Era difícil de entender, era complicado, o al menos lo Otro efecto del desempeño de mi función surgió recientemen-
fue para mí durante mucho tiempo. Conocía el procedimiento, te. Algo emerge como una pieza adicional: la delicadeza, la nece-
no de inmediato, alguien se había olvidado de explicármelo y yo, sidad de ligereza empieza a tomar forma. Un rasgo que debía ser
atravesada por una inhibición que afectaba el lado de la deman- autorizado, un lado ligero con una vertiente delicada, acogedora,
da, no había osado preguntar. si sirve, rastro de un estilo que pudiera sentir posible para mí:
Sabía que la comisión del pase estaría formada por cuatro "con ligereza no significa de manera superficial".
miembros más uno. He "experimentado" dos diferentes, dos es- Mi encargo llegó a su fin, incluso el rol de passeur tiene una
tilos distintos. El estilo, una pieza del puzzle. No lograba aclarar duración. Después de los testimonios quedaba algo, algo no di-
mi posición. No sé si tengo una respuesta a esta cuestión, lo que cho, una necesidad de relato diferente que ahora capto y que me
queda es el precioso legado de esta experiencia, en sus efectos su- permite abordar sin reservas, sin vacilaciones (¡otro efecto inédi-
cesivos. Escansiones, en las que el tiempo era siempre percibido to!) la posibilidad de escribir algo al respecto. Desde que me sen-
como un tirano, nunca suficiente, frente al cual la sensación era té en esas sillas incandescentes, en presencia del cartel del pase,
siempre de retraso, puede ahora adquirir una dimensión diferen- muchas veces he pensado que habría querido decir algo sobre
te: ritmos dictados por la posibilidad y menos por el deber, escan- esa experiencia, pero a menudo me han detenido: mejor no ex-
siones que siguen un tiempo subjetivo, lógico, menos normativo. ponerse, hay que proteger a los passeurs, no se puede decir, nadie
En los testimonios era como tener que hacer con un imposi- lo ha hecho nunca. Y puntualmente renunciaba.
ble, algo que no podía ser dicho sino con las palabras de aquellos ¿Qué escribir? ¿Qué se puede decir de una experiencia que
que me las habían dejado en custodia, junto con las escansiones, tiene que ver con el contacto absoluto con la particularidad sub-
también detalles de vida. Posición singular y delicada, que asu- jetiva?

174 175
DANIELA FORNARI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

La necesidad de poner negro sobre blanco algo de esa expe- que, año tras año, empezó a ser percibido en su efecto disonante,
riencia era fuerte, poderlo hacer es un gran don. Se trata de po- no conforme al modo en que yo quería ser, incluso en relación
der decir algo, testimoniar de algunos efectos, de los efectos que con el psicoanálisis. ¿Por qué debía pelear con el psicoanálisis?
esta experiencia ha determinado. ¿Qué hacía la relación con el saber tan difícil, hasta el punto de
El primero fue poder pensar en pedir la entrada como miem- hacerme enojar, hasta el punto de deber alejarme para luego vol-
bro. Pensé que después de todo ya estaba haciendo algo, en y ver? ·
para la Escuela, aunque si todavía no estuviera claro qué era la Estos movimientos de ida y vuelta, de distanciamiento y re-
Escuela. Pedí y me respondieron, llamé y me abrieron. ¿Qué es la conexión, se hicieron cada vez más insoportables, si bien fue-
Escuela si no es un lugar donde se enseña? El significante Escue- ron necesarios para poder tomar las distancias adecuadas, para
la reactivaba algo de lo escolar, siempre angustioso, reenviaba permitirme volver. Quería quedarme, no sabía cómo. Más me
a distintos lugares en los que circula un saber y donde hay que acercaba, más estudiaba y más la angustia se hacía sentir, más la
aprender, hay que adquirir conocimiento, hay que tomar apren- relación con el saber, un saber que todavía se leía en la vertiente
dizajes. Nadie me había explicado nunca cómo hacerlo. Entrar universitaria, me hacía desistir. A menudo llegaba al punto de
en contacto con la Escuela fue enigmático. Un lugar que se lla- querer rendirme: "¡Nunca lo conseguiré!". Pero, así como las olas
ma Escuela, donde no se enseña, pero se aprende; donde no se alejan, a veces conducen de vuelta a la orilla. Cada crisis, cada
adquiere un saber, pero este circula; donde no se hace alarde de fracaso, llevaba a un progreso, siempre había, al final, un efec-
saber, pero se intenta transmitirlo. Esto creaba confusión, pero no to de reactivación. La falta de claridad era lo que me guiaba en
haber renunciado a comprenderlo fue otro efecto. esa búsqueda, sintiéndome a veces como Alicia, desconcertada,
Por el papel de testigo que era llamada a desempeñar, se a veces como Dorothy en el camino de baldosas amarillas: no po-
había desarrollado inconscientemente un aspecto jurídico: era día saber de antemano qué camino tomaría, cómo lo encontraría,
como haber asistido a algo, haber estado presente en un evento pero esa era la dirección.
del que debía informar, como si estuviera sentada en el banco En este replanteamiento, a menudo volvía a recorrer las es-
de los testigos, como si estuviera participando en un juicio y me cansiones de los passants, lo que había mantenido vivo, en ellos,
hubiera encontrado en el estrado, con la idea de que, si cometía el deseo, de manera singular y única, hacía más difícil la renun-
algún error, acabaría metida en problemas. "Desde dónde podría cia: se trataba de seguir esa pequeña llama, imagen propuesta de
entonces esperarse un testimonio justo sobre el que franquea ese la que tomaba algo, que debía ser mantenida encendida, de algu-
pase, si no de otro que, al igual que él, todavía lo es, este pase" .2 na manera tenía que protegerla, porque sentía que una pequeña
No entendía, inmersa en esta extraña práctica, el significado ráfaga de viento podría haberla apagado para siempre. Podría
de lo que me había prestado a hacer, pero no me eché atrás y creo haber aniquilado el deseo, o al menos eso era lo que percibía en
que hoy, aprés-coup, puedo decir que, sin esta experiencia, no se- algunas ocasiones. Pensaba y repensaba en ese significante "lla-
ría capaz de entender muchas cosas. ma", fue un faro para mí, una luz, un fuego fatuo en la oscuridad
No solo eso, las sesiones de análisis, los controles, el estudio, de la noche. Cada vez cedía menos en mi deseo y me acercaba
la escucha de Jornadas y mucho más, unidos a mi posición de más a captar, tal vez, lo que se llama el deseo del analista: ¡qué
miembro, permitieron que algo pudiera asentarse. Mi deseo, que cosa tan extraña es este deseo! De alguna manera, haber escucha-
debía ser relanzado puntualmente, se hizo más sólido y hacía do esos testimonios había permitido que algo se insinuara, que
menos barrera. se fijara un punto, aunque fuera uno solo, impidiendo alla maglia
Siempre me peleé con el psicoanálisis, y eso se reflejaba tam- di sciogliersi.
bién en un cierto lado agresivo que surgía de tanto en tanto pero Últimamente algo se ha precipitado, ha tenido el efecto de un
despertar, de una epifanía, se ha creado algo nuevo. Hay deseo
de saber, un deseo de entender y un deseo de transmitir.
2 Ibfd., p. 273.

176 177
DANIELA FORNARI

La Escuela es un lugar no lugar, donde no hay un ideal a se-


guir, hay un sitio, un sitio desde el que se es llamado a respon- NUEVA ESCUELA LACANIANA DEL CAMPO FREUDIANO
der, con el propio estilo, porque se ha pedido entrar. Un lugar
inusual, un lugar que se deja vacío, que no es la nada, el lugar Esguince del pase con el poder
que es el que ocupa el más uno del cartel del pase, que relanza,
pero que permite que algo pueda sedimentarse. María Cristina Giralda
No hay garantía, el Otro no existe: poder participar, a partir
del encuentro con el passe, de hecho desde el final, como sucede a
menudo, ha permitido que no fueran solo eslogan, sino el cami-
no no trazado a trazar.
El último efecto fue percibir el vacío como desangustiante, lo
que inesperadamente ha abierto a una posibilidad de escritura,
negada durante mucho tiempo, dado que la ausencia de garantía
determina, por el contrario, una posibilidad única. Una enseñanza real
TRADUCOÓN: MARTA SERRA FREDIANI Elijo la vertiente del pase como lugar de lo inverosímil, en
tanto es la que de mejor manera hace inconsistir mi elaboración¡
condición para una formación que, al no tener fin, se causa en
un saber agujereado, no-todo, que cuenta en la transferencia con
la suposición y a la vez con el consentimiento a la de-suposición
de ese saber para poder, en un mismo movimiento y en posición
analizante, enseñar y formarse con otros en la Escuela. Fue mi
manera de ir más allá del efecto de afecto que había instalado
en la resonancia afectiva la puesta en sentido de la transmisión
de los AEs de la Escuela Una que eran invitados a la NEL, y que
re-cubría con otro velo fantasmático la marca del estilo sinthomá-
tico de cada Analista de la Escuela para arreglársela con lo real.
El obstáculo que representaba para la transmisión de los AEs esta
forma de relación con los testimonios en la NEL y el estatuto del
acto que tiene una nominación para el pasante y para la Escuela
devmo en pregunta: ¿cómo servirse de la discontinuidad produ-
cida por la primera nominación de un AE en la NEL para pasar de
ahí y hacer escuchar otra cosa? ¿Cómo hacer inconsistir al Otro
del sentido y atravesar cada vez los semblantes sobre lo real en
juego? No hacerlo, era consentir a desperdiciar, en el reino del
sentido gozado que le da valor a un testimonio por el afecto que
produce, las nominaciones de los AE de la Escuela Una en la NEL.
A diferencia de ello, cada AE, desde su soledad sinthomática, hizo
de la nominación un acto con consecuencias, lo que está del lado
del pase como apuesta y opera en la discontinuidad de un antes
y un después para el pasante y para la Escuela.

178 179
MARÍA CRISTINA GIRALDO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

El acontecimiento en las I Enseñanzas del pase de la Escuela Una En lo que no hay que ceder es en lo que produce la diferen-
en la NEL, realizadas en Bogotá, el 6 y 7 de abril de 2019, 1 fue el cia radical entre acto y poder, lo cual supone forzar el horror a
consentimiento de la NEL a la práctica del pase en una coordena- las consecuencias y está del lado, en cada impasse, de la Escuela
da distinta. Ese aplauso inolvidable que puso de pie a los inte- como experiencia inaugural que, si bien requiere de la institu-
grantes de la Escuela ya no era la expresión del efecto de afecto, ción, es éxtima a lo que vuelve al mismo lugar en ella: la buro-
sino la puesta en acto en la NEL de un paso lógico causado entre cracia, los funcionamientos grupales, las castas ... ¿No son estas
varios que, sin ceder ante los impasses, abría el camino a una en- algunas de las formas de restituir a un Otro consistente?
señanza real, como decía Lacan,2 lo que le confiere dignidad a que
lo vivo del testimonio y de la enseñanza de cada AE se transfiera
a la Escuela, pueda hacerse legible y operar, con la transferencia
al pase, del lado de la causa. El binario pase-garantía
Mi propósito es orientarme por el carácter paradojal de lo
que Lacan esperaba del pase, lógica que presenta Jacques-Alain Un interrogante en respuesta a un problema que se presentó en
Miller en su investigación,3 porque hace marca diferencial de la la Escuela fue ¿cómo no darle consistencia a la posición de algunos
Escuela y de la formación del analista en la orientación lacania- AMES, afortunadamente pocos, que hacían del saber epistémico y
na: la conversión en el fin de análisis del deseo en un saber, un de la experiencia en la práctica una forma de poder y de prestigio,
agujero a bordear cada vez en el anudamiento singular entre la en oposición al pase y en servidumbre a funcionamientos grupa-
experiencia de análisis, la relación singular con la causa analítica les que giraban en tomo a sí mismos en calidad de S1? Mantener
y la experiencia de Escuela. Lo inverosímil de la fundación de la abierto el agujero "no hay el analista" indica que el analista siem-
Escuela de Lacan pasa por su elucidación sobre el fin de análisis, pre es supuesto y que "no se autoriza sino a sí mismo" .4 Devenir
esa torsión inédita que anota Miller del fin de análisis a partir analista de la propia experiencia de análisis, en posición analizan-
de la entrada en análisis, la redefinición de la práctica analítica te, como afirma Miller,5 produce una discontinuidad, en tanto no
en términos de acto, y este como lo que permite aislar lo real en se trata del ser ni de la identificación, y esto es amenazante para
juego en la formación analítica. unos, pero está del lado de la causa para muchos otros. Recibí el
El título de este texto no puede tener otra marca que lo in- título de AME poco tiempo después de presentarme al dispositivo
verosímil, lo increíble, aquello que me empujó al pase, mi del pase y sin que supiera aún si sería o no nominada AE de la Es-
sintlwme, el esguince incurable entre la verdad y el sentido con cuela Una. Una parte de mi enseñanza tomó esta vertiente, la mis-
Un real, Un esguince en la voz. Con ese aparato lógico, la disyun- ma derivó del anudamiento de los dos títulos, de la paradoja de
ción entre pase y poder orientó mis maniobras con lo real en jue- esas dos formas de la garantía, la dada y la demandada, como las
go y atraviesa esta elaboración sostenida en un interrogante: ¿no presenta Miller en El banquete de los analistas. 6 Me serví del Ya-na-
es la articulación imposible pase-poder, en lugar de hacer existir die, del deser, del S(.A) para mantener abierto, en mi experiencia
la antinomia, la que produce disfuncionamientos en el dispositi- de Escuela y en mi enseñanza, el agujero de la inexistencia del
vo y dificultades en la práctica del pase? analista en ese nudo inverosímil que es el binario pase-garantía.

4 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la


Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 261.
1 Primer testimonio de Alejandro Reinoso en la NEL, segundo de Raquel Cors Ulloa
5 Miller, J.-A., "Cómo se deviene psicoanalista en los inicios del siglo XXI, Perspecti-
y último testimonio de María Cristina Giraldo.
vas de política lacaniana (segunda intervención)", El psicoana1isis en el siglo XXI, NEO
2 Miller, J.-A., (1997-1998) Política lacaniana, Buenos Aires, Colección Diva, 2017, p. 31. ediciones, España, 2022.
3 Miller, J.-A., Cómo tenninan los análisis. Paradojas del pase, Navarin éditeur-Grama 6 Miller, J.-A., (1989-1990) El banquete de los analistas, Paidós, Buenos Aires, 2000,
ediciones, Buenos Aires, 2022. p.242.

180 181
MARÍA CRISTINA GIRALDO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

La permanencia del título AME constituye una paradoja: estar los AEs de la Escuela Una en la política, la episteme y la clínica
siempre en potencia de pruebas. Por tanto, al menos para mí, ese del pase. Una invención inicial en la NEL cumplió con esa función:
nombramiento ni es un punto de llegada ni es una insignia, sino una instancia en la lógica del cartel, que no constituyó comisión
un título con agujero. Hago resonar a Lacan: "Poco le importa alguna, ni tuvo ninguna función decisoria, ni consultiva, pero
una garantía que mi Escuela le da sin duda bajo la cifra irónica que encontró la mejor manera de mediar en la transferencia al
de AME. No es con eso con lo que él opera" .7 pase en la Escuela. La Escuela responde cada vez a lo que consi-
Si el AME consiente a los principios de la política lacaniana, no dera que conviene como soporte transferencia!. A partir del 2016,
puede jugar ni en el interior de la Escuela ni ante el Otro social con han sido nominados cinco miembros de la NEL como AES de la Es-
las cartas de los dos discursos, el del amo y el analítico; está exigi- cuela Una: María Cristina Giralda (2016-2019), Raquel Cors Ulloa
do a elegir una y a pagar el precio. Considero que si la Escuela se (2018-2021), Alejandro Reinoso (2018-2021) y, actualmente en fun-
orienta por el S(.A) y por el no-todo que introduce la lógica femeni- ciones, Paola Comú (2020-2023) y Marcela Almanza (2021-2024).
na en la experiencia de Escuela, contribuye con su inconsistencia a La nominación o no de un Analista de la Escuela (AE) tiene
la formación permanente del AME, a un afortunado "no creérselo el estatuto de un acto analítico, y, por ello, la respuesta que da
tanto, para poder operar", que agujerea el título en la doble ver- el Cartel del pase a la demanda del pasante no es sin consecuen-
tiente de infatuación y creencia, y muestra, en el poder operar, cias, tanto para el pasante como para la Escuela.
algo que no es del orden del amo, sino que está del lado de los Es una apuesta por parte de los integrantes del dispositivo -
arreglos con lo imposible. Maniobrar con la orientación que sepa- miembros del cartel, pasadores, Secretariado del pase-. Por parte
ra verdad y sentido de real, en la política del pase, -que diferencia del pasante implica consentir al no, si no es nominado, tanto como
el paso de analizante a analista de la formación profesional, en la saber sostener el sí, sin garantías y expuesto a la contingencia. Si
práctica y el acto- constituye una de las diferencias esenciales de bien el objeto esencial a ser investigado es el paso de analizante al
la Escuela de Lacan con una sociedad profesional identitaria. analista en la lógica de la propia experiencia de análisis, esa sub-
versión lacaniana -pase y acto- hace inconsistir las formas de po-
der en el interior de la Escuela, en tanto el pase para Lacan -nos lo
Pase y acto recuerda Miller- "exige del psicoanalista que tenga a bien 'creer
en el inconsciente para reclutarse', hasta el punto de reducir su
Un interrogante importante es cómo la Escuela puede en- formación a las formaciones del inconsciente" .9 Es de esa posición
contrar la manera que conviene, cada vez, de ser soporte de la que deviene el lugar de lo inverosímil del pase: el acontecimiento
transferencia para los AEs de la Escuela Una. En la orientación de increíble e incomparable que es transmisible en el testimonio y
Miller: "Nombrarlos Analista de la Escuela es proponerles la Es- en la enseñanza, si la Escuela-sujeto consiente a dejarse enseñar
cuela como soporte de la transferencia, la Escuela en tanto esta por eso nuevo, y logra hacer legible y maniobrar con aquello que
quiere ser sujeto, sujeto supuesto saber". 8 Estamos en un instante conmueve la inercia de lo que vuelve al mismo lugar.
de ver en el que la NEL no tiene aún el procedimiento del pase, Consentimos, al ser miembros de la Escuela de Lacan, a hacer
pero ello no nos dispensa de poner en acto, en tanto Escuela-su- valer las consecuencias de su acto inaugural al fundar la Escuela
jeto mediadora de la transferencia, cómo conviene que ella sea "solo como lo estuve siempre en mi relación con la causa analí-
partenaire-transferencial de los testimonios y de las enseñanzas de tica ... ",10 y a orientamos por su enseñanza en su pasar y seguir

7 Lacan, J., (1973) "Nota italiana", Otros escritos, óp. cit., p. 327. [Las cursivas son del 9 Miller, J.-A., "Introducción a las paradojas del pase", Cómo tenninan los análisis. Pa-
autor]. radojas del pase, Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 33.
8 Miller, J.-A., "Cómo se deviene psicoanalista en los inicios del siglo XXI ... ", El psico- 10 Lacan, J., (1967) "Discurso en la Escuela Freudiana de París", Otros escritos, óp.
análisis en el siglo XXI, óp. cit., p. 22. cit., p. 281.

182 183
MARÍA CRISTINA GIRALDO

pasando el pase, con la confianza en la dignidad de la Escuela y


en el pase que demuestra su potencia y fecundidad, aun en sus ESCOLA BRASILEIRA DE PSICANÁLISE
disfuncionamientos y dificultades. La Escuela no es sin el pase.
Puntos de viraje en la doctrina del pase
Angelina Harari

Jacques Lacan no se detuvo frente a lo que él mismo nombró


como un "fracaso" de su primera "Proposición ... " sobre el pase¡
allí reside para nosotros el interés del "Prefacio a la edición ingle-
sa del Seminario 11".1 Este texto muestra que no cesó de perseve-
rar en su investigación acerca del fin de análisis, siempre amarra-
do a su práctica, pues recibió a sus analizantes hasta el final de su
vida. Cuarenta años después de su muerte, aún nos inclinamos
sobre los resultados de sus treinta años de práctica analítica, ex-
periencia de la cual extrajo el material de su enseñanza.

Un cierto saber de pase


El "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11 "2
Bajo este título escribí un texto sobre el pase publicado en la
época de la celebración de los 30 años de la muerte de Lacan en
2011, trazando la vía de una relectura del pase a la luz del último
artículo de los Otros escritos. Continuaremos el primer texto so-
bre el pase introduciendo la actualidad del pase en la EBP y en la
AMP en este Lacan, 40 años después.
La política de la AMP relativa al pase en las Escuelas del Cam-
po freudiano siempre fue una política que tuvo como objetivo
efectuar una transferencia de tecnología, transferencia de tec-
nología en psicoanálisis que instalaría el pase en las Escuelas.
Y que "la transferencia de tecnología no va sin la transferencia

1 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos, Pai-
dós, Buenos Aires, 2012, p. 599.
2 Texto publicado parcialmente en Revue de la Cause freudienne, nº 79, pp. 183-186.

184 185
ANGELINA HARARI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

de deseo". 3 Esto sucede sin precipitación por parte de los agen- El psicoana1isis solo se escribe al barrar El
tes del procedimiento de instalación del dispositivo del pase.
Jacques-Alain Miller se refiere a la credibilidad en la operación Volviendo al texto último de los Otros escritos, nos revela tam-
de transferencia de tecnología, las Escuelas y sus agentes locales bién la pasión de Jacques Lacan por escudriñar la posición feme-
pasan por un análisis sobre la autenticidad en la recepción de la nina, a punto tal que terminará por escribir el materna que nos
tecnología. Es un factor de cálculo a ser analizado de tiempo en legó. Llevar adelante su sueño lo más lejos posible, más lejos que
tiempo, no hay a priori. Freud, da testimonio de una posición subjetiva determinada, la
La idea de transferencia de tecnología fue enunciada en el suya, que lo condujo a confrontarse con "lo insoportable de la
contexto del pase en la EBP a fines del año 2000; los carteles del pregunta femenina para un hombre". 4 Una de las complicacio-
pase decidían sobre el pase a la entrada y no sobre el pase conclu- nes de tal confrontación es que "la posición del analista es por
sivo. Y fue enunciada para ejemplificar que no había que poner excelencia una posición femenina" .5 De hecho, "no hay más El
"el carro delante del caballo". Debatir con los responsables de la psicoanalista, de lo que hay La mujer. Hay apenas psicoanalistas,
EBP fue la propuesta hecha antes de la suspensión del pase a la a ser tomados uno por uno en el procedimiento de pase".6
entrada a lo largo del año 2000.
Un momento fecundo del debate entre AMP y EBP sucedió en
Comandatuba, al término del IV Congreso de la AMP, en 2004. De la proposición al informe
Estaba convencida que había llegado el momento de que Brasil
contara con un dispositivo de pase final, imprescindible para que Así, este texto, el último del volumen de los Otros escritos, tal
la EBP llegue al Congreso de Roma cuyo tema era "Los nombres como Jacques-Alain Miller lo concibió en 2001,7 nos enseña sobre
del padre", y poder cuestionar, pluralizar, El Nombre-del-Padre. la nominación del analista de la Escuela, el AE, de modo discreto,
El pase final fue validado en la EBP en 2005, con la transferen- pero tal vez más seguramente que la "Proposición del 9 de octu-
cia de tecnología a un cartel del pase final, formado por cuatro bre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela".
AE y teniendo como más-uno a la entonces Presidente de la AMP, Se trata, nos dice Miller, de algo del orden de un "informe" de
Graciela Brodsky. La experiencia, no obstante, comenzó efectiva- la experiencia del pase, una vez lanzada la "Proposición ... ", en
mente en 2006, con el establecimiento de la lista de pasadores y que la atención se focaliza entre represión y transferencia, para
la llegada de las primeras demandas a la secretaría. reconocer un estatuto transferencia! del inconsciente, y constatar,
Entre la suspensión del pase a la entrada (2000) y la valida- a favor deladvenirniento del fin, y bajo la égida de una innegable
ción del cartel del pase final (2005), un disfuncionamiento del satisfacción, que ese estatuto cambió y se tomó real.
secretariado comenzó a producirse en el dispositivo por falta de Todavía, y porque la enseñanza contenida en este último es-
permutación. Pudo ser subsanada luego del Colegio del pase, crito se prolonga en la "orientación lacaniana", debemos regis-
realizado en 2016. Las recomendaciones del Colegio apuntaron trar que la transferencia nos abra otra perspectiva sobre el in-
a la creación de un cartel del pase ampliado, con la inclusión de consciente real: "como exterior al sujeto supuesto saber, exterior
un secretario que acumularía la función de miembro del cartel y
secretario. La secretaría del pase pasó a permutación junto con
el cartel, abandonando una cristalización en tomo a la lógica del
grupo. 4 Laurent, E., "Lacan analizante", Bitácora Lacaniana, nº 8, Grama ediciones, Buenos
Aires, septiembre 2019, p. 5.
5 Miller, J.-A., "Cómo se deviene psicoanalista en Jos inicios del siglo XXI, Perspecti-
vas de política lacaniana (segunda intervención)", El psicoana1isis en el siglo XXI, NEO
ediciones, España, 2022, p. 27..
3 Miller, J.-A., Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, Navarin éditeurs-Grama 6Ibfd.
ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 317. 7 Miller, J.-A., (2000-2001) El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 362.

186 187
ANGELINA HARARI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

a la máquina significante que produce sentido". 8 Lacan sitúa esa Pero ese deslizamiento del hecho del pase a la ficción del
perspectiva en el lugar en que se produce una disyunción entre pase encuentra su fundamento en una proposición -esta vez de
el inconsciente y la interpretación. 9 J.-A. Miller- sobre los dos regímenes del pase, distintos confor-
me los ordenamos en relación al saber o a la verdad, pues este
AE, "profesión recién-llegada" último escrito evoca más una experiencia de satisfacción que una
demostración de saber.
Como buena lógica lacaniana, era preciso someter esta profe- Así, el pase del sínthoma resulta más de lo vivenciado en la
sión, recién-llegada en la historia, a la prueba de verdad con la experiencia que de la idea de la "Proposición ... ", y el legado
cual sueña la función dicha inconsciente. Es así como Lacan hace del "Prefacio ... ", es proveniente de los últimos desarrollos de la
aparecer el pase en este último escrito: como un espejismo, un enseñanza de Lacan, particularmente a partir del Seminario
espejismo de la verdad, ciertamente, pero que no es menos men- El sinthome, en que se elabora la doctrina de los nudos.
tirosa en relación con el goce imposible de negativizar. 10 Si el pase en la EBP fue efectivamente un fracaso en términos
Lo cito: de elaboración de saber, podemos poner en la cuenta de la ECF un
cierto forzamiento en el sentido en que el saber del pase fue allí
El espejismo de la verdad, de la cual solo se puede esperar
puesto a prueba con una obligación atribuida a los AEs (Analistas
la mentira, [... ] no tiene otro lúnite sino la satisfacción que
marca el fin de análisis.U de la Escuela) y a los miembros del jurado de producir y enseñar.
Sin embargo, el fracaso no detuvo a Lacan y sus alumnos no re-
La experiencia del pase nos muestra que hay un más allá de la nunciaron a él; la experiencia prosigue en la ECF y en otras Escue-
metamorfosis, y que no se modifica; fue lo que Lacan marcó con las de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la AMP, donde la
el nombre de sínthoma: el ser de goce que permanece rebelde al enseñanza del pase en curso continúa produciendo efectos sobre
saber. La relación entre el goce y el sentido no se presta a un los analistas. Recientemente vimos confirmarse lo que podemos
atravesamiento, resta "un goce opaco, que excluye el sentido" .12 llamar política de la enunciación analizante, tal como se inscribe
El último de los Otros escritos de Lacan, por lo tanto, coloca en la continuidad del legado particular que constituye este últi-
mayor acento mo texto de los Otros escritos.
El inconsciente real nomina; frente a eso, la ficción se toma
[... ]sobre la verdad que sobre el saber, y aun sobre la verdad
mentirosa, o sea, sobre la ficción del pase, en tanto antes [... ] verdad mentirosa; una tesis radical se deduce de esto: "[ ... ] lo
el pase aparecía más como un hecho. 13 real es lo excluido del sentido, inclusive del "sentido gozado".
Esta tesis discutida en su última enseñanza oral, no fue retomada
Esta expresión fue marcada como tema del coloquio que tuvo por Lacan en ninguno de sus escritos: confiere a esa colección su
lugar en Strasbourg en diciembre de 1993: "El pase, hecho o fic- punto de fuga", 15 nos dice Miller.
ción" .14 Lacan concibió y quiso que la nominación de AE se produz-
ca fuera de cualquier evaluación de un recorrido institucional y
profesional -para el reconocimiento de este último, inventó otro
8 Miller, J.-A., (2006-2007) El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 9.
título, el de AME, Analista Miembro de la Escuela.
9 Ibíd.
10 Miller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 254.
Si fuese preciso poner esta profesión de AE, recién-llegada en
11 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición irlglesa del Semirlario 11", Otros escritos, óp.
la historia, la prueba del espejismo de la verdad, no sería el caso
cit., p. 600. de demostrar un saber proveniente de la experiencia con otros,
12 Miller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analtticas, óp. cit., p. 247.
13 Miller, J.-A. Opr;íio Lacaniana 59, "Haveria passe ?", 2011, p. 68.
14 Miller, J.-A., "El pase, hecho o ficción", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, 15 Lacan, J., (2001) "Prólogo" de Jacques-Alairl Miller, Otros escritos, Paidós, Buenos
óp. cit., pp. 271-272. Aires, 2012, p. 15.

188 189
T
ANGELINA HARARI

sino de hacerlo a partir de un punto de satisfacción singular. Es


por eso que el procedimiento no se impone a todos. Para Lacan, ESCUELA DE LA ORIENTACIÓN LACANIANA
no hay "todos hay solo "dispersos descabalados11 . Así escribe
11

El pase, entre la práctica y el etcétera


,

lógicamente: "Lo dejé a disposición de aquellos que se arriesgan


a testimoniar de la mejor manera posible sobre la verdad menti-
rosa11 .16 Irene Kuperwajs
TRADUCOÓN: MARITA SALGADO

Escribo sobre "La práctica del pase, en las Escuelas del Cam-
po freudiano 11 empapada por la experiencia que transito en el
dispositivo de la EOL desde el 2012, primero como pasadora, lue-
go como AE (2019-2022) y actual miembro del cartel Hll (2021-
2022), pero también por mi gusto por el pase que me condujo a
realizar algunas investigaciones. 1
Este_diamante que anuda clínica, política y episteme en el psi-
coanálisis de orientación lacaniana no deja de ser pulido. Escuela
y pase se trenzan, seducen, perturban.
No conviene hacer oídos sordos al más pequeño ruido que el
pase presente. La AMP lo escuchó y la reciente "Cita con el pase 11

le hizo lugar a sus disfuncionamientos. 2


La Escuela se funda y gira sobre un vacío, no hay definición
posible de lo que es un analista. No se trata de "practicar la doc-
trina11 sino de una exploración sobre ¿qué se termina?, ¿cómo se
termina?, basada en la transmisión de una experiencia analítica
llevada hasta el final y la producción del analista.
Al final de la experiencia se produce un real como imposible
y sus consecuencias; una de ellas es la escritura del discurso del
analista.
Estamos advertidos de fa paradoja señalada por Miller de que
el psicoanálisis tiene como perspectiva a lo real separado del sen-
tido, pero nuestra práctica se sostiene en esa conexión. La prác-
tica del pase se reconfiguró sobre esta disyunción real-sentido y
dio lugar al pasaje del "pase matema11, ese que pretendía absor-

1 Kuperwajs, I., El pase, antes del pase ... y después, Grama ediciones, Buenos Aires,
2019.
16 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa do Seminario 11", Otros esc1itos, óp. 2 El Rendez-vous avec la passe tuvo lugar en la Maison de la Mutualité, en París el 19 de
cit., p. 601. marzo de 2022.

190 191
IRENE KUPERWAJS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

ber lo indecible, al "pase hystorización", que apunta a poder testi- No se trata solo de ficciones y semblantes sino también de lo
moniar sobre la manera en la que cada uno advierte su embrollo real del goce en juego y la fijación. El testimonio del pasante es
con la "verdad mentirosa" 3 y localiza allí una nueva satisfacción. una fixión que tiene que convencer a los pasadores, al cartel y
En el texto "El silencio de los pasadores"4 Miller plantea el también a la comunidad.8
pase como una experiencia de saber y se interroga a dónde está No se sabe de antemano cómo testimoniar, se inventa un es-
el saber. ¿Quién lo recibe? ¿Quién lo elabora? Podemos leer ahí tilo en el andar. Se extrae y articula de su análisis lo más propio,
una distinción muy precisa de las funciones de aquellos que par- no es la pura repetición ni el mero relato de la experiencia en
ticipan del dispositivo, y nos permite a la vez preguntamos por clave literaria. El pase hystorización escribe una historia a partir
su valor de uso. de la experiencia de alguien que se encuentra al final del análisis
Señala que el pasador transmite, el pasante testimonia, el AE con ciertos trozos de real alrededor de los cuales giró su vida. Lo
enseña, y el Cartel elabora y rinde cuentas. Me interesó el bino- interesante y paradójico es que no hay otro modo de narrarlo que
mio testimoniar-enseñar. por medio de los semblantes y la verdad mentirosa.
Creo que los más logrados no son sin el pasaje por la lógica
que intenta demostrar el franqueamiento del fantasma funda-
El pasante testimonia mental.
¿Qué quiere decir testimoniar en el pase? El testimoniar que- Que no se haga por escrito no es un detalle menor, implica
preservar el malentendido de !alengua. En enero de 1978,9 meses
da del lado del pasaje por el dispositivo en el "testimonio" dado
a los pasadores, así lo plantea Lacan en su "Proposición ... " .5 Tes- antes de afirmar que el "pase es un verdadero fracaso", Lacan
timonio viene de testis, "siempre se testimonia sobre los propios propone que tal v,ez el pase podría hacerse por escrito. Llegó a
cojones". 6 En lunfardo se dice "poner huevos" o "poner toda la sugerirlo pensando en una chance de estar más cerca de lo real
carne al asador". No hay dudas, testimoniar implica jugarse el que lo que se obt.enía en ese momento. Pero esto no prosperó.
Miller apunta que las "notas" que a veces puede traer el pa-
pellejo, el pasante paga un precio.
Se trata de un testimonio indirecto que mantiene la estructura sante invaden el dispositivo. Todos toman notas de las notas, na-
de la dritte person, por eso Lacan se refiere al pase como Witz. El die quiere perder nada y se convierten en un "veneno" que exilia
pasante le habla a los pasadores que a su vez transmiten al cartel. la palabra del pase. Pero ojo, también sitúa una preocupación
No se trata de una narración de la vida, aunque a veces ocurre en ese pasaje del saber supuesto al saber expuesto, y una lógica
en la práctica el deslizamiento a la autobiografía. Se trata de dar que precisa pasar por la escritura. El antídoto sería decir NO a
pruebas de lo que obtuvo en su experiencia por haber terminado las notas para preservar la sorpresa y el Witz. Es impactante leer
ya en 1994 la preocupación de si no estaremos necesitando de la
el análisis, y del pasaje al lugar del analista, del hallazgo "in-
creíble" y singular que lo llevó al pase. Pero, además, tiene que "contraexperiencia del pase" .10
¡El testimonio no se pretende completo! No existe el "pase
lograr "hacer de su propio análisis un[ ... ] agalma" 7 soportado en
perfecto". Justamente se trata de que haya agujeros para que
el saber supuesto.
"eso" pase, de lo que se dice debajo de los enunciados, del "en-
tre" en donde se pesca la enunciación, la lengua propia. Implica
3 Miller, J.-A., (2000-2001) El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013. un trabajo de reducción. Por ello los encuentros con los pasado-
4 Miller, J.-A., (1995) "El silencio de los pasadores", Cómo terminan los análisis. Parado-
jas del pase, Navarin, 2022, p. 252.
5 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012. 8 Lacan J., (1972) "El atolondradicho", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, p. 507.
6 La can, J, (1955-1956) El Seminario, Libro 3, Las psicosis, Paidós, Buenos Aires, p. 62. 9 LacanJ., (1978) Seminario 25, "Momento de concluir", clase 10-01-1. Inédito.
7 Miller, J.-A., "¿Es pase?", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, nº 12, EOL-Grama edicio- 1~ Miller, J.-A., "Notas del pasador'', Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp.
nes, Buenos Aires, 2012, p. 127. C!t., p. 25.

192 193
IRENE KUPERWAJS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

res, piezas fundamentales en el proceso de transmisión al cartel, es materia de enseñanza. En él, el saber siempre es Sl)-puesto, no
suelen ser pocos. expuesto. Y, además, no es para todos, es para el Uno solo.
Finalmente, Lacan en esa misma clase se refiere a otra escri- En el pase nos encontramos de lleno con el problema de
tura, la del inconsciente que retroactivamente se lee. El saber del ¿cómo enseñar lo que no se enseña?, advertidos de que el psi-
que se trata consiste en lo legible y es escaso. Nos habla del su- coanálisis no se identifica con el discurso de la ciencia ni con la
puesto saber leer de otro modo que tiene como condición el encuen- Universidad, pero tampoco puede ser una experiencia inefable.
tro con S(A).11 Nos encontramos con que la escritura y la lectura, Eso increíble que surge al final "empuja a enseñar",13 la propia
operaciones del análisis, se vuelven a jugar en el pase. experiencia anudada a una satisfacción y a la causa analítica, al
El pasante testimonia de la lectura que hace de su caso, de- final puede decir algo sobre su nueva solución. La nominación
muestra la interpretación que hace del pase en su transmisión. ¡No del AE sanciona que eso pasó al cartel y puede convertirse en
hay dos pases iguales! El pase vuelve a pasar con cada pasante en algo valioso para todos, pero no se enseña el acto analítico. En
esa interpretación singular. El pase como Witz no es materna. 1967 Lacan sostiene que el AE debe "estar entre quienes pueden
testimoniar sobre los problemas cruciales en los puntos vivos en
que se encuentran para el análisis" .14 Vemos ya una tensión entre
su experiencia singular y la enseñanza.
El AE analizante enseñante En ese pasaje al lugar de causa para otros, el AE se sabe sem-
blante porque fue desecho. No se identifica con la verdad ni con
Se espera "que al pase 1 y al pase 2 se le sume el tiempo de el saber, la enseñanza en el pase es un tejido de varidad. Se enseña
después, el pase 3, el de la enseñanza del psicoanálisis" .12 en posición analizante, como S en el deseo de la histeria, como
¿Cuál es la diferencia entre testimoniar y enseñar? ¿Hablar ese que habla sin saber lo que dice y se despliega respecto del
del propio caso o hablar de psicoanálisis? ¿Se puede enseñar psi- sujeto supuesto saber. El AE enseña con su palabra "enamorada
coanálisis hablando del propio caso?, o en todo caso, ¿qué límites de su no saber",15 no de su caso, docta ignorancia que protege de
tiene esa enseñanza? la infatuación.
En la práctica también hablamos de "testimonio" para referir- La "formación del analista siempre está anudada a un trau-
nos a toda intervención pública del AE en la comunidad. ¿El uso ma",16 y el AE enseña atravesado por esas marcas del trauma, por
dice que la enseñanza quedó perdida? Creo más bien que dice de la "letra en singular que dibuja el borde del agujero en el saber" 17
la torsión-tensión entre testimoniar y enseñar en el pase, en su que descubrió en su análisis. Es solo consintiendo al S(A) que
pasaje de lo privado a la lengua pública de la Escuela. puede enseñar sobre lo que no se sabe e inventar el saber en el
Decir que el "AE enseña" nos lleva al problema de la enseñan- pase. De lo contrario, no pasa nada. Tanto al testimoniar como al
za del psicoanálisis resaltado por Lacan en Vincennes. El ideal de enseñar se practica un saber leer de otro modo.
la enseñanza de lo obtenido en el pase era el materna que debía ¿Cómo demostrar y encamar lo alcanzado sin aludir a la ex-
ser demostrativo y "para todos". Miller expuso en el cierre de la periencia singular? Esta experiencia connota un cierto modo de
"Gran Conversación 2022" varias paradojas que confirman las di-
ferencias entre el discurso analítico y el discurso universitario. A
diferencia de la equivalencia existente entre enseñar y dominar en 13 Miller, J.-A., "El pase, ¿hecho o ficción?", (1993-1994) Done, Paidós, Buenos Aires,
2011.
la pedagogía, el discurso analítico es el único que excluye la domi-
14 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
nación y conlleva en su lugar al objeto a que causa el deseo, que no Escuela", óp. cit., p. 262.
15 Miller, J.-A., (2000-2001) El lugar y el lazo, óp. cit., p. 403.
16 Brodsky, G., Seminario diurno "Lecturas lacanianas", EOL, 2021, inédito.
11 Miller, J.-A., (2011) "Leer un síntoma", Re-vista Lacmzimza del Psicomza?isis, nº 12, óp. cit. 17 Laurent, E., "Écriture OJouissance", Conferencia para la Sección Clínica del Campo
12 Miller, J.-A., (1997) "Spartam Nactus Es", editado por la AMP. freudiano en Bruselas, transmisión vía Zoom, 2021-03-20.

194 195
IRENE KUPERWAJS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

hablar sin por eso tener que contar una historia de vida. Si se qui- hablada, deviene transmisión agujereada que testimonia de lo
ta demasiado el caso experimentamos una sensación de "pura imposible de decir.
teoría" y decirnos que "falta el cuerpo". Al comienzo los AE ha- En muchas ocasiones es un aporte enorme para la formación
blaban en tercera persona y se imponía demasiada distancia. de los analistas, y ese material es estudiado en la Escuela y fuera
El "estilo testimonio" introducido por Miller en la AMP en los de ella.
90 se adoptó corno práctica y refleja el estilo en el que cada AE El pase "intenta transformar milagrosamente el saber de uno
habla de su inmersión en el análisis, en la Escuela y en [alengua. solo, el saber que proviene de su experiencia, en materia de en-
La enseñanza es un work in progress que se despliega por tres señanza para todos" .19
años y comienza con el primer testimonio público, con lo que
"cae" de lo testimoniado a los pasadores.
Ciertos puntos de fixión, acontecimientos significantes, mar-
cas de goce en el cuerpo, el trauma, se constituyen en la ploma- Pinceladas prácticas
da del caso y muestran de qué modo son incorporados los con-
ceptos, cómo están anudados a la experiencia misma de la Es- En 1995 escuchamos a Esthela Solano Suárez, quien a pedido
cuela. de Miller vino a dar un seminario llamado casualmente "La prác-
Cada uno dice su final en su lengua propia, hay heterogenei- tica del pasé" en el marco de la Sección Clínica de Buenos Aires.
dad. Esperarnos que iluminen algún punto crucial "de manera Sus palabras tuvieron excelentes resonancias, y meses después
original", que enseñen algún aspecto de la clfuica. Hay detalles se puso en marcha el dispositivo del pase en la EOL a tres años
preciosos si recorrernos los primeros testimonios de los AE de la de fundarla, "sobre un agujero que se encama en S(.A)". En estos
Escuela Una. Que puedan demostrar su saber hacer con lo real años transcurridos, la EOL contó con veintiocho AE, diecinueve
y saber bien decir su final sin estándar, absolutamente singular. fueron nominados por el cartel EOL, cinco por la comisión ECF y
Demostración lógica y producción de lo singular, ante la falla de cuatro por el cartel ELP. Hubo un período de crisis 2005-2007 en
la demostración de un real corno imposible. el que fue suspendido el dispositivo.
Comprobarnos que el esclarecimiento sobre cómo emergió el Me interesa señalar que se salió de ese impasse y se relanzó el
deseo del analista no siempre es explícito, se lee entre líneas. pase con un trabajo de "elaboración colectiva" en un seminario
Pero los testimonios no develan toda la opacidad del goce, anual abierto a miembros, con intervenciones de AME, AE y Eric
son un modo de tratarla, y no puede decirse sin la elaboración, Laurent corno invitado en un Coloquio final. "Se ubicaron las ra-
sin la hystorizacion, sin el uso de las ficciones. zones de la detención sobre el fondo de lo imposible del pase",2°
Al dirigirse a la comunidad el AE se sube al escabel para to- y se introdujeron algunos cambios en el dispositivo.
rnar la palabra y encama una lectura, le pone el peso de la voz, El primer testimonio público sigue teniendo un lugar privile-
aporta el cuerpo. La enseñanza "es aquello que se dice, se profie- giado con la presencia de muchos colegas en una atmósfera de
re, se profesa, se vocifera" .18 Hay el tono, el ritmo, y la moterialité. intimidad. Durante treinta minutos el AE torna la palabra para
En esto la enseñanza se hermana con la interpretación. ¡Es funda- testimoniar y cada uno decide si en esa instancia dará lugar a un
mental para que algo resuene! debate posterior. Suele ser un acontecimiento de Escuela.
En el work in progess constatamos a veces la producción de Si bien de acuerdo con las épocas hubo la acentuación de de-
algo nuevo en la medida en que el AE está cada vez más sepa- terminados conceptos, desde el relanzamiento del pase en 2007,
rado de su historia y acoge lo que le retoma del Otro; elabora a
partir de eso. La enseñanza circula así entre la palabra escrita y
19 Ibíd., p. 337.
20 Tarrab, M., (2007) "El pase y el agujero en el saber'', La actualidad del pase. Work in
18 Miller, J.-A., (2007-2008) Todo el mundo es loco, Paidós, Buenos Aires, p. 332. progress, Seminario del pase, COL-Grama ediciones, Buenos Aires, 2008, p. 14.

196 197
IRENE KUPERWAJS LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

la última enseñanza tiene un mayor peso en los testimonios. Hay por la vía de un trabajo que le señala lo que "pasa". Solos, "dis-
desde entonces una preocupación por cómo "habitar" el más allá persos descabalados" y con otros, así avanzamos en una elabora-
del pase de Lacan, campo que sigue abierto, con sus complica- ción. No se enseña a los ignorantes sino "a quienes tienen parte
ciones.21 en esa referencia no vacía" .23
Respecto de la dinámica de algunas intervenciones de los AE Hay en el pase el pasaje de ese imposible que se produce en
en ejercicio destaco una mesa redonda virtual de las Jornadas la experiencia analítica a lo contingente del amor a la causa que
de la EOL 2020 "Trauma", con un interlocutor que interrogaba animará el trabajo de enseñanza. Enseñar es "trazar vías, dejar
cada intervención y abría a una pequeña conversación; hubo trazas", pero también es "girar en redondo". Es sin garantías.
muy buen retomo. En el 2021 Eric Laurent extrajo para traba-
jar de algunos testimonios presentados en Jornadas el sintagma
"unarismo lacaniano". Varias intervenciones en espacios de en- ¿Por qué el pase hoy? ¿Para qué el AE?
señanza con un solo AE, especialmente invitado a conversar con
otra Escuela de la AMP o sección de la EOL, entre otros, sobre la Lacan decía que su enseñanza era la continuación de su análi-
formación del analista o cómo se deviene analista, fueron muy sis por otros medios, pero por medio de la palabra. Miller agrega
interesantes. Se partió de la intervención del AE, pero luego se que, si bien no es un modelo, ¡es· por allá! 24
generó una conversación a partir de las resonancias y el retomo ¿Regular el exceso de intervenciones de los AE para evitar una
directo. Verdadero trabajo de Escuela hacia una elaboración co- repetición que aplasta la enseñanza? Podría ser. Pero que no sea
lectiva que deviene enseñanza para todos. el Otro quien decida de qué hablan.
Los AE en ejercicio propusimos en 2021 una serie de noches Me inclino por inventar modos de hacer lugar a la conversa-
de enseñanza para poner al trabajo algunos puntos vivos y pro- ción a nivel del pase en las Escuelas que potencien sus enseñan-
blemas. Los conceptos elegidos fueron fin de análisis y pase, zas. El pase es asunto de todos, no solo de los AE.
fantasma, interpretación y tiempo. Se invitó a un interlocutor ¡Sigamos apostando al milagro! Cada uno aporta "su mísera
diferente cada vez con quien se trazaban previamente posibles piedrita" 25 a esa enseñanza que paradójicamente no cesa de no
líneas de debate, y luego en la noche él animaba la discusión. Fue escribirse y se sirve del pase para hacer con ese imposible. Cada
una experiencia satisfactoria en lo clínico, epistémico y político. tanto y de manera contingente, algo cesa de no escribirse.
En el intercambio generado, el concepto o problema no quedaba En esta perspectiva, la enseñanza del pase, no solo del AE, se
ahogado en el caso y, si bien podría leerse como un "Los AE" que vuelve necesaria para nuestra Escuela.
hacen casta, cada uno demostró en acto su singularidad y una
lectura propia que descompletó el conjunto.
"Los psicoanalistas son los sabios de un saber acerca del cual
no pueden conversar" .22 Esta es su maldición. El plus que aporta
la conversación a la enseñanza es indudable. El AE enseña en
posición analizante y en un lazo renovado con el Otro en el pase,
pasa a una transferencia de trabajo con la Escuela como partenai-
re de su enseñanza. No se trata de un público solo aplaudidor de
quien se espera su satisfacción, también se espera su resonancia

23 Miller, J.-A., (2000-2001), El lugar y el lazo, óp. cit., p. 404.


21 Graciela Brodsky se refirió a ellos recientemente en "Cita con el pase", óp. cit. 24 Miller, J.-A., (1997-2008) Conferencias porteñas 3, Paidós, Buenos Aires, p. 273.
22 Lacan, J., (1967) "Del psicoanálisis en sus relaciones con la realidad", Otros escritos, 25 La can, J., Lettre de l'école de la cause freudienne, nº 23, París, abril 1978, p. 181. [N. de
Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 379. la E.: La traducción es de la autora].

198 199
ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE

El pase y sus restos


Eric Laurent

El comentario continuo sobre la experiencia del pase tal corno


se practica en las Escuelas de la AMP tuvo un punto de in.flexión
con la reciente publicación de un texto de Jacques-Alain Miller
que interpreta los modos de inercia subjetiva que se manifiestan
en los desarrollos de las enseñanzas de los AE. 1 Él ponía así de
manifiesto un resto de inercia subjetiva que revela la posibilidad
de una fijación narcisista, de una regresión al estadio del espejo.2
Esta posibilidad interroga los restos del pase, lo que resta tras la
experiencia del atravesarniento del fantasma y de su más allá.
Quisiera situar aquí tres aspectos de lo que resta: los restos de
transferencia, los restos de identificación, y los restos sublimato-
rios en el pase corno escabel.

El pase y los restos de transferencia


Hay una versión del final del psicoanálisis según la cual la
transferencia sería finalmente reducida a cero. La enseñanza de
Lacan se opone a esto. Al final de la experiencia, la transferencia
con el psicoanálisis subsiste y, sin embargo, ha cambiado radical-
mente. Es lo que Lacan ha llamado un "amor más digno". Para
Lacan, el resultado del psicoanálisis no es un retomo a un estado
anterior, sino más bien una especie de sublimación de la transfe-
rencia, un pasaje del trabajo de la transferencia a la transferenciá
de trabajo. La Durcharbeitung de la transferencia en la experiencia

1 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, Navarin éditeur-Grama
ediciones, Buenos Aíres, 2022, pp. 17-18.
2 lbíd., p. 17.

201
ERIC LAURENT LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

conduce a una transferencia de trabajo con el psicoanálisis como Lacan hace uso de la distinción promovida por Pascal entre, por
tal, sin el soporte del psicoanalista. un lado, el "Dios de los filósofos y los sabios" y, por el otro lado,
El movimiento psicoanalítico después de Freud constata el el "Dios de Abraham, Isaac y Jacob".
impasse de la transferencia ante el escollo de la roca de la cas- El Dios de los filósofos y de los sabios es un dios tranquilo que
tración. Vacila entonces entre varias versiones del destino de la calcula todo, arquitecto del universo, es el Dios de los masones y
transferencia que, cada vez, comprometían fundamentalmente la del iluminismo del siglo XVIII. Es un Padre tranquilo que calcula
concepción misma de la formación del psicoanalista y de su in- serenamente y asegura el mejor de los mundos, el optimismo, la fe
serción en el discurso psicoanalítico. ¿Cuál es el destino, una vez en el futuro, el jesuitismo, es decir, ¡la idea de que la humanidad
atravesado el recorrido analítico, de esta creencia fundamental y avanza en la buena dirección! Y también está el Dios de Abraham,
primaria en el padre, de este amor primero, de esa transferencia Isaac y Jacob, el que vocifera, exige y provoca catástrofes para cas-
en la base de la antropología freudiana? El "ateísmo viable" del tigar al pueblo de Israel. Los Profetas de Israel están ahí para re-
psicoanálisis está allí en juego. cordar a la humanidad su lamentable estado, el carácter insensato
El gesto inaugural de Freud consistía en soltar prenda para no de las iniquidades del gobierno. ¡Los profetas son infernales! Ellos
dejarse conducir por la sugestión. ¿Qué vio aparecer? Pasiones. recuerdan permanentemente que todo está mal hecho.
Pasiones que -con un particular enamoramiento y la detestación Lacan propone pasar de la exaltación del mito a la expresión
que este conlleva- afectan al operador, es decir al que se ubica de algo que está mal hecho:
en el lugar de ser el destinatario del sufrimiento y de la deman-
da que lo acompaña. Freud constata que ese lazo que permite ¿Acaso no es alrededor de la experiencia de la privación que
la operación se convierte también en un obstáculo. Esos senti- realiza el niño pequeño -no tanto porque es pequeño sino
mientos -ese amor, ese odio- terminan siendo un obstáculo en porque es hombre-, no es acaso alrededor de lo que para
la relación del analizante con el saber que revela el inconsciente. él es privación, que se fomenta y se forja el duelo del padre
Hay un camino lógico en la cura que vincula el descubrimiento imaginario? -es decir, de un padre que fuese verdaderamente
de la repetición, por parte del sujeto, de sus sentimientos hacia alguien. El perpetuo reproche que nace entonces, de manera
su padre, y luego su atravesamiento, siempre imperfecto, que se más o menos definitiva y bien formada según lcis casos, si-
topa con un impasse: la roca de la castración. gue siendo fundamental en la estructura del sujeto. Ese padre
La deconstrucción lacaniana del padre freudiano procede ló- imaginario, es él, y no el padre real, el fundamento de la ima-
gen providencial de Dios.5
gicamente, primero por una repartición de este padre compacto
en tres dimensiones: real, simbólico e imaginario. Cito a Lacan
A partir de allí, subsisten juntos él padre simbólico -Nom-
en La ética del psicoana1isis: ¿"ese padre real y mítico no se borra
bre-del-Padre y padre del amor- y el padre imaginario -padre
al declinar el Edipo tras [... ] el padre imaginario, el padre que
del odio y del reproche-. El odio es a la vez odio de sí mismo,
a él, el chiquillo, le hizo tanto mal"? 3 Es extraño cuando Lacan
siendo cada uno siempre más o menos fallado, privado de ser,
dice "este padre real y mítico". Se esperaba más bien el "padre
simbólico y mítico". El "padre real y mítico" está en el mismo re-
y odio del padre por haberlo así entregado a su miserable exis-
tencia. El sujeto se pasa la vida intentando separarse de todo lo
gistro que la formulación: "los dioses pertenecen a lo real" .4 Dios
que odia de sí mismo. Esto es lo que Lacan llamará kakón, obje-
tiene un pie en lo simbólico, pero siempre tiene otro en lo real. Y
to malo. La operación religiosa de la alianza vela el objeto fun-
damental, el objeto malo, por medio del objeto de la castración
como alianza, como rito.
3 Lacan, J., (1959-1960) El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Paidós, Buenos
Aires, 2007, p. 366.
4 Lacan, J., (2003) El Seminario, Libro 8, La transferencia, Paidós, Buenos Aires, 2008, 5 Lacan, J., (1959-1960) El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Paidós, Buenos
p.47. Aires, 2007, pp. 366-367.

202 203
ERIC LAURENT LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Lacan se sirve de este soporte para repensar el universal freu- El pase y los restos de identificación
diano del padre a partir de la particularidad y de su función ló-
gica. El padre ya no es considerado del lado de su esencia, sino El deseo del psicoanalista supone una caída, una ruptura pre-
como una versión particular del fracaso. via en la cadena de las identificaciones, especialmente fálicas.
Esta es una primera manera de entender el término versión del Es necesaria. una caída y el reemplazo de una identificación por
padre: no hay ya necesidad de un universal, hay padre-versiones otra, ligada al discurso analítico: tal es la metáfora del pasaje del
[pere-versions]. Este desvío subversivo de la categoría clínica de discurso del inconsciente al discurso del psicoanálisis. Pero esta
la perversión permite conjugar una versión del padre con la au- metáfora no se produce sin restos. La elaboración del materna de
torización de un goce particular, el del pecado del padre. Lacan sí mismo no es una transmisión integral en silencio, como en las
da entonces un paso suplementario al formular una versión del novelas de ciencia ficción que sueñan con la teletransportación.
amor del padre que ya no se refiere a la prohibición universal del El ser vivo no se transmite integralmente. No hay eternidad, hay
incesto -es decir, al padre como agente de la prohibición-, sino a restos.
la particularidad de la pareja formada con una mujer que es ob- El recorrido de un psicoanálisis comienza con la instauración
jeto de su deseo. En "RSI", en 1975, en la lección del 21 de enero, del inconsciente transferencial por medio de la asociación de dos
Lacan pronuncia esta frase: significantes 51 -;.. 52. Termina en una línea de horizonte donde
los significantes amo del sujeto se desprenden de los múltiples
Un padre solo tiene derecho al respeto, si es que no al amor, enlaces que habían tejido. Su retomo en las cadenas identificato-
si dicho amor, dicho respeto [todo ello refuerza esta dimen-
rias se hace imposible: 51 está aislado, separado de 52.
sión del decir] está pere-versement orientado, es decir, hace de
la mujer el objeto a que causa su deseo. Pero lo que así una Pero siempre quedarán significantes que no estarán tan solos.
mujer a-coge [a-cueille] de ello no tiene nada que ver con la . No esperamos entonces que todos los significantes amo de un
cuestión. Lo que ella cuida son otros objetos a, que son los sujeto sean así producidos; basta con que algunos de ellos lo sean
runos
•- [ ....
] 6 suficientemente. Producir estos 51 consiste en liberar al sujeto de
su ingenuidad y de su perplejidad, y en recorrer el laberinto de
El camino que nos abre el pasaje de lo universal a la particula- goce en el que se anudan repetición, culpa, agresividad, depre-
ridad nos permite captar mejor las variedades en la clínica del sión y agitación desenfrenada. Habrá que aislar los significantes
niño, pero también la función y el desplazamiento del Nom- familiares que, en su contingencia, contribuyen a la formación
bre-del-Padre en las llamadas "familias ensambladas". y estabilización de los modos de satisfacción que constituyen el
La transferencia reducida a cero pudo concebirse, en una épo- fantasma. Pasamos así del despliegue de la cadena significante a
ca, como la creencia de que bastaba con atravesar la pantalla de las relaciones del sujeto con los objetos de su goce: S Oa. Este pa-
los ideales para liberarse del amor. Lo que resta al final de un saje se realiza gracias a la doble función del psicoanalista: por un
análisis y que debe ser recogido en su particularidad: para ello lado, como destinatario de las demandas del sujeto, y por otro,
sirve el pase. La cuestión es apreciar al final de la experiencia como objeto que detentaría la clave del goce imposible.
lo que el sujeto conserva, llegado el caso, de creencia en lo uni- La identificación de un modo de gozar no es la identificación
versal, opuesta al vuelco del relato genealógico hacia la contin- con un modo de gozar. Esto es lo que nos enseña el final de "La
gencia de la padre-versión [pere-version] que ha estructurado el dirección de la cura ... " .7 Mientras que el psicoanálisis de esa
fantasma. Está en juego el desenlace del amor de transferencia al época apuntaba a la identificación del sujeto con su fantasma,
final de la experiencia psicoanalítica. Lacan supone que el fantasma puede ser "atravesado". La iden-

6 Lacan, J., (1974-1975) Seminario 22, "RSI", clase del 21 de enero de 1975, Ornicar?, 7 Lacan, J., "La dirección de la cura y los principios de su poder'', Escritos 2, Siglo
nº 3, p.106. Veintiuno, Buenos Aires, 1989, pp. 608-611.

204 205
ERIC LAURENT LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

tificación de un modo de goce modifica lo que entendemos por Para que a través de la repetición el agujero pueda ser cavado,
identificación. Lacan elucida así los debates entre la transferencia es necesario comenzar por decir y no por escribir, en el sentido
como repetición de la cadena significante y la transferencia en el de la literatura. Lacan argumenta en este sentido: "El autoaná-
presente, articulada a la puesta en juego del fantasma en la rea- lisis de Freud era una writing-cure, y creo que por eso fracasó.
lidad de la sesión. Escribir es diferente a hablar. Leer es diferente a escuchar''. 14 Hay
El inconsciente es ese lugar del discurso donde no reina el que dar todá su importancia a esta diferencia.
principio de no contradicción. Es una zona donde se sale de la
oposición entre el sí y el no, lo verdadero y lo falso. A medida que Destaqué que enunciación y enunciado, palabra y escritura,
se despliega el análisis, el sentido del síntoma va dirigiéndose a modus y dictum, como decía el lingüista Charles Bally, se re-
su más allá. En efecto, el sentido del síntoma no es más que la gían por dos regímenes distintos. Pues bien, los agentes del
primera vía hacia su identificación. Pero la vía del sentido se topa procedimiento -pasantes, pasadores, jurado- están inevita-
con el objeto. A medida que se despliegan las identificaciones que blemente divididos entre estos dos regímenes. 15
han tramado la historia del sujeto, se revela no solo que la identi-
ficación es múltiple, sino, y sobre todo, que nadie puede identifi- Sin embargo el agujero así cavado en los enunciados del sujeto
carse con su propio inconsciente. El sujeto puede soñar con aislar no es suficiente, todavía es necesario que el sujeto se zambulla en
la fórmula, pero conocemos los límites de esta empresa -de ello el agujero abierto en y por el inconsciente, que Lacan compara
testimonia el intento de Serge Leclaire,8 quien buscaba reducir su con el agujero del soplador. En efecto, después de evocar el acto
inconsciente a la raíz "Poordjeli" y salir así definitivamente de la analítico, precisa: "Nada más hay pasaje al acto como una inmer-
alienación.9 La separación respecto del Otro no reside en la cade- sión en el agujero del soplador, siendo por supuesto el soplador
na significante, ni siqtúera cuando se reduce a su núcleo. Sigue el inconsciente del sujeto". 16 El analista marca el lugar de este
siendo imposible para el sujeto significarse a sí mismo. No habrá agujero al mismo tiempo que lo vela [a - S]. Sin embargo, la
palabra clave, palabra final, dice Sonia Chiriaco. 1º operación lógica en la cura no puede reducirse a la escritura de
La separación reside en cambio del lado del objeto a, aguje- funciones de goce como en una especie de Begriffsschrift psicoa-
ro de la letra en la dimensión del sentido, como lo evoca "Te- nalítica.17 Si esta escritura hace aparecer el agujero en los enun-
levisión" .11 En la vertiente de la cura como experiencia lógica, ciados -al modo del que produce el argumento de la función-, el
se produce el agujero en la lengua del sujeto. Lacan aísla así la sujeto puede, no obstante, permanecer en el borde.
función lógica de la letra como argumento de una función, F(x ), Este punto indica un obstáculo con el que pueden toparse los
la de un agujero en el lenguaje. Evoca el poder "soplador" de la testimonios del pase. Por ejemplo, el que era un niño de mamá,
escritura: "Todos los animales son mortales, quitan animales y quitan convertido ahora en mujeriego, sigue queriendo seducir a la Es-
mortales,12 y ponen en su lugar el colmo de lo escrito, es decir, una
simple letra" .13
14 Lacan J., (1975) "Conferencias en las universidades norteamericanas (2da. par-
te)", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, nº 21, EOL-Grama ediciones, octubre de 2016,
8 Cf. Leclaire S., "Le réve a la licorne", PS1jchanalyser, Seuil, París, 1968, p. 117. pp. 12-13.
9 Cf. Lacan, J., (1960) "Posición del inconsciente", Escritos 2, óp. cit., p. 823. 15 Miller, J.-A., "Preliminar'', Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., pp.
18-19.
10 Chiriaco, S., "La plaisanterie", La Ca11se freudienne, nº 76, Navarin éditeur París
diciembre de 2010. ' ' * [N. de T.] Trou du so11fjle11r, expresión con la que se designa en el teatro el lugar lla-
mado "tornavoz" o "hueco del apuntador", desde el cual el apuntador sopla, souffle,
11 Cf. Lacan, J., (1973) "Televisión", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 570. al actor sus líneas.
12 La versión castellana traduce vous so11.fflez ("ustedes soplan") por "quitan". [N. de 16 Lacan J., (1975) "Conferencias en las universidades norteamericanas (2da. par-
T.] te)", óp. cit., p. 12.
13 Lacan, J., (1971) El Seminario, Libro 18, De 11n discurso q11e no f11era del semblante Pai- 17 Cf. Lacan, J., (1967-1968) Seminario 15, "El acto psicoanalítico", clase del 31 de
dós, Buenos Aires, 2009, p. 75. ' enero de 1968. Inédito.

206 207
ERIC LAURENT LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

cuela en el procedimiento. La que era la nena de su padre y re- ya no pertenece al dominio del desciframiento, aunque no hable
chazaba a su madre, había amado al pasador masculino y odiado por sí misma. Querer llevar de nuevo la satisfacción al descifra-
al pasador femenino. El hombre marcado por el secreto familiar miento sería reducir el ultrapase al pase.
acarrea una atmósfera de clandestinidad que se atestigua en el El parlétre es confrontado al apres-coup del encuentro con lo
dispositivo. La que fue marcada por la soledad en la infancia imposible. Cuando el analizante encama su certeza en la extrac-
quiere ser adoptada por la Escuela y encontrar en ella su nueva ción de una fórmula o de una letra sobre el modelo de la extrac-
familia. 18 Esta declinación de los restos muestra la presencia, a ción de un significante amo, ¿no es esto también reducir la lógica
escala, del fantasma. del ultrapase a la del pase? Es grande la tentación de hipostasiar
el encuentro con lo imposible en una letra, una fórmula o un sig-
nificante que se ha desprendido de las identificaciones infantiles
Los restos de la hipóstasis y el escabel o adolescentes. Se trata más bien de obtener la producción de un
significante asemántico mediante el juego de equívocos interpre-
La particularidad del dispositivo parece hoy estar ligada al es- tativos.
tatus de entre dos en el que nos encontramos en el momento actual Más que hacer que el afecto hable, es cuestión de hacer el enla-
de la experiencia. No se trata del entre dos discursos que implica ce en sentido contrario entre un forzamiento interpretativo y una
la debilidad, sino de un entre dos modos de lectura, el modo de nueva satisfacción. "Digamos que la interpretación se pondera
lectura según el pase y el modo de lectura según el ultrapase. en relación con el acontecimiento de goce que es capaz de engen-
Según el pase, "el fin del análisis es la resolución del enigma drar" .23 Por lo tanto, primero la interpretación y luego la nueva
del deseo" 19 por un movimiento de desciframiento. Según el ul- satisfacción a producir. El apoyo en el amor de transferencia per-
trapase, el pase aparece como "un espejismo -es decir, un efecto mite al sujeto romper "en su letra" los significantes que le han
imaginario- de la verdad [... ] con respecto del goce imposible servido hasta ese momento.24 Entonces comienza la experiencia
de negativizar" .2º El pase se esclarece con el ultrapase introdu- del ultrapase, sin esperanza de una encamación hipostasiada.
cido por Jacques-Alain Miller para leer la siguiente afirmación Es lo que hace que el pase como experiencia no sea una su-
de Lacan: "El espejismo de la verdad no tiene otro término que blimación, donde en la hipóstasis formada por el objeto de la
la satisfacción que marca el final del análisis" .21 Pero, ¿se puede sublimación subsiste algún rasgo de narcisismo. En su última
descifrar esta nueva satisfacción? ¿Podemos identificar la nueva enseñanza, Lacan llamó a este resto escabel. Pero, desde su pri-
satisfacción que marca el final del análisis y el fenómeno de cuer- mera enseñanza, se apoyó en lo imaginario y en el cuerpo para
po invocado en algunas ocasiones para marcar este final? ¿En precisar los lazos entre narcisismo y sublimación. Tenemos un
nombre de qué escaparía a la necesidad de ser descifrado?" Aun- excelente ejemplo en la última clase del Seminario La relación de
que se experimenta, queda por leerse. El afecto no dice la verdad: objeto: "De Juan el fetiche al Leonardo del espejo" .25 Se trata de
solo una lectura, un desciframiento, permite verificarla" .22 Ahora una relectura y de una revisión de la sublimación tal como la
bien, precisamente la satisfacción que marca el final del análisis despliega Freud en "Un recuerdo infantil de Leonardo da Vin-
ci" .26 Lacan califica este texto de crucial respecto del concepto de

18 Miller, J.-A., "Histoires de ... psychanalyse", Conferencia en France-Culture, 2005.


Inédito. 23 Miller, J.-A., (2007-2008) Todo el mundo es loco, óp. cit., p. 216.
19 Miller, J.-A., (2007-2008) Todo el mundo es loco, Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 215. 24 Lacan J., (1971-1972) El Seminario, Libro 19, ... o peor, Paidós, Buenos Aires, 2011,
20 Miller, J.-A., (2008-2009) Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 253. p.17.
21 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos, Pai- 25 Lacan, J., (1956-1957) El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, Paidós, Buenos Ai-
dós, Buenos Aires, 2012, p. 600. res, 1994, pp. 415-439.
22 Maleval, J.-C., "Événement de corps et (in)certitude dans la passe", texto publica- 26 Freud, S., (1923) "Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci", Obras completas, t. XI,
do en el blog del pase de la ECF en diciembre de 2021. Amorrortu, Buenos Aires, 2014, pp. 59-127.

208 209
ERIC LAURENT LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

sublimación, ya que Freud no reelaboró mucho la tesis prínceps hablando con otro en espejo o haciendo hablar a este doble ima-
que allí estableció (si bien la retomó a la luz del narcisismo y del ginario?
más allá del principio de placer, como veremos): una transposi-
ción de las pulsiones puede producirse cuando toda o parte de la Harás esto, le preguntarás a Juan de París el secreto de la pintura
libido se concentra en un objeto vinculado a la creación artística. seca, irás a buscar dos pizcas de lavanda [... ]. Así, tendríamos
Lacan retoma esta cuestión a partir de la relación con el Otro que verdaderamente, en el caso de Leonardo da Vinci, alguien
es para él la naturaleza: él la acecha, la contempla, la dibuja y ve que se dirige y se da órdenes a sí mismo a partir de su otro
en ella cosas de una precisión inaudita, nunca vistas. Lacan llega imaginario.31
a hacer de este acecho de la naturaleza un elemento decisivo de
la posición subjetiva de Leonardo, que era, dice, "esencialmente Lacan -evocando el índice levantado del San Juan, del que hace
una relación de sumisión a la naturaleza" .27 La naturaleza es el el índice de la falta en ser que atraviesa la obra de Leonardo- da
Otro que contiene el secreto del arte; por lo tanto, es necesario entonces esta definición de la sublimación:
estudiar todo, y por eso Leonardo se consagra a ello, "haciéndo-
Se trata aquí de cierta toma de posición con respecto a la pro-
se su doble y su cocreador",28 en un intento de reducir ese Otro
blemática del Otro, que es, o bien ese Otro absoluto, ese in-
mediante una identificación imaginaria. consciente cerrado, esa mujer impenetrable, o bien, detrás de
Esto hace que, con respecto a la irrealización de la vida sexual ella, la figura de la muerte, el último Otro absoluto. La forma
de Leonardo, Lacan se pregunte: ¿no está ligada a la presencia en que determinada experiencia compone algo con ese tér-
de la muerte que realizan los procesos de desdoblamiento? Por mino último de la relación humana, cómo reintroduce en su
un lado, se desdobla en el espejismo del semejante que él per- interior toda la vida de los intercambios imaginarios, cómo
sigue e inventa como el niño soñado de un padre soñado. Por desplaza la relación radical y última con una alteridad esen-
otra parte, Lacan ve también este desdoblamiento en acción en cial para hacerla habitar por una relación de espejismo, esto
lo que describe como un rasgo obsesivo29 : Leonardo no cesa de es lo que se llama la sublimación.32
recomenzar sus producciones en un intento siempre pospuesto
de terminarlas; retoma y sustituye, como lo evidencian las múlti- Concluye luego esta clase con una pregunta crítica sobre la idea-
ples superposiciones; así llega a poblar su carácter inacabado con lización de la sublimación:
una pluralidad de figuras, entre las que opera la mortificación
de cada una de ellas discretamente. En lo inacabado de la obra [... ]la de saber si acaso el proceso que llamaremos sublima-
se juega este desdoblamiento incesante, formando una zona de ción, o psicologización, o alienación, o yoización, supone en
intercambios imaginarios con el otro, y se desliza la mortificación su misma dirección una dimensión correlativa, aquella por
realizada. la que el ser se olvida a sí mismo como objeto imaginario del
Lacan termina su lectura del caso Leonardo con la "posibili- otro.33
dad fundamental [para el ser] de olvido en el yo imaginario" .30
Recurre como ejemplo a la extraña inversión de la grafía de los Esta crítica de la sublimación es un requisito previo a lo que
famosos Cuadernos (una práctica que siempre ha sorprendido a Jacques-Alain Miller nos dice sobre el escabel, es decir, "aquello
los comentaristas): ¿no era a sí mismo a quien escribía Leonardo, sobre lo que se alza el parlétre, se sube para ponerse guapo. Es su
pedestal, que le permite elevarse, él mismo, a la dignidad de la

27 Lacan J., (1956-1957) El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, óp. cit., p. 433.
28 Ibíd. 31 Ibíd., p. 438.
29 Ibíd., p. 430. 32 Ibíd., p. 435.
30 Ibíd., p. 439. 33 Ibíd., pp. 438-439.

210 211
ERIC LA URENT LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Cosa". 34 Está el vacío despejado por la Cosa y están los objetos que partenaire-síntoma. 38 La manipulación es otra cosa que la trans-
vienen a llenar esta zona. Esta disyunción entre la Cosa y los obje- gresión y el franqueamiento de una barrera. En efecto,
tos puede ser abordada de diversas maneras, según las soluciones
que Lacan despliega para resolver la imposibilidad del principio [... ] 'escabullirse no es transgredir', lo que entiendo en este
de placer para alcanzar la zona de lo real del goce. Por lo tanto, es escabullirse es precisamente lo que entenderemos cuando
necesario un "forzamiento" para llegar a este lugar. 35 diga del final del análisis: 'Es más bien del orden del saber
Pero después del Seminario Aún, la sublimación ya no es un arreglárselas con [savoir y faire], 39
problema:
con el partenaire-síntoma como con la imagen.
A partir del momento en que, por el contrario, lenguaje y goce ¿Cómo se articulan la sublimación, en calidad de manipu-
van a la par, o que el significante es la causa del goce, pode- lación de la imagen, y la adoración de la imagen (narcisismo)?
mos decir que la sublimación deja de ser un problema, es un Aquí se reformula, por el concepto de escabel, "la sublimación
goce en pleno ejercicio, a tal punto que Lacan dice que la otra freudiana [... ] en su entrecruzamiento con el narcisismo", 40 un
satisfacción se puede ubicar porque surge de los universales. narcisismo revisitado por Lacan, en la medida en que ya no se
En fin, no solo se puede localizar por eso, por supuesto, pero trata solo de la imagen, sino de la creencia que liga el parletre al
porque surge de los universales, y a falta del goce de la re- cuerpo, donde el cuerpo es idolatrado en una relación de desco-
lación sexual, tenemos el goce de los universales, el goce de nocimiento particular.
la comunicación, el goce comunitario, el goce grupal, todo lo
que nos ocupa para saber cómo nos vamos a situar o no al
lado del otro, según qué reglas vamos a obedecer, a dar órde- [El hombre] ama a su imagen como lo que le es más prójimo,
nes, hacer, actuar, etcétera.36 es decir su cuerpo. Simplemente, su cuerpo, no tiene estricta-
mente ninguna idea. Cree que es yo [moi]. Cada uno cree que
Hay un cambio de perspectiva en Aún: es él. Es un agujero. Y después, afuera está la imagen. Y con
esta imagen hace el mundo.41
[El] goce no aparece [como] infranqueable[ ... ]. Se pasa de lo
inaccesible, de lo infranqueable que se atraviesa al precio de El cuerpo es agujero porque es aquello de lo que no hay idea, no
un forzamiento [... ], a lo imposible. Y es allí donde se inscri- hay representación. En cambio, con los objetos de la sublimación,
be, aunque de otra manera, lo que Lacan llama lo imposible que podrán constituir escabel, el sujeto querrá olvidar el agujero.
de la relación sexual.37 "El escabel está del lado del goce de la palabra que incluye el
sentido. Por el contrario, el goce propio del sinthome excluye el
Esta orientación nos conducirá del paradigma de la transgresión sentido".42
y del franqueamiento al de la manipulación de la imagen y del Así, los restos de la pasión narcisista detectados en el momen-
to actual de la experiencia, forman parte de esta serie de restos

38 Lacan J., (1976) Seminario 24, "L'insu que sait de l'Une-bévue s'aile a mourre",
34 Miller, J.-A., "El inconsciente y el cuerpo hablante", Presentación del tema del X clase del 16 de noviembre de 1976, Revista Lacaniana de Psicoanálisis, nº 29, EOL-Grama
Congreso de la AMP en Río de Janeiro en 2016, Scilicet, El cuerpo hablante. Sobre el in- ediciones, Buenos Aires, 2021, p. 11.
consciente en el siglo XXI, Grama ediciones, Buenos Aires, 2016, p. 29.
39 Miller, J.-A., (1997-1998) El partenaíre-sfntoma, óp. cit., p. 227.
35 Miller, J.-A., (1997-1998) El partenaire-síntoma, Paidós, Buenos Aires, 2008, pp. 222-
223. 40 Miller, J.-A., "El inconsciente y el cuerpo hablante", Scílícet, óp. cit., p. 29.
36 Ibíd., p. 168. 41 Lacan, J., (1974) "El fenómeno lacaniano", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, nº 16,
EOL-Grama ediciones, Buenos Aires, 2014, p. 15.
37 Ibíd., pp. 227-228.
42 Miller, J.-A., "El inconsciente y el cuerpo hablante", Scílicet, óp. cit., p. 30.

212 213
ERIC LAURENT

que hay que atravesar para pasar realmente por el agujero del
soplador. ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE

Nada es más opuesto al concepto de pase que la repetición Fracaso (échec) y éxito del pase:
~e algun~s datos clínicos extraídos del propio análisis. Esta
rmpotencia para desprenderse de una historia que ha pasa- una paradoja para el psicoanálisis
do [... ] y que debería ser desinvestida, abandonada tras de sí
después de una última mirada, no es de buena ley. 43 Lilia Mahjoub

i Un esfuerzo más para deshacerse de una sobrecarga del escabel!


TRADUCOÓN: VICTORIA PAZ

Desde su creación en 1981, la Escuela de la Causa Freudiana


retornó y continuó la práctica del pase considerándola corno par-
te integrante de la concepción de la Escuela según la "Proposi-
ción ... " de Lacan.

¿Un fracaso completo?


Sin embargo, antes de la disolución de la Escuela Freudiana
de París, durante las Audiencias de Deauville en 1978, y a las
cuales asistí, pudimos escuchar la pregunta que Lacan se hacía
con respecto al pase y al pasante: ¿qué le pasa por la cabeza a alguien
que se autoriza a ser analista?,1 así corno la respuesta: "Yo quise te-
ner testimonios de cómo eso se producía, naturalmente no tuve
ninguno. Está claro, este pase es un fracaso completo" .2
Corno analizante y psicoanalista en formación -dos años an-
tes había sido admitida en esta Escuela- en aquel momento me
fue imposible entender lo que Lacan quería decir con fracaso com-
pleto.
Fracaso es una palabra que Lacan ya había utilizado incluso
antes de hacer su "Proposición" sobre el pase, en particular en

1 Lacan, J., "Intervención sobre el pase", en las audiencias de la Escuela Freudiana de


París, Deauville, Lettres de l'École, nº 23, París, 1978, pp. 180-181.
43 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 15.
2Ibíd.

214 215
LILIA MAHJOUB LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

un texto contemporáneo a esta, publicado en el primer número lisis al acto del analista, y al hecho de que "Nada decente se ha
de la revista Scilicet cuyo título es "De Roma 53 a Roma 67: el articulado sobre esto". 6
psicoanálisis. Razón de un fracaso". En este segundo discurso Lacan se pregunta: "¿Cómo se pasaría de uno a otro, si el fin
pronunciado en Roma, el 18 de diciembre de 1967, Lacan hace de uno no consistiera en la puesta a punto de un deseo que em-
un balance desde su primer discurso de Roma en 1953. En el in- puja al otro?''.7 Lacan escribió su "Proposición del 9 de octubre
forme que hizo de este último, Lacan ya respondía a la pregunta de 1967" como una respuesta posible a esta pregunta. En este
sobre la formación del analista, no sin relación con disensiones /1
mismo discurso, Lacart retoma aquel "misterio que se vuelve to-
graves" 3 sobre este tema en el seno de su grupo psicoanalítico. davía más espeso'',8 la "sombra espesa"9 de la que habla en la
Trece años habían pasado entre esos dos discursos. Lacan "Proposición" que recubre este enlace que lo ocupa: "ese en el
constata, en 1967, que una "pizca de entusiasmo"4 había acogido que el psicoanalizante pasa a psicoanalista". Y agrega: "es esto lo
sus palabras en 1953, pero que estas fueron ignoradas durante que nuestra Escuela puede esforzarse en disipar" .10
diez años. Deduce entonces que esa pizca de entusiasmo fue el sig- Así, para Lacan, ya no es más un asunto de psicoanalistas ca-
no de un "malentendido", de una "trabazón psicologizante" .5 lificados que deben juzgar en secreto el acceso a la posición de
Este primer discurso se sitúa en efecto después de la crisis analista, sino más bien el de su Escuela, a la que confía la tarea
en el seno de la Sociedad Psicoanalítica de París, que condujo a de recoger el testimonio de ese pasaje, de juzgar y de esclarecer
una secesión. La escisión que se produjo dio origen a la Sociedad ese punto que hasta entonces había quedado obscuro. Es estepa-
Francesa de Psicoanálisis, donde Lacan fue seguido por la mayo- se-al-acto-analítico,11 fórmula de Jacques-Alain Miller, que distin-
ría de sus alumnos. gue el pase del pasaje al acto y que inaugura un trabajo inédito
Diez años después, la segunda escisión provocó un gran re- enla EFP.
vuelo. Todo comenzó con el pedido de afiliación en 1959 de la SFP El hecho de que los psicoanalistas no supieran nada de su
a la IPA. Se realizaron una serie de encuestas y de negociaciones acto condujo a Lacan a constatar el fracaso y a escribir su "Pro-
con la finalidad de eliminar a Lacan de la lista de analistas di- posición".
dácticos. Luego de la moción de orden que a finales de octubre No obstante, más de diez años después, una vez la experien-
de 1963 hizo efectiva la exclusión de Lacan de dicha lista, Lacan cia realizada, Lacan dijo que con ella él "había confiado en algo
interrumpió su Seminario "Los Nombres-del-Padre" y puso fin a que se llamaría transmisión, si hubiese una transmisión del psi-
este proceso, fundando la EFP el 24 de junio de 1964. coanálisis" .12
Pero este "fracaso completo" es también para Lacan la cons-
tatación de que el psicoanálisis es "intransmisible y que es pro-
blemático que cada psicoanalista sea forzado -ya que tiene que
A una razón ser forzado- a reinventar el psicoanálisis", y que es necesario que
"según lo que logró obtener del hecho de haber sido un tiempo
Es de esta escisión, como momento conclusivo de un fracaso,
que se trata el texto "El psicoanálisis. Razón de un fracaso". Este
fracaso se refiere al pasaje que va de la tarea que es el psicoaná- 6 Ibfd., p. 366.
7 Ibfd.
8 Ibfd.
9 La can, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967", Otros escritos, óp. cit., p. 271.
3 Lacan, J., (1953) "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis", 10 Ibíd.
Ecritos 1, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1966, p. 231. 11 Miller, J.-A., "El pase perfecto", Cómo tenninan los ana1isis. Paradojas del pase, Nava-
4 Lacan, J., (1967) "El psicoanálisis. Razón de un fracaso", Otros escritos, Paidós, Bue- rin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 218:
nos Aires, 2012, p. 361. 12 Lacan, J., "Conclusion du congres de l'EFP. La transmission", Lettres del'École nº 25,
5 Ibfd., p. 362. vol. II, París, 1979, pp. 219-220. [N. de T.: traducción propia].

216 217
LILIA MAHJOUB LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

analizante, que cada analista reinvente la manera en que el psi- anterior "Situación del psicoanálisis en 1957", texto que conside-
coanálisis puede perdurar''. 13 ra como el "prefacio de esta 'Proposición ... "'.18
Dos años después tuvo lugar la disolución de su Escuela. Esta extraterritorialidad que Lacan califica con diversos adjeti-
vos tales como "curiosa"19 y "singular"2º -este último en un tra-
bajo sobre la ética que, si no puede ser considerado como "un
¿Perdurar? escrito de Lácan [... ] es mucho más que un bosquejo"-,21 reenvía
a la vez a la infatuación de los psicoanalistas de la IPA que se ma-
Que el psicoanálisis pueda perdurar no está garantizado, nifiesta en una actitud conservadora, obligándolos "a armarse
pero es sin embargo lo que animó a unos cuantos en 1980, en el con la postura de inasible que tiene el murciélago de la fábula",22
momento de la disolución de la EFP. pero también a aquello que en el psicoanálisis resiste, a condi-
¿Pero por qué, después de semejante constatación de fraca- ción que los psicoanalistas intenten saber de qué se trata.
so, la ECF -creada luego de esta disolución-, retomó por cuenta ¿Qué es aquello que en el psicoanálisis podría hacerlo perdu-
propia la "Proposición" de Lacan sobre el pase? ¿Se trataba de rar? ¿Que haya psicoanalistas? ¿Que haya transferencia?
un esfuerzo suplementario? ¿De una creencia? ¿De una apuesta? Invocar la palabra "transferencia" para explicar que el psicoa-
¿Esta nueva Escuela tendría éxito allí donde Lacan decía haber nálisis perdure no sería suficiente, ya que, como Lacan lo enseñó
fracasado? durante todo un año en su Seminario, todo depende de lo que se
Lacan, que no desbordaba de optimismo pero que tenía un haga de esa transferencia.
deseo a toda prueba, dijo que quizás un día el psicoanálisis Se trataría primero de saber qué quiere decir psicoanálisis, si se
desaparecería, pero que por el momento, a pesar de las false- trata realmente de psicoanálisis o si se trata de otra cosa hacia la
dades que se le atribuían, conservaba algo que le era propio y que este se habría deslizado y que lo convertiría en un método en
auténtico. Lacan señalaba así que su supervivencia debía "res- el que se habrían borrado la cuestión del sujeto y del inconscien-
ponder a algo que el psicoanálisis reserva para sí, que constituye te. Señalemos que cada vez más practicantes se declaran psicoa-
justamente este peso, esta dignidad" .14 Es lo que le hace decir en nalistas y se ofrecen a la demanda por medio de plataformas que
una conferencia15 en Lyon en 1967, que el psicoanálisis tiene una están al servicio de un comercio específico.
posición "extraterritorial". Cuando Lacan, en 1956 o en 1970, ante la pregunta de qué
El término de extraterritorialidad ya había sido introducido por es un psicoanálisis responde que es "lo que se espera de un psi-
Lacan en 1955, en su texto "Variantes de la cura-tipo",1 6 pero lo coanalista",23 agrega que sería necesario comprender lo que esta
cuestionó respecto del "tono de magisterio con que los psicoa- respuesta quiere decir.
nalistas la sostienen [la territorialidad] apenas tienen que res- ¿Se espera entonces que él cure a su paciente de sus síntomas?
ponder ante el interés que su disciplina suscita en los dominios No desearíamos por supuesto lo contrario. Pero existen sin duda
circunvecinos" .17 En la "Proposición" de 1967 Lacan retoma ese
"término esencial" de extraterritorialidad presente en su escrito
18 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre", Otros escritos, óp. cit., p. 275.
19 Lacan, J., (1956) "Situación del psicoanálisis ... ", Escritos 1, óp. cit., p. 458.
13 Ibíd. [N. de T.: traducción propia]. 20 Cf. "Compte rendu avec interpolations du Séminaire de l'Éthique", Ornicar?,
14 Lacan, J., "Lugar, origen y fin de mi enseñanza", Mi enseñanza, Paidós, Buenos nº 28, Navarin éditeur, París, 1984, p. 16.
Aires, 2006, p. 26.
21 Cf. Miller, J.-A., Exergue au "Compte rendu avec interpolations du Séminaire de
15 Ibfd., p. 26. l'Éthique", óp. cit., p. 7.
16 Lacan, J., (1953) "Variantes de la cura-tipo", Escritos 1, Siglo Veintiuno, Buenos 22 Lacan, J., (1953) "Variantes de la cura-tipo", Escritos 1, óp. cit., p. 313.
Aires, 1982, p. 313.
23 Cf. J. Lacan, (1969-1970) El Seminario, Libro 17, El re-verso del psicoanálisis, Paidós,
17 Lacan, J., (1956) "Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en Buenos Aires, 1991, p. 56. Definición ya evocada en "Variantes de la cura-tipo", Es-
1956", Escritos 1, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1982, p. 458. critos 1, óp. cit., p. 329.

218 219
LILIA MAHJOUB LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

curas y curas, en relación con la manera en que operó el practi- se trata de una artimaña, "cuyo único mérito es el haber sido
cante. Esto nos lleva al acto del analista, ya que es únicamente a exitosa". 28
partir de este que es posible localizar lo que Lacan articula como En efecto, Hans se cura de su fobia y "logrará que otro, a saber
el "deseo del psicoanalista", deseo que no tiene nada que ver con en esta ocasión su hermanita, soporte ese pequeño pene" .29
"el deseo de ser psicoanalista".24 Para definir el fracaso, digamos que es propio al significante,
La psicoterapia que quiere resolver el síntoma, incluso supri- el que a su ·vez no tiene otra definición que la de representar al
mirlo, buscando el retomo a un estado sin síntoma, erradica al sujeto para otro significante. El sujeto, por lo tanto, no es Uno, re-
mismo tiempo el sujeto. presentado por un único significante. Esto indica el fracaso pro-
Lacan distingue psicoanálisis y psicoterapia, diciendo que ducido entre los dos significantes para representar el sujeto.
"una psicoterapia es un manoseo exitoso, mientras que el psi- Cuando escucho a alguien hablarme de su práctica, constato
coanálisis, es una operación que está esencialmente condenada frecuentemente que, respecto de la definición del sujeto, el signi-
al fracaso. Y ese es su éxito" .'25 Añadió, para frenar el ardor de ficante no es lo que guía a quien habla de su clínica. La división
algunos, que no se trataba de hacer de esta fórmula una regla de del sujeto se vuelve una vacilación, una duda, una elección, por
conducta, apuntando al fracaso. ejemplo, para un hombre, entre una mujer y otra, y de igual ma-
nera para una mujer, o incluso cuando se trata de una elección
entre dos orientaciones profesionales, etc.
Fracaso (ratage) y éxito La metonimia y la metáfora, incluso el equívoco significante,
no tienen nada que ver con un estado u otro, un humor u otro,
Notemos entonces que no se trata aquí de un mandato: "hay un objeto imaginario u otro, sino más bien con el funcionamiento
que fracasar para triunfar'', sino de una paradoja: "fracasar es del significante que siempre es importante localizar.
triunfar".
Como la cuestión del fracaso reaparece, conviene interrogar
lo que Lacan entiende por fracaso o falla. El objeto a fracaso
Lacan se preguntaba cómo, por medio de la operación del
significante, un sujeto pueda curarse de su neurosis o de su per- Con el lapsus, el acto fallido, es decir, las formaciones del in-
versión. consciente, Lacan se refiere entonces en primer lugar a Freud para
Al constatar el fracaso del pase en 1978, Lacan dice a propó- hablar de fracaso.
sito de la cura, que "en el pase nada atestigua que el sujeto sepa Más adelante, Lacan lo situará en el punto preciso donde el
curar la neurosis", 26 que el sujeto supuesto saber "sepa el truco, significante tropieza, a saber, ante este objeto que tiene un estatus
la manera en que se cura una neurosis". v especial, el objeto a. Primero en 1964, a partir de la trayectoria de la
Es entonces una cuestión de truco, de artilugio, del cual en- pulsión que contornea este objeto a y que, en consecuencia, falla.
contramos un ejemplo, y no cualquiera, ya que se trata de la in- No obstante, es gracias a este fracaso que podemos decir que
tervención de Freud, mediada por el padre de Hans; para Lacan, la pulsión triunfa, ya que es en su retomo sobre el cuerpo que
ella aporta la satisfacción. Es dicha satisfacción sexual la que se
produce en el encuentro de los cuerpos, que no es encuentro con
24 Lacan, J., (1967) "Discurso en la Escuela Freudiana de París", Otros escritos, 6p. cit., el Otro, sino con el objeto, al cual el Otro es reducido.
p.289.
25 Lacan, J., (1968) "Discours de clóture au Congres de Strasbourg", 13 octobre 1968,
Lettres de L'Éco/efreudienne, 1970, nº 7, pp. 157-166. [N. de T.: traducción propia].
26 Lacan, J., "Conclusion du congres de l'EFP. La transmission", Lettres de l'Éco/e nº 25, 28 Lacan, J., (1975) "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma", Intervenciones y textos
óp. cit., pp. 219-220. [N. de T.: traducción propia]. 2, Manantial, Buenos Aires, 1988, p. 128.
27 Ibíd. [N. de T.: traducción propia]. 29 Ibíd., p. 128.

220 221
LILIA MAHJOUB

A partir de esta contingencia, en la que el fracaso es convoca-


T LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

La vía del sinthome ...


do bajo la forma del objeto a, Lacan señala que es 1

Lacan retendrá más tarde la escritura sinthome, sin el compo-


[... ]la única forma de realización de esta relación, si, corno lo nente toma, de síntoma, que quiere decir caída. Ya que el síntoma
postuló, no hay relación sexual. Entonces decir t?do se logra no no es una caída sino todo lo que resta de la relación sexual. La
impide decir no-todo se logra, porque es de la misma manera: relación serual es entonces una relación intersinthomatica.33 Este
eso falla. 30 término de síntoma se ha extendido al psicoanálisis mismo.
En 1976, en "La tercera", Lacan interroga nuevamente qué es
Que el todo se logra y el no-todo se logra impliquen ambos el el psicoanálisis, ya no como lo hizo en 1956. Esta vez agrega el
fracaso, toma el valor de una paradoja. síntoma:" ¿El psicoanálisis es un síntoma?" 34 Compara allí el sín-
Se puede decir que el no-todo de la lógica lacaniana está ligad.o toma a un pececito con un pico voraz que solo se cierra cuando
también a ese fracaso que es el objeto. De hecho, podemos decir se mete sentido entre los dientes, haciéndolo proliferar o morir.
que la manera en la que un hombre aborda a una mujer, a través Sin embargo, el sentido del síntoma es real y es lo que lo hace
del objeto a, el de su fantasma, hace que no la alcance toda como irreductible, salvo si es alimentado de sentido imaginario.
mujer. . . l" 1 "P . ., " d L Siendo el síntoma lo que viene de lo real, "el sentido del sín-
Este objeto adqw.ere re 1eve en a ropos1c1on e aca~, en toma depende del porvenir de lo real, [... ],del éxito del psicoa-
particular con relación al fin del análisis, en la caída de la rmrada nálisis", y Lacan precisa que si "el psicoanálisis triunfa, se extin-
luego del atravesamiento del fantasma, momento en que el ana- guirá, al no ser más que un síntoma olvidado" .35
lista se vuelve una voz. 31
Se trata de una salida lógica y no de un modelo, puesto que
no hay ninguna posibilidad de alcanzar lo real por medio de una ... y del psicoanalista
representación.
Para que el psicoanálisis perdure, es importante qm~ lo real Así, "todo depende, pues, de que lo real insista" y, "para ello,
resista a lo simbólico y produzca ese fracaso que es el objeto a. el psicoanálisis debe fracasar" .36 Lacan resalta también que el ad-
No obstante, el fracaso no puede forzarse ni programarse, venimiento de lo real no depende del psicoanalista, quien debe
sino que respondería a una lógica tanto en la cura como en el más bien contrarrestarlo.
pase. Para ello, Lacan retoma la lógica rel~tiva al fracaso .d~ la Hay ahí un cambio de perspectiva, ya que con frecuencia he-
relación sexual, en tanto que "El fracaso rmsmo puede definirse mos escuchado lo contrario, como si el psicoanalista tuviera po-
como lo sexual en todo acto humano" .32 der sobre lo real y pudiera convocarlo a su gusto.
Entonces, cuando Lacan construye su lógica de la sexuación, El psicoanalista debe preservarse de cualquier tipo de poder,
define el síntoma como la huella del exilio del ser hablante res- y en varios testimonios de pase, lo real parece tomar consistencia
pecto de la relación sexual. Por lo que, si el partenaire no se abor- cuando es nombrado como tal. Salvo que suele no tratarse de lo
da sino como objeto a, es por la vía del síntoma que el encuentro real sino de un imaginario que tomó la delantera. El aspecto "es-
puede producirse.

30 Lacan, J., (1972-1973) El Seminario, Libro 20, AlÍn, Paidós, Buenos Aires, 1990, p. 73. 33 Lacan, J., "Conclusion du congres de l'EFP. La transmission ", Lettres de l'École nº
[N. de T.: Las cursivas son del autor]. 25, óp. cit., pp. 219-220.
31 Cf. Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967", Otros escritos, óp. cit., 34 Lacan, J., (1974) "La tercera", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, nº 18, EOL-Grama
p.273. ediciones, Buenos Aires, 2015, p. 15.
32 Lacan, J., (1975) "Universidad de Yale, Seminario Kanzer ", Revista Lacnniana de 35 Ibíd., p. 16.
Psicoana1isis, nº 19, EOL-Grama ediciones, Buenos Aires, 2015, p. 17. 36 Ibíd., p. 17.

222 223
LILIA MAHJOUB

pectáculo" de la exposición pública de los testimonios de pase


noie le poisson,37 por así decirlo. NUEVA ESCUELA LACANIANA DEL CAMPO FREUDIANO
En 1976, en su Seminario, Lacan lee una pregunta que le en-
viaron por escrito y responde al mismo tiempo: "¿Si el psicoaná- Al final, el chiste escribe un quiasmo
lisis es un sinthome -yo no dije que el psicoanálisis fuera un sin-
thome-, lo que usted hace con su nudo y sus maternas no es acaso Estela Paskvan
descifrarlo, con la consecuencia de disipar su significación?"38
Es verdad que Lacan se preguntó dos años antes si el psicoaná-
lisis era un síntoma y no un sinthome, como lo hace en ese momen-
to. Aquí agrega a su respuesta que lo real, estando desprovisto
de sentido, "no es seguro de que el sentido de este real no podría
aclararse al ser considerado como nada menos que un sinthome" .39
En este vuelco que Lacan produce diciendo que el psicoanálisis Un pasaje sutil
no es un sinthome, el futuro del psicoanálisis depende entonces de
lo que el psicoanalista hará del sinthome que él deviene al final de "[¿Quién verá que mi proposición se forma con el modelo del
su análisis, y que articulará en su pase si se somete a este proce- chiste, del papel de la dritte Person?]". Y Lacan agregaba "indico
dimiento. Es precisamente esto lo que hace que el pasaje del ana- esta estructura porque nadie se ha dado cuenta de ello" .1 Ya no es
lizante al analista como sinthome atañe a la invención, y no de la el caso, puesto que el nadie de ese momento fue lo suficientemen-
aplicación de elaboraciones que, ellas, son la invención de Lacan. te provocador para esos discípulos que supieron restablecer esa
Al engalanarse de los oropeles de Lacan, la exposición de cier- apuesta. Por lo tanto, que la prueba del pase está estructurada
tos testimonios se vuelve un espectáculo, una especie de coro- corno el chiste, es algo que hoy se sabe. Pero en este momento sí
namiento de analistas que habrían alcanzado para ellos mismos conviene tener en cuenta que el paso es delgado, fino, sutil. "Es
una suerte de cima. Es al menos lo que hemos constatado en el el paso vaciado de toda clase de nécesidad [... ]que puede mani-
a:-rso de estos últimos años, y en particular en la ECF, que ha me- festar lo que en mí está latente de mi deseo, y puede tener eco en
dido el alcance de esta deriva. La nominación de AE me parece el Otro, pero no por fuerza". 2 Efectivamente, en 1957 Lacan había
haber ido en el sentido de lograr convertirse en AE, lo cual está dedicado varias lecciones de su Seminario al texto de Freud so-
lejos de la paradoja del fracaso para el psicoanálisis y de lo que bre el chiste para señalar la articulación misma del inconsciente.
de ahí resulta: que haya del psicoanalista.40 Diez años más tarde recurrirá otra vez a esa articulación en su
"Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de
TRADUCCIÓN: CAROLINA KORETZKY Y BEATRIZ GONZÁLEZ-RENOU la Escuela",3 cuando se trata de verificar el pasaje de analizante a
analista como conclusión de un psicoanálisis.
La tercera persona aparece en el texto freudiano cuando dife-
rencia los chistes inocentes de los que llama "tendenciosos" .4 Si
37 [N. de T.] La e":presiói:1 en francés ~ayer le poisson ("ahogar al pez") quiere decir
provocar la confusión y distraer a alguien de lo esencial. 1 Lacan, J., (1967) "Discurso en la Escuela Freudiana de París", Otros escritos, Paidós,
38 Lacan, J., (1975-1976) El Seminario, Libro 23, El sinthome Paidós Buenos Aires 2006 Buenos Aires, 2012, p. 283 y 299.
p. 132-133. ' ' ' ' 2 Lacan, J., (1957-1958) El Seminario, Libro 5, Las formaciones del inconsciente, Paidós,
39 Ibíd., p. 133. Buenos Aires, 1999, p. 103.
40 (N. de T.J. L~ expresión ~n francés qu'il y ait du psi;chanalyste (que haya del psicoa- 3 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
nalista) es d1fíal de traduar ~l cast~llano. Du es u~lizado como partitivo, "algo de". Escuela", Otros escritos, óp. cit., pp. 261-277.
Ahí donde ~o puede hab~r psicoanalista logrado y sm falla puede surgir algo de, lo que 4 Freud, S., (1905) "El chiste y su relación con el inconsciente", Obras completas, t. VIII,
Lacan considera necesario para quienes se autorizan como psicoanalistas. Amorrortu, Buenos Aires, 2005, p. 94.

224 225
ESTELA PASKVAN LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

en los primeros se trata del lust ganado por el juego de palabras, Ese encuentro no es una cita a ciegas. Cuando el pasante hizo
en los segundos la tendencia obtiene una satisfacción pulsional. su demanda de hacer la prueba al secretario del pase, en el caso
Esta ganancia no se logra solo con la primera persona -el que de ser aceptada el azar le adjudicará dos interlocutores de la lista
habla- sino que también apunta a esa tercera en la que reconoce- de pasadores. Dos parejas, entonces, pero nada permite suponer
mos la instancia del Otro. que al pasante le ocurra ~ se le ocurra- lo mismo con una que
En el chiste, ese tiempo de suspenso, de espera -que el que lo con. la otra.
cuenta sabe crear- produce el instante de sorpresa en el que se En la "Proposición... " está claro que tanto pasante como
entretejen sentido y sinsentido, y que provoca la risa. pasador están allí en tanto analizantes que comparten un mo-
Debemos admitir que las estructuras son cosa seria. Y que mento: el del franqueamiento del pase en sus análisis. En este
para reír es preciso poner el cuerpo. sentido, la pareja se iguala. Pero a la vez, en el mismo párrafo,
Lacan introduce una diferencia con un matiz de tiempo: "aún''.7
El pase en-corps El pasador es un analizante que está aún en un momento de pase,
"todavía lo es",8 "todavía ligados al desenlace de su experiencia
El dispositivo del pase en la Escuela encama esa estructura personal".9 Puede suceder que para uno 'eso ya pasó' y para el
triádica: pasante, pasador, jurado del pase. La elección de hacer- otro 'está aún'. Por otro lado, no se puede olvidar que el pasador
se pasante, es d·ecir, someter a prueba el resultado de su propio es también una alteridad porque es precisamente alguno.
análisis, implica poner en juego un nuevo lazo transferencia!. El pasante tiene algo para transmitir y el pasador quiere sa-
Cuando elige la vía de "testimoniar de los problemas cruciales berlo. Que esté animado por este querer es determinante para
en los puntos candentes ... para el análisis'',5 también revela su ejercer su función. En la "Proposición ... " Lacan decía que el paso
apuesta por un vínculo: con el psicoanálisis mismo, con su causa. de psicoanalizante a psicoanalista tiene una puerta cuyo gozne
Es aquí que se juega el deseo del analista. es resto y causa de la división del sujeto. El pasador, ¿quiere sa-
Así, distinguimos el momento pase 1 en un psicoanálisis, del ber cómo el pasante logró franquearla?, ¿cómo encontró la llave?
pase 2 que se produce en este dispositivo peculiar, el que la Es- En 1965 Lacanhabía hablado de la llave y la cerradura para seña-
cuela ofrece a quienes elijan testimoniar sobre el primero. Esta lar que esta última tiene una combinación, una cifra que supone
distinción no significa que haya dos pases, puesto que el segun- un sujeto reducido a este Uno de la combinación. 10 El rol de la lla-
do al "redoblar" el primero lo hace "emerger". 6 ve, decía, es muy sugestivo puesto que, sin duda indispensable,
soporte efectivo y real, es también un resto. Así, la fórmula 1+ a.
El pasador es la articulación entre el pasante y el Cartel. En
Una pareja despareja un primer tiempo él escucha al pasante, recibe el testimonio y se
hace su depositario. Luego, en el segundo tiempo, después de
El procedimiento se asienta sobre una extraña pareja: pasante
separarse de su pareja, acudirá al Cartel para transmitir lo que
y pasador. El pasante llega solo, en una soledad muy peculiar.
ha escuchado. Primero recoge la carta y luego se hace cartero.
Encuentra a otro, el pasador, quien asegurará la transmisión de
Sin embargo, entre los dos tiempos él mismo es el depósito y
lo que escuche ante el jurado o Cartel del pase. Así, el dispositivo
el depositario, él mismo es la carta en souffrance. Es importante
funciona en dos tiempos, y es en el primero donde la pareja se
encuentra y ... se separa.
7 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela", Otros escritos, óp. cit, p. 273.
5 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la 8 Ibfd., p. 273.
Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 262. 9 Ibfd., p. 274.
6 Miller, J.-A., "La passe bis", La Cause freudienne, nº 66, Le Seuil, París, mayo 2007, 10 Lacan, J., (1964-1965) Seminario 12, "Problemas cruciales para el psicoanálisis".
p.210. Lección del 5 de mayo de 1965. Inédito.

226 227
ESTELA PASKVAN LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

señalar que en su transmisión no debe "dejar la cosa incierta", 11 Son las enseñanzas del pase las que están en este momento en
no puede solo repetir y borrarse, él es el pase en la ocasión. Será cuestión, tanto las que realizan los AE como las de los jurados o
después, cuando acabe su función, que le corresponderá guardar carteles del pase. Que estén en cuestión, es decir evaluadas como
silencio. Los efectos sobre sí que muy probablemente se produ- conviene, implica la posibilidad de volver a considerarlas en su
cirán tienen el lugar reservado para proseguir: el de su análisis. fundamento, " .. .enfin en question".
¿Cómo entonces ignorar el compromiso del AME que designa
un pasador? En la actualidad surge una pregunta importante:
para realizar dicha designación, ¿sigue en pie la condición que El pase enseña
figura en la "Proposición ... ", de que sea un analizante aún en el
momento de pase? ¿Cómo se interpreta hoy este "aún"? El pro- En cuanto a la doctrina, ¿qué enseña? El asunto central es la
blema de la selección de los pasadores ya lo señalaba J.-A. Miller emergencia del deseo del analista en un analizante cuando con-
en el año 2000: "el escollo al que se llega, quizá, después de un cluye su psicoanálisis, cuando resuelve el impasse que experi-
tiempo suficiente de práctica, y que demandaría ser reconsidera- mentaba. Lacan advertía que lo terapéutico es por añadidura. No
do y estudiado". 12 podemos ignorar el desafío implícito a los psicoanalistas que se
posicionaban como curadores y seguros de tener las herramien-
tas para eso.
La apuesta del Cartel La "Proposición ... " era la búsqueda de un psicoanalista de
nuevo cuño. Y cuestionaba que el psicoanalista se reclutara por
La composición del Cartel es diferente en cada una de las
filiación a un analista didacta; fue una propuesta rotundamente
Escuelas del Campo freudiano. Lo que no varía es su función:
subversiva. Su puesta en práctica durante más de cuarenta años
selección y doctrina. La primera refiere a la nominación de los
requiere comprobar si ese espíritu subversivo se mantiene. No
Analistas de la Escuela. Es ya un lugar común decir que esa de-
ignoramos las pendientes del mutualismo y la burocracia que
cisión es una apuesta. Pero, ¿sobre qué? El Cartel apuesta a que
J.-A. Miller advertía, en el año 2000, en la EBP.14
ese AE podrá transmitir, enseñar, "testimoniar sobre los proble-
Lo que se pone en juego es la pregunta ¿qué es un analista?;
mas cruciales en los puntos vivos". 13 Para llegar a esa decisión es
de allí que sea la incógnita a develar en cada pase. Y sencilla-
preciso que el Cartel haya podido aprender del testimonio escu-
mente porque no hay definición universal de lo que el analis-
chado. Aprender no es confirmar lo ya sabido, sino experimentar
ta es. Lacan escribía: "¿Qué puede decirse de todo psicoanalista
algo que al principio sorprende. Muchos testimonios enseñan al
que no vuelva evidente que por eso mismo ninguno lo es?". 15 Y
Cartel de las mutaciones subjetivas que se han producido, pero
en el momento de su enseñanza en que distinguía la lógica del
no todos lo deciden por una nominación. Es precisamente en su
no-todo, Lacan se inclinaba por ella para objetar el ser universal
función de doctrina, es decir de enseñanza, que el Cartel trans-
del analista. Pero en materia de existencia, afirmó: "Hay analis-
mitirá a la comunidad analítica los fundamentos de su decisión.
ta". Es verdad que era remiso a utilizar el artículo definido; es
Pero ya hace tiempo que constatamos que esa enseñanza desfa-
"decir demasiado, o también, si no, desear demasiado". 16 Por
llece, que en el mejor de los casos se limita a la publicación de un
ello prefería enunciar "Hay del psicoanalista". De esa manera, la
informe final que no tiene eco alguno, a pesar de que en muchos
casos encierran importantes contribuciones.

14 Miller, J.-A., "Sobre el mutualismo", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase,
11 Lacan, J., (1973) "Nota italiana", Otros escritos, óp. cit. p. 329. Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, pp. 315-326.
12 Miller, J.-A., (1999-2000) Los usos del lapso, Paidós, Buenos Aires, 2004, p. 360. 15 Lacan, J., (1969) "El acto psicoanalítico", Otros escritos, óp. cit., p. 399.
13 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la 16 Lacan, J., (1966) "Del sujeto por fin cuestionado", Escritos 1, Siglo Veintiuno, Mé-
Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 262 xico, 1989, p. 226.

228 229
ESTELA PASKVAN LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

existencia del psicoanalista se vuelve relativa a la praxis de un de intersección. De ello resulta una conmoción para la teoría del
discurso, el del psicoanálisis. fin de análisis, ya que la misma noción de finitud está en juego.
El procedimiento del pase apuesta por saber cómo surge esa J.-A. Miller realizó un aporte decisivo para orientamos. Su lec-
existencia. La revelación del deseo inconsciente con sus efectos tura de las modalidades lógicas aristotélicas según Lacan introdu-
de verdad, la elucidación de un saber sobre el sentido de los sín- ce precisamente la consideración del tiempo en la sesión analítica.
tomas, el desciframiento de los enigmas de la sexualidad, no al- Pero, es más, Miller nos revela así la distinción que se juega en la
canzan para dar cuenta de su sustrato material. "Proposición ... ": la entrada y la salida. Aportando un elemento
No es solo cuestión de verdad y deseo, sino también de pul- suplementario -un punto al infinito-, demuestra cómo puede pro-
sión y goce. Es necesario el tiempo de consentir a la opacidad ducirse el efecto de inversión de la orientación que se especifica en
del propio goce que aún resta y de lo real que hace su marca. En "cambio de puntuación, de sentido y de modalidad lógica".19
definitiva, surge de esos desechos. Por eso, para señalar la emer- Es así que podemos leer en Miller los dos tiempos fundamen-
gencia de esa existencia, Lacan usa la metáfora del "fuego fatuo", tales que están en juego en un recorrido analítico. El primero,
que contrapone al fiat lux, a las luces que vienen del cielo. Y preci- sobre la diagonal dibujada entre las modalidades de lo necesario y
sa: "El fuego fatuo no ilumina nada, sale incluso ordinariamente lo posible. Para resumir: a cada puntuación significante en el pre-
de cierta pestilencia. Esa es su fuerza" .17 sente se le adjudica una significación inconsciente "ya escrita"
en el pasado. De este modo, lo posible se revela como necesario, es
decir, como ya inscrito en ese pasado. Es el tiempo que corres-
El pasaje, ¿es de superficie o de tiempo? ponde al "inconsciente transferencia!" y que reconocemos en la
instauración del "sujeto supuesto saber". Hay que decir que esta
La "Proposición ... " formaliza dos momentos: la entrada con reversión -del presente al pasado- es también la que instala la
el algoritmo del sujeto supuesto saber, y la conclusión por el lado ilusión de eternidad que Lacan, incluso, calificó de estafa.
del fantasma, su travesía. La topología que supone implica una Será considerando la otra diagonal, entre lo contingente y lo
superficie donde es relevante la función del corte. "El corte es imposible que se pondrá en juego el acontecimiento que Miller ca-
neto, el pase puede incluso ser evaluado a partir del modelo de lifica de "imprevisto", para ponerlo en relación con lo imposible.
un 'pase perfecto 18 111
• En consecuencia, es el lapso en que se produce "un desmentido
Pero cuando Lacan en su última enseñanza objeta la espe- del sujeto supuesto saber". 20 No solo es la barra sobre el Otro que
culación sobre el sentido como práctica del psicoanálisis, pone se sostenía. Si el Otro está barrado "no quiere decir que basta la
en cuestión los resultados de dicha experiencia con relación a lo barra para que nada de lo tachado exista". 21 Ese acontecimiento
real. ¿El resultado de un análisis requiere ser considerado solo en contingente -lo que cesa de no escribirse- permitirá atrapar un
términos de saber? imposible: el propio del sujeto con relación al goce. Lo revelan
Cuando se aborda lo real excluyendo el sentido, el punto de algunos testimonios: un imposible de traducir, un imposible de
capitón se desvanece. Lacan, al introducir en el Seminario Aún su medir, un imposible de componer, etc. Precisamente es lo que
nudo borromeo, precisamente cuestiona que pueda sostenerse la permitirá rectificar el acto del analista que se autoriza por sí mismo.
noción de punto. Y después, en el Seminario El sinthome, afirma Miller subraya en esta diagonal, inconsciente real.
que lo real no admite el punto como tal, es decir, un punto común Es la soledad tan peculiar que puede experimentar el anali-
zante en su fin de análisis. Peculiar, porque la transferencia no

17 La can, J., (1973-1974) Seminario 21, "Les non dupes errent". Lección del 23 de abril
de 1974. Inédito. 19 Miller, J.-A., La erótica del tiempo y otros textos, Tres Haches, Buenos Aires, 2001, p. 30.
18 Laurent, D.,"Effects paradoxaux dans la passe", La cause Freudienne, Revue de Psi;cha- ZO Ibíd., p. 22
nalyse 52, París, 2002, p. 78. 21 Lacan, J., (1972-1973) El Seminario, Libro 20, Aiín, Paidós, Barcelona, 1981, p. 101.

230 231
ESTELA PASKVAN

se liquida, no se reduce a cero. Y a la vez el lazo, el vínculo, está


afectado, puesto que se comprueba que no hay relación, esa que NUEVA ESCUELA LACANIANA DEL CAMPO FREUDIANO
"no cesa de no escribirse".
Cuando el pasante elige hacer la prueba en la Escuela también ¿El pase en crisis?
escoge otro destino para la transferencia. "Del trabajo de la trans-
ferencia a la transferencia de trabajo", decimos y repetimos. Si
¿Del disfuncionamiento al síntoma?
ponemos atención a la figura retórica de este dicho, advertimos
el retruécano. Y sabemos que es un derivado de otra, el quiasmo. Alejandro Reinoso

Al final, un quiasmo
No ignoramos que el quiasmo ha sido un recurso importante Crisis
en el pensamiento contemporáneo para encontrar una intersec-
ción, un lazo entre nociones que se manifiestan en dicotomía. La palabra crisis proviene etimológicamente del griego KQLmc;
Merlau-Ponty lo conceptualiza en esa nota que escribe en Lo (krísis), y este a su vez viene del verbo KULUELU (klinein) que sig-
visible y lo invisible, que se titula precisamente "El entrelazo-el nifica "separar" y/ o "decidir", el cual deriva de la raíz indoeuro-
quiasmo" .22 Y la cosa prosiguió, puesto que no dejó de inspirar pea krei: cortar, separar, distinguir. 1
a otros. Por ejemplo, a G. Deleuze con su "pliegue" o a Judith La crisis, por una parte, evocaba en el mundo griego antiguo
Butler con la "performatividad". La lista puede proseguir. El psi- una "elecdón" o un proceso de esa índole y, al mismo tiempo,
coanálisis lacaniano tiene su respuesta: la noción de "extimidad" podía significar la presencia de una "contienda" en curso entre
subjetiva, nada ajena a lo que estamos tratando de cernir. distintas opiniones, un debate. Por otra parte, hay una dimen-
Precisamente, para lo que nos interesa respecto de la conclu- sión crítica en la raíz de crisis, un agravamiento corporal, psico-
sión de un psicoanálisis y la prueba del pase, volvamos a nuestro lógico social o económico, que en su versión médica es "la in-
quiasmo como figura retórica. tensificación brusca de los síntomas de una enfermedad"; la RAE
Su etimología griega-chiasmós- alude a una letra griega Ji. ¿Por ejemplifica esto con "crisis asmática, alérgica", etc. Pero también
qué? Precisamente porque esta letra dibuja dos aspas en dispo- la crítica es un elemento analítico que permite producir un dis-
sición cruzada. Se escribe así, mayúscula X, minúscula x. ¿No es cernimiento argumentativo, generando un juicio crítico. Cabe er:i-
sorprendente encontrar una letra que escriba las dos diagonales este punto destacar la declinación krino, que significa cruce de ca-
que Miller comenta en su contribución? Escribe precisamente ese minos, alocución evocativa de una detención, punto de inflexión,
pase "del inconsciente transferencia! al inconsciente real". Quias- reorientación y una toma de decisión por advenir.
mo subjetivo, entonces, ese pasaje del pase. Será con su retruécano Con todo, hay a menudo una lectura pesimista de la crisis
"del inconsciente real al inconsciente transferencia!", que define al en la cual esta es una "situación mala o difícil", mientras que en
pase 2, que el pase 1 tenga la chance de emerger. la versión de las soluciones podría implicar una oportunidad,
como el dicho popular evoca, para situar y abordar el impasse.
30 de abril de 2022 Extraer enseñanzas podría permitir avanzar.
Hasta ahora no he dicho nada del pase.

1 Coromines, J., Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana e hispánica, Gredos,


22 Merlau-Ponty, M., Lo visible y lo invisible, Seix Barral, Barcelona, 1970, pp. 163-192. Barcelona, 2012.

232 233
ALEJANDRO REINOSO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

¿Cómo se inicia la detección de esta crisis del pase? Recor- po del Otro-audiencia recibió resonancias contrastantes. Algo no
demos. Durante la presentación de los testimonios de pase de anda, no funciona y empezó a vociferar, con efectos políticos y
la ECF, en sus Jornadas 2021, precisamente el 21 de noviem- decisiones (krisis) en la ECF. De ahí, la cosa escaló a la AMP.
bre, señalan Dupont y Zuliani, "varios miembros hablaron de A este no reconocimiento y la declaración de crisis inicial le
su desconcierto y malestar. Ya no reconocieron el pase en varios siguió un notorio silencio de testimonios y enseñanzas del pase.
de los testimonios presentados, cuyos autores fueron todos felici- Estamos en.un momento crítico -en los términos antes mencio-
tados" .2 Una contradicción flagrante: aplausos y desconcierto, nados-, analítico, de elaboración, que freudianamente significa
malestar y vítores. Se trizó un espejo, irreconocible. trabajo. Se iniciaron las reuniones de los dispositivos, informes
A diferencia de otras crisis del pase, ligadas a conflictos in- de carteles del pase de las Escuelas y la convocatoria, en el caso
tergeneracionales, crisis en los carteles del pase o bien como de la ECF, del Colegio del pase. Sucesivamente emergen las pri-
síntoma de tensiones grupales en las mismas Escuelas, en este meras elaboraciones producidas, comentadas en la "Cita con el
caso el inicio de la fractura se relaciona en forma directa con pase".3 Un instante de ver. El aire de decepción con el pase y las
la transmisión oral de algunos de los testimonios. Se apareció elaboraciones que produce no es nuevo. 4
un colmo, un exceso, la punta de un iceberg, un ''basta". Aun Una verdadera crisis apunta al deseo involucrado. En la
cuando se apunte a buscar las causas en los distintos dispositi- clase "La excomunión", del Seminario 11, La can indica: "Se ne-
vos del pase (carteles del pase, Secretariado, pasadores y AEs, en cesita de veras una crisis para que el señor Oppenheimer nos
procedimientos y reglamentos) su emergencia inmediata es un pregunte a todos sobre el deseo que está en el trasfondo de la
momento preciso de la transmisión y proviene desde un ruido física moderna". 5 En especial si ese deseo apunta al deseo del
en la audiencia, desde la comunidad analítica. El detonante son analista, tal como Lacan explora en dicha clase. El propio Lacan
testimonios mal logrados, un fracaso: ya no se reconoce el pase puso en crisis en su época al psicoanálisis mismo, pero dando
en los testimonios de algunos AE y, en consecuencia, caen, ya no elementos para su elaboración:
se les reconoce en esa función.
Y antes, ¿reconocíamos el pase en los testimonios?, ¿qué era Yo no habría emitido, estando poco llevado a ello por natura-
reconocerlo?, ¿antes no alcanzaban el nivel de disfuncionales o leza, la que yo no habría emitido sin un llamado, un llamado
no lo reconocíamos?, ¿bajó acaso la línea de flotación? Y parece ligado de una manera más o menos contingente a, digamos,
que algunos ya no flotan, como se dice en política. ¿Esta disfun- una crisis en el discurso analítico. Es posible que, con el tiem-
ción es una coyuntura?, ¿es una contingencia puntual de unas po, nos hubiéramos percatado de que, a pesar de todo, esta
nominaciones o hace parte de una serie? Hay una serie, indica crisis había que desanudada. Pero fueron necesarias algunas
Miller en la introducción, "Preliminar", a su libro Cómo terminan circunstancias para que yo pasara al acto. 6
los análisis. Paradojas del pase.
Antes no era una disfunción en búsqueda de un síntoma. Es una buena noticia que el dispositivo del pase puede experi-
Ahora sí. mentar cambio y avances. El dispositivo del pase no es estático.
La escena del testimonio oral, en vivo y en directo (vía Zoom Miller, en la presentación de Lacan redivivus, indica:
durante la pandemia), implica el testimonio propiamente como
tal, el AE que testimonia, un interlocutor y la audiencia. Un siste-
ma cuaternario. Algo en esa escena se hizo irreconocible. El cuer- 3 AMP /WAP. "Cita con el pase". Disfuncionamientos del pase en las Escuelas de la
AMP (versión modificada). Blog del pase de NELcf 19 de marzo 2022.
4 Miller, J.-A., "Las paradojas del pase", Maternas lI, Manantial, Buenos Aires, 1990,
p.108.
2 Dupont, L., y Zuliani, E., "Convocatoria Colegio pase en la ECF", ECF-Debates, 2 5 Lacan, J., (1964) El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoaná-
de diciembre de 2021. Traducción de Félix Rueda. Publicado en NEL-Noticias el 3 de lisis, Paidós, Buenos Aires, 1987, p. 18.
diciembre de 2021. 6 Lacan, J., (1974-1975) Seminario 22, "RSI", clase del 18 de marzo de 1975. Inédito.

234 235
ALEJANDRO REINOSO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Lacan hizo avances en el pase, esto es en el procedimiento de prácticas que pueden tener una función de defensa contra lo
verificación del final de análisis. Es normal que haya una evo- real. Y en este caso, ¿hay alguna voluntad de goce circulando
lución de la práctica del pase en el curso de diez años, pero en torno a esos usos?
:r:!-osotros tenemos cuarenta años de experiencia del pase en la
Ecole de la Cause freudienne; es normal que haya evolución,
y es normal que haya diversas regulaciones del dispositivo. La voluntad de pase
Actualmente estamos andado hacia una nueva regulación, es
la actualidad de nuestra Escuela, dado que se han notado al-
Uno de los aspectos centrales relevados en esta crisis es la
gunos disfuncionamientos. 7 lectura de un automaton de ciertos usos: el empuje a la nomi-
nación, la insistencia de demandas al dispositivo del pase, in-
Una crisis "de veras" del pase implica pasar del disfunciona-
cluyendo demandas a dispositivos de otras Escuelas, así como
miento, de un impasse, al smtoma, en modo tal que el sujeto Es-
ciertos disfuncionamientos de los carteles/jurado que favore-
cuela quede implicado. Si una verdadera crisis apunta al deseo,
cerían la democratización del pase.
cabe la pregunta por el deseo de pase en las Escuelas, en sus
En efecto, podemos decir que "el deseo de obtener el título
autoridades actuales y pasadas, no solo de los miembros que
de AE abre una reflexión sobre el uso de la nominación". 10 La
se acercan al dispositivo. Anna Aromí plantea la invitación del
lectura de una voluntad de pase y de nominación se relaciona
siguiente modo a los dispositivos del pase:
con un emp~j~ al todo-pase, que se traduce en el lugar que
este ha adqumdo para la comunidad. Eso implica diversos in-
[... ] solo hay avance por franqueamientos del síntoma. En-
tonces -tengamos coraje al responder-, dejando a un lado terrogantes sobre los cuales debatir.
permutaciones y reglamentos, ¿dónde encontrar el síntoma Si bien hay derecho a la emoción con un testimonio en torno
(o síntomas) del pase que permitirían avanzar?ª al acontecimiento de pase que ahí se puede desplegar,11 la pre-
dominancia del efecto de afecto por sobre la demostración ha
Una lectura de una crisis está relacionada con ir contra un invocado uno de los antecedentes de esta crisis:
modo consuetudinario, una ortodoxia instalada e instituida,
para ir elaborando y deconstruyendo cualquier posibilidad de [... ]el efecto de afecto se adueñó del pase, y eso es un proble-
un Uno homogéneo, también en torno al dispositivo del pase. ma. Al menos es un problema si pensamos que el pase, más
Se requiere la voz de cada Escuela para hacer esta deconstruc- allá del testimonio, aspira a avanzar sobre lo real que anida
en la formación del analista. Un esfuerzo de poesía no puede
ción precisa. Es necesario y conveniente preguntar a los AE en ignorar la lógica de la cura. 12
ejercicio, a los carteles del pase y, por supuesto, abrir la posibi-
lidad a escuchar a los pasadores. Uno de los usos del pase son
Un uso, entonces, afectivo y poético.
las usanzas, las costumbres. En la "Cita con el pase" y en los
El AE transmite la satisfacción del final:
textos preparatorios hay alusiones a las costumbres, a "siem-
pre se ha hecho así". 9 Usos como no convocar el Colegio del [... ]en el término satisfacción podemos reconocer, bajo un as-
pase en algunas Escuelas y/ o hacerlo con motivos electorales, pecto de modo atenuado, el término goce. Lo que alcanza a
reuniones de los carteles escasas y hechas con rapidez. Usos y

~O ~e Panfilis, C., "Pase_ único/pase múltiple. Entre el deseo y la voluntad de pase",


7 Miller, J.-A., y Alberti, C., Presentación de Lncan redivivus. 5 de febrero 2022. Cita con el pase", óp. ot., p. 19.
8 Arorní, A., "Carta a los dispositivos del pase", 6 enero 2022. 11 Menghi, C., "Scrivere un balbettio", Blog della passe SLPcf nºl, 11 de abril 2022.
9 Aromí, A., "Mutualismo y regionalismo en la ELP'', "Cita con el pase", 2022. Blog ~2 ~rodsky, G., "Siete p;intos para conversar sobre el pase en la EOL (y más allá)",
del pase de la NELcf, p. 14. Cita con el pase", óp. ot., p. 10.

236 237
ALEJANDRO REINOSO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

esbozar Lacan aquí es un fin de análisis definido por el goce yendo en el hombre nuevo paulino? En Cómo terminan los ana1i-
y ya no por el deseo. 13 sis, Miller recuerda que en el análisis el analizante deviene "un
él-mismo producto de su análisis", "se autoriza de sí mismo", hay
La historización, en tanto historia que se cuenta, tiene un límite una transformación; y acto seguido trae dos fragmentos en serie
novelesco en los testimonios: de San Pablo en la Carta de los Efesios:"[ ... ] despojado del hombre
[... ] lo que Lacan captó muy rápido es lo que en el pase mis- viejo[ ... ] revestido del hombre nuevo". 16 La frase precisa de San
mo, en el procedimiento del pase, es un empuje-a-la-novela. Pablo es la siguiente:
Dicho esto, al mismo tiempo el pase debe por cierto captarse
más bien en los rincones donde la novela desfallece.14 [... ]a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hom-
bre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las con-
Este punto constituye una exigencia para el AE, para el inter- cupiscencias, a renovar el espíritu de vuestra mente, y a re-
locutor y también a quienes escuchan el testimonio de pase. vestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia
La transmisión de esa satisfacción del final tiene sin duda y santidad de la verdad. 17
efectos de afecto. El acontecimiento pase conmueve los cuer-
pos hablantes de la audiencia. Cuando la afectivización del Ciertamente estamos en otro camino que el de la conversión de
testimonio de pase oral -no escrito, ni trabajado en un car- San Pablo, lejos de la transformaeión paulina del Hombre, pues
tel-, convocada en un registro ritual especial, en Jornadas y el goce opaco y la pulsión persisten con ciertas mutaciones pre-
Congresos, empieza a ocupar un lugar central en la vida de cisas al final de un análisis. LOM tiene puntos intratables. El pun-
Escuela, el efecto de afecto ligado al relato clínico de la hysto- to que subraya Miller es clave para entender aquello que Lacan
rización oscurece la demostración. Esto ha contribuido a que morigeró en su enseñanza, pero de lo que tal vez falta acusar
el testimonio oral tenga "un lugar exorbitante en la vida de aún más recibo en forma neta y que tal vez es algo extendido en
Escuela" .15 las Escuelas: ¿hay acaso una infiltración discursiva de la santi-
¿Ahora bien, esta "voluntad" de pase es exclusiva del pase?, dad paulina entre nosotros? Eso es distinto del santo lacaniano.
¿hay una tensión similar en las demandas de admisión y homo- En nuestro ateísmo viable lacaniano, ¿seguimos creyendo en el
logación? ¿Hay acaso una voluntad de membresía en la AMP?, ¿la hombre nuevo?, ¿en un convertido triunfante celebrado por la
celebración y emoción ante los nuevos miembros es indicativa comunidad? Al momento que sacamos a pasear en andas al AE,
del pasaje de un lugar a otro a modo de un título?, ¿hay una vo- la experiencia del pase se marchita, el canto de sirenas se ha con-
luntad de ocupar cargos? Creo que es conveniente explorar esta sumado y deviene en muchos casos un fenómeno de masas con
intersección a otros niveles transversales en el funcionamiento identificaciones. Miller concluye ese punto: "En su última ense-
de las Escuelas, para identificar otras disfunciones. ñanza, [Lacan] modera la idea de una metamorfosis subjetiva ra-
La voluntad de pase no solo tiene un componente de prestigio dical de la que daría testimonio el pase" .18
y de espectacularidad. Hay una deriva del discurso religioso que Miller lo señala de otro modo en su Curso El lugar y el Iazo, con
emerge en evidencia con el significante "consagración", que en relación a la lectura que Lacan hace del pase en el "Prefacio a la
este debate ha aparecido con todas sus resonancias religiosas. edición inglesa del Seminario 11 ":
Hay un rasgo de creencia religiosa (tal vez no el único): ¿hay
una vida nueva después del final del análisis?, ¿seguimos ere-
16 Miller, J.-A., (2001-2002) Cómo terminan los ana'/isis. Paradojas del pase, Navarin édi-
teur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 15.
17 Cfr. San Pablo, Carta a los Efesios, cap. 4 vrs. 22-24. Biblia de Jerusalén Desclée de
13 Miller, J.-A., (2000-2001) El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 376. Brouwer, Bilbao, 1976, p. 268. '
14 Ibíd., pp. 379-380. 18 Miller, J.-A., Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 15. [Miller usa
15 Alberti, C., "La clúúca no es el todo del pase", "Cita con el pase", óp. cit., p. 5. en francés el verbo attester, certificar o acreditar].

238 239
ALEJANDRO REINOSO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

[... ] creo que la reducción que hace ahí Lacan del pase -tes- La interlocución del testimonio,
timoniar lo mejor posible sobre lo que no puede ser más que ¿una coordenada sintomática?
una verdad mentirosa- impide por cierto creer en el desper-
tar. Eso es lo que Lacan enseña en su última enseñanza. Re- La interlocución al testimonio es parte activa de la escena del
nuncia a la idea todavía iniciática del despertar. 19
testimonio oral del pase. Creo que, hasta el momento, no se ha
puesto el foco en este actor, incluido de suyo en el dispositivo del
Lo decía Lacan al final de su vida: pase, para esclarecer si ha contribuido o no a la consagración del
AE. Asimismo, podría permitir el despliegue de los testimonios,
Ahí, intento ir contra, para que el psicoanálisis no sea una re-
ligión, como tiende a ello, irresistiblemente, desde que uno se donde hoy "la expectativa epistémica queda defraudada". 22
imagina que la interpretación solo opera del sentido.20 Miller nos recuerda que "en los primeros tiempos, cada uno
de los testimonios públicos era seguido de un examen crítico mi-
¿Esto implica orientamos hacia un deseo de pase moderado? nucioso por parte de un colega al que el AE respondía" .23 ¿En qué
Veremos qué alcanza a tocar esta crisis. ¿Podemos generalizar consiste un examen crítico en profundidad en una escena públi-
esto en cada caso de AE nominado y de cada testimonio donde ca?, ¿cuál es la historia del lugar y función de los interlocutores?,
da prueba?, ¿de cada Cartel del pase?, ¿en todas las Escuelas ha ¿han sido colegas con cuáles características?
disfuncionado de ese modo? Me parece que no. Universalizaría- El interlocutor y la figura de la interlocución son acompañan-
mos el juicio. tes clave del testimonio, el cual no se pone en escena solo. El in-
En todo caso, para los AE el desafío es soltar o dejar de roer el terlocutor encama ahí a la Escuela, en sus preguntas, precisiones
hueso del propio análisis y bajarse del escabel. Eso implica una y búsqueda de elucidación. Parte de su función es apuntar a los
lógica de reducción de los testimonios y no de amplificación. Ha dilemas y desafíos de los problemas acuciantes del psicoanálisis.
habido un exceso de demandas de las mismas Escuelas que han En tiempos más recientes, durante la pandemia, en algunos pri-
potenciado el empuje a testimoniar. Este llamado a que los AE meros testimonios on line no estuvo presente esta figura, no sin
testimonien con base en temáticas de Jornadas y Congresos, ha efectos aún por esclarecer: el silencio después del testimonio con
sido una disfunción que pone a los AE a hablar de casi todo, con una discontinuidad abrupta. El silencio y los ecos sin la lectura
una presencia poco discreta. 21 No se puede responsabilizar ex- de un interlocutor han sido evocadores en algunos casos, pues la
clusivamente a los AE de este lugar. Mi impresión es que ha habi- audiencia se ha quedado solo con el testimonio, aunque también
do un error político de algunas Escuelas en esa sobreexposición. se pudo relevar la ausencia de la figura del interlocutor, toda vez
Por otra parte, cabe la pregunta si el efecto de esta crisis alcan- que este permite desplegar y tensionar el texto declamado.
zará a tocar el sujeto Escuela, si tendrá efectos de interpretación, En algunos testimonios la interlocución toma el cariz del co-
si involucrará a la Escuela Una. Cierto. Se requieren condiciones mentario, con una lectura argumentada, articulada y consisten-
que permitan coordenadas del orden del acto para la constitución te. En ocasiones, la interlocución comentada toma el matiz de
o efecto de Escuela sujeto en este asunto, de manera tal que pueda un saber sobre el testimonio y del AE revelando aspectos no leí-
consentir e implicar un estatuto interpretativo de esta crisis. dos. Otra versión es un comentador-Si, con o sin variante uni-
versitaria; en esas circunstancias el testimonio puede quedar en
segundo plano y el comentador en un lugar iluminante.24 Efec-
19 Miller, J.-A., El lugar y el lazo, óp. cit., p. 380.
20 Lacan, J., "El señor A.", [en línea] https://www·.wapol.org/es/lasescuelas/Tem-
plateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=l&intidiomaPublicacion=l&in- 22 Alberti, C., "La clínica no es el todo del pase", "Cita con el pase", óp. cit., p. 3.
tArticulo=160&intidiomaArticulo=l&intPublicacion=10 [Consulta: abril de 2022) 23 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 16.
~1 ~rodsky, G., "Siete puntos para conversar sobre el pase en la EOL (y más allá)", 24 Gorostiza, L., "Interlocución", Revista Lacaniana de Psicoanálisis nº 21 EOL-Grama
Cita con el pase", óp. cit., p. 9. ediciones, Buenos Aires, octubre de 2016, pp. 81-86. ' '

240 241
ALEJANDRO REINOSO

tivamente, en algunos casos el consagrado es el comentador o


el comentario, y el testimonio con su despliegue de elaboración ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE
queda en segundo plano.
Una interlocución lúcida abre el testimonio, interroga, con- ¿Qué pasa? 1
fronta y empuja a la continuación de la elaboración en la escena
misma. Este tipo de modalidad de interlocución depende de la Daniel Roy
posición del interlocutor respecto a la experiencia del pase, la
preservación del bien decir, un decir que es /1
un
modo de la pala-
bra que se distingue por constituir un acontecimiento" .25 He aquí
la responsabilidad del interlocutor de articular las preguntas cru-
ciales que atañen al psicoanálisis con la delicadeza que requiere
el acontecimiento que se transmite; de otro modo, permanece
solo en la dimensión del examen. El registro crítico del interlo-
cutor reside en moverse entre ambos aspectos: tocar en algunos ¿Veremos algún día imponerse el reinado del discurso ana-
puntos analíticamente la mostración y dejar -especialmente en lítico en nuestro estar-juntos? ¿Veremos asambleas reunidas, no
el primer testimonio- que el escabel se despliegue. El interlocu- solo para gestionar el bien-necesario, sino para situar el punto al
tor hace un trabajo de reducción y contraexperiencia del goce de que ha llegado la comunidad que reúnen en la experiencia de la
la palabra del escabel. Preguntarle a quienes han ejercido esta Escuela como experiencia analítica?2
función pudiera ser útil para seguir situando el smtoma de con- "¿Qué pasa en París con el pase?": la pregunta surge de esta
sagración de una comunidad a los AE y sus "ex", de manera tal manera en los diversos encuentros en el extranjero con colegas
que "intervenciones no son objeto de ningún examen crítico" .26 de la AMP. Qué decir más que esto: que el pase se suspendió, que
Estos usos del dispositivo del pase empujan hoy a elabora- se ha dicho "¡Stop! Que así no se puede seguir''.
Sin embargo, ese stop hoy me resulta homogéneo, o al menos
ciones y decisiones.
en resonancia lógica directa, con el stop que es enunciado por un
analizante cuando inicia una demanda de pase en una de nues-
tras Escuelas.
En efecto, el pase tomó hoy un lugar destacado y duradero
en nuestras Escuelas y en las curas. ¿Podemos concluir que el
pase reina cual amo? ¿Como un significante amo? ¿Como un S1
solo, hieráticamente aislado a la luz del ideal, o bien como un
enjambré (essaim) zumbando en todos los rincones y recodos del
Campo freudiano? ¿Todo esto al mismo tiempo? "Stop" significa
que la evidencia de la presencia del pase en nuestras Escuelas y
en nuestras curas terminó quebrándose, para que algo pase.

25 Miller, J.-A., "El inconsciente y el cuerpo hablante", Scilicet, el cuerpo hablante: sobre
el inconsciente en el siglo XXI, Grama ediciones, Buenos Aires, 2015, p. 31. También en: 1 Miller, J.-A., "Visto desde la salida", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase,
https: / / www.wapol.org/ es/ articulas /Template.asp?intTipoPagina=4&intPublica- Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 86.
cion=13&intEdicion=9&intldiomaPublicacion=l&intArticulo=2742&intldiomaArti- 2 Miller, J.-A., "Sobre el mutualismo", Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase,
culo=l óp. cit., p. 326.
26 Miller, J.-A., Cómo terminan los ana1isis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 20. 3 [N. de T.] Essaim (enjambre) es homofónico con S1.

242 243
DANIEL ROY LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

En la cura La fuerza del pasaje a lo finito (endlich) que constituye esta


cesíón de goce pulsional, cobra mayor peso cuando el testimonio
¿Qué pasa cuando escuchamos un primer testimonio de AE? Yo di- hace valer en el mismo momento lógico la caída de una identifi-
ría que nos guiamos por la manera con la que el AE se enfrentó cación, precisamente de una que decía "¡silencio!"ª que mataba
con su no querer saber nada de eso, con los "effac;ons", 4 las maneras, el deseo del parletre y que ejercía una potencia significante mor-
los borramientos, término que tomo de las primeras frases que tal. Una potencia suficiente para proyectar su desaparición, su
abren el Seminario 20, Aún. separación, en lo infinito (unendlich) de un "pase soñado", fijado
En efecto está la aprobación o el agrado que podemos expe- para siempre en la muerte del cuerpo o en el cuerpo del otro.
rimentar, o no, al escuchar un testimonio, gracias a que nuestro Efectivamente, para el parletre, lo que no se puede decir y lo
inconsciente logra "engancharse" 5 por azar o sorpresa con el sín- que no se puede saber, también es lo que no se quiere decir, y
toma de aquel o aquella que está hablando. A veces hace falta aquello de lo que nada se quiere saber: se llama mi-síntoma.
muy poco, un detalle significante insignificante que ha cobrado Mi-síntoma posee una consistencia negativa que puede enun-
gran valor, o, por el contrario, un gran paisaje estructural que ciarse por un "eso no me dice nada". Hasta el momento en el que
se descubre, para que nos embarquemos en este movimiento de se encuentra un eco con "la cosa coincidente" que es para ese
consonancia, que nos hace enunciar: "entonces es posible" y aña- parletre,9 en el que ya no "suscita interés" 10 para el que habla. El
dir, "¡salir!" ("de s'en sortir!"). disparo veloz de un equívoco, el relámpago de un insight, atra-
Pero hay una satisfacción de otro orden operando, la que nos viesa la compacidad de la materia gozante y de la trama signifi-
hace decir: ''bravo artista", e incluso "gracias artista", como uno cante del tejido de la vida. Eso tuvo lugar, no dejó rastro alguno,
se exclama frente a un cuadro, independientemente de nuestras solo queda la pregunta que surge: "¿qué es lo que pasa?", como
referencias culturales o de nuestra posición ingenua, "algo que el atisbo de un real que se escapa, imposible.
entraña un abandono, un deponer la mirada". 6 Porque el artista El síntoma se desprende entonces de la dit-mensión,11 de lo
nos alivia del objeto-goce que nos agobia, con el mismo movi- que es "mío". Es decir en la dlt-mensión del acto, que no garan-
miento que hizo que él creara y apostara en ese objeto, separán- tiza ninguna certeza a priori.
dose de su goce "nativo". Del mismo modo, depositamos nues-
tros objetos a, objetos de la demanda y objetos del deseo, cuando
escuchamos el testimonio de aquel o de aquella que logra hacer En la Escuela
surgir el valor de plus-de-goce y decir stop a su permanencia in-
finita (unendlich) en la cura, que edifica un "un-pase" 7 tomado en En la apertura antes mencionada del Seminario 20, Lacan inte-
la adherencia del fantasma, que encarcela el objeto y paraliza el rroga su no querer saber nada de eso con su rechazo inicial a publi-
sujeto. car La ética del psicoanálisis. Lo dice así:

Me percaté, además, de que mi manera de avanzar estaba


4 Cf. Lacan, J., (1968-1969) El Seminario, Libro 16, De un Otro al otro, Paidós, Buenos constituida por algo que pertenecía al orden del no quiero sa-
Aires, 2008, p. 285. [N. de T.] Effar;ons: borramos, hacemos desaparecer, vocablo ho- ber nada.U
mofónico con les Jar;ons: las maneras.
5 "[ ... ] c' est le symptóme en tant qu'il n'y a aucune chance qu'il accroche quelque
chose de votre inconscient a vous". La versión en español traduce "es el síntoma en
la medida en que no hay ninguna oportunidad de que atrape algo del inconsciente
8 [N. de T.] Homofonía entre chute (caída) y chut! (¡silencio!)
de ustedes". (1975-1976) Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos
Aires, 2006, p. 163. [N. de T.] 9 Lacan, J., (1975-1976) El Seminario, Libro 23, El sinthome, áp. cit., p. 159.
6 Lacan, J., (1964) El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoaná- 10 Ibíd., p. 163. [N. de T.] En la versión en español: "les interesa".
lisis, Paidós, Buenos Aires, 1997, p. 108. 11 [N. de T.] Dit-mensión, la mención del dicho, la dimensión.
7 [N. de T.] Un-pase, un-passe, homofónico con impasse. 12 Lacan, J., (1972-1973) El Seminario, Libro 20, Azín, Paidós, Buenos Aires, 2066, p. 9.

244 245
DANIEL ROY LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Aquí habla para aquellos que llamará en su conferencia de Ca- intento de un discurso que partiría de lo real" .16 Es lo que dejó en
racas de 1980 sus alumnos y en la que dirá: "A mis alumnos suelo el corazón de su Escuela con un nombre: el pase.
criarlos yo mismo" .13 Esta observación tiene su importancia pues Considero que vale la pena considerar "el pase" en primer
indica el cuidado con el que Lacan sitúa aquello por lo cual ellos lugar no como un dispositivo, un procedimiento, una experien-
están ligados a mí. Lo indica en su apertura: sus alumnos están li- cia, sino como el nombre que Lacan dio a ese modo de discurso
gados a él porque suponen, y con razón, que él parte de un lugar motérialista17 que toma sus raíces en lo real del goce y que a veces
diferente al de ellos en su no quiero saber nada. Y añade esta fór- surge en la palabra de un analizante. El pase es el nombre de
mula sorprendente: "de aquí a que ustedes alcancen el mismo, aquello que se parece a un relámpago, un accidente en los discur-
habrá mucho que sudar (une paye)". 14 Más allá de la significación sos vigentes y sus semblantes. Que esto pueda "echar luz" sobre
común que indica que se necesitará mucho tiempo, incluso mu- los discursos le compete a aquel o aquella que fue atravesado/ a,
chísimo tiempo, podemos escuchar el sentido literal de la expre- pero también a la Escuela que se dispone a recoger la experiencia.
sión (une paye ): relativo al precio a pagar por ese saber del que Desprendiéndose del Uno-del-goce como el punto hasta don-
no queremos saber nada, Lacan le ganará siempre de mano a sus de Lacan llevó su no quiero saber nada de eso, Jacques-Alain Miller
alumnos, tendrá ventaja en el tiempo/ saldo (paye) extraído de la consideró la sesión analítica como una sesión de goce, y lo hizo
(encaisse-jouissance 15 ) de la banca-goce. "saber" en su Curso de la orientación lacaniana, para que pue-
Es lo que Lacan indica justamente al decir que cuando ese no dan surgir cesiones de goce, leídas como tal. Es posible que sea
quiero saber nada parece "suficiente" para sus analizantes, pueden eso lo que pasa en las curas hoy.
"desprenderse normalmente de sus análisis". Podemos decir sin Para tratar un poco más nuestro no quiero saber nada de eso,
equivocamos demasiado que Lacan no creía poder desprender- debemos por tanto plantear esta cuestión en nuestras Escuelas:
se normalmente de su recorrido, y lo demostró retomando sus lo que pasa en las curas, ¿a dónde pasa? Pues no podemos dejar
hallazgos anteriores hasta el final de su vida. Y Lacan, lector de de saber que hoy en las curas, "(y ad' l' Un)". 18 Hay Uno del goce,
Freud, pensaba que tampoco él se había desentendido hasta el fi- cuyo no quiero saber nada de eso de los analizantes, es el síntoma.
nal de su no quiero saber nada. Sin embargo, solo Lacan consideró
que eso era lo que Freud había dejado como legado a la institu- Algunas respuestas:
ción internacional que había creado, y cuando lo hizo escuchar,
cada vez más de forma clara y pública, la institución en cuestión - En la vida de aquellos y aquellas para quienes pareciera que
lo rechazó, literalmente hablando, dejando al mismo tiempo la he- sus no querer saber nada de eso, es "suficiente": tal vez sea el caso
rencia en cuestión sin herederos, refiriéndose al vagabundeo de más frecuente.
los no incautos. Lacan, haciéndose cargo de los límites freudia- - En el procedimiento del pase: es la vía canónica, cuyo des-
nos, pudo forjar en el "recorrido" de su no querer saber nada, "el pliegue ha suscitado un "stop"; el colegio del pase, constituido en
la ECF a partir del stop, considera las consecuencias transmisibles
para todos y las esperamos.
- En "la experiencia misma" de la Escuela: si Lacan dice en su
13 [N. de T.] éleves: alumnos, élroer: criar. En la versión en español, élever: "educar''. "Proposición de 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
La can, J., "El Seminario de Caracas", Escisión, excomunión, disolución. Tres momentos en
la vida de Jacques Lacan, Manantial, Buenos Aires, 1987, p. 264.
14 [N. de T.] La versión en español traduce "tendrán mucho que sudar", pero la
palabra paye en francés significa pago, así corno también adquirió el significado de
"tiempo": el tiempo que se requiere para percibir dos pagos, dos sueldos, o sea mu- 16 Miller, J.-A., Contratapa, en Lacan J., (1971-1972) El Seminario, Libro 19, ... o peor,
Paidós, Buenos Aires, 2013.
cho tiempo.
15 [N. de T.] Encaisse-jouissance. L'encaisse es la caja del banco o comercio que contiene 17 [N. de T.] Cruce entre palabra (mot) y materialista (matérialiste).
valores en moneda o en cartera. Podríamos traducirlo por la banca-goce. Por otra 18 "Y ad /'Un", "Hay Uno", (1972-1973) El Seminario, Libro 20, Aún, Paidós, Buenos
parte, el verbo encaisser es cobrar y también soportar, aguantar, bancar. Aires, 1981, p. 82.

246 247
DANIEL ROY

Escuela", 19 que los AE pueden hacerse "analistas" de esta expe-


riencia, es porque hay en la Escuela síntomas, huellas de nuestro ESCOLA BRASILEIRA DE PSICANÁLISE
no querer saber nada de eso, que se refieren especialmente a la pre-
sencia de este goce imperceptible taimado que a partir de lo real, La escritura real en el pase
está a punto de dar consistencia a "los síntomas desconocidos de no es autoficción
mañana" .2º
Pero hoy, eso ya está pasando. Jésus Santiago
TRADUCOÓN: PERLA DRECHSLER

El pase es, ciertamente, la culminación del desacuerdo de


Lacan con las concepciones sobre el final de análisis y la forma-
ción analítica que tuvieron lugar en el movimiento psicoanalítico
después de la muerte de Freud. Hasta la proposición del pase,
en octubre de 1967, la formación analítica estuvo relegada al
supuesto carácter didáctico del análisis del candidato a psicoa-
nalista. En "Análisis terminable e interminable" ya aparecen los
primeros indicios del sistema del análisis didáctico que busca al-
canzar los resultados exigibles para la formación analítica. Freud
afirma, por ejemplo, que el análisis del analista:

[... ] Cumple su cometido si instila en el aprendiz la firme


convicción en la existencia de lo inconsciente, [así] le propor-
ciona las de otro modo increíbles percepciones de sí a raíz
de la emergencia de lo reprimido, y le enseña, en una prime-
ra muestra, la técnica únicamente acreditada en la actividad
analítica. 1

Llama la atención en este texto, el empleo del número de térmi-


nos que resbalan para una concepción didáctica o incluso peda-
gógica del análisis de formación del psicoanalista. Se robustece
esa concepción con la inclusión de una observación de Ferenczi
de cuán "decisivo para el éxito" de su práctica "que el analis-
ta haya aprendido bastante de sus propios 'yerros y errores', y

19 Lacan, J., (1967) "Proposición de 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la


Escuela", Oh·os escritos, Paidós, Buenos Aires, 2010. 1 Freud, S., (1937) "Análisis terminable e interminable", Obras completas, t. XXIII,

¡
20 Lacan, J., (2001) Contratapa de Jacques-Alain Miller, en Ofros escritos, óp. cit. Amorrortu, Buenos Aires, 1991, p. 250.

248 249
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

cobrado imperio sobre los 'puntos débiles de su propia perso- d". 6 El amor a la verdad es lo que hace que el trabajo analítico del
nalidad'".2 Es el propio final de análisis el que está en cuestión inconsciente, bajo transferencia, se confunda con la búsqueda de
en esta concepción didáctica del análisis, pues exigir del analista la verdad, y por la regla fundamental de decir siempre toda la
"una medida más alta de normalidad y de corrección anímicas", verdad. ·
en el fondo es empeñarse para que la figura del analista pue- Sin embargo, la enseñanza de Lacan, en sus diversos momen-
da funcionar -dice Freud- como "modelo en ciertas situaciones tos, muestra· que la búsqueda de la verdad tropieza con aquello
analíticas, y como maestro en otras".3 Bajo el punto de vista del que se impone bajo la forma de la experiencia de lo real. Si el tra-
análisis didáctico, la práctica analítica es vista como objeto de en- bajo analítico del inconsciente conviene al sujeto que corre atrás
señanza y aprendizaje, volviéndose por lo tanto, un saber posible de la verdad, es preciso decir desde ya, que lo real no se ajusta
de transmisión de analista a analista. completamente a las verdades del inconsciente. Cabe entonces
Apoyándose en la última enseñanza de Lacan, Jacques-Alain proponer la cuestión de lo que viene a ser el tratamiento, conce-
Miller demuestra, por el contrario, la imposibilidad de hacer de bido como experiencia de lo real, en contraste con la perspectiva
la "práctica analítica una materia de enseñanza", aunque exista del "amor por la verdad".
en ella un "saber sin valor de enseñanza, sin orden y coherencia, Para Lacan, "el amor por la verdad" es un espejismo, en la
saber que no ambiciona constituirse como un sistema pues se medida en que se depositan en ella todas las oportunidades de
basa en encuentros aleatorios y sin ley" .4 Como comprobaremos su revelación por el saber inconsciente, sin tomar en cuenta la
más adelante, es frente a lo real imposible, inherente a la práctica presencia de lo real. Al mismo tiempo que el analizante busca
analítica, que emerge el aforismo de Lacan, el cual propone que, la verdad, es casi inevitable que la propia experiencia le permita
no es que "enseñar es una locura", sino que la propia "enseñanza toparse con lo real. Existe, por lo tanto, una nítida correlación
es una locura". 5 entre la decepción de alcanzar la verdad y la experiencia de lo
real. Cuestionar el "amor por la verdad" no quiere decir que se
pueda eliminar, pues ese encontrarse con lo real supone, en algu-
Didáctica versus experiencia na medida, la decepción del sujeto en alcanzar la verdad. De esta
manera, se justifica esta disyunción entre la verdad y lo real; o
Al contrario de esta perspectiva didáctico-pedagógica, Lacan sea, si la primera se basa en la búsqueda, el segundo presentifica
hizo valer el final del tratamiento analítico como experiencia, el encuentro.
precisamente como una solución que se extrae de la confronta- Es en ese sentido que se comprende porqué Jacques-Alain
ción del ser hablante con la experiencia de lo real. Afirmar que el Miller comienza su Curso sobre La experiencia de lo real en la cura
tratamiento se constituye como una experiencia que se sostiene psicoanalítica preguntando: "¿Qué es lo real?" .7 Es cierto que
por la materialidad de la palabra y del lenguaje, hace aparecer Lacan ya había propuesto en 1953, en una conferencia que lleva-
el problema de las relaciones entre verdad y saber. Freud extrae ba el mismo título, la famosa tríada: "lo imaginario, lo simbólico
consecuencias de este problema, al revelar su compromiso con lo y lo real". 8 Evidentemente si lo real, en este momento inicial, no
que él mismo denomina, en este texto, como "amor por la verda- encuentra aún una formalización más terminada, ya se hace pre-
sente de forma implícita en sus diversas elaboraciones.

2 Ibíd., p. 248.
3 Ibíd., p. 249. 6 Freud, S., (1937) "Análisis terminable e interminable", Obras completas, óp. cit., p. 249.
4 Miller, J.-A., (2022) "Todo el mundo es Joco". Notas tomadas del discurso de clau- 7 Miller, J.-A., (1998-1999) La experiencia de la real en la cura psicoanalítica, Paidós, Bue-
sura de la Gran Conversación Virtual de la AMP "La mujer no existe". Texto inédito nos Aires, 2003, p. 9.
y no revisado por el autor. 8 Lacan, J., "O simbólico, o imaginário e o real", Names-da-Pai, Jorge Zahar Editor, Río
5 Ibfd. deJaneiro, 2005, pp. 11-53.

250
j 251
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Para entender la trayectoria de lo real en la enseñanza de [ALGORITMO- I] s


Lacan, se admite que su opción es retirar al psicoanálisis del re- s
gistro de la didáctica, como si este fuese un saber que fácilmente
se aprende y se enseña. La salida adoptada es tomar el propio
trabajo analítico con el inconsciente como experiencia -tal como Miller y la genealogía de lo real
esta es concebida en el discurso de la ciencia-, pues en la ausen-
cia de la experiencia de este se transmite como "saber sin valor Según Miller, en La experiencia de lo real. .. , la primera respues-
de enseñanza". 9 ta de Lacan acerca de lo real es aquello que está fuera de ese algo-
Lacan insiste en aclarar que ese apoyo en la experiencia se ritmo, dado que se presenta como previo a él, y principalmente,
hace en función de la ciencia, y no por medio de otras formas como lo que se reencuentra siempre en el mismo lugar. 12 Es el
discursivas, como la religión o la mística. Así, según él, "una ejemplo de la estrella que siempre vuelve al mismo lugar y en
ciencia se especifica por un objeto definido", tanto como "por un momento fijo, o sea, a la misma hora de la noche y el mismo
cierto nivel operativo, reproducible, al que se llama experiencia" .10 meridiano. 13 Ese retomo siempre al mismo lugar es una eviden-
Su objetivo es retirar la práctica analítica del registro del ritual y cia de que lo real no es tratable por los procesos de sustitución y
de la ceremonia, que encierra al psicoanálisis didáctico y que se de conexión, propios de la función simbólica. Así, el nacimiento
constituye en una forma de evitar el orden de lo real. En contras- de lo real ocurre de tal manera que la operación analítica tiende
te con el ritual y la ceremonia, se pretende orientar a la práctica a alojarlo en su exterior. Es como si el análisis transcurriese des-
analítica por medio de la experiencia de lo real, lo que implica conociéndolo, y como si solamente liberase sus efectos fuera del
desenredarla de la tendencia que busca hacer de ella un univer- ámbito de aquello que retoma siempre al mismo lugar:
sal. A pesar de su inspiración en el discurso de la ciencia, la prác-
tica analítica no es, en definitiva, "para todos", sino precisamen- [LO REAL EN
te una práctica a la medida "para el Uno completamente solo EL ALGORITMO-!]
[l'Un tout seul]".11 Por otro lado, conciliar las operaciones de la
experiencia analítica con el horizonte de la ciencia, lo lleva a
extraer sus primeras elaboraciones clínicas de los principios En el fondo, al psicoanálisis solo le interesa el significante, el
conceptuales de la lingüística estructural. La aplicación de los significado y su relación. La tesis se sostiene en que, al apostar
conceptos de la lingüística al psicoanálisis se restringe a lo que todas sus fichas a ese algoritmo, lo real aparece, al inicio, como
se designa como el algoritmo saussureano modificado, la S ma- confundido con el sentido. Es lo que Lacan argumenta en su
yúscula sobre la s minúscula, separando el significante y el sig- texto inaugural, "Función y campo de la palabra y del lenguaje
nificado: en psicoanálisis": el inconsciente aparece como una historia, en-
tendiéndose por historia una sucesión de resignificaciones de lo
real. 14 Decir que el inconsciente es historia presupone admitirlo
como un conjunto de efectos de sentido. Para el primer Lacan,
la historia consiste en la propia sustancia de lo que es lo real.
9 Miller, J.-A., (2022) "Todo el mundo es loco", óp. cit. En esos términos, se puede tomar como punto de partida de su
10 Lacan, J., (1964) El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psi- concepción de lo real, a lo real como un equivalente del sentido.
coanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 16. La mística es una experiencia que no
convoca apenas la verdad como un absoluto, como también enuncia, como condición
para alcanzarla, la "pureza del alma" de su agente. El psicoanálisis tiene corno punto
de partida de su experiencia Ja equivalencia entre el sujeto de la ciencia y el sujeto del 12 Lacan, J., (1954-1955) El Seminario, Libro 2, El yo en la teoría de Freud y en la técnica
inconsciente, que en su operación exige la fordusión de la verdad y, por lo tanto, un psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 1983, p. 439.
sujeto vaciado de todos sus contenidos substanciales. 13 Ibíd.
11 Miller, J.-A., (2022) "Todo el mundo es Joco", óp. cit. 14 Miller, J.-A., (1998-1999) La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, óp. cit., p. 14.

252 253
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

El paso siguiente que Lacan propone, y que se cristalizó como como no transparente a la lectura, Miller precisó explicitar de-
el núcleo clásico de su enseñanza, es que lo real del psicoanálisis talladamente, de qué forma Lacan, según la perspectiva estruc-
es el significante. Esa segunda acepción de lo real es la conse- turalista, toma lo real pasible de significantización. Tanto en el
cuencia natural de haber establecido una relación de causalidad estructuralismo de Lévi-Strauss, como en el de Lacan, lo real
entre significante y significado, de haber hecho del significante se constituye para entregar, al orden simbólico y al significan-
la causa de los efectos que pueblan el dominio del significado.15 te, los elementos que hacen posible su significación. De hecho,
Se trata de una consecuencia de la construcción de las leyes el punto de vista estructuralista busca rescatar los elementos
del inconsciente, permeables a las leyes del lenguaje, construc- reales que aparecen incrustados en las leyes lógicas que rigen
ción extraída del lingüista Roman Jakobson. Resulta claro que la combinatoria significante de un sistema simbólico dado. 17
Lacan la transforma bajo la forma de las leyes de la condensación En Lévi-Strauss, esa combinatoria es compuesta por medio de
(metáfora) y del desplazamiento (metonimia) que, traducidas en oposiciones binarias, como es el caso, por ejemplo, de sustan-
términos de lo real, simplemente significa que lo real del incons- cias "malas y venenosas" y las "buenas como los remedios", los
ciente es la causa significante. "pueblos de tierra firme" y los del "agua". En definitiva, son
Por muchos años, la elaboración de esta noción de las le- oposiciones que dan lugar a lo real como exterior a ellas y, al
yes del inconsciente ocupa un lugar central en la enseñanza de mismo tiempo, son las que se reparten en elementos destinados
Lacan, según la cual el inconsciente no es historia, sino saber. a servir a los significantes:
Y lo que se atribuye en esta construcción, como indicador de lo
real, es el factor causal del significante para el inconsciente. A [sIGNIFICANTIZACióN
DELO REAL]
t Rs
t1
través de esta ecuación entre el significante y lo real, se celebra el
casamiento del psicoanálisis con la ciencia, pues el inconsciente (1) ELEVACIÓN DEL SIGNIFICANTE (2) IMPLICACIÓN DEL
evidenciaría que existe un saber que se aloja en lo real, y que lo A LA CALIDAD DE REAL SIGNIFICANTE EN LO REAL
real se presenta bajo la forma de las leyes que ordenan ese sa-
ber.16 Lo importante a ser problematizado y cuestionado en esta Si lo real sirve al significante al favorecer las oposiciones bi-
aprehensión de lo real inicial, es que este se presenta como una narias, al mismo tiempo la repartición de sus elementos consti-
escritura permeable a la lectura. Exactamente en ese punto de las tuye la elevación del significante a la calidad de real. Es en estas
relaciones entre la escritura y la lectura, se formula la cuestión condiciones que lo real pasa a significar, dado que se constituye
fundamental, con la cual la experiencia del pase se confronta: bajo la forma de una armonía preestablecida, bajo la forma de las
¿cuáles son las posibilidades de que el final de análisis aísle ese oposiciones binarias, cuya finalidad es significar. Por intermedio
real mínimamente legible? ¿En qué medida se puede hablar de de esta lógica se puede, entonces, hablar de una "transmutación
enseñanza de ese real mínimamente legible que se decanta en el de lo real" en significante. 18 Tratándose así de un real que tanto
final de análisis? se ofrece cuanto se pone a servicio a lo que es del orden de la
ley y del sentido. Es posible preguntarse porqué Lacan, inclu-
so desde el punto de vista de la experiencia analítica, se detuvo
De un real que fuese legible en esta concepción de lo real que se transmuta en significante.
Se supone que tendríamos allí el cierne de lo que se denomina
Antes incluso de demostrar cómo lo real se presentará como como la primera clínica de Lacan, o sea, un real que se ofrece en la
efectivamente separado del sentido y del saber y, por lo tanto, experiencia por medio de datos que no fueron elegidos ni selec-

15 Ibíd., p. 15. 17 Ibíd, p. 25.


16 Ibíd., p. 27. 18 Ibíd.

254 255
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

donados anteriormente y que, por estar inscritos en el discurso, Ante esto, se hace necesario sustituir el primer algoritmo por
lo real engendra y entrega significaciones.19 otro, en el que lo real se presenta efectivamente separado del sen-
El colmo de esa significación de lo real, en el orden de la in- tido (imaginario) y del saber (simbólico):
dividualidad psíquica, es el destino que traduce para el sujeto la R
repartición de lo real bajo la forma de una significación que se (ALGORITMO-II]
VERSIÓN I
s
fija en los términos del fantasma. El sujeto se ve, de esta manera, s
sometido y guiado por esa fijación de la significación en el fan-
tasma que, en última instancia, recibió su determinación por la Aunque sea una deducción directa del camino de la enseñan-
acción del deseo del Otro. En esa transmutación en que lo real za de Lacan, este último algoritmo es una construcción de Miller
se transforma en significante, se puede decir que aquello que se que pretende incluir, no solo que el semblante es esa amalgama
escribe en el inconsciente, bajo el modo de sus formaciones, es entre el sentido y el saber, sino fundamentalmente, de la inver-
posible de lectura. Al final de la década de los 50, Lacan define sión en las relaciones entre lo real y el semblante. Para ordenar
al smtoma, en su versión de formación del inconsciente, como lo los dos pares de términos -significante/ significado y real/ sem-
que puede leerse, "porque él mismo está ya inscrito en un pro- blante-, se propone una reescritura del algoritmo en la que, al
ceso de escritura" .20 Se trata de una relación directa e inmediata contrario de sus formulaciones en los años 50, el semblante apa-
entre lo que se escribe y lo que se lee. rece dominado por lo real: 21

(ALGORITMO-II] R

La experiencia de lo real como lo que se lee del síntoma


VERSIÓNII
~ } Semblante

Es solamente en el Seminario De un discurso que no fuera del sem- Esta inversión radical de lo que fue el punto de partida de la
blante, que surgen las señales más evidentes de una formulación enseñanza de Lacan -el principio estructuralista de Lévi-Strauss
más terminada y genuina de lo real, en la medida en que su con- de que el semblante domina a lo real- abre a nuevas perspectivas
cepción se realiza sin los instrumentos de la lingüística. En otras para su concepción del final de análisis y, sobre todo, en relación
palabras, lo real deja de estar sometido al algoritmo del signifi- con el propio entendimiento, de lo que es el pase.
cante/ significado, y pasa a ser diferente, tanto del sentido (ima- Cuando lo real reduce tanto el sentido como el significante a
ginario) cuanto del saber (simbólico). En ese mismo Seminario, se que no sean más que semblantes, se convoca de forma inevitable
convierte entonces en una instancia propia y genuina, dado que a la función de la escritura, con la cual lo real pasa a ser trata-
remite el sentido y el saber al puro registro del semblante. Es pre- do por la experiencia. Eso quiere decir que la experiencia de lo
ciso reconocer que la categoría de semblante solamente apareció real se presenta en una relación de compatibilidad con la función
en función de la inoperancia de la acción significante sobre lo real, de la escritura. Se refiere a la compatibilidad, pues se sabe que
en suma, con la ruptura de la tesis de la transmutación de lo real Lacan se manifestó contrario, en el caso de la experiencia del
en significante. Se puede afirmar a partir de allí que solo se habla pase, a considerar a la escritura como medio de transmisión. 22
de "experiencia de lo real" en el momento en que este adquiere el Al tratar la escritura como función, y no como acto de escribir, se
valor de instancia con autonomía propia, indiferente a la materia propone que la experiencia de lo real hace valer a la presencia de
lingüística y, en consecuencia, al sentido y al saber. la escritura en lo oral. En efecto, es importante no confundir la

19 Ibfd. 21 Miller, J.-A., (1998-1999) La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, óp. cit., p. 22.
20 Lacan, J., (1957) "El psicoanálisis y su enseñanza", Escritos 1, Paidós, Buenos Aires, 22 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, Navarin
2009, pp. 417-418. éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 19.

256 257
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

experiencia de lo real corno un equivalente al arte de escribir. Si que se habla y lo que se escucha, desplazándose también para lo que
no existe el pase escrito, por otro lado, eso no quiere decir que lo se escribe y lo que se lee. Eso porque el hueso del síntoma deja de
que se habla en el pase sea indiferente a lo que se escribe. Si el pase ser el significante y sus efectos de sentido provenientes del retor-
es la transmisión de la experiencia de lo real, este es, por lo tanto, no de lo reprimido, y pasa a ser la escritura y la lectura posible
el momento prominente en que lo oral no existe sin lo escrito, en del goce en el síntoma. Se califica corno una lectura posible del
que lo que se escribe se hace presente en lo que se habla. síntoma, considerando que, en este caso, lo escrito y la lectura no
A propósito de esa intromisión de lo escrito en lo oral, se seña- se confunden y se presentan en una relación de disyunción.
la que más de la mitad de las clases del Seminario De un discurso
que no fuera del semblante están dedicadas a demostrar que, ante
lo real sin ley y sin sentido, se abandonan las categorías lingüís- La latencia como desarmonía entre lo real y el significante
ticas de significante y de significado. A partir de allí, se pasa a
contemplar la escritura corno instrumento capital para abordar- Cabe destacar que ese dominio de lo real sobre el semblante
lo y tratarlo. Tanto en estas clases corno en la célebre clase de se verifica, principalmente, cuando se torna corno factor crucial
Aún -"La función de lo escrito"-, Lacan proporciona argumentos de la experiencia analítica, aquello que es el campo lacaniano del
para mostrar que existe en lo escrito algo que va más allá del al- goce. El terreno propicio para la demostración de lo real del goce
goritmo lingüístico del significante/ significado.23 Lo escrito apa- -componente base del síntoma- es la sexualidad en Freud, cuan-
rece corno lo que excede a la función significante, proponiéndose do se propone en ella liberarse de los abordajes que se basan en
igual corno medio privilegiado de aprehensión de lo real, dado el desarrollo evolutivo de la libido. Nada de la sexualidad freu-
que este se muestra refractario a una lectura inmediata y directa diana se aproxima al modelo normal del comportamiento sexual
por medio del sentido o del significante. que busca un "objeto" del sexo opuesto, a partir del momento en
Lo real compatible con la función de lo escrito pasa a ser opa- que, supuestamente, se consuma la madurez genital, teniendo
co, turbio y contrario a la lectura, y por ese camino, transforma corno "objetivo" la reproducción de la especie. Se constata que,
el sentido y el significante en puros correlatos del semblante. Se al contrario de ese sentido normal y evolutivo, la sexualidad es
insiste en ese punto, que fue necesario establecer una genealogía marcada por discordancias paradojales cuyo ejemplo es marcado y
de lo real para conectarlo con la experiencia, en la medida en discutido por Miller, el período de latencia.25
que, concebido corno escritura y no-transparente a la lectura, se El período de latencia es la prueba de que la transmutación de
vuelve posible tratar a lo real corno experiencia. Para sostener lo real en saber, o sea, la significantización de lo real, no es pasible de
este giro de las relaciones entre el semblante y lo real, es preciso aplicación a la sexualidad, en la medida en que esta es incompati-
considerar que la escritura emerge corno un protagonista de la ble con una supuesta armonía evolutiva en el desarrollo libidinal.
crítica lacaniana a la lingüística. 24 Es cierto que la experiencia de En cuanto al período que va de la sexualidad infantil -a los cinco o
lo real desplaza la importancia de lo oral -lo que se habla- y pasa seis años- hasta el inicio de la pubertad, la latencia designa un in-
a dar lugar a lo escrito -a lo que se escribe-. O incluso, el foco del tervalo del desarrollo de la sexualidad. Se observa en este período
trabajo analítico orientado por lo real deja de ser simplemente lo una disminución de las actividades sexuales, la desexualización
de las relaciones de objeto y, especialmente, la aparición de sen-
timientos como el pudor o la repugnancia, así como aspiraciones
23 "Lo escrito no pertenece en absoluto al mismo registro, no es de la misma calaña, morales y estéticas. Entre la constitución del fantasma -consuma-
[... ], que el significante": Lacan, J., (1972-1973) El Seminario, Libro 20, A1ín, Paidós, da alrededor de los seis años de edad- y la adolescencia, la sexua-
Buenos Aires, 1981, p. 40.
lidad entra en un proceso de profundo adormecimiento, debido a
24 "[ ...] porque la lingüística, lo voy a decir, a mí me importa un bledo. Lo que me
interesa directamente es el lenguaje, porque pienso que es con lo que trato cuando
tengo que llevar a cabo un psicoanálisis": Lacan, J., (1971) El Seminario, Libro 18, De un
discurso que no fuera del semblante, Paidós, Buenos Aires, 2009, p. 42. 25 Miller, J.-A., (1998-1999) La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, óp. cit., p. 29.

258 259
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

la fuerte incidencia de la represión, que Freud denomina período dad, es para cada uno" .30 Ese universal concerniente al principio
de latencia. En relación con la fuerza de la represión en acción en de que la "sexualidad hace agujero en lo real", quiere decir que
ese momento, es necesario considerar que el primer objeto es la nadie puede arreglárselas con lo real del goce, o sea, existe siem-
madre, "objeto memorable significantizado", objeto que se escribe pre un malestar en el goce, o como se extrae de San Pablo, "me
en la memoria, una memoria en nítido desfasaje con el desarrollo · fue dada una espina en la carne" .31
que pretende la construcción del partenaire sexual.26
La latencia es un indicador de que el objeto madre significan-
tizado retoma, parasitando las secuencias del desarrollo libidinal El pase no es una autoficción
del sujeto. Para Miller, la latencia es una de las referencias que
permite mostrar que existe desarmonía entre el significante y lo La invención del pase es lo que expresa el meollo del discurso
real, y que, por lo tanto, no se puede postular una teoría del goce analítico, considerando que la presencia de lo ficcional, de lo que
apoyada en la significantización de lo real. O sea, existe siempre tiene relación con el semblante, debe mantener un lazo inevita-
una discordancia entre el objeto encontrado y el objeto buscado, ble con la experiencia de lo real. Delante de la experiencia de lo
en la medida en que el objeto buscado mantiene un lazo con el real, el pase aparece como la imposibilidad de decir toda la ver-
objeto memorable y significantizado de la madre. La clínica de- dad sobre el malestar del goce, presentándose siempre revestido
muestra que el objeto conservado en el significante, transmitido por verdades mentirosas. Si es imposible escribir y leer toda la
por el significante, entrará en discordancia con toda relación de experiencia de lo real del goce -hueso del síntoma-, el "amor
objeto posterior del sujeto. Como explica Miller, "la sombra del a la verdad" deja de ser el horizonte del tratamiento analítico.
objeto primordial sigue contaminando las relaciones de objeto del ¿Cuál es el lugar que la cuestión de la verdad -tan querida por
sujeto" que el ser hablante va a contraer a lo largo de su vida.27 Freud-pasa a tener en el transcurso del tratamiento analítico? Lo
En cuanto hecho de estructura, vemos que el período de la- mínimo que se puede decir, es que el ser hablante, confrontado
tencia es indicador de la ausencia de saber sobre el programa de con su solución final para la experiencia de lo real, no consigue
goce, o sea, que no hay nada en el inconsciente que programe el renunciar a la naturaleza de semblante de la verdad. Delante de
acceso al otro sexo.28 Es lo que justifica que, en la segunda clínica la experiencia de lo real, queda en evidencia un declive del amor
de Lacan, esa falla concerniente al programa de goce, esa "falla a la verdad, que da lugar a esa conjunción inusitada entre la ver-
del saber en lo real", venga a ocupar un lugar axial en el desen- dad y la mentira propia del final del análisis.
lace del tratamiento analítico. 29 Y toda la elaboración culmina en Con la ruptura clínica de la ultimísima enseñanza de Lacan,
esa proposición de que lo esencial es que la sexualidad produce somos conducidos a admitir que es preciso contar con el sem-
una falla en el goce, y que esa falla es lo que vuelve posible ha- blante para tener acceso a la no-relación sexual que, en última
blar del goce en cuanto real. Eso quiere decir que, en lo tocante al instancia, emerge con la falla del saber para programar los en-
otro sexo, no existe un programa capaz de escribir ese real, o aún cuentros sucesivos con lo real. De hecho, esa ruptura postula que
falta un saber para hacer existir una armonía entre los sexos. La el semblante, en cuanto junción del significante y el significado,
proposición de que la sexualidad hace un agujero en lo real, es lo se escribe allí donde, en lo real, el saber falla. A partir del sem-
que se expone a partir del período de latencia, como principio de blante como letra, Miller se propone completar el segundo algo-
una "una nueva proposición universal: si algo falla en la sexuali- ritmo para precisar que es el agujero en lo real lo que determina
lo que se escribe como semblante:

26 Ibíd.
30 Ibíd., p. 31.
27 Ibíd., p. 30.
31 San Pablo, 2 Corintios: 12:7: "para impedir que me enalteciera, me fue dada una
28 Ibíd. espina en la carne[ ... ]". Citado por J.-A. Miller y Ch. Alberti en: "Ornicar. Lacan redi-
29 Ibíd. vivus", [en línea] https:/ /youtu.be/MAN4FqDic9g ·

260 261
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

[ALGORITMO-Il] Agujeroen familiar en que, muchas veces, aparece un padre caracterizado


VERSIÓN IlI lo real ¡ por la marca de la impotencia y una madre con la cual el sujeto,
Semblante t es llevado a consentir que es de ella que se extrae una parte im-
portante de su modo de goce. Los hermanos y hermanas pueden
estar presentes en las historias de familia que se componen como
Si la ausencia de una escritura sobre la relación entre los sexos un tejido de semblantes que pretenden encubrir el agujero en lo
determina el agujero en el programa de goce, por oh·a p~te, se real del goce.
considera que es exactamente en ese punto donde se escribe el Eso empuja el pase a la ficción. Sin embargo, precisamos evitar
semblante como letra. En ese caso, se trata del semblante que pre- la presunción de que la ficción por sí sola sea capaz de deshacer
sentifica la radicalidad del significante apartado de su significado. la opacidad de lo real. Miller llama la atención sobre el hecho de
Así, no se concibe el pase como un hecho verificable según.una que el AE puede permanecer fijado en su historia, exhibiendo un
correspondencia estricta entre los datos y los hechos de la ~sto­ saber que recae fácilmente en lo que se designa como autoficción.
ria del sujeto, y la verdad de la solución encontrada por el su~eto. No creo que haya un AE que, en los momentos de sus pronun-
Para el AE, aquello que regula la cuestión de la verdad, q~e ~ene ciamientos públicos, no se vea en las vueltas con la posibilidad
estructura de ficción, es el principio de que un hecho por s1 rmsmo de producir un testimonio que no sea una repetición del mismo.
no prueba nada. En otros términos, l~ verdad del ~al de, análisis Debido a las innumerables veces que en el contexto institucional
no es deducible de los hechos prommentes de la biografía de un de las Escuelas, el AE es convocado para dar su testimonio, no
sujeto. En suma, el pase está más del lado de la ficción qu~ de los siempre es posible preservar la singularidad de lo que se trans-
hechos biográficos supuestamente comprobables por un discurso mite como pase. Cuando la transmisión de la experiencia de lo
que no sea del semblante, o sea, que pretendiese alcanzar el refe- real no prevalece, la tendencia del testimonio es convergir a una
rente aprehendido como realidad prediscursiva. modalidad del relato, nombrada por Miller como autoficción.34
Por otra parte, tampoco se puede restringir la experiencia de La autoficción es un género narrativo que se inspira en la au-
lo real en el pase a la reunión de datos clínicos a lo largo del tobiografía, en la medida en que se basa en el relato de los acon-
recorrido del análisis del AE. Para Miller, nada se opone más al tecimientos de la vida del autor de forma novelesca y estable-
concepto de pase que esa reunió~ exclusiva.de al~?s. e;;men- ciendo una equivalencia entre la tríada clásica: autor, narrador y
tos clínicos, extraídos de su propia trayectoria de análIS1s. Con- el personaje principal.35 La autoficción aparece, de esta manera,
ceptualmente hablando, es la estructura de transmisión de.l Witz como una variante de la forma de la autobiografía, en el sentido
la que debe predominar en el relato del pasante, en la me~1~~ en
que en ella se destaca el desfasaje entre la ver~~~ como ficcmn
lo real del goce opaco. Y delante de la transnns1on de esa opaci-
r de que se muestra despojada del ideal de un discurso referencial.
La metamorfosis de la autobiografía en autoficción se refiere a
los efectos discursivos que resultan del lenguaje utilizado en los
dad del goce en juego al final del análisis, la verdad está conde- diferentes acontecimientos de la vida. Independientemente de la
nada a mentir cuando ella busca decir sobre lo real.33 veracidad de los hechos relatados, ciertas características estilís-
Es innegable que, para decir lo real implicado en la concl_u.sión ticas del discurso son suficientes para generar efectos de verdad
del análisis, el AE se ve obligado a recorrer su romance fa:nIBar ~ que, en este caso, asumen la estructura de ficción. Además, es
sus retratos de familia en cuanto semblantes que se escriben allí importante decir que el factor ficcional emerge en la autoficción,
donde el saber falla en dar cuenta de lo real. Quién puede desco-
nocer que el pase exige una mirada retrospectiva de su historia
34 Ibíd., p. 17.
35 Jenny, L., "L'autofiction: méthodes et problemes", Département de Franc;ais Moderne,
32 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit., p. 19. Université de Geneve, 2003, [en línea] http:/ /www.unige.ch/lettres/ framo/ enseig-
33 Ibíd., p. 14. nements/ methodes/ autofiction. Cf. Grell, I., L'autofiction, París, Armand Colin, 2014.

262 263
JÉSUS SANTIAGO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

en el intento de organizar la historia de vida según una lógica práctica analítica, podemos preguntamos cuánto el testimonio
causal que no era absolutamente percibida por el autor de la au- de pase tampoco es materia de enseñanza. La presencia de la
toficción en el momento de los acontecimientos. 36 autoficción en los testimonios constituye un aspecto importante
Como se destacó antes, el factor ficcional del pase no es sufi- en la actual crisis del pase, y refleja el uso desestructurante de
ciente ni para dar cuenta de la opacidad de lo real, ni tampoco algunas tesis provenientes de la ultimísima enseñanza de Lacan.
para captarla y circunscribirla. Más que eso, el relato autoficcio- Para Miller, es muy probable que la autoficción sea consecuencia
nal tiende incluso a velar esa opacidad que solamente la expe- de una mala interpretación de la afirmación de Lacan, presente
riencia de lo real en el pase puede escribir por medio de sus már- en su ultimísima enseñanza, de que el "psicoanálisis es una es-
genes y bordes. Como Miller destaca, el riesgo que se corre en la croquerie", una estafa. Según él, esa afirmación de la última ense-
tendencia a la autoficción, es la regresión al estadio del espejo.37 ñanza vale más como un "suplemento, al mismo tiempo, irónico
En definitiva, el AE puede establecer una relación especular con y aporético", de lo que la afirmación de un cierto anarquismo
su ficción y demostrar una impotencia en desapegarse de esa his- metodológico en la construcción del testimonio, que sugiere que
toria que ya se volvió pasado. todo en el pase pueda ser válido -"anything goes" -.40 Tal afirma-
En una intervención hace más de treinta años, Miller sostiene ción de Lacan no debe ser tomada literalmente. Para Miller, "no
la tesis de que, en el pase, la historia pasada debe convertirse cabe duda de que Lacan pretendía subir la apuesta a los críticos
en cadáver. Si los semblantes más resplandecientes de la historia más maliciosos y acerbos de nuestra disciplina, Y' así volverlos
se anulan a lo largo del análisis, la experiencia de lo real vuelve inútiles" .41 Asumir que todo es válido en la construcción ficcional
posible destacar y realzar un objeto duro, turbio y sin brillo, que del testimonio, es una interpretación errónea del recurso necesa-
antes parecía ser confuso e incierto.38 Es la cabeza del cadáver rio del semblante y de lo ficcional, en lo que se refiere a la trans-
convertido en esqueleto que se escondía en la anamorfosis. A la misión del final de análisis. Permitir que el pase se transforme
calavera escondida en la anamorfosis, Lacan la denomina como solamente en el ejercicio de una autoficción, es excluir lo que es
la encamación ilustrada del agujero en lo real, o sea una forma su fundamento y su razón de ser, o sea, la escritura de lo real en
ilustrada del final de análisis. 39 En ese final, el pasado debe ser la solución final del sujeto.
desinvestido, abandonado atrás de sí después de una última mi-
rada en que se experimenta lo real bajo la forma de este objeto
duro. El pase solamente tiene sentido si, una vez franqueado, la
historia de su dolor se desvitaliza, pierde su color, sus acentos
trágicos, para convertirse en Witz.
Desde mi punto de vista, la intrusión de la autoficción en el
testimonio de pase, es la contrapartida de la exclusión de la ex-
periencia de lo real sin sentido y sin ley, ilustrado por la calavera.
En efecto, la autoficción neutraliza el tenor singular y antiuniver-
sal de la experiencia de lo real, retirándole lo que es su principal
40 Ibíd., p. 18. Miller hace referencia aquí al filósofo de la ciencia Paul Feyerabend,
pilar, de que el pase no es "para todos", pues concierne siempre que defiende la idea de que no existen reglas metodológicas inmutables de las cuales
al Uno completamente solo [l'Un tout seul]. Como es el caso de la los científicos deban servirse para siempre, que garanticen de manera incontestable la
validad de sus investigaciones. Si se desea conocer la naturaleza, dominar la circuns-
tancia ñsica, se debe recurrir a todas las ideas, todos los métodos, y no solamente a
un reducido número de estos. Feyerabend se opone, por lo tanto, a toda metodología
36 Miller, J.-A., "Preliminar", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, óp. cit, p. 17. prescriptiva que pretende limitar el campo de las actividades científicas, restringien-
do, por esta vía, el progreso de la ciencia. Según él, una dosis de anarquismo meto-
37 Ibíd. dológico en que todo puede ser válido -"anything goes"- podría ser provechoso a la
38 Ibíd., p. 73. investigación científica. Cf. Feyerabend, P., Contra o método, UNESP, Sao Paulo, 2003.
39 Ibíd. 41 Ibfd., p. 20.

264 265
ESCUELA DE LA ORIENTAOÓN LACANIANA

Contornos y reverso
Eugenia Serrano

[... ]Y después, detrás del jurado, está la Escue-


la. ¿Qué quiere la Escuela? La Escuela quiere el
saber. Es lo que consume. Es quizás a ella, a la
Escuela, que podríamos decirle esas palabras
de Lacan [... ]:come tu Dasein. 1

El pase como acontecimiento fundamental de transmisión del


psicoanálisis y la práctica del testimonio se enlazan íntimamente,
pero no se confunden. Su vínculo es estrecho, sin embargo, no
es univoco. Si bien no hay dispositivo del pase sin testimonio, el
pase no se reduce a este.
Por otra parte, hacia el interior del dispositivo la práctica del
testimonio se diversifica. Es al menos tres: la intimidad del testi-
monio del candidato al pasador, el un poco menos íntimo -pero
aún íntimo- del "testimonio" del pasador al jurado y la serie de
testimonios públicos que el AE, ya nominado y en ejercicio, diri-
ge a la comunidad. Un primer testimonio entonces que perma-
necerá a resguardo, incluso secreto del candidato al pasador; lo
que el pasador testimonia de lo oído al cartel del pase en una
intimidad que se comparte entre varios y los que seguirán si la
nominación se produce, de un carácter absolutamente distinto:
públicos y dirigidos a la comunidad analítica.
Pero no solo eso, la multiplicidad del testimonio o, mejor di-
cho, su singularidad radical se aloja en cada candidato, en cada
pasador y en cada analista de la Escuela -cuando efectivamente
el AE ocurre-. A esto se refiere Jacques-Alain Miller cuando afir-

1 Miller, J.-A., "Retratos de familia", Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, Na-
varin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 264.

l 267
EUGENIA SERRANO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

maque "el pase es su interpretación".2 En este sentido el pase es El testigo es el testimonio


fractal.
Llevar la atención a ese lazo, pase, testimonios, detenerse en Si hacemos foco en eso que ocurre en la intimidad entre el pa-
sus detalles, interrogar sus impasses, analizar sus bordes, es la sante y el pasador, allí este último, tiene el lugar de testigo de lo
propuesta de este texto. testimoniado por el candidato. Sin embargo, cuando el pasador
se encuentra con el jurado, será él quien dará testimonio. Así lo
señala Lacan en su texto "Sobre la experiencia del pase", de 1973:
Testimonium
[... ] Por eso pedí expresamente que los passeurs se eligieran
La palabra testimonio, en latín testimonium, tenía en su origen solo entre los más nuevos, y que los eligiese su analista, in-
un sentido que cayó en desuso; designaba a la persona que ejer- dependientemente, lo subrayé, de su consentimiento.[ ... ] Lo
cía el acto de testificar, es decir al testigo, y no al contenido de que esperamos de ellos es un testimonio, una transmisión, la
lo testificado. La necesidad de testificar aparece muy temprana- transmisión de una experiencia.5
mente en la historia de la antigüedad junto con la posibilidad de
mentir. Probablemente la legislación sobre falso testimonio más Esta duplicidad del pasador -de testigo de quien da un testimo-
antigua de la que se tenga registro se encuentre en el Código nio a quien brinda testimonio- nos habilita a usar el sentido de
de Hammurabi. Allí puede leerse: "Si alguno, en una causa de la palabra testimonium que, decíamos, había caído en desuso, y
justicia, ha injuriado a los testigos sin justificar los dicterios, será señalar que en esa intimidad, el pasador mismo es el testimonio. 6
culpable de muerte cuando se trate de una causa capital". Jacques-Alain Miller menciona esta duplicidad: "Los pasado-
El lazo íntimo entre testimonio y verdad alcanza a la práctica res entran en el dispositivo como tontos, efectivamente. Lacan
del pase. "Efectivamente, Lacan no dejó de señalar que el térmi- dice que deben recibir un testimonio y dar testimonio, a su vez,
no testimonio tenía una connotación religiosa ligada a la verda- de aquello que hace que escuchen el testimonio que oyen" .7 Es la
d", 3 nos recuerda Fabián Naparstek en una intervención sobre el idea del pasador como placa o papel sensible donde se escribe el
pase durante el IV Congreso de la AMP. testimonio del pasante.
Es posible situar tres acontecimientos fundamentales para Es notable esa pequeña invención de Lacan que subvierte las
aproximamos al lazo íntimo entre pase y testimonios. El primero jerarquías, invención que introduce en el centro del dispositivo
provocado por Lacan en el origen y el corazón mismo del dis- a alguien elegido de entre los más nuevos, alguien que "todavía
positivo, lo llamaré el pasador como ruptura. El segundo, es en no" .8 "La subversión de Lacan -señala Miller- es hacer que lo
realidad una serie de eventos que acontecen entre 1980 y 19944 entrevisten quienes están un poco más atrás",9 que sean los que
promovidos por Jacques-Alain Miller, y que concluyen con la van por detrás los que impulsan a los que van por delante.
instalación de los testimonios públicos en la AMP. El tercero, la
conferencia de Jacques-Alain Miller en el 2014, en donde invita
al AE a subirse al escabel.

5 Lacan, J., (1973) "Sobre la experiencia del pase", Ornicar? nº 1, Ediciones Petrel,
Barcelona, 1981, pp. 38-39.
2 Miller, J.-A., (2010) "¿Es esto pase?", Freudiana nº 60, Revista de Psicoanálisis de la 6 Con las resonancias de la fórmula lacaniana: "El pasador es el pase".
ELP-Catalunya, RBA Libros, Barcelona, 2010. 7 Miller, J.-A., (1990) "La Escuela y su psicoanalista", Introducción a la clínica lacaniana.
3 Naparstek, F., "El pase ya no es el de antes", [en línea] http:/ /www.eol.org.ar/ Conferencias en España, Gredos, Barcelona, 2006, p. 260.
templa te.asp ?See=el_pase&SubSee=presente&File=presente / naparstek_antes.htrnl 8 Miller, J.-A., (2009-2010) Vida de Lacan, Grama ediciones, Buenos Aires, 2011, p. 21.
4 Sobre este punto resulta esclarecedor el libro de Irene Kuperwajs, El pase antes del 9 Miller, J.-A., "La Escuela y su psicoanalista", Introducción a la clínica lacaniana. Con-
pase ... y después. Finales de ana1isis, Grama ediciones, Buenos Aires, 2019. ferencias en España, óp. cit., pp. 259-260.

268 269
EUGENIA SERRANO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Testimonios públicos Madonna.


Miller.
Si llevamos la atención ahora a lo que ocurre con la serie de Una vedette espía.
testimonios propios de los AE consagrados, en la conferencia Un Elvis francés.
mencionada, Miller nos recuerda que hacer públicos los relatos Un ícono.
del pase no se hacía en la época de Lacan y que es él quien inven- Un psicoanalista.
11 11
ta dicha mostración • Sin embargo, si se sigue a Miller en su conferencia -o si se cree
que se lo sigue, nunca es del todo seguro- la serie que excluye a
Orlan se explica por la fórmula one-man show o gente del espec- /1

táculo". Es decir, aquellos que se sitúan como objeto causa del


1. En algún lugar entre Orlan y Madonna deseo del otro, incluso sin saber muy bien de qué objeto se trata
para cada quien.
El de AE es un título de infamia, de alguien que Basta con leer El Manifiesto del Arte Carnal de Orlan, para con-
decide contar sobre lo peor y no sobre lo mejor, cluir que no estamos frente a la misma operación. Allí sostiene
sobre el objeto y no sobre el significante. Uno
cuando es nombrado más bien tiene ganas de que:
esconderse, por eso en la ECF el AE debe hablar. 10
Franc;;ois Leguil El Arte Camal ·no está en contra de la cirugía estética, sino
contra los estándares que maneja y que se inscriben particu-
En una entrevista11 inolvidable y luego de que la artista fran- larmente en la carne femenina, pero también en la masculina.
cesa Orlan diera detalles de una de sus performances en las que El Arte Camal ama lo barroco y la parodia, lo grotesco y los
se entregaba para ser besada, Jacques-Alain Miller le pide preci- estilos menospreciados, el Arte Carnal se opone a las pre-
siones sobre la relación que mantiene con su cuerpo. ¿Cómo se siones sociales que se ejercen tanto sobre el cuerpo humano
hace del cuerpo propio una obra? ¿Qué clase de distanciamiento, como sobre el cuerpo de las obras de arte.
de desconexión le permite ofrecerlo, ofrecerse a la escena perfor-
mática? ¿Sintió asco, repugnancia? Llevadas las cosas un poco al extremo -hay que decir que Or-
Algunos meses más tarde12 Miller retoma la cuestión de la lan obliga a eso- las performances de la artista francesa se burlan
pe1formance durante una conferencia en Buenos Aires. Curiosa- un poco de la gente del espectáculo, enseñan más sobre el objeto
mente no nombra a Orlan. Menciona a Madonna, a Joséphine en su vertiente de desecho que como causa de deseo. Orlan con-
Baker, Johnny Hally day y a él mismo. Él es el performer: "Tengo fiesa su interés explícitamente en la entrevista mencionada: "Su
que sostener este espectáculo para 1700 personas", señala. pregunta me lleva a decir que amo las marcas. Pero en Francia se
Ya sin Orlan la serie resulta rara. detesta el cuerpo, se detesta la performance, se considera que las
Baker. marcas son escoria".
Hallyday. ¿Es el testimonio de un AE una especie de performance? ¿Una
performance a lo Madonna? ¿A lo Orlan? ¿A lo Miller? ¿Ninguna
de ellas? ¿Todas?
10 Kuperwajs, L, El pase antes del pase ... y después, Finales de ana?isis, Grama ediciones, En su artículo ¿Es esto pase?", 13 Miller aborda -lo diré así-,
/1

Buenos Aires, 2019, p. 261.


lo performático del pase. Por otra parte, se había referido con
11 Miller, J.-A., "Impone tu oportunidad, atrapa tu felicidad, arriésgate. Iniciación a
los misterios de Orlan. Conversación conJacques-Alain Miller", Enlaces, nº 14, Revis-
ta de psicoanálisis y cultura, Grama ediciones, Buenos Aires, 2009.
12 La entrevista con Orlan está fechada en febrero del 2008, la conferencia en Buenos
Aires es de abril del mismo año. 13 Miller, J.-A., (2010) "¿Es esto pase?", Freudiana nº 60, óp. cit.

270 271
EUGENIA SERRANO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

anterioridad al "teatro del pase" .14 "Enunciar 'el pase es una 2. La voz de los vampiros
performance, no una competencia' tiene muchas consecuen-
cias" .15 Diré en principio una obviedad, seré fiel a lo enunciado Recuerdos de provinda capta el preciso momento en que
en la introducción de este texto, el pase no es el o los testimo- el individuo, continuamente sostenido por la lectura,
nios. Lo que Miller señala es que el pase es una performance, o por la traducción, por las citas, por su escritura, cede el
que el pase es un teatro. No que el testimonio lo sea. lugar a su propio texto, el cual acaba por suplantarlo. 16
Resulta también central detenerse en la segunda parte de la
afirmación, allí donde señala que el pase no es una competencia. Cada ser lleva dentro de sí la misma escena, el mismo
Lo diré así, llevar el pase al estatuto de performance posibili- drama desde que nace a la conciencia y por el rfsto
de su vida, y representa su escena, su drama, cuales-
ta descontarlo de la competencia, restándolo de la tradición del quiera que sean los acontecimientos o los personajes
análisis didáctico. Si el analista se autoriza solo de sí mismo, el que le salgan al paso ... Pues ha venido al mundo para
pase no consiste en determinar su competencia como analista, si una sola escena, un solo drama, y no puede menos de
no en verificar que ha pasado por la experiencia, que ha sido un repetirlos a lo largo de toda su existencia. 17
analizante y que ha dejado de serlo. Tomar esta perspectiva no
convierte el pase en espectáculo. Sartre designa esas voces que nos poseen con el nombre
Cabría preguntarse, ¿qué clase de performer es Miller aquel de vampiro.
día de abril de 2008 en el Teatro Coliseo? Es inicialmente la La voz autobiográfica es sin duda alguna de este tipo. 18
performance de un analizante, es él mismo quien lo dice en tan-
to que parte de un pequeño fenómeno mental propio: el blanco Nadie se pregunta por la veracidad del acto performático, de
que se le produce en el lugar del nombre de su conferencia. Toda la misma manera sería absurdo preguntarse si una obra literaria
gira alrededor de ese blanco, de ese pequeño agujero y en la de ficción es verídica o no, incluso cuando narra la vida de al-
forma en la que Miller lo resuelve, se trata de uno que asume guien. Nadie le reclama fidelidad a Emma Woodhouse19 o Juan
su lugar como causa de deseo, pero no como objeto sino como Preciado,20 solo por nombrar dos personajes literarios inolvida-
nombre propio. bles. Alguien podría decir que no se les reclama semejante cosa
porque no existen, pero podríamos discutirlo.
En el caso de la autobiografía sucede todo lo contrario.
Si bien, tal como teoriza Philippe Lejeune,21 este género litera-
rio se sostiene en un pacto al que llama autobiográfico -el autor
se compromete con el lector a sostener la identidad entre el autor,
narrador y el personaje-, cuando tal acuerdo existe, incluso po-

16 Molloy, S., Acto de presencia. La escritura autobiográfica en Hispanoamérica, Fondo de


Cultura Económica, México, 2001, p. 50.
17 Ocampo, V., "Emily Bronte, terra incognita", Testimonios Segunda serie, Buenos Ai-
res, 1941, pp. 115-116.
18 Lejeune, P., El pacto autobiográfico y otros esh1dios, Megazul-Endymion, Madrid,
1994, p. 74.
19 Austen, J., Emma, Del Fondo, Buenos Aires, 2019.
14 Miller, J.-A., "La passe bis", La Cause freudienne, nº 66, Revista de psicoanálisis de la 20 Rulfo, J., Pedro Páramo, Ediciones de José González Boixo, Cátedra Letras Hispá-
ECF, 2007, pp. 207-213. nicas, 1955.
15 Miller, J.-A., "¿Es esto pase?", Freudiana, nº 60, óp. cit. 21 Profesor y ensayista francés, especialista en la autobiografía.

272 273
EUGENIA SERRANO LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

dríamos decir que exactamente porque existe se desconfía, el lec- Los ecos con la forma en la que Ocampo describe esa escena que
tor se convierte en detective e insiste con suspicacia sobre cuán se repite -recordemos que ella quería.ser actriz más que escrito-
verídico es lo que se dice. ra- son múltiples.
Verdad. Autobiografía. Identidad. Pacto. Confianza. Molloy, en el libro mencionado, hace referencia a la "ansiedad
Nos encontramos lejos del terreno del pase. A pesar de eso, de clausura que agobia a todos los autobiógrafos",28 la pregunta
solo destaco una cuestión: ¿no se requiere de un pacto transfe- de cómo contar la historia de mi vida si aún no he muerto. Efecti-
rencia! hacia el dispositivo mismo y hacia las Escuelas que lo vamente, habría que decir que el testimonio de pase ocurre cuan-
ponen en marcha para que la cosa ande, ande mal? Sabemos sin do la autoficción se detiene, cuando ya no queda nada por leer.
embargo que ese pacto tropieza, trastabilla porque existe. ¿Pero No hablamos de "ansiedad de clausura" como la investigadora,
tropieza tan bien como conviene? pero sí de la prisa por concluir, "para que no haya (retraso que
En su investigación22 sobre la autobiografía en hispanoaméri- engendre el error), en la que parece aflorar la forma antológica
ca, Sylvia Molloy23 se detiene sobre un rasgo, sobre una pose24 del de la angustia" .29
escritor hispanoamericano que dirá que excede incluso el relato Sin embargo ...
autobiográfico, y que consiste en recrear de diferentes maneras
lo que ella llama la escena de lectura. El escritor es ante todo un
buen lector y se encarga de narrarlo.
Los contornos y su reverso
Si la biblioteca es metáfora organizadora de la literatura his-
panoamericana, entonces el autobiógrafo es uno de sus nu- Tan imperfecto como se pueda, para inscribirse
merosos bibliotecarios, que vive en el libro que escribe y se en nuestro campo clínico que se sitúa más allá del
refiere incansablemente a otros libros. Leyendo antes de ser y decoro y más allá del ridículo, o sea, más allá del
siendo lo que lee (o lo que lee de modo desviado), el autobió- placer compartido y más acá de la suficiencia doc-
grafo también se deja llevar por el libro. 25 trinal. En ese campo, el pase permanece como la
promesa de racionalidad más verosímil.30
Me detengo en este detalle y no en otros por las resonancias que
podemos encontrar entre el analizante y el lector. Si tal como dice Si como señala Lacan un psicoanálisis es eso que se espera de
Miller "la autobiografía es siempre autoficción",26 la autoficción un psicoanalista, cada AE encama la posibilidad de salir de una
de un analizante es ante todo un hecho de desciframiento, de lec- forma absolutamente singular de esa tautología. Sin embargo,
tura de su propio inconsciente: "Ese libro con tirada de un solo nada indica de antemano cómo en cada ocasión se producirá esa
ejemplar cuyo texto virtual llevas por todas partes y en el que salida. En este punto, cabe preguntarse si alcanza con decir que
está escrito el guión de tu vida, o al menos su hilo conductor" .27 el testimonio del pase -juego aquí con la equivocidad menciona-
da al comienzo- no es una autobiografía, ni debe reducirse a un
espectáculo.
22 Molloy, S., Acto de presencia. La escritura autobiográfica en Hispanoamérica, óp. cit.
23 Escritora y ensayista argentina radicada en Nueva York dedicada al estudio de la
autobiografía como género. 28 Molloy, S., Acto de presencia. La escritura autobiográfica en Hispanoamérica, óp. cit.,
24 Molloy, S., Acto de presencia. La escritura autobiográfica en Hispanoamérica, óp. cit., p.50.
p.26. 29 Lacan, J., (1940-1944) "El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un
25 Ibíd., p. 27. nuevo sofisma", Escritos 1, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1991, p. 197.
26 Miller, J.-A., (2009-2010) Vida de Lacan, óp. cit., p. 15. 30 Leguil, F., "Qué me ha enseñado la participación en los carteles del pase", [en
línea]
27 Miller, J.-A., (2002-2003) Cartas a la opinión ilush"ada, Paidós, Buenos Aires, 2002, http://www.eol.org.ar / template.asp?See=el_pase&SubSee=ensenanzas&File=ense-
p.5. nanzas /leguil_participacion.html

274 275
EUGENIA SERRANO

En otros términos, una vuelta más, ¿deben el pase y sus testi-


monios prescindir de la autobiografía y del espectáculo performá- ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE
tico? ¿Por qué no decir que si?
A condición de servirse de ellos. La experiencia del pase
Servirse de la autobiografía es tener en cuenta que lo que im-
porta en el pase es exactamente el punto en el que la novela va- Esthela Solano-Suárez
cila, exactamente en donde ella desfallece. 31 En su conferencia en
Caracas sobre el fin de análisis, Miller se refiere a esto retomando
la expresión lacaniana "el género de contorno" ;32 efectivamente
señalará que el verdadero problema del pase "no es que se diga lo
que no se pudo decir, sino, [... ]aprehender lo que Lacan llama le
con tour, el contorno, o sea algo que nunca estará en presencia" .33
Es posible aquí situar una especie de bucle, el punto exacto en
el que la performance del pase se presenta como el reverso del El pase, como la experiencia de un análisis, se inscriben en el
contorno de la autobiografía. Si lo que en definitiva se encuentra campo de una praxis en tanto modo de acción que trata lo real
in absentia en la novela del pase es el pasante mismo, servirse del por intermedio de lo simbólico, tal como lo define Lacan. La
espectáculo del pase supone que el pasante se suba al escenario práctica psicoanalítica, como práctica de palabra, se inscribe en
sin que ello devenga en su mostración. el marco de un discurso cuya acción sostiene un lazo social inédi-
to como reverso del discurso del amo. Es el único discurso que
no ejerce una dominación, que apunta a la singularidad y no a la
hegemonía de lo universal, que no está al servicio del ideal de la
norma, que no pretende unificar, sino que apunta a la diferencia
absoluta de cada sujeto. La experiencia de un análisis, cuyo eje es
la palabra del analizante a la cual responde el acto del analista,
apunta al tratamiento de lo real del goce del smtoma.

La experiencia de un análisis
Quienquiera que sea, que sufre de un smtoma que se repite
obstaculizando su querer, inhibiendo su acción o causando una
profunda angustia, tiene la posibilidad -si está al corriente de
la opción que brinda el psicoanálisis- de dirigirse a un analista
para someterle su demanda.
Esta decisión es subjetiva y supone creer que aquello de lo
cual se sufre, el smtoma, quiere decir algo.
No todos, en su relación a la palabra, están abiertos a esta
31 Miller, J.-A., (2000-2001) El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 253.
suposición, la cual implica suponer un sujeto al saber que no se
32 Miller, J.-A, ''Fin de análisis", Seminarios en Caracas y Bogotá, Paidós, Buenos Aires, sabe y querer despejar esta incógnita.
2015. El comienzo de un análisis propiamente dicho se fundamenta
33 Ibíd., p. 290. en esta suposición, conceptualizada por Lacan en términos de

276 277
ESTHELA SOLANO-SUÁREZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

sujeto supuesto saber, cuyo materna formaliza el concepto freu- mática que sostenía las significaciones de su realidad, al develar-
diano de transferencia. 1 se el objeto que lo causaba, obturando su división, se produce la
¿Qué es lo que califica al analista para ser digno de su po- destitución del sujeto.
sición y responder adecuadamente a la demanda del analizan- Esta resulta de la operación del acto analítico, en el cual se
te? Esta cuestión es crucial y alude al lugar del saber supuesto, localiza la función llamada "deseo del analista". Cuando advie-
puesto que, si de suposición se trata, esta denota el efecto sujeto ne para el analizante la resolución del enigma del deseo, cuyo
relativo al saber que se articula en el inconsciente. En consecuen- soporte era el fantasma, una vez franqueado ese paso, para el
cia, el analista no debe creerse el sabedor, ya que la suposición analizante el analista cae en el deser, al mismo tiempo que se des-
de saber no implica a su persona, de la cual es conveniente que vanece la ilusión de la esencia del sujeto supuesto saber.
se despoje, sino que requiere del analista una posición inédita: la El vaciamiento del marco del fantasma, como lo indica
de ocupar el lugar de semblante del objeto causa del deseo para Jacques-Alain Miller, que sostenía la realidad del sujeto como tam-
el analizante. Sostener el agalma del deseo supone sostener la di- bién su relación al saber en la vertiente de un "no querer saber",
mensión del enigma y también la apetencia de descifrarlo. Por lo enmarca un "más allá" de la concatenación de sus dichos, al punto
cual esta posición exige una ascesis previa. en que el fantasma le aparece como un recurso frente a lo real, y
El analizante habla, el psicoanalista ofrece con su silencio un como la ley que ordenaba su decir. A condición de agregar que el
lugar vacío para alojar los dichos del analizante. El analizante nuevo valor del marco vacío hace emerger en la exterioridad de
trabaja; el analista, que no se reduce al silencio, opera a partir este lo no sabido como causa de invención y de sostén de un deseo
de los dichos para hacer escuchar un decir. El acto del analista nuevo. El valor de esta formalización nos permite cernir la resolu-
introduce una disyunción entre el dicho y el decir. Si la inter- ción que Lacan propone ante el impasse freudiano relativo al final
vención del analista compete al acto, este solo se verifica en sus del análisis, resolviendo el escollo de la "roca de la castración".
consecuencias, según el impacto producido en la enunciación del El Otro no sale indemne de esta operación, al revelarse que
analizante. el fantasma era un recurso para hacer consistir al Otro que no
Si al comienzo de un análisis, como condición necesaria pero existe, y esto por medio de la obturación del lugar del S(.A) con
no suficiente, opera la transferencia, el final de la experiencia de el objeto pequeño a. Despejar esta ecuación pone a cielo abierto
un análisis será concebido por Lacan a partir de la resolución del el agujero del significante que falta en el Otro, destituyendo la
algoritmo que sostuvo su transitar. - creencia de un saber absoluto.
La resolución de un análisis adviene como consecuencia del Se vislumbra aquí lo que Lacan llama "el gozne" del pasa-
trabajo realizado por el analizante, cuando se produce el vacia- je del analizante al analista, puesto que llegado a ese punto el
miento de lo que aprisionaba al sujeto. Lacan lo concibe en tér- analizante puede decidir consagrarse al agalma del deseo, no sin
minos de atravesamiento del fantasma fundamental, resultando pagar el precio de reducirse él y su persona, como lo formula
de la disyunción del sujeto y del objeto del fantasma. El objeto Lacan, a ocupar el lugar de un significante cualquiera y de un
pequeño a, causa del deseo, no es más que un resto que causa la objeto destinado a la caída.
división del sujeto, al mismo tiempo que se desnuda su función
de obturar la pérdida introducida por el lenguaje en el cuerpo, a
título de castración. El analista producto de un análisis y el dispositivo del pase
Si el fantasma fue un recurso singular del sujeto para respon-
_der al enigma del deseo del Otro, al romperse la ficción fantas- Lacan concibe al analista como resultado de lo que se produ-
ce en un análisis cuando este ha conducido a la resolución del
impasse subjetivo, como dice Jacques-Alain Miller, en términos
1 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la de pase.
Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 266.

278 279
ESTHELA SOLANO-SUÁREZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Se trata de una ruptura mayor introducida por Lacan en co- a partir de su goce, y que por lo tanto no toma a sus analizantes
herencia con el discurso analítico, extrayendo la formación del como objetos de su fantasma. El dispositivo del pase como praxis
analista de la formación profesional caracterizada por un reco- releva de una ambición y una exigencia, que es la de tratar del
rrido académico. buen modo el real en juego en la formación del analista.
Esto no implica que la institucion analítica, concebida por Del AE se espera un aporte a partir del testimonio extraído de
Lacan bajo el concepto de Escuela, deje de lado la cuestión relati- su experiencia de analizante, como también que tome a su cargo
va a la garantía de la formación analítica. la experiencia de la Escuela, aportando una contribución relativa
Una de las facetas de la garantía otorgada por la Escuela com- a los problemas cruciales del psicoanálisis.
porta el dispositivo que sostiene la práctica del pase. Ahora bien, el Acto de disolución de la Escuela Freudiana de
Esta oferta que la Escuela pone a disposición del analizante París, pronunciado por Lacan en 1980, se inScribe de forma co-
no implica una obligación. Puede avanzarse aquel que desea tes- herente en la orientación concebida en su Acto de fundación",
/1

timoniar de su experiencia de análisis, haciendo de ella un bien puesto que Lacan disuelve la Escuela Freudiana de París ponien-
común. do en acto un término a una experiencia de deriva y de fracaso a
El dispositivo responde a la estructura del chiste. Lo cual no nivel del funcionamiento del pase.
quiere decir que sea una mera diversión sin consecuencias. Lacan adoptara la nueva Escuela, la Escuela de la Causa Freu-
Quien solicita el pase, el pasante, testimonia ante dos pasado- /1
diana, surgida de la disolución y concebida como contraexpe-
res. Estos son analizantes designados a esta función por el ana- riencia".
lista, en la medida en que en su experiencia de análisis están en Jacques-Alain Miller sostendrá con su acción, como bien lo
el punto de franquear el paso del pase. sabemos, después de la desaparición de Lacan, el espíritu vivo
El testimonio que estos han recibido del pasante es presenta- de la Escuela del pase, tanto en la ECF como en las otras Escuelas
do al jurado del pase, el cual decidirá si la enunciación del pasa- que fueron floreciendo en el mundo bajo su impulso y su deseo
dor deja escuchar la marca de un franqueamiento en el testimo- decidido. La Asociación Mundial de Psicoanálisis vela sin cesar
nio que ha recibido del pasante. Si hubo acceso a una posición por mantener la orientación lacaniana, a fin de que cada Escuela
subjetiva inédita, recibirá como reconocimiento la nominación centre su acción en el eje relativo a la formación de los analis-
de Analista de la Escuela. Como en la estructura del chiste, la tas, cuyo centro candente y agalmático es el pase. Esta orientación
posición del jurado asegura la posición ternaria que valida o no consiste en hacer prevalecer el discurso analítico con el fin de no
el mensaje transmitido. sucumbir ante los efectos del discurso del amo y del discurso
universitario.
La Escuela no es una sociedad de profesionales ni un sindi-
La ética del pase y la Escuela cato mutualista. Quienes quieren incluirse en su seno se distin-
guen, en su diversidad, por haber decidido aportar su trabajo.
Lacan ofreció a sus alumnos el procedimiento del pase con el La relación que los reúne es la de una transferencia de trabajo,
fin de despejar en el seno de su Escuela "la sombra espesa que la cual se sostiene para cada uno gracias al deseo decidido cuya
recubre el pasaje del analizante al analista". Esto suponía poder causa no es otra que la Causa freudiana.
obtener a través de los testimonios de los que obtuvieron el re- Es la condición preliminar para producir en el seno de la Es-
conocimiento en tanto AE, una ganancia de saber a propósito del cuela del pase una disolución permanente de los efectos de gru-
pasaje del analizante a la posición de analista, lo cual deja vis- po.
/1
lumbrar la posibilidad de sostener dignamente la función deseo El dispositivo del pase, si bien responde a una regulación, re-
del analista". La ética que rige la práctica del pase se juega en la quiere al mismo tiempo una extrema vigilancia y atención. La
dimensión de garantizar que el Analista de la Escuela no opera Escuela se dota de los instrumentos necesarios para rectificar los

280 281
ESTHELA SOLANO-SUÁREZ

resbalones que pueden producirse. De la conversación y del de-


bate entre los miembros de las instancias responsables del fun- SCUOLA LACANIANA DI PSICOANALISI
cionamiento de la práctica del pase resulta un saldo de enseñan-
za, no sin abrir hacia la invención. ¿Cómo contribuir a esclarecer
ese empalme?
María Laura Tkach

En la "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoana-


lista de la Escuela", Lacan afirma que:
[... ] el psicoanalista no se autoriza sino a sí mismo. [... ]
Esto no excluye que la Escuela garantice que un psicoanalista
depende de su formación.
[... ] Y el analista puede querer esa garantía, lo que, en conse-
cuencia, solo puede ir más allá: volverse responsable del pro-
greso de la Escuela, volverse psicoanalista de su experiencia
misma. 1
Estas frases, que engloban lo que puede parecer un oxímoron,
dan cuenta tai:nbién de una lógica que es propia del psicoanáli-
sis: la lógica de los efectos, pero no en el sentido de una relación
unívoca de causa-efecto, sino entendiendo los efectos como lo
que se produce a partir del tiempo retroactivo del futuro anterior
-tiempo de la emergencia del sujeto-, y que encontramos en la
evocación de Lacan, como ejemplo de este tiempo singular, de la
frase "un instante más tarde la bomba estallaba" .2
Podría también decirse que el tono de Lacan fue, en esas pa-
labras respecto a los analista de su Escuela, entre lo irónico y
lo paradojal; ya que les dice que el analista se autoriza por sí
mismo, pero ni bien termina de decirlo, los pone delante de una
paradoja: hay una formación del analista y además, en relación

1 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la


Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 261.
2 Lacan, J., (1959-1960) El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Paidós, Buenos
Aires, 2007, p. 265.

282 283
MARÍA LAURA TKACH LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

con esta, la Escuela es llamada en causa a nivel de la garantía. ¡El tentado nunca con las respuestas burocráticas o situadas en una
autorizarse no es sin el Otro! línea identificatoria dadas por las Sociedades de psicoanálisis.
Y por si esto fuera poco, concluye afirmando que el mismo No, a Lacan le interesaba que se pudiera dar cuenta de la lógi-
analista que se autoriza a sí mismo -y del que ha dicho que no lo ca que funda la producción del analista y que ese momento real
hay sin el Otro-Escuela-, es quien podría producir ciertos efectos de pasaje de analizante a analista pudiera ser transmitido en las
en relación con la Escuela, sobre la Escuela. enseñanzas del AE, tal vez mostrado.
Lacan advierte: la Escuela no existe, el Otro no existe, pero En razón de esa necesidad epistémica, Lacan inventa el proce-
para que haya analista, para que algo del analista ex-sista como dimiento del pase. La apuesta del pase es que cada AE nombrado
función, el analista tiene que poner de suyo, tiene que pagar, no podría mostrar, con su testimonio y con su enseñanza, algo, un
solo con palabras, sino también con el cuerpo, en su relación con matiz, una faceta, un rasgo, acerca de lo que significa "el psicoa-
el Otro-Escuela ... y esto, no de una vez y para siempre, sino una nalista" (ya que no está escrito, no se sabe lo que eso signifique), a
y otra vez. partir del hecho de que el AE habla luego de que el analizante que
ha caído como sujeto, también como sujeto supuesto saber, en un
tiempo aun suficientemente cercano al de ese instante de caída.
"Volverse psicoanalista de su experiencia misma" Por consiguiente, podría llegar a decir algo acerca de ese paso.

Actualmente, y desde que Jacques-Alain Miller lo propusiera Esta sombra espesa que recubre ese empalme del que aquí me
para el Campo freudiano, luego de su nominación, el AE lleva ocupo, ese en el que el psicoanalizante pasa a psicoanalista, es
a cabo lo que se llama una enseñanza del AE, en el marco de la esto lo que nuestra Escuela puede esforzarse en disipar.
Escuela Una durante tres años. No estoy más lejos que ustedes en esta obra que no puede
Realiza su primer testimonio -el relato de su análisis, puesto ser realizada a solas, puesto que el psicoanálisis constituye
en forma- ante un público vasto (no tenemos en cuenta, aquí, las su acceso. 4
modificaciones que esta experiencia ha tenido durante el período
de la pandemia, si bien sabemos que estas no han sido indife- Nuevamente Lacan llama en causa a un "no a solas".
rentes en la determinación de la problemática actual del pase), y Todo acto, el acto del analista en su práctica, como también
durante los siguientes tres años interviene en diferentes momen- ese instante de pasaje de analizante a analista -que se produce
tos de la Escuela, ahí donde es invitado, presentando su trabajo en acto- se realiza en soledad. En el instante del acto el parletre
con relación a "problemas cruciales" 3 del psicoanálisis, a partir está solo, no se encuentra aferrado a ningún significante; se halla
de su experiencia y de su posición; es decir, la da alguien que ha suspendido sobre el agujero entre un significante y otro.
dado muestras ante una comisión de haber concluido su análisis. Pero al mismo tiempo, el acto surge de un decir que se pro-
Alguien para quien, en acto, se ha producido el vuelco del pasaje duce en un discurso. El acto no comporta una condición de aisla-
de psicoanalizante a psicoanalista. Alguien que se ha encontra- miento, ni de autorreferencialidad.
do, por un instante, confrontado al agujero singular de toda falta En el psicoanálisis, el acto, realizado en la soledad más radi-
de significación, en tanto que el objeto de goce que lo obturaba, cal, llama en causa, en un tiempo sucesivo, al Otro encamado
desprendiéndose, cae. en la Escuela. El acto deja un resto no significantizable que, en
La pregunta acerca de qué es un psicoanalista, ha atravesado cuanto tal, anima un decir.
continuamente toda la enseñanza de Lacan, no habiéndose con- Cada miembro de la Escuela, en tanto implicado en un trabajo
analítico (ya sea como analizante o como practicante), es empu-

3 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la


Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 262. 4 Ibíd., p. 271.

284 285
MARÍA LAURA TKACH LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

jado por su propia causa -esa que lo liga a la causa del psicoa- están llamados aquellos que entran en la Escuela de Lacan. Pero
nálisis- a un "querer testimoniar": con una intervención en un por sobre todas las cosas, esta modalidad de entender lo que
evento de Escuela, con la presentación de un caso clínico ... con quiere decir ser psicoanalista, por su lógica misma, conlleva que
un testimonio de pase. se actúe como tal a partir de la certeza de serlo siempre. Cuando
Aquel que se implica en un análisis orientado por lo real, llega en realidad, .el analista, se produce o no, de manera puntual, dis-
a sentir la necesidad viva de hacer pasar al dicho lo que nace de continua, y es por esto que es necesario un lugar -una Escuela-
un decir. Cada uno en su tiempo y con su estilo. para mantener a los así llamados analistas, despiertos, al trabajo.
La Escuela, como concepto, como la fundara Lacan, es solida- En el campo lacaniano no se sabe a priori qué quiere decir ser
ria de la topología del parletre, que se constituye a partir de un psicoanalista, no existe una definición de analista, no hay una
agujero en el saber. Ella, conceptualmente, está agujereada. Pero formación lineal para devenir psicoanalista. Lo que sabemos es
en lo real, esta topología ha de producirse cada vez, y se produce que el analista es el producto de su formación, la que hace en
cuando sus miembros se implican en y con ella, cada uno a partir su experiencia de análisis personal, donde entra como todo el
de su propio agujero. mundo a partir de un sfu.toma, y de la cual saldrá con otro, un
En definitiva, la Escuela de Lacan es fundamentalmente, más sinthome, toda vez que el final del análisis se haya dado.
que una consistencia, una experiencia. Tal vez el AE sea aquel Un psicoanálisis lacaniano, entonces, no termina con una
que -si bien no sea el único- esté principalmente llamado a pro- identificación al analista, sino con una identificación al propio
ducirla como experiencia, justamente por el hecho de agujerearla sfu.toma -entendido como sinthome-, parafraseando un pasaje de
con su decir, que habrá pasado en sus testimonios y enseñanzas. Lacan en el Seminario "RSI". Al final del análisis, el parletre se
Lo que queda, cada vez, a verificar. identifica, ya no a un significante, sino a un goce singular, que no
es un goce fálico, sino que convoca al cuerpo como Otro, como
heteras, que no es decible, que cada AE nombra, intenta nombrar,
con una invención que se ha precipitado al final.
La sombra que recubre ese empalme en el ¿De qué manera esto se puede articular con el contribuir a
que el psicoanalizan te pasa a psicoanalista disipar la sombra que recubre el pasaje de psicoanalizante a-psi-
coanalista?
¿Es esta una sombra que sería imposible disipar? Ese empal- El final del análisis tiene como efecto un parletre que se ha
me, ¿está destinado a mantenerse en penumbras? encontrado con hacer la experiencia de la ausencia de la relación
Sería fácil llevarlo a la luz, si se tratara de una operación de sexual en lo real, que a partir de un desprendimiento en lo real
identificación. Si devenir psicoanalista fuera el producto de una del objeto de goce al cual estaba fijado, se halla posibilitado para
identificación a ... al propio psicoanalista, a un modelo estableci- experimentar nuevos lazos, con otras modalidades del objeto,
do, a un estándar, en definitiva, a un significante. determinados más por la contingencia que por lo necesario. La
Bastaría, una vez adquirida esta identificación, decirla: "Soy modalidad anterior del lazo con el objeto dejaba el parlétre sus-
psicoanalista en cuanto soy negro, blanco", o lo que sea. Además, pendido a la demanda del Otro y también de los otros.
de esta manera, el estatus de analista, sostenido por una iden- Esto, de alguna manera -que seguramente se va atenuando
tificación, sería un estatus no solo para siempre, sino también en la medida en que el análisis va procediendo-, hace necesa-
continuo. Alcanzado una vez, ya no sería necesario "cumplir una riamente obstáculo en el ejercicio de su función de analista. Si
tarea sometida a un control interno y extemo",5 como a la que bien, luego de muchos años de análisis y de control, el practican-
te puede haber flexibilizado y liberado suficientemente su lazo al
objeto, logrando así quedar más vacío y disponible a las diver-
5 Lacan, J., (1971) "Acto de fundación", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, sas cualidades de las transferencias propuestas por sus pacientes
p.247.

286 287
MARÍA LAURA TKACH

y analizantes; la unión con el objeto sigue aún manteniéndose,


aunque más no sea a través de un pedazo. NUEVA ESCUELA LACANIANA DEL CAMPO FREUDIANO
Ese último pedazo es el que, en el instante del pasaje de ana-
lizante a analista, se habrá desprendido. Este desprendimiento ¿Qué se espera del pasador?
deja ver que no hay relación sexual que sea permanente, lo cual
comporta que pueda ser construida cada vez, de manera contin- Leonora Troianovski
gente y por una "libre" elección, es decir no determinada por lo
que había sido necesario.
A la vez, esto produce un nuevo parlétre que, sin garantía, en
su función de analista, se supone podrá prestarse libremente -es
decir desatado de la demanda del Otro- a encamar el objeto que
la contingencia requiera.
Tal vez, para avanzar un poco más en el esclarecimiento de
ese empalme, la Escuela Una necesite que, encontrando cada vez El pase como experiencia
la buena manera, los distintos actores del dispositivo del pase,
así como el AE nominado, se detengan a interrogar y a mostrar El dispositivo del pase ya tiene historia. El procedimiento, sus
diferentes facetas de este último punto. mecanismos, incluso su finalidad, han ido redefiniéndose en el
tiempo que lleva su andadura.
La primera versión del dispositivo la encontramos en la "Pro-
posición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela",1 dirigida por Lacan a los miembros de su Escuela. La
proposición fue presentada, sometida a votación y motivó con-
troversia. Era una apuesta por la reestructuración de la Escuela
Freudiana de París, poniendo en cuestión el modo de recluta-
miento que hacía del analista una especie de título académico.
Hasta entonces el analista era calificado por el ejercicio de su
práctica. La invención del gradus de AE en la Escuela fue una
forma de agujerear la institución analítica. Pasarán aún dos años
más; recién en enero de 1969 se pone en marcha la experiencia.
Encontramos una segunda versión del pase que es, en cam-
bio, un texto breve, escrito para ser traducido como "Prefacio a la
edición inglesa del Seminario 11",2 del cual Lacan no había pensa-
do hacer una publicación aparte. Allí la cuestión del pase no está
en primer plano. Es a instancias de Jacques-Alain Miller que se
publica en Ornicar?, siendo su lectura la que destaca este texto
como una segunda versión del pase.

1 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la


Escuela", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 261.
2 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos, óp.
cit., p. 599.

288 289
LEONORA TROIANOVSKI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

Lo que cambia entre la primera y la segunda versión es la El agujero de una Escuela de psicoanálisis es la definición del
perspectiva del final de análisis. En la "Proposición", la experien- analista, de la que podemos decir que "no la hay". El pase está
cia termina con la revelación de una verdad que concierne al ser, hecho para mostrar precisamente que no hay conjunto posible
pero en el texto del '76 encontramos la satisfacción como marca fundado en el rasgo del analista como universal.
del final. Lo que no cambia es que, a partir de la "Proposición", La definidón de los AE como "dispersos descabalados", 6
el analista lo es como efecto de la experiencia. apunta a que aquello que los designa no hace grupo, es reacio
Vemos que en tomo al pase se anudan cuestiones políticas, a la identificación. Lo son, cada uno, por el irreductible del qi.ie
epistémicas y clínicas. Cada una de estas dimensiones concier- han podido hacer una transmisión: asir la verdad mentirosa res-
nen al discurso analítico y a su puesta en práctica en el marco de pecto de lo real, de lo que solo se puede testimoniar en singular.
la AMP. 3 Para que la experiencia como tal tenga lugar, hará falta Cada analizante está confrontado a la invención; la primera
que la trenza mantenga sus agujeros. en tanto parlétre, ya que responde como sujeto al encuentro con
De esta experiencia de la que el analista sería efecto, Lacan lo real que lo instaura, y la segunda, si lleva su análisis hasta el
dirá que final, a la invención de su sinthome. Invención hecha a partir de
lo que queda como pieza suelta, como resto sintomático de la
[... ] en tanto tal, se trata de una dimensión muy diferente del experiencia de su análisis.
aprender. Su primer movimiento es no saber por qué punta Jacques-Alain Miller señala que no hay que "considerar los
asirla. Esto explica que, en definitiva, el pase solo podrá ser restos sintomáticos como detalles menudos sino, al contrario, re-
juzgado, como ha dicho alguien esta mañana, por el esfuerzo nunciar a la transparencia sin ceder en la elucidación". 7 De ello
de aprehensión de quienes, al haberse expuesto a ese pase, se desprende que habrá que renunciar a la aspiración de una
vivieron de él la experiencia [... ].4 demostración lógica y epistémica, al mismo tiempo que mante-
ner la exigencia de la elucidación de ese resto que constituye el
En estos términos Lacan hablaba de lo inasible que hace a la ex- no-todo de la experiencia del pase.
periencia, de aquello en lo que el análisis es irreductible a un "Es en el permanente fallar de esta demostración del resto
aprendizaje. Esto se juega de un modo fundamental en el pase, que la clínica del pase puede tener la posibilidad de entregamos
dispositivo en el que tiene lugar la evaluación de la experiencia. la singularidad del deseo del analista" .8 Es por ello, también, que
En el '73 afirma que "la experiencia del pase es una experien- la Escuela del pase puede esperar de cada testimonio de AE algo
cia en curso" .5 Si bien en ese momento se refiere a los efectos tras nuevo en el saber.
los primeros años de su puesta en marcha, podemos tomar la
vigencia de su apuesta cada vez. Creo que esa es la apuesta de
Escuela: que el dispositivo del pase sea, cada vez, una experien- La designación del pasador
cia. Para ello deben darse las condiciones. La dimensión de la
experiencia implica la presencia del agujero. Otra modalidad del agujero se pone en juego en la designa-
ción del pasador. El analizante es informado por su analista de
que ha sido designado como pasador (o se entera por el llamado
3 La Asociación Mundial de Psicoanálisis fue Fundada en Buenos Aires el 3 de enero
de 1992 y luego declarada en París el 7 de febrero del mismo año, hace suya la inten-
ción expresada por Jacques Lacan en su Acta de fundación de la Escuela Francesa de
Psicoanálisis y adopta los principios contenidos en su Proposición sobre el psicoana- 6 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI", Otros escritos, óp.
lista de la Escuela (1967). cit., p. 601.
4 Lacan, J., "Sobre la experiencia del pase" (3 de noviembre de 1973). Texto i;sta- 7 Miller, J.-A., "Semblantes y sinthomes. Presentación del tema del VII Congreso de la
blecido por J.-A. Miller. El original estenografiado se publicó en las Lettres de l'Ecole AMP", La Cause freudienne, nº 69, septiembre 2008, p. 131.
freudienne, nº 15, junio de 1975, pp. 185-193. 8 Bassols, M., Intervención en la Jornada "Pase y Escuela" de la Escuela Lacaniana de
5 Ibíd. Psicoanálisis, Madrid, 12 de junio, 2011.

290 291
LEONORA TROIANOVSKI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

del pasante que tendrá que escuchar), entrando así en la expe- curso de los encuentros con los pasantes o con el Cartel del pase;
riencia del dispositivo del pase. maneras posibles de hacer síntoma a la hora de llevar la barca ... 10
Momento de confrontación de la experiencia, correlativo al
Consiento en que al pasante se lo llame candidato o cándido, vaciamiento que permite hacer lugar a la pregunta: ¿desde dón-
qué importá; lo importante es que el que lo oye no se muestre de escuchar el testimonio?
altanero. Por eso pedí expresamente que los passeurs se eligie- Véronique Mariage explica su experiencia en los siguientes
ran solo entre los más nuevos, y que los eligiese su analista, términos:
independientemente, lo subrayé, de su consentimiento. 9
Cuando era pasadora, un encuentro con el Cartel fue deter-
Esta designación opera a modo de interpretación: no se acompa- minante para mí. Me hizo comprender la función del pasador.
ña de explicaciones, de modo que pone al analizante inmediata- Surgió de un acto de uno de los miembros del Cartel. Me em-
mente con relación al no saber. Queda de su lado la interpreta- brollaba tratando de dar cuenta de las numerosas notas que
ción de la designación, a la vez que abre la pregunta por lo que había tomado y había perdido el hilo. Miller, sentado frente
se espera de él como pasador. a mí, de repente, toma mis notas y cierra el cuaderno donde
Se ve confrontado a una ft.mción para la cual, retomando las estaba escrito lo que intentaba transmitir: "Venga, ahora diga
palabras de Lacan en el '73, no ha sido enseñado más que por su lo que le ha quedado", me dijo. En un último sobresalto me
propio análisis. Aquello que lo define no está del lado del saber aferraba a los restos de lo que me había sorprendido en mi
como doxa, ni de nada que pueda alimentar la altanería narcisista. encuentro con el pasante. Entonces pude extraer un hilo que
La función del pasador se realiza en soledad. El dispositivo me permitió transmitir una parte de lo esencial. El pasante
del pase requiere discreción. Entonces, podemos decir que el pa- fue nombrado AE.11
sador está solo, pero a la vez cuenta con aquello que su análisis
le ha enseñado ... Me parece que este es el borde que circunscribe
la dimensión de la experiencia del lado del pasador, a la vez que Construir los bordes desde donde se escucha
ofrece las razones por las que encontramos tan solo algunas indi-
caciones sobre su función. Lacan señala que
Podemos pensar, entonces, que no hay instrucciones para el
pasador porque no puede haberlas. Aquí encontramos un real de [... ]en algunos casos los que ocuparon la posición de passeur
la función del pasador en relación al cual su desempeño está de- se las dieron de analistas, y esto no es, en absoluto, lo que es-
terminado por lo elaborado en su propio análisis, tal como indica peramos de ellos. Lo que esperamos de ellos es un testimonio,
Lacan en la "Proposición". una transmisión, la transmisión de una experiencia en cuanto
precisamente no se dirige a un viejo de la vieja guardia, a un
En mi experiencia, el momento de la designación permitió
mayor. 12
constatar un cambio en mi relación con la verdad y por ende con
el saber. Encuentro con lo imposible: no se trataba ahí de ir en bus-
¿Cómo ocupar ese lugar al tiempo de estar advertido de que ahí
ca del saber para obturar el agujero, sino de hacer operativo el no
no se trata del lugar del analista? Esta indicación señala una zona
saber y verificar desde ahí si podría estar a la altura de la función.
Quedarse demasiado pegada a lo literal, perder el hilo del de-
cir bajo el acúmulo de los datos, inhibirse ante el Ideal, angustiar- 10 Les passeurs en francés, pasador, significa también el que conduce la barca de un
se por las palabras dichas o las decisiones tomadas en el trans- lado al otro del río.
11 Mariage, V., "Ser pasador, pasante-AE", El Debate de la Escuela Una. El Debate de la
ELP. Nueva Serie, nllm. 24,http://ampblog2006.blogspot.com/2010 / 01 /el-debate-de-
la-escuela-una-el-debate.html
9 Lacan, J., "Sobre la experiencia del pase", óp. cit., pp. 185-193. 12 Lacan, J., "Sobre la experiencia del pase", óp. cit., pp. 185-193.

292 293
LEONORA TROIANOVSKI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

estrecha y precisa, a la vez difícil de definir. La especificidad de la es posible hacerlo aparecer. Pero en el pase no se avanza más de
posición del pasador tiene que ver con el momento en que llega, donde llegó la experiencia del análisis. Entonces, también, hay
cuando el analista considera que el analizante está haciendo su que captar el momento donde detenerse.
elaboración en tomo al final del análisis. En este sentido, no es En el apres-coup pude ubicar otra dimensión fundamental,
desde un lugar de saber de qué se trata, que escucha. aunque más difícil de formalizar, que tiene que ver con la pre-
Entonces la cuestión no es tanto cómo, sino desde dónde lo sencia, el encuentro de los cuerpos. No fue sino en el segundo
hace: momento, a la hora de hacer pasar el testimonio, que ciertos
detalles que van más allá de la articulación lógica o los dichos
Desde dónde podría entonces esperarse un testimonio justo del pasante tomaron relevancia. ¡Hay lo que no se escucha, pero
sobre el que franquea ese pase, sino de otro que, al igual que pasa, sucede!
él, todavía lo es, este pase, a saber, en quien está presente en
ese momento el deser en el que su psicoanalista conserva la
esencia de lo que le pasó [... ]. 13 Si eso satisface ... y si no, también
A cada pasador le corresponde la tarea de construirse los bordes El dispositivo se organiza de tal modo que pone en juego que
del agujero desde donde acogerá el testimonio del pasante. La algo pase entre lo dicho por el pasante y lo que el pasador trans-
función de la escucha supone hacer lugar a la palabra, pero no mitirá al Cartel del pase. En este sentido, el pasador es el pase;
sin intervenir, no sin preguntar. como "placa sensible", se prestará para hacer pasar el testimonio.
Entre el pasador y el pasante hay la apuesta de un encuentro. Así, el pasador está en un "entre dos''. Por un lado, escucha el
Ese encuentro conformará el marco para la puesta en acto de un testimonio del pasante y, por otro, ha de efectuar su transmisión
decir. Es desde ese lugar de sensibilidad respecto a sus propias al Cartel. De él se espera que escuche el testimonio, pero también
interrogaciones desde donde brotarán las preguntas, los pedidos que efectúe una transmisión.
de aclaraciones, las intervenciones que tengan lugar durante los Lacan dice que el pase es como un chiste, porque cuando un
encuentros con el pasante. . chiste funciona uno tiene ganas de contarlo. El pasador se con-
Esto hace del pase una experiencia, y por ello no puede redu- vierte así en el portador del agalma. Cuando se produce la satis-
cirse a la escritura del curso del análisis, como si de una presenta- facción, se recibe el eco del "hay pase". Eso empuja a ser contado.
ción clínica se tratara. Tampoco, de tomar notas como en una cla- Podemos decir que es la misma satisfacción la que ordena la
se magistral o de un registro que aspire a su reproducción literal. secuencia que puntúa el trayecto, los momentos cruciales y el
En el momento en que estaba de mi propio análisis, la pre- pasaje de analizante a analista, el punto resolutivo sobre el que se
gunta que me concernía era cómo terminar. Se impuso para mí apoya el final y la invención que separa el pathos del saber hacer
la necesidad de esclarecer los bordes desde dónde sostener mi con los restos sintomáticos.
escucha. Entre el vacío para acoger el testimonio, el resonar de Pero ¿qué pasa cuando esto no se produce? Entonces ¿qué
la enunciación y el interés por atrapar los giros que escanden los es lo que ordena? También será en la singularidad de cada caso
momentos cruciales de la cura y su final. como se podrán atrapar los impasses, límites o puntos de opaci-
Separada de los amores con la verdad y más cerca de la pa- dad. Será tarea del Cartel formalizar de cada testimonio en qué
sión por la ignorancia, se trataría de ayudar a formalizar en tomo puntos apoyar su decisión, sea de nombrar como de no nombrar,
al "divino detalle" o, en su ausencia, de indagar para verificar si así como elaborar la respuesta conveniente según cada caso.
Este aspecto me parece fundamental, ya que el interés del dis-
positivo no se reduce a la "producción" de AEs, sino que se trata
13 Lacan, J., (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la de producir, a partir de aquello sobre lo que el Cartel es enseña-
Escuela", Otros escritos, óp. cit., p. 273.

294 295
LEONORA TROIANOVSKI LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

do, la clínica del pase. La discreción necesaria para el funciona- reducido a una función de promoción, centrado en el binomio
miento del dispositivo ha de convertirse en enseñanzas puestas nominado/ no nominado.
a disposición del trabajo de Escuela. Entiendo que esta reducción favorece la deriva imaginaria
La tarea del Cartel se apoya en la transmisión del testimonio hacia lo que se dio en llamar la starificación del AE. Hablar de
que recibe de los pasadores. Es otro modo de decir que el pasador Escuela del pase implica que la experiencia del pase llegue a los
es el pase. En ocasiones, cuando se localizan puntos de dificultad, miembros, más allá de la discreción necesaria del dispositivo y
puede surgir la duda de si se trata de un punto no analizado o de no únicamente a través del testimonio y el trabajo del AE.
un lapsus en la transmisión del pasador. Puede suceder que en la Cuando se señala que los informes del Cartel del pase son
transmisión la posición de enunciación no aparezca; entonces el "letra muerta", cuando no suscitan transferencia de trabajo ni
Cartel tiene dificultades para restituirla y encontrar las aristas de debate, ¿qué es lo que está pasando? Cuando no hay enseñanzas,
lo que se ha escuchado. los informes quedan reducidos a datos, burocracia, carecen de
Ahí se abre un abanico de posibilidades: intentar esclarecer interés. Entonces, el destino de los informes de los carteles puede
ese punto con el pasador, solicitar un nuevo encuentro con el ser leído como un síntoma.
pasante, esperar que el testimonio del otro pasador permita ilu- Por el contrario, lo que aportaría el dispositivo del pase a tra-
minar la cuestión; pero más allá de esto, se pone en evidencia vés de los testimonios de los AE y de las enseñanzas extraídas del
que el modo de transmisión del pasador, la formalización, su trabajo del Cartel daría cuenta de los usos del pase, los inicios
soltura, su estilo, están vinculados al punto al que llegó en su del análisis, las orientaciones de las curas, los modos de salida o
propio análisis. finalización ... es decir, que en la clínica del pase encontramos las
En este sentido, creo que no se trata de esperar pasadores trazas de "cómo se analiza hoy en la AMP".
ideales, sino de aplicar el psicoanálisis al pase: las vicisitudes de En una conferencia dictada en Nimes, 15 J.-A. Miller señalaba
la experiencia del dispositivo del pase, sus puntos sintomáticos, que la comunidad de inspiración lacaniana se destaca por su ca-
habrán de ser leídos y acogidos como interpretación, como modo rácter heterogéneo:
de saber tomar la temperatura acerca de cómo se analiza hoy, ya
que el pasador, tal como señala Lacan en la "Proposición", solo [... ]busca qué es ser un analista, mientras que una sociedad
puede responder a su función en el dispositivo desde el punto en lo sabe ... El pase no es para nada un elemento agregado a la
el que se encuentra de su propio análisis. construcción de la comunidad[ ... ] es un elemento constituti-
vo de dicha comunidad. Se trata de una comunidad construi-
da alrededor de un no saber que se llama Escuela.

El pase, elemento constitutivo de la Escuela


Los informes presentados por algunos colegas de distintas
Escuelas de la AMP en la "Cita con el pase", 14 denotan una bas-
culación de la transmisión sobre el AE, quedando en menos las
enseñanzas del Cartel del pase. Este movimiento impulsa la fi-
gura del AE, dejando fuera de la vida de Escuela una parte fun-
damental del pase. Sin las enseñanzas del Cartel, el pase queda

14 Informe sobre los disfuncionamientos del pase en las Escuelas, "Cita con el pase", 15 Miller, J.-A., "El psicoanálisis, la ciudad, las comunidades", Revista Lacaniana de
AMP, 19 de marzo, 2022. Psicoana1isis, nº 22, EOL-Grama ediciones, Buenos Aires, 2017, p. 38.

296 297
NEW LACANIAN SCHOOL

Pasiones
Véronique Voruz

Nada grande se ha hecho en el mundo


sin una gran pasión.
GWFHegel

El pase ... es la certeza de que en el


mundo no hay más que sfutomas.
Dominique Laurent 1

El pase suscita muchas pasiones. Comparación de los respec-


tivos méritos de los AE en los pasillos de los congresos, recupe-
ración narcisista en la escena de la Escuela, empuje democráti-
co del derecho al pase, desprecio del AE que no convence o que
ya ha dejado de hacerlo, pulsión epistérnica que a veces motiva
un interrogatorio público e indecente sobre la intimidad de los
síntomas, utilización del pase para asuntos de carrera y poder,
intimidación institucional que puede compeler a un AE a tener
que responder a todo y sobre todo al instante, etc. La panoplia
de emociones humanas se despliega en tomo suyo: en esto el
pase no es una excepción. Queda por distinguir entre lo que es
inevitable, por ser humano, y lo que es fracaso. La crisis actual
del pase ofrece la oportunidad de evaluar si este dispositivo, o
en todo caso su práctica actual, sigue siendo apto para ejecutar
las funciones que Lacan atribuyó a su invención en 1967. ¿Cuáles
son estas funciones?

1 Laurent, D., "Acte et subversion du savoir'', https:/ /wapol.org/ornicar/arti-


cles/179lau.htm

299
VÉRONIQUE VORUZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

La experiencia del pase de las mutaciones subjetivas constatadas, así como de la operati-
vidad de la conducción de la cura, en función de su experiencia
Lacan inventó el pase en tanto que experiencia, con el fin de y no de un saber establecido. Pasar del estatus de analizante al
poner en acto una ruptura epistémico-institucional con la prácti- de pasante -de la asociación libre al esfuerzo de transmisión-
ca establecida en los grupos analíticos en relación a la formación implica hacerse responsable de la experiencia analítica, así como
y reclutamiento de los analistas. 2 El dispositivo, procedimiento también de producir un saber analítico propio, a su medida. O
de verdad inédito que pone en su centro al pasante en posición sea, servirse de él para dar cuenta de lo real de una experiencia lo
de enunciación, tiene varios propósitos: más fielmente posible;
El dispositivo del pase comporta entonces una nueva muta-
-Una doble finalidad epistémica: por un lado, dejarse enseñar ción subjetiva, lo que subraya el término mismo de pase, que
por el saber depositado en el caso por caso, y así enriquecer y asuena con el de pasaje al acto. Es en este punto que el Semi-
afinar los conceptos y la clínica. Por otro lado, verificar las hipó- nario 15, "El acto analítico" se empareja con "La lógica del fan-
tesis en relación a la lógica de la cura, en particular, las desarro- tasma". Además, el dispositivo puede permitir al pasante fina-
lladas en el Seminario 14, "La lógica del fantasma", en cuanto la lizar su liberación de la transferencia de la que estaba cautivo
cura comprendería para Lacan la posibilidad de ir más allá de los bajo todas sus formas: saber supuesto al analista sobre lo íntimo
impasses identificados por Freud. La posibilidad de un pase se de su determinación subjetiva y los secretos de su goce, objetos
verificaría por la emergencia del deseo del analista. Dicha propo- condensados en el cuerpo del analista4 que alienan allí el cuerpo
sición, a su vez, aporta una respuesta radicalmente original a la pulsional del analizante, o incluso real encamado en el analista
cuestión de la formación del analista desvinculándola del saber, no susceptible de Aufhebung alguno. Estas dos dimensiones del
así como también de todo régimen de autorización previa. La dispositivo dan cuenta de que el mismo apunta a un más allá de
nueva versión del pase, extraída del "Prefacio a la edición ingle- la verificación y, como tal, produce efectos de sujeto que son poco
sa del Seminario 11 ", 3 permite actualizar aquello que se verifica tenidos en cuenta en el trabajo de reflexión sobre el pase.
caso por caso en el procedimiento, es decir, que quien cree haber
pasado al analista ha cernido aquello con lo que opera cuando -Un objetivo político-institucional: la invención de Lacan
está en función de analista. Este "con lo que opera" es del orden apuntaba a "enturbia[r] el charco" 5 en la institución psicoanalí-
de una satisfacción sinthomal sabida que permite operar sin buenas tica. La apuesta es importante: ¿puede una comunidad humana
intenciones (tampoco malas, por cierto) :-única respuesta que se funcionar de otra manera que como grupo, con todos los efectos
atiene a la aporía de la ética del analista. El estilo de dicha satis- obscenos que Lacan deploraba? Por lo tanto, una de las funcio-
facción es cada vez único, ya que es función tanto de la contin- nes del dispositivo del pase sería asegurar que la comunidad
gencia del encuentro con el goce, como de la respuesta del sujeto analítica no funcione como un grupo. Al respecto, retornemos la
a dicho encuentro. Esto también será un vector de transferencia precisa formulación de Miquel Bassols en el Blog del pase:
para otros que deseen comprometerse en la aventura analítica.
Lejos de ser una experiencia individual, de acuerdo con el
-Producir efectos de sujeto relacionados con la experiencia ana- estatuto del inconsciente, el pase es una experiencia transin-
lítica: esto implica permitir al pasante que formalice y dé cuenta dividual, de lo colectivo y sobre lo colectivo. Es cierto que no

2 Sobre el contexto y las razones de la invención del pase, cf Miller J.-A., Cómo ter- 4 Cf. sobre este punto, el bello número de Quarto, nº 121: "Partenaires de la pulsión",
minan los ana1isis. Paradojas del pase, Navarin éditeur-Grama ediciones, Buenos Aires, marzo 2019. Inédito en español.
2022.
5 Utilizo deliberadamente Ja expresión de Lacan en (1970) "Radiofonía", Otros escri-
3 Lacan, J., (1976) "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", Otros escritos, Pai- tos, óp. cit., p. 439 para el punto de capitón en tanto que él "enturbia el charco del
dós, Buenos Aires, 2012, p. 599-602. significado".

300 301
VÉRONIQUE VORUZ LA PRÁCTICA DEL PASE EN LAS ESCUELAS DEL CAMPO FREUDIANO

hay inconsciente colectivo, pero el sujeto es transindividual. "la decisiva importancia revolucionaria del momento subjetivo'',9
Y esto en el sentido que Lacan le había dado al término "co- o incluso Donna Haraway, para quien "emanciparse uno mismo
lectivo", un año antes de proponer el dispositivo del pase, a de la propia condición, [es] recuperar la experiencia de uno en
saber, "lo colectivo no es nada sino el sujeto de lo individual"~ una ficción ... dar una significación a algo, es hacer ficción ... Hacer
Definición que puede parecer paradójica, pero sin la cual no . do enmovnruen
ficción, es '.estar pomen . . to mundos posi"bles'?" . 10
podríamos entender nada de la Escuela como Un sujeto, de La apuesta de la orientación lacaniana es que un análisis lleva-
la Escuela-sujeto tal como la formuló Jacques-Alain Miller, do a término no se reduce a la elaboración de una autoficción que
no como grupo o entidad abstracta, sino como experiencia
permite al parlétre emanciparse más o menos de la contingencia
de transferencia de trabajo colectiva, con su sujeto supuesto
de su historia, haciéndose sujeto de la misma. En efecto, un AE
saber al trabajo. 6
que funciona de manera congruente con el psicoanálisis, encarna
más bien el hueso-objeto no reabsorbible en el saber, efecto del
¿El dispositivo del pase contribuye hoy a frenar, limitar los .efec-
encuentro con "la certeza de que en el mundo no hay más que
tos de grupo en la comunidad analítica y a sostener el func10na-
síntomas". El dispositivo del pase, entonces, si funciona, no es
miento de la Escuela como sujeto, única formación institucional
un dispositivo de subjetivación como los demás, ya que verifica,
congruente con el discurso analítico?
incluso participa en producir, una certeza inquebrant~ble b~sada
en un más acá de la ficción, ficción que sin embargo sigue siendo
necesaria: "vuelta del inconsciente al sinthome". 11
Un dispositivo de subjetivación que no es como los demás
Además de una evaluación del pase con respecto a los fines
que pueden reconocerse en la orientación lacaniana, también se
La responsabilidad de la Escuela; la del AE
puede cuestionar el tipo de dispositivo que es el pase, en contras-
Hoy se le reprocha a ciertos AE, y por extensión al pase, el ha-
te con otros dispositivos de subjetivación existentes en la historia
berse alejado de la demostración en acto de tal certeza, en bene-
humana. ¿Por qué situar el pase bajo el sintagma foucaultiano
ficio de la dimensión de escabel que el dispositivo puede haber
de dispositivo de subjetivación?7 Como recordatorio, la subjeti-
tenido.
vación según Michel Foucault designa las formas y modalidades
Pero la responsabilidad de esto, ¿no le cabe a la Escuela que
de la relación consigo mismo mediante las cuales el individuo
desde hace años pide a los AE hystorizarse en la escena del mu:i--
se constituye y se reconoce como sujeto. Ahora bien, el pase es
do analítico para causar el deseo por el psicoanálisis, en cada
un dispositivo de subjetivación, ya que allí se cruzan líneas de
saber/ poder/ verdad, cuyo efecto es producir un AE, efecto de encuentro o congreso? .
Sin embargo, como todo parlétre, un AE sigue siendo el su1eto
sujeto supuestamente inédito. . .
¿Qué es este efecto sujeto? ¿Es reductible al efecto de agentivi- de los significantes que determinan su trayecto en el mundo. La
zación esperado de "la elaboración de una autoficción no están-
dar'',8 tal como en la tradición marxista Georg Lukács subrayaba
9 El valor de síntoma de la conciencia de clase es subrayado además por Lacan en
(1970) "Radiofonía", Otros escritos, óp. cit., p. 447. "Dicho de otro modo, él [Marx] pre-
tende prorrogar la gran Revolución con el inconsciente y el síntoma: con la plusvalía
descubierta precipita la conciencia llamada de clase".
6 Bassols. M., "La passe Une", Blog de la passe nº 111. En https: / / cloud.causefreudien-
10 Haraway en su Manifiesto Cyborg, resumido aquí por Barbii;r. N., Devenir féministe:
ne.org / s / YSkf5rbe5ZqAtw4.
conscience et déclin de la masculinité comme seconde nature, Éd1tions Aventure, París,
7 Podemos leer sobre este punto el texto de Gilles Deleuze: "¿Qué es un dispositi- 2022.
vo?", en Michel Foucault filósofo, Gedisa, Barcelona, 1990, p. 156.
11 "Remontée de l'inconscient au sinthome", Miller, J.-A., "En-deo;a de l'inconscient",
8 Según los términos de Eric Laurent en su argumento para el Congi;es? de~? NlS de La Cause du désir nº 91, París, 2015. [El ultim(simo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013.
2020, que fue cancelado: "La Interpretación: De la verdad al acontecmuento . Clases del 14, 21 y 28 de marzo de 2007].

302 303
VÉRONIQUE VORUZ

apuesta en cuestión en la frase "¿apuesta o consagración?" con-


sistiría, por lo tanto, en apostar por la determinación del pasante
nombrado en esta función, de no ceder ni al supuesto determi-
nismo de una verdad mentirosa que a veces puede ser reforzada
por el procedimiento, ni al determinismo potencial de la deman-
da de la Escuela.
Un AE debe entonces dar prueba de determinación respecto a
su singularidad real, que no es una variación aceptable de la norma de
lo que es un AE. Se trata de "la especie de plus-de-gozar que hace
decir 'eso es alguien'".12 Sin embargo, la multiplicación de no-
minaciones, y cierta convergencia en el estilo de los testimonios,
pueden haber parecido atenuar esta singularidad. Mientras que,
de hecho, como señaló Eric Laurent en El reverso de la biopolítica,

[... ]no hay vía real que conduzca a la singularidad de la en-


carnación del objeto a. Los psicoanalistas no constituyen una
especie, como no la constituyen las mujeres, los artistas y los
santos. 13

¿Es esta singularidad, la que no forma grupo, admisible para


la Escuela? Y la Escuela, ¿consiente a ser interpretable por las sin-
gularidades que eligen alojarse en ella? Las pasiones suscitadas
por los testimonios cada vez más públicos, por el pase como dis-
positivo de selección de una élite dentro de la institución analíti-
ca, ¿no han venido a taponar la cuestión de la formación del ana-
lista 714 ¿Y el grupo no habrá, en cierta medida, tapado la Escuela?

TRADUCOÓN: TOMÁS PIOTTO

12 Lacan, J., (1970) "Radiofonía", Otros escritos, óp. cit., p. 437.


13 Laurent, É., El reverso de la biopolítica, Grama ediciones, Buenos Aires, 2016, p. 174.
14 Como propuso Florencia F. C. Shanahan durante su testimonio conclusivo en el
Congreso de la NLS en Lausana bajo el título de "TBC".

304

También podría gustarte