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"El eco doloroso del Río Amojú"

En el cauce del Río Amojú, donde la vida solía fluir en paz, hoy se ve un
panorama sombrío, un grito de angustia en su caudal.
Sus aguas, antaño cristalinas, se han vuelto turbias y contaminadas, un eco
triste de la irresponsabilidad humana, que el río soporta con pena y agonía.
Desde sus nacientes en la montaña, llevaba vida y esperanza consigo, pero
ahora las aguas están cargadas, con desechos que arrastran el olvido.
Mercados sin control vertieron sus desechos, agricultores descuidados utilizaron
químicos, y las comunidades que a sus orillas vivían, olvidaron cuidar este
tesoro líquido.
Los peces que nadaban con gracia, ahora luchan por sobrevivir, los pájaros que
se posaban en sus ramas, hoy apenas pueden resistir.
La flora y fauna que adornaba sus riberas, hoy han dado paso a la muerte
silenciosa, los nenúfares y juncos han desaparecido, y el eco del río llora su
pérdida dolorosa.
Pero aún hay esperanza en esta tragedia, si cada uno toma conciencia y acción,
podremos sanar las heridas del río, y devolverle su antiguo esplendor.
Limpiemos sus aguas contaminadas, restauremos su equilibrio perdido,
unámonos como guardianes del Rio Amojú, para protegerlo con amor y
compromiso.
Dejemos atrás la indiferencia y el egoísmo, aprendamos a vivir en armonía con
la naturaleza, pues solo así podremos asegurar, que el Río Amojú vuelva a ser
una promesa.
Que sus aguas vuelvan a ser cristalinas, que sus riberas florezcan con vida, que
el canto de los pájaros sea nuevamente, la melodía que
en sus orillas resuena día a día.
El río Amojú clama por nuestra ayuda, pidiendo a gritos
que cuidemos su ser, seamos sus protectores y
guardianes, y así, su historia podremos renacer.

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