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EL NEONATO. DEL NACIMIENTO HASTA LOS DIEZ DIAS.

El recién nacido a término viene a este mundo después de treinta y ocho a cuarenta y dos semanas
de desarrollo fetal el cual ha sido influenciado por código genético y por maduración del sistema
nervioso. El niño tuvo una mínima experiencia con factores del medio ambiente extrauterino (tales
como gravedad, sonido y luz ). Estos comenzarán ahora a tener un efecto potente en su desarrollo.

La gravedad es controlada por el neonato a término con muchos movimientos al azar de las
extremidades más un pequeño control independiente de cualquier parte del cuerpo. La postura está
dominada por la flexión de las extremidades. Los codos, caderas, rodillas y tobillos tienen un fuerte
tono flexor, lo cual causa el recogimiento de las extremidades dentro de la flexión cuando se
extienden pasivamente (Saint-Anne Dargassies 1977 ).

Aunque este tono flexor fisiológico normal es el resultado de la maduración del sistema nervioso
durante la vida fetal (Saint-Anne Dargassies 1977 ), no es suficiente para resistir o vencer la
gravedad. Por consiguiente, el tono flexor puede ser reducido por la gravedad y por el desarrollo del
control de los músculos extensores durante la maduración. La activación de los músculos extensores
hace posible que los músculos flexores sean elongados sistemáticamente. Esta elongación ocurre
antes del desarrollo del control flexor antigravitatorio eficiente.

El efecto de la gravedad sobre la postura fetal es vista primero proximalmente en el cuello, hombros
y caderas, además la cabeza es rotada hacia el lado y las extremidades son rotadas más
externamente y abducidas. Los efectos de las fuerzas antigravitatorias son más obvios cuando el
bebé está en descanso. Un movimiento inesperado de la cabeza del niño suscita una reacción
propioceptiva en los músculos del cuello, el reflejo de moro, el cual resulta en una amplia abducción
y extensión de las extremidades superiores, seguido por adducción y flexión ( Saint-Anne
Dargassies 1977 ).

Los recién nacidos no son pasivos. Cuando están despiertos generalmente se están moviendo. Esto
es especialmente obvio en las extremidades, las cuales se mueven al azar, en amplio rango,
exageradamente y con movimientos vigorosos. Estos movimientos son vistos primero en supino
donde las extremidades están posicionadas óptimamente para movimientos independientes.
Posteriormente los movimientos se hacen altamente organizados y ser parte de movimientos más
complejos ( tales como gatear o caminar ) .

Las extremidades inferiores del neonato a término son usualmente más activas y tienen un tono
muscular más firme que el de las extremidades superiores (Sain- Anne Dargassies 1977). El tono
muscular en el feto y en el bebé prematuro se desarrolla en progresión caudal-cefálica, empezando
en los tobillos a las 28 semanas de gestación y progresando hasta las extremidades superiores a las
37 semanas de gestación (Saint-Anne Dargassies 1977). Esta dirección del desarrollo muscular y
activación antigravitatoria se invierte cuando el niño nace y tiene contacto con la gravedad.

Los movimientos de la cabeza tienen una influencia significante en su posterior desarrollo motor. A
través de los movimientos de la cabeza, la movilidad de la columna es iniciada. Si la cabeza gira
vigorosamente o sostenidamente, esto puede causar el rolido del bebé hacia el lado. Inicialmente la
rotación de la cabeza en supino es utilizada por el bebé para localizar el origen de la comida. Esto es
una acción refleja ( reflejo de búsqueda) causada por la estimulación táctil en el área alrededor de la
boca, el cual es vital para la sobrevivencia del bebé ( Precht 1977). La rotación de la cabeza en
prono es también una reacción de sobrevivencia debido a que puede prevenir la asfixia.

La columna de neonato es generalmente flejada. Cailliet (1977) atribuye esta postura flejada a la
ausencia de discos intervertebrales. Sin embargo, esto también puede ser relacionado con la
posición en el útero y la inactividad de los músculos paravertebrales (cuello y extensores de
espalda). La movilidad de la columna en el neonato está limitada por las vértebras cervicales y
lumbares. La forma del tórax y la posición horizontal de las costillas limitan la movilidad de las
vértebras torácicas (Crelin 1973 ). La movilidad cervical hace posible que la cabeza se levante y gire
en prono.

La flexión de la columna hace posible la movilidad lateral y rotacional dentro de las vértebras
lumbares y de la articulación lumbosacra, lo cual no es posible cuando la columna está extendida
(Cailliet 1968 . A causa de esta flexión de la columna, el neonato es capaz de asumir muchas
posturas asimétricas diferentes de miembros inferiores en prono lo cual puede perderse al aumentar
la extensión lumbar. La movilidad lumbar también hace posible que el tronco inferior cambie su peso
en prono.

Cuando es jalado para sentarlo, el neonato no es capaz de ayudar. La cabeza del niño se queda
atrás totalmente, codos extendidos sin oposición y posición en flexión de miembros inferiores. Una
vez sentado, la cabeza cae hacia delante, aunque el neonato hace ensayos fugaces para levantarla.
La espalda está redonda, pero la pelvis está perpendicular, haciendo posible que el peso sea
soportado en las tuberosidades isquiáticas.

Cuando se mantiene completamente erecto, posición vertical, el neonato es capaz de extender las
piernas y llevar su peso a ellos (de pie primario ) ( Fiorentino 1981 ). Así posteriormente de pie la
extremidad va hacia delante, el neonato puede responder con buena organización, caminando con
movimientos recíprocos de las extremidades inferiores (marcha automática) ( Prechtl 1977;Fiorentino
1981 ). En el bebé a término, estas dos actividades de pie primario - marcha automática usualmente
llega a ser inactiva alrededor e los cuatro meses de vida.

El neonato no está interesado en juguetes pero presta atención a lo negro y blanco, o a colores
contrastantes ( Fantz, Faga y Miranda 1975 ). Disfrutan de la estimulación vestibular y táctil. Están
interesados principalmente en comer, estar cargados, abrazados y que les hablen. Así durante este
tiempo desarrollan confianza en su cuidador.

SUPINO.

En supino, la postura del neonato es dominada por la flexión, especialmente en los tobillos, rodillas,
caderas y codos. Las extremidades se mantienen usualmente pegadas al cuerpo y la cabeza está
girada ligeramente hacia el lado.
CABEZA.

En la mayoría de los neonatos a término, la cabeza descansa en una posición ligeramente rotada
debido a su forma redonda y a la falta de control suficiente de los músculos para mantenerse en la
línea media. Los bebés con tono muscular bajo tienen más movilidad; por lo tanto su cabeza con
frecuencia gira más hacia el lado (Saint-Anne Dargassies 1977)

Durante la rotación activa de la cabeza, el neonato puede girar hacia el lado debido a la reacción de
enderezamiento del cuello. Esta reacción ocurre como resultado de la posición de la cabeza y el
cuello con relación al resto del cuerpo y la falta de disociación entre el cuello y tronco. La rotación de
la cabeza y el cuello causa que el cuerpo siga girando el tronco (Barbnes, Crutchfield u Heriza 1978)
Aquí no hay segmentación en el cuerpo durante el giro. Esto puede ser una razón kinesiológica para
la respuesta total del cuerpo.

A esta edad, el cuello no está disociado con el tronco, y la movilidad rotacional de la columna está
limitada. Por eso el giro de la cabeza causa una rotación inmediata unida a la de las vértebras
cervicales, y posteriormente, la de todo el tronco. La reacción de enderezamiento del cuello no
ocurre espontáneamente o dramáticamente en bebes con tono muscular bajo o laxitud de
ligamentos. Sin embargo puede ser extraída en una posición adecuada.

La búsqueda es uno de los primeros estímulos para girar la cabeza. Esta reacción refleja ocurre
como resultado de la estimulación táctil en el área perioral ( Saint-Anne Dargassies 1977). Tal
estimulación causa que el bebé oriente la cabeza, boca y lengua hacia la estimulación, así haciendo
posible que tome el seno de la madre o el tetero (Twitchell 1965; Precht 1977). La cabeza del bebé
puede moverse incluso en flexión, extensión y rotación dependiendo cuál área es estimulada,
demostrando la capacidad del recién nacido para mover su cabeza en todas las direcciones. Según
( Mueller 1972), la respuesta es integrada alrededor de los tres meses de edad. Los bebes quienes
no han podido demostrar esta respuesta refleja en todas las direcciones deberán ser observados.

VISION.

Es fácil para que el bebé se oriente visualmente cuando está en supino con la cabeza apoyada. El
recién nacido puede fijarse y seguir un objeto brevemente (Allen 1991 ). También es fácil para el
neonato fijarse en un objeto moviéndose lateral o verticalmente (Saint –Anne Dargassies 1977 ).
Los neonatos ven mejor cuando el objeto está de 8 a 9 pulgadas de distancia.

El recién nacido se fija más en objetos con contraste fuerte ( Fantz Faga, y Miranda 1975; Brazelton
1973; Taylor 1992; Inatsuka 1979), preferiblemente modelos negro y blanco por encima de otros
colores .

EXTREMIDADES SUPERIORES.

Durante los periodos de reposo, las extremidades superiores del neonato descansan usualmente en
ligera abducción y rotación externa de hombros, codos flexionados, y antebrazos en pronación. Los
brazos pueden ser rápidamente afectados por la gravedad. Las manos están flejadas ligeramente.
El neonato frecuentemente lleva sus manos a la boca. Esto es posible a la flexión de codo y
rotación de cabeza. La reacción mano boca es el resultado de un “estado oral “ fuerte el cual
estimula la flexión de las extremidades superiores en el lado hacia el cual la boca está orientada, en
supino y prono (Saint-Anne Dargassies 1977).

Aunque los brazos se mantengan pegados al cuerpo durante los tiempos de reposo, el neonato es
capaz de realizar amplios movimientos de las extremidades superiores, originándose en los
hombros. Aunque estos amplios movimientos son tradicionalmente descritos como “movimientos al
azar ”, Von Hofsten (1990) sugiere que los movimientos de los brazos del neonato serán después
coordinados con la fijación visual en un blanco y así dar comienzo a la fijación ojo-mano. En el codo,
muñeca y dedos ocurren movimientos de flexión y semiextensión, pero rara vez es vista una buena
extensión de codo o una buena rotación externa de hombros.

La mano del bebé varía de posición entre estar flejada o ligeramente abierta. Los movimientos de
las manos están relacionados usualmente con los movimientos de los brazos. Cuando los brazos
están pegados al cuerpo, los dedos están flejados y aducidos. Se observa muñeca y dedos
extendidos con abducción aumentada cuando ocurre la extensión de codo y abducción de hombro.
Según (Von Hofsten 1990 ), los movimientos de los brazos y manos del recién nacido están
acoplados sinérgicamente. A medida que los brazos se extienden, las manos se abren; a medida
que los brazos se flejan las manos se cierran.

La flexión fuerte de dedos ocurre cuando, la estimulación táctil es aplicada a la palma de la mano,
especialmente en el lado ulnar ( Erhardt 1984). Esta respuesta se desarrolla fácilmente durante la
vida fetal y puede suscitarse en niños de 28 semanas (Saint –Anne Dargassies 1977). Esta
respuesta es llamada reflejo de prensión palmar.

Una segunda parte de este reflejo ocurre como respuesta a la tracción (Saint –Anne Dargassies
1977). Cuando es aplicada una tracción en el brazo del niño, el miembro entero responde con
contracción de los músculos flexores, y el niño puede ser capaz de levantarse de la mesa. Según
(Twitchell 1965), la flexión de dedos ocurre con tracción del brazo del neonato; no es un reflejo de
prensión verdadero pero es el resultado de la flexión sinérgica de todas las articulaciones del brazo y
de la mano.(Von Hosfsten 1990).

EXTREMIDADES INFERIORES.

El neonato tiene los tejidos blandos en tensión los cuales mantienen las caderas en flexión,
abducción y rotación externa ( Bleck 1987; Staheli 1980), las rodillas en flexión y los tobillos en
dorsiflexión ( Walker 1991; Drews, Vraciuy Pellino 1984 ). La flexión puede aumentar con la actividad
y/o stress. Durante el tiempo de reposo, sin embargo, los pies usualmente descansan sobre la
superficie de soporte con las rodillas y los muslos permanecen en el aire. En esta posición sin
soporte, las extremidades inferiores son vulnerables a la gravedad.

Debido al tono flexor fisiológico en las extremidades inferiores, hay una resistencia y retira las
caderas, rodillas y tobillos cuando se les extiende pasivamente (Saint –Anne Dargassies 1977).
Durante los periodos de actividad, las piernas del neonato patean vigorosamente con patrones
rítmicos y recíprocos. ( Thelen y Fisher 1983;Thelen 1985). Realizan movimientos alternos entre
flexión y semiextensión de cadera y rodilla mientras que mantienen algunos grados de abducción y
rotación externa de cadera. La dorsiflexión de los tobillos usualmente permanece constante para
toda la patada.

Aunque los tejidos blandos no estén tensionados mantienen las caderas en posición de flexión,
abducción y rotación externa, las características esqueléticas de las caderas incluyen torsión femoral
medial, anteversión femoral, inclinación femoral, coxa valga femoral y un acetábulo poco profundo.
Otras características esqueléticas de las extremidades inferiores del neonato incluyen genu varo,
tibia vara, torsión tibial, calcáneo varo, antepie varo y ocasionalmente metatarso aducto
( Walker 1991; Bleck 1987; Tachdjian 1972; Tax 1985; Beats 1969; Stahei 1980).

PRONO

En prono, el neonato descansa con la cabeza rotada hacia un lado pero es capaz de levantarse y
voltearse. Debido a que la movilidad rotacional del cuello es limitada (Saint –Anne Dargassies 1977)
es usualmente la mejilla, no la oreja, la que descansa en la superficie. En prono, la cabeza se
levanta y rota ayudando a prevenir la asfixia y estimula la rehabilitación sensorial durante el cambio
de peso el cual ocurre cuando la cabeza es levantada o girada.

En armonía con la progresión cefalo-caudal antigravitatoria del neonato (en útero la dirección fue al
contrario ) ( Saint – Anne Dargassies 1977), los extensores de cabeza y cuello son los primeros
músculos en mostrar activación antigravitatoria. Así la hiperextensión de cabeza y cuello son los
primeros componentes del control postural antigravitatorio.

Levantando y girando la cabeza (extensión y rotación ) parecen ejercitarse los músculos extensores
de cabeza ( capital ) y cuello ( cervical ) ( Cailliet 1964), los cuales activan los extensores de la
columna inferior, proporcionando estimulación vestibular, e iniciando el proceso de rotación de la
columna ( axial). Esto es toda una evolución crítica de los bebés normales en el futuro. Además, la
extensión de la cabeza causa un leve cambio de peso posterior, y voltear la cabeza causa un
cambio de peso lateral en el tronco.

EXTREMIDADES SUPERIORES.

En prono, la posición de las extremidades superiores del neonato cambia muy poco. Sin embargo,
muchos neonatos asumen por algún tiempo una postura flejada y aducida. Los codos están
marcadamente flejados y las manos están cerradas y pegadas a nivel de los hombros. Cuando el
bebé descansa, los antebrazos y/o las manos pueden estar en contacto con la superficie, con los
codos levemente elevados.

Cuando las extremidades superiores están aducidas y pegadas al cuerpo y el peso es cambiado
anteriormente por elevación de la pelvis, la escápula se inclina hacia delante, causando la redondes
de los hombros. La inclinación hacia delante de la escápula la posiciona en elevación, aducción y
rotación inferior. La rotación inferior de la escápula ocasiona la rotación inferior y posterior de la fosa
glenoidea (Brunnstrom 1979 ), la cual posteriormente influye en la rotación interna e hiperextensión
del húmero. Esto causa elevación del codo y antebrazo, lo cual cambia más el peso sobre las
manos.
La depresión de los hombros dentro de la superficie de soporte causa una inclinación escapular, la
cual posteriormente hace que los codos se levanten de su soporte, extiendan las muñecas y con las
manos empujen la superficie. Las manos, por lo tanto, también pueden actuar como fulcro durante
la elevación y rotación de la cabeza.

Los músculos que rodean los hombros parecen proveer una estabilidad sinérgica para levantar y
girar la cabeza. Por la posición elevada de las caderas, el bebé cambia su peso hacia delante sobre
los hombros y cara. Por consiguiente, para levantar la cabeza, el bebé debe cambiar el peso
posteriormente. El peso es cambiado hasta alrededor de los hombros, y los hombros y pecho están
empujando sobre la base de soporte. El neonato demuestra marcado esfuerzo para proveerse
estabilidad muscular para levantar la cabeza, por lo tanto, movimientos al azar vigorosos y
exagerados de las extremidades superiores acompañan con frecuencia la levantada de cabeza. Esta
acción durante la levantada y girada de la cabeza crea cambios sutiles de peso y regeneración
sensorial de los músculos de diversas partes del cuerpo.

EXTREMIDADES INFERIORES.

En prono, las caderas del neonato están flexionadas, levemente abducidas, y rotadas externamente.
Las rodillas están flexionadas y los tobillos están fuertemente en dorsiflexión. La posición flejada de
las extremidades inferiores hacen que la pelvis esté elevada, cambiando mucho el peso hacia
delante sobre la cara, hombros, extremidades superiores, y manos del bebé. Este cambio anterior de
peso permite más movimiento al azar en las extremidades inferiores que en las extremidades
superiores.

Los bebés con tono muscular bajo pueden ser capaces de más abducción y rotación externa de
caderas. Ellos pueden igual tener más movilidad lo cual hace que la pelvis descanse en la superficie
de soporte. Así, el peso no es cambiado hacia delante en el tronco pero se distribuye más
igualmente.

Patadas al azar pueden causar que el bebé se arrastre hacia delante, o pivotee en círculos. El
arrastre puede ocurrir porque los dedos de los pies del bebé tocan una superficie firme durante la
patada. El pivote es el resultado que el pie toca la superficie cuando la pelvis es inclina lateralmente.
Estos movimientos disminuyen según aumente la extensión lumbar y de cadera y el cambio de
posición de las extremidades inferiores. Al aumentar la extensión de cadera, los pies ya no tienen
una posición favorable para empujar.

SENTADO.

La prueba de sentarlo es una manera útil de analizar el desarrollo progresivo de los músculos
flexores antigravitatorios y también es útil para observar la respuesta del bebé a cambios de
regeneración sensorial que ocurren cuando se cambia la posición de la cabeza.
Cuando el neonato a término es jalado para sentarlo, la expresión facial del bebé usualmente indica
que se da cuenta que algo incorrecto está ocurriendo. Ahí puede ser visible la contracción de
músculos flexores de cuello y elevadores de hombro (ECM ) ( Brazelton 1973; Saint-Anne
Dargassies 1977 ). Sin embargo, el peso y el tamaño de la cabeza impide que el bebé se levante.
Por eso la cabeza se queda atrás.

No hay actividad de las extremidades superiores, tronco, o extremidades inferiores durante la prueba
de jalar para sentarlo. Allí puede aparecer la flexión activa de las extremidades inferiores, de la
cadera y rodillas, pero esto es debido más bien al tono flexor fisiológico que a un movimiento
antigravitatorio activo.

El reconocimiento y respuesta a los cambios de regeneración sensorial que ocurren cuando se


cambia la posición de la cabeza, es muy importante en la prueba de sentarlo. Los sistemas visual y
vestibular deben ser activados por el bebé para percibir la cabeza al ser levantada. Por esto, es
importante observar la cara y los ojos del bebé para evaluar si el bebé es consciente de los cambios
de posición de la cabeza. Esto llega a ser realmente importante en bebés más grandes a quienes se
les queda atrás la cabeza. El que la cabeza quede atrás puede ocurrir como resultado de músculos
débiles y/o conciencia insuficiente de la regeneración sensorial.

Durante el ejercicio de sentarlo, el bebé puede mantenerse con un fuerte agarre, (resultado del
reflejo de prensión ). Este reflejo es estimulado cuando el examinador coloca sus dedos en la palma
de la mano del bebé y es reforzada por la tracción aplicada en toda la extremidad superior (Twitchell
1965 ). Esta acción refleja no debe ser confundida con el control voluntario de las manos.

El sentado no es una posición funcional para el neonato. Cuando es sostenido, el bebé puede
intentar levantar la cabeza, pero cae rápidamente hacia delante, con la barbilla descansando en el
pecho a causa de la debilidad en los extensores de cuello. La espalda está redonda dando la forma
de “C” de la columna, y ahí parece no ser controlada por los músculos extensores de la columna.
Las extremidades inferiores están flejadas, abducidas y las caderas rotadas externamente, con las
rodillas semiflejadas y los tobillos en dorsiflexión. Las extremidades superiores cuelgan relajadas
cuando el tronco es sostenido.

DE PIE.

Cuando la posición vertical es soportada, los neonatos responden con notable capacidad. Ellos
pueden asumir peso y extender sus piernas debido a la reacción de soporte positivo ( Touwen 1976;
Saint-Anne Dargassies 1977; Capute 1978 ). Esta respuesta es también llamada de pie primario (
Fiorentino 1981 ). El aumento del tono extensor de pie ayuda al neonato para levantar la cabeza
brevemente.
A pesar del aumento en el tono extensor estando de pie, el alcance de la extensión de las
extremidades inferiores es limitado por los músculos y otros tejidos blandos en tensión. Las rodillas
pueden estar en semiextensión, pero las caderas permanecen flejadas y los hombros están por
detrás en posición vertical. Las caderas están también rotadas externamente.

Los pies están juntos o cruzados, las rodillas separadas, dando una apariencia de una posición de
reverencia (patizambo), los tobillos están en dorsi y eversión. Los pies están usualmente planos o
pronados pero pueden invertirse durante los movimientos de marcha, dando un aspecto lateral
cuando los pies hacen contacto con la superficie de apoyo.

El neonato está inclinado hacia delante mientras está de pie, y puede responder con movimientos
recíprocos de marcha bien organizados ( André-Thomas y Autgaerden 1966: Saint-Anne Dargassies
1977). Hay una flexión sincrónica durante el balanceo, y una extensión sincrónica de todas las
articulaciones ( dentro de la amplitud de movimiento disponible), después del contacto con el pie. La
coactivación de los músculos antagonistas de las piernas también ocurre durante la marcha
automática ( Forsberg 1992; Thelen y Fisher 1982; Thelen 1985 ).

El contacto del pie puede ser hecho primero con los dedos de los pies ( Saint-Anne Dargassies
1977) o con el antepié primero (Fossberg 1992; Forsberg, Hirschfeld y Stokes 1992 ). Los pies con
frecuencia se cruzan. Esta respuesta es llamada marcha automática ( Andre-Thomas y Autgaerden
1966; Prechtl 1977; Barnes, Crutchfield y Heriza 1978; Fiorentino 1981 ). En los bebés a término, la
marcha automática es fuerte alrededor de las tres semanas y disminuye a las diez ( Mc Graw 1945).

Aunque los movimientos están organizados, necesita la participación de dos grupos musculares
importantes para el soporte dinámico estando de pie: los extensores de cadera (glúteos y hamstrings
) y el grupo de los gastro-sóleo ( Thelen y Cooke 1987 ). No solo hay grupos musculares inactivos,
estos músculos se mantienen en estado de elongación por la marcada flexión de caderas y
dorsiflexión de los tobillos.
El neonato carece igualmente de un balance y control postural durante la marcha primitiva (
Fossberg 1992 ).

Tradicionalmente la marcha automática fue llamada “reflejo de estepaje neonatal” y fue atribuida a
una serie de reflejos de estiramiento (Mc Graw 1945; Andre-Thomas y Autgaerden 1966; Illingworth
1975), sin embargo según, Thelen y Fisher (1982 , 1983 ) Thelen ( 1984,1985 ), Leonard, Hirschfeld
y Fossberg ( 1991 ), Fossberg, Hirschfeld, y Stokes (1992 ) y Forsberg ( 1992 ) sugieren que la
marcha automática es debida a mecanismos de la espina dorsal, tales como patrones generadores
centrales (CPG ) o estructuras coordinadoras. Según Thelen y Fisher ( 1982 ) los patrones de
movimientos usados en la marcha automática son los mismos que usa en la patada con el neonato
en supino. Ellos sugieren además que las primeras redes neuronales son usadas en ambas
acciones.

INDICACIONES DE POSIBLES DISTURBIOS EN EL DESARROLLO MOTOR.

Los bebés a esta edad a quienes se les sospecha retraso en el desarrollo y quienes son referidos
para tratamiento usualmente tienen una historia médica que lo amerita. Tal historia puede incluir
prematurez significante, hemorragia interventricular ( IVH ) grado III o IV, displasia broncopulmonar;
nacimiento con bajo de peso ( debajo de 1500 gramos ) y asfixia perinatal, entre otros ( Moore
1984, 1986 ).

Las dificultades al comer son usualmente los problemas más serios. El bebé quien es incapaz de
comer bien está expuesto a problemas nutricionales. Tales problemas están con frecuencia
acompañados de irritabilidad. Las terapias que se dirigen a las dificultades motoras orales son muy
importantes.
Los bebés quienes han experimentado daños neurológicos pueden ser muy rígidos o muy flojos. En
estos bebés que son muy rígidos, la terapia será dirigida a incluir movimientos a través de
posiciones y actividades variadas que le ayuden a elongar los músculos. Si el bebé es muy flojo, la
terapia será dirigida a aumentar la actividad muscular contra la gravedad.

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