Está en la página 1de 16
ACM Mayenne) compiladora Catalogo de practicas Meeteld gto ei Corrupci6n, confianza Vea) uti Dy ROA 138, Rumi Sauru, Pavia Bostouo & Fonacta Petwoornta de las propias estructuras asimétricas de poder. Otras veces la red corrupta es representada como una manguera, indicando un sistema que cubre un largo recorrido 0 trayectoria, que no deja circular el fluido que contiene (recursos colectivos de distinta fndole) sin interrupeiones sino que conttene pinchaduras que representan pérdidas para muchos y ventajas para unos pocos, sobre todo en el Ambito de las instituciones publicas (salud, educaeién, etc). Las pinchaduras constituyen Ia representacion anéloga de los “fillras” y los "peajes” que operan en las cadenas y redes de la corrupcién en el mundo de las empresas y negocios privados. La cormupeién como enfermedad, generalmente invasiva y terminal, es una imagen empleada para indicar un estado pato- logico, indeseable, del sistema social. La metéfora de la enferme- dad, (al como ha sido empleada en las entrevistas, indica tanto gravedad por la centralidad de los “érganos” que afecta (particu- Jarmente Ia Justicia] como su grado de difusién en el sistema social. En consecuencia, se habla de ciudadanos enfermos en un doble sentido, por involucrarse en practicas sociales deshonestas y por lo tanto éticamente objetables, y por tolerar instituciones corruptas. Las metaforas son recursos cognitivos que nos permiten en- tender 0 hacer inteligible la realidad social y comuntearla (Goffman, 1974, Lakoff y Johnson, 1980), sus significados no son uniformes sino que varian segiin las situactones y Ios contexios discursivos en los que son empleadas (Maasen y Weingart, 2000). Ademas de herramientas comunicativas y cognitivas, las metforas contienen Julcios morales 0 éticos, particularmente el simbolismo de la enfermedad para representar estructuras y procesos sociales (Sontag, 1989). Cuando son aplicadas a problemas sociales, no sélo nos permiten enmarcarlos, sino pensar posibles soluciones (Batstone, 2000). Los relatos sobre la corrupcién de las personas enirevistadas en este estudio contienen un lenguaje metaforico que indica que la misma es un fenémeno generalizado y dificil de “erradicar”, Sin embargo. la objecion ética de este estado de situacién es dominante en los relatos, indicando tanto resistencia al involucramiento personal como la necesidad de cambio drastico en las Teglas del juego dominantes en Ia esfera privada y publica, El camino no es facil; apelando nuevamente al lenguaje metaforico, requeriré de buenos diagnésticos y herramientas que permitan desarmar una trama tan profundamente instalada en cl sistema social argentino, tee. we a Cariruto V Percepciones de corrupcién y confianza en actores politicos y econémicos Ruth Sautu, Paula Boniolo e Ignacia Perugorria Durante los «itimos anos hemos visto emeger a nivel mundial una creciente concientizacién acerca del Fendmeno de la corrup- clon, Varios organismos internacionales se han abocado a su medicién, y numerosas publicaciones han intentado identificar aquelias condiciones que son propicias para su emergencia, sus principales caracteristicas y sus consecuencias. Paralelamente, las “visiones benignas” que resaltaban los aspectos positivos de este fenémeno han sido paulatinamente dejadas de lado!, y actualmen- te prevalece un consenso entre economists, clentistas politicos y sociélogos acerca de sus efectos negativos tanto para el funcio- namiento de la economia, como para del sistema cemocritico. En América Latina la discusién acerca det problema de la corrupeién ha adquirido particular relevancia; el predominio de economias subdesarrolladas 0 en desarrollo, y de democracias Fecientemente recuperadas luego de largos y reiterados periodos dictatoriales, hace que su estudio y el de los perjuicios que ésta acarrea sean de vital importancia, El aumento de los costos de las transacciones, la reduccién de los incentivos para la inversién, 1a irracionalidad en Ja asignacién de recursos y la reduccién en la recaudacién impositiva son algunos de los efectos de la corrupeién en el dmbito econémico que fueron discutidos en el capitulo I Otros efectos en esta esfera son el empeoramiento de la calidad * La corrupcién era vista como algo benefictaso en los paises eon tradiciin auloritarla, dado que ésta garantlzaba cierios margenes de libertad y de movimiento, y eumplia la funcién de redistzibuir los recursos publicos por ‘medios paralelos accesibles a grupos que, de otra forma, quedarian exeluides. ‘Adicionalmente, algunos autores sostienen que la cornupeién tiene efectos ‘econdinieos y polfcos poslilvos, ya que permite superar los inconvenientes y Iediosos tramites derivados de las roguiaciones econsmieas y mejora la eaidad dela burocracia al proveer con un Ingrese suplementario (eitados en Selligson, 12003:79-87). 140 Romi Sauru, Pauta Bowoio & Toxscis PeRvaoxtia de los servicios puiblicos y Ia discrecionalidad existente en su Provisién, como asi también la profundizacién de la distribucion desigual del ingreso. Desde esta perspectiva, la corrupcion seria un agente inhibidor —entre otros— del crecimiento econémico y del desarrollo humano, El estudio de los potenctales perjuicios de la corrupeién para el funcionamiento del sistema democratico también se ha instalado en los Gllimos afios. Selligson (2003:85) sostiene que mientras la corrupelén puede haber tenido ciertas funciones positivas bajo Kobiernos dictatoriales, es vista como algo disfuncional en una democracia, en particular en términos de pérdida de confianza en 1 sistema politico. En la misma linea de pensamtento, Rose- Ackerman (2001:1) define a la corrupclén como un comporlamien- to deshonesto que involucra el usulructo de un puesto puiblico para la obiencién de una ganancia privada y que, consecuen- temente, viola la confianza otorgada a los representantes electos y burécratas. Coincidentemente, varias investigaciones centradas en el estudio de la experiencia personal con practicas corruptas © de los niveles de percepeién de la corrupcién o de la honestidad de funcionarios piiblicos, han mostrado la existencia de una fuerte asociacion estadistica entre estas variables y la creencia en la legilimiclad de las instituctones politicas. Utilizando datos recogi- dos en paises curopeos, della Porta y Vannucci afirman que las percepciones de corrupcién han dado origen a una desconfianza general y a una insatisfaccion con la politica, las instituciones publicas y las elites gobernantes (1999:5). Lo mismo sucede con el estudio de Pharr realizado en Japén (2002:850-1}, el cual muestra que ef numero de articulos sobre corrupcién publicados en el periddico principal de Tokio es el principal pronosticador de la Insatisfaceién con Ia politica, Argentina es un excelente escenario para estudiar el vinculo entre corrupeién y confianza en el funcionamiento de las institu- tones del sistema politico y econémico por dos razones. En primer lugar, como se seriala en el capitulo II, nuestro pais siempre ha sulrido de altos niveles de corrupcién. Aunque no existe prueba sulieiente de que la corrupeién esté mas difundida en Argentina que en otras naciones, el indice de Percepcidn de Corrupeién (IPC) de Transparency International la ha clasificado entre los cuarenta paises percibidos como més corruptos a nivel mundial durante el aflo 2003. Asimismo, numerosos escdndalos de corrupeién que involueran a altos funcionarios piiblicos han saltado a la luz PERCERCIONES Ds CORKURCION ¥ CONFANZA EW ACTORES. 141 durante Ja wiltima década y han merecido una gran atencion mediatica; entre ellos, los retornos pagados durante la privatiza- clén de empresas de! estado, Ia venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, y los sobornos a senadores para lograr la aprobacién de la Ley de Flexibilizacion Laboral?. En segundo lugar, Argentina ha lenido por muchos afos problemas de inestabilidad institucional. Durante el siglo pasado, seis golpes de estado derrocaron gobiernos democraticamente clecios para instaurar dictaduras militares, varios levantamientos militares tuvieron lugar en liempos de democracia, y dos presiden- tes constitucionales, Alfonsin y de la Ria, debieron renuneiar a sus fanciones antes de cumplir con sus mandatos. Sin embargo, tal como scala Lagos basandose en datos del Latinobarémetro del ao 2000%, en la actualidad Argentina esta entre los tres paises de América Latina con aclitudes y valores mas fuertemente demo- craticos', En los tiltimos ayios el apoyo a la democracia en * Como afirma Marcus-Delgado, esto puede deberse, en parte, ineremento en el reporte y la denuncla por parte de una prensa crecientemenite independiente y vigilante: i el eserutinio internacional: ii. In eompetencia politica que eva a exponer numerosos eseaindalas: y Iv, Ia redefinicién de la legalidad de ciertas transacciones (Marcus-Delgado, 2002:3). * Corporacion Latinobarémetro es una organizacién independiente basada fen Santiago (Chile) que financia y coordina una eneuesta anual aplicatia en 17 paises de América Latina. Bs una eneuesta privada que comienzd en 1995. Las miuestras son representativas dc las poblaciones tsbanas nacionales, excepto en Brasil, Argentina y Paraguay. Bl tamano de las muestras es en eu meyoria, de 1,000'casos por pais, con un total de 17.000 a 18,000 casos anuales en Ta regton (Lagos, 2001:145). * Los otros dos paises con acttuides mas democratieas dentro de Latino ‘América son Uruguay y Costa Rica, El Latinobardmetro ineliye tres mnediciones tuna relativa al apoyo a la democracia, otra relativa a la satistaccién eon sty performance y una eseala de confiazza institucional ¢ interpersonal. Para medlir el apoyo a la deinceracia, el Latinobarémetry pide a los responilientes que escojan entre las siguientes airmaciones: “la democracia es preferiile a cual. quier otro tipo de gobierno”; “en elerias situaciones tin gobierno autoritarie puede ser preferible a la democracia’: “a las personas como yo no nos importa Si tenes un gobierne democratics 9 no demoeritico”. Otros indlicadores apuntan a medlir el apoyo de las instituciones de la democracia en st forma Fepresentativa: “la democracia puede funclonar sin wn eongreso nacional’; “ia democracia pueide funcionar sin partides politicos”. Por otro lado, la satisfaceiént ‘con la performance de la democracia se mide preguntando si los encuestados estan “muy”, “bastante”, bastante poco” o nada’ satisfechos con Ja manera en la cual la democracia functona cn sus paises. La composicion de la eseala fmstituctonal e interpersonal se detalla en la nota al ple nimero 12 (Lagos, 2001:138-42), 142 Romi Savru, Pavia Bosowo & Iesacia Prruconsaa Argentina ha sido del 70% de los encuestados; igual proporeién considera que el Congreso y los partidos politicos son esenciales a la demoeracia. Este apoyo al sistema coexiste, no obstante, con niveles relativamente bajos de satisfaceién con la performance de la democracia en nuestro pais; sélo la mitad de los encuestados respondié que estaba “mtuy” o “bastante” satisfecho con la manera en que la democracia estaba afrontando los problemas que debia resolver®, Este descontento se ve combinado con un “legado regional de desconflanza”, caracterizado por altos niveles hist6ri- cos de escepticismo acerca de la honestidad y el respeto a la ley Por parte de los conciuidadanos y por bajisimos niveles dle confian- za institucional (Lagos, 2001:139-42). El estucio de la relacién existente entre las percepciones de corrupelén y el nivel de conflanza en el sistema polilico y econé- mico constituye- el objetivo principal de este capitulo. En ésic —como en el sigulente— analizaremos las respuestas a una encuesta realizada a una muestra probabilistica de miembros de hogares de clase media levada a cabo en noviembre de 2002 (para més informacion ver Anexo Metodoldgico). Comenzaremos por analizar la percepoién que nuestros encuestados tienen acerca de la difusién y gravedad de practicas corruptas, para continuar con la descripcién de los niveles de confianza que asignan a un conjunto de aclores de los Ambitos politico y econémico. En la lereer seccién detendremos nuestra atencion en nuestros encuestades, y describiremos a los evaluadores mas severos en terminos de sus caracteristicas socio-demagraficas y de su militancia politico/comunttaria. Finalmente, en la tiltima seceién discutire- mos el vineulo entre la percepeién de la difusién y Ia gravedad de practicas corruptas y el nivel de confianza en los actores evaluados. Difusin y gravedad de practicas corruptas En un articulo recientemente publicado, Mitchell Selligson sostiene que para probar la hipdtesis de que la corrupeién mina © Lagos afirina que la satisfaccién con la manera en la cual funciona la GRAFICO 5.1. DISTRIBUCION DE LAS SITUACIONES CORRUPTS SEGUN EL PORCENTAJE DE. PUNTAJES ALTOS EN LA ESCALA DE SEVERIDAD Y EN LOS NIVELES DE DIFUSION ¥ GRAVEDAD 147 PeaceecioNtes BE CORRUFCION Y CONFIANZA EN ACTORES..- situaciones en las cuales agentes del sector piblico utilizan su posicion de poder o autoridad para obtener un beneficio personal abusando de su capacidad para decidir la adjudicacion de un contralo o para aplicar multas. Todas iavolucran graves perjulcios sociales como son disminuir Ia calidad de materiales y servicios © alentar contra la seguridad de los conductores 0 peatones en el transito, Son, en sintesis, situaciones en las cuales quienes deberian sostener el orden social, lo corrompen. EI conjunto de situaciones que han sido evaluadas con los niveles mas bajos en la escala de severidad hacia la corrupcién esta compuesto por tres items que pertenecen al know how cotidiano y al Ambito de las relaciones privadas. Entre el 20 y el 35% de ios encuestados consideré a estas siluaciones como corruptas, altamente difundidas y de una gravedad intermedia/ alla, Ellas se refieren a los empleados de empresas privadas que liquidan gastos personales como st fueran laborales (item 5}, a un espectador que ofrece un sobreprecio para conseguir entradas en ‘buena ubicacion para un espectaculo (item 6) y a una persona que ofrece una propina a una enfermera de un hospital pablico para que atienda mejor a un familiar internado (item 7). En todas estas situaciones los montos implicados son bajos y los actores que poseen la iniciativa no ocupan posiciones de poder. Asimismo, ¢l niimero de terceros potencialmente perjudicados y el tipo de perjulcio acarreado son limitados; la empresa abonara algunos montos “extra’, algunas espectadores no conseguiran ubicaciones preferenciales, y algunos pacientes podrian ser postergados en su atencién. Finalmente, las situaciones que recibieron niveles de severidad intermedia tienen lugar tanto en el ambito publico como en el privado. Entre ellas se encuentra el caso del comerciante que paga a un funcionario piiblico una suma “extra” para obtener la habi- Htacién de su local {item 4); el proveedor que ofrece una comisién al gerente de compras de una empresa privada para conseguir venderle sus productos (item 11); y los clientes que aceptan no obtener un comprobante de su compra a cambio de una rebaja en el precio (item 2); y el turista que ofrece una atencién en la aduana para que no abran su equipaje (iter 1). Aunque en estas situa- clones pueden verse involucrados agentes publicos —el que ha- bilita un local y el empleado de la aduana—, todas ellas estén acotadas a la interaccién entre particulares y sirven para resolver un problema o para beneficiar a un particular, Por otro lado, la 148 Rom Sauru, Pauta Bomow fasacia Pexvaonna situacién puede no ser interpretada como un perjuicio social aunque objetivamente lo sea (evasién impositiva de derechos de aduana 0 IVA), y los terceros damnificados pueden no ser visuatizados (que uno obtenga una habilitacién no perjudica a los otros) © pueden resultar muy difusos (los competidores}. La comparacién simultanea de las curvas de la escala de severidad, de difusion y de gravedad de practicas corruptas mues- tra una razonable coincidencia en los primeros cuatro items. Esto significa que las practicas consideradas més difundidas son, a la vez, las evaluadas como mas graves (en ambos casos los juicios severos superan el 70% de los encuestados). A partir de alli las curvas de difusion y gravedad difieren porque los cuatro items ubicados en Tas posiciones intermedias son percibidos como muy difundidos (entre 56% y 70% de los encuestados) aunque compa- rativamente menos graves (aproximadamente la mitad de los juuicios les asignan alta gravedad), La distancia entre las curvas de difusin y gravedad se incrementa en los tltimos items; ellos ejemplifican siluaciones generalmente difundidas pero que mu- chos consideran no graves, y hasta no corrupias. La gente es severa con los funcionarios publicos particular- mente cuando sospecha que el abuso de poder abulta sus ingresos, La apropiacién indebida de beneficios es poco tolerada. En cambio, ‘cuando son los particulares quienes utilizan estratagemas corruptas para beneficiarse. los encuestados parecerian estar mas dispues- tos a aceptarlo. Mucho mas si los protagonistas aparecen involucrados en acciones cotidianas de las cuales pueden obtener una ventaja limitada (abultar un poco més el sueldo, ver bien un espectaculo, u obtener una buena atencién para un pariente enfermo). En sintesis, no todas las situaciones evaluadas en nuestro estudio fueron consideradas corruptas por nuestros encuestados, asi como no todas las practicas definidas como corruptas fueron consideradas muy difundidas o muy graves. Esto significa que los grados de tolerancia hacia las mismas varian segiin los actores protagonistas y las condiciones en que éstas tienen lugar. Confianza en actores sociales En la secei6n anterior analizamos los niveles de severidad de miembros de hogares de clase media respecto de diversas practicas Poncorciones OF CORRUPCION ¥ CORPIANZA EM ACTORES. 149 consideradas corruptas en nuestros estudios previos. Alli conelul- mos que sus juicios son mas severos cuando éstas practicas Involucran a funcionarios u organismos pitblicos y, en menor medida, a empresas privadas 0 ciudadanos comunes. Por lo tanto, nos proponemos aqui establecer cudles son los niveles de confian- za otongados por los encuestados a diferentes actores de las esferas politica, econémica y social. La definicién de confianza que subyace a este anilisis s¢ reflere a las expectativas, expresadas verbal 0 conductualmente, de que ciertos cursos de accion tendran lugar cuando se los compara con sus alternativas (V. Braithwaite, 1998:47). Estas expectalivas se desarrollan en las relaciones sociales entre grupos 0 actores individuales. De acuerdo con Hardin (1998:11), la conflanza es fundamentaimente una nocién cognitiva —ligada al conocimtento acerca de los oiros, las estructuras institucionales y los incentivos organizacionales— que permite realizar buenas predicciones acer- ca de como la otra parte responderd a las expectativas puestas en. ella, En cambio, para Blackburn (1998:32) esta base informativa contribuye a ia confianza pero no ¢s suficiente: la conflanza también depende de que ambas partes comprendan que una cuenta con (is relying in) la otra. La confianza para Blackburn trasciende la informaci6n y tiene su fuente en el lazo social. Valerie Braithwaite (1998) considera que los criterios que se utilizan para otorgar confianza son creencias tan ampliamente compartidas y prescriptivas que constituyen normas de confianza. (trust norms). Estas normas estn atadas a la cosmovision que los individuos poseen acerca del mundo social y de la manera en que éste funciona, y a los sistemas de valores® relacionados a ellas 9 Seqgin Braithwaite (1098:48-40), los valores son principios abstractos ¥ duraderos que incorporan snclas sociales y personales hacia las cuales Jos [grupos y los individuos deberian orlentarse, y estandares acerca de la manera fen lacuial éstos deberian interactuar entre sf Las misnnos estattinterconectados y organizados on sistemas de valores. El sistema de valores de seguridad ageupa ‘aquellos valores considerados importantes para proteger a nuestro grupo y protegernos a nosotros mismos de la opresién de otros. El sistema de valores fle armonia agrupa aquellos valores tendientes a establecer una cocxistencia pacifica gracias a un orden. socfal que comparte recursos, comuniea respeto ‘mutuo y coopera para permitir que los individuos desarrollen: si potencial al maximo nivel. Aguellos mis comprometidos con los valores de seguridad, iipotéticamente se lari mis de las normas de conflanza basadas en el Inlercambio, mientras que los mis comprometidos con los valores de armor 150 Runt Sauru, Pavia Bostovo & lonscts Peavaorea (1998:53). Esta autora distingue dos tipos de normas de confianza. Primero, las normas de conflanza basadas en el inlercambio (exchange trust norms) aluden a las creencias compartidas de que Jos otros son confiables si acttian de forma predecible, consistente, ordenada y competente, y si cumplen coti sus promesas a liempo. Segundo, las normas de confianza basadas en la interconexién (communal trust norms) hacen referencia a las creencias compar- tidas de que los otros son confiables s! actiian con miras a cubrir las necesidades de quienes confian en ellos, muestran preocupa- cién por su bienestar, prevén sus dificultades, a la vez que comparien sus aspiraciones, los respetan y los tratan con digni- dad. De forma similar, Landowski (1998:211-212) subraya que los dos elementos sobre los cuales se construyen los lazos sociales de confianza son las creencias en a competencia técnica y ética; al respecto, destaca la conveniencia de reservar la nocién de credi- bilidad para la competencia técnica y la de confiabilidad para las expectativas de practicas orientadas por principios éticos. En el capitulo II sefalamos que la definicién lega de la corrapeion involucra criterios normativos y éticos. y comprende conductas que violan ambos tipos de confianza. Consecuentemente, podria mos suponer que la percepcion que los encuestados tengan acerca de la difusion y gravedad de este fendmeno, influenciara los niveles de confianza que nuestros encuestados otorgan a los aclores del sistema politico y econémico. Para medir el nivel de confianza en un conjunto de actores € instiluciones de la esfera politica y econémica preguntamos a nuestros encuestados si confiaban en “la mayoria’, “alguno” o “ninguno” de ellos. Previamente, a partir de una encuesta por ¢- mail realizada a profesionales universitarios y propietarios/geren- tes de pequefas y medianas empresas (Sautu y atros, 2003a) y de entrevisias semi-estructuradas a parlicipantes de manifestaciones colectivas de protesta (Sautu y otros, 2003b) habjamos identificado a los actores que la gente consideraba como los principales responsables de la crisis politica y econémica por la que‘atravesaba nuestro pais. Se seleccionaron asi doce actores, ocho de los cuales corresponden al sector publica y cuatro al privado, A su vez, cinco hipotéticamente se flarin mxis de las normas de confianza basadas en la Iinterconexién para confiar, aunque estas normas entran en juego en diferentes PERCEPCIONES Df CORRUPCION Y CONFIANZA EN ACTORES.. 151 de estos actores participan de la esfera politica (funcionarios municipales, legisladores, jueces, politicos y sindicalistas), dos son parte de las fuerzas de seguridad (policias y militares), y dos corresponden al Ambito econémico (bancos y grandes empresas} Por otro lado, incorporamos al cuestionario {res actores supues- tamente neutros: los comerciantes, los maestros y los sacerdoles (0 ministros religiosos. Estos actores no ocupan posiciones de poder y son dificiles de identificar con casos pablicos concretos. Por oiro lado, debido a su numero constituyen categorias indiferenciadas, y los ciudadanos poseen un mayor margen de tibertad en los vinculos sociales que establecen con ellos. Nuestra seleccién de actores! coincide practicamente con aquellos inelul- dos en la Escala de Confianza institucional de la Encuesta Mundial de Valores (World Value Survey)” y de la encuesta realizada por el Latinobarémetro'?. En el Gralico 2 hemos ortlenado a los actozes en funcion del porcentaje de encuestados que respondieron que no confiaban en ‘ninguno” de ellos. A excepci6n de los maestros y los eomerciantes, en quienes confia la mayoria de nuestros encuestades, los restan- tes diez actores han recibido evaluaciones sumamente negativas. Estas son particularmente severas en el caso de los actores de la esfera piiblica. Los sindicalistas (82%), legisladores (65,796) y politicos (64,2%) son los peor evaluados. Los militares (57%6), los 2 Levi (1998:87.95) sosticne que la conflanza puede ser otorgadla a individuos 0 instituetones. La conflanza institucional impllea procedinnicntos para seleccionar y constrenir a los agentes de las instituciones de manera tal ‘que sean competentes, crefbles y actiien en funcion de los intereses de aquellos a quienes se les pide que confien en la institucién, Consecuentemente, no se confia en la institucién o en ef gobierno, ni éstos actiian en una manera conflable. En cambio, cuando los cludadanos y clientes dicen que confian en tuna instilueign estan declarando su ereencia de que, en promedio, sus agentes probaran ser confiables calocandase en arreglos instituclonales que estrxcturent Sus incentivos de manera tal que las mejores opciones a tomar seam aguellas en las cuales su interés individual dependa del aleance del interés colective. 1 La Encuesta Mundial de Valores incluye una Escala de Confianza Instituctonal que combina los niveles medios de confianza en el congreso, lox fancionarios prblices (cill service), las Instituciones legales y los militares (Pharr, 2002:837). 1 El Latinobarémetro ineluye una scala de Confiarva institucional ¢ Interpersonal que abarca a los sigulentes instituciones/actores: la iglesia. Ta lelevisién, las fuerzas armadas, las cortes, Ios partidos politicos y el eludadano comin (Lagos, 2001:142). 152 Runt Sauni, Pavia Bowoun & foNscis PERUGORRA funcionarios municipales (46,8%) y los jueces (42%) reciben juicios comparativamente menos negativos. En cuanto a los actores de ta esfera econdmica, el 58,65% no confia en los bancos y et 41,5% no confia en las grandes empresas, En este contexto sumamente negativo, muchos de nuestros encuestados tampoco confian en los sacerdotes y ministros religiosos (37.2%) ni en Tos policfas (8796)'% Los juicios respecto de los maestros (1,2%) y los comerciantes (6,794) muestran que nuestros encuestados establecen diferencias ala hora de asignar su confianza. Esto nos estaria indicando que los bajos niveles de confianza otorgados al resto de los actores, politicos y econémicos no se deben a un cinismo generalizado por parte de nuestros encuestados, Si bien en nuestra encuesta no indagamos los criterios que los encuestados tenfan en cuenta a la hora de otongar 0 no confianza. y por Io tanto no podemos saber si las evaluaciones negativas hacen referencia a la falta de competencia técnica de los aciores evaluados o a una falla de élica en su forma de proceder, varias conclusiones pueden extraerse de los resultados obtenidos. El hecho de que los comerciantes y maestros obtuvieran evaluaciones ampliamente satisfactorias en términos relativos confirma las tendencias observadas en otros estudios: cuanto més cercano ¢s el vinculo entre evaluador y evaluado, mayor es el nivel de confianza asignado (Pharr, 2002:846), El contacto cara a cara con el actor pareceria fortalecer el 1azo de confianza, mientras que el alejamiento va en detrimento de este vinculo. A’ este alejamiento se suman, probablemente, las reinterpretaciones que los sujetos realizan de la informacion difundida por los medios masivos de comunicacién acerca de los actores de la esfera politica y econd- '© Estas evaluaciones negativas son consistentes can datas publicades por ‘Transparency Internacional en base a una encuesta realizada en julio de 2002 ‘a una muesira de 30.487 encuestados en 44 paises. En ella se preguntaba a los encucstados a cual de las instituctones mencionadas clegiria primero si tuviera la varita magica y pudiera eliminar la corrupeién en ellas imperante. En el caso particular de ia Argentina un 58.2% respendié que en primer hagar climinaria la corrupeidn en los partidos politices y un 19.2% en el sistema Judicial. Cuando se les pregunté respecto de si creian que la corrupeion afectaba la vida politica, mas del 96% contestd que la afecta muy signilicativamente, Por otro lado, un 87.9% de los encuestacos contests que la corrupclin perjudica 1 Ambito comerclally un BS.1% que la cormspetén alecta la eulttira y lns Walores de la sociedad. Los datos provienen de una encuesta de hogares realizada por Gallup International, Esta encuesta incluyé un grupo de preguntas por pedido del Transparcney relativas al bardmetre Global de la Corrapeién. PERCRDCIONES DE CORIEPCION Y CONPIANZA BA ACTORES.» 153 z oer GRAFICO 5.2. PORCENTAJE DE ENCUESTADOS QUE NO CONFIA EN "NINGUNO" DE LOS ACTORES SOCIALES sindiealistas legisladores Sane, muntelpales mica y de las fuerzas de seguridad, y de sus experienelas cotidianas direcias ¢ indirectas. Por otra parte, podriamos estar tentados a pensar que estas evaluaciones sumamente negativas respecto de la confiabilidad de los actores de la esfera politica y econémica estan influenciadas por el momento en que se recogleron fos datos, y que son una consecuencia inmediata de la crisis iniciada a fines de la década del noventa y cuyo punto mas algido fue la renuncia de de la Rita a la presidencia, la confiscacién de los ahorros bancarios y la devaluacién del peso. Aunque no podemos afirmarlo a partir de nuestros datos, probablemente sea asi respecto de los actores econémices. Esto coincidiria con los resultados del estudio que meneionamos mas arriba basado en entrevistas a participantes en manifestaciones colectivas de protesta realizadas a mediados de 2002. En ellas se pidié a los encuestados que nombraran a los 154 Runt Sacto, Pavia Bomoto Tonacin Peavsonnla responsables de la crisis que la Argentina estaba atravesando en ese momento (Brom y otros, 2003). Mientras que un 17% de los 196 encuestados consideré que la responsabilidad caia en la propia sociedad, un 13 por ciento responsabiliz6 a los actores econémicos'* y un 66% a la dirigeneia politica. No obstante, la desconfianza respecto de los actores politicos podria poseer un carcter menos coyuntural, Basandose en encuestas realizadas por el Latinobarémetro, Lagos (2001:139-41) afirma que los niveles de confianza institucionat (ver nota ntimero 12) son histéricamente bajos en Argentina a partir de 1995, aunque también muestra que Ia confianza habia hajado del 23 al 12% del aio 1998 al 2000. Independientemente de las razones que expliquen las evalia- clones de nuestros encuestados, la conclusién mas importante que emerge del analisis es que tanto los actores de la esfera politica, como los de la esfera econémica y las fuerzas de seguridad no gozan de la confianza de la gente. La gente no confia en los agentes sociales responsables de las principales actividades sociales: no confian en los funcionarios y tampoco en los sindicalistas, ni en los jueces que se supone deben dirimir los conflictos entre par- ticulares. No confia en dos de las instiluciones clave de la economia como son los bancos y las grandes empresas, y muchos tampoco confian en la policfa que debe brindarnos seguridad. La falta de confianza en los militares podria estar indicando que el recuerdo de los aos de dictadura atin estan frescos, Levi (1998:88) sostiene que las mayores fuentes de desconfian- za en el gobierno son la ruptura de promesas, la incompetencia y el antagonismo de los aclores gubernamentales hacia quienes ‘deberian servir. Los ciudadanos confian en el gobierno tnicamente cuando creen que éste actuara de acuerdo a sus intereses, cuando los procedimientos que establece son justos, y cuando su confian- za reeibe reciprocidad (reciprocated. Si aceptamos la interpreta- clon de Levi (1998) y la extendemos a los actores del ambito econémico y a las fuerzas de seguridad, podriamos afirmar que la gente deseree que éstos estén actuando en representaci6n de los ntereses de la comunidad, conclusién que seria consistente con otros estudios de nuestro proyecto y con otras respuestas al ' Dentro dle los actores econdmicos los cneuestados menclonaron prit= cipalmente a los grupos econémices locales y extranjeros y a los organismas hlernacionales de erédlito, 155 PeNCERCIONES DB CORIRUIEKGN ¥ CORFIANZA EN ACIORES presente cuestionario 0, como veremos mas adelante, la descon- fianza en los actors econémicos y politicos esta asociada a la severidad en los juicios sobre la corrupcién. Los jueces més severos En las secciones anteriores se destaca la severidad con que los encuestados evahian fa difusién y gravedad de practicas que en estudios anteriores habian sido tipificadas como corruptas y el bajo nivel de confianza asignado a aclores claves del ambito politico y econémico. En esta seccin nos concentraremos en las personas que respondieron a nuestra encuesta, tratando de iden- tifiear quiénes son los encuestados que tienen juicios mas rigu- rosos en funcién de sus caracteristicas socio-demograficas y de su paritcipacién_politica/comunitaria. A tal efecto, con los items del grafico 5.1 y 5.2 construimos dos medidas resumem'®, Primero, la sumatoria de puntejes indi: viduales obtenidos en la “escala de severidad hacia la corrupcién” da cuenta de la rigurosidad de los encuestados a la hora de evaluar la difusin y gravedad de practicas corruptas. Aquellos encuestados que hayan evaluado mas items como corruptos, altamente difun- didos y como de gravedad intermedia 0 alta (puntajes 7 y 8), obtendran puntajes mayores en la suratoria total de los 11 items, indicando que se trata de una persona muy severa en sus julcios. Alternativamente, aquellas personas que evaldan una mayor can- lidad de items como no corruptos, poco difundidos 0 de escasa gravedad obtendrén puntajes totales menores, indicando que poscen una mayor tolerancia a la corrupcién, lo cual bien podria deberse a la resignacién o al acostumbramtento. Con el propésilo de estandarizar los puntajes totales obtenidos por nuestros encuestados los ordenamos desde el mas bajo al mas alto y calculamos su distribucién por cuartiles obteniendo, asi, una © La suma total de los puntajes de cada encuestado es una medida resumen que indica el grado de difusion y gravedad que, en su opinisn, tienen las. practicas corruptas y el grado de conilanza gue merecen los actores evaluados, Sin embargo, estas medidas no permiten distinguir las diferencias ton las ereencies cuando se considera cada situacién o actor en particular, euimarcada en un ambito especifico. 156 Rem Sautv, Pavia Bostouo & Tanaca Peruoorsin medida ordenada intervalar”, El procedimiento utilizado para calcular nuestra segunda medida resumen, un puntaje de “nivel de confianza” para cada encuestado, fue similar al anterior. Se sumaron los valores que cada persona obtenia segiin su nivel de confianza en cada uno de los doce actores evaluados. Cuanto mas bajo cl puntaje obtenico por cada encuestado menor su confianza hacia los actores evaluados, y viceversa. Como Io hicimos con Ta variable severidad, ordenamos los puntajes desde los mas bajos a los més altos y calculamos su distribuci6n por cuartiles Las personas ubicadas en el cuarto cuartil de la distribucién de puntajes en la escala de severidad son los jueces mas severos {puntajes 76 a 88); mientras que los mas desconfiados son aquellos que se ubican en el primer cuartil de la distribucién de la variable nivel de confiarza (puntajes 12 a 17). En el cuadro 5.1 hemos calculado cl porcentaje que representan los jueces severos hacia la corrupeisn y las personas con bajos niveles de confianza en cada subgrupo poblacional. Esto nos permitira comparar sub-conjuntos poblacionales de acuerdo a la mayor o menor presencia de jueces severos y/o desconfiados. Del andllisis de los datos se desprende que el género de los encuestados tiene escasa relevancia a la hora de analizar ¢l nivel de severidad hacia las practicas corruptas y el nivel de confianza en actores sociales, En ambos casos, las mujeres son ligeramente més severas y desconfiadas que los hombres, La edad es la variable que parece tener mayor incidencia en las evaluaciones de nuestros encuestados, Entre las personas de mayor edad es mayor la severidad y mayor la desconfianza. En cambio, cuando tomamos en cuenta el nivel educativo, los encuestados con instruccién baja o media son mas severos y menos confiados que los que accedieron ala educaci6n superior. La ocupacion parece tener efectos opues- tos en la severidad de los juicios respecto de la corrupcién y en los niveles de confianza. Los gerentes y profesionales son propor- ynalmente os mAs severos en sus evaluaciones de las practicas corruptas y, a su vez, muestran un mayor nivel de confianza relative en actores politicos y econémicos (menor porcentaje de desconfiados). La relacién es la opuesta entre los trabajadores de © S| bien es preferible 1a transformacion de la distrbucién uulizando deciles, ol inconveniente radica en que teniendo una variable disereta los puntos fen los cuales se ubican los deciles no eran nimeros enteros. 157 Pencencrontss Be cOnnurciOx ¥ CONPUSZA EN ACTORES.. cuello azul: son proporcionalmente menos severos respecto de la corrupeién y los mas desconfiados. Lo mismo ocurre cuando se considera la experiencia de militancia politica/comunitaria: los, mililantes son mas severos y comparativamente mas confiados que los no militantes'?. CUADRO 5.1. PORCENTAJE DE JUECES MUY SEVEROS HACIA LA CORRUPCION ¥ PORCENTAJE DE JUECES CON BAJOS NIVELES DE CONFIANZA, EN CADA CATEGORIA SOCIO-DEMOGRAFICA ¥ MILITANCIA POLITICA /COMUNITARIA — $$ — caracteristicas de los %dejucces %defucces encuestados ‘muy severos con bajos | hacia la _niveles de corrupel6n _conflanza varones 25,0 28 200 mujeres 28,0 26,0 200 {Jovenes (18-40) 156 24.1 199 adultos (41-65) 35,3 26,4 201 primario ine. - comp. 10,5 316 19 secundario Inc. - comp. 30,6 275 98 ee leoteetae ie 247 arta oes ‘sector de actividad piblico 29,8 27,7 47 sector de actividad privado 278 26.9 256 ¢gerentes - profestonales 30.8) 23,6 165 ‘empleados cuello blanco 25,3 24,0 79 ‘empleados cuello azul 23,7 35,6 59 inactivos 19.8 24,2 a1 ‘milita o mit 27.8 24,0 162, ‘no milit6 nunca 23,9 28.6 238 totales 28,5 25,2, 400 Las eategorias de Ja variable participacién poltica/comunitarin eran originalmente cuatro: “nunca lve", “tuvo en el pasado”, “ene actualmente’, 158 Pata Bowioto fexacia Pemuconnla De lo antedicho surge que cuando se tiene en cuenta las caracteristieas socio-demograficas de nuestros encuesiados, no existen diferencias muy marcadas que puedan asociarse a algiin rasgo especilico. Si las diferencias en los juicios de los entrevis- tados hubieran sido pronunciadas entre los suibconjuntos pobla- cionales hubléramos podido presumir que la diversidad de expe- riencias vitales propias o de “otros significativos” para el encucstado podria explicar el grado de severidad hacia la corrupcién y el nivel de confianza en actores. No obstante, la relativa homogeneidad de las respuestas lleva a pensar en orientaciones colectivas relativa- mente sedimentadas que forman parte de una cultura construida allo largo de los afios por los miembros de una sociedad 0 segmento social, la cual, muchas veces, esta mediada por la informacin provista por los medios cle comunicacién. Bsto tillimo significa que nuestros encuestados no tienen, necesariamente, conocimiento personal de los niveles de corrupei6n imperantes entre los actores € instituciones hacia los cuales desarrollan expectativas respecto de cursos de accién. Pero si implica que ellos han debido establecer algiin tipo de conexién entre los contentdos culturales y la propia experiencia vital, de manera tal que los primeros resuiten vero: miles (Holstein y Miller, 1989). Corrupeién y confianza En las secciones antertores analizamos la severidad hacia la corrupeién y el nivel de confianza otorgado a actores sociales de los miembros de hogares de clase media encuestados. Del anilisis de los datos se desprende que una cuarta parte de los encuestados son jueces muy severos y asignan bajos niveles de conflanza a los actores politicos y econémicos. Los datos recogidos en nuestra ‘encuesta nos permiten analizar la asociacion entre percepcion de la corrupcién y la confianza en actores sociales. El nivel de confianza puede ser considerado un indicador parcial del grado de legitimidad atribuido al sistema politico y econémico. Este indica- “tuvo y tiene”, Para este anélisis las eategorias han sido dicotomizadas de la sigutente manera: nunca (uve se mantuvo igual y las otras tres han sido agupadas. PERCEPCIONES DE: CORKUPCION Y CONFIANZA BN ACTONES. 159 dor muestra el grado de satisfaccién —o insatisfaccién— de los encuestados con respecto al comportamiento (performance) de los principales responsables de las instituciones de Ia democracia y de la economia, pero no contempla el apoyo a estos sistemas ‘comparado con regimenes alternativos'®. El cuadro 5.2 consigna las correlaciones estadisticas entre los puntajes obtenidos por los encuestades en la escala de severidad hacia la corrupcién y sus niveles de conflanza en actores sociales'*, Aun cuando los coeficientes de correlacién entre ambas variables no son muy altos, son significativos. Ellos muestran una asocia- cion negativa entre la severidad hacia la corrupcién (que incluye la percepeién de difusion y de gravedad de practicas corruptas) y el nivel de confianza en los actores sociales. Esta asociacion negativa es mayor cuando se considera sélo la percepcién de la difusi6n, que cuando tomamos en cuenta la medida resumen que sncorpora también la evaluacién de gravedad. Es decir, que mas alla del hecho de que una préctica sea evaluada 0 no como altamente grave, su gran difusion atenta contra la confianza depositadas en los. actores evaluados”. Diamond atirma que una dimensién crucial para evalwar la consolida cion democratica involuera las reglas y ereencias acerca de In legitimided © ‘apoyo de Ia democracia. Ilealmente esto deberfa ser medido tanto en términes Abstractes, como en referencia especifica a su manifestacién en un régimen cterminado y a siz prefereneia frente a otros tipos de sistemas alternativos de dgobiernos que la gente pudiera imaginar (Diamond, 2001: 4). Para mas detalle Yer nota al pie numero 4. "8 El coeficiente considerado (R dle Pearson). va de ~1 a 1, dado cuenta de la existencia o no de aoclacién entre las variables, de su fuerza y dlireccién. Cuando los valores del coeficiente son negatives, la’ asociacién entre las os variables es tarnbién de este signo, es decir, que cuando aumentan los valores tle una variable, disminuyen los de otra, En nuestro caso, este tipo dc relacién indiearia que cuando ge observe una mayor percepeidn de difusiGn de practicas corruptas y una mayor gravedad asignada a las mismas, menor sera el nivel de conflanza otorgada a los actores cvaluades. % Selligson allrma que la corrupeiéa es tanto una causa como cl efecto de un pobre desempeno gubernamental. La falta de conflanza en el gobierno avorece Ia eorrupeién on tanto que transforma a los ciudadanos en clientes ¥ ‘corruptores que buscan proteccién de quienes toman las decisiones. No obs- tante, Selligson afirima que la direceién de la causalidad es clara: aquellos que exigen tin soborno ma preguntan primero a la victim su nivel de apoyo all sistema institucional (2003:86, 94). 160 Rem Savri, Pauls Bostoro & Jewacts PeRucoania CUADRO 5.2. CORRELACIONES ENTRE LA ESCALA DE SEVERIDAD HACIA LA CORRUPCION, EL INDICE DE PERCEPCION DE DIFUSION DE PRACTICAS CORRUPTAS, EL INDICE DE PERCEPCION DE GRAVEDAD DE PRACTICAS CORRUPTAS Y EL INDICE DE CONFIANZA indice de Indicede indice de indice de conflanza conflanzaconfianza _coniiarva enactores envactores en fuerzas politicos econdmicos de seguridad escala de severidad we, 145e* ve 0,004 facia lacorupebn “0:70 0,145 0,174" Indice de percepeién de difusion de -0.280% —-0,315% — -0,090 “0.077 practicas corruptas indice de percepeion . de gravedad de 0.111% — -0,051 0,202" 080 précticas corruplas | See ae ee eb ee eete eee eee eee eee ** Nota: Ja correlaciin ex significativa al nivel 0.01 (2-tailed) * Nota! la correlacion es significativa al nivel 0.05 (2talled). Cuando la confianza en actores es desdoblada en actores politicos {funcionarios municipales, legisladores, jueces, politicos y sindicalistas), econémicos (bancos y grandes empresas) y fuerzas de seguridad (policias y militares) la asociacion de las variables suire clertas modificaciones. Si tomamos en cuenta el indice de percepcion de difusion?! esta asociacién negativa ¢s mayer cuando se trata de actores politicos (-0.315), pero cuando se toma en 2" Bl indice de percepeléa de difusién de las précticas coruptas se construyé sumarido los puntajes que los encuestados otorgaron a catia una de Tas siluaciones evalwiadas en funeién dela pereepcién que tenian de su difusion. En la eonstrucekin del indice consideramos a aquellos que percibian las distintas situaciones como mvis difinndidas (sucece “siempre” o “la inayoria de {as veces") -y que por lo tanto obtenian puntajes individuales mas altos como Ios evaluadores mais severas. La suina total de Jos puntajes de cada encuestado ‘es una medida resumen que indica el grado de difuston que, en su opinién, posce el conjunto de Ias once situaciones. Pe4EPCIONES DE-CORRUPCION ¥ CONAAIZA EN ACTORS... 161 cuenta la percepeién de Ia gravedad” de las précticas corruptas, la asociacién con la confianza es menor entre los politicos (-0,051) que cuando se juzga a los actores econémicos (-0,202). No existe asociacién entre percepcion de la corrupcién ¢ indice de confianza en las fuerzas de seguridad. En otras palabras, la asociacion negativa entre percepcion de la difusién de 1a corrupcién y la confianza perjudica mas las evalraciones de los actores politicos que los econdmicos. pero cuando se trata de practicas considera- das muy graves la gente se preocupa més por los actores econé- micos. Respecto a las fuerzas de seguridad la ausencia de asocia- cidn puede indicar que, mas alla de los juicios sobre la corrupcién, Ja conflanza no cambia. Ademas, sabemos por el cuadro 5.1 que la confianza en militares y policias no es alta. ‘Algunos autores han expresado su preacupacién acerca de los efectos de una percepclén generalizada de Ja corrupcién y de la faita de conflanza en las instiluciones y les actores sociales como ineonvenientes para la consolidacién de la democracia. Bn su investigacién sobre Ecuador, Selligson sostiene que la razén mas iportante de largo plazo para estudiar la corrupeién es, proba- blemente, el posible impacto que ésta puede tener sobre la esta- bilidad democratica ya que desgasta el vinculo de confianza entre Ja ciudadania y los sectores que ocupan posiciones dirigenciales en cl estado (2003:79]. Mas atin, para Selligson, los paises con altos niveles de corrupeién no pueden esperar contar con la lealtad de sus ciudadanos por largos periodos y, por lo tanto, tienen mas probabilidades de verse azotados por una inestabilidad politica que, en ultima instancia, podria conducir al derrocamiento de sus regimenes democraticos®. Si bien afirma que la confianza o la desconfianza no son normativamente buenas 0 malas —ya que, dependiendo de fa situacién, una desconfianza activa puede legar % BI indice de percepeién de gravedad de las practicas cormuplas se consizuyé siguiendo el mismo eriterio que el de percepelén de difusién. 2 Locke sostiene que el goblerno debe estar furdado sobre la confianza de Jos cludadanes para ser legitimo. No obstante, Hardin (1998:22-9) aflrma {que si esto fuera asi ningin gobierno moderno ha sido legitime por mucho tempo. Virturlmente, nadie puede conocer lo suficiente el gran nitmero de funcionarios para perelbir que éstos poseen cl interés de cumplir con la confianza depositada en ellos. ¥ paca gente puede comprender articuladamente las estructuras delas ageneias y del goblerno, y los roles dentro de ainibos, como para confiar en los incentives de los funclonarios. No obstante, este autor corisidera que el gobierno no necesita ser legitimo en términos de Locke para 162 Rom! Savnu, Paula Bowtouo & Toxacia Pesucornta a ser una base para tna organizacién ciudadana eliciente— Levi concuerda con Selligson en que un gobierno legitimo y virtuoso puede depender de que los actores gubernamentales mantengan la fe de los ciudadanos que les otorgaron la autoridad para actuar a favor del bien pitblico (1998:81, 88) Pero la ineslabilidad politica no ¢s la tnica consecuencia potencial de la erosion del vinculo de confianza establecido entre a ciudadania y el gobierno. De acuerdo con Levi (1998:84}, al crear eyes, sancionar a quienes las violan. y proveer informacion y garantias acerca de quienes buscan confianza, los estados reducen Ta necesidad de los ciudadanos de confiar entre si y posibilian una amplia gama de transacciones sociales, politicas y econémicas que, de otra manera, no serian posibles. No obstante, el estado solo puede cumplir con esta tarea de crear y mantener esta “confianza interpersonat socialmente productiva” si, a su vez, los beneliciarios de estos servicios consideran que pueden confiar en él. Un estado percibido como corrupto es un estado no confiable y, por To tanto, ineapaz de facilitar las mencionadas Lransacciones. Por otro lado, John Braithwaite sostiene que la confianza es un bien escaso (undersupplied) en las socledades contemporaneas. especialmente en aquellas que sufren de los graves problemas de la pobreza y la corrupeién (1998:348). Este autor afirma que mucho def atraso econdmico en el mundo puede ser explicado por la falta de confianza mutua, y que el crecimiento econémico depende en parte de la racionaiidad basada en la confianza mas que en la certeza del caloulo, La asociacién entre racionalidad, confianza y el calcul que permite las predicctones (previsibilidad econémica) se observa en la manera en la cual operan los mer- cados. Ellos reciben “mensajes” de la sociedad entre los cuales son cruciales las acciones del estado encaminadas a asegurar el cumplimiento de los contratos publices y privados. La inseguridad contractual (real 0 percibida) se refleja en la tasa de riesgo que se incorpora al calculo de los intereses de los préstamos y al calculo de la tasa de ganancia esperada en los proyectos de inver- Sobrevivir y manejar a una nacién a través de grandes difcultades, aleanza con {que ho Suita de grandes niveles de desconilanza (distusted). Si un mticleo de Ih poblaciin confla genuinamente cn el goblerno, y ne muchos desconfian de ai entonces éste ha tenido una buena performance en términes de estindares hhistoricos para goblernos de grandes estados. [PERCEPCIONES DF CORNUFCION Y CONFIANZA BN ACTONES..- 163 slén%, Por otro lado, Putnam (1993) ha mostrado que las regiones. econémicamente mas atrasadas, aquellas donde impera la descon- fianza, son también regiones donde predomina la corrupeién politica. Para este autor un fuerte entramado de confianza, entre- tejido con fuertes instituciones de la sociedad civil, trae beneficios econémicos. La confianza limita el abuso de poder y expande cl crecimiento econémico. La corrupcién, presentada hasta hace poco como un fenémeno caracteristico de paises en desarrollo o regimenes autoritarios, ha crecido en paises industrializados y ya no ¢s asociada exclusiva- mente @ economias planificadas o lideradas por el estado (della Porta y Vannucei, 1999:5). No obstante, probablemente la diferen- cia entre la corrupcién en paises industrializados y la Argentina reside en el hecho de que en nuestro pais la corrupeién afecta a las instituciones de la sociedad civil y las relaciones interpersonales tanto como los asuntos pablicos. Las conclusions de nuestro estudio muestran sistematicamente que la corrupcién es un ele- mento constitutivo del entramado de la socicdad que se ha convertido en un patron de comportamiento establecido, aunque en opinién de nuestros encuestados no todas las practicas estan igualmente difundidas y son igualmente graves. ‘Asimismo, nuestros datos mmestran que tanto los actores de la esfera politica, como los de la esfera econémica y las fuerzas de seguridad no gozan de la confianza de la gente, Esta desconfianza en los miembros de la clase dirigente esté permeada por las percepciones que nuestros encuestados poscen acerca de la difu- sidn y gravedad de practicas corruptas. Las interpretaciones de la gente dan cuenta de experiencias personales, pero también de creencias y valores socialmente compartides que, potencialmente, podrian erosionar la legitimidad del sistema politico y econémico Y, consecuentemente, obstaculizar una amplia gama de transac- ‘ciones que se basan en la confianza depositada en los sectores dirigentes, También podria ésto reflejar un “saludable escepticis- mo" colectivo (Levi, 1998:96) hasta que los miembros de la clase dirigente hayan dado a los ciudadanos suficientes evidencias 0 razones para volver a confiar en ellos. % Con frecuencia, los bancos y los inversores (locales © extranjeros) sobreactian Ia inseguridad eontractial y la desconfiarza en el gobierno para {Justificar tasas de interés o de genancia que les permiten recuperar su inversin fen periocos muy eortos. 165 PERCENCIONES DE CORRUPCION Y CONFIANZA EN ACTORES..- Rom Sauru, Pavia Bomoto e Tonscia Penuconria, 164 ‘opeusaru aquaned un ‘saquaped | 9p opepmo sofour sano um sousqo} enxoun meg] eros] ouepepNID tendon} 2 ‘ansnie 0 soropeyoadsa opaidaigos| —_sepenue| ‘S010 tun ieseg| ap sopapus,| s0peoodsa 9 ‘eadwiea ns 40d "yataesed ou! Texpn/eimoey (ours) Ksouaw ojsesd angie reuy ‘oporou0> un ast ou seydooy stg | ayuwrazouog | ouanbag @ ‘ofediaba ‘wane ‘seuenpe feeiqeouan6| eum soa 9p reRO visung, vuenpy| 1 ‘sapmuoqey ‘so}se# owoa spjauosind reajsop, Bre 801809 ouwpouoyy| —_soyse8 zeseg opvardwg | esosdurg 3 ° mn ‘ojaTaUIOD soqujosowios omeyTIcet, =P sono| — epuomeziiy| eunos 199940 aquvyerouo9, wooo] + uoysitu09 soxopnaduios | un 19113440, vunawseg} op suaiep| —esesdwg | _vsordng, u |sepeoureumep sa10xey a i ap o1qureos9Ut ure prunur sosopnedwos, TeUDIO oueuoroung owstue89 | of sooyand "eu ugwsegur] ensue ousmauoyy two sojonpuog | 9p eiotiod ousupat| © wouand | vjouepuadap Uuojsruioo unsung} eun.swieg void vopppadse ason| @ souapudap 9 ap sue 51140 anus omnes opionoy lavNoa) 6 onped aanoe | opeaud | oonand ororattaq ope Tope erro 4s “SGAVUD AAW, NVHG Gn6 QISALNOO an6 soavIsaNONA ad ALVINGOUOA 1 NODAS SINGIOTIOA NACHO NI SVLAMNAOD SANOIOVALIS “T'S VIEVS, sorangav 166, Rem Soumu, Pavia Boxouo lanacta Perucoeia ‘TABLA 5.2. TIPOLOGIA DE SEVERIDAD HACIA LA CORRUPCION difuston nunca algunas fa_—_stempre veces mayoria de las veces I. @ 1 1 2 2 eae eo grave + 4 zg poco grat ba 7 3 gravedad 7 e ¢ % intermedia 7 . id muy grave 6 6 8 8 Nota: los nidmeros en las cecas inclican el puntaje en la escala de severtsad hacia Ia corrupeisn CariruLo VI La democracia argentina: crisis, corrupcién y derechos ciudadanos Ruth Sautu y Pablo Dalle A mediados de 2002 1a democracia argentina presentaba un panorama complicado. En el plano cconémico, el ciclo recesivo levaba cuatro afios y combinaba la reduecién del consume con un altisimo indice de desocupactén’. La inflacién post-devalua- cidn, Luvo como consecuencia una caida en los ingresos reales de la poblacién, generando cifras de pobreza ¢ indigencia que afec- {aban a mas de la mitad de la poblaci6n del pais*, Amaplios sectores de la poblacién expresaban en las calles su descontento ante la situacion econémica y social generada por el proceso de reformas nealtberales de la década pasada, asi como el rechazo a las précticas de los partidos politicos tradicionales que Hevaron a esta situacién (Justicialista y Uni6n Civica Radical). En este contexto histérico se levd a cabo el trabajo de campo de la encuesta que analizaremos en este capitulo, Nuestro objetivo es indagar las ideas de las personas de clase media de Buenos Aires acerca de distintos aspectos del funcionamiento del sistema de- mocratico en el contexto de la crisis. En particular, nos Interesa deseribir sus interpretaciones acerca de: el caracter de la crisis sus consecuencias: la vigencia de los derechos civiles y sociales; y, finalmente, los problemas que la corrupcién genera en la democracia. Como otros capitulos de este Hbro, el andlisis se centra en el estudio de la sociedad y los problemas sociales desde la perspectiva de los agentes sociales y su pertenencia de clase. Si bien la discusién tedrica ¢ histérica es importante para com- "Durante los naventa la tasa de desocupacién habia llegado a cifras nunca vistas en la historia argentina, siendo, segtin el INDEC de 8.6% en mayo de 1990 y experiments un erecimiento sostenido, hasta el 21.5% en mayo de 2002 (www.indecamecon.gov.ar). 7 En mayo de 2002 el INDEC registré que el 599% de 1a poblacién urbana del pais se encontraba con ingresos inferiores a la Linea de Pobreza (eww indee-mecan.gov.ar).

También podría gustarte