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LA SEMIOSIS SOCIAL Fragmentos de una teorta de la discursividad por Eliseo Verén gedisa www.esnips.com/veb/Lalia 4. Discursos sociales Hasta el momento hemos visto dos corrientes hist6ricas: por un lado la de 1a herencia saussureana, dominada por un modelo binario del signo (modelo que tiene sin duda, una muy larga historia)[36]; y por el otro lado, un pensamiento temario sobre Ja significaci6n, al que asocié los nombres de Peirce y de Frege, La prinera corriente es la del surgi- ‘miento de Ja lingG{stiea como ciencia de Ia lengua: la segunda permane- Gi6 ajena al desarrollo de 1a lingtifstica, prolongndose bajo 1a forma, empirista, de una cierta semiética anglosajona.(37) En los afios sesenta, cuando la lingiifstica encaraba un perfodo de transformacién profunda bajo el golpe de la teorfa chomskyana, la heren- cia saussureana dio vida, con cincuenta afios de retraso, a la primera semiologfa. Esta, que parecia finalmente dispuesta a tomar asu cargo las preocupaciones sociolégicas del saussurismo (bajo el impulso, paralelo perono despreciable, del estructuralismo.en antropolog{a), era prisione- ra del modelo binario del signo y, en consecuencia, pérmanecia ajena a toda nocién de productividad del sentido. La teorfa generativo-transfor- macional, por el contrario, introducfa la idea de una productividad aso- ciada al funcionantiento del lenguaje (bajola forma, entre otros, del tema. chomskyano de la “creatividad”;[38) pero expuls6 de 1a lingitica, de un modo aparentemente radical y definitivo, toda preocupacién 'socto- Wgica”. “He aqui por qué, durante los afios sesenta, una teorfa de la produc- cién de sentido fue imposible: modelos ruevos, mas poderosos que los de la lingUifstica estructural por ser generativos y explicativos, tomaban forma, pero en un contexto cada yez mis hosiil a toda consideracién sobre Ja “naturaleza social de la actividad del lenguaje”; por otro lado, la articulacién entre el sentido ylos funcionamientos socioculturales se ha- ‘ofa en un marco atin descriptivista, taxonémico y marcado por el ethos durkheimiano de la antropologfa de Claude Lévi-Strauss. Enlos afios setenta hizo su apariciGnun recién llegado: el concepto. de “discurso”, En lo que respecta a Francia, se encuentra en sus orfgenes, un viejo art(culo de Zelig. Harris que no tivo, en su tiempo, verdadero €0,{39] Al gencralizarse, la reflexién acerca del concepto de discurso www esnips.com/neb/Lalia 121 prodyjo una gran confusién y dio lugar a numerosos malentendidos: si bien se creyé (erréneamente) que podfa tomar forma como prolongacién de a lingiifstica, tuvo la ventaja de situarse en desfasaje con respecto a Ja semiologfa. Por consiguiente, los efectos de esta irrupcidn fueron, en su conjunto, positivos. Ante todo, el concepto de “discurso” abre la posibilidad de un de- sarrollo conceptual que esté en ruptura con la lingiifstica: imaginar (co- ‘mo era el caso de Hattis) que se puede llegar a la nocién de discurso por el progresivo ensanche de Ia problemética lingtifstica es, desde mi pun- to de vista, una ilusi6n peligrosa. Una teorfa de los discursos sociales se sitda necesariamente en un plano que no es el de la lengua. Basta por el momento, para ilustraresta diferencia de nivel, conn ejemplo muy sim- ple: una teorfa de los discursos puede darse como objeta (como ya lo hicimos), el surgimiento de la lingil{stica como préctica discursiva cien- tlfica (y més en general, el surgimiento de los discursos cientificos en la historia), Resulta evidente que la lingiifstica no posee tas herramientas ara comprender sus propios origenes y su funcionamiento como discur- so sobre el lengusje (y tampoco tiene Ta pretensién de poscerias). Simul- téneamente y a Ja luz de esta ruptura entre Ja problemética sobre la len- gua y Ia problematica sobre el discurso, se pueden formular comectamen- te las relaciones entre las dos, y en particular (lo que s6lo es parad6jico en apariencia), el hecho de que el saber lingilistico es indispensable pa- ra una teoria de los discursos sociales. La ruptura de esta dltima frente a Ja lingiifstica no podrd tener e! mismo sentido que 1a hecha con anterio- ridad por la semiologia: bajo pretexto de “aufonom{a”, la semiologta simplemente ignord lo que pasaba en lingUfstica; el resultado fue que la semiologta generalmente se inspiré en una linglistica ya superada, En segundo lugar, el concepto de “discurso” abre ia posibilidad de vung reformulacién conceptual, con una condicién: hacer estallar el mo- ddclo binario del signo y tomar a su cargo lo que yo llamo “pensamiento temario sobre la significacién”, sepultado bajo cincuenta afios de lin- fstica estructuralista. ‘Semejante proyecto yo lo designo aqui, a falta de mejor nombre, teorta de la discursividad o teorta de los discursos sociales, Resulta evidente que queda excluida la expresién “sociolingi(sti- ca",no sélo porque la disciplina que adoptd ese nombre se define por ob- jetos y modalidades de trabajo radicalmente diferentes de las que nece- sitamos agat sino porque, aplicada a los problemas que nos preocupan, la denominacién “sociolinguitstica” reproducirfa la ilusién peligrosa de la que hablabamos, que consiste en creer que se puede acceder @ la pro- blemstica sobre los discursos sociales “proyectando”, si se puede decir asf, ol saber lingtiftico sobre los contextos sociales, 122 www.esnips.com/web/Lalia En tercer lugar, la doble operacién que acabo de citar, a saber, se- Paracidn/reaniculacién entre teorfa del discurso y lingtifstica por un I do y reformulacién conceptual con la ayuda del “pensamiento temario” por el otro, pemmitird que la teorfa de los discursos recupere problemas olvidados: aquellos que la lingtistica rechaz6 en su historia (con razon ono, no lo discutiré aqu) y que la semiologta, a continuacién, ignord sis- teméticamente. Ya seflalé los dos que me parecen mas importantes: la ‘matertalidad del sentido y la construccién de lo real en la red de la semio- sis, Recuperando estos problemas, la teorfa de los discursos funda su vo- caciGn traslingitstica, 123 5. El sentido como produccién discursiva La anticulacién de 1a problemética de los discursos sociales con el modelo temario sefialado en Frege y en Peitce, puede construirse de la siguiente manera ‘TEORIA DE LOS FREGE PEIRCE DISCURSOS Sinn Interpretante ‘Operaciones Zeichen Signo Discurso Bedeutung Objeto Representaciones ij Se trata de concebir los fenémenos de sentido como apareciendo, por un lado, siempre bajo 1a forma de conglomerados de materias signi- ficantes; y como reritiendo, por otro, al funcionamiento dela red semié- tica conceptualizada como sistema productive, Ahora bien, resulta evidente que, desde el punto de vista del andlisis del sentido, el punto de partida s6lo puede ser el sentido producido, El acceso a la red semisti- cca siempre implica un trabajo de andlisis que opera sobre fragmentos extra(dos del proceso semistico, es decir, sobre una cristalizacién (resul- tado de la intervencidn del andlisis) de las res posiciones funcionales (0- peraciones-discurso-representaciones). Se trabaja asf sobre estados, que s6lo son pequefios pedazos del tejido de la semiosis, que 1a fragmenta- cin efectuada transforma en productos. La posibilidad de todo andlisis del sentido descansa sobre la hipétesis segin la cual el sistema produc- tivo deja huellas en los productos y que el primero puede ser (fragmen- tariamente) reconstruido a partir de una manipalacién de los segundos, Dicho de otro modo: analizando productos, apuntamos a procesos. 124 worw.esnips.com/veb/Lalia La teorfa de los discursos sociales es un conjunto de hipétesis so- bre los modos de funcionamiento de Ia semiosis social. Por semiosis social entiendo a dimensi6n significante de los fenémenos sociales: el estudio de la semiosis es el estudio de los fendmenos sociales en tanto procesos de produccién de sentido, ‘Una teorfa de los discursos sociales reposa sobre una doble hipéte- sis que, pese a su trivialidad aparente, hay que tomar en serio: 2) Toda produccién de sentido es nevesariamente social: no se pue~ de describir ni explicar satisfacioriamente un proceso signifi- cante, sin explicar sus condiciones sociales productivas. b) Todo fenémeno social es, en una de sus dimensiones constituti- vvas, un proceso de produccién de sentido, cualquiera que fuere el nivel de andlisis (més 0 menos micro 0 macrosociolégico). ‘Cousecuenicients, nu se Lata de caer en el reduccionismo semis- tico, de reducir los fenmenos sociales a fenémenos.significantes, Las ciencias sociales suponen, en general, que los diversos fenémenos que ellas estudian son significantes, pero sin interrogarse acerca del proble- ma especffico de los modas de comportamiento del sentido. Toda forma de organizacién social, todo sistema de accién, todo conjunto de relacio- nes sociales implican, en su misma definisién, una dimensi6n significan- te: las “ideas” o las “representaciones”, zomo se solfa decir, Un econo- mista puede analizar las modalidades de los intercambios en una socie- dad dada, las formas de organizacién de as relaciones de produccién o el funcionamienmto det mercado: verd en todo ello la accién de las leyes econdmicas. Estas estructuras, estas instituciones 0 estos procesos no son siquiera conceptualizables sin suponer formas de produccién de sen- tido; pero el problema de la especificidad de la semiosis en elnivel dela organizacién econdmica de una sociedad no es un problema econémico. Tal vez se me conceda, entonces, que todo funcionamiento social tiene una dimensi6n significante constitutiva. Pero Ia hip6tesis inversa es igualmente importante: toda produccién de sentido estd insertada en lo social. Agreguemos que esta hipstesis no prejuzga en nada sobre Ta ho- miogeneidad ni la coherencia significante de un funcionamiento social: sila semiosis es condicién de funcionamiento de una sociedad en todos susniveles, ello no quiere decir, sin embargo, que manifieste las mismas ‘modalidades en todos lados, ni que la sociedad en su conjunto tenga al- xn tipo de unidad significante, ‘Ahora bien, la doble hipétesis que acabo dé formular es insepara- ‘ble del concepio de discurso: esta doble determinacién puede ser pues- ta en evidencia a condicién de colocarseen el nivel de las furcionamien- wonvesnips.com/web/Lalia 125 tos discursivos, Bste doble anclaje, del sentido en lo social y de lo soci! enel sentido, s6lo se puede develar cuando se considerala produccién de sentido como discursiva, Se comprende asf que se puedan definir pers- Pectivas sobre el sentido que no reconozcan esta doble relacién: basta para ello con ignorar la naturaleza discursiva de toda produccién de sen- lido. Asf ocurre con a lingitistica respecto del Lenguaje: si se rehuisa a trasponer las frontéras de Tarfrese; resulta evidente que se podré hacer andlisis lingifstico sin ocuparse del problema de los fundamentos socia- les de la actividad del lenguaje. Lo mismo ocurre con una cierta semid- tica que se define como “ciencia de los sistemas de signos”, Por fo tan- 0, s6lo en el nivel de la discursividad el sentido manifiesta sus determi- naciones sociales y los fenémenos sociales develan su dimension signi- Ficante, Es por ello que una sociosemidtica s6lo puede ser una teorfa de Ta produccion de los discursos sociales. ‘Siel sentido esté entrelazado de manera inextrincable con los com- portamientos sociales, si no hay organizacién material de Ia sociedad, ni instituciones, ni relaciones sociales sin produccién de sentido, es porque esta tltima es el verdadero fundamento de lo que corvientemente se lla~ ma las “representaciones sociales”, Que las formas de estructuracin del modo de produccién y de las relaciones de produccién, que los modos de organizacign institucional, que 1a naturaleza y el juego de los confléctos, ue todo ello esté determinado por otros factores fuera de las “represen- taciones”, cuyos soportes son los actores sociales, nadie lo podria discu- tir, Pero tampoco ¢s menos cierto que la teorfa de la producci6n de sen- Gdo es uno de los capftulos fundamentales de una teorfa socioldgica, por- que es en la semiosis donde se construye la realidad de lo social. El mi- nimo acto-en-sociedad de un individuo supone Ia puesta en préctica de un encuadre cognitivo socializado, asf como una estructuracién soci zada de las pulsiones. E2 andlisis de los discursos sociales abre camino, de esa manera, al estudio de Ia construccién social de lo real, de lo que’ amé la “Iogica natural de 1os mundos sociales” que corresponde, si mi Tectura es correcta, con lo que Maurice Godelier bautizé “la parte ideal de lo real”-[40} Rera vez abordaron las ciencias sociales esa problems- tica en sf misma, Cuando lo hicieron, su camino se vio fuertemente mar- ado por el idealismo fenomencldgico [41] Una teorfa de los discursos sociales puede darse como meta el andlisis de la produccién de lo real- social, sin embrollarse con un modelo subjetivista del actor. ‘Toda produccién de sentido, enefecto, iene una manifestacién ma- terial. Esta materialidad del sentido define la condicién esencial, el pun- to de partida necesario de todo estudio empirico de a produccién de sen- tido. Siempre partimos de “paquetes” de materias sensibles investidas de sentido que son productos; con otras palabras, partimos siempre de con- 125 ‘weresnips.com/web/Lalia figuraciones de sentido identificadas sobre un soporte material (lexto lingifstico, imagen, sistema de accién cuyo soporte es el cuerpo, eteétera,..) que son fragmentos de la semiosis. Cualquiera que fuere ef soporte material, lo que llamamos un discurso 0 un conjunto discursive no es otra cosa que una comfiguracién espacio-temporal de sentido, Las condiciones productivas de los discursos sociales tienen que ‘ver, ya sea con las determinaciones que dan cuenta de las restricciones de generacién de un discurso o de un tipo de discurso, ya sea con las de- terminaciones que definen las restricciones de su recepcién. Llamamos las primeras condiciones de producci6n y, alas segundas, condiciones de reconocimiento, Generados bajo condiciones determinadas, que pro- ducen sus efectos bajo condiciones también determinadas, es entre estos dos conjuntos de condiciones que circulan los discursos sociales. Una consecuencia importante de este punto de partidaes que unob- Jeto significante dado, un conjunto discursive no puede jamés ser anali- tado “en s{ mismo”: el andlisis discursivo no puede reclamar‘‘inmanen- ia” alguna, La primera condicién para poder hacer un andlisis discursi- ‘yo es Ja puesta en relacién de un conjunto significante con aspectos de- temminados de esas condiciones productivas. El andlisis de los discursos ‘no €s otra cosa que 1a descripcién de las huellas de las condiciones pro- ductivas en los discursos, ya sean las de su generacién olas que dancuen- ta de sus “efectos”, ‘ Esta perspectiva permite superar la vieja querella entre el andlisis “intemo” y el andlisis “externo” (ya se trate de textos 0 de otros tipos de objetos significantes). Ella opuso de diversas maneras a quienes soste- nfan un “inmanentismo" del andlisis y quienes se proponfan relacionar Jos objetos analizados con la sociedad, la historia, eteétera (porejemplo, uuna cosa serfa hacer semistica litertria y otra completamente distinta hacer sociologfa de la literatura. ..).[42] Desde el punto de vista de un anilisis discursivo, esta polémica es un falso debate: el andlisis de los discursos no es “extemno” ni “intemo” No es “extemo” porque para pos- tularque alguna cosa es una condicién productiva de un conjunio discur- sivo dado, hay que demostrar que dejé huellas cn cl objcto significante, en forma de propiedades discursivas. Inversamente, el andlisis discur- sivo no es ni puede ser “intemo”, porque ni siquiera podemos identificar . Jo que hay que deseribir en una superficie discursiva, sin tener hipdtesis sobre las condiciones productivas. Debe quedar en claro que este doble rechazo no es, para nosotros, el rechazo de dos posiciones antagénicas posibles: decimos, por el contrario, que Ja oposicin misma de estos dos Puntos de yista reposa en un malentendido. A los “inmanentistas” les decimos que el andlisisintemoes unailu- wwresnips.comiveb/Lalia 17 sién: cuando analizan un texto, estén necesariamente poniéndolo en re- Iacién con algo que no estf en el texto, aunque este “algo” no se formu- Ie; ello deriva de 1a naturaleza heterogénea, fragmentada, de todo “tex 10” (ya volveremos sobre esto), lo que es Valido, afortior,, para cualquier superficie significante, cualquiera que fuere su soporte material, ingifs- tico u otro. Un objeto significante, en sf mismo, admite una multiplici- dad de andlisis y lecturas; pors{ mismo, no autoriza una lectura antes que otra, Sélo deviene legible en relacién com criterios que se deben explici- tary que movilizan siempre, de una manera u otra, elementos que tienen que yer con las condiciones productivas del objeto significante analiza- ‘do (sea en producci¢n o en reconocimiento). ‘A }os partidarics del andlisis puramente “extemno” (pormds que es- taexpresidn seade hecho una acusacién lanzada porlos “inmanentistas” antes que una autoidentificacién), les decimos que silos objetos signifi- cantes analizados son verdaderamente tratados como significantes, nin- gin andlisis puede ser, en rigor, puramente “extemo””. Los tnicos andii- sis de los que se podrfa decir eso son aquellos que consideran os produc- tosde a semiosis como objetosinertes, buscando, porejemplo, c6molos discursos reflejan tal o cual realidad social, econémica, poltica, biogré- fica psiquice. Los andlisis extemos son consecuentemente inseparables de una concepeién mecénica de las relaciones entre los discursos y su contexto; tratan a los objetos significantes como si no lo fueran. Un dis- ‘curso, cualquiera que fuere su naturaleza 0 tipo, no reflejanada; él.es s6- Jo punto de pasaje del sentido. Los “objetos” cx ‘cue interesan al andlisis de los discursos no estén, en resumen, “en” los discursos; tampoco estan “fuera” de ellos, en alguna. parte de la “realidad social objetiva”. Son sistemas de relaciones: siste- ‘mas de Telaciones que todo producto significante mantiene con sus con+ diciones de generacién por una parte, y con sus efectos por Is otra. Si un discurso jams es un puro reflejo de una realidad exterior que Jo determinarfa mecénicamente (y es por ello que hablamos de construc- cidn de lo reat en el discurso), entonces hay que cuidarse muy bien de acercat la distincién entre un conjunto discursivo dado por un lado, y sus condiciones productvas por el otro, a las distinciones cldsicas, tales co- mo la deinfraestructura y superestructura, La distincidn entre un discur- soy sus condiciones productivas siempre se establece a partir de la iden- tificaci6n de tal cual conjunto discursivo, del cual se propone hacer un andlisis, No se trata de una distinci6n “‘ontol6gica” entre realidades cus Titativarnente diversas, una que serfa la “base” material, objetiva (por consiguiente, no significante) y la otra que serfa el sentido o la produc ci6n del sentido —"representaciones"-—, ligadas 0 no a instituciones “superestructurales”, En el marco de una teorfa de la semiosis social, 1a 128 vewwesnips.com/web/Lalia distincin es puramente metodolégica; se produce autométicamente a partir del momento en que elegimos un conjunto discursivo para anal tar. La semiosis est4 @ ambos lados de la distincidn: tanto las condicit nes productivas cuanto los objetos significantes que nos proponemos analizar contienen sentido. Para dar toda su importancia teGrica a estaob- servacién basta recordar el hezho de que, como ya lo subrayamos en la primera parte de este trabajo, entre las Condiciones productivas de undis- curso hay siempre otros discursos. Las relaciones de los discursos con sus condiciones de produccién por una parte, y con sus condiciones de reconocimiento por la otra, de- ben poder representarse en forma sistemdtica; debemos tener en cuenta reglas de generacién y reglas de lectura: en el primer caso hablamos de gramdticas de produccién y en el segundo, de gramaticas de reconoci= miento.[43] Las reglas que componen estas graméticas describen operaciones de ‘asignacin de sentidon las materias significantes (ya volveremos s0- bre ello). Estas operacidnes se reconstrayen (o postulan) a partir de mar- cas presentes en la materia significante. Con otras palabras, estas opera- ciones son siempre operaciones subyacentes, reconstruidas a partir de ‘marcas inscritas en 1a superficie material. Se puede hablar de marcas cuando se trata de propiedades significantes cuya relacién, sea con las condiciones de producci6mo con las de reconocimiento, no esté especifi- cada (desde este punto de vista, por ejemplo, la lingufstica trabaja sobre ‘marcas propias de 1a materia significante lingufstica), Cuando la relacign ‘entre una propiedad significante y sus condiciones (sea de produccién 0 de reconocimiento) se establece estas marcas se convierten en uelfas de ‘uno y otro conjunto de condiciones. Estos dos conjuntos no son jam4s idénticos (ya hemos insistido en laprimera parte de este trabajo sobre este punto): Ias condiciones de pro- uccién de un conjunto significante no son nunca las mismas que las del reconocimiento, La distancia entre produocién y reconocimiento es ex- tremadamente variable, segtin el nivel de funcionamiento de la semiosis cen que uno se coloca, ast como segin el t1po de conjunto significante es- tudiado: No hay, por el contrario, propiamente hablando, huellas de la circulaci6n: el aspecto “circulacién” s6lopuede hacerse visible en ol ané- lisis como diferencia, precisamente, entre los dos conjuntos de huellas, FEPRESENTACIONES: | grnonucnen “pp emcee ISCURSD) “> REPRESENTACIONES | pmooneny py Meooemaenro OPERACIONES CIRCULACION www esnips.com/web/Lalia OPERACIONES CIRCULACION | CIRCULACION co del que el sujeto es soporte) se encuentra “atenazado” entre sus con-

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