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El esófago es la porción del tubo digestivo que comunica la garganta (faringe) con el estómago.
Sus paredes impulsan los alimentos hacia el estómago por medio de contracciones musculares
rítmicas (llamadas ondas peristálticas). Cerca de la unión de la garganta con el esófago hay una
banda muscular llamada esfínter esofágico superior. Ligeramente por encima de la unión del
esófago con el estómago hay otra banda muscular llamada esfínter esofágico inferior. Cuando el
esófago está en reposo, estos esfínteres se contraen de tal forma que los alimentos y el ácido
gástrico no refluyen hacia la boca. Durante la deglución, los esfínteres se relajan para que los
alimentos puedan pasar al estómago.
Dos de los síntomas más frecuentes de los trastornos esofágicos son la disfagia (sensación de
dificultad para tragar) y el dolor en el pecho o en la espalda.
La disfagia es la sensación de que los alimentos no avanzan con normalidad desde la garganta
hasta el estómago o de que se atascan en dicho trayecto. La sensación puede acompañarse de
dolor. El movimiento de líquidos y sólidos puede estar de hecho impedido por problemas en la
garganta, el esófago y los órganos adyacentes, o por trastornos del sistema nervioso o de los
músculos. Puede ocurrir también que la dificultad para tragar sea un hecho fruto de la
imaginación.
El dolor en el pecho o en la espalda puede consistir en ardores, dolor durante la deglución y dolor
muscular esofágico.
El dolor durante la deglución puede ser el resultado de cualquiera de los siguientes problemas:
- Destrucción del revestimiento esofágico (mucosa), como consecuencia de la inflamación
causada por el reflujo ácido desde el estómago.
- Infecciones de la garganta por bacterias, virus u hongos.
- Tumores, sustancias químicas o alteraciones musculares, como la acalasia y el espasmo difuso
del esófago.
El dolor puede percibirse como una sensación de quemazón o una tirantez debajo del esternón,
que típicamente ocurre cuando la persona traga alimentos sólidos o líquidos. Un síntoma típico de
los trastornos musculares del esófago es un dolor intenso y opresivo que acompaña a la
deglución dificultosa de bebidas calientes o frías.
El dolor muscular esofágico puede ser difícil de distinguir del dolor en el pecho originado por una
enfermedad cardíaca (angina). El dolor es producido por el espasmo de los músculos esofágicos.
Un individuo puede tener dificultades para pasar la comida desde la parte alta de la garganta
hacia el esófago como consecuencia de trastornos que afectan a la garganta. El problema se
presenta con mayor frecuencia en quienes padecen trastornos de la musculatura voluntaria
(esquelética) o de los nervios que la sirven. Ejemplos de esto son la dermatomiositis, la miastenia
grave, la distrofia muscular, la poliomielitis y la parálisis seudobulbar, así como trastornos del
cerebro y de la médula espinal, como por ejemplo la enfermedad de Parkinson y la esclerosis
lateral amiotrófica (enfermedad de Lou Gehrig). Una persona que ingiera fenotiacinas (un fármaco
antipsicótico) puede presentar dificultades para tragar porque dicho fármaco puede afectar a los
músculos de la garganta. Cuando cualquiera de estos trastornos causa dificultad para la
deglución, la persona a menudo regurgita los alimentos, a través de la parte posterior de la nariz,
o los aspira por la tráquea, desencadenando una crisis de tos.
En la incoordinación cricofaríngea, el esfínter esofágico superior (músculo cricofaríngeo)
permanece cerrado o se abre de una forma no coordinada. Si el esfínter funciona anormalmente
puede permitir que los alimentos penetren repetidamente en la tráquea y los pulmones, lo que
puede conducir a una enfermedad crónica del pulmón. El cirujano corrige el problema cortando el
esfínter de tal modo que permanezca relajado de forma constante. Si este trastorno no se trata,
puede conducir a la formación de un divertículo, un saco que se origina cuando el revestimiento
del esófago empuja hacia fuera y hacia atrás a través del músculo cricofaríngeo.
Membranas esofágicas
Disfagia lusoria
La disfagia lusoria es la dificultad para deglutir causada por la compresión del esófago por un
vaso sanguíneo.
Este trastorno es una malformación congénita que la mayoría de las veces implica una arteria
subclavia derecha mal situada. La dificultad para la deglución puede ocurrir en la niñez o se
puede desarrollar más tarde debido a la arteriosclerosis en el vaso anormalmente situado.
La radiología con bario puede demostrar la compresión del esófago. Para confirmar que la
compresión es causada por una arteria se necesita realizar una arteriografía (un estudio
radiológico de una arteria tras la inyección de un medio de contraste). Sólo en raras ocasiones se
necesita tratamiento quirúrgico.