Está en la página 1de 2

la sabiduría del Inca Pachacutec

Cuentan las crónicas que el Inca


Pachacutec era un rey muy sabio, que
gobernaba a su pueblo con justicia. En
cierta ocasión encontró un animal que
había caído en una ciénaga, de la que con
denodados esfuerzos intentaba salir. El
inca, que era un hombre piadoso para con
el sufrimiento ajeno, detuvo su comitiva,
se inclinó ante el animal en apuros y le
ofreció su brazo para que pudiera
agarrarse, pero en lugar de hacerlo, tras mostrar sus afilados dientes, mordió ferozmente el
brazo del inca, que intentaba salvarle. La reacción del animal indignó a los cortesanos y
rápidamente, se aprestaron a matarlo allí mismo. Pero la sabiduría de Pachacutec supo ver
más allá de las apariencias y detuvo aquellas manos vengadoras de sus súbditos. “No lo
hagáis – dijo mientras alguien curaba sus heridas -, pues ha reaccionado igual que los pueblos
que están sometidos a la tiranía y la explotación, acostumbrados a recibir nada más que
injusticias y castigos de quienes los gobiernan, no saben reconocer al principio el trato justo
que aliviará sus males. Pero con un poco de paciencia y perseverancia hay que mostrarles que
les ha llegado la hora de la liberación”.
Así fue en efecto, pues el Inca, con exquisita delicadeza, acarició la cabeza del animal, le habló
con dulzura y, poco a poco, este salió finalmente de la ciénaga. Y cuentan las crónicas que
desde entonces fue el compañero fiel de aquél rey legendario, y jamás se apartó de su servicio.
Lo que no nos llegan a describir con exactitud es si quienes presenciaron la escena extrajeron
de lo vivido la lección que su rey acababa de brindarles, y si eliminaron en sus conductas el
abuso de poder, el afán por el lucro a costa de los demás y otros vicios frecuentes en los
gobernantes, pero eso es ya otra historia.
LA MADRE DEL INCA

PACHACÚTEC
Todos conocemos los méritos del gran Inca Pachacútec: vencedor de los chancas, conquistador,
legislador, reformador, constructor del Coricancha, Machu Picchu, Ollantaytambo entre otros grandes
monumentos más y forjador del Tahuantinsuyo. Pero poco se nos ha hablado de la madre que estuvo
detrás del gran Inca que logró transformar al pueblo cusqueño en un Imperio.
Huaman Poma nos cuenta que Mama Runtu, madre del Inca Pachacútec, "fue una mujer melancólica, tan
humilde que no asistía a fiestas y bailes. Poco sociable le gustaba rodearse de los más enfermos y
necesitados". La historiadora Maria Rostworowski agrega que que Pachacútec, una vez soberano, recogió
a todos estos necesitados en una casa y siempre se ocupó de ellos, lo que demuestra la influencia de su
madre en él.
Por eso no tuvo el favor de su marido que prefería a una concubina llamada Curi Chulpi, que crió a su
hijo Urco permitiéndole todo tipo de excesos, caprichos y berrinches que posteriormente se convirtieron
en borracheras y desenfrenos por parte de Urco.
Finalmente, cuando vino el momento de la adversidad, Urco huyó de la guerra mientras que Pachacútec
se quedó en Cusco para enfrentar el ataque de los chancas, venciéndolos, salvando su ciudad y
convirtiéndose en el Inca más grande de la Historia.
Este relato nos muestra la importancia de una buena crianza de la madre en valores, disciplina y
responsabilidad para su hijo. Podemos decir que gracias a las enseñanzas de Mama Runtu podemos hablar
el día de hoy de la grandeza del Imperio Incaico.
Por eso, para todas aquellas madres que día a día crían a sus hijos en los valores que harán del Perú un
país mucho mejor, desde esta humilde página les deseamos ¡FELIZ DÍA

También podría gustarte