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Psychosocial Intervention     
Vol. 24, No. 1, 2015

Características de los menores infractores dependiendo del tipo de delito

Keren Cuervo, Lidón Villanueva, Francisco González, Cruz Carrión, Pilar


Busquets

Ésta es una versión traducida al español del original en inglés Characteristics of young
offenders depending on the type of crime

Para referenciar, citar el original como: Cuervo, K., Villanueva, L., González, F., Carrión, C. and
Busquets, P. (2015). Characteristics of young offenders depending on the type of crime.
Psychosocial Intervention, 24, 9-15. http://dx.doi.org/10.1016/j.psi.2014.11.003

Resumen
El objetivo del presente estudio es determinar la existencia de un perfil diferencial de menores
infractores acusados de haber cometido delitos contra la propiedad y contra las personas,
según diferentes variables sociodemográficas y diversos indicadores de riesgo juvenil. Los
participantes fueron 395 menores entre 14 y 18 años, con expediente judicial en el Juzgado de
Menores, en un periodo de seguimiento de dos años. Los resultados indican que en los delitos
contra la propiedad es más probable encontrar un menor infractor de género masculino,
procedente de los países del Este, con pautas educativas parentales inconsistentes. Por su
parte, los delitos contra las personas serían cometidos en mayor proporción por mujeres, de
nacionalidad latinoamericana o africana, predominando como principales factores de riesgo la
agresividad, ataques de cólera, baja tolerancia hacia la frustración o poca preocupación por los
demás. Estos datos pueden ser importantes de cara al diseño de programas de prevención de
los delitos e intervención con infractores.

Palabras clave: Menor infractor, Delincuencia, Indicadores de riesgo, Tipología delictiva

El estudio de los menores infractores se aborda a menudo desde el paradigma de la


protección y los factores de riesgo y no suele tener en cuenta aspectos criminógenos
tales como el tipo de delito y su relación con un perfil juvenil concreto. Es posible que
el principio de la ausencia de proporcionalidad entre el hecho delictivo y el castigo
impuesto por el Juzgado de Menores haya relegado la variable tipo de delito a un
segundo plano. El hecho de conocer la relación anteriormente mencionada ayudaría a
orientar el diseño de programas de intervención creados específicamente para
satisfacer las necesidades de los jóvenes; la Ley Orgánica 5/2000, por la que se
regula la responsabilidad penal de los menores en España, incluye el principio de
flexibilidad cuando se trata de adoptar y ejecutar las medidas que se consideren
oportunas en función de las circunstancias de cada caso concreto. Por lo tanto, en el
presente este estudio se analiza la posible relación entre el tipo de delito cometido
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(contra las personas o contra la propiedad) y las diferentes variables


sociodemográficas y factores de riesgo del menor.

En este trabajo se eligió la clasificación de delitos contra las personas y delitos contra
la propiedad porque es una de las que más se utilizan en la bibliografía sobre
delincuencia juvenil. En varios estudios se ha demostrado que los delitos más
frecuentes son los cometidos contra la propiedad (Capdevila, Ferrer, & Luque, 2005;
Fernández, Bartolomé, Rechea, & Megías, 2009; Garrido, 2009; Iborra, Rodríguez,
Serrano, & Martínez, 2011; Núñez, 2012), sobre todo el robo, el robo con violencia e
intimidación y el allanamiento de morada por la fuerza (Bravo, Sierra, & del Valle,
2009; San Juan & Ocáriz, 2009). En los últimos años, sin embargo, se ha producido un
incremento en el número de delitos violentos y agresiones sexuales (Capdevila et al.,
2005; Fernández et al., 2009), así como de incidentes violentos en el entorno escolar y
familiar (Benavente, 2009).

En cuanto a la edad de los menores infractores, los datos indican que el número de
infracciones aumenta con la edad (Instituto Nacional de Estadística, 2011) Esta
tendencia se observa tanto en los delitos contras las personas como en los delitos
contra la propiedad, con cifras que aumentan desde 1.075 y 580, respectivamente, a
los 14 años hasta 2.225 y 1.146 a los 17 años (Instituto Nacional de Estadística, 2011).
Al analizar la evolución más frecuente de los menores infractores, es decir, limitada a
la adolescencia y con el punto álgido a los 17 años, se aprecia que, en términos
generales, los delitos contra la propiedad son más frecuentes que los delitos contra las
personas (Moffitt, Caspi, Harrington, & Milne, 2002). A pesar de todo, no hay estudios
en los que se analicen grupos de edad concretos y su posible relación con el tipo de
delito.

La variable sexo del delincuente juvenil es un resultado clásico que aparece de


forma persistente en la bibliografía (Cuervo & Villanueva, 2013; Fernández et al., 2009;
Moreira & Mirón, 2013; Ozen, Ece, Remzi, Tirasci, & Goren, 2005).
Los varones cometen más delitos e infracciones que las mujeres (26.527 y 4.534,
respectivamente) (Instituto Nacional de Estadística, 2011), una tendencia constante
prácticamente en todos los tipos de delito. Según estos datos, el número de
infracciones cometidas por menores de sexo masculino y menores de sexo femenino
fue de 5.274 y 1.557, respectivamente, en el caso de los delitos contra las personas y
de 2.879 y 692, respectivamente, en el caso de los delitos contra la propiedad. En
cuanto al tipo de delito, las niñas delinquen más contra las personas (Capdevila et al.,
2005), mientras que los chicos son más propensos a hacerlo contra la propiedad
(Vigna, 2012). En el ámbito de los delitos contra las personas, sin embargo, el maltrato
familiar es más frecuente en los chicos (74 % de los casos) que en las chicas (26 % de
los casos) (Iborra et al., 2011).

Otra variable importante en el estudio de los menores infractores es la nacionalidad.


Según Capdevila y cols. (2005), el número de delincuentes juveniles extranjeros ha
aumentado de manera exponencial durante los últimos cinco años en comparación
con los de nacionalidad española; además, los extranjeros presentan mayores tasas
de reincidencia y delinquen a edades más tempranas. En varios estudios (Capdevila et
al., 2005; Cuervo & Villanueva, 2013; Iborra et al., 2011), el porcentaje de menores
infractores españoles osciló entre el 70 %y el 80 %. El 20 % al 30 % restante
correspondió a menores procedentes del norte de África, Rumanía o América Latina,
según la provincia en la que se realizó el estudio. Capdevila et al. (2005) llevaron a
cabo un análisis específico de los grupos más numerosos de menores extranjeros en
Cataluña, concretamente originarios del norte de África, y observaron que cometían
más delitos contra las personas y que estos eran de mayor gravedad. Sin embargo,
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son pocos los estudios en los que se ha analizado la relación entre el tipo de delito y la
nacionalidad, un aspecto que aún está por determinar.

Al analizar la relación entre la reincidencia y el tipo de delito, lo primero que hay que
destacar es que las tasas de reincidencia en el sistema penal juvenil español se sitúan
entre el 14 % y el 40,6 % (Acosta, Muñoz de Bustillo, Martín, Aragón, & Betancort,
2012; Bravo et al., 2009; Capdevila et al., 2005; Contreras, Molina, & Cano, 2011; De
Armas, García, & Castro, 2008; García-España, García, Benítez, & Pérez, 2011;
Graña, Garrido, & González, 2006; San Juan & Ocáriz, 2009), porcentajes que son
parecidos a los observados por Jennings (2002) en Reino Unido y Cain (1997) en
Australia. Cuando se combinan estas tasas con el tipo de infracción, se observa que a
los delitos contra la propiedad les corresponden tasas de reincidencia ligeramente
superiores a las de los delitos contra las personas (Winner, Lanza-Kaduce, Bishop, &
Frazier, 1997), si bien hay estudios en los que no se han identificado diferencias
significativas (Cuervo & Villanueva, 2013; García-España et al., 2011).

También existe una relación entre los factores de riesgo del menor y el tipo de delito.
Cuanto mayor es la presencia de estos factores, mayor es la probabilidad de que se
produzca una situación de delincuencia juvenil (Fergusson & Lynskey, 1996; Smith,
Thornberry, Rivera, Huizinga, & Stouthamer-Loeber, 2000). Los factores de riesgo
juveniles se clasifican habitualmente en dos grupos: factores de carácter más
individual y factores relativos a los diferentes entornos en los que se mueve el menor,
como la familia, el colegio, los compañeros, etc. Entre los factores individuales están la
falta de empatía y el escaso interés por los demás, la impulsividad, la ausencia de
remordimientos, el rechazo de las responsabilidades, un autocontrol escaso y la
búsqueda de sensaciones (Aguilar & Godoy, 2013; Bush, Mullis, & Mullis, 2000;
Vilariño, Alves, & Mohamed-Mohand, 2013). Los factores contextuales abarcan, entre
otros, las familias problemáticas, las pautas educativas permisivas o descuidadas, los
problemas de conducta en el colegio, las relaciones con amigos delincuentes, el mal
uso del tiempo libre, el consumo de sustancias, las experiencias migratorias y los
ingresos familiares bajos (Contreras, Molina, & Cano, 2010; Cottle, Lee, & Heilbrun,
2001; Hoeve, Semon, Gerris, van der Laan, & Smeenk, 2011; Kelly, Macy, & Mears,
2005; Ozen et al., 2005). A pesar de todo, que nosotros sepamos, no se han realizado
hasta la fecha estudios que relacionen estos factores de riesgo individuales y
contextuales con el tipo de delito cometido. Solo Wikström y Loeber (2000) analizaron
esta relación, aplicando como criterio la gravedad del delito. Estos autores destacan la
escasa trascendencia que tiene el contexto socioeconómico del vecindario, en
comparación con otros factores de riesgo, en los delitos más graves perpetrados por
menores.

Así pues, el propósito del presente trabajo es determinar si el perfil de los menores
infractores acusados de delitos contra la propiedad y contra las personas varía en
función de diferentes variables sociodemográficas (sexo, edad, nacionalidad) y
diferentes indicadores de riesgo juvenil. Es de esperar que los delitos contra las
personas los cometan, en un porcentaje más alto, adolescentes mayores, niñas y
menores extranjeros (sobre todo del norte de África). Los factores individuales estarán
más relacionados con los delitos contra las personas. El objetivo del estudio se aborda
mediante una combinación de datos obtenidos mediante entrevista, datos procedentes
de los registros de los juzgados y resultados de un instrumento objetivo y
estandarizado elaborado a partir de la práctica empírica: el inventario YLS/CMI (Guy,
Packer, & Warnken, 2012; Henggeler, 2004). Asimismo, es preciso señalar que el
estudio utiliza datos oficiales sobre la reincidencia durante un período de seguimiento
prospectivo de dos años.
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Método

Participantes

Todos los participantes eran menores de una provincia de la Comunidad Autónoma de


Valencia (España) que habían cometido un delito o infracción por la que habían
comparecido ante el Juzgado de Menores durante el período 2008-2010. La muestra
constaba en total de 395 menores, de los cuales 74 eran mujeres y 321 varones
(18,7 % y 81,3 %) de edades comprendidas entre los 14,3 y los 19,3 años, con una
media de edad de 16,08 años. El tipo de delito cometido fue contra las personas en
203 casos (51,4 %) y contra la propiedad en 192 casos (48,6 %). En lo que a la
nacionalidad se refiere, 303 eran españoles (76 %), 36 procedían de países del este
de Europa (9,1 %), 31 de Latinoamérica (7,8 %) y 25 de países africanos (6,3 %).

Instrumentos

El instrumento utilizado en el estudio fue el Youth Level of Case Management


Inventory (YLS/CMI) de Hoge y Andrews (2002), traducido por Garrido, López, Silva,
López y Molina (2006) como Inventario de Gestión e Intervención para Jóvenes (IGI-J).
La finalidad de este inventario es valorar el riesgo de reincidencia del menor a partir de
la información aportada por diferentes fuentes.
Los 42 apartados o factores de riesgo del inventario se agrupan en ocho áreas: 1)
delitos y medidas judiciales pasados y actuales; 2) pautas educativas; 3) educación
formal y empleo; 4) relación con el grupo de iguales; 5) consumo de sustancias; 6)
ocio y diversión; 7) personalidad y conducta; y 8) actitudes, valores y creencias. La
suma de todos los apartados presentes en el menor nos proporciona el grado de
riesgo de reincidencia, tanto por áreas como general.
Para determinar la consistencia interna del inventario se aplicó el estadístico alfa de
Cronbach. El valor alfa de Cronbach para todos los apartados del inventario fue de
0,87, por lo que puede afirmarse que la consistencia interna es muy alta.

Procedimiento

Los datos utilizados en el presente estudio se obtuvieron a partir del análisis de los
registros del Juzgado de Menores de una provincia española. En el análisis se incluyó
el número de delitos cometidos por cada menor durante un seguimiento de dos años,
el tipo de delito, los datos demográficos y el riesgo de reincidencia.
Con respecto al tipo de delito, se hizo la distinción entre delitos contra las personas
y delitos contra la propiedad. Se consideraron delitos contra la propiedad los
siguientes: robo como delito o como infracción, daños a la propiedad, fraude, robo en
grado de tentativa, hurto o robo de un vehículo, allanamiento de morada y
allanamiento por la fuerza. Los delitos contra las personas abarcaron los siguientes:
lesiones corporales, amenazas, conducción temeraria, robo con intimidación, perjurio,
crueldad, resistencia a la autoridad, agresión, homicidio involuntario, delitos contra la
salud pública y maltrato doméstico.
La variable reincidencia delictiva hace referencia a las imputaciones archivadas
después de la fecha de la primera valoración del menor llevada a cabo por el equipo
de delincuencia juvenil, que en adelante se denominará “punto de partida”. Por tanto,
cada menor tiene un punto de partida diferente, considerado desde marzo de 2008. En
el presente estudio se han tenido en cuenta todas las imputaciones posteriores a este
“punto de partida”. A este respecto, se consideraron reincidentes aquellos menores
que estuvieron implicados en una infracción o delito en los dos años posteriores al
punto de partida.
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Análisis estadísticos

Para comparar los dos grupos, se dibujaron tablas de contingencia y se realizaron


pruebas de χ2 para las variables categóricas. En los casos de baja frecuencia en
cualquiera de las categorías se aplicó la corrección de Monte Carlo y se utilizó la
prueba exacta de Fisher. La potencia de la significación se analizó mediante la phi y la
V de Cramer, y se consideró que la intensidad de la significación era baja cuando era
inferior a 0,150, intermedia entre 0,150 y 0,300, y alta por encima de 0,30. Las medias
de las diferentes variables investigadas se compararon mediante análisis de la
varianza y la t de Student para variables independientes. En estos casos se calculó el
tamaño del efecto con el método de Cohen (1988), y el intervalo de confianza fue del
95 % en todos los análisis.

Resultados

Tipo de delito y edad

En cuanto a la edad de los menores incluidos en la muestra, no hay diferencias


estadísticamente significativas en función de si el delito fue contra la propiedad o
contra las personas, con un valor F(1, 39) = 0,119 (p = 0,73). La media de edad es de
16,10 años (DE = 1,12) para los delitos contra las personas y de 16,06 años (DE =
1,27) para los delitos contra la propiedad. Al dividir a los menores en dos horquillas de
edad (tabla 1), tampoco se observan diferencias significativas (²(1) = 0,255, p = 0,61).

Tabla 1
Horquillas de edad y tipo de delito
14 y 15 años (32.2%) 16 a 18 años (65.8%)
Delitos contra las personas 49.6% (67) 52.3% (136)
Delitos contra la propiedad 50.4% (68) 47.7% (124)
Total 100% (135) 100% (260)

Tabla 2
Sexo de los menores y tipo de delito
Masculino (81.3%) Femenino (18.7%)
Delito contra las personas 48.9% (157) 62.2 (46)
Delito contra la propiedad 51.1% (164) 37.8% (28)
Total 100% (321) 100% (74)

Tipo de delito y sexo

significativas con un valor ²(1) = 4,22 (p = 0,040,  = -0,103). La mayoría de los


Con respecto al tipo de delito y el sexo, se aprecian diferencias estadísticamente

delitos cometidos por el grupo de las niñas (tabla 2) son delitos contra las personas
(62,2 %). En los niños, por el contrario, apenas hay diferencia entre los delitos contra
las personas y los delitos contra la propiedad, con porcentajes muy parecidos en los
dos casos (48,9 % y 51,1 %, respectivamente).

Tipo de delito y nacionalidad

observan diferencias estadísticamente significativas con un valor ²(3) = 13,53 (p =


Atendiendo a la relación entre el tipo de delito y la nacionalidad de los menores, se

0,004,  = 0,24). Un análisis del porcentaje de delitos cometidos por los menores
españoles no pone de manifiesto grandes diferencias entre los delitos contra la
propiedad y contra las personas (48,5 y 51,5 %, respectivamente). Sin embargo, la
mayoría de los cometidos por los menores procedentes de Europa oriental son contra
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la propiedad (72,2 %), mientras que los latinoamericanos y los africanos delinquen
más contra las personas. Las mayores diferencias se observan en los europeos del
este y los latinoamericanos (tabla 3).

Tipo de delito y reincidencia

En el análisis del tipo de delito y la reincidencia en el plazo de un año

significativas: ²(1) = 0,265, p = 0,607 y  = 0,02. Como se aprecia en la tabla 4, en el


(reincidencia/ausencia de reincidencia) no se observan diferencias estadísticamente

grupo de delitos contra las personas no hay proporcionalmente grandes diferencias


entre los reincidentes (48,3 % y 51,9 %). Lo mismo sucede en el grupo de delitos
cometidos contra la propiedad, donde no hay diferencias en cuanto a si fueron
cometidos por menores reincidentes o no reincidentes (51,7 % y 48,1 %).
Si se analiza la reincidencia con respecto al número de infracciones durante un año de
seguimiento, no se observan diferencias estadísticamente significativas entre los
delitos contra las personas y los delitos contra la propiedad, con un valor F(1, 39) =
0,26 (p = 0,608).

Tabla 3
Nacionalidad de los menores y tipo de delito
Españoles Europeos del Este Latinoamericanos Africanos
Delitos contra las personas 51.5% (156) 27.8% (10) 71% (22) 60% (15)
Residual normalizado 0 -2 1.5 0.6
Delitos contra la propiedad 48.5% (147) 72.2% (26) 29% (9) 40% (10)
Residual normalizado 0 2 -1.6 -0.6
Total 100% 100% 100% 100%

Tabla 4
Tipo de delito y reincidencia
Ausencia de reincidencia Reincidencia
Delitos contra las personas 51.9% (174) 48.3% (29)
Delitos contra la propiedad 48.1% (161) 51.7% (31)
Total 84.8%/100 (355) 15.2%/100 (60)

Tipo de delito y factores de riesgo de reincidencia

Al analizar qué factores de riesgo se asocian a qué tipo de delitos, únicamente se


detectan diferencias estadísticamente significativas en tres áreas del inventario YLS:
pautas educativas, personalidad y conducta, y actitudes, valores y creencias. Los
menores implicados en delitos contra la propiedad presentan puntuaciones de riesgo
más altas en cuanto a pautas educativas inconsistentes. Los menores con delitos
contra las personas muestran puntuaciones de riesgo más altas en cuanto a
agresividad física, ataques de cólera, intolerancia a la frustración e insensibilidad (tabla
5). Según la evaluación llevada a cabo por Cohen (1988), el tamaño del efecto
oscilaría entre bajo o intermedio en todos los casos, correspondiendo la magnitud más
alta la una pauta de educación inconsistente (d = -0,34). Los demás factores de riesgo
del inventario no presentan ninguna diferencia significativa entre los dos grupos de
delitos.

Discusión

El propósito del estudio era determinar si el perfil de los menores infractores acusados
de delitos contra la propiedad y contra las personas varía en función de diferentes
variables sociodemográficas (sexo, edad, nacionalidad) y diferentes indicadores de
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riesgo juvenil. En este sentido, se observaron algunos perfiles característicos


asociados a uno u otro tipo de delito que se comentan a continuación.

Tabla 5
Puntuación media de cada factor de riesgo en función del tipo de delito

Área del YLS Indicadores de riesgo Delito1 M DE t p e Cohen r


Delitos y medidas judiciales Tres o más medidas judiciales anteriores (1) .04 .19 -1.63 .104 -0.17 -.08
pasadas y actuales (2) .08 .26
Dos o más incumplimientos de medidas (1) .03 .17 -0.649 .517 -0.05 -.02
judiciales (2) .04 .20
Medidas en medio abierto (1) .08 .27 -0.508 .611 -0.07 -.03
(2) .10 .29
Intercambio en centro de reforma (1) .02 .13 -0.079 .937 0 0
(2) .02 .14
Tres o más delitos en el expediente actual (1) .05 .22 -0.352 .725 -0.04 -.02
(2) .06 .24
Pautas educativas Supervisión indadecuada (1) .10 .29 -1.57 .116 -0.15 -.07
(2) .15 .35
Dificultad para controlar el comportamiento (1) .19 .39 0.125 .901 0.02 .01
(2) .18 .38
Disciplina inapropiada (1) .37 .48 -1.48 .139 -0.16 -.08
(2) .45 .49
Pautas educativas inscoscientes (1) .27 .44 -3.28 .001* -0.34 -.16
(2) .43 .49
Mala relación (padre-joven) (1) .09 .28 0.378 .706 0.03 .01
(2) .08 .26
Mala relación (madre-joven) (1) .05 .27 0.331 .741 0 0
(2) .05 .21
Educación formal/empleo Comportamiento disruptivo en clase/trabajo (1) .37 .48 0.750 .454 0.08 0.4
(2) .33 .47
Daños en la propiedad de la escuela/trabajo (1) .05 .21 -0.355 .723 -0.04 -.0.2
(2) .06 .23
Bajo rendimiento académico/laboral (1) .72 .44 0.347 .728 0.02 0.1
(2) .71 .45
Problema con el grupo de iguales (1) .14 .34 1.533 .121 -0.16 -.08
(2) .09 .28
Problemas con los profesores (1) .24 .42 0.797 .426 -0.06 -.03
(2) .20 .40
Absentismo (1) .41 .49 -0.569 .570 -0.02 -.01
(2) .44 .50
Desempleo/no busca empleo (1) .25 .43 -0.317 .751 0.12 .06
(2) .26 .45
Relación con el grupo de Algunos de sus conocidos son delincuentes (1) .58 .49 1.310 .191 0.10 .05
iguales (2) .52 .50
Algunos de sus amigos son delicuentes (1) .41 .49 1.103 -268 -0.06 -.03
(2) .36 .48
Pocos o ningún conocidos son modelos positivos (1) .37 .48 -.437 .662 0.02 .01
(2) .40 .49
Pocos o ningún amigo son modelos positivos (1) .39 .49 .282 .778 -0.36 -.18
(2) .38 .48
Consumo de sustancias Consumo ocasional de drogas (1) .30 .45 -.807 .420 .069 -.32
(2) .33 .47
Consumo habitual de drogas (1) .18 .38 .143 .887 0.06 .03
(2) .17 .37
Consumo habitual de alcohol (1) .03 .17 .550 .582 0.03 .01
(2) .02 .14
El consumo de drogas interfiere en su vida (1) .09 .29 .358 .721 -0.08 -.04
(2) .08 .27
Delitos relacionados con el consumo de (1) .01 .09 -.884 .377 -0.06 -.03
sustancias (2) .02 .14
Ocio y diversión Pocas actividades organizadas (1) .66 .47 -.794 .428 0.02 .01
(2) .69 .46
Malgasta el tiempo de ocio (1) .62 .48 .125 .901 0.02 .01
(2) .61 .48
No demuestra intereses personales (1) .53 .50 .635 .526 0.06 .02
(2) .50 .50
Personalidad y conducta Autoestima inflada (1) .06 .24 1.258 .209 0.09 .04
(2) .04 .18
Agresividad física (1) .27 .44 2.95 .003* 0.30 .14
(2) .15 .35
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(1) .28 .45 2.88 .004* 0.29


Ataques de cólera (2) .16 .36 .14
Incapacidad para mantener atención (1) .10 .30 -0.515 .607 -0.06 -.03
(2) .12 .32
Baja tolerancia a la frustación (1) .33 .47 2.35 .019* 0.22 .11
(2) .23 .42
Sentimientos de culpa inadecuados (1) .22 .41 0.5787 .564 0.04 .02
(2) .20 .39
Insolente/agresivo verbalmente (1) .09 .29 0.926 .355 0.07 .03
(2) .07 .25
Actitudes, valores y Actitudes procriminales/antisociales (1) .30 .45 1.016 .310 0.11 .05
creencias (2) .25 .43
No busca ayuda (1) .25 .43 -0.085 .932 0 0
(2) .25 .43
Rechaza activamente la ayuda (1) .09 .28 -1.318 .188 -0.13 -.06
(2) .13 .33
Desafia a la autorizad (1) .14 .35 1.340 .181 0.123 .06
(2) .10 .29
Insensible poco preocupado por los otros (1) .05 .22 2.49 .013* 0.23 .11
(2) .01 .10

Nota. M, media; DE, desviación estándar; valores del tamaño del efecto: d de Cohen y r. ¹Delito = (1) contra las
personas, (2) contra la propiedad.*p < .05

No parece haber relación entre la edad del menor y el tipo de delito cometido, con
independencia de que considere la edad como una variable continua o como una
variable categórica (grupos de menor y mayor edad). La variable sexo del menor, sin
embargo, sí parece guardar relación con el tipo de delito. Aunque los delitos contra la
propiedad son más los frecuentes entre los menores infractores en general (Fernández
et al., 2009; Graña et al., 2006), las chicas cometen más delitos contra las personas,
como era previsible de acuerdo con las conclusiones de los primeros estudios
(Capdevila et al., 2005; Iborra et al., 2011). Este dato podría estar en relación con el
hecho de que las chicas tienen mayor orientación social general que los chicos (Calvo,
Gonzalez, & Martorell, 2001; Moreira & Mirón, 2013; Sánchez-Queija, Oliva, & Parra,
2006; Velásquez, Martínez, & Cumsille, 2004), algo cuyo lado más negativo sería que
sufren mayor cantidad de conflictos interpersonales. Otra posible explicación,
compatible con la anterior, tiene que ver con la escasa confianza en sí mismas que
tienen las mujeres jóvenes en cuanto a la comisión de determinados delitos, como
robos o vandalismo (ambos contra la propiedad), en comparación con sus homólogos
masculinos. (Garrido-Martín, Masip, & Herrero, 2009).
Se ha demostrado que la variable nacionalidad de los delincuentes juveniles está
estadísticamente relacionada con el tipo de delito. Mientras que en el caso de los
menores españoles la distribución entre los delitos contra las personas y contra la
propiedad es similar, entre los menores extranjeros cada tipo de delito se asocia
significativamente a una nacionalidad concreta. Así pues, la mayoría de los delitos
cometidos por menores procedentes de países del este de Europa son contra la
propiedad, mientras que entre los procedentes de países de Latinoamérica y África
predominan los delitos contra las personas. Estos resultados avalan y amplían los
estudios previos, en los que los menores latinoamericanos (Iborra et al., 2011), al igual
que los procedentes de países del norte de África, estaban implicados con más
frecuencia en delitos contra las personas. (Capdevila et al., 2005).
Para comprender esta situación deben tenerse en cuenta las circunstancias que
rodean a estos grupos y que pueden actuar como factores de riesgo o de protección.
Los menores latinoamericanos llevan varios años en España y viven con sus familias,
así que es probable que tengan cubiertas la mayoría de sus necesidades básicas. Por
consiguiente, será necesario analizar la influencia que tiene otras variables, como la
aculturación o la pertenencia o no a bandas callejeras de hispanos, en el hecho de que
delincan más contra las personas. Por otro lado, los menores procedentes del este de
Europa, principalmente rumanos y de ascendencia gitana, han sido utilizados por las
mafias o por adultos, que pueden ser o no sus propios padres (Lázaro, 2007), para
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cometer robos o hurtos en diferentes países de Europa, lo que explicaría su mayor


presencia en los delitos contra la propiedad.
Otra de las variables estudiadas en este trabajo es la mayor o menor tasa de
reincidencia juvenil en función del tipo de infracción. No parece que el tipo de delito
condicione una mayor tasa de reincidencia en los delincuentes juveniles, algo que
concuerda con los resultados de trabajos anteriores en los que no se observaron
diferencias significativas (Cuervo & Villanueva, 2013; García-España et al., 2011). La
ambigüedad o contradicción en los resultados de los estudios puede deberse a que se
utilizaron metodologías muy variadas, lo cual dificulta la comparación directa y
conlleva grandes diferencias en cuanto al tipo de participantes (menores confinados
frente a menores de bajo riesgo), los períodos de seguimiento de la reincidencia, etc.
Lo que sí parece claro es que la reincidencia sigue siendo mayor para los delitos
contra la propiedad, si bien los estudios publicados no contienen pruebas empíricas
sólidas que confirmen este dato
Cuando se analizan los factores de riesgo del menor (evaluados mediante el
inventario YLS) presentes en uno u otro tipo de infracción, aparecen las diferencias
significativas que se comentan a continuación. Por una parte, como se había
supuesto, los menores que cometen delitos contra las personas presentan más
factores de riesgo individuales, como agresividad física, ataques de cólera e
insensibilidad hacia los demás, todos los cuales se han relacionado con rasgos
psicopáticos en los delincuentes juveniles o aspectos de la personalidad (Aguilar &
Godoy, 2013; Barudy, 2000; Contreras et al., 2011; DeLisi et al., 2010; Herrero,
Herrero, 2002; Vilariño et al., 2013). Por otro lado, en los delitos contra la propiedad,
los menores estudiados se caracterizaron por presentar un grado mayor de pautas
educativas inconsistentes, un factor que también se ha asociado a delincuencia en
estudios anteriores (Kelly et al., 2005).
A este respecto, algunos autores han identificado rasgos similares asociados a un
tipo predominante de delito. Por ejemplo, hay delincuentes juveniles impulsivos con
falta de empatía, lo que les impide reconocer las necesidades y los sentimientos de los
demás, a quienes les resulta difícil establecer relaciones interpersonales con el tiempo
y que cometen delitos sobre todo contra las personas (Barudy, 2000). Así pues, es
posible que los menores que delinquen contra la propiedad sean actores racionales
que optan por llevar a cabo esta acción porque hacen una evaluación de riesgos y
beneficios clásica y asumen de antemano que los beneficios superarán a los costes
(Kessler, 2004). La ausencia de una regulación externa adecuada, debida a la
inconsistencia de la pauta educativa, favorecería esta evaluación interna. La
valoración racional estaría ausente en el caso de los delitos contra las personas, que
serían de una índole más “expresiva” y menos racional e indicarían agresividad e ira
hacia los demás.
Aunque los resultados de este estudio son relevantes a la hora de diseñar programas
de prevención e intervención, también deben tenerse en cuenta las limitaciones que se
indican a continuación. En primer lugar, los datos proceden de una sola provincia y,
por lo tanto, no pueden generalizarse a toda la población española a pesar de que
algunos de los resultados observados concuerdan con los de estudios anteriores.
Asimismo, en investigaciones futuras sería interesante tener en cuenta no solo el
primer delito, sino también el delito cometido por el menor en la reincidencia. Esto
permitiría predecir con mayor fiabilidad la reincidencia de los delincuentes juveniles en
función del tipo de delito y los factores de riesgo. A pesar de estas limitaciones, el
estudio aporta un perfil diferencial de los menores en función del tipo de delito. Así
pues, los delitos contra la propiedad son cometidos con mayor frecuencia por menores
de sexo masculino, españoles o procedentes de países del este de Europa y con una
pauta educativa inconsistente. Por el contrario, los delitos contra las personas estarían
cometidos principalmente por menores españolas, latinoamericanas o africanas con
factores de riesgo individuales tales como agresividad o intolerancia a la frustración.
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Financiación

Agradecemos a la Fundación Caixa-Castelló Bancaixa (P1.1B2010-16) y al Ministerio


de Educación español (EDU2010-21791) la financiación recibida para este estudio.

Agradecimientos

Queremos agradecer la colaboración y el apoyo prestados por los profesionales de la


Fiscalía de Menores y el equipo de delincuencia juvenil del Juzgado de Menores de
Castellón.

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